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CASACION ABANCAY FUNDAMENTOS

Casación : 00057 - 2017


Secretario : PILAR ROXANA SALAS
Escrito : 03
Sumilla :

SEÑOR PRESIDENTE DE LA SALA PENAL PERMANENTE DE LA CORTE


SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA.

JUAN ELVER MINA BALLONA,


abogado patrocinante de EDGAR CURI
PACHECO, en la Instrucción seguida en
mi contra por presunto delito de
Lesiones Culposas en Agravio de QEVF
Luisa Damiano Vizcayno y Otros; a
usted, atentamente, digo:

EXP. N.º 5548-2009-PHC/TC


PUNO
MARIO GALLEGOS MONTESINOS

5. El Tribunal Constitucional, en el fundamento 3 de la sentencia recaída en el


Expediente N.º 0553-2005-HC/TC, señaló que: “[l]a interdicción de
la reformatio in peius o “reforma peyorativa de la pena” es una garantía del
debido proceso implícita en nuestro texto constitucional, la cual se relaciona con
los derechos de defensa y de interponer recursos impugnatorios. De acuerdo con
dicha garantía, el órgano jurisdiccional que conoce de un proceso en segunda
instancia no puede empeorar la situación del recurrente en caso de que solo este
hubiese recurrido la resolución emitida en primera instancia”. Asimismo, cabe
señalar que en los fundamentos 5 y 6 de la sentencia recaída en el Expediente
N.º 0806-2006-PA/TC, se estableció que este principio también comprende la
reparación civil.

6. De acuerdo a lo señalado en el fundamento anterior, respecto al extremo de la


demanda, en el que se alega que Sala, Superior no estaba facultada para elevar
el monto de la reparación civil pues ni el Ministerio Público ni don Mariano
Asunto Salluca Machaca (agraviado en el proceso penal) tener en cuenta
contrario sensum habrían impugnado ese extremo de la sentencia; conforme
se aprecia del recurso de apelación interpuesto por don Mariano Asunto Salluca
Machaca con fecha 27 de abril de 2009 (fojas 135), sí se cuestionó la condena
impuesta en contra del recurrente como el monto de la reparación civil. Así en
el apartado tercero de sus fundamentos indica que no está conforme con la
reparación civil impuesta en la sentencia de vista, por considerar que los
agravios aún no habían cesado a esa fecha, por lo que consideró que la decisión
tomada por el juez de primera instancia lo perjudicaba tanto moral
como económicamente.

7. La necesidad de que las resoluciones judiciales sean motivadas es un principio


que informa el ejercicio de la función jurisdiccional, y al mismo tiempo, un
derecho constitucional de los justiciables. Mediante ella, por un lado, se
garantiza que la administración de justicia se lleve a cabo de conformidad con la
Constitución y las leyes (artículos 45º y 138º de la Constitución Política del
Perú) y, por otro, que los justiciables puedan ejercer de manera efectiva su
derecho de defensa. Justamente, con relación al derecho a la debida motivación
de las resoluciones, este Tribunal ha precisado que “la Constitución no garantiza
una determinada extensión de la motivación, por lo que su contenido esencial se
respeta siempre que exista fundamentación jurídica congruente entre lo pedido
y lo resuelto, y que, por sí misma, exprese una suficiente justificación de la
decisión adoptada, aun si ésta es breve o concisa […]” (STC Nº 1291-2000-
AA/TC. FJ 2).

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EXP. Nº. 0806-2006-PA/TC


LIMA
PALMER PASTOR
VELÁSQUEZ

ANTECEDENTES

Alega que en el proceso penal que se le siguió ante el Juzgado Penal


de Tambopata por la comisión del delito de usurpación agravada, en agravio de la
Sociedad de Beneficiencia Pública de Puerto Maldonado, se dictó sentencia en su
contra, condenándosele a 5 años de pena privativa de libertad efectiva y al pago
por reparación civil ascendente a la suma de 5,000 Nuevos Soles a favor del
agraviado. Recuerda que dicha sentencia fue apelada y que la Sala Mixta de la
Corte Superior de Justicia de Madre de Dios, mediante Resolución de fecha 27 de
febrero de 2003, la reformó en cuanto al pago de la reparación civil, la que elevo
a la suma de 5,500 Nuevos Soles. Considera que el aumento en 500 Nuevos Soles
de la reparación civil constituye una violación de la prohibición de la reforma en
peor en clara infracción del artículo 300º del Código de Procedimientos Penales.

FUNDAMENTOS

§1. Pretensión

5. Uno de esos derechos implícitos a la tutela procesal efectiva es la prohibición


de la reformatio in peius. En efecto, en reiterada jurisprudencia este Tribunal ha
señalado que

“[l] a interdicción de la reformatio in peius o ‘reforma


peyorativa de la pena’, es una garantía del debido proceso
implícita en nuestro texto constitucional, la cual se relaciona
con los derechos de defensa y de interponer
recursos impugnatorios. De acuerdo con dicha garantía, el
órgano jurisdiccional que conoce de un proceso en segunda
instancia no puede empeorar la situación del recurrente en
caso de que sólo éste hubiese recurrido la resolución emitida
en primera instancia.” (Cf. últimamente, Fund. Jur. Núm. 3,
STC N.° 0553-2005-HC/TC).

La prohibición de la reformatio en peius se encontraba prevista en el artículo


300º del Código de Procedimientos Penales –modificado por la Ley N.º 27454–
, al establecer que
"Si el recurso de nulidad es interpuesto por uno o varios
sentenciados, la Corte Suprema sólo puede confirmar o
reducir la pena impuesta y pronunciarse sobre el asunto
materia de impugnación”.
Sin embargo, dicho artículo no hacía alusión explícita a si el ámbito de
protección de la reformatio in peius se extendía (o no) a la reparación civil o,
por el contrario, sólo se circunscribía a lo concerniente a las penas. Pues bien,
independientemente de que el contenido constitucionalmente declarado de un
derecho fundamental no dependa de lo que el legislador pueda establecer, sino
de lo que se infiera del programa normativo constitucionalmente garantizado, es
claro que, con posterioridad, legislativamente se ha explicitado algo que era
implícito en el ámbito normativo del derecho en referencia. En efecto, el Decreto
Legislativo Nº. 959, que modifica, en su artículo 1º, al artículo 300º del Código
de Procedimientos Penales, establece en su inciso 4), respecto a la garantía
de reformatio in peius, que

“Si el recurso de nulidad se refiere a la reparación civil, la


Corte Suprema en todos los casos sólo podrá decidir en los
estrictos ámbitos de la pretensión impugnatoria”.

Estableciendo su inciso 6) que:

“Los criterios establecidos en los numerales precedentes


serán de aplicación a los recursos de apelación interpuestos
en el proceso sumario previsto en el Decreto Legislativo
N.º 124 y en todos los demás procedimientos establecidos
por la ley”.

