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Autismo 1
Autismo 1
El educando con autismo, así como cualquier educando, ha de considerarse como una
unidad bio-psico-social indivisible y eje central del hecho educativo donde sus características
son el producto de una interacción compleja y dinámica entre la integridad de su Sistema
Nervioso (bio), sus emociones y cogniciones (psico) y su medio familiar, educativo y comunitario
(social). Si el sistema nervioso del individuo con autismo está afectado y, por ende, funciona de
manera diferente, esta persona tendrá una forma particular de enfrentarse y aprender del medio
que lo rodea.
Ya que la sensopercepción está alterada, por ende, la información que tienen que procesar
está siendo distorsionada afectando el desarrollo de las competencias cognitivas. Cabe
destacar, por ejemplo, la percepción fragmentada que podrían tener de los sonidos lenguaje lo
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Los autistas tienen déficit en la orientación conceptual y atencional de ahí que tengan
marcadas dificultades para alterar sus ideas respecto al mundo. Ellos hacen que las
representaciones cognitivas que una vez hicieron de fragmentos de información existan
independientemente del contexto. Esto trae consecuencias negativas importantes tanto para la
adquisición de nuevas conductas como para su relación tanto con las personas como con el
ambiente general que los rodea.
Como se señalara anteriormente, los educandos con autismo ante los estímulos
multidimensionales que contienen señales auditivas, visuales y tactiles, a diferencia de los niños
normales, se fijan típicamente en una de las tres formas de información, siendo incapaces de
aprender de las otras formas. En el ambiente social natural pocas veces es factible aprender
atendiendo a un solo estímulo a la vez. De manera que esta característica constituye un reto en
el desarrollo de las estrategias pedagógicas apropiadas para los educandos con autismo.
Además de lo anterior, hay educandos con autismo que utilizan más las modalidades
sensoriales proximales (gusto, olfato y tacto) para conocer el mundo. También pueden ser hipo
o hipersensibles al tacto de manera lo que explica porqué algunos rechazan el contacto físico
(les molesta) o pareciera no importarles el mismo (no sienten). Esta característica puede explicar
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porqué algunos educandos con autismo no controlan esfínteres ya que o no reconocen las
señales táctiles o les produce inclusive dolor.
Los educandos con autismo con mayor integridad cognitiva pueden presentar habilidades
para la lectura y la aritmética y un ajuste social relativamente mejor que muchos otras personas
con autismo. Aquellos con menor integridad cognitiva individuos autistas evidencian ninguna o
pocas habilidades para la lectura o la aritmética y un ajuste social muy pobre Rutter, 1978). La
mayoría de los educandos con autismo, en especial los de condición más severa, tienen un
repertorio limitado de respuestas, su propósito comunicativo está disminuido y pueden estar
poco “conectados” con su ambiente.
Dentro de lo general, los educandos con autismo parecen tener un estilo cognitivo
característico con mayor fortalezas en áreas no verbales. Debido a que se apegan mucho a lo
concreto tienen dificultades para formar conceptos y entender ideas abstractas. Los educandos
con autismo y sin retardo tienen un patrón variable característico en sus capacidades
intelectuales presentan como habilidad más desarrollada la visomotora y tienen afectados el
razonamiento verbal y no verbal, la formación de conceptos y la comprensión. Este nivel de
funcionamiento cognitivo dispar difiere cualitativamente de otros trastornos. Dentro de lo
particular, cada persona con autismo tiene además su estilo cognitivo propio el cual hay que
tratar de identificar. En este sentido, hay educandos con autismo que tienen buenas
competencias verbales. Algunos tienen muy buena memoria, sin embargo, otros pueden tener
una deficiencia en la memoria a corto plazo en la cual influye la atención. Otros presentan
buena comprensión del lenguaje receptivo de palabras simples con habilidades expresivas
deficientes. Los de mayor edad cronológica al mejorar su focalización de la atención entonces
empiezan a mejorar las habilidades cuantitativas y de memoria (Fein, Waterhouse, Lucci y
Snider, 1985; Lincoln, Courchesne, Kilman, Elmasian y Allen, 1988).
