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DERECHO DE FAMILIA
Reconocimiento Voluntario y
Forzoso.
Concepto, Generalidades,
Debido Proceso
Acción de Desconocimiento
Concepto y Procedimiento
Inquisición
de Paternidad
Extramatrimonial
Concepto
Efectos
.
Requisitos
INDICE
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AUTOR:
JOSE GABRIEL RODRIGUEZ VIEIRA
CJP-101-00026V
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LA FILIACION
La filiación es un derecho jurídico que existe entre dos personas donde una es descendiente de la
otra, sea por un hecho natural o por un acto jurídico. La filiación biológica puede perfectamente no
coincidir con la filiación jurídica, toda vez que el derecho extrae un efecto de tipo jurídico del primero
que no siempre es idéntico; por ejemplo, si alguien siendo padre biológico, pierde el juicio de
reclamación por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada.
La filiación produce diversos efectos jurídicos de gran importancia, tales como la nacionalidad, el
estado civil y el derecho de alimentos. La filiación es el vínculo jurídico que une al padre o madre con
su descendencia, que genera derechos y deberes recíprocos. La filiación une a las personas que
descienden unas de otras, el concepto más aceptado nos indica que la relación de filiación es la que
se da entre padres e hijos, es decir, entre generantes y generados. Constituye un hecho natural, ya
que tiene su base en un hecho natural como es la procreación, y un hecho jurídico, puesto que
determina las consecuencias jurídicas; de aquí que pueda distinguirse entre la filiación biológica y la
filiación jurídica.
La filiación puede ser vista desde dos perspectivas exclusivamente:
Como una relación jurídica entre un padre y su hijo, o una madre y su hijo, por lo que siempre
es bilateral.
Como un estado civil, es decir, como una especial posición de una persona en relación con su
sociedad, tipificada normativamente
CLASIFICACION DE LA FILIACION.
MATERNA
Art. 197 CC: "La filiación materna resulta del
nacimiento. Es el vínculo jurídico que une a un hijo
con su madre. La maternidad siempre es cierta,
porque siempre se sabe quién es la madre. Es un
hecho cierto, fácil de determinar con toda precisión;
pero en principio no tiene relevancia para establecer
la filiación, ni aun la certeza de ésta, respecto del
padre
PATERNA
Se entiende por paternidad la relación de parentesco
consanguíneo, de primer grado en línea recta, entre
un hombre y su hijo o viceversa. Las pruebas para
determinar la paternidad, son distintas cuando se
trata de hijos habidos en matrimonio o fuera de él.
MOMENTOS DE LA FILIACION
CONCEPCION
No obstante ser un hecho cuyo
momento es de casi imposible
determinación y de muy fácil prueba,
es el único hecho capaz de servir para
establecer la filiación y su certeza, por
lo que el legislador se ha visto
obligado a tomarla como prueba
fundamental para fijar el carácter de
filiación.
NACIMIENTO
Es un hecho cierto, fácil de determinar
con toda precisión; pero en principio
no tiene relevancia para establecer la
filiación, ni aun la certeza de ésta,
respecto del padre.
ACCIONES RELATIVAS A LA FILIACIÓN
EFECTO DE LA FILIACION P á g i n a | - 7 -
Las acciones relativas a la filiación, bajo el
supuesto de que exista o no el estado filial, En el ius commune a esta área se le
pueden ser de dos grandes clases: llamaba ius personarum (H. Coing). La
destructivas de la filiación o atributivas de ella. filiación tiene importantes efectos jurídicos.
Para los procesalistas, todas ellas son Podemos citar, entre los más importantes,
constitutivas porque vienen a innovar sobre el los siguientes:
ordenamiento jurídico (E Liebman). La mayoría 1. En el caso de derecho de familia, la
de los ordenamientos jurídicos reconoce las filiación origina la patria potestad, el que
siguientes acciones: en algunas legislaciones se divide en la
Acciones de imputación custodia personal del menor y la custodia
patrimonial de sus bienes, la obligación
La acción de reclamación o reivindicación de la alimenticia en caso de vida separada de
filiación. Es el derecho de toda persona de los padres, el derecho a la relación directa
acudir ante las instancias judiciales para y regular entre el hijo y el padre que no
resolver su estado de filiación. Sería el caso tiene la custodia del primero, el deber de
del hijo que sabe la identidad de su verdadero socorro y ayuda mutua, el deber de educar
padre, e inicia la acción de reivindicación para al hijo.
que este sea reconocido judicialmente como
tal. 2. En el caso de derecho sucesorio, en
algunos sistemas, la filiación obliga a la
La acción de adopción. Tiene por objeto reserva de la legítima y es el heredero
constituir el estado civil de hijo, sometiéndose legal prioritario (junto con el resto de
a los procedimientos jurídicos respectivos que hermanos).
cada legislación cree.
3. La filiación determina los apellidos de la
Acciones de impugnación persona, que se regirán en función de la
La impugnación de paternidad en sede judicial. legislación concreta aplicable.
El desconocimiento de paternidad. Por Entre los efectos extra civiles podemos
ejemplo, ante un hijo que nace dentro del mencionar:
matrimonio, pero cuyo progenitor no es el
cónyuge. 1. En derecho penal la filiación puede
alterar la punibilidad de un delito, en
La nulidad o impugnación del reconocimiento. algunos casos como excusa legal
Por ejemplo, un padre que haya reconocido a absolutoria, y en otras bien como
un hijo voluntariamente, puede luego pedir que atenuante, bien como agravante.
se revoque este reconocimiento. Algunos
ordenamientos estipulan que el reconocimiento 2. En derecho constitucional e
es irrevocable, salvo por error o falsedad a la internacional público, la filiación puede
hora de haberlo realizado, debiendo solicitarse comunicar la nacionalidad de los padres a
en sede judicial. los hijos de éstos, en los casos de regla de
ius sanguinis
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RECONOCIMIENTO VOLUNTARIO
RECONOCIMIENTO VOLUNTARIO
Se puede definir como reconocimiento voluntario como
la declaración espontanea de la paternidad hecha en
las condiciones y con las formalidades establecidas en
la Ley, esto quiere decir que el reconocimiento
voluntario de paternidad es un acto simple que permite
que un padre y/o madre firmen un documento y
establezcan una relación legal entre ese padre o madre
y su hijo. Sin necesidad de recurrir a la tribunales.
Firmar el documento es voluntario y cada padre o
madre toma su decisión. Si ambos aceptan firmar y
completan el reconocimiento voluntario de paternidad,
ya está queda establecida.
POSESION DE ESTADO.
Los elementos necesarios para que exista una posesión de estado son que el hijo haya usado
habitualmente el apellido que le corresponde conforme a la afiliación que pretende tener, que el
presunto progenitor lo haya tratado como su hijo y quien pretende tener el estado de hijo, a su vez,
haya tratado a su progenitor como tal y que el presunto hijo haya sido reconocido como tal por la
familia y la sociedad.
El articulo214 del CCV, indica que la posición de estado de hijo se establece por la existencia
suficiente de hechos que indiquen normalmente las relaciones de filiación y parentesco de un
individuo con las personas que se señalan como sus progenitores y a la familia que dice pertenecer.
LA COHABITACION.
El artículo 211 de CCV dice lo siguiente: se presume, salvo prueba en lo contrario, que el hombre
que viva con la mujer en concubinato notorio para la fecha en que tuvo lugar el nacimiento del hijo,
ha cohabitado con ella durante el periodo de la concepción.
En consecuencia, esta presunción se basa en la idea de la cohabitación causal y que el hijo ha
nacido, precisamente de esa cohabitación.
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ACCIÓN DE DESCONOCIMIENTO
IMPUGNACION DE PATERNIDAD:
Normas relativas a la impugnación de reconocimiento.
En efecto, los artículos 221, 233 y 1.422, todos del Código Civil Venezolano, establecen:
“Artículo 221. El reconocimiento es declarativo de filiación y no puede revocarse, pero podrá
impugnarse por el hijo y por quien quiera que tenga interés legítimo en ello”.
“Artículo 233: Los Tribunales decidirán, en los conflictos de filiación, por todos los medios de
prueba establecidos, la filiación que les parezca más verosímil, en atención a la posesión de
estado”.
“Artículo 1.422: Siempre que se trate de una comprobación o de una apreciación que exija
conocimientos especiales, puede procederse a una experticia”.
Por su parte, el artículo 504 del Código de Procedimiento Civil contempla:
“Artículo 504: En caso de que así conviniere a la prueba, puede también disponerse la
obtención de radiografías, radioscopias, análisis hematológicos, bacteriológicos y
cualesquiera otros de carácter científico, mediante un experto, de reconocida aptitud,
nombrado por el Tribunal”.
La Convención sobre los Derechos del Niño expresa:
“Artículo 3.1- En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones
públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los
órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior
del niño.”
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela señala:
“Articulo 78.- Los niños, niñas y adolescentes son sujetos plenos de derecho y estarán
protegidos por la legislación, órganos y tribunales especializados, los cuales respetaran,
garantizaran y desarrollaran los contenidos de esta Constitución, la Convención sobre los
Derechos del Niño y demás tratados internacionales que en materia haya suscrito y ratificado
la República. El estado, las familias y la sociedad aseguraran, con prioridad absoluta,
protección integral, para lo cual se tomaran en cuenta su interés superior en las decisiones y
acciones que les conciernan. El estado promoverá su incorporación progresiva a la
ciudadanía activa y creara un sistema rector nacional para la protección integral de los niños,
niñas y adolescentes.”
“Artículo 56.- Toda persona tiene derecho a un nombre propio, al apellido del padre y al de la
madre y a conocer la identidad de los mismos. El Estado garantizara el derecho a investigar
la maternidad y la paternidad.
Toda persona tiene derecho a ser inscrita gratuitamente en el registro civil después de su
nacimiento y a obtener documentos públicos que comprueben su identidad biológica, de
conformidad con la Ley. Estos no contendrán mención alguna que califique la filiación.”
(Destacado de este Tribunal).
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sin poder evitar el desconcierto y la tristeza por el hecho de tener que permanecer en la
clandestinidad como padre, por aparecer x “legítimo” de Hugo José Espina Benavides,
situación que lo indujo a solicitar que se realizara un estudio de relación filial mediante
marcadores de ADN en el laboratorio Genomik C.A., cuyo informe de fecha 25 de agosto de
2009, arrojó un resultado de probabilidad de paternidad de 99.9999% y un índice de
paternidad de 9478157.00, a favor del demandante, con la conclusión de no ser excluyente la
posibilidad de que Eduard Medina Violria sea el padre biológico del niño x. Manifiesta que
aun conscientes de las características del caso, con la demanda se busca determinar la
filiación paterna del niño, con la convicción plena no solo del derecho que asiste al niño a que
se le reconozca su auténtica filiación paterna, a llevar el apellido del padre biológico, a
conocer su identidad, a conocer a su verdadero padre y a ser cuidado y atendido por él, por lo
que demanda la determinación de la filiación paterna a través del presente proceso y califica
la demanda como inquisición de paternidad, fundamentándola en los artículos 3, 8 y 25 de la
Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente (en adelante LOPNA, 1998), 56,
76 y 78 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (en adelante CRBV) y
210 y 226 del Código Civil. Recibida la demanda del órgano distribuidor el 30 de septiembre
de 2009, se le dio entrada y admitió en fecha 05 de octubre de 2009, ordenándose: 1) La
citación de los codemandados para la contestación de la demanda. 2) Publicar un edicto de
conformidad con lo dispuesto en el último aparte del artículo 507 del Código Civil.
3) La notificación del Fiscal Especializado del Ministerio Público. 4) Oficiar a la Unidad de
Genética Molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia, para que
practicaran la prueba de ADN. En fecha 19 de octubre de 2009, fue agregada a las actas
boleta donde consta la notificación de la Fiscal Trigésima (30ª) del Ministerio Público. Riela al
folio 20. Previa su consignación por la parte actora, mediante auto de fecha 23 de octubre de
2009, se acordó el desglose del diario La Verdad, donde consta la publicación del edicto. En
fecha 29 de octubre de 2009, fue agregada a las actas boleta en donde consta la citación de
la codemandada, ciudadana Yuseth del Valle Parra Castillo. Riela a los folios 28 y 29.