6. En suma, la cuestión de si la prohibición de la reformatio in peius comprende


o no a la reparación civil, debe ser resuelta positivamente. La prohibición de
reforma en peor, cuando la impugnación sólo ha sido efectuada por algunas de
las partes –como en este caso, en el que el recurso lo planteó sólo el recurrente–
, impide que el órgano jurisdiccional de alzada pueda aumentar el monto de la
reparación civil. Por tanto, en la medida que se ha acreditado que el órgano
jurisdiccional emplazado aumentó el monto de la reparación civil de 5,000
Nuevos Soles a 5,500 Nuevos Soles, el Tribunal Constitucional considera que
se ha lesionado el derecho fundamental alegado, debiendo estimarse la
pretensión en aplicación del artículo 4º del Código Procesal Constitucional.

%% Tema Derecho al debido proceso EXP. Nº. 0806-2006-PA/TC SubTema Reforma


peyorativa de la pena Resolución N. º 00806-2006-AA/TC LIMA Fecha de publicación
08/11/2006 Caso Palmer Pastor Velásquez PALMER PASTOR Sumilla La cuestión de si la
prohibición de la reformatio in peius comprende o no a la reparación civil, debe ser resuelta
positivamente. La prohibición de reforma en peor, cuando la impugnación sólo ha sido
efectuada por algunas de las partes, impide que el órgano jurisdiccional de alzada pueda
aumentar el monto de la reparación civil (FJ 5-6). VELÁSQUEZ SENTENCIA DEL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL En Lima, a los 13 días del mes…%%
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SALA PENAL PERMANENTE R.N. N º 1 969 - 201 6 LIMA NORTE

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CASACIÓN Nª 4122-2014, TUMBES

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


DE LA REPÚBLICA

NOVENO.- expone, en esencia, los mismos elementos justificantes que dieron lugar
al otorgamiento de la indemnización por daño a la persona. Es decir, se otorga
indemnización separadamente por ambos conceptos, pero las circunstancias que
justifican tal concesión son, en esencia, las mismas, dándose el caso que por los
mismos hechos se estaría otorgando una doble indemnización. DÉCIMO.- En
consecuencia, se advierte la incongruencia en la motivación consignada por el ad
quem, lo cual importa la vulneración del Principio de Motivación las Resoluciones
Judiciales, (((((((((((((((((((((((((((((((((((((((((((((((((((((((((

FUNDAMENTOS

§. Petitorio

1. Del contenido de la demanda se desprende que el petitorio estaría orientado


a buscar la nulidad de la Resolución Nº 390, de fecha 15 de setiembre de 2008
(f. 35), expedida por los emplazados, a fin de que se emita un nuevo
pronunciamiento arreglado a derecho y que no viole el debido proceso del
recurrente.
§. El derecho a la motivación de las resoluciones judiciales

2. Uno de los contenidos del derecho al debido proceso es el derecho de obtener


de los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada y congruente con
las pretensiones oportunamente deducidas por las partes en cualquier clase
de procesos. La exigencia de que las decisiones judiciales sean motivadas en
proporción a los términos del inciso 5) del artículo 139° de la Norma
Fundamental garantiza que los jueces, cualquiera que sea la instancia a la que
pertenezcan, expresen el proceso mental que los ha llevado a decidir una
controversia, asegurando que el ejercicio de la potestad de administrar
justicia se haga con sujeción a la Constitución y a la ley; pero también con la
finalidad de facilitar un adecuado ejercicio del derecho de defensa de los
justiciables.

3. La Constitución no garantiza una determinada extensión de la motivación, por


lo que su contenido esencial se respeta siempre que
exista fundamentación jurídica, congruencia entre lo pedido y lo resuelto y,
por sí misma, exprese una suficiente justificación de la decisión adoptada, aun
si esta es breve o concisa, o se presenta el supuesto de motivación por
remisión.

4. Tampoco garantiza que, de manera pormenorizada, todas las alegaciones que


las partes puedan formular dentro del proceso sean objeto de un
pronunciamiento expreso y detallado. En materia penal, el derecho en
referencia garantiza que la decisión expresada en el fallo sea consecuencia de
una deducción razonable de los hechos del caso, las pruebas aportadas y la
valoración jurídica de ellas en la resolución de la controversia. En suma,
garantiza que el razonamiento empleado guarde relación y sea proporcionado
y congruente con el problema que al juez penal corresponde resolver.

§. Análisis del caso concreto


5. El recurrente aduce que la Resolución Nº 390, de fecha 15 de setiembre de
2008 (f. 35), expedida por los emplazados, viola sus derechos al debido
proceso y a la motivación de resoluciones, toda vez que confirma la decisión
del órgano jurisdiccional inferior sin tomar en cuenta que al momento de
aumentarse el monto de la reparación civil (de S/. 8,000.00 a S/. 20,000.00)
no se cuidó de argumentar debidamente la sentencia.

6. Al respecto, debe señalarse que la primera resolución condenatoria de fecha


29 de noviembre de 2005 (f. 26) contemplaba, efectivamente, un monto de
reparación ascendente a S/. 8,000.00, no obstante ello, esta decisión fue
anulada, es decir, ya no existe, y mucho menos puede servir de parámetro
comparativo. Por ello, no resulta válida la afirmación del recurrente respecto
al aumento del monto de la reparación civil, más aún si el juez al expedir una
nueva sentencia puede imponer incluso una nueva condena, siempre y
cuando tal decisión tenga justificación y sea proporcional con los hechos.

7. Asimismo, respecto a la indebida motivación alegada, cabe advertir que la


nueva sentencia condenatoria y su confirmatoria –que es la decisión que
se cuestiona–, no cumplen con la suficiencia argumentativa a pesar de ser
concisas en el extremo relativo a la reparación civil, tal como se señala en los
fundamentos 3 y 4, supra.

CASACIÓN N° 37-2008-LA LIBERTAD


SENTENCIA DE CASACIÓN
SEXTO: Leída la sentencia de vista y cursada las respectivas notifi caciones a las partes, el
acusado Tello Pretell interpuso recurso de casación mediante escrito de fojas ciento veintisiete.
Introdujo cuatro motivos de casación: a) inobservancia de las garantías constitucionales
de carácter procesal o material; b) falta de aplicación de la Ley penal u otras normas
jurídicas; c) falta o manifi esta ilogicidad de la motivación; y, d) por apartarse de la
doctrina jurisprudencial. Concedido el recurso por auto de fojas ciento noventa y tres, del uno
de octubre de dos mil ocho, se elevó la causa a este Supremo Tribunal con fecha veintiuno de
octubre de dos mil ocho.
SÉTIMO: Cumplido el trámite de traslados a las partes recurridas, esta Suprema Sala, por
mayoría, mediante Ejecutoria de fojas catorce, del cuaderno de casación, del dos de febrero de
dos mil nueve, admitió a trámite el recurso de casación por la causal de desarrollo de la doctrina
jurisprudencial y errónea interpretación de la ley material en el extremo de la responsabilidad
civil.
OCTAVO: Instruido el expediente en Secretaría, señalada fecha para la audiencia de casación
el día de la fecha, instalada la audiencia y realizados los pasos que corresponden, el estado de
la causa es la de expedir sentencia.
NOVENO: Deliberada la causa en secreto y votada el mismo día, esta Suprema Sala cumplió
con pronunciar la presente sentencia de casación, cuya lectura en audiencia pública –con las
partes que asistan– se realizará por la Secretaria de la Sala el día diez de marzo a horas ocho
y treinta de la mañana.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

