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Los microcréditos. El negocio solidario .

Agradecimientos

A la Sra. Caterina Calsamiglia, profesora de economía en la Universitat Autònoma de


Barcelona, por habernos introducido en el mundo de los microcréditos y habernos dado a conocer los
dos proyectos que han sido objeto de nuestro estudio.

A la Sra. Paula Veciana, responsable de Investigación y Sensibilización de la


Fundación Un Sol Món, por haber accedido a ser entrevistada y por toda la información adicional y
bibliografía que nos proporcionó.

Al Sr. Xavier Parés, director de la sucursal 062 de la Caixa, por habernos recibido y
haber accedido a contestar a nuestras preguntas sobre el nuevo proyecto de la Caixa: MicroBank.

A la Sra. Maite Guerra, por darnos a conocer la actividad solidaria en la iglesia de


Montalegre y permitirnos distribuir las encuestas en el recinto.

Al Sr. Eduardo Borés, por haber mostrado tanto interés en nuestro trabajo y por haber
hecho posible la distribución de las encuestas en la India.

Al colegio Aula Escola Europea, por permitirnos realizar las encuestas a los alumnos
de Bachillerato; así como a todos los profesores de la escuela por acceder a contestar dicha encuesta.

Al Sr. Bader, tutor de nuestro trabajo, por todo su apoyo y paciencia; por todas sus
indicaciones y consejos; por su orientación. También debemos agradecerle su empeño por demostrarnos
el valor del trabajo en equipo y de la tarea bien realizada. Gracias a él hemos aprendido a disfrutar del
objeto de estudio, a no rendirnos y a intentar superarnos en cada momento.

Finalmente, a todas las personas encuestadas, ya que sin su colaboración nuestro trabajo
no habría sido posible.

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ÍNDICE

Prólogo

1. Resumen del trabajo e hipótesis a contrastar p.7


2. Memoria del trabajo p.8
3. Motivaciones y objetivos p.11

Desarrollo del trabajo

1. Introducción general al mundo de los microcréditos p.15


1.1. ¿Qué son los microcréditos? p.15
1.2. Historia p.18

2. Los microcréditos en Bangladesh p.23


2.1. El proyecto de Muhammad Yunus p.23
2.2. Características principales del programa p.26
2.3. Programas microcrediticios alternativos p.30

3. Los microcréditos en las Filipinas p.33


3.1. El cambio de grupo a individuo p.33
3.2. El estudio de Dean Karlan y Xavier Giné p.35
3.3. Los resultados del experimento p.37
3.4. Resultados adicionales p.39

4. Comparación teórica de los proyectos de M. Yunus y D. Karlan p.43


4.1. El éxito de los dos programas p.43
4.2. La confianza: clave para el éxito de un programa de Microcréditos p.45

5. Parte experimental p.48


5.1. La encuesta p.48
5.2. Conclusiones de los resultados obtenidos p.54

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6. El microcrédito en España p.69


6.1. Los microcréditos en Europa y la focalización en el caso español p.69
6.2. Situación actual de los microcréditos en España: distintas iniciativas p.74
6.3. Acercamiento al proyecto de Un Sol Món p.77
6.4. Problemáticas generales y posibilidades de cambio p.85
6.4.1. El caso de los inmigrantes p.85
6.4.2. El futuro de los microcréditos p.88
6.4.3. El papel del estado dentro de las microfinanzas p.90

7. Conclusiones p.92
7.1. Valoración de los resultados obtenidos en contraste con la parte teórica p.92
7.2. Vías alternativas de investigación. Reflexión sobre: p.94
7.2.1. Los indicadores de pobreza p.94
7.2.2. La flexibilidad de los microcréditos p.96
7.2.3. La problemática ideológica de los microcréditos p.100

8. Fuentes de información p.109

9. Anexos p.112
9.1. Anexo 1: Entrevistas a Un Sol Món y a MicroBank p.113
9.2. Anexo 2: Modelos de la encuesta p.122
9.3. Anexo 3: Documentos relacionados con la Fundación Un Sol Món p.131
9.4. Anexo 4: Documentos del trabajo de Dean Karlan y Xavier Giné p.136
9.5. Anexo 5: “Diez tesis cuestionables sobre los microcréditos” p.152

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Prólogo

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1. Resumen del trabajo e hipótesis a contrastar

Los microcréditos son una variante del sistema prestamista tradicional que están destinados a
llegar a los colectivos más necesitados y sin recursos que no pueden acceder a la financiación. Esta
nueva forma de concesión de créditos, que nació en la India en los años setenta, ha ido evolucionando
paulatinamente de tal forma que actualmente hay distintas aplicaciones y variantes del modelo inicial.
Si pudiésemos clasificar los distintos programas de microcréditos en dos grupos, los dividiríamos según
la forma en que se destinan: a individuos o a colectivos.

Inicialmente, los microcréditos se destinaban de forma individual, pero se establecían una serie
de vínculos de responsabilidad entre los componentes de un grupo para asegurar la devolución.
Actualmente la mayoría de programas se destinan a individuos y poco a poco se ha ido abandonando el
sistema grupal. En este trabajo queremos estudiar las diferencias entre estos dos modelos de
microcréditos, centrándonos en los dos programas más representativos: el de Muhamad Yunus, ganador
del Premio Nobel de la Paz del 2006 por su proyecto de microfinanciación con grupos; y el estudio que
realizó Dean Karlan en las Filipinas para intentar demostrar la mejor viabilidad de los programas
individuales.

A partir de este estudio queremos contrastar nuestra hipótesis inicial: los programas de
desarrollo por medio de la concesión de microcréditos, son mucho más eficaces cuando se destinan a
individuos en vez de a colectivos. La desconfianza hacia el resto de participantes provoca que buena
parte de la población en situaciones precarias no quiera involucrarse en este tipo de programas. De
todas formas, con el estudio de los dos proyectos que acabamos de mencionar, no podemos llegar a esta
conclusión y, por lo tanto, es necesaria una cierta experimentación para aproximarnos a esta hipótesis,
como puede ser la realización de una encuesta.

A medida que uno se adentra en este sector de la economía social, se encuentra con que hay
muchos puntos que aún no están estudiados; que se trata de una forma de financiación que, aunque se
haya extendido por todo el mundo, aún está en fase de experimentación y sus resultados se basan en una
serie de estadísticas a menudo cuestionables. Es difícil extraer conclusiones sobre qué sistema funciona
mejor cuando, por ejemplo, aún no se ha definido qué es la pobreza y en qué manera ayudan los
microcréditos a reducirla. Debido a esto, una parte del trabajo tendrá una orientación más ensayística
sobre los distintos puntos conflictivos de los microcréditos y su realidad en los países desarrollados.

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2. Memoria del trabajo

La elección del trabajo

Nuestro primer planteamiento de trabajo, a principios de curso del año pasado, no estaba
enfocado hacia el mundo de los microcréditos. El tema que queríamos estudiar era el desarrollo del
mundo africano a través de la educación. Queríamos hacer un trabajo de investigación centrado en un
tema económico pero desde un punto de vista social y de desarrollo. Desde un primer momento
pensamos en hacer un trabajo que, a parte de incluir una parte teórica y otra experimental, también se
apoyase en el ensayo y el análisis de la realidad africana; un estudio que nos permitiese, a partir de
distintas iniciativas, encontrar un modelo de desarrollo viable para, al menos, un país africano.

Si no seguimos con este proyecto, fue porque el tema era demasiado amplio, la parte
experimental era muy limitada y, principalmente, porque lo que nosotras pretendíamos era realizar el
trabajo de un investigador económico que ya lleva años estudiando el tema. Intentando conseguir
información, fuimos a hablar con la Sra. Caterina Calsamiglia, profesora de economía de la Universitat
Autònoma de Barcelona, quien nos planteó una vía alternativa de estudio, que en concreto no tenía nada
que ver con nuestra idea principal, pero que en esencia buscaba lo mismo: nos propuso estudiar
programas ya elaborados y hacer un análisis comparativo; programas relacionados con el desarrollo
económico de países tercermundistas que se pudiesen estudiar desde un punto de vista social, aunque no
tuviesen nada que ver con la educación y la realidad africana. Nos puso el caso concreto de los
microcréditos y de los proyectos de Dean Karlan y Muhamad Yunus, dos casos concretos que estaban
relacionados y podían estudiarse desde distintos puntos de vista. Un estudio comparativo puede ayudar
a elaborar nuevas formas de enfocar un problema, encontrar puntos donde fallan los dos, ofrecer vías
alternativas… se trata del procedimiento inverso al que nosotras habíamos planteado inicialmente: se
trata de partir de algo concreto para abstraerlo y hablar de una realidad mucho más amplia, de toda una
problemática de la cual nosotras estudiaríamos dos ejemplos.

Rápidamente nos convenció la idea de este nuevo planteamiento ya que era mucho más
específico, más concreto y abarcable; respetaba nuestro propósito inicial de trabajo (el estudio
económico de alguna nueva forma de desarrollo); ofrecía la posibilidad de hacer un estudio social, de
valorar la repercusión de estos proyectos; y nos abría las puertas de muchas vías alternativas de
investigación.

Finalmente, después de buscar información al respecto, acabamos concretando el trabajo: el


estudio comparativo de un proyecto con reputación mundial frente a otro proyecto de investigación,

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basado en el primero, para demostrar uno de sus puntos flojos (o cuestionables) –otorgar microcréditos
a grupos de personas en vez de concederlos de forma individual-.

La parte experimental

Por una serie de razones que explicamos más adelante en el trabajo, decidimos realizar una
encuesta que deberíamos distribuir a distintos colectivos de personas. La idea planteada inicialmente por
la Sra. Calsamiglia era realizar un estudio de campo, pero tuvimos que descartarla por cuestiones
prácticas que explicamos en el apartado cinco. Durante la elección de los distintos ámbitos de
distribución, fue crucial encontrarnos con la oportunidad de enviar las encuestas a la India. La
posibilidad de comparar los resultados de dos países completamente distintos nos podía ofrecer una
visión mucho más amplia de la realidad de los microcréditos dentro de la sociedad. Sin embargo, hasta
el último momento no pudimos estar seguras de realizar esta comparativa ya que las encuestas
contestadas no llegaron a Barcelona hasta el último momento.

Por otro lado, la distribución de las encuestas en la iglesia de Montalegre fue algo problemática.
Inicialmente intentamos dejar las encuestas en el recinto para que las contestasen las distintas personas
que iban a pedir trabajo, comida y ropa, pero nos fue imposible ya que muchas de ellas no saben leer ni
escribir. Finalmente fuimos dos días para repartirlas, y nos encontramos con un colectivo bastante
desconfiado, receloso, centrado en sus obligaciones y, por lo tanto, poco receptivo… Para lograr que
contestasen las preguntas de la encuesta, fuimos persona por persona explicando en qué consistía el
cuestionario y con qué finalidad lo realizábamos, mientras otros nos confundían con agentes de un
banco. Por añadidura, la mayoría de las personas que conseguimos encuestar eran inmigrantes y no
dominaban bien nuestra lengua con lo que la comunicación se complicaba bastante. Aún así, la muestra
que conseguimos fue muy satisfactoria (más de cuarenta encuestados), y habría sido mucho más
numerosa si no hubiese existido el problema de la lengua y la desconfianza hacia nosotras.

En general, la experiencia de distribución de las encuestas ha sido la más ilustrativa de la


percepción que tienen los distintos colectivos de los microcréditos. Más de una vez nos hemos
enfrentado a no poder distinguir unas tendencias claras y, por lo tanto, no poder extraer las
conclusiones esperadas pero, sin embargo, el contacto directo con los dos grupos encuestados en
Barcelona, nos ha permitido constatar ciertos postulados establecidos durante el estudio previo al
desarrollo de la parte experimental.
Finalmente, en relación con esta parte del trabajo, el punto más dificultoso ha sido la forma en
la cual hemos tenido que tratar la información de las encuestas. La gran cantidad de preguntas y, por lo
tanto, de posibles estadísticas, nos ha obligado a centrarnos en una parte de los aspectos tratables de la
encuesta, sin poder tenerlos todos en cuenta.

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Problemas encontrados

De la misma forma que nos ha ocurrido con las respuestas de la encuesta, en muchos momentos
del trabajo nos hemos encontrado desbordadas por la cantidad de información que existe sobre los
microcréditos. Debido a su estado de experimentación, hay una gran cantidad de opiniones diversas
sobre su efectividad, distintos programas, artículos, informes, etc. Continuamente se abren vías
alternativas de investigación, todas interesantes, en relación con los microcréditos y, por lo tanto, nos ha
costado seleccionar la información estrictamente relacionada con nuestro trabajo; aunque, de todas
formas, ciertas desviaciones del esquema planteado inicialmente siempre resultan positivas y
constructivas.

Por otro lado, el punto más conflictivo del trabajo, a parte de la distribución de las encuestas en
la iglesia de Montalegre, ha sido la forma de valorar el factor confianza. Se trata de un concepto clave
para entender la viabilidad de los programas de microcréditos con el cual, sin embargo, se puede caer en
ambigüedades y subjetivismos. En todo momento hemos intentado mantenernos en un punto de vista
objetivo, pero resulta complicado tratándose de un valor humano estrechamente ligado a nuestra parte
emocional. En relación a este punto, en ciertas ocasiones el estudio de materiales en distintas lenguas
nos ha permitido ver las múltiples interpretaciones a las que se somete el factor confianza, debido a las
distintas connotaciones de la palabra según la lengua. Por ello, recalcamos el carácter ambiguo de este
término y la necesidad de mantener un punto de vista objetivo, en la medida de lo posible.

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3. Motivaciones y objetivos

Motivaciones compartidas por los dos trabajos

Nuestra primera motivación surge de la continua duda sobre qué es lo que hacen los gobiernos
de la Unión europea, EEUU y de los propios países en vías de desarrollo para ayudar a mejorar la
situación de aquellos subdesarrollados. Es difícil entender la enorme desigualdad social y económica
que existe en el mundo, y cuesta comprender cómo países sumamente ricos destinan un escaso
porcentaje de su PIB a ayudas humanitarias y de desarrollo para el tercer mundo. Las dos ideas iniciales
de trabajo parten de un intento por ver qué iniciativas existen o pueden llevarse a cabo para dar un giro a
esta situación.
Parece que sea imposible sacar de la miseria a países enteros debido a la inversión económica
que supondría, y es que normalmente tenemos una visión muy global de lo que sucede en el mundo y no
confiamos en las pequeñas iniciativas que pretenden mejorar la situación a partir de ayudas concretas.
En cambio, sí que apostamos por las donaciones a ONG creyendo que la contribución de éstas ayudará a
reducir la pobreza. Entonces, de la misma forma que las ONG ayudan empezando por personas
concretas, llevando a cabo proyectos pequeños, ¿por qué no puede haber un plan económico que haga lo
mismo? A partir de proyectos a menor escala, se puede ayudar enormemente a paliar las situaciones
extremas de pobreza y precariedad, el problema es hacerlos llegar a la población más desfavorecida.
Para conseguir que una sociedad funcione y siga adelante por sí misma, no se puede, simplemente,
intentar evitar que no muera de hambre o de enfermedades curables; también hay que conseguir que se
desenvuelva por sí misma y que aprenda a adquirir por cuenta propia lo que actualmente abastecen las
ONG. Debería existir algún proyecto, similar al de la educación primaria, que permitiese hacer llegar
una serie de conocimientos a toda la población desfavorecida de forma que aprendiese a suplir sus
necesidades básicas y a desenvolverse en una sociedad para poder vivir y no solamente sobrevivir.

Otro de los objetivos fundamentales que perseguimos, consiste en poder estudiar un tema
económico relacionado con aspectos sociales y de desarrollo. Muy a menudo se habla de la economía
como de la ciencia del capitalismo, del dinero, de los bienes materiales, de la consumición en masa…
pero pocas veces se la relaciona con causas humanitarias y de progreso social. Nos gustaría poder
estudiar un caso en que ambos factores se unan en una misma idea, en un mismo proyecto. La economía
es una ciencia que abarca muchos campos, ofrece muchas vías de investigación o aplicación y, sobre
todo, también es una gran herramienta para combatir la pobreza.

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Motivaciones específicas de este trabajo

Ya que no pudimos seguir adelante con el primer planteamiento de trabajo, decidimos enfocar
el segundo de una forma similar. Con el estudio de dos programas de microcréditos tenemos la
posibilidad de ver y estudiar resultados tangibles, posibles y con perspectivas de éxito; podemos
analizar unos proyectos que integran la voluntad de las personas desfavorecidas para mejorar, de una
vez por todas, su situación económica y social. Se trata de una nueva forma de crédito bancario que
ofrece una oportunidad a aquellos que realmente desean salir de la pobreza o, al menos, a una mayoría
de ellos; que promueve el esfuerzo, la dedicación, la relación entre distintas personas, el contacto con un
mundo que, aparentemente, no está al alcance de muchos… Tenemos la oportunidad de estudiar un
programa que no solamente ofrece bienes materiales (el préstamo de dinero), sino que también enseña al
participante a conseguirlos y a elaborar la capacidad para salir adelante por sus propios medios.

De todas formas, este discurso parece demasiado utópico para ser cierto, pero incluso este
aspecto nos atrae a estudiarlo. Desenmascarar los puntos donde fallan estos programas, encontrar ciertas
problemáticas que han quedado silenciadas por la popularidad de los microcréditos, son otros retos que
también nos planteamos, ya que nunca se puede encontrar una solución mejor a una problemática, si no
es a partir de la revisión y la crítica de los modelos anteriores. Los microcréditos son una herramienta
para luchar contra la pobreza, que ofrecen a los prestatarios la oportunidad de demostrar su valía, de
realizarse y aprender, pero también debemos tener en cuenta que se trata de una herramienta más y que
no puede actuar sola; estudiar las distintas aplicaciones que se han llevado a cabo en diversos países,
también nos permitirá llegar a un modelo factible, a un punto decisivo en el éxito de estos programas.

Otra de nuestras motivaciones, es la repercusión que esta nueva forma de financiación puede
tener en el ámbito de la igualdad y la integración social. No se trata solamente de mejorar la situación
económica de un individuo, sino de permitirle, también, integrarse en una comunidad sirviéndose de lo
que ha aprendido. Esta última valoración la podemos llevar a cabo estudiando la realidad de los
microcréditos en los países desarrollados, o bien ciñéndonos a la realidad española, y más
concretamente catalana, lo cual también es una gran oportunidad ya que pocas veces se puede estudiar
un proyecto semejante tan de cerca. Ver las posibilidades de adaptación que ofrecen los microcréditos
en nuestro país, nos ofrece también muchas perspectivas de futuro que pueden ser muy interesantes.
Normalmente se estudian programas que se llevan a cabo solamente en países en vías de desarrollo,
pero no hay que olvidar que la pobreza también existe en el mundo occidental, y no por su localización
geográfica es menos dura e injusta, aunque los gobiernos intenten paliarla. Por lo tanto, poder estudiar
un proyecto que pueda adaptarse al concepto general de pobreza y no solamente a la realidad de un país
o una región, es una gran oportunidad para poder valorar su impacto a escala mundial. Además,

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estudiando el caso catalán, podemos llegar a acercarnos mucho a este tipo de programas a partir de
entrevistas con las entidades financieras que los ofrecen.

Objetivos del trabajo

El objetivo principal del trabajo consiste en estudiar dos programas de microcréditos que se
diferencian, básicamente, por la forma de ofrecer los préstamos: los dos los otorgan de manera
individual pero uno de ellos genera pequeños grupos de prestatarios que son responsables de la
devolución de la suma total de los créditos ofrecidos, mientras que en el otro cada individuo es
responsable únicamente de su crédito. El trabajo consiste, principalmente, en valorar los pros y los
contras de cada uno; estudiar la confianza como clave en el éxito de los programas de microcréditos; y,
finalmente, intentar decidir cuál es el modelo que aúna mejor los intereses del prestatario con los del
prestamista, si es que existe. Dentro de este sector, otra vía de estudio que podríamos seguir, consistiría
en intentar crear un modelo alternativo a partir de la valoración de todos los programas que hayamos
estudiado. El problema es que no podemos saber si funcionaría, si sería adaptable a todos los países, si
realmente sería mejor que los otros proyectos, etc.

El otro objetivo fundamental del trabajo, es introducirnos en el mundo de la economía desde un


punto de vista social, tendiendo en cuenta valores morales y éticos; intentando ver el mundo como algo
global y unitario, a la vez que la suma de todas las personas que lo habitan, personas que tienen un valor
y una importancia que nunca hay que obviar; buscando el modo de mejorar el mundo en el que vivimos
sin querer solamente producir riqueza material. Queremos ahondar en la vertiente humana de la
economía, dejando de lado su faceta más fría, cruel y superficial.

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1. INTRODUCCIÓN GENERAL AL MUNDO DE LOS MICROCRÉDITOS

1.1. ¿Qué son los microcréditos?

Un microcrédito es un pequeño préstamo ofrecido a una persona sin recursos que no dispone de
ningún aval o garantía de devolución, por un banco u otra institución financiera. Los clientes potenciales de
las entidades que ofrecen microcréditos están normalmente bajo el umbral de pobreza; muchos son
campesinos, artesanos, mujeres solteras, cabezas de familia, pensionistas, etc. Por lo tanto, no estamos
hablando de un colectivo con estudios superiores que pretende levantar una gran empresa; se trata de
personas, muchas de ellas analfabetas, que necesitan crear un negocio de autoempleo y que, por lo tanto,
deben aprender a gestionar el crédito pedido para levantar su proyecto. El objetivo del microcrédito es hacer
llegar una cierta suma de dinero, en las condiciones más favorables posibles, a pequeños emprendedores de
los sectores sociales más desfavorecidos, de tal forma que éstos puedan financiar un proyecto de negocio que
les revierta la suma necesaria para obtener autonomía financiara. Esta doble dimensión de los microcréditos
hace que podamos situarlos dentro de la denominada economía social.

Normalmente esta forma de financiación se emplea en países en vías de desarrollo para poder
ofrecer una oportunidad a aquellas personas que no tienen ningún recurso para salir de su precaria situación
financiera y social. Normalmente se conceden con un tipo de interés bajo, que debe devolverse a plazos
durante un período que va de un año a cinco años. Según la entidad financiera que los ofrece o el país en el
que se conceden, existe un programa de seguimiento de los distintos negocios que levantan los
emprendedores, para controlar su buen funcionamiento y viabilidad. Uno de los puntos clave en la
concesión de estos créditos, es la selección del perfil del individuo apto para optar a un microcrédito, ya
que la garantía de devolución con la que cuenta el banco recae casi exclusivamente en este proceso. De
esta forma, la concesión de microcréditos va más allá del simple préstamo de dinero, ahondando en la
ayuda a la puesta en marcha y el sostenimiento de los negocios iniciados con el préstamo.

La mayoría de los bancos implicados no presentan ánimo de lucro alguno, más bien al contrario: en
Europa acostumbran a ser entidades que dedican una parte de su actividad a obras sociales mientras que, las
entidades financieras situadas en países en vías de desarrollo, acostumbran a ser sucursales de alguna
organización no gubernamental, exceptuando algunos bancos especializados y dedicados exclusivamente a
la concesión de microcréditos. De todas formas, no hay que olvidar que si estos proyectos no generan una
serie de beneficios, los sistemas financieros dedicados a la concesión de microcréditos no pueden
funcionar; es decir, por mucho que se trate de una obra social, los programas de microcréditos no escapan a
las leyes del capitalismo.

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Otro aspecto importante de estos programas es las dos vertientes de concesión de créditos.
Inicialmente, la mayoría de programas otorgaban los créditos de forma individual pero estableciendo unos
grupos que se basan en la colaboración de los individuos en el entorno del préstamo, es decir, cada
componente del grupo gestiona el crédito como mejor cree pero depende de la devolución del crédito de
todos los componentes del grupo: si uno de ellos no logra devolver el préstamo, el resto deberá saldar su
deuda o, en según qué programas, no deberá hacerse cargo de la deuda pero no podrá optar a un segundo
crédito. De esta forma, en el modelo grupal existen unos vínculos que ofrecen una cierta seguridad al
banco, ya que cada componente del grupo se preocupará y responsabilizará de la gestión del crédito del
resto del grupo. La otra vertiente es la concesión de microcréditos de forma individual, sin ningún tipo de
vínculo entre los prestatarios, cada vez más presente en esta forma de financiación, y muy popular en los
países occidentales.

Finalmente, recurrimos, al libro Microcréditos. La revolución silenciosa1, de Antonio Claret García


y Jesús Lens, que propone centrarse en analizar precisamente lo que no es, ni debe ser, un microcrédito. A
veces, para definir un concepto y entender qué es y en qué consiste, resulta útil realizar un análisis a la
inversa.

Los autores, proponen cinco máximas negativas que definen clara y escuetamente todos aquellos
tópicos en los que no se debe caer a la hora de hablar de un microcrédito.

1. El microcrédito no es caridad

El microcrédito es una herramienta para facilitar el acceso a la financiación a aquellos que lo


necesitan para levantar un negocio, microempresa o pequeña industria. Se trata de un préstamo que, con sus
intereses de mercado, debe ser devuelto mensualmente de forma que el dinero recuperado pueda ser
entregado a otros emprendedores. Por consiguiente, es necesario concluir, que cuando hablamos de
microcréditos no hablamos en ningún caso de caridad ni de dinero entregado a fondo perdido; el microcrédito
es una modalidad de préstamo como otra cualquiera, un producto financiero con especificidades, por mucho
que el sistema sea más benevolente.

1
García, Antonio-Claret, y Jesús Lens, Microcréditos. La revolución silenciosa, Debate, Barcelona, junio de 2007

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2. El microcrédito no es dinero entregado a fondo perdido

Como bien expone el apartado anterior, el microcrédito no es una subvención: el importe concedido
más los intereses debe ser devuelto por el prestatario.

3. El microcrédito no es sólo entregar un préstamo de pequeño importe

Para que el microcrédito cumpla con su vertiente social hacia los más desfavorecidos, es necesario
un seguimiento continuo y constante del beneficiario por la entidad, que debe apoyarlo en todo lo posible
garantizando la perdurabilidad del negocio.

4. El microcrédito no es un crédito para el consumo

El objetivo microcrediticio es el de emprender pequeños negocios o actividades productivas


autosostenibles que permitan al prestatario ganarse la vida. Por tanto, dicho crédito será destinado
exclusivamente a la financiación de herramientas de trabajo útiles para la microempresa o negocio.

5. El microcrédito no es sólo un préstamo para emprendedores

El microcrédito únicamente financiará a aquellas personas que lo necesiten, personas en riesgo de


exclusión que, por una u otra circunstancia, se encuentran excluidos del sistema financiero tradicional.

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1.2. Historia de los microcréditos

Historia

Retrocedemos en el tiempo para llegar a la idea que en su momento promovió la iniciativa


microcrediticia. En 1973, en la ciudad Brasileña de Recife, un grupo de voluntarios de una asociación
llamada Acción, se empezó a percatar del problema de desempleo que el éxodo rural estaba provocando,
dando lugar al empleo precario e informal. Los trabajadores sobrevivían gracias a la economía sumergida y
tenían acceso a la materia prima con la que trabajar a través de prestamistas usureros que cobraban tipos de
interés de hasta el 10 por ciento diario. A su vez, mientras en Brasil se empezaba a analizar la problemática,
Muhammad Yunus, en Bangladesh, tenía en mente la siguiente pregunta: ¿qué pasaría si los empresarios
arruinados pudiesen acceder a préstamos normales con tipos de interés razonables? Esta idea inicial fue el
detonante de lo que ahora conocemos como microcréditos, y fue entonces cuando se empezaron a otorgar
pequeños préstamos en condiciones financieras no abusivas. De esta forma, es a partir de este momento que
podemos hablar de microcréditos, “microempresas” que originarían un tejido empresarial de paulatina y
creciente consolidación. El sistema micocrediticio se impuso fácilmente como sistema útil capaz de rescatar
a los más desfavorecidos de la marginalidad y el empleo precario; sin embargo, cada proyecto debía adaptarse
a las distintas circunstancias del contexto social.

En 1976, Yunus fundó el banco Grameen para conceder préstamos a los más necesitados en
Bangladesh. Para asegurarse de la devolución de los créditos, el banco empezó a utilizar un sistema de
“grupos de solidaridad”, es decir, pequeños grupos informales que solicitan préstamos en conjunto y cuyos
miembros actúan para garantizar la devolución del préstamo y se apoyan los unos a los otros en el esfuerzo de
mejorar económicamente. Varias fueron las adaptaciones de este sistema; un ejemplo de ello lo constituye la
Fundación Internacional para Asistencia Comunitaria (FINCA), que se erige como pionera del modelo de
banca rural, que se construye alrededor de la metodología del Grameen (asociación de Yunus) que concede
créditos en áreas rurales totalmente olvidadas por el sistema bancario tradicional.

