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TRANSFERENCIA DE CALOR TÉCNICA

Volumen II

Bartomeu Sigalés
Título de la obra:
TRANSFERENCIA DE CALOR TÉCNICA. Volumen II

© Bartomeu Sigalés

ADVERTENCIA
Tanto el texto como las aplicaciones informáticas que lo acompañan se
han desarrollado con FINES DIDÁCTICOS. El autor se ha esforzado
en comprobar la exactitud de los procedimientos, fórmulas, propiedades
y, en general, de toda la información que se ofrece; sin embargo, se
advierte que los resultados obtenidos con este material deben
verificarse mediante otras fuentes especializadas cuando se pretendan
utilizar con fines aplicados.
Índice Analítico
Capítulo 8. Convección gobernada por las fuerzas gravitatorias (I): Sin
cambio de fase
Introducción
8.1 Tratamiento teórico de la convección natural laminar sin cambio de fase
8.1-1 Convección externa laminar
Ejemplo 8.1 Efecto del módulo y la dirección de la velocidad en la convección sobre una
placa.

8.1-1.1 Solución exacta de las ecuaciones aproximadas


Ejemplo 8.2 Determinación de la transferencia de calor y la configuración de la perturbación
en una placa plana vertical a distinta temperatura que el fluido que la envuelve.

8.1-1.2 Resolución por diferencias de las ecuaciones aproximadas para la placa rectangular
vertical. Aplicación LORENTZ
Ejemplo 8.3 Resultados obtenidos con la aplicación LORENTZ.

8.1-2 Convección interna laminar. Solución analítica para un caso


8.2 Convección externa con régimen turbulento. Solución analítica aproximada: análisis integral de la
placa rectangular vertical
Ejemplo 8.4 Resolución con el método integral del ejemplo 8.2.

8.3 Contrastación experimental de los resultados teóricos


8.3-1 Placa rectangular vertical
8.3-2 Superficies convexas en general
8.3-3 Conclusiones
8.4 Convección externa. Cálculo práctico
8. 4-1 Capa límite real
8.4-1.1 Solución exacta de las ecuaciones aproximadas
8.4-1.1.1 Correlaciones para valores medios del número de Nusselt laminar
8.4-1.1.2. Placa rectangular vertical de gran anchura
Ejemplo 8.5 Número de Nusselt de capa delgada para un cilindro horizontal.

8.4-1.2 Capa límite laminar-turbulenta (real).Correlaciones para valores medios del número
de Nusselt
8.4-2 Convección externa real. Correlaciones para valores medios del número de Nusselt. Paquete
de aplicaciones NATURAL. Canales verticales
8.4-2.1 Placa vertical rectangular a temperatura uniforme
8.4-2.2 Placa plana rectangular vertical con flujo uniforme de calor
8.4-2.3 Placa plana horizontal caliente a temperatura y con flujo de calor uniforme orientada hacia
arriba (phi = 0)
Ejemplo 8.6 Uso del paquete NATURAL para determinar el coeficiente de convección para un placa
vertical.
Ejemplo 8.7 Id. Id. para un placa horizontal.
Ejemplo 8.8 Relación entre flujo de calor y temperatura en una placa horizontal

8.4-2.4 Placa plana horizontal caliente orientada hacia abajo (phi = pi)
IV Índice analítico

8.4-2.5 Cilindro isotermo horizontal


Ejemplo 8.9 Variantes datos-incógnitas en el calentamiento de un líquido con un cilindro calefactor
horizontal

8.4-3 Convección interna


8.4-3.1 Canales verticales
8.4-3.2 Cavidades
8.5 Coeficiente de transmisión superficial con gases. Efecto de la radiación
Ejemplo 8.10 Pérdidas a través de la pared vertical de un depósito de vapor según que se halle sumergido
en agua o al aire libre.

8.6 Convección mixta


8. 6-1 Convección externa
Ejemplo 8.11 Importancia relativa de la convección natural sobre una placa situada en una corriente de
aire, según que su posición sea vertical u horizontal.
Ejemplo 8.12 Convección mixta en un cilindro horizontal.

8. 6-2 Convección interna


8.6-2.1 Tubos horizontales
Ejemplo 8.13 Temperatura de la pared del tubo y temperatura final del aire circulando con una velocidad
baja a lo largo del mismo.

8.6-2.2 Tubos verticales


Ejemplo 8.14 Cálculo de la temperatura final de un fluido circulando en convección mixta en un tubo
vertical según el sentido de la circulación. Efecto de la posición del tubo.

Resumen

Capítulo 9. Transferencia de masa y balances generalizados


Introducción
9.1 Transferencia de masa en sistemas monocomponente
Ejemplo 9.1 Cálculo de la transferencia de calor en la condensación por gotas con el modelo de difusión
interfacial monocomponente.

9.2 Definiciones suplementarias para fases multicomponente


9.2-1 Definiciones para 1a concentración
Ejemplo 9.2 Composición del aire expresada de diversas maneras.

9.2-2 Velocidades y flujos en un fluido multicomponente en movimiento


Ejemplo 9.3 Velocidades medias de una mezcla a partir de las velocidades individuales de los diversos
componentes.

9.3 Balances de especies


9.4 Balance microscópico de cantidad de movimiento en un gas multicomponente
9.4-1 Difusión molecular. Simplificación de la ecuación de la difusión molecular. “Ley” de Fick
Ejemplo 9.4 Separación de los dos componentes de una mezcla binaria por destilación (difusión)

9.4-2 El coeficiente de difusión molecular


9.4-2.1 Gases
Ejemplo 9.5 Determinación experimemtal del coeficiente de difusión del cloroformo en aire.

9.4-2.2 Líquidos
9.4-2.3 Sólidos
Ejemplo 9.6 Cálculo de difusividades con la aplicación PROPIEDADES2.
Índice analítico V

9.5 Cálculo de la transferencia de masa por difusión


9.5-1 Soluciones analíticas para la difusión
Ejemplo 9.7 Difusión de un elemento en el seno de un sólido.
Ejemplo 9.8 Secado con aire de una plancha y de un cubo de madera húmeda.
Ejemplo 9.9 Id. Id. Si se trata de una esfera y efecto del valor del coeficiente superficial de transferencia de
masa.

9.5-2 Aproximaciones numéricas para la difusión


. Ejemplo 9.10 Resolución por diferencias del secado de una placa en aire que mantiene el valor de la
humedad superficial.

9.6 Transferencia de masa por convección


9.6-1 Soluciones analíticas y experimentales para fluidos bicomponente diluidos
9.6-1.1 Determinación analítica de coeficientes de convección
Ejemplo 9.11 Caudal evaporado de una lámina horizontal de líquido por una corriente de gas paralela.

9.6-1.2 Determinación experimental del coeficiente de convección. Analogía de Chilton-Colburn


Ejemplo 9.12 Cálculo de la temperatura del aire seco, correspondiente a la temperatura húmeda medida.

9.6-2 Dispositivos de contacto continuo para la transferencia de masa entre dos fases
fluidas

9.6-2.1 Planteamiento general


Ejemplo 9.13
Ejemplo 9.14
Ejemplo 9.15
Ejemplo 9.16
Ejemplo 9.17

9.6-2.2 Mezclas binarias diluidas e isotermas


Ejemplo 9.18

9.7 Formulación general del comportamiento de un fluido multicomponente


9.7-1 Uniformidad de las ecuaciones de balance para un fluido

9.7-2 Cierre de las ecuaciones de turbulencia


Ejemplo 9.19

9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance

9.8-1 Planteamiento general

9.8-2 Marcha de cálculo

Resumen

Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerzas gravitatorias (II): con
cambio de fase
Introducción
10.1 Saturación, sobrecalentamiento y sobrenfriamiento. Nucleación

10.1-1 Procesos homogéneos


Ejemplo 10.1 Influencia de la temperatura sobre el radio crítico de las burbujitas y la velocidad
de nucleación en un hidrocarburo.

10.1-1.1 Ocurrencia de BLEVE


VI Índice analítico

10.1-1.2 Formación de nieblas


Ejemplo 10.2 Posibilidad de formación y eliminación del arrastre de gotitas por la corriente
de gas incondensable, en un condensador.

10.1-2 Procesos heterogéneos

10.2 Convección natural

10.2-1 Ebullición estancada o en vasija

10.2-1.1 Descripción experimental


Ejemplo 10.3 Influencia de la presión sobre la ebullición estancada nucleada del agua
cuando se mantiene un determinado flujo de calor y del flujo de calor cuando la presión es
constante.

10.2-1.2 Ebullición nucleada


Ejemplo 10.4 Cálculo del sobrecalentamiento requerido para que se inicie la ebullición
estancada nucleada.
Ejemplo 10.5 Cálculo del coeficiente de convección para la ebullición estancada nucleada
de agua y de etanol.
Ejemplo 10.6 Dimensionado, suponiendo ebullición nucleada, de un hervidor tubular de
fondo de columna, calentado con vapor de agua saturado.

10.2-1.3 Crisis de la ebullición nucleada


Ejemplo 10.7 Variación, con la temperatura de saturación, del flujo de calor máximo
(CHF) en la ebullición estancada, para agua y para un hidrocarburo. Unicidad de la curva en
variables reducidas.
Ejemplo 10.8 Rango de existencia de la ebullición nucleada en el hervidor del ejemplo
10.6.

10.2-1.4 Ebullición en película


Ejemplo 10.9 Construcción, con la aplicación NUKIYAMA, de la curva de ebullición
estancada para varia sustancias. Determinación del coeficiente de transferencia superficial
en el rango de la ebullición en película.

10.2-2. Condensación. Descripción experimental

10.2-2.1. Condensación en gotas


Ejemplo 10.10. Determinación de la transmisión de calor en la condensación en gotas.

10.2-2.2. Condensación en película. Caso de una superficie vertical.


Generalización de la teoría de Nusselt
Ejemplo 10.11. Determinación del coeficiente de convección para la condensación en
película en una placa vertical y cálculo del caudal condensado, con una determinada
longitud y del espesor de la película al final de la placa, utilizando la formulación con el
número de Reynolds.
Ejemplo 10.12. Determinación de la longitud de una placa vertical para condensar un
caudal dado y del caudal condensado en una placa de una longitud dada. Comparación de
fórmulas alternativas.
Ejemplo 10.13. Cálculo del caudal condensado por una placa vertical y del espesor final de
la película de condensado. Variación del coeficiente de convección medio en función de la
longitud de la placa.

10.3 Convección mixta

10.3-1. Observaciones y valores experimentales en la ebullición

10.3-2. Tratamiento teórico. Aplicación de las leyes fundamentales


Ejemplo 10.14. Determinación de parámetros de la circulación bifásica.

10.3-3. Pérdida de presión

l0.3-3.1. Circulaciones adiabáticas


Índice analítico VII

10.3-3.1.1 Modelos homogéneos

10.3-3.1.2. Modelos heterogéneos o de flujos separados

10.3-3.2. Circulaciones diatérmanas

10.3-3.2.1 Modelos homogéneos

10.3-3.2.2 Modelos de flujos separados


Ejemplo 10.15. Determinación de la pérdida de presión con vaporización, en un tubo
vertical. Comparación de los modelos homogéneo y heterogéneo de circulación bifásica.

10.3-4. Transferencia de calor con ebullición mixta interna (“forzada”)

10.3-4.1 Ebullición nucleada subenfriada


Ejemplo 10.16. Determinación de la temperatura de pared y del flujo de calor para alcanzar
el ONB en un tubo vertical. Longitud necesaria para lograr la NVG.

10.3-4.2 Ebullición saturada

10.3-4.2.1 Ajustes empíricos


10.3-4.2.2 Ecuaciones con fundamento teórico
Ejemplo 10.17. Cálculo del coeficiente de convección mixta nucleada de un alcohol en un
tubo vertical, conociendo la temperatura constante de la pared.
Ejemplo 10.18. Cálculo de la potencia transferida mediante convección mixta nucleada de
agua circulando por un tubo vertical, conociendo la temperatura constante de la pared.
Comparación de fórmulas alternativas y con los resultados obtenidos con la correlación de
Chen.
Ejemplo 10.19. Cálculo de la temperatura de pared en un tubo vertical en la cual se aplica
un flujo de calor constante. Comparación de fórmulas alternativas.

10.3-4.3 Crisis de la ebullición saturada


Ejemplo 10.20. Determinación del CHF o DO en un tubo vertical, con los métodos de Fair
y de Shah.
Ejemplo 10.21. Estimación de la posición del DO en un tubo con un caudal dado de fluido
y título máximo posible.

10.3-5. Transferencia de calor con condensación mixta interna

10.3-5.1 Condensación mixta interna

10.3-5.1.1 Tubos verticales. Inundación


10.3-5.1.2 Tubos horizontales
Ejemplo 10.22. Determinación de la configuración de flujo para la condensación en un
tubo horizontal y de la longitud necesaria para una determinada producción de condensado,
con dos procedimientos.
Ejemplo 10.23. Cálculo del coeficiente de convección y de la cantidad de condensado a
alta presión al final de un tramo dado de tubo.

10.3-5.2 Condensación mixta externa

10.3-5.2.1 Placa

10.3-5.2.2 Tubos horizontales y haces


Ejemplo 10.24. Efecto de la velocidad del vapor en la condensación en el exterior de un
cilindro.

Resumen
VIII Índice analítico

Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por


un tabique o temporalmente
Introducción
11.1 Variación espacial simultánea de las temperaturas y diferencia efectiva de
temperaturas
Ejemplo 11.1. Determinación exacta de la longitud y el número de tubos necesarios para calentar con vapor un
líquido desde una determinada temperatura hasta otra, con una pérdida de presión prefijada.
Ejemplo 11.2. Determinación del número de pasos, de un número dado de tubos, necesario para calentar una
sustancia viscosa desde una temperatura hasta otra, ambas dadas, mediante vapor condensando, hallando la
temperatura final exacta alcanzada y la pérdida de presión a través del aparato.
Ejemplo 11.3. Cálculo de la temperatura final de una sustancia viscosa, su caída de presión y el vapor que
condensará al discurrir por una cierta longitud de una tubería calentada exteriormente con vapor, en el caso de
un conducto limpio y en el de existir una capa de incrustaciones en el exterior de la tubería. Supuesto un espesor
uniforme de la capa depósito, determinación de la conductividad térmica del material que la forma.

11.2 Parámetros N, P y R. Método general. La aplicación NPR


Ejemplo 11.4. Determinación, en forma analítica y gráfica, de la temperatura de salida de un líquido, la potencia
térmica transferida al mismo y la perdida de carga que tiene, al circular por una tubería calentada con vapor
saturado que condensa en la superficie exterior, en función del caudal de agua introducido, cuando fijamos
la longitud L de la tubería, y en función de la longitud, cuando fijamos el caudal.
Ejemplo 11.5. Cálculo del área de transferencia de una envolvente con tubos en su interior, que funciona a
contracorriente pura, para condensar un vapor saturado de una sustancia pura y enfriar el condensado resultante
hasta una cierta temperatura, con agua. Se calculan, además, las temperaturas finales de los fluidos si el caudal
de agua se reduce un determinado %.

11.2-1 Problemas directo e inverso

11.2-1.1 Metodología para la resolución del problema directo


Ejemplo 11.6. Resolución del problema directo de un calentador tubular con vapor, imponiendo restricciones
respecto a la longitud de los tubos y la velocidad del fluido a calentar.

11.2-1.2 Metodología para la resolución del problema inverso


Ejemplo 11.7. Resolución del problema inverso en un recuperador de doble tubo. Cálculo de las temperaturas
de salida de ambos fluidos si uno se introduce a una temperatura distinta de la de diseño.

11.2-2 Tipos de configuraciones


Ejemplo 11.8. Variación del coeficiente de convección de un gas circulando sobre la superficie externa de una
tubería, en función del ángulo de incidencia, variando desde 90° (corriente normal) hasta 0°, corriente paralela.

11.2-3 Corrientes paralelas

11.2-3.1 Corrientes paralelas sin cambios de sentido


Ejemplo 11.9. Cálculo para un recuperador, que funciona a contra corriente pura, de las temperaturas de salida
de los dos fluidos si el caudal de uno de ellos se reduce en un determinado %.
Ejemplo 11.10. Utilización de la simplificación cuando R es casi igual a la unidad en un recuperador a
contracorriente.
Ejemplo 11.11. Aplicación y verificación de la fórmula de Colburn a un calentador (ejemplo 11.2) en el que
coeficiente global varía con la temperatura del fluido que no cambia de fase.

11.2-3.2 Corrientes paralelas con cambios de sentido en el circuito interior


Ejemplo 11.12. Aplicación de las fórmulas NPR del recuperador 1-2. Uso para averiguar una temperatura y un
caudal desconocidos. Determinación del caudal necesario para que cambiando la temperatura de entrada de
fluido, se mantenga la de salida del otro.
Ejemplo 11.13. Efecto del número de pasos sobre la eficacia (coste) de un recuperador con circulación paralela
para resolver el problema directo.

11.2-3.3 Envolventes para haces tubulares


Ejemplo 11.14. Predimensionado de un recuperador de un paso en el lado exterior (envolvente) y dos en el
interior (tubos) parra la resolución del problema directo.
Índice analítico ,;

11.2-4 Corrientes cruzadas.


11.2-4.1 Corrientes cruzadas, ambas divididas

11.2-4.2 Corrientes cruzadas ambas mezcladas

11.2-4.3. Circulación cruzada con una corriente dividida y la otra mezclada


Ejemplo 11.15. Resolución del problema inverso para una configuración de corrientes cruzadas con la corriente
caliente mezclada y la fría dividida.

11.2-5 Casos límite


Ejemplo 11.16. Comparación cuantitativa de las prestaciones de las distintas configuraciones de recuperador
estudiadas.

11.3 Tratamiento numérico. Circuitos de corrientes cruzadas en serie


11.4 Combinaciones de envolventes

11.4-1 Recuperadores en serie

11.4-2 Recuperadores en serie-paralelo


Ejemplo 11.17. Cálculo de las temperaturas finales y la potencia transferida de un sistema de recuperación de
energía utilizando una combinación de recuperadores en serie-paralelo. Comentario del efecto de entrada.
Ejemplo 11.18. Resolución el ejemplo anterior si la recuperación se efectúa conectando los cambiadores en serie.
Comparación de las dos alternativas.

11.5 Variación temporal de las temperaturas. Regeneradores

11.5-1 Modelado de regeneradores

11.5-2 Resolución numérica del modelo. Aplicación SIEMENS


Ejemplo 11.19. Cálculo del perfil longitudinal de temperaturas en un recuperador, a partir de las condiciones
iniciales normales.

11.5-3 Conductancia entre fases

Resumen

Capítulo 12. Recuperadores de calor

Capítulo 13. Redes de recuperadores


Introducción
13.1. Definiciones y representaciones
Ejemplo 13.1. Identificación de corrientes.

13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía

13.2-1. Sistemas de dos corrientes. Diferencias de temperatura umbral y sección de contacto


Ejemplo 13.2. Evolución de un recuperador perfecto de acuerdo con la sucesión de temperaturas de suministro
y objetivo.

13.2-2. Gráfico de disponibilidad y demanda de calor. Punto de contacto.


Ejemplo 13.3. Análisis de las prestaciones de una configuración y máxima potencia recuperable.
Representaciones gráficas de la misma.
X Índice analítico

13.2-3 Algoritmos de cálculo de las temperaturas de contacto y umbral. Aplicación


RECUPERA
Ejemplo 13.4. Establecimiento de la TSP y del GDD, así como de la red se cambiadores adecuada para alcanzar
la temperaturas deseadas, de las configuraciones de dos corrientes al variar las temperaturas inicial y final de una
de una ellas. Determinación de las temperaturas umbral en su caso.

13.2-4. Sistemas de más de dos corrientes. Casicontactos.


Ejemplo 13.5.. Identificación de corrientes y establecimiento de las curvas compuestas para una configuración
multicorriente. Identificación del tipo de configuración.

13.3. Metodología general para la síntesis de redes de cambiadores

13.3-1. Recuperadores colmados y juego de corrientes. Empleo de lazos y senderos térmicos


Ejemplo 13.6. Determinación del número de unidades y de envolventes en una configuración de dos corrientes.

13.3-2. Síntesis de redes para lograr el consumo mínimo de servicios térmicos y el mínimo
número de unidades correspondiente

13.3-2.1. Sistemas con contacto. División de corrientes.


Ejemplo 13.7. Establecimiento de la HEN con la máxima recuperación en el caso de la configuración del
ejemplo 13.5. Utilización de la Aplicación RECUPERA.
Ejemplo 13.8
Ejemplo 13.9
Ejemplo 13.10
Ejemplo 13.11
Ejemplo 13.12
Ejemplo 13.13
Ejemplo 13.14

13.3-2.2. Número mínimo absoluto de unidades y consumo correspondiente de energías


externas. Ajuste del numero de unidades y de los acercamientos térmicos de los
recuperadores en sistemas con contacto
Ejemplo 13.15
Ejemplo 13.16
Ejemplo 13.17
Ejemplo 13.18

13.3-2.3. Sistemas sin contacto. Heurístico del enlace umbral.


Ejemplo 13.19
Ejemplo 13.21

13.4 Modificación de redes existentes


Ejemplo 13.22

Resumen

Capítulo 14. Radiación


(II): Hornos. Las ecuaciones para el estudio de la
transmisión de la radiación a través de medios gaseosos participantes
INTRODUCCIÓN

14.1 Herramientas para generalizar el cálculo radiante gris de recintos


14.1-1 Emitancia gris de los planos equivalentes a haces de cilindros radiantes
Ejemplo 14.1 Factor de transferencia de Hottel
Ejemplo 14.2. Cálculo de un horno con el medio no participante usando la emitancia efectiva de un haz de una
fila, de tubos, respaldado por una superficie aislante.
Ejemplo 14.3 Determinación analítica del factor de visión difuso entre dos cilindros paralelos (problema para
resolver 2.31 del primer volumen) y crítica del mismo mediante la contrastación numérica. Utilización para el
cálculo de emitancias efectivas de haces tubulares.
Ejemplo 14.4. Cálculo de la emitancia efectiva de un haz de dos filas de tubos, respaldado por una superficie
aislante.
Índice analítico ;,

14.1-1.2 Recinto gris con un gas gris participante. Aplicaciones HOTTEL y GRISCONGAS
Ejemplo 14.5. Determinación de la emitancia y la absorbancis grises de un gas producto de combustión.
Ejemplo 14.6. Determinación del flujo de radiación sobre las paredes de un conducto por el que circula un gas
participante a distinta temperatura.
Ejemplo 14.7. Alteración del flujo de radiación sobre dos placas paralelas a distinta temperatura, producida por
la presencia de un gas participante interpuesto.
Ejemplo 14.8. Cálculo de las temperaturas de la superficie calefactora y de un gas participante necesarias para
obtener unas prestaciones determinadas. Elevación de las temperaturas provocada por la presencia de un gas
participante.
Ejemplo 14.9. Cálculo de la emitancia y la absorbancia de unos gases de combustión y del flujo de calor en la
pared sólida.

14.2 Hornos
Ejemplo 14.10. Determinación de las temperaturas de las paredes dada la potencia generada en un
horno con aire en su interior.

14.2-1 Cálculo simplificado

14.2-1.1 Marcha de diseño para combustibles sólidos

14.2-1.2 Marcha de diseño para combustibles fluidos


Ejemplo 14.11. Dimensionado de la cámara de combustión de un generador de vapor.

14.2-1.3 Marcha de diseño para los complementos


Ejemplo 14.12. Cálculo térmico de una chimenea.

.........

Apéndice B (continuación)
Apéndice E Modelado microscópico de la energía interna
Apéndice Q Combustibles y combustión

Ejercicios para resolver


Capítulo 8. Convección gobernada por las fuerzas gravitatorias (I): Sin cambio de fase

8a. Preguntas de test


Indíquese cuáles de las siguientes afirmaciones son ciertas y cuáles falsas:

8b. Indíquese cual de las respuestas propuestas es correcta


8c. Problemas sin resultados
Capítulo 9. Transferencia de masa y balances generalizados
9a. Preguntas de test
Indíquese cuáles de las siguientes afirmaciones son ciertas y cuáles falsas:

9b. Indíquese cual de las respuestas propuestas es correcta


9c. Problemas sin resultados

Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerzas gravitatorias (II): con cambio de fase
10a. Preguntas de test
Indíquese cuáles de las siguientes afirmaciones son ciertas y cuáles falsas:
XII Índice analítico

10b. Indíquese cual de las respuestas propuestas es correcta


10c. Problemas sin resultados

Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un


tabique o temporalmente

11a. Preguntas de test


Indíquese cuáles de las siguientes afirmaciones son ciertas y cuáles falsas:

11b. Indíquese cual de las respuestas propuestas es correcta


11c. Problemas sin resultados

.........
Capítulo 13. Redes de recuperadores

13a. Preguntas de test


Indíquese cuáles de las siguientes afirmaciones son ciertas y cuáles falsas:

13b. Indíquese cual de las respuestas propuestas es correcta


13c. Problemas sin resultados

Capítulo 14. Radiación (II): Hornos. Las ecuaciones para el estudio de la


transmisión de la radiación a través de medios gaseosos participantes

14a. Preguntas de test


Indíquese cuáles de las siguientes afirmaciones son ciertas y cuáles falsas:

14b. Indíquese cual de las respuestas propuestas es correcta


14c. Problemas sin resultados

Soluciones de problemas escogidos


8
Convección gobernada
por las fuerzas gravitatorias (I):
Sin cambio de fase

Introducción

Como se explicó en la introducción del Capítulo anterior, cuando se establecen zonas a diferente temperatura en
un fluido, aparecen variaciones de la densidad en el mismo que, al crear diferencias entre las fuerzas gravitatorias
(peso), provocan desplazamientos, que transportan cantidad de movimiento y energía interna, o convección. Esto
ocurre si un sólido se pone en contacto con un fluido en reposo a distinta temperatura, pues al existir un desnivel
de la misma entre éste y la superficie sólida, se produce el transporte desde o hasta, según que la temperatura del
sólido sea mayor o menor que la del fluido, la interfaz sólido-fluido. Ocurre lo mismo en fluidos saturados en
los que se produce evaporación o condensación. Este mecanismo espontáneo lo hemos denominado convección
natural y es un caso particular de la convección libre, debida a fuerzas de volumen cualesquiera: centrífugas,
electromagnéticas o por variación de composición. Si además se efectúa una aportación externa de energía
mecánica para desplazar al fluido, forzando la convección, aparece la convección mixta (combinación de natural
y forzada). Cuando el fluido no cambia de fase, en la convección mixta existen situaciones en las que la
convección forzada predomina de tal modo que en apariencia actúa exclusivamente, caso que hemos tratado en
el Capítulo 7. En el caso de la convección natural sin cambio de fase, debe considerarse la aportación, también
en paralelo, de la difusión del calor (conducción) a través del fluido, debido a la baja intensidad del mecanismo
convectivo provocado por las fuerzas gravitatorias.
En concreto, en este capítulo trataremos el caso de que exista una única fase fluida y, después de comentar
las ecuaciones que justificamos en el apartado 7.2-2, estudiaremos el fenómeno de la convección natural entre
una superficie sólida y un líquido o un gas, y, posteriormente, analizaremos los casos en los que existe
convección forzada pero en los que no se puede prescindir de las fuerzas gravitatorias. Los casos en los que el
fluido cambia de fase, o sea, está saturado y nos hallamos en presencia de una fase líquida y una fase vapor, los
trataremos en el Capítulo 10, aunque solamente para fluidos de composición constante.
De los objetivos del análisis de la convección citados en el Capítulo 7, a saber:

• Efectuar la evaluación de la potencia térmica transferida a través de la interfaz sólido-fluido.


• Determinar la potencia mecánica que es preciso suministrar al fluido para que circule a través del sistema,

para la convección natural carece de sentido el segundo, ya que la circulación se establece de forma espontánea,
no así cuando la convección es mixta.
En aras de la brevedad, no desglosaremos, como en el capítulo 7, el estudio experimental y el teórico, sino
que efectuaremos el desarrollo a partir de las ecuaciones teóricas (balances de masa, cantidad de movimiento y
energía térmica) para comparar directamente los resultados con medidas experimentales. Plantearemos pues, ante
todo, la resolución clásica de las ecuaciones de balance con una placa rectangular1, para ver las dificultades que
presenta dicha solución, a pesar de las simplificaciones de Oberbeck-Boussinesq, introducidas en el apartado 7.2-
2.1, a saber:

• Disipación viscosa despreciable


• Efectos de los cambios la presión inapreciables, así como la variación de la misma debida al movimiento del
fluido.
• Propiedades del fluido constantes, exceptuando la densidad, que se supone que varía linealmente con la

1
Designada simplemente como placa plana en los capítulos precedentes.
2 Capítulo 8 Convección....

temperatura según D = D(T4)[1 + $(T4 - T)], en el peso, pero sin tener en cuenta la variación de la presión,
incluso la debida al desnivel2.

hipótesis que se han validado para los casos de mayor interés.3


Sin embargo, las dificultades aumentan para geometrías distintas de la placa rectangular y, en algunos casos,
los valores obtenidos no reflejan las medidas experimentales. Ello es debido a que no se cumplen las hipótesis
de la capa límite o a la superposición de la conducción, motivo por el que propondremos, como procedimiento
práctico para el cálculo de la transferencia de calor, el semiempírico incluido en el Handbook of Heat Transfer,
metodología que, al tener en cuenta la conducción, es de aplicación incluso para Pr mucho menor que la unidad
(metales líquidos)4, lo que no hace la teoría clásica, que expondremos en detalle a continuación.
Enfocaremos el estudio a la sección bidimensional de sólidos con una dimensión infinita, excepto cuando se
indique lo contrario (esferas, prismas, etc.), cuya temperatura superficial To sea uniforme y constante, rodeados
por un fluido en reposo5 a una temperatura T4 también constante6.
Recordemos finalmente que el coeficiente de transmisión superficial, h, si el fluido es un líquido, corresponde
a la transmisión de energía térmica en la interfaz sólido-fluido por causas mecánicas, o convección, mientras que
si es un gas engloba, además de la transferencia anterior, el intercambio radiante de la superficie con el entorno.
Como se indicó en el Capítulo 1, véase el ejemplo 1.10, el coeficiente superficial sin contribución de la radiación,
aunque incluye la conducción a través del fluido, además de la convección, lo seguiremos denominando
coeficiente de convección hc.

