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2010 Sirimarco PDF
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Mariana Sirimarco*
Resumen: Los rituales de pasaje y separación han sido largamente abordados por la disciplina
antropológica, interesada por la manera en que los cuerpos son marcados en la adquisición de un
nuevo estatus. En este artículo se propone un ejemplo que reactualiza estos debates a la luz de
una casuística de nuestra propia sociedad: la adquisición del estatus policial. Para ello, el texto se
detiene en el proceso de marcación de los cuerpos de aquellos que se inician en esta profesión, to-
mando como punto central las prescripciones relativas al uso del cabello, con vistas a entenderlas,
más que como degradaciones de un sujeto liminal, como una manipulación institucional tendien-
te a convertir los cuerpos civiles en cuerpos policiales legítimos.
Palabras clave: ritual de separación, cuerpo, cabello, policía.
Abstract: Passage and separation rituals have been extensively discussed by the anthropological
discipline focusing on the way in which bodies are marked in the acquisition of a new status. In
this article I offer an example that updates these debates in view of a casuistry of our own society:
the acquisition of police status. For this end, I consider the process of body marking of those who
are initiated into this profession, taking the prescribed use of hair as my main point, in order to
understand it more than as the degradation of a liminal subject, as an institutional manipulation
tending to turn civilian bodies into legitimate police bodies.
Keywords: separation ritual, body, hair style, police.
L
os rituales de pasaje y de sepa- cuando se adquiere un nuevo estatus
ración han sido largamente (Van Gennep, 1909; Firth, 1933; Hocart,
abordados por la disciplina an- 1935; Turner, 1980, 1988; Godelier,
tropológica, que ha prestado especial 1986; Herdt, 1987). La temática se enfo-
có en mayor medida desde la literatura
*Doctora en Ciencias Antropológicas (Uni- clásica, así que el análisis de tales ritua-
versidad de Buenos Aires). Investigadora del les se reservó, también en su mayoría, a
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y sociedades etnográficas, donde la im-
Técnicas (conicet) y del Instituto de Ciencias An- pronta de la corporalidad y la marcación
tropológicas de la Universidad de Buenos Aires.
Algunas de las argumentaciones contenidas en
de los cuerpos ha tendido a interpre-
este trabajo se publicaron en Sirimarco (2009). El tarse reforzando el carácter mismo de
presente artículo incorpora nuevos desarrollos. esas sociedades-otras.
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28 Mariana Sirimarco
constituye una expresión del control porte idóneo para portar el signo del
social: “cuanto más valor conceda un grupo, donde el pelo tirantemente re-
grupo a las restricciones sociales, cogido en un rodete, por ejemplo, pue-
mayor valor asignará también a los de interpretarse como una marca que
símbolos relativos al control corporal” con-signa al ingresante a la institución
(Douglas, 1988:17). En una institu- policial (Galimberti, 2003).
ción como la policial, cimentada sobre De lo que se trata es de la cons-
valores como la disciplina y la obe- trucción de un cuerpo legítimo, de un
diencia, cabe esperar entonces una cuerpo atravesado por mandatos insti-
firme fiscalización de sus miembros y tucionales, que es tanto el símbolo como
sus cuerpos. El cuerpo policial —cuer- la señal de esa pertenencia. Tal cuerpo
po individual de los policías a la vez legítimo no debe entenderse necesaria-
que cuerpo social de la institución— mente como un cuerpo individual y
debe ser así un cuerpo uniforme, disci- real, sino como un cuerpo institucional,
plinado y dócil. esto es, como metáforas que ligan los
Pero debe ser, sobre todo, un cuer- cuerpos de los sujetos con el cuerpo polí-
po alejado de lo civil. Es decir, un cuerpo tico (Hoberman, 1988). Postular esto
que ya no pueda reconocer en sí aque- significa reconocer tanto la flexibilidad
llas marcas de antaño. Un cuerpo que de las normas como la posibilidad de los
materialice y vivencie la dinámica de individuos de no observarlas o adecuar-
separación a la que se lo impone: se a ellas. Así, lo central no se dirime en
el plano real de su escrupuloso cumpli-
Al punto que cuando vos te encontrás miento, sino en el plano simbólico al
en el baño, con tus compañeras, tenés que esas normas aluden. Lo importante
el rodete tan estirado, que había chi- es la existencia misma de esos límites,
cas que tenían unos rulos impresio- el hecho mismo de su instauración, en
nantes, y vos te encontrás en el baño, tanto apuntan a un determinado cuer-
a la hora de bañarte, ¡y no reconocés po ideal(izado) e institucionalmente
a tus compañeras! Te mirás en el es- avalado.
