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Bloques de Concreto PDF
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Los bloques se designan por sus medidas nominales, las que resultan de sumar a sus medidas
reales el semiancho de las juntas adyacentes. Así, las medidas nominales del bloque de mayor uso
son 20 x 20 x 40, o sea 20 cm de altura, 20 cm de ancho y 40 cm de longitud. Estas medidas están
formadas por sus medidas reales, 19 x 19 x 39, más los semianchos de sus juntas, ubicadas a uno y
otro lado de la pieza que forman 1 cm (Figura 1). En el texto que sigue se menciona a los bloques
por sus medidas nominales.
También se fabrican medios bloques y piezas complementarias, como ser bloques de esquina,
bloques para jambas de carpintería, bloques en forma de U, y especiales para antepechos de
ventanas. Los denominados bloques U se emplean en la construcción de dinteles y encadenados
sobre cimientos, bajo antepechos y en coronamiento de paredes.
El bloque se fabrica con moldes, lo que asegura la constancia de sus dimensiones; el hecho de estar
producido en forma industrial, facilita el control de la calidad y uniformidad de las mezclas empleadas
y la realización de ensayos de resistencia del producto terminado antes de incorporarlo a obra.
Existe una gran variedad de equipos para la fabricación de bloques, desde aquellos de muy alta
tecnología y gran producción, hasta moldes manuales de micro producción. Las máquinas bloqueras
se instalan en plantas de fabricación, desde las cuales se distribuye el producto a las obras; también
es factible instalar estos equipos en las mismas obras de construcción de barrios, como se hizo en
los proyectos de vivienda por ayuda mutua llevados a cabo en Mendoza entre 1960 y 1975.
Una fábrica de bloques puede instalarse en cualquier lugar y utilizar como materia prima los
agregados locales. La mampostería de bloques es aplicable a todo tipo de construcciones: viviendas,
edificios de fábricas, teatros, auditorios, gimnasios, iglesias, escuelas, garajes, comercios y
construcciones rurales de todo tipo.
2. Características Tecnológicas de las Paredes de Bloques
Las paredes exteriores de las viviendas o edificios deben satisfacer los siguientes requisitos: a)
poseer suficiente resistencia mecánica para soportar con seguridad las cargas impuestas y su
correcta trasmisión a las fundaciones; b) poseer adecuada capacidad de aislación térmica y acústica
para asegurar las condiciones de habitabilidad de los ambientes; c) ser impermeables y durables.
Computadas todas las cargas actuantes, se adopta como tensión de trabajo de los bloques a una
décima parte de su resistencia unitaria, con un valor promedio de 6 Kg/cm2, según Normas IRAM.
La resistencia de las paredes de bloques es superior a las de mampostería de ladrillos comunes; una
pared de 0,20 m de espesor reemplaza a la de ladrillos de 0,30 m.
El bloque de hormigón tiene un coeficiente de trasmisión de calor variable, en el que influyen el tipo
de agregado que se utiliza en su fabricación, sus dimensiones y su peso unitario. Los bloques
fabricados con agregados livianos poseen un coeficiente de trasmisión similar al de los ladrillos de
igual espesor; con los bloques pesados puede obtenerse una aislación igual, o mejor, rellenando los
huecos con material granular adecuado.
En lo que se refiere a la absorción y a la trasmisión del sonido, los bloques tienen capacidades de
absorción variables entre el 25 y el 50%, según su tipo, considerándose un 15% como valor
aceptable para los materiales que se utilizan en construcción de paredes.
Según normas IRAM, los bloques expuestos a la intemperie no deben absorber más de 100 kg de
agua por metro cúbico de hormigón (10% en volumen). Si los bloques cumplen esta condición
pueden dejarse a la vista; si el bloque tiene mayor absorción, es conveniente aplicar sobre los
paramentos un revoque impermeable de buena calidad.
Para sacar el máximo partido de las ventajas del bloque, es indispensable que se aúnen tres factores
principales: a) que el proyecto se realice adecuándolo a las características del material; b) que los
bloques y demás elementos que constituyen la mampostería sean de la calidad requerida; c) que la
ejecución satisfaga las especificaciones y normas establecidas para la mampostería de bloques.
El espesor de las paredes de mampostería de bloques deberá satisfacer las exigencias del Código de
Construcción local. En general para paredes de carga exteriores o interiores el espesor mínimo debe
ser de 20 cm, mientras que para tabiques o paredes puramente divisorias podrá ser de 7 a 10 cm.
Cuando la construcción posea estructura resistente, proyectada y calculada según normas, las
paredes de bloques cumplirá funciones de cerramiento exclusivamente. En este último caso, el
espesor de las paredes exteriores se limitará a 20 cm. cualquiera sea el número de pisos de la
edificación. La mampostería de bloques, al igual que la de ladrillos, debe ejecutarse de acuerdo a las
normas de construcción antisísmica.