8.1 Tratamiento teórico de la convección natural laminar sin cambio de fase


Desarrollaremos el modelo, introducido en el apartado 7.2-2.1 al describir la convección externa con la placa
rectangular vertical, para plantear la resolución clásica, sin considerar el régimen turbulento, efectuar la crítica,
incluyendo las limitaciones que plantea su ajuste a la realidad, y resolver las dificultades para su aplicación a
otras geometrías.
Para establecer las ecuaciones diferenciales aplicables, recordemos que, se trate de convección natural o
forzada, el análisis teórico del comportamiento global de un fluido7 en régimen laminar no isotermo requiere
resolver las ecuaciones siguientes (escritas en forma vectorial), aplicadas a la unidad de volumen de fluido:

a. Balance de masa (3-65); relación escalar expresada vectorialmente,

2
Despreciamos

3
Gray, D. B.y A. Georgini., "The Validity of the Boussinesq Approximation for Liquids and Gases", Int.
J. Heat MassTransfer, Vol. 19 (1976), pp. 545-551; Brown, A., "The Effect on Laminar Free Convection Heat
Transfer of the Temperature Dependence of the Coefficient of Volumetric Expansion", J. Heat Transfer, vol.
97, pp. 133-135,1975; Eshghy, S. y F. A., Jr., Morrison, “Compressibility and Free Convection”, Proc. Roy.
Soc. London, vol. A293 (1966), pp. 395-407; Wylie, R. G., "The Transfer Coefficients of a Laminar Boundary
Layer with Variable Fluid Properties", Chem. Eng. J., vol. 6 (1973), pp.1-14; Sparrow, E. M. y J. L, Gregg,
"The Variable Fluid-Property Problem in Free Convection", en Recent Advances in Heat and Mass Transfer,
pp. 353-371, McGraw-Hill, New York, 1961, etc.

4
Recuérdese que, hasta ahora, para los metales líquidos hemos indicado directamente expresiones
específicas.

5
Excepto al tratar la convección mixta.

6
No consideraremos el caso de temperatura del fluido variable, que puede verse en la sección 4 del
Handbook of Heat Transfer, 3rd. Ed., p. 4.6, ni estados transitorios, tratados en la misma referencia, pp. 4.63-
4.68.

7
Exceptuando el Capítulo 9, en este texto consideramos fluidos que sean sustancias (materias constituidas
por una única especie química) y también, cuando no se produzcan cambios de fase, mezclas de composición
constante, vg. aire o gasoil.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 3

(8-1')

b. Balance de cantidad de movimiento8 (3-78); relación vectorial (equivalente a tres ecuaciones escalares):

(8-2)

c. Balance de energía térmica ecuación (3-99), relación escalar, también en forma vectorial,

(8-3)

Estas tres ecuaciones (8-1'), (8-2), (8-3) y, en consecuencia, las ecuaciones escalares correspondientes,
comportan la primera hipótesis simplificadora que se aplica generalmente en el estudio de la convección:
considerar que el fluido es un líquido ideal, lo que significa que las propiedades son constantes. Si se eliminan
las fuerzas de volumen, en concreto el peso, las tres ecuaciones son independientes y se puede hallar el campo
de velocidades sin tener en cuenta el balance de energía, tal como hicimos al tratar la convección forzada en el
Capítulo 7; sin embargo, para la convección natural, al tener que considerar las variaciones del peso,
consustanciales con la misma, en el balance de cantidad de movimiento ya no podemos considerar en todos sus
términos la densidad constante, pues la convección depende de sus variaciones con la temperatura, y las
ecuaciones (8-2) y (8-3) pasan a formar un sistema.
Es decir, en un fluido inicialmente en reposo, cuando aparecen diferencias de temperatura entre distintas
zonas del mismo, las ecuaciones diferenciales correspondientes a los balances de cantidad de movimiento y de
energía térmica, deben resolverse simultáneamente, porque siempre se ha de incorporar el cambio de la densidad
con la temperatura y, todo ello, de acuerdo con unas determinadas condiciones de contorno, normalmente en una
interfaz sólido-fluido9. En el caso transitorio se han de fijar, además, unas condiciones iniciales de temperatura
y presión del fluido.

8.1-1 Convección externa laminar


La situación más simple es el caso de convección externa correspondiente a la placa rectangular bidimensional10
situada en posición vertical en el seno de un fluido no saturado en reposo, hallándose el sistema en estado
estacionario11. Esta configuración se representa, para el caso de una placa más caliente que el fluido, en la figura
7.4, que reproducimos en la figura 8.1.
Aunque sabemos que no podemos suponer que la densidad permanece constante, nos limitaremos a
considerar sus variaciones solamente cuando afectan a las variaciones de la presión con el nivel. De esta forma,
el balance de masa se reduce a:

(8-1'’)

Asimismo, consideraremos que no hay generación y que la disipación despreciable [tercer y cuarto términos del
2º miembro de (8-3)].

8
Que incluye el de momento cinético.

9
Como un fluido carece de forma, requiere unos límites sólidos, o paredes que lo guíen o confinen, que
fijarán las condiciones para las ecuaciones diferenciales. Caso de no considerarse su existencia física, se
establecen las condiciones en el infinito.

10
Es decir, de anchura infinita.

11
Más adelante, con la descripción discretizada, trataremos el estado transitorio, provocado por un cambio
inicial brusco de la temperatura de la placa hasta un valor constante distinto de la del fluido contiguo
4 Capítulo 8 Convección....

Figura 8.1. Perfiles bidimensionales cualitativos de velocidad y temperatura para la convección natural provocada por una placa
rectangular vertical más caliente que el fluido que la rodea. Nótese que los perfiles son simétricos, aunque para facilitar la visualización,
a la derecha de la figura se muestre únicamente el de velocidades y a la izquierda el de temperaturas. También la posición de los ejes de
coordenadas, que adoptaremos en todo el capítulo.

En 1879 Oberbeck12 propuso estas modificaciones y consideró que la densidad en cada nivel x, variaba con la
temperatura pero no con la distancia a la placa y. De este modo, adopto la expresión lineal

D = D(T4)[1 + $(T4 - T)] - D(T4)= - D4 [1 - $(To - T4)] = D4 (1 - $2] (8-4)

y planteó las ecuaciones escalares para una placa vertical de gran anchura en estado estacionario, en coordenadas
cartesianas, siguientes (realmente consideró un sistema tridimensional):

• Balance de masa (7-1),

(8-5)

• Balance de cantidad de movimiento (fuerzas),

Componente en la dirección x (7-2) y (7-3d),

(8-6a)

Componente en la dirección y (7-2) y (7-3c),

12
Oberbeck, A. "Uber die Warmer lutungder Flüssigkeitenbei Berücksichtigung der Stromungen infolge
von Temperaturdifferenzen", Annalen der Physikund Chemie, Vol 7 (1879), pp. 271-292.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 5

(8-6b)

• Balance de energía térmica (7-4),

(8-7)

ecuaciones cuyas incógnitas son vx, vy, P y T, y que no pudo resolver.


En 1881, Lorentz13 simplificó drásticamente las ecuaciones anteriores (utilizando implícitamente las hipótesis
de la capa límite) para una placa vertical de altura L, obteniendo:

(8-8)

para el balance de cantidad de movimiento (8-6) y

(8-9)

para el balance de energía térmica, (8-7).


Estas ecuaciones conducen a la conclusión de que el coeficiente de convección laminar es independiente de
la distancia x al borde de ataque, lo que desmiente la experiencia, pero sin embargo el valor medio obtenido con
las mismas para aire se ajusta a la expresión del número de Nusselt, que coincide con el valor local, siguiente:

(8-10)

fórmula prácticamente igual a la obtenida ajustando los valores hallados resolviendo numéricamente el sistema
formado por las ecuaciones (8-14), (8-15) y (8-16), véase más adelante.14
Hay que señalar que para aplicar las fórmulas de este capítulo15, las propiedades de los líquidos se deben
determinar a la temperatura de película, Tf, y para los gases igual, excepto coeficiente de dilatación $, que se
ha de hallar a la temperatura del fluido no perturbado, T4, para los gases y a la de pared, To, para los líquidos.

Ejemplo 8.1
Admitiendo como válida la fórmula de Lorentz para la convección natural, (8-10), calcúlense y compárense
las potencias transferidas con una placa, de aluminio muy oxidado, de gran anchura y 0,4 m de altura, que
se halla a 370 K y se cuelga vertical, por un borde, en aire a 288 K y 1 atmósfera, si el aire:
a) Está en reposo
b) Circula paralelamente a la superficie, a 10 m/s
c) Incide normalmente a cada cara de la placa con una velocidad de 10 m/s.

13
Lorentz, L. “Über das Leitungsvermögen der Metalle für Wärme und Electrictät”, Annalen der Physik und
Chemie, Vol. 13 (1881), pp. 582-606.

14
Aunque en la literatura anglosajona moderna se tiende a usar el denominado número de Rayleigh , RaL
= GrL Pr, ya indicamos en el Capítulo 7 que, al englobar el de Prantl Pr, enmascara la influencia de la
naturaleza del material, por lo que aquí usaremos el número de Grashof , GrL, que es puramente mecánico,
pues, recordémoslo, representa el producto de las fuerzas de empuje de Arquímides, D ß g ( T0 - T4) por las
de inercia DL3, divididas por una magnitud proporcional a las fuerzas viscosas al cuadrado, µ2, o fricción.

15
Raithby, G.D. y K.G.T. Hollands, Handbook of Heat Transfer, 3rd edition, editado por Warren M.
Rohsenow, James P. Hartnett y Young I. Cho, Mc Graw-Hill, New York, 1998, página 3 del capítulo 4.
6 Capítulo 8 Convección....

Este ejemplo muestra la gran diferencia en la eficiencia como mecanismo de transferencia de calor (calentar o
enfriar) entre la convección natural y forzada y, en ésta, según la orientación de la superficie respecto a la
corriente fluida, mientras que la radiación no se altera y, así, neutraliza en parte las diferencias de potencia entre
los tres casos.

8.1-1.1 Solución exacta de las ecuaciones aproximadas para la placa rectangular vertical
Sin las simplificaciones excesivas de Lorentz, las ecuaciones (8-5) a (8-7) planteadas por Oberbeck, no se
pudieron resolver hasta que se incorporó la teoría de la capa límite, que, recordemos, supone que los gradientes
de velocidad y de temperatura están confinados en una estrecha capa de fluido contigua al sólido y que en la
dirección del flujo de fluido, las difusiones de cantidad de movimiento y calor son despreciables. Pohlhausen,
Schmidt y Beckmann aplicaron la teoría de la capa límite de la forma que describimos a continuación.16
Supusieron, de acuerdo con Oberbeck, el calor específico, la conductividad y la viscosidad constantes17,
iguales a unos valores medios, como para la convección forzada. Partieron del caso de convección externa de
una placa rectangular vertical, representada en forma cualitativa en la figura 8.1 para el caso de una superficie
más caliente que el fluido contiguo, y propusieron las variables perturbación, introducidas en el apartado 7.2-2.1,
tales que:
D(T) = D4 + D* (8-11)

siendo el signo de la perturbación de densidad D* opuesto al de la diferencia To - T4. También:

(8-12)

(8-13)

Como indicamos en el apartado 7.2-2.1, las tres perturbaciones, D*, v* y P*, tienden a cero a medida que T se
aproxima a T4, de manera que pueden considerarse magnitudes de un orden inferior a los valores no perturbados
no nulos.
De este modo el fenómeno queda descrito por las ecuaciones adimensionales18 (7-73), (7-79a), (7-79b) y (7-
77), simplificada la segunda y eliminando la tercera, de acuerdo con las hipótesis de la capa límite,

(8-14)

(8-15)

16
Schmidt, E., "Heat Transfer by Natural Convection", Int. Div. Heat Transfer, ASME, New York, 1962.

17
Iguales los valores medios determinados a la temperatura de película (la media entre la placa y el seno del
fluido).

18
Con las variables adimensionales (7-27), (7-72) y (7-74).
8.1 Tratamiento teórico de la convección 7

(8-16)

y las condiciones de contorno (7-54) a (7-58) para la placa rectangular vertical, que repetimos a continuación
adimensionalizadas:

1(X, Y) = 1 en X, 0 (8-17)

1(X, Y) = 0 en X, ±4 (8-18)

UX*(X, Y) = UY*(X, Y) = 0 en X, 0 (8-19a y b)

UX*(X, Y) = UY*(X, Y) = 0 en X, ±4 (8-20 a y b)

Al igual que con la convección forzada, al tratar el fluido en la zona perturbada como una corriente bidimensional
de densidad constante en régimen laminar irrotacional, ha de existir una función corriente Q para el campo de
velocidades:
(8-21)

con

(8-22)

de modo que el balance de masa (8-14) se verifica automáticamente.


Sustituyendo ahora UX y UY por Q en (8-15), el balance de cantidad de movimiento se transforma en:

(8-23)

En cuanto al balance de energía (8-16), efectuando la misma operación, es igual a

(8-24)

El paso siguiente es convertir, como en convección forzada (apartado 7.3-3.1), Q (X, Y) en una función de 0
mediante el cambio de X e Y por 0. Considerando el extremo (máximo en la figura 8.1) de la velocidad muy
próximo a la pared, se toman los perfiles de velocidades y temperaturas semejantes a las curvas envolventes de
la capa límite bidimensional y, con las razones argumentadas para la capa límite en convección forzada, se
combinan X e Y en una sola variable independiente, proporcional a y/*H. Realizando un análisis de orden de
magnitud análogo al efectuado para la convección forzada, comprobamos19 que si se supone el espesor perturbado
muy pequeño respecto a la longitud representativa de la superficie, existe la relación20

(8-25)

de modo que se pueden definir la variable que engloba las dos geométricas anteriores y que permite resolver el

19
Whitaker, Stephen, Fundamental Principles of Heat Transfer, Pergamon, New York, 1977, pp. 256-257.

20
Jaluria Yogesh, Natural Convection. Heat and Mass Transfer, Pergamon Press, Oxford, 1980, pp. 24-25.
8 Capítulo 8 Convección....

problema integrando ecuaciones en derivadas totales.

(8-26)

(el 4 es por conveniencia matemática) y21

(8-27)

Partiendo de la relación entre Q y Ux, (8-22), integrando22 respecto a Y se puede poner Q en función sólo de 0
y X,

(8-28)

o teniendo en cuenta que Ux = g (0), y la definición de 0, (8-26),

(8-29)

siendo f(0) la función de Blasius.


De este modo se puede efectuar un cambio de las variables X e Y por 0 en (7-23), pues sólo se necesitan las
derivadas parciales de Q respecto a X e Y que aparecen en la misma ecuación:

(8-30)

por (7-205). La derivada parcial respecto a X se puede hallar dividiendo dQ por dX,

(8-31)

En cuanto a las otras derivadas serán:

(8-32)

(8-33)

(8-34)

21
Schmidt, E. y W. Beckmann, “Das Temperatur und Geschwindigkeistfeld von einer Wärme abgebenden,
senkrechten Platte bei natürlicher Konvektion”, Forsch. Gebiete Ingenieurw. Vol. 1 (1930) pp. 31-35.

22
Al ser Q un campo escalar, la constante de integración siempre se puede anular.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 9

Sustituyendo en (7-21) y simplificando se obtiene23:

(8-35)

En cuanto a la ecuación de la energía, hallamos:

(8-36)

(8-37)

(7-38)

Sustituyendo en (8-29)

(8-39)

Obsérvese que, como indicamos al comentar las ecuaciones aplicables y al contrario de lo que ocurría en el caso
de la convección forzada, al haber considerado, aunque sea parcialmente, la influencia de la temperatura sobre
la densidad, estas dos ecuaciones en f(0) y 1 están ligadas y deben resolverse simultáneamente, dando el sistema
de ecuaciones antes anunciado. Asimismo, tanto para las velocidades como para las temperaturas, los resultados
serán haces de curvas con Pr como parámetro, a diferencia de la convección forzada, donde solo lo eran los
resultados para las temperaturas, véanse las figuras 7.24, 7.25 y 7.26 del Capítulo 7.
Al haber condensado las dos primeras en una única condición, las cuatro condiciones de contorno físicas para
el campo de velocidades, (8-19a y b) y (8-20a y b), se convierten en dos matemáticas: cuando para toda X, Y =
4, 0 = 4, y cuando Y = 0, 0 = 0. Esto corresponde a que hemos eliminado una variable y el sistema se ha reducido
a una sola ecuación de tercer orden, la (7-212), que sólo puede admitir tres condiciones de contorno.
La primera condición, transformación de las condiciones (8-17 y (8-19), es:

(8-40)

Las otras condiciones (8-18) y (8-20) pasan a ser:

(8-41)

23
Nótese que han desaparecido los coeficientes relacionados con las variables físicas, absorbidas por la
variable 0.
10 Capítulo 8 Convección....

Con estas ecuaciones, mediante cálculo numérico, Ostrach24 obtuvo los perfiles adimensionales de velocidad y
temperatura mostrados25 en las figuras 8.2a y 8.2c los genéricos y para el aire en las 8.2b y 8.2d, que confirman
las formas que, cualitativamente, se establecieron en la figura 8.1. En estas figuras se observa que el espesor de
la capa límite fluidodinámica (ordenada nula) es mayor que el de la térmica, pues la perturbación de velocidad
es causada por la de temperatura.
Las soluciones analíticas son:

(8-42)

(8-43)

(8-44)

De acuerdo con la definición del número de Nusselt local, la fórmula general del mismo será:

(8-45)

pues el coeficiente F depende exclusivamente del número de Prandtl. En concreto Ede26 recomienda la
correlación de Le Febre27, siguiente:

(8-46)

de modo que para aire (Pr = 0,72) tendríamos:

(8-47)

24
Ostrach, Simón, "An Analysis of Laminar Free Convection Flow and Heat Transfer about a Flat Plate
Parallel to the Direction of the Generating Body Force ", NACA Report 1111, 1953.

25
Hemos eliminado los correspondientes a Pr = 0,01 por no ser físicamente válidos.

26
Ede, A. J., "Advances in Free Convection", en Advances in Heat Transfer. Vol. 4, Academic, New York,
1967, p. 8.

27
LeFevre, E. J., "Laminar Free Convection from a Vertical Plane Surface", Proc. 9th Int. Congr. Appl. Mech., Brussels,
vol. 4, pp.168-174, 1956.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 11

(a)

(b)
12 Capítulo 8 Convección....

(c)

(d)

Figura 8.2. Perfiles estacionarios de velocidades y temperaturas, según la solución de Ostrach de las ecuaciones (8-35) y (8-39),
correspondientes a la convección natural provocada por una placa rectangular vertical más caliente que el fluido que la rodea. Solución
general (a) y (c); (b) y (d) para aire (Pr = 0,72) incluyendo valores experimentales

y para el valor medio obtenido, mientras se mantenga el régimen laminar, integrando desde el borde inferior,
8.1 Tratamiento teórico de la convección 13

donde se inicia la capa límite laminar, hasta la estación correspondiente28,

(8-48)

expresión válida para un rango limitado, véase más adelante.


Nótese que al considerar uniforme la temperatura de la superficie y variar el número de Nusselt local con la
distancia x, el flujo de calor varía a lo largo de la placa, de modo que el flujo total obtenido a partir de (8-48) es
un valor medio. La hipótesis de temperatura uniforme es plausible para envolventes metálicas de equipos
consumidores de potencia, de pequeñas dimensiones. Sin embargo, cuando las dimensiones son grandes y el
material no es metálico, puede ser más adecuada la condición de contorno de flujo uniforme de calor, lo que
comporta una temperatura no uniforme de la superficie. En este caso el número de Grashof se define como

(8-49)

En el apartado 8.4-2 volveremos sobre este caso.


La resolución, que se ha de efectuar de forma numérica, del sistema formado por las ecuaciones (8-35) y (8-
39) anteriores no es sencilla, pues presenta problemas de convergencia si no se inicializa adecuadamente el valor
de 0 correspondiente al borde de la capa límite, donde la derivada de la función f(0) se anula. Por este motivo,
hasta la difusión de las herramientas informáticas no se obtuvieron soluciones correctas. Se ha publicado un
algoritmo y el correspondiente logical para resolver las ecuaciones (8-34) y (8-38), que incluye una discusión
de los procedimientos matemáticos correspondientes29. Una forma obviar las dificultades de la solución directa
es la de resolver el problema empleando las diferencias finitas, que utilizamos en el Capítulo 6, con una astucia
para evitar los problemas de convergencia con ellas, que es, como indicamos en el mismo capítulo, hallar el
estado estacionario como límite del transitorio. Esta metodología fue propuesta por Hellums y Churchill30 y es
la que describiremos a continuación. También la que emplea la aplicación LORENTZ para la placa rectangular.
Recuérdese, como ya hemos indicado, veremos más adelante que el rango de aplicación de este modelo es
limitado.

Ejemplo 8.2
Una banda de vidrio, de 400 mm de anchura, se mantiene a una temperatura uniforme de 350 K y se cuelga
por un borde, en aire a 308 K, 1 atmósfera y 12,16% de humedad relativa. Calcúlense, utilizando los gráficos
de Ostrach,
a) La potencia térmica absorbida por el aire entre la cota 0,4 m y el borde inferior.
b) En la misma cota, la temperatura del aire a 6 mm frente a la placa.
c) Lo mismo que en b pero a 20 mm.
d) La velocidad ascendente del aire a esas mismas distancias.
e) En la misma cota el espesor de la capa límite.
f) En la misma cota la velocidad vertical máxima y la separación de la placa a la que estará situada.
g) El caudal de aire desplazado por la capa límite hasta dicha cota.

28
Compárese, haciendo Pr = 0,72, con la ecuación (8-10).

29
Adams, J. Alan y David F. Rogers, Computer Aided Heat Transfer Analysis, Mc Graw Hill, New York,
1973, pp. 285-294.

30
Hellums,J.D. y Churchill, S.W., "Transient and Steady, Free and Natural Convection, Numerical
Solutions, Part I, The lsothermal Plate_ AIChE J., Vo1. 8 (1962), pp.690-692, y "Transient and Steady-State,
Free and Natural Convection, Numerical Solutions: Part II. The Region inside a horizontal Cylinder", AIChE
J., Vo1.8 (1962), pp.692-719.
14 Capítulo 8 Convección....

8.1-1.2 Resolución por diferencias de las ecuaciones aproximadas para la placa


rectangular vertical. Aplicación LORENTZ
Para el régimen laminar, los tres balances de partida serán las ecuaciones (8-1'), (8-2) y (8-3) pero, al considerar
el estado transitorio, con un término adicional cada una. Además, al estudiar el estado transitorio del sistema,
habrá que añadir unas condiciones iniciales.
Para el balance de masa en vez de la ecuación (8-14) llegaremos, con los mismos razonamientos a la (8-49):

(8-50)

Para el balance de cantidad de movimiento, considerando, de acuerdo con la teoría de la capa límite, tan sólo la
componente según el eje x-x:

(8-51)

Análogamente, para el balance de energía sin tener en cuenta ni la generación ni la disipación, hallamos:

(8-52)

Caben simplificaciones adicionales si consideramos que la variación de la perturbación de densidad en el tiempo


será mucho menor que las variación espacial, es decir:

(8-53)

y que, debido la delgadez de la capa límite, las variaciones con la coordenada x son muy inferiores a las
correspondientes a la variable y.
Con la primera simplificación, (8-50) se transforma de nuevo en (8-14):

Al plantear la solución analítica del problema en estado estacionario, establecimos todos los parámetros para
adimensionalizarlas, excepto para el tiempo, evidentemente. Recordando que espacio partido por velocidad es
igual al tiempo, podemos deducir inmediatamente el tiempo de referencia para adimensionalizar t. Como para
obtener la ecuación (7-79) vimos que el espacio se adimensionalizaba con el factor 1/L y la velocidad con el L/<,
el factor para adimensionalizar el tiempo será </L2, de modo que un tiempo adimensional será

(8-54)

Se puede retocar la adimensionalización propuesta anteriormente en el apartado 7.2-2.1 y completada con (8-54),
para obtener ecuaciones sin ningún coeficiente, es decir, el sistema equivalente al formado por las ecuaciones
(8-14), (8-15) y (8-16) reducido a:

(8-55)
8.1 Tratamiento teórico de la convección 15

(8-56)

(8-57)

si se usan las variables adimensionales indicadas a contiguación.

• Temperatura:

(8-58)

• Componentes de la velocidad:

(8-59a)

(8-59b)

• Tiempo:

(8-60)

Las condiciones de contorno análogas a las (8-17)(8-18), son:

(8-61a)

Las otras condiciones (8-19) y (8-20) pasan a ser:


16 Capítulo 8 Convección....

(8-61b)

A las mismas habrá que añadir la condición inicial:

(8-62)

De acuerdo con lo expuesto en el apartado 6.1, podemos sustituir las derivadas en las ecuaciones anteriores por
diferencias. Usaremos derivadas ascendentes o descendentes según el caso, para evitar usar temperaturas
físicamente inexistentes al corresponder a puntos que no pertenecen al sistema, por ejemplo 1i-1,j, etc. Al emplear
las diferencias ascendentes, tendremos ecuaciones explicitas (apartado 6.1-1) para las que se requerirán ciertos
requisitos de estabilidad.
Consideremos la distribución en dominios rectangulares con los correspondientes nodos, mostrada en la
figura 8.3, en donde hemos escogido )Y < )X porque interesa más la precisión transversalmente a la capa límite
que a lo largo de la misma.

Figura 8.3. Discretizaciòn del fluido para la resolución del problema de convección natural en una placa rectangular vertical.

Para llevar a cabo la resolución del problema, con el método explícito, se parte de que son conocidos los valores
de la variable en el instante n (al extremo los valores iniciales) y en una secuencia que corresponde a la del
fenómeno físico, pues se inicia con la ecuación del balance de energía, (8-57), que es la causa del movimiento,
de la que se despeja la temperatura en el instante n+1 siguiente, 1i,jn+1.
De esta forma las ecuaciones de diferencias equivalentes a los balances de masa(8-55) y de energía (8-57)
en el nudo i, j, entre dos instantes cualesquiera n y n + l, separados por un intervalo )t, serán (sustituyendo Ux*
por U y Uy* por V para simplificar la notación):

(8-63)

y
8.1 Tratamiento teórico de la convección 17

(8-64)

De (8-64) se despeja 1i,jn+1,

(8-65)

operación que se efectúa para la totalidad de los i por j nodos (incluidos los de contorno). Los valores de 1i,j
obtenidos se sustituyen en las proyección sobre el eje x-x del balance de cantidad de movimiento del nodo
correspondiente:

(8-66)

y así se pueden despejar todas las Ui,jn+1. Finalmente, mediante las ecuaciones correspondientes al balance de
masa, (8-63), se hallan las componentes según el eje y-y de las velocidades, Vi,jn+1. Este cálculo debe iniciarse para
cada i sobre la placa, pues Ui,0 = 0 en todo instante (n, n + 1, etc.). Asimismo el cálculo en general debe comenzar
en el borde de ataque, donde U0,0 = V0,0 = 0.
La ecuación (8-65), (balance de energía) que da 1i,jn+1, nos indica, al ser las 1 y los parámetros )J, )X y )Y
intrínsecamente positivos, que, según cuales sean sus valores, matemáticamente se pueden obtener inversiones
de temperatura, como ocurría con la ecuación (6-23) explícita para la conducción en el seno de un sólido; sin
embargo para el balance de cantidad de movimiento, (8-66), no es tan simple el establecer una condición
suficiente como en el caso de las temperaturas, pues para las velocidades no podemos basarnos en el segundo
principio de la termodinámica.
En la ecuación (8-65), vemos que hay dos términos del segundo miembro que pueden ser negativos. Uno es
el primero del segundo miembro, correspondiente a 1i,jn y para evitar que lo sea, basta que

(8-67)

lo que constituye una de las condiciones suficientes de estabilidad.


El segundo es el de 1i,j+1n, pero la condición para que sea positivo no afecta al intervalo de tiempo y sólo
limita el tamaño máximo de los incrementos de espacio normales a la placa

(8-68)

condición que no representa una restricción práctica.


De la ecuación del balance de cantidad de movimiento (8-66) se obtiene la segunda condición, que es31

(8-69)

Para el caso de los gases, 0,6 < Pr <1, bastará considerar la condición (8-67). Para líquidos, inversamente, la (8-
69).

31
Puede verse una justificación en Carnaham, Brice, H.A., Luther y James O. Wilkes, Cálculo Numérico.
Métodos, Aplicaciones, Ed. Rueda, Madrid,1979, pp. 504-505.
18 Capítulo 8 Convección....