I. Del ámbito de la casación

PRIMERO: Conforme ha sido establecido por la Ejecutoria Suprema de fojas catorce, del
cuaderno de casación, del dos de febrero de dos mil nueve, el motivo aceptado del recurso de
casación se centra en el desarrollo de la doctrina jurisprudencial y en lo atinente a la
interpretación de las normas referentes a la reparación civil, prevista en el apartado tres del
artículo cuatrocientos veintisiete del nuevo Código Procesal Penal.
SEGUNDO: Los agravios que invocan son: i) que no existen fundamentos jurídicos válidos para
la elevación de la reparación civil, siendo por el contrario que la sentencia recurrida se sustenta
en hechos falsos, no probados, no aceptados por él, ni expresados en el acuerdo de terminación
anticipada; ii) que el Tribunal de Apelación afectó el principio de congruencia procesal penal y
civil, pues se han tomado como ciertos hechos que no han sido incluidos en el acuerdo de
terminación anticipada –incongruencia procesal penal– y porque ordenó la restitución del bien
a favor del actor civil, cuando este extremo en ningún momento se ha planteado como
pretensión resarcitoria del daño causado que se le restituya o refaccione el bien colisionado –
incongruencia procesal civil–; iii) que se busca la indemnización de terceras personas que no
se encuentran jurídicamente bajo tutela del agraviado, entre ellos, una menor que no es hija –
natural ni adoptiva– del agraviado, ni de la cual era su tutor ni poseía algún cargo jurídico que
lo obligue con la educación de esta, ni respecto de nietos sobre los cuales no ejercían una
relación de dependencia con el agraviado; y iv) que el Colegiado Superior no ha tenido en cuenta
que el criterio para otorgar una reparación civil en caso de fallecimiento es el “proyecto de vida
del agraviado” que se vio afectado por el hecho antijurídico.

II. Del pronunciamiento del Tribunal de Apelación

TERCERO: La sentencia de vista impugnada en casación precisó lo siguiente:


A. Que ha quedado acreditado que la conducta delictiva desarrollada por el sentenciado ha
producido como daño emergente la muerte del agraviado Fernando Torres Rodríguez y la
destrucción del auto del agraviado. A consecuencia de este daño emergente, también han
producido daños de tipo moral y económico a los deudos del agraviado.
B. Que el agraviado occiso, no obstante, sus setenta años de edad, trabajaba como taxista en
horario nocturno, con lo cual era el sostenimiento económico de su familia, la misma que está
constituida por su esposa y una menor de la cual se hicieron cargo. También se tiene en cuenta
el dolor e impacto emocional que ocasionó la muerte del agraviado a las mismas y, además, a
los nietos del occiso cuyo impacto psicológico ya ha sido determinado en los informes que obran
en autos y que no han sido objetados por la defensa, más aún teniendo en cuenta las graves
circunstancias de la comisión del delito.
De igual modo se valora la conducta del acusado al tratar de evadir su responsabilidad e intentar
fugar del lugar, sin prestar auxilio a su víctima con lo cual habría aminorado los efectos de su
impericia, sino muy por el contrario, arrastró al agraviado algunos metros, con lo que demostró
una total indiferencia por la vida humana y el pacífi co goce de los derechos de los demás.
C. Que, en igual sentido, también debe comprenderse como perjuicio económico los daños
materiales ocasionados al vehículo del agraviado al quedar totalmente inoperativo para el
servicio de taxi con el cual mantenía a su familia, lo que debe ser objeto de restitución.
D. Que es necesario, por lo tanto, incrementar el monto de la reparación civil fi jada por el A
quo, al no estar en correlación con los fundamentos fácticos y normativos que se han detallado
en la presente resolución, sin guardar la proporcionalidad real del daño ocasionado. Se recurre
al principio de equidad, dado el carácter subjetivo de este tipo de daños, su difi cultad de
probanza y medición dentro del proceso. Por ello se justifi ca el monto de incremento a cien mil
nuevos soles la reparación civil, y se dispone la restitución de su valor para garantizar la
subsistencia de los damnifi cados, lo que deberá ser establecido en vía de ejecución.

III. Del análisis de la reparación civil y sus alcances

CUARTO:La situación de hecho, objeto de subsunción jurídica, está claramente defi nida; y, por
lo demás, no corresponde a este Tribunal de casación examinarla o, en su caso, variarla, por
expreso mandato del artículo cuatrocientos treinta y dos apartado dos del nuevo Código
Procesal Penal. Es de puntualizar, al respecto, que el recurso de casación por su propia
naturaleza no constituye una nueva instancia y es de cognición limitada, concentrado en la
questio juris. QUINTO: Para el análisis del recurso de casación se tiene:
A. Rige lo estipulado en el artículo cuatrocientos sesenta y ocho inciso siete del nuevo Código
Procesal
Penal que prescribe: “La sentencia aprobatoria del acuerdo puede ser apelada por los demás
sujetos procesales. Los demás sujetos procesales, según su ámbito de intervención procesal,
pueden cuestionar la legalidad del acuerdo y, en su caso, el monto de la reparación civil. En
este último caso, la Sala Penal Superior puede incrementar la reparación civil dentro de los
límites de la pretensión del actor civil”.
B. Es legítimo, por lo tanto, que la agraviada apelara la sentencia anticipada en el extremo que
fi jó la suma de cien mil nuevos soles por concepto de reparación civil –monto que
solidariamente tendría que pagar con el tercero civilmente responsable–, porque en su escrito
de apelación fi jó como pretensión civil la suma de doscientos cincuenta mil nuevos soles.
C. El Tribunal de Apelación si bien tiene la potestad de aumentar o disminuir el monto fi jado
por concepto de la reparación civil, en el presente caso se excedió al incrementarla en la suma
de cien mil nuevos soles, pues para ello se basó en argumentos que no lo justifi can: i) el dolor
e impacto emocional que ocasionó la muerte del agraviado a los nietos del occiso, y ii) los daños
materiales ocasionados al vehículo del agraviado al quedar totalmente inoperativo y porque era
la herramienta de trabajo con la que mantenía a su familia.

D. En lo que respecta al impacto emocional sufrido por los nietos del agraviado, es de
precisar que su reconocimiento se basó en los informes psicológicos realizados a
Adriana Patricia Montenegro Torres –véase fojas cuarenta y cuatro– y a José Miguel Pajares
Torres –véase fojas cuarenta y siete–, ambos nietos del agraviado. Empero, no se advirtió que
del examen psicológico realizado a ambos se demostró que no existía una relación de
dependencia ni estrecha cercanía entre abuelo y nietos, más aún si sus padres se encuentran
con vida y están a su cargo.
En tal virtud, este extremo carece de sufi ciente asidero para sustentar un aumento en el monto
de la reparación civil.
E. Si el bien jurídico tutelado por el delito de homicidio culposo es la vida humana, no es correcto
que la Sala Superior adicionalmente ordene el pago de los costos que importe la refacción o
restitución del valor del vehículo del agraviado –los mismos que deberán ser pagados en forma
solidaria con el tercero civilmente responsable–, puesto que el bien jurídico que aquí se protege
y el objeto de la reparación civil está circunscrito a la vida humana y a todo aquello directa o
indirectamente referido al resarcimiento de los daños tendientes a la satisfacción de ese
atentado al aludido bien jurídico. Por consiguiente, el pago de los costos de restitución del
vehículo no es congruente con el daño generado por el delito de homicidio culposo a los
agraviados, en tanto parientes del occiso, sin perjuicio que debe dejarse a salvo el derecho de
aquellos para acudir en este ámbito específi co a la vía civil.
En suma, no existen elementos de juicio consolidados que sustenten válidamente el
incremento de la reparación civil.

