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telescopios
Categoría Inferior
Breve repaso
Antes de comenzar, vamos a repasar las unidades de medición (tiempo, distancia y ángulos) que
utilizaremos en el curso.
Distancias
La unidad para medir distancias es el metro, que antiguamente se definía como la distancia entre
dos marcas en una barra de una aleación de platino e iridio. Actualmente se define como la
distancia recorrida por la luz en el vacío en un tiempo de 1/299.792.458 segundos. Sin embargo,
para las distancias que medimos en Astronomía, puede ser mucho o poco. Por eso, usamos
unidades que son múltiplos del metro. Veamos el siguiente cuadro:
Tiempo
Minuto 60 segundos
Hora 3600 segundos
Día calendario 24 horas (81400 seg.)
Día sidéreo 23h 56m 4s
La unidad que usamos para definirlo es el grado, que es 1/90 de un ángulo recto. El grado
sexagesimal, como unidad del sistema de medida de ángulos sexagesimales, está definido
partiendo de que un ángulo recto tiene 90º (90 grados sexagesimales), y sus divisores, el minuto
sexagesimal y el segundo sexagesimal, están definidos del siguiente modo:
Notación decimal
Una cantidad en grados se puede expresar en forma decimal. Para eso, hay que separar la parte
entera de la decimal con la coma decimal, en la forma normal de expresar cantidades decimales,
por ejemplo:
23,2345º
12,32º
-50,265°
123,696°
Notación sexagesimal
Podemos expresar una cantidad en grados, minutos y segundos. Las partes de grado inferiores al
segundo se expresan como parte decimal de segundo, por ejemplo:
12º34’34,2”
13º3’23,8”
124º45’34,70”
-2º34’10”
Hay que tener cuidado y, como norma de notación, no dejemos espacio entre las cifras. Es decir:
Antes de comenzar con las coordenadas, fijaremos algunos conceptos básicos que nos ayudarán a
entender un poco más todo el sistema.
Tomaremos al cielo como una esfera celeste en la cual nosotros nos encontramos en su
centro. Definimos primero la vertical del lugar como una línea imaginaria paralela a una plomada
o perpendicular a aguas calmas. La prolongación de la vertical del lugar hacia la esfera celeste
nos dará 2 puntos. Sobre nuestra posición se encuentra el cenit, y por debajo está el nadir. La
esfera celeste tiene un movimiento aparente (en realidad, es la Tierra la que gira sobre su propio
eje y alrededor del Sol, entre otros movimientos) que llamaremos movimiento diurno.
El horizonte lo vamos a definir como un plano perpendicular a la vertical del lugar, que va
a dividir la sección del cielo que tenemos visible y la que no.
Cuando proyectamos el eje de rotación de la Tierra hacia la esfera celeste, obtenemos los
puntos del polo celeste (en nuestro caso, el polo sur). El plano que contiene la vertical del lugar y
el eje de rotación del mundo se llama Plano Meridiano Astronómico, y la intersección de este con
la esfera celeste nos dará el meridiano del lugar. Este está dividido en dos semi-meridianos: el
superior (es el arco del meridiano que va de polo a polo pasando por el cenit) y el inferior (que
también va de polo a polo pero pasando por el nadir). La prolongación del polo elevado (en este
caso, el polo sur) hacia el horizonte nos dará el punto cardinal del polo elevado (en este caso,
obviamente, el sur).
Las coordenadas que usamos para guiarnos en el cielo son un sistema de referencias
basado en las estrellas o en la ubicación geográfica en la que nos hallamos en un momento
determinado. Se utilizan varios sistemas de coordenadas, pero dado que la mayoría de los
telescopios que utilizaremos no disponen de círculos graduados, vamos a explicar aquí el sistema
más fácil e intuitivo que se puede disponer: las coordenadas horizontales.
