Está en la página 1de 5

Reforma Universitaria:

Autonomía, Cogobierno y
Pertinencia Política y
Social
Más y Mejor Democracia siempre.

La Reforma Universitaria de 1918 representó uno de los hechos sociales


más importantes de América Latina en el siglo XX.

El Movimiento Reformista ha resistido, defendido, sostenido y construido, en


casi 100 años de vida y según el momento histórico en que le ha tocado
actuar, la Autonomía, el Cogobierno, la participación de los Graduados, la
Asistencia Libre, la Libertad y Periodicidad de Cátedra, los Concursos
Públicos, la Extensión Universitaria, la Investigación, la No limitación al
Ingreso, la Gratuidad de la Enseñanza Superior, la Agremiación Estudiantil,
entre otros. De esta manera ha profundizado las prácticas políticas
democratizadoras y de reparación social de nuestros pueblos.

El reformismo, en consecuencia, es la lucha por derrotar las ortodoxias


culturales e ideológicas que impiden pensar diferente, buscando el
encuentro con los problemas nuevos y reales de las inmensas mayorías,
con asiento en la realidad Latinoamericana, para la construcción de una
ciudadanía emancipada, solidariamente integrada en un proyecto nacional,
popular y fundamentalmente democrático.

Este cruce de pensamiento crítico y la referencia ineludible a la memoria


histórica buscan sumarse a procesos de universalización de la dignidad
humana sin el tutelaje del poder de los gobiernos de turno.

Pensamos, escribimos, hablamos y actuamos para no ser pensados,


escritos, hablados y actuados.

No hay democracia política allí donde se sofoca al individuo afiliándolo a un


partido único; no hay democracia económica allí donde existen millones de
sumergidos; no existe democracia cultural allí donde se cierra o se limita el
acceso a la enseñanza. La liberación y constitución de la persona como
ciudadano/a emancipado/a depende de un conjunto de prácticas sociales,
entre ellas las del acceso a la educación.

Desde entonces la consecuente finalidad de la universidad pública es la


integración de las ideas armonizando las divergencias, con un intenso
sentido de sensibilidad humana y social.

La Reforma, en razón de sus propios planteamientos, hace inexcusable


para el Reformista su neutralidad política como ciudadano, en todo sentido
es un ensanchamiento de responsabilidad, y obliga a buscar, conformar y
construir un proyecto transformador que integre a ideas, valores y personas.

La meta central es alcanzar la universalidad de la educación como


manifestación del principio de igualdad de oportunidades y posibilidades.

Autonomía y Cogobierno.

Resulta imposible abstraer los fundamentos reformistas del entramado


social y político de este siglo, pues expresa la contradicción y consecuente
conflicto entre la intención del poder político por tutelar la Autonomía
Universitaria o dirigir el Cogobierno en razón de sus propios intereses, y no
como conceptos democratizadores que parten de la confianza en la
capacidad creadora y realizadora de sus integrantes.

El cogobierno y la autonomía universitaria fueron las más importantes


conquistas democráticas plasmadas en las universidades argentinas. La
idea de democracia universitaria es el pilar jurídico y político sobre el que se
establecen las relaciones entre el Estado Nacional y las Universidades
Públicas.

Cogobierno y Autonomía son conceptos indisolubles, un par dialéctico


inseparable, insustituible. Del ejercicio democrático de la formulación del
gobierno universitario, surge el concepto de autonomía y consiste en la
facultad de formular su propia legislación, designar sus autoridades,
planificar sus actividades académicas y disponer de sus fondos con total
libertad, por lo tanto debe ser plena.

En consecuencia creemos que es fundamental debatir acerca de los


conceptos de la gestión de las políticas públicas, del fortalecimiento del rol
del Estado, de la diferencia entre políticas de Gobierno y de Estado, y el
posicionamiento tomado en relación al tema. Es necesario realizar
diagnósticos rigurosos, analizar los contextos y evaluar las alternativas, a fin
de plasmar ideas fuerza que vayan más allá de los gobiernos de turno.

La Argentina ha pasado de un sistema relativamente simple, con pocos


organismos de mediación y coordinación, a un sistema complejo de
múltiples niveles, con cuerpos de coordinación e instancias de decisión,
donde cada gobierno busca fortalecer su capacidad de iniciar, normar e
implementar políticas en referencia al sistema de educación superior.

La calidad de las políticas públicas depende del entorno institucional en el


que estas se formulan e implementan. En este sentido nos referimos a la
necesidad de que sean diseñadas y aplicadas en un contexto en el cual la
discusión política se lleve a cabo en un marco pluralista y democrático.

Esta necesidad de realizar balances conmemorando los primeros 100 años


del Movimiento Reformista, deberían ser aprovechadas como una
oportunidad para repensar seriamente a la luz de los debates acerca de la
universidad que queremos, el sentido de los principios reformistas de
cogobierno y autonomía para resignificarlos y profundizarlos.

Algunas reflexiones.

