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DOLLY AMPARO CAGUASANGO VILLOTA

Magistrada ponente

SL065-2019
Radicación n.° 68327
Acta 01

Bogotá, D. C., veintitrés (23) de enero de dos mil


diecinueve (2019).

La Corte decide el recurso de casación interpuesto por


MARÍA NINFA MIRA DE TORRES contra la sentencia
proferida por la Sala de Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Medellín, el 11 de abril de 2014, en el
proceso ordinario laboral que instauró contra la
ADMINISTRADORA COLOMBIANA DE PENSIONES,
COLPENSIONES.

I. ANTECEDENTES

María Ninfa Mira de Torres instauró demanda ordinaria


laboral contra la Administradora Colombiana de Pensiones
Colpensiones, a fin de que se la condene al reconocimiento y
pago de la pensión de sobrevivientes, con ocasión de la
muerte de su cónyuge, Humberto de Jesús Torres Restrepo,

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a las mesadas adicionales, los intereses moratorios y/o la


indexación y las costas del proceso.

Como fundamento de sus pretensiones indicó que su


cónyuge falleció el 12 de mayo de 2009, por lo que solicitó
ante el ISS el reconocimiento y pago de la pensión de
sobrevivientes; sin embargo, su petición fue negada mediante
Resolución 000779 de 2010, en la que, le reconoció la
indemnización sustitutiva en cuantía de $6.827.329. Precisó
que dicha negativa obedeció a que, según la entidad, el
asegurado no cumplió con los requisitos previstos en la Ley
797 de 2003 toda vez que no acreditó semanas de cotización
en los tres años anteriores al fallecimiento y, solo cotizó 710
en toda su vida laboral.

Aseguró que, contrario a lo afirmado por el ISS, el


causante cumplió con la densidad de semanas exigidas en el
parágrafo 1° del artículo 12 de la Ley 797 de 2003, en relación
con lo establecido en el Acuerdo 049 de 1990 aprobado por
el Decreto 758 del mismo año, que exige un mínimo de 500
semanas de cotización para obtener la pensión de vejez en el
régimen de prima media, norma que fue ignorada por el ISS
al desconocer que el «régimen de prima media anterior a la
Ley 797 de 2003 para vejez, no es la Ley 100 de 1993, sino el
Acuerdo 049, por cuanto la transición aún tiene vigencia por
virtud el Acto Legislativo 01 de 2005».

Por último, afirmó que el causante cotizó 789 semanas


en toda su vida laboral, densidad de semanas que supera el
número mínimo requerido en el régimen de prima media para

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acceder al derecho pensional.

El Juzgado Noveno Laboral del Circuito de Medellín,


mediante auto del 4 de junio de 2013 dio por no contestada
la demanda.

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Noveno Laboral del Circuito de Medellín,


mediante fallo del 11 de diciembre de 2013, declaró probada
de forma oficiosa la excepción de inexistencia de la
obligación, absolvió a la demandada de las pretensiones
incoadas en su contra y condenó en costas a la demandante.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala de Decisión Laboral del Tribunal Superior del


Distrito Judicial de Medellín, al resolver el grado
jurisdiccional de consulta el 11 de abril de 2014, confirmó la
decisión de primera instancia y se abstuvo de condenar en
costas.

En lo que interesa al recurso extraordinario, el Tribunal


centró el problema jurídico en determinar si el causante,
Humberto de Jesús Torres Restrepo, dejó acreditado el
derecho a que sus beneficiarios reclamaran la pensión de
sobrevivientes de conformidad con la Ley 797 de 2003.

Para resolver el asunto, el Tribunal analizó la historia


laboral del causante, en la que evidenció que la última
cotización la realizó el 18 de noviembre de 1997, por lo que

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no contaba con semanas cotizadas en los tres años anteriores


a su fallecimiento.

Adujo que no se cumplen los presupuestos del principio


de la condición más beneficiosa, toda vez que el causante
falleció el 12 de mayo de 2009, esto es, en vigencia de la Ley
797 de 2003, y al remitirse a la Ley 100 de 1993, tampoco
cumple con lo allí previsto, pues dicha norma exigía 26
semanas en el año inmediatamente anterior al fallecimiento
cuando se trata de cotizante activo o, de no encontrarse
cotizando, cumplir con 26 semanas en el año anterior a la
entrada en vigencia de la Ley 797 de 2003, supuestos de
hecho que no se configuraron, pues como ya se mencionó,
para estos lapsos el causante no registró ninguna semana
cotizada.