pejo y decís: “ay, ¡mirá el pelo que te- Más que degradaciones de un su
nés!”. En serio, no te reconocés de jeto liminal, o separación de una vida
otra manera. c ivil, considero entonces que estas
prescripciones a las que se somete a
“No te reconocés de otra manera”. El los ingresantes constituyen, sin dejar
cuerpo, despojado de sus antiguas de significar todo eso, o además de sig-
marcas, o signado por otras nuevas, se nificarlo, una manipulación institucio-
reconfigura siguiendo otros paráme- nal del cuerpo tendiente a construir un
tros, a veces difíciles de asimilar. En la cuerpo policial legítimo. O, lo que es lo
construcción del sujeto policial, el cuer- mismo, a apropiar los cuerpos de los
po se transforma en el escenario mis- ingresantes, para convertir esos cuer-
mo de esa construcción. Marcarlo es pos civiles en los cuerpos físicos insti-
de-signarlo, transformarlo en el so tucionalmente deseados.
Rituales de separación y marcación del cuerpo 35
prerrogativas, como índice de prestigio cida que al personal asignado a las De-
o superioridad. legaciones Departamentales de
Para acercarse a un significado ten- Investigación (ex Brigadas de Investi-
tativo de tales prescripciones, con gación, ppba)6 le está permitido el uso
sidero provechoso prestar atención a de barba, de pelo largo o hasta de tin-
aquellos que logran escapar a ellas. turas. Es decir, de todo aquello que los
Detener la mirada no sólo en las reglas ayude a adoptar “apariencias civiles”
sino también en sus “excepciones” pue- para, dada la particularidad de su tra-
de resultar un ejercicio útil, pues per- bajo, llevar a cabo su labor sin ser reco-
mite identificar los motivos por los que nocidos como personal policial:
determinados efectivos policiales se
encuentran eximidos de seguir los A mí el primer día [de trabajo, después
usos institucionales del cabello. La del egreso de la Escuela Vucetich] me
excepción no debe entenderse enton ponen en la Guardia [Interna]7 y me de
ces como una evasión de la norma, sino jan solo porque hay un servicio de ca-
como la consideración de razones que lle. Se van todos los oficiales, yo libros
resultan más atendibles que las de la re más o menos sabía hacer, porque en
gla. No se trata pues de una supresión la Guardia de la Escuela hacía un li-
de su sentido, sino de su suspensión en bro y sabía cómo era. Se fueron todos
virtud de la consideración de otros a la cancha, quedé solo. Comisaría
nuevos. chica, no pasaba nada. Por allá, del
Así, lo que caracteriza a la excep- lado de los calabozos me sale un ne-
ción, señala Agamben, es el estar por gro, con el pelo por acá [se señala pa-
fuera de la norma (tal es su sentido eti- sados los hombros], musculoso, todo
mológico), pero no el estar excluida de tachas, tipo heavy metal, yo pensé que
ella. El caso de excepción mantiene una se me había escapado un preso. Dice:
conexión con la norma, y si ésta se apli- “Qué tal, Cabo Primero L.”. Trabajaba
ca a la excepción es porque lo hace, jus- ahí. Nos pusimos a charlar.
tamente, retirándose de ella. No es
entonces la excepción “la que se sus-
trae a la regla, sino que es la regla la 6
El servicio de Brigadas tiene por objeto “la
que, suspendiéndose, da lugar a la ex- vigilancia general y especial del radio jurisdic-
cepción y, sólo de este modo, se consti- cional de la dependencia, con fines de prevención
tuye como regla, manteniéndose en y represión, que llevará a cabo el personal desig-
relación con aquella” (Agamben, 2003: nado y vistiendo las ropas que las circunstan-
cias aconsejen”; Manual del Oficial de Guardia,
31). En este sentido, tomar nota de Buenos Aires, Editorial Policial, Policía Federal
aquellos que cuentan con el aval para Argentina, 1980, p. 24.
“escapar” a tal malla institucional, no 7
La Guardia Interna es, generalmente, el
hace sino poner al descubierto los cri- primer destino del oficial. Las funciones de esta
sección comprenden el control y manejo de los
terios mismos de su existencia. detenidos en el sector de los calabozos, su ficha-
Si bien no existe una explicitación do, y el traslado de los mismos ya sea dentro de
formal al respecto, es práctica estable- la dependencia como a otro lugar asignado.
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