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CÁTEDRA DE CIRUGIA I
DRA. VITERI ROJAS ANA MARIA
TEMA: POSTOPERATORIO
GRUPO – 8
SEPTIMO SEMESTRE
2018 – 2019 CI
Postoperatorio
Se llama postoperatorio al periodo que sigue a la intervención quirúrgica y que finaliza con la
rehabilitación o alta definitiva del paciente.
El monitoreo durante el postoperatorio son de suma importancia dentro de los cuales tenemos:
Monitorización básica
Comprobar permeabilidad de la vía respiratoria
Valoración del patrón respiratorio
Evaluación del estado circulatorio
Evaluación del estado neurológico
Signos físicos específicos de vigilancia (edema, cianosis, arritmias, sangrado)
Monitorización especial
Presión venosa central
Presión arterial invasiva
Saturación venosa yugular
Saturación venosa pulmonar
Capnografía
Cuidados generales
Plan de líquidos
Registro de ingestas y excretas
Cuidados cardiorespiratorios (tubos, cánulas,oxígeno, nebulización, ejercicios respiratorios,
parámetros ventilatorios, etc)
Sonda nasogástrica
Cateterización de vejiga
Otras sondas y drenajes
Cuidados de la herida quirugica
Dieta
Medicación
El posoperatorio se caracteriza por el establecimiento de controles y tratamiento que se simplifican de
manera gradual mientras se restablecen los reflejos y las respuestas homeostáticas normales. El
paciente recibe el aporte nutritivo adecuado y, finalmente, se rehabilita para reintegrarse a sus
actividades habituales.
Para que suceda todo lo antes mencionado deben existir 4 etapas en un postoperatorio normal
conocido como ¨Respuesta orgánica a la intervención quirúrgica¨ de Moore
Clasificación del postoperatorio
Según el tiempo se clasifica en:
Inmediato: Periodo que transcurre desde la salida del paciente del quirófano hasta las primeras 24
horas. Otros autores refieren que es durante las primeras 72 horas.
En esta etapa el paciente es trasladado a la unidad de postoperatorio y posteriormente su habitación o
en otros casos a terapia intensiva.
Aquí se controlan los signos vitales, tensión arterial, pulso, respiración, esto implica valorar la
permeabilidad de las vías aéreas para descartar cualquier tipo de obstrucción.
También en este período se prestará atención a la aparición de hemorragia tanto interna como externa
(que se evidencia en un aumento del sangrado a través de los drenajes o de la herida operatoria, o
como hematemesis, enterorragia, hematuria) que repercutirá en la frecuencia de pulso y en los valores
tensionales.
La respuesta diurética inicial permitirá obtener información adicional sobre el estado hemodinámico,
hidratación y la eventual presencia de un fallo renal agudo.
En esta etapa el médico indica por escrito la posición que debe guardar el paciente en la cama, la cual
debe tener las barandillas para evitar que los enfermos seminconscientes lleguen a caer de la cama.
Dentro de las posiciones más frecuentes tenemos:
Fowler: indicada en pacientes con afecciones respiratorias como asma, enfisema, bronquitis crónica,
esta posición facilita la respiración.
Trendelemburg: se coloca a los pacientes con shock, desmayos o lipotimias.
Trendelemburg invertido: cirugía de cabeza y cuello, procedimientos que comprometan el diafragma
y la cavidad abdominal.
Mediato: Es el periodo que inicia desde las primeras 24 horas hasta los 30 días o hasta el alta
médica. Algunos autores refieren inicia desde las 72 horas.
En esta etapa se continúa con las acciones del postoperatorio inmediato
Se prestará atención al control de los desequilibrios, diuresis, fiebre, alteraciones hidroelectrolíticas,
comienzo de la función intestinal y deambulación del paciente.
Tardío: Es el periodo que comienza desde que el paciente fue dado de alta y sigue sus controles por
consultorio.
En este período se prioriza el control de la evolución de la cicatrización, así como la evolución de la
enfermedad tratada.
La duración está determinada por la clase de operación y por las complicaciones.
La respuesta metabólica a un traumatismo quirúrgico de moderada magnitud (cirugía mayor
abdominal, torácica, etc.) no complicado, presenta variaciones individuales importantes.