El sistema de coordenadas horizontales se basa en la posición del observador y serán
útiles sólo para él, ya que está centrado en referencias locales y no puede ser trasladado a otro
observador en otro lugar sin tener que realizar una operación matemática compleja, la que
permite transformar estas coordenadas en coordenadas ecuatoriales. Este pasaje implicaría no
sólo transformar las coordenadas en Ascensión Recta y Declinación, sino también ajustar el
tiempo del observador.
Por lo general, el 0 del sistema se coloca en el punto cardinal sur. Pero debido a que el
software SkyMap coloca el 0 en el punto cardinal norte, utilizaremos este sistema. Más que
importante es señalar el hecho de que si no verificamos donde está el 0 en la carta o en el
software que vamos a utilizar, podemos fallar al no coincidir el sistema de coordenadas que nos
proporciona la carta.
El sistema es horizontal, por lo que una coordenada corre sobre el horizonte (azimut) y la
otra es la altura con respecto al horizonte. Lo interesante es que estas coordenadas pueden ser
aplicadas simplemente con una brújula y un transportador, para que nos permitan estimar la altura
sin necesitar ningún otro tipo de referencia (varios modelos de trípodes fotográficos disponen en
su cabezal de un sistema de medición de altura). Este sistema es muy útil cuando no hay ningún
objeto astronómico visible, por ejemplo, durante el crepúsculo, en el cual todavía hay demasiada
luz como para ver un cometa.
Óptica
Esta sección está destinada a aprender los límites del instrumento que vamos a utilizar, a sacarle
el máximo provecho y a saber qué elemento puede ser el más indicado para realizar la
observación deseada. Antes de comenzar con los telescopios, vamos a fijar algunos conceptos:
Cuando un haz de luz impacta sobre una superficie como el agua (en un ángulo no
perpendicular a la superficie), dos fenómenos suceden al mismo tiempo. Por un lado, una parte de
este rayo sale reflejada y la otra atraviesa el agua. En este caso, los dos fenómenos que están
ocurriendo son: la reflexión y la refracción. Pero ¿qué son en realidad estos fenómenos?
Analicemos un poco por qué suceden.
Prisma
Como dijimos antes, cuando la luz pasa de un medio a otro sufre una desviación. En óptica, un
prisma es un objeto transparente limitado por dos caras planas que se cortan, capaz de refractar,
reflejar y descomponer la luz en los siete colores del arco iris. Generalmente, estos objetos tienen
la forma de un prisma geométrico, de ahí su nombre.
De acuerdo con la ley de Snell, cuando la luz pasa del aire al vidrio del prisma disminuye
su velocidad, desvía su trayectoria y forma un ángulo con respecto a la interfase. Como
consecuencia, se refleja o se refracta la luz. El ángulo de incidencia del haz de luz y los índices de
refracción del prisma y el aire determinan la cantidad de luz que será reflejada, la cantidad que
será refractada o si sucederá exclusivamente alguna de las dos cosas.
Los prismas de reflexión total son aquellos en los que todo rayo incidente se refleja por
completo, como sucedería con un espejo plano. Son los más fáciles de elaborar y mantener. Por
esta razón, se utilizan en instrumentos ópticos como los prismáticos y los monoculares. En
Astronomía, es muy común encontrar prismas de este tipo, conocidos como prismas cenitales que
desvían el haz de luz del objetivo a 90 grados, lo que favorece para una observación mas cómoda.
Los prismas dispersivos son usados para descomponer la luz en el espectro del arco iris
porque la luz blanca que incide sobre el prisma está compuesta por los colores del espectro
LENTE
Si un bloque de vidrio posee al menos una superficie curva, ésta cumplirá la función de
concentrar o dispersar los rayos de luz que lleguen a ella. A esto lo podemos denominar lente. El
objetivo de este curso no es realizar un tratado extenso de óptica sino tener una idea general de
cómo funciona un telescopio. Por lo tanto, vamos a sintetizar este asunto diciendo que para el
diseño y la construcción de una lente, se toman en cuenta la combinación de sus radios de
curvatura y el índice de refracción, ya que son los medios por los cuales podemos definir la
trayectoria que seguirá un haz de luz una vez que atraviese la lente. Dependiendo de las
curvaturas de sus caras, la lente puede ser negativa, si da la impresión de que reduce el tamaño de
la imagen, o positiva, si logra concentrar en un punto la imagen y aumenta su tamaño.