Ambas relaciones nos confirman que, como en todo método explícito, los intervalos de tiempo no pueden
ser arbitrarios y que existe un máximo admisible para poder obtener resultados válidos, función de la malla
(cuanto más fina la malla menor ha de ser )J,). Obsérvese asimismo, que estas condiciones se deben comprobar
en cada, iteración la condición, pues Ui,jn y Vi,jn varían con n, con lo que también lo hará )J. Esto tiene el
inconveniente de que se deberá verificar en cada iteración cada vez y se puede tener que cambiar )J, lo que
puede ser interesante en muchos casos.
La aplicación LORENTZ se basa en este procedimiento32, para resolver las ecuaciones (8-63), (8-64) y (8-
66), con las condiciones iniciales y de contorno (8-61a), (8-61b) y (8-62), y la condición de estabilidad (8-67),
que se comprueba en cada iteración.

Ejemplo 8.3
a) Efectúese el cálculo de los perfiles de velocidades y temperaturas adimensionales para una malla con i =
j = 10 y Pr = 0.733 [representados asimismo en las figuras 7.5 (a), (b) y (c)] y lapso de tiempo t que ha sido
necesario para llegar al régimen permanente,
b) Compárense con los resultados correspondiente a la solución analítica [ecuaciones (8-47) y (8-48)].
c) Repítanse las preguntas a) y b) con una malla de 10 por l0, con una malla de 39 por 39 y verifíquese si los
resultados analíticos y numéricos coinciden.

Obsérvese en las figuras del ejemplo anterior que el espesor de la capa límite fluidodinámica es mayor que el de
la térmica porque la perturbación de velocidad la causan las diferencias de temperatura. Partiendo del máximo
se aprecia que excepto para Pr muy pequeños (metales líquidos) *H ~ *T.

8.1-2 Convección interna laminar. Solución analítica para un caso


Si tenemos un fluido newtoniano entre dos paredes verticales planas, separadas por una distancia 2L (canal
vertical), de unas dimensiones suficientes para que los efectos de extremo sean despreciables, podremos suponer
un sistema bidimensional y que no hay variaciones en la dirección paralela a las paredes. Supongamos que una
pared se calienta para mantenerla a una temperatura constante T1 y la otra pared se enfría para mantenerla también
a una temperatura constante T2, véase la figura 8.4. Este caso corresponde a la convección interna.

Figura 8.4. Convección natural entre dos paredes planas paralelas e infinitas, a distinta temperatura (canal vertical). Ejes y nomenclatura.

De acuerdo con la hipótesis inicial, podemos pues, considerar que no hay desplazamiento en el sentido del eje
de las y, es decir, que vy = 0 y el sistema es unidimensional. Suponiendo un desplazamiento laminar del fluido,
vamos a determinar en estado estacionario, el campo de velocidades vx, el campo de temperaturas, el flujo de
calor entre el fluido y cada una de las paredes, y el número de Nusselt NuL correspondiente.

32
Mejora por el ex-profesor de la ETSEIB JosepVilanova, del logical publicado por Carnaham, Brice, H.A.,
Luther y James O. Wilkes, Cálculo Numérico. Métodos, Aplicaciones, Ed. Rueda, Madrid, 1979, pp. 506-511.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 19

Como suponemos que el desplazamiento del fluido es laminar, las ecuaciones aplicables serán, redefiniendo
las velocidades adimensionales con L correspondiente a este caso, las (7-73), (7-75a) y (7-77). Como UY = 0, del
balance de masa (8-14):

(8-70)

se desprende que:

(8-71)

Por otro lado, tomando como temperatura no perturbada la temperatura media entre las dos placas Tm = (T1 +
T2)/2, en vez de T4 y desarrollando en serie de Taylor la densidad en el entorno de la misma, podremos escribir

(8-72)

pues el coeficiente de dilatación térmica del aire es:

(8-73)

Así, la perturbación de la densidad es

(8-74)

Si definimos la temperatura adimensional

(8-75)

el balance de cantidad de movimiento (7-75a) se transforma en:

(8-76)

y teniendo en cuenta (8-71) y la definición de temperatura adimensional:

(8-77)

Para el balance de energía (8-16), tenemos que el primer miembro es nulo:

(8-78)
20 Capítulo 8 Convección....

y llegamos a

(8-79)

o sea

(8-80)

con las condiciones de contorno adimensionalizadas:

1(Y) = 11 en Y = 1 (8-81)

1(Y) = 12 en Y = -1 (8-82)

UX*(Y) = 0 en Y = 1 (8-83)

UX*(Y) = 0 en Y = -1 (8-84)

El balance de energía (8-80) deshace el sistema de ecuaciones, al ser independiente del campo de velocidades.
Integrándolo dos veces, con las condiciones (8-81) y (8-82) tenemos:

(8-85)

campo de temperaturas que no depende del campo de velocidades33, lo que significa que sólo se transfiere calor
por conducción. El flujo de potencia trasferida será:

(8-86)

y Nu2L = 1.
Por otro lado, el balance de cantidad de movimiento (8-76) se convierte en:

(8-87)

Separando variables e integrando dos veces entre Y = -1 e Y = 1,

(8-88)

y aplicando las condiciones de contorno (8-83) y (8-84),

(8-89)

En la figura 8.5 se muestran los perfiles de velocidades y temperaturas correspondientes, cualitativamente bien

33
Recuérdese el modelo para la condensación en una placa rectangular vertical, del apartado 7.2-2.2.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 21

distintos de los correspondientes a la convección externa.

Figura 8.5. Campos de temperaturas y velocidades para el modelo idealizado de convección natural interna entre dos paredes planas
verticales a distinta temperatura.

Aunque simplificado, este caso nos indica que con la convección natural, independientemente del régimen,
también debemos distinguir entre la convección externa, figura 8.6 (a), y la interna en canales, véase la figura
8.6 (b), como se hizo con la convección forzada. Las diferencias entre las configuraciones de flujo que muestran
dichas situaciones34, nos indican que, además, debemos introducir un caso particular de las circulaciones
internas, que es el de las cavidades, figura 8.6 (c). Para todas ellas expondremos tan sólo los casos de superficies
isotermas en contacto con un medio a temperatura uniforme constante o sometidas a un flujo constante de calor.

Figura 8.6. (a) Convección natural externa. (b) Convección natural en canales (interna). (c) Convección natural en cavidades (interna).

8.2 Convección externa con régimen turbulento. Solución analítica aproximada: análisis
integral de la placa rectangular vertical
Aunque inicialmente, en la convección natural, el régimen de circulación del fluido es laminar, éste no se
mantiene indefinidamente a lo largo de la placa, como se ha comprobado mediante experiencias y muestra la

34
La complejidad matemática de una solución analítica , aun en el caso más simple, hace que renunciemos
a un ejemplo como hemos presentado para la convección interna en un canal y propugnemos un esfuerzo
intuitivo para aceptar la propuesta.
22 Capítulo 8 Convección....

fotografía interferométrica35 de la figura 8.7.

Figura 8.7. Fotografía, girada 90°, interferométrica mostrando la aparición de la turbulencia en una placa vertical. La escala transversal a
la placa esta multiplicada por 10 para visualizar mejor el fenómeno36.

En consecuencia, a una cierta distancia del borde inicial37, las relaciones obtenidas hasta ahora dejarán de ser
válidas y se necesitarán otras nuevas.
Para la convección turbulenta, las soluciones analíticas, al exigir la descripción distribuida, son, aun más que
para la forzada, de difícil obtención, por lo que los problemas sólo se pueden resolver, de una manera general,
con la descripción discretizada y por procedimientos numéricos38 como el que se expondrá en el capítulo 9. De
todos modos, con la descripción distribuida, usando el procedimiento integral se pueden obtener de forma
sencilla, soluciones para casos simples, como la convección externa en la placa rectangular vertical. Recordemos
que al tratar, en el capítulo 7, el modelo integral aplicado a la convección, las únicas hipótesis generales,
necesarias para obtener soluciones para la transferencia de calor, eran suponer:

1. Disipación viscosa despreciable


2. Superficie sólida bidimensional horizontal plana o de curvatura pequeña
3. Fuerzas de volumen (peso) despreciables. Ésta y la anterior suposición permiten eliminar la proyección
del balance de cantidad de movimiento sobre el eje normal a la superficie sólida (teoría de la capa límite).
4. Variaciones de velocidad longitudinales y las de presión transversales, despreciables frente a las
transversales y longitudinales, respectivamente (teoría de la capa límite).
5. Zonas perturbadas del fluido de espesores análogos, aunque en rigor sólo sea así para Pr - 1.

Respecto a esta última hipótesis, se comprobó experimentalmente que los resultados así obtenidos se podían
aplicar con suficiente aproximación mientras 50 $ Pr $ 0,5. Esto excluye los metales líquidos y los fluidos muy
viscosos.39

Además, como hipótesis no esenciales, supusimos también que, con excepción de la densidad, las propiedades

35
Hauf, W. y U. Grigull, "Optical Methods in Heat Transfer" en Advances in Heat Transfer, Vol. 6,
Academic Press, New York, 1970, pp 191-359. Un breve resumen del procedimiento de interferometría se
encuentra en Eckert, E.R.G. y Robert M. Drake, Heat and Mass Transfer, 2nd. Ed., Mc Graw -Hill, New
York, 1959, pp. 320-321.

36
Eckert, E.R.G. y E. Soehngen, “Interferometric Studies on the Stability and Transition to Turbulence of
a Free Convection Boundary Layer”, Proc. Gen. Discuss. Heat Transfer ASME-IEM., London, 1951.

37
Cuando el producto Pr Grx sea del orden de 109, como comprobaremos más adelante.

38
Genéricamente “Computational Fluid Dynamics”; CFD.

39
Estos últimos tienden, además, a no ser newtonianos.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 23

del fluido no variaban con la temperatura y la presión, que la velocidad y la temperatura en la zona no perturbada
eran constantes, y estado estacionario, lo que está de acuerdo con las condiciones enunciadas en la introducción
de este capítulo.
Destacábamos en el capítulo 7 que las ecuaciones se habían deducido sin recurrir a ninguna hipótesis sobre
el tipo de fluido, ni establecer la manera como circula el mismo y así, después de validar el método,
comprobando que el resultado obtenido en el caso de circulación externa laminar coincidía con la solución
obtenida con el método diferencial, lo utilizamos para obtener las expresiones aplicables al régimen turbulento.
Para la convección natural externa en una placa rectangular vertical vamos ha seguir una marcha paralela.
Primero validaremos el método para el régimen laminar, viendo si el resultado es análogo al obtenido con el
modelo diferencial, ecuación (8-48), y, en caso afirmativo, efectuando el cálculo con un régimen turbulento.
Podremos aplicarlo a la convección natural en la situación descrita en la figura 8.8, con los balances de masa,
cantidad de movimiento y energía, ecuaciones (3-30), (3-36) y (3-55) del primer volumen y las mismas hipótesis
que en el caso de la convección forzada, exceptuando la referente a las fuerzas de volumen (peso) que en esta
caso, no sólo no son despreciables, sino que son esenciales.

Figura 8.8. Volumen de control ABCD, F, para determinar los perfiles de velocidades y temperaturas con el método integral, en una
placa bidimensional más caliente que el fluido, suponiendo la capa límite en régimen laminar exclusivamente, desde el borde inferior al
final de la placa40 .

Las ecuaciones citadas, considerando estado estacionario, se reducen a :

Balance de masa (3-30):

(8-90)

Componentes sobre los ejes x e y del balance de cantidad de movimiento bidimensional41 (3-36):

(8-91a)

40
El borde superior para una placa más fría.

41
Al ser vertical la placa, gx = g y gy = 0.
24 Capítulo 8 Convección....

(8-91b)

Balance de energía (3-55):

(8-92)

Además, como, al tratarse de convección libre, no existe ningún dispositivo mecánico actuando sobre el fluido
en la capa límite,

(8-93)

Hemos admitido el modelo de capa límite delgada y por ello no tenemos en cuenta las variaciones paralelas a
la placa, ni la proyección del balance de cantidad de movimiento, ecuación (8-91b), sobre el eje y.
En las ecuaciones resultantes, al igual que para la convección forzada, tendremos que incorporar el balance
de masa, (8-90), al segundo miembro42 de los de cantidad de movimiento, (8-91a), y de energía, (8-92), con la
única diferencia de que, en la convección libre, v4 = 0, lo que comportara la simplificación de las fórmulas. En
definitiva pues, bastará que efectuemos un nuevo análisis sólo para los primeros miembros de los balances de
cantidad de movimiento y de energía, en los que se reflejarán las modificaciones de las causas inductoras del
proceso correspondientes a la nueva situación, en concreto las fuerzas de volumen debidas al peso del fluido.
Para el balance de cantidad de movimiento tendremos, para una anchura unidad de la placa, véase la figura
8.8,

< Primer miembro del balance de cantidad de movimiento

(8-94)

dividiendo esta expresión por la base del volumen total (superficie sólida), dA = ()x)(1), haciendo tender )x
a cero y pasando al límite, llegamos a:

(8-95)

relación donde tomamos la unidad de anchura y, para el signo de las integrales, tenemos en cuenta que las
incorporaciones son positivas.

< Segundo miembro del balance de cantidad de movimiento

Igual que en la ecuación (7-263) del primer volumen, con v4 = 0, o sea:

(8-96)

42
Que es el que describe los flujos debidos a la masa que circula a través del volumen de control F.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 25

Igualando las expresiones de ambos miembros y como, para determinar la masa, consideramos la densidad
constante,

(8-97)

Aplicando el teorema de Bernoulli, en esta ecuación puede ponerse P en función de las propiedades del fluido.
En efecto, teniendo en cuenta que la presión en el interior de la capa límite es análoga a la de la zona no
perturbada, P - P4, y que, en ésta, la variación de presión es debida solamente al efecto fluidoestático:

(8-98)

En consecuencia, tomaremos, como en (7-154'), la profundidad del volumen de control, constante y, como Y no
es función de x, podremos agrupar los dos integrandos del primer miembro y, sumando y restando D4 g al inte-
grando resultante, escribir:

(8-99)

pero asimismo, según (8-4),

D - D4 = $(To - T4) D4

y teniendo en cuenta que entre *H e Y, las integrales valen 0, pues para toda y superior a *T(x) # *H(x), T(x, y)
= T4, y para una y menor que *T(x), T = T(x, y),

(8-100)

Nótese que hasta aquí, no hemos concretado el régimen del que se trata.
Para el laminar, J0 se puede expresar, a través de la fórmula de Newton, en función del gradiente de
velocidad, pero, aún suponiendo µ constante igual a µf , hemos de hacer de nuevo uso de la citada aproximación
de Oberbeck-Boussinesq, para considerar una densidad constante, Df ~ D4. Con esta hipótesis, dividiendo por D4
la relación anterior y como *T # *H , al no tratar los metales líquidos, obtenemos:

(8-101)

En cuanto al balance de energía, es fácil ver que ni para el primer miembro ni para el segundo, nada ha variado
respecto a la convección forzada, por lo que la ecuación correspondiente será la (7-270) del primer volumen:

(8-102)

donde también tenemos en cuenta que, para los fluidos que consideramos, *T # *H.
Estas dos ecuaciones se pueden normalizar con variables adimensionales, como hicimos para la convección
natural en el Capítulo 7. Dentro de la capa límite consideraremos un perfil de velocidad único en función de la
distancia normalizada a la placa,

(8-103)
26 Capítulo 8 Convección....

donde *H(x) equivale a la distancia de penetración establecida para al sólido semiinfinito en el capítulo 4.
También adimensionalizaremos las ecuaciones (8-101) y (8-102), lo que nos permitirá comprobar que el
sistema sigue quedando definido por los mismos números adimensionales que obtuvimos con el modelo
diferencial. Por ello emplearemos de nuevo las variables (7-74):

(8-104a y b)

(8-105a y b)

con

(8-106)

También la coordenada adimensional:

(8-107)

que, con un razonamiento de semejanza de perfiles igual al establecido con el modelo diferencial, nos permite
escribir:

(8-108)

de modo que

(8-109)

y, de acuerdo con (7-81),

(8-110)

Así obtenemos:

(8-111)

Análogamente, con el balance de energía y el espesor de la capa límite térmica:

(8-112)

establecida la coordenada adimensional


8.1 Tratamiento teórico de la convección 27

(8-113)

y partiendo de (8-102), es decir, suponiendo *H / *T, es decir43, Pr /, 1se llega a:

(8-114)

Estas ecuaciones confirman que, con el modelo integral, los parámetros adimensionales que definen el fenómeno
coinciden con los obtenidos mediante el modelo diferencial.
Las condiciones de contorno correspondientes a la figura 8.8 serán las mismas que para la 8.1, o sea las (8-
17) a (8-20) pero considerando que para )H y )T iguales a la unidad44, la velocidad y la temperatura ya
corresponden a los valores no perturbados.
Sin embargo, para el análisis integral45 no es adecuado tomar una definición de la velocidad adimensional
basado en la magnitud constante v/L como hicimos con el modelo diferencial sino que, para poder considerar una
distancia de penetración (espesor de la capa límite) para cada estación de la placa, tendremos que utilizar una
magnitud que sea función de la coordenada x. Podemos establecer un perfil de forma parabólica considerando
una velocidad representativa del perfil que sea función de la distancia al borde inferior solamente, vx = u(x). Esta
velocidad, de acuerdo con la forma cualitativamente prevista en la figura 8.7, [ u(0) = 0 y creciente con x] podría
ser de la forma:

(8-115)

pues como sólo tendremos dos ecuaciones (proyección sobre el eje x del balance de cantidad de movimiento y
balance de energía), la función potencial permite el ajuste de una curva polinomial con el mínimo de parámetros:
dos, B' y b en este caso. Como temperatura adimensional podemos usar 1 según (8-110).
Como *T # *H = *, tomaremos una única variable adimensional para definir el límite de integración, que
coincide con la posición de las capa límite fluidodinámica, de modo que ) será también una variable
normalizada,

(8-116)

Lo que sí es esencial para el modelo es que el espesor de la capa límite sea pequeño frente a la longitud de la
placa, condición que, de nuevo, excluye, además de los metales líquidos, a los fluidos muy viscosos, o sea valores
altos de Pr.
Tenemos pues dos ecuaciones integrales en y (ó 0) y tres variables, vx(x, y), 1(x, y) y *(x), que para cada x
se convertiran en vx(y), 1(y) y una constante. Al integrar desaparecerá la y (ó 0), quedando dos ecuaciones en
x.
Las condiciones de contorno serán análogas a las (8-17) a (8-20) ya conocidas, adaptadas como hemos dicho
antes:

(8-117)

y la (8-61):

43
Recuérdese también la figura 8.2.

44
Para )T antes.

45
Una variante del método que expondremos se puede ver en Isachenko, V.P., V.A. Osipova y A.S.
Sukomel, Transmisión de calor, traducción de Ángel Igelmo Ganzo y Jaime Nieto Iremul, revisada por Carlos
Simó Torres, MARCOMBO, S.A., Barcelona 1973, pp. 295-300.
28 Capítulo 8 Convección....

(8-118)

y, suponiendo, de acuerdo con (8-115) un perfil polinominal para vx y 1, añadiremos que la curva
correspondiente ha de ser continua en el borde de la capa límite; es decir que la pendiente de la tangente en 0
= 1, sea nula, véase la figura 8.1. Esto equivaldrá a

(8-119)

(8-120)

Si escribimos las expresiones polinómicas de la velocidad y la temperatura, en forma factorial:


(8-121)

(8-122)

las condiciones de contorno (8-117) y (8-118) equivalen a que a la unidad sea raíz doble de las ecuaciones
resultantes de igualar a cero las expresiones de vx o 1, así como que una raíz de la ecuación de vx sea nula. Como
además de cumplir las condiciones de contorno, los grados mínimos de los polinomios representativos de los
perfiles serán tres para vx , ya que ha de ser convexo-cóncavo, y dos para 1, pues al ser cóncavo ya bastará,
podemos establecer razonablemente que:

(8-123)

(8-124)

que verifican las citadas condiciones de contorno. Antes de sustituir estos perfiles en las ecuaciones básicas,
tratemos de concretar algo más u(x). Por la forma del perfil de velocidad, impuesta por las condiciones de
contorno (7-158), ha de existir un extremo (máximo para una placa más caliente que el fluido y un mínimo en
caso contrario) en el interior de la capa límite (0 < 0 < 1). Suponiendo la placa más caliente, el máximo
corresponderá al valor de 0 que cumpla

(8-125)

El valor 0 = 1 da u(x) = 0 , correspondiente a un mínimo evidentemente, y 0 = 1/3 nos dará la componente de


la velocidad máxima en la dirección x,

(8-126)

es decir:
8.1 Tratamiento teórico de la convección 29

(8-127)

en definitiva concluimos que, que salvo un factor numérico, u(x) representa la velocidad máxima provocada por
el fenómeno de convección natural en un fluido en reposo.
Utilizando como velocidad de referencia (vx)max podemos definir una velocidad adimensional

(8-128)

por lo que teniendo en cuenta (8-123),

(8-129)

y de acuerdo con (7-124),

(8-130)

Sustituyendo en las ecuaciones representativas de los balances de cantidad de movimiento y energía, (8-101)
y (7-102), las expresiones anteriores para los balances se transforman en,

< Primer miembro del balance de cantidad de movimiento46

(8-131)

< Segundo miembro del balance de cantidad de movimiento

(8-132)

y por tanto el balance de cantidad de movimiento adoptará la forma:

(8-133)

46
Recuérdese que:

etc.
30 Capítulo 8 Convección....

< Primer miembro del balance de energía

(8-134)

< Segundo miembro del balance de energía

(8-135)

y, en consecuencia, el balance de energía se reducirá a:

(8-136)

Las dos ecuaciones (8-133) y (8-136) nos relacionan en forma diferencial (vx)max, u y *(x). Con unas expresiones
polinómicas para (vx)max y * en función de x e imponiendo que cumplan incondicionalmente (8-117) y (7-164'),
podremos determinar hasta cuatro constantes (identificando exponentes y coeficientes). Veamos como.
Para (vx)max, de acuerdo con la expresión (8-115), propuesta para u(x), ya tendremos la expresión en forma
potencial,

(8-137)

que encaja con nuestras posibilidades, pues tiene el mínimo número de constantes, 2[B y b ].
Para *(x) también podemos suponer que varia en forma parabólica con la distancia del punto considerado
al borde inferior, para lo cual la forma más sencilla, con dos constantes también, será de nuevo la potencial:
(8-138)

Así los cuatro parámetros A, B, a y b que hemos introducido, los podremos fijar desarrollando las dos fórmulas
anteriores de los balances de cantidad de movimiento (8-133) y de energía (8-136), e identificando los exponentes
y coeficientes de x en cada miembro. Sustituyendo estas expresiones en los citados balances, tendremos:

(8-139)

(8-140)

Estas ecuaciones se han de verificar sea cual sea la posición en la placa, lo que exige que, para cada una de ellas
y cualquier valor de x, sean siempre iguales ambos miembros. Una condición ha de ser que los exponentes sean
idénticos, o sea, en la primera ecuación han de ser tales que:

(8-141)

(8-142)
8.1 Tratamiento teórico de la convección 31

y en la segunda
(8-143')

Sistema de tres ecuaciones con dos incógnitas, pero del cual sólo dos independientes pues la última ecuación se
puede escribir como
(8-143'’)

que es idéntica a la primera

(8-144)

obtenida del balance de cantidad de movimiento. Eliminando una ecuación, el sistema:

(8-145)

tiene como solución

Sustituyendo estos exponentes en las relaciones (8-139) y (8-140) podremos determinar A y B:

(8-146)

(8-147)

De la segunda obtenemos

(8-148)

Valor que sustituido en la primera y multiplicando ambos miembros por A3, nos da

(8-149)

De aquí se despeja A:

(8-150)

que a su vez da:

(8-151)
32 Capítulo 8 Convección....

Con el valor de A, sustituyendo en (8–138), hallamos la variación del espesor de la capa límite con la distancia
al borde inferior:

(8-152)

En principio, éste es el espesor de lapa límite fluidodinámica y, aproximadamente, el de la térmica. Si se desea


más precisión se puede aplicar la fórmula (7-259).
La velocidad máxima será:

(8-153)

expresión que con las (8-123) y (8-152) nos permite determinar el perfil de vx(x) para cada posición x.
Para la potencia local transferida tendremos:

(8-154)

y si deseamos el número de Nusselt local, utilizando (8-154) tenemos:

(8-155)

De este modo, si suponemos que el régimen permanece laminar en toda la longitud de la placa, podremos
calcular los valores medios para una placa vertical de altura L y anchura 1 m constante. Para la potencia total
transferida tendremos:

(8-156)

y, si deseamos el número de Nusselt medio,

(8-157)

expresiones que, al comportar la hipótesis de la delgadez de las capas límite, serán válidas siempre que Pr no
alcance valores extremos, digamos inferiores a 0,5 o superiores a 30.
Para Prf = 0,8, la fórmula del número de Nusselt se reduce a
8.1 Tratamiento teórico de la convección 33

(8-158)

fórmula que da valores parecidos, aunque algo por exceso, a la (8-48). Así consideraremos validado el método.

Ejemplo 8.4
Repítase el ejemplo 8.2 utilizando los resultados obtenidos con el modelo integral.

Validado el método integral para la convección natural, vamos a indicar someramente como se puede emplear
para el estudio de la convección natural turbulenta, siguiendo una sistemática47 análoga a la que acabamos de
indicar para la convección laminar.
Estudiaremos también la placa vertical a temperatura constante, situada en un ambiente a distinta temperatura,
también constante, pero que tenga la longitud suficiente para que el aumento del GrL (que crece con x al cubo)
haga que aparezca un régimen turbulento, que supondremos se inicia en el borde de la placa. La figura 8.9
esquematiza de esta forma idealizada el fenómeno, para el caso en el que *H = *T = *.
Las hipótesis propuestas por Eckert y Jackson en esta caso fueron las siguientes:

1. Considerar que el espesor de la capa límite fluidodinámica es mayor o parecido al de la térmica, lo que
de nuevo elimina del modelo los metales líquidos y los líquidos muy viscosos.

2. Considerar que la circulación es turbulenta desde el borde inicia (inferior para una placa más caliente que
el fluido y superior en caso contrario).

3. Que, en función de 0 = y/*, los perfiles son los siguientes.


. Para la velocidad adimensional

(8-159)

derivado del perfil de Prandtl, fórmula (7-435). Como para la circulación laminar, con este perfil también
se anulan la velocidad y su derivada para 0 = 0 y 0 = 1, verificando las condiciones de contorno (8-158), que
siguen siendo válidas. Por contra, el perfil turbulento es más “chato”, al adoptar la "ley" del exponente un
séptimo, véase la figura 7.97. Asimismo se potencia el ajuste numérico, al considerar un polinomio de grado
5, con cuatro raíces no nulas, lo que, como las condiciones de contorno adicionales son (véase el apartado
4.3-1.4 y el problema para resolver 3.32),

(8-160a y b)

conduce a que 0 = 1 sea una raíz cuádruple.


En cuanto al perfil de temperatura, por motivos puramente matemáticos, sólo consideraron las condiciones
de contorno, (8-117) y (8-118), adoptando además un perfil más plano que el laminar, con exponente un
séptimo

(8-161)

lo que constituye el punto débil de sus hipótesis.

47
Eckert, E.R.G. y T.W. Jackson, "Analysis of Turbulent Free Convection Boundary Layer on a Flat Plate
", NACA Rep. 1015, 1951.
34 Capítulo 8 Convección....

4 . Admiten que la tensión J0 de fricción de la ecuación (7-154"), se mantiene constante, es decir, no varía
a través de la capa límite y así para ella adoptan la expresión de Blasius (7-642). Así, considerando u ~ vmax
y como *H = *T, Pr = 1, aplican la analogía de Reynolds, usando la expresión (7-466) para relacionar J0 con
(qc/A)0.
Al iniciarse la capa límite turbulenta en el borde inferior, figura 8.9(b), es decir, despreciando la longitud de
la zona laminar, * y u serán función de x exclusivamente. Así, se toman las formas *(x) = A xa y u(x) = B
xb, al igual que se hizo para la zona laminar.

De esta forma y con una marcha algo laboriosa, pero paralela a la seguida para el régimen laminar, se llega a la
expresión48

(8-162)

Como de acuerdo con el modelo de la figura 8.9b, la turbulencia se inicia en el borde de la placa, podemos
integrar fácilmente la expresión anterior.

(a)

48
Rohsenow, Warren H. y Harry Choi, Heat, Mass, and Momentum Transfer, Prentice Hall, Englewood
Cliffs, 1961, figura 8.18, pp. 202-204.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 35

(b)

Figura 8.9. Convección natural en una placa vertical más caliente que el fluido. (a) Configuración real. (b) Modelo para determinar los
perfiles de velocidades y temperaturas con el método integral, que supone un régimen único turbulento, establecido a partir del borde
inferior.

Así, se obtiene el valor medio multiplicando el local por 5/6:

(8-163)

que para Pr = 1 nos da,

(8-164)

No debemos olvidar que las ecuaciones (8-163) y (8-164), se han hallado eliminando la parte inicial laminar lo
que para placas cortas representa un error apreciable.
Un análisis más refinado efectuado por Bayley,49 considerando un perfil de temperaturas con una subcapa
laminar hasta y+ = 15 y después una difusividad turbulenta de Boussinesq constante, da, para gases, un número
de Nusselt local igual a:

(8-165)

Nótese que, si ignoramos la parte inicial laminar, al ser igual a 1/3 el exponente del número de Grashof, el
coeficiente de convección local no depende de la posición y es igual al medio.

