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I

Ca p í t u l o
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL
DERECHO PENAL ECONÓMICO
I. IN T R O D U C C IÓ N

No siempre ha existido un sistema económico general por encima de


la gestión individual que cada individuo hace de sus propios intereses. En
un principio, cuando las relaciones económicas se limitaban a asegurar el
disfrute de los bienes requeridos para la satisfacción de las necesidades ele­
mentales, no era necesario contar con un sistema social parcial que, por
diferenciación, redujese la complejidad de la realidad y solucionase el pro­
blema de la distribución de los bienes111. Sólo con cierto nivel de desarrollo
y, por tanto, con una mayor sofisticación de las relaciones sociales de pro­
ducción y de consumo, se presentaron las condiciones para la formación de
un sistema económico independiente de las concretas condiciones de vida
de los particulares.

La independencia funcional del sistema económico no implica, sin


embargo, su desconexión con la situación particular de cada individuo,
pues, en mayor o menor medida, según cómo se distribuya la riqueza, el
desarrollo económico alcanzado por una comunidad se refleja necesaria­
mente en una mejora del estándar de vida de sus miembros individuales121.
Bajo esta perspectiva, de lo que se encarga la economía es de garantizar
ciertas condiciones generales para que los individuos alcancen, por sus
propios medios, la satisfacción de sus intereses.
No existe una única manera de estructurar la economía para cumplir con
su cometido, sino que eso depende de factores tan diversos como las necesida­

[1] Sobre la economia como sistema social autopoietico, v id ., L u h m a n n , Die Wirtschaft,


pp. 14 y ss., 52 y ss.;
pl Vid„ en este sentido, L i n d e m a n n , Wirtschaftsstrafrecht, p. 1.

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P e r c y G a r c ía C a v e r ò

des a satisfacer, la composición social, las circunstancias ambientales, el nivel


de información o la división del trabajo. La cuestión más debatida en relación
con la estructuración del sistema económico es, sin duda, si debe ser dirigida
por el Estado o si, por el contrario, tiene que fluir espontáneamente. En fun­
ción de la respuesta que se le dé a esta cuestión, se formulan los distintos mo­
delos económicos de carácter teórico. A lo largo de la historia las sociedades se
han ido inclinando por modelos que ponen un acento más estatista o liberal.
La legislación penal en materia económica ha evolucionado según
cómo cada sociedad ha ido conformando su economía131. Con el reconoci­
miento de la existencia de un sistema económico, los tipos penales dejaron
de circunscribir la reacción punitiva a las lesiones patrimoniales individua­
lizadas para tipificar también ciertas conductas de abuso de las estructuras
generales de la economía141. Desde entonces esta tipificación ha tomado un
cariz más o menos intenso según el modelo económico asumido en cada
momento histórico. En lo que sigue, se abordará precisamente los detalles
de esta evolución de la legislación penal (económica), lo que se hará en dos
niveles de exposición diferenciados. El primero se ocupará de la evolución
de la legislación penal de los países que conforman el sistema continental
europeo al que se adscribe nuestro sistema penal; el segundo se encargará
de las particularidades de la normativa nacional.

II. EVOLUCIÓN DE LA LEGISLACIÓN PENAL ECONÓMICA

1. El Derecho penal económico en el sistem a continental


europeo
A. Prim eras formas de aparición
Al reconocerse socialmente la posibilidad de que un individuo ad­
quiera derechos sobre un bien, surgió la necesidad de dar a estos derechos
una protección institucionalizada. A ello contribuyó el Derecho penal con

131 Cfr., la relación existente entre la configuración y extensión del Derecho penal, por
un lado, y la estructura de la constitución económica de una sociedad, por el otro,
en J e s c h e c k , JZ 1959, p. 457; T i e d e m a n n , FS-Stree/Wessels, p. 527; R i c h t e r , en
Wirtschaftsstrafrecht, Müller-Gugenberger/Bieneck (Hrsg.), § 2, n.m. 2.
[4] Vid., en este sentido, T i e d e m a n n , Wirtschaftsstrafrecht, I, p. 19 y s.; S c h ü n e m a n n ,
CCGPJ 1991, p. 32; W ü h l e r s , Deliktstypen, p. 166.

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E v o l u c ió n h is t ó r ic a d e l D erech o P e n a l E c o n ó m ic o

los mecanismos que le son propios. La legislación penal generada por esta
causa contó indudablemente con un trasfondo económico151, lo que le ha
permitido a algunos afirmar que ya aquí se puede apreciar el germen del
Derecho penal económico161. Sin embargo, esta protección penal de los de­
rechos sobre los bienes respondió a una visión individualista de lo econó­
mico, motivada por la escasa complejidad que en ese entonces tenían las
relaciones económicas orientadas esencialmente a la apropiación de bienes
para la satisfacción de necesidades primarias. Así, la normativa penal se
configuró como una protección directa de aspectos de la esfera individual
de las personas, tal como lo evidencian los tipos penales de hurto, robo o
estafa, cuya configuración típica asumió la misma perspectiva que los de­
litos contra la vida o la integridad corporal: La lesión concreta de derechos
individuales sobre los bienes[7]. Una vinculación con un sistema indepen­
diente (la economía) no estuvo presente, ni lo está aún hoy, en los delitos
patrimoniales de viejo cuño.

Lo anterior no puede pasar por alto que las primeras incriminaciones


relacionadas con intereses económicos no se redujeron a ataques dirigidos
a sujetos particulares, sino que ya desde antiguo se expidieron leyes -en
sentido amplio181- que castigaron conductas con el objetivo de proteger
intereses de carácter supraindividual191. Esta protección penal comenzó a

151 Vid., así, R o d r í g u e z M o u r u l l o , ADPCP, 1984, p. 678, quien señala que “allí
donde existió un sistema penal hubo siempre un Derecho penal económico, más o
menos rudimentario, en consonancia con la correspondiente estructura social y grado
de evolución económica”. Vid., igualmente, T i e d e m a n n , Wirtschaftsstrafrecht, I, p.
42; E l m i s m o , en Die Verbrechen, Tiedemann (drg.), p. 9.
161 Podría decirse, en este sentido, que el Derecho penal económico no es una disciplina
nueva; lo que puede ser reciente es, en todo caso, su denominación y sistematización
con base en el actual sistema económico y sus principios reguladores. Vid., en este
sentido, T i e d e m a n n , Wirtschaftsstrafrecht, I, p. 14; S c h ü n e m a n n , CC G PJ1992, p. 32.
171 Cfr. R i c h t e r , en Wirtschaftsstrafrecht, Müller-Gugenberger/Bieneck (Hrsg.), § 2,
n.m. 3; S t e i n , Ulrich, en Wirtschaftskriminalität, Gropp (Hrsg.), p. 75.
181 No se puede hablar de leyes en el sentido de un Estado con distribución de poderes
(o funciones), pues no siempre existió tal estructuración del poder. En este sentido,
M a t t e s , Untersuchungen, 1, p. 41, afirma correctamente que en la edad media
es difícil encontrar una diferencia entre dispositivos de Derecho administrativo
sancionador y dispositivos de Derecho penal (criminal).
191 Cfr. T i e d e m a n n , GA 1969, p. 71; E l m i s m o , Wirtschaftsstrafrecht, I, p. 42 y s.; H e i n z ,
e n Wirtschaftskriminalität, Gropp (Hrsg.), p. 14; R i c h t e r , e n Wirtschaftsstrafrecht,