Precisó que frente a la aplicación del parágrafo 1° del


artículo 12 de la Ley 797 de 2003, el causante no acreditó las
semanas mínimas exigidas para obtener la pensión de vejez
prevista en el Acuerdo 049 de 1990 aprobado por el Decreto
758 del mismo año por ser beneficiario del régimen de
transición, pues en toda su vida laboral, cotizó un total de
789 semanas de las cuales no alcanzó a completar las 500
dentro de los 20 años anteriores al fallecimiento.

IV. RECURSO DE CASACIÓN.

El recurso fue interpuesto por la parte demandante,


concedido por el Tribunal y admitido por la Corte, por lo que
se procede a resolver.

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V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

La recurrente pretende que la Corte case la sentencia


impugnada, para que, en sede de instancia, revoque la
dictada por el a quo, y en su lugar acceda a las pretensiones
de la demanda.

Con tal propósito formula un cargo, por la causal


primera de casación, el cual fue replicado.

VI. CARGO ÚNICO

Acusa la sentencia impugnada por violación de la ley


sustancial por vía directa en la modalidad de interpretación
errónea del artículo 12 de la Ley 797 de 2003, en armonía
con los artículos 1°, 2°, 11, 12, 47, 48, 50, 74, 141, 142, 272
de la Ley 100 de 1993 y, en la aplicación indebida del artículo
9° de la Ley 797 de 2003 y 48 y 53 de la Constitución Política.

En la demostración del cargo, la recurrente señala como


hechos indiscutidos que para el presente caso no opera el
principio de la condición más beneficiosa y que el Tribunal
fundó su decisión en el artículo 12 de la Ley 797 de 2003.

Así mismo, asegura que el Colegiado le dio un alcance


equivocado al referido artículo, toda vez que éste contempla
varias hipótesis para acceder al derecho pensional, a saber:
i) 50 semanas y la fidelidad (ya declarada inexequible), o ii)
haber cumplido con el número mínimo de semanas cotizadas
en el régimen de prima media, «lo que denota que el Tribunal
interpretó erróneamente la norma porque creyó encontrar en

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ella solo una de las hipótesis, cuando en ella se contemplan


por lo menos dos» (f° 8, C2).

Precisa que cuando dicha norma señala que el «afiliado


haya cotizado el número de semanas mínimo requerido en el
régimen de prima media en tiempo anterior a su fallecimiento»,
se refiere al régimen de pensión de vejez consagrado en el
Acuerdo 049 de 1990 aprobado por el Decreto 758 del mismo
año, el cual exige como densidad mínima 500 semanas
cotizadas, las cuales, en su criterio, no tienen que ser
completadas en los 20 años anteriores al deceso, pues así no
lo establece el mencionado parágrafo, ya que este solo
consigna una densidad mínima, sin restringirla a un periodo
de tiempo. Así mismo, asegura que con el cumplimiento de
las 500 semanas, el derecho pensional se entiende adquirido
y este se trasmite a sus derechohabientes de manera
inmutable conforme al artículo 58 de la Constitución Política.

Indica que no era pertinente exigir la fecha de


nacimiento del asegurado para determinar si se encontraba
cobijado por el régimen del transición en virtud de la edad o
el tiempo de servicios, toda vez que, que el querer del
legislador con el parágrafo 1° del artículo 12 de la Ley 797 de
2003, fue «recoger los pronunciamientos y decisiones de las
altas Cortes sobre la condición más beneficiosa y pedir, como
en efecto lo fue, que al menos el asegurado hubiere cotizado
500 semanas […] suficientes para acceder a una pensión en
el riesgo de vejez».

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Finalmente solicita rectificación de la postura, en


relación con los requisitos para acceder a la pensión de
sobrevivientes conforme al parágrafo 1° del artículo 12 de la
Ley 797 de 2003, pues en su criterio, la norma no exige que
el afiliado sea beneficiario del régimen de transición previsto
en el artículo 36 de la Ley 100 de 1993, tampoco la cotización
de 500 semanas dentro de los 20 años anteriores al
fallecimiento y menos en los 20 años anteriores a la edad
mínima exigida en la ley.

VII. RÉPLICA

El apoderado de la parte demandada señala que el fallo


de segunda instancia es acertado, pues debe entenderse que
el número mínimo de semanas a que alude el parágrafo 1°
del artículo 12 de la Ley 797 de 2003 es el fijado en el artículo
33 de la Ley 100 de 1993, siempre y cuando el afiliado no sea
beneficiario del régimen de transición establecido en el
artículo 36 de la Ley 100 de 1993, pues de lo contrario se le
aplicaría el régimen al cual se encontrara afiliado al 1 de abril
de 1994, esto es, el Acuerdo 049 de 1990, aprobado por el
Decreto 758 del mismo año.