Mediante diligencia de fecha 09 de noviembre de 2009, suscrita por el abogado en ejercicio
Joe Louis Cardozo Ysea, inscrito en el Inpreabogado con el Nº 99.947, actuando con el
carácter de apoderado judicial del ciudadano Hugo José Espina Benavides, expresamente se
da por citado y ofrece sus servicios para agilizar cualquier tipo de verificación que necesite el
Tribunal con respecto a su representado y a favor de una pronta sentencia en la causa. Riela
al folio 30. En fecha 21 de febrero de 2011, fue agregado a las actas el oficio No. LGM
LUZ204-10, de fecha 07 de diciembre de 2010, emanado de la Unidad de Genética Molecular
de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia, que remite las resultas del informe
sobre indagación de la filiación biológica de los ciudadanos Eduard Enrique Medina Viloria,
Yuseth del Valle Parra Castillo, Hugo José Espina Benavides y el niño x. Riela del folio 77 al
81. En fecha 05 de mayo de 2011, se llevó a cabo el acto oral de evacuación de pruebas en
el presente juicio, compareciendo la parte actora, ciudadano Eduard Enrique Medina Viloria,
acompañado por sus apoderadas judiciales, sin comparecer ni por personalmente ni a través
de apoderados judiciales, los codemandados de autos. En este acto oral de evacuación de
pruebas, este Juzgador de conformidad con lo establecido en el artículo 471 de la LOPNA
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(1998), aplicable rationae temporis por mandato del artículo 681 de la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (en adelante LOPNNA, 2007), incorporó la prueba
documental promovida en el juicio. Así mismo, de conformidad con lo establecido en el
artículo 471 de la LOPNA (1998), se incorporó el dictamen pericial de la prueba hematológica-
heredobiológica con la lectura de sus conclusiones. Seguidamente, la abogada Abg. Zulema
Urdaneta, identificada en actas, presentó sus conclusiones en los siguientes términos: “Vista
las pruebas promovidas y evacuadas en la presente causa, ratificamos en todo y cada uno de
los petitorios contenidos en el libelo de demanda que por impugnación de reconocimiento
tiene incoado nuestro representado el ciudadano Eduard Enrique Medina Viloria, a los fines
de que se le reconozca su paternidad en relación al menor x, dado la contundencia de las
probabilidades reconocidas de acuerdo al informe remitido a este Tribunal por la Unidad de
Genética Médica adscrita a la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia; todo ello, con
base a lo previsto en los artículos 8, 17 y 27 de la LOPNA. Es todo”. Por auto de fecha 16 de
mayo de 2011, este Tribunal difirió el dictado de la sentencia y ordenó a la parte demandante
la consignación de la copia certificada del acta de matrimonio de los ciudadanos Hugo José
Espina Benavides y Yuseth del Valle Parra Castillo, por ser un instrumento necesario para la
decisión de la controversia. Por diligencia de fecha 23 de mayo de 2011, suscrita por la
abogada en ejercicio Zulema Urdaneta Moreno, actuando con el carácter de apoderada
judicial de la parte actora, fue consignada el acta de matrimonio de los ciudadanos Hugo José
Espina Benavides y Yuseth del Valle Parra Castillo. Correspondiendo para el día de hoy la
oportunidad para dictar sentencia, este Juzgador lo hace previas las siguientes
consideraciones: II
ciudadanos Hugo José Espina Benavides y Yuseth del Valle Parra Castillo, y así se aprecia.
De esta forma queda claro que el niño x nació dentro de la unión matrimonial de los
ciudadanos Yuseth del Valle Parra Castillo y Hugo José Espina Benavides, por lo tanto, opera
la presunción legal pater is est quem nuptiae demonstrant (padre es aquel a quien señala el
matrimonio), por lo tanto se tiene al marido como padre del hijo de la ciudadana Yuseth del
Valle Parra Castillo. En este sentido, este Sentenciador considera pertinente señalar que la
doctrina y la jurisprudencia patria han sido contestes en afirmar -reiterada y pacíficamente-
que la calificación adecuada de las acciones de estado relacionadas con la maternidad y la
paternidad depende del elemento matrimonio, es decir, de si los hijos nacen dentro de una
relación matrimonial o fuera de ésta, pues de ello estriba que pueda estarse en presencia de
una filiación matrimonial o extra matrimonial. A pesar de esta disquisición, es necesario
aclarar que independientemente del hecho cierto de haber nacido dentro de una relación
matrimonial o no matrimonial, no se permite discriminación alguna de los hijos e hijas como
antes se hacía y se categorizaban, pues todos los niños, niñas y adolescentes gozan de
igualdad jurídica como sujetos plenos de derecho (Vid. art. 78 CRBV) y la misma condición
(Vid. art. 234 Código Civil); pero de esta diferencia deviene la calificación de las acciones de
estado. Para la autora Isabel Grisanti Aveledo (2002, pág. 326) la filiación matrimonial “es el
vínculo jurídico simultáneo entre el hijo, su padre y su madre porque estos últimos, los padres,
están a su vez unidos entre ellos por el matrimonio o lo estuvieron en el período de la
concepción del hijo o para la fecha de su nacimiento”; resultante de los siguientes elementos:
el matrimonio de los padres, la maternidad, la paternidad y la concepción dentro del
matrimonio, de cuya conjugación es resultado. Esta filiación matrimonial puede ser atacada a
través de diversas acciones judiciales, a saber: a) la ejercida en relación con el elemento
matrimonio: acción de impugnación del carácter matrimonial de la filiación o acción de
impugnación a la legitimidad; b) las ejercidas en relación con la maternidad: acción de
reclamación de estado, acción de impugnación de estado, acción de impugnación del
reconocimiento materno y la acción de nulidad del reconocimiento materno; y, c) la ejercida en
relación con la paternidad: acción de desconocimiento. Entretanto, para la citada autora,
filiación extra matrimonial “es el vínculo jurídico que existe entre el hijo y su padre o entre el
hijo y su madre cuando los progenitores no estaban casados ni para el periodo de la
concepción del hijo ni para la fecha de su nacimiento” (2000, pág. 326); en donde el elemento
determinante es la falta de matrimonio entre los padres, por lo que el parentesco del hijo con
su padre es absolutamente independiente del que existe entre el hijo y su madre. Por ello, la
filiación paterna del hijo nacido o concebido entre padres no casados entre sí se demuestra
por el reconocimiento voluntario del padre (o después de su muerte, de sus ascendientes) o
por sentencia judicial que lo declare. Entre las acciones relacionadas con la filiación
extramatrimonial, que -se insiste- es aquella que se deriva de padres que no son esposos
entre sí, están: a) la impugnación del reconocimiento voluntario; b) la nulidad del
reconocimiento; y, c) la inquisición de la filiación extramatrimonial, y son dos: una relativa a la
maternidad y otra a la paternidad, cuyo objeto es establecer legalmente el vínculo filial entre
una persona (hijo) y la mujer o el hombre que pretende tener como madre o como padre.
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Sobre esta última, es importante destacar que la acción de inquisición de paternidad es una
de las acciones de estado relacionadas con la filiación extramatrimonial, cuyo objeto es
“…establecer el vínculo de filiación no matrimonial que existe entre una persona y el hombre
que pretende tener por padre, cuando éste no la ha reconocido voluntariamente” (Francisco
López Herrera, 2006, pág. 443). Esta acción, que tiene su fundamento legal en el artículo 210
del Código Civil, está dada al sediciente hijo extramatrimonial que pretende la investigación y
demostración de su paternidad extramatrimonial, es decir “…persigue lograr un
reconocimiento forzoso, a falta de reconocimiento voluntario” (Isabel Grisanti Aveledo, 2002,
pág. 332). En el caso que nos ocupa, el demandante denomina la acción por él propuesta
“inquisición de paternidad”, porque su pretensión consiste en establecer su paternidad sobre
el niño x, pero para lograrlo, debe primero desvirtuar la paternidad del ciudadano Hugo José
Espina Benavides. Entonces, constatado como ha quedado que el niño Alessandro José
Espina Parra nació dentro de una unión matrimonial, se concluye que la parte actora yerra en
la calificación de la acción interpuesta, pues no es la que se adecua a la situación fáctica
concreta, por ser la inquisición de paternidad una acción relacionada con la filiación
extramatrimonial. Así se establece. Una vez precisado lo anterior, se tiene que dentro de las
acciones de estado relacionadas con la filiación matrimonial, una se refiere exclusivamente al
elemento paternidad, ergo: la acción de desconocimiento, cuya finalidad es desvirtuar y anular
el funcionamiento de la presunción legal prevista en el artículo 201 del Código Civil, que
atribuye al marido la paternidad del hijo nacido o concebido durante el matrimonio, en
aquellos casos en los que falla el fundamento de tal presunción, ya sea por la no cohabitación
de los cónyuges, por infidelidad de la mujer o porque esta última haya concebido al hijo antes
de la celebración del matrimonio, de allí que esta presunción de paternidad no es absoluta
(iuris et de jure), sino que admite prueba en contrario (iuris tantum). La normativa del Código
Civil y la doctrina patria es clara en concebir a la acción de desconocimiento como una acción
personalísima, intransmisible -en principio-, indisponible y sujeta a término de caducidad
prevista en el artículo 206 del Código Civil. Se dice que es personalísima porque “en términos
generales, únicamente al marido de la madre corresponde la titularidad de la acción de
desconocimiento del hijo de ella, como resulta perfectamente claro de la normativa contenida
desde el ap. del art. 201 hasta el 207” (López Herrera, 2006: pág. 367), por lo tanto sólo el
esposo está legitimado para intentarla. Es intransferible, en principio, pues ni siquiera el tutor
del marido entredicho puede hacerlo en su nombre, al punto que ni los herederos del marido
pueden ejercerla una vez fallecido su causante. Sin embargo, los artículos 202 y 207 del
Código Civil establecen la excepción a este principio, al legitimar a los herederos del marido
muerto, pero sólo en precisas circunstancias. Además, el autor Francisco López Herrera
(2006, pág. 368) admite otra excepción que, si bien no está expresamente establecida en la
ley, afirma que por razones de lógica resulta coherente reconocer: en el caso de que el
marido de la madre muera después de haber demandado el desconocimiento, pero antes de
que haya sido dictada la sentencia definitiva, el juicio pueda ser continuado por los herederos
del actor. Con respecto al carácter indisponible, éste no sólo reviste la acción de
desconocimiento sino todas aquellas acciones relativas a la filiación, pues el artículo 212 del
Código Civil establece: “La declaración de la madre no basta para excluir la paternidad”. En
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este mismo orden de ideas, la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, en
la sentencia N° 2207, de fecha 01 de noviembre de 2007, con ponencia del Magistrado Juan
Rafael Perdomo, sobre la acción de desconocimiento de paternidad ha señalado: “Respecto
a las acciones que inciden sobre la paternidad el Código Civil establece de manera
perfectamente diferenciada, según se trate de hijos nacidos dentro o fuera del matrimonio,
varias acciones, a saber: La acción de desconocimiento de paternidad, dirigida a desvirtuar o
enervar el funcionamiento de la presunción pater is est, consagrada en el artículo 201 del
Código Civil, que atribuye la paternidad del hijo concebido o nacido durante el matrimonio de
la madre al marido de ella, por tanto, esta es una acción relativa a la filiación matrimonial. En
principio, únicamente al marido de la madre corresponde la titularidad de la acción de
desconocimiento del hijo de ella; excepcionalmente pueden los herederos del marido ser
titulares de dicha acción, esto es, cuando el titular de la acción fallece sin haberla propuesto,
pero antes de que la misma haya caducado; y cuando el marido de la madre muere después
de haber demandado el desconocimiento, pero antes de que haya sido dictada sentencia
definitivamente firme en el juicio respectivo, en este caso el juicio puede ser continuado por
los herederos del actor. La acción de desconocimiento es la única de las acciones relativas a
la filiación matrimonial que se refiere exclusivamente al elemento paternidad” (negritas
agregadas). De esta cita jurisprudencial se debe destacar que el titular de la acción de
desconocimiento de paternidad únicamente es el marido (carácter personalísimo) y
excepcionalmente los herederos del marido están legitimados para intentar esta acción. Esa
misma Sala en la sentencia N° 296, de fecha 14 de marzo de 2007, con ponencia del
Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz, en un juicio de filiación intentado a favor de un
adolescente nacido dentro de la unión matrimonial de su madre, en contra de un ciudadano
que no era el marido para el momento del nacimiento, sentó: “Examinada la denuncia, y
tomando en consideración la naturaleza y el sujeto de que trata la presente causa, la Sala,
extremando sus funciones pasó a revisar el escrito al cual hace referencia la parte recurrente,
presentado éste de conformidad con el artículo 481 de la Ley Orgánica para la Protección del
Niño y del Adolescente, y en el que se encuentra que ciertamente la parte demandante
solicitó
mediante el control difuso de la constitucionalidad previsto en el artículo 20 del Código de
Procedimiento Civil, la desaplicación de los artículos 201 y 214 del Código Civil. El
fundamento utilizado para ello, fue la aplicación preferente de los artículos 56 y 334 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, con el argumento de que se ha
demostrado fehacientemente en juicio, que a pesar que para la fecha del nacimiento de
Jhonathan Jesús, su madre estaba casada con un hombre que no resulta ser la persona a
quien se le pretende atribuir la paternidad mediante la presente acción, sin embargo, con la
prueba heredo biológica-practicada -en el transcurso del actual procedimiento- sobre el
ciudadano Lucio Antonio Ramírez Quintero (ex-esposo), se ha demostrado que éste no es su
verdadero padre, y que las normas cuya desaplicación se pide, deben ser examinadas “a la
luz de la primacía del derecho que toda persona tiene „a un nombre propio, al apellido del
padre y al de la madre, y conocer la identidad de los mismos‟, frente a la obligación del
Estado de garantizar el derecho a investigar la maternidad y la paternidad”. Ahora bien, en la
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revisión que sobre el fallo recurrido se debe realizar en virtud del vicio de la sentencia
denunciado, la Sala sólo encontró que la Corte limitadamente hizo mención a ello dentro de
un resumen que hiciere acerca de los alegatos de ambas partes (folios 10 y 11 de la
sentencia), sin efectuar pronunciamiento alguno al respecto, lo cual, contrariamente a lo que
señala la parte impugnante del recurso de casación, era una cuestión de gran importancia e
influencia en el caso, pues la Sala verificó que aquél escrito (con precisión de los alegatos
denunciados como silenciados) contenían argumentos que no solo objetaban la falta de
cualidad alegada por la parte demandada sino que también sustentaban el derecho de
Jhonathan Jesús a accionar, lo cual hace calificar como determinante en el fallo su omisión.