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características anteriormente descritas hay otras que aún cuando no son específicas de los
educandos con autismo las presentan con mucha frecuencia y pueden perturbar la situación de
aprendizaje como la hiperactividad, los altos niveles de ansiedad, la auto y heteroagresividad,
alteraciones en el sueño, entre otras. Hoy en día, estas conductas específicas de las personas
con autismo se conceptualizan como signos externos de déficit subyacentes relacionados al
autismo (Schopler, 1989; Cox y Schopler, 1993; Mesibov, 1993; Van Bourgondien, 1993). La
ausencia de estructuras internas, hace que la autodirección, auto-control y automotivación
sean bastante difíciles en las personas con autismo de manera que inicialmente las estructuras
deben dárseles desde afuera para que las personas con autismo aprendan a organizarse.
En conclusión, queda evidenciado que los educandos con autismo tienen características
específicas al cuadro, que aún cuando puedan mejorar, los acompañan durante toda su vida,
por lo tanto, constituyen un grupo dentro de la población con necesidades educativas
especiales que justifican el diseño de un programa de atención integral diferenciado con
métodos y recursos especializados que permitan satisfacer sus necesidades y promover su
desarrollo integral como personas en una sociedad cambiante a la cual deben integrarse en la
medida de sus posibilidades.
PSICO
Hogar
SOCIAL Escuela
I
Comunidad
BIO
Sistema Nervioso
Genética, Bioquímica, Fisiología y
Biología del Organismo
Nutrición y Dietética
“...un ser activo, ente bio-psico-social en interacción con sus pares, con el medio, a
quien el hecho pedagógico debe garantizar su formación ciudadana y capacitarlo para
transformarse a sí mismo y a su sociedad...” (pág.5)
Si el sistema nervioso del individuo con autismo está afectado y, por ende, funciona de
manera diferente, esta persona tendrá una forma particular de enfrentarse y aprender del medio
que lo rodea. La comprensión de los procesos cognitivos involucrados en el proceso de
aprendizaje del individuo con autismo, léase: cómo una persona con autismo accede al
conocimiento y aprende, es lo que ha llevado a las personas involucradas cotidianamente con la
atención de esta población a centrarse más en el hecho educativo como tal.
Dentro del Acuerdo de Santiago que fue subscrito en Chile en Agosto de 1996 en relación a
las metas de final de la década se planteó:
Esto plantea que debemos centrarnos más en este niño, niña, adolescente, joven o adulto
con necesidades educativas especiales, incluyendo aquellos con autismo, en su condición de
persona con igualdad de derechos ya que la condición que los acompaña tan sólo hace que
en el respeto a la diversidad haya que lograr una atención integral con criterios de la calidad,
equidad y eficiencia a fin de garantizar sus derechos. Como conclusión de todo lo anterior las
personas con autismo, no deben concebirse como objetos a quienes se les aplicarán
programas sino sujetos que tienen plenitud de derechos a la supervivencia, desarrollo y
protección como cualquier otro ciudadano venezolano.
De manera que en la búsqueda de una alternativa educativa para las personas con autismo
debemos centrarnos en el desarrollo pleno de su personalidad y buscar que, en la medida de
sus posibilidades, que sea un ente activo dentro de la sociedad bien sea a nivel familiar, escolar
o en su comunidad . Es decir, se debe ir más allá de la escuela y tener claro cuáles son los
fines del hecho pedagógico para su formación. Deberá buscarse que sea una persona que
valore el trabajo y sea capaz de transformarse a sí misma y a la sociedad con valores
individuales y colectivos que garanticen su propia seguridad y la de los demás. El Modelo de
Atención Educativa Integral para las personas con autismo está inspirado en el Humanismo
Democrático y sigue sus premisas (Prieto, 1957).
Los educandos con autismo tienen derecho a una evaluación integral en función de las
características propias a través de las estrategias apropiadas (LOE, Artículo 105). La evaluación
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diagnóstica en las personas con autismo es de vital importancia ya que permite el agrupamiento
de características comunes de esta población que bajo la misma categoría permite buscar
alternativas educativas particulares y establecer diferencias dentro de la población con
necesidades educativas especiales que en el marco de una política educativa permite el diseño
de programas educativos específicos referidos a una sub-población determinada. Constituye
uno de los primeros pasos en la búsqueda de una atención integral. Los otros tipos de
evaluación (formativa y sumaria) permiten considerar las características únicas e individuales de
cada persona y el proceso educativo en sí mismo lo que permitirá desarrollar el programa de
enseñanza individualizado considerando las estrategias pedagógicas óptimas y las
adaptaciones curriculares necesarias para que este educando autista en particular acceda,
permanezca y progrese en el sistema educativo (LOE, Artículo 92).