Sin embargo, el sistema de microcréditos mostró, al poco tiempo, síntomas de agotamiento debido
a la ausencia de una fuente de capital amplia con qué poder financiar los distintos préstamos. Por ello, en el
caso latinoamericano, los prestamistas de Acción se lanzaron al mercado internacional dispuestos a conseguir
fondos de garantía, dando lugar a BancoSol que, bajo la protección de Acción, se constituyó como el primer
y mayor banco latinoamericano destinado a las microfinanzas. Bajo la supervisión de Acción, en 1992
también se fundó Banco Solidario S.A. que, en tan sólo 6 años de continuo y sostenido crecimiento,
multiplicó el número de prestatarios por cuatro. Podemos imaginar que en esta región se constituyeron
muchas más entidades financieras concesionarias de microcréditos, pero estas tres iniciativas que acabamos
de mencionar, han sido las más exitosas e importantes de Latinoamérica.

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Por otro lado, muchas de las iniciativas levantadas en los años ochenta, con el cambio de década
empezaron a replantearse la necesidad de cambio en su gama de productos. En este sentido, tanto el Grameen
Bank como Banco Sol aumentaron sus ofertas, promulgando nuevos proyectos: desde créditos individuales
hasta la financiación de la vivienda, pasando por créditos para la inversión a largo plazo, cuentas bancarias,
tarjetas, transferencias, seguros, etc. La primera oferta supuso un paso enorme que numerosos proyectos
estudiarían detalladamente insistiendo en la vertiente individual del microcrédito, que para muchos auguraba
un nuevo y prometedor futuro para los microcréditos. Un ejemplo de dicho estudio es el realizado por Dean
Karlan, catedrático de la universidad de Yale, que experimentó sobre la vertiente del microcrédito individual
con considerable éxito el año pasado. Sin embargo, una importante cantidad de entidades microcrediticias no
se decidieron a confiar en el sistema individual, ya que con éste desaparecía toda posible garantía de
devolución; iniciarse en un programa individual implicaría confiar plenamente en la buena voluntad de los
prestatarios y no tener ningún tipo de garantías de devolución, más que su palabra.

Este fue el caso de Acción que, de la misma forma que Yunus, utilizando el sistema Bulak (nombre
que se le da a la metodología seguida por el Grameen Bank), puso en marcha un sistema de préstamos a
grupos compuestos de entre tres a diez miembros, para asegurar así la devolución del préstamo, de la que era
responsable todo el grupo. Cada integrante del mismo recibía una cantidad de dinero adecuada a su proyecto,
pero siempre en cantidades similares para evitar agravios de comparación. Para garantizar el reembolso se
estableció un sistema de estímulo-penalización: si un grupo quería recibir más préstamos tenía que acreditar
un buen historial en sus pagos de forma que, si uno de los miembros no pagaba, perjudicaba al resto debido a
su incumplimiento.

Por otro lado, se erigió también en este período de tiempo, un modelo distinto, a medio camino
entre el modelo grupal y el individual. El programa, llevado a cabo por la asociación FINCA, consistía en
pequeños grupos de gente que creaban un fondo común de dinero, constituyendo su propio “banco”. Así,
principalmente llevado a cabo en áreas rurales, los integrantes podían solicitar dinero del fondo común para la
compra de bienes. Dicho método establece una fuerte presión de grupo, puesto que el dinero pertenece a los
miembros desde el comienzo y éstos harán lo posible por hacer crecer el fondo común mediante los intereses,
penalizando a cualquier individuo que no efectúe la devolución pertinente. Sin embargo, este sistema está
completamente desvinculado de cualquier entidad financiera, depende exclusivamente de un grupo de
personas que quiera poner una cantidad de dinero en común que crecerá con los intereses que pague cada
miembro por el préstamo de una cierta cantidad de dinero y, por lo tanto, no lo podemos considerar dentro de
las iniciativas de microcréditos.

19
Los microcréditos. El negocio solidario .

A mediados de los años setenta, los primeros organismos que comenzaron a dar o organizar
microcréditos fueron ONG’s, sostenidos a través de donaciones de filántropos de todo el mundo. A
principios de la década de los ochenta, dichos organismos, comenzaron a darse cuenta de que el sistema de
concesión de microcréditos podría ser sostenible, y empezaron a crear alianzas estratégicas con bancos
locales para que éstos proporcionaran financiación, mientras ellos proporcionaban garantías. Los bancos,
reticentes, no se involucraron en el sistema hasta el principio de la década de los noventa, cuando se
empezaron a recoger los frutos de las iniciativas fundadas en los años setenta y el sistema empezaba a adoptar
una forma de negocio rentable.

Como ya hemos señalado anteriormente, el Grameen experimentó un enorme éxito que promulgó la
creación de programas similares en gran cantidad de países, dentro de los cuales se incluyen los países
desarrollados. Algunos de ellos emulan el énfasis de Yunus en que las prestatarias sean mujeres, que sufren
de forma más pronunciada la pobreza y que, en buena medida, es más probable que devuelvan los préstamos
por el sentido de responsabilidad para con su familia. De esta forma, actualmente, según el Banco Mundial, se
estima que existen unas 7.000 instituciones microfinancieras, sirviendo a unos 16 millones de clientes en el
mundo. La Cumbre del Microcrédito en Nueva York, marcó el objetivo de llegar en 2005 a 100 millones de
prestatarios de las familias más pobres del mundo.

El Año Internacional del Microcrédito

Pese al escepticismo de muchos hacia la vertiente más comprometida con la pobreza del
microcrédito, el 2005 fue proclamado Año Internacional del Microcrédito por la Asamblea General de
las Naciones Unidas, con el fin de reconocer la contribución de dicha herramienta financiera a la
mitigación de la pobreza. Así, en diciembre de 2003, los Estados miembros aprobaron una serie de
iniciativas que deberían llevarse a cabo durante este año. Durante el 2005, las Naciones Unidas se
volcaron activamente en el seguimiento de las actividades relacionadas con los microcréditos. Así, el
objetivo del Año 2005, como Año Internacional del Microcrédito, era el de fomentar el compromiso
global hacia los microcréditos, y, por consiguiente, con los sectores financieros inclusivos. El Año
como tal, no representa en absoluto un evento aislado, sino la cúspide de un proceso continuo de
seguimiento para asegurar una microfinanciación sostenible y la expansión de la misma. Así,
finalmente, mediante un gran número de actividades y conferencias en el Marco Conceptual de la
Estrategia Global para el Año Internacional del Microcrédito, las Naciones Unidas solidificaron el
sistema financiero microcrediticio a lo largo de un año consagrado específicamente a dicho sistema,
profesando una gran confianza hacia su poder mitigador de la pobreza.

20
Los microcréditos. El negocio solidario .

En este punto, hemos querido recoger algunos artículos que se escribieron en relación a este
evento y que describen muy acertadamente algunas impresiones sobre el Año Internacional del
Microcrédito:

“El Año Internacional del Microcrédito 2005 subraya la importancia de la microfinanciación


como parte integral de nuestro esfuerzo colectivo para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del
Milenio. El acceso sostenible a la microfinanciación ayuda a mitigar la pobreza por medio de la
generación de ingresos y la creación de empleos, permitiendo que los niños asistan a la escuela,
permitiéndoles a las familias obtener atención de salud y respaldando a las personas para que tomen
decisiones que se adapten mejor a sus necesidades. El gran reto que tenemos por delante es retirar las
trabas que excluyen a las personas y les impiden beneficiarse del sector financiero. Juntos, podemos y
debemos crear sectores financieros abiertos a las personas que requieran de su ayuda para mejorar
sus vidas.”, Secretario General Kofi Annan, 29 de diciembre de 20032.

También resulta importante mencionar algunos de los artículos del texto de la Resolución de la
Asamblea General Para el Año Internacional del Microcrédito 2005, que definen los propósitos
prioritarios del Año.

“La Asamblea General,

(…)Destacando que las personas que viven en la pobreza necesitan tener acceso a una serie de
instrumentos financieros, en particular el crédito, que les hagan más capaces de aumentar sus ingresos,
formar patrimonio y reducir su vulnerabilidad en tiempos difíciles, (…)
Reconociendo la necesidad de facilitar el acceso al microcrédito y la microfinanciación de las
personas que viven en la pobreza a fin de que puedan crear microempresas para generar autoempleo, y
de contribuir al logro de la autonomía de estas personas, en particular de las mujeres, (…)

Artículo 2: hace hincapié en que la celebración en 2005 del Año Internacional del Microcrédito
ofrecerá una gran oportunidad de aumentar la concienciación pública sobre la importancia del
microcrédito para la erradicación de la pobreza, de intercambiar experiencias sobre buenas prácticas
y de seguir promoviendo programas que apoyen la sostenibilidad de sectores financieros favorables a
los pobres en todos los países.

2
www.yearofmicrocredit.org/pages/multilingual/spanish.asp, página oficial del Año Internacional del
Microcrédito.

21
Los microcréditos. El negocio solidario .

Artículo 4: reconoce la importancia de elevar los servicios de microcrédito y microfinanciación


y de usar el Año como una plataforma para encontrar formas de intensificar el impacto y la
sostenibilidad del desarrollo a través de la divulgación de las mejores prácticas y las lecciones
aprendidas.

Artículo 7: reconoce que el acceso al microcrédito y la microfinanciación puede contribuir a


lograr las metas y objetivos establecidos en conferencias y cumbres importantes de las Naciones
Unidas, incluyendo los que están incluidos en la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas,
particularmente los objetivos que se refieren a la erradicación de la pobreza, la igualdad entre géneros
y el empoderamiento de la mujer”. Texto de la Resolución A/58/488 de la Asamblea General para el
Año Internacional del Microcrédito 20053.

3
www.yearofmicrocredit.org/pages/multilingual/spanish.asp, op. cit.

22
Los microcréditos. El negocio solidario .

2. LOS MICROCRÉDITOS EN BANGLADESH

2.1. El proyecto de Muhammad Yunus

Muhammad Yunus y el Proyecto microcrediticio Grameen

Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz 2006, puso en marcha en los setenta un revolucionario
sistema financiero de concesión de créditos a los más pobres en su país natal, Bangladesh, y es, sin duda
alguna, el fundador de los microcréditos. Poco a poco, los microcréditos fueron ganando popularidad y, por
lo tanto, fueron suscitando el interés de muchos, creándose un gran número de iniciativas paralelas a partir
del programa Grameen.

La historia de una idea4

Bangladesh es un estado del sudeste Asiático que, en 1947 pasó a formar parte del Dominio del
Pakistán, lugar dividido por cuestiones geográficas y políticas en dos semidominios, el Oriental y el
Occidental. Dicha separación supuso el descontento de la más desfavorecida de las dos partes
económicamente hablando (el Pakistán Oriental), desencadenando sucesivos enfrentamientos. Esto
condujo, finalmente, a que en 1971 los orientales se declararan República Independiente de Bangladesh,
acto que no fue aceptado por los paquistaníes y desató una feroz y cruenta guerra civil que daría paso a una
brutal hambruna y una fuerte pobreza.
Fue entonces cuando el catedrático y decano de la Facultad de Económicas de la Universidad
Chittagong, Muhammad Yunus, topó con el ejemplo de una mujer que luchaba por salir adelante. Sufiya
Begum era una joven y habilidosa trenzadora de bambú que vivía en la aldea de Jobra y que, por culpa de
los intermediarios, tenía que trabajar sin descanso alguno para ganar unos pocos céntimos. Ella, como
muchas otras personas (sobretodo mujeres), sufría los abusivos tratos de sus intermediarios. El
intermediario de Sufiya le proporcionaba el bambú con el que ésta confeccionaba taburetes que estaba
obligada a vender al mismo, al precio que él decidía. Consecuentemente, el beneficio era mínimo.

Yunus constató entonces cuál era la problemática a la que se enfrentaba, comprendiendo la trágica
realidad del Bangladesh de esos años: la precaria situación de estas trabajadoras era debida a la falta de un
capital inicial que ni siquiera alcanzaba el euro. Tan sólo con disponer de un dólar, en condiciones
financieras no abusivas, Sufiya podría escapar del círculo vicioso impuesto por los usureros y los
intermediarios.Yunus buscaba el empleo autónomo para la población desfavorecida; soñaba en un
programa de crecimiento gradual que concentraba sus actividades en el pueblo en vez de las ciudades y

4
Microcréditos, la Revolución silenciosa, op.cit.

23
Los microcréditos. El negocio solidario .

otorgaba mayor importancia a las mujeres en detrimento de los hombres. Ahora bien, ¿qué banco comercial
admitiría como clientes a personas pobres, analfabetas y carentes de recursos o propiedades para avalar un
préstamo? Y, ¿qué entidad financiera formalizaría un préstamo de dos dólares, cuando sólo los trámites
administrativos necesarios para obtener un crédito cuestan mucho más de esa cantidad? Finalmente, un
Yunus reconvertido a estudiante, decidió implicarse en esta realidad, prestando dinero que pondría de su
propio bolsillo. Dicho dinero, es importante señalarlo de nuevo, era concedido bajo palabra de una
devolución y reintegro, no como caridad ni como regalo o dinero entregado a fondo perdido. Personas
como Sufiya eran merecedoras del crédito; sin embargo, Yunus no podía realizar préstamos a tantos
millones de mujeres como había en el Bangladesh de 1714 que compartían situación con Sufiya.

En aquellos años, se consideraba una idea descabellada que un banco tuviera tratos con gente
pobre; es por eso que Yunus se puso manos a la obra con el propósito de encontrar un banco que financiara
su ambiciosa idea. Resultó algo difícil conseguir llegar a un acuerdo con un banco, puesto que los importes
solicitados eran tan exiguos que no cubrían el precio de los impresos en que había que formalizarlos y no
había bienes con los que garantizar la devolución del préstamo. Fue un amigo de Yunus quien acabó por
involucrar su banco en el proyecto del respetado profesor. Acababan de nacer los microcréditos y lo que
empezó siendo un favor se tradujo en cientos, en miles de solicitudes de créditos avaladas por Yunus en los
siguientes años.

Muhammad Yunus empezó trabajando con el Janata Bank, con quien no tardó mucho en tener
problemas, puesto que éste le obligaba a firmar personalmente todos los préstamos. Finalmente, Yunus
llegó a un acuerdo con el presidente del Banco Agrícola de Bangladesh quien abriría una sucursal en Jobra
con el propósito atrevido de experimentar, y concedería un millón de takas5 para que el profesor pudiera
trabajar a su aire durante un año. La oficina experimental se llamó Grameen, un término que deriva del
vocablo gram “aldea” y que, por tanto, podría traducirse como Banco Rural o de la Aldea. Nuevamente y
contra todo pronóstico esta iniciativa tuvo un notabilísimo éxito.
Así pues, el Proyecto Grameen nació de forma absolutamente impremeditada. Yunus, que
empezaba a ser conocido como “el banquero de los pobres”, tuvo que pedir una excedencia en la
universidad por cuestiones burocráticas y, llegada la hora del antiguo banquero, Yunus pasó a formar parte
oficial y comprometida del Banco. Muhammad Yunus tenía ya su propio proyecto con el que empezaría a
trabajar de forma más independiente. El personal del banco crecía a la misma velocidad que sus clientes,
recibía la formación necesaria para trabajar en una entidad tan específica, tan peculiar y alejada del modelo
clásico de banca y, muy pronto, se hizo perceptible la necesidad de conseguir la independencia total del
banco. Así pues, en 1983 nació el Grameen Independiente cuya participación gubernamental es, en la
actualidad del orden del 10 por ciento frente a un 90 de los prestatarios.

5
Moneda nacional de Bangladesh. Un millón de takas equivale, aproximadamente, a 1400 euros.

24
Los microcréditos. El negocio solidario .

La consolidación y el crecimiento del proyecto

El microcrédito experimentó un buen comienzo. Muhammad Yunus había hecho triunfar un


sistema condenado por los conservadores bancos tradicionales y sus inamovibles formas de préstamo. Sin
embargo, aún faltaba ir más allá de la mera idea del microcrédito y su puesta en marcha con el proyecto
Grameen. Yunus se propuso como desafío, el de repetir el éxito a mayor escala y trasladar sus logros a
lugares distintos del mundo. La expansión fue únicamente posible gracias al empeño e infatigable
capacidad de su trabajo, siempre hecho bajo unas mismas premisas: la prudencia, el crecimiento lento y
sostenido, la falta de precipitación y la discreción.

Los Bancos nacionales pusieron a disposición del Grameen tres de sus agencias y empezaron a
implicarse de manera activa. Se lanzó finalmente un plan de expansión del Grameen a cinco años vista por
las zonas más pobres y deprimidas del país que contaría, además, con un inesperado aval: un fondo
garantizado de 800.000 dólares que la Fundación Ford ponía sobre la mesa y un préstamo de 3,4 millones
de dólares concedido por el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA); datos que mostraban
la confianza que comenzaba a inspirar el proyecto y auguraban un buen crecimiento a ritmo sostenido y
constante.

25
Los microcréditos. El negocio solidario .

2.2. Características principales del programa6

El programa Grameen Bank

Como hemos señalado anteriormente, el Grameen Bank nació en Jobra, una aldea de
Bangladesh, en 1976. En 1983 se convirtió en un banco formal en virtud de una ley especial aprobada
para su creación. Dicha ley otorgaba un 94% de poder sobre el capital total al banco y a sus
propietarios, quedando el 6% restante para propiedad del estado. Los propietarios del banco son los
propios clientes, receptores del préstamo, personas pobres en exclusión social y financiera con escasos
recursos económicos. El 100% de los préstamos del Grameen son financiados con depósitos propios,
más de la mitad de los cuales provienen de los propios prestatarios. Los depósitos, en general, cubren en
un 134% el total de los préstamos en vigor. Las nuevas sucursales deben autofinanciarse enteramente
con los depósitos que movilizan. No reciben fondos de la oficina central ni de ninguna otra oficina,
esperándose que toda nueva oficina cubra gastos en su primer año de funcionamiento.

En 1995, el Grameen Bank decidió no recibir más donaciones y no prevé que en el futuro vaya
a tener la necesidad de aceptar donaciones ni de pedir préstamos a fuentes locales o externas. La
cantidad, cada vez mayor, de depósitos del propio banco será más que suficiente para mantener en
funcionamiento y seguir desarrollando su programa de créditos y devolver los préstamos existentes.

Metodología del Grameen

La metodología del Grameen Bank, recibe el nombre de Bulak. Ésta se basa en una modalidad de
crédito grupal, que como la gran mayoría de los programas microcrediticios no requiere ningún tipo de
garantía ni exige al microcrediticio que firme ningún documento legal. Todo ello, pretende contribuir a una
mayor participación de emprendedores, siendo menor la presión del prestamista sobre el microcrediticio.
Cada prestatario pertenece a un grupo de cinco integrantes. En un principio, ningún miembro está obligado
a ofrecer ninguna garantía para los préstamos de ninguno de sus compañeros, es decir, la responsabilidad de
reintegro corresponde, en exclusiva, al prestatario individual, no se da ninguna modalidad de
responsabilidad colectiva, es decir, los miembros del grupo no son responsables de pagar la deuda de un
miembro que no satisfaga sus obligaciones. Sin embargo, el grupo y el centro supervisan que cada uno se
comporte de forma responsable y nadie experimente problemas para la devolución del crédito. Así, se
establece una presión de grupo que, en algunos casos, obliga a los integrantes del grupo a pagar la deuda de

6
www.grameen-info.org, Grameen Bank

26
Los microcréditos. El negocio solidario .

de sus compañeros si éstos fallan en la devolución del pago, mientras que en otros casos, no permite
acceder a un segundo crédito.

Una de las más importantes y particulares características del proyecto Grameen, rompe con uno de
los tópicos de una sociedad islámica y conservadora como la de Bangladesh, que no simpatiza con las
entidades financieras concesionarias de créditos y que tampoco aprueba la participación de mujeres en estos
programas. El número total de prestatarios es de 5,89 millones y el 96% del total, son mujeres. Los datos
de agosto de 2006 revelan que el 98.85% de los créditos son devueltos satisfactoriamente, presentando un
sorprendente historial de pagos.

En cuanto a los intereses, existen cuatro tipos de interés que se aplican a los préstamos del Grameen
Bank: 20% (con carácter decreciente) para los préstamos que generan ingresos, 8% para los préstamos de
vivienda, 5% para los créditos de estudios y 0% (sin intereses) para los mendigos e indigentes. Todos los
tipos de interés son simples, y se calculan conforme al método de saldo decreciente. Por último, debe
destacarse, que todas las medidas anteriormente señaladas han permitido que el Grameen Bank genere
beneficios cada año, salvo en 1983, 1991 y 1992.

En caso de que un prestatario fallezca, todos los préstamos que tenga pendientes se liquidan por
medio del Programa de seguros para préstamos. En este programa, se crea un fondo de seguro con los
intereses generados en una cuenta de ahorro creada con los depósitos de los prestatarios. Cada vez, una
cantidad equivalente al 3% del importe del préstamo se deposita en esta cuenta. Dicha cantidad se transfiere
desde la cuenta de ahorro especial. Si el saldo de la cuenta de ahorro para el seguro es igual o superior al
3% del importe del préstamo, el prestatario no tiene obligación de ingresar más dinero en la cuenta. Si es
inferior al 3% del importe del préstamo, tiene que ingresar fondos suficientes para igualar este porcentaje.
La cobertura del programa de seguros para préstamos se ha ampliado también a los maridos, con depósitos
adicionales en la cuenta de depósito para el seguro del préstamo. Si el marido de una prestataria fallece, el
seguro puede liquidar el remanente del préstamo de dicha prestataria, la cual puede tomar otros préstamos
de igual modo que si hubiera liquidado por sí misma el préstamo inicial.

Por otro lado, a medida que los prestatarios envejecen, aumenta su preocupación acerca de lo que
va a ocurrirles cuando ya no puedan trabajar y ganar dinero. El Grameen Bank abordó este problema
introduciendo un programa para la creación de un fondo de pensiones para la tercera edad, que
inmediatamente se hizo muy popular. Cada prestatario tiene que ahorrar una pequeña cantidad, por ejemplo
50 Tk (0,86 dólares), cada mes durante un periodo de 10 años. Al término del periodo, el depositante
obtiene casi el doble de la cantidad ahorrada, resultando especialmente atractivo para los prestatarios.

27
Los microcréditos. El negocio solidario .

El Grameen Bank tiene una política muy rigurosa en cuanto a reservas para deudas de dudoso
cobro. Si un préstamo no se devuelve a tiempo, se convierte en un tipo de préstamo especial denominado
"préstamo flexible", y se efectúa una reserva equivalente al 50% al finalizar el primer ejercicio anual.
Cuando un préstamo flexible alcanza su segundo año de vida, se realiza una reserva del cien por cien. Al
llegar al tercer año, el capital pendiente se cancela por incobrable aunque continúen registrándose
devoluciones del préstamo.

La especificidad de las mujeres en el método Grameen

El microcrédito otorga un papel protagonista a las mujeres. Éstas son las más excluidas y, por
consiguiente, afectadas por la pobreza (representan más de un 70% del total de los pobres del planeta).
A esto se le añade la responsabilidad que éstas tienen de mantener a sus hijos. Dice Yunus que "cuando
una mujer consigue rendimientos por su actividad, los que se benefician en primer lugar son sus propios
hijos"7. Así, las madres de familia están más abiertas a las mejoras sencillas, y Yunus confía en que las
condiciones satisfactorias de una vivienda austera, pero digna, y la esperanza en un futuro mejor para
sus hijos, contribuyen a aumentar la productividad y a asumir el coste de un crédito. También comprobó
Yunus, que, al tomar decisiones económicas a largo plazo, las mujeres controlan mejor la natalidad. Por
otro lado, cabe pensar que Muhammad Yunus fue perspicaz a la hora de tomar una medida que
convertía el dominio de género. “Según varios estudios, si aumenta el estatus de las mujeres en una
sociedad se valoran otras prioridades sociales y fiscales y, a medio plazo, se genera más desarrollo”8.
Las mujeres presentan un mayor sentido de la responsabilidad, tienen una visión más realista que los
hombres, por ello comprenden mejor las ventajas del pequeño ahorro, y en definitiva, son mejores a la
hora de administrar las finanzas9. La exclusividad de las mujeres, pone de manifiesto, la voluntad de
Yunus de transgredir aspectos culturales islámicos y conseguir, definitivamente, la independencia
económica de las mujeres. El esfuerzo de Yunus con la población femenina no resultó fácil. En
Bangladesh, un 80% de la población es mahometana.

7
“Grandes Economistas, Muhammad Yunus”, www.eumed.net/cursecon/economistas/yunus.htm
8
Diálogo “Vivir y convivir. Foro mundial de las mujeres”, Ruth Davis, embajadora de los EEUU,
www.barcelona2004.org/esp/banco_del_conocimiento/temas
9
Microcréditos, la revolución silenciosa, op. cit.

28
Los microcréditos. El negocio solidario .

Las mujeres mahometanas no pueden realizar ninguna decisión jurídica sin el consentimiento de su
marido.10 Por otro lado, cabe también señalar, la dificultad que, tanto hombres como mujeres, tienen
para acceder a un préstamo en una sociedad como la bengalí, puesto que la religión presenta prejuicios
contra el interés e y el préstamo. Así, Muhammad Yunus, es completamente consciente de la necesidad
de impulsar medidas como los microcréditos, pese a la dificultad que ello conlleve, para conseguir la
emancipación económica de las mujeres, “un recurso explotado cualitativa y cuantitativamente debido a
que las normas sociales benefician a los hombres”.11

10
Davis, Ruth, Por un derecho económico. La independencia económica. Clave para la emancipación de las
mujeres, www.barcelona2004.org/esp/banco_del_conocimiento/temas

29
Los microcréditos. El negocio solidario .

2.3 Programas microcrediticios alternativos

Debemos tener en cuenta que el objetivo de Muhammad Yunus sigue manteniendo una importante
distancia con entidades con ánimo de lucro. Su principal objetivo es el de mejorar la situación de las
personas desfavorecidas, siendo su preocupación de índole social y humana (por ello se le otorgó el premio
Nobel de la Paz y no el de Economía). Los beneficios del banco permiten crear una red sostenible que
asegura la continuidad del programa. En este sentido, Yunus, creó una serie de programas microcrediticios
alternativos al microcrédito convencional que presentamos a continuación:

Programas para Indigentes: la mendicidad es el último recurso de supervivencia para las


personas desfavorecidas, aparte del delito y otras actividades ilegales. Entre los indigentes hay
discapacitados físicos, psíquicos e invidentes, así como ancianos en precario estado de salud. El Grameen
Bank ha dispuesto un programa especial, denominado "Programa de miembros en lucha" (Struggling
Members Programme), para llegar a los indigentes.

Programas de vivienda: el Grameen Bank también incluye préstamos para viviendas. De forma
parecida al microcrédito, el Grameen presta un capital inicial para la compra de una vivienda. El programa
de viviendas recibió el premio internacional Aga Khan de arquitectura en 1989.

Programas de préstamos de importe mayor: el importe de los préstamos se amolda a la situación


de los prestatarios; algunos avanzan en los negocios más rápidamente que otros al beneficiarse de diversos
factores positivos como proximidad al mercado, presencia de varones con experiencia en la familia, etc. El
Grameen Bank ofrece préstamos mayores, denominados créditos para microempresas, para estos miembros
más ágiles, en los que no existe restricción ni en cuanto al volumen del préstamo ni en cuanto a la
utilización del mismo. Tan sólo será necesario que los clientes, (a través de préstamos microcrediticios
previos, por ejemplo) demuestren su responsabilidad y aporten confianza (a diferencia del microcrédito
convencional). El mayor préstamo concedido hasta el momento es de 13.299 euros12 y fue destinado a la
compra de un camión.

Programas educativos: cada año se ofrecen becas para los hijos de los miembros del Grameen
Bank (con prioridad para las hijas), para animarles a obtener mejores calificaciones académicas. Cada año,
cerca de 20.000 niños de distintos niveles de formación educativa reciben estas becas. Los estudiantes que
logran alcanzar la educación de tercer grado obtienen mayores préstamos de estudios que cubren la
matrícula, gastos de manutención y otros gastos escolares.