Afirma que el causante, al ser beneficiario del régimen


de transición, le es aplicable el Acuerdo 049 de 1990; sin
embargo, precisa que no dejó causado el derecho pensional,
pues no cumplió con las 500 semanas en los 20 años
anteriores al deceso ni con 1.000 semanas en toda su vida

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laboral.

Por último, indica que al momento de la muerte del


causante, este no reunía las 50 semanas de cotización dentro
de los tres años anteriores a su muerte exigidas por el
artículo 12 de la Ley 797 de 2003, el cual modificó el artículo
46 de la Ley 100 de 1993.

VIII. CONSIDERACIONES

Dada la vía escogida, la Sala advierte que no son objeto


de discusión los siguientes supuestos fácticos establecidos
por el ad quem: i) el afiliado Humberto de Jesús Torres
Restrepo falleció el 12 de mayo de 2009; ii) en toda su vida
laboral cotizó un total de 789 semanas; iii) durante los tres
años anteriores a su fallecimiento no se registran semanas
cotizadas; iv) su última cotización data del 18 de noviembre
de 1997; y v) es beneficiario del régimen de transición
previsto en el artículo 36 de la Ley 100 de 1993.

En su demanda la recurrente señala que el Tribunal le


dio un alcance equivocado al parágrafo 1° del artículo 12 de
la Ley 797 de 2003, pues en su criterio la norma consagra
varias hipótesis para acceder al derecho pensional, a saber:
i) 50 semanas y la fidelidad (ya declarada inexequible), o ii)
haber cumplido con el número mínimo de semanas cotizadas
en el régimen de prima media, para el riesgo de vejez.

Precisa que el parágrafo 1° del citado artículo se refiere


al régimen de pensión de vejez consagrado es el Acuerdo 049

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de 1990 aprobado por el Decreto 758 del mismo año, el cual


exige como densidad mínima de aportes 500 semanas; así
mismo, afirma que dicha densidad de semanas no está
restringida en un periodo de tiempo, ya que no deben ser
cotizadas en los 20 años anteriores al deceso del afiliado,
pues así no lo establece el mencionado parágrafo, por lo que
con el cumplimiento de las 500 semanas el derecho pensional
se entiende adquirido.

Con lo anterior, la Sala encuentra que la controversia


se circunscribe a determinar si el Tribunal interpretó
adecuadamente el parágrafo 1° del artículo 12 de la Ley 797
de 2003, o si por el contrario, como la afirma la censura, el
requisito de las 500 semanas exigidas en el Acuerdo 049 de
1990, no está restringido a un periodo de tiempo límite, lo
que le permitiría el reconocimiento de la pensión de vejez a
su cónyuge y su consecuente derecho a devengar la pensión
de sobrevivientes.

De vieja data la Corte ha precisado que el derecho a la


pensión de sobrevivientes debe ser estudiado a la luz de la
legislación que se encuentra vigente al momento del
fallecimiento del afiliado o pensionado, por ello, la norma
llamada a aplicarse en el presente asunto es el artículo 12 de
la Ley 797 de 2003 mediante el cual se modificó el artículo
46 de la Ley 100 de 1993, norma que se encontraba en vigor
para la fecha del deceso del afiliado, 12 de mayo de 2009.

El artículo 46 de la Ley 100 de 1993, modificado por el


artículo 12 de la Ley 797 de 2003 prevé:

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ARTÍCULO 46. REQUISITOS PARA OBTENER LA PENSIÓN DE


SOBREVIVIENTES. <Artículo modificado por el artículo 12 de la
Ley 797 de 2003. El nuevo texto es el siguiente:> Tendrán
derecho a la pensión de sobrevivientes:

1. Los miembros del grupo familiar del pensionado por vejez o


invalidez por riesgo común que fallezca y,

2. Los miembros del grupo familiar del afiliado al sistema que


fallezca, siempre y cuando éste hubiere cotizado cincuenta
semanas dentro de los tres últimos años inmediatamente
anteriores al fallecimiento.

