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Cátedra Estética 2015

Profesores: Hernán Ulm - Guadalupe Rinaldi

Alumno: Facundo Tacacho

Interrupciones en lo impensable del pensamiento

Introducción

En parte el pensamiento ha sido abandonado a la inactividad y no poco tiene que ver el


sistema capitalista, o el mundo en general configurado a partir de este sistema. Podemos
decir que este es un sistema que presenta y determina valores a partir de la funcionalidad
las cosas, lo cual quiere decir que tal cosa tiene valor en tanto sirve para esto o aquello,
mientras que lo que no sirve se deshecha puesto que no puede formar parte de un sistema
cuya pretensión principal reposa en la intercambiabilidad de objetos funcionales.

Por lo pronto el valor de las cosas materiales radica en su funcionalidad, pero sobre todo en
su posibilidad de ser intercambiado.

Deleuze y Guattari de modo similar van a señalar de entrada no más que lo que hay son
máquinas, "en todas partes máquinas, y no metafóricamente". Máquinas que nos permiten
suponer el desarrollo o cumplimiento específico de alguna función. Máquinas para
construir otras máquinas, y a su vez éstas producen nuevas máquinas, y así sucesivamente.
Del mismo modo que "el seno es una máquina que produce leche, y la boca, una máquina
acoplada a aquélla"1, así también la máquina de la industria móvil produce celulares,
tablets, aparatos en general, que se acoplan a las palmas humanas (que son otras
máquinas); collares de perlas, o de lo que sea, suntuosos que se adaptan a nuestros cuellos,
etcétera.

Un celular sirve básicamente para comunicarse entre personas que poseen dicho aparato
(obviamente conseguir un celular implica otros gastos que contribuyen al sistema
capitalista, al ser capitalista). Lo mismo respecto de un collar, que sirve la lucirlo en una
reunión entre burgueses, cual si el collar respondería a una insignia o dignidad eminente, o

1Deleuze-Guattari, Capìtalismo y esquizofrenia. El Anti-Edipo. Paidós. Pág. 11. También mencionan los autores
respecto de las máquinas que "una de ellas emite un flujo que la otra corta". El término y acción de cortar no
deberá confundirse con el de interrupción más adelante.
simplemente para satisfacer los gustos y caprichos personales respecto de los cuales
creemos que poseen un valor en sí, cuando en rigor responden meramente a un valor desde
su funcionalidad.

Estos objetos materiales se producen masivamente a partir de la expansión tajante del


sistema capitalista. La industria, en tanto proceso de producción, se sirve de aquello que
suele llamarse naturaleza (lo perteneciente a un orden pre-industrial). La industria toma
prestados materiales de la naturaleza, y luego de usarlos le devuelve los sobrantes
residuales. Todos estos esfuerzos derivan, como decía, en los procesos de producción:
producción de máquinas, que a su vez se encadenan a otras máquinas productoras de
nuevas máquinas, "De suerte que todo es producción: producciones de producciones, de
acciones y de pasiones; producciones de registros de distribuciones y de anotaciones;
producciones de consumos, de voluptuosidades, de angustias y de dolores". 2

Aquí podemos decir que la obra deleuziana ha tocado el meollo de la cuestión. Cuando en la
cita anterior se menciona la producción de "acciones y de pasiones", lo cual implicaría de
algún modo su extensión a las sensaciones, las opiniones, y cualquier tipo de afección o
percepción implícita, está involucrando a un sujeto, a un <<yo>>, por lo tanto a una
identidad. En Deleuze hallamos una discusión contra los románticos, contra el idealismo,
contra los poetas o filósofos que reivindican un mundo posible futurizo y utópico mejor que
este, contra la imaginación como facultad artística, contra Kant.

El ser de sensación, la no-identidad y el devenir

Desde luego que Deleuze va a proponer una forma de composición artística distinta de la
romántica, o kantiana (las cuales involucran la imaginación), señalando el acto fabulador
tomado de Bergson, como acto de creación. Pero primero es menester señalar que la
composición de una obra de arte, cualquiera que fuese, en Deleuze se consolida como un
ser de sensación, compuesto por perceptos y afectos.

Perceptos no son percepciones, afectos no son afecciones, y sensación no es opinión. Las


percepciones y las afecciones pertenecen de suyo al sujeto que las experimenta, al novelista
que se esfuerza en componer mediante las vivencias de antaño, haciendo uso de su

2 Deleuze-Guattari, Capitalismo y esquizofrenia. El Anti-Edipo. Paidós. Pág 13


memoria, conmemorando las percepciones y afecciones del pasado, o transponiendo sus
opiniones y caprichos a la de sus personajes conceptuales. Más aún cada opinión se torna
"función de las percepciones y afecciones", que responden a identidades <<individuales>>,
todas ellas configuradas por el autor (siguiendo los aportes de Deleuze y Guattari en Qué es
la filosofía).