Este argumento también se rechaza.

¿???????????????

“PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD, PROPORCIONALIDAD Y


PONDERACIÓN”

Balcazar Pérez Sendo - Disidente del Doctorado y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Pedro
Ruiz Gallo. Fiscal Ajunto Provincial Penal, de la ciudad de Utcubamaba – Amazonas.

15 de noviembre (Alerta Informativa).- Introducción. En el actual panorama constitucional se puede


encontrar bastante arraigada la idea de que los derechos fundamentales entran en conflicto cuando se
trata de su vigencia o ejercicio práctico. Una concepción de este tipo implica un atentado contra el de
todo Estado de Derecho, que se precie de llamarse democrático, de lograr una verdadera, plena y efectiva
vigencia de “los derechos fundamentales” de individuos.

Es por ello el Tribunal Constitucional, ha estimado que la proporcionalidad entre las partes involucradas
en el conflicto, una vez infringida, obedece a la condición de excesos por parte de un sujeto en la relación
material, es decir, de desigualdad de acciones de una de ellas en su condición de poder público. A este
respecto, el conflicto entre particulares parte de la premisa, no siempre material, de igualdad de
condiciones. Vale la siguiente reflexión: ¿y si una parte abusa de su posición de ente estatal y comete
infracciones contra los derechos fundamentales del ciudadano? En tal situación, tiene lugar, a fin de
frenarse los excesos del caso, la aplicación del principio de proporcionalidad.

En esta línea el presente trabajo se encuentra desarrollado, desde una perspectiva de la jurisprudencia
del Tribunal Constitucional, a fin de contar con una comprensión casuística necesaria para introducir tales
criterios en la práctica diaria como intérprete de la Constitución como de los derechos fundamentales y
constitucionales de la persona y la comunidad.

Fundamentos constitucionales que nos permiten realizar una defensa férrea, ante cualquier
extralimitación del poder, contra los principios rectores de nuestro Estado de Derecho Constitucional al
cual prodigamos y anhelamos los seguidores de un constitucionalismo preeminente y sustanciador de
derechos.

I.- ANTECEDENTES

BEDOYA BEDOYA y DELGADO BUILES[1] señala que la idea de proporcionalidad tiene su antecedente
en el siglo XVIII y (…) en la Declaración de los Derechos del Hombre y el ciudadano de 1789 que en su
artículo 8° señala que la ley no debe establecer otras peas que las estrictas y evidentemente necesarias,
de donde se colige la existencia de proporcionalidad.

En cambio CASTILLO CORDOVA[2], precisa que en Alemania su estudio se justifica porque fue en ese
sistema donde tuvo su origen la máxima de razonabilidad y proporcionalidad en el derecho continental
europeo a cuya tradición pertenece el derecho peruano. Concretamente tiene su origen en las sentencias
de finales del siglo XIX del Tribunal Supremo Administrativo en el área del Derecho de Policía.

El derecho de la referencia corresponde al derecho prusiano de policía, en donde la proporcionalidad


cumplía una función orientativa respecto de las intervenciones en la libertad individual. La jurisprudencia
del Tribunal Superior Administrativo de prusia (preussisches oVG) sostuvo que este principio era
vinculante para el poder ejecutivo, para lo cual acuñó el concepto de “prohibición de exceso”, “como un
criterio de control sobre los poderes discrecionales de la administración y como límite al ejercicio del
poder de policía”. Sin embargo, estas manifestaciones del principio de proporcionalidad se corresponden
con una época en la que el constitucionalismo no respondía a los estándares actuales, ya que el
legislador no estaba sometido a la Constitución, y por ende la proporcionalidad se aplicaba sólo al
ejecutivo. Pero a su vez los actos de este último no fueron suficientemente justiciables, debido a que
existían largos listados de materias exentas de control. Asimismo, no se otorgaba valor normativo directo
a los derechos fundamentales, y el Estado de derecho era concebido en un sentido más bien formal,
basado en el principio de legalidad y no en el de constitucionalidad [3].

LODOÑA AYALA señala que Aristóteles en el libro V de la Ética a Nicómaco desarrolla la idea de justicia
como proporcionalidad, como igualdad proporcional, (…) –como proporción- en términos de igualdad de
razones. Lo proporcional es un término medio (justo medio) entre extremos desproporcionados, porque
lo proporcional es el medio, y lo justo es lo proporcional. Lo justo es el medio entre lo mucho y lo poco.
Por lo tanto esta idea de justicia envuelve una prohibición de exceso y se vincula a los criterios de
adecuación necesidad y proporcionalidad [4].

ALEXY, Robert quien seguramente ha defendido con más éxito el principio de proporcionalidad como
expresión funcional del modelo de normas del Estado Constitucional, propondrá que el principio de
proporcionalidad resulta consustancial al modelo de principios que representan los derechos
fundamentales en el Estado democrático. A partir de la propuesta de DWORKIN respecto de la distinción
entre reglas y principios, ALEXY concluirá que los derechos fundamentales son principios que ordenan
que su contenido sea alcanzado en el mayor grado posible, conforme a las posibilidades fácticas y
jurídicas[5]. De este modo, la propuesta de ALEXY termina por establecer una “vinculación conceptual
necesaria” entre el principio de proporcionalidad y la tesis de los derechos fundamentales como
principios, por lo que, “quien objeta la teoría de los principios tiene también que objetar el principio de
proporcionalidad”[6].

El Tribunal Constitucional español ha manifestado que dichos principios exigen una relación ponderada
de los medios empleados con el fin perseguido, para evitar el sacrificio innecesario o excesivo de los
derechos fundamentales[7], para tal efecto se debe tener muy presente la relevancia que en la misma
tiene el criterio de la proporcionalidad como principio inherente del Estado de Derecho [8].

De manera que el fundamento del principio de proporcionalidad hay que


encontrarlo, no en una cláusula solitaria de la Constitución, sino en los confines mismos del modelo
de Estado Constitucional, construido sobre premisas antropocéntricas, esto es, sobre el reconocimiento
de la libertad y la dignidad humanas como razón última del propio sistema político. En tal sentido, Javier
BARNES sostendrá que “(…) el principio de proporcionalidad encarna una idea elemental de justicia
material: la proscripción de todo sacrificio de la libertad inútil, innecesario o desproporcionado [9]. En tal
sentido el principio de proporcionalidad vendría a cumplir un rol instrumental a la naturaleza principialista
de las normas iusfundamentales, en la medida que permite establecer, con un alto grado de corrección,
el contenido del mandato establecido en una disposición cuyo cumplimiento no puede realizarse “todo o
nada”, sino que más bien invoca un cumplimiento gradual. De este modo, BOROBSKY sostendrá que la
fundamentación del principio de proporcionalidad hay
que trasladarla a la discusión de la teoría de los derechos fundamentales como principios[10].