Parágrafo 1°. Cuando un afiliado haya cotizado el número de


semanas mínimo requerido en el régimen de prima en tiempo
anterior a su fallecimiento, sin que haya tramitado o recibido una
indemnización sustitutiva de la pensión de vejez o la devolución
de saldos de que trata el artículo 66 de esta ley, los beneficiarios
a que se refiere el numeral 2 de este artículo tendrán derecho a
la pensión de sobrevivientes en los términos de esta ley.

De su texto se extrae que tendrán derecho a la pensión


de sobrevivientes, los miembros del grupo familiar del afiliado
que fallezca, siempre y cuando éste hubiere cotizado 50
semanas dentro de los tres años anteriores al fallecimiento,
requisito que, como se indicó, en el presente caso, el
causante no cumplió, pues durante ese tiempo, no se
registraron semanas cotizadas.

No obstante, la norma contempla una posibilidad


adicional para acceder al derecho pretendido, esto es el
parágrafo 1° del artículo 12 de la Ley 797 de 2003, que señala
que, tendrán derecho a la pensión de sobrevivientes los
beneficiarios del causante, cuando éste hubiere cumplido el
número mínimo de semanas exigido para la pensión de vejez
en el régimen de prima media, sin que se le haya reconocido

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una indemnización sustitutiva o la devolución de saldos.

Sobre su contenido, la Sala ha establecido que el


número mínimo de semanas a que alude la norma, es el
fijado en el artículo 33 de la Ley 100 de 1993, siempre y
cuando el afiliado no sea beneficiario del régimen de
transición establecido en el artículo 36 de la Ley 100 de 1993,
pues en este caso se le aplicaría el régimen al cual se
encontraba afiliado al 1° de abril de 1994.

Al respecto, en providencia la CSJ SL, 31 ago. 2010,


rad. 42628, esta Corporación precisó:

Ahora bien, importa anotar que la circunstancia de que las normas


del Acuerdo 049 de 1990 formen parte del régimen de prima media
con prestación definida no significa que todas ellas mantengan
vigencia y que desplacen la aplicación de las de la Ley 100 de
1993, pues es claro que tendrán vocación jurídica de ser
aplicadas, según el reseñado artículo 31 de ese estatuto, “…con
las adiciones, modificaciones y excepciones contenidas en esta
ley”, esto es, en cuanto no hayan sido derogadas o modificadas
por la Ley 100 de 1993.

Por ello cumple apuntar que, precisamente, una de las


modificaciones que introdujo la Ley 100 de 1993 fue la del
requisito para obtener el derecho a la pensión de vejez en materia
de cotizaciones, cuestión que ahora se gobierna por el artículo 33
de ese estatuto normativo.

Así las cosas, conforme se anotó con antelación, debe entenderse


que la alusión efectuada al número mínimo de semanas de que
trata el parágrafo primero del artículo 12 de la Ley 797 de 2003
es el fijado por el artículo 33 de la Ley 100 de 1993, con las
modificaciones que le hayan sido introducidas, entre otras, por la
propia Ley 797 de 2003.

Sin embargo, ello será así siempre y cuando que el afiliado no sea
beneficiario del régimen de transición pensional del artículo 36 de
la Ley 100 de 1993, pues, en tal caso, y en tratándose de un
afiliado al Seguro Social, por razón de los beneficios de ese
régimen se le debe aplicar, en materia de densidad de
cotizaciones, el régimen al cual se encontrara afiliado para el 1 de
abril de 1994, que lo es el Acuerdo 049 de 1990, en particular su

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artículo 12, por así disponerlo el señalado artículo 36 de la Ley


100 de 1993.

Y lo anteriormente expuesto es así porque, en primer término, como


quedó visto, las normas vigentes de ese acuerdo forman parte del
régimen de prima media con prestación definida y, en segundo
lugar, deben utilizarse en materia de edad, número de semanas
cotizadas y monto de la prestación, para los beneficiarios del
régimen de transición pensional.

En ese orden de ideas, la Sala considera que como el


causante es beneficiario del régimen de transición previsto
en el artículo 36 de la Ley 100 de 1993, la norma aplicable
es el Acuerdo 049 de 1990 aprobado por el Decreto 758 del
mismo año, el cual exige el cumplimiento de 1.000 semanas
cotizadas en toda la vida laboral o 500 dentro de los 20 años
anteriores al fallecimiento, pero no como lo indica
insistentemente la recurrente, haber cotizado 500 semanas
en cualquier tiempo.

Así las cosas, el afiliado fallecido no acreditó las


semanas mínimas exigidas para obtener la pensión de vejez
bajo ese régimen pensional, pues en toda su vida laboral
cotizó un total de 789 semanas, de las cuales, en los 20 años
anteriores al fallecimiento, tan solo cotizó 174 semanas. En
esa medida no se configuraron los yerros jurídicos que
denuncia la recurrente por lo que el cargo no prospera.