49
Bayley, F.J., "An analysis of turbulent free convection heat transfer", Institution of Mechanical Engineers
Procedings, Vol. 169 (1955), London, pp. 361-370.
36 Capítulo 8 Convección....

Figura 8.10. Valores experimentales del número de Nusselt para placas verticales en aire y agua, mostrando el ajuste a las correlaciones
obtenidas con el modelo integral50, ecuaciones (8-158) y (8-164).

Los valores experimentales51 para circulaciones externas en general, indican que el valor de hc turbulento es
prácticamente independiente de la distancia al borde inferior, por lo que, como muestra la figura 8.10, el
exponente 1/3 de Bayley se ajusta más a la realidad que el de 2/5 = 0,4 obtenido por Eckert y Jackson.52
Estas ecuaciones son de aplicación para Pr GrL> 109, (véase la figura 8.10), pero fallan a partir de Pr GrL
> 1012 .

8.3 Contrastación experimental de los resultados teóricos


Ante todo se comprueba que, con cualquier geometría, el hecho de suponer constantes las propiedades, excepto
la densidad de acuerdo con las hipótesis de Oberbeck-Boussinesq, no comporta errores apreciables, como ya
se señaló en la nota número 2 al pie de página.

8.3-1 Placa rectangular vertical


En el caso de la placa rectangular en posición vertical, en la figura 8.11 se comparan los valores obtenidos
mediante las relaciones (8-45) y (8-46) con medidas experimentales. En esta figura se aprecia una correlación
aceptable para 106 < Pr GrL < 108 , zona laminar, y discrepancias, en aumento, a medida que nos alejamos de estos
limites. Las razones de tales discrepancias son varias y distintas para cada extremo.

50
Jakob, Max, Heat Transfer, Volumen I, John Wiley & Sons, New York,1949, p. 529.

51
Jakob, M. y W. Linke, "Der Wärme übergang von einer waagerechten Pltte an siedenders Wasser",
Forsch. Arb. Ing. Wes., Vol. 4 (1933), pp. 75-81; Warner, C.Y. y V.S. Arpaci, "An Experimental Investigation
of Turbulent Natural Convection in Air at Low Pressure on a Vertical Heated, Flat Plate", Int. J. Heat Mass
Transfer, Vol. 11 (1968), pp. 397-406.

52
Además presenta el inconveniente de que hc crecen indefinidamente con x0,2, lo que físicamente es
absurdo.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 37

Figura 8.11. Convección natural externa en una placa rectangular vertical. Datos experimentales para aire frente a la solución teórica laminar
de Ostrach, NuL = 0,516(Pr GrL)0,25, (8-48), de acuerdo con la teoría de la capa límite.53

Los bajos valores de Pr GrL, inferiores a 106, pueden ser debidos a que sea muy pequeño Pr o pequeño GrL.

• En el primer caso, correspondiente a los metales líquidos, recuérdese la figura 7.19, no se cumple la condición
de que el espesor de la capa limite térmica sea despreciable frente a la longitud de la placa, por lo que el sistema
simplificado de ecuaciones (8-35) y (8-39) no describe el fenómeno real; además la transmisión de calor por
conducción puede ser apreciable, lo que hace que los valores experimentales de NuL (o hL) sean superiores a los
obtenidos con las fórmulas que suponen exclusivamente un fenómeno convectivo.
• Si GrL es pequeño, como, de acuerdo con (8-25), el espesor de las capas limite varia en el mismo sentido que
(x/Grx)0,25, no es despreciable el espesor de las mismas frente a la longitud de la placa y de nuevo el modelo
matemático es inadecuado. Esta circunstancia puede deberse a que la diferencia de temperaturas sea muy baja,
la viscosidad muy grande o la distancia considerada desde el borde inferior muy pequeña. Todo ello, también
hace que en la parte del borde inferior de la placa, los resultados obtenidos con la fórmula (8-48) no sean buenos.

En cualquier caso, si GrL < 106 deberemos efectuar una corrección por espesor y tener en cuenta la transferencia por
conducción.
Por otro lado, los grandes valores de Pr GrL se deben normalmente (la excepción son los fluidos muy viscosos,
que además suelen no ser newtonianos ) a los valores de GrL, lo que nos indica que las fuerzas viscosas son muy
inferiores al producto de las de inercia y de empuje de Arquímedes, haciendo que estas últimas predominen,
provocando la inestabilidad y desordenando al fluido, con la consiguiente aparición de turbulencias. Esto ocurre con
grandes diferencias de temperatura entre la placa y el fluido, con fluidos muy poco viscosos y con placas de gran
longitud; es decir, cuando la "causa motriz" es importante, la consistencia baja, o la perturbación muy prolongada.
El criterio cuantitativo para determinar el paso a la convección turbulenta no es unívoco, pues depende de Pr. Un
estudio teórico de la inestabilidad del régimen laminar54 da desde GrL = (1,93)(106) para aire hasta GrL = (3,90)(108)
para agua a 70 °C. Como criterio práctico Bejan y Lage55, dan GrL $ 109 , lo que confirma el carácter fundamental
de GrL frente al de RaL = GrL Pr.
Finalmente, señalemos que el ligero desajuste con la realidad en la zona laminar, proviene de la curvatura del
borde de la capa límite, debido al cambio de espesor, que hace que el citado borde no sea paralelo a la dirección de
la gravedad.

53
Según Ede, A. J., "Advances in Free Convection", en Advances in Heat Transfer. Vol. 4, Academic, New
York, 1967, p. 13. Datos experimentales de O.A.Saunders," The Effect of Pressure Upon Free Convection in
Air," Proc.Roy. Soc., AIS7, p.278 (1936) y Warner, C.Y. y V.S. Arpaci, "An Experimental Investigation of
Turbulent Natural Convection in Air at Low Pressure on a Vertical Heated, Flat Plate", Int. J. Heat Mass
Transfer, Vol. 11 (1968), pp. 397-406.
54
Ede, A. J., "Advances in Free Convection", en Advances in Heat Transfer. Vol. 4, Academic, New York,
1967, p.53.
55
Bejan, A. y J.L. Lage, “The Prandtl number effect on the transition in natural convection along a vertical
surface”, J. Heat Transfer, Vol. 112 (1990), pp. 787-790.
38 Capítulo 8 Convección....

8.3-2 Superficies convexas en general


Para la placa horizontal caliente orientada hacia arriba y superficies convexas, como el cilindro horizontal, se han
obtenido, también a partir del sistema de ecuaciones básico (8-1), (8-2) y (8-3), soluciones analíticas utilizando las
hipótesis de capa límite y soluciones numéricas56 sin las simplificaciones que comporta la misma. A efectos
comparativos, en la figura 8.12 se muestran algunos resultados obtenidos con ambos enfoques en el caso un cilindro
horizontal. Se supone la transferencia en estado estacionario y temperaturas constantes de la superficie del sólido
y del fluido.
En la misma se aprecia que, cuando se utilizan las hipótesis de capa límite, los resultados teóricos57 están por
debajo de los reales, mientras que los calculados numéricamente sin las simplificaciones de la capa límite, se ajustan
perfectamente a los valores experimentales, excepto para valores del número de Rayleigh,58 RaD, elevados, cuando
aparece la turbulencia y el consiguiente aumento de la transferencia, recuérdese el apartado 7.5-1.

Figura 8.12. Convección natural para un cilindro horizontal. Número de Nusselt medio para cilindros en función del número de Rayleigh (Gr
Pr) mostrando el campo de valorea experimentales (zona sombreada), valores obtenidos numéricamente sin las hipótesis de la capa límite
(círculos y triángulos negros) y ecuación obtenida de las ecuaciones de balance simplificadas según la teoría de la misma (recta continua).

8.3-3 Conclusiones
Independientemente de las discrepancias debidas a la aparición de la turbulencia, el modelo laminar basado en las
hipótesis de la capa límite, con las correspondientes simplificaciones de las ecuaciones para los tres balances (masa,
cantidad de movimiento y energía) desarrolladas en el párrafo 8.1-2, sólo es admisible si el espesor de la zona
apreciablemente perturbada por la superficie es muy pequeña respecto a las dimensiones de la pieza, lo que sólo
ocurre aproximadamente en la zona inicial de la placa rectangular vertical, mientras que en otros casos dichas
hipótesis conducen a resultados discordantes con la realidad. Por ejemplo, la fotografía interferométrica de la

56
Kuehn, T.H. y R.J. Goldstein, “Numerical Solution to the Navier-Stokes Equations for Laminar Natural
Convection About a Horizontal Isotermal Circular Cylinder”, Int. J. Heat Mass Transfer, Vol. 23 (1980), pp.
971-979;Fujii, M., M. Fujii y T. Matsunaga, “A Numerical Analysis of Laminar Free Convection Around an
Isotermal Horizontal Circular Cylinder”, Num. Heat Transfer, Vol. 2 (1979), pp.329-344.

57
Saville, D.A. y S.W. Churchill, “Laminar Free Convection in Boundary Layers Near Horizontal Cylinders
and Vertical Axisymetric Bodies”, J. Fluid Mech., Vol. 29 (1967), pp. 391-399.

58
O de Grashof, GrD.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 39

convección natural entorno a un cilindro, de la figura 8.13, muestra las isotermas correspondientes, que indican que
la zona perturbada es en este caso del orden del 30% del diámetro, lo que explica la discrepancia mostrada en la
figura 8.12. Concluimos por tanto, que debemos distinguir entre la placa rectangular vertical y las superficies
convexas, aun sin desprendimiento de capa límite. Asimismo, para estas últimas se acentúa el efecto de la curvatura
de la misma. En cuanto a la conducción, puede ser una aportación significativa a la transferencia de calor y debe
incluirse en el computo global.
En el apartado 8.4, examinaremos la problemática de estos últimos aspectos y la turbulencia.

59
Figura 8.13. Isotermas alrededor de un cilindro horizontal. Fotografía interferométrica .

8.4. Convección externa. Cálculo práctico


Como acabamos de exponer, los resultados del modelo teórico de convección presentado en el apartado 8.1-2, no
responden, con la excepción parcial de la placa rectangular vertical, a la realidad, por lo que es necesario un modelo
más general. Por ello adoptaremos un método semiempírico, denominado de corrección de la capa de conducción,
propuesto por Raithby y Hollands60 y recomendado por el Handbook of Heat Transfer, que da una excelente
aproximación a los valores experimentales para geometrías diversas. Este método aproximado, se usa especialmente
para la convección externa y es adecuado para cuerpos convexos y que no tengan superficies planas horizontales
con temperaturas que no favorezcan la convección (superficies frías orientadas hacia arriba o calientes orientadas
hacia abajo).
El método se basa en el cálculo de la transferencia de calor a partir del resultado teórico (capa límite de Prandtl)
para la placa rectangular vertical en convección laminar. Este resultado, mediante correcciones para tener en cuenta
la orientación local de la superficie con respecto a la vertical (curvatura), el espesor de la capa límite y la conducción
en paralelo,61 da resultados que se adaptan a la realidad de la convección laminar para cualquier forma de superficie
convexa. A continuación se obtiene otra expresión suponiendo que la convección es exclusivamente turbulenta, con
o sin desprendimiento, en la que se prescinde de la conducción. Finalmente, para tener en cuenta las distintas
configuraciones de la perturbación,62 (laminar y turbulenta) se combinan los dos valores obtenidos para las mismas,

59
Eckert, E.R.G. y Robert M. Drake, Heat and Mass Transfer, 2nd. Ed., Mc Graw -Hill, New York, 1959,
p 321.

60
Denominado CLAM (Conduction Layer Aproximate Method), Raithby, G.D. y K.G.T. Hollands, "A
General Method of Obtaíning Aproxímate Solutíons to Laminar and Turbulent Free Convectíon Problems",
en Advances in Heat Transfer, Vol. 11. Academic Press, New York, 1975.

61
Es decir, sumando las aportaciones de ambos mecanismos, aunque incluyendo una pequeña corrección
(Handbook of Heat Transfer, 3rd. Ed., p. 4.19).

62
Véase la figura 8.9a.
40 Capítulo 8 Convección....

considerándolos límites asintóticos.63


El soporte racional de la metodología se obtiene empleando un modelo parecido al de Nusselt para la
condensación laminar (apartado 7.2-2.2), como se explica a continuación, y el citado procedimiento para obtener
expresiones interpoladas con la transferencia turbulenta.
Esta metodología es la que utiliza la herramienta informático que propondremos: el paquete de aplicaciones
NATURAL.

8.4-1 Capa límite real

8.4-1.1. Correlaciones para valores medios del número de Nusselt laminar


Las soluciones para el número de Nusselt obtenidas reduciendo el balance de cantidad de movimiento a una única
ecuación, de acuerdo con el modelo de Prandtl de la capa límite, se denominan soluciones de capa delgada, lo que
indicaremos con el superíndice64 T, y constituyen la primera fase del método propuesto. Para mejorar el ajuste, se
asimila a una conducción, para lo que utilizaremos el concepto de espesor de conducción,65 *4(x), véase la figura
8.14. La curvatura del perfil, al aumentar la distancia a la superficie sólida, comporta un aumento de la sección de
paso al calor, vease la figura 8.13, y, en consecuencia, una resistencia inferior a la de una pared de caras paralelas
del mismo espesor medio. Por último, añadiremos el efecto de la variación de la orientación de la superficie respecto
a la vertical.

Figura 8.14. Visualización del espesor de conducción *4. Véanse los perfiles de temperatura en la figura 8.1.

Los dos primeros efectos se estiman con la sustitución de la capa perturbada de espesor variable por una pared
cilíndrica de espesor constante y el tercero con una analogía con la condensación.

8.4-1.1.1 Placa rectangular vertical de gran anchura

En este caso la solución del apartado 8.1-2 se han de corregir sólo por dos efectos adicionales al modelo teórico: la
variación de la sección de paso del calor, debida a la variación de la profundidad de la zona perturbada (capa límite)
y la conducción a través de la misma. En concreto, al evolucionar su espesor a lo largo de la superficie, la zona
perturbada térmicamente tiene una sección transversal variable frente al flujo de calor, por lo que su conductancia

63
Churchill, S. W., y R., A. Usagi, "General Expression for the Correlation of Rates of Transfer and Other Phenomena",
AIChE J., Vol. 18 (1972), pp. 1121-1128.

64
Del inglés "Thin".

65
Introducido en el apartado 7.3-3.4 del primer volumen y definido como el espesor (local o medio) de una
capa de fluido estacionario que presentase la misma resistencia térmica entre To y T4 que la que representa
la transferencia por convección, véanse las fórmulas (7-273).
8.1 Tratamiento teórico de la convección 41

es una media entre las correspondientes a las áreas extremas. Consideraremos una capa de espesor igual al de
conducción *4 = 8/hc, que, por definición, transmitirá por conducción la misma potencia que se transmite realmente
por convección y que asimilaremos a una pared cilíndrica, para simular la variación de la sección con la distancia
recorrida desde el inicio de la placa.66 Utilizando los valores locales del espesor de conducción *4 y el radio interior
R de la pared ficticia, véase la figura 8.15, podremos escribir:

(8-166)

(a) (b)

Figura 8.15. a) Variables en un sistema bidimensional convexo. b)Variables en un sistema tridimensional convexo con eje de simetría Caso de
temperatura To de la superficie del sólido superior a la T4 del fluido.

Si consideramos un elemento de placa de área 2BR)x = )A, y R muy grande, de modo que R - x y R  *4, de la
expresión anterior obtenemos67:

(8-167)

Como hemos supuesto, y aplicado, que la capa límite es delgada: *4  R o x, la fórmula(8-167) anterior se puede
aproximar por:

(8-168)

expresión en la que NuxT vendrá dado por una fórmula para el número de Nusselt local deducida con las ecuaciones
de Oberbeck-Boussinesq-Ostrach, como la (8-45).
Si seguimos considerando x mucho mayor que *4, a partir de (8-167) y (8-168), usando valores medios, podremos
establecer, finalmente, para la placa rectangular vertical de anchura infinita:

66
Langmuir, l., Convection and Conduction of Heat in Gases, Phys. Rev., Vol. 34 (1912), pp. 401-422.

67
El subíndice f se da por sobrentendido.
42 Capítulo 8 Convección....

(8-169)

expresión en la que el subíndice l indica laminar y que incluye la convección y la conducción.


Empleando la notación simplificada del Handbook of Heat Transfer, de ahora en adelante escribiremos para la
placa citada,

(8-170)

y análogamente para otras geometrías.

8.4-1.1.2 Superficies convexas en general

En este caso la metodología para incorporar el tercer efecto, el de la inclinación respecto a la vertical, presenta
particularidades según cual se trate de cada una de las tres configuraciones mostradas en la figura 8.16, donde l
indica, dimensión la característica.

Figura 8.16. a) Sistema bidimensional convexo (sección de un prisma). b) Sistema tridimensional convexo con eje de simetría. c) Sistema
tridimensional general. Variación de las coordenadas para el caso de sólido más caliente que el fluido.

Para un cuerpo bidimensional convexo68 cualquiera, véase la figura 8.15a, se opera con una descripción discretizada,
transformando la convección de capa delgada en un problema de conducción, que corrige la curvatura de la superficie
y la conducción a través de la capa límite. Como muestra la figura se utiliza una única coordenada superficial x con
ejes desplazables, que se mide a partir del borde inicial, que será el punto más bajo o el más alto, según que la
temperatura de la superficie sea mayor o menor que la del fluido, y donde las líneas de corriente se definen como
líneas tangentes a la superficie a partir de x = 0 hasta el punto más elevado, o bajo, del cuerpo, S.
La orientación de la superficie para referirla a la dirección y sentido de la fuerza de flotabilidad (empuje), o
empuje local, se define mediante el ángulo N, con las posibilidades mostradas en la figura 8.17, que indica su valor,
establecido por el sentido de las fuerzas de flotabilidad y del peso.

68
Es decir, sección transversal de un prisma de gran longitud.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 43

Figura 8.17. Definición del ángulo N de la superficie según que la superficie esté más fría o más caliente que el fluido. Superficie más
caliente que el fluido (a) y (c). Superficie más fría que el fluido (b) y (d).

La fuerza de empuje es vertical y siempre dirigida hacia arriba si To > T4 y en sentido contrario, hacia abajo, cuando
To > T4 , por lo que el ángulo N que caracteriza el fenómeno, está comprendido entre 0 y B. En la figura 8.17, el vector
unitario b indica la dirección y el sentido del empuje originado por la deferencia de densidades, de modo que es
vertical hacia arriba cuando To > T4, etc. El vector unitario normal a la superficie, n, está dirigido hacia el fluido y
el ángulo entre b y n es el ángulo N. Obsérvese que para N comprendido enter 0 y B/2 se puede producir
desprendimiento de la capa límite.
El método universal para calcular la transferencia de calor en un cuerpo convexo bidimensional que hemos
expuesto en el apartado anterior, se describe con ayuda de la figura 8.15a y para un sistema tridimensional convexo
con eje de simetría en la 8.15b.
Una vez establecida la discretización )Ai, se determina localmente el espesor de conducción, *4(xi), que para la
capa delgada, radio de curvatura R mucho mayor que *4 y siendo l la dimensión indicada en la figura 8.15 (Lf es la
altura) viene dado, como veremos más adelante, por

(8-171)

con

(8-172)

y que incluyen un factor F, que corrige las variaciones de la inclinación de la superficie, que vale:

(8-173)

pero como las temperaturas del fluido T4 y del sólido To son constantes, hipótesis general de todo el capítulo,
tomaremos69

69
El caso de temperatura del fluido variable, que no incluimos, puede verse en la sección 4 del Handbook
of Heat Transfer, 3rd. Ed., p. 4.6, ni estados transitorios, tratados en la misma referencia, pp. 4.63-4.68.
44 Capítulo 8 Convección....

(8-174)

(obsérvese que al integrar (8-174) respecto a x, l desaparece).


Una vez determinada el valor de *4(x) en cada una de las áreas elementales )A = [)(x)](1), en las que se ha dividido
la superficie, figura 8.17, se toma un elemento de capa de espesor de *4, como se indican en la mencionada figura,
calculándose el calor transmitido como el que atraviesa por conducción la capa suponiendo que una de sus superficies,
interfaz, está a To y la otra a T4. Así, para un elemento de superficie (perímetro) del sólido bidimensional de la figura
8.17, siendo R el radio de curvatura para )Ai, utilizamos la expresión (8-166):

(8-175)

y para todo el cuerpo:

(8-176)

Para cuerpos tridimensionales70 con eje de simetría, véase la figura 8.15b, sigue bastando con una única coordenada,
pues se genera por revolución de la figura 8.15a, aunque para la potencia transferida se debe usar la expresión
correspondiente a una pared esférica:

(8-177a)

con

(8-177b)

Si la capa es delgada,

(8-178)

donde *4(x), en este caso, viene dada por

(8-179)

con

(8-180)

70
Es decir, con las tres dimensiones análogas.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 45

El factor de corrección por la inclinación de la superficie, (8-173), con las temperaturas del fluido y del sólido
constantes, se reduce a:

(8-181)

donde la variable r está definida en la figura 8.15b y 8.16.


Etc.
Veamos ahora como justificamos las fórmulas que hemos dado para *4(x), Cl, F y NuT y si podemos hallar
soluciones cerradas para superficies convexas de interés, sin necesidad de recurrir al laborioso calculo numérico
indicado.
Partiremos de la forma característica de los perfiles de velocidades y temperaturas correspondientes a la
convección natural, mostrados en la figura 8.1 para el caso de superficie más caliente que el fluido. Consideraremos
el caso de una superficie plana con una inclinación cualquiera, de gran anchura, más fría que el fluido en contacto
con la misma. En la figura 8.18 mostramos el caso de un sistema bidimensional, o sea la sección de un prisma vertical
de gran longitud normal al papel. Recuérdese que suponemos tanto To como T4 constantes.

Figura 8.18. Perfiles de velocidad y de temperatura provocados por la convección natural en la proximidad de una superficie plana vertical más
fría que el fluido.

Como la velocidad pasa de un valor nulo sobre la superficie sólida a otro también nulo a una distancia finita de la
misma, existe un extremo de la velocidad71 entre la superficie sólida, o pared, y la zona no perturbada en reposo. La
existencia de este extremo, situado a una distancia, que dependerá de x, ym de la pared, hace que no puede haber
transferencia de cantidad de movimiento normal a la superficie a través de la superficie paralela a la misma que
contiene el extremo, pues el gradiente es nulo. Podemos considerar que esta superficie imaginaria divide a la capa
límite en dos zonas: una próxima a la pared (y < ym) donde el balance de fuerzas se establece entre las de flotabilidad
y las viscosas (rozamiento con la pared) y otra externa (y > ym) donde el balance se establece entre las fuerzas de
flotabilidad y las de inercia. En primera aproximación y de acuerdo con la figura 8.18, la fracción de las fuerzas de
flotabilidad correspondientes a la zona interna se puede aproximar por la expresión:

(8-182)

donde denominamos * a ym y *4 es el espesor de conducción, recuérdese la figura 8.14.

71
Máximo o mínimo según que la superficie esté más o menos caliente que el fluido.
46 Capítulo 8 Convección....

Si admitimos que tanto * como *4 son pequeños respecto a la dimensión representativa de la superficie sólida,
podemos aplicar las simplificaciones de la capa límite, y tomando como variables adimensionales72

(183a, b)

(183c, d)

(183e)

con lo que la proyección sobre el eje x-x del balance de cantidad de movimiento, se escribe

(8-184)

ecuación con la que puede verse que las fuerzas de inercia son, aproximadamente, inversamente proporcionales a Pr,
de modo que cuando el número de Prandtl tiende a infinito73, las fuerzas de aceleración no cuentan en la zona externa
y toda la flotabilidad es absorbida en la zona próxima. Inversamente, cuando Pr disminuye, la zona exterior va
absorbiendo más flotabilidad de modo que para Pr = 1 se reparte aproximadamente igual entre las dos zonas y para
un número de Prandtl nulo74, es la zona externa la que la absorbe totalmente. Así, matemáticamente se comprueba
que para la placa rectangular vertical 1'm, definida por (8-179), es función exclusiva de Pr y se puede verificar de
forma experimental que, prácticamente, también lo es para otras geometrías.
De lo que acabamos de exponer se desprende que existe una clara analogía entre el comportamiento de la zona
interna de una placa vertical con convección natural sin cambio de fase y la película de condensado cuando se
produce en una placa también vertical, figura 7.6 del capítulo 7.

Figura 8.19. Balances bidimensionales de masa, fuerzas y energía en las zonas perturbadas del fluido sometido a convección natural en una
superficie bidimensional no vertical más fría que el fluido.

72
Bird, R. Biron, Warren E. Stewart y Edwin N. Lightfoot, Fenómenos de transporte. Traducción por Fidel
Mato Vázquez, Editorial Reverté, Barcelona 1964, p. 10-24.

73
Se trata de un fluido muy viscoso.

74
Se trata de un fluido sin viscosidad.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 47

Para una superficie inclinada, partiendo de que en la zona interna, el balance de cantidad de movimiento se establece
teniendo en cuenta tan sólo las fuerzas viscosas y las de flotabilidad, véase la figura 8.19, con los ejes indicados en
dicha figura y las hipótesis anteriores, utilizando variables adimensionales, se llega a la ecuación, similar a la (7-86),
siguiente:75

(8-185)

Podemos introducir 1'm en el balance anterior a través de la diferencia de densidades

(8-186)

con lo que, para una X dada, obtenemos

(8-187)

ecuación que integrada entre Y = 0 e Y = 1 (y = ym = *) con las condiciones de que para Y = 0, UX = 0 y para Y = 1,
MUX/MY = 0, nos da

(8-188)

Es decir, obtenemos la distribución de velocidades en la zona interna de la capa límite. Con esta distribución podemos
hallar el caudal másico por unidad de anchura de la superficie, en la zona interna de la capa límite, véase la figura
8.20,

(8-189')

o bien

(8-189'')

con

(8-189'’‘)

De forma análoga a como ocurría con la condensación, véase la figura 8.19 (o la 7.7 del capítulo 7), en estado
estacionario, el calor absorbido por la pared sólida ha de ser igual a la disminución de energía transferida por
convección en la capa límite. Por definición de * y *4, el balance de calor en función de x será:

75
Téngase presente que suponemos que la placa está más fría que el fluido.
48 Capítulo 8 Convección....

(8-190)

donde, de acuerdo con las hipótesis del capítulo, el calor específico del fluido se considera constante.
Si suponemos que el perfil de temperaturas en la zona interna de la capa límite es lineal, con el perfil de
velocidades (8-185), obtenemos

(8-191)

Ahora conviene introducir como parámetro la relación entre los caudales de fluido en las zonas interna i y externa
e:

(8-192)

con lo que el balance de energía (8-190) anterior se transforma en

(8-193)

donde, de acuerdo con (8-190) y (8-192),

(7-194)

Según (8-193),

(8-195)

y podemos escribir el aumento del caudal másico de la zona interna de la capa límite como

(8-196)

donde " es la difusividad térmica.


La ecuación (8-195) combinada con la (8-189''), nos da

(8-197)
8.1 Tratamiento teórico de la convección 49

cuya condición de contorno será que 'i = 0 cuando x = 0. Integrando la ecuación de variables separadas (8-197) para
hacer la media de todos los caudales entre 0 y x, obtenemos el caudal unitario '(x), que en el caso de un sistema
bidimensional general, figura 8.15a, será:

(8-198)

que sustituido en (8-189'’) nos da *(x):

(8-199)

Como el flujo de calor local, recuérdese la figura 8.18, es:

(8-200)

con los valores de * obtenidos, tendremos el flujo de calor en función de x y, en consecuencia, el problema queda
resuelto analizando exclusivamente la zona interior:

(8-201)

Aunque, en principio, 1 y ((T4 - Te)/(Tm - To), es decir, B y C, pueden ser funciones de la posición sobre la placa x,
Raithby y Hollands76 postularon que, para cualquier forma de la superficie, B y C son prácticamente independientes
de la posición y son una función exclusiva de Pr, lo que se justifica suponiéndolo y viendo que los resultados
obtenidos se pueden ajustar a los hallados por otros métodos comprobados con valores experimentales.
Admitido esto, la relación con Pr bastará determinarla para una sola geometría; escogeremos la más sencilla: la
placa rectangular vertical. En este caso senN = 1 y la solución de la ecuación (8-198) se reduce a

(8-202)

Con esta expresión en (8-189") obtenemos

(8-203')

Con lo que hemos eliminado C. Denominando Cl a

76
Raithby, G.D. y K.G.T. Hollands, "A General Method of Obtaíning Aproxímate Solutíons to Laminar and
Turbulent Free Convectíon Problems", en Advances in Heat Transfer, Vol. 11. Academic Press, New York,
1975, pp. 271 y 273-274.
50 Capítulo 8 Convección....

(8-203'')

que absorbe B, podemos escribir

(8-204)

siendo

(8-205)

Sustituyendo * así obtenida, en la expresión del flujo de calor, finalmente,

(8-206)

y recordando la definición de Nux, Grx y del número de Rayleigh, Grx:

(8-207)

Para que esta ecuación coincida con la solución teórica a partir de las ecuaciones (8-14), (8-15) y (8-16) con las
condiciones de contorno (8-17) a (8-20), la expresión (8-45) con F(Pr), Cl tiene que ser función exclusiva de Pr
y, además, al ser Cl aquí función de 1'm y C, éstas lo han de ser sólo de Pr, que es lo que se ha supuesto para
llegar a la fórmula (8-207).
Desde el punto de vista práctico ya sólo resta averiguar la relación entre Cl y Pr, para lo que se recomienda
utilizar los resultados numéricos de LeFebre,77 quien da para la placa rectangular vertical, los valores límite
locales siguientes:

• Pr tendiendo a 0

(8-208)

• Pr tendiendo a infinito

(8-209)

De estas expresiones, utilizando la fórmula de interpolación de Churchill y Usagi78, se obtiene un valor de Cl


igual a:

77
LeFevre, E. J., "Laminar Free Convection from a Vertical Plane Surface", Proc. 9th Int. Congr. Appl.
Mech., Brussels, vol. 4, pp. 168-174, 1956.