Sin embargo, los valores más importantes en cuanto a óptica instrumental son el diámetro
de la lente y su distancia focal. El diámetro depende directamente del tamaño físico de la lente o
de la porción de la lente que sea utilizable. La distancia focal (para lentes convergentes) es la
distancia existente entre el centro óptico de la lente y el punto donde convergen los rayos
refractados.
Espejos:
Como explicamos anteriormente, la forma de la superficie que refleja, cóncava o convexa, podrá
generar una imagen real o virtual y de mayor o menor tamaño. En el caso de los espejos planos,
la imagen es virtual y de igual tamaño, lo que da por resultado una imagen fiel a la original.
A diferencia de las lentes en las que la suma de las curvaturas determinaba si la lente era
positiva o negativa, la convexidad o concavidad del espejo determina si el espejo es negativo o
positivo respectivamente. Como objetivos astronómicos siempre se utilizan espejos cóncavos,
que pueden tener una forma esférica o alguna sección cónica. (Se denomina sección cónica a la
curva intersección de un cono con un plano que no pasa por su vértice. En función de la relación
existente entre el ángulo de conicidad (α) y la inclinación del plano respecto del eje del cono (β),
pueden obtenerse diferentes secciones cónicas: circunferencia, elipse, parábola e hipérbola).
Un punto que debemos resaltar entre los espejos astronómicos es que el espejado se
realiza en la cara delantera de la óptica, sin que la luz en ningún momento atraviese el espejo. Por
lo general, el espejado se efectúa empleando la técnica de aluminizado en alto vacío, que consiste
en colocar el vidrio en bruto, ya pulido, en una campana de vacío en la que se vaporiza por alto
voltaje una barra de aluminio de alta pureza. La vaporización del aluminio se produce en forma
instantánea, y la precipitación de este vapor se produce sobre la cara óptica del espejo, logrando
una cobertura razonablemente pareja que se irá adhiriendo con el tiempo (aproximadamente, a los
15 días se alcanza una dureza óptima). Para lograr una mejor distribución del material sobre la
superficie, algunos espejos son aluminizados con una técnica similar, pero colocando el vidrio en
bruto en una leve rotación, para lograr una distribución del aluminio más homogénea. Cabe
destacar que el aluminio en contacto con el aire sufre una oxidación lenta que le va quitando
reflectividad. Algunos espejos cuentan con una segunda capa en el espejado, de algún material
transparente, que evita que el aluminio quede en contacto con el aire y aumenta la vida útil del
espejado.
Anteriormente mencionamos que todos los rayos de la lente convergían en un punto. Siendo
precisos, esto no es así. La luz, al pasar por la lente, sufre un fenómeno llamado difracción, por lo
que no se formará una imagen puntual sino una zona difusa llamada mancha de difracción. Esta
macha de difracción estará sobre el eje óptico y sobre el plano focal de la lente.
ρ = 1.22x λ x F/D
Por lo antedicho esta magnitud ρ” expresa también el poder de resolución del instrumento.
Aberraciones
Hasta el momento, hemos dado por supuesto que los sistemas ópticos funcionan perfectamente, y
los rayos siguen el trazado ideal. Sin embargo, casi todos los sistemas tienen algunos defectos
que denominaremos aberraciones.
Las aberraciones, en muchos casos, pueden ser compensadas pero son muy pocos los
sistemas ópticos que verdaderamente logran eliminarlas. Las aberraciones son, en realidad, las
que definen la calidad del sistema, porque un telescopio, por más grande que sea, si no está bien
diseñado y corregido, no va a lograr una buena imagen, mientras que uno más pequeño y bien
construido, puede brindar una mejor imagen.
A continuación veremos las principales aberraciones que afectan los sistemas ópticos.