Es obvio pues, que el Superior incurrió en un vicio que da lugar a la nulidad de la sentencia
por defecto de actividad y que ello conlleva a la reposición de la causa a los fines de que se
dicte una nueva sentencia… (…) Finalmente, la Sala sin emitir pronunciamiento alguno en
cuanto al mérito del asunto, considera preciso exhortar a los Jueces de la Instancia que han
de decidir nuevamente el caso, para que fuera de una sujeción estrictamente formalista del
derecho y dadas las características del juicio, obren apegados al principio de la “búsqueda de
la verdad real” que se haya estatuido en el artículo 450, literal “j” de la ley especial que rige la
materia, y por la supremacía constitucional del derecho consagrado en el artículo 56 de la
Carta fundamental. De igual manera, insta a la instancia acudir a la generosidad que se haya
incorporada en el artículo 483 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente, el cual les permite a su vez apreciar las pruebas de acuerdo a los criterios de
libre convicción razonada y sin sujeción a las normas del derecho común, cuidando que ello
no conlleve a menoscabar las obligaciones que le impone la ley de fundamentar las
apreciaciones para establecer la verdad a la que arribarán como conclusión” (negritas
agregadas). Así pues, es importante resaltar que el artículo 56 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela consagra:
“Toda persona tiene derecho a un nombre propio, al apellido del padre y al de la madre, y a
conocer la identidad de los mismos. El Estado garantizará el derecho a investigar la
maternidad y la paternidad” (subrayado agregado). Del contenido de esta norma
constitucional, se debe destacar la mención “El Estado garantizará el derecho a investigar la
paternidad”, cuyo alcance, a criterio de este Sentenciador, debe ser interpretado desde dos
(2) puntos de vista: El primero, el derecho que tiene la persona que alega ser el progenitor
biológico de un niño, niña o adolescente a que se investigue la paternidad que dice tener, con
la finalidad de que ésta sea reconocida o declarada por el Órgano Jurisdiccional; y, El
segundo, el derecho que tiene todo ciudadano, incluidos los niños, niñas o adolescentes, de
llevar el apellido de su padre y su madre y a conocer la identidad de éstos. En consecuencia,
no sólo están involucrados los derechos del progenitor y el derecho que tiene el niño, niña o
adolescente de llevar el apellido del padre y a conocer la identidad de los mismos (Vid. art. 56
CRBV), sino también el derecho a conocer a su padre y a ser cuidados por ellos (Vid. art. 25
LOPNNA, 2007); pues resulta lógico pensar que únicamente si se conoce a los progenitores,
luego se puede ejercer de manera plena y efectiva el derecho a ser cuidado por ellos, que
además está íntimamente relacionado con el derecho a ser criado en una familia, según el
cual “todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir, ser criados o criadas y a
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mismo régimen de las acciones, haciendo más fácil la reclamación de una filiación
matrimonial y más dificultosa su impugnación, por lo que, teniendo el matrimonio importancia
primordial en el terreno de la creación del vínculo, resulta necesaria la persistencia de tal
presunción, siempre y cuando no exista la instauración del novedoso procedimiento. (…) Es
por estas razones, que no pueden los órganos administrativos abstenerse de registrar un acta
de nacimiento solicitada por la madre de una filiación extramatrimonial, fundamentando la
negativa en la presunción establecida en el artículo 201 del Código Civil, cuando exista
concurrencias de voluntades de las
partes involucradas, ya que la resolución de la controversia en virtud del conflicto surgido
entre la paternidad biológica y la legal, dada la preeminencia que debe tener la identidad
biológica sobre la identidad legal, todo ello de conformidad con lo expuesto en el artículo 56
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela” (subrayado y negritas
agregados). En el presente juicio, se está en presencia de una demanda intentada por un
tercero, el ciudadano Eduard Enrique Medina Viloria, quien alega ser el padre biológico
(identidad biológica), por lo que pretende desvirtuar la presunción de paternidad (identidad
legal) del ciudadano Hugo José Espina Benavides. En este caso, por estar inscrito el niño de
autos en el registro civil de nacimientos, no es aplicable el procedimiento administrativo
previsto en la Ley para Protección de las Familias, la Maternidad y la Paternidad. De ahí que,
ante situaciones como la que nos ocupa, se hace necesario instaurar la acción de estado
respectiva. Ahora bien, por haber nacido el niño x dentro de la unión matrimonial de los
ciudadanos Hugo José Espina Benavides y Yuseth del Valle Parra Castillo, se trata de una
filiación matrimonial; en consecuencia, la única acción para desvirtuar el elemento paternidad
es la acción de desconocimiento. Por este motivo, partiendo de que “…únicamente al marido
de la madre corresponde la titularidad de la acción de desconocimiento del hijo de ella…” (Vid.
sentencia N° 2207 supra citada), corresponde a este Sentenciador verificar si el demandante
puede ser titular de la acción, ya que por tratarse de un hijo concebido y nacido dentro de una
unión matrimonial, el legitimado activo para ejercer la acción de desconocimiento solamente
es el marido de la madre, según está previsto en el artículo 201 del Código Civil que
establece: “El marido se tiene como padre del hijo nacido durante el matrimonio o dentro de
los trescientos (300) días siguientes a su disolución o anulación. Sin embargo, el marido
puede desconocer al hijo, probando en juicio que le ha sido físicamente imposible tener
acceso a su mujer durante el período de la concepción de aquél, o que en ese mismo
momento vivía separado de ella” (subrayado agregado). En esta norma, al igual que en los
artículos 202, 203, 204, 205 y 207 ejusdem, se aprecia claramente que el titular de la acción
de desconocimiento es el marido -y excepcionalmente sus herederos- pero en la presente
causa -como se dijo-, quien accionó es un tercero que alega ser el padre biológico del niño de
autos, invocando en la demanda el artículo 56 de la CRBV, norma que consagra el deber del
Estado de garantizar la investigación de la paternidad, en el marco del derecho a llevar el
apellido del padre y a conocer su identidad; y que por ser constitucional debe aplicarse con
preferencia, tal como lo ordena el artículo 334 ejusdem. En torno a este último punto, resulta
oportuno hacer referencia a la sentencia Nº 97 dictada por la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en fecha 2 de marzo de 2005 (caso: Banco Industrial de Venezuela),
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que estableció lo siguiente: “En efecto, en el marco del sistema de justicia constitucional
venezolano, todo juez de la República es juez constitucional en tanto que está en la obligación
de asegurar
la integridad de la Constitución (artículo 334 de la Constitución) y, fundamentalmente, porque
para el cumplimiento de esa finalidad, se le otorga -entre otros instrumentos- la potestad de
ejercicio del control difuso de la constitucionalidad, en atención al cual “(e)n caso de
incompatibilidad entre esta Constitución y una ley u otra norma jurídica, se aplicarán las
disposiciones constitucionales, correspondiendo a los tribunales en cualquier causa, aún de
oficio, decidir lo conducente” (artículo 334 eiusdem). Control difuso de la constitucionalidad
que no es una facultad de los jueces de la República, sino una verdadera potestad que, por
esencia, implica un poder-deber que no sólo puede ejercerse, sino que, además, debe ser
ejercido en interés ajeno al propio beneficio de su titular, esto es, se ejerce en protección del
interés general, lo que, en el caso concreto, se traduce en su ejercicio en aras de la obligación
general de “asegurar la integridad de la Constitución” (cursivas y negritas de la sentencia). En
este sentido, y en atención a la supremacía de la Constitución sobre todas las leyes y su
carácter central en la construcción y en la validez del ordenamiento jurídico en su conjunto,
este Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, actuando de conformidad con lo
previsto en los artículos 20 del Código de Procedimiento Civil y 334 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, considera pertinente desaplicar por control difuso el
artículo 201 del Código Civil, transcrito ut supra, por cuanto al circunscribir al marido la
titularidad de la acción de desconocimiento, se limita y coarta el ejercicio pleno y efectivo del
derecho a “…un nombre propio, al apellido del padre y al de la madre, y a conocer la identidad
de los mismos”, así como la garantía consagrados en el artículo 56 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, en casos como el de autos en el que es un tercero quien
alega ser el padre del hijo nacido durante el matrimonio; derecho que ha sido interpretado por
la Sala Constitucional como el deber de “...consolidar la primacía de la identidad biológica
sobre la legal, siempre que exista una disparidad entre ambas...” independientemente del
estado civil de los ascendientes. Por todo lo antes expuesto, a pesar de que la presente
acción ha sido intentada por un tercero para desvirtuar la presunción de paternidad de un hijo
nacido dentro de una filiación matrimonial, debe dársele preeminencia a la aplicación del
artículo 56 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; lo que a criterio de
este Sentenciador hace proponible en derecho la presente demanda intentada por el
ciudadano Eduard Enrique Medina Viloria, la cual puede ser calificada como acción de
desconocimiento de paternidad, por ser la acción relacionada con el elemento paternidad en
la filiación matrimonial. Así se declara. Por consiguiente, tomando en cuenta que la sentencia
Nº 3067, de fecha 14 de octubre de 2005, dictada por la Sala Constitucional del Máximo
Tribunal, expediente Nº 05-0883, fijó que: “…el juez que desaplique una norma legal o
sublegal, por considerarla inconstitucional, está obligado a remitir copia certificada de la
sentencia definitivamente firme y del auto que verifica dicha cualidad, a fin de que esta Sala
proceda a la revisión de la misma, para de esta manera, hacer más eficaz el resguardo de la
incolumidad constitucional”, cuando quede definitivamente firme la presente sentencia, se
acordará remitir junto con oficio a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, a
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fin de que proceda a su revisión. Así se establece. Con estos antecedentes, de conformidad
con lo establecido en el artículo 482 de la LOPNA (1998), pasa este Juzgador a pronunciarse
sobre la acción intentada. II SEGUNDO PUNTO PREVIO DE LOS EFECTOS DE LA FALTA
DE CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA Consta en los autos que los codemandados,
ciudadanos Hugo José Espina Benavides y Yuseth del Valle Parra Castillo, fueron
debidamente citados y se les requirió su comparecencia para contestar la demanda, sin
embargo, no acudieron a hacerlo, ni en alguna otra oportunidad en el transcurso del
procedimiento interpusieron alegatos en su defensa. En este sentido, en cuanto a la forma de
la contestación y a los efectos del incumplimiento de la prevención de no hacerlo
adecuadamente, el artículo 461 de la LOPNA (1998) prevé: “Orden de comparecencia.