Se actuará sobre las posibilidades de las personas con autismo para desarrollarlas en vez
de adaptar objetivos a sus limitaciones a fin de que alcance la realización de sí mismo y logre el
disfrute de la vida, posibilitando su integración y participación en las actividades de la sociedad
donde se desenvuelve. Se debe preparar a la persona con autismo para la independencia
personal, la comunicación, la socialización y el trabajo a través de programas específicos
complementarios o sustitutivos, transitorios o permanentes (Constitución Nacional, Artículo
80; Conceptualización y Política de Educación Especial, 1975).
De manera que el Estado Venezolano debe prestar una mayor atención a la Educación
Especial dándole todo el apoyo requerido a fin de promover la atención integral e integración de
la población con autismo lo que permitirá la participación real y efectiva de todos los educandos
quienes demostrarán sus potencialidades y se convertirán en personas productivas y útiles para
el país.
“La enseñanza que positivamente desarrolla las aptitudes integrales del niño,
poniéndolo en capacidad de satisfacer plena y económicamente en la vida sus
necesidades físicas, mentales morales e intelectuales, no es por cierto
exclusivamente la que dan los libros, la que oye de los labios del maestro, sino
esencial y principalmente la que se adquiere por experiencia propia” (pág.8)
De lo anterior se puede concluir que al educando con autismo habría que darle la
oportunidad de aprender a través de la acción y la experiencia. Considerando sus
características particulares para que él pueda construir su conocimiento estas experiencias
deben tener significado para él, es decir, deben ser significativas y además ha de tenerse en
cuenta que las mismas generen su motivación intrínseca. Lo importante sería desarrollar
estrategias apropiadas para que el educando con autismo logre un aprendizaje significativo y
no sólo mecánico y rutinario.
Flórez (1994) señala que la pedagogía, dentro de las ciencias humanas y sociales, estudia
y propone estrategias para lograr la transición del niño del estado natural al estado humano
como ser racional autoconsciente y libre. La pedagogía se preocupa por el significado, los
motivos y causas de la acción educativa. La considera como una disciplina especialmente
susceptible a todo proceso específicamente humano que le permite asimilar y producir una
cultura. Considerando este autor, la pedagogía reconocería las condiciones para ampliar el
espacio y enriquecer la complejidad de la actividad consciente de la persona con autismo,
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Considerando lo planteado por Vygotsky el aprendizaje de la persona con autismo debe ser
congruente con su nivel de desarrollo debido a que existe una relación entre éste y la
capacidad potencial de aprendizaje del educando. Se deben conocer las capacidades del
educando, considerar sus intereses y respetar el ritmo de aprendizaje del alumno. Rechazó
las descripciones cuantitativas simples de los niños especiales en términos de los rasgos
psicológicos unidimensionales reflejados en los puntajes de los tests. Se centró en las
descripciones cualitativas de la organización especial de su conducta. Una evaluación
integral, flexible que permita determinar ese nivel de desarrollo, las potencialidades e
intereses del educando es apropiada a fin de lograr una verdadera individualización de sus
planes y programas. De manera que son óptimas tanto para las personas con autismo como
para cualquier otro educando con necesidades educativas especiales pruebas que permitan
determinar los procesos que se están iniciando, los que deben continuar desarrollándose y
aquellos que están consolidados a fin de programar objetivos educativos basados en estas
potencialidades que a su vez permitan ir compensando las limitaciones.
Luria (1979) señala que para Vygotsky el origen de las formas superiores de conducta
consciente se debería encontrar en las relaciones sociales del individuo con el mundo externo,
siendo el hombre un agente activo en la creación de ese ambiente. Wertsch (1988) señala que
para Vygotsky el desarrollo tiene naturaleza cambiante ya que las funciones como la memoria,
la atención, la percepción y el pensamiento aparecen primero como procesos elementales luego
transformarse a procesos superiores. Si en las personas con autismo las relaciones sociales
con su medio externo están alteradas al igual que su papel como agente activo en la creación
de ese medio, entonces las formas superiores de conducta consciente que se originan en esas
relaciones sociales también están alteradas. De manera, que considerando a Vygotsky a las
personas con autismo habría que brindarle experiencias de aprendizaje que favorezcan las
relaciones sociales con el medio y que promuevan su papel activo en su medio,
especialmente en el aula donde tiene lugar parte del crecimiento social.