12
Datos del 2006 extraídos de la página oficial del Grameen Bank, www.GrameenFoundation.org

30
Los microcréditos. El negocio solidario .

Programas Phone: uno de los programas más innovadores es el Grameen Phone. El sistema
consiste en conceder préstamos para que los clientes compren teléfonos móviles y puedan ofrecer servicios
de telecomunicaciones en casi la mitad de las aldeas de Bangladesh, donde este servicio no ha existido
nunca. Ésta es otra forma de desarrollar un negocio. Las operadoras (mayoritariamente mujeres), realizan
una función importante en el sector de las telecomunicaciones del país y contribuyen, además, a generar
ingresos para Grameen Phone, la mayor compañía telefónica del país.

Algunos de los anteriores proyectos son llevados a cabo por empresas independientes, registradas
conforme a la Ley de Sociedades de Bangladesh, con obligación de pagar impuestos y tasas, como
cualquier otra empresa del país. El Grameen Bank no posee ninguna acción de las siguientes empresas:
éstas forman parte de la “red Grameen” a través de la cual interactúan con el Grameen Bank sin establecer
vínculos económicos. Dentro de esta misma red existen, también, empresas creadas por el propio Grameen
Bank. Éstas fueron creadas como entidades jurídicas separadas, para segregar algunos proyectos del
Grameen Bank financiados por donaciones, y tienen una serie de obligaciones en materia de préstamos para
con el Grameen Bank.

31
Los microcréditos. El negocio solidario .

Balance general

La experiencia del Grameen muestra como una buena idea, si cuenta con la férrea voluntad de sus
impulsores puede convertirse en una realidad más allá de su esperanzador propósito. Según un estudio
interno realizado recientemente, el 58% de las familias de los prestatarios del Grameen han superado el
umbral de la pobreza13. El resto de las familias van escalando con constancia para lograrlo. Todo ello
resulta aún más gratificante si tenemos en cuenta la dificultad que supone emprender una iniciativa como
ésta en un país islámico, cuya religión es especialmente reticente a los préstamos y proteccionista con las
mujeres. Así, el mérito de Yunus va más allá de la simple creación de un programa. El logro de Yunus
reside, también, en la decisión arriesgada de instaurar una política de concesión de créditos con
exclusividad para las mujeres en un país como Bangladesh.

13
Datos del 2006.

32
Los microcréditos. El negocio solidario .

3. LOS MICROCRÉDITOS EN LAS FILIPINAS

3.1. El cambio de grupo a individuo

Introducción al programa

El modelo grupal microcrediticio es comúnmente conocido como una de las innovadoras claves
que propició el boom del sistema. Su prometedora garantía de pago y sus bajos costes de transacción
proporcionan incentivos que mejoran los préstamos y el sistema en global. Sin embargo, algunos se
posicionan en contra del modelo grupal argumentando que éste ejerce excesiva presión sobre los
clientes, hecho que conlleva a una falta considerable de implicación, de continuidad y crecimiento.

En éste contexto, Dean Karlan (catedrático de la Universidad de Yale) y Xavier Giné


(trabajador del Banco Mundial) crearon un experimento que introducía un nuevo método que
favorecía la individualidad14. Dicho método, traspasa la presión de grupo a la presión del banco,
siendo, cada individuo, responsable de su propio crédito. Se trata de un experimento que tuvo lugar en
Filipinas donde se escogieron al azar 169 grupos de aproximadamente 20 mujeres en diferentes
centros. La mitad de ellos fueron convertidos al método individual (centros de trato), y la otra mitad
se quedó con el modelo grupal (centros de control). Así pues, se trata de un experimento aleatorio y
controlado.

Utilizar este método dio la posibilidad de contrastar los aspectos de cada grupo, extrayéndose
datos significativos que permiten, en cierta forma, afirmar qué método es mejor. En primera instancia,
debe observarse qué método supera mejor las asimetrías de la información, cuál presenta una mayor
implicación, cuál establece una mejor utilización del préstamo y, por último, cual presenta un menor
índice de impago. Debe tenerse en cuenta en la comparación de ambos métodos, que el método
individual conserva la política de reuniones de grupo, es decir, la “conversión” tan solo suprime la
responsabilidad grupal. A rasgos generales, los resultados del experimento revelan una inexistente
variación en el impago y una mayor atracción de clientes a favor del método individual.

14
Karlan, Dean, y Xavier Giné, “Group versus Individual Liability: a Field Experiment in the Philippines”,
concluido y editado en mayo de 2007.

33
Los microcréditos. El negocio solidario .

El cambio de grupo a individuo

La microfinanzas son actualmente vistas como una herramienta eficiente en la lucha contra la
pobreza. Muchos programas microcrediticios han optado por métodos grupales, convencidos del poder
de éstos para superar los peligros que supone delegar toda la responsabilidad en un solo individuo; es
decir, el método grupal compensa los componentes negativos de cada individuo, superando así la
dificultad para seleccionar un perfil correctamente. El método grupal permite que el prestamista pueda
explotar información local para mejorar la investigación, supervisión y aplicación de su negocio,
formando grupos que exigen una responsabilidad mancomunada, siendo, cada individuo, responsable
del crédito de su compañero y consiguiéndose, así, una presión de grupo que (a parte de la presión legal)
asegura parcialmente la devolución del préstamo.
Por otro lado, algunos bancos micro-prestamistas, como es el caso de ASA en Bangladesh, o BRI
en Indonesia, han experimentado, puntualmente, con el método individual. Otros, como BancoSol en
Bolivia, han convertido casi todos sus centros al método individual. Incluso el Grameen Bank, fundado
en Bangladesh por Yunus y principal motor del microcrédito, empieza ahora a relajar su asentado
método grupal para dar paso a un tímido método individual. Pese al cambio, la conversión en la
mayoría de los centros preserva el grupo intacto; es decir, mientras la responsabilidad se individualiza,
el grupo se mantiene para reducir los costes de transacción, preservar parte de la supervisión y de la
vigilancia de los compañeros... Muchas políticas microcrediticias recomiendan efectuar la conversión al
método individual a aquellos prestamistas que buscan crecer más rápidamente. Muchas de éstas
políticas son ahora conscientes de algunas de las “trampas” del método grupal y, a su vez, de la
aceleración que proporciona el método individual.

Exponemos a continuación algunos de los inconvenientes generales del método grupal que
sustentan, en conjunto, las tesis de Dean Karlan y Xavier Giné y sostienen la conversión. En primera
instancia, la tensión de grupo no gusta a los individuos. Esta tensión excesiva no es sólo responsable de
los abandonos individuales, sino que también daña el capital social de los miembros. Por otro lado, es
muy importante el azar moral: un cliente deja de pagar su préstamo creyendo que su compañero de
grupo lo hará por él. El banco se presenta indiferente frente a esta situación, puesto que el índice de
pago se mantiene al mismo nivel. Por último, es también importante tener en cuenta la heterogeneidad
de tamaños de crédito en un mismo grupo. Es lógico que los individuos con préstamos más pequeños
renuncien a servir de garantía de clientes con un préstamo más alto. En resumen, el método de grupo
puede mejorar el índice de pago, sin embargo, esta mejora ocurre en detrimento del cliente y de las
relaciones entre éstos.

34
Los microcréditos. El negocio solidario .

3.2. El estudio de Dean Karlan y Xavier Giné

El experimento se basa en la supresión del componente grupal del método Grameen, llamado
Bulak. El método Bulak consiste en pequeños centros con grupos de 15 a 30 personas que viven en la
misma comunidad15. Los centros crecen según la demanda sin predeterminar ningún límite. Dentro del
mismo centro, se establecen grupos de 5 personas, siguiendo el tradicional método grupal. Los cinco
componentes del grupo son la primera garantía para cualquier impago. Solamente si estos cinco fallan
en pagar la deuda de un individuo concreto, el centro en general es responsable del individuo. Con el
cambio, ningún miembro es responsable del impago de otro miembro. Por consiguiente, ningún
individuo del grupo deberá contribuir en el pago de otro de sus compañeros. En general, los centros más
estrictos impiden acceder a un segundo crédito, a los individuos que fallan en el pago. Todos los
créditos que siguen el sistema Bulak son concedidos a mujeres con el fin de que se desarrollen
financieramente.
El préstamo inicial oscila entre los 1000 y los 5.000 pesos (de 18 a 90 dólares). El crédito crece
en función del pago, la asistencia a las reuniones, la evolución del proyecto y la capacidad de ahorro
personal. El interés es de un 25% mensual calculado sobre el préstamo original. El período de pago
oscila entre las 8 y 25 semanas, la devolución debe hacerse sobre una base semanal relacionada con las
reuniones de grupo, siendo ésta otra forma de imponer un cierto control. También se requiere, en las
reuniones, depósitos obligatorios de ahorros: cada miembro del grupo deposita una pequeña cantidad
para ahorros generales, personales y del centro. Los ahorros de cada miembro son utilizados para pagar
deudas y actuar a la vez como colateral, aunque las reglas no son fijas ni extremadamente estrictas. Los
ahorros del centro sirven para pagar la construcción y el mantenimiento del centro, sus actividades y, en
última instancia, para pagar impagos de grupos que se han disuelto sin devolver los créditos.
Así, el experimento sólo cambia el aspecto de responsabilidad y el programa de ahorros, pero
las atenciones en los centros, las reuniones y el pago semanal, persisten. Cabe señalar que se elimina
estrictamente la presión de grupo, pero no desaparece la presión social, es decir, las influencias que
establecen los unos sobre los otros. Ya no es cuestión de presión, sino de reputación, que resultará
importante para el individuo si tiene que establecer relaciones financieras con los que han sido sus
compañeros de grupo; se trata de un prestigio que va más allá del círculo del banco y que presiona
enormemente al prestatario (entendemos la presión como positiva). Por lo tanto, las reuniones se siguen
convocando pero con propósitos distintos; ya no toman forma de revisión de quién está en deuda con el
banco y sus compañeros, sino que en estas reuniones se comparten experiencias de tal forma que los
unos puedan aprender de la situación de los otros.
Finalmente, convirtiendo centros existentes con métodos de control (que siguen con el método
grupal) a métodos de tratamiento (método individual), se puede analizar el impacto propiciado por la

15
Denominada “barangay”, “Group versus Individual Liability”, op.cit.

35
Los microcréditos. El negocio solidario .

presión de grupo. El experimento fue realizado en tres fases que permitirían estudiar con perspectiva la
situación. Periódicamente, controladores de créditos hacían chequeos y “visitas sorpresa” a reuniones
para comprobar que la conversión realmente se había realizado. Una de las mayores dificultades para el
experimento es tener en cuenta el azar moral y, es por ello, que Dean Karlan y Xavier Giné utilizan el
“factor sorpresa”. El experimento se basa en clientes que ya existen como tales bajo método grupal, y
que se verán repentinamente convertidos al método individual.

Manejo de datos

1. Del Green Bank16: el índice de pago, el tamaño del préstamo y la retención de clientes. Se
divide en datos recopilados un año antes de la primera conversión y 9 meses después que
permiten establecer tendencias.
2. Datos de una actividad que hacen los controladores en la que deben hacer un guión de las
actividades que realizan semanalmente: establecer las reuniones, evaluar y escoger
“candidatos” para un crédito, asegurar el pago, etc.
3. Encuesta base realizada en noviembre de 2004 cuyo objetivo es valorar las relaciones sociales
en los grupos de trato (método individual) y los grupos de control (método de grupo).
4. Una segunda encuesta de seguimiento con el fin de valorar también aspectos sociales (enero
2006).

Para todas las encuestas se utilizaron muestras distintas que pueden dividirse en tres grupos. El
primer grupo correspondería a clientes del sistema grupal base, el segundo a clientes que se unieron tres
meses antes de la encuesta y, por último, el tercero a clientes que abandonaron en los tres meses previos
a la encuesta.

16
Green Bank, banco inicialmente concesionario de microcréditos a grupos con el que trabajan Dean Karlan y
Xavier Giné, que sufre la conversión al sistema individual.

36
Los microcréditos. El negocio solidario .

3.3. Los resultados del experimento

Variación en los beneficios del banco

El primer objetivo es medir los aspectos que afectan a los beneficios del banco: el pago, las
políticas de ahorros, la medida del crédito, la retención de clientes y la capacidad para atraer clientes
nuevos. Para valorar estos aspectos nos basaremos en las tablas que se encuentran en el Anexo y que
corresponden a las estadísticas realizadas en el trabajo de Dean Karlan y Xavier Giné.

Índice de devolución

La Tabla 2 muestra los primeros resultados, teniendo en cuenta que no todos los centros fueron
convertidos a la vez y el 15% de ellos permanecía como grupo de control. Los datos se dividen en antes
y después de la conversión. La primera especificación utiliza datos individuales en la que se utiliza una
muestra de individuos convertidos que se comparan con una muestra del grupo de control. Las tres fases
en las que se realizó el estudio se presentan como tres experimentos distintos. Esto permite eludir los
errores o las especificaciones que el factor tiempo puede provocar, siendo importante la diferencia entre
las relaciones de los individuos (se casan, se pelean, se conocen, etc). Los resultados pueden resumirse
en una de las ecuaciones que aparecen en el trabajo y que hemos incluido pese a su complejidad, puesto
que refleja de manera abstracta los datos relativos a un individuo condicionado por unas variables
determinadas:

Y(igt) = α + ßTgt + δt + θg + εigt17

Donde i se refiere al individuo, g al grupo i t al periodo de tiempo. T es el indicador variable si g


se encuentra en un modelo individual en tiempo t; δt son los efectos fijados por el tiempo y θg son los
efectos fijos del centro. ß es el coeficiente de interés. Las columnas 1, 2 y 3 de la Tabla 2 muestran que
la conversión al método individual no muestra efectos adversos en cuanto al pago de los clientes. El
índice de impago es muy bajo: es del 1.5% en el período de madurez y de la toma de confianza, y del
0.6% treinta días después. Por consiguiente, podemos decir que la presión social defendida por el
método grupal no proporciona un mayor índice de devolución, más bien al contrario, puesto que con la
conversión, el índice de impago disminuye. Sin embargo, debe remarcarse el hecho de que la
conversión al método individual no elimina toda la presión social, puesto que el pago sigue siendo
público, y los individuos están presionados por la reputación. Evidentemente, lo que varía es la presión
social en detrimento de una mayor presión del banco.

17
“Group versus Individual Liability”, p.15, op. cit.

37
Los microcréditos. El negocio solidario .

Abandonos y atracción del banco

También se preguntó a clientes convertidos, porqué los otros habían abandonado. El apéndice
de la Tabla 1, muestra cómo bajo un método grupal los individuos son más propicios a abandonar el
centro por presión social (columna 1); sin embargo, la columna 2 muestra que los individuos bajo
método individual son, por un lado, menos propicios a abandonar el centro (no están presionados por
los compañeros) pero, por otro lado, tienden a abandonar cuando están bajo la supervisión de los
controladores del banco. Se observa también, con la conversión, una reducción del 14.2% en la medida
del crédito (columna 5). Esto es debido a que el banco es más estricto, puesto que necesita asegurar la
devolución del préstamo y los individuos renuncian a ahorrar individualmente, argumentando que ya no
deben formar unos ahorros comunes como aval, y prefiriendo tomar prestado el dinero en efectivo que
necesitan. Sin embargo, la columna 4 de la Tabla 2 muestra que la política de ahorros no varía después
de la conversión.
La Tabla 4 muestra un modelo al azar que estima el índice de abandonos de los programas en
cada periodo de tiempo. Los datos muestran que aquellos clientes con una anterior historia de impago
y/o préstamos mayores, son los menos propensos a abandonar. Esto muestra, también, que el método
individual rebaja el índice de abandonos, pero lo hace cambiando las componentes de los clientes. La
Tabla 5 examina los resultados básicos del centro; la columna 4 muestra cómo el método individual
atrae a muchos más clientes proporcionando centros mayores y cómo disminuye un 10% la tendencia a
disuadirse, es decir, a abandonar.

38
Los microcréditos. El negocio solidario .

3.4. Resultados adicionales de las encuestas y los diarios de los controladores.

Análisis de los costes y sostenimiento del banco

En primera instancia, tendremos en cuenta la actividad completada por los controladores de


créditos (oficiales del banco) destinada a medir las diferentes tareas asignadas durante el tiempo que
están en los centros. Dentro de ésta, encontramos una actividad basada en el análisis de los costes del
banco que permitió realizar un estudio del impacto en el mismo, para ver si el proyecto era o no
sostenible. La actividad se basa en el hecho de que los bancos gastan mucho dinero en los controladores
de los centros, personas que se encargan de investigar los antecedentes, controlar y asegurar la
devolución del pago. Para evaluarlo, cada controlador hizo un detallado diario durante una semana con
todas las actividades que llevaba a cabo. La Tabla 6 no muestra diferencia alguna respecto a cómo los
controladores distribuyen su tiempo con las actividades en los dos distintos métodos.

Estudio de las actividades del centro, la selección, la supervisión y el entorno social

En segundo lugar, utilizaron la encuesta realizada a los clientes después de un año de la primera
conversión (noviembre de 2005), en grupos de trato y grupos de control. La encuesta incluye diferentes
preguntas, para entender la influencia del entorno social, las actividades del centro, la selección y la
supervisión. La encuesta fue realizada durante reuniones a muestras tanto de individuos que ya eran
clientes antes de la conversión, como a individuos que lo fueron después de ésta.

Actividades del centro: penalidades y cohesión de grupo

La encuesta realiza preguntas teniendo en cuenta las penalidades del centro por faltar a las
reuniones, irse pronto de las mismas, las faltas de pago, etc. La Tabla 7 muestra las diferencias en las
penalidades de cada método. Encontramos que los centros de trato (individual), imponen penalidades
menores, probablemente porque las reuniones se suceden más tranquilamente ya que no hay presión
entre los individuos. Sin embargo, aunque no sea muy significativo, la conversión al individualismo
crea una menor cohesión de individuos en los centros.

39
Los microcréditos. El negocio solidario .

Selección, supervisión y entorno social: incidencia en las relaciones entre individuos, la


habilidad de pago, la elección de método y el índice de devolución

Existen cuatro factores de análisis que proporcionan información sobre los cambios en la
selección de clientes y la supervisión propiciados por el cambio de método. Preguntaron a cada
individuo como conocían a los individuos que se integraban en el programa después de la conversión.
La Tabla 8 muestra que los antiguos clientes son paradójicamente más propensos a conocer nuevos
miembros de método individual, que de método grupal. Resulta curioso, teniendo en cuenta que se
asume normalmente que el método de grupo fomenta las relaciones. Sin embargo, debemos tener en
cuenta que las relaciones entre los individuos en los métodos grupales, se basan en el pago. En el
método individual los miembros no tienen que “castigar” a sus compañeros y son, por consiguiente, más
receptivos. Por otro lado, los clientes más antiguos son más abiertos comparado con los nuevos, que
están menos preocupados en aprender de otros miembros. Paralelamente, se preguntó, a cada individuo,
sobre el estado de sus compañeros para valorar la interrelación entre ellos. Las cuestiones fueron las
siguientes: 1) ¿cuál es el negocio del individuo X?, ¿cuál es la requerida cantidad pagada semanalmente
por individuo?, 3) ¿Cuántos pagos semanales no cumplió el individuo X durante los tres meses
pasados?, 4) ¿Cuántos pagos mensuales no cumplió el individuo X durante los tres meses pasados?, 5)
¿Crees que el individuo X va a incumplir algún pago durante los tres próximos meses? Una vez
obtenidas las respuestas, no se encontró ningún cambio en la habilidad para identificar el negocio de los
demás, pero sí a la hora de decir quién había incumplido un pago y quién podría hacerlo. Esto evidencia
el hecho de que baja la supervisión y la información del estatus de los otros individuos, siendo ésta,
causa directa de no tener que participar en el pago de otra persona.
Se observó, también, la habilidad de pago en los diferentes métodos. Debe diferenciarse la
habilidad para pagar, del índice de pago, es decir, este método diferencia la selección y el esfuerzo de
cada uno (muy importante en el método grupal, en el que muchos se relajan, creyendo que otros pagaran
por ellos), en oposición al dinero neto del pago, que muchas veces puede haber sido proporcionado por
otros individuos, que ayudan en la devolución del préstamo. Para ello, preguntaron a cada individuo
cuantas veces en los últimos meses tuvieron dificultades para pagar, indiferentemente a si finalmente
llegaron o no a pagar el crédito. Este último punto es ambiguo, sobretodo, por el hecho de que en el
método grupal las contribuciones de los miembros son obligatorias, mientras que en el método de trato
(individual) las contribuciones son voluntarias, existiendo, pues, un factor contribución desnivelado. En
cuanto a la elección del método de cada individuo es importante destacar que los malos clientes son
fácilmente echados y rechazados en centros de método grupal, mientras que pueden ser aceptados en
métodos individuales. Por otro lado, los buenos clientes deciden no formar parte de centros de método
grupal por miedo a ser forzados a ayudar a pagar a los otros miembros más a menudo de lo que ellos le
proporcionan ayuda (azar moral: los otros “se cuelgan”). Así pues, escogen el método grupal, donde la

40
Los microcréditos. El negocio solidario .

devolución del crédito sólo depende de ellos. La Figura 2, columna de la derecha, muestra el número de
veces en las que los nuevos clientes tuvieron problemas para devolver el préstamo, mientras que la de
la izquierda, muestra el mismo análisis, para clientes base (grupo). Así, los resultados muestran que los
nuevos clientes tienen un índice de devolución más cercano a cero que los antiguos. El último punto
importante, es el de la interacción entre la demanda y la competitividad. La Tabla 9 muestra como los
individuos prefieren tomar los créditos de prestamistas bajo el método individual.

Por último, observaremos los datos sociales recolectados antes de la intervención y otra vez
después de ésta, para examinar el impacto en los aspectos sociales y la heterogeneidad del trato (método
individual) en grupos con diferentes estados sociales. El cambio a método grupal puede ser mejor o peor
según las características sociales preexistentes del individuo. Si el método grupal mantiene el índice de
pago alto la conversión debería ser contraproducente. Sin embargo, por otro lado, si el índice de pago
depende de la responsabilidad de cada uno, entonces la conversión debería ser favorable. La Tabla 10
muestra algunas de las hipótesis relativas a la interacción del tratamiento con algunos aspectos sociales.
Los datos sociales fueron recogidos durante reuniones en todos los centros en las dos primeras fases. El
experimento consistía en ir a los centros y hacer que un individuo se levantara; seguidamente, se pedía,
en público, a los otros individuos, que levantaran la mano si la respuesta a alguna pregunta concreta
sobre su relación con X era “si”. Así se evitaba entrar en preguntas comprometedoras (por ejemplo:
¿prestarías dinero al individuo X si éste te lo pidiera?). De esta forma, se pudieron diferenciar dos
aspectos clave en el análisis de las relaciones entre los individuos. En primer lugar, es de suma
importancia el factor confianza, es decir, tener en cuenta si el individuo (el sujeto de la pregunta) ha
prestado dinero fuera de la órbita del Green Bank; si ha ayudado alguna vez, de forma voluntaria, a
efectuar la devolución del préstamo al banco, al individuo que contesta; o si ha acudido a éste para
obtener consejo o ayuda en general. En segundo lugar, cuánto se conocen: si son familia, amigos de la
infancia, se compran productos o utilizan sus servicios, se visitan por razones sociales, etc. Analizaron,
pues, los pagos semanales fallidos y las deudas relativas a devoluciones de antiguos préstamos. Se ha de
tener en cuenta, que los impagos semanales son, a veces, signo de que el banco deposita confianza en el
individuo, puesto que solamente los buenos clientes tienen margen en el término de pago, cuando éstos
tienen algún problema puntual. Sin embargo, el impago, es completado al final del período, cuando se
efectúa la devolución íntegra del préstamo. Los resultados muestran que aquellos con un entorno social
fuerte son menos propensos a fallar en el pago bajo método individual y más bajo método grupal,
debido al factor azar moral (los otros “se cuelgan” sabiendo que sus compañeros de grupo responderán
ante su impago). Además, aquellos con un entorno social más fuerte son, a la vez, menos propensos a
ser expulsados. (Panel A y Panel B). El Panel B, Columna 9 muestras los resultados relativos al factor
responsabilidad. Aquellos que tienen un entorno de confianza, son los más responsables, por lo tanto el
cambio a método individual no supone ningún trastorno para ellos, a la hora de efectuar el pago. Ser
responsable determina pues, un entorno social de confianza que mejora considerablemente el retorno del

41
Los microcréditos. El negocio solidario .

préstamo. En cuanto a la reputación, aquellos con un entorno social más débil tienen menos a perder y
menos vergüenza de ser vistos en situación de impago, contrariamente a aquellos que tienen un entorno
social fuerte y se ven movidos a preservar su reputación mediante un puntual retorno del pago. Ello
demuestra también que el índice de devolución es menor en el método individual, puesto que no hay
presión social.

La Tabla 11 examina los resultados de la encuesta basada en el análisis del entorno social.
Teniendo información sobre el entorno social de antes y después de la conversión podemos analizar las
diferencias empírica y específicamente. El entorno social cambia en el método individual por diversas
razones: La primera es que hay menos aspectos que supervisar y menos seguimiento, por consiguiente
la cantidad de relaciones desciende. La segunda muestra como la calidad de las relaciones es mayor
puesto que no existe presión alguna entre compañeros para efectuar la devolución (como veíamos en la
selección). Los grupos están conectados y los individuos invitan a formar parte del centro a amigos y
familiares.

42
Los microcréditos. El negocio solidario .

4. COMPARACIÓN TEÓRICA DE LOS PROYECTOS DE M. YUNUS Y D. KARLAN

4.1. El éxito de los dos programas

Cada programa presenta sus pros y sus contras, así como sus adaptaciones necesarias relativas
al contexto en el que se desarrollan. En este apartado, trataremos de extraer los aspectos positivos de
cada programa que propician su éxito.

Muhammad Yunus creó un programa que se sustentaba sobre la base de un sistema de


concesión de créditos a grupos de mujeres. La concesión grupal era, para Yunus, el punto clave que
aseguraría el éxito del programa. Desposeído de avales, el sistema requería alguna política concreta que
aportara una cierta garantía de devolución de los préstamos. Así, para asegurar la devolución del
crédito, se promocionó la presión de grupo, estableciendo unas penalidades por el impago de los
compañeros y/o la responsabilidad mancomunada. Dicho método pretendía, a su vez, incentivar las
relaciones entre los componentes de un mismo grupo, creando una red de apoyo e intercambio de
información. Así, la clave principal del éxito del programa de Yunus, reside, en resumen, en la
repercusión que tienen la presión y el control de grupo sobre los prestatarios, asegurando la devolución
del crédito.
Por otro lado, el éxito del programa de Yunus depende, en gran medida, del contexto en el que
se encuentra. Este proyecto se inició en una zona donde las personas no disponían ni siquiera de los
recursos mínimos de supervivencia; por lo tanto, los pequeños préstamos que ofrecía Yunus
representaban la salvación para los solicitantes. La increíble repercusión que podía tener este programa
en los individuos, también provocaba una mayor implicación de los solicitantes y un mayor sentimiento
de gratitud hacia la entidad lo que, en cierta manera, asegura la devolución del préstamo. Las personas
que acceden a estos programas se encuentran en situaciones límite (y la demostración es que rompen
con algunos de sus preceptos religiosos para acceder a la financiación, como ya hemos explicado en el
punto 2 en relación con el islamismo) y, por otro lado, necesitan unas cantidades relativamente
pequeñas par salir adelante.
Otro factor que favoreció enormemente a Yunus, fue la poca presión del sistema judicial sobre
la creación de los negocios. Muchos de los proyectos que financió (y financia) Yunus, estaban
relacionados con la manufactura textil, la venta ambulante, la compra y reventa de ciertos productos…
Es decir, negocios en los cuales la presión fiscal puede ser prácticamente nula; se trata de un sector poco
controlado en el cual las leyes no siempre llegan a aplicarse. Este punto es fundamental para valorar el
éxito del programa, ya que en Occidente cuesta más implantar el sistema microcrediticio porque los
solicitantes se enfrentan a todo un sistema legal relacionado con la empresa difícil de comprender y
manejar.

43
Los microcréditos. El negocio solidario .

Finalmente deberíamos incidir en la importancia del contexto dentro del éxito del modelo
grupal. Gracias a la proliferación de las entidades financieras concesionarias de microcréditos, se ha
podido valorar la poca efectividad y popularidad de este sistema en las grandes ciudades y, de forma
más general, en Occidente. Esto es debido a que son necesarios unos vínculos comunitarios entre los
solicitantes para que el sistema grupal funcione. Yunus inició su proyecto en pequeñas aldeas, en las
zonas más marginadas y desfavorecidas y, por lo tanto, en áreas donde estos vínculos eran realmente
sólidos. Podríamos decir que, a parte de la genialidad de la idea en sí, a Yunus se le ocurre esta nueva
forma de financiación en el momento adecuado y en el lugar adecuado.