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P ercy G a r c ía C averò

•¿a<¿es de comercio de bienes fueron proliferando.


gestarse cuando las activl ^ ^ COnducta de quienes afectaban el patrimonio
Por un lado, se criminé 1 £eU¿al al dejar de pagar los impuestos sobre las
de la corona o del se ñ oir ^ comercio de los bienes. Por otro lado, se casti-
ganancias obtenidas p ° r j uctas de lesividad difusa en las relaciones co-
garon también ciertas c ° ^ ja Usura, el monopolio, el acaparamiento, el
merciales como fue el ca ^ infracción del sistema de control de precios1101,
comercio intermediar*0 figuras delictivas no pueden ser entendidas
No hay duda que tod&s ^ jQS jntereses patrimoniales individuales de un
bajo la lógica de la leSl° ^ nden a una percepción más amplia de los efectos
ciudadano, sino que resp
del delito.
jjtes mencionados no se correspondieran con la ló-
E1 que los delitos & jeSi5 n sobre los intereses económicos de un par-
gica individualista de u1^ configuraran en atención a las estructuras de un
ticular, no significa que ordenación de los actos de comercio. Aunque
sistema supraindividtia^ a un perjuicio al patrimonio de otro particular,
lo que se castigaba n ° ^ ^ t u v o en la lógica de la causación efectiva de
la perspectiva penal se organización real o feudal, sea de la comunidad
un perjuicio, sea de Ia esta protección jurídico-penal incorpora una
como tal. No hay du ¿a ^ posible hablar aún de la protección de un sis-
visión general, pero & ° ci2Ldo, al menos para el Derecho penal, pues con
tema económico difere , a]g0 distinto a la suma de intereses de los in-
estos delitos no se PrOÍ^ e [a clase regente. Los intereses económicos de la
dividuos p articu lares ° a j o s , en todo caso, como una suma de intereses
sociedad estaban con ^S
particulares.

B . L a i d e o l o g í a Iit>e r a l
-ales comenzaron a sufrir cambios importantes a
Las estructuras S° ^ ando la actividad comercial experimentó una tec-
finales del siglo XVIII’ C del proceso de producción que llevó al naci-
nificación y racionaliza

- neck (Hrsg.), § 2, n.m: 4; L a m a s P uccio , Derecho penal


Müller-Gugenberger/
económico, p. 14 y s- tjntos ordenamientos jurídicos de reinos antiguos Vogel ,
[10] Cfr. con referencias a en Wirtschaftsstrafrecht, Miiller-Gugenberger/Bieneck
JZ 1958, p. 112; R1^ n m ann, Einführung, § 1, n.m. 48.
(Hrsg.), § 2, n.m. 5; TlEP

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E v o l u c ió n h is t ó r ic a d e l D erech o P e n a l E c o n ó m ic o

miento de las industrias1111. Las complejas relaciones sociales que se deriva­


ron de la industrialización, como la producción masiva o la distribución de
los beneficios para los propietarios y los trabajadores, difícilmente podían
reducirse a una sumatoria de intereses individuales. Es así que se recono­
ció la existencia de un sistema económico independiente de los concretos
intereses patrimoniales de los sujetos individuales. En esta comprensión de
la realidad económica jugó un papel relevante el desarrollo de la ideología
liberal del siglo XIX1121, la cual tuvo un rápido auge hasta su abrupto fin con
la economía dirigida de la primera guerra mundial {Zwangswirtschaft)[lí].
Este predominio del liberalismo en la economía se reflejó en la regulación
jurídica y, por supuesto, también en el Derecho penal.
El descubrimiento de la economía por parte de la ideología liberal
como un sistema autorregulado por una mano invisible1141 determinó la
falta de necesidad de que los gobernantes se encarguen de dirigirla. Al Es­
tado no le correspondía un papel activo en la mejora de las condiciones
económicas de los individuos, por lo que solamente debía garantizar que
las reglas del mercado no se vean perturbadas por la conducta abusiva de
alguno de ellos[151. De ordinario, esta labor debía llevarse a cabo mediante
el Derecho policial o administrativo, pero no con el Derecho penal o crimi­
nal1161. La represión punitiva debía reservarse únicamente a aquellas lesio­
nes económicas equiparables a los delitos patrimoniales1171, como sucedió,
por ejemplo, con el castigo de los delitos contra la propiedad industrial1181.

1111 R i c h t e r , en Wirtschaftsstrafrecht, Müller-Gugenberger/Bieneck (Hrsg.), § 2, n.m. 9.


1121 Cfr., S c h m ö l d e r s , en Bekämpfung der Wirtschaftsdelikte, p. 13 y s.; L a m a s P u c c i o ,
Derecho penal económico, p. 17.
1131 J e s c h e c k , JZ
1959, p. 457; R i c h t e r , en Wirtschaftsstrafrecht, Müller-Gugenberger/
Bieneck (Hrsg.), § 2, n.m. 16 y ss.
[14] Vid., R ig h i , Derecho penal económico, p. 4.
1151 Vid., M a t t e s , Untersuchungen, 1, p. 38; R i g h i , Derecho penal económico, p. 6.
[16] Cfr., ampliamente, M a t t e s , Untersuchungen, 1, p. 92 y ss.
1171 Cfr. R i c h t e r , en Wirtschaftsstrafrecht, Müller-Gugenberger/Bieneck (Hrsg.), §
2 , n.m. 10; R i g h i , Derecho penal económico, p. 7. Presentaron ya una visión
económica de los intereses particulares, G r ü n h u t , FS-RG, V, p. 1 1 6 y ss.; A l s b e r g ,
Wirtschaftsstrafrecht, p. 1 y ss.
[18] Esta comprensión de la intervención del Estado en el economía, sumado al hecho
de que la propiedad industrial (patentes y marcas) fuese entendida, en un primer