De este modo, es necesario arrancar los perceptos y los afectos de las percepciones y
afecciones, respectivamente; y de igual modo, la sensación de la opinión. Los perceptos se
tornan independientes de quienes los experimentan, se convierte en un paisaje de la
naturaleza que no es expresado por un <<yo>>, sino que en todo caso este yo deviene en
personaje que compone el ser de sensación, o sea que él mismo se vuelve obra de arte
(haciendo paráfrasis de Nietzsche). Lo que cabe destacar es que la obra de arte, tanto el
percepto como el afecto, excede al sujeto de percepción-afección.

"Los afectos son precisamente esos devenires no humanos del hombre como los perceptos
son los paisajes no humanos de la naturaleza" 3. Estamos a la búsqueda del "paisaje antes
del hombre", recordando a Cézanne.

Si eliminamos entonces el yo, cualquier índice de eminencia subjetiva dentro de la obra de


arte, cualquier noción de sujeto que implique una identidad, alcanzaremos pues la obra de
arte como un ser de sensación. Esto nos ayudará a pensar el ser de sensación no como una
identidad, tampoco como un otro, sino como un devenir que crea "una zona de
indeterminación, de indiscernibilidad". El arte no sirve para transformar al <<uno mismo>>
en <<otro>>, puesto que por un lado el arte no se piensa en términos de utilidad o de
servidumbre (servir para) y, por otro, el devenir es un devenir no humano, un devenir "no-
identidad", mucho menos será un devenir imitativo; el devenir insecto de Gregorio Samsa, o
el devenir planta de Zezé.4

El acto a partir del cual surge el ser de sensación es el acto de creación. El acto de creación
no puede ser creación de cualquier cosa, no es algo muy simple ("nunca lo es"), pues el
pensamiento de Deleuze consiste en no evitar las multiplicidades, las bifurcaciones y
complejidades; es decir que el acto de creación parte de una necesidad. Se crea una pintura,

3 Deleuze-Guattari. Qué es la filosofía. Anagrama. Pág. 170


4 José Mauro de Vasconcelos. Mi planta de naranja lima
o un bloque de movimiento-duración por una necesidad. En cada dominio, en cada
disciplina o ámbito del pensamiento, ora el arte, ora la filosofía, ora la ciencia, subyace un
contenido propio que le corresponde estrictamente a cada ámbito. La filosofía por lo tanto
trabaja con conceptos, con la creación de conceptos; dentro del arte, la pintura trabaja con
bloques de líneas-colores, el cine con bloques de movimiento-duración; y la ciencia trabaja y
crea funciones, etc.

Esta necesidad por la cual hay actos creativos podemos pensarla especialmente como una
necesidad política-social. Y ¿qué necesidad puede haber si no la de inventar nuevos
vínculos? ¿hay algún vínculo en el presente, y en qué modo nos vincula? ¿es posible quebrar
este vínculo en favor de uno fabulado, o solo puede ser interrumpido?

Vínculo e interrupción
El sistema capitalista brota en el auge de la edad moderna occidental, y se sigue
proyectando gradualmente en las demás sociedades. A medida que este sistema crecía,
ofrecía fundamentalmente dos modos de vínculos, a saber, el del trabajo y el del consumo.
Los trabajadores además de tener en común la condición de asalariado, explotado, etc.,
tenían también en común la capacidad de realizar una acción o múltiples acciones. Es
importante no perder de vista que al principio señalé, con Deleuze, las máquinas que
pueblan el todo productivo de una sociedad, producción ejecutada por las acciones de las
máquinas obreras humanas. La acción transforma el estado de cosas, y al darle una función
a estas también le brinda un valor.

La idea de acción como posibilidad transformadora del estado de cosas es extensiva a la


idea de acción como posibilidad transformadora del estado del mundo, y aquí me refiero a
la transformación de un mundo cuyo motor es la tensión entre la burguesía y el
proletariado, que exige un mundo mejor que este, o sea un mundo utópico. Marx, que
podría decirse que es el último fulgor de la modernidad, necesita negar este mundo que se
ha vuelto intolerable para luego imaginar, ficcionalizar un mundo del porvenir, mejor que
este. Este esquema, el de la acción en la modernidad, coincide con el esquema
sensoriomotor de la imagen-movimiento, la cual es uno de los dos tipos de cine en Deleuze
(el otro es la imagen-tiempo). Esta estructura, la de imagen-movimiento responde a la
organización clásica tanto del tiempo como del pensamiento: situación inicial, un estado de
equilibrio; luego una acción provoca un desequilibrio que exige ser resuelto mediante la
acción (cine de acción); restauración mejorada de las condiciones de la situación inicial. Esto
es muestra de una noción lineal del tiempo, noción de la sucesividad narrativa: principio-
medio-fin.