Presentada en forma legal la demanda, o subsanados los defectos, el juez extenderá orden
de comparecencia a la otra parte con copia del libelo de la demanda, y otorgará el plazo de
cinco días para que la conteste. Se prevendrá al demandado que deberá referirse a los
hechos uno a uno y manifestar si los reconoce como ciertos o los rechaza, que podrá
admitirlos con variantes o rectificaciones, que si en la contestación de la demanda no se
refiere a los hechos conforme se establece, el juez podrá tenerlos como ciertos (…)” (negritas
y subrayado agregados). Como se observa, la norma establece que si en la contestación no
se cumple con la prevención, el juez “podrá” tener como ciertos los hechos alegados en la
demanda, lo que en estricto derecho equivaldría a la aplicación de los efectos de la confesión
ficta. No obstante, se trata de una facultad o potestad prevista para el juez, por cuanto la
lógica indica que la aplicación de la consecuencia de tener los hechos como ciertos no puede
ser general, para todos los casos, pues existe un límite, el cual es el orden público. En el
caso de marras, si bien es cierto que la conducta pasiva de los codemandados pudiera
subsumirse en el supuesto de hecho previsto en el artículo 461 en cuanto a la falta de
comparecencia para la contestación, también lo es que no debe aplicarse el efecto que prevé
esa norma (tener los hechos demandados como ciertos), pues en las acciones de estado
sobre la filiación no puede haber confesión ficta en virtud del orden público que rige la
materia, lo que las hace indisponible para las partes. Lo anterior, en el presente caso,
conlleva a desestimar la aplicación de los efectos jurídicos de la no comparecencia de los
codemandados, consagrados en el artículo 461 de la LOPNA (1998), pues este artículo está
inserto dentro de un procedimiento uniforme para todos los asuntos de familia y patrimoniales
y es evidente que cuando el legislador estableció que “…el juez podrá tenerlos como ciertos”,
tomó en cuenta que existen acciones de estricto orden público, en materias indisponibles e
irrenunciables, que escapan del poder negocial de los sujetos e impiden la aplicación general
de las normas procesales. Por los motivos antes expuestos, se aclara que no se tienen como
ciertos los hechos alegados en el libelo de la demanda, por lo que pasa este Tribunal al
análisis del acervo probatorio con el fin de verificar la procedencia en derecho de la acción
interpuesta. Así se decide. III ANÁLISIS Y VALORACIÓN DE LAS PRUEBAS PRUEBAS DE
LA PARTE DEMANDANTE 1. DOCUMENTALES: • Copia certificada del acta de nacimiento
No. 63, de fecha 07 de abril de 2009, expedida por el Registro Civil de la parroquia Manuel
Dagnino del municipio Maracaibo del estado Zulia, correspondiente al niño x. A este
documento público este Sentenciador le confiere pleno valor probatorio de conformidad con lo
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establecido en el artículo 457 del Código Civil, en concordancia con los artículos 1.359 y
1.360 ejusdem, en consecuencia, queda probado que el niño nació en fecha 29 de marzo de
2009 y el vínculo filial con los ciudadanos Hugo José Espina Benavides y Yuseth del Valle
Parra Castillo. Riela al folio 7. • Original del informe del estudio de relación filial mediante
marcadores de ADN, emanado del laboratorio Genomik C.A. practicado al niño de autos, al
demandante y a la progenitora demandada, el cual carece de valor probatorio por ser
documento privado emanado de un tercero no ratificado en juicio por sus firmantes, de
conformidad con el artículo 431 del Código de Procedimiento Civil (en adelante CPC). Riela
del folios 8 al 11. • Copias fotostáticas de un contrato individual de trabajo por plazo indefinido
cuyas partes son la empresa Isiven y el ciudadano Hugo Espina Benavides, copias
fotostáticas de cartel de licitación pública, de pasajes de abordo y carnés. Dichos documentos
carecen de valor probatorio por ser copias fotostáticas de documentos privado emanados de
terceros no ratificados en juicio por su firmante, de conformidad con el artículo 431 del CPC,
aunado al hecho de que no fueron promovidos en la oportunidad correspondiente. Rielan del
folio 58 al 69. • Copias fotostáticas del pasaporte del ciudadano Hugo Espina Benavides,
donde se evidencia que salió del país el 03 de septiembre de 2010 y entró a la República de
Costa Rica ese mismo día. A este documento este Sentenciador le confiere valor probatorio,
de conformidad con lo establecido en el artículo 429 del CPC. Rielan del folio 70 al 73. •
Copia certificada del acta de matrimonio N° 58, de fecha 07 de abril de 2001, expedida por el
Registro Civil de la parroquia Manuel Dagnino del municipio Maracaibo del estado Zulia,
correspondiente al matrimonio de los ciudadanos Hugo José Espina Benavides y Yuseth del
Valle Parra Castillo. A este documento público este Sentenciador le confiere pleno valor
probatorio de conformidad con lo
establecido en el artículo 457 del Código Civil, en concordancia con los artículos 1.359 y
1.360 ejusdem, en consecuencia, queda probado que los codemandados contrajeron
matrimonio en fecha 07 de abril de 2001. Riela a los folios 88 y 89. PRUEBAS DE LA PARTE
DEMANDADA La parte demandada en la oportunidad correspondiente para la promoción de
pruebas en el presente juicio, no promovió prueba alguna a valorar. EXPERTICIA
ACORDADA POR EL TRIBUNAL Experticia hematológica-heredobiológica ordenada por este
Juzgado a practicar al niño Alessandro José Espina Parra y a los ciudadanos Eduard Enrique
Medina Viloria y Hugo José Espina Benavides, en la Unidad de Genética Médica de la
Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia, cuyos resultados fueron remitidos mediante
el oficio LGM LUZ 273-11 de fecha 10 de febrero de 2011, denominado “Informe de análisis
de paternidad biológica, caso 848-11”, el cual aporta las siguientes conclusiones: “Basado en
los resultados observados entre el ciudadano Eduard Enrique Medina Viloria (PP848) y el niño
x, se ha estimado el índice de paternidad (IP) con respecto al niño en 72.502.227,51; cifra que
refleja las veces a favor que tiene el presunto padre de ser el padre biológico del niño contra
una sola posibilidad de que no lo sea. La probabilidad de paternidad (W) del ciudadano
Eduard Enrique Medina Viloria, con respecto al niño, se estimó en 99,99999862%. Por lo
antes expuesto, el ciudadano Eduard Enrique Medina Viloria no puede ser excluido como
padre biológico del niño x”. En relación con esta prueba heredobiológica-hematológica,
consta en actas que se ordenó practicar tanto al demandante, como al niño de autos y a los
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para poder opinar sobre el presente juicio, aun cuando no hay duda que se trata de un asunto
que le concierne, y así se hace saber. PARTE MOTIVA I Examinadas las actas procesales
que conforman el expediente, observa este Órgano Jurisdiccional, que en el caso de autos el
ciudadano Eduard Enrique Medina Viloria, presentó demanda de acción de desconocimiento
de paternidad, en relación con el niño x, de dos (2) años de edad, en contra de los ciudadanos
Hugo José Espina Benavides y Yuseth del Valle Parra Castillo, quienes están unidos en
matrimonio civil, tal como consta en el acta de matrimonio supra valorada, sin que conste en
actas que hasta la presente fecha dicho vínculo matrimonial haya sido disuelto.
En el caso de autos, se aprecia un su partida de nacimiento, que el niño fue registrado por el
ciudadano Hugo José Espina Benavides, como su hijo ante la Jefatura Civil de la parroquia
Manuel Dagnino del municipio Maracaibo del estado Zulia, en fecha 07 de abril de 2009; en
virtud de la unión matrimonial que lo une con la progenitora del niño, quedando asentado el
nombre de este último como x. Ahora bien, en aplicación del principio de búsqueda de la
verdad real (Vid. art. 450, literal “j” de LOPNA, 1998), se aprecian y valoran los resultados de
la experticia hematológica y heredobiológica del ácido desoxirribonucléico (ADN), producto de
la comparación de las muestras de sangre extraídas al demandante, al niño de autos y a su
madre, practicada por un experto (nombrado y juramentado) de la Unidad de Genética Médica
de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia, cuya conclusión es que “…el
ciudadano Eduard Enrique Medina Viloria no puede ser excluido como padre biológico del
niño x”; lo que crea la convicción en este Sentenciador sobre la veracidad de los hechos
alegados por el actor en el libelo. En resumen, considera este Sentenciador que con los
medios de prueba promovidos y evacuados en el juicio, especialmente la experticia del ADN,
ha quedado suficientemente demostrada la verdadera identidad biológica del niño x, lo que
desvirtúa la presunción de paternidad del ciudadano Hugo José Espina Benavides, por ser
contraria a la realidad y a la verdadera identidad biológica del niño de autos. Así se establece.
Por todos los motivos expuestos, en acatamiento del deber constitucional de aplicar con
preferencia las disposiciones y principios constitucionales y garantizar su supremacía y
efectividad, este Tribunal, en aplicación preeminente del derecho a “…un nombre propio, al
apellido del padre y al de la madre, y a conocer la identidad de los mismos” consagrado en el
artículo 56 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, tomando en cuenta
todo lo alegado y probado y que la verdadera filiación biológica del niño de autos debe
concordar con su identidad legal, considera que la presente acción ha prosperado en derecho
y debe declararse con lugar la demanda, por haber quedado desvirtuada la presunción de
paternidad del ciudadano Hugo José Espina Benavides. Lo anterior a la vez, en aplicación del
principio de economía procesal y la garantía inmediata del derecho al apellido del padre,
permite tener al ciudadano Eduard Enrique Medina Viloria como progenitor biológico del niño
x, quien, de acuerdo con la decisión que aquí se toma, en lo sucesivo debe llamarse x, de
acuerdo con el orden previsto en el artículo 235 del Código Civil. Así se decide. PARTE
DISPOSITIVA DECISIÓN Por los fundamentos antes expuestos, este Tribunal de Protección
de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del estado Zulia, Sala de Juicio
- Juez Unipersonal No. 03, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela, y por autoridad que le confiere la Ley, declara: Desaplica por control difuso de la
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constitucionalidad el artículo 201 del Código Civil, para darle aplicación preeminente al
artículo 56 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, de acuerdo con lo previsto en los artículos 20 del Código
de Procedimiento Civil y 334 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; en
los términos expresados en el presente fallo. Con lugar la acción de desconocimiento de
paternidad, intentada por el ciudadano Eduard Enrique Medina Viloria, venezolano, mayor de
edad, portador de la cédula de identidad No. V-13.931.378, domiciliado en el municipio
Maracaibo del estado Zulia, en contra de los ciudadanos Hugo José Espina Benavides y
Yuseth del Valle Parra Castillo, venezolanos, mayores de edad, portadores de las cédulas de
identidad Nos. V-12.621.325 y V-15.010.054 respectivamente, domiciliados en el municipio
Maracaibo del estado Zulia, en relación con el niño x, de dos (02) años de edad. En
consecuencia, queda desvirtuada la paternidad del ciudadano Hugo José Espina Benavides,
antes identificado, con respecto al referido niño, y judicialmente establecido el nexo de
filiación reclamado por el ciudadano Eduard Enrique Medina Viloria, antes identificado, quien
debe tenerse como padre del niño quien en lo sucesivo se debe llamar x. Así se decide. Una
vez que quede definitivamente firme esta sentencia se oficiará al Registro Principal y al
Registro Civil de Nacimientos de la parroquia Manuel Dagnino del municipio Maracaibo del
estado Zulia, para informar y ejecutar el presente fallo. Igualmente, se oficiará a la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia a los fines de remitir copia certificada del
presente fallo para que revise la desaplicación de la norma legal realizada por control difuso
de la constitucionalidad. Se condena en costas a la parte demandada por haber sido vencida
totalmente en el presente juicio de conformidad con lo establecido en el artículo 274 del CPC,
con excepción del niño de autos por prohibición expresa del artículo 484 de la LOPNA (1998).
Publíquese, regístrese y déjese copia certificada por Secretaría del presente fallo, de
conformidad con lo establecido en el artículo 248 del CPC y a los fines previstos en el artículo
72 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Dada, firmada y sellada en el Despacho del Juez
Unipersonal No. 3 de la Sala de Juicio del Tribunal de Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes de la Circunscripción Judicial del estado Zulia, con sede en la ciudad de
Maracaibo, a los treinta y un (31) días del mes de mayo de 2011. Año 201º de la
Independencia y 152º de la Federación. El Juez Unipersonal No. 3 (Provisorio), La
Secretaria,
En la misma fecha, previo el cumplimiento de las formalidades de ley, se publicó el fallo que
antecede a las tres de la tarde (3:00 p.m.) y se registró en el libro de sentencias definitivas
bajo el No.80, llevado por este Tribunal. La Secretaria. Expediente Nº 15.196
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ANTECEDENTES EN ALZADA
Corresponde a éste Tribunal Superior conocer de las presentes actuaciones, en virtud del recurso de
apelación intentado en fecha 16/04/2012 (f.47) por el abogado J.M.G.C., actuando en su carácter de
apoderado judicial del ciudadano E.A.L.V., contra la decisión de fecha 10 de abril de 2012, proferida por el
Juzgado Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, que declaró inadmisible la pretensión de inquisición de
paternidad interpuesta por el referido ciudadano; siendo oída en ambos efectos por el Tribunal de la causa
por auto de fecha 24 de abril de 2012 (f.48).
Las actas procesales que conforman el presente expediente, fueron recibidas por esta Alzada el día 04 de
mayo de 2012 (vuelto del folio 49); y por auto de fecha 09 de Mayo de 2012, éste Tribunal le dio entrada al
expediente fijándose el vigésimo (20°) día de despacho siguiente a esa fecha para presentar informes (f.
52).
En fecha 02 de julio de 2012, oportunidad fijada por esta Alzada para la presentación de informes, la parte
solicitante-recurrente, presentó el escrito correspondiente (f.53 al 59, ambos inclusive).
Estando dentro de la oportunidad legal correspondiente, pasa éste Tribunal a emitir su pronunciamiento en
los siguientes términos:
II
TRAMITACIÓN EN PRIMERA INSTANCIA
En fecha 07/04/2011, fue recibido por la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos de los
Juzgados de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, escrito de solicitud de Inquisición de Paternidad presentada por el
ciudadano E.A.L.V., correspondiéndole, previa distribución de ley, conocer y sustanciar la presente causa al
Juzgado Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas (f.03 al 08, ambos inclusive).
En fecha 18 de mayo de 2011, el Juez de la causa, admitió la referida solicitud por los trámites del
procedimiento ordinario, ordenó la citación del ciudadano R. (sic R.S.D., de nacionalidad española, mayor
de edad, domiciliado en las Islas Canarias, para que comparezca dentro de los 20 días de despacho
siguientes a la constancia en autos de su citación, a los fines de que ejerciera los recursos pertinentes; y
asimismo, se ordenó la notificación del Fiscal del Ministerio Público (f.22 al 23, ambos inclusive).