Se debe instaurar la dietoterapia adecuada a llevar para favorecer la recuperación y cicatrización. La
educación al paciente y al familiar sobre el cuidado del paciente es esencial para una adecuada y
completa recuperación.
Para tratar el dolor postoperatorio se debe considerar el tiempo transcurrido desde la operación, el tipo de
intervención que lo motiva y la medida y localización de la incisión.
El metamizol (dipirona) es el analgésico de elección. Se dan 2000 mg cada 6-8 h en perfusión por
vía i.v. lenta (disueltos en 100 ml de suero fisiológico, que se pasan en 10-15 min) o i.m., o
bien 1150-1725 mg (2-3 cápsulas) cada 6-8 h por vía oral; también se puede dar una ampolla
por vía oral disuelta en medio vaso de agua, pero tiene un sabor muy amargo.
Antes de prescribir un analgésico, se debe hacer una anamnesis simple para decidir si se debe
modificar la pauta básica con metamizol. Si el paciente:
Cuando no se consigue el efecto deseado con metamizol, se debe dar un analgésico de rescate.
Si persiste un dolor leve o moderado, es preferible acortar los intervalos de administración (a 6 h
si se daba cada 8 h); si el dolor es intenso, se debe dar un derivado opiáceo. Recíprocamente, si
es necesario un analgésico de rescate para un paciente tratado con morfina o petidina, se
puede dar metamizol.
Consideraciones Generales
En el tratamiento del dolor postoperatorio se debe tener en
cuenta el siguiente decálogo:
1. El dolor se puede evitar totalmente con fármacos
analgésicos. Desgraciadamente, con frecuencia los
pacientes padecen dolor porque reciben un
tratamiento insuficiente.
2. Cada paciente puede tener un dintel doloroso diferente y también una respuesta más o
menos favorable a los analgésicos. Por esto se debe individualizar el tratamiento.
3. Siempre que sea posible se deben dar los analgésicos por vía oral. Si esto no es
posible, se deben emplear las vías i.m. o i.v.
Se debe distinguir entre los casos de dolor leve o moderado y los de dolor intenso.
DOLOR MODERADO
El Fármaco de elección es el metamizol (dipirona) . Diclofenaco, ácido acetilsalicílico (o
acetilsalicilato de lisina), paracetamol y codeína son fármacos alternativos. Si la respuesta es
insuficiente, se puede administrar un opiáceo mayor (por ejemplo petidina).
a) Metamizol (dipirona): 2000 mg cada 6-8 h en perfusión i.v. (disueltos en 100 ml de suero
fisiológico, que se pasan en 15 minutos), o bien 1150-1725 mg (2-3 cápsulas) cada 6-8 h (oral).
Su administración por vía rectal (1 g) solamente estaría indicada si no se puede dar por otra
vía. Su absorción después de la administración por vía i.m. puede ser errática, y por lo tanto no
se consideran de elección. A las dosis habituales no tiene toxicidad gastroduodenal.
b) Paracetamol (acetaminofeno): 1000 mg cada 4-6 h por vía oral. A las dosis habituales no
tiene toxicidad gastroduodenal. En dosis de 10-15 g puede producir necrosis hepática, pero
en alcohólicos dosis de 3-4 g ya pueden ser hepatotóxicas.
c) Ácido acetilsalicílico: 1000 mg cada 4-6 h por vía oral. El acetilsalicilato de lisina se da
en dosis de 900-1800 mg (que equivalen, respectivamente, a 500- 1800 mg de ácido
acetilsalicílico) cada 6-8 h por vía i.m. o en perfusión i.v., disueltos en 100 ml de suero
fisiológico.
e) Codeína: 30-60 mg cada 4-6 h, según la respuesta. Produce constipación, sobre todo
en gente mayor. La combinación de codeína (30 mg) con ácido acetilsalicílico (1000 mg) o
paracetamol (1000 mg) no parece ser superior a cada uno de estos fármacos por separado.