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P e r c y G a r c ía C a v e r ò

La idea central era que la economía debía desarrollarse sin Derecho pe-
naltl9]. Esta comprensión de las cosas llevó a algunos autores a sostener in­
cluso que conductas como la usura, el acaparamiento, el abuso de posición
monopólica o la bancarrota fraudulenta, no deberían ser delitos en sentido
estricto, sino meras infracciones del Derecho de policía1201.
Como ya se dijo, la ideología liberal que se impuso en Europa durante
el siglo XIX comenzó a ser cuestionada en el primer cuarto del siglo XX.
La objeción principal contra esta forma de ver la economía se centraba en
la idea de que la regulación de las relaciones económicas entre los particu­
lares no podía estar encargada solamente a la famosa “mano invisible” de
los liberales, sino que era necesario una intervención activa por parte del
Estado, para que, como representante del bien común, evite las distorsio­
nes a las que inevitablemente llega un mercado configurado por la libre
actuación de los particulares1211. Este giro en el papel económico del Estado
se identifica históricamente con la famosa caída de la bolsa de valores esta­
dounidense en 1929[22].

C. El intervencionismo estatal
En las primeras décadas del siglo XX, el Estado empezó a desarrollar
una política de orden de la economía, controlando aspectos como la pro-

momento, como un derecho subjetivo, explican el temprano castigo penal que en


países europeos recibieron los atentados contra la propiedad industrial. Vid., con
mayores referencias, M e n é n d e z M e n é n d e z , La competencia desleal, p. 34; B a jo
F e r n á n d e z / B a c i g a l u p o S a g u e s s e , Derecho penal económico, p. 453 y s.; S e g u r a
G a r c í a , Derecho penal y Propiedad industrial, p. 50; M o r e n o y B r a v o , Delitos, p. 7.

1191 L in d e m a n n , Wirtschaftsstrafrecht, p . 2.
p°] Lehrbuch, 1820, §§ 432 y ss. De igual manera, aunque aceptando estas
Feu er ba c h ,
sanciones en casos muy especiales, K ó s t l i n , Neue Revisión, p. 699 y ss.
1211 Cfr., sobre el surgimiento en ese entonces de un Derecho económico que buscó
asegurar el sistema liberal y reducir sus consecuencias negativas, con amplias
referencias bibliográficas, W e r n e r , Wirtschaftsordnung, p. 12 y ss. En la doctrina
penal nacional destacan este hecho S e i j a s R e n j i f o , Revista de Derecho y Ciencia
Política, 54-55 (1997/8), p. 111 y ss.; B r a m o n t -A r i a s T o r r e s , Luis A ., en Cuadernos
jurisprudenciales, 4 (2001), p. 3; E l m i s m o / G a r c í a C a n t i z a n o , Manual, PE, p. 355.
1221 Vid., R i g h i , Derecho penal económico, p. 7 y ss.; T e r r a d i l l o s B a s o c o , Derecho
penal de la empresa, p. 11; M a r t o s N u ñ e z , Derecho penal económico, pp. 19, 24,
como cambio del sistema capitalista liberal.

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E v o l u c ió n h is t ó r ic a d e l D erech o P e n a l E c o n ó m ic o

ducción, los precios, los intereses de los trabajadores, etc. Para reforzar esta
política de intervención económica se implantó una protección penal en
determinados ámbitos de la economía. Así, por ejemplo, poco antes de la
primera guerra mundial en diversos ordenamientos jurídicos europeos se
crearon tipos penales que sancionaron el incumplimiento de ciertas dispo­
siciones de carácter económico1231, lo que tuvo lugar como consecuencia de
la visión estatista impulsada por la llamada economía de guerra1241. El Esta­
do dejó de tener la función de ser un simple vigilante del orden económico
natural y empezó a asumir una participación activa en el desarrollo de la
economía nacional, sobre todo para controlar la creciente inflación que
sobrevino después de la primera guerra mundial1251.
La progresiva regulación de la economía mediante directivas estatales
de administración económica y su reforzamiento por medio de sanciones
de carácter penal en caso de incumplimiento, contribuyeron a la consoli­
dación de lo que comenzó a llamarse Derecho penal económico1261. Con la
llegada al poder de diversos regímenes totalitarios al finalizar la primera

123) Cfr., L i n d e m a n n , Wirtschaftsstrafrecht, p. 49 y ss.; T i e d e m a n n , Wirtschaftsstrafrecht,


I, p. 43 y ss.; W e r n e r , Wirtschaftsordnung, p. 30 y ss.
1241 C fr. T i e d e m a n n , G A 196 9 , p. 7 3 ; E l m i s m o , e n HWiStR, K r e k e le r /T ie d e m a n n /
U ls e n h e id e r /W e in m a n n ( H r s g .) , p. 1; E l M i s m o , Einführung, § 1, n .m . 4 9 ;
R i c h t e r , e n Wirtschaftsstrafrecht, M ü lle r - G u g e n b e r g e r /B ie n e c k (H r s g .), § 2, n .m .
17; A c h e n b a c h , e n Estudios, M ir y o tr o s (c o o r d .), p. 2 7 ; R i g h i , Derecho penal
económico, p p . 8, 36; H e r n á n d e z B a s u a l t o , Persona y sociedad, v o l. X I X , n ° 1
(2 0 0 5 ), p. 102.

í25) T i e d e m a n n , Wirtschaftsstrafrecht, I, p. 4 3 y s.; W e r n e r , Wirtschaftsordnung, pp.


18 y ss., 3 2 y ss.; D a n n e c k e r , en HbWiStR, Wabnitz/Janovsky (Hrsg.), Cap. 1,
n.m. 34; A c h e n b a c h , en Estudios, Mir y otros (coord.), p. 2 8 ; R i g h i , Derecho
penal económico, p. 8; S e i j a s R e n j i f o , Revista de Derecho y Ciencia Política 5 4 -5 5
(1 9 9 7 /8 ), p. 114 y s.