[9] PRIETO SANCHÍS, Luis, “Diez argumentos sobre neoconstitucionalismo, juicio de ponderación y
derechos fundamentales”. En: Luis Ortega y Susana de la Sierra (Coord.). Ponderación y derecho
administrativo. Marcial Pons, 2009, pp. 53-54.

[10] BOROBSKY, M. La estructura de los derechos fundamentales. Traducción de Carlos Bernal,


Universidad

Externado de Colombia, 2003, p. 129.


3. Causales del recurso de casación
En efecto, cuando nos referimos a las causales de casación, estamos hablando de las
motivaciones que se pueden esgrimir para formular el recurso. En la determinación de la
causales todas las legislaciones que la regulan, explícita o implícitamente, las agrupan en
dos: que a decir de Calamandrei[57] son la casación por vicios de juicio y por vicios de
actividad, el primero denominado también error in iudicando (infracción de la ley material)
se encuentra relacionado con el derecho material o sustancial penal, y el segundo error in
procedendo (quebrantamiento de forma) teniendo que ver con el derecho procesal o formal.

No obstante, nuestra legislación también reconocen causales referentes al control de


logicidad en la motivación y por inobservancia de garantías constitucionales sean de
carácter procesal (derecho de defensa, presunción de inocencia, debido proceso, etc) o
material (la libertad, inviolabilidad de domicilio, la vida, etc).

Por tal motivo, al tener el carácter de extraordinario el recurso de casación, y por ello
sumamente formalista, deben cumplirse la integridad de los presupuestos exigibles, dentro
de los cuales se encuentra las causales, las que conforme lo dispone el artículo 429 del
NCPP resultan ser las siguientes:

3.1. La sentencia o auto han sido expedidos con inobservancia de algunas de las garantías
constitucionales de carácter procesal o material, o con una indebida o errónea aplicación
de dichas garantías.

3.2. La sentencia o auto incurre o deriva de una inobservancia de las normas legales de
carácter procesal sancionadas con la nulidad.

3.3. Si la sentencia o auto importa una indebida aplicación, una errónea interpretación o
una falta de aplicación de la Ley penal o de otras normas jurídicas necesarias para su
aplicación.

3.4. Si la sentencia o auto ha sido expedido con falta o manifiesta ilogicidad de la


motivación, cuando el vicio resulte de su propio tenor.

3.5. Si la sentencia o auto se aparta de la doctrina jurisprudencial establecida por la Corte


Suprema o, en su caso, por el Tribunal Constitucional.

Estas causales de casación reconocidas por la nueva legislación procesal penal de 2004,
como se mencionó inicialmente pueden clasificarse: i) por motivos de quebrantamiento de
forma (error in procedendo) y, ii) por infracción de la ley material (error in iudicando); por
consiguiente, seguidamente desarrollaremos cada causal atendiendo a este esquema
postulado por la Jurisprudencia y la doctrina.

A. Causal por quebrantamiento de forma

Las causales de casación en la Forma hacen referencia a los casos de errores “in
procedendo” que pueden ocasionarse en cualquiera de las fases procesales, es decir
dentro de la Fase de la investigación preparatoria, en la Fase Intermedia, en la Fase de
Juzgamiento o en la dictación de la Resolución Judicial que corresponda.

El artículo 429° del Código Procesal Penal de 2004, en sus incisos 1, 2 y 4, señalan
taxativamente los motivos de interés casacional de quebrantamiento de forma, que suponen
la infracción de normas procesales de carácter constitucional o legal sancionadas con
nulidad, así como por una indebida motivación, y que según San Martín Castro pueden ser
apreciables desde dos perspectivas: i) durante la tramitación del procedimiento. Y ii) al
momento de dictar la resolución (auto o sentencia).

Cabe agregar que estas causales obedecen a la necesidad de “atacar con un instrumento
idóneo los vicios de actividad o de errores de construcción cometidos a lo largo del proceso
por los sujetos procesales; ya sea porque se ejecuta o aplica lo que está prohibido de
manera expresa por la ley procesal”

Siguiendo esta misma línea, nuestro Supremo Tribunal precisó que “(…) la denominada
“casación formal o por quebrantamiento de forma” está centrada en revisar si el órgano
jurisdiccional cumplió o no con las normas jurídicas que rigen el procedimiento, o la
estructura y ámbito de las resoluciones que emitan en función a la pretensión y resistencia
de las partes.”.

i) vicios de procedimiento.

Dentro de las causas de procedimiento encontramos únicamente cuando exista


inobservancia de normas legales de carácter procesal sancionadas con la nulidad prevista
en el inciso 2 del artículo 429 del nuevo Código Procesal Penal.

Esta es una típica causal adjetiva que consiste en la inobservancia de una norma procesal,
y que la misma acarree la nulidad del acto[61]. Esta sanción de nulidad debe encontrarse
taxativamente señalado en la ley procesal y con el carácter de absoluto o insubsanable, o
debe encontrarse regulada en el artículo 149 ó 150 del nuevo Código Procesal Penal, cuyas
causales resultan de nulidad absoluta.

Constituyen estas causales de nulidad absoluta prevista en el artículo 150 del aludido
Código, los actos procesales que se desarrollan con defectos concernientes: a) a la
intervención, asistencia y representación del imputado o de la ausencia de un defensor en
los casos en que es obligatoria su presencia, ii) al nombramiento, capacidad y constitución
de Jueces o Salas, iii) a la promoción de la acción penal, y a la participación del Ministerio
Público en las actuaciones procesales que requieran su intervención obligatoria, y iv) a la
inobservancia del contenido esencial de los derechos y garantías de carácter
procesal previstos por la Constitución.

ii) Causales por defecto de la resolución cuestionada con el recurso de casación.

Tenemos los siguientes motivos en que puede incurrir la resolución cuestionada (sentencia
o auto): 1) haya sido expedida con inobservancia de algunas de las garantías
constitucionales de carácter procesal, 2) incurrida en una indebida o errónea aplicación de
las garantías constitucionales de carácter procesal, 3) la resolución incurre en
inobservancia de normas legales de carácter procesal sancionadas con nulidad, 4) falta de
motivación, y 5) ilogicidad en la motivación.

1) Se entiende por inobservancia de algunas de las garantías constitucionales de


carácter procesal (inc. 1 art. 429 NCPP), en rigor, aquí debe entenderse que se hace
referencia a las normas constitucionales y a las normas que configuran una función
jurisdiccional garantista y que se hallan recogidas en el artículo 139 de la carta magna. La
vulneración a las mismas constituye causal para la interposición del recurso de casación.

No obstante, lo señalado, cabe indicar que cuando se habla de garantías constitucionales,


estas se reducen en dos garantías genéricas, el debido proceso y la tutela jurisdiccional
efectiva, en la cuales se encuentran contenidas la diversidad de garantías procesales
reconocidas en la citada norma constitucional.