DOLOR INTENSO
En caso de dolor intenso los fármacos de elección son los opiáceos agonistas puros.
a) Morfina: 0,1-0,15 mg/kg cada 4-6 h por vía i.v. o i.m. [que equivalen a unos 10 mg (5-20
mg) cada 4-6 h]. Sus efectos indeseables son frecuentes, pero generalmente no son graves. Los
más comunes son náuseas, vómitos, sedación y constipación (especialmente en enfermos
encamados y ancianos). El efecto indeseable más grave es la depresión respiratoria.
b) Petidina: 1,5 mg/kg cada 4-6 h, por vía i.v. o i.m. [que equivalen aproximadamente a
100 mg (50-150 mg) cada 4-6 h]. Efectos indeseables: iguales que los de la morfina, pero
tiene menor tendencia a producir dolor cólico.
En caso de sobredosis con morfina o con petidina, se debe instaurar un tratamiento con el
antagonista naloxona (0,4-0,8 mg por vía i.v. o i.m., que se pueden administrar cada 5 min si
es preciso). La dosis se puede repetir hasta que se llega a un máximo de 5 mg en los primeros
30 min y después cada 20-60 min.
Pasadas 72 horas desde la intervención, las necesidades de analgésicos son más bajas. Para
la mayoría de los pacientes basta con analgésicos administrados a intervalos cada vez más
largos, hasta la finalización del tratamiento. Generalmente éste se puede retirar a partir del 5º
día. A partir de este momento, en general solamente se deben administrar los analgésicos de
manera ocasional, «a demanda», pero esto depende en gran parte del tipo de intervención y de
la evolución del paciente.
CONTROL DE SONDAS
Tubo flexible de hule, látex o plástico, empleado para introducir o drenar líquidos o gases de cavidades
u órganos con fines diagnósticos y terapéuticos. Puede ser de una o varias vías.
CARACTERÍSTICAS Y USOS
Constan de un extremo distal o punta, un cuerpo y un extremo proximal, en general más dilatado que
el resto de la sonda para poder conectarlo a un sistema colector mediante un adaptador.
Las puntas de las sondas pueden ser: rizada o en cola de cochino, en oliva, abotonada, en silbato,
roma, curva, acodada, ahusada o roma con orificio excéntrico.
Como ya se mencionó, las hay de una o varias vías, por lo general de dos, una para extracción o
administración y otra para infl ar un globo o balón que permita su fijación.
La consistencia de las sondas depende del material de fabricación; las de hule, látex y plástico son las
de uso actual y deben desecharse para seguridad del enfermo, procedimiento que evita contaminación
e infección cruzadas.
Hay sondas de uso en varios aparatos o sistemas del organismo; sin embargo, de acuerdo con sus
indicaciones más comunes, se hará referencia a ellas por aparatos o sistemas y se mencionarán las
más utilizadas. Asimismo, en cada sistema o aparato se efectuarán comentarios acerca de las cánulas
y catéteres en uso.
Sonda de Nélaton. - Es un catéter empleado para drenar la vejiga a corto plazo. Se caracteriza
por su estructura normalmente flexible que presenta un orificio apical y lateral en la zona distal y
un orificio en forma de cono y sin tapón en su zona proximal. No presenta balón en la punta por lo
que no puede dejarse de manera continua en la vejiga. Está confeccionado en látex con unas
dimensiones de 35-40 cm de longitud y un grosor entre 1.35 y 6mm.
Sonda de kehr. - Tubo de goma o de silicona con forma de T, que se emplea como drenaje biliar, al
dejar las ramas horizontales de la T dentro del colédoco y la rama vertical exteriorizada, a través de la
pared abdominal, de modo que la bilis fluye a través del tubo hacia el duodeno, a la vez que en parte
sale hacia el exterior. Ver colangiografía, coledocolitiasis, vía biliar.
Sonda de Sengstaken-Blakemore. - Sonda de doble luz que se introduce hasta el estómago, por
vía nasal u oral, en casos de hemorragia digestiva por varices esofágicas o gástricas sangrantes, que
no se logran controlar con medios endoscópicos (esclerosis de varices) o médicos (vasopresina,
somatostatina, betabloqueantes, etc.).
Una de las luces permite hinchar un balón en el fundus gástrico y mediante la tracción sobre el cardias
se cohíben las varices gástricas, mientras que la otra luz hincha un segundo balón en el esófago, de
modo que comprime las varices esofágicas.