Hay que tener en cuenta que tanto en telescopios refractores como reflectores, la
aberración cromática puede ser incorporada por un ocular de baja calidad o cualquier otro
accesorio óptico que utilice lentes y esté mal corregido.
Aberración esférica
Es tal vez la más molesta a la hora de la observación. Se debe a que los rayos provenientes del
objetivo no hacen foco en un plano, si no en una zona intermedia. Si un telescopio de diseño
newton, que tiene una relación focal menor a 8, no está parabolizado, empezamos a notar que no
hay un punto de enfoque, sino una zona donde el telescopio parece llegar a hacer foco, pero no lo
Aberración de coma
Se da porque los rayos muy lejanos al centro del eje óptico no se distribuyen de manera correcta
sobre el plano focal. Cuanto menor sea la relación focal del telescopio, mayor será la aberración.
Un sistema que sufre de este defecto formará de un objeto puntual como una estrella, una imagen
cometaria, característica distintiva de la presencia de esta aberración. Existen filtros que corrigen
esta aberración aceptablemente, pero no logran eliminarla en su totalidad. Los oculares con lentes
asféricas también logran buenos resultados y reducen la cantidad de esta aberración a niveles
aceptables.
Esta aberración se debe a que los rayos incidentes contenidos en un plano horizontal convergen a
una distancia focal diferente que los contenidos en un plano vertical. Si observamos un estrella,
veremos que nunca podremos alcanzar una imagen nítidamente puntual y que, además, va
cambiando de forma a medida que variamos el foco. A cada lado del mismo se obtienen
imágenes elípticas de la estrella, cuyos ejes principales están girados 90°. Esta aberración es
menos molesta que la coma y puede tener su origen en una inadecuada colimación o montaje de
los elementos ópticos del telescopio.
Curvatura de Campo
Afecta el sistema de tal forma que la superficie focal, en lugar de ser plana, es curva. En las
cámaras Schmidt llegaba a ser tan pronunciada que para lograr un correcto enfoque en una
película fotográfica, ésta debía ser curvada para así adaptarse al sistema.
Esta aberración distorsiona el plano focal de tal forma que si consideramos una grilla ortogonal
desarrollada sobre el mismo(a), las líneas que las conforman adquirirían una forma de barril, con
la concavidad de las líneas orientadas hacia el eje óptico(b); o una forma inversa, es decir, con la
convexidad de ellas hacia el eje(c). Es muy molesta para observaciones diurnas de objetos no
astronómicos.
Sistemas Ópticos
Una de las cosas que siempre pregunta el aficionado cuando se inicia en el manejo de telescopios,
es cuánto aumento tiene. El aumento no depende del telescopio mismo, sino del conjunto que
forman el objetivo y el ocular.
Hasta el momento, vimos de manera individual los elementos ópticos que conforman un
telescopio. Llegó la hora de juntarlos y tratar de entender cómo funciona todo el conjunto.
Inicialmente, consideraremos un telescopio libre de aberraciones, constituido por el objetivo
(puede ser de lentes o espejos) y el ocular, un sistema óptico que permite que la imagen que nos
entrega el objetivo pueda ser interpretada por el ojo.
M=F/f
donde M será el aumento que lograremos con el sistema, F será la distancia focal del objetivo y f
será la distancia focal del ocular.
De esta relación deducimos que a menor distancia focal del ocular, mayor será la cantidad
de aumento.
Como vimos, la cantidad de aumentos está relacionada con el sistema de objetivo-ocular. Sin
embargo, hay una cantidad mínima y una máxima para este valor.
El aumento también puede ser expresado de la siguiente manera:
*Nota: El diámetro de la pupila de salida es el diámetro del cilindro de rayos paralelos que emerge del ocular. Su
dimensión está determinada por el diámetro del objetivo, por su distancia focal y por la distancia focal del ocular.
Telescopios
Un telescopio es un instrumento óptico que nos permite lograr una imagen de mayor tamaño de
un objeto observado, y colectar mayor cantidad de luz que nuestro ojo. Está compuesto por lentes
y/o espejos. Como ya dijimos, este instrumento está caracterizado, entre otras cosas, por la
distancia focal de su objetivo, el diámetro y el sistema óptico. Hay tres tipos de telescopios:
refractores, reflectores y catadióptricos.