Ante el fracaso del vínculo por medio de la acción, ante la imposibilidad de restaurar tal o
cual situación, surge el vínculo por fabulación que rebasa los elementos de la imagen-
movimiento, que ya no se organiza a partir de un orden narrativo-lineal-sucesivo, sino que
se torna anti-narrativo, organizado de un modo no histórico. No quiere decir que este modo
de crear vínculos, el de la fabulación, sea caótico, sino que presenta una organización
temporal que no se deja pensar por la organización histórica habitual. Crea vínculos a partir
"de este mundo, del que los idiotas forman parte"5, de igual modo el ser humano cree no ya
en el mundo distinto o transformado por la acción e imaginación, sino en este mundo
fabulado. Y creer en este mundo es volver a creer en el cuerpo como signo o elemento vital
(acaso no sería la primera vez que se depositara "fe" en este), el cuerpo como material
expresivo.

Lo que ahora nos vincula es el arte, pero debe ser un arte que no caiga en la
homogeneización. Precisamente el capitalismo se ha encargado de llevarnos a la
homogeneización mediante imágenes de botellas de coca-cola, de celulares, de bebidas
alcohólicas. "Destapá felicidad"; "El sentir que nos une". Crear falsos vínculos ha sido su gran
intención. La homogeneización pretende hacer del pensamiento algo indiferente, y si pensar
se torna indiferente entonces los actos políticos se tornarán a su vez indiferentes.

Este es el ambiente que crea el sistema dominante capitalista, un "estado permanente de


una banalidad cotidiana", la homogeneización producto de imágenes pensadas en términos
de consumo provoca la desposesión del pensamiento mismo, se ve a sí mismo en una
situación intolerable de abolición del pensamiento. No puede pensarse a sí mismo. Ahora
bien mediante la fabulación, es posible crear un pensamiento impensable por el sistema
dominante. La fabulación que lleva a la invención de un pueblo que vendrá, la fabulación
que nos permite pensar la imagen inhabitual y extraña dentro de la cotidianidad del sistema
de imágenes capitalistas. Es la extrañeza inmersa en lo cotidiano.

5 Deleuze, Gilles. La imagen tiempo. Estudios sobre cine 2. Paidós. Pág 231.
A la extravagancia de imágenes, a estas imágenes que resultan extranjeras a las imágenes
de un sistema dominante se las denomina imágenes de interrupción, o simplemente
interrupción. El término de interrupción es tomado en el sentido en que Nietzsche se refiere
al quiebre, ruptura, del principio de individuación a causa de la fuerza dionisíaca; ruptura de
la mesura apolínea producto de intensificación de los ditirambos dionisíacos, etc. Así como
la música de Dionisos interrumpe la música escultórica-dórica de Apolo, del mismo modo las
imágenes creadas bajo el modo de la fabulación interrumpen la serie de imágenes banales
que configuran y procuran la cotidianidad del consumo e intercambio. De este modo es que
los bloques de líneas-colores constituyen una fuga del sistema, creando una imagen delirada
dentro de un sistema de imágenes (como señala Deleuze en Crítica y Clínica respecto de la
lengua).

Ahora bien esta interrupción, encarnada en el ser de sensación, sólo es parcial, a veces
efímera, y no puede consolarse más que con eso. El sistema entero del capitalismo no cesa,
o al menos no parece presentar indicio de tregua, <<una vez que se instaura el capitalismo,
sólo subsiste en tanto sigue creciendo>>. Sólo podemos procurar por pequeñas
interrupciones y devenires, más aún la no admisión de la identidad homogénea del
consumidor.