Puede ser un método que salve la vida del enfermo mientras se logra estabilizar y hacer el tratamiento
definitivo. Ver hemorragia digestiva, hipertensión portal, variz esofágica.
LA HERIDA QUIRURGICA
Una herida quirúrgica es un corte o una incisión en la piel que normalmente está hecha con un bisturí
durante la cirugía. Las heridas quirúrgicas se cierran generalmente con suturas, grapas o adhesivo
quirúrgico.
El cuidado de las heridas posquirúrgicas implica limpieza, protección y control de la piel y el objetivo es
prevenir complicaciones y permitir una rápida cicatrización de las heridas.
En muchos casos, con unos buenos cuidados, las incisiones quirúrgicas cicatrizarán por completo
antes de aproximadamente 2 semanas.
Herida limpia
Es aquella en la que no hay infección, no se han abierto órganos huecos y se ha realizado con
técnica aséptica (herniorrafia, tiroidectomía, laparotomía exploratoria, etc).
Herida limpia-contaminada
Herida contaminada
Herida sucia-infectada
Complicaciones de la Herida
La herida debe manejarse con técnica aséptica. El uso de guantes es obligatorio en el cuidado de las
heridas mayores.
Si la herida está acompañada de drenes o tubos, el vendaje se cambia cuando éste aparezca húmedo
o cada 12 horas. Cuando las heridas tienen drenes, éstos deben cubrirse con gasa y sellarse en forma
hermética.
Limpieza de la herida
La solución ideal debe tener las siguientes características: no ser tóxica, para evitar daño de las
células; no debe retardar el proceso de cicatrización; debe poseer un alto poder de limpieza para que
remueva bacterias y cuerpos extraños; no debe potenciar la infección (la solución necesariamente
debe ser estéril); y no debe producir dolor, pues en nivel de la herida las terminaciones nerviosas han
sido expuestas, lo cual aumenta enormemente la sensibilidad.
Las soluciones químicas antisépticas son efectivas porque destruyen las bacterias, pero también
pueden lesionar o aun destruir las células vivas, lo cual interfiere los mecanismos de defensa local y el
proceso de cicatrización..
Por lo tanto, la solución apropiada para limpiar la herida es un agente isotónico que pueda ser usado
para remover material extraño sin causar más daño al tejido traumatizado. Tales son la solución salina
normal y las soluciones de yodopovidona y de clorhexidina.
Fases de la cicatrización
Fase inflamatoria:
Ocurre desde la herida al tercer o cuarto día. Incluye la hemostasia de la hemorragia por la
llegada de plaquetas y la formación del trombo de fibrina al lecho de la herida. Las plaquetas
atraen a las células más importantes del proceso los polimorfonucleares (polinucleares
neutrófilos o PNN) y a los macrófagos que inician la inflamación y que se encargan de la
limpieza de restos y contaminantes en el lecho.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que en heridas en las que el cierre no es primario,
o en las que hay un estímulo que induce lesión constante y prolongada, esta fase puede tener
una duración bastante mayor.
Fase proliferativa:
Es la siguiente, y dura hasta los 14 días. En esta se produce la reepitelización, bien desde los
bordes de la herida. La angiogénesis es lo siguiente que ocurre en esta fase proliferativa y es la
neoformación de vasos en el lecho de la herida.
Es la tercera fase, y dura hasta dos años. Se produce la maduración o remodelación de la cicatriz.
Se caracteriza por el depósito de colágeno en la herida. Tiene una importante repercusión clínica, pues
de la calidad, cantidad y buena organización del colágeno va a depender la fuerza tensil final de la
herida. Como resultado del aumento en cantidad de colágeno surgen problemas clínicos como las
cicatrices hipertróficas y lo queloides.
En la fase inicial de la cicatrización las proteínas estructurales que predominan son la fibrina y la
fibronectina. Estas son reemplazadas por proteoglicanos y glicosaminoglicanos que van a ser el
soporte de la cicatriz final, la cual tiene como proteína estructural fundamental, el colágeno.
OSTOMÍA
La ostomía es una exteriorización del intestino en la pared del abdomen realizada con el objetivo de
poder evacuar las heces debido a un problema médico que impida eliminarlas por el ano. Las
principales son la colostomía y la ileostomía dependiendo de en qué porción está ubicada, colon o el
intestino delgado.