Los telescopios refractores, básicamente, están conformados por una o varias lentes que se
colocan en la boca del tubo. Recordemos que cuando la luz se refracta en esas lentes, se produce
un fenómeno llamado aberración cromática. Esta aberración es corregida por la segunda lente que
conforma el objetivo, y por una tercera, si la tiene, aunque jamás es eliminada en su totalidad. Sin
embargo, la distancia focal de los refractores, por lo general, es larga, lo que facilita la
disminución de la aberración. Pero ésa no es la única ventaja que posee: a diferencia de los
telescopios reflectores, los refractores no tienen que desviar la luz hacia ningún lugar (hacia el
final del tubo en los telescopios Cassegrain y Maksutov, o hacia el costado en los Newtonianos).
Esto les da la gran ventaja de no contar con una “obstrucción central” (el espejo secundario y su
soporte), lo que degrada la mancha de difracción, disminuye el poder resolutivo, el contraste y la
calidad de la imagen.
TELESCOPIOS REFLECTORES
A comparación de los refractores, los telescopios reflectores tienen por ventaja su bajo costo. Al
estar “espejados” (aluminizado es el término correcto para los telescopios de uso común que
encontramos en el mercado y en nuestra Asociación) directamente sobre la cara exterior del
elemento óptico, sólo ésta recibe una forma óptica específica, mientras que en los refractores, al
menos, hay que tallar cuatro superficies. Así, al precio al que compraríamos un refractor de
60mm de diámetro, podemos adquirir un reflector newtoniano de 120 a 150mm. Debemos hacer
hincapié en que al duplicar el diámetro, cuadriplicaremos la superficie que va a colectar luz para
nuestros ojos.
Según su diseño óptico, los reflectores se podrían dividir en dos grandes familias: los
newtonianos y los Cassegrain.
Los newtonianos están conformados por un espejo cóncavo y un secundario plano, que colocado
a 45 grados en el eje óptico del telescopio desvía la luz fuera del tubo. Esto provoca una
obstrucción que geométricamente varía según el largo del telescopio. A menor distancia focal,
mayor será el tamaño del espejo secundario para que pueda colectar todos los rayos de luz que
provienen del primario. La gran ventaja es su simplicidad de construcción, practicidad y bajo
costo. Este diseño permite alcanzar diámetros de objetivos importantes con una relativa sencillez.
CASSEGRAIN:
Los telescopios Cassegrain, por el contrario, tienen un espejo secundario convexo colocado de
frente al espejo primario, lo que hace que la luz vuelva a éste y salga por un orificio central. El
espejo secundario con curvatura se vuelve ópticamente activo, ya que modifica el ángulo de los
rayos de luz que inciden sobre él, y logran un efecto multiplicador de la distancia focal que posee
el espejo primario. Esto le da a los Cassegrain una ventaja extra, ya que a la misma distancia
focal de un newtoniano, disminuye el largo del tubo. Si sumamos a esto la “multiplicación” de la
distancia focal, se pueden lograr diseños donde telescopios con 200 mm de diámetro y 1 metro de
tubo alcancen 4000 mm de distancia focal.
TELESCOPIOS CATADIÓPTRICOS
El tercer tipo de telescopios antes mencionados son los Catadióptricos, que conforman una
combinación de espejos y lentes. Generalmente, hablamos de telescopios reflectores con algún
elemento refractivo, ya sea una lámina de cierre (como la lámina de cierre Schmidt) o meniscos
ópticos en los que se espeja una porción (como en el caso de los telescopios Maksutov).