[26j £ j tr a b a jo d e L i n d e m a n n , Wirtschaftsstrafrecht, p a s s im (e sp e c . p. 2 2 ), c o n stitu y e


el re fle jo d e e s ta n u e v a c o n fig u r a c ió n d e l D e r e c h o p e n a l (e c o n ó m ic o ). S o b r e e s ta
v is ió n , cfr., ta m b ié n , T i e d e m a n n , GA 1 9 6 9 , p. 73; E l m ism o , Wirtschaftsstrafrecht, I,
p. 43; E l m ism o , en HWiStR, K re k e le r /T ie d e m a n n /U ls e n h e im e r /W e in m a n n (H r s g .),
p. 1; E l m ism o , Poder económico, p. 24; E l M is m o , Einführung, § 1, n .m . 4 9 ; H e i n z ,
e n Wirtschaftskriminalität, G r o p p (H r s g .), p. 14; R i c h t e r , e n Wirtschaftsstrafrecht,
M ü lle r - G u g e n b e r g e r /B ie n e c k ( H r s g .), § 2, n .m . 16; D a n n e c k e r , e n HbWiStR,
W a b n itz /Ja n o v sk y (H r s g .), C a p . 1, n .m . 33; R i g h i , Derecho penal económico, p. 9
y s.; B a j o F e r n á n d e z , e n Estudios, M ir y o tr o s (c o o r d .), p. 4; P a r i o n a A r a n a ,
e n Nuevas Tendencias, R e y n a A lfa r o (c o o r d .), p. 269.

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P e r c y G a r c ía C a v er ò

guerra mundial, el Derecho penal económico -concretamente, el que re­


forzaba la actividad económica del Estado-, experimentó un crecimiento
exponencial, cayéndose así en un uso abusivo del mismo1271. El Derecho de
policía en materia económica quedó relegado a un segundo plano, mien­
tras que el Derecho penal se convirtió en la prim a ratio para el efectivo
afianzamiento del modelo económico asumido1281.

D. El neoliberalismo: La economía social de m ercado


Tras la segunda guerra mundial tuvo lugar un cierto retorno a postula­
dos de origen liberal, pero no en el sentido de un liberalismo radical con una
economía espontánea sin dirección estatal1291. La intervención estatal era ne­
cesaria no sólo para impedir los abusos en el terreno económico por parte de
los particulares, sino también, y fundamentalmente, para fomentar una justa
distribución de la riqueza1301. En este sentido, no se habló más de un sistema
económico autorregulado por leyes naturales, sino de una economía social
de mercado (soziale Marktwirtschaft), cuyas bases se asentaban indiscutible­
mente en el libre mercado, pero con la necesidad de una participación activa
del Estado mediante prestaciones sociales esenciales1311.

1271 U n e je m p lo c la ro d e este p r o c e d e r e s lo q u e e n A le m a n ia se c o n s id e r ó la ‘‘p e n a


d e o rd e n ” ( Ordnungsstrafe) y q u e fu e a p ro v e c h a d o p o r el n a c io n a ls o c ia lis m o p a r a
s u s fin e s p o lític o s (v id ., p o r e je m p lo , M e e s k e , Die Ordnungsstrafe, p . 9 y ss.;
R i e t s z c h , JW 193 8 , p . 1073 y ss.). C fr. so b r e e ste a b u s o d e l D e r e c h o p e n a l e n el
n a c io n a ls o c ia lis m o , S c h m i d t , E ., SJZ 1 9 4 8 , p. 2 2 8 ; E l m ism o , Wirtschaftsstrafrecht,
p p . 10, 14; J e s c h e c k , JZ 1 95 9 , p. 4 5 8 ; T i e d e m a n n , GA 1 96 9 , p. 76; E l m ism o ,
Wirtschaftsstrafrecht, I, p. 4 4 y s.; W e r n e r , Wirtschaftsordnung, p p . 4 5 y ss. 5 2 y
ss.; S t e i n , U lric h , e n Wirtschaftskriminalität, G r o p p (H r s g .), p. 66; R i c h t e r , en
Wirtschaftsstrafrecht, M ü lle r -G u g e n b e rg e r /B ie n e c k (H r sg .), § 2, n .m . 19; D a n n e c k e r ,
e n HbWiStR, W a b n itz /Ja n o v sk y (H r s g .), C a p . 1, n .m . 3 5 ; A c h e n b a c h , e n Estudios,
M ir y o tr o s (c o o r d .), p. 28 y s.; R i g h i , Derecho penal económico, p. 39 y ss.

[28) Cfr. R i c h t e r , en Wirtschaftsstrafrecht, Müller-Gugenberger/Bieneck (Hrsg.), § 2,


n.m. 23.
[29) Cfr. J e s c h e c k , JZ 1 9 5 9 , p . 4 5 8 ; R i c h t e r , en Wirtschaftsstrafrecht, Müller-
Gugenberger/Bieneck (Hrsg.), § 2, n.m. 25.
[30) Similarmente, cfr., B o t t k e , wistra 199 1 , p. 3.
1311 C fr. J e s c h e c k , JZ 1 95 9 , p. 4 5 8 ; B o t t k e , wistra 199 1 , p. 3 y s.; T i e d e m a n n , en
HWiStR, K r e k e le r /T ie d e m a n n /U Is e n h e im e r /W e in m a n n (H r s g .), p. 3; E l m i s m o ,
Poder económico, p. 2 6 ; R i c h t e r , e n Wirtschaftsstrafrecht, M ü lle r - G u g e n b e rg e r /
B ie n e c k (H r s g .), § 2, n .m . 2 5 y ss.; D a n n e c k e r , e n HbWiStR, W a b n itz /Ja n o v sk y
(H r s g .), C a p . 1, n .m . 36; B a j o F e r n á n d e z , e n Estudios, M ir y o tr o s (c o o r d .), p. 5;

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E v o l u c ió n h is t ó r ic a d e l D erech o P e n a l E c o n ó m ic o

El recurso al Derecho penal para reforzar la intervención social del


Estado no estaba descartado. Sin embargo, estaba claro que su utilización
no podía estar determinada únicamente por factores políticos -esto es, por
una simple estrategia económica-, sino esencialmente por la gravedad de
las infracciones. El abuso de la coactividad jurídica que tuvo lugar con los
Estados totalitarios planteó la necesidad de tener que justificar el uso del
Derecho más gravoso en el ámbito de la economía1321. Bajo estas circuns­
tancias, lo que se produjo fue un regreso al Derecho administrativo san-
cionador para regular los diversos aspectos disfuncionales del mercado,
limitando el uso del Derecho penal al castigo de los hechos más graves1331.
También desde el punto de vista de la política económica se estimó poco
conveniente una sobrepoblación de leyes penales en el terreno de la economía.
En el sector occidental de la nueva ordenación de los países europeos luego
de la segunda guerra mundial, se consideró más ventajoso que la actividad
productiva no sea frenada con dispositivos penales de carácter controlista[34),
lo que se reflejó en un Derecho penal económico poco extendido. Junto a los
tradicionales delitos patrimoniales se mantuvieron alguno que otro tipo pe-