Posteriormente, Dean Karlan y Xavier Giné, idearon un nuevo método microcrediticio que
cuestionaba lo que, a su entender, representaban limitaciones para los programas de concesión de
créditos grupales (cuyo máximo representante es el Grameen Bank de Yunus), en una pretensión de
mejorarlo y conseguir llegar a mayores niveles de éxito, argumentando que la presión de grupo
disminuía la implicación de solicitantes potenciales y que ésta podía ser sustituida por una mayor
presión y seguimiento del Banco. De esta forma, iniciaron un programa que favorecía el individualismo.
Cuantitativamente, el índice de implicación aumentaba, puesto que los individuos profesaban
desconfianza y escepticismo hacia los métodos grupales, no queriendo asumir las responsabilidades de
otros. Cualitativamente, las relaciones dejaban de basarse en el crédito, para cumplir, realmente, con el
propósito de apoyo e intercambio de experiencias. Así, la clave del éxito del programa de Dean Karlan
y Xavier Giné, reside en el aumento de la implicación debido a la reducción de las tensiones y
responsabilidades grupales; en la aceleración de todo el proceso (las sociedades microcrediticias
individuales crecen más rápidamente y la reducción del contacto entre individuos potencia su actividad,
); en el mantenimiento del índice de devolución (e incluso el aumento de éste, gracias a la sustitución de
la presión del grupo por la presión del banco, que siempre resulta menos angustiosa); y, finalmente,
reside en la tarea que deben desempeñar los controladores, encargados de proporcionar información a
los emprendedores y transmitirles seguridad.
Si bien es cierto que en el estudio de Dean Karlan y Xavier Giné no se pudieron tener en cuenta
una serie de factores sociales y culturales, quedó demostrado que el sistema individual funciona mejor
en sociedades más desarrolladas y viceversa. Como más complejo es el contexto social, político y
cultural que acoge a un programa de microcréditos, más necesario es un grupo de seguimiento y la
individualización del programa (si es que es grupal).

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Los microcréditos. El negocio solidario .

4.2. La confianza: clave para el éxito de un programa de Microcréditos

Nuestra hipótesis se centra en considerar la confianza como factor clave en la


microfinanciación, basándonos en su incidencia en la implantación de los programas, el cambio en el
índice de pago, la mejor interacción banco cliente… De esta forma, la confianza engloba algunas de las
características sobre las que se sostiene el programa de Dean Karlan. Analizaremos el factor confianza
para poder valorar cuál es su impacto en los programas de microcréditos; qué repercusión tiene sobre
los prestatarios y en qué medida.

Antes de todo, debemos diferenciar cuatro tipos de confianza: la que siente el individuo hacia
los microcréditos en general; la confianza que transmite el individuo al banco; la del individuo respecto
al grupo y al método grupal en general; y, por último, la confianza en uno mismo.

En cuanto a la primera, ésta es crucial para la implicación de un individuo en un programa de


microcréditos. Si las entidades financieras no se encargan de construir un sistema atractivo para aquellas
personas en exclusión social que quieren cambiar su situación económica, las tasas de implicación no
serán las esperadas. Las entidades deben mostrar que están dirigidas exclusivamente a este colectivo,
que realizan una obra social, que confían en el prestatario y le van a dar la oportunidad de salir adelante.
En relación con la segunda, resulta extremadamente importante que el posible emprendedor sienta
confianza en su proyecto, y que la transmita a la entidad financiera. Una de las garantías de devolución
de las que dispone el banco, reside en la selección de los prestatarios, que determinará en gran medida el
índice de devolución.

La tercera, representa el núcleo en torno al cual gira el trabajo de Dean Karlan y Xavier Giné.
La desconfianza que pueda sentir el individuo hacia la actitud del resto de sus compañeros de grupo
condicionará su decisión y, por lo tanto, su participación en un programa de microcréditos de concesión
grupal. Una de las teorías barajadas en relación a este punto es que, la persona realmente responsable y
capaz de emprender un negocio, quizás no se implicará en este tipo de proyectos porque creerá que el
resto de sus compañeros se respaldarán en ella; mientras que aquél individuo poco trabajador, que se
implicaría en el programa simplemente para probar fortuna, sabe que podrá apoyarse en el resto de sus
compañeros y no tendrá ningún reparo en hacerlo. Por lo tanto, podemos decir que la confianza hacia el
sistema de concesión grupal determina en gran medida el índice de implicación y el tipo de prestatarios,
aunque no podemos sostener tal afirmación en relación con los índices de devolución de los préstamos.

Finalmente, el cuarto tipo de confianza es el realmente fundamental para que un programa de


concesión de microcréditos funcione. Si en algo ayuda la presión del grupo o de las entidades de
soporte (de asesoramiento y de seguimiento), es a que el prestatario se sienta arropado, protegido,

45
Los microcréditos. El negocio solidario .

informado y guiado en todo momento. Si el emprendedor no confía lo suficiente en sus capacidades,


sabe que puede contar con la ayuda de las entidades de soporte; sabe que si su sentimiento de
compromiso flaquea en cualquier momento, tendrá a todo un grupo detrás que le impulsará a
reemprender la ilusión y la confianza en sí mismo para poder llevar a cabo su proyecto de negocio.

Por otro lado, debemos mencionar algunos aspectos importantes que se destacan en la
conclusión de “Group versus individual liability”18, que hacen clara referencia a nuestro planteamiento
inicial del trabajo y que encontramos después de haber elaborado nuestra hipótesis inicial: “naturally
these are the results over one year, from one lender in one region of the Philippines. As with all
empirical research, many questions persist as to whether these findings will hold in other countries in
other cultures and with other lenders. Although this decision by the bank to shift from group to
individual is not unusual, we still must ask whether the culture or macroeconomic conditions, for
instance at the time of study, led to similar outcomes for both individual and group borrowers, and
whether under different external conditions differences in repayment would arise. Social science, just
like physical sciences, need replication in order to solve these issues”. De esta forma, existen ciertas
limitaciones en el estudio, relativas a la cultura, la situación económica del país y del individuo, el
estatus social de los prestatarios, etc., que podrían ser cruciales en la elección del método individual o
grupal de microcréditos. No tenemos suficientes garantías de que los resultados obtenidos por Dean
Karlan y Xavier Giné funcionen expuestos a condiciones externas completamente diferentes. Por otro
lado, debemos tener en cuenta que cada caso precisa de su necesaria adaptación al contexto en el que se
encuentre, y que la determinación de tendencias siempre presenta puntos de ambigüedad. Es decir, por
mucho que consideremos que, en general, el microcrédito individual resulta más atractivo y efectivo,
siempre existirán casos externos a dicha tendencia.

De todas formas, la confianza en el resto del grupo es una de las distintas maneras de analizar
este importante factor, como hemos mencionado al inicio de este apartado. Quizás la clave del éxito de
un programa de microcréditos no sea tanto la eliminación de la presión del grupo, sino el poder
proporcionar la confianza suficiente al posible emprendedor para que se vea capaz de desarrollar su
proyecto de negocio. Si bien es cierto que existe una cierta reticencia a participar en programas de
concesión de microcréditos de forma grupal ya que cabe la posibilidad de que uno de los prestatarios se
vea forzado a cargar con las responsabilidades de los otros componentes del grupo, lo más importante es
que éste se sienta apoyado, ya sea por el propio grupo o por entidades de asesoramiento y seguimiento.
De esta forma podemos decir que, si se puede sustituir el control que impone el grupo por este tipo de
entidades, el éxito de un programa de microcréditos está prácticamente asegurado.

18
“Group versus individual liability”, op. cit., p.26. Conclusión en Anexo 4, p. 148.

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Los microcréditos. El negocio solidario .

Como podemos ver en la conclusión del estudio de Dean Karlan y Xavier Giné, puede que no
esté demostrada la relación entre la desconfianza del prestatario hacia el sistema grupal y el éxito del
programa; y es que no ha forma alguna de analizar, de forma empírica, la repercusión de un sentimiento
en el comportamiento humano. Sin embargo, el simple hecho de plantear el buen funcionamiento de un
proyecto de concesión de microcréditos en relación con este sentimiento básico y fundamental en el ser
humano, ya desvela uno de los importantes factores que condicionarán el éxito de los microcréditos,
determinando así una tendencia hacia el individualismo: “our findings suggest that the innovators
finding methods of lending individually (and more flexibly) to the poor may be moving in the right
direction”19. Es por ello que hemos querido elaborar la parte experimental en torno a la distribución de
una encuesta, ya que con los resultados obtenidos podemos alejarnos de la hipótesis de Dean Karlan y
Xavier Giné, o bien, acercarnos un poco más a ella, respaldando la crucialidad (si se nos permite el
neologismo) del factor confianza en el éxito de un programa de microcréditos.

19
“Group versus individual liability”, op. cit., p. 27.

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Los microcréditos. El negocio solidario .

5. PARTE EXPERIMENTAL

5.1. La encuesta

¿Por qué una encuesta?

Como ya hemos mencionado anteriormente, una parte importante de nuestro trabajo consiste en
la comparación de dos programas de microcréditos. El punto crucial que queremos determinar es por
qué no hay más gente que se implique en este tipo de proyectos, y si la tasa de implicación en los
proyectos individuales es más elevada que en los programas en grupo porque el factor confianza hace
que muchos posibles integrantes no se atrevan a dar el paso.
La forma que nos ha parecido más acertada para intentar valorar una serie de comportamientos
guiados por factores psicológicos, ha sido encuestar a distintos colectivos. A partir de una serie de
preguntas que no revelan la finalidad o la intención de la encuesta, queremos intentar ver qué criterios
sigue cada individuo al valorar la posibilidad de integrar un proyecto de microcréditos. También nos
interesa calibrar el porcentaje de gente que se implicaría en un programa dedicado a individuos, o uno
que forme grupos de personas que comparten una serie de responsabilidades, y qué criterios sigue el
encuestado en el momento de escoger uno u otro.
Por otro lado, el estudio que se realizó en las Filipinas para comprobar qué modelo
microcrediticio era más eficaz, no pudo tener en cuenta una serie de factores sociales y culturales
determinantes en cada país, región, ciudad, clase social, etc. Por lo tanto, las conclusiones que se
extrajeron quedan reducidas a un ámbito muy concreto y es difícil trasladarlas a unos criterios
generales, ya que es posible que la elección de un programa u otro por parte del individuo pueda
depender de alguno de estos condicionantes. Este hecho significativo podría ser la clave para valorar en
qué medida la confianza en los componentes de un grupo de prestatarios de microcréditos, influye en la
elección y la participación del individuo en un proyecto similar. Es muy difícil demostrar, a partir de la
teoría, que todo se basa en la desconfianza que sienten los prestatarios hacia los otros participantes en
un mismo programa y componentes de un grupo. A partir de las preguntas de la encuesta, creemos que
podemos entrever cuáles son las causas reales que determinan la participación, qué grado de
importancia tienen el factor confianza y las responsabilidades que hay que asumir cuando alguien se
implica en un programa de microcréditos. Esta parte experimental nos puede permitir ver realmente
cómo reaccionarían distintas personas ante las dos iniciativas y por cual se decantaría la mayoría. De
todas formas, esta serie de valoraciones no justifica que nuestra parte experimental se centre en una
encuesta, ya que hay distintas formas de intentar ver cuáles son los criterios que sigue una persona
cuando se ve ante un proyecto de microcréditos.

48
Los microcréditos. El negocio solidario .

Otra manera de realizar la parte experimental habría podido ser la recreación de una situación
similar a la de un préstamo de un banco, pudiendo así ver interactuar a distintos individuos y extraer
conclusiones. Inicialmente barajamos esta última opción, ya que resultaba mucho más representativa de
la problemática; sin embargo, nos enfrentaríamos a un problema bastante importante: para recrear una
situación semejante a la que se exponen los prestatarios cuando acuden a pedir un microcrédito y
cuando deben responsabilizarse de los componentes de un grupo, hay que poner en juego algo que tenga
un valor real para el participante. Es muy difícil intentar recrear una situación basándonos en una
ficción y una serie de suposiciones que tiene que asumir la persona que se presta a participar; la única
forma de realizar este experimento habría sido trabajar con niños, ya que se conforman con mucho
menos y su grado de imaginación e implicación es mucho más elevado que el de un adolescente o un
adulto. Habríamos podido realizar esta experiencia ofreciendo caramelos a distintos equipos de niños si
realizaban una tarea correctamente; esta actividad, además, se habría dividido en dos pruebas distintas:
una, ofreciendo la posibilidad de que los niños participasen solos y, la otra, creando nosotras grupos
aleatorios. En los grupos de niños, cada uno debería realizar una tarea individual, pero sólo obtendrían
el premio si todos los componentes del equipo consiguiesen su meta. Para reflejar el factor confianza,
habríamos ofrecido, inicialmente un número determinado de caramelos a cada niño, para luego
ofrecerles la posibilidad de participar en esta actividad y doblar su cantidad inicial de caramelos,
arriesgándose a perderlos todos si no ganaban. Esta experiencia habría sido, más o menos, como una
gymkhana, y nosotras habríamos podido ver el comportamiento de los participantes.

Sin embargo, intentando organizar este proyecto, nos fuimos dando cuenta de la gran dificultad
de llevarlo a cabo, ya que la situación que hubiésemos conseguido recrear no habría sido
suficientemente fiel a la real, ni tampoco representativa. Se trata de una experiencia que no es
comparable a los dos proyectos de la India o las Filipinas, que se realiza con un grupo de personas que,
en la vida real serían incapaces de acceder a un microcrédito y que, obviamente, no se rigen por los
mismos criterios que una persona adulta. Aunque sí es cierto que, si realmente el factor confianza es el
que determina la participación en un programa de microcréditos, la experiencia nos habría podido
mostrar algunas tendencias, ya que la confianza es un instinto básico instalado en el subconsciente del
hombre desde edad muy temprana. De todas formas, el riesgo a no extraer conclusiones era demasiado
alto y, además, los niños no son suficientemente conscientes de una serie de factores externos que
determinarían su elección y, por lo tanto, su confianza tampoco está condicionada por éstos.

Por lo tanto, finalmente decidimos elaborar una encuesta que representase lo más fielmente
posible los dos proyectos, y que se centrase en la elección del proyecto que tomaría el encuestado, en su
implicación y su determinación a dar el paso, a tener el valor para implicarse en un proyecto de
microcréditos, valorando también los criterios seguidos por el encuestado para llegar a una decisión.

49
Los microcréditos. El negocio solidario .

¿Qué se espera de la encuesta?

Como ya hemos explicado en el punto anterior, la clave de la encuesta es ver la predisposición


del encuestado a participar en un proyecto de microcréditos, ya sea individual o colectivo, y ver cuál de
los dos modelos le atrae más o le inspira más confianza. A partir de todas las respuestas, es importante
valorar cuál de los dos programas es escogido por la mayoría e intentar concluir por qué razones. Los
criterios que siga el encuestado son fundamentales para nuestro trabajo, ya que podríamos detectar si la
mayoría se guía por un sentimiento de desconfianza hacia el grupo que compone a los prestatarios en
uno de los dos casos. Ver las prioridades que predominan en el encuestado y los requisitos que debería
cumplir el grupo nos permitirían elaborar, de forma esquemática, cuál sería la mejor opción de oferta de
microcréditos, cuál sería más beneficiosa para los prestatarios y cuál incitaría a un mayor número de
personas a participar en este tipo de proyectos.

Otro punto fundamental, es la confianza que inspiran los microcréditos en general, como vía
alternativa al préstamo tradicional, para mejorar la situación económica de cualquiera. Este “cualquiera”
es otro aspecto que hay que analizar, ya que al distribuir las encuestas a colectivos de personas muy
diversos en cuanto a formación educativa y poder adquisitivo, podemos hacer un balance de en qué
sectores los microcréditos son mejor acogidos y podemos ver si existe algún grupo en particular, que
muestre un interés especial.

A partir de este estudio queremos valorar, también, si esta nueva forma de financiación se puede
aplicar en los países europeos (que de hecho, ya se está haciendo), qué resultados darían, en qué
sectores se podrían promocionar mejor, si servirían también para otras personas que no fuesen
exclusivamente los más necesitados… También es muy interesante detectar qué colectivos, dentro del
ámbito español, muestran más interés y por qué. Por otro lado, otra faceta de la confianza es el miedo al
fracaso. Quizás muchas personas no se han decidido a participar en un programa de microcréditos por el
miedo a no poder devolverlos, por el miedo a no ver crecer un proyecto personal de la forma que se
esperaba. Este miedo, aparentemente “saludable” ya que, en cierto modo, asegura que las personas que
participan pondrán todo su empeño en que su proyecto salga adelante, y que sirve de escudo para evitar
que cualquiera se decida a pedir uno de éstos créditos sin importarle demasiado si podrá devolverlo o
no, a la vez, impide que gente realmente responsable, solidaria y honesta, no se atreva a implicarse en
un programa de microcréditos.

Esta encuesta también nos permitiría valorar el grado de familiarización del público con el
mundo de los microcréditos. Se trata de una forma revolucionaria de financiación que nació en
Bangaldesh y que en los últimos años también ha llegado a Europa. Se habla de un “nuevo” sistema de
otorgar créditos a la gente más necesitada pero, en realidad, en la India y en Sudamérica empezaron a

50
Los microcréditos. El negocio solidario .

funcionar a mediados de los setenta. Si, a través de los resultados de la encuesta, vemos que el grado de
conocimiento es mínimo o, al menos, que la mayoría no estaba informada de su existencia, podríamos
determinar que, quizás, la promoción de los microcréditos no ha sido del todo acertada y que se
deberían buscar nuevas formas para hacer llegar la información necesaria a toda la población.

Uno de los problemas que se nos presenta a la hora de intentar determinar todos los parámetros
que acabamos de mencionar, es que resulta bastante dificultoso establecer tendencias, ya que la muestra
no podrá ser demasiado grande y las diferencias entre los distintos colectivos que escojamos siempre
pueden ser ambiguas o matizables. Habrá que tener en cuenta que hemos intentado escoger grupos que
se diferencien de forma evidente en cultura, poder adquisitivo, edad y formación educativa.
Intentaremos establecer tendencias teniendo en cuenta estos valores que, en ningún momento,
determinan la capacidad emprendedora de cualquier encuestado o su posibilidad de éxito si se decide a
pedir uno de estos créditos. No vamos a valorar quién es más apto para implicarse en un programa de
microcréditos, ya que esto es variable en cada individuo, ni tampoco queremos establecer conclusiones
que puedan suscitar una idea de machismo, racismo o clasismo. Las tendencias que podamos detectar
estarán estrechamente ligadas a las preferencias generales de un sector, los criterios de elección, la
predisposición… De todas formas, sí intentaremos detectar las diferencias entre las respuestas de
hombres y mujeres, ya que se trata de un aspecto fundamental en la concesión de microcréditos. Muchas
entidades financieras, incluso ONG, conceden estos préstamos solamente a mujeres por una serie de
razones que ya hemos explicado; un punto interesante de esta encuesta sería valorar si realmente existe
una gran diferencia entre las respuestas de los dos sexos e intentar deducir si están relacionadas con los
criterios que siguen estas entidades.

Otro de los problemas que se nos presenta, es la comparación que queremos establecer entre los
resultados de colectivos españoles y la realidad de los microcréditos en la India y las Filipinas. La
cuestión de si son realmente comparables ambos casos, nos supone una barrera difícil de superar ya que
en ningún momento se puede estar seguro de la respuesta a esta pregunta. El hecho de que podamos
enviar las encuestas a la India, tampoco es determinante para responder a esta cuestión aunque, de todas
formas, podría permitirnos realizar una valoración aproximativa. Somos conscientes de que la elección
de los distintos colectivos de personas podría haber sido muy distinta y quizás habríamos encontrado
otras tendencias u otras conclusiones; el hecho es que hemos intentado que los rasgos diferenciales entre
ellos sean notables y que las encuestas sean distribuidas, por lo menos, en dos países distintos en cuanto
a cultura y desarrollo. Por otro lado, Dean Karlan apoya toda su tesis en el factor confianza (sentimiento
inconsciente y universal); si conseguimos detectar diferencias fundamentales entre las respuestas de los
distintos grupos de personas, podremos ver que la diferencia social, cultural, económica, etc., también
es fundamental para escoger el mejor sistema de microcréditos. De esta forma, aunque sepamos que las

51
Los microcréditos. El negocio solidario .

muestras no son muy significativas y las diferencias entre los colectivos son relativas, si encontramos
respuestas muy diversas sí podremos establecer una serie de conclusiones.

Finalmente, algunas de estas últimas conclusiones nos permitirían decidir si puede llegar a
existir un programa microcrediticio único que se adapte a todos los países y todas las culturas o, por el
contrario, hay que hacerlos a medida y, por lo tanto, realizar un estudio previo de la población en la que
se van a introducir los microcréditos.

Procedimiento para elaborar la encuesta

Hemos pensado esta encuesta para que la pueda contestar cualquier persona de edad laboral
(mayor de dieciséis años), de cualquier país, cultura, religión, sexo… Por lo tanto, después de una
primera parte informativa, hemos introducido una serie de preguntas simplemente de identificación,
para después poder analizar todo tipo de tendencias. Estas preguntas las hemos extraído de una encuesta
tipo, ya que no tienen, por sí mismas, una estrecha relación con el tema de los microcréditos, se trata de
unas cuestiones estándar que solamente buscan situar al encuestado dentro de un determinado grupo.
Respecto a la información inicial, pensamos que debíamos explicar brevemente lo que son los
microcréditos y cuales son los dos modelos principales; información completamente necesaria para que
el encuestado pueda responder a todas las preguntas que proponemos.
Ya que nos interesa ver qué cantidad de gente se implicaría en un proyecto colectivo o en uno
individual, hemos intentado pensar una serie de preguntas que reflejen el criterio de elección. Si todos
los encuestados (o la mayoría) siguen un mismo patrón, se guían por un sentimiento común y universal
como es la confianza, podremos comprobar que todas las preguntas de identificación son innecesarias,
ya que todos se guían por un sentimiento universal que no depende ni de la situación geográfica, ni del
estatus social, etc. Si, por lo contrario, vemos que las diferencias en las respuestas son evidentes entre
los distintos colectivos encuestados, podremos determinar que existen una serie de factores culturales y
sociales que determinan las decisiones y los criterios que siguen las personas que responden la encuesta.
Es importante que el encuestado no se sienta intimidado por las preguntas y que tampoco se de cuenta
de qué es realmente lo que nosotras queremos analizar en las respuestas. Por lo tanto, hemos intentado
generar una serie de cuestiones que no expliciten lo que nosotras buscamos; unas cuestiones neutrales
que transmitan seguridad al encuestado.

La primera elaboración de la encuesta20 fue corregida y distribuida a un número reducido de


personas para poder valorar la transparencia y claridad de las preguntas, la facilidad en el entendimiento
de las mismas, las partes ambiguas… A partir de las distintas dudas que surgían en cada caso, fuimos

20
Modelos en castellano e inglés de la encuesta definitiva en Anexo 2, p.122.

52
Los microcréditos. El negocio solidario .

retocando y perfeccionando la encuesta, sometiéndola a varias revisiones, para intentar conseguir un


texto claro para todo el mundo. Este último punto ha sido bastante difícil de conseguir, ya que es
inevitable utilizar una serie de términos técnicos en la explicación introductoria, y tampoco es fácil
elaborar cuestiones que no generen ningún tipo de ambigüedad o contradicción. También ha sido
complicado escoger el vocabulario a utilizar y el tipo de formulación de las preguntas, ya que tratamos
un tema delicado que, según como se plantee, puede herir o incomodar a ciertas personas o colectivos.
Por otro lado, también hemos intentado que todas las respuestas posibles se comprendan dentro de las
que nosotras ofrecemos, de forma que no quede ninguna respuesta posible omitida. Este último punto ha
resultado especialmente complicado y, como hemos podido comprobar a partir de la distribución de las
encuestas, no hemos acabado de lograrlo ya que en más de un caso el encuestado ha optado por no
seguir las pautas que propone la encuesta para contestar ciertas preguntas.
Sin embargo, el tema más delicado ha sido plantear el tema de la confianza dentro de la
encuesta. Hemos intentado que las respuestas consigan reflejar este factor de forma indirecta, de manera
que el encuestado no sea dirigido a una respuesta concreta ni vea explícitamente el tipo de resultados
que nosotras esperamos, ni el tema central que nosotras queremos estudiar. Es realmente importante que
la pregunta de la confianza no sea explícita ya que podría modificar la actitud que mostraría el
encuestado si realmente decidiese participar en un programa de microcréditos.

53
Los microcréditos. El negocio solidario .

5.2. Conclusiones de los resultados obtenidos

División de las muestras

GRUPOS ENCUESTADOS

Raval; 53; 21% Alumnos; 81;


33%

Profesores; 13;
India; 101; 41% 5%

Alumnos Profesores India Raval

El colectivo del Raval está compuesto por personas que acuden a la iglesia de Montalegre a
buscar comida, ropa y trabajo. Se trata de individuos en una situación de riesgo de exclusión social,
muchos de ellos inmigrantes no regularizados, que viven en unas condiciones de vida al borde de la
precariedad. En cuanto al colectivo de la India, se trata de trabajadores de todas las edades,
mayoritariamente hombres, que viven en un entorno rural y en unas condiciones de vida que también
están al límite de la precariedad. Profesores y alumnos pertenecen al colegio Aula Escola Europea y,
estos últimos, son estudiantes que cursan primero y segundo de Bachillerato.

Como podemos ver, tenemos encuestas de tres grupos bastante equilibrados en relación a la
muestra tomada. Sin embargo, el grupo de profesores encuestados es bastante reducido y, por lo tanto,
no podremos valorar de la misma forma sus respuestas con las del resto de encuestados, ya que no
resulta ser una muestra representativa. Por otro lado, debemos señalar que la extensión de la encuesta
nos permitiría realizar un sinfín de estadísticas. Por lo tanto, hemos creído conveniente centrarnos en las
preguntas más relevantes para el trabajo.

54
Los microcréditos. El negocio solidario .

Estadísticas de las encuestas y análisis de los resultados

Implicación y apreciación de los distintos métodos de financiación (individual / grupal)

Las dos primeras estadísticas responden a una de las preguntas que aparece en la encuesta en
relación con los microcréditos: “¿le parece un buen sistema que podría mejorar su situación actual?”.
Hemos creído conveniente analizar las distintas respuestas desde dos puntos de vista, las diferencias
entre los distintos colectivos y las diferencias según el género, para valorar la diferencia de
comportamiento entre hombres y mujeres ante los microcréditos. Sería muy interesante ver si los
índices de implicación cambian mucho entre estos dos grupos; si divergen de forma evidente en los
criterios de implicación; la relevancia del factor confianza en uno y otro… para poder llegar a entender
la exclusividad de las mujeres en ciertos programas microcrediticios.

Apreciación del sistema según el género

160
140
120
100
80
60
40
20
0
Hombres Mujeres

SI NO

Apreciación del sistema según el grupo

120

100

80

60

40

20

0
Alumnos Profesores India Raval

SI NO

55
Los microcréditos. El negocio solidario .

Recordemos que estas estadísticas responden a la pregunta “¿le parece un buen sistema – los
microcréditos – que puede mejorar su situación económica actual?”. Como podemos apreciar, en la
primera tabla no hemos obtenido unos resultados iguales en ambos sexos, pero están bastante
equilibrados en comparación con la segunda tabla. De todas formas, podemos tener en cuenta que los
hombres sienten más afinidad hacia los microcréditos que las mujeres (quizás porque estas últimas
están más centradas en trabajar fuera y dentro del hogar y, por lo tanto, prácticamente no disponen de
tiempo).

En relación a la segunda estadística, resulta realmente sorprendente el grado de afinidad del


colectivo indio hacia los microcréditos: de los 101 encuestados, no ha habido ni uno solo que haya
respondido negativamente a esta pregunta. Por otro lado, en el resto de colectivos el baremo está muy
equilibrado. Es importante ver cómo el grupo encuestado en la India se muestra mucho más abierto
hacia el fenómeno de los microcréditos, mucho más receptivo, y esto puede ser debido a una mayor
propaganda en el país, al mayor tiempo que llevan actuando los microcréditos en la India en
comparación con el mundo Occidental, o bien, a la mayor necesidad de mejorar su situación económica
(aunque, entonces, el colectivo del Raval debería tener un porcentaje similar al de la India). Debemos
tener en cuenta que estas dos primeras tablas no son realmente importantes por sí solas, pero resultarán
relevantes en comparación al nivel de implicación de los distintos grupos y géneros.