La lámina de cierre Schmidt es utilizada para la compensación de la forma final del espejo
primario, que permite usar una curva esférica en lugar de una parabólica o hiperbólica, lo que es
mucho más fácil de lograr. Esta lámina se usa comercialmente en los telescopios Newton y
Cassegrain, y aporta la ventaja de que al tener el tubo del telescopio cerrado por ambos extremos,
se reduce la exposición al polvo de los elementos ópticos. Además, al ser un elemento
transparente, elimina también los soportes del espejo secundario. Como contrapartida, al ser el
tubo estanco, dificulta la estabilización de la temperatura interior con respecto a la temperatura
ambiente.
MAKSUTOV
El Maksutov tiene una calidad óptica un poco más elevada que el Cassegrain, aunque por lo
general ambos tienen una muy buena imagen. A diferencia de la lámina Schmidt, que tiene una
de sus caras planas, ésta posee curvatura en ambas, y es de forma de menisco (una cara cóncava y
otra convexa). Aunque es un diseño no muy común de encontrar, se fabrican unos cuantos
modelos (pero en nuestra Asociación no poseemos ninguno).
Hay que mencionar algo importante: la relación focal del telescopio, denominada F/D. Este
parámetro nos da una idea de cuan luminoso es un telescopio. Su valor está dado por la razón
entre la distancia focal del elemento óptico principal (ya sea lente, conjunto de lentes, espejo o
conjunto de espejos) y el diámetro útil del instrumento. Los telescopios newton generalmente
poseen una relación F/D entre 5 y 8. Un caso bastante usual de este tipo de instrumento y que
sirve de ejemplo podría ser el de nuestros telescopios de Categoría Inferior de 1200 mm de
distancia focal y 200 mm de diámetro: F/D= 1200/200 = 6. En cambio, los telescopios Cassegrain
tienen relaciones focales un poco más largas que el newton, cercanas al F/D 10 o más.
Oculares
La calidad óptica que poseemos en el telescopio podrá ser optimizada o disminuida dependiendo
de la elección del ocular. Este accesorio consiste en un conjunto de lentes que tienen la finalidad
de transformar el cruce de rayos que nos proporciona el telescopio en una imagen interpretable
por el ojo.
En los primeros telescopios se empleaba sólo una lente para obtener una imagen, pero la
calidad óptica de la misma era bastante baja, ya que la cantidad de aberraciones que la lente
ocular tenía se sumaban a las del objetivo. Con el tiempo, se fueron probando distintos tipos de
materiales y configuraciones ópticas, y se fue logrando compensar y mejorar la imagen. Hoy en
día disponemos de oculares que funcionan con múltiples lentes, que obtienen una imagen final
satisfactoria si es utilizado el diseño adecuado. Daremos un repaso por cada tipo de ocular,
muchos a modo informativo, ya que en la actualidad su empleo en Astronomía está
discontinuado.
Huygens
Ocular de 2 lentes simples, plano focal interior y todas las aberraciones posibles. Aún se pueden
encontrar algunos en microscopios. Campo aparente 40°.
Ocular similar al Huygues, pero en el que el plano focal del ocular se encuentra fuera del mismo.
Poco campo, afectado principalmente por aberración cromática y esférica (esta última, mejor
corregida que en el Huygens). Prácticamente discontinuado en todo el mundo. Aún es fabricado
por algunos ópticos en nuestro país. Algunas veces se los utiliza para buscadores y anteojos
guías. Campo aparente: 40°
Kellner
Ocular compuesto por una lente de campo y un doblete (dos lentes cementadas de materiales
distintos, destinadas a corregir la aberración cromática). Brinda un campo plano y prácticamente
está libre de aberración cromática. La imagen resultante es de buena calidad. Campo aparente:
50°
Plössl
Es el ocular de uso más corriente en la actualidad. Está compuesto por dos dobletes que brindan
una corrección satisfactoria de casi todas las aberraciones, especialmente de la aberración
cromática y aplanamiento de campo. El campo aparente y el contraste de los Plössl es bastante
bueno. Campo aparente 50°.
Súper Plössl
Diseño modificado del Plössl en el cual se ha agregado una lente másparae lograr incrementar el
campo aparente sin perder contraste o calidad óptica.