Las distintas formas y dimensiones de los bloques permiten un gran número de aparejos
(formas de disponer los ladrillos, sillares o mampuestos en una construcción), lográndose
paramentos de agradable aspecto (Figura 3).
Las juntas horizontales y verticales tienen importancia desde el punto de vista de la resistencia
estructural y la impermeabilidad de la pared, como también del aspecto estético de los paramentos.
El espesor de las juntas debe ser el menor posible; se aconseja emplear juntas de 10 mm como
máximo. En el caso de paramentos que no irán revocados, conviene terminar las juntas con una
herramienta especial; según sea la sección de la herramienta, se obtendrá una junta cóncava
semicircular, rectangular o en "V".
El mortero para el asiento de los bloques debe ser de calidad adecuada para obtener mampostería
de buena resistencia y juntas impermeables a la acción de las lluvias. Las mezclas de asiento se
preparan con arena, cemento portland y cal hidráulica siguiendo la norma IRAM correspondiente.
Los bloques deben mantenerse en condición seca desde su entrega en obra hasta su colocación en
la pared. Los bloques estibados en obra deben ser protegidos de la lluvia, ya que el exceso de
humedad es la causa principal de las grietas que a veces se presentan en las paredes construidas
con este material. En efecto, el bloque tiende a contraerse al disminuir su contenido de humedad y
cuando el bloque forma la pared, al estar restringida su libertad de movimiento, se desarrollan
tensiones de tracción y corte que provocan la aparición de grietas. Por tal motivo los bloques nunca
deben ser mojados en el momento de ser colocarlos en la construcción del muro.
Un sistema económico y de fácil ejecución está constituido por los bloques especiales para
encadenados, en forma de U, en cuyo interior se colocan armaduras de 2 ó 4 barras, rellenado el
interior con hormigón. También se utilizan refuerzos de varillas de hierro hormigonadas en los huecos
de los bloques, distribuidas regularmente a lo largo del muro y en jambas y antepechos de aberturas
(Figuras 6 y 7).
FIGURA 7:
Esquema que muestra la ubicación de refuerzos horizontales y verticales en paredes de bloques con aberturas
Las llamadas juntas de control o de construcción previenen el agrietamiento y reducen al mínimo la
cantidad de barras de acero que, de otra manera, debería colocarse. Estas juntas se ejecutan
verticalmente continuas en toda la altura de la pared, trabándose las partes adyacentes de la pared
cortada mediante selladuras de mortero (Figura 8).
La ubicación y distancia en que han de colocarse las juntas es función de la disposición en planta del
edificio y de la altura y longitud de las paredes. Como indicación general se recomienda ubicarlas a
distancias entre 6 y 12 m. En zonas no sísmicas los encuentros de muros se realizan con trabas de
planchuela metálica o tiras de tela metálica colocadas cada dos o más hiladas (Figura 9).
Para zonas sísmicas como Mendoza, las juntas de construcción y los encuentros entre muros de
bloques (portantes y tabiques) deben realizarse mediante columnas con armadura de hierros según
normas antisísmicas; para muros de 20 cm de espesor las armaduras de columnas pueden
disponerse en los conductos verticales formados por los huecos de los bloques.
Las fundaciones de uso común para los muros de bloques de hormigón son las plateas continuas
(Figura 10) y las zapatas corridas (Figura 11). Estas últimas se disponen debajo de las paredes de
bloques en forma corrida. En general su ancho es igual al doble del espesor de la pared que
sustentan y su altura o espesor igual a la mitad de su ancho, o sea el espesor de la pared. En zonas
sísmicas las zapatas deberán llevar armadura de hierro y su sección se determinará por cálculo.
FIGURA 10: Fundación por platea continua, con sección reforzada en correspondencia con las paredes
FIGURA 11: Fundación por zapata corrida. Puede observarse la viga de encadenado y la ubicación de la aislación
En los casos en que la presión admisible del terreno es reducida o las cargas actuantes muy
elevadas, conviene adoptar como base de fundación una losa continua con refuerzos en
correspondencia con las paredes de carga. La platea es una solución técnicamente conveniente,
porque evita la excavación y posterior relleno de fundaciones profundas y elimina el encadenado
inferior de los muros y los contrapisos, ya que los pisos se aplican directamente sobre la losa, que es
impermeable.
En las construcciones con bloques de hormigón es posible emplear distintos tipos de cubiertas: losas
monolíticas, cubiertas con elementos prefabricados, cubiertas de madera. etc. Las llamadas losas
alivianadas, constituidas por viguetas y ladrillos de relleno entre las viguetas, tienen ventajas por
estar fabricadas en serie, admitir altas tensiones por su calidad controlada, eliminar encofrados y
densos apuntalamientos , simplificar el proceso constructivo sin necesidad de mano de obra
especializada y proporcionar mayor aislación térmica (Figura 12).
Bibliografía:
Instituto del Cemento Portland Argentino: "Construcciones con Bloques de Hormigón", Buenos Aires, 1975