Las dos siguientes tablas, nos muestran el porcentaje de encuestados que se implicaría en un
proyecto de microcréditos.

Implicación según el grupo

120

100

80

60

40

20

0
Alumnos Profesores India Raval

SI NO

56
Los microcréditos. El negocio solidario .

Implicación según el género

150

100

50

0
Hombres Mujeres

SI NO

El primer dato que nos sorprende en la tabla de implicación por géneros, es el mayor grado de
implicación en mujeres que en hombres, mientras que la apreciación del sistema era mucho más positiva
en hombres que en mujeres. Estos datos, aparentemente contradictorios, hacen referencia, quizás, a un
mayor conformismo de los hombres, a una mayor reticencia a implicarse en un programa que pueda
modificar su rutina particular. Quizás también es debido al mayor sacrificio de las mujeres que, como
dicen muchas entidades concesionarias de microcréditos, se arriesgan y sacrifican por la familia mucho
más que sus maridos. De todas formas, no podemos extraer conclusiones claras.
En relación a la tabla de implicación según grupos, nos volvemos a encontrar con una mayoría
absoluta del ‘sí’ en la implicación en un programa de microcréditos en el caso de la India. Según esta
estadística, el colectivo indio resulta el cliente por excelencia de los microcréditos, y esto puede ser
debido a la situación límite en la que se encuentra la mayoría de la población India. Debemos tener en
cuenta que hemos realizado la encuesta a un grupo de personas que trabajan en el campo, en granjas, en
industrias o en pequeñas empresas de manufacturación, como obreros. Se trata de un colectivo
realmente expuesto a la precariedad laboral que desea salir de su situación como sea. La necesidad de
cambio, unida a una mayor familiaridad con los microcréditos que los grupos occidentales, deben ser
los factores fundamentales que determinan el enorme grado de implicación en la India.
Si nos fijamos ahora en profesores y alumnos, resultan ser los grupos más coherentes en
relación con las primeras tablas. La apreciación del sistema está muy equilibrada con la hipotética
implicación, lo que muestra seguridad y confianza hacia los programas de microcréditos. En el Raval,
por el contrario, una gran parte de las personas que consideran los microcréditos como un buen sistema,
no se implicaría en un proyecto semejante. Hemos podido detectar, en este colectivo, una gran
desconfianza hacia el sistema de financiación, además de escepticismo y miedo. Sin embargo, debemos
analizar los factores por los cuales no se implicarían todos estos individuos para valorar de forma más
rigurosa las diferencias entre los colectivos.

57
Los microcréditos. El negocio solidario .

Razón de no implicarse en un programa de microcréditos según el grupo

45

40

35

30

25

20

15

10

0
Alumnos Profesores India Raval

no necesidad desconfianza miedo edad papeles no tiempo poca info otras deudas

A partir de la tabla “Razón de no implicarse en un programa de microcréditos”, podemos ver


realmente las diferencias entre el colectivo del Raval y los alumnos y profesores de Aula. Como
podemos apreciar, la no necesidad de implicarse en un programa de microcréditos impera en los
alumnos, y es mayoría absoluta en el grupo de profesores, mientras que en el colectivo encuestado en la
iglesia de Montalegre no es la razón mayoritaria. Como ya habíamos mencionado en las dos estadísticas
anteriores, el miedo y la desconfianza hacia los microcréditos, están muy presentes en el grupo del
Raval. Debemos tener en cuenta que este colectivo se encuentra en situación de exclusión social
mientras que alumnos y profesores forman parte de una clase bien estante. Esta diferencia económica y
social provoca un mayor recelo de los más débiles, un mayor escepticismo. Sin embargo, cabría
imaginar que las malas condiciones de vida deberían impulsar a las personas a participar en un
programa de microcréditos, como ocurre en la India, y resulta ser el efecto contrario.

Gracias a la oportunidad que tuvimos de hablar con todos los encuestados en la iglesia de
Montalegre, hemos podido completar los resultados de las encuestas con sus testimonios para poder
valorar de una forma más detallada y real su situación y su relación con los microcréditos. La impresión
general que tuvimos, y que está reflejada en las encuestas, fue el dominio del miedo que, en muchos
casos, induce al conformismo (y, entonces, la respuesta del encuestado es: “no tengo necesidad – de
acceder a un programa de microcréditos-”). En ningún momento nos encontramos con personas
realmente interesadas en estos programas o, simplemente, en cambiar su situación; reinaban la
desconfianza y la no credibilidad hacia nosotras y hacia los programas de microcréditos. Por otro lado,
pudimos ver cómo el miedo que se refleja en las encuestas está íntimamente ligado a la confianza en las

58
Los microcréditos. El negocio solidario .

capacidades de uno mismo. El sistema financiero español es complicado, hay que tener unos
conocimientos mínimos para adentrarse en el mundo del negocio y la pequeña empresa, y estos factores
son los que infunden un excesivo respeto a los encuestados en el Raval: prácticamente todos
mencionaron la complejidad del sistema y su incapacidad por desenvolverse en él sin excesivas
dificultades.

Una vez valorada la actitud inicial de cara a los programas de microcréditos, intentaremos
valorar la afinidad de los encuestados hacia el modelo grupal o individual.

Elección del método individual o grupal según el grupo

120

100

80

60

40

20

0
Alumnos Profesores India Raval
Individual Grupal

Como podemos ver, solamente en el colectivo de profesores prevalece el sistema grupal por
encima del individual. A simple vista, estos resultados pueden parecernos algo paradójicos ya que, en
la teoría, todo apuntaba a una mayor afinidad hacia el sistema individual en los países occidentales y
una mayor facilidad de promover programas grupales en países en vías de desarrollo. Sin embargo,
debemos tener en cuenta que el consentimiento de los emprendedores no va siempre ligado a sus
deseos; es decir, la situación en India es tan difícil para las personas en riesgo de exclusión social, que
acceden al programa de microcréditos que puedan, ya sea individual o grupal, independientemente de
sus preferencias.

59
Los microcréditos. El negocio solidario .

Por otro lado, también debemos tener en cuenta que no es tan importante la preferencia de los
colectivos en comparación con la causa por la cual rechazan uno de los dos sistemas. Así, si nos fijamos
en la siguiente gráfica, podemos ver que la mayoría del colectivo indio no se implicaría en un programa
grupal ya que prefieren asumir solamente sus propias responsabilidades mientras que, en el colectivo
del Raval, la prioridad al escoger el sistema individual es la desconfianza hacia el resto del grupo. Esta
diferencia es la que condicionaría la implicación de uno y otro colectivo en un sistema grupal: el
primero, seguramente, accedería, mientras que el segundo no.

Finalmente, para acabar de matizar esta paradoja, debemos tener en cuenta los cambios que ha
sufrido la sociedad india en los últimos treinta años. La evolución cultural que está sufriendo la
humanidad tiende hacia el individualismo y, por lo tanto, no son comparables las actitudes modernas
con las pasadas, por mucho que la diferencia de tiempo sea relativamente pequeña. También deberíamos
mencionar, que las personas que acceden a los métodos grupales y que se encuentran en riesgo de
exclusión social, suelen encontrarse en pequeños núcleos comunitarios en los cuales todo el mundo se
conoce. En este caso, no sabemos con exactitud las condiciones del colectivo indio encuestado y, por lo
tanto, deberíamos tener en cuenta este factor como una variable desconocida que influye en las
respuestas.

Razón de la elección del método individual según el grupo

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0
Alumnos Profesores India Raval

desconfianza no asumir resp.

Llegados a este punto, debemos matizar los resultados del grupo de alumnos, ya que se trata de
adolescentes y, por lo tanto, esta condición se ve reflejada en las respuestas. Aunque más del 50% de
este grupo participaría en el sistema individual, el porcentaje de implicación en el método grupal es
mayor que el del colectivo indio. Si, además, nos fijamos ahora en sus criterios para rechazar el sistema

60
Los microcréditos. El negocio solidario .

grupal, nos damos cuenta de que la desconfianza es prácticamente nula en este colectivo y que sus
resultados difieren enormemente de los del grupo del Raval. Por lo tanto, debemos valorar el hecho de
que se trate de personas menores de dieciocho años, con un conocimiento del mundo laboral
prácticamente nulo (reflejado en las respuestas de las encuestas); que disponen, en general, de una
visión más positiva del mundo y su funcionamiento; que aún no han tenido los suficientes tropiezos en
su experiencia individual como para caer en el desengaño…

Como acabamos de mencionar, en contraposición a los resultados de este primer colectivo, se


encuentran los del Raval, en los cuales podemos apreciar que la desconfianza es clave en la no
participación de los programas grupales de microcréditos. Además, ya hemos visto que el porcentaje de
personas que se implicarían en un sistema individual dentro de este colectivo supera el 75%. Por lo
tanto, podemos deducir que aquellas personas que han sufrido a lo largo de su vida, que no se
encuentran en una situación económicamente confortable, no se atreven a participar en programas
microcrediticios de concesión grupal (o no se atreven a implicarse en el sistema financiero en general).

En general, la razón de implicarse en métodos individuales resulta de una concepción


individualista de la administración del crédito; es decir, el rechazo del sistema grupal está más
promovido por la voluntad de valerse por uno mismo que por la desconfianza hacia aquellos que
pudiesen formar parte del grupo. Por lo tanto, quizás no se trate tanto de la desconfianza hacia las
personas, sino del aumento de confianza en uno mismo, lo que nos forzará a replantearnos nuestra
hipótesis al final de este apartado.

Razón de implicarse en el sistema grupal según el grupo

18
16
14
12
10
8
6
4
2
0
Alumnos Profesores India Raval

aprender exigencia compartir trabajo cooperacion

61
Los microcréditos. El negocio solidario .

Finalmente, en este apartado podemos apreciar las distintas motivaciones que decantarían a una
parte de las personas encuestadas a participar en un sistema de microcréditos de concesión grupal.
Como podemos comprobar, el hecho de aprender de los demás es fundamental en el momento de
escoger esta opción. Este hecho puede relacionarse con la sensación de desorientación que sienten los
individuos en el momento de embarcarse en un programa de microcréditos, si no están familiarizados
con el mundo de los negocios. En este caso, el grupo actuaría como una red de apoyo y asesoramiento,
así como la fuerza necesaria para imprimir responsabilidad en el individuo.

Esta forma de ver el sistema grupal nos hace pensar en las tareas que desempeñan las entidades
de seguimiento y asesoramiento relacionadas con los bancos concesionarios de microcréditos. De esta
forma, podríamos deducir que si hubiésemos hablado a los encuestados de la tarea de estas entidades,
seguramente se habrían decantado por el sistema individual.

Por otro lado, nos parece necesario destacar la gran proporción de encuestados en la India que
participaría en un método grupal como forma de cooperación. Esta respuesta (más extensa en las
encuestas), hace referencia a la convicción de los encuestados de que es necesario ayudar a los demás (a
los integrantes del grupo); si uno se ve capaz de levantar un negocio por sí solo, quizás deba implicarse
en un sistema grupal para ayudar a aquellos que no pueden o no se ven capaces. Resulta sorprendente
que sea el colectivo de un país en vías de desarrollo, el colectivo con menos capacidades económicas, el
que responda así a la encuesta (debemos tener en cuenta que la cooperación no se encontraba dentro de
las respuestas sugeridas en el texto). Quizás este dato no sea relevante en cuanto a la cuestión de la
confianza, pero resulta increíblemente constructivo, y es algo de lo que todos deberíamos tomar nota.

62
Los microcréditos. El negocio solidario .

Valoración de la implicación en los distintos programas según la formación del encuestado

De la misma forma que la implicación en sistemas microcrediticios grupales o individuales


puede depender de factores sociales y culturales, hemos creído que también puede depender del grado
de formación del encuestado.

Formación según el grupo

120

100

80 0

60
60

8
40 81 1 6
16 10
20
0 22 26
12
0 1
Alumnos Profesores India Raval
f.escolar f.uni f.técnica ninguna

Formación según el género

160

140

120

100

80

60

40

20

0
Hombres Mujeres

f.escolar f.uni f.técnica ninguna

63
Los microcréditos. El negocio solidario .

En el momento en el que comparemos estas dos gráficas con las dos siguientes que responden a
la implicación en programas de microcréditos según la formación, podremos ver que la relación entre
implicación y formación resulta extremadamente distinta en Occidente que en la India. Por otro lado,
deberemos recordar estas dos primeras estadísticas en el siguiente apartado para valorar la relación entre
formación y las aptitudes más importantes de los componentes del grupo.

Implicación de individuos con formación escolar, universitaria y técnica según el grupo

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0
Alumnos Profesores India Raval

SI NO

Implicación de los individuos sin formación según el grupo

70

60

50

40

30

20

10

0
Alumnos Profesores India Raval

SI NO

64
Los microcréditos. El negocio solidario .

Para empezar, debemos mencionar que solamente analizaremos el factor de la formación en


relación a los grupos porque en la comparación según los géneros podemos ver que las proporciones son
iguales entre hombres y mujeres.
A partir de estas gráficas, podemos observar que la formación no incide directamente en la
implicación, a excepción del caso del Raval. En este colectivo, el índice de implicación crece a mayor
formación y, por lo tanto, podríamos relacionar la afinidad hacia los microcréditos con un mayor
conocimiento (general). Por otro lado, podemos ver que los casos de India y de alumnos y profesores no
son equiparables y, por lo tanto, podríamos atribuir prácticamente todo el peso de la decisión de
implicación a factores sociales (y a la confianza).

Apreciación de los posibles componentes del grupo

Otro aspecto fundamental que muestra la importancia del factor confianza, es la necesidad de
conocer a los integrantes del grupo en el caso hipotético de implicarse en un programa de microcréditos
de concesión grupal. Por ello, esta pregunta la dirigimos a todos los encuestados, y no solamente a
aquellos que participarían en el método grupal.

Conocer a los integrantes del grupo (por grupos)

120

100

80

60

40

20

0
Alumnos Profesores India Raval
NO SI

Como podemos apreciar en esta gráfica, la necesidad de conocer a los integrantes del grupo, en
general, es predominante en todos los colectivos. Por otro lado, cuanto más nos alejamos del grupo bien
estante occidental (alumnos y profesores), la necesidad es menor. Esto puede ser representativo de la
mayor presencia del espíritu colectivo en los otros dos grupos, en contraposición del individualismo de
alumnos y profesores. Sin embargo, estos resultados contrastan con la hipotética participación en el
método grupal o individual: mientras que un importante porcentaje de los dos primeros colectivos
participaría en un programa de microcréditos grupal, el del Raval no. Además, este último colectivo
resulta extremadamente paradójico, ya que prácticamente la mitad no necesitaría conocer a los

65
Los microcréditos. El negocio solidario .

componentes del grupo, mientras que la mayoría no se implicaría en un sistema grupal por
desconfianza. Estos resultados no los podemos acabar de comprender si no tenemos en cuenta los
comentarios que hacían los encuestados en la iglesia de Montalegre mientras contestaban a las
preguntas: la mayoría creía que la persona que decide implicarse en un programa de microcréditos es
responsable, es algo necesario. Por lo tanto, la desconfianza de la que hablábamos inicialmente quizás
deba relacionarse con el miedo de los encuestados a interaccionar con otras personas; quizás su grado de
exclusión social les provoca un miedo infundado hacia el grupo con el que deberían compartir
responsabilidades.

Aptitud prioritária de los componentes del grupo, según el grupo

120

100

80

60

40

20

0
Alumnos Profesores India Raval

compromiso f.educativa f.fisica hab.manual honestidad ingenio inteligencia lealtad responsabilidad

Aptitud menos importante de los componentes del grupo, según el grupo

120

100

80

60

40

20

0
India
compromiso f.educativa f.fisica hab.manual honestidad ingenio inteligencia lealtad responsab

66
Los microcréditos. El negocio solidario .

En estas dos últimas gráficas podemos ver cómo un factor profundamente ligado a la confianza
es la responsabilidad. Tanto ésta aptitud como la honestidad, son mayoritarias en todos los colectivos
cuando hay que seleccionar el perfil del grupo. Es completamente lógico que sean estas dos cualidades
del ser humano las prioritarias, ya que están íntimamente relacionadas con el mundo del negocio y el
éxito de los proyectos que se emprenden; desde el momento en el cual tus compañeros son responsables
y honestos, tus esfuerzos pueden centrarse única y exclusivamente en tu proyecto de negocio y no debes
preocuparte de lo que hagan los demás. Por lo tanto, los elementos prioritarios de este apartado de la
encuesta respaldan la importancia de la confianza y el individualismo en cada persona cuando hay que
valorar la posible implicación en un programa de microcréditos.

En cuanto a la aptitud menos importante para los encuestados, en este apartado existen muchas
más diferencias que en los elementos prioritarios. De esta forma, la fuerza física y las habilidades
manuales son las menos relevantes en el mundo occidental mientras que en la India son valores
intermedios (como podemos saber a partir de los resultados de la encuesta). Esta diferencia es debida,
seguramente, a las distintas actividades que se llevan a cabo en ambos países y a la diversidad de
concepción del negocio. Como pudimos comprobar gracias a los resultados de la encuesta, el colectivo
indio consideraba que mejorar su situación económica significaba levantar un proyecto de negocio
relacionado con la granja o la agricultura, en los cuales las aptitudes físicas son importantes. Por lo
tanto, la diferencia de desarrollo de los países (que determina las actividades económicas mayoritarias)
y la formación de los encuestados, influyen en gran medida en sus opiniones y decisiones.

Finalmente, con los resultados de estas dos últimas tablas, podemos comprobar la importancia
de una serie de sentimientos comunes en el hombre cuando se trata de arriesgar un capital y un esfuerzo,
a la vez que existen una serie de factores sociales y culturales que dirigen, también, las decisiones de
cada individuo.

67
Los microcréditos. El negocio solidario .

La proximidad de los microcréditos a los distintos colectivos

Conocimiento de los microcréditos (por grupos)

120

100

80

60

40

20

0
Alumnos Profesores India Raval

SI NO

A parte del estudio del factor confianza en los distintos programas de microcréditos, hemos
creído conveniente analizar la familiaridad de los encuestados con esta nueva forma de financiación. Es
importante valorar el conocimiento que tienen los distintos colectivos sobre los microcréditos ya que la
implicación en estos programas también puede estar condicionada por este factor.
En la mayoría de los casos, a excepción del colectivo del Raval, más del 50% de los
encuestados ya conocía los microcréditos antes de ser encuestados. Resulta paradójico que uno de los
grupos a los que va especialmente destinada esta forma de financiación, resulte ser el menos informado
sobre el asunto. Es posible que los medios por los cuales se promocionan los microcréditos, no sean los
adecuados, o bien, que la forma en la cual se transmite la información no sea la correcta. Es importante
que se transmita a la población más desfavorecida los distintos medios por los cuales pueden cambiar su
situación económica y social; por ello, tanto las entidades financieras promotoras de programas de
microcréditos, como los propios estados, deberían realizar un mayor esfuerzo por hacer llegar esta
información a todos los sectores de la población y, en especial, a los más necesitados.

68
Los microcréditos. El negocio solidario .

6. EL MICROCRÉDITO EN ESPAÑA

6.1. Los microcréditos en Europa y la focalización en el caso español.

La pobreza en Occidente

El microcrédito, instrumento financiero nacido e implantado en distintos países en vías de


desarrollo, a medida que ha acreditado su éxito, se ha implantado progresivamente en los países
occidentales. Hay que tener en cuenta que la inserción total en estos países ha sido el fruto de todo un
largo proceso de adaptación del modelo microcrediticio, ya que la realidad de los países en vías de
desarrollo no es comparable a la de Occidente.
Así, la implantación del microcrédito en los países de Europa occidental y EEUU, se enmarca
en un contexto de circunstancias económicas y sociales completamente distintas a las de sus países
originarios. Aun compartiendo una misma filosofía, su gestión y sus características principales son
bastante distintas. En Europa y EEUU, la pobreza es entendida y vivida de una forma muy distinta a los
países en vías de desarrollo; se trata de un hecho que excluye, aísla a un determinado colectivo, no le
deja participar del sistema económico y social, le hace abandonar su condición de ciudadano… se trata
de un hecho que no se mide de forma objetiva, sino que se valora de forma comparativa con la realidad
económica de la mayoría. Es en este punto en el cual hay que empezar a distinguir entre distintas
pobrezas para llegar a entender la adaptación del microcrédito en el mundo occidental:

- Pobreza absoluta: se denomina así a la situación de una persona que no puede alcanzar ciertos
estándares mínimos tales como la nutrición, la salud y la vivienda.
- Pobreza relativa: se utiliza este término cuando una persona no tiene el nivel de ingresos
necesario para satisfacer todas las necesidades básicas, concepto que también varía según el
contexto en el cual se sitúe la persona. En este caso, se efectúa una comparación entre la
capacidad de esta persona a acceder a bienes y subsidios con la de la media de la población.

Se trata de dos conceptos pertenecientes a conjuntos de países con unas realidades económicas
muy distintas, pero aún así se complementan. En todas las sociedades existen ambas pobrezas y es
difícil establecer una frontera entre las dos. Además, hay muchas formas de medir cada una y no se ha
llegado a un modelo suficientemente satisfactorio; los aspectos que pueden tenerse en cuenta para
valorar el nivel de pobreza de una sociedad son muchos, y es realmente difícil aunarlos en un mismo
indicador de pobreza.

69
Los microcréditos. El negocio solidario .

En el caso occidental, deberemos hablar de calidad de vida, término socio-psicológico referente


a la pobreza relativa, cuyos efectos padecen las sociedades desarrolladas o en vías de desarrollo. La
pobreza relativa es aquella que impide a las personas participar de las actividades habituales dentro de la
comunidad de referencia, incluidas las distintas manifestaciones de ocio y vida social. J. Sachs21
concreta esta pobreza relativa en la incapacidad para acceder a bienes de tipo cultural, de
entretenimiento, de formación y de sanidad. Podríamos decir que se combina un nivel mínimo de
ingresos con la dificultad de los individuos para participar de ciertas modalidades de consumo. De esta
forma, en referencia al caso occidental, hablaremos de riesgo de exclusión social: las personas bajo el
umbral de pobreza relativa serán, sobretodo, personas solteras que viven solas, padres y madres solteros,
personas residentes en zonas de escasa población o en situación de marginación, inmigrantes y personas
sin una formación educativa superior a la primaria. Por lo tanto, estamos hablando de un colectivo
desprotegido, muchas veces no regularizado, carente de estabilidad y perspectivas de futuro. Tenemos
que tener en cuenta, también, que seguramente este colectivo que se encuentra bajo la pobreza relativa,
dispone de unos ingresos muy superiores a los de las clases medias de países mucho menos
desarrollados. De esta forma, ya podemos dar por sentado que el sistema microcrediticio deberá
adaptarse a la situación de cada país sufriendo las reformas que sean necesarias.

El microcrédito en Occidente

Visto el éxito de los microcréditos en sus países de origen, los países desarrollados han querido
formar parte de la dinámica microcrediticia. A rasgos generales, la adaptación del microcrédito al
mundo occidental pretende preservar la naturaleza del sistema (siguiendo métodos como el de Yunus),
realizando las mínimas adaptaciones posibles, normalmente de carácter social, ya que están relacionadas
con la diferencia del entorno en el que se aplican los microcréditos. Sin embargo, el perfil del cliente
potencial cambia radicalmente: en los países en vías de desarrollo se trata de personas que no tienen
ningún recurso y tienen graves dificultades par sobrevivir; por otro lado, en los países occidentales, los
posibles prestatarios son personas que no tienen la capacidad económica suficiente para participar del
sistema bancario tradicional pero que disponen de una cierta estabilidad.
El microcrédito occidental ha progresado en los últimos veinte años, desarrollando una
generación de organizaciones que representan en su totalidad una red compleja que va más allá del
microcrédito. Se trata de entidades que aplican un sinfín de instrumentos financieros que incluyen bonos
solidarios, acciones solidarias, fondos de crédito comunitario y banca ética.22 De acuerdo con las

21
Sachs, Jeffrey, El fin de la pobreza, en Microcréditos. La revolución silenciosa, op. cit.
22
Entidad financiera que permite obtener beneficios sociales, además de obtener los beneficios económicos de las
entidades financieras convencionales. Este tipo de entidad concede préstamos o créditos a aquellas personas que
tengan un proyecto empresarial viable y con contenido social, aunque no tengan garantías patrimoniales o avales,

70
Los microcréditos. El negocio solidario .

características de cada país, los sistemas se diferencian entre ellos principalmente por los tipos de
interés, la cantidad de concesiones, la presencia de entidades sociales de apoyo y el grado de burocracia.
Una gran diferencia de los programas de microcréditos occidentales en comparación con los de los
países en vías de desarrollo, es la existencia y la gran importancia que se da a las entidades destinadas al
seguimiento de los proyectos de negocio: en países en vías de desarrollo se financian proyectos de fácil
realización que no requieren demasiados conocimientos de gestión por parte del prestatario; en cambio,
en Occidente, levantar un negocio requiere el conocimiento del plano legal, de determinados factores
económicos y de gestión, etc., y, por lo tanto, son extremadamente necesarias las entidades de
asesoramiento y seguimiento para asegurarse de que los negocios funcionan y servirán a los
emprendedores para vivir mejor y devolver el préstamo.
Aún pudiendo generalizar tanto, hay que tener en cuenta que la situación de los microcréditos
en Occidente y su repercusión en el nivel de pobreza depende del país en el que nos centremos. Debido
a la diversidad de las situaciones económicas y sociales de cada nación y, sobre todo, de las distintas
realidades sociológicas, es muy difícil hacer una valoración general del caso europeo y de EEUU. Por lo
tanto, para ilustrar un caso concreto de la adaptación de los microcréditos a Occidente, hemos decidido
centrarnos en el caso español. La primera razón por la que hemos escogido este país es por la
proximidad y el conocimiento de la situación social y económica; además, resulta muy interesante poder
estudiar de cerca algún programa de microcréditos, como ha resultado ser el de la fundación Un Sol
Món. Por otro lado, el fenómeno de los microcréditos se encuentra en plena ebullición en nuestro país y
resulta un momento interesante para estudiarlo. De todas formas, dentro del contexto occidental existen
dos iniciativas realmente importantes y destacables:

- ACCION: fundada en 1991, es la entidad introductora de los microcréditos en EEUU. A finales


de 2002 ya se habían concedido 62 millones de dólares a más de ocho mil microempresarios.
Igualmente, el Graneen extendió su modelo de microcréditos por Estados Unidos con notable
éxito.

- Adie: fundada por María Nowak23, introductora del microcrédito en Europa. Funcionó con éxito
en París, logrando consolidar treinta mil empresas que han generado cerca de cuarenta mil
puestos de trabajo. El objetivo de Nowak es conseguir que los microcréditos funcionen en el
corazón del primer mundo, en el centro de las sociedades más desarrolladas, ante el

y permite que los ahorradores inviertan su dinero en actividades de acuerdo con sus convicciones éticas: respeto a
los derechos humanos, educación, protección del medio ambiente, ocupación laboral de discapacitados, desarrollo
de proyectos en países en vías de desarrollo, etc.
23
María Nowak, funcionaria del ámbito de la cooperación internacional para el gobierno francés y directora de
Políticas de Investigación y Desarrollo.

71
Los microcréditos. El negocio solidario .

escepticismo de una gran mayoría de economistas que consideraba el microcrédito como una
herramienta financiera que únicamente podía funcionar en los países en vías de desarrollo.

El caso concreto del microcrédito en España

Desde los años setenta, los índices de pobreza absoluta y relativa en España se han reducido
considerablemente. Experimentando en los años noventa un incremento general de pobreza en Europa,
el cambio de siglo ha vuelto a atenuar esta tendencia, aunque la pobreza relativa se ha mantenido
constante debido a diversos factores como el importante volumen de inmigrantes que ha recibido
Europa en los últimos años. En este sentido, España se encuentra actualmente en una dinámica de obras
sociales que intentan reducir esta pobreza relativa, intentando conseguir la inclusión social de los más
desfavorecidos y la mejor integración de los inmigrantes.

Según la Encuesta de Condiciones de Vida24 (ECV) correspondiente a 2005, en España un 19.8


% de la población se sitúa bajo el umbral de pobreza; esto es, uno de cada cinco españoles, porcentaje
que es realmente bajo en comparación con los países subdesarrollados pero que, sin embargo, resulta
inaceptable en un país democrático y desarrollado. En este sentido, es importante considerar la cantidad
de dinero a partir de la cual se sitúa a un adulto bajo el umbral de pobreza: 530 euros al mes, en
contraposición al dólar/día (unos 30 euros mensuales); comparación que, por otro lado, debe observarse
teniendo en cuenta el coste de vida.