Ortoscópico
Muy buen ocular, aunque prácticamente ya no se consigue. También posee cuatro lentes como
los Plössl, pero difieren en su construcción porque estos poseen un juego de tres lentes unidas
(triplete) y una lente simple. Este tipo de oculares se los podía encontrar en binoculares
Erfle
Excelente ocular que tampoco se consigue en la actualidad. Constituido por tres dobletes, era el
ocular por excelencia cuando se buscaba gran campo. Algunos modelos alcanzaban 85º de campo
aparente. Prácticamente corregido en todo tipo de aberraciones, tiene una imagen excelente y
muy buen contraste. Hoy en día se lo busca reemplazar por el Plössl. Campo aparente 70°.
Oculares Zoom
Hace unos años, en el mercado, aparecieron los oculares zoom. ¿Qué es esto? Es un sistema
óptico que permite ajustar su distancia focal mediante un sistema mecánico. Es un ocular que
permite barrer todo un rango de distancias focales y hace posible reemplazar varios oculares por
uno sólo. Sin embargo, son de una calidad muy deficiente.
La lente Barlow tiene como objeto modificar el ángulo de incidencia del los rayos provenientes
del objetivo del telescopio incrementando su distancia focal (comúnmente en factores de x2 y
x3). Por lo general, es una lente negativa, aunque algunas empresas disponen de barlows
conformados por un sistema de doblete o triplete.
La fracción del cielo que podamos observar a través del telescopio depende de el campo aparente
del ocular y de la cantidad de aumentos empleados:
Β= θ/M
donde Β es el campo del instrumento, θ el campo aparente del ocular y M el aumento. Partiendo
de esta relación, se entiende por qué al incrementar los aumentos se reduce el campo.
Monturas
La precisión óptica lograda por el telescopio sirve de poco si no tiene un montaje adecuado a la
cantidad de aumentos con la que se observa o al tipo de observación que se quiere realizar. La
estabilidad del sistema óptico está directamente relacionada con el montaje de cada elemento
óptico como así también con el pie que se utilice para sostener el conjunto. A este pie se lo
denomina montura, y podemos encontrar varios tipos utilizados a lo largo de la historia.
Las monturas Alt Azimutales son las más simples de construir y usar, y debido a esto, tal vez sea
la que con mayor facilidad encontraremos. Como hemos de suponer, constan de dos
movimientos: uno que barre en azimut y otro en altura, lo que permite dirigir el telescopio a
cualquier parte del cielo. Es la montura más sencilla de manejar, ya que intuitivamente y sin
mayor dificultad, efectuamos los movimientos necesarios para ubicar el objeto astronómico que
deseamos observar.
Por lo general, está constituida por una base en la que se afirma el telescopio, con un eje
que sube hasta una horquilla que toma el tubo desde el centro de gravedad del mismo. La
Rotación de la horquilla sobre el eje de la montura logra el movimiento de azimut, y la rotación
del tubo del telescopio sobre unos pivotes en la punta de los brazos de la horquilla consigue el
movimiento en altura.
El movimiento de Azimut en esta montura está logrado por su base, gracias a la rotación
relativa entre la sección que toca el piso y la parte superior, quedando el centro de masa del
telescopio sobre esta. Esto evita que la montura tenga pies en forma de trípode que sobresalgan
del diámetro de la base. El movimiento en altura está logrado por la rotación de los muñones del
tubo que descansan sobre las paredes laterales de la base.
Cabe destacar que estos dos tipos de montura no pueden seguir el movimiento aparente de
una estrella en el cielo accionando sólo un movimiento. Se necesitan dos movimientos para lograr
seguir una estrella. Sin embargo, hay una excepción parcial y una total a esta regla, que es cuando
el sistema de coordenadas Horizontales coinciden con las coordenadas ecuatoriales.
