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encíclica alabado seas del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común”
Introducción
El estado actual del planeta nos dice tantas cosas. Todo comienza en el suelo, en la naturaleza
y en nuestras comunidades, en las múltiples ecologías, economías y culturas que encapsulan
nuestro propio terreno, donde quiera se encuentre.
Las últimas áreas silvestres del mundo están desapareciendo. Mientras que hace un siglo solo
el 15% de la superficie de la Tierra era utilizada por los humanos para cultivar y criar ganado,
hoy en día nuestra especie se ha impuesto sobre más del 77% de la Tierra, excluyendo la
Antártida. No solo eso, incluso el 87% del océano ha sido modificado por nuestra mano.
Actualmente no hay nada que obligue a las naciones, la industria, la sociedad o las comunidades
a rendir cuentas de la conservación de la naturaleza a largo plazo. La naturaleza ha sido objeto
de uso, apropiación y explotación para el ser humano y para la sociedad y esto ha impactado de
manera negativa en las condiciones de los recursos naturales necesarios para la vida. El abordaje
de esta problemática se llevará a cabo mediante la revisión de los inicios y la evolución de la
relación naturaleza-sociedad, así como la manera en que estos elementos determinaron una
tendencia en el uso y manejo con la generación de impactos negativos que aún hoy no se han
podido mitigar.Hoy señalamos el crecimiento desmedido y desordenado de muchas ciudades
que se han hecho insalubres para vivir, debido al caos urbano, a los problemas del transporte y
a la contaminación visual y acústica.
Argumento
El deterioro de la calidad de vida humana empieza con el simple hecho de creer que el ser
humano tiene derecho de invadir y destruir por estar en lo más alto de la cadena alimenticia
pero lo que en realidad no se reconoce es que se está destruyendo ya sea directa o
indirectamente. Entre los componentes sociales del cambio humano a nivel global tenemos los
efectos de la innovación tecnológica, la exclusión social, la fragmentación social, el crecimiento
de la violencia y el surgimiento de nuevas formas de agresividad social, el narcotráfico, el
consumo creciente de drogas entre los más jóvenes y la pérdida de identidad.
“La vida humana es un virus”. El ser humano, en su radicalidad destructiva, no da tiempo
siquiera a que el medio ambiente se reponga antes de saquearlo de nuevo.
Si hay un aspecto en el que se ha hecho visible la pérdida de identidad y la mayoría de los
efectos antes mencionados es la globalización y concentrándonos en un tema en específico es
el de la tecnología de la comunicación. La irrupción y consolidación de las redes sociales y la
posibilidad de contactar en tiempo real a una persona o más en cualquier parte del planeta han
sido punto clave para llegar a cambiar la calidad de vida humana debido a las facilidades que
muestra el internet el ser humano, este ya no interactúa con otros al menos que no sea por un
medio digital, la falta de interacción entre las personas hace que el ser humano se pierda de
buenas experiencias frente a frente. Esto también ha afectado a la percepción que el ciudadano
tiene del mundo como un ente único. Por eso no debería llamar la atención que, junto con la
abrumadora oferta de estos productos, se desarrolle una profunda y melancólica insatisfacción
en las relaciones interpersonales, o un dañino aislamiento.
Para las personas del siglo XXI la Tierra es la casa común, y mucho más pequeña de lo que era
para los humanos de los siglos pasados, pero algunas personas han pensado y analizado de
manera exhaustiva una remediación para evitar la pérdida de espacios verdes en este caso la
arquitectura de paisajes, la planificación, el diseño urbano, y la arquitectura tienen que continuar
con su tarea pionera de ofrecer un enfoque ecológico al diseño, la planificación y la gestión de
nuestros distintos paisajes: urbano, suburbano, rural, regional, social y silvestre
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