La validez y legitimidad histórica de las universidades no depende tanto de


las funciones que se les asignen en tanto institución, como de las
articulaciones que se establecen entre ellas y el conjunto social.

Si la Universidad Pública y Reformista argentina solo se dedicara o limitara


a recoger lo que la sociedad formalmente requiere en términos de creación,
preservación y transmisión del conocimiento, si por esto se redujera a una
expresión instrumental, dejaría de cumplir la primordial función crítica y
transformadora de la realidad y dejaría de generar nuevas y diversas
demandas sociales.

Asumir el desafío en el siglo XXI de que nuestras universidades trabajen en


pos de una mayor pertinencia y articulación es, en definitiva, trabajar por la
mejora académica y una mayor eficacia histórica en su relación con el
entorno social en el cual desarrollan sus actividades.

La política asociativa, en un proyecto de desarrollo institucional, debe


considerar y definir la función social de la universidad a fin de promover
líneas de investigación y extensión orientadas al análisis y resolución de
problemas de relevancia social. Este análisis necesariamente demanda
incluir actores extrauniversitarios de la sociedad, de los sectores
productivos, del gobierno, etc.

El objetivo mayor de la izquierda es engrandecer la sociedad, elevando las


capacidades e intensificando la experiencia de los hombres y las mujeres
comunes. El método para perseguir ese objetivo es reconstruir las
instituciones. En este momento, eso significa democratizar el mercado,
profundizar la democracia y capacitar al individuo.

No hay pensamiento sin discusión. Discutir es pensar los obstáculos.

Con la intención de debatir las Ideas de los Reformistas del 18 en la


actualidad, proponemos analizar:

(+) La Reforma Universitaria, como síntesis superadora de la contradicción


histórica de plantear una política de transformación anti-institucional o elegir
una política institucional anti-transformación.

(+) Capacidades del sistema Universitario Público, como agente aglutinador


por encima de las disputas políticas partidarias coyunturales, con vocación
transformadora.

(+) Plataforma Colaborativa, Participativa, abierta y plural, como condición


inexcusable de esquema de trabajo para una propuesta progresista, sobre
la base de las nuevas tecnologías disponibles.

(+) Innovación Democrática y Experimentalismo Institucional, donde


aprender, trabajar y producir sirva para mejorar el sistema democrático a
través de la creatividad, la solidaridad, la formación y la participación.

Como componente final y abarcador de los anteriores puntos, debemos ser


capaces de crear una nueva institucionalidad absorbiendo su
heterogeneidad, que posibilite desandar valores estáticos y anquilosados,
por la demostración cabal de que la Reforma Universitaria es la posibilidad
cierta de co-gobernar-nos con activa participación de los actores internos y
externos del sistema público de enseñanza superior.

No buscamos que las Universidades solo sean formadoras de


profesionales, deben asumir otros roles, retomar la idea inicial del proyecto
reformista que es pensar, proponer, discutir e incidir como un factor de
poder en la realidad Nacional, aportando a un proyecto.

El espacio Reformista, No es un espacio Neutral.


La utopía de construir la Universidad cultural, física, comunicacional y
actitudinalmente accesible para todos, es un valor supremo del compromiso
con nuestra herencia reformista y, además, es un desafío de nuestra
identidad cultural en la búsqueda permanente de una mejor calidad de vida
para la sociedad y el desarrollo de un país justo y solidario.

Toda acción transformadora que se inicia por un mensaje encarnado en una


acción ejemplar solo perdura cuando se transforma en un legado
institucional. Proponemos innovar en la forma de colaboración entre los
partidos, organizaciones sociales y la Universidad Pública.

Situamos esta iniciativa en el campo del debate de ideas que pueda generar
una coordinación estratégica, descentralizada, pluralista y experimental.
Participar para provocar la discusión que falta, proponemos un camino
concreto, donde la dirección es lo que importa.

Es necesario trabajar para profundizar la Democracia y la República,


construir ciudadanía y asegurar el ejercicio pleno de los Derechos Humanos
y las Libertades Públicas. Es posible construir un país donde todos
podamos acceder a la educación, a la salud, al trabajo y hábitat dignos. En
definitiva, a una comunidad saludable e igualitaria.

La Universidad Pública y Reformista, conservando su identidad y adhiriendo


a un acuerdo programático, debe ser protagonista en el proyecto estratégico
que se oriente hacia las metas históricas de la izquierda democrática. Es
decir, una transformación social en favor de la igualdad con condiciones
materiales que posibiliten el efectivo derecho a la ciudadanía plena.

Debemos continuar la lucha sin vacilaciones para mantener vivo por otros
100 años el Movimiento Reformista, fundamental contribución política para
resolver con justicia social los compromisos de nuestra época. Conseguir la
emancipación económica, social y cultural de Latinoamérica es el objetivo
de nuestra Reforma Universitaria.

La transformación (inevitablemente) está en marcha, de nuestro


compromiso depende.

También podría gustarte