Sobre el asunto, esta Corporación en sentencia CSJ SL,


25 en. 2011, rad. 41251, expuso:

Como puede verse, los cargos están orientados, en síntesis, a que se


determine jurídicamente, que las 500 semanas a que se refiere el
literal b) del artículo 12 del Acuerdo 049 de 1990, aprobado por el
Decreto 758 de igual año, se pueden cumplir en cualquier tiempo. Al
respecto dicho canon dispone:

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Requisitos de la pensión de vejez. Tendrán derecho a la pensión de


vejez las personas que reúnan los siguientes requisitos:

Sesenta (60) o más años de edad si se es varón o cincuenta y cinco


(55) o más años de edad, si es mujer y,

Un mínimo de quinientas (500) semanas de cotización pagadas


durante los últimos veinte (20) años anteriores al cumplimiento de las
edades mínimas, o haber acreditado un número de un mil (1.000)
semanas de cotización, sufragadas en cualquier tiempo.” (Resalta la
Sala)

Vistas así las cosas, es necesario concluir que la demandante no


reúne el requisito de densidad de semanas cotizadas dentro de los
20 años anteriores al cumplimiento de la edad mínima requerida,
para poder acceder a la pensión de vejez implorada, que fue
precisamente lo que encontró demostrado el Tribunal, al confrontar
el número de semanas cotizadas que equivalen a 369.8571, las
cuales, se reitera, no son objeto de cuestionamiento.

En tales circunstancias el ad quem interpretó correctamente la norma


denunciada y le dio el entendimiento que corresponde según su
cabal y genuino sentido, sin que observe la Sala que admita alguna
exégesis distinta, habida cuenta que ese es su verdadero alcance, lo
que está acorde con la reiterada y pacífica jurisprudencia.

Adicionalmente es de acotar, que el artículo 12 del Acuerdo 049 de


1990, aplicable al caso controvertido, que es el que gobierna la
situación pensional de la actora, no presenta un trato inequitativo o
discriminatorio, puesto que dentro de sus presupuestos se
consideran dos alternativas, por lo demás amplias y razonables para
el afiliado, como lo son el haber cotizado un mínimo de 500 semanas
dentro de los 20 años anteriores al cumplimiento de la edad mínima
requerida o 1.000 en cualquier época, de lo que resulta que para el
otorgamiento del derecho pensional se debe cumplir cualquiera de
estas dos opciones, las cuales, como lo determinó el fallador de
segunda instancia, no se satisface en el caso sub judice, sin que sea
factible sumar semanas sufragadas con anterioridad o
posterioridad, como lo pretende la parte recurrente, para ajustar la
primera de las posibilidades previstas en el literal b).

Por último, frente a la modificación de postura, en


relación a los requisitos de la pensión de sobrevivientes aquí
solicitada, tal aspiración no es de recibo, pues como ya se
mencionó, la norma aplicable al caso en concreto, exige el
cumplimiento de 1.000 semanas cotizadas en toda la vida

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laboral o de 500 dentro de los 20 años anteriores al


fallecimiento, requisito que el afiliado fallecido no cumplió y,
por ende, no dejó acreditado el derecho a que sus
beneficiarios reclamaran la pensión de sobrevivientes de
conformidad con la Ley 797 de 2003, pese a ser beneficiario
de la transición.

En consecuencia, el Tribunal no incurrió en el yerro


jurídico endilgado, por ende el cargo no prospera.

Costas en el recurso de casación a cargo del recurrente


demandante. En su liquidación, inclúyanse como agencias
en derecho la suma tres millones setecientos cincuenta mil
pesos ($3.750.000) mcte; que se incluirán en la liquidación
que deberá practicar el juez de primer grado tal como lo
establece el artículo 366 del Código General del Proceso

IX. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre
de la República y por autoridad de la ley, NO CASA la
sentencia dictada el 11 de abril de 2014 por la Sala Cuarta
de Decisión Laboral del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Medellín, dentro del proceso ordinario laboral
seguido por MARÍA NINFA MIRA DE TORRES contra la
ADMINISTRADORA COLOMBIANA DE PENSIONES,
COLPENSIONES.

Costas como quedó dicho en la parte motiva de esta


providencia.

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Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

MARTÍN EMILIO BELTRÁN QUINTERO

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ERNESTO FORERO VARGAS

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