E l m i s m o /S . B a c i g a l u p o , Derecho penal económico, p. 12; A r r o y o Z a p a t e r o , en


Estudios, Arroyo/Tiedemann (ed.), p. 19; E l m i s m o , Prólogo, p. 9; A b a n t o Vá s q u e z ,
Derecho penal económico, p. 19 y ss.
1321 E n este se n tid o , M a t t e s , Untersuchungen, 1, p. 174. U n e je m p lo d e e sto tu v o lu g a r
e n la A le m a n ia de la p o s t g u e r r a c o n la le y d e sim p lific a c ió n d e l D e r e c h o p e n a l
e c o n ó m ic o d e 26 d e ju lio d e 1949, la q u e e stu v o fu n d a m e n ta lm e n te d ir ig id a a d e ro g a r
la e x te n sa le g isla c ió n p e n a l d e la e c o n o m ía c o n tr o la d a d e l n a c io n a lso c ia lism o . E n e sta
ley, e n el § 6 p á r r a f o s 2 y 3, s e e s ta b le c ió e x p r e sa m e n te u n c rite rio d e d ife r e n c ia c ió n
e n tre u n d e lito e c o n ó m ic o y u n a in fr a c c ió n a d m in istra tiv a o c o n trav e n ció n , sig u ie n d o
lo s c rite r io s d e s a r r o lla d o s e n la d o c t r in a a le m a n a p o r Ja m e s G o ld s c h m id t y E r ik
W olf. V id ., m á s d e ta lla d a m e n te , S c h m i d t , E ., SJZ 1949, p. 665 y ss.; E l m i s m o ,
Wirtschaftsstrafrecht, p. 9; J e s c h e c k , JZ 1959, p . 458; T i e d e m a n n , GA 1969, p.
77; E l m i s m o , e n HWiStR, K r e k e le r /T ie d e m a n n /U ls e n h e im e r /W e in m a n n (H r s g .),
p. 1 y s.; H e i n z , e n Wirtschaftskriminalitat, G r o p p (H r s g .), p. 14 y s.; R i c h t e r , en
Wirtschaftsstrafrecht, M ü lle r -G u g e n b e rg e r /B ie n e c k (H r sg .), § 2, n .m . 27; D a n n e c k e r ,
enHbWiStR, W a b n itz /Ja n o v sk y (H r s g .), C a p . 1, n .m . 36.
1331 En este sentido, S c h m i d t , E„ Wirtschaftsstrafrecht, p . 9; J e s c h e c k , JZ 1959, p.
458; T i e d e m a n n , FS-Stree/Wessels, p. 529; A c h e n b a c h , en Estudios, Mir y otros
(coord.), p. 32.
[341 Situación totalmente distinta a la de los países que estuvieron bajo dominio soviético
en los que se asumió el modelo de la llamada economía planificada. Sobre esto,
vid., M a r t o s N u ñ e z , Derecho penal económico, p. 17 y ss.

55
P e r c y G a r c ía C averò

j
¡ nal económico de carácter más general, pero sin afectar con ello el desenvol-
¡ vimiento dinámico de la economía. La necesidad de fomentar el desarrollo de
1 la economía y la industria determinó la existencia de pocas “trabas” jurídicas.

E. El fracaso del Estado de bienestar


Desde la década de los setenta del siglo pasado tuvo lugar un cambio
sustancial en la legislación penal, lo que algunos han calificado como un
resurgimiento de la actividad punitiva del Estado1351. Si bien en el plano
económico se mantuvo la lógica del libre mercado, por lo que el Estado
siguió dejando las actividades económicas en manos de los particulares y
limitando su intervención a las labores de control y supervisión, el Derecho
penal dejó de verse como un arma excepcional para sancionar los abusos
de los agentes económicos1361. En efecto, el punto de partida liberal no se
tradujo en una legislación penal económica reducida, sino que la misma
se fue enfocando en la represión de las nuevas formas de afectación de
los intereses económicos1371. Es así que a la función encargada desde antes
al Derecho penal de reforzar la actividad económica del Estado (Derecho
penal económico en sentido estricto)1381, se le sumó de forma más nítida la
función de sancionar las diversas conductas dañosas que pudiesen presen­
tarse en el ciclo de producción, distribución y consumo de bienes y servi­
cios (Derecho penal en sentido amplio)1391.

[35! C fr. B o t t k e , wistra 199 1 , p. 6; T i e d e m a n n , e n HWiStR, K r e k e le r /T ie d e m a n n /


U lse n h e im e r/W e in m a n n (Hrsg.), p. 5; E l m i s m o , Poder económico, p. 2 6 y s.; E l
m i s m o , Lecciones, p. 31; S c h ü n e m a n n , CCGPJ 1991, p. 32 y s.; S t e i n , U lric h , en
Wirtschaftskriminalität, G r o p p (Hrsg.), p . 77 y ss.; D a n n e c k e r , e n HbWiStR, W ab n itz/
Ja n o v sk y (Hrsg.), C a p 1, n .m . 4; E s e r , Revista de Derecho penal, II, 2 0 0 0 -2 , p. 42;
A c h e n b a c h , e n Estudios, M ir y o tro s (c o o r d .), p. 35 y ss.; A l e s s a n d r i , Manuale,
p. 4; R i g h i , Derecho penal económico, p. 4 8 ; M u ñ o z C o n d e / G a r c í a A r a n , Derecho
penal, P G , p. 83; P o l a in o N a v a r r e t e , Derecho penal, P G , I, p. 183 y s.; A b a n t o
V á s q u e z , Derecho penal económico, p. 2 6 y s.; R e y n a A l f a r o , Manual, p. 21.

1361 Vid., así, P r a d e l , en Derecho penal económico, II, Conde-Pumpido Tourón (dr.),
p. 26 y s.
1371 Ejemplo de ello son las leyes de lucha contra la criminalidad económica promulgadas
en Alemania. Vid., sobre ello, H e f e n d e h l , ZStW 119 (2 0 0 7 ), p. 817.
Í3S) Cfr. T i e d e m a n n , GA 1 969, p. 8 0 y s.; B a jo F e r n á n d e z /S . B a c i g a l u p o , Derecho
penal económico, p. 13 y s.
1391 Vid., así, la descripción de T i e d e m a n n , GA 196 9 , p. 71; E l m i s m o , en Die Verbrechen,
Tiedemann (Hrsg.), p. 9 y s.; H e i n z , en Wirtschaftskriminalität, Gropp (Hrsg.), p. 17.