Vygotsky (citado por Luria, 1979) planteaba que el niño está en constante interacción con
el medio desde el momento de su nacimiento. Inicialmente sus respuestas están dominadas por
los procesos naturales derivados de su herencia biológica. Los adultos buscan activamente
incorporar a los niños dentro de su cultura y de su bagaje histórico de significados y formas de
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hacer las cosas, de manera que a través de las intersecciones constantes de los adultos, más
complejas, empiezan a tener forma los procesos psicológicos instrumentales. Al principio estos
procesos son compartidos entre personas ya que pueden operar solamente en el curso de la
interacción de los niños con los adultos (interpsíquicos). Los adultos en este estadio se
convierten en agentes mediadores externos del contacto del niño con el mundo. A medida que
el niño crece la respuesta mediatizada al mundo a través de estos procesos comienzan a ser
ejecutados dentro del mismo niño (intrapsíquicos). A través de esta interiorización de las vías
de operación de la información que está históricamente determinada y culturalmente organizada
es que la naturaleza social de las personas llega a ser también su naturaleza psicológica.
Se debe plantear que actualmente se ha sido demostrado que las formas complejas de los
procesos mentales son el resultado de la actividad cerebral como un todo. La idea de Vygotsky
de funciones mentalmente superiores en sus orígenes, sistemáticas en su estructura y
dinámicas en el desarrollo planteaba una aproximación diferente al problema de su época
relacionada con las localizaciones cerebrales. Se vislumbraba lo que posteriormente consolidó
Luria y sus seguidores en relación a lo que hoy se conoce como función neural dándole un
contexto social. Aspecto importante a considerar en las personas con autismo donde está
comprometida la integridad de su sistema nervioso.
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Shatz (1992) señala que el cerebro humano adulto posee más de cien mil millones de
neuronas, conectadas de forma intrínseca y específica para permitir las funciones mentales
superiores. Las conexiones neurales definitivas se establecen a partir de la remodelación de un
esbozo inmaduro en el que sólo se insinúa el modelo adulto. La maduración del sistema
nervioso puede modificarse y ajustarse con precisión a través de la experiencia. Las
investigaciones sobre el desarrollo del cerebro han demostrado que para alcanzar la precisión
de la configuración del adulto es imprescindible la función neural, es decir, hay que estimular al
cerebro. Desde los estadíos más tempranos el medio socio-cultural de esa persona en
desarrollo desempeña un papel de vital importancia. Las personas nacen con casi todas las
neuronas que van a poseer en su vida adulta pero el cerebro crece debido a que las neuronas
aumentan de tamaño y se incrementa el número de axones, dendritas y de conexiones entre
ellas. Los axones reconocen a través de un sensor molecular substancias químicas que los
guían en su crecimiento por la vía adecuada y crecen a lo largo de ella, con la posibilidad en
función de la interacción con el medio, de corregir los errores cometidos durante la selección de
la dirección (Kandel y Jessell, 1991). La remodelación axónica se produce por la resolución de
la pugna entre los estímulos informativos a través de la formación de áreas funcionales
específicas. Las células que descargan al mismo tiempo establecen las mismas conexiones.
Estas sinápsis especiales de Hebb juegan un papel importante en la memoria y el aprendizaje.
Vygotsky (1934) señaló que inicialmente todas las funciones superiores actúan en estrecha
conexión con la actividad externa y sólo posteriormente parecen interiorizarse transformándose
en actividad interna. La objetivación de la función alterada, su desplazamiento hacia afuera y su
transformación en una actividad externa es uno de los principales mecanismos de
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El nuevo aporte de Vygotsky, según Luria, fue la calificación de los síntomas en una
indagación más precisa de las estructuras del defecto y en el análisis de las diversas causas las
cuales son las responsables del retardo y la distorsión del desarrollo mental del niño. Para Luria
(1979) la necesidad de descubrir formas de ayudar con los problemas de los niños que sufrían
de defectos congénitos - ceguera, sordera, retardo mental- para realizar sus potenciales
individuales, hizo interesar a Vygotsky en el trabajo de los psicólogos académicos y esto lo
condujo a crear un nuevo y comprehensivo enfoque a los procesos psicológicos humanos en los
que pueden también contextuarse aquellos de la población con autismo.
