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“El señor de las moscas”, un posible análisis

noviembre 5, 2009blademanuDeja un comentarioGo to comments

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La película, en síntesis, nos narra la vida de los jóvenes supervivientes de un accidente de avión en
alta mar. Por casualidad, estos náufragos topan con una isla desierta en la que no hay indígenas,
solamente naturaleza vegetal y animal. El reto más inmediato es el de organizarse como sociedad para
sobrevivir hasta el momento en el que alguien se percate de su ausencia y organice un plan de rescate.

Sir William Golding, el escritor de la novela


En su novela, William Golding plantea una cuestión trascendental, eje clave de su exposición:
¿es el hombre bueno o malo por naturaleza? Diatriba de tales dimensiones entronca con los debates que
se mantenían al respecto en el siglo XVII y XVIII. Más allá de la estructura externa, hay un trasfondo
sociológico, político, histórico y filosófico que trasciende las meras imágenes que contemplamos durante
algo más de una hora y que trataremos de desentrañar a continuación desde diferentes perspectivas
para inferir una conclusión argumentada y reflexionada.
Perspectiva social: La antropología y el estructuralismo de Lévi-Strauss han demostrado que el
hombre es un ser social por naturaleza, y lo es en base a un número determinado y finito de relaciones
de parentesco. El mito de Tarzán está bien traído en esta ocasión. Es verdad que el bipedismo y la
capacidad de abstracción son características intrínsecas de nuestra especie, pero alguien arrojado a la
selva o a una isla desierta, sin la protección y la educación cultural que proporciona el grupo de
individuos sería, por decirlo así, “medio-humano”. Jack, Piggy, Ralph y el resto de protagonistas, hasta
el momento del naufragio, ya han vivido bajo un sistema organizativo impuesto por los adultos. Viendo
la situación crítica en la que están envueltos deciden retomar esos modelos y no, por ejemplo, el
anarquismo, en el que cada uno se proporcionaría alimento, defensa y vestimenta. Son conscientes, por
otro lado, de que la unión hace la fuerza y si se mantienen unidos podrán sobreponerse a las
circunstancias y alcanzar su primer objetivo, sobrevivir el tiempo suficiente para ser rescatados. Esta
idea tiene conexión con el siguiente apartado

Rousseau: “El hombre es bueno por naturaleza. La sociedad lo corrompe”


Perspectiva política: La película deja claro que el hombre, de uno u otro modo, debe organizarse
como sociedad por naturaleza. Ahora bien, ¿qué estructura es más justa y equilibrada para coordinar los
esfuerzos y proporcionar derechos y deberes a cada uno de los individuos?. A nuestro parecer se
plantean tres modelos que acaso podrían corresponder a los sucesivos peldaños de una escalera que
asciende progresivamente hasta la cristalización del grupo civilizado. En un primer estadio se situaría el
salvajismo, en el que dominan las pasiones, la anarquía y el individualismo. En un segundo escalafón
encontraríamos el autoritarismo encarnado en una personalidad insigne que toma la responsabilidad de
guiar, pero también de someter al grupo a su voluntad, mediante diferentes tipos de herramientas,
como son el miedo y las promesas. Por último llegaríamos a la democracia parlamentaria, sistema que
da voz y voto, derechos y deberes a todos los miembros integrantes, y en cuya cúspide legislativa se
alza un líder elegido por mayoría o unanimidad. Para causar mayor impacto en el espectador o lector,
W. Golding expone la sucesión de sistemas políticos en una carrera hacia la oscuridad, una gradación
descendente, desde la democracia al salvajismo más instintivo, en el que Jack y sus secuaces han
olvidado, o cuanto menos han desestimado, los principios aprendidos en la sociedad de la que
provienen.
Thomas Hobbes: “El hombre es un lobo para el hombre”
Perspectiva histórico-filosófica: El visionado de la cinta nos ha sugerido otra serie de cuestiones
que enraízan directamente con el tema que nos ocupa. El debate entre empiristas y racionalistas estuvo
muy de moda durante el siglo XVII, cuando, precisamente, tanto Hobbes como Locke expresaron puntos
contrapuestos sobre el modelo político más justo para el ser humano. En resumen, los empiristas creían
que aprendíamos a través de que los sentidos podían captar del mundo exterior, mientras que los
racionalistas defendían justo lo contrario, todo el saber tenía su origen en nuestro cerebro o, en su
defecto, como diría Descartes, en la inspiración Divina. Hoy sabemos que la mayoría de seres humanos
en el planeta poseen una estructuras cerebrales básicas parecidas que posteriormente se moldearán
según las enseñanzas recibidas, teoría que ayuda a comprender por qué encontramos creencias
religiosas y comportamientos políticos similares en lugares distantes en el tiempo y el espacio. Esta
introducción de ideas nos puede servir para entender, asimismo, por qué, aun con el paso del tiempo,
civilizaciones tan distantes en el espacio y el tiempo han elegidos unos sistemas de relaciones político-
sociales que, en su base, son similares.