56
E v o l u c ió n h is t ó r ic a d e l D erech o P e n a l E c o n ó m ic o

Desde entonces ha tenido lugar una progresiva expansión del Derecho


penal económico que se ha ido intensificando en los últimos años. Muchos
son los factores que han sido determinantes de tal expansión: El conoci­
miento de los cuantiosos daños que determinadas conductas defraudato-
rias producen en la economía del país1401, la imposibilidad de castigar las
nuevas formas de aparición de conductas lesivas con los tipos penales tra­
dicionales1411, incluso una cierta perversión del aparato estatal originada
fundamentalmente por el fracaso del modelo del Estado de Bienestar11421.
Pero no hay duda que ha sido la profunda crisis económica padecida por
Europa desde finales de la primera década del siglo XXI, lo que ha dado el
impulso político para legitimar los procesos de neocriminalización en el
sistema económico1431.
Pero más allá de las causas de esta expansión legislativa del Derecho
penal económico1441, lo que llama especialmente la atención es el alcance
que está teniendo. El Derecho penal económico se ha ampliado no sólo por
la creación de nuevos tipos penales o la reformulación de los antiguos, sino
también por la elevación a la categoría de delitos de anteriores infracciones
administrativas1451. En efecto, si se revisa la actual legislación penal econó­
mica, se podrá comprobar que muchas conductas que antes constituían
infracciones administrativas son actualmente figuras delictivas: Los delitos
contra la competencia, los delitos contra los intereses económicos de los
consumidores, la obstaculización de las labores de supervisión adminis­
trativa, etc. Todo esto no hace más que evidenciar lo que se ha venido a
calificar como el fenómeno de la “administrativización” del Derecho penal.

1401 Vid., T ie d e m a n n , en Die Verbrechen, Tiedemann (Hrsg.), p. 10.


[41] Así en los delitos económicos, T i e d e m a n n , en Die Verbrechen, Tiedemann (Hrsg.),
12; L o h m e y e r , Wirtschaftskriminalität, p. 41.
1421 Vid., en este sentido, S il v a S á n c h e z , L a expansión, p. 21; A l b r e c h t , en La
insostenible situación, p. 472; B e s t e /V o s s , en La insostenible situación, p . 347.
Similarmente, A c h e n b a c h , en Estudios, Mir y otros (coord.), p. 38.
1431 Vid., F e i j o o S á n c h e z , Gaceta Penal & Procesal Penal, 20, febrero (2011), p. 94 y s.
t441 T i e d e m a n n , en HWiStR, Krekeler/Tiedemann/Ulsenheimer/Weinmann (Hrsg.),
p. 5; H a s s e m e r / M u ñ o z C o n d e , La Responsabilidad, p. 27; S il v a S á n c h e z , La
expansión, passim, (espec. p. 25 y ss).
1451 Cfr., T i e d e m a n n , Wirtschaftsstrafrecht, I, p . 43; R i c h t e r , en Wirtschaftsstrafrecht,
Müller-Gugenberger/Bieneck (Hrsg.), § 2, n.m. 20 y ss.; R o d r í g u e z E s t é v e s , El
Derecho penal, p. 29 y ss.

57
P e r c y G a r c ía C a v e r ò

A la expansión legislativa del Derecho penal económico se le debe


sumar la expansión dogmática, en el sentido de una flexibilización de los
criterios tradicionales de imputación penal en los delitos económicos. Por
poner algunos de los ejemplos más claros: La incorporación de la respon­
sabilidad penal de las personas jurídicas, la utilización cada vez más exten­
dida de tipos penales que se asientan en la lógica del daño cumulativo, la
tipificación de conductas delictivas con cláusulas de remisión a la normati­
va administrativa de carácter técnico o la relajación de las exigencias de la
imputación subjetiva. Lo anterior es una muestra inocultable de un Dere-
cho penal económico que abandona gran parte de los parámetros clásicos
de la imputación penal1461. Sin embargo, legislativamente no se ha tomado
aún la decisión de trazar una línea de distinción con el Derecho penal tra­
dicional para evitar el natural contagio con sus nuevas reglas de imputa­
ción1471. Todo apunta a entender que el legislador estima por conveniente
que la flexibilización de los criterios de imputación penal se extienda, en la
medida de lo posible, a todas las figuras delictivas.

2. Particularidades del Derecho penal económico nacional


Resulta evidente que la legislación penal económica en el Perú no
ha seguido un proceso de evolución similar al ocurrido en Europa. La
historia incaica, colonial y republicana de nuestro país presenta ciertas
particularidades que difícilmente pueden equipararse a las condiciones
de desarrollo existentes en el viejo continente. Para empezar, está claro
que en la época incaica no puede hablarse de un Derecho penal en el
mismo sentido que el europeo, sino solamente, de forma genérica, de la
existencia de un orden coactivo1481. Precisamente la existencia de estas
diferencias culturales explica que en el proceso de conquista del Perú
haya tenido lugar una imposición del Derecho español sobre los están­
dares culturales incaicos1491. Desde ese momento, salvo el caso de aque-

[46] Vid., P r i t t w i t z , ZIS 5/2012, p. 219.


[47] En este sentido, R o t s c h , FS-Samson, p. 145 y s., apunta que no existeuna ley
penal económica separada que englobe todos los delitos económicos.
1481 Hace mención a la criminalización de ciertas conductas económicas en laépoca
incaica R e y n a A l f a r o , Manual, p. 22.
[49) Adecuadamente, H u r t a d o P o z o / P r a d o S a l d a r r i a g a , Derecho Penal, PG, § 3,
n.m. 221, prefiere hablar de imposición del Derecho antes que de recepción.

58
E v o l u c ió n h is t ó r ic a d e l D erech o P e n a l E c o n ó m ic o

lias comunidades inaccesibles que se preservaron de la inculturación


española, el sistema penal peruano pasó a seguir la tradición europea
continental.

Con la independencia del Perú no se consiguió una independencia


de los indios frente a los españoles, sino una independencia de los espa­
ñoles nacidos en América (criollos) frente a los españoles peninsulares1501.
Por esta razón, la separación del dominio español no trajo consigo la ex­
pedición de una nueva legislación penal propia, sino que se mantuvieron
vigentes las leyes españolas de la colonia que no estuvieran en contra de los
principios de libertad e independencia proclamados en los decretos desde
el 8 de septiembre de 1820, tal como lo estableció San Martín en el Regla­
mento Provisional de 17 de mayo de 1821 y lo confirmó luego Bolívar en la
primera Constitución Peruana de 1823 (artículo 131). Salvo la breve vigen­
cia del Código Penal de Santa Cruz, inspirado en el Código penal español
de 1822[511 durante la Confederación Peruano-Boliviana (1837-1838), no
fue sino hasta 1862 en que el Perú contó con un Código penal propio, el
cual tomó como modelo el Código penal español de 1848.