Luria (1979) señaló que para Vygotsky el proceso de desarrollo de la personalidad está
condicionado por la unidad de los factores biológicos y sociales. Indicó que esta unidad no se
presenta en forma de combinación mecánica y estática de los factores hereditarios y del medio,
sino que representa una unidad compleja, diferenciada, dinámica y variable tanto con
respecto a las diferentes funciones psíquicas, como a las distintas etapas del desarrollo relativo
a la edad. Para comprender de un modo correcto el proceso del desarrollo psíquico del niño, es
importante determinar el papel y la importancia de cada uno de esos factores.
Vygotsky concluyó que el origen de las formas superiores de la conducta consciente debía
encontrarse en las relaciones sociales del individuo con el mundo exterior. Pero el hombre no
es sólo un producto de su ambiente, él también es un agente activo en la creación de ese
ambiente. El devenir del trabajo, como actividad consciente, práctica y formadora del hombre es
la fuente del saber a través de la cual el hombre se autoconstruye ya que no hay trabajo
humano sin conocimiento previo. El producto del trabajo es esencialmente de naturaleza social
y, por ende, cultural. En el progreso del conocimiento, a lo largo del desarrollo histórico-social es
como el hombre construye su dimensión consciente. La producción del conocimiento es el
despliegue de su propia especificidad, es la autoconstrucción permanente de su consciencia
como apertura hacia el mundo y apropiación del mismo en su existencia. De manera que a las
personas con autismo se les debe garantizar, como se señalara anteriormente, educación y
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trabajo a fin de lograr su preparación e incorporación activa a los mismos en función de sus
potencialidades así como el acceso a la cultura, a la recreación y a las artes a fin de lograr su
autoconstrucción y un desarrollo armónico e integral.
Al educando con autismo habría que darle la oportunidad de aprender através de la acción
y la experiencia. Considerando sus características particulares para que él pueda construir su
conocimiento estas experiencias deben tener significado para él, es decir, deben ser
significativas y además ha de tenerse en cuenta que las mismas generen su motivación
intrínseca. Como se señalara anteriormente, el maestro debe ser un mediador que partiendo
de las fortalezas e intereses del educando con autismo estructure la situación de
aprendizaje de manera que pueda hacer consciente la información que proviene del medio y la
integre a sus estructura cognitivas a fin de construir su conocimiento y desarrollar en forma
óptima sus potencialidades.
Al ser el autismo una condición que se mantiene a lo largo de toda la vida del individuo,
el programa de atención debe concebirse desde una perspectiva longitudinal y mejorar la
calidad de vida de los individuos con autismo brindando los servicios apropiados a cada fase del
proyecto de vida. Los programas dirigidos a la población infantil con autismo deberán tener
objetivos diferentes de aquellos destinados a la población de adolescentes o adultos con
autismo.
Las personas con autismo tienen un estilo cognitivo característico que los diferencia
claramente de otros cuadros con las cuales pueden tener en común algunos aspectos o pueden
estar asociados. De manera que, dentro del respeto a las diferencias individuales y dando
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La persona con autismo tiene comprometida su integridad neurológica lo cual altera sus
procesos senso-perceptivos; de procesamiento, integración y almacenamiento de la información
que recibe del medio y, por ende, su interpretación de la experiencia está alterada al igual que
su conducta y capacidad de aprendizaje. Así mismo, tiene restringido tanto su propósito
comunicativo como la búsqueda de información y de interacción con el medio. Lo anterior trae
como consecuencia que a la persona con autismo haya que "enseñarla a aprender" por lo cual:
(1) Hay que promover el aprendizaje y no esperar a que se autogenere a fin de lograr éxito
en el proceso de enseñanza-aprendizaje cobrando mucha importancia el concepto vygotskiano
descrito de la mediación de los procesos y de la voluntariedad en un sentido amplio; (2) Es
importante considerar como este aprendiz con autismo procesa la información que le viene del
medio y ya que tiene sus propias estrategias para acceder y apropiarse del conocimiento,
cabría conocer esas estrategias de conocimiento y aprovecharlas a fin de flexibilizar las
estrategias pedagógicas y adaptarlas a las características inherentes al educando y, por
ende, facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje. En el caso de las personas con autismo es
muy importante desarrollar estrategias que logren un aprendizaje no sólo mecánico y rutinario
sino más significativo.