Sin embargo, siguiendo a Jorge Carrión Lugo, debemos señalar que “no entendemos
porqué se consigna que la inobservancia sólo debe referirse a ‘algunas garantías’, sin
precisar a cuáles de ellas se refiere o qué criterio se debe seguir para determinarlas. Lo
correcto sería suprimir la palabra ‘algunas’, para de ese modo tengan cabida todas las
garantías”, reconocidas constitucionalmente.

La Corte Suprema de Justicia, desarrollando esta causal, consistente a la infracción de la


garantía constitucional de la motivación, indicó que se encuentra lo que “… califica de
“motivación insuficiente” [se presentaría cuando se vulnera el principio lógico de
razón suficiente, esto es, cuando no se cumple una de las dos condiciones
necesarias para su existencia: (a) la referencia al material probatorio en que se
fundan las conclusiones del fallo con descripción de los elementos de prueba
correspondientes –se utilizan formularios o frases rutinarias , se hace un simple
relato de los hechos imputados sin base material en la causa, o se menciona relatos
insustanciales-, o (b) no se incorpora o expresa la ligazón racional con las
afirmaciones o negaciones que se incorporan en la sentencia], distinta al supuesto de
motivación inexistente o vacía, que es uno de los ámbitos expresamente reconocidos del
motivo de casación establecido en el inciso cuatro del artículo cuatrocientos veintinueve del
nuevo estatuto procesal; que en rigor, el impugnante denuncia que la sentencia de vista
confirmó la condena en su contra sin expresar íntegramente el proceso mental que podría
justificarla –se referiría al material probatorio que funda la confirmación del fallo de primera
instancia- …”[63]. Criterio que lo reiteró, señalando que “desde la perspectiva del juicio de
hecho o de culpabilidad, para que la sentencia no vulnere el principio lógico de razón
suficiente debe cumplir dos requisito: a) consignar expresamente el material probatorio en
que se fundan las conclusiones a que se arriba, describiendo el contenido de cada elemento
de prueba que seleccione como relevante [basados en medios de prueba útiles, decisivos
e idóneos] –requisito descriptivo-; y, b) valorarlo debidamente, de suerte que evidencie su
ligazón racional con las afirmaciones o negaciones que se incorporen en el fallo –requisito
intelectivo”-[64], garantía constitucional que se encuentra regulada en el inciso 5 del artículo
139 de la Constitución.

2) Incurra en una indebida o errónea aplicación de las garantías constitucionales de


carácter procesal (inc. 1 art. 429 NCPP). Al respecto, debemos mencionar que la indebida
aplicación de una garantía constitucional importa la aplicación de una garantía impertinente
y no la que jurídicamente corresponda; por su parte, errónea aplicación supone que se
aplica una garantía que no le corresponde.

En este sentido, podemos ejemplificar en el caso de errónea aplicación, cuando la justicia


nacional ordinaria declara la prescripción de un delito cometido “contra la humanidad”
(tortura, asesinato, entre otros), cuando la Corte Interamericana de Derecho Humanos,
interpretando la Convención Americanada de Derecho Humanos, concluyó que esta clase
de delitos resultan imprescriptible, tampoco procede la amnistía.

3) La resolución que incurre en inobservancia de normas legales de carácter procesal


sancionadas con nulidad (inc. 2 art. 429 NCPP). Dentro de las causas de procedimiento
encontramos únicamente cuando exista inobservancia de normas legales de carácter
procesal sancionadas con la nulidad.

Al igual que el desarrollo realizado respecto al vicio de procedimiento, consiste en la


inobservancia de una norma procesal, y que la misma acarree la nulidad del acto [68]. Esta
sanción de nulidad debe encontrarse taxativamente señalado en la ley procesal y con el
carácter de absoluto o insubsanable, o debe encontrarse regulada en el artículo 149 ó 150
del nuevo Código Procesal Penal, cuyos vicios procesales resultan de nulidad absoluta.

Asimismo, se configuraría esta causal, cuando se habla de la interpretación errónea o


indebida aplicación de una norma procesal, siempre y cuando que esta deficiencia se
encuentre sancionada con nulidad.

Al respecto nuestro Supremo Tribunal, resolviendo un caso concreto, mencionó “… la última


vulneración denunciada no tiene carácter procesal, pues el artículo ciento treinta y nueve
apartado once de la Constitución se refiere a la aplicación favorable de leyes penales
materiales en caso de duda o conflicto (in dubio mutius), no a los supuestos de duda acerca
de la responsabilidad penal …”[69]

4) Falta de motivación de la resolución, cuando el vicio resulte de su propio tenor (inc. 4


art. 429 NCPP). Al respecto la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema precisó que
“significa que para su análisis no se ha de acudir a un acto procesal distinto de la propia
sentencia, y que su examen comprenderá el propio mérito o contenido de la misma”[70]

Asimismo, se indicó que la motivación constitucionalmente exigible requiere de una


argumentación que fundamente la declaración de voluntad del juzgador y que atienda al
sistema de fuentes normativas establecido. El tribunal debe expresar de modo claro,
entendible y suficiente –más allá que, desde la forma de la misma, sea sucinta, escueta o
concisa e incluso por remisión- las razones de un concreto pronunciamiento, en qué se
apoya para adoptar su decisión –no hace falta, por cierto, que entre a debatir cada uno de
los preceptos o razones jurídicos alegados por la parte, pero sí que desarrolle una
argumentación racional ajustada al tema en debate-.[71]

También se configura esta causal, cuando se incurre en incongruencia omisiva, lo que


importa poner en evidencia la violación al principio de exhaustividad de los fallos, esto es la
“sentencia no resolvió todo los puntos esenciales que fueron objeto de la acusación, o que
estaban contenido en los alegatos del Abogado Defensor o en la auto defensa del
procesado”[72]. Adiciona San Martín Castro siguiendo a De La Oliva Santos, “el principio
en virtud del cual nada dotado de entidad acusadora o defensiva debe quedar sin respuesta
y no, desde luego, que a todas las cuestiones suscitadas por las parte haya de responder
el tribunal, con el mismo orden, en parecidos términos y con similar extensión de los de
esas cuestiones. Ello importa asumir, en primer lugar, que la motivación está estrechamente
ligada a la exhaustividad y, por tanto, que cada punto o cuestión planteada debe
fundamentarse como corresponde; y en segundo lugar, que la omisión de un
pronunciamiento determinado, que, sin embargo, se encuentra formulado en un
considerando anterior, obliga a considerar que la parte dispositiva de la sentencia está
integra con aquél[73].

5) Ilogicidad en la motivación, cuando vicio resulte de su propio tenor (inc. 4, art. 429
NCPP). A la falta de logicidad en la construcción de la sentencias se le denomina también
como vicio in cognitando, y en tanto y en cuanto está íntimamente vinculado a la obligación
constitucional que tienen los jueces de motiva adecuadamente sus decisiones,
conceptuamos que se trata de una causal adjetiva[74].