A pesar de tener fuentes legislativas distintas1521, tanto el Código Penal


de 1863 como el Código Penal de 1924 incorporaron conductas lesivas que
constituyen los antecedentes de los actuales delitos económicos. El Códi­
go Penal del siglo XIX reguló, por ejemplo, diversas conductas delictivas
agrupadas bajo el título de deudores punibles (artículo 339-344) que son
el antecedente de los delitos concúrsales, así como también el delito de li­
citaciones colusorias previsto en el artículo 350 que constituye el germen
del artículo 241 del Código Penal actual. En el ámbito de las falsificaciones
con relevancia económica, el Código Penal de 1863 contempló los delitos
de falsificación de documentos de crédito (artículos 215-217), así como
los delitos de falsificación de moneda (artículos 218-220). Por su parte, el
Código Penal de 1924 no sólo mantuvo gran parte de las figuras delictivas
antes mencionadas, sino que hizo otros avances en el ámbito de la crimi­
nalidad económica, como, por ejemplo, la incorporación del delito de falso

1501 Vid., H u r t a d o P o z o / P r a d o S a l d a r r i a g a , Derecho Penal, P G , § 3, n.m. 224.


[51] Vid., H u r t a d o P o z o / P r a d o S a l d a r r i a g a , Derecho Penal, P G , § 3, n.m. 264 y s.
[521 Vid., con mayor detalle, H u r t a d o P o z o / P r a d o S a l d a r r i a g a , Derecho Penal, PG,
§ 3, n.m. 279 y ss.

59
P e r c y G a r c ía C a v e r ò

informe societario del artículo 248, el cual dio origen en nuestro país al
llamado Derecho penal societario1531.
Durante la vigencia del Código Penal de 1924 se aprobaron diversas
leyes penales especiales que se ocuparon de reprimir delitos claramente eco­
nómicos. Puede mencionarse, por ejemplo, la Ley 10906 de 1948 dirigida a
reprimir los delitos de especulación y acaparamiento, norma que fue pos­
teriormente sustituida por el Decreto Ley 21411 de 1976 y el Decreto Ley
22963 de 1980. Igualmente puede citarse la Ley 11078 contra el agio y la
usura de 1949, así como la Ley 16185 represora del contrabando de 1966.
Para viabilizar determinadas medidas de carácter socio-económico durante
el gobierno militar de finales de los años sesenta y la década de los setenta,
se expidieron igualmente diversos dispositivos penales entre los que cabe
mencionar los siguientes: El artículo 48 y las disposiciones especiales ter­
cera y octava del Decreto Ley 17716 (Ley de Reforma Agraria de 1969), los
artículos 18 y 19 del Decreto Ley 18275 de 1970 que sancionaba como de­
fraudación en agravio del Estado retener moneda extranjera, el Decreto Ley
18457 de 1970 que prohibía penalmente llevar o remesar al exterior moneda
nacional y el artículo 12 del Decreto Ley 18882 que establecía el monopolio
estatal de los metales preciosos, perlas y piedras preciosas. Sin negar el indu­
dable carácter económico de las leyes penales especiales antes mencionadas,
el término “delitos económicos” recién se utilizó expresamente en 1981 con
el Decreto Legislativo 123, al que se le llamó Ley sobre delitos económicos1541.
La existencia de una legislación penal económica dispersa se procuró
revertir con la promulgación del actual Código Penal de 1991, que siguiendo
el modelo español, inspirado a su vez en el Proyecto Alternativo Alemán de
19771551, agrupó los distintos delitos económicos en el texto punitivo. Aun
cuando la sistematización de los delitos económicos en nuestro Código Penal
padece de serios defectos, no puede desconocerse un cambio de orientación

1531 Vid., G a r c í a R a d a , Sociedad anónima, p. 143 y ss.; M o n t o y a M a n f r e d i ,


Responsabilidad, p. 169 y ss.
1541 Sobre las particularidades de estas leyes en el ámbito del Derecho penal económico,
M a z u e l o s C o e l l o , Derecho penal económico, p. 14; A b a n t o Vá s q u e z , Derecho
penal económico, p. 32 y ss.; R e y n a A l f a r o , Manual, p. 22 y ss.
[551 Vid., sobre este proyecto de sistematización conjunta de los delitos económicos con
mayores efectos de prevención general, T i e d e m a n n , Einführung, § 2, n.m. 68 y ss.

60
E v o l u c ió n h is t ó r ic a d e l D erech o Pen al E c o n ó m ic o

sustancial. Y es que los delitos económicos no se reducen al aseguramiento


de la política económica del Estado, como se pudo apreciar claramente en la
legislación penal de los años setenta, sino que apuntan a proteger también
ciertas condiciones esenciales de las relaciones económicas en general1561. En
este sentido, el Derecho penal económico peruano deja de limitarse a ser un
refuerzo punitivo de la política económica del Estado (Derecho penal eco­
nómico en sentido estricto) para ampliarse a un Derecho penal del sistema
económico en general (Derecho penal económico en sentido amplio).
Las diversas reformas penales ocurridas con posterioridad al Código
Penal de 1991, abandonaron rápidamente la regulación centralizada de los
delitos económicos en un mismo cuerpo legal. La necesidad de optimizar
la represión penal en los ámbitos tributario y aduanero, por ejemplo, llevó
a la creación de leyes penales especiales para los delitos tributarios (Decreto
Legislativo 813 de 1996 que ha sufrido diversas modificaciones) y los delitos
aduaneros (Ley 26461 de 1995, derogada por la actual ley de delitos aduane­
ros, Ley 28008 de 2003). Del mismo modo, el delito de lavado de activos que,
en un primer momento, se incorporó en el Código Penal junto a los delitos
de tráfico ilícito de drogas, pasó a ser regulado por una ley especial en el 2 0 0 2 ,
abierto a muchos más delitos precedentes (la Ley 27765), técnica legislativa
que se mantiene con la ley actualmente vigente de lucha contra el lavado de
activos (D. Leg. 1106). En este sentido, puede apreciarse que nuevamente se
está optando por la regulación de los delitos económicos a través de leyes
penales especiales, lo que si bien podría traer algunos inconvenientes desde
el punto de vista de la prevención general1571, también es cierto que ofrece un
instrumento punitivo mejor dispuesto, en la medida que integra aspectos
procesales, de ejecución penal y de coordinación con el ámbito administrati­
vo previo que favorece sustancialmente la eficacia represiva.
En las últimas dos décadas, si hay algo característico de las reformas
penales relacionadas con delitos económicos en nuestro país, es la fuerte in-