Monturas Ecuatoriales
Como su nombre lo indica, estas monturas toman su forma en función del sistema ecuatorial de
coordenadas. En ellas, uno de sus ejes está orientado en forma paralela al eje de rotación de la
Tierra. De esta manera, es posible seguir a los objetos astronómicos aplicando sólo un
Ecuatorial alemana: es tal vez la más versátil de las monturas que podemos encontrar. Cuenta
con una pedestal o trípode que sostiene lo que se denomina eje polar, que posee un mecanismo
para variar la inclinación de este eje, lo que permite adecuarlo a la latitud astronómica del lugar
en donde nos encontremos. Una vez que este eje esté apuntado al polo celeste elevado (para el
caso de encontrarse al sur del ecuador, el polo sur celeste), si lo hacemos rotar a la velocidad
necesaria compensará la rotación de la Tierra.
Una pieza en forma de T que estará colocada en la punta superior del eje polar sostendrá
perpendicularmente al otro eje (de declinación), lo que permitirá efectuar movimientos en el
sentido norte-sur. Si tenemos la suerte de contar con un telescopio que, en vez de un eje sólido,
cuente con un caño en forma de eje, podremos observar a través de él (óptica mediante) y
centrando en este anteojo a la estrella sigma octantis (o Polaris, la estrella polar, para el
hemisferio norte), se facilitará la puesta en estación del instrumento.
Montura ecuatorial a horquilla: no difiere mucho de la azimutal, sólo que su base de azimut
también es reemplazada por un eje polar, con los mismos mecanismos de ajuste que la ecuatorial
alemana. En vez de salir con un cruce de ejes en T, sale directamente hacia una orquilla en forma
de U que toma el tubo por el centro de masa del mismo. Obviamente, al tener el tubo sujetado de
esa manera, hace imposible el uso de un eje polar hueco para su puesta en estación, ya que la
visión que éste nos podría proporcionar estaría obstaculizada por el tubo del telescopio. Una
Manejo de cartas
Las cartas que encontrarán en la sección final del apunte fueron realizadas con el software
SkyMap (www.skymap.com) y tienen la finalidad de ayudarnos a localizar objetos astronómicos
que por sus características, en su mayoría, no son visibles a simple vista.
La idea básica del manejo de las cartas es identificar primero qué zona del cielo o
constelación tenemos a la vista en el momento en que vayamos a observar. Para esto, las primeras
cuatro comprenden la totalidad del cielo observable en Buenos Aires: la primera con vista al
norte, para el 21 de marzo; la siguiente, con vista al sur; y las dos restantes, son vistas norte y sur
para el 21 de septiembre. Se recomienda que cada alumno imprima sus propias cartas buscadoras
a gusto, para ubicarse mejor en el cielo, para lograr así también el aprendizaje del software que
desee utilizar.
El razonamiento básico para el uso de las cartas es bastante simple. Una vez ubicada las
constelaciones que tenemos disponibles en el cielo, utilizamos las cartas buscadoras en las que ya
tenemos marcados los objetos que son visibles con facilidad. En esas cartas se han agregado tres
íconos básicos que corresponden a objetos visibles a simple vista, objetos visibles con
binoculares y objetos visibles con telescopio.
Con los objetos visibles a simple vista o los visibles a través de pequeños telescopios
buscadores, no tendremos mayores dificultades en localizarlos y apuntarles. La técnica a utilizar
será bastante sencilla: utilizaremos la propia línea del tubo del telescopio para guiarnos en
primera instancia, ya que si el telescopio esta bien montado, el tubo deberá ser paralelo al sistema
óptico, y por ende, servirá para apuntar al objetivo deseado.
Esto SIEMPRE LO REALIZAREMOS CON EL OCULAR QUE MENOS AUMENTOS
NOS PROPORCIONE, ya que al tener la menor cantidad de aumento estaremos utilizando el
mayor campo angular que nos posibilita el sistema óptico.
Es muy probable que en el primer intento el objeto que queremos apuntar no aparezca en
el campo del ocular. Esto puede deberse a “descolimación” del telescopio y/o propio error al
proyectar la línea imaginaria del tubo sobre el cielo. Por lo general, a no ser que accidentalmente
hayamos movido el telescopio, el objeto estará bastante próximo al campo que estamos