En fecha 30 de mayo de 2011, el abogado J.M.G.C., consignó instrumento poder para acreditar la
representación del solicitante. (f.24 al 28).
En fecha 13 de junio de 2011, el apoderado del solicitante consignó escrito de alegatos (f.30 al 31),
mediante el cual alegó que existía un “grave error” en la admisión, ya que el Alguacil no tenía ni tendrá
nunca jurisdicción en España para esa citación ordenada, como también que no estaban en juicio
contencioso, pero que con el fin de evitar algún menoscabo de los derechos del reconocedor A.L.V., se
proceda sin más dilación a convocar al accionado por carteles; siendo ratificado el mismo en fechas 17 de
noviembre (f.33) y 15 de diciembre de 2011 (f.35), así como el 12 de enero (f.37) y 14 de Marzo de 2012
(f.39), donde solicitaba pronunciamiento del tribunal de la causa, por cuanto –a su decir-en razón de que en
el presente caso, se trataba de una solicitud, consideraba que la citación de la parte contra quien reclama la
inquisición de paternidad, no era necesaria.
En fecha 10 de abril de 2012, el Juzgado Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, dictó sentencia en la
cual declaró “INADMISIBLE” la solicitud de Inquisición de Paternidad (f.40 al 45).
Mediante diligencia de fecha 16/04/2012 (f.47), el abogado J.M.G.C., actuando en su carácter de
apoderado judicial del ciudadano E.A.L.V., apeló de la decisión.
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Esta apelación fue oída por ambos efectos por el Tribunal de la causa por auto de fecha 24 de abril de 2012
(f.48).
III
DE LA SENTENCIA RECURRIDA
Constan del folio 40 al 45, ambos inclusive, decisión dictada en fecha 10 de abril de 2.012 por el Juzgado
Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, M., del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, mediante la cual estableció lo siguiente:
(…Omissis…)
MOTIVACIÒN
…Corresponde a este Juzgado emitir pronunciamiento con respecto a la presente solicitud y lo hace de la siguiente
manera:
La filiación, conocida en sentido amplio comporta la relación parental que vincula a una persona con sus
ascendientes o antepasados (véase padres, abuelos) o descendientes (hijos o nietos).
La institución antes nombrada se encuentra consagrada bajo una norma de rango constitucional, al establecer en el
artículo 56 de la Carta Magna lo siguiente: “toda persona tiene derecho aun (sic) nombre propio, al apellido del
padre y al de la madre, y a conocer la identidad de los mismos. El Estado garantizará el derecho a investigar la
maternidad y la paternidad. Toda persona tienen (sic) derecho a ser inscrita gratuitamente en el Registro Civil
después de su nacimiento y a obtener documentos públicos que comprueben su identidad biológica, de conformidad
con la ley. Estos no contendrán mención alguna que califique la filiación.
Es menester acotar que la propia Constitución de la República Bolivariana de Venezuela garantiza el derecho humano
que toda persona posee de tener un nombre, así como conocer la identidad de sus progenitores. Adicionalmente, el
pacto político actual, consagró la posibilidad de investigar la paternidad y la maternidad, circunstancia ésta que
había sido ampliamente criticada en la antigüedad, apunto de estar prohibida en ordenamientos jurídicos de vieja
data, por lo que es fácil ingerir que en materia de filiación el ordenamiento jurídica ha avanzado en gran manera.
En el mismo sentido, el Ordenamiento Jurídico Venezolano, ha establecido las diferentes maneras en que se ha podido
verificar el establecimiento de la filiación, ya sea a través de los mecanismos jurisdiccionales, usando como baluarte
la tecnología y estableciendo de igual forma la realización de pruebas heredo-biológicas o ADN, desarrolladas por
organismos investigativos destinados para tales fines, fusionándose así la técnica jurídica con la evolución de la
ciencia en materia genética.
Vemos pues, como la evolución de la sociedad, así como la evolución de la tecnología pasan a complementar la tarea
de administrar justifica (sic) en los distintos procesos judiciales encaminados a determinar la filiación entre dos o más
individuos.
Sin embargo, estos procesos judiciales son de gran importancia, por esclarecer estados civiles relativos a la persona y
por tal se encuentran gobernados por el principio de la legalidad y, salvo situaciones de excepción permitidas por la
propia ley, la regulación legal sobre la forma, estructura y secuencia del proceso civil, es impositiva, es decir,
obligatoria en un sentido absoluto, para las partes y para el Juez, ya que esa forma, esa estructura y esa secuencia que
el legislador ha dispuesto en la ley procesal, son las que el Estado debe garantizar a través de los Órganos de
Administración de Justicia, por considerarlas apropiadas y convenientes para la finalidad de satisfacer la necesidad
de tutela jurisdiccional de los ciudadanos.
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En este sentido, entran en juego las distintas formas procedimentales bajo las cuales las partes deben actuar en juicio,
teniendo relevancia la cualidad con que actúen, así como el interés legitimo (sic) actual para sostener el proceso.
En materia de filiación, esta cualidad o este interés en sostener el juicio viene dada por la condición con que actúe el
demandante y el demandado, ya sea en juicios de inquisición o impugnación de paternidad o maternidad, según sea el
caso. Por ejemplo, carece de cualidad e interés el tercero que no es el padre biológico del hijo cuya filiación paterna
se ataca, pues esta pretensión correspondería al padre biológico de éste, utilizando los mecanismos jurisdiccionales,
así como los medio tecnológicos antes enunciados para lograr así el establecimiento de su filiación real.
No obstante lo anterior, cabe resaltar que si un individuo manifiesta de manera voluntaria el reconocimiento a favor
de una persona, declarando ser padre y se mantiene esa relación hijo-padre a través del tiempo, estableciéndose así la
posesión de estado del hijo, debe considerarse la validez de tal reconocimiento, tanto así que a los fines de romper con
tal vinculo debe interponerse inicialmente un juicio de impugnación de paternidad, el cual ataque esa relación ya
establecida.
Lo antes expuesto, fue desarrollado por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, tomándose en
consideración las normas adjetivas que regulan el proceso, y dicho fallo fue dictado en fecha 14 de Julio de 2000, con
ponencia del Magistrado J.E.C.R., en la que se estableció:
…primero, observa la Sala que el presente caso surgió a partir de un juicio de inquisición de paternidad (…).
La demandante, para el momento en el que interpuso la referida demanda, tenía una partida de nacimiento que la
identificada como hija de los ciudadanos (…), por lo que carecía de legitimación para intentar dicho juicio, ya que
afirmaba ser una persona distinta a la titular del derecho exigido.
Debe señalar esta S. que, si la demandante quería intentar un juicio de inquisición de paternidad con el ciudadano
(…), debió primero impugnar su filiación con respecto a las que aparecen como sus padres, tanto en su partida de
nacimiento como en su partida de matrimonio (…) De lo contrario, ¿Cómo puede pretender la demandante el
establecimiento de una filiación (…), si existió el reconocimiento voluntario de paternidad por parte del ciudadano
(…), ¿acaso debe entenderse que la ciudadana (…) pretendía el reconocimiento de la paternidad de dos personas
distintas?.
Atendiendo a tales situaciones, el artículo 221 del Código civil establece lo siguiente: (…)
De conformidad con el referido articulo, la demandante debió impugnar previamente su estado de hija con respecto al
ciudadano (…), y así tendría la cualidad o legitimación requerida para intentar la demanda de inquisición de
paternidad en contra el ciudadano…
El criterio jurisprudencial antes transcrito es ampliamente compartido por el Juzgado que con tal carácter
suscribe, pues en un Estado de Derecho y de Justicia Social como lo es la República Bolivariana de
Venezuela, no podría manifestarse el reconocimiento paterno de dos personas distintas, estableciéndose
así la filiación sobre un mismo individuo, pues esto atentaría contra las normas jurídicas y sociales
establecidas en una sociedad moderna que busca como fin único el bien común, la realización de la
Justicia y la convivencia en paz.
Por los argumentos expuestos, considera esta Sentenciadora que en el caso de autos el ciudadano
E.A.L.V., plenamente identificado, pretende le sea reconocida la presunta filiación existente en el y el
ciudadano R.S.D., quien dice ser su padre biológico, sin embargo el demandante ya se encuentra
debidamente reconocido por el ciudadano F.M.L., tal y como se desprende de la partida de nacimiento
signada con el No. 289, folio 145 vto., expedida por la primera Autoridad Civil del M.M.D.R. del. Del Estado
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Miranda, no se encuentra en actas su impugnación, siendo este un requisito esencial para admitir la
inquisición de paternidad aquí solicitada.-
Por lo que la situación planteada encuadra dentro de los supuestos establecidos en la cita jurisprudencial
antes transcrita, por lo que el ciudadano E.A.L.V., debió intentar inicialmente el juicio de impugnación de
paternidad a objeto de disolver el vínculo que lo une con su padre legal ciudadano F.M.L., y posterior a ello
intentar el presente proceso de inquisición de paternidad, para así lograr establecer el vínculo que
presuntamente lo une con el ciudadano R.S.D.. Y así se establece.-
(…Omissis…)
Con fundamento a las anteriores consideraciones de hecho y derecho este órgano jurisdiccional
administrando Justicia (sic) el nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por la autoridad que le
confiere la Ley, declarar INADMISIBLE la pretensión de INQUISICION DE PATERNIDAD interpuesta por el
ciudadano E.A.L.V..
De conformidad con lo previsto en el Artículo 283 del Código de Procedimiento Civil, no hay condenatoria
en costa…”.
IV
FUNDAMENTOS DE LA APELACIÓN
El ciudadano E.A.L.V., parte solicitante en la presente causa, debidamente asistido por el abogado
J.M.G.C., mediante escrito presentado en fecha 02 de julio de 2012, oportunidad fijada por esta Alzada
para la presentación de informes, expresó lo siguiente:
Debemos subrayar que, revisada la decisión DICTADA POR EL A-QUO, Y LA BASE DE LA MISMA, LA DICTADA
POR EL TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA, muchas veces, y analizada para ver como se podría conectar con los
supuestos de hecho y derecho presentados en nuestra solicitud; jurídicamente estudiado todos los elementos del
supuesto de hecho, y tomando en cuenta que en repetidas ocasiones habíamos y seguimos señalando que:
1.- LA ACCIÓN INTERPUESTA ERA UNA SOLICITUD DE DARLE RECONOCIMIENTO JURÍDICO AL ACTO
MEDIANTE QUE (sic) DOCUMENTO PÚBLICO DE RECONOCIMIENTO VOLUNTARIO DEL HIJO BIOLÓGICO
POR PARTE DE SU PADRE BIOLÓGICO ROMÁN S.D., SE HABÍA CONSUMADO;
3.- LOS MISMOS NO PODÍAN SER OBVIADOS, DESCONOCIDOS, MENOS OLVIDADOS Y SOSLAYADOS, POR
CUANTO PRODUCÍAN PLENOS EFECTOS LEGALES, MÁS AL ESTAR APOSTILLADOS, CUMPLIENDO ASÍ CON
LA REGLAMENTACIÓN ORDENADA PARA DOCUMENTOS OTORGADOS EN PAÍSES EXTRANJEROS, POR
RESOLUCIÓN DE LA CONVENCIÓN DE LA HAYA.
4.- QUE R.S.D., A TODO EVENTO NO PODÍA SER CITADO POR EL ALGUACIL EN ESPAÑA, POR CUANTO EL
NO TENÍA JURISDICCIÓN PARA ELLO EN NINGÚN LUGAR FUERA DE SU JURISDICCIÓN;
5.- QUE NO SE HABÍA INTENTADO DEMNADA (sic), QUE NO ERA UNA PRETENSIÓN EN FORMA
CONTENCIOSA, MEDIANTE UN PROCEDIMIENTO, REPETIMOS, DE DEMANDA DE RECONOCIMIENTO DE
HIJO, QUE TODO ERA MÁS BIEN UNA SOLICITUD PARA RATIFICARF VALIDEZ A ESE RECONOCIMIENTO,
TAL Y COMO LO ESTABLECE LA LEY SUSTANTIVA, EN RELACIÓN A ESE RECONOCIMIENTO VOLUNTARIO
POR MEDIO DE DOCUMENTO PÚBLICO.
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6.- QUE AL REVISAR LA SOLICITUD POR LA A-QUO, ES EVIDENTE QUE SE LE CONFUNDIÓ CON LAS
ACCIONES PREVISTAS EN LOS ARTÍCULOS 226 Y 227 DEL C.C. (sic) VIGENTE, VALE DECIR: A DEMANDAR
ESE RECONOCIMIENTO.
7.- QUE SE HACÍA (SIC) DE INICIAR ESE PROCEDIMIENTO, MEDIANTE LA PRESENTACIÓN DE ESA
SOLICITUD DE CONFORMIDAD A LO PREVISTO Y ORDENADO POR EL ARTÍCULO 231 EJUSDEM.
8.- QUE COMO FUNDAMENTO CONSTITUCIONAL, SE CONCATENABA TODO LO ACTUADO COMO LOS
ARTÍCULOS REFERIDOS, AL DERECHO-GARANTÍA PREVISTO EN EL ARTÍCULO 56 DE LA CONSTITUCIÓN
NACIONAL VIGENTE…
.
