Becaray..ccom. At
ENCE Neoliberalismoa y
i territoric en la
Argentina de fin
de siglo
Mabel Manzanal!
conicT/Universidad de Buenos
Aires
Introduccién
En Argentina, el tema de las economfas regionales se desarrolla
otiginalmente en torno a la cuestién de las desigualdades regio:
nales, que se manifiestan entre la regién pampeana (privilegiada
en la politica, en las finanzas, en las comunicaciones, en la con-
centracidn del capital, en el dominio de la tecnologfa y en el nivel
de capacitaciGn e investigacién) y el résto del pais (con manifes-
taciones de mayor subdesarrollo y marginalidad social y econd-
mica).
Hoy dia estas desigualdades siguen vigentes, persisten y se
han agtavado; lo cual no siempre se puede corroborar fehacien-
temente a partir de las estadisticas disponibles en el Ambito de
cada provincia.
En Argentina existe, histéricamente, una carencia impor-
tante de produccién de informacién basica confiable y compara-
ble entre distintas jurisdicciones y periodos, por diferentes razo-
nes, entre otras por el manejo politico de la misma. Esta dificultad
se acentué desde los afios noventa, con la aplicacién rigurosa de
la politica neoliberal de ajuste macraecondmico, que se tradujo
en el deterioro y/o desmantelamiento de muchos organismos en-
cargados de la recopilacién y sistematizacién de estadisticas en
general.
enon Sealy Teron a in 7, 2000, 3-438. |434 Manzanal, M.: Neolihesalismo y territorio en la Argentina.
Antecedentes
Un primer referente que da cuenta de las desigualdades regiona-
les es el producto bruto provincial por habitante (ric/cépita). De
todos modos, antes de adentrarnos en su comprensign, cabe ad-
vertir que el rac/capita no es el mejor indicador pata evaluar las
desigualdades regionales (aunque targbién es cierto que no existe
otro para expresar en sintesis esta realidad)?
Una limitante del pic en Argentina es que ha perdido su
calidad y confiabilidad desde la desregulacién neoliberal aplica-
daa partir del ajuste macroeconémico. Bl rec era, y es, una serie
anual elaborada por el Consejo Federal de Inversiones (crt). Pero
la reestructuraci6n del crt ha llevado a que dicha serie no se con-
tinéie hasta el presente en todas las provineias, y adolezca de pro-
blemas de comparabilidad entre las distintas jurisdicciones (por
diferencias en el método de recopilacién y sistematizacién apli-
cado).!
A pesar de las restricciones sefialadas, utilizaremos el rac/
cépita porque las falencias metodolégicas mencionadas no inva-
lidan la observacién del proceso de conformacién inequitativa
territorial de Argentina en sus aspec:os més generales. La magni-
tud de la diferencia entre jurisdicciones es tan pronunciada, se-
gin puede verse en el cuadro 1 y en la grdfica 1, que también
resulta una elocuente y confiable rearesentaci6n de lo que suce-
de ena realidad regional argentina (por otra parte, esta informa-
cién se corrobora con otra complementaria que adjuntamos y
Uno de los problemas de que adolece el mfeépita es que no reflea la profundidad
de las desigualdades socio-territoriales, en tanto es un promedio influido por los altos
niveles de ingresos de la poblacién del estrato superior, lo cual se acenitia en paises
fuertemente polarizados en su estructura social, como sucede con Jos latinoameric
As{ mismo, no refleja adecuadamente Ia realided en Ambitos con escasa poblacién y
tenormes ingresos pablicos (conto sucede en zona con recursos provenientes de regalias
de la explotacién petrolifers o con otras heneficios especiales). En estos casos no expre-
sala situscién socioecanémica de la mayoria dela poblacién Jocal (lo que sticede en las
pprovincias del sur argentino, productoras de gas! petrélen, o en la mAs austral de todas,
Mere del Fargo, con enormesvenaasvnelas «It polite pin de promocisn
industrial).
"La reestructuracién del cit implicé que las provinetas dejaran de recibir asesora-
riento (sistemitico, generalizado y coordinado yor el cr pata Ix confeccién de su ruc),
quedando bajo fa responsabilidad de cada una sclcitar, 0 no, asistencia al respecto. Pot
cello, desde 1990 mengué la calidad del dato de P36. Y no es factible reemplazarlo por el
producto bruco interno ~rat~ (equivalence del nic pero en el émbito nacional) a cargo
del Ministerio de Economia, Obras y Servicios Piblicos (wroyst). Porque el ro! est
claborado sélo para el total nacional (por provincia sila se cuenta con Ia serie del afio
1993).Economia, Sociedad y Tertitorio, vel. mim. 7, 2000, 433-458 435
con lo que es conocido de la observacién, de la experiencia y del
conocimiento de la historia de los procesos socioeconémicos).
Alanalizar el pnc/capita de 1696 para las 24 jurisdiccinnes
(23 provincias mas la Capital Federal) se destaca: (i) el amplio
tango de disparidad entre los valores maximos y minimos: de $1
mil 978 en Santiago del Estero llega a $21 970 en la Ciudad de
Buenos Aires; y (ii) la conformacién de dos conjuntos de provin-
cias diferenciadas segtin sus montcs de ingresos por habitante:
uno formado por las del norte, noreste y noroeste con menos de
$5 mil por habitante, y el otro por las pampeanas y patagénicas
que superan los $7 000 por habitante —llegando al de Capital
Federal a un maximo superior a los $20 000 por habitante.
De todos modos, algunos casos merecen explicaciones par-
ticulares, por las restricciones arri3a mencionadas. Nos referi-_
mos especialmente al de Mendoza. Esta es en realidad una pro-
vincia integrante del Area desarrollada del pafs, sin embargo figura
en estos datos en el grupo de menor porcentaje de rsc/habitante.
Ello se debe a un problema de comparabilidad de la informacién,
pues en ella se aplicaron métodos ¥ criterios de célculo del pec
independientes de la coordinacién centralizada del cri, precisa-
mente por las razones aducidas artiba. Por su parte, las provin-
cias patagénicas (Santa Cruz, Tierra del Fuego, Chubui, New-
quén y Rio Negro) estan en el mismo grupo que las pampeanas. Y
ello se debe, como sefialamos, a st escasa poblacién y sus altos
ingresos provenientes de las regalfas petroliferas. La Rioja es un
caso especial, pues por ser la provincia natal del presidente de la
nacién, ha recibido durante el periodo correspondiente benefi-
cios especiales (y ademas tampoco tiene mucha poblacién).
En el mismo cuadro figuran los indicadores de necesidades
bisicas insatisfechas (vst) para las 24 jurisdicciones. Esta serie
corrobora lo ya sefialado.con las anzeriores. Obsérvese el elevado
rango de separacién entre la Capital Federal y Formosa; quedan-
do en la gréfica 1 mejor evidenciacas las desigualdades entre las
distintas jurisdicciones. Nétese el comportamiento opuesto pero
complementario del msc/capita y de: las Not: a medida que dismi-
nuye el pac/habitante aumentan los indicadores de pobreza (las
jurisdicciones que tienen menor ingreso por habitante son las que
también tienen mayores indices de pobreza en su poblacién).
Otra informacién que mues:ra lo mismo es el {ndice de
Desarrollo Humano (1oti), aunque modera las diferencias entre
jurisdicciones. Esto ocurre porque en su construccién, ademés
del ingreso per cépita, se incorporan otras variables, en general
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