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Para su creación, no se tuvo en cuenta lo que dispone la Ley Orgánica del Poder
Ejecutivo que señala que no deben duplicarse funciones o proveer servicios
brindados por otras entidades ya existentes. Esta función ya se venía ejecutando
en las diferentes direcciones generales de asuntos ambientales de los
ministerios, en el caso minero, hace más de 20 años.
Durante este tiempo, la DGAAM ha evaluado más de 5.000 estudios. Además,
el Minam tiene la facultad de revisar aleatoriamente cualquier estudio y
enmendarlo a través de una fiscalización del Organismo de Evaluación y
Fiscalización Ambiental ( OEFA).
Con la creación del Senace, el Minam dicta las normas, supervisa y sanciona.
Esto no contribuirá para contar con un clima de confianza y estabilidad que se
precisa para desarrollar de largo aliento como son los mineros.
El Senace tampoco será una ventanilla única que dará agilidad en la aprobación
de los estudios ambientales, pues otras instituciones como el ANA –Autoridad
Nacional del Agua– y el Sernamp tienen el mandato legal de revisar todos los
estudios ambientales que tienen un componente hídrico o se realizan en áreas
protegidas, respectivamente.
La fiscalización a la actividad minera en temas de seguridad y ambientales se ha
diluido en diferentes estamentos: Sunafil, Osinergmin, y OEFA. Esta
"supervisión" (como así se le llama legalmente) debe tener como principal
atributo que se deje de lado el factor político y se priorice el análisis estrictamente
técnico. Estas instituciones deben validarse técnicamente para ganarse la
confianza de la población.
Al parecer en el Minam están convencidos de que la gestión debe ser punitiva
más que preventiva. Confían que solo con multas se podrá tener aire y agua más
limpios. El 8 de abril último, el Congreso aprobó una ley que otorga facultades y
facilidades al OEFA desde un punto de vista sancionatorio, porque no se ha
observado mejoras técnicas en las fiscalizaciones que realiza, lo que está
abriendo espacios de arbitrariedad. Por esta norma se dispuso elevar el monto
máximo de las sanciones a 30.000 UIT. Además, se dispuso que la impugnación
de una multa ambiental no tenga efectos suspensivos.
La gran tarea que debería abocarse este gobierno en el tiempo que le queda es
mejorar el catastro nacional para contar con información verídica e
incuestionable de la propiedad superficial. Actualmente, el área de catastro de la
Sunarp es un "cuello de botella" y como tiene procedimientos reñidos con la
técnica, demora cualquier inversión. Es "normal" que las coordenadas del
levantamiento in situ, difieran del catastro municipal, y estas difieran de los de
Sunarp. El ministro de Agricultura ha declarado recientemente que no tenemos
un catastro en el ámbito nacional de tierras, porque el proceso quedo trunco en
los últimos seis años.
En el mediano plazo, el Estado deberá renombrar al Ingemmet (Instituto
Geológico, Minero y Metalúrgico) como el Servicio Geológico Nacional; dictar
normas que faciliten el asentamiento de filiales de reconocidos centros de
investigación minera en el país; así como definir las compensaciones
ambientales que se exigirán a proyectos que tengan que ocupar lagunas y
regular los reasentamientos de poblaciones.