De ello se desprende que al solicitar YO, judicialmente que se ratifique la validez de ese documento
público, no era por demanda contra R.S.D., no se abría NINGUNA CONTROVERSIA O Contención, no se
había incoado una DEMANDA, ya que, si demanda es:
(…OMISSIS…)
Si se analiza lo expresado, por lo natural y obvio, de que no era que yo, E.A.L.V., SOLAMENTE CREÍA
QUE R.S.D. ERA MI PADRE BIOLÓGICO; POR LO QUE NECESITABA PROBARLO; QUE DEBÍA
TRAERLO A JUICIO, PARA PROBAR QUE ERA MI PADRE, HASTA LLEGAR A LA PRUEBA DE ADN A
REALIZARLA EN SU PERSONA, SI ERA NECESARIO, Y SIENDO QUE NO ERA ESE, EL SUPUESTO
DE HECHO QUE MOTORIZABA LA SOLICITUD, PUESTO QUE LO QUE VERDADERAMENTE EXISTÍA,
ERA QUE ÉL (R.S.D.) VOLUNTARIAMENTE Y CUMPLIENDO CON LOS REQUSITOS EXIGIDOS EN LA
LEY, ARTÍCULO 217 NUMERAL 3°, 218; Y, YO CON EL ARTÍCULO 220 DEL CÓDIGO CIVIL VIGENTE,
ME HABÍA RECONOCIDO Y YO HABÍA ACEPTADO ESE RECONOCIMIENTO, HECHO PLASMADO EN
DOCUMENTO PÚBLICO, DEBIDAMENTE APOSTILLADO.
Si esto era sumamente claro, entonces, porqué la juez a-quo, después de 365 días, de 12 meses, después
de buscar y no encontrar, consigue una decisión que utiliza como su fundamento legal para decidir, aún
cuando sabe que está fundamentada en un hecho y acto distinto al que nos arropa en el presente caso,…
(…Omissis…)
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En principio, por lo obvio, no debería decirse que ella admite que el procedimiento no ERA UNA
DEMANDA, QUE NO ERA CONTENCIOSO, que era simplemente UNA SOLICITU, que de conformidad al
artículo 56 de la Constitución Nacional, es mi derecho constitucional a hacerlo valer, por cuanto, es también
una garantía, para obtener:
…UN NOMBRE PROPIO, AL APELLIDO DEL PADRE Y DE LA MADRE Y A CONOCER LA IDENTIDAD DE LOS
MISMOS. EL ESTADO GARANTIZARÁ EL DERECHO A INVESTIGAR LA MATERNIDAD Y LA PATERNIDAD
.
Una pregunta consecuente sería:
¿SOLAMENTE TENÍA EL DERECHO A INVESTIGAR?
¿ES DECIR SE INVESTIGA, SE CONSIGUE EL PADRE Y MADRE, Y DESPUÉS SOLAMENTE QUEDA
ESE DERECHO COMO BENEPLACITO PARTICULAR, CÓMO RECOMPENSA Y MÁS NADA?
No lo creo, puesto que, existen las acciones que me permitirían plasmarlo en la realidad, esa investigación
que dio sus frutos, y sabemos que el moderno derecho, ha levantado la voz para eliminar los actos
superfluos, los procedimientos engorrosos, quiere la simplicidad pero en forma clara y concisa, con la
garantía constitucional de preservar la Constitucionalidad, poder difuso, que tienen los jueces para evitar
actos y decisiones que colidan con ella. Por eso, se hace claro ese derecho, cuando el artículo 232 del C.C.
(sic), señala: (…omissis…), y en forma determinante, el artículo 217 ejusdem, que prevé: (…omissis…), lo
cual queda ratificado en el artículo 218 ejusdem, cuando expresa: (…omissis…)…”. (M. y negritas del
recurrente).
Así, sostuvo el recurrente que “…si existe tal claridad en el caso apelado (nuestro caso) nos mueve a
confusión, esta decisión, por cuanto después de todo lo analizado, y conociendo por dicha Magistrada,
cómo es que, abruptamente y para el 10 de abril del presente año, decide, y en su sentencia expresa:
NO OBSTANTE LO ANTERIOR, CABE RESALTAR QUE SI UN INDIVIDUO MANIFIESTA DE MANERA
VOLUNTARIA EL RECONOCIMIENTO A FAVOR DE UNA PERSONA, DECLARANDO SER PADRE Y SE
MANTIENE ESA RELACIÓN HIJO-PADRE A TRAVÉS DEL TIEMPO, ESTABLECIÉNDOSE ASÍ LA POSESIÓN DE
ESTADO DEL HIJO, DEBE CONSIDERARSE LA VALIDEZ DE TAL RECONOCIMIENTO, TANTO ASÍ QUE A LOS
FINES DE ROMPER CON ESE VÍNCULO DEBE INTERPONERSE INICIALMENTE UN JUICIO DE
IMPUGNACIÓN DE PATERNIDAD EL CUAL ATAQUE ESA RELACIÓN ESTABLECIDA
.
Y en relación a ello, el recurrente expresó “Nosotros DEJAMOS CLARO QUE, el solicitante, aún cuando
tenía igualmente una partida de nacimiento que lo identificaba como hijo de LAMEDA, expresó en su
solicitud, que siempre supo que su padre biológico era R.S.D.; que lo consiguió, entabló relación con él, y
así se fue fortaleciendo su condición padre a hijo, hasta que fue llamado para su reconocimiento, pues él
era su padre biológico, VALE DECIR QUE SE AJUSTÓ A EJERCER EL DERECHO QUE EXPRESA EL
ARTÍCULO 56 DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL…”.
Así pues, el apelante sigue citando la jurisprudencia aplicada por la recurrida:
La sentencia sigue expresando:
`DEBE SEÑALAR ESTA SALA QUE, SI LA DEMANDANTE QUERÍA INTENTAR UN JUICIO DE INQUISICIÓN DE
PATERNIDAD CON EL CIUDADANO (…) DEBIÓ PRIMERO IMPUGNAR SU FILIACIÓN CON RESPECTO A LAS
QUE APARECEN COMO SUS PADRES, TANTO EN LA PARTIDA DE NACIMIENTO COMO EN SU PARTIDA DE
MATRIMONIO, (…) DE LO CONTRARIO, ¿CÓMO PUEDE PRETENDER LA DEMANDANTE EL
ESTABLECIMIENTO DE UNA FILIACIÓN (…) SI EXISTIÓ EL RECONOCIMIENTO VOLUNTARIO DE
PATERNIDAD POR PARTE DEL CIUDADANO (…) ACASO DEBE ENTENDERSE QUE LA CIUDADANA (…)
PRETENDÍA EL RECONOCIMIENTO DE LA PATERNIDAD DE DOS PERSONAS DISTINTAS?´
3.- En nuestro caso, se debe advertir que, no intentamos demanda, que teníamos confirmado el derecho a la validez de
un reconocimiento mediante documento público, no existía la situación de PRETENSIÓN DE UN DERECHO, más
bien de la confirmatoria de ese derecho.
(…Omissis…)
En nuestro caso, en la solicitud no había, no hay ni habrá nada que probar, todo deviene O ES UNA
CONSECUENCIA QUE EMERGE DE DOCUMENTOS PÚBLICOS…
Argumenta que, “son dos casos distintos, ya que, la DEMANDA está sujeta a las probanzas, en cambio la solicitud,
solamente se revisa si se cumplieron con los requisitos exigidos por la Ley, para su validez y así darle la legalidad que
por derecho le corresponde.”
Indica que, “la sentencia DEL T.S.J., como la guinda del caso decidido, expresa:
`DE CONFORMIDAD CON EL REFERIDO ARTÍCULO (221 EJUSDEM), LA DEMANDANTE DEBIÓ IMPUGNAR
PREVIAMENTE SU ESTADO DE HIJA CON RESPECTO AL CIUDADANO (…), Y ASÍ TENDRÍA LA CUALIDAD O
LEGITIMACIÓN REQUERIDA PARA INTENTAR LA DEMANDA DE INQUISICIÓN DE PATERNIDAD EN
CONTRA DEL CIUDADANO (…) ´.
Nosotros dejamos constancia, que en el caso apelado, nuestra SOLICITUD NO ES UNA DEMANDA, NO EXISTE
DEMANDA, EXISTE ESO, UNA SOLICITUD QUE ES IMPRESCRIPTIBLE, EXISTE DOCUMENTOS PÚBLICOS
QUE FUERON OTORGADO CUMPLIENDO LAS FORMALIDADES DE ESENCIA Y NATURALEZA PREVISTAS EN
LOS ARTÍCULOS 217 NUMERAL 3°, 218, 219, 220, 221, 226, 227, 228, 230, 231 Y 232 CONCATENADOS CON EL
ARTÍCULO 56 DE LA Constitución Nacional,…
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.
Y entonces, se pregunta el recurrente con respecto a lo expresado por la decisión apelada, “¿Cómo puede
acogerse, para aplicar esta sentencia cuyos elementos de hecho y de derecho son distintos, al caso in
comentus?”.
En este orden de ideas, expresa el apelante que:
…existe una incongruencia en esa sentencia, que deja un vacío jurídico a saber:
PRIMERO:
Si de conformidad a la sentencia analizada, para intentar una demanda o juicio de paternidad o maternidad, debe
impugnarse el estado de hija del ciudadano (…) y así tendría la cualidad y legitimación requerida para intentar LA
DEMANDA de inquisición de paternidad contra el ciudadano (…).
VEAMOS.
1.- Supongamos que LA DEMANDANTE, impugna previamente su cualidad, carácter y condición de hija del primer
padre.
En ese caso, queda sin apellidos, sin identificación, no podrá realizar ningún acto jurídico por cuanto simplemente NO
EXISTE.
Pero estaría bien, cumplió con ese requisito exigido supuestamente para DEMANDAR. Empero, tampoco podrá
intentar la demanda de INQUISICIÓN DE PATERNIDAD, por cuanto no tiene identificación, pero lo que es peor,
conociendo la dilación de las sentencias, por exceso de trabajo o por lo que sea, si como en nuestro caso, se vino a
admitir la solicitud a los dos meses, y se decidió al año y dos meses. En el supuesto de hecho del caso decidido por el
Tribunal Supremo de Justicia, según ese criterio, con la impugnación SE ESTABA ADQUIRIENDO LA
LEGITIMIDAD, LA CUALIDAD E INTERÉS PRESENTE PARA INTENTAR LA DEMANDA DE INQUISICIÓN DE
PATERNIDAD. Empero, si en el caso indeterminado, en la que dicha acción se admite, se procede y decide, al final le
es imposible probar su condición de hija del DEMANDADO, cuál sería su status en cuanto a su filiación.
EN PRINCIPIO:
No tendría apellido, no tendría identificación; no podría hacer valer sus derechos, ya que sería una persona sin
nombre ni apellido, INEXISTENTE, y lo que es peor sin Filiación, y sin derechos.
A nuestro leal saber y entender, esa no es la solución a ese ni a ningún caso relacionado o dentro de ese supuesto de
hecho, menos en el de nosotros, ya que no estamos demandando, y y (sic) aun cuando se hubiese demandado, no puede
cercenarse el derecho todo ciudadano a ser reconocido por su padre biológico; empero, nuestro derecho deviene:
Luego de toda esta disertación del recurrente, finalmente solicita “como emergente de todas las pruebas
presentadas, a la argumentación sólida realizada, a la discrepancia de los elementos valorados y tomados
como suyo de la sentencia apelada y a la supuesta jurisprudencia acogida del T.S.J. (sic), (…), es que,
solicitamos que la APELACIÓN interpuesta sea declarada con lugar en la definitiva con todos los
pronunciamientos legales a que haya lugar para que definitivamente sea decidido este caso que podría ser
tomado como modelo a posteriori…”.
V
MOTIVACION
Conoce éste Tribunal del recurso de apelación interpuesto por el abogado J.M.G.C., apoderado judicial del
ciudadano E.A.L.V., parte actora en el presente procedimiento de Inquisición de Paternidad, contra la
decisión de fecha 10 de abril de 2012, proferida por el Juzgado Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil, Tránsito y Bancario de esta Circunscripción Judicial, que declaró INADMISIBLE la referida
solicitud.