Tipos de ostomías
Existen diferentes tipos de clasificaciones de las estomas.
Transversa: situada en la parte derecha o izquierda del abdomen por encima del ombligo.
Heces menos líquidas e irritantes. Eliminación menos frecuente.
Izquierda, descendente o sigmoide: situada en la parte izquierda del abdomen. Heces
formadas, no irritantes. Eliminación según patrón individual, similar a la expulsión de heces
por el ano.
ILEOSTOMÍA: se exterioriza el intestino delgado, generalmente en el último tramo, para
conservar la mayor parte de intestino posible. Se suele situar en la la parte derecha del
abdomen. La eliminación de heces se produce de manera rápida después de la ingesta
de alimentos. Las heces son muy irritantes para la piel. Hay riesgo de deshidratación y
puede haber riesgo de absorción de nutrientes.
TEMPORALES: una vez solucionada la causa que las originó, se puede restablecer el
tránsito intestinal.
PERMANENTES: se producen por una extirpación completa del órgano. No hay
posibilidad de reconstrucción.
Al estoma se fija una bolsa para recolectar los gases y las heces que pueden ser líquidas,
pastosas o formadas. Existen varios tipos de bolsas recolectoras que se utilizan dependiendo del tipo
de estoma y de acuerdo a la necesidad. Hay bolsas abiertas, cerradas, de una o de dos piezas,
trasparentes, opacas, de diferentes tamaños y marcas comerciales. Algunas bolsas tienen una válvula
para liberar los gases. También se puede colocar un desodorizante para ostomías en la bolsa para
evitar olores. La bolsa se debe vaciar o cambiar cuando se ha llenado un tercio o la mitad de su
capacidad.
Es importante mantener la piel que rodea el estoma limpia y seca. Se debe lavar el estoma y la
piel que lo rodea suavemente con agua y jabón. Si nota pinchazos o ardor, puede ser que haya fugas y
que la piel se esté irritando por entrar en contacto con las heces. Podrá recibir asesoramiento de
personal especializad antes de dejar el hospital sobre como vaciar y cambiar la bolsa.
Complicaciones Posoperatorias
Definición.- Se define como complicación postoperatoria aquella eventualidad que ocurre en el curso
previsto de un procedimiento quirúrgico con una respuesta local o sistémica que puede retrasar la
recuperación, poner en riesgo una función o la vida.
1. Complicaciones localizadas:
Hematomas.- Es la acumulación de sangre y coágulos en las heridas debida a una hemostasia
imperfecta produciendo cambios de la coloración de los bordes de la herida, malestar y edema.
Pueden elevar la frecuencia de infecciones.
Seroma.- Es la acumulación de cualquier líquido a excepción de pus o sangre en la herida que tiene
mayor concentración de H y CO2 que O2 y globulina que de suero. Es necesario extraer el líquido
puesto que retrasa la cicatrización y favorecen a la infección.
Infección.- Se denomina infecciones quirúrgicas a todas aquellas que se originan por gérmenes
bacterianos y/o por los hongos como consecuencia de un acto quirúrgico, presentándose la patología
infecciosa en el periodo inmediato o mediato a la intervención. Aparecen generalmente entre el tercer y
decimo día posterior a la cirugía, comprometiendo mayormente al tejido celular subcutáneo.
Prevenir la infección de la herida operatoria es uno de los aspectos más importantes en el cuidado del
paciente, esto puede conseguirse reduciendo la contaminación, con técnica quirúrgica limpia y suave,
sostén de las defensas del paciente y a veces antibióticos.
Estas infecciones pueden ser:
a) Endógenas (sepsis focal o general) parte de tres focos principales, que por orden de
frecuencia e importancia son:
Vía Digestiva: muy especialmente en el sector colosigmoideo; Vía urinaria baja, Vía respiratoria Alta.
Se produce por protopatogenicidad adquirida, es decir, por prioridad o superioridad patogénica de los
gérmenes consignados y para ello se necesitan estados favorables.
Estos son:
Stress quirúrgico.
Íleo paralítico.
Antibioticoterapia.
Hormonoterapia.
Citostáticos o inmunodepresores.
Antiexudativos no hormonales.