[56] vid.,M a z u e l o s C o e l l o , Derecho penal económico, p . 15; A b a n t o V á s q u e z ,


Derecho penal económico, p. 33 y s.; R e y n a A l f a r o , Manual, p. 2 4 y s.
1371 En este sentido, T ie d e m a n n , Einführung, § 2, n.m. 69. Por su parte, N ie t o M a r t í n , pro
manuscripto, p. 1 y s„ señala que la ausencia de leyes penales especiales produce una
disfunción, pues hace necesaria la utilización de leyes penales en blanco y elementos
normativos, lo que afecta a la determinación de la ley, aunque Tiedemann señala que
el sistema contrario tampoco elimina la necesidad de leyes penales en blanco.

61
P e r c y G a r c ía C a v er ò

cidencia del factor político. No son las necesidades del sistema económico,
ni los criterios consolidados en la lucha contra la delincuencia económica
lo que impulsa y determina la promulgación de las leyes penales económi­
cas de los últimos años, sino lo que se tiene por políticamente conveniente.
A esta aseveración podría replicársele que ello siempre ha sido así, en la
medida que el sistema de aprobación de leyes se reserva a la decisión de
funcionarios que son elegidos políticamente y que, por tanto, operan con
dichos criterios de decisión. Sin embargo, el político no debe olvidar que
las leyes penales deben conservar cierto nivel técnico que no sólo manten­
ga el respeto de las garantías esenciales, sino que asegure también la propia
eficacia del fin represivo. En este sentido, las leyes penales son producto de
una decisión política, pero de innegable base técnica.
La incidencia política por encima de exigencias técnicas se puede
apreciar con una mirada a las reformas penales de los últimos años en ma­
teria de delitos económicos. Puede mencionarse, en primer lugar, el caso
de la derogación de diversos delitos contra la competencia y los consumi­
dores en el marco de la implementación del Tratado de Libre Comercio
con los EEUU[58]. De forma contraria a la tendencia actual de las legisla­
ciones penales de nuestro entorno cultural, estos delitos han sido sacados
del sistema penal y alojados en el ámbito administrativo sancionador res­
guardado por el INDECOPI, posiblemente con la convicción de que este
organismo administrativo está en mejor capacidad técnica de enfrentarse a
las prácticas anticompetitivas que un juez penal. Sin embargo, este criterio
de conveniencia política tiene el alto costo de dar un sentido comunicativo
benevolente a conductas de claro desvalor penal. No se puede tratar como
meras infracciones administrativas conductas que afectan de forma intole­
rable condiciones esenciales del mercado.
La misma condicionalidad política cabe apreciar, aunque en un sentido
contrario, en las últimas reformas penales a delitos económicos como el lava­
do de activos, la minería ilegal o los delitos tributarios. Mientras que respecto
del primero las constantes reformas legislativas muestran una falta de clari­
dad sobre lo que constituye su desvalor penal, pese a las altísimas penas que
se contemplan, en los segundos se ha acudido a modificaciones innecesarias
o, lo que es más grave, a técnicas de tipificación sumamente discutibles, como

ps] vid., c o n m a y o r e s re fe re n c ia s, R a m í r e z L u n a , RPDE 68 (2009), p. 95 y ss.

62
E v o l u c ió n h is t ó r ic a del D erech o P e n a l E c o n ó m ic o

la anticipación de la punición con los delitos de preparación en los delitos tri­


butarios. La represión penal no se ajusta al desvalor de la conducta, sino que,
por razones de interés político, el legislador penal intensifica la respuesta pe­
nal con penas extremadamente severas o con un adelantamiento punitivo que
reprime desproporcionadamente una conducta en sí misma todavía inocua.
La expansión extensiva e intensiva de la legislación penal económica
contrasta, sin embargo, con una efectividad práctica casi nula. La Adminis­
tración de Justicia Penal mantiene graves defectos en la persecución de la
delincuencia económica, tal como lo muestra la baja tasa de incidencia de
condenas penales (efectivas) a autores de delitos económicos. Una repre­
sión eficaz de la delincuencia económica sigue siendo aún la tarea pendien­
te de los tribunales penales nacionales1591. Para poder cumplir finalmente
con esta tarea es necesario trabajar en dos aspectos esenciales. Por un lado,
resulta indispensable, como ocurrió en Europa desde los años sesenta, de­
sarrollar una consciencia social del daño que producen los delitos econó­
micos en la sociedad peruana, lo que debe reflejarse no sólo en el reproche
social ante este tipo de criminalidad, sino también en el establecimiento de
una infraestructura suficiente y adecuada para su efectiva persecución y
castigo1601. Esta tarea le corresponde fundamentalmente a los estudios cri­
minológicos, de Política criminal y sobre todo a la propia opinión públi­
ca1611. El segundo punto por trabajar es una sistematización ordenada de las
leyes penales económicas vigentes con la finalidad de permitir su manejo
adecuado por parte de los tribunales penales. Esta labor, a diferencia de la
primera, resulta de competencia del dogmático y a ello deben contribuir
los trabajos dogmáticos sobre esta materia.

[59] Com o p r in c ip io d e im p le m e n t a b ilid a d d e l a le y p e n a l, e x ig e V i l l a v i c e n c i o


T e r r e r o s , Derecho penal, PG, § 14, n .m . 2 5 3 , u n a e fic ie n te im p le m e n ta c ió n
a d m in is tr a tiv a e n el s iste m a p e n a l.

1601 En este sentido, un importante paso es la especialización en los tribunales penales


en delitos económicos. En países de nuestro ámbito de influencia como Argentina se
reconoce ya desde hace varios años un fuero especializado (vid., Pa g a n o , Derecho
penal económico, p. 10 y ss.). Hace algunos años en nuestro país se discutió la
posibilidad de reprimir adecuadamente delitos aduaneros y de piratería con juzgados
especializados financiados por los propios sectores empresariales, sin embargo esta
discusión se ha abandonado y con ello también la posibilidad de debatir sobre la
conveniencia de tribunales penales especializados.
1611 Vid., en este sentido, las consideraciones de B a jo F e r n á n d e z , en Nuevas tendencias,
Reyna Alfaro (coord.), p. 43 y ss.

63

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