Así las cosas, se evidencia que, el tribunal de la causa fundamentó su decisión de inadmisibilidad de la
demanda en los siguientes motivos:
Por los argumentos expuestos, considera esta Sentenciadora que en el caso de autos el ciudadano E.A.L.V.,
plenamente identificado, pretende le sea reconocida la presunta filiación existente en el y el ciudadano R.S.D., quien
dice ser su padre biológico, sin embargo el demandante ya se encuentra debidamente reconocido por el ciudadano
F.M.L., tal y como se desprende de la partida de nacimiento signada con el No. 289, folio 145 vto., expedida por la
primera Autoridad Civil del M.M.D.R. delD.S. Del Estado Miranda, no se encuentra en actas su impugnación, siendo
este un requisito esencial para admitir la inquisición de paternidad aquí solicitada.-
Por lo que la situación planteada encuadra dentro de los supuestos establecidos en la cita jurisprudencial antes
transcrita, por lo que el ciudadano E.A.L.V., debió intentar inicialmente el juicio de impugnación de paternidad a
objeto de disolver el vínculo que lo une con su padre legal ciudadano F.M.L., y posterior a ello intentar el presente
proceso de inquisición de paternidad, para así lograr establecer el vínculo que presuntamente lo une con el ciudadano
R.S.D.. Y así se establece.-
(…Omissis…)
Con fundamento a las anteriores consideraciones de hecho y derecho este órgano jurisdiccional administrando
Justicia (sic) el nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por la autoridad que le confiere la Ley, declarar
INADMISIBLE la pretensión de INQUISICION DE PATERNIDAD interpuesta por el ciudadano ELIO ANTONIO
LAMEDA VEGAS…
. (Negritas de la recurrida).
Respecto de esta decisión, la parte actora ejerció recurso de apelación, mediante la cual, entre otras cosas,
expresó:
Nosotros DEJAMOS CLARO QUE, el solicitante, aún cuando tenía igualmente una partida de nacimiento que lo
identificaba como hijo de LAMEDA, expresó en su solicitud, que siempre supo que su padre biológico era R.S.D.; que
lo consiguió, entabló relación con él, y así se fue fortaleciendo su condición padre a hijo, hasta que fue llamado para
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su reconocimiento, pues él era su padre biológico, VALE DECIR QUE SE AJUSTÓ A EJERCER EL DERECHO QUE
EXPRESA EL ARTÍCULO 56 DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL…
.
Sigue el recurrente, y destaca que “la juez 12 de Primera Instancia, en su supuesta motivación, se
contradice, y lo que es más, confunde los términos, ya que, se sumerge en la sentencia, y habla de LA
DEMANDA, luego se refiere al caso en concreto, y señala o admite que es UNA SOLICITUD DE
PATERNIDAD…”
Argumenta que, “son dos casos distintos, ya que, la DEMANDA está sujeta a las probanzas, en cambio la
solicitud, solamente se revisa si se cumplieron con los requisitos exigidos por la Ley, para su validez y así
darle la legalidad que por derecho le corresponde.”
Finalmente solicita “como emergente de todas las pruebas presentadas, a la argumentación sólida
realizada, a la discrepancia de los elementos valorados y tomados como suyo de la sentencia apelada y a
la supuesta jurisprudencia acogida del T.S.J. (sic), (…), es que, solicitamos que la APELACIÓN interpuesta
sea declarada con lugar en la definitiva con todos los pronunciamientos legales a que haya lugar para que
definitivamente sea decidido este caso que podría ser tomado como modelo a posteriori…”.
Señalado lo anterior, se pasa de seguidas a hacer una serie de consideraciones respecto la filiación, y a tal
efecto se aprecia:
Así tenemos, según lo aduce el Dr. E.C.B. en sus comentarios al Código Civil Venezolano, que en un
sentido restringido se considera filiación “a la relación parental entre los padres y los hijos”, denominada
relación paterno-filial; este vínculo o lazo visto del lado de los hijos se llama filiación y, mirada del lado de
los padres se denomina paternidad o maternidad.” (Código Civil Venezolano, Comentado y concordado,
Caracas: sexta edición, Ed. Libra, 1999, págs. 165 y 166). Y la han dividido en dos: la filiación matrimonial y
la filiación extramatrimonial.
La profesora I.G.A. de Luigi, en su obra Lecciones de Derecho de Familia, define la filiación
extramatrimonial como el vínculo jurídico que existe entre el hijo y su padre o entre el hijo y su madre,
cuando los padres no están casados ni para la época de la concepción del hijo ni para la fecha de su
nacimiento. La filiación debe probarse y la prueba por excelencia es el reconocimiento, que puede ser
voluntario; es decir, aquel que deriva de la declaración espontánea de paternidad o maternidad efectuada
de alguna de las formas previstas por la ley; y, el reconocimiento forzoso, es decir aquel que se impone por
fuerza de una sentencia.
El reconocimiento voluntario puede hacerlo la propia madre o el propio padre personalmente o a través de
mandatario especial; o fallecido el padre o la madre, por los ascendientes más cercanos de una u otra
línea, del padre o de la madre, que concurran en la herencia y de mutuo acuerdo si pertenecen a la misma
línea. Para que tenga valor debe efectuarse conforme a lo establecido en los artículos 217 y 218 del Código
Civil.
Ahora bien, sobre las acciones de filiación se ha pronunciado la Doctrina y la Jurisprudencia, en forma
única al señalar como características comunes de las acciones de estado, que son indisponibles,
imprescriptible, y se tramitan por igual procedimiento. Son indisponibles por ser de orden público y por
tanto, no pueden renunciarse ni relajarse por voluntad del sujeto activo, lo que significa que una vez
intentada la acción deberá continuar hasta sentencia definitiva; sin que pueda darse en este procedimiento
la confesión ficta, ni el desistimiento ni el convenimiento, ni la transacción, tampoco tiene cabida la prueba
de juramento; y la confesión solo tendría valor de indicio. (Apuntes de Derecho de familia y sucesiones. Dr.
R.S.B., Pág. 261 y 262).
Las acciones relativas a la filiación, son acciones declarativas de estado, ya que la decisión se contrae a
declarar la preexistencia de un estado familiar.
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También ha sostenido la doctrina, que son dos las acciones que inciden sobre la paternidad, a saber: 1) El
que corresponde al padre y tiene por objeto desvirtuar la presunción de paternidad; es la impugnación de
paternidad, que tiene lugar sólo en el caso de existir matrimonio entre el padre y la madre del hijo cuya
paternidad se impugna. 2) La que corresponde al hijo y tiene por objeto hacer que el padre le reconozca su
condición de tal; es la inquisición de paternidad, que opera sólo en el caso de hijos extramatrimoniales,
cuando éstos pretenden que su presunto padre les reconozca como tales hijos.
En el presente caso, se observa de los alegatos expresados por el ciudadano E.A.L.V. en su escrito de
“solicitud de Inquisición de Paternidad”, en el cual manifestó “que su señora madre, AURA MARÍA VEGAS,
en fecha 29 de diciembre de 1960, contrajo matrimonio con el ciudadano F.M.L., (…) con este matrimonio,
a ruego de mi progenitora, y consecuencia del buen corazón de F.M.L., este convino con el fin de evitarme
la molestia SOCIAL, de ser “hijo ilegítimo”, reconocerme como hijo de su unión con AURA MARÍA VEGAS,
lo cual consta al margen de la susodicha partida, en la cual se expresa: “E.A., A QUIEN CORRESPONDE
ESTA PARTIDA, QUEDÓ LEGITIMADO POR EL SUBSIGUIENTE MATRIMONIO CELEBRADO ENTRE
SUS PADRES LOS CIUDADANOS FRANCOSCO MARÍA LAMEDA Y AURA MARÍA VEGAS…”.
Aduce igualmente, que al pasar el tiempo se comunicó con su padre biológico, y como éste no tenía
intenciones de regresar a Venezuela, en fecha 22 de septiembre del 2004, se trasladó a la localidad de
GARICHICO, BARRIO GENOVÉS, CALLE EL DRAGO No. 4, ISLAS CANARIAS DE ICOD DE LOS
VINOS, ante el N.M.M.G., registrado en acta No. 2783, donde en forma clara, inequívoca e irrevocable en
un documento público, su padre biológico D.R.S.D., lo reconoció como hijo suyo.” Y expresa que, interpone
la Acción de Inquisición de Paternidad, conforme al artículo 227 del Código Civil, para que se sustancie
dentro del procedimiento ordinario por tener el solicitante interés legítimo, presente y actual para intentarla
con el fin de que sea declarada judicialmente su filiación de hijo del ciudadano R.S.D., y la misma sea
declarada con lugar en la definitiva con todos los pronunciamientos de la ley, especialmente los expresados
por el artículo 223 del Código Civil.
De allí que, en el caso bajo análisis se aprecia, que el ciudadano E.A.L., parte actora en el presente
procedimiento de inquisición de paternidad, para el momento en el que interpuso la demanda, tenía partida
de nacimiento que lo identifica como hijo del ciudadano F.M.L., siendo ésta su filiación paterna legalmente
establecida.
El Tribunal de la causa, posterior a la admisión de la demanda declaró la inadmisibilidad de la misma
aduciendo que en el caso de autos el ciudadano E.A.L.V., pretende le sea reconocida la presunta filiación
existente entre él y el ciudadano R.S.D., quien dice ser su padre biológico, pero que sin embargo, el
demandante ya se encuentra debidamente reconocido por el ciudadano F.M.L., tal y como se desprende de
la partida de nacimiento signada con el No. 289, folio 145 vto., expedida por la primera Autoridad Civil del
M.M.D.R. delD.S. del Estado Miranda; no evidenciándose en las actas su impugnación; siendo este un
requisito esencial para admitir la inquisición de paternidad aquí solicitada.
Ahora bien, respecto la necesidad de que la parte que intenta un juicio de inquisición de paternidad contra
un determinado ciudadano –en caso de tener una filiación legal determinada con otra persona- deba
primero impugnar su filiación con respecto a esa persona que aparece como su padre en la partida de
nacimiento, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en decisión de fecha 14 de julio de
2003 en el Exp. 02-1597 dejó establecido:
“ … En primer lugar, corresponde a esta Sala Constitucional dilucidar su competencia para conocer el
recurso de revisión que ha sido planteado en contra de una sentencia proferida por la Sala de Casación
Social de este Tribunal Supremo de Justicia, a cuyo efecto observa que de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 336.10 constitucional y en el mismo sentido expuesto por la jurisprudencia dictada por la Sala
respecto de las potestades conferidas por el precepto constitucional aludido (stc. 93/2001, caso:
Corpoturismo), corresponde a esta Sala el examen del recurso interpuesto. Así se declara.
Precisada su competencia, a los fines de proveer sobre el caso sub exámine, la Sala observa que la
decisión cuya revisión se pretende, inaplicó el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil por considerar
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.
De conformidad con el referido artículo, la demandante debió impugnar previamente su estado de hija con
respecto al ciudadano A.C., y así tendría la cualidad o legitimación requerida para intentar la demanda de
inquisición de paternidad en contra del ciudadano P.M.U..
Establecido lo anterior, debe esta Sala aclarar los conceptos de legitimación o cualidad para ser parte en
juicio, para así establecer si la misma se refiere al fondo de la controversia o es una formalidad (esencial o
no) de la consecución de la justicia.
Anteriormente se confundían, los conceptos de legitimación de las partes, con la titularidad del derecho
solicitado y con el interés personal necesario para accionar.
La cualidad o legitimación ad causam, es un problema de afirmación del derecho, es decir, está supeditada
a la actitud que tome el actor en relación a la titularidad del derecho. Si la parte actora se afirma titular del
derecho entonces está legitimada activamente, si no entonces carece de cualidad activa.
Incluso la legitimación pasiva está sometida a la afirmación del actor, porque es éste quien debe señalar
que efectivamente el demandado es aquél contra el cual se quiere hacer valer la titularidad del derecho.
El juez, para constatar la legitimación de las partes no revisa la efectiva titularidad del derecho porque esto
es materia de fondo del litigio, simplemente observa si el demandante se afirma como titular del derecho
para que se dé la legitimación activa, y si el demandado es la persona contra la cual es concedida la
pretensión para la legitimación o cualidad pasiva.
La legitimidad se encuentra establecida en el ordenamiento jurídico venezolano en virtud de los principios
de economía procesal y seguridad jurídica, debido a que ella, le permite al Estado controlar que el aparato
jurisdiccional sea activado sólo cuando sea necesario y que no se produzca la contención entre
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cualesquiera parte, sino entre aquellas en las cuales ciertamente existe un interés jurídico susceptible de
tutela judicial.
En el primer aparte del artículo 361 del Código de Procedimiento Civil, referente a la contestación de la
demanda, se establece que:
Junto con las defensas invocadas por el demandado en la contestación podrá éste hacer valer la falta de cualidad o la
falta de interés en el actor o en el demandado para intentar o sostener el juicio y las cuestiones a que se refieren los
ordinales 9 °, 10 y 11 del artículo 346, cuando estas últimas no las hubiese propuesto como cuestiones previas
.(Subrayado de la Sala)
A diferencia de como lo establecía el antiguo Código de Procedimiento Civil, es decir, como excepción de
inadmisibilidad para ser decidida in limine litis, la falta de cualidad, de conformidad con el referido artículo,
es una excepción que va a ser decidida en la sentencia de fondo, así ella pueda obrar contra el derecho de
acción.
Es necesaria una identidad lógica entre la persona del actor en el caso concreto y la persona en abstracto
contra la cual la ley ha concedido la acción, lo que se manifiesta en la legitimación tanto activa como
pasiva, que pueda ser controlado por las partes en ejercicio del derecho constitucional a la defensa.