Para el sujeto con autismo que aprende es básico lo que es verbalmente significativo para
él y ya que el aprendizaje por descubrimiento no siempre es posible es importante la información
organizada y los aspectos instruccionales de la educación pero no son suficientes ya que
además hay que considerar los procesos cognitivos del aprendiz. El aprendizaje significativo
ocurre en la persona con autismo cuando el material educativo que se le presenta puede
relacionarse en forma no arbitraria con lo que ya conoce, es decir, con su estructura
cognoscitiva, por lo cual aprende más fácilmente si la información está organizada. De ahí la
importancia de la estructura de la tarea, de las actividades e incluso del ambiente escolar.
focalicen en los aspectos más relevantes de la tarea o de la rutina escolar. Esa estructura y
organización va a depender de las características individuales del educando y se basa en el
conocimiento que el maestro tiene de sus procesos cognitivos.
Las personas con autismo son educandos que se han ido desarrollando de otro modo, en
el sentido vygotskiano, teniendo la capacidad de comprender y de hacer real su potencial y la
tarea de la educación es proporcionarle las condiciones más favorables para lograrlo. Es
importante considerar que cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje lo que debe ser
considerado en la planificación de la rutina escolar.
El ambiente del aula debe prepararse de manera que promueva el crecimiento social que
debe tener lugar en la interrelación de los educandos dentro de ella. Ya que las personas con
autismo tienen problemas para establecer esa interrelación social entonces cobra aún mayor
importancia la preparación de ese ambiente del aula a fin de promover ese crecimiento social.
Así mismo, se deben promover en el niño conductas que tiendan a satisfacer sus necesidades
biopsíquicas reconociendo la importancia de la educación como tarea social. El maestro debe
ayudar a estos educandos a aprender los valores de la participación democrática en función
de sus características particulares. Para esto al docente debe garantizársele su actualización,
capacitación y formación en el área de la atención educativa integral de esta población (RLOE,
Artículo 35).
Con respecto a los aspectos curriculares, Lansing (1981) plantea que un currículum para
niños con autismo se diseña considerando áreas amplias que contemplen aspectos que un niño
sin estas características particulares aprendería en forma natural de los padres y otros niños.
De manera que al menos deben contemplarse seis áreas que son indispensables para lograr un
desarrollo integral de estas personas: (1) Comunicación y Lenguaje; (2) Habilidades, Destrezas
y Comportamiento Social; (3) Habilidades de Autoayuda, Responsabilidad y Utilización del
Tiempo Libre; (4) Habilidades Académicas Cognitivas y Funcionales; (5) Destrezas Motoras y (6)
Hábitos de Trabajo y Organización.
Es evidente que el énfasis en las áreas curriculares diferirá si se está considerando un niño
o un adolescente o adulto con autismo. Fredericks, Buckley, Baldwin, Moore y Stremel-
Campbell (1983) refiriéndose a las necesidades educativas de los adolescentes con autismo
señalan como áreas a desarrollar: (1) Social/sexual; (2) Actividades de la Vida Diaria; (3)
Utilización del Tiempo Libre; (4) Educación Vocacional y (5) Académica-funcional.
Existe una gran mayoría de autistas no verbales que están en la capacidad de aprender
algunas destrezas comunicacionales a un nivel pre-verbal o no-verbal. Se enseña primero a
comunicar sus necesidades e intereses. Inclusive en algunos autistas con destrezas de lenguaje
(habla o lenguaje de señas) sólo se comunican con personas que saben de antemano lo que el
niño quiere o debe decir. Estos niños también requieren del desarrollo de sus destrezas de
lenguaje y comunicación. Independientemente del sistema de expresión que se enseñe
(lenguaje hablado, lenguaje de señas, gestos simples, actos motores, comunicación a través de
figuras en tarjetas, o cualquier otro sistema) debe enseñarse a la persona con autismo un
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medio para transmitir mensajes en situaciones de la vida diaria. Se deben evaluar varias
dimensiones: (1) Función o propósito de la comunicación; (2) Contexto o situación en la cual se
da la comunicación; (3) Categoría semántica; (4) Palabras específicas que se utilizan; (5) Forma
de la Comunicación.