Irradiaciones.
Estado de coma.
Transplante de órgano.
Reemplazo o prótesis.
Catéteres.
Intoxicación neoplásica.
Sondas en cavidades
Proteus retigeri
Alcaligenes fecalis
Staphylococcus aureus
B)Exógenas
Del lecho quirúrgico:
Toxiinfecciones anaerobias
Infecciones estreptocócicas
Infecciones estafilocócicas
Infecciones mixtas por cocáceas
Infecciones piociánicas
La infección quirúrgica puede originarse en una cirugía séptica o en una cirugía aséptica. Puede ser
endoinfección o exoinfección, monobacteriana o polibacteriana, toxígena, micótica o mixta.
Se denomina endoinfección quirúrgica a la sepsis focal o general producida a raíz de una cirugía
séptica o aséptica, por invasión de los agentes correspondientes a las cepas indígenas que pueblan la
encrucijada aerodigestiva, enterocolónica o vía genitourinaria baja, y que adquieren
protopatogenicidad por el acto quirúrgico o ciertas terapéuticas o modificaciones del terreno o estados
clínicos especiales, llegando a producir cuadros sépticos mono o polibacterianos o micopatías
localizadas o generalizadas.
Se denomina exoinfección quirúrgica a la sepsis focal y/o general producida a raíz de un acto
quirúrgico en un medio quirúrgico, por invasión del o de los gérmenes que rodean al enfermo en su
hábitat y que alcanzan al huésped por diferentes vías, sean aerógenas, digestivas, por inoculación o
por contacto íntimo.
Deshicencia.- Es la ruptura parcial o total de cualquiera de las capas de la herida debida a tensionar
demasiado los puntos que van a estrangular los bordes suturados comprometiendo la circulación en
esta zona, asimismo los puntos flojos o mal anudados, demasiados puntos, toma de muy poco tejido o
material de sutura inapropiado, son otras causas de dehiscencia. Tiene factores de riesgo general
como inmunosupresión, ictericia y cáncer, los factores de riesgos locales son aumento de la presión
intraabdominal e infección.
Embolia Grasa.-
Embolismo graso: es la presencia de émbolos de grasa en la microcirculación pulmonar y periférica
pero sin secuelas clínicas.
Síndrome de embolia grasa: el síndrome ocurre en presencia de la intravación de grasa en el árbol
pulmonar y se caracteriza por signos y síntomas como rash petequial, deterioro mental e insuficiencia
respiratoria progresiva
Diagnostico: Criterios de Lindeque
PaO2 menor a 60 mmHg con FiO2 al 21%
PaCO2 mayor a 55 mmHg o pH menor a 7.3
Frecuencia respiratoria de más de 35 aun después de sedación.
Incremento del trabajo respiratorio, manifestado por disnea, uso de músculos accesorios,
taquicardia y ansiedad.
COMPLICACIONES DE LA TERMORREGULACIÓN
Hipotermia
Temperatura corporal de 35° o menos
Causas
Temperaturas bajas en el quirófano
Politrauma
Reanimación rápida por choque hipovolémico
Uso de anestésicos y narcóticos
Edad avanzada
Manifestaciones
Sistema simpático: noradrenalina, vasoconstricción, y aumento de la presión arterial.
Disminución de la perfusión orgánica e hipoxia
Arritmias ventriculares
Alteraciones agregación plaquetaria
Alteraciones factores de coagulación
Alteraciones función de los macrófagos
Depósito de colágeno
Cicatrización y predisposición a infecciones
Tratamiento
Monitorizar la temperatura central, especialmente en los pacientes que se someten a cirugía
intracavitaria o a operaciones que duran más de 1 h, en los niños, ancianos, y en los pacientes
a los que se administra anestesia general epidural.
Sistemas de aire caliente y calefactores radiantes
Infusión de sangre y líquidos i.v. a través de un dispositivo calentador.
Calentamiento y humidificación de los gases inhalatorios.
Lavado peritoneal con líquidos precalentados.
Dispositivos de infusión por recalentamiento con un sistema arteriovenoso.
FIEBRE POSTOPERATORIA
Causas
La fiebre es un aumento de la temperatura central, cuya
modulación es regulada por el hipotálamo anterior. Puede
ser consecuencia de invasión por parte de bacterias o de
sus toxinas, que estimulan la producción de citocinas.