Para Jorge Carrión Lugo, esta causal significó una innovación saludable en el campo
procesal en general. Por ejemplo, la falta de congruencia entre la parte considerativa y la
parte resolutiva de una sentencia es atentatoria de las reglas de la lógica jurídica que deben
observarse en todas las resoluciones judiciales. Este supuesto válidamente podría
esgrimirse para cuestionar en casación una resolución judicial. (…) si bien la estimación
valorativa de la prueba y las conclusiones fácticas de la sentencia son privativas del tribunal
de mérito, derivado de su poder de discreción, empero, bajo el control de logicidad de la
resolución se examinaría perfectamente la aplicación u observancia del sistema de
valoración probatoria establecido por la ley vigente en el país, que naturalmente está sujeta
a reglas lógicas[75].

Al respecto, la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema precisó que una de las
finalidades de la casación es “el control de logicidad en la motivación de las resoluciones
judiciales, que pueden resumirse en lo siguiente: en falta de motivación, deficiente
motivación, insuficiente motivación, aparente motivación y la incongruencia entre la parte
considerativa y la parte decisoria”[76]. Sin embargo, debemos precisar, como ya lo
mencionamos, que la insuficiente y aparente motivación resultan invocables como causal
de casación contenida en el marco normativo previsto en el inciso uno del artículo 429
NCPP.

Por otro lado, mencionó “que el recurso de casación por su naturaleza, no constituye una
nueva instancia y es de congnición limitada, concentrándose en la questio iuris; por lo
demás, la casación por manifiesta ilogicidad en la motivación está centrada en revisar si el
órgano jurisdiccional cometió algún error en su razonamiento o viola la reglas de la lógica,
de modo que esta causa está directamente vinculada a la tutela del derecho y a la
motivación de las resoluciones judiciales”[77].

Igualmente, siguiendo a San Martín Castro, es posible cuestionar por esta causal, “la
contradicción de los supuestos fácticos, que supone que en la sentencia se emplea en el
extremo referido a los hechos probados, términos o frases que por ser antitéticos resultan
incompatibles al excluirse uno al otro produciendo una laguna en la fijación de los hechos.
Agrega, que seis son los motivos, a juicio de Martínez Arrieta, para que la contradicción
pueda ameritar que la Sala Penal Suprema ampare este motivo: i) que sea manifiesta y
absoluta en el sentido gramatical de las palabras, ii) que sea insubsanable dentro del
contexto del hecho probado, iii) que sea interna del hecho probado, analizando directa e
inmediatamente los términos en que aparece redactado el hecho probado, iv) que se a
completa, afectando la incompatibilidad a los hechos y a sus circunstancias, v) que sea
causal al fallo, determinante de una incongruencia como consecuencia de la relación directa
que ha de existir entre el hecho probado y el fallo de la sentencia, y vi) que se produzca
respecto a algún apartado que sea relevante a la calificación jurídica”.[78]

Aparte, también resulta factible postular, cuando existe falta de correlación entre la
acusación y la sentencia, lo que supone un incumplimiento del principio de correlación por
exceso, al decidirse sobre lo que no es objeto de resolución.

Es así, que a partir de un caso concreto, nuestro máximo Tribunal mencionó que “… la
motivación estricta de la sentencia recurrida consta en los fundamentos cuatro y quinto, y
su contenido no es contradictoria –que es el ámbito definido por el reproche casatorio y
ante el contenido limitado del recurso en cuestión es del caso circunscribirse-; entre lo que
expone y lo que concluye, en el detalle y la apreciación de las pruebas, no se presenta una
oposición reciproca, en si misma insuperable, que hace perder sentido y coherencia al
relato fáctico y al análisis del caso; …”[79].

Por otro lado, es menester señalar que la Corte Suprema en reiterada Ejecutoria señaló la
imposibilidad de cuestionar la apreciación de pruebas por medio de este recurso
extraordinario;

B. Causal por infracción de la ley material (derecho sustancial o material)

Las causales de casación por infracción de la ley material, a los que también se les hacen
referencia de errores “in iudicando” que pueden producirse cuando no se efectúa una
adecuada aplicación de las normas materiales de carácter penal o de otras normas
necesarias para su aplicación.

El artículo 429° del Código Procesal Penal de 2004, en sus incisos 3 y 5, señalan
taxativamente los motivos de interés casacional de infracción de la ley material, y que se
dividen en cinco motivos de casación: i) indebida aplicación de la ley penal, ii) errónea
interpretación de la ley penal, iii) falta de aplicación de la ley penal, iv) indebida aplicación,
una errónea interpretación o falta de aplicación de otras normas legales necesarias para la
aplicación de la ley penal, y v) apartamiento de algún principio jurisprudencial obligatorio.
Por otro lado, el inciso 1) del citado articulado regula el motivo casacional de infracción de
garantía constitucional de carácter material (principio de legalidad, inviolabilidad de
domicilio, etc)

Asimismo, debemos mencionar que en el caso de una indebida aplicación, una errónea
interpretación o una falta de aplicación de la Ley penal o de otras normas necesarias para
su aplicación, que son causales sustantivas, por ende las normas cuya inaplicación o
interpretación errónea o aplicación indebida se denuncia, deben tener naturaleza material
o sustantiva, es decir debe tratarse de una norma que establezca derechos y obligaciones
y que no indique un procedimiento a seguir[80].

i) Indebida aplicación de la ley penal (inc. 3, art. 429 NCPP).

Es conveniente precisar que cuando el nuevo Código Procesal Penal de 2004 hace
referencia a la ley penal, inequívocamente, se está refiriendo a la norma penal sustantiva o
material, que pueda estar contenida en el Código Penal o en una ley especial de orden
penal.

Esta causal se produce cuando, entendida correctamente una norma y sin que medien
errores de hecho o de derecho en la apreciación de la prueba, dicha norma se aplica a un
supuesto de hecho no regulado por ella, produciéndose obviamente consecuencias
jurídicas contrarias a las queridas por la ley.
Se trata como dice Carnelutti, de la atribución de los efectos estatuidos por la norma a un
hecho diverso de su hipótesis.

Ahora bien la indebida aplicación supone normalmente la infracción de dos normas de


derecho: la que se aplicó al supuesto de hecho no regulado por ella, y la que se dejó de
aplicar.

En el mismo sentido, señala Jorge Carrión Lugo, al sostener que el órgano jurisdiccional “al
emitir una sentencia o auto aplica una norma penal sustantiva impertinente, dejando de
observar la norma verdaderamente aplicable, la cual se considera violada por inaplicación
al caso[81].

Por consiguiente, en este caso, al fundamentar el recurso de casación se deberá de señalar,


además, de la norma penal material impertinente que se ha aplicado, la norma penal
sustantiva que se dejó de aplicar (pretende su aplicación), debiendo señalar también los
fundamentos doctrinales que ampara su pretensión, conforme lo exige imperativa el inciso
1 del artículo 430 del nuevo Código Procesal Penal.