El desarrollo del área social involucra el enseñar a la persona con autismo a identificar las
claves sociales. Para que esto sea posible la experiencia social debe lograr tener algún tipo de
significado para la persona con autismo. La enseñanza en el área social de las personas con
autismo debe ser consistente con lo que estos educandos comprenden y debe centrase en
experiencia positivas. Las destrezas sociales aisladas y específicas no son relevantes para el
desarrollo de la interacción social en las personas con autismo. El énfasis se debe centrar en
combinar esas destrezas individuales en unidades sociales significativas. Para promover
relaciones significativas es esencial que a las personas con autismo se les proporcionen
experiencias compartidas. Especialmente en los adolescentes se debe enfatizar el cómo
establecer relaciones con otras personas, como responder apropiadamente a esas otras
personas en el hogar, la comunidad y en el trabajo o como iniciar apropiadamente interacciones
con otras personas. Se centra en la utilización práctica del lenguaje o de los sistemas de
comunicación aprendidos. Al adolescente se le enseña a como protegerse del abuso sexual y
cómo disfrutar hábitos sexuales sanos.
Mesibov y Lord (1993) plantean que los enfoques tradicionales generalmente están
diseñados para hacer que las personas con autismo aparenten ser lo más normales posibles en
sus interacciones sociales, sin tener respeto por sus necesidades o sus intereses. En vez de
estar centrados en el comportamiento normal como meta principal, se debe partir de las
estructuras sociales básicas y del entendimiento de las personas con autismo a fin de lograr el
desarrollo máximo de sus posibilidades a través de brindarles formas más positivas y
significativas de satisfacer sus necesidades interpersonales.
En cuanto al área académica funcional hay que enseñarlos a integrar sus potencialidades
cognitivas, la aplicación funcional en la vida diaria: Pareamiento, clasificación, secuenciación,
causalidad, relaciones especiales, desarrollo de memoria visual y auditiva son conceptos
básicos a enseñar. Se ha señalado que el educando con autismo es más un aprendiz visual
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Otro aspecto importante se relaciona con las llamadas Actividades de la Vida Diaria y de
Autoayuda. Bishop (1990) señala que requieren ser enseñadas a las personas con autismo a
fin de que pueda desenvolverse exitosamente en su medio ambiente y cuya adquisición le
permitirán funcionar tan independientemente como le sea posible dentro de la sociedad.
La utilización adecuada del tiempo libre es de vital importancia. Esta área se puede dividir
en aquellas actividades que se pueden desarrollar en el hogar y aquellas que se desarrollarán
en la comunidad. En las actividades del hogar estarán aquellas participativas que hará sola la
persona con autismo (jugar solitario, pintar, dibujar, entre otras), las participativas que deben
realizarse con otras personas (jugar pelota, ajedrez, ping-pong) y actividades de observación
(ver T.V., escuchar radio). En la comunidad podrá aprender a realizar actividades solo como
nadar, caminar, las cuales también podría realizar en compañía de otros (montar bicicleta,
patinar) y entre las actividades de observación pueden estar el ir al teatro, al cine, presenciar
actividades deportivas. Es importante que el educando tenga la oportunidad de presenciar
actividades de tiempo libre y enseñársele cómo hacerlas y cuando poder hacerlas así se le
garantiza el acceso a la cultura y a la recreación. De manera que debe incluirse la formación
cultural como parte integral del currículo.
En el área motora es una de las más conservadas en el autista sin embargo aspectos tales
como la coordinación armónica de movimientos, plasticidad y planificación motora están
afectados. La terapia ocupacional y educación física cobran mucha importancia a fin de evitar
escoliosis y otras deformaciones, por un lado, a través de la Educación Física no competitiva
donde se desarrolle por medio de la psicomotricidad el esquema corporal a través de ejercicios
de postura, tono muscular, respiración y relajación. Por otro lado, permiten el desarrollo de
muchas potencialidades que tienen estos educandos en esta área específica. A través de la
Educación Física y el Deporte con las adaptaciones curriculares requeridas se pueden
desarrollar normas y valores y a través de la Recreación se puede desarrollar la interacción
social tan afectada en la población con autismo. Además, la adquisición de destrezas manuales
ocupacionales pueden ser un inicio para garantizar su integración a los Talleres de Educación
Laboral al igual que a un oficio futuro. Cabe recordar que educación y trabajo son partes de
un mismo proceso que debe iniciarse tempranamente y son esenciales para el desarrollo
integral del hombre.
igual que aquellos que tengan mayor grado de compromiso del nivel de funcionamiento. Una
vez pasada esta fase inicial, la meta es promover el aprendizaje, hasta donde sea posible,
dentro de los ambientes menos estructurados y más naturales lo cual conduce a la
integración social.