Aquí se evidencia el porqué es necesario un modo de pensamiento como lo es el ser de


sensación: la sociedades que asumen enteramente el rol de máquinas funcionales a la
producción y al consumo proponen un pensamiento indiferente al pensamiento mismo,
quiero decir que se ubican en el punto de vista más simple, más fácil, menos riesgoso con tal
de permanecer en la dulce mediocridad homogeneizada de la sociedad, en sus banalidades.
En cambio, los perceptos y afectos aparecen como pensamientos, o materiales expresivos,
que no responden a la lógica del sistema, asumen la complejidad que yace al momento en
que se las aborda. Son tan complejos que se tornan lo impensado del pensamiento. Dentro
de un sistema que afirma una identidad (determinada por categorías de proceso,
producción, consumo, intercambio) se eleva "desde lo más íntimo" un nuevo lenguaje (un
balbuceo), una nueva imagen, una música de gritos sin melodías, o como cuando Deleuze
recuerda a Artaud, un cuerpo sin órganos. El sistema no soporta el cuerpo sin órganos, cuya
organización no se condice con la que el sistema de productividad anhela; es decir el cuerpo
sin órganos se organiza de un modo no productivo, es lo improductivo por excelencia. Está
claro aquí porqué el cuerpo sin órganos interrumpe lo que venimos denominando sistema.
El cuerpo sin órganos en tanto imagen, interrumpe el fluido desvergonzado de la imagen de
una coca-cola.

Que las imágenes se presenten como flujos no codificables es la intención de este trabajo, a
través del devenir no humano del hombre, siempre en devenires. Este devenir no sólo
recusa toda identidad, sino que, peor aún para el sistema, se halla siempre en zonas de
indeterminación, de indiscernibilidad

Resulta más fácil ir al cine cuya estructura se configura en la noción lineal-sucesiva de inicio,
medio, fin que ir a un museo, toparse con una serie de cuadros celestes, que al parecer no
nos dicen nada, y sin embargo estos cuadros nos fuerzan a ubicarnos, durante su
apreciación, en un punto de vista no cotidiano, puesto que presentan cierta extrañeza (aquí
tenemos nuestra interrupción).

Las zonas de indiscernibilidad como tal están más presentes de lo que puede parecer, por
ejemplo, en los graffitis, con sus superficies ahuecada, superpuestas; ellas también implican
un modo no habitual de pensar. Una novela, o de modo más genérico cualquier escrito, que
no se estructura a partir de una situación inicial-desequilibrio-restauración y mejoramiento
de la primera, sino desde una "anti-narratividad", señala una interrupción.

Ya señalamos que esta interrupción sólo es parcial, quizás resulta remota o no, en fin, cabe
citar a Deleuze y Guattari, siguiendo esto último: "Todo se detiene un momento, todo se
paraliza (luego todo volverá a empezar)"6

A estas imágenes "les falta el pueblo", exigen ser liberadas del sistema dominante, por
cuanto no pueden vivir bajo esa dominación. Con toda legitimidad podemos llamarlas
fuerzas activas. Por lo pronto, sólo nos valdremos de interrupciones, de perceptos y afectos,
de fluidos no codificados que suspenden la monotonía lineal del consumo; nos valdremos
de pájaros que rayan el cielo gris.7

Por último, recordar que el sabio Sileno había replicado al Rey Midas cuáles eran las cosas
más deseables para el hombre, a saber, en primer lugar, no ser nada, no haber nacido, y en

6 Deleuze-Guattari. Capitalismo y esquizofrenia. El Anti-Edipo. Paidós, pág 16.


7 Borges J.L. "El jardín de los senderos que se bifurcan" en Ficciones.
segundo, morir lo más pronto posible; Deleuze nos dice análogamente respecto de las
máquinas, y del sistema capitalista en general, "en cierta manera, sería mejor que nada
marchase, que nada funcionase. No haber nacido, salir de la rueda de los nacimientos; ni
boca para mamar, ni ano para cagar" 8.

Bibliografía

Deleuze, Gilles (1993) Crítica y clínica. Anagama, Barcelona. 1996

Deleuze, Gilles (1977) Derrames entre el capitalismo y la esquizofrenia. Cactus, Buenos


Aires, 2005-2010

Deleuze, Gilles (1985) La imagen-tiempo. Estudios sobre cine 2. Paidós, Barcelona-Buenos


Aires-México, 1987

Deleuze, Gilles; Guattari, Félix (1972) Capitalismo y esquizofrenia. El Anti-Edipo. Paidós,


Barcelona-Buenos Aires-México, 1985-2004

Deleuze, Gilles; Guattari, Félix (1991) ¿Qué es la filosofía?. Anagrama, Barcelona, 1993-1997

Nietzsche, Friedrich (1872) El nacimiento de la tragedia. Alianza, Madrid, 1973-2004

8 Deleuze-Guattari. Capitalismo y esquizofrenia. El Anti-Edipo. Paidós, pág 17.

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