78
Churchill, S. W., y R., A. Usagi, "General Expression for the Correlation of Rates of Transfer and Other
Phenomena", AIChE J., Vol. 18 (1972), pp. 1121-1128.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 51

(8-210)

que será el empleado para los valores intermedios de Pr y que, aunque obtenido con una geometría determinada
suponiendo el espesor de la capa límite mucho menor que la dimensión según x, será aplicable a cualquier
geometría si la capa límite es delgada, al ser función exclusiva de Pr.
El valor medio se obtiene integrando 8Nux/x desde = 0 hasta x = L y dividiendo por L. Así tenemos,
continuando con la placa rectangular vertical:

(8-211)

donde:

(8-212)

también universal.
En el caso de la placa plana, además, según (8-170),

Los resultados obtenidos con esta expresión se acercan a la realidad entre los límites del régimen laminar79 (106
< GrL < 109), véase la figura 8.22 más adelante.
Para placas verticales rectangulares de anchura comparable a la altura, el problema es tridimensional y el
espesor de la capa límite es máximo sobre el eje de simetría de la placa, disminuyendo hacia los bordes, por lo
que la transferencia local aumenta con la distancia al eje de simetría y la media respecto a la placa de anchura
infinita. En régimen laminar se pueden corregir los resultados obtenidos para la de anchura infinita con un factor
de corrección aproximado. Siendo b la anchura, el factor se calcula con la fórmula siguiente80:

(8-213)

Para geometrías distintas de la placa rectangular vertical, como sistemas bidimensionales convexos,
correspondientes a la figura.15a.
Si partimos de la fórmula (8-198), la expresión general del flujo local de calor por convección natural
laminar, será:

(8-214)

79
La curvatura de la superficie las haga irreales para los números de Grashof bajos.

80
Basado en valores de Noto y Matsumoto, reproducidos en Advances in Cooling Techniques for
Computers, editado por T. Ahiara, ESCOLA
52 Capítulo 8 Convección....

y el medio

(8-215)

siendo S el valor final de x (S = xF), o punto más elevado, y donde el quebrado con la integral, es el factor G, que
corrige la conductancia de la placa rectangular vertical (básicamente Cl) por la no verticalidad de los elementos
de superficie.

(8-216)

Es decir, podemos obtener soluciones para superficies convexas a partir de la solución para la placa vertical, (8-
196), si la corregimos por el factor G, cociente de dos integrales que dependen de la geometría del sistema y de
las condiciones de contorno. Para el cálculo de G se debe distinguir entre los sistemas bidimensionales, véase
la figura figura 8.16 a, y tridimensionales y en éstos, con eje de simetría, figura 8.16 b o, para abreviar, con
simetría axial y tridimensionales sin ejes de simetría, figura 8.16 c, o, para abreviar, tridimensionales a secas.
Tenemos:

• Sistemas convexos bidimensionales, figura 8.16a, para los que se reduce a81

(8-217)

• Sistemas tridimensionales con eje de simetría, figura 8.16 b o, para abreviar, axisimétricos, para los que

(8-218)

• Sistemas tridimensionales sin ejes de simetría, figura 8.16 c, o, para abreviar, tridimensionales a secas
requieren, además de x, un sistema de coordenadas adicional, ortogonal a las lineas de corriente y tangente
a la superficie, formado por la coordenada vertical z y una coordenada circunferencial y, siendo los intervalos
de discretización hz dz en la dirección de x y hy dy en la dirección circunferencial y para los que

(8-219)

La expresión (2-219) del coeficiente G para sistemas tridimensionales, se puede aproximar por:

(8-220a)

81
Siempre consideramos T4 (temperatura del fluido) y To (temperatura de la superficie) constantes.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 53

con

(8-220b)

donde Lf es igual a la altura del punto más elevado del cuerpo referida al punto más bajo del mismo, véase la
figura 8.20, y  es el perímetro en la cada coordenada z (curva de intersección del sólido con un plano
horizontal).

Figura 8.20. Sistema tridimensional convexo general. Coordenadas superficiales: definición del origen para la coordenada x y el ángulo
N, y de las magnitudes S y l , en el caso de que el sólido esté más caliente que el fluido (To - T4 > 0).

Para los bidimensionales:

(8-221)

donde l es el perímetro de la sección media


Resumiendo, para sistemas bidimensionales, recuérdese la figura 8.16 a, o con simetría axial, véase la figura
8.16b, y el sistema de coordenadas adecuado, las dimensiones característica para el cálculo de Grl, son las
indicadas en las mismas figuras. La única coordenada x se mide a partir del borde inicial, que será el punto más
bajo o el más alto, según que la temperatura de la superficie sea mayor o menor que la del fluido y donde las
líneas de corriente se definen como líneas tangentes a la superficie a partir de x = 0 y con la pendiente ascensional
máxima.

Ejemplo 8.5
Establézcase para el caso de una superficie cilíndrica horizontal, el número de Nusselt de capa delgada medio.
Aplíquese a aire

8.4-1.2 Correlaciones para valores medios del número de Nusselt completamente


turbulento
Una vez que se establece la turbulencia, experimental y teóricamente se comprueba que el espesor de conducción
se puede considerar independiente de la distancia al origen de la superficie y constante, en consecuencia el
54 Capítulo 8 Convección....

número de Nusselt local es igual al de Grashof local multiplicado por Prandtl elevado a 1/3 y un factor Ct que
sólo depende del ángulo N que forma el elemento de superficie con la vertical y que, para cada ángulo, es función
a su vez de Prandtl,

(8-222)

y con valores medios y el inicio de la turbulencia en x = 0,

(8-223)

Nótese que cuando el flujo es plenamente turbulento no se emplea el concepto de número de Nusselt de capa
delgada, por lo que la determinación del número de Nusselt se efectúa con una fórmula directa. Esto es debido
a que cuando Grx > 109, el espesor de conducción *4 es pequeño y la solución con la hipótesis de capa límite
delgada es aceptable. Así, usar 0,103 como coeficiente de (Grx Pr)1/3 para hallar Nut para la placa rectangular
vertical isoterma en aire es correcto.
Mientras que se considera que el flujo laminar se mantiene confinado en la capa límite, en el caso del
turbulento puede haber desprendimiento de la misma, lo que depende del ángulo N, véase la figura 8.21. En una
placa rectangular, el flujo característico sin desprendimiento ocurre cuando la placa está en posición vertical, o
sea para el ángulo N = 0, y el flujo con desprendimiento se ve favorecido al máximo en una placa horizontal,
cuando el ángulo N = B/2 si la placa está más caliente que el fluido y N = B si la placa está más fría.

Figura 8.21. Posiciones extremas de la superficie para determina Ct.

Por este motivo se establecen las expresiones límite de Ct para estos valores extremos de N, Ct V = Ct(B/2) y Ct
U
= Ct(0), que son función de Pr de acuerdo con las fórmulas siguientes:

(8-224)

(8-225)

Para otros ángulos, si el flujo no se desprende, podemos utilizar la hipótesis de que el flujo lo mantiene la
componente vertical de la gravedad, es decir:

(8-226)

Si hay desprendimiento de flujo, la componente de aceleración de la gravedad normal a la superficie es la que


provoca la mezcla de corrientes de fluido que controla el proceso, por lo que se puede considerar que basta con
sustituir g por g cosN en la fórmula, en consecuencia:
8.1 Tratamiento teórico de la convección 55

(8-227a)

con la condición de que siempre ha de ser positivo, por lo que, si no lo es, se toma un valor nulo, lo que
indicaremos de la forma siguiente:

(8-227b)

donde [x, y] significa el máximo de x o y, como la instrucción AMAX1 (A,B) en FORTRAN.


En definitiva, de acuerdo con la 2ªley de la Termostática, la configuración será la que que de la mayor
transferencia de calor, o sea

(8-228)

Para un cuerpo convexo en general, el procedimiento es análogo al expuesto para la convección laminar,
usándose las mismas fórmulas con el subíndice t, excepto el valor de Ct que se determina para superficies
convexas sin zonas horizontales, con la fórmula siguiente:

(8-229)

Para el resto del problema las expresiones (8-209), (8-210) Y (8-211) son válidas.
A continuación se establece el flujo de calor local suponiendo exclusivamente régimen turbulento.

(8-230)

donde el espesor local viene dado por:

(8-231)

La capa límite laminar-turbulenta (real) se establece calculando *4(x) y [*4(x)]t de la superficie, considerándose
laminar el régimen si *4(x) < 4/3 [*4(x)]t y a partir del elemento de superficie que verifique la igualdad,
turbulento.
Tanto en este caso como en los dos anteriores, se recomienda efectuar los cálculos numéricamente,
mecanizándolos.
Vamos a dar a continuación fórmulas cerradas, desglosando su cálculo por etapas, para la geometrías más
simples y usuales, señaladas con asterisco en el catálogo de opciones del paquete de aplicaciones NATURAL.

8. 4-2. Convección externa real. Correlaciones para valores medios del número de
Nusselt. Paquete de aplicaciones NATURAL
Determinados Nul y Nut como acabamos de describir y contrastándolo con medidas experimentales, se ha
establecido que el valor medio del NuL, siendo L la dimensión caraterística, para cuerpos convexos se puede
corre1acionar bien mediante la expresión

(8-232)

De este modo, la formulación general es la siguiente:


1º. Se calcula NuT para la geometría correspondiente,
56 Capítulo 8 Convección....

2º. Con él y la corrección por conducción o variación de sección, se halla Nul para la misma geometría;
3º. A continuación se calcula el Nut correspondiente
4º. Finalmente se combinan utilizando (8-232) con el exponente m adecuado.
5º. Se halla la potencia transferida

(8-233)

refiriéndose los subíndices l y t a los regímenes laminar y turbulento respectivamente, y variando m según la
geometría. Así para una placa vertical, se comprueba que el mejor ajuste se obtiene con m = 6, etc.
Como se indicó a principios del capítulo, para los cálculos de convección externa, las propiedades se
determinan a Tf, excepto ß para los gases, que se halla a T.
Este cálculo se ha mecanizado en el paquete de aplicaciones NATURAL, que incluye las aplicaciones
EXTEPLACA-CIL para sistemas monodimensionales, EXTERRECHONCHA, para sistemas tridimensionales
e INTER, para convección interna. Las configuraciones incluidas en las dos primeros paquetes de aplicaciones
(convección externa) son:

Aplicación EXTEPLACA-CIL

1. Convección externa
1.1 Placa vertical
1.1-1 A temperatura uniforme*
1.1-1.2 Rectángulo
1.1-1.3 Círculo
1.1-1.4 Rombo con la diagonal vertical
1.1-1.5 Rombo con un lado horizontal
1.1-2 Con flujo uniforme de calor
1.1-2.2 Rectángulo
1.1-2.3 Círculo
1.1-2.4 Rombo con la diagonal vertical
1.1-2.5 Rombo con un lado horizontal
1.2 Placa horizontal
1.1-3 Horizontal caliente orientada hacia arriba (N = 0)
1.1-3.1 A temperatura uniforme*
1.1-3.2 Con flujo uniforme de calor
1.1-4 Horizontal caliente orientada hacia abajo (N = B)*
1.3 Inclinada (N cualquiera)
1.4 Cilindro
1.4-1 Vertical
1.4-1.1 Circular
1.3-2.1 A temperatura uniforme
1.3-2.2 Con flujo uniforme de calor
1.4-1.2 No circular
1.4-2 Horizontal
1.3-2.1Circular*
1.3-2.1 A temperatura uniforme*
1.3-2.2 Con flujo uniforme de calor
1.3-3 Inclinado circular

Aplicación EXTERRECHONCHA

1.5 Piezas rechonchas


1.5.1 Esfera
1.5.2 Esferoide vertical
1.5.3 Esferoide horizontal
1.5.4 Prisma circular corto vertical
1.5.5 Prisma circular corto horizontal
1.5.6 Prisma circular corto inclinado
8.1 Tratamiento teórico de la convección 57

1.5.7 Prisma circular corto con casquetes esféricos vertical


1.5.8 Prisma circular corto con casquetes esféricos horizontal
1.5.9 Esferas pegadas
1.5.10 Paralelepípedo corto
1.5.11 Cubo apoyado por vértice
1.5.12 Cubo apoyado por arista
1.5.13 Cubo apoyado por la base
1.5.14 Paralelepípedo corto apoyado por arista
1.5.15 Paralelepípedo corto apoyado por base
1.5.16 Cono horizontal
1.5.17 Cono horizontal
1.5.18 Diedro recto con una cara horizontal
1.5.19 Diedro recto con una cara a 45° de la horizontal

Para la convección interna el paquete incluye la aplicación INTER, desglosada como se indica más adelante.
Las fórmulas correspondientes son las indicadas en el Handbook of Heat Transfer.82 Incluiremos en el texto
las correspondientes a cuerpos bidimensionales de interés práctico, señaladas con asterisco en el catálogo de
opciones de las aplicaciones del paquete de aplicaciones NATURAL.
En todos los casos los valores de Nu se redondean a dos decimales, lo más que permite la exactitud de las
fórmulas.
En el caso de temperatura desconocida de la superficie, como en el ejemplo 5.1, las aplicaciones del paquete
NATURAL83 permiten resolver el problema mediante aproximaciones sucesivas.

8.4-2.1 Placa plana vertical rectangular a temperatura uniforme


Este caso corresponde N = B/2 y las ecuaciones para la marcha general antes indicada, son:

• Contribución laminar:

(8-211)

con

(8-212)

dando

(8-170)

• Contribución turbulenta:

82
Raithby, G.D. y K.G.T. Hollands, capítulo 4 del Handbook of Heat Transfer, 3rd edition, editado por
Warren M. Rohsenow, James P. Hartnett y Young I. Cho, Mc Graw-Hill, New York, 1998.

83
Junto con la aplicación DOS SUPERFICIES en el caso de gases.
58 Capítulo 8 Convección....

(8-223)

con

(8-224)

• Global:

(8-234)

En la figura 8.22 se muestran los resultados con la formulación propuesta, apareciendo también representados
datos experimentales.

Figura 8.22. Convección natural en una placa rectangular vertical de gran anchura, isoterma, en el rango total de los valores
experimentales disponibles para aire.

8.4-2.2 Placa plana rectangular vertical con flujo uniforme de calor


En este caso las ecuaciones, correspondientes al cálculo de T(x), son:

• Contribución laminar:

(8-235)

con

(8-236a , b)
8.1 Tratamiento teórico de la convección 59

dando

(8-237)

• Contribución turbulenta:

(8-238)

con

(8-224)

• Global:

(8-239)

En la figura siguiente se muestra la correlación frente a valores experimentales, apreciándose que el valor
constante en la expresión del Nusselt turbulento, C2 = (7)(1012), es únicamente representativo, pues realmente
varía con el flujo de calor aplicado.

Figura 8.23. Convección natural en una placa rectangular vertical con flujo uniforme de calor, en el rango total de los valores
experimentales disponibles.

8.4-2.3 Placa plana horizontal caliente a temperatura uniforme y con flujo de calor
uniforme, orientada hacia arriba (N = 0)
En este caso el perímetro puede ser un polígono cualquiera, incluidas la circunferencia y la elipse, por lo que
se toma L = A/p en GrL y NuL.
Las ecuaciones para temperatura uniforme son:

• Contribución laminar:
60 Capítulo 8 Convección....

(8-240)

con

(8-212)

dando

(8-241)

• Contribución turbulenta:

(8-242)

con

(8-225)

• Global:

(8-243)

En la figura 8.24 se muestra la correlación frente a valores experimentales

Figura 8.24. Convección natural en una placa isoterma horizontal caliente orientada hacia arriba en el rango total de los valores
experimentales disponibles para aire.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 61

En el caso de flujo de calor uniforme son las mismas, pero con

Ejemplo 8.6
Calcúlese con el paquete de aplicaciones NATURAL el coeficiente de convección de la cara vertical de la
caja paralelepipédica de base de 304,8 mm por 203,2 mm y altura 152,4 mm, situada en un recinto a 26,6°C
y con la temperatura de su superficie igual a 54,4°C, del ejemplo 5.2 y compárese con el valor allí utilizado.

Ejemplo 8.7
Idem. que el ejemplo 8.6 de la cara horizontal.

Ejemplo 8.8
Un bote cilíndrico, cuyo fondo inferior es un círculo, se llena de 2-butanol y se coloca sobre una placa
caliente con la que se han de suministrar q W cuando la temperatura del 2-butanol sea de 343 K.
a) Si es de plástico que se reblandece a partir de 349 K y el fondo de 10 mm de diámetro, ¿es posible
suministrar 0,14 W?
a) ¿Qué potencia se suministrará si el fondo se mantiene a la misma temperatura pero fuese de 100 mm de
diámetro y de aluminio?

8.4-2.4 Placa plana horizontal caliente orientada hacia abajo (N = B)


Como en el caso anterior, en este el perímetro puede ser un polígono cualquiera, por lo que se toma L = A/p.
No se produce el régimen turbulento y las fórmulas son:

• Contribución laminar (global):

0,25

(8-212)

dando

(8-244)

En la figura 8.25 se muestra la contrastación experimental.


62 Capítulo 8 Convección....

Figura 8.25. Convección natural en una placa isoterma horizontal caliente orientada hacia abajo (configuración desfavorable) en el rango
total de los valores experimentales para aire disponibles.

Nótese que en orientadas de forma que se neutralice la convección natural (calientes orientadas hacia abajo o frías
hacia arriba), se mantiene el régimen laminar hasta números de Grashof muy altos. Así, dado el efecto
estabilizador de esta configuración, sólo existe convección laminar aún para GrL> 109.

8.4-2.5 Cilindro isotermo horizontal


De acuerdo con los resultados del ejemplo 8.6 complementados con la contribución turbulenta, las ecuaciones
son:

• Contribución laminar:

(8-211)

con
(8-212)

dando

(8-170)

para GrD Pr > 10-4. Para valores menores en vez de 1,6 se debe usar 2 - 0,26/(NuDT)0,16.

• Contribución turbulenta:

(8-223)

con
8.1 Tratamiento teórico de la convección 63

(8-245)

• Global:

(8-246)
En la figura 8.26 se muestra la contrastación experimental.

Figura 8.26. Convección natural en un cilindro horizontal isotermo, en el rango total de los valores experimentales para aire disponibles.

Ejemplo 8.9
Un tanque con agua líquida bidestilada en reposo, recalentada a 390 K y 2 bar, se mantiene caliente con una
varilla horizontal en su interior, de 1 m de longitud, 3,6 mm de diámetro y de un material que no puede
superar los 572 K de temperatura máxima sin degradarse. En estado estacionario:
a) ¿Cuál será la potencia q máxima que tendrá que disipar el tanque para mantener la temperatura del agua
igual a 390 K?
b) Si la potencia q que disipar el tanque es de 2.210 W ¿cuál será la temperatura la resistencia para mantener
la del agua igual a 390 K? Ignórense los resultados del apartado a).
c) Si, cuando está a 570 K, la resistencia suministra una potencia q de 2.210 W ¿cuál será la temperatura del
agua? Ignórense los resultados del apartado a).

Para otras formas, véase el Handbook of Heat Transfer.84

8.4-3 Convección interna

8.4-3.1 Canales verticales


Corresponden a la configuración de la figura 8.6b. Daremos las fórmulas de cálculo para las configuraciones,
mostradas en las figura 8.27 8.28. Otros casos por la aplicación INTER.

84
Raithby G.D. y K.G.T. Hollands, en Handbook of Heat Transfer, 3rd Ed., Rohsenow, Warren M., James
P.Harnett y Young I. Cho, editores, Mc Graw Hi11, New York, 1998, Chapter 4.
64 Capítulo 8 Convección....

Figura 8.27. Nomenclatura para un canal vertical con paredes isotermas a distinta temperatura.

Para el canal rectangular de la figura 8.27 usaremos las variables siguientes

(8-247a, b)

(8-248a, b, c)

Promediando

(8-249)

de modo que

(8-250)

En cuanto a la aletas verticales de poca anchura W, véase la figura 8.28,

Figura 8.28. Aletas verticales isotermas, para las que se supone una temperatura constante uniforme en las aletas y la base.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 65

Se definen las longitudes dimensional y adimensional siguientes:

(8-251a, b)

y las fórmulas correspondientes al cálculo de la potencia son:

(8-252a, b)

con

(8-253)

Para el cálculo de la potencia transferida se ha de tener en cuenta el área tH y la tranferencia por la superficie
base (véase el ejemplo 5.2)
La aplicación INTER incluye las configuraciones de convección interna siguientes:

2 Canales
2.1 Verticales (canales)
2.2-1 Placas paralelas isotermas
2.2-2 Placas paralelas con flujo uniforme de calor
2.2-2 De sección circular
2.2 Superficies extendidas
2.2-1. Verticales isotermas
2.2-2 Horizontales isotermas
3 Cavidades (véase más adelante)

Para más configuraciones véase el Handbook of Heat Transfer.85


Un caso de gran interés es el de los enfriadores formados por haces de tubos de aletas, circulando per el
interior de los mismos un líquido a enfriar, situados horizontalmente, con aire atmosférico impulsado (o aspirado)
a su través por ventiladores con el eje vertical. Cuando los ventiladores dejan de funcionar por fallo eléctrico o
para ahorrar energía cuando el número de filas es de 3 a 5 y las condiciones atmosféricas son favorables, el aire
circula por convección natural. Se han publicado cálculos simplificados, basados en los métodos expuestos en
el capítulo 11, para estimar el funcionamiento de un aeroenfriador dado86 y para diseñar directamente
aeroenfriadores que funcionen por convección natural en la situación base87. Véase el problema para resolver
8.12.

8.4-3.2 Cavidades
Entiéndese por cavidad un espacio limitado en todas direcciones por sólidos (así por ejemplo, no lo son los

85
Raithby G.D. y K.G.T. Hollands, en Handbook of Heat Transfer, 3rd Ed., Rohsenow, Warren M., James
P.Harnett y Young I. Cho, editores, Mc Graw Hi11, New York, 1998, Chapter 4.

86
Doyle, P.T. y G.J. Benkly “Use fanless air coolers”, Hydrocarbon Processing, Vol. 52 (1973), nº 7, pp.
81-86.

87
Sallenbach, H.G. “Save energy: Use natural convectión air-cooled exchangers”, Hydrocarbon Processing,
Vol. 22 (1983), nº 7, pp. 79-86.
66 Capítulo 8 Convección....

espacios mostrados en las figuras 7.46 y 7.47), en el que una parte de la superficie envolvente está a una
temperatura distinta de las otras.
Aquí daremos fórmulas de cálculo para configuraciones paralelepipédicas, en las que una de las dos bases
rectangulares opuestas, separadas por una distancia L, está a la temperatura más alta Th, y la otra a la más baja,
Tc, hallándose las restantes caras a una intermedia To, véase la figura 8.29. Así se reducen todas las temperaturas
a tres distintas como máximo y las propiedades se determinan a la temperatura media entre las extremas, la de
la pared fría y la de la caliente. No estudiaremos el caso de una aportación de un flujo de calor en una cara, para
el que remitimos al Handbook of Heat Transfer88.

Figura 8,29. Cavidad paralelepipédica

Las fórmulas que dan el flujo de calor entre las caras opuestas se refieren al área libre de la superficie caliente
Ah = HW, véase la misma figura 8.29, aunque en paralelo también se transfiere calor a través de la sección
transversal de las paredes Ap = (H +2b)(W +2b) - HW,
La potencia transferida es la que corresponde a la conducción, la radiación y la convección. Para calcular
la potencia transferida con convección partiremos de un estado 0, en el que el fluido está “congelado”, de modo
que mediremos la transferencia adicional a este estado de referencia y

(8-254)

siendo qh la potencia transferida por conducción y convección desde la superficie libre caliente, qr. la
transferencia neta por radiación desde la misma al recinto, qo la transferida por conducción de las paredes
laterales de la cavidad (no las bases) y qcond. la transferida por conducción entre las áreas libres de las dos bases.
Estableceremos el número de Nusselt, que nos dará el coeficiente superficial, con la expresión siguiente

(8-255)

Si la cavidad está ocupada por un líquido qrad. = qrrad0 = 0, pero aun así el problema es muy complicado, pues las
temperaturas de las superficies se alteran respecto a la que se mantienen en el estado de referencia.
Comentaremos tan solo las cavidades rectangulares con paredes isotermas. Para otras configuraciones, véase
el Handbook of Heat Transfer.89

88
Raithby G.D. y K.G.T. Hollands, en Handbook of Heat Transfer, 3rd Ed., Rohsenow, Warren M., James
P.Harnett y Young I. Cho, editores, Mc Graw Hi11, New York, 1998, Chapter 4.

89
Raithby G.D. y K.G.T. Hollands, en Handbook of Heat Transfer, 3rd Ed., Rohsenow, Warren M., James
P.Harnett y Young I. Cho, editores, Mc Graw Hi11, New York, 1998, Chapter 4.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 67

8.4-3.2.1 Cavidades horizontales

En la figura 8.30 se muestra este tipo de cavidad para el caso de prismas de longitud infinita, en la práctica H
> 40L, con lo que la sección transversal es bidimensional, con las bases caliente y fría inclinadas el ángulo 2 =
B/2 - N, de modo que cuando 2 = 0, la cavidad está calentada por debajo, si 2 = B/2 tiene una calefacción lateral
y cuando 2 = B se trata de una cavidad calentada por su base superior. Con la cavidades calentadas cabe
distinguir entre cavidades sin restricciones laterales, es decir cuando H y W son mucho mayores que L, o cuando,
siendo mayores90, existen estas restricciones.

Figura 8.30. Cavidad rectangular bidimensional.

En las cavidades se considera una capa de conducción inmediata a las paredes rodeando un núcleo de fluido a
una temperatura crítica, que depende de las configuraciones geométrica y térmica. Esto hace que, con la base
calentada horizontal, si el producto GrL Pr es menor que un cierto valor, no hay convección, reduciéndose la
transferencia de calor a la conducción, con lo que NuL =1. El primer paso es pues, la determinación del valor
crítico del producto91 GrLPr. Para el primer caso, el de cavidades horizontales de gran anchura y longitud, figura
8.25, calentadas por su parte inferior (2 = 0) el valor crítico del producto GrLPr es 1.708, de modo que para
valores inferiores al mismo solo hay conducción, NuL = 1, y para los superiores hay convección.
La ecuación para el primer caso, el de cavidades horizontales (2 = 0) de gran anchura y longitud, figura 8.30,
calentadas por su parte inferior y GrLPr > 1.708, es

(8-256a)

donde los paréntesis rectos con asterisco indican que se deben tomar valores positivos solamente, es decir, para
una cantidad X:

(8-256b)

Los parámetros k1 y k2 vienen dados por las expresiones:

(8-256c)

(obsérvese que para líquidos no metálicos k1 se puede considerar constante e igual a 1,44) y

90
Si son menores se trata de una cavidad vertical. Véase más adelante.

91
O sea RaL.
68 Capítulo 8 Convección....

(8-256d)

El ajuste de esta correlación con las medidas experimentales es excelente92.


Cuando hay limitaciones laterales, H y W mayores que 5L, o sea L pequeña, véase la figura 8.29, el producto
crítico de los números de Grashof y Prandtl, depende de las proporciones. Además hay que distinguir, según cual
sea la conductancia de las paredes laterales, entre paredes adiabáticas y paredes perfectamente conductoras. Así,
para cavidades prismáticas de dimensiones horizontales pequeñas, es decir que restringen el desplazamiento
horizontal del fluido, para 2 = 0 ( placa inferior caliente ) y GrLPr < 1.708

(8-257)

donde los paréntesis rectos y llaves con asterisco indican que se deben tomar valores positivos solamente. Para
prismas, es decir sistemas bidimensionales y RaL = GrLPr < 100 Rac, se recomienda la fórmula:

(8-258)

aunque falla para Grashof tendiendo a infinito. Para la determinación de Rac y más detalles, de nuevo remitimos
al Handbook of Heat Transfer.

8.4-3.2.2 Cavidades verticales

Se consideran cavidades prismáticas verticales cuando H/L > 5 y W/L > 5, que reciben la calefacción por un lado,
lo que corresponde a 2 = B/2 ( placa lateral derecha caliente ) o 2 = - B/2 ( placa lateral izquierda caliente ).
Aunque no existe un producto GrLPr crítico, las proporciones H/L y W/L tienen una marcada influencia.
Para cavidades verticales H/L > 40 y aire (gases) el Handbook of Heat Transfer recomienda la fórmula93:

(8-259)

validada para GrLPr < 106 y H/L comprendido entre 40 y 110.

8.4-3.2.3 Cavidades inclinadas

Para cavidades prismáticas inclinadas, con W/H > 8, se derivan fácilmente de la correspondiente cavidad
horizontal o vertical, denominándose NuH a la fórmula correspondiente a la cavidad horizontal con los mismos

92
Handbook of Heat Transfer, 3ª ed., figura 4.27.

93
Handbook of Heat Transfer, 3ª edición, página 4.51.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 69

datos y NuV a la correspondiente a la vertical. Así el Handbook of Heat Transfer94 da expresiones adecuadas para
cavidades paralelepipédicas en cada caso, distinguiendo entre líquidos (Pr $ 4) y gases (Pr - 0,7).
Para cavidades prismáticas inclinadas con W/H < 8 una fórmula aproximada es

(8-260)

con las condiciones de que 2 $ B/12 y GrLPr (H/L)4 # 6.000.