Esta Sala observa que, en el presente caso la parte recurrente negó su condición de demandado y alegó
en todas las instancias del proceso la falta de legitimidad tanto de la parte actora como de ella, como parte
demandada; ya que mal podía ser P.M. padre de la accionante, si legalmente, su padre era otra persona,
cuyo reconocimiento seguía siendo válido. Siendo así, mal podría D. delC.C. afirmarse hija de P.M. y poder
hacer declaraciones de derecho en su contra, si legítimamente aparecía como hija de A.C., a quien no se le
impugna tal condición, por lo que la Sala de Casación Social, al no pronunciarse en su sentencia, en
relación a dichos alegatos lesionó el derecho a la tutela judicial efectiva consagrado en el artículo 26 de la
Constitución.
A lo anterior añade la Sala que, la referida excepción de falta de cualidad, ciertamente es una excepción
que ataca a la acción, pero debido a que se encuentra ligada indisolublemente a la pretensión y responde a
principios consagrados constitucionalmente como lo son la tutela judicial efectiva y el derecho a la defensa,
representa una formalidad esencial para la consecución de la justicia.
Una vez establecido lo precedente, debe esta S. revisar si efectivamente existe la colisión decretada por la
Sala de Casación Social entre el Código de Procedimiento Civil y la disposición contenida en el artículo 257
constitucional.
El artículo 320 del Código de Procedimiento Civil establece lo siguiente:
Artículo 320: En su sentencia del recurso de casación, la Corte Suprema de Justicia, se pronunciará sobre las
infracciones denunciadas, sin extenderse al fondo de la controversia, ni al establecimiento ni apreciación de los
hechos que hayan efectuado los Tribunales de instancia, salvo que en el escrito de formalización se haya denunciado
la infracción de una norma jurídica expresa que regule el establecimiento o valoración de los hechos, o de las pruebas
o que la parte dispositiva del fallo sea consecuencia de una suposición falsa por parte del Juez, que atribuyó a
instrumentos o actas del expediente menciones que no contiene, o dio por demostrado un hecho con pruebas que no
aparecen en autos o cuya inexactitud resulta de actas e instrumentos del expediente mismo.
Podrá también la Corte Suprema de Justicia extender su examen al establecimiento o valoración de los hechos cuando
tratándose de pruebas no contempladas expresamente en la ley, el Juez las haya admitido o evacuado sin atenerse a la
analogía a que se refiere el artículo 395 de este Código, o no las haya apreciado según las reglas de la sana crítica a
que se refiere el artículo 507 ejusdem.
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Si al decidir el recurso la Corte Suprema de Justicia encontrare una infracción de las descritas en el ordinal 1° del
artículo 313, se abstendrá de conocer las otras denuncias de infracción formuladas, y decretará la nulidad y
reposición de la causa al estado que considere necesario para restablecer el orden jurídico infringido. Igual
abstención hará cuando declare con lugar una infracción que afecte una interlocutoria que haya producido un
gravamen no reparado en la definitiva.
Si no hubiere habido las infracciones aludidas en el párrafo anterior, la Corte Suprema de Justicia entrará a conocer
de las denuncias formuladas conforme al ordinal 2° del artículo 313, pronunciándose sobre ellas afirmativa o
negativamente mediante análisis razonado y estableciendo además, cuáles son las normas jurídicas aplicables para
resolver la controversia, ya sean éstas las indicadas por las partes en los escritos de formalización o de contestación,
o las que la propia Corte Suprema de Justicia considere que son las aplicables al caso.
Podrá también la Corte Suprema de Justicia en su sentencia hacer pronunciamiento expreso, para casar el fallo
recurrido con base en las infracciones de orden público y constitucionales que ella encontrare, aunque no se las haya
denunciado.
En la sentencia del recurso se hará pronunciamiento expreso sobre costas conforme a lo dispuesto en el Título VI de
este Libro. La condena en costas del recurso será obligatoria en caso de desistimiento o cuando se le deje perecer.
Si en un mismo juicio se anunciaren y admitieren varios recursos de casación al mismo tiempo, la decisión de ellos se
abrazará en una sola sentencia que contenga tantos capítulos como recursos, pero la sustanciación se hará en
cuadernos separados
(Subrayado de la Sala).
De conformidad con dicho artículo la casación debe revisar, en primer lugar, si existe alguna de las
infracciones descritas en el ordinal 1º del artículo 313, es decir los vicios de forma o errores in procedendo
contenidos en la sentencia recurrida. De ser así, debe abstenerse de conocer las demás denuncias
formuladas, decretará la nulidad y ordenará la reposición de la causa al estado que considere necesario.
De tal forma que, sólo procederá el tribunal de casación a decidir sobre los vicios de fondo o errores in
iudicando, si no encontrare ningún vicio de casación de forma en la sentencia de alzada.
El artículo 257 de la Constitución establece lo siguiente:
Artículo 257: El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia. Las leyes procesales
establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento breve, oral y
público. No se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no esenciales
(Subrayado de la Sala).
Dicho artículo establece que no se sacrificara el mérito de la decisión por la omisión de alguna formalidad
no esencial, ya que resulta evidente que la justicia no se sacrificará en ningún caso.
Asimismo, la referida norma constitucional, de manera implícita señala que por el incumplimiento de los
requisitos de forma esenciales sí se sacrificará la decisión de fondo, es decir que, no se puede dictar una
sentencia de fondo cuando no se ha observado el debido proceso.
De manera que, lo que debe revisar el tribunal de casación es si los defectos de forma que están
planteados configuran incumplimiento de formalidades esenciales o alguna inobservancia de los principios
que rigen el debido proceso, para lo cual debe resolver cada uno de los motivos de casación de forma,
antes de decidir sobre los vicios de casación de fondo.
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Es así como a juicio de esta Sala que, el artículo 257 de la Constitución obliga constitucionalmente y le da
pie de apoyo al artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, cuando obliga primero a considerar los
motivos de casación de forma y, tras declarar que no existen infracciones con respecto a éstos, entrar a
considerar los motivos de casación de fondo. Por lo que no considera esta S. que exista colisión entre los
referidos artículos y en tal sentido la Sala de Casación Social realizó una interpretación errónea del texto
constitucional.
Sin embargo, en el caso bajo examen la Sala de Casación Social no resolvió los motivos de casación de
forma, para entrar directamente a conocer los motivos de casación de fondo, con lo cual violentó el artículo
257 constitucional, ya que la legitimidad de las partes configura una formalidad esencial del proceso, de lo
contrario se pondría en juego la seguridad jurídica, al interponerse acciones entre cualesquiera partes,
incluso entre las que no se afirman titulares del derecho reclamado.
En conclusión, de conformidad con lo expresado esta S. anula la decisión impugnada mediante revisión y,
en consecuencia, la causa debe ser repuesta al estado en que la Sala de Casación Social dicte nueva
sentencia del recurso de casación. Así se declara…” (Fin de la cita).
Ahora bien, se observa que la acción de inquisición de paternidad, tiene por finalidad obtener una decisión
judicial en la que se establezca legalmente la filiación paterna o materna, entre el hijo concebido y nacido
fuera del matrimonio (el accionante) y el hombre que pretende tener como padre, cuando éste no lo ha
reconocido espontáneamente, según lo preceptuado en el artículo 228 del Código Civil. Sin embargo, como
la misma parte accionante lo declara en su escrito libelar y lo demuestra con la copia de su acta de
nacimiento cursante al folio 17, su madre posteriormente procedió a presentarlo como hijo del ciudadano
F.M.L..
Así las cosas, se aprecia que no puede la parte actora “solicitante” pretender que se establezca
judicialmente su filiación paterna y se le otorgue validez a un acto de reconocimiento voluntario que realizó
el ciudadano R.S.D., de su persona en fecha 28 de septiembre de 2004 por ante el N.D.M.M.G., Notario del
Ilustre Colegio Notarial de las Islas Canarias, en la ciudad de ICOD de los Vinos, España, mediante una
acción de inquisición de paternidad; es por ello, que para demandar por inquisición de paternidad, primero,
debe destruirse la fe pública que nace de su acta de nacimiento en la que aparece establecida su filiación
paterna, pues en ello está interesado el orden público, dado que en materia de filiación, una persona no
puede tener establecida su filiación con dos madres o dos padres. Por lo tanto, lo más acertado es que
deba extinguirse la fe pública que confiere el acta de nacimiento.
Respecto la admisibilidad de la demanda, se tiene que es un típico auto decisorio sobre los presupuestos
procesales y los requisitos constitutivos de la acción ejercida, conforme al cual el Tribunal puede no admitir
la demanda si ella es contraria al orden público, a las buenas costumbres o alguna disposición expresa de
la Ley tal como lo dispone el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil.
Como consecuencia de lo señalado, siendo que el requisito indispensable para poder incoar la demanda de
Inquisición de Paternidad en casos como el de autos; que el demandante haya obtenido decisión judicial
sobre la impugnación de la filiación paterna existente (documento fundamental que debe acompañar al
libelo de demanda), lo que demuestra la no existencia de la anterior filiación; lo que no consta en los autos;
deficiencia, que habiendo sido no advertida en un primer momento por el Tribunal de la causa, permitió la
admisión de una demanda contraria al orden público.
Por todo ello, en el caso bajo análisis, en efecto, se debe concluir que en virtud de que el demandante,
ciudadano E.A.L. tiene su filiación (paterna) legalmente establecida - era un requisito procesal de
admisibilidad - el que el actor en este juicio de inquisición incoara previamente la acción de impugnación de
paternidad, ya que de lo contrario, la acción resulta inadmisible conforme el artículo 341 del Código de
Procedimiento Civil; toda vez, que la legitimidad de las partes constituye una formalidad esencial del
proceso; y permitir lo contrario, pondría en juego la seguridad jurídica, al interponerse acciones entre
cualesquiera partes, dando lugar incluso a la interposición de acciones que permitan a un ciudadano –como
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en este caso- tener eventualmente dos filiaciones establecidas legalmente; por lo que evidentemente esta
acción es contraria al orden público. Así se declara.
Por último, respecto el alegato del recurrente en su escrito de informes, referente a que “la juez 12 de
Primera Instancia, en su supuesta motivación, se contradice, y lo que es más, confunde los términos, ya
que, se sumerge en la sentencia, y habla de LA DEMANDA, luego se refiere al caso en concreto, y señala o
admite que es UNA SOLICITUD DE PATERNIDAD…”; si bien, la presente acción se tramitó como una
solicitud, la misma se refiere al estado y capacidad de las personas, en la cual se encuentra interesado el
orden público, ya que entre sus características comunes se encuentran las de ser indisponibles,
imprescriptibles y se tramitan a través de un procedimiento judicial; por lo que el Estado tiene interés directo
en la materia objeto de pretensiones en la presente causa, debiéndose tramitar todo el procedimiento como
si se tratara de una demanda, que debe continuar hasta la sentencia definitiva, no aplicándose lo referente
a la confesión ficta, ni el desistimiento, ni el convenimiento, ni la transacción, siendo sólo aplicable la
confesión como un indicio de prueba. Así se resuelve.
En consideración a los motivos de hecho y de derecho señalados, considera esta sentenciadora que la
decisión recurrida debe ser confirmada con la motivación aquí expresada, por lo que es forzoso declarar sin
lugar el recurso de apelación ejercido. Así se decide.
VI
DECISIÓN
Por todos los razonamientos anteriormente expuestos, este Juzgado Superior Sexto en lo Civil, M. y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, administrando justicia en nombre
de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la ley, declara:
PRIMERO
SIN LUGAR el recurso de apelación intentado por el abogado J.M.G.C., actuando en su carácter de
apoderado judicial del ciudadano E.A.L.V., contra la decisión de fecha 10 de abril de 2012, proferida por el
Juzgado Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, que declaró inadmisible la acción de inquisición de paternidad
interpuesta por el referido ciudadano.
SEGUNDO
SE CONFIRMA el fallo apelado, por lo que en consecuencia, la acción de INQUISICIÓN DE PATERNIDAD
es INADMISIBLE de conformidad con lo establecido en el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil.
TERCERO
Dada la naturaleza de la decisión y en virtud de no haberse producido el contradictorio en este caso; no se
condena en costas a la parte actora.
Por cuanto la presente decisión se dictó dentro de la oportunidad legal correspondiente, no es necesaria la
notificación de las partes, de conformidad con lo establecido en el artículo 251 del Código de Procedimiento
Civil.
D. copia certificada de la presente decisión en el copiador de sentencias llevado por este Tribunal.
PUBLIQUESE Y REGÍSTRESE.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Juzgado Superior Sexto en lo Civil, M. y del Tránsito de
la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, a los 22 días del mes de octubre del año dos
mil Doce (2012). Años 202° de la Independencia y 153° de la Federación.
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LA JUEZ,
DRA. ROSA DA SILVA GUERRA.
LA SECRETARIA,
ABG. AMBAR MATA LÓPEZ.
En esta misma fecha, 22 de Octubre de 2012, siendo las 03:00 p.m., se publicó y registró la anterior
sentencia, dejándose copia certificada de la misma en el copiador de sentencia.
LA SECRETARIA,
ABG. AMBAR MATA LÓPEZ.
RDSG/AML/gmsb.
Exp. N° AP71-R-2012-000025.
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BIBLIOGRAFIAS