Prosiguiendo con la problemática de los indicadores de pobreza y la concepción de pobreza


relativa, en el caso español existe una disparidad de opinión acerca del sentido de este término,
relacionada con las distintas percepciones sobre la calidad de vida. En este sentido, los préstamos en
nuestro país ascienden hasta los 50 millones de euros, dato importante en comparación con la cantidad
que se destinó a los microcréditos en 2001: 1.1 millones de euros25.

El organismo encargado de gestionar los microcréditos en España es el Ministerio de Asuntos


Exteriores, que coordina el Fondo de Concesión de los Microcréditos para Proyectos de Desarrollo
Social Básico en el Exterior (FCM). Como podemos ver, se entienden los microcréditos como un
instrumento más dentro de los “productos de cooperación” dirigidos especialmente a las capas sociales

24
Microcréditos. La revolución silenciosa, op. cit.
25
www.consumer.es/web/es/solidaridad/economia_solidaria/2005/04/25/141464.php, artículos relacionados con
actividades solidarias.

72
Los microcréditos. El negocio solidario .

más vulnerables. Y, con este apunte, podemos deducir el carácter novedoso, experimental y poco
desarrollado de los programas de microcréditos en España, en relación con las entidades públicas.

Las instituciones gestoras de microcréditos en España son las siguientes:

- Entidades sociales que intermedian con ahorros o entidades de financiación alternativa.


Conceden microcréditos a partir de los ahorros remunerados de otras personas físicas o
jurídicas, como la Asociación para la Financiación Solidaria.
- Entidades sociales que no intermedian con ahorros. Los microcréditos proceden de fondos no
reembolsables obtenidos en forma de donaciones y subvenciones. Es el caso de la Acción
Solidaria contra el Paro, la Fundación La General y la Fundación Un Sol Món.
- Entidades privadas de crédito, cuyos fondos para microcrédito tienen un origen bancario (CAI).
- Entidades públicas de crédito, con fondos para microcréditos procedentes del mercado con
riesgo compartido con otras entidades privadas de crédito, como el Instituto de Crédito Oficial
(ICO).

73
Los microcréditos. El negocio solidario .

6.2. Situación actual de los microcréditos en España: distintas iniciativas.

Como hemos mencionado en el punto anterior, existen diversos tipos de entidades que financian
los proyectos de microcréditos. Dentro de la situación española, hay una gran diversidad de iniciativas,
de las cuales mencionaremos las más importantes y nos extenderemos con la que hemos podido conocer
más de cerca (programa de microcréditos de la Fundación Un Sol Món) gracias a la entrevista con Paula
Veciana26, responsable de Investigación y Sensibilización de la Fundación.

Proyecto CajaGranada

La Fundación CajaGranada para el Desarrollo Solidario es una de las entidades de


microcréditos precursoras en nuestro país. El arranque del proyecto tuvo lugar en 2002 y, en 2005,
CajaGranada destinó un total de 600.000 euros a sus préstamos. El buen índice inicial de devolución de
los créditos permitió financiar cada vez a un número mayor de personas y, desde su creación,
CajaGranada no ha hecho más que crecer.
Los clientes mayoritarios de esta fundación son inmigrantes y jóvenes desempleados; sin
embargo, en un inicio, la integración de estos colectivos al programa fue dificultosa debido a la
desconfianza que profesaban hacia cualquier tipo de concesión de crédito o sistema bancario. También
cabe destacar que la Fundación no ha llegado a conceder una gran cantidad de créditos en las zonas más
desfavorecidas y especialmente marginadas.
Como mencionábamos anteriormente, las diferencias entre los programas microcrediticios
occidentales y de los países subdesarrollados son varias. CajaGranada ha observado que los puntos de
mayor distanciamiento con el sistema inicial son la concepción de la diferencia de género y el método
en el que se tramitan los microcréditos. En Europa, los hechos culturales y sociales no favorecen la
adaptación del emprendedor al método grupal y, al mismo tiempo, favorecen la implicación equilibrada
de hombres y mujeres, ya que en Occidente está teóricamente asumido que ambos tienen los mismos
derechos, obligaciones y capacidades.
Normalmente estas entidades, y entre ellas CajaGranada, no consiguen grandes beneficios y la
rentabilidad económica suele ser cuestionable; sin embargo, luchan por alcanzar una rentabilidad social,
al posibilitar una mayor justicia, dignidad y respeto para aquellos que están excluidos de la sociedad.
Por ello, la mayoría de programas de microcréditos occidentales se incluyen dentro de Obras Sociales.
CajaGranada se autocalifica de innovadora, comprometida e imaginativa. Siendo su principal
objetivo el de asegurar la integración financiera de los más desfavorecidos, introduce pequeñas
iniciativas en su programa, de entre las cuales destacan los conciertos solidarios, las ferias y mercados,
las tiendas de comercio en las cuales se venden productos manufacturados por clientes de la entidad.

26
Transcripción de la entrevista en Anexo 1, p. 113.

74
Los microcréditos. El negocio solidario .

MicroBank

La Caixa, de la misma forma que Caixa Catalunya, consta de una importante sección dedicada a
la Obra Social. Este año ha lanzado un nuevo proyecto en este sentido: MicroBank. Se trata de la
creación de un banco que usará las infraestructuras de la Caixa para conceder microcréditos destinados
a proyectos que pueden generar autoempleo. Esta no es la única actividad de MicroBank, ya que
también realiza préstamos a personas desempleadas para obtener formación, proporciona asistencia
económica a personas con grandes dificultades para acceder al mundo laboral y, finalmente, ha
absorbido el papel que realizaba hasta ahora Obra Social de la Caixa. Debemos tener en cuenta que,
aunque se presente esta iniciativa como una actividad novedosa dentro de la Caixa, esta entidad ya
llevaba desde 2002 dedicada a las microfinanzas, aunque su acción no fuese demasiado conocida. Por lo
tanto, la novedad de MicroBank reside en su actividad dedicada exclusivamente a los microcréditos.

Dentro del programa de microcréditos, existen dos formas de financiación: los microcréditos
sociales, que acreditan a personas que han sido recomendadas por entidades sociales, como por ejemplo
organizaciones no gubernamentales; y, por otro lado, los microcréditos financieros, que acreditan a
personas que dan directamente con MicroBank. Otra de las diferencias entre ambos, es el importe
máximo del que pueden disponer los prestatarios: en el primer caso, ronda los 15.000 euros y en el
segundo los 25.000. En cierto modo, los microcréditos sociales están destinados a personas en exclusión
social, mientras que los otros se ofrecen a personas con recursos económicos limitados. De todas
formas, las condiciones y los plazos de devolución siguen los mismos patrones.

Los requisitos que deben cumplir los solicitantes son los siguientes: “deben tener capacidad
para desarrollar un proyecto de negocio; el proyecto presentado debe promover la economía social y
potenciar la creación de valor económico; para que un proyecto reciba un microcrédito debe partir de
una buena idea con posibilidades de prosperar; debe ser una actividad económicamente viable, que
genere ingresos y suponga una estabilidad laboral para el solicitante; el solicitante debe demostrar su
compromiso personal con el proyecto”27.

En el caso de MicroBank, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a uno de los encargados


en la concesión de los microcréditos y hemos podido aclarar algunas dudas28. Uno de los puntos
importantes de los cuales hemos hablado es el tratamiento de los morosos, que en el caso de
MicroBank, si no consiguen devolver el préstamo, pasan al listado de morosos que comparten las

27
www.microbanklacaixa.com/general/microbank_es.html, página oficial de MicroBank.
28
Transcripción de la entrevista en Anexo 1, p.118.

75
Los microcréditos. El negocio solidario .

entidades financieras de todo el mundo, con lo cual no podrán optar a ningún crédito a menos que
devuelvan éste. Por lo tanto, aunque se trate de microcréditos, la entidad trata a los prestatarios como en
la banca convencional, lo que suele variar según la entidad que ofrece este tipo de créditos. En el caso
de la Fundación Un Sol Món, por ejemplo, se intenta buscar un empleo a aquél que no puede devolver
el préstamo y, en casos muy concretos, se han llegado a condonar los créditos. Por otro lado, el
funcionamiento con entidades sociales es similar al del resto de otorgantes de microcréditos.

76
Los microcréditos. El negocio solidario .

6.3. Acercamiento al proyecto de Un Sol Món

Introducción al proyecto de microcréditos

La Fundación Un Sol Món forma parte de la Obra Social de la entidad financiera Caixa
Catalunya. Esta iniciativa da soporte a distintos proyectos que favorezcan la inclusión social de
colectivos en situación de exclusión social y económica; gestiona iniciativas vinculadas con la
denominada Economía Social29 de la cual forman parte los microcréditos. El programa de Microcrédito
Social es una de las principales líneas de actuación de la Fundación, dando soporte a “actividades
generadoras de ingresos que suponen una estabilidad laboral para el solicitante, persona o colectivo que
no dispone de garantías ni de los avales necesarios para acceder al crédito del sistema financiero
tradicional”30. Cabe destacar que este programa se creó siguiendo la línea iniciada en Bangladesh por
M. Yunus y se impulsó conociendo el éxito que estaban teniendo los microcréditos en los distintos
países europeos. El objetivo del programa es dar sentido a las vidas de las personas desafortunadas
dotándolas de respeto y dignidad; pretende ofrecer una oportunidad a aquellas personas que son capaces
de desarrollar todo su potencial pero que no disponen de los recursos económicos necesarios para
emprender un proyecto de negocio.

Las características básicas del programa de microcréditos al cual se dedica la Fundación son las
siguientes: el importe máximo de los microcréditos es de 25.000 euros; el tipo de interés se sitúa en el
6% sin comisiones; y, el plazo máximo de devolución, es de 60 meses. Este programa financia la
apertura de un negocio, la compra de mercancías o herramientas necesarias par empezar, el alquiler del
local, las obras para adecuar el local, la compra de maquinaria para hacer crecer el negocio, etc. Un
punto importante del programa, es la colaboración con entidades sociales o bien organizaciones no
gubernamentales, denominada red XESMIC31. Estas entidades colaboradoras se ocupan del proceso de
presentación y evaluación de las solicitudes de microcréditos. También son responsables de realizar el
acompañamiento de los emprendedores en la definición de su actividad, validar la viabilidad de los
proyectos y, cuando el microcrédito se ha concedido, realizar el seguimiento i el asesoramiento técnico
de la actividad. Una vez la idea se ha validado, la entidad envía una solicitud a la Fundación y ésta, en
un plazo aproximado de 15 días, acepta o refuta la propuesta.

29
Economía Social: “combinación de la integración social con la eficiencia económica y las iniciativas viables de
autoempleo. Dar soporte técnico y financiero a programas de cooperación al desarrollo social”, informe
Immigració i emprenedoria: de l’exclusió financera a la creació d’activitats generadores de riquesa, p.9, Caussa,
Aleix, coord., Fundació Un Sol Món de Caixa Catalunya, Barcelona, septiembre de 2007, traducción propia del
texto en catalán.
30
Ibidem., p.9, traducción propia del texto en catalán.
31
Xarxa d’Entitats de Suport del Microcrèdit

77
Los microcréditos. El negocio solidario .

Un dato importante del programa es el crecimiento que ha sufrido en los últimos años, hecho
que refleja su éxito. Según el Sr. Àngel Font32, director de Un Sol Món, la demanda debería triplicarse
entre 2005 y 2010 y, como hemos podido comprobar gracias a la entrevista con la Fundación, las
expectativas de demanda se están cumpliendo, aunque resultará complicado llegar a la cifra mencionada
por el director, ya que desde 2005 se han creado muchas entidades concesionarias de microcréditos, lo
cual significa mucha más competencia33. Sin embargo, no debemos contemplar esta competencia como
un hecho negativo, ya que favorece en gran medida la mejora de los programas que deben ser
competitivos, deben ofrecer las mejores prestaciones y deben atraer a un mayor número de solicitantes
para resultar rentables.
Finalmente, como introducción, resulta relevante destacar los métodos alternativos a los que
recurre el programa cuando un proyecto de negocio fracasa34. En estos casos, se intenta buscar un
empleo al solicitante para que pueda pagar las deudas pendientes; se recurre a todas las vías alternativas
para que la persona lo pueda devolver; en este sentido no se trata a los emprendedores como a un cliente
de la banca convencional. En algún caso, excepcionalmente, se han llegado a condonar créditos por
fallecimiento, enfermedad crónica, discapacidad…

Método de trabajo

En este apartado resumimos la forma de actuar de la Fundación y, aunque se trate de una


descripción muy plana, hemos creído necesario introducirla en el trabajo ya que resulta indispensable
para entender la importancia del proceso de seguimiento de los distintos negocios, así como de sus
emprendedores.

La selección del emprendedor y las condiciones del microcrédito

El inicio del programa se concentra en la selección de los participantes; de aquellas personas


consideradas aptas para desarrollar un proyecto de negocio; de aquellas personas que sean
emprendedoras. El emprendedor está definido por la Fundación, en el informe “Immigració i
emprenedoria”, como aquella “persona que parte de la confianza en sus propias capacidades, del deseo
por mejorar su situación y de una aspiración personal, y que se atreve a participar aun y la

32
Entrevista realizada al Sr. Àngel Font por Canal Solidario-OneWorl “El microcrédito es un buen instrumento
contra la pobreza pero no puede actuar solo”, www.canalsolidario.org/web/noticias. Documento en Anexo 3, p.
131.
33
Información extraída de la entrevista a Un Sol Món
34
Ibidem.

78
Los microcréditos. El negocio solidario .

incertidumbre y la indefinición que supone iniciar un negocio”35. Para determinar si una persona es apta
para acceder a la financiación, se exigen unos requisitos básicos que hemos extraído de la “Guía para la
detección y el análisis de casos de microcrédito para el empleo”, editada por la Fundación Un Sol Món:
el aspirante debe tener una idea de negocio que le permita el autoempleo, o bien un negocio en
funcionamiento con necesidad de financiación; no debe tener la posibilidad de acceder al sistema
bancario tradicional; debe tener permiso de residencia y de trabajo en España (también se aceptan los
casos en los cuales la solicitud de estos permisos ya esté en curso y no presente ninguna anomalía); los
negocios deben estar situados dentro del territorio español.
Una vez el solicitante reúne los requisitos básicos, debe rellenar un formulario de solicitud, que
contiene la mayoría de las preguntas necesarias para adecuar el perfil del emprendedor. Dentro de esta
adecuación de perfil, se distinguen distintos puntos fundamentales36:

1. El primer requisito que se estudia, es la capacidad emprendedora: es necesario saber si ha


tenido otros negocios y por qué fracasaron; también se valora el interés de la persona
emprendedora, su honestidad y transparencia; la habilidad comercial, la capacidad de
adaptación y realismo en las previsiones, son otros de los valores que se suelen tener muy en
cuenta. Como podemos apreciar, todos los aspectos que se valoran son muy difíciles de calibrar
y de apreciar de forma objetiva; por lo tanto, la aceptación del emprendedor dependerá en gran
medida de su apariencia inicial y de la percepción del agente que le entreviste.
2. Se requieren los datos personales.
3. Es muy importante el origen del solicitante ya que, si no es español, se debe comprobar su
adaptación en el contexto español y los años que lleva en el país para apreciar el conocimiento
que éste tiene del entorno, del método de trabajo, de la situación legal, de las costumbres…
También se requiere demostrar la voluntad expresa de quedarse en España.
4. No es imprescindible tener experiencia laboral en el mundo del negocio, pero ayuda mucho a la
mirada objetiva y crítica que debe tener el solicitante de su proyecto; por lo tanto, se estudian
también la formación y la experiencia del solicitante. Además, éste debe ser consciente de los
peligros, los riesgos, las responsabilidades… que supone levantar un negocio. Cuanto más
conozca el solicitante el funcionamiento del sistema y el sector al que quiere dedicarse, más
contactos puede tener, a parte de más desenvoltura para realizar su trabajo.
5. La situación laboral del solicitante es otro punto que se estudia en profundidad: es necesario
saber si en el momento de la solicitud dispone de un empleo y se intenta conocer su historial
laboral con los respectivos contratos, repercusiones de los empleos en el ámbito familiar,

35
Immigració i emprenedoria, op. cit., p. 25, traducción propia del texto original escrito en catalán.
36
Puntos extraídos de la Guía para la detección y el análisis de casos de microcréditos para el empleo, Fundació
Un Sol Món de Caixa Catalunya, Barcelona, septiembre de 2005.

79
Los microcréditos. El negocio solidario .

razones por las cuales dejaron los antiguos empleos… todo ello para apreciar la capacidad
laboral del emprendedor y poder prever posibles fallos.
6. Dentro del ámbito familiar, se valoraran todos los aspectos. Vuelve a tratarse de una tarea
difícil y de implicación de valores subjetivos, ya que hay que calibrar las relaciones entre los
distintos miembros de la familia puesto que la posible inestabilidad dentro de este núcleo
perjudicaría el desarrollo del negocio. También se necesita conocer los ingresos de todos los
componentes de la familia, así como sus empleos, contratos, gastos… Finalmente, se pide el
contrato de la vivienda y cuánto y cómo se paga por ella. Debemos tener en cuenta que estas
inspecciones se realizan de forma muy profesional, aunque en algunos programas de concesión
de microcréditos hayan levantado polémicas alrededor de la intromisión del banco en el ámbito
familiar.
7. Otro aspecto que se tiene en cuenta, es la situación crediticia del posible emprendedor: resulta
de gran ayuda detallar todos los créditos, hipotecas, etc., a los cuales ha accedido éste antes de
solicitar el microcrédito, a parte de los detalles de los mismos. De esta forma se pueden prever
y prevenir ciertos retrasos de pagos o la posible negligencia del solicitante.
8. Dentro de la adecuación de perfil, también se realiza un listado de todos los bienes de los que
dispone el solicitante, y su valor económico.
9. Se valora muy positivamente si el negocio puede disponer de una pequeña parte que
autofinancie el emprendedor, ya sea en forma de dinero o de especies.
10. Finalmente, a parte de la documentación necesaria solicitada, se determina el importe que se
quiere solicitar a la Fundación. Es muy importante no informar al solicitante de la cantidad
máxima para que su elección sea realista y se ciña estrictamente a lo que necesita.

Posteriormente al estudio en profundidad del posible emprendedor, se accede a trabajar en la


viabilidad del negocio. Lo primero que tiene que hacer el emprendedor es definir su idea de negocio:
tiene que describir detalladamente en qué consistirá, su previsión del volumen de trabajo, el número de
trabajadores que necesitará, y si tendrá capacidad económica para contratarlos. También deberá
plantearse el horario más adecuado, si necesitará un establecimiento y, en tal caso, en qué zona lo
situará. En caso de que necesite un local, deberá valorar la competencia, sus posibilidades respecto a la
competencia (elementos de diferenciación) y el local en sí. En este punto, la red de seguimiento tiene un
papel muy importante ya que realizará un estudio de los locales ya establecidos, de la historia del propio
local, etc., todo para valorar la viabilidad. Respecto a la experiencia de Un Sol Món, la Fundación
considera que sólo se financiarán locales cuando sean estrictamente necesarios; normalmente se
aconseja que se inicie en casa y, en una segunda etapa, se alquile un local. Una característica importante
del programa es que se requiere que el local que se alquile tenga un contrato de, por lo menos, cinco
años.

80
Los microcréditos. El negocio solidario .

A continuación, uno de los técnicos de las entidades que colaboren con la Fundación, estudiará,
junto con el emprendedor, la previsión de los gastos fijos mensuales para que este último aprenda a
realizar esta tarea. Dentro de estas previsiones, el emprendedor también deberá fijarse un sueldo para
que calcule si le salen las cuentas y para que aprenda a diferenciar entre la economía familiar y la del
negocio. A parte de la previsión de viabilidad, también se realiza la previsión de vendas unitarias, lo que
exige un esfuerzo de proyección hacia el futuro al cual el emprendedor normalmente no está
acostumbrado. Esta actividad consiste en el cálculo del número de unidades que se venderán, su
justificación, la fijación del precio de venda al público, el cálculo del precio medio de venda al público,
la previsión de incrementos de vendas, el factor de estacionalidad, etc. Sin embargo, el punto más
importante dentro de todos estos cálculos, es la gestión del stock y la previsión de los gastos variables
unitarios.
Resulta realmente importante que el emprendedor se de cuenta dé los gastos que supone abrir un
negocio. La previsión de los gastos y los ingresos permite ajustar el importe del crédito, que debe
limitarse a lo imprescindible para evitar futuros problemas de devolución. Una buena planificación de la
inversión debería anticiparse a imprevistos. En cuanto a la inversión que debe realizar el emprendedor,
éste deberá presentar el presupuesto a la Fundación con el número de cuenta del proveedor, y la
Fundación realizará las transferencias bancarias necesarias en nombre del emprendedor, de tal forma
que la Fundación pueda asegurarse de la buena inversión del crédito.
En cuanto al microcrédito en sí, como hemos dicho anteriormente, se valorará muy positivamente
que haya una parte de autofinanciación. Siempre que sea posible, se realizará un financiamiento por
etapas ya que, en muchos casos, las inversiones que requiere el negocio son progresivas y no deben
realizarse de golpe. El cliente sólo pagará sobre la parte de la que dispone y no sobre la concedida por la
Fundación. Una vez se han realizado los presupuestos y las previsiones, el banco valorará cuál es la
cuota que más se ajusta a las posibilidades del emprendedor y se calculará el plazo total de devolución.
Las cuotas serán mensuales y los intereses estarán entre el 5 y el 6 %.
La red XESMIC: el seguimiento

Esta red se dedica al asesoramiento de los emprendedores antes y después de la solicitud de un


microcrédito. En este trabajo progresivo, se va definiendo el negocio y se van ligando los elementos
necesarios para crearlo. De forma resumida, el técnico orienta la materialización de la idea de negocio.
Normalmente, el emprendedor da primero con un grupo de asesoramiento y éste, cuando se trata
de hablar de la financiación de su proyecto de negocio, se pone en contacto con la Fundación. Se trata
de toda una red de grupos asesores que colaboran con Un Sol Món y que se envían recíprocamente a
estos clientes para ofrecerles las mejores oportunidades en las mejores condiciones posibles. Suele ser
inusual que un posible emprendedor se dirija inicialmente a la Fundación, pero cuando esto ocurre, una
vez aceptada su solicitud, se le pone en contacto con el grupo asesor que más le convenga.

81
Los microcréditos. El negocio solidario .

Es interesante apreciar la doble ayuda que supone esta red, ya que libera de un enorme trabajo a la
Fundación y, a la vez, hace madurar a los emprendedores, les dota de los conocimientos necesarios para
llevar una pequeña empresa, los introduce de pleno en el ámbito laboral. Los emprendedores necesitan
esta red de apoyo para llegar a la realización del negocio, ya que muy pocos tienen experiencia en la
gestión y administración de un negocio así como de todos los cálculos de previsión que acabamos de
mencionar. Por otro lado, también se apoyan en los técnicos que les han asignado de tal forma que
ganan seguridad en sí mismos. En este sentido, las entidades de asesoramiento y seguimiento ofrecen un
apoyo emocional muy importante para la estabilidad del emprendedor y de su negocio. También cabe
mencionar que el técnico tiene que ofrecer un punto de vista objetivo y real del negocio completamente
necesario, ya que muchas veces la ilusión por desarrollar un proyecto propio confunde o engaña a los
emprendedores. Por otro lado, resulta de gran ayuda el proceso de estructuración del negocio que pautan
los técnicos, que obliga a un esfuerzo, a una iniciativa por parte del prestatario y al seguimiento de unas
pautas; así como la resolución de cualquier duda que pueda plantearse el emprendedor. Finalmente, hay
que valorar los aspectos pedagógicos y formativos que hacen crecer al emprendedor, aunque el negocio
fracase. El emprendedor habrá ganado una gran cantidad de conocimientos y estará mucho mejor
preparado para hacer frente a la vida real (laboral, familiar, económica, personal, etc.); habrá aprendido
a valorarse, a tener confianza en sí mismo, a realizar las tareas por sí solo.
Como acabamos de mencionar, las entidades financieras, y en este caso la Fundación Un Sol Món,
se benefician enormemente de los servicios que prestan las entidades de asesoramiento. No solamente
se benefician por la liberación de un importante trabajo, sino también por la seguridad en la devolución
del préstamo que éstas representan. El técnico asociado a uno de los emprendedores puede valorar,
desde un primer momento, si el solicitante está capacitado para acceder a la microfinanciación, a parte
de en qué ámbito se desenvolvería mejor. Un buen seguimiento permite la previsión de viabilidad y, por
lo tanto, de devolución del préstamo; permite saber por adelantado si se va a cobrar o no, y tener la
capacidad de actuar a tiempo en los casos más problemáticos. El vínculo que se establece entre técnicos
y emprendedores, también asegura la devolución, ya que se establece una relación de cooperación,
confianza, ayuda, soporte moral y técnico… que implica emocionalmente al emprendedor. Esta relación
hace que el emprendedor se sienta ligado al técnico y, en consecuencia, a la fundación, lo que provoca
un cierto grado añadido de responsabilidad y de agradecimiento para con la entidad bancaria. También
hay que recordar que el técnico es el que hace comprensible el plan de empresa del prestatario, es el que
hace de interlocutor entre el plan de negocio y el emprendedor. De todas formas, aun y la estrecha
relación que se establece entre técnico y prestatario, siempre es necesario que el técnico sepa mantener
una cierta distancia, ya que lo más importante es que valore el proyecto de una forma objetiva.
En un sentido más amplio, la documentación de estas redes actualmente resulta muy útil para
realizar diversos informes sobre el impacto de los microcréditos en los solicitantes y en la sociedad
española en general. En algún momento podríamos preguntarnos si estas entidades tienen ningún
beneficio económico debido a tanto esfuerzo, que pueda encarecer los microcréditos. Sin embargo,

82
Los microcréditos. El negocio solidario .

según supimos en la entrevista a la Fundación Un Sol Món, se trata de entidades totalmente


desvinculadas de ganancias económicas; se trata de organizaciones no gubernamentales, entidades
públicas, etc., que contribuyen en Obras Sociales.

Experiencias y problemáticas actuales37

Durante la entrevista a la Fundación, preguntamos por la elección del sistema microcrediticio, es


decir, en la utilización del sistema individual en vez del grupal, y supimos que en 2004 se realizó una
experiencia en grupo que fracasó. A partir de esta experiencia, se dedujo que, para que el sistema en
grupo funcione, debe realizarse en comunidades pequeñas en las cuales todo el mundo se conozca
porque sino el sentimiento de desconfianza y responsabilidad vence. En esta experiencia, eran los
propios solicitantes los que escogían el grupo del cual querían formar parte pero, aún así, la posibilidad
(en paralelo) de participar en un sistema individual provocó el fracaso de esta experiencia. El hecho de
que se necesiten unos vínculos comunitarios para que el sistema grupal funcione, reafirma la idea de
que el sistema individual parece ajustarse mejor a la demanda europea.

En relación a las problemáticas con las que se ha encontrado el programa de Microcréditos Sociales
de la Fundación, la primera ha sido el enfrentamiento directo con la realidad de los más necesitados: los
microcréditos pueden llegar a aquellas personas que disponen de una cierta estabilidad y que tienen
unas mínimas capacidades para levantar un negocio; es decir, al menos en los países occidentales, los
microcréditos no pueden llegar a la capa más desfavorecida de la población. Se trata de un fuerte
contraste entre el discurso y la realidad, entre las aplicaciones de los microcréditos en Occidente o en
los países en vías de desarrollo, donde con mucho menos se puede levantar mucho más. En los países
orientales y del sur, las iniciativas a las que están destinados los microcréditos consisten en proyectos
mucho más sencillos, negocios que pueden realizarse con una inversión mínima y que en muchos casos
sólo requieren una cierta habilidad manual. Siguiendo esta línea, según Ángel Font “el microcrédito no
puede actuar solo, precisa de una serie de políticas sociales”38, es decir, hay que mejorar los soportes
para poner en marcha un negocio y esto atañe a los gobiernos, para que todas las entidades financieras
se puedan adentrar cuanto más mejor en la exclusión social y la pobreza.
Otra de las problemáticas, consiste en encontrar el mejor método para llegar a esta población
necesitada de recursos. En muchos casos, este colectivo no tiene acceso a las tecnologías que para
nosotros son completamente habituales, como la televisión o Internet; por lo tanto, hay que distribuir
toda la información posible por la red XESMIC para llegar a un mayor número de personas. Aún así,
resulta extremadamente complicado que estos individuos en exclusión social confíen en programas

37
Información extraída de la entrevista realizada a Un Sol Món.
38
“El microcrédito es un buen instrumento contra la pobreza, pero no puede actuar solo”, op. cit.