La aplicación INTER del paquete NATURAL, incluye las configuraciones siguientes para cavidades:

3.1 Rectangulares
3.1-1 Horizontales
3.1-2 Verticales
3.2 Espacio entre cilindros

8.5 Coeficiente de transmisión superficial con gases. Efecto de la radiación


Las fórmulas expuestas en los apartados 8.5.1 y 8.5.2 anteriores, son evidentemente aplicables a gases, pero no
debe olvidarse nunca que en este caso, la transferencia por convección es sólo parte de la total, recuérdese
el ejemplo 8.1. Como los mecanismos operan en paralelo, para tener un coeficiente total en la fórmula de
Newton, debe sumarse un coeficiente hr, correspondiente al flujo por radiación, al de convección, lo que es
abordable sólo con gases no participantes
El análisis de una configuración real es muy complejo, por la no linealidad de las ecuaciones, pero en muchas
situaciones es admisible la aproximación para la radiación de superficie convexa de pequeñas dimensiones frente
a un entorno envolvente a temperatura constante, o dos planos paralelos, con gas no participante. Por este motivo,
excepto para situaciones de gran compromiso o configuraciones geométricas intrincadas, normalmente se recurre
a los métodos indicados en el apartado 5.1, empleando las aplicaciones NELSON, o a sumar, a los valores
obtenidos con las fórmulas de este capítulo, los obtenidos con la aplicación DOSSUPERFICIES, lo que es muy
sencillo en estado estacionario cuado se conoce la temperatura de la superficie. Para el estado estacionario, la
expresión (8-164) es de uso simple.

Ejemplo 8.10
a) La pared de un depósito cilíndrico vertical de grandes dimensiones, está compuesta de chapa de acero
suave de 3 mm y una capa de magnesia de 190 kg/m3, de 35,15 mm de espesor. En el interior, el lado del
acero, contiene vapor saturado a 506 K y del lado del aislante, está en contacto con agua en reposo a T4 =
313 K. Hállense:
1) La potencia térmica perdida por e1 vapor por m2 de superficie.
2) Las temperatura de las dos caras del aislante (exterior y en contacto con el acero).
3) El porcentaje que representa cada mecanismo en la cara expuesta al fluido exterior.

b) Respóndase a las mismas preguntas en el caso de que la pared sea chapa de acero inoxidable S31600 y
de 35 mm de espesor, recubierta con un espesor del mismo aislante igual a 15,95 mm, revestido por fuera
con pintura de aluminio oxidada, en contacto con aire seco a T4 = 313 K, en un entorno a 300K.

Un estudio teórico sobre convección y radiación simultáneas puede verse en Ozisik95

94
Handbook of Heat Transfer, 3ª edición, páginas 4.55-4.57.

95
Ozisik, M. Neeati: "Radiative Transfer and Interaetions with Conduetion and Conveetion", John Wiley
and Sons, Inc., New York, 1973, pp. 523-532.
70 Capítulo 8 Convección....

8.6 CONVECCIÓN MIXTA


Como aparece la convección natural cuando en un fluido existen gradientes de densidad, lo que ocurrirá cada
vez que haya gradientes de temperatura, la convección forzada incluirá siempre, aunque pueda no advertirse,
convección natural. En algunos casos las dos formas de convección, forzada y natural, son del mismo orden de
magnitud y ninguna de ellas se puede despreciar. El análisis físico de la convección combinada, natural y forzada,
se inició en el apartado 7.2-3 del Capítulo anterior (mapas de Metais-Eckert) y ya se anticipó que el cálculo es
complicado por lo que, de un modo generalizado, debe realizarse con los métodos numéricos (CFD) que
introduciremos en el Capítulo 9. De todos modos vamos a exponer aquí el caso más simple y vamos a facilitar
algunas fórmulas cerradas para la corrección de los resultados obtenidos suponiendo exclusivamente convección
forzada. Como en todo el capítulo, salvo indicación específica contraria, las propiedades se determinan a la
temperatura de película, excepto el coeficiente de dilatación, que se calcula a la temperatura del fluido no
perturbado para gases y de la superficie para líquidos.
Además, se debe distinguir entre las configuraciones en las que los dos mecanismos se refuerzan, como un
tubo vertical con el fluido circulando hacia arriba y con las paredes más calientes que el mismo, o una placa
rectangular vertical más fría que el fluido y éste circulando en sentido descendente, y aquellas en las que se
neutralizan, como la placa en el caso de una circulación en sentido ascendente del fluido, etc. También es útil
tener presente que tomando el mayor de los valores de hc de los obtenidos para la convección natural y para la
forzada, normalmente el error no supera el 25%, a menos que sean muy parecidos.

8.6-1 Convección externa


Para el caso básico de la placa plana rectangular isotérmica vertical, tanto en al caso de temperatura constante
como flujo constante de calor, Churchill96 propone la fórmula:

(8-261)

donde Nunat. y Nuforz. se calculan con las fórmulas 8.4-2.1 y 7.5-2.2.1, respectivamente.
También con una placa rectangular vertical isotérmica, la figura 7.12 del capítulo 7 muestra los resultados
del estudio analítico de Lloyd y Sparrow97 en el caso queT0 > T 8 cuando (vx) se dirige hacia arriba (o T0 < T8
cuando (vx)8 se dirige hacia abajo), para números de Prandtl de 0,72; 10 y 100; incluyendo, por lo tanto, gases
y líquidos corrientes.
Analizando las curvas de trazo continuo de la citada figura, observamos que si en la convección forzada, se
desprecian los efectos de 1a convección natural, las desviaciones máximas son aproximadamente del 15% para
Pr = 100 y 10, del 19% para Pr = 0,72 y del 22% para Pr = 0.03; es decir, los efectos de la convección natural
sobre la convección forzada son más importantes a bajos números de Prandtl. La tabla 8.1 da, para una placa
rectangular vertical isoterma, los valores umbrales del número de Richardson, Rix = Grx /Rex2, para los que, si se
desprecian los efectos de la convección natural sobre el número de Nusselt calculado para la convección forzada,
el error respecto a la convección real, correspondiente a tener en cuenta ambos efectos, es del 5%.

TABLA 8.1. Valores umbrales de Grx /Rex2 para una desviación del 5% del número de Nusselt si se
desprecia la convección natural frente a la circulación forzada sobre una placa vertical cuando T0 > T8 y
la velocidad (vx ) se dirige hacia arriba*.

Pr 100 109 0,72 0,03


Rix 0,24 0,13 0,08 0,056

Para la misma placa, con gases y agua, se ha indicado el siguiente límite del número de Richardson para poder

96
Churchill, S.W. “A Comprenehensive Correlating Equation for Laminar Assisting Forced and Free
Convection”, AChE J, Vol. 23 (1977), pp. 10-16.

97
Lloyd, J. R. y Sparrow, E. M., "Combined Forced and Convection Flow on Vertical Surfaces", Int. J. Heat
Mass Transfer, Vol. 13 (1970), pp. 434-438.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 71

considerar convección forzada únicamente98:

(8-262)

Para la placa rectangular horizontal en con la configuración favorable para la convección, el Handbook of Heat
Transfer99 propone calcular el número de Nusselt medio con la fórmula siguiente:

(8-263a)

donde C es igual a

(8-263b)

o sea siempre que sea un valor inferior a la unidad, en caso contrario C = 1.


Al mismo tiempo, la fórmu1a que hallamos para la velocidad máxima en la zona perturbada (vx) , ecuaci6n
(8-153), nos indica que en rigor el factor 29 es función de Pr, por lo que éste también deberá intervenir en la
corre1ación, aunque no se considere el balance de energía, y así se comprueba experimentalmente.
Para una placa horizontal se ha establecido100 para que el error entre los valorea calculados para la convección
forzada respecto a la mixta, no sea mayor del 5%, el número de Grashof no ha de superar 0,083Rex0,25. En cuanto
al predominio de uno de los tipos de convección sea suficiente para que el otro sea despreciable (error menor del
10%), se han establecido los límites siguientes:

(8-264')

y si

(8-264")

correspondiendo los valores intermedios a la mixta.


En el caso de configuración desfavorable para la convección, la única manera de obtener resultados realistas
es aplicar los método numéricos que veremos en el Capítulo 9 (CFD).

Ejemplo 8.11
Para la placa del ejemplo 8.1b, determínese la velocidad mínima del aire para la cual el error cometido
despreciando el efecto de la convección natural a 0,4 m del borde, sea menor del 5%.
a) Si la placa está en posición vertical
b) Si la placa está en posición horizontal.

En el caso de cilindros horizontales y circulación transversal, se puede aproximar el número de Nusselt para
convección mixta de la forma siguiente. Con el valor dado de GrD se calcula (con la aplicación NATURAL) el
valor del número de Nusselt para convección natural y con la aplicación ZUKAUSKAS se determina, tanteando,
el valor de Rei que daría Nui. Una vez determinado aquel, se calcula con el número de Reynolds hallado, el
efectivo:

98
Sparow, E.M. y Gregg 260H.

99
3 rd Ed., p. 4.76.

100
Mori, Y, "Buoyancy Effects in Forced Laminar Convection Flow Over a Horizontal Flat Plate". J. Heat
Transfer, Vol. 83C,(1961), pp. 479-482.
72 Capítulo 8 Convección....

(8-265)

y con este último y ZUKAUSKAS, se halla el valor de hc definitivo.


También, siendo NuD el numero de Nusselt determinado por la aplicación ZUKAUSKAS, se puede obtener
el correspondiente a la convección mixta cuando la corriente transversal es horizontal, mediate un factor de
corrección101

(8-266)

con los valores (interpolables) de los parámetros mostrados en la tabla 8.2.

Tabla 8.2 Parámetros para la convección mixta de cilindros horizontales con flujo cruzado.

GrD Pr ReD n = n(ReD) k n/m

10-10 a 10-2 10-4 a (4)(10-3) 0,0895 102 1,54

(4)(10-3) a (9)(10- 0,136 3,18 2,34


2
)

(9)(10-2) a 1 0,28 0,506 4,83

10-2 a 102 (4)(10-3) a (9)(10- 0,136 52,2 0,919


2
)

(9)(10-2) a 1 0,28 1,97 1,89

1 a 35 0,384 1,67 2,59

102 a 104 (9)(10-2) a 1 0,28 0,977 1,49

1 a 35 0,384 1 2,04

35 a (5)(103) 0,471 1,93 2,51

104 a 107 1 a 35 0,384 0,213 1,54

35 a (5)(103) 0,471 0,548 1,88

(5)(103) a (5)(104) 0,633 5,57 2,53

107 a 1012 35 a (5)(103) 0,471 0,296 1,41

(5)(103) a (5)(104) 0,633 0,635 1,9

(5)(104) a (5)(105) 0,814 7,82 2,44

Ejemplo 8.12

101
Morgan, Vincent T., “Heat Transfer from Cylinders”, Advances in Heat Transfer, Vol. 11 (1975),
Academic Press, New York, p. 249.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 73

Un tubo horizontal de 10 mm de diámetro exterior cuya superficie está a 370 K, está sumergido en una
corriente transversal de aire que circula a 0,5 m/s, a la presión atmosférica y 288 K. Cálculese el coeficiente
de transferencia superficial exterior.

Para haces de tubos verticales puede verse El-Genk et al.102

8.6-2 Convección interna


Comentaremos tan solo el caso de tubos. Para conductos de sección cualquiera, debe recurrirse a métodos
numéricos.

8.6-2.1 Tubos horizontales


En el interior de tubos horizontales, el efecto de la convección natural es hacer que el flujo perimetral en la pared
del tubo deje de ser uniforme. Así, para agua calentada en régimen de transición y turbulento hasta ReD alrrededor
de (4)(104), el flujo de calor correspondiente a la generatriz inferior aumenta del orden de un 20% mientras que,
en la misma sección, el correspondiente a la superior disminuye y tiene un valor del orden del 40% del
correspondiente a la convección forzada, aunque el medio circunferencial disminuye menos del 15% respecto
al mismo103. El mapa de Metais-Eckert, figura 7.50 (b), indica las condiciones en las que se debe considerar la
convección mixta, apreciándose que para el régimen turbulento plenamente desarrollado, ReD superior a 104, no
es una situación en la que normalmente sea previsible un efecto apreciable de la convección natural. Recordemos
que en régimen turbulento, cuando se trata de líquidos, los valores del número de Nusselt calculados con
temperatura constante de la pared y con flujo constante de calor, coinciden, salvo la corrección por la variación
de las propiedades con la temperatura véase la figura 7.93. Con los gases no, aunque la discrepancia es inferior
al 2% para los números de Reynolds mayores de 10.000, mientras que en régimen laminar, tanto para líquidos
como gases, los valores son distintos.
En la zona de régimen laminar o de transición plenamente desarrollado, cuando se aplica un flujo constante
de calor en la pared de un tubo horizontal, una ecuación aplicable es la siguiente, de Marcos y Bergles104:

(8-267)

donde Po, que corrige la distribución no uniforme del flujo perimetral, es igual a:

(8-268)

Las propiedades se calculan a la temperatura de película, Tf, que se puede aproximar por la temperatura media
Tm. El rango de validez contrastado de la fórmula es para x/D $ 40; Po comprendido entre 2 y 66; GrD
comprendido entre150 y 250.000 y Pr comprendido entre 4 y 175, es decir, válida para líquidos. Nótese que,
como consecuencia de la convección natural, de forma análoga a como ocurre para la convección externa, la
estabilización de los perfiles se alcanza mucho más cerca de la entrada que para la convección forzada.

102
El-Genk, Mohamed S., Shokry D. Bedrose y Dassari V. Rao, “Forced and Combined Convection of
Water in Rod Bundles”, Heat Transfer Engineering, Vol. 11 (1990), nº 4, pp. 32-42.

103
Petukhov, B.S. “Turbulent Heat Transfer in tubes with Variable Fluid Properties” en Heat Exchangers.
Design and Theory Source Book, editado por N. Afgan y U.E. Schlündler, Scripta Book Co, Whasington,
1974, pp. 242-243.

104
Marcos, S.M. y A.E. Bergles, "Experimental Investigation of Combined Forced and Free Laminar
Convection in Horizontal Tubes", J. Heat Transfer, Vol. 101 (1979), pp.212-219
74 Capítulo 8 Convección....

Para tubos horizontales con la pared a temperatura constante y régimen laminar o de transición, se
recomienda la fórmula de Depew y August105

(8-269)

Las propiedades se calculan a la temperatura global, igual a la media de un tramo no muy largo. Su rango
contrastado es: L/D comprendido entre 28 y 193; número de Graetz

(8-269)

comprendido entre 12 y 580; GrD, definido con la diferencia media de temperaturas, comprendido entre 30 y
(2)(107) y Pr comprendido entre 6 y 375, es decir, para líquidos.

Ejemplo 8.13
Se hace circular aire seco inicialmente a 300 K y 1 atmósfera por un tubo de acero, horizontal de 1 in BWG
12 y 1 m de longitud, rodeado por una resistencia que suministra 1,102 W. En estado estacionario ¿cuál será
la temperatura de salida del aire y cual la de la pared su velocidad inicial es de 30 mm/s?

8.6-2.2 Tubos verticales


En la figura 8.31 se muestran valores experimentales del número de Nusselt106 para agua calentada circulando
entre 0,01 m/s y 2 m/s, por un tubo vertical de 30 mm de diámetro interior y 1,5 m de longitud107, mostrándose
asimismo la curva correspondiente a la convección forzada pura, para L/D = 50.

Figura 8.31. Números de Nusselt reales, según Kirschbaum, en el caso agua calentada en un tubo vertical con entrada al filo y L/D = 50.
(a) Circulación ascendente. (b) Circulación descendente. (c) Calculado suponiendo convección forzada exclusivamente.
(NNu = NuD, NRe = ReD y NPr = Pr).

105
Depew, C.A.y S.E. August, "Heat Transfer Due to Combined Free and Forced Convection in a Horizontal
and Isothermal Tube", J. Heat Transfer, Vol. 93 (1971), pp. 380-384.

106
Kirschbaum, Emil, "Neues zum wärmeübergang mit und ohne Änderung des Aggregatzustande", Chem.-
Ing.-Technik, Vol. 24 (1952), nº 7, pp. 393-400.

107
Gröber, H. y S. Erk, Transmisión de calor, 3ª edición revisada por Ulrich Grigull, Selecciones
Científicas, Madrid 1967, pp. .
8.1 Tratamiento teórico de la convección 75

Los valores de NuD de la figura 8.31 son algo elevados respecto a otras fuentes, pero cualitativamente la
evolución de los mismos es correcta. Según esta figura, en el caso del fluido circulando en sentido ascendente
con el flujo estabilizado, el número de Nusselt en la zona de régimen laminar aumenta con el número de
Reynolds, hasta alcanzar un máximo local para Reynolds del orden de (2)(103), disminuyendo al superar éste y
manteniéndose inferior a los valores correspondientes a la convección forzada pura en la zona de transición, para
alcanzar un mínimo cuando éste llega a un valor del orden de (1)(104). A continuación aumenta para, a partir de
un valor de (3)(104), minimizarse el efecto de la convección natural. Esto se explica porque, inicialmente, en la
zona laminar las corrientes establecidas por las diferencias de densidad hacen que aparezca turbulencia, mientras
que cuando el régimen inicia ésta, aquellas tienden a neutralizarla, disminuyendo, en consecuencia, la intensidad
de la transferencia de calor, hasta desaparecer cuando la turbulencia genuina se impone. En cambio, en el caso
de tubos con circulación descendente, el aumento del número de Nusselt, sobre el valor correspondiente a la
convección forzada, es continuo hasta que, para un Reynolds de aproximadamente (2)(104), su efecto deja de
notarse.
Comparando la figura 8.31 con el mapa de Metais-Eckert, véase la figura 7.50, vemos que ambas confirman
que el efecto de la convección natural es claramente patente para ReD comprendido entre 200 y 10.000, siendo
máximo cuando es del orden de 3.000 y que, para valores superiores a (3)(104), su efecto deja de apreciarse.
Asimismo que, cuando el número de Grashof alcanza valores suficientes, la convección natural provoca
turbulencia.
Para establecer correlaciones se define el número de Grashof en base al gradiente de temperatura según el
eje de tubo:

(8-270)

que mediante el balance de energía (3-122),

(8-271)

se transforma en

(8-272)

Para tubos con flujo constante de calor en la pared, se puede correlacionar108 como muestran las figuras 8.32 (a)
y (b), la relación entre los números de Nusselt real y el calculado suponiendo convección forzada
exclusivamente, utilizando el parámetro A, basado en la expresión (8-272) del número de Grashof,:

(8-273)

donde n es igual a 2 para fluidos calentados circulando en sentido ascendente e igual 1 si el sentido es
descendente.
La configuración de las figuras 8.32 también es coherente con la del mapa de Metais-Eckert, figura 7.50a y con

108
Petukhov, B.S. “Turbulent Heat Transfer in tubes with Variable Fluid Properties” en Heat Exchangers.
Design and Theory Source Book, editado por N. Afgan y U.E. Schlündler, Scripta Book Co, Whasington,
1974, pp. 242-243.
76 Capítulo 8 Convección....

las curvas experimentales de la figura 8.31.

(a)

(b)

Figura 8.32. Relación entre los números de Nusselt estabilizados real y el calculado suponiendo convección forzada exclusivamente, en
función del parámetro A, en el caso de fluidos calentados con flujo constante de calor en la pared, en tubos verticales. (a) Circulación
ascendente. (b) Circulación descendente.

En estas últimas figuras, en el caso del fluido ascendente en una zona con el flujo estabilizado, la relación entre
los números de Nusselt real y el calculado para la convección forzada inicialmente disminuye al aumentar el
parámetro A, hasta que éste alcanza el valor de 10-4, aumentado la relación a partir de esta valor. Como ya hemos
indicado, esto se explica porque al principio las corrientes establecidas por las diferencias de densidad tienden a
neutralizar la turbulencia, disminuyendo en consecuencia la intensidad de la transferencia de calor, hasta que las
corrientes de convección natural se imponen y disminuye la duración media de los torbellinos. En el caso del flujo
descendente, la relación entre los números de Nusselt real y el calculado suponiendo convección forzada
exclusivamente, se mantiene prácticamente igual a la unidad hasta que, a partir de A = 0,43, la convección natural
incrementa la mezcla del líquido, favoreciendo la transferencia de calor.
Las correlaciones mostradas en las figuras anteriores corresponden, con una aproximación de ±10%, a las
ecuaciones que se indican a continuación. Para flujo ascendente, si

(8-274)

no supera 10-4, véase la figura 8.32a, la relación entre el número de Nusselt real y el correspondiente a convección
forzada es:
8.1 Tratamiento teórico de la convección 77

(8-275)

y si es superior a 10-4,

(8-276)

Para flujo descendente, con la misma precisión,

(8-277)

En estas fórmulas las propiedades se calculan a la temperatura global, en rigor local, aunque se puede tomar la
media de un tramo no muy largo. Su rango contrastado es x/D $ 40; ReD comprendido entre 300 y 30.000; Grq/A
comprendido entre 50 y 400.000 y Pr comprendido entre 2 y 6.
Para tubos con la pared a temperatura constante se pueden usar las fórmulas anteriores efectuando la
aproximación:

(8-278)

que exige iterar TF.

Ejemplo 8.14
a) Dado un tubo vertical de 1,5 m de longitud y 30 mm de diámetro interior, cuya pared se mantiene a 393 K
condensando vapor saturado en su exterior, se introduce por su boca inferior un caudal de agua de 0,015 kg/s,
a 323 K. Averígüese el número de Nusselt medio en la pared del mismo y la temperatura del agua a la salida.
b) Resuélvanse las mismas cuestiones introduciendo el agua por el extremo superior del tubo.
c) Id. con el tubo horizontal.

Resumen
Si un sólido se pone en contacto con un fluido en reposo a distinta temperatura, se producen gradientes de
temperatura en éste, de modo que aparecen variaciones en la densidad que, al crear diferencias entre las fuerzas
gravitatorias (peso), provocan desplazamientos en el mismo. Estos desplazamientos espontáneos transportan,
desde o hasta, según que sea mayor o menor la temperatura del sólido respecto a la del fluido, cantidad de
movimiento y energía interna, lo que genéricamente hemos denominado convección la interfaz sólido-fluido y
en concreto en este caso, convección natural. Se trata de una situación particular de la convección natural, en la
que las fuerzas de volumen se limitan a las gravitatorias. Si además se efectúa una aportación externa de energía
mecánica para desplazar al fluido, forzando la convección, aparece la convección mixta.
En este capítulo hemos comentado los casos de las convecciones natural y mixta, estudiándose solamente la
convección natural sin cambio de fase. Esto se ha hecho despreciando la variación de los valores de las
propiedades con la temperatura, exceptuando la densidad en el peso, pues es la que provoca el fenómeno.
Suponemos en todos los casos un fluido a temperatura uniforme constante en contacto con superficies a
temperatura constante distinta o sometidas a un flujo constante de calor. En todo el capítulo, salvo indicación
específica contraria, las propiedades se determinan a la temperatura de película, excepto el coeficiente de
78 Capítulo 8 Convección....

dilatación, que se calcula a la temperatura del fluido no perturbado para los gases y a la temperatura de la
superficie para los líquidos.
Inicialmente se analiza la convección externa, con el caso más simple: la placa plana rectangular vertical,
cuando en la zona exterior no perturbada el fluido permanece en reposo. Se le aplican las ecuaciones de balance
suponiendo valores medios del calor específico, la conductividad y la viscosidad constantes, pero no la densidad,
y se facilita la resolución admitiendo el modelo de capa límite, es decir, que la perturbación producida por la
superficie sólida en el seno del fluido se limita a una distancia pequeña de la misma. Esta configuración se
representa en forma cualitativa en la figura 8.1, para el caso de una superficie más fría que el fluido contiguo.
Para el régimen laminar las tres ecuaciones de partida son las (8-1'), (8-2) y (8-3), que, en principio, suponen
propiedades constantes por lo que serían independientes; sin embargo, al tener que considerar las variaciones del
peso, en el balance de cantidad de movimiento se ha de considerar la densidad función de la temperatura en uno
de sus términos, de modo que las ecuaciones (8-2) y (8-3) forman un sistema. Se resuelve este sistema
analíticamente en estado estacionario suponiendo tres perturbaciones, D*, v* y P*, que tienden a cero a medida que
T se aproxima a T4, de manera que pueden considerarse magnitudes de un orden inferior a los valores no
perturbados. Las condiciones de contorno son las (8-17), (8-18), (8-19) y (8-20). En las figuras 8.2 se muestran
los resultados obtenidos con esta formulación, los genéricos en las figuras 8.2a y 8.2c, y para el aire, junto con
valores experimentales, en las 8.2b y 8.2d. El ejemplo 8.2 se muestra el uso de las mismas.
También se resuelve el mismo problema numéricamente, sustituyendo las derivadas en las ecuaciones citadas
por diferencias finitas. Para evitar los problemas de convergencia, se supone que inicialmente todo el sistema se
halla a una temperatura uniforme y se plantea el estado transitorio provocado por un cambio inicial brusco de la
temperatura de la placa hasta un valor constante distinto de la del fluido contiguo, hallándose el estado
estacionario como límite del transitorio. Los tres balances de partida son las ecuaciones (8-1'), (8-2) y (8-3) pero
con todos sus términos, para considerar el estado transitorio, con lo que hay que adimensionalizar el tiempo, lo
que se hace con el divisor </L2. También consideramos que la variación de la perturbación de densidad en el
tiempo es mucho menor que la variación espacial. Al estudiar el estado transitorio, se añaden a las condiciones
de contorno (8-17), (8-18), (8-19) y (8-20) una condición inicial. Esta metodología es la que emplea la aplicación
LORENTZ.
Para la convección interna se expone, con el modelo analítico, un caso de fácil solución; en concreto un
sistema bidimensional consistente en un fluido newtoniano entre dos paredes verticales planas de unas
dimensiones suficientes para que los efectos de extremo sean despreciables, véase la figura 8.4. La solución
obtenida para este caso nos confirma que con la convección natural también debemos distinguir entre la
convección externa, figura 8.6 (a) y la interna, en canales figura 8.6 (b), como se hizo con la convección forzada.
Introducimos además, un caso particular de las circulaciones internas, que es el de las cavidades, figura 8.6.
La existencia de la convección externa turbulenta se constata experimentalmente, véase la figura 8.7. Para
resolver con la descripción distribuida este caso, se recurre al procedimiento integral, validado comparando sus
resultados con los del diferencial en el caso de la convección laminar, para el que ya disponemos de solución. Se
supone que la turbulencia se inicia en el borde de ataque de la placa (inferior en el caso de placa más caliente que
el fluido y superior en caso contrario), situación idealizada mostrada en la figura 8.10. En el modelo integral las
ecuaciones se deducen sin recurrir a ninguna hipótesis sobre el tipo de fluido, ni establecer la manera como
circula el mismo, y así lo utilizamos para obtener las expresiones aplicables al régimen turbulento. Se trabaja con
los balances de masa, cantidad de movimiento y energía, ecuaciones (3-30), (3-36) y (3-55) del capítulo 3, con
las mismas hipótesis que en el caso de la convección forzada, exceptuando la referente a las fuerzas de volumen
(peso) que en este caso son esenciales. Las fórmulas obtenidas para la placa, tanto en el caso laminar como
turbulento, comportan la hipótesis de la delgadez de las capas límite por lo que exigen que Pr no alcance valores
inferiores a 0,5 o superiores a 10, aproximadamente.
La expresión para la convección externa laminar con aire, establecida para la placa con el modelo analítico,
se compara con medidas experimentales en la figura 8.11. Se comprueba que suponer constantes las propiedades,
excepto la densidad, no presenta inconvenientes y se aprecia una buena correlaci6n para 106 < Pr GrL< 108 con
discrepancias en los dos extremos, en aumento a medida que nos alejamos de éstos. Las razones de ello para los
valores bajos de Pr GrL, son distintas que para los altos. Para los bajos pueden ser debidas a que sean pequeños
Pr o GrL. En el primer caso, correspondiente a los metales líquidos, con transmisión de calor por conducción
provoca valores de NuL (o hL) superiores. Si GrL es pequeño, a su vez puede deberse a que la diferencia de
temperaturas sea muy baja, la viscosidad muy grande o la distancia considerada desde el borde de ataque muy
pequeña. Los grandes valores de Pr GrL se deben normalmente, la excepción son los fluidos muy viscosos, a los
valores de GrL, lo que nos indica que las fuerzas viscosas son muy inferiores al producto de las de inercia y de
empuje de Arquímedes, de modo que estas últimas predominen, apareciendo inestabilidad que desordena al fluido
y provoca la aparición de turbulencias. En consecuencia, la turbulencia ocurre con grandes diferencias de
temperatura entre la placa y el fluido, fluidos muy poco viscosos y placas de gran longitud. Por ello, el valor de
GrL es el criterio cuantitativo para determinar el paso a la convección turbulenta.
8.1 Tratamiento teórico de la convección 79

Para otras geometrías, como el cilindro horizontal, si se utilizan las hipótesis de capa límite los resultados
teóricos están por debajo de los reales. Efectuando el cálculo numérico sin las simplificaciones de la capa límite,
los resultados se ajustan perfectamente a los valores experimentales, excepto cuando aparece la turbulencia.
Experimentalmente se constata que la zona perturbada en este caso es del orden del 30% del diámetro, lo que hace
inaplicable el modelo de capa límite. En cuanto a la conducción, puede ser una aportación significativa a la
transferencia de calor y debe incluirse en el computo global.
Comprobado que las soluciones para la convección externa obtenidas exclusivamente con el modelo que
desprecia el espesor de la zona perturbada, o de capa delgada, no responden, con la excepción parcial de la placa
rectangular vertical, a la realidad, adoptamos el método semiempírico de corrección de la capa de conducción. Este
método aproximado se usa especialmente para la convección externa y es adecuado para cuerpos convexos que
no tengan superficies planas horizontales con temperaturas que no favorezcan la convección (superficies frías
orientadas hacia arriba o calientes orientadas hacia abajo).
El método parte del resultado obtenidos con el modelo de capa delgada para la placa rectangular isoterma
vertical en convección laminar, ecuación (8-196), aplicándole correcciones para tener en cuenta la orientación
local de la superficie con respecto a la vertical (curvatura), el espesor de la capa límite y la conducción en paralelo.
La orientación de la superficie para referirla a la dirección y sentido de la fuerza de flotabilidad (empuje) se
define mediante un ángulo N, con las posibilidades mostradas en la figura 8.16, establecido por el sentido de las
fuerzas de flotabilidad y del peso. La fuerza de empuje es vertical y siempre dirigida hacia arriba si To > T4 y en
sentido contrario, hacia abajo, cuando To > T4 , por lo que el ángulo N que caracteriza el fenómeno está
comprendido entre 0 y B. En la figura 8.16, el vector unitario b indica la dirección y el sentido del empuje
originado por la diferencia de densidades y el vector unitario normal a la superficie, n, está dirigido hacia el fluido,
de modo que el ángulo entre b y n es el ángulo N. Obsérvese que para N comprendido enter 0 y B/2 se puede
producir desprendimiento de la capa límite.
Con la solución para la placa vertical se obtienen soluciones para superficies convexas si la corregimos por
el factor G, determinado a través el ángulo N como cociente de dos integrales que dependen de la geometría del
sistema y de las condiciones de contorno. Para el cálculo de G se distingue entre los sistemas bidimensionales,
figura 8.19 (b), y tridimensionales, y en éstos, con eje de simetría, figura 8.19 (b) y sin ejes de simetría, figura 8.19
(c). Así, se obtienen los valores para otras configuraciones distintas de la placa vertical, como la placa vertical con
flujo uniforme de calor, la placa horizontal caliente orientada hacia arriba, la horizontal caliente orientada hacia
abajo y los cilindros vertical y horizontal, respectivamente, mediante la corrección de los resultados para la misma.
Una vez que aparece la turbulencia establecida, experimental y teóricamente se comprueba que el espesor de
conducción se puede considerar independiente de la distancia al origen de la superficie y constante, en
consecuencia el número de Nusselt local es igual al de Grashof local multiplicado por Prandtl elevados a 1/3 y
un factor Ct, que depende del ángulo N que forma el elemento de superficie con la vertical, que, para cada ángulo
dado, es función a su vez del número Prandtl. Cuando el flujo es plenamente turbulento no se emplea el concepto
de número de Nusselt de capa delgada y la determinación del número de Nusselt puramente turbulento se efectúa
con una fórmula directa. A continuación se obtiene otra expresión suponiendo que la convección es
exclusivamente turbulenta, con o sin desprendimiento, en la que se prescinde de la conducción. Finalmente, para
tener en cuenta las distintas configuraciones de la perturbación, (laminar y turbulenta) se combinan los dos
valores obtenidos para las mismas, considerándolos límites asintóticos. Determinados Nul y Nut, se establece el
valor medio del NuL, siendo L la dimensión característica, para cuerpos convexos, mediante la expresión

(8-232)

Resumiendo, la formulación general para convección externa es la siguiente:


1º. Se calcula NuT para la geometría correspondiente,
2º. Con él y la corrección por conducción o variación de sección, se halla Nul para la misma geometría;
3º. A continuación se calcula el Nut correspondiente
4º. Finalmente se combinan utilizando (8-232) con el exponente m adecuado.
5º. Se halla la potencia transferida

(8-233)

refiriéndose los subíndices l y t a los regímenes laminar y turbulento respectivamente, y variando m según la
geometría. Por ejemplo, para una placa vertical, se comprueba que el mejor ajuste se obtiene con m = 6, etc. Las
soluciones finales aparecen también representadas frente a datos experimentales en las figuras 8.22 a 8.26.
80 Capítulo 8 Convección....