Perspectiva simbólica: Esta es la faceta que mejor sabe explotar Golding y, basándose en su
obra, el director de la película, Harry Hook. La situación en sí ya es utópica, cuanto menos poco
probable. A pesar de que el autor intenta hacer de la narración algo utópico, disponer a humanos en su
infancia lo menos contaminados posible por la civilización, no puede dejar de introducir una serie de
elementos contemporáneos, como las gafas (primero para cocinar y calentarse, luego para crear el
fuego que marque su posición a los rescatadores) o el fluorescente, así como el cuchillo. A nuestro
parecer las mejores metáforas son la concha, el palo y el mismo “señor de las moscas”, la cabeza del
cerdo en descomposición.
La caracola simboliza la razón, la tolerancia la democracia, la palabra, la civilización, incluso.
Que en un principio se requiriese tomarla para poder lanzar un mensaje al grupo dice mucho de unos
niños que, desde el primer momento, quieren hacer las cosas. No obstante, el humano no es un pura
razón aséptica, como veremos.

Los palos con los que cazan nos parecen el reflejo del estadio inferior de humanidad, el
salvajismo. Este elemento, sus particulares prendas y las pinturas que usan como elemento identitario
los súbditos de Jack, marcan la diferencia con el primer grupo de Ralph y Piggy.

El “señor de las moscas” puede tener muchos significados. Podríamos interpretarlo como la
humanidad en descomposición o como la encarnación del temor que los gobierna a todos y que los lleva
a actuar de un modo ilógico, tanto como para descomponer su primigenia unidad y enfrentarlos entre sí.
Esto se ve reforzado porque la cabeza del cerdo rodeada de moscas estaba sobre una estaca junto a la
cueva, donde el capitán yacía moribundo emitiendo unos gemidos que amedrentaban a ambos grupos.
El miedo, pues, como elemento catalizador del temor de los niños.

Conclusión: ¿es el hombre bueno o malo por naturaleza?: Tanto Hobbes como Locke son
pesimistas al respecto, ambos creen que el hombre es malo por naturaleza; pero en su mensaje se
transmite cierto positivismo. Ambos aseguran que con un modelo de organización político-social el
hombre puede controlar sus pasiones intrínsecas en cierta medida. El primero propone un sistema
absolutista y el otro diseña un estado en el que nace la primitiva e imperfecta partición de poderes. Este
es precisamente el hilo que se hunde en el trasfondo de la película. Que Piggy, el niño de las gafas,
saque a colación en un momento dado la máxima de Rousseau (“El hombre es bueno por naturaleza, la
sociedad es la que lo corrompe”) sirve para demostrar precisamente lo contrario con el paso de los
minutos. Sin embargo, como hicieran Hobbes y Locke, Golding tiene un punto de vista poco halagüeño
con el que coincidimos por momentos.
A nuestro parecer el hombre no es bueno o malo por naturaleza, simplemente es unanimal
racional que aprovecha en ocasiones sus habilidades competitivas o se deja llevar por sus instintos
pasionales (miedo, temor, envidia), incluso a veces en detrimento del grupo que lo ha alimentado,
defendido y educado; y cuando decimos “grupo”, no nos referimos a la familia únicamente, sino incluso
al Estado. No obstante, esta no tiene por qué ser la tónica general de su comportamiento pues la cultura
democrática, difundida y bien cimentada sobre reglas y principios, como aquel de coger necesariamente
la caracola a la hora de tomar la palabra, puede ser un modelo útil, quizá el más justo y equitativo que
hasta la actualidad conocemos.
Además del análisis final aquí expuesto y que, de uno u otro modo, es totalment subjetivo, os
ofrecemos varios videos comlementarios, uno de ellos el trailer (en inglés, porque no he encontrado otro
más emocionante) y una escenas que nos puede llevar a la reflexión, Rousseau en estado puro:
primeramente se decide que el liderazgo es necesario, después surgen disensiones en el mando y
como el miedo los lleva a decisiones irracionales y en contra del grupo, contraposición de poderes,
símbolos de poder, asambleas de poder… una película que parece infantil pero de extraordinario valor
simbólico.

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