83
Los microcréditos. El negocio solidario .

relacionados con entidades financieras y normalmente resulta complicado hacerles ver la diferencia que
existe entre los microcréditos y los créditos convencionales.
Finalmente, el gran problema de todas las entidades concesionarias de microcréditos es la
imposibilidad de valorar de forma cualitativa y empírica el impacto de los microcréditos en una
sociedad. No existen unos buenos indicadores de pobreza y, por lo tanto, resulta realmente complicado
decidir a partir de qué parámetros podemos valorar este impacto.

84
Los microcréditos. El negocio solidario .

6.4. Problemáticas generales y posibilidades de cambio

6.4.1 El caso de los inmigrantes

A partir del informe “Immigració i emprenedoria”39 realizado por la Fundación Un Sol Món en
2005, hemos podido obtener mucha información acerca de la implicación de los inmigrantes en los
programas de microcréditos. Este informe está compuesto por la valoración realizada por parte de los
profesionales que trabajan para la Fundación, por entrevistas a emprendedores inmigrantes que han
participado en el programa de microcréditos de la Fundación y, también, por las opiniones de algunos
encargados del seguimiento de los proyectos de negocio. No pretendemos trasladar el caso concreto que
aparece en este informe a nivel catalán o español, pero sí resulta representativo ya que estamos
hablando de una de las iniciativas más importantes de Cataluña dedicada a los microcréditos.
Según este informe, más del 70% de los microcréditos concedidos por la Fundación se han
otorgado a inmigrantes no pertenecientes a la comunidad europea. Debido a esta cifra y debido a las
dificultades con las que se encuentra este colectivo en el momento de acceder a este tipo de créditos,
hemos creído conveniente estudiar con mayor detalle el caso de los inmigrantes para entender la
situación de los microcréditos en España.

Uno de los puntos que debe quedar claro desde el inicio, es el concepto de emprendedor, que ya
hemos utilizado anteriormente pero que en este apartado no debe mostrar ninguna ambigüedad. Es
emprendedor aquél o aquella “persona que parte de la confianza en sus propias capacidades, del deseo
por mejorar su situación i de una aspiración personal, y que se atreve a participar aun y la incertidumbre
y la indefinición que supone iniciar un negocio”40. Esta incertidumbre es el primer obstáculo al cual se
va a enfrentar cualquier prestatario que haya obtenido un microcrédito, pero resulta mucho más grave en
el caso de los inmigrantes ya que a nivel legal y judicial se les presentan muchos más problemas que al
resto de usuarios. Sin embargo, existen una serie de razones que trataremos a continuación, por las
cuales este colectivo se implica con más decisión en los programas de microcréditos.
Principalmente, el denominado “racismo económico”41, que hace referencia a la diferencia de
salarios entre nativos e inmigrantes que realizan las mismas tareas, es el que empuja a los inmigrantes a
conseguir levantar un negocio de autoempleo. De todas formas, encontrar trabajo es uno de los aspectos
más conflictivos para el asentamiento en el país de acogida, según la opinión de los entrevistados en el
informe. Los inmigrantes, al llegar a España, lo que necesitan son elementos mínimos para sobrevivir
como alojamiento, ingresos económicos y papeles. Por lo tanto, los programas de microcréditos se

39
Informe Immigració i emprenedoria, op. cit.
40
Ibidem., p. 25, traducción propia del texto escrito en catalán.
41
Ibidem, p. 21.

85
Los microcréditos. El negocio solidario .

presentan como una gran oportunidad para lograr una independencia laboral y económica, a parte de
representar una buena fuente de ingresos.
Por otro lado, trabajar para uno mismo ofrece a la persona emprendedora un grado de libertad
respecto a la realización personal y, además, la obliga a asumir un compromiso que une la propia
ocupación con las perspectivas de futuro. La creación de un negocio propio representa la posibilidad de
adquirir un salario fijo y estable que permita cubrir las necesidades básicas del día a día. Además,
disponer de un negocio propio da sentido al hecho de trabajar, ya que detrás del trabajo hay un proyecto
personal, lo que implica que el prestatario tenga motivación e ilusión al levantar el negocio.
Especialmente para el colectivo de inmigrantes, los microcréditos ofrecen la posibilidad de conciliar la
vida familiar y laboral, a parte de disponer de más flexibilidad y autonomía que un asalariado. Este
último aspecto es realmente importante, ya que para la mayoría de los inmigrantes que vienen a España,
el contexto familiar tiene una gran importancia.
En relación con la familia, ser el propietario de un negocio ofrece la oportunidad de tener un
salario más alto que permita la reagrupación de todos los consanguíneos. En todas las entrevistas en las
que se basa este informe, la familia es un referente clave para la vida del inmigrante, incluso en la
mayoría de las decisiones del día a día. En los casos en los cuales los componentes del núcleo familiar
se encuentran también en territorio español, existe una importante interrelación entre éstos y el negocio
de uno de los componentes: los motivos que llevan al inmigrante a crear un negocio propio nunca
contemplan la posibilidad de generar un proyecto de autoempleo que implique otros socios; sin
embargo, siempre piensan de qué forma y en qué medida podrán implicar a la familia en su proyecto.
Cabe tener en cuenta, también, que este interés por implicar a la familia se hace aún más evidente en los
casos de emprendedores con poca experiencia, conocimientos y recursos en el país de llegada. Aún así,
el caso de las mujeres inmigrantes es completamente contrario a lo que acabamos de explicar, ya que
ven el proyecto de negocio como una posible forma de emancipación para alcanzar un mayor grado de
autonomía y realización.
En cuanto a las dificultades de acceso con las que se encuentran los inmigrantes, la más
evidente es la falta de experiencia dentro del mundo laboral español y el desconocimiento del sistema.
Cuanto más tiempo lleva esta persona trabajando en el país, más fácil es que se adapte a los programas
de microcréditos y consiga levantar su propio negocio. Sin embargo, la búsqueda de trabajo está
estrechamente ligada a la situación legal: un inmigrante no puede trabajar si no está regularizado, y sólo
conseguirá estarlo si dispone de una fuente de ingresos estable, es decir, de un empleo. No se pueden
regularizar los permisos si no se tiene un trabajo y viceversa. Esta gran contradicción de nuestro sistema
judicial, provoca que los inmigrantes no sólo no puedan acceder a un empleo, sino que, además, no les
permite implicarse en un programa de microcréditos, ya que éstos exigen la situación legal del individuo
en el Estado. Este último punto remite también a la gran cantidad de tiempo que debe pasar para que
una persona que haya emigrado a España, pueda acceder al mundo de las microfinanzas.

86
Los microcréditos. El negocio solidario .

Por otro lado, debemos tener en cuenta, también, los miedos y desconfianzas de la mayoría de
los inmigrantes que pueden tener la intención de participar en un programa de microcréditos. La
mayoría están marcados por una fuerte inseguridad, ya que no se ven capacitados para desarrollar su
idea de negocio ni estabilizar todos los elementos que la componen. Iniciar un negocio significa la
asunción de responsabilidades, compromisos y riesgos, además de requerir el dominio del idioma que se
utiliza en la región donde se va a desarrollar el negocio. Para ellos, la inversión significa “jugarlo todo a
una carta”42, se trata de una iniciativa que supone la mejora o el hundimiento definitivo; se trata de un
proyecto que seguramente no dispondrá de una segunda oportunidad.
El primer reto al cual deberán enfrentarse los inmigrantes para desarrollar un negocio es la
financiación y, en este punto, entrarán en juego lo microcréditos, que se presentarán como la gran
oportunidad para salir de una situación muchas veces precaria. Además, la necesidad de soporte en la
realización del negocio propio ayudará a la decisión final de implicarse en este tipo de programas, ya
que el asesoramiento que ofrecen resulta de gran ayuda para los emprendedores. Los miedos y
desventajas iniciales son muchos, pero la gran variedad de prestaciones de las que disponen las
entidades microfinancieras consiguen atraer, finalmente, a un gran número de inmigrantes.
Una vez implicados en un programa de microcréditos, la mayoría de los inmigrantes,
desconocedores del sistema legal español, se ven obligados a contratar los servicios de una gestoría que
se encargue de los aspectos financieros y judiciales que requiere el buen funcionamiento de un negocio.
A parte de las entidades de seguimiento, esta gestoría proporciona a los emprendedores la seguridad
necesaria para desarrollar su negocio, ya que la mayoría tiene mucho miedo a cometer algún error en
una actividad totalmente desconocida para ellos. Por otro lado, la mayoría también asiste a una serie de
cursos con los que adquieren los conocimientos necesarios para tener un empleo y llevar a cabo las
tareas que requiere su negocio, como pueden ser el aprendizaje del idioma del país, las nociones básicas
de gestión, etc.
Finalmente, es importante valorar la repercusión que tiene la participación en un programa de
microcréditos para los inmigrantes. Aunque su proyecto de negocio fracase, el inmigrante habrá
aprendido ciertos conocimientos de gestión, estará familiarizado con el funcionamiento del mundo de la
empresa, habrá ganado confianza en sí mismo… Esta persona, que inicialmente se encontraba en un
territorio desconocido, hostil, habrá conseguido adaptarse al mundo laboral y se encontrará mucho más
cómodo en el empleo que encuentre. Podríamos decir que el proceso de integración de las personas en
exclusión social, no depende del éxito de su negocio, sino de todo el proceso por el que pasan. En este
sentido, los microcréditos reflejan su enorme capacidad de inclusión social.
Si existe alguna cuestión no resuelta en el caso de los inmigrantes, es la contradicción del
sistema legal. Con la construcción de su proyecto personal, los inmigrantes pueden conseguir su
regularización, lo que es indispensable para acabar consiguiendo la autorización de residencia

42
Immigració i emprenedoria, op. cit., p. 26

87
Los microcréditos. El negocio solidario .

permanente y, por lo tanto, la tranquilidad legal, pero sin ésta no pueden acceder al sistema
microcrediticio. En este sentido, el gobierno español debería reconsiderar las leyes en relación con los
inmigrantes para solventar la paradoja a la que se enfrentan.

6.4.2. El futuro de los microcréditos

Considerando lo caro y costoso que resulta en general el microcrédito, es necesario propiciar, de


cara al futuro, un entorno en el cual las entidades dedicadas a las microfinanzas encuentren estímulos y
beneficios para seguir desarrollando su trabajo cuyo rendimiento económico es, actualmente,
prácticamente nulo. El reto europeo debe ser el de conseguir la creación de sistemas de microcréditos
sostenibles. Existen dos formas distintas de conseguirlo: por un lado, subir los tipos de interés o, por el
otro, multiplicar el número de operaciones (generalizar su concesión para obtener mayor rentabilidad).
El problema de estas dos posibles reformas es que no benefician en ningún momento a prestatarios y
emprendedores. Subir el tipo de interés del 6% al 10% o superior, implica el riesgo de disminuir
notablemente la implicación de los clientes; sin embargo, la experiencia de los últimos años parece
indicar que los solicitantes accederían a préstamos con un tipo de interés más elevado simplemente por
el hecho de no tener que aportar un aval.

La segunda opción orienta el microcrédito hacia la empresa, proponiéndolo como cualquier otro
tipo de negocio, como una vía de captación de clientes que sería interesante para cualquier entidad
financiera. Ésta se presenta como una ambiciosa opción que invita a los bancos más importantes a
considerar el microcrédito como una gran oportunidad de negocio más allá de su iniciativa filantrópica.
El sistema financiero debería fijarse el objetivo de alcanzar niveles más altos, conseguir ser más fuerte,
y, sobretodo, más inclusivo. En este sentido, la contribución del microcrédito puede crear un importante
feedback entre confesores de microcréditos y beneficiarios. De esta forma, el sistema financiero
microcrediticio conseguiría ser más atractivo para los países desarrollados, no beneficiando únicamente
a los más necesitados. Sin embargo, pese a que la generalización y popularización del microcrédito es,
por supuesto, muy deseable y necesaria, tenemos que seguir siendo exigentes en la calidad de servicio
que se presta a los clientes. Convertir el microcrédito en un negocio más, significaría banalizarlo,

88
Los microcréditos. El negocio solidario .

eliminar toda su connotación de Obra Social y anular su finalidad principal: llegar a los colectivos en
situación de exclusión social. Por otro lado, es cierto que la rentabilidad es necesaria, pero los fondos
que se obtengan de estos programas se deben destinar a conseguir un mayor alcance en la política de
microcréditos.

Otro punto que debería tratarse es la importancia que se otorga a las sesiones informativas
previas a la concesión del crédito: es muy necesario que el cliente entienda perfectamente las
características del microcrédito y no lo confunda con el sistema crediticio convencional; además,
también es importante clarificar las bases sobre las cuales hay que gestionar el préstamo de tal forma
que no se generen confusiones ni malentendidos.

Finalmente, el aspecto crucial de los programas de concesión de microcréditos, es la red de


entidades de asesoramiento y seguimiento. En este punto debemos recordar que no todas las
fundaciones o entidades que conceden este tipo de préstamos, disponen de estos servicios,
fundamentales para el buen funcionamiento de los negocios de los emprendedores. Como perspectiva de
futuro, deberíamos valorar el papel de los gobiernos en relación a estas entidades: su posible aportación
de recursos, su promoción de entidades sociales, etc.

89
Los microcréditos. El negocio solidario .

6.4.3. El papel del estado dentro de las Microfinanzas

Prácticamente todas las entidades financieras que conceden microcréditos son iniciativas
privadas, o bien, están relacionadas con organizaciones no gubernamentales. En el caso de los países
occidentales, los gobiernos cuentan con una serie de entidades asesoras que colaboran con las
fundaciones que se dedican a las microfinanzas; sin embargo, los estados podrían prestar una ayuda
mucho superior a la actual.

En cuanto a los puntos de contacto entre estos dos grupos, los gobiernos podrían invertir más en
estas entidades públicas de asesoramiento que se ofrecen, también, a realizar el seguimiento de los
distintos negocios. Esta inversión implicaría la capacidad de llegar a un mayor número de personas en
exclusión social; significaría una mayor implicación en los proyectos de los emprendedores y, por lo
tanto, aumentaría la seguridad en la devolución de los créditos. Por otro lado, también se podría
promocionar con más fuerza los cursos de formación que ofrecen los gobiernos para facilitar el acceso a
una serie de conocimientos necesarios para levantar un negocio, a parte de hacer llegar la lengua del
país o de la localidad a los inmigrantes que participan en este tipo de programas.

Otra iniciativa que deberían considerar los estados, y en concreto el gobierno español, es
unificar los trámites necesarios para abrir un negocio. En Cataluña, por ejemplo, como pudimos saber a
partir de la entrevista a la Fundación Un Sol Món, se requiere de entre uno y dos años para conseguir
todos los permisos y papeles necesarios para abrir un pequeño comercio. Estamos hablando de un
tiempo crucial para los emprendedores, ya que se trata de personas en una situación realmente
desfavorecida. Todos los gobiernos deberían facilitar al máximo las operaciones legales para que una
mayor cantidad de gente se animase a participar en los programas de microcréditos. En relación a este
punto, los gobiernos podrían aplicar una política fiscal incentivadora, si se nos permite el neologismo,
que ofrece una serie de facilidades en cuanto al tema legal y fiscal; tendrían que replantear el
tratamiento impositivo en cuanto a las plusvalías (reducir los impuestos que deben pagar las empresas
por los beneficios obtenidos); y, también, debería considerarse una reducción de impuestos por
reinversión del capital o ciertas exenciones por reinversión en obra social. Esta serie de facilidades a
nivel de empresa, podrían ser aplicables tanto a las entidades financieras que conceden microcréditos,
como a los pequeños negocios que abren los emprendedores.

Otras ayudas a nivel oficial, deberían destinarse al avalamiento frente a las entidades de crédito
de ciertas compañías. En muchas naciones los gobiernos realizan este tipo de ayudas, por ejemplo, en el
campo de la investigación, y sería interesante que hubiese una vertiente destinada a la obra social

90
Los microcréditos. El negocio solidario .

realizada por entidades privadas. Una vez más, favorecer el desarrollo de este tipo de fundaciones y
entidades permitiría un mayor acceso al microcrédito y, seguramente, en mejores condiciones.
Finalmente, como ayuda directa tanto a las entidades como a los emprendedores, los gobiernos
podrían facilitar el acceso al marketing. Una buena promoción de los microcréditos en los ámbitos
adecuados sería muy beneficiosa; además, los emprendedores se asegurarían un mayor éxito de sus
negocios.

Como hemos podido ver en este punto, las iniciativas públicas que podrían llevarse a cabo en
Occidente son varias e influirían muy positivamente dentro del mundo de las microfinanzas. Sin
embargo, en los países en vías de desarrollo, parece que los gobiernos utilicen una política inversa a la
que acabamos de mencionar: en muchos casos el poder político se respalda en los programas de
microcréditos, entiende que ya no es su deber preocuparse de la pobreza y la precariedad de su
población ya que existen organizaciones de todo tipo que se dedican a ello. Por lo tanto, las
obligaciones de los países occidentales van más allá de su zona geográfica; a partir de la diplomacia
deben procurar que la lucha contra la pobreza y la exclusión social ataña también a los poderes políticos
de los países en vías de desarrollo.

91
Los microcréditos. El negocio solidario .

7. CONCLUSIONES

7.1. Valoración de los resultados obtenidos en contraste con la parte teórica.

Como hemos explicado a lo largo de todo el trabajo, la confianza es uno de los factores clave en
el éxito de los programas de microcréditos. Sin embargo, existen aspectos sociales y culturales que
determinan, en gran medida, la implicación de las personas en riesgo de exclusión social en este tipo de
programas.

En un balance general, podemos afirmar que la confianza del individuo hacia la entidad
financiera concesionaria de microcréditos es muy importante y, dentro de este aspecto, se encuentra,
también, la forma en la cual estas entidades conceden los créditos (de forma individual o de forma
grupal). Hemos podido constatar a partir de los resultados de la encuesta y de las entrevistas realizadas a
la Fundación Un Sol Món y MicroBank, que en Occidente y, más concretamente, en España, los
vínculos comunitarios entre los posibles emprendedores son muy débiles y que, por ello, existe un
mayor grado de desconfianza hacia los que podrían ser los componentes del grupo prestatario. Por otro
lado, también debemos mencionar el mayor escepticismo hacia el método de financiación en general, y
el modelo grupal en particular, en los grupos que se encuentran en mayor riesgo de exclusión social.

A medida que nos adentramos en un mayor grado de desarrollo, el individualismo está más
presente en la sociedad y, por lo tanto, este factor repercute enormemente en el tipo de programa de
microcréditos que se lleve a cabo. Quizás la confianza (o desconfianza), al ser un sentimiento básico
universal, afecta a absolutamente todos los proyectos de microcréditos; sin embargo, el apoyo que el
grupo representa es fundamental para el éxito de los emprendedores. Levantar un negocio significa
adentrarse en un mundo completamente desconocido para la mayoría de los prestatarios y, por lo tanto,
el soporte moral, e incluso técnico, es imprescindible para que éstos se vean con fuerzas suficientes para
emprender el negocio. En este punto, debemos recordar que los recursos para sustituir esta fuerza que
imprime el grupo, en forma de entidades sociales de asesoramiento y seguimiento, son bastante
limitados en algunas entidades concesionarias de microcréditos. Aquellas que están destinadas a países
en vías de desarrollo, normalmente son sucursales de ONG o, simplemente, están financiadas por
fondos solidarios (mayoritariamente donaciones). Por lo tanto, por mucho que el factor confianza sea
clave en el éxito de los programas, muchas de ellas se ven obligadas a conceder los microcréditos de
forma grupal ya que no disponen de suficientes recursos para establecer una red de soporte al
emprendedor suficientemente fuerte.

Otro aspecto importante a destacar, es que en los países en vías de desarrollo la miseria es
mucho más acusada que en los occidentales y, por lo tanto, las personas en exclusión social y en

92
Los microcréditos. El negocio solidario .

situaciones económicas precarias, se ven dispuestas a hacer cualquier cosa por cambiar su status. Si,
además, tenemos en cuenta que las poblaciones más desfavorecidas se encuentran en ámbitos rurales,
con vínculos comunitarios bastante fuertes, podemos entender que muchas de ellas se impliquen en
programas de microcréditos de concesión grupal sin ningún reparo.

Probablemente, para crear un programa de concesión de microcréditos, la cuestión de la


confianza hacia el grupo no sea la primordial, sino más bien los recursos de los cuales se dispone y el
contexto social y económico en el cual se va a llevar a cabo. Como ya hemos explicado en el apartado
seis del trabajo, las dificultades de emprender un negocio en un país occidental son mucho mayores que
las que se puedan encontrar en un país en vías de desarrollo, ya sea por la presión fiscal, por las
dificultades legales, por el coste de la creación del negocio, etc. Por lo tanto, parece evidente la
necesidad de disponer de las entidades sociales de soporte al emprendedor en los programas
microcrediticios en Occidente. De esta forma resulta también evidente que engendrar un programa de
concesión grupal ya no tiene demasiado sentido, porque el apoyo al emprendedor reside en las
entidades, así como el control sobre el buen funcionamiento de su negocio para asegura la devolución
del préstamo.

En una reconsideración final de la importancia del factor confianza, podemos afirmar que ésta
se encuentra presente en absolutamente todos los programas de microcréditos y que es crucial en el
pulso entre la confianza en uno mismo y la desconfianza hacia aquellos con los que se pueda compartir
responsabilidades. Es tarea de la entidad financiera concesionaria de microcréditos, determinar de qué
recursos dispone para poder favorecer el individualismo mientras no sea en detrimento de la confianza
en las aptitudes de uno mismo.

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Los microcréditos. El negocio solidario .

7.2. Vías alternativas de investigación. Reflexión sobre:

7.2.1. Los indicadores de pobreza

“El impulso de los microcréditos como herramienta de ayuda al desarrollo ha puesto en relieve
la inexistencia de indicadores capaces de medir cualitativamente el grado de pobreza”43. Se está
hablando continuamente del impacto que tiene esta nueva forma de financiación en los colectivos más
desfavorecidos, se establecen relaciones entre los microcréditos y la reducción de la pobreza en el
mundo, se alaba el éxito de estos programas en la disminución de la exclusión social… Pero la realidad
nos demuestra que no existen unos buenos estudios que puedan respaldar estas afirmaciones. En ningún
momento estamos cuestionando la eficacia de los microcréditos ni su positiva reputación, pero hay que
saber que las valoraciones de su impacto en la sociedad son relativas, y se basan en unos indicadores
parciales e incompletos.

Para poder evaluar el verdadero impacto de las microfinanzas sobre la miseria, es necesario
desarrollar unos buenos sistemas de medición que puedan aportar cifras concretas y fiables.
Actualmente, uno de los mayores retos que se presenta ante los microcréditos, es el de poder llegar a
medir la pobreza, el de determinar quiénes son los más desafortunados. Resulta extremadamente
complicado valorar el impacto sobre un colectivo que aún no está definido. Como se menciona en el
artículo ‘Microfinanzas: impulsores de la investigación y el desarrollo de indicadores de pobreza’,
publicado a raíz de los debates realizados en el Forum de Barcelona 2004, “el microcrédito se ha
convertido en el impulsor de la investigación de sistemas de medición de la pobreza que permitan tener
una visión más acertada y justa de las desigualdades económicas y sociales entre y dentro de
comunidades”

Resulta interesante valorar, también, las dificultades para crear un indicador de pobreza
universal, que sea adaptable a cualquier sociedad o colectivo. Según Cecilia Denis, perteneciente a
Women Together, “encontrar hoy una medida única y universal es imposible por la variedad de
condiciones y factores de pobreza”44. Afirmación que se demuestra con las grandes diferencias que
existen entre los medidores particulares de las distintas entidades concesionarias de microcréditos. Cada
una elabora sus sistemas de medición según la realidad socio-económica del colectivo al que llegan, del
contexto en el que se encuentran… El problema es que, para crear un indicador más acertado y fiable, se

43
“Microfinanzas: impulsores de la investigación y el desarrollo de indicadores de pobreza”,
www.barcelona2004.org/esp/banco_del_conocimiento/documentos/
44
“El desarrollo de nuevos indicadores de pobreza a partir de la experiencia de los microcréditos”,
www.barcelona2004.org/esp/banco_del_conocimiento/documentos/

94
Los microcréditos. El negocio solidario .

requiere una gran inversión económica y humana, sin contar con la complejidad de los factores de la
pobreza.

Un ejemplo de estos sistemas de medición propio, es el del Grameen Bank, que “desarrolló un
sistema de medición según el grado de exclusión social y poder adquisitivo basado en lo material”45,
basando sus “criterios de selección en la acumulación de bienes materiales y en las condiciones de vida
según los estándares de la zona en la que operan. Los indicadores del Grameen van desde las
condiciones del tejado de la vivienda hasta la calidad y el número de muebles en propiedad”46. Como
podemos imaginar, estas valoraciones son bastante subjetivas y no podrían ser adaptables en países
occidentales, como tampoco podría serlo el límite de pobreza que establece el FMI en un dólar diario.

En relación a este último, no se puede determinar un límite de pobreza en una cantidad definida,
ya que el valor real de ésta cambia drásticamente según el país en el que nos encontremos. Por otro
lado, tampoco se puede hacer referencia a una moneda concreta, y menos si sufre fluctuaciones
constantes (y bastante drásticas). Para empezar, como sostiene John Hatch, fundador de FINCA
Internacional47, “lo efectivo es medir el nivel de pobreza según la moneda local”. A continuación, hay
que admitir la imposibilidad actual de crear un indicador de pobreza único para todas las comunidades.
En tercer lugar, hay que invertir mayores esfuerzos en la investigación de buenos sistemas de medición;
hay que buscar la cooperación entre el sector público y privado para que se puedan llegar a desarrollar
indicadores que vayan más allá del IDH48, que sean realmente complejos y elaborados y puedan ofrecer
unos datos fidedignos.

Otro punto realmente polémico dentro del debate sobre el desarrollo de indicadores de pobreza,
es el de las distintas formas de pobreza: ¿existen distintos niveles?, ¿sólo puede tener una definición
única e invariable?, ¿se debe valorar la pobreza en sí o la pobreza relativa?, la cuestión es compleja. A
lo largo de la historia de la Sociología, han ido apareciendo múltiples términos en relación a la pobreza
y los más desafortunados, pero no se ha conseguido llegar a un acuerdo. Uno de los términos que se
baraja actualmente es el de pobreza de capacidad49, junto con el de pobreza relativa y pobreza absoluta
45
“El desarrollo de nuevos indicadores de pobreza a partir de la experiencia de los microcréditos”, op. cit.
46
“Microfinanzas: impulsores de la investigación y el desarrollo de indicadores de pobreza”, op. cit.
47
Fundación para la ayuda a la comunidad internacional.
48
Índice de Desarrollo Humano.
49
Según Begoña Gutiérrez Nieto en su estudio “Microcréditos y la reducción de la pobreza. La experiencia de la
AOD española”: “el Informe de Desarrollo Humano define la pobreza no sólo como una falta de ingreso, sino que

95
Los microcréditos. El negocio solidario .

(conceptos que ya hemos mencionado anteriormente. Los tres son las aproximaciones más acertadas que
tenemos a este fenómeno que afecta al mundo entero pero que nadie acaba de definir o catalogar.

Debemos recordar, también, que esta problemática polémica alimenta, en gran medida, los
discursos en contra de los microcréditos. Aunque no se disponga de los estudios suficientes para valorar
de forma concreta, empírica, el impacto de las microfinanzas en las sociedades, se dispone de una
aproximación, de unos indicadores parciales, de los testimonios de los propios emprendedores y
técnicos de seguimiento pertenecientes a las entidades sociales. Por lo tanto, resulta inútil apoyarse en
este debate para afirmar que el impacto positivo de los microcréditos es completamente infundado. Es
necesaria una inversión en nuevos sistemas de medición, lo que no significa que los actuales no nos
puedan proporcionar una idea aproximada de la realidad.

