Está en la página 1de 2

Discurso sobre el bullying y denuncias anónimas

¿Qué es lo que he hecho? ¿Por qué no se me acercan? ¿Qué es lo que hago


que provoca un fuerte rechazo de su parte? ¿No debería estar aquí? ¿Por qué
si me acerco dejan de hablar y se miran todas con gestos que notablemente
muestran incomodidad? Este tipo de preguntas, son básicamente un resumen
de los pensamientos e interrogantes que tuve durante mucho tiempo en mi
cabeza. Siento que al poder decir esto, lograr tener la voz para trasmitirles mi
punto de vista, es el mayor y mejor ejemplo de mi superación de este proceso.

De un momento a otro, hace dos años atrás, comencé a estar más sola que
acompañada, aunque tenía siempre un fuerte apoyo por parte de mis cercanos
(que si, eran contados con las manos), la soledad junto a la pena estaban y se
ahogaban en mis sentimientos, y claro, las inasistencias y los “Salazar, la retiran”
comenzaban a estar más presentes que nunca. Pero, ¿Por qué? ¿Por qué tenía
miedo de estar en el colegio? ¿Por qué comencé a sentir que era simplemente
un estorbo? ¿Por qué no había nada que me hiciera sentir apoyada? ¿Por qué
no me daba la valentía de decirles a mis papás lo que estaba pasándome y por
qué fue necesario que se dieran cuenta por otros? No podía ni sabía como
decirles lo que estaba sintiendo. Creo que el miedo es el mayor responsable en
esto, debido que todos escondemos aunque no lo creamos, una fuerte
inseguridad por la incertidumbre de las consecuencias que tendría estar contra
la corriente.

Primero que todo, las inseguridades están muchas veces presentes en nosotros.
Como seres humanos, tenemos la habilidad de camuflarlas y de aparentar que
no están ahí. ¿Me he sentido insuficiente para el resto? Si, me he sentido
insuficiente. ¿He pensado que mis sentimientos no son importantes? Si, lo he
pensado. ¿Sentí ganas de salir corriendo cuando simplemente quedaba sola y
apartada de mis compañeras? Si, las sentí. Con esto, me refiero que aquellas
inseguridades han sido y son presentes en mi y en muchos. Vivir esto fue un
proceso difícil, y creo que donde peor lo he pasado en mi vida. Pero, ¿Es lo
mismo sentir que está todo mal en nuestra vida a que realmente lo este? Quizás
el mismo miedo es el que nos oprime y nos debilita, el que nos hace sentir que
no hay necesidad de tener voz, que todo lo que está ocurriendo es simplemente
normal, aunque en el interior sabes que nada debería estar pasando. Buscamos
demostrar que somos personas fuertes, que no nos afecta verdaderamente todo
lo que si nos debilita.

En segundo lugar quiero pensemos y reflexionemos lo siguiente, ¿Somos


personas conscientes de nuestra condición emocional? Con esto, me refiero, si
realmente existe una cierta conciencia en nosotros de cómo nos sentimos, fuera
de lo que opine el resto o el como nos debemos sentir. Digo, si ¿estamos felices
con lo que somos o lo que vamos a llegar a ser? Siento que muchos tenemos en
nuestro interior la intención de aparentar que está todo bien en nuestra vida, que
todo lo que sucede en nuestro día no afecta. Puede que sea común sentirse
menos que el resto, pero no está bien.

Por esto, quiero lograr que me ayuden a comprender el ¿por qué el miedo está
siendo nuestra pesadilla? Estamos dejando de ser personas seguras y
empáticas. Para salir de esto, muchos, incluyéndome hemos necesitado un
factor externo como apoyo del colegio, que pueda ser una fuente de apoyo y que
nos ayude a ver con “colores” la vida. Frente a la creación de programas de
apoyo de convivencia escolar, mi mayor duda, es saber el por qué estas
denuncias son en base al anonimato. Muchas veces es necesario camuflarnos
tal como para decir que estamos viviendo bullying que para cuando lo estamos
presenciando. Hay casos que me dan la seguridad que hoy en día somos
personas atemorizadas a probar algo distinto que provoque una ruptura en su
entorno.

Estar constantemente bajo el qué dirán y cumpliendo expectativas externas,


completamente lejanas a lo que nosotros verdaderamente queremos lograr es
algo que se está haciendo usual e irrelevante. Pero, todo argumento que busque
comprender esto cae en lo mismo, el miedo como factor principal. ¿Alguna vez
han sentido ganas de hacer algo con muchas ansias, pero no lo han hecho,
pensando en el que dirán de ustedes? Voy a plantearles esta misma pregunta,
pero al revés, ¿Alguna vez han dicho que si a algo que no querían hacer,
simplemente por el hecho encajar o no molestar? Estamos perdiendo la esencia
de ser personas únicas, que no les temen a ser distintas al resto, que si se
sienten cómodas explicándole a otro como realmente se sienten. Debemos ser
personas que creen en sí mismas y de lo que pueden llegar a ser. Rescatando
este fragmento de “Credo” de Gabriela Mistral: “Creo en mi corazón, el que no
pide nada porque es capaz del sumo ensueño y abraza en el ensueño lo creado
¡inmenso dueño!”

Puede que quizás en mi caso, gracias a todas las personas que estuvieron junto
a mi en esta situación, pude salir adelante, quizás salí de esto más insegura,
más cautelosa con lo que decía o contaba, pero pude salir de haber tocado
fondo, cuando simplemente veía que estaba todo mal y sentía el mundo contra
mi. Quizás algunos ya se estén preguntado ¿a qué quería llegar con esto?
Quería poder hacerles más cercano este tema que se evita y se hacen oídos
sordos, hacerlos reflexionar si realmente dejaremos de ser personas egoístas y
comenzamos a ser empáticos con nuestro entorno. Sabemos perfectamente que
hay gente que no lo está pasando bien, gente que todavía no ha podido salir de
este circulo de inseguridades, miedo y cosas negativas. Quiero invitarlos a cada
uno de ustedes a cuidar lo que decimos, lo que hacemos y como somos con el
resto, porque no sabemos si realmente algo que para ti es insignificante para
otro será igual. Realmente hay palabras que matan.

También podría gustarte