No obstante, las infecciones más frecuentes son las
asociadas a la prestación de la asistencia, infecciones del
sitio quirúrgico, infecciones de las vías urinarias (IVU),
infecciones del torrente sanguíneo asociadas a catéter
(ITS/AC) intravascular y neumonía. Las IVU postoperatorias
son frecuentes y constituyen una importante fuente de
morbilidad en pacientes postoperatorios. Un destacado
factor predisponente es la presencia de un catéter urinario.
El riesgo aumenta a medida que se prolonga el cateterismo
(> 2 días). Las bacterias endógenas son la causa más habitual de infección urinaria en pacientes con
cateterismo a corto plazo. La presencia de un catéter permanente, diabetes mellitus, uso de
antibióticos, edad avanzada o anomalías urológicas anatómicas subyacentes son factores de riesgo de
candiduria.
Manifestaciones y tratamiento
Al examinar a un paciente con fiebre hay que tener presente el tipo de intervención a la que se ha
sometido, el estado inmunológico y la patología primaria subyacente del paciente, el tiempo de
hospitalización y la epidemiología de las infecciones hospitalarias. A menudo se considera que la fiebre
que aparece durante las primeras 48 -72 h tras la cirugía abdominal se debe a las atelectasias. En
ocasiones, las infecciones del sitio quirúrgico (ISQ) por clostridios o estreptococos se manifiestan con
fiebre durante las primeras 72 h del período postoperatorio.
Las temperaturas que aumentan 5-8 días después de la intervención requieren atención inmediata y,
en ocasiones, intervención urgente. Los síntomas del paciente suelen apuntar el sistema o el órgano
afectados por la infección: la tos y el esputo productivo indican neumonía, la disuria y la polaquiuria
apuntan a una IVU, la diarrea acuosa y maloliente suele deberse a una infección por C. difficile, el
dolor en la pantorrilla puede deberse a una trombosis venosa profunda (TVP) y el dolor de costado
puede deberse a una pielonefritis.
El hemograma completo, el análisis y el cultivo de orina, la radiografía de tórax y el hemocultivo son
pruebas iniciales fundamentales.
Tratamiento
El tratamiento de las fiebres postoperatorias debe fundamentarse en los resultados de un minucioso
estudio diagnóstico. Se recomienda intentar reducir la fiebre con antipiréticos. Si existen sospechas de
neumonía, ha de instaurarse un tratamiento provisional con antibióticos de amplio espectro,
ajustándolo posteriormente en función de los resultados del cultivo.
COMPLICACIONES GASTROINTESTINALES
Hemorragia del tubo digestivo
Ulceras pépticas, erosiones por stress, desgarros de Mallory- Weiss, varices esofágicas y gástricas,
malformaciones arteriovenosas, diverticulosis, hemorragias anastomóticas.
Íleo Paralitico Postoperatorio
El íleo postoperatorio es una manifestación anormal de la motilidad gastrointestinal que resulta de la
acumulación de gases y fluidos en el tracto gastrointestinal con una disminución o retraso del paso de
gases movimientos intestinales. Los signos y síntomas que incluyen náusea, vómito, dolor abdominal e
intolerancia a la vía oral. La causa más común de íleo es la cirugía abdominal y no abdominal. Otras
causas asociadas son:
Dolor en el postoperatorio.
Uso de narcóticos como analgésicos.
Manipulación del intestino durante la cirugía.
Reposo prolongado.
En una revisión sistemática se concluyó que el masticar goma de mascar después de la cirugía
intestinal se asocia con una menor incidencia de íleo postoperatorio. Diversos fármacos antagonistas
de los receptores intestinales de opioides como alvimopan y metilnaltrexona pueden ayudar en la
recuperación temprana de la función intestinal, disminuir la estancia hospitalaria y mejorar el dolor.
Síndrome compartimental abdominal agudo
El síndrome compartimental abdominal, se produce cuando la presión intrabdominal se mantiene de
forma sostenida por encima de 20 mmHg, puede estar originado por muchas causas, como sepsis y
los traumatismos abdominales severos. La presión intrabdominal alta dificulta la llegada de sangre a
los órganos internos provocando insuficiencia cardiaca, insuficiencia respiratoria, perdida de la función
renal y del intestino con consecuencias muy graves para el paciente.