7.2.2. La flexibilidad de los microcréditos

Una de las posibles reformas que podría aplicarse a los microcréditos para favorecer a los
prestatarios y aumentar la popularidad de este tipo de financiación, es la flexibilidad. Según un estudio
reciente50, conceder préstamos con unos períodos de retorno más flexibles, adaptables a cada individuo
y cada proyecto de negocio, haría posible la participación de un mayor número de prestatarios y
permitiría la aceptación de una mayor variedad de proyectos de negocio. Sin embargo, hay que tener en
cuenta que la adaptación personalizada a cada individuo implicaría una importante reforma de todo el
sistema prestamista, lo que representa un gran inconveniente. Por ello, en el estudio de Dean Karlan y
Sendhil Mullainathan, se exponen los distintos puntos de vista sin establecer una posición clara; se trata
de una mención a las ventajas y los inconvenientes que implicaría esta reforma, que hemos intentado
estudiar para valorar la viabilidad de este cambio en la concepción del préstamo.

también introduce el término pobreza de capacidad, que se concretará en el índice de pobreza Humana (IPH),
siendo una relación coherente con el Índice de Desarrollo Humano (IDH). En éste se especifican tres capacidades
básicas: supervivencia, conocimientos, y aprovisionamiento económico general”,
www.ucm.es/info/ec/jec7/pdf/com6-5.pdf.
50
Karlan, Dean, y Sendhil Mullainathan, “Is Microfinance Too Rigid?”,
www.econ.yale.edu/karlan/downloads/RigidMicrofinance.pdf

96
Los microcréditos. El negocio solidario .

Argumentos a favor de la flexibilización

“Ser pobre no significa solamente no disponer de suficiente dinero, sino también de la


inseguridad y la inestabilidad de la obtención de dinero”51. Según las distintas circunstancias y el tipo de
proyecto de negocio, puede haber días en que el prestatario consiga ganar lo suficiente para saldar todas
sus deudas y otros, en cambio, en que no consiga lo suficiente para cubrir las necesidades básicas. Un
ejemplo claro es el del cultivo: se puede prever en qué épocas del año no se producirá lo suficiente,
cuándo se necesitará reinvertir, etc., pero lo que no se puede prever es una inundación o una sequía. Si
las entidades financieras permitiesen a la persona que se dedica a la agricultura, pagar distintas cuotas
según la época del año, o le pudiesen refinanciar cuando, por causas climatológicas, la recolecta no ha
sido la esperada y el campo necesita otra inversión, esta persona podría seguir adelante con su proyecto,
sería capaz de devolver el crédito y no debería pasar por una serie de dificultades que podrían ser
evitadas con la flexibilización. De esta forma, este sistema de financiación permitiría que un mayor
número de personas se implicasen en un programa de microcréditos, proporcionaría más seguridad a
los participantes y, por lo tanto, los dispondría con una actitud más positiva.
Por otro lado, la flexibilidad también permitiría que los créditos pudiesen ser de mayores
dimensiones, ya que a pago fijo se concede el crédito teniendo en cuenta los ingresos del prestatario en
las malas temporadas, y no las buenas, para asegurar la devolución. Otro punto importante a destacar es
que el aplazamiento de ciertos pagos también evitaría que los prestatarios pidiesen dinero a prestamistas
que no pertenecen a ninguna entidad financiera, para poder devolver el dinero al banco. Estos
prestamistas, denominados loan sharks, suelen establecer unos intereses muy elevados y unas
condiciones muy poco beneficiosas para el que recurre a ellos; simplemente se benefician a toda costa
de la vulnerabilidad de los prestatarios.
Esta forma de financiación también ayudaría, si se ve de forma positiva, a que el prestatario se
arriesgase más en sus inversiones y apostase por proyectos que cree viables pero que en un primer
momento no aseguran rentabilidad. Muchas veces el miedo a no poder devolver el crédito, hace que los
prestatarios sigan su línea de negocio, simplemente para asegurar la devolución, sin poder adentrarse en
otros sectores que, quizás, les resultarían mucho más provechosos. Siguiendo este último argumento, la
flexibilidad también permitiría que el prestatario aprovechase todo su potencial (inversor, intelectual,
físico, etc.) apostando por nuevas ideas y nuevos proyectos. El hecho de saber que se pueden moldear
los plazos de entrega según las circunstancias de cada emprendedor, hace que éstos ganen seguridad en
sí mismos y se vean capaces de desarrollar proyectos de autoempleo con beneficios no necesariamente a
corto plazo, proyectos duraderos que se consoliden poco a poco, al ritmo que les pertoca.
Finalmente, el hecho de que se pudiesen aplazar ciertos pagos, implicaría que los encargados de
asegurar las devoluciones no tuviesen que perseguir a los morosos para recaudar las deudas. Este

51
“Is Microfinance Too Rigid?”, op. cit., p.1

97
Los microcréditos. El negocio solidario .

modelo de financiación ahorraría tiempo y dedicación a los empleados de las entidades financieras
agilizando, a su vez, esta tarea.

Argumentos en contra de la flexibilización

Acabamos de mencionar un aspecto burocrático que se vería beneficiado por la flexibilización


de los microcréditos; sin embargo, en este sector, las desventajas son mucho mayores que los
beneficios. Una mayor flexibilidad en el pago de los créditos dificultaría enormemente el trabajo de los
contables y los encargados de las distintas operaciones financieras: debería realizarse un seguimiento
específico para cada proyecto de negocio, lo que costaría tiempo y dinero; se debería diseñar un modelo
de cuotas y plazos para cada prestatario; se tendrían que vigilar mucho más de cerca las inversiones, ya
que resulta extremadamente complicado distinguir entre una persona que realmente aprovecha la
flexibilidad y está dispuesta a pagar cuando pueda, y aquella que la utiliza para encubrir la pérdida total
del crédito y la imposibilidad de devolverlo… Además, la flexibilidad es una medida que se rige por
criterios subjetivos y costaría que todo el personal siguiese unos parámetros comunes para decidir qué
prestatario puede utilizar esta modalidad de devolución.
Por otro lado, también podría existir el caso en el que coincidiesen muchos retrasos de pagos, lo
que provocaría un desequilibrio en la entrada y salida de capital de las bancas. Otro argumento en contra
es el riesgo al que se podrían enfrentar las entidades financieras con un posible fraude de sus
trabajadores: éstos podrían quedarse con el dinero devuelto argumentando que el prestatario ha ejercido
su derecho a la flexibilidad, cuando en realidad ha pagado. En relación a la cantidad de personas que
podrían participar de los microcréditos si se ejerciese esta medida de flexibilidad, seguramente la
demanda aumentaría pero no la oferta, ya que el seguimiento específico de cada caso requiere mucho
más personal implicado en estos proyectos, una gran inversión económica, etc.
Por último, el hecho de que normalmente los créditos deban devolverse a plazos fijos, genera
una cierta disciplina y compromiso que no se cumplirían con tanto rigor si se diese la oportunidad de
aplazarlos. La rigidez en la devolución del préstamo ayuda a las personas que, en un principio, no saben
organizarse, a adoptar una actitud de compromiso que también les servirá para su negocio y su vida
personal.

¿Cómo aplicar la flexibilidad en los microcréditos?

Para empezar, según el proyecto que lleve a cabo el prestatario, se pueden predecir las malas
épocas en que ganará mucho menos de lo habitual; por lo tanto, ya se puede disponer el crédito de tal
forma que en estas épocas del año el prestatario pueda retrasar las devoluciones o, simplemente, pueda
pagar menores cantidades durante estos periodos. Un ejemplo de estos casos sería la agricultura en

98
Los microcréditos. El negocio solidario .

países con importantes cambios climáticos durante el año. También se podrían establecer periodos de
mayor y menor devolución sin tener que pautarlos: el prestatario debería devolver tanto dinero al año en
un número de pagos, de mayor y menor cantidad, y él mismo escogería cuándo le va mejor pagar una
cantidad elevada o una cantidad más pequeña. Otra medida podría ser el establecer la opción a un
segundo crédito, aun no habiendo devuelto el anterior, de poco valor pero que ayudase al prestatario en
los momentos más difíciles y que, después, éste tuviese que devolver junto con el aplazamiento del
primer crédito52.

Valoración general de la posible reforma

Es difícil determinar hasta qué punto los beneficios de esta posible medida compensan las
desventajas. En general, podemos determinar que, para los prestatarios, esta reforma sería mucho más
beneficiosa que para los prestamistas. Quizás sería demasiado arriesgado aplicar la flexibilidad a todos
los programas de microcréditos y a todos los proyectos de negocio; sin embargo, poner a prueba esta
medida con personas que recurren al microcrédito para financiar negocios estacionales, sería una buena
forma de poder valorar el impacto de la flexibilidad tanto en los emprendedores como en las entidades
financieras que conceden los créditos. Es posible que esta medida debilite el compromiso y la
responsabilidad de aquellos que deben devolver el crédito; de todas formas, la única manera de
averiguarlo es poniendo a prueba esta variante de los microcréditos.

52
“Is Microfinance Too Rigid?”, op. Cit.

99
Los microcréditos. El negocio solidario .

7.2.3 La problemática ideológica de los microcréditos

A raíz de la lectura del ensayo del Dr. C. G. Gil53, “Diez tesis cuestionables sobre los
microcréditos”54, hemos creído oportuno realizar una breve reflexión sobre los puntos ideológicamente
más problemáticos sobre los microcréditos. Se trata de cuestiones que se barajan actualmente en los
debates sobre la eficacia y el carácter positivo de los microcréditos. Queremos valorar, una vez
realizado el estudio sobre los distintos programas microcrediticios, qué afirmaciones pueden sostenerse
como válidas, cuáles son rebatibles y por qué, en qué puntos se intenta generar polémica donde no la
hay, qué aspectos positivos de los microcréditos no se tiene en cuenta y podrían rebatir algunos de los
argumentos planteados... Para ello, seguiremos las diez afirmaciones que cuestiona Gómez Gil
exponiendo su punto de vista, para luego analizar la problemática desde una focalización lo más
objetiva posible.

Los microcréditos son uno de los mejores instrumentos para combatir la pobreza.

Según Gómez Gil, “la pobreza en el mundo está directamente relacionada con (…) un proceso
de globalización tremendamente injusto”; por lo tanto, “la pobreza tiene que abordarse desde una
solidaridad activa (…) El argumento de que contra la pobreza no hay nada mejor que créditos, trata de
romper este compromiso político y moral, pretendiendo encubrir las verdaderas causas que están en la
base de la pobreza y el subdesarrollo en el mundo convirtiendo a los pobres en responsables últimos de
su situación”; el sistema microcrediticio “un arma eficaz para desmantelar el compromiso político y
ético que tenemos los que vivimos acomodadamente, (…) sirve para anular las políticas de cooperación
internacional, transformándolas en políticas de bancarización, convirtiendo la pobreza inmensa en
deuda eterna (…) con lo que aseguramos una clientela prácticamente ilimitada que permita engrasar un
sistema capitalista que habrá entrado así en los países pobres”.

Es cierto que este tipo de afirmaciones se llega a utilizar de forma indiscriminada en los
proyectos de solidaridad internacional. También es cierto que la pobreza es consecuencia de una mala
gestión del sistema capitalista y que debe tratarse desde iniciativas solidarias. Lo que es cuestionable en
la argumentación de este Doctor en Sociología, es la afirmación en sí que Gómez Gil rebate: “contra la
pobreza no hay nada mejor que créditos”. Puede ser que en alguna ocasión puntual alguien,
53
Carlos Gómez Gil, Doctor en Sociología, profesor en el Departamento de Análisis Económico Aplicado de la
Universidad de Alicante, Director de Seminario Permanente de Inmigración de la Sede Universitaria “Ciudad de
Alicante” de esta Universidad y coordinador del área de cooperación internacional BAKEAZ.
54
comunica-accion.org/IMG/pdf/microcreditos_editado.pdf. Artículo que forma parte de un trabajo más amplio
publicado por el Ayuntamiento de Córdoba, con el título “Los microcréditos en la cooperación para el desarrollo”.
“Diez tesis cuestionables sobre los microcréditos” en Anexo 5, p.152.

100
Los microcréditos. El negocio solidario .

desafortunadamente, haya utilizado estas palabras en relación con los microcréditos; sin embargo, en
ninguna de las informaciones que hemos manejado para realizar este trabajo, nos hemos encontrado con
una afirmación similar. Los microcréditos no se utilizan para combatir la pobreza, son una herramienta
que se proporciona a los colectivos en exclusión social como oportunidad para que intenten salir de la
situación en la que se encuentran. El microcrédito tampoco pretende acabar con la pobreza, sino ofrecer
la posibilidad a aquellas personas emprendedoras de que salgan de su situación por sus propios medios,
demostrando que tanto pobres como ricos tienen las capacidades suficientes para desarrollar un
proyecto propio del que puedan vivir, capacidades que sólo pueden desarrollarse si se dispone de los
medios necesarios.
Por otro lado, hay que tener bien entendido el concepto de solidaridad al que hace referencia
Carlos Gómez Gil. Los microcréditos no se enmarcan dentro de la solidaridad entendida como limosna;
son el fruto de una obra social solidaria que hace crecer al que utiliza esta herramienta.

Los microcréditos son capaces de garantizar a las capas más desfavorecidas invertir en su
propio desarrollo.

En este punto, el ensayo cuestiona esta frase con la siguiente afirmación: “la transformación de
la pobreza en deuda, como pretenden los defensores de los microcréditos, se apoya en un darwinismo
social bajo el cual aquellos que estén en situación más precaria y vulnerable lo están porque no han
querido o podido endeudarse”. En ningún momento el discurso sobre los microcréditos afirma que éstos
puedan ayudar a absolutamente todo el mundo. Es indudable que, en cierta manera, existe un desajuste
entre discurso y realidad, puesto que los microcréditos pueden aplicarse a personas con capacidad
emprendedora. En los países occidentales es donde más se sufre esta distancia, ya que para poder
acceder a este tipo de financiación, es necesario disponer de una cierta estabilidad económica. Sin
embargo, aunque exista este problema de adaptación del discurso a la realidad, en ningún momento se
deben tergiversar las palabras que defienden el sistema microcrediticio. Las personas más
desfavorecidas tienen la oportunidad de invertir en su propio desarrollo, lo que no significa que el
sistema sea suficientemente bueno como para poder adaptarse a todas las personas en sistema de
exclusión social. Aquellos que están en situaciones precarias, lo están porque el sistema capitalista se
aplica de forma desigual; es decir, no se puede afirmar que es pobre aquél que lo quiere así, y en ningún
momento el discurso defensor de los microcréditos se decanta en este sentido.

Los microcréditos sacan de la extrema pobreza a sus solicitantes.

“El endeudamiento hace mucho más vulnerables a quienes menos tienen, acentuando su
precaria situación y su necesidad acuciante de comida, educación, salud básica o atención social, ya que
al asumir un crédito se encuentran ante una mayor inestabilidad vital; (…) un crédito significa

101
Los microcréditos. El negocio solidario .

exponerse aún más a las inclemencias sociales”. Y es que, cualquier persona, en el momento en que se
endeuda, pasa a ser mucho más vulnerable. Es totalmente acertada esta afirmación para demostrar que
los microcréditos no son la solución a la pobreza, ni lo han pretendido ser. Se trata de una herramienta
que debe utilizarse con mucho cuidado, y por ello existen todos los equipos de técnicos especializados
para realizar la selección de aquellos que pueden acceder a un microcrédito. Sería erróneo creer que
toda persona está capacitada para levantar un negocio, por muy pequeño que sea; es indispensable
asegurarse de que se financia a las personas que realmente son o pueden ser emprendedoras, porque de
lo contrario se estaría cometiendo una gran irresponsabilidad al endeudar a personas que se sabe de
antemano que no podrán devolver el préstamo.

En relación a este punto, C. G. Gil defiende en la introducción a su ensayo que: “el


endeudamiento masivo de la población más pobre no puede presentarse como la solución a los
problemas de la pobreza y subdesarrollo en el mundo, y mucho menos como una muestra de extrema
libertad y progreso. (…) Difundir la idea de que los pobres pueden gastar indefinidamente más de lo que
realmente tienen genera una falsa comprensión de las verdaderas causas de los desequilibrios
económicos en el mundo”. Se trata, exactamente, de la mala comprensión de lo que pretenden realizar
los microcréditos. Hasta ahora, hemos vivido en un mundo desigual, gobernado por el poder del dinero,
y Yunus ha encontrado un método que se aprovecha del propio sistema capitalista para intentar paliar
las diferencias socio-económicas. El endeudamiento masivo no es la solución, pero sí un punto de
partida si se realiza con prudencia y buen juicio; permitir el acceso a la financiación de aquellos que no
pueden participar del sistema tradicional, significa ofrecer una oportunidad; las fundaciones y entidades
pertenecientes a Obras Sociales, no pretenden obtener beneficios con la concesión de microcréditos,
sino ayudar a aquellos que los necesitan y que tienen las capacidades suficientes para desarrollar un
proyecto personal. El punto más ambiguo del discurso defensor de los microcréditos, es su pretensión
de llegar a los niveles más desfavorecidos de las sociedades; seguramente este discurso debería ser más
transparente en este sentido: los microcréditos no pueden ayudar a todo el mundo, no son una solución
definitiva, no son un sistema ideal. Y es alrededor de esta ambigüedad que se generan todas las
polémicas, que se construyen todos los argumentos en contra de los microcréditos.

Los microcréditos son muy positivos porque sus solicitantes son fundamentalmente mujeres.

Los microcréditos no son positivos porque la mayoría de clientes son mujeres. En teoría los
microcréditos se destinan, en países en vías de desarrollo, esencialmente a mujeres porque se supone
que son mejores pagadoras: “ellas son mejores pagadoras, se preocupan más por el futuro de sus

102
Los microcréditos. El negocio solidario .

familias y por la educación de sus hijos”55. Este es uno de los puntos más conflictivos de los programas
concesionarios de microcréditos, ya que se está cuestionando la igualdad de género, oportunidades,
capacidades y responsabilidades. Según Gómez Gil, convertir a las mujeres en “clientes privilegiadas de
los microcréditos es aumentar las responsabilidades que ya tienen sobre sus espaldas e intensificar las
situaciones de abuso”. El problema es que, favorecer la implicación de estas mujeres en los programas
de microcréditos, busca igualar tanto como se pueda la discriminación de género; ofrecer la oportunidad
no las obliga a participar; los microcréditos, simplemente, se presentan como una vía alternativa a
aquellas personas que se sientan capaces de embarcarse en un proyecto similar. En este sentido, los
microcréditos destinados a mujeres no son cuestionables, aunque la polémica podría derivarse por otro
camino: ofrecer este sistema de financiación exclusivamente a mujeres ya es, de por sí, una
discriminación, y este aspecto es incuestionable; pero entrar ahora en la discusión de la discriminación
positiva nos alejaría demasiado de la discusión sobre la problemática ideológica de los microcréditos.

Los microcréditos son tan buenos que su morosidad es bajísima, demostrando con ello que los
pobres siempre pagan.

Ésta es otra de las afirmaciones que no hemos visto aparecer en ninguna de nuestras fuentes de
información mientras elaborábamos el Trabajo de Investigación. Como muy bien dice Carlos Gómez
Gil, “la eficacia de un programa basado en microcréditos no debería sustentarse esencialmente en el
índice de devolución, sino en su capacidad para mejorar la vida de sus destinatarios”, pero resulta que
en ningún momento, en los programas microcrediticios, se antepone la rentabilidad a la repercusión
positiva en los solicitantes. Los microcréditos no son buenos porque su índice de morosidad sea bajo; el
aspecto más positivo de los microcréditos es su capacidad de incidir positivamente en las vidas de
aquellos que se encuentran en situación de exclusión social. De todas formas, sí es cierto que resulta
complicado valorar la repercusión de esta nueva forma de financiación en la pobreza y la exclusión, ya
que no disponemos de buenos indicadores de pobreza, ni siquiera existe una definición exacta de lo que
significa este término. No se puede demostrar de forma empírica el éxito de los microcréditos; sin
embargo, disponemos de los testimonios de los emprendedores, del cambio de su calidad de vida, y
estos testimonios son indiscutibles.

Por otro lado, los microcréditos no se habrían expandido como lo han hecho si el índice de
morosidad hubiese sido alto. Se pueden realizar obras de caridad a un cierto nivel, pero no se puede
sostener toda una red de financiación si ésta no es rentable. En cuento a la relación de este índice con el

55
“Diez tesis cuestionables sobre los microcréditos”, op. cit. Declaraciones de Carmen Velasco, Directora de
Promujer al diario El País, el 10 de diciembre de 2004.

103
Los microcréditos. El negocio solidario .

éxito de los programas, las devoluciones de los préstamos están íntimamente ligadas con el proceso de
selección, asesoramiento y seguimiento de los solicitantes. Por lo tanto, el bajo índice de morosidad
refleja el trabajo de fondo que se realiza en los programas de concesión de créditos, y de aquí su
relación con el éxito de los programas.

Los microcréditos convierten a los pobres en responsables de su propio desarrollo.

Este punto, muy recurrente en el ensayo, ya ha sido comentado en profundidad. Resulta muy
fácil tergiversar un aspecto tan delicado como es el de ofrecer la oportunidad de cambiar la situación de
los más necesitados. Una cosa es disponer de un sistema que puede ser útil para aquellos que tienen las
capacidades de desarrollar un negocio y, la otra, muy distinta, es convertir a todo el mundo en capaz de
levantar una pequeña empresa. Dentro de las clases medias y altas también existe un colectivo no apto
para el mundo del negocio; se trata de aptitudes que no están relacionadas ni con géneros, ni con razas,
ni con clases sociales. Nadie escoge dónde va a nacer ni en qué condiciones; nadie es responsable del
contexto en el que crece y se desarrolla como persona; por lo tanto, en ningún momento puede afirmarse
que los pobres son responsables últimos de su situación. Tener distintas opciones y oportunidades no
siempre implica que podamos optar a ellas.

Por otro lado, es muy cierto lo que dice Gil en este punto: “el desarrollo básico de las personas,
estén donde estén, vivan donde vivan, debe estar asegurado por los Estados y en caso de no ser posible,
por la comunidad internacional”. Aunque por desgracia, muchos Estados se despreocupan de las
necesidades de sus ciudadanos, y la diplomacia aún no ha avanzado lo suficiente como para incidir de
forma drástica en estos gobiernos. Según Gil, los microcréditos, en cierto modo, “liberan a los Estados
de su obligación de garantizar unos mínimos vitales para toda su población; desvían su responsabilidad
de desarrollo social básico”; pero no debemos olvidar que se trata de Estados que ya de por sí no
procuran por las necesidades de su pueblo. Esta afirmación sería perfectamente trasladable a las
iniciativas de las organizaciones no gubernamentales y, sin embargo, no se establece nunca tal relación.
Respecto a la comunidad internacional, su solidaridad y responsabilidad están planteadas, discutidas,
debatidas… pero cuesta mucho que se lleven a la práctica; existen demasiados intereses
intergubernamentales que imperan sobre los intereses de los más desfavorecidos. Por lo tanto, mientras
esperamos la acción de esta comunidad, debemos buscar sistemas que alivien, por muy poco que sea, la
pobreza en el mundo.

104
Los microcréditos. El negocio solidario .

Los microcréditos elevan automáticamente la dignidad de quienes los solicitan.

Estamos completamente de acuerdo con que “la dignidad humana no puede medirse en función
de los créditos que se tienen contraídos, sino desde la capacidad que las personas tienen en vivir de
forma autosuficiente” pero, como decíamos anteriormente, la distribución de riquezas y recursos es muy
desigual en el mundo. Hay personas que, por muchas capacidades que tengan, no pueden desarrollarlas
porque el contexto en el que se encuentran no es favorable, porque no disponen de recursos. La
dignidad de cualquier ser humano va ligada a la coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace, entre
las capacidades para realizar y la realización; y, en este sentido, los microcréditos se presentan como los
recursos de los que estas personas deberían disponer por derecho, los recursos necesarios para alcanzar
esta coherencia. Por otro lado, es cierto que ver crecer un proyecto personal proporciona seguridad,
confianza en uno mismo y, en cierto modo, también aumenta nuestra dignidad.

Los microcréditos y el acceso a los mismos deben ser un derecho humano básico.

Anteponer los derechos humanos básicos “a la capacidad de endeudarse es frivolizar sobre los
derechos humanos elementales. (…) Bajo ningún concepto el derecho al crédito puede considerarse a la
misma altura de otras cuestiones esenciales para la simple supervivencia de las personas”. En relación a
esta afirmación de Carlos Gómez Gil, no tenemos nada que objetar. Las desgracias y desigualdades en
el mundo son incontables y la comunidad internacional debe luchar para que los derechos humanos
básicos sean respetados en todas partes. En este sentido, hay demasiado que hacer como para añadir un
derecho humano más que no está al nivel de las necesidades elementales del ser humano.

Los microcréditos constituyen el mejor instrumento de la cooperación internacional y son una


herramienta que ha revolucionado la ayuda al desarrollo.

Es cierto que “hasta la fecha no existe ni un solo estudio, análisis o investigación empírica que
demuestre en un solo país una mejora sustancial del desarrollo de amplios grupos de población”. Sin
embargo, el impacto positivo sí se ha podido medir en casos concretos. A partir de los grupos de control
o las entidades de seguimiento, se elaboran informes sobre el impacto de los microcréditos en los
emprendedores, y son estos estudios los que se utilizan para valorar la repercusión de los microcréditos
en las personas sin recursos. De todas formas, el aumento demográfico es más rápido que la reducción
de la pobreza por parte de los microcréditos; no existen indicadores de pobreza suficientemente
precisos; es discutible en qué punto empieza y acaba la pobreza… y, por lo tanto, resulta complicado
realizar las estadísticas necesarias para valorar el impacto real de los microcréditos. En este sentido, aún

105
Los microcréditos. El negocio solidario .

queda mucho camino por recorrer, y éste es uno de los ámbitos en los cuales se debería volcar la
investigación.

El acceso al microcrédito debe ser una de las prioridades para alcanzar el logro de los
Objetivos del Milenio.

“Sostener que los microcréditos van a ser la panacea para la consecución de los Objetivos del
Milenio significa desconocer el significado de este acuerdo y ofrecer excusas para su incumplimiento,
en mayor medida cuando los microcréditos poco pueden hacer para incidir en el avance de la educación
básica entre los niños, la erradicación de las enfermedades parasitarias como la malaria o epidemias
como el SIDA, proporcionar agua potable o atención sanitaria elemental a aquellas poblaciones que
carecen de ello”. Este punto puede tratarse desde el mismo enfoque que la necesidad de convertir el
acceso al microcrédito como derecho humano básico. Existen demasiados objetivos fundamentales para
la población desfavorecida que no se cumplen, como para convertir a los microcréditos en uno de ellos.
Como muy bien dice Gil, esta herramienta financiera no puede ayudar a llevar a cabo los Objetivos del
Milenio más que en el sentido de reducir el nivel de pobreza en el mundo, pero valorando la situación
general, es mejor intentar asegurar las necesidades básicas de la población mundial antes que
promocionar el acceso a la financiación. Sin embargo, según Begoña Gutiérrez Nieto, “en las
conclusiones de la Cumbre del Microcréditos se afirma que éste no es una panacea. Será más efectivo
como un instrumento de erradicación de la pobreza si se complementa con intervenciones de provisión
de infraestructuras, agua, higiene, atención primaria, alfabetización, derechos de la mujer y dirección de
microempresas, en la línea del enfoque de préstamos para aliviar la pobreza”56; con lo que nos
encontramos con una divergencia de opiniones sobre la información que se proporciona en las cumbres;
problema que aquí no podemos resolver pero que hace referencia a la necesidad de un discurso
transparente y sin ambigüedades por parte de los altos cargos que participan en este tipo de encuentros.

56
“Microcréditos y reducción de la pobreza. La experiencia de la AOD española”, op. cit.

106
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107
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8. Fuentes de información

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- Página oficial de Innovations For Poverty Action, www.poverty-action.org/, [última visita realizada
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- Página oficial de la Fundación Un Sol Món, www.unsolmon.org, [última visita realizada el 20 de
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- Página oficial del Año Internacional del Microcrédito, www.yearofmicrocredit.org, [última visita
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Los microcréditos. El negocio solidario .

ANEXOS:

Anexo 1: Entrevistas a Un Sol Món i a MicroBank

Anexo 2: Modelos de la encuesta

Anexo 3: Documentos relacionados con la Fundación Un Sol Món: entrevista realizada al


director de la Fundación, el Sr. Àngel Font, “El microcrédito es un buen instrumento contra
la pobreza pero no puede actuar solo”, www.canalsolidario.org/web/noticias.

Anexo 4: Documentos del trabajo de Dean Karlan y Xavier Giné, “Group versus individual
liability: a field experiment in the Philippines”, aida.econ.yale.edu/karlan/papers,

Anexo 5: “Diez tesis cuestionables sobre los microcréditos”, Gómez Gil, Carlos, comunica-
accion.org/IMG/pdf/microcreditos_editado.pdf,

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