Este cálculo se ha mecanizado en el paquete de aplicaciones NATURAL, que incluye las aplicaciones
EXTEPLACA-CIL para sistemas monodimensionales, EXTERRECHONCHA, para sistemas tridimensionales
e INTER, para convección interna.
En la convección interna, analizamos canales verticales que corresponden a la configuración de la figura 8.6b.
Para el canal rectangular, en la figura 8.27 se definen las variables a usar.
En cuanto a la aletas verticales se consideran isotermas, véase la figura 8.28, y se dan las fórmulas
correspondientes al cálculo de la potencia.
Para las cavidades, o espacios limitados en todas direcciones por una envolvente sólida en la que una parte
de la superficie está a una temperatura distinta de las otras, se dan fórmulas de cálculo para configuraciones
paralelepipédicas, en las que una de las dos bases rectangulares opuestas, separadas por una distancia L, está a
la temperatura más alta Th, y la otra a la más baja, Tc, hallándose las restantes caras a una intermedia To, véase la
figura 8.29. La potencia transferida es la que corresponde a la conducción, la radiación y la convección. Para
calcular la potencia transferida con convección partimos de un estado 0, en el que el fluido está “congelado”, de
modo que se mide la transferencia adicional a este estado de referencia. Se tratan tan solo las cavidades
rectangulares con paredes isotermas.
En cuanto a las cavidades horizontales, se considera una capa de conducción inmediata a las paredes rodeando
un núcleo de fluido a una temperatura crítica, que depende de las configuraciones geométrica y térmica. Esto hace
que, con la base calentada horizontal, si el producto GrL Pr es menor que un cierto valor, no hay convección,
reduciéndose la transferencia de calor a la conducción (NuL =1). Se da la ecuación (8-88) para el caso de cavidades
horizontales (2 = 0) de gran anchura y longitud, figura 8.26, calentadas por su parte inferior y GrLPr < 1.708.
Cuando hay limitaciones laterales, H y W mayores que 5L, o sea L pequeña, véase la figura 8.24, el producto
crítico de los números de Grashof y Prandtl, depende de las proporciones. Además hay que distinguir según sea
la conductancia de las paredes laterales, entre paredes adiabáticas y perfectamente conductoras. Así, para
cavidades prismáticas de dimensiones horizontales pequeñas, es decir que restringen el desplazamiento horizontal
del fluido, para 2 = 0 (placa inferior caliente) y GrLPr < 1.708, se proponen las fórmulas (8-256) donde los
paréntesis rectos y llaves con asterisco indican que se deben tomar valores positivos solamente.
Se consideran cavidades prismáticas verticales cuando H/L > 5 y W/L > 5, que reciben la calefacción por un
lado, lo que corresponde a 2 = B/2 ( placa lateral derecha caliente ) o 2 = - B/2 ( placa lateral izquierda caliente
). Aunque no existe un producto GrLPr crítico, las proporciones H/L y W/L tienen una marcada influencia.
Para cavidades prismáticas inclinadas, con W/H > 8, se derivan fácilmente de la correspondiente cavidad
horizontal o vertical, denominándose NuH a la fórmula correspondiente a la cavidad horizontal con los mismos
datos y NuV a la correspondiente a la vertical.
Como aparece la convección natural cuando en el fluido existen gradientes de densidad, lo que ocurrirá cada
vez que haya gradientes de temperatura, la convección forzada incluye siempre convección natural. En algunos
casos las dos formas de convección, forzada y libre, son del mismo orden de magnitud y ninguna de ellas se puede
despreciar. El cálculo general es complicado, por lo que, de un modo generalizado, debe realizarse con los
métodos numéricos introducidos en el Capítulo 9 (CFD). De todos modos se facilitan algunas fórmulas para la
corrección de los resultados obtenidos suponiendo convección forzada. Para estimaciones, una regla es que
tomando el mayor de los valores de hc obtenidos para la convección natural y para la forzada, normalmente el error
no supera el 25%.
Con convección externa, para el caso básico de la placa rectangular isotérmica vertical en las condiciones
favorables para la convección, tanto en al caso de temperatura constante como flujo constante de calor, se propone
la fórmula (8-261). En el caso de cilindros horizontales y circulación transversal, se puede aproximar el número
de Nusselt para convección mixta de la forma que se indica en el apartado 8.6-1.
Se trata la convección interna mixta en el caso de tubos. En tubos horizontales, un efecto de la convección
natural es hacer que el flujo perimetral en la pared del tubo deje de ser uniforme. Para ReD superior a 104, no es
previsible un efecto apreciable de la convección natural. En la zona de régimen laminar o de transición plenamente
desarrollado, cuando se aplica un flujo constante de calor en la pared de un tubo horizontal, una ecuación aplicable
es la (8-267') y (8-267"). Para tubos horizontales con la pared a temperatura constante y régimen laminar o de
transición, se recomienda la fórmula (8-268). En la figura 8.31 se muestran valores experimentales del número
de Nusselt para tubos verticales. El comportamiento del fluido circulando en sentido ascendente, que presenta
un máximo y un mínimo locales, se explica porque inicialmente, en la zona laminar, las corrientes establecidas
por las diferencias de densidad hacen aparecer turbulencia, mientras que cuado el régimen inicia ésta, aquellas
tienden a neutralizarla, disminuyendo en consecuencia la intensidad de la transferencia de calor hasta que la
turbulencia genuina se impone. En cambio, en el caso de tubos con circulación descendente, el crecimiento es
monótono y la convección natural provoca un aumento continuo del número de Nusselt hasta que el efecto de la
misma deja de notarse. En ambos casos, el efecto de la convección natural es claramente patente para ReD
comprendido entre 200 y 10.000, siendo máximo cuando es del orden de 3.000. Con valores superiores a (3)(104)
su efecto deja de apreciarse. Asimismo, cuando el número de Grashof alcanza valores suficientemente altos, la
8.1 Tratamiento teórico de la convección 81

convección natural provoca turbulencia.


Para establecer correlaciones de convección mixta, se define el número de Grashof en base al gradiente de
temperatura según el eje de tubo, que se transforma en la expresión (8-272):

(8-272)

Para tubos con flujo constante de calor en la pared, se puede correlacionar, como muestran las figuras 8.20 (a) y
(b), la relación entre los números de Nusselt real y el calculado suponiendo convección forzada exclusivamente,
utilizando un parámetro A basado en la expresión de número de Grashof anterior.
Con las correlaciones de la relación entre los números de Nusselt real y el calculado suponiendo convección
forzada exclusivamente, mostradas en las figura 8.31 y 8.32, se dan ecuaciones, con una aproximación de ±10%.
Para flujo ascendente, las (8-275) y (8-276) y para flujo descendente, con la misma precisión, la (8-277). Para
tubos con la pared a temperatura constante se pueden usar las fórmulas anteriores utilizando una aproximación
que exige iterar TF.
9
Transferencia de masa y
balances generalizados

Introducción
Hasta ahora hemos estudiado la transferencia de energía interna (calor) y mecánica en medios homogéneos, pero en
dos de los mecanismos estudiados, aquellos que comportan cambio de fase: la condensación y la vaporización, se
produce además la transferencia de masa, que no hemos analizado como tal. Por otro lado, la transferencia de masa
también es posible sin cambio de fase, en los sistemas formados por varias especies moleculares, o multicomponente,
no homogéneos. En éstos aparece una nueva característica: la composición, y nuevas variables intensivas: los
contenidos específicos de cada especie química, o concentraciones, por lo que para incluir la transferencia de masa
en el análisis, se necesitarán nuevas ecuaciones, una para cada una de las especies químicas que componen el sistema,
aunque una será redundante con la del balance de masa global.
En los sistemas multicomponente el proceso de transferencia de masa sin cambio de fase ocurre a nivel
microscópico, mediante el desplazamiento, denominado difusión1, a través de los medios de las moléculas de las
distintas, sustancias cuando existen diferencias de concentración en los sistemas monofásicos o diferencias de
potenciales electroquímicos en los constituidos por fases distintas.
Si además existen gradientes de otras variables intensivas, como temperatura o presión, también se producen
microscópicamente transferencias de especies moleculares favorecidas por dichos gradientes directamente2, dando
lugar a la denominada difusión térmica o efecto Soret, difusión por presión, etc. A su vez un gradiente de
concentración puede causar un flujo de calor q/A, efecto Dufour3, etc. Experimentalmente se ha comprobado que estas
difusiones sólo son apreciables frente a la debida a las diferencias de concentración, cuando los gradientes que las
provocan son muy elevados, cosa poco frecuente en ingeniería convencional, por lo que obviaremos su estudio.
La neutralización de las diferencias de concentración puede ocurre también en las interfases por convección4,
fenómeno que ocurre transversalmente al flujo principal, a causa de desplazamiento o turbulencia del fluido,
mecanismos convectivos según definimos en el apartado 1.3 de capítulo 1, y que se superpone a la difusión. Cuando
un fluido multicomponente circula en régimen laminar, la difusión molecular se complementa con una velocidad
ordenada relativa entre las distintas especies, que favorece su segregación y, como además la corriente transporta
macroscópicamente la masa, se produce la transferencia de masa por arrastre, figura 9.1.

Figura 9.1. Matización entre arrastre y convección.

1
Aquí reservaremos esta denominación para los procesos microscópicos, denominados difusión molecular,
en medios estacionarios o en medios en movimiento relativo. Los mecanismos macroscópicos los incluiremos
en las transferencias de masa por arrastre y la convectiva.
2
Es decir, no por el flujo másico provocado por dichos gradientes.
3
Todos estos efectos son ejemplos de los denominados fenómenos acoplados, que pueden tratarse mediante
los métodos de la Termodinámica de los procesos irreversibles. Véase, por ejemplo, Callen, Herbert B.
Thermodynamics, John Wiley, New York, 1960, p. 16, (traducción castellana por Manuel Zamora Carranza,
Termodinámica, Editorial AC, Madrid, 1981) y para el análisis de los efectos Soret y Dufour, De Groot, S.R.
Thermodynamics of irreversible Processes, John Wi1ey-Interscience, New York, 1959.
4
Microscópicamente es molecular, lo que ocurre es que la convección eclipsa el fenómeno molecular y
prácticamente éste no se puede desglosar.

83
84 Capítulo 9 Transferencia de masa....

Si existe turbulencia, la difusión es superada por el proceso macroscópico y gobierna la convección, ya que los
torbellinos tienden a homogenizar la corriente, por su efecto uniformador, análogo al que producen para las energías
mecánica y térmica; recuérdese lo que ocurre con los perfiles de velocidades y temperaturas, véase el apartado 7.5-2.2.
La convección puede tratarse mediante analogías, como las de Reynolds y Chilton-Colburn (véase más adelante).
El tratamiento genérico aplicado de la transferencia de masa es complejo e intrincado, por lo que vamos a
limitarlos a los efectos internos en una fase y a los que aparecen por el contacto directo entre dos fases inmiscibles5,
desglosados en determinados casos de interés. Así, analizaremos la transferencia de masa:
a) Con un componente en la condensación, extrapolable a la evaporación y la sublimación,
b) Con dos componentes en una fase, como la difusión, sin6 y con reacción química7, y el secado
c) Con dos o tres componentes entre dos fases, en concreto, cuando éstas son una gas y otra líquido, en la
destilación, con dos de los componentes transferidos entre fases y la absorción o el despojado (stripping), con sólo
uno transferido.
Las relaciones y consideraciones obtenidas en este último caso, son asimilables a aplicaciones como:
1) Operaciones líquido-líquido, como extracción de un soluto en un líquido, con otro líquido
2) Operaciones gas-sólido, como la adsorción
3) Operaciones sólido-líquido, como la cristalización y el lavado/extracción.
Para el tratamiento del caso c) se introducirán el concepto práctico del coeficiente superficial de transferencia de masa
y, con él, se establecerán los principios del dimensionado de lechos8 de contacto continuo9 para efectuarla, detallando,
a título de ejemplo de aplicación, la absorción de gases. Para un estudio completo del diseño de equipos basados en
la transferencia de masa, puede verse la obra de Treybal10.
Se establecerán, a partir de las ecuaciones de balance del capítulo 3, las fórmulas para el cálculo de las variaciones
de concentración en el espacio y el tiempo o balance de especies, así como una sistemática general para fluidos, que
unifica la forma y el tratamiento numérico de todas las ecuaciones de balance: masa, cantidad de movimiento,
momento cinético11, energía y especies, introduciendo un nuevo modelo de turbulencia, más general respecto al
propuesto en el capítulo 7 y que se adapta a la ecuación de balance generalizada.
Finalmente se ha de señalar que lo expuesto será aplicable tan sólo a sistemas no polares, a temperaturas no
criogénicas, presiones poco elevadas (pr < 0,3) para los gases y disoluciones diluidas para líquidos. Fuera de estos
rangos se deben utilizar actividades en vez de concentraciones12.

9.1 Transferencia de masa en sistemas monocomponente


Sólo ocurre cuando se produce un cambio de fase. Analizaremos la condensación en el caso de una sustancia, con la
presencia de las fases líquida y gas (vapor), ésta última saturada a Ts y Ps mientras que la superficie líquida, que

5
Existen también casos de fases separadas por una membrana y de contacto directo de fases miscibles,
menos corrientes.

6
Dispersión de contaminantes, etc.

7
Combustión, etc.

8
Los dispositivos pertinentes se construyen en disposición vertical (torres) para facilitar la circulación por
gravedad.

9
Obviamos el de los equipos de contacto discreto, como las torres de bandejas, los más importantes
industrialmente, pero de tratamiento menos conceptual y más empírico.

10
Treybal, Robert E., Operaciones de transferencia de masa, 2ª edición, traducción de Amelia García
Rodríguez y revisión de Francisco José Lozano, Mc Graw Hill, México, 1988.

11
Agrupado con el de cantidad de movimiento.

12
Véase Hougen, O. A., K.M. Watson y R.A. Ragatz. Principios de los procesos químicos. Parte II.
Termodinámica, Versión española de de la edición norteamericana de 1959 por J. Aguilar Peris. Editorial
Reverte, Barcelona, 1964, Cap. 20 y Taylor, Ross y R. Krishna, Multicomponent Mass Transfer, Wiley, New
York, 1993.
9.1 Transferencia de masa en sistemas monocomponente 85

supondremos plana, se hallará a una temperatura13 Ti inferior a la de saturación, pero superior a la To de la superficie
sólida que contiene al líquido, véase la figura 9.2,

Figura 9.2. Perfil de temperaturas en la condensación en película de una sustancia.

lo que modifica la figura 7.6 y la condición de contorno (7-92). Si en un instante extraemos calor, se produce la
condensación que, a nivel microscópico, corresponde en la interfaz a que la cantidad de moléculas por unidad de
superficie y tiempo que alcanzan la superficie desde el espacio ocupado por la fase gas, sea superior al de las que lo
hacen en sentido inverso. Si los flujos son iguales en ambos sentidos tenemos un sistema en equilibrio dinámico, o
estado estacionario. Análogamente en sentido inverso para la vaporización.
El flujo másico condensado dependerá del calor eliminado y viceversa, de acuerdo con la relación basada en el
balance dr energía:

(9-1)

Por otro lado, en el apartado 7.2-41 dimos la expresión (7-131) para la velocidad media molecular, de acuerdo con
la distribución de velocidades de Maxwell14

(9-2)

de modo que el flujo de moléculas en el sentido hacia la interfaz sería:15

(9-3)

como tratamos el vapor como un gas perfecto,

(9-4)

y tendremos:

13
Y presión Pi.

14
Véase por ejemplo, Barrow, Gordon M., Físico-Química, Reverté, Barcelona.

15
Para la justificación del factor 1/4 véase Barrow, Gordon M., Físico-Química, Reverté, Barcelona.
86 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-5)

Este flujo sería correcto si no existiese el movimiento desordenado de las moléculas gaseosas, motivo por el que se
debe corregir mediante un factor ' que depende de la relación16

(9-6)

pues la velocidad con la que cambian de fase las moléculas es

(9-7)

Para la condensación (0 > 0) el factor vale,

(9-8)

y disminuye17 al hacerlo 0, tendiendo a

(9-9)

De acuerdo con el modelo, el flujo de vapor que condensa será

(9-10)

donde el signo + indica flujo hacia la superficie líquida (condensación) y el -, desde la misma (vaporización).
Si admitimos que de las moléculas que alcanzan la superficie de líquido sólo una parte que retenida en el mismo,
podemos definir un coeficiente de condensación .c menor que la unidad, de forma que

(9-11)

Postularemos un coeficiente análogo para el paso de la fase líquido a la gas, de modo que tendríamos que el balance
molecular (9-11) sería,

(9-12)

positivo para la condensación.

16
Schrage, R.W., A Theoretical Study of Interphase Mass Transfer, Columbia University Press, New York,
1953.

17
Se aproxima a 1 para 0 < 0,1.
9.1 Transferencia de masa en sistemas monocomponente 87

En el entorno del equilibrio tendremos que el flujo, que corresponderá a .v = .c, será máximo, de acuerdo con el
principio de Le Chatelier, y suponiendo 0 pequeña para poder aplicar (9-9), valdrá

(9-13)

de donde

(9-14)

Com suponemos que nos hallamos en el entorno del equilibrio podemos escribir

(9-15)

de modo que si Ti - Ts, )T = 0,

(9-16)

Por (9-1), el flujo de calor que comporta la condensación será

(9-17)

y sustituyendo (9-16) en (9-17),

(9-18)

Teniendo en cuenta la ecuación de Clausius-Clapeyron18, que, con la entalpía de vaporización en J/kg, escribimos
como

18
Hougen, O. A., K.M. Watson y R.A. Ragatz. Principios de los procesos químicos. Parte II.
Termodinámica, Editorial Reverte, Barcelona, 1964, p. 35.
88 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-19)

obtenemos una diferencia de presiones que, sustituida en (9-19), nos da19

(9-20)

Este flujo corresponde a la transferencia en la interfaz vapor-líquido y es en serie con el calculado con fórmula (7-
103), obtenida en el capítulo 7 para una lámina de líquido vertical, con Ti en vez de Ts, pues allí se supuso Ti = Ts, al
establecer la condición de contorno (7-92), con lo que quedó eliminado el flujo correspondiente a la fórmula (9-20).
Así pues, designando cada flujo por el número de la fórmula como subíndice, tendremos la expresión detallada
siguiente:

(9-21)

empleando en la fórmula (7-103) Ti en vez de Ts. En la práctica, exceptuando los metales líquidos, los valores dados
por (9-20) son mucho mayores que los correspondientes a (7-103), por lo que se toma el valor dado por esta última
como el global.
En el caso de los metales líquidos, en los que sí se aplica la fórmula (9-21) completa, es necesario el valor del
coeficiente de condensación .c, para el cual se recogen en la figura 9.3 una serie de valores experimentales20. En ella
se indican con señales rellenas (negras) las medidas efectuadas evitando al máximo la presencia de los gases
contaminantes que pasan a la fase gas a medida que aumenta la temperatura (presión) de la interfaz. Del gráfico se
desprende que para presiones inferiores a 0,01 atmósferas el coeficiente de condensación se puede considerar la unidad
y que para valores mayores, si se pudiese limitar mejor la contaminación y medir más correctamente la temperatura
Ti, también.

Figura 9.3. Valores experimentales de coeficiente de condensación para metales líquidos. Las fuentes indicadas se incluyen en la referencia
citada.

19
Handbook of Heat Transfer, editado por Warren M. Rohsenow y James P. Hartnett, Mc Graw Hill, New
York, 1973, p. 12-10.

20
Handbook of Heat Transfer, editado por Warren M. Rohsenow y James P. Hartnett, Mc Graw Hill, New
York, 1973, p. 12-11, Fig. 7.
9.1 Transferencia de masa en sistemas monocomponente 89

El extraordinariamente elevado flujo de calor proporcionado normalmente21 por el mecanismo de transferencia


molecular entre vapor y líquido, al transportar calor latente de condensación, explica los altos flujos de calor (los
mayores alcanzables por convección, Tabla 1.2) obtenidos en la condensación en gotas, como veremos más adelante
en la figura 10.22 y el apartado 10.2-3.1. Ello es debido a que, por las reducidas dimensiones de las gotas, x es muy
pequeño y el flujo de calor en el seno de las mismas es muy superior al del caso de la condensación en película del
apartado 7.2-2.2, dado por la fórmula (7-103).Por ello la fórmula (9-21) se reduce a

(9-22)

Ejemplo 9.1
Calcúlese el flujo de calor debido al transporte molecular, de acuerdo con la fórmula (9-20) en el caso de
condensar vapor de agua saturado a la presión atmosférica, con un salto térmico Ts - To = )Ts = 20°C y compárese
con el valor dado para la condensación en gotas en la figura 10.22 del capítulo 10. Tómese un radio medio de las
gotitas22 igual a 0,05 mm.

Si añade calor al sistema el balance se invierte y tenemos la vaporización, para la que se pueden establecer unas
consideraciones análogas, aunque en la ebullición nucleada, la contrapuesta a la ebullición en gotas, la difusión del
calor en las burbujas de vapor (fase dispersa), es muy inferior a la de las gotas y enmascara el proceso molecular.

9.2 Definiciones suplementarias para fases multicomponente

9.2-1 Definiciones para 1a composición


Dado que la heterogeneidad de un sistema multicomponente es debida a la variación de la distribución de cada especie
molecular, ante todo debemos determinar como cuantificar la presencia de una especie en una mezcla. La variable
intensiva que la refleja es la concentración que, al ser una relación entre magnitudes, es de especificación más
compleja que las variables intensivas que hemos utilizado hasta ahora normalmente (T, P, etc.).
Sea un volumen elemental dV, de un sistema de N componentes, entre los cuales se encuentra la especie i. Como
se puede cuantificar la materia respecto al volumen, a la masa o al número de partículas (moles), es posible definir
la concentración de i de las formas siguientes:

• Concentración másica, Di, o masa mi de i por unidad de volumen de la mezcla, kg/m3,

(9-23)

de modo que la suma de las concentraciones másicas es la densidad del sistema,

(9-24)

valor que, si P y T no varían, es constante.


• Fracción másica wi o masa mi de i dividida por la masa total m; o lo que es lo mismo, concentración en masa de
i dividida por la densidad, tanto por uno, independiente de P y T,

21
Salvo los metales líquidos, como ya hemos señalado.

22
Véase Tanasawa, I., y J. Ochiai, “Experimental study on dropwise condensation”, Bull. JSME, Vol. 16
(1973), p.1184.
90 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-25)

Evidentemente,

(9-26a)

(9-26 b)

• Concentración molar ci o número de moles ni de i por unidad de volumen de la mezcla, moles/m3. Si la masa
molecular de i es Mi, evidentemente,

(9-27a)

(9-27b)

La suma de las concentraciones molares de todos los componentes se denomina concentración molar total c,

(9-28)

En ausencia de cambios químicos (reacciones) c es constante.


• Fracción molar, xi, número de moles ni de i dividido por el numero total de moles n, tanto por uno. A menudo
se emplea el símbolo yi para gases y xi para líquidos y sólidos.

(9-29a)

Y para gases ideales

(9-29b)

Evidentemente,

(9-30a)
9.1 Transferencia de masa en sistemas monocomponente 91

(9-30 b)

De las definiciones anteriores se desprenden, entre otras, las fórmulas siguientes:

(9-31)

(9-32)

También

(9-33)

(9-34)

Ejemplo 9 . 2
Partiendo del aire supuesto gas ideal y compuesto del 21% de O2 y 79% de N2, en volumen, calcúlense las
concentraciones de O2 y N2 en todas las formas antes indicadas y la densidad del aire.

9.2-2 Velocidades y flujos en un fluido multicomponente en movimiento


Mientras no indiquemos lo contrario, las velocidades que aparecerán en las ecuaciones será las denominadas
ordenadas, según una dirección, o medias, véase la figura 7.14, la fórmula (7-425), etc.
Debido a las diferentes masas de las moléculas de un fluido multicomponente en movimiento, las distintas
especies se desplazan a velocidades desiguales, las cuales no coinciden con la media de la mezcla global, por lo que
son causa de la segregación de especies en los fluidos. Antes, sin embargo, de estudiar este fenómeno, definiremos
unas velocidades que permitan cuantificar el proceso.
Para un conjunto de moléculas de una mezcla de N componentes, se puede definir una función denominada
función de distribución molecular:

(9-35)

que nos da, en cada instante, el número más probable de moléculas de la especie i situadas en la posición r ± dr y con
una velocidad absoluta instantánea (referida a unos ejes fijos) v ± dv.
Esta función integrada con respecto a todas las velocidades posibles para una molécula, nos dará el número ni de
moléculas de la especie i por unidad de volumen, es decir:

(9-36)
92 Capítulo 9 Transferencia de masa....

número que nos relaciona la concentración molar con la función de distribución:

(9-37)

y nos permite calcular la velocidad media absoluta instantánea de las moléculas de la especie i

(9-38)

Para el flujo de un solo componente, admitiendo la igualdad de los promedios en el tiempo y en el espacio23, la
velocidad media de las moléculas coincide con la del fluido, = ux siendo ux la componente según el eje x, de
u, la velocidad media usada en el Apartado 7.5-1 del , obtenida aplicando el operador

a la velocidad v, para dar una fórmula como la (7-425).