En el mismo sentido, se definió en un trabajo de investigación de la Academia de la


Magistratura, precisándose que cuando se denuncia indebida aplicación, lo que se está
diciendo es que la instancia de mérito ha resuelto el conflicto aplicando una norma cuyo
supuesto de hecho no subsumía lo ocurrido facticamente, es decir se aplicó una norma
impertinente, cuando se alega esta causal es requisito ineludible que el denunciante
especifique, de acuerdo a su criterio, cuál era la norma aplicable[82].

ii) Errónea interpretación de la ley penal (inc. 3, art. 429 NCPP)

Cuando se denuncia “la interpretación errónea de una norma de derecho material, se está
diciendo que la norma aplicada por la Sala es la correcta, pero que no le ha dado el sentido,
el alcance o significado correcto; cuando se alegue esta causal es imprescindible que el
denunciante especifique, de acuerdo a su criterio, cual es la interpretación correcta de dicha
norma”[83].

Este motivo de casación se presenta según Prieto Castro: “en todos los casos en que, no
obstante, haberse aplicado la norma adecuada, no se le da su verdadero sentido haciéndole
derivar de ella consecuencias que no resulten de su contenido.”[84]

Por su parte, Jorge Carrión Lugo, manifiesta que “habrá errónea interpretación cuando a la
norma se le da un sentido que no lo tiene; se aplica la norma pertinente, pero se le otorga
un sentido diferente”. Agrega, que se produce este supuesto “cuando la ley es obscura,
imprecisa, compleja, ambigua, es cuando la interpretación cobra gran importancia”[85].

De acuerdo con Julio Linares: aquí no se trata, como en el caso anterior, de la inaplicación
de la norma pertinente al caso controvertido o de la aplicación incompleta de una norma
jurídica en razón de lo cual se desconoce un derecho claramente consagrado en la misma,
sino de un error en la aplicación, declaración o determinación del sentido de la norma, con
prescindencia de toda cuestión de hecho.

Por su parte Devis Echandía manifiesta que la “interpretación errónea se determina porque
existe una norma legal cuyo contenido o significado se presta a distintas interpretaciones,
y el tribunal al aplicarla, siendo aplicable al caso le da la que no corresponde a su verdadero
espíritu”.[86]

Como puede observarse, a diferencia de lo que ocurre en la indebida aplicación de la ley,


en donde el texto normativo es claro y no se presta a confusión, en la interpretación errónea
se parte del supuesto de que el texto de la norma es oscuro, impreciso, ambiguo o complejo,
y que al tratar de precisar su contenido y su sentido, es cuando el juzgador comete un error,
al otorgarle un alcance o sentido que compagina con su espíritu, error que es el que
precisamente se viene a denunciar a través de esta causal; debiendo, además, el
denunciante señalar para este efecto de acuerdo a su criterio y sustentando en argumentos
doctrinarios y legales, cual es la correcta interpretación de dicha ley.

iii) Falta de aplicación de la ley penal (art. 429, inc. 3 NCPP)

Que, en el presente caso, a diferencia de lo que sucede en la indebida aplicación de la ley


y la errónea interpretación, en donde a un determinado supuesto fáctico se aplicó un texto
normativo, sea otorgándole un alcance que no le correspondía o aplicando una norma que
no corresponde, en la falta de aplicación el juzgador omite valerse para el supuesto de
hecho en concreto, determinado como probado por la instancia de mérito, de la norma penal
que regula esa circunstancia, penalizando conductas o eximiéndola de responsabilidad, lo
que supone que en rigor sólo existió una falta de aplicación del texto normativo penal para
un determinado caso; por ejemplo, en el delito de encubrimiento personal, el procesado se
sustrae a la acción de la justicia con el apoyo de su conyugue, pero el juzgador condena a
esta última por el citado delito, sin observar que su conducta se encontraba exenta de pena
por razón de este vínculo familiar de acuerdo a lo señalado en el artículo 406 del CP[87].

iv) Indebida aplicación, una errónea interpretación o falta de aplicación de otras


normas legales necesarias para la aplicación de la ley penal (art. 429 inc. 3 NCPP),

En el presente caso, se aplican los mismos criterios señalados en los punto dos, tres y
cuatro, pero se refiere a aquellas normas legales extrapenales que resultan aplicables por
razón de los tipos penales abiertos o de las leyes penales en blanco[88], pues permiten
establecer la delictuosidad de una determinada conducta, o por el contrario, sirven como
eximentes de responsabilidad.

v) Apartamiento de algún principio jurisprudencial obligatorio (doctrina


jurisprudencial) establecida por la Corte Suprema o, en su caso, por el Tribunal
Constitucional. (art. 429 inc. 5 NCPP)

Este supuesto de casación, puede invocarse cuando la sentencia o auto recurrido se aparta
del principio constitucional de obligatorio cumplimiento o, también denominada doctrina
jurisprudencial, sin la fundamentación razonable que resulta exigible para esta circunstancia
conforme lo dispone el artículo 22 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
Judicial; para cuyo efecto la Sala Penal de la Corte Suprema debe publicar trimestralmente
en el diario oficial las ejecutorias que fijan principios jurisprudenciales, las que han de ser
de obligatorio cumplimiento por todas la instancias judiciales, y en el mismo sentido lo regula
el artículo 433 del nuevo Código Procesal Penal.

vi) Por último tenemos la causal casacional de infracción de garantías


constitucionales de carácter material, por su inobservancia o, errónea o indebida
aplicación; Que si bien no forma parte del contenido de esta clasificación de las causales
de casación (infracción de la ley material), pues mediante el cual no se busca una adecuada
aplicación de la ley material, pero por técnica pedagógica y/o didáctica lo desarrollaremos
en este punto; en este contexto, cabe indicar que este motivo tiende a garantizar la tutela
efectiva de los derechos constitucionales de carácter material reconocidos en nuestra Carta
Magna, las que en su mayor parte se encuentran contenidas en el inciso uno y dos de la
Constitución, y las demás que se encuentran esparcidas por el resto del texto constitucional,
y en normas supranacionales (el derecho a la libertad, inviolabilidad de domicilio, la vida,
etc).
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La exigencia de motivación como se tiene expuesto, se encuentra regulada en el plano


constitucional, el inciso cinco del artículo ciento treinta y nueve de la Constitución Política del
Estado, debiendo tenerse en consideración que la garantía procesal específica de motivación,
integra a su vez la garantía de la tutela jurisdiccional relacionada también con el debido proceso; de
ahí que toda decisión jurisdiccional debe estar fundamentada con logicidad, claridad y coherencia
lo que permitirá entender el porqué de lo resuelto. (...)

SEXTO. Que en consecuencia, de acuerdo a lo que se expone en forma procedente, se concluye que
la Sala Superior incurrió en la causal de manifiesta ilogicidad de la motivación, al no precisar que los
hechos imputados referidos a la presentación de documentación falsa adicional, consignados en
la ampliación de la Disposición Fiscal de Formalización y Continuación de la Investigación
Preparatoria, del quince de diciembre de dos mil diez, constituyen hechos distintos a los contenidos
en el auto de ha lugar a la apertura de instrucción del veintiuno junio de dos mil ocho, apreciándose
fundamento para el desarrollo de la doctrina jurisprudencial tal como se tiene señalado
precedentemente: por lo que dentro del marco de la ley se debe proceder al reenvió del proceso”.

SALA PENAL PERMANENTE CASACIÓN N° 353-2011 AREQUIPA SENTENCIA CASATORIA

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