Obstrucción Intestinal
La obstrucción simple, está bloqueada en un solo lugar, y la obstrucción de asa cerrada está
bloqueada en dos lugares. Con la obstrucción estrangulada hay menor flujo de sangre al intestino que,
si no se remedia, produce una obstrucción encarcelada y necrosis del intestino.
Las obstrucciones del ID, suelen ser causadas por adherencias o hernias, mientras que las del IG se
deben a carcinomas, vólvulos o diverticulitis.
Diarrea
Clostridium difficile se reconoce como el principal patógeno responsable de la colitis asociada a
antibióticos y del 15% al 25% de los casos de diarrea nosocomial asociada antibióticos
Los síntomas de C. difficile por lo general comienzan poco después de la colonización, con un tiempo
promedio de inicio de 2 a 3 días. La fiebre, los calambres, las molestias abdominales y la leucocitosis
son comunes, pero se encuentran en menos de la mitad de los pacientes, principalmente en ancianos.
Las medidas recomendadas para la prevención de esta infección son:
Uso de guantes desechables.
Higiene de manos.
Uso de habitaciones privadas o divisiones.
COMPLICACIONES URINARIAS
En las primeras 24h puede haber una excreción urinaria baja, causada por un aumento de la secreción
de aldosterona debido al estrés de la cirugía, la restricción antes de esta, asi como la perdida de
líquidos durante ella, el drenaje y la diaforesis.
El segundo o tercer día, la excreción urinaria aumentara una vez movilizado el líquido y remitida la
reacción inmediata al estrés. Las complicaciones potenciales del sistema urinario son retención e
infección urinaria.
Retención urinaria: Imposibilidad para llevar a cabo la micción y en consecuencia al vaciamiento
vesical. La retención urinaria es una complicación postoperatoria habitual, se observa con una
frecuencia especialmente elevada en los pacientes que se someten a intervenciones perianales y de
reparación de hernias.
La retención urinaria ocurre por varios motivos:
La anestesia raquídea y epidural producen retención debido al retraso del restablecimiento de
los reflejos vesicales autónomos.
Los fármacos anticolinérgicos y narcóticos interfieren con la capacidad de iniciar la micción o
vaciar completamente la vejiga.
Los traumatismos sobre la vejiga o su inervación en intervenciones realizadas en la proximidad
inmediata de este órgano.
El edema alrededor del cuello vesical y el espasmo reflejo de los esfínteres provocan
retención.
Infección Urinaria: La del tracto urinario inferior es la infección que se adquiere con más frecuencia
en el hospital. La contaminación preexistente del tracto urinario, la retención urinaria y la
instrumentación son los principales factores contribuyentes. El diagnostico se realiza por medio del
examen de la orina y se confirma por medio de cultivos.
COMPLICACIONES CARDIOVASCULARES
Hipotensión: Causa más frecuente por perdida de líquidos y sangre no compensada. Se evidencia
mediante signos de hipoperfusión de los órganos vitales, especialmente cerebro, corazón y riñones.
Hipertensión: Resultado de una estimulación del SNS como consecuencia del dolor, ansiedad,
distensión de la vejiga o alteraciones respiratorias. O también el resultado de una hipotermia,
hipertensión previa o tras una cirugía vascular o cardiaca.
Arritmias: Alteraciones en el patrón normal de los latidos cardiacos. Son a menudo el resultado de
una causa identificable en oposición de daño miocárdico. Las causas principales incluyen la
hipopotasemia, hipoxemia, hipercapnia, alteraciones en el equilibrio acido-base, inestabilidad
circulatoria y enfermedad cardiaca previa. También la hipotermia, el dolor, estrés quirúrgico y muchos
agentes anestésicos.
Pacientes de mayor riesgo: con alteración de la función respiratoria, antecedentes cardiológicos,
ancianos, personas debilitadas y personas muy enfermas.
BIBLIOGRAFIA
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B.F.C.C.M.
Doherty M. Gerard. (2011) “Diagnóstico y tratamientos quirúrgicos”, 13ª ed. México: Editorial -
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