Esta velocidad es la velocidad media ordenada del fluido, = u. Es un vector que corresponde al caudal másico
total dividido por la sección del conducto, o sea la velocidad del centro de masa del volumen de fluido considerado,
que se denomina velocidad24 global másica25 u,

(9-39)

y es la que provoca el arrastre. Cuando la fase conjunta está en reposo, es nula evidentemente.
También se define el vector velocidad global molar, u*,

(9-40)

asimismo nulo cuando la fase conjunta está en reposo.


Con respecto a la velocidad global de la masa, el vector velocidad diferencial se denomina de difusión de cada especie
i. Esta velocidad es la relativa, igual a las absoluta de cada especie i menos la de arrastre común, figura 9.4,

(9-41)

23
Hipótesis ergódica. Véase el apartado 7.5-1

24
Aunque el tratamiento general es en estado transitorio, suprimiremos las referencias al tiempo, en el bien
entendido de que las relaciones expuestas sólo son independientes del tiempo es estado estacionario.

25
O velocidad del centro de masa.
9.1 Transferencia de masa en sistemas monocomponente 93

Figura 9.4. Velocidades de difusión en un sistema monodimensional.

de forma que, de acuerdo con la definición de velocidad media establecida con (9-38), la velocidad media másica de
difusión de la especie i, es

(9-42)

Además, de esta expresión se desprende que:

(9-43)

cosa absolutamente lógica, pues efectuamos la suma de todos los desplazamientos de las moléculas del sistema
respecto al centro de masas del conjunto.
Análogamente, tendremos el vector velocidad media molar de difusión:

(9-44)

para la que se verifica también que

(9-45)

Se define el flujo másico total o absoluto Ni de una especie molecular i, como un vector que indica el caudal másico,
o molar, de una especie química, que pasa por la unidad de área normal a la dirección de su desplazamiento.
Empleando la velocidad absoluta u, este flujo queda definido respecto a unos ejes fijos en el espacio ,

(9-46)

Asimismo se define el molar absoluto,


94 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-47)

Usando las velocidades medias de difusión respecto a unas coordenadas que se desplacen con la velocidad global de
la masa, (9-39), o de los moles,(9-40), de la mezcla, se obtienen, en forma coherente con la definición de derivada
sustancial (apartado 3.4 del primer volumen), los flujos relativos, denominados flujos de difusión:

(9-48)

(9-49)

Estos flujos de difusión son menores que los totales26, al no incluir el arrastre.
De este modo, con valores instantáneos o en estado estacionario, tenemos la relación vectorial:

(9-50)

con valores instantáneos, o constantes en estado estacionario.


Análogamente para flujos molares,

(9-51)

Así pues, el flujo total es la combinación de la difusión y el arrastre.

Ejemplo 9.327

Una mezcla de composición50% de O2 y 50% de He, en masa, en la cual las velocidades absolutas de cada especie
son vO2 = 9i m/s y vHe = -9i m/s. Hállense:
a) Las velocidades másicas medias del O2 y del He
b) Las velocidades molares medias del O2 y del He.
c) Los flujos másicos de difusión y absoluto del helio.

Nótese que la difusión es un efecto microscópico que distingue el comportamiento individual de las moléculas
diferentes, mientras que el arrastre, como la convección, es macroscópico, al considerar todas las moléculas
globalmente.

9.3 Balances de especies


Al igual que el objeto de la transferencia de calor es el cálculo del campo de temperaturas y del flujo del calor, el de
la transferencia de masa será el del campo de concentraciones y de los flujos másicos de cada componente, pero, a

26
Pueden ser iguales en casos particulares.

27
Basado en Edwards, D.K., V.E. Denny y A.F. Mills, Transfer Processes, Mc Graw Hill, New York, 1976,
p. 64.
9.3 Balances de especies 95

diferencia de los capítulos anteriores, para la descripción completa de los sistemas multicomponente no homogéneos,
hemos de tener en cuenta, además de velocidades, presiones y temperaturas, las concentraciones, por lo que, como
ya señalamos, se requerirá una nueva ecuación para cada componente28. Veamos como establecer estas ecuaciones.
Si se aplica la ecuación del balance de masa para una especie química i en un sistema reactivo, es decir, en el cual
varia la cantidad de cada especie de acuerdo con el desarrollo de una reacción química, las formas extensiva y
específica de la propiedad corresponden a P = mi y p = wi. Partiendo de la expresión integral del teorema de Reynolds
del transporte (3-11), cuando se produzcan cambios químicos el primer miembro de la ecuación no será nulo, pues
la variación de la masa en el tiempo no lo es, y se obtiene:

(9-52)

donde hemos aplicado el teorema de Gauss-Ostrogradsky al 2º miembro de la primera ecuación.


En cuanto a la variación de la masa de la especie i en la mezcla, puede ser provocada por dos motivos:

1.- La producción (desaparición) másica neta debida a las reacciones químicas

2.- El flujo neto de difusión hacia el interior (exterior) del volumen de control

En consecuencia, la producción (desaparición) másica neta de i será:

(9-53)

donde Ti kg/m3 s es la producción (desaparición) por unidad de volumen.


Para las K reacciones englobando las especies Ri, de masa molecular Mi,

(9-54)

la producción por unidad de volumen, que, no lo olvidemos, puede ser positiva o negativa, será

(9-55)

En la producción de i hemos introducido el grado de reacción >k de la reacción k, que viene dada por la expresión:

(9-56)

siendo Ak el factor de frecuencia y Ek la energía de activación de la reacción correspondiente29.

28
En rigor una menos, pues su conjunto debe equivaler al balance de masa global.

29
Dickerson, Richard E., Harry B. Gray, Maretta Y. Darensbourg y Donald J. Darensbourg, Principios de
Química, Tercera edición. Traducción de la 4ª estadounidense por José Gálvez flores y Gregorio López
López. Reverté, Barcelona, 1990, p. 796.
96 Capítulo 9 Transferencia de masa....

Por otro lado, teniendo en cuenta el flujo neto de difusión (9-48) , la variación de masa de i vendrá dada también
por la suma de la producción interna más la que gana a través de la superficie límite (V.C.)

(9-57)

Identificando las dos expresiones (9-52) y (9-57) de (dm/dt)masa de control e igualando integrandos tendremos

(9-58)

o bien, como por (9-25),

también podemos escribir

(9-59)

Así tenemos una ecuación para cada componente, pero de las cuales sólo N-1 son independientes porque, sumando
las N, se obtiene el balance de masa global:

(9-60)

ya que

pues, excepto en reacciones nucleares, la materia se transforma pero no se destruye (conservación de la masa o ley
de Lavoisier).
Las ecuaciones (9-59) pueden ponerse en una forma más compacta utilizando el concepto de flujo de difusión.
En efecto, como en los balances másicos, los productos de vectores han de ser escalares30 y

30
Véase el Apéndice V.
9.3 Balances de especies 97

(9-61)

pues
(9-62)

de modo que el coeficiente de wi en (9-61) es el primer miembro del balance de masa total, igual a cero.
Así hemos obtenido, para mezclas reactivas:

(9-63)

y para mezclas no reactivas:

(9-64)

Como es lógico, esta ecuación, al ser global, suma el arrastre, en la derivada sustancial, y la difusión, con el flujo de
difusión. Por ello, como ocurre con el balance de energía, su cuantificación requiere el conocimiento del campo de
velocidades y exige la solución simultánea, o previa si se trata de un líquido cuyas propiedades no dependen de la
composición31, del balance de cantidad de movimiento (7-530).
Por otro lado, si existe un medio predominante estacionario32, se puede considerar u = 0 y la ecuación (9-64) para un
sistema no reactivo, se transforma en

(9-65)

y el fenómeno es exclusivamente de difusión. En un sistema binario es análogo a la conducción de calor en sólidos.


Después de hallar una expresión en función de la composición para Ji, volveremos sobre este asunto.
Si en vez de con las masas, se opera con moles, se puede efectuar un desarrollo paralelo, obteniéndose las relaciones
para mezclas reactivas:

(9-66)

31
Véase el apartado 7.5-3.

32
Por ejemplo un sólido.
98 Capítulo 9 Transferencia de masa....

y para mezclas no reactivas:

(9-67)

donde

(9-68)

es la derivada sustancial molar, distinta de D/Dt.


Estas ecuaciones presentan el problema de que la variable que las origina, la composición, no aparece explícita,
por lo que, al igual que para los balances de cantidad de movimiento (7-2) y de energía (3-96), necesitamos una
ecuación dinámica, análoga a las (7-5) y (7-6), que relacione el flujo de la especie con la variación de su
concentración, a fin de poder obtener ecuaciones que nos den directamente los valores de la concentración en el
espacio y en el tiempo.

9.4 Balance microscópico de cantidad de movimiento en un fluido multicomponente


El fenómeno de la difusión molecular en un gas es una consecuencia de la diferencia entre las masas de las moléculas
de especies distintas, lo que provoca que su desplazamiento relativo por colisiones entre ellas o bajo la acción de
fuerzas de volumen, como el peso, no sea el mismo, produciéndose la segregación de especies y la homogeneización
de cada especie progresivas, que hemos denominado difusión. Estableceremos la relación entre el flujo de difusión
de una especie molecular y la variación de la composición en un gas, que generalizaremos a todo tipo de fases.
A partir de una descripción microscópica, hallaremos una ecuación de la difusión para gases ideales no reactivos,
que extrapolaremos para fluidos cualesquiera. En una mezcla gaseosa de N componentes, la cantidad de movimiento
media, o sea la correspondiente a la velocidad media, de las moléculas de una especie i, solo puede cambiar por
colisión con moléculas de otra especie j y por la acción de las fuerzas de volumen y superficie. Sin embargo, si
consideramos la difusión en el seno del gas, dada la delgadez de la capa límite (suponiendo sistemas donde no haya
desprendimiento de la misma), no tienen importancia las fuerzas de superficie33 en el desarrollo global del fenómeno
y puede prescindirse de ellas. Esto significa que, suponiendo fluidos Newtonianos, se podrá usar la ecuación de Euler
(3-79) en vez de la de Navier-Stokes (3-78).
Si se admite que, para los fenómenos de transporte a nivel microscópico, las colisiones entre moléculas son
elásticas y es posible definir una función de energía potencial molecular, N, el gradiente de la cual con signo negativo,
pues aumenta al disminuir la distancia, será la fuerza entre dos moléculas que interaccionan. También se puede
considerar que la probabilidad de la colisión simultánea de 3 o más moléculas es mucho menor que la del choque de
2, por lo que sólo consideraremos las colisiones de este último tipo y con esta hipótesis se establecerá todo cuanto
sigue.
Como hemos adoptado el caso de fuerzas centrales34, es decir que sólo son función del modulo de la distancia r = r1
- r2 entre moléculas, la constante de integración para hallar N se ajusta de forma que N(4) = 0.
Un sistema queda definido mecánicamente35 por el Lagrangiano L, es decir, la suma de las energías cinética y
potencial de las partículas que lo forman. Para dos moléculas de masas m1 y m2, y posiciones r1 y r2,

(9-69)

Si el origen está en el centro de masa de las dos partículas, m1 r1 + m2 r2 = 0, de modo que, como r = r1 - r2,

33
Normalmente las viscosas,.

34
Más detalles sobre las fuerzas intermoleculares pueden verse en Sigalés, Bartomeu "Bases de la
Termodinámica química aplicada. Parte II, Capítulo 5 parte d”, IngenierÍa Química, Agosto 1982, pp. 71-82
y parte e, Octubre 1982, pp. 161-170.

35
Landau, L.D. y E.M. Lifshitz, Mecánica, Reverté, Barcelona, 1984.
9.4 Balance microscópico de cantidad de movimiento en un fluido multicomponente 99

(9-70' y 70'’)

y la expresión (9-69) se reduce a:

(9-71)

de forma que el problema de las dos partículas (moléculas) equivale al de una sola, de masa

(9-72)

desplazándose en un campo de fuerzas centrales de potencial N(r). Con la ecuación (9-71) se puede hallar el
desplazamiento r(t) de esta masa reducida y el de las dos partículas se determina mediante las relaciones (9-70') y
(9-70'’).
De acuerdo con este modelo, como el cambio de la velocidad absoluta media entre las moléculas i y j es igual al
de las velocidades relativas, uj - ui = Vj - Vi, la cantidad de movimiento transferido en promedio a una molécula j,
después de una colisión36 será:

(9-73)

siendo :ij la masa reducida antes definida. Esta fórmula justifica que la cantidad de movimiento transmitido por una
molécula j a una i es igual pero con signo opuesto, al trasmitido por una i a una j, como es lógico.
Por otro lado las fuerzas de volumen que actúan sobre las moléculas de la especie i, serán, por unidad de
volumen, Dwifi siendo fi la resultante de las fuerzas de volumen por unidad de masa de la especie i, que normalmente
se reducirán a g.
De este modo tendremos que, por unidad de volumen, el cambio total por segundo de cantidad de movimiento medio
de las moléculas de la especie i, será:

(9-74)

donde <ij es el número de colisiones por unidad de tiempo y volumen entre dos moléculas i y j:

(9-75)

Por otro lado, de acuerdo con la descripción de Reynolds, v = u + v', siendo u la velocidad media ordenada dada por
(9-39) y v' la desordenada o fluctuación, consideraremos el cambio de cantidad de movimiento debido a la velocidad media
u, que produce el avance del fluido37, y el debido a la v' de fluctuación, que produce el efecto de presión sobre las
superficies en contacto con el fluido.
El cambio de la cantidad de movimiento ordenado del conjunto es el que se tiene en cuenta en el balance
macroscópico dado por la ecuación de Euler, (3-79), aplicable a la unidad de volumen. En el caso de flujo

36
Los choques entre moléculas iguales no provocan cambio de la cantidad de movimiento media.

37
Véanse las fórmulas (7-425 ).
100 Capítulo 9 Transferencia de masa....

monodimensional, siendo z la coordenada del sistema, tendremos:

(9-76)

que para la masa de la especie i incluida en el mismo, será:

(9-77)

El cambio de cantidad de movimiento debido al movimiento desordenado también produce una variación de fuerza por
unidad de superficie, longitudinal38 o presión, siendo el debido a las moléculas i,

En conjunto ambos movimientos causan, pues, un cambio total de cantidad de movimiento monodimensional de la especie
i por unidad de volumen del sistema, si no se producen reacciones químicas, igual a

(9-78)

Ahora bien, como suponemos un gas ideal, podemos aplicar la ley de Dalton39, por la que Pi = xi P, de modo que

(9-79)

y (9-78) se transforma en:

(9-80)

Igualando las dos expresiones del cambio total de cantidad de movimiento, (9-78) y (9-80), en estado estacionario,

(9-81)

La ecuación que nos interesa la obtendremos despejando el gradiente de fracción molar (concentración);

(9-82)

pero como las fracciones másicas cumplen la relación (9-26a),

si en el último término de (9-82) lo multiplicamos por este sumatorio, la forma final de la ecuación que buscamos es:

38
Véase, Sigalés, Bartomeu, "Bases de la Termodinámica aplicada, Parte II, Capítulo 5, parte d”, Ingeniería
Química, Agosto 1982, pp. 69-71.

39
Justificable a partir de la expresión de la energía cinética media de las moléculas en función de la
temperatura (E = 1,5 kT).
9.4 Balance microscópico de cantidad de movimiento en un fluido multicomponente 101

(9-83)

con la condición, de acuerdo con (9-26b),

(9-84)

Estas ecuaciones, junto con las correspondientes al balance de especies (9-67) nos dan un sistema de 2n
ecuaciones con 2n incógnitas (xi, Vi), lo que teóricamente resuelve el problema de la transferencia estacionaria
de masa en fluidos isotermos, aunque el cálculo de la solución sea complicado.40
Para un proceso isobárico (LPi = 0) o gases con la misma masa molecular (x = wi), no polares, con las
fuerzas unitarias de volumen iguales, fi = fj (por ejemplo considerando solamente el peso) y dos componentes
A y B, la ecuación (9:83) se reduce a

(9-85a)

o lo que es lo mismo,

(9-85b)

9.4-1 Difusión molecular. Simplificación de la ecuación de la difusión molecular: “Ley”


de Fick
La ecuación (9-85b) nos indica que, si existen gradientes de concentración de las distintas especies moleculares
en el gas, las velocidades Vi de las mismas son distintas, lo que provoca su desplazamiento relativo y el
fenómeno que hemos denominado difusión. Se constata este fenómeno en un sistema multicomponente gaseoso,
cuando las concentraciones varían de un punto a otro del mismo, pues, aunque no existan diferencias de presión
y de temperatura, ni agitación en su seno, se produce un proceso microscópico espontáneo de desplazamiento
molecularque tiende a igualar las concentraciones en todo el conjunto. Cuando además existe convección, la
velocidad es un factor que interviene. En cualquier caso, la transferencia de masa se ajusta a la tendencia que
presentan todos los sistemas a que se iguale el potencial electroquímico correspondiente a cada componente y
fase, para alcanzar la mínima energía interna y la máxima entropía compatibles entre sí y con el entorno.
Aunque sólo lo hemos justificado para el caso concreto de las mezclas gaseosas, la difusión molecular en
cualquier fase cuyas moléculas son de masas distintas, siempre es debida a la agitación de las mismas. Así se
constata también en las fases líquidas e incluso sólidas, aunque se reduce la velocidad del proceso, que en fases
sólidas es muy baja.
Para conocer Lxx1 en función de la velocidad de difusión, conviene usar la velocidad molar global u*. En
efecto:

(9-86)

y en consecuencia,

(9-87)

40
Véase Taylor, Ross y R. Krishna, Multicomponent Mass Transfer, Wiley, New York, 1993.
102 Capítulo 9 Transferencia de masa....

Si definimos41 como coeficiente de difusión relativa DAB, de la especie molecular A en la B, a la relación:

(9-88)

enlazamos el flujo másico con el gradiente direccional de concentración correspondiente:

(9-89)

expresión que nos indica que las moléculas de cada especie se desplazan en el sentido de la disminución de su
concentración.
Además, teniendo en cuenta (9-41), podemos obtener directamente el valor del coeficiente de difusión
binario isobárico entre dos componentes de un gas ideal sometido a un campo gravitatorio:

(9-90)

De este modo, el gradiente de fracción molar del componente i, dado por la relación (9-83), también se puede
escribir como42:

(9-91)

La ecuación (9-91) anterior se ha establecido para sistemas monodimensionales con las condiciones,
recordémoslas, de que
1º Se trata de gases ideales
2º La difusión térmica (efecto Soret) es despreciable
3º No se producen cambios químicos (reacciones)
Si además:
4º Las fuerzas de volumen por unidad de masa son iguales (por ejemplo fi = g)
5º La variación de la presión es despreciable o las masas moleculares son iguales (xi = wi)

el gradiente de fracción molar en general (9-88) se reduce a:

(9-92)

de acuerdo con (9-26b), y

(9-93)

41
Véase más adelante le denominada “ley” de Fick, (9-105).

42
Recuérdese que sólo consideramos los choques binarios.
9.4 Balance microscópico de cantidad de movimiento en un fluido multicomponente 103

de acuerdo con (9-30b). El cálculo de los flujos, disponiendo de los gradientes de composición y de los valores
de Dij se detalla en textos especializados.43
La expresión (9-92) se denominada fórmula de Stefan-Maxwell44 y, al tratarse de un sistema
monodimensional , puede ponerse en una forma más práctica, usando el concepto flujo de la especie i como el
flujo másico Ji kg/s m2, definido por (9-48) . En efecto, tendremos:

(9-94)

y, si Dij tiene un valor constante45, igual a D,

(9-95)

Multiplicando cada ecuación por wi/xi y sumando las N ecuaciones resultantes, tendremos:

(9-96)

pero como

de acuerdo con (9-39), invirtiendo el orden de los términos en (9-96), y teniendo en cuenta que

(9-97)

llegamos a

(9-98)

que. sustituyendo el valor del sumatorio de los productos de las fracciones molares por las velocidades dado por
(9-74), en (9-94) y dividiendo la ecuación resultante por xi nos da:

(9-99)

Para expresar esta ecuación de la difusión en función del flujo másico, hemos de poner la fracción molar xi en
función de la fracción másica wi a través de su definición (9-33), que reproducimos:

43
Véase Taylor, Ross y R. Krishna, Multicomponent Mass Transfer, Wiley, New York, 1993.

44
En honor de James Clerk Maxwell y de Josef Stefan.

45
Es decir, independiente de la composición.
104 Capítulo 9 Transferencia de masa....

De acuerdo con ella, al sustituir en (9-99) tendremos:

(9-100)

donde el segundo y cuarto términos de la 1ª línea se combinan en el segundo término de la 2ª. Teniendo en
cuenta una vez más, que la suma de las fracciones másicas, (9-26a), es la unidad y que, al ser las masas
moleculares constantes, sus diferenciales son nulos,

(9-101)

pues

(9-102)

Generalizando a tres dimensiones, la velocidad de difusión de una especie i en un sistema a temperatura y presión
constantes, con fuerzas de volumen por unidad de masa de cada especie y coeficientes de difusión binarios D
iguales para todas las especies, es:

(9-103)

y expresando la ecuación anterior como flujo de difusión másico,

(9-104)

que formalmente representa la conocida “ley” de Fick46 (Adolf Eugen Fick, Kassel 1829-Blankenbergh 1901),
quien en 1855 postuló que el flujo de difusión, en cualquier medio material, de una especie i en una mezcla
multicomponente se podía expresar como

46
Fick, Adolf, “Über Diffusion", Ann. Phys. Chem., Vol. 94 (1855) pp. 59-86.
9.4 Balance microscópico de cantidad de movimiento en un fluido multicomponente 105

(9-105)

fórmula en la que el coeficiente de difusión no es único sino el medio del componente i en toda la mezcla (uno
para cada componente). Para una binaria, especie A en el seno de otra B, se reduce a

(9-106)

donde la difusividad se corresponde a la de la fórmula de Stefan-Maxwwell (N - 1 para cada componente).


Al manejar moles, la expresión (9-106) es más adecuada que la (9-104) cuando existen reacciones químicas,
aunque ambas comporten el mismo coeficiente, pues

(9-107)

Si no se producen cambios (reacciones) químicos, el número total de moles es constante, la concentración molar
total, c, también y para mezclas binarias,

(9-108)

De todas estas formas, la (9-104) es la más cómoda de manejar, por la conservación de la masa.
La fórmula de Fick nos permite sustituir directamente J en función de x, en la ecuación de la conservación
de especies (9-63), etc. reduciendo el sistema a uno de n ecuaciones con n incógnitas (xi). Sustituyendo pues, en
el balance de especies sin generación, (9-64), Ji por su expresión según la ley de Fick, (9-104), tenemos

(9-109)

Para una mezcla binaria de líquidos, con la difusividad independiente de la composición y mezclas reactivas:

(9-110)

y para mezclas no reactivas:

(9-111)

Si se opera con moles, para mezclas reactivas:

(9-112)

y no reactivas:
106 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-113)

Desglosando el flujo másico, tendremos

(9-114)

y de acuerdo con (9-38) el flujo absoluto será:

(9-115)

Si además el sistema es monodimensional, en estado estacionario (N*A y N*B constantes), tendremos

(9-116a)

que también podemos escribir, si es gaseoso,

(9-116b)

Si partimos de la ley de Fick (9-104) la ecuación para un sistema multicomponente es

(9-117)

donde tenemos una difusividad de cada componente i en la mezcla, Dim, distinta de la binaria Dij, pudiéndose
relacionar ambas combinando las ecuaciones (9-92) y (9-117):

(9-118)

Dos situaciones concretas de interés en sistemas monodimensionales, son las denominados difusión
equimolecular, cuando NA* = - NB* y difusión de un solo componente, cuando el componente B se mantiene
estacionario, NB* = 0, y solamente se difunde el A. Esta segunda situación se utiliza para determinar el
coeficiente de difusión de un gas en otro, véase más adelante el ejemplo 9.5. En cuanto a la primera situación,
un ejemplo es el siguiente.

Ejemplo 9.447

47
Welty, James R., Charles E. Wicks y Robert E. Wilson, Fundamentos de transferencia de momento, calor
y masa, Versión en español del original en inglés por cristina Sanginés Franchini, revisada por Griselda Zetina
Vélez, Limusa, México, 1999, p. 635.
9.4 Balance microscópico de cantidad de movimiento en un fluido multicomponente 107

Un dispositivo para separar por destilación los componentes de una mezcla fluida binaria, consiste en un
tubo vertical por cuyo extremo inferior se introduce la mezcla en fase gaseosa, mientras que por la pared del
tubo desciende una película líquida de la mezcla condensada en la parte superior. Si los componentes de la
mezcla son benceno y tolueno y en una sección transversal a-a la temperatura es 359,8 K, la presión la
atmosférica, la fracción molar de benceno en el gas 0,853 y en el líquido 0,7, estímese el flujo de
transferencia de tolueno en dicha sección y en que sentido (del gas al líquido o viceversa).

La ecuación de Fick, que relaciona los flujos de cada especie con las variaciones de composición, es vectorial,
pues tanto el flujo de la especie i como el gradiente de concentración lo son, y tiene la misma forma que la de
Fourier ,(1-2), para la transferencia de calor por conducción en función del gradiente de temperatura. Existe,
pero, una diferencia importante, consistente en que D es un escalar y no un tensor como 8 en la ecuación(1-2)
para la conducción, por lo que en la difusión la dirección de ambos vectores coincide, variando tan sólo su
módulo y siendo opuestas sus direcciones. Esta formulación es más adecuada para mezclas en las que no se
producen cambios (reacciones) químicos.
En el caso de una mezcla multicomponente, se generaliza la fórmula de Fick considerando que la difusión
global es la combinación de todas las difusiones binarias posibles, teniendo en cuenta que los coeficientes de
difusión binarios serán distintos. Así tenemos un sistema de tantas ecuaciones como componentes, aunque una
es combinación lineal de las demás, que determinan los flujos de difusión en función de las variaciones de
composición. En el caso de que no haya reacciones químicas y conozcamos la composición, el sistema es la suma
de (9-118) y:

(9-119)

pues Jn está fijado conociendo los restantes flujos.

9.4-2 El coeficiente de difusión molecular

9.4-2.1 Gases
Podemos obtener una expresión cualitativamente correcta del coeficiente de difusión molecular binario,
suponiendo el gas monoatómico considerado en el apartado 7.2-4.1 del , pero formado por dos isótopos A y B,
de modo que el volumen y la masa de todas las moléculas sean prácticamente iguales. Si este gas circula en
régimen laminar, el flujo bidimensional de moléculas con la propiedad p que cruzará un plano paralelo al avance
del gas a su velocidad media será proporcional al número de moléculas por unidad de volumen, n, y a la
superficie dA en y viniendo dado por la fórmula (7-126):

(9-120)

Si consideramos el transporte de moléculas del isótopo A, p = nA y la transferencia neta de moléculas A a través


de un plano paralelo al desplazamiento del fluido, tendremos que el flujo de las mismas a través de la superficie
dA, será

(9-121)

De esta manera, si identificamos la expresión anterior con la (9-108), se ve que el coeficiente que relaciona el
flujo de A y su gradiente de concentración c,

(9-122)
108 Capítulo 9 Transferencia de masa....

expresión análoga a las de la viscosidad : (7-129) y conductividad térmica 8, halladas en el apartado 7.2-4.1,

y (7-130),

Recordando las expresiones (7-131),

y la (7-132) de lm, recorrido libre medio de una molécula entre dos choques consecutivos,

donde d es el diámetro molecular, se puede llegar a la fórmula que da el coeficiente de autodifusión de un gas
monoatómico perfecto:

(9-123)

Aunque esta ecuación es ideal, refleja el hecho distintivo frente a las otras propiedades de transporte [:, ecuación
(7-133) y 8, ecuación (7-134)] de que la difusión en una mezcla gaseosa depende de la presión de la mezcla (es
inversamente proporcional a la misma).
Asimismo con (9-122) y la ecuación (7-133)se obtiene la relación, para un gas perfecto monoatómico,

(9-124)

que, a pesar de que solamente es cualitativa, nos indica que los gases menos densos y más viscosos serán los que
mejor se difundirán y viceversa.
Si extrapolamos la fórmula anterior para dos especies moleculares, usando la masa reducida, (9-72) y un
diámetro medio, podemos escribir:

(9-125)

siendo C un coeficiente función de la temperatura.


Modelos más detallados48 para mezclas binarias, teniendo en cuenta las fuerzas intermoleculares49, confirman
la estructura de la fórmula (9-125). En la práctica se usa, y así lo hace la aplicación PROPIEDADES2, otra
formula semiempírica, pero más general y precisa, aplicable hasta 10 bar, adecuada para mezclas binarias de
gases no polares y no reactivos y que puede incluso usarse, con menos precisión, para mezclas binarias de gases

48
Hirschfe1der J.O., C.F. Curtis, y R.D. Bird,. Mo1ecu1ar theory of Gases anda Liquids, John Wi1ey &
Sons, New York 1954.

49
Sobre las fuerzas intermoleculares puede verse Sigalés, Bartomeu "Bases de la Termodinámica química
aplicada. Parte II, Capítulo 5, parte d”, IngenierÍa Química, Agosto 1982, pp. 71-82 y parte e, Octubre 1982,
pp. 161-170.
9.4 Balance microscópico de cantidad de movimiento en un fluido multicomponente 109

polares. Esta fórmula, debida a Fuller, Schettler y Giddings50, es:

(9-126)

Donde < son los volúmenes atómicos para difusión, dados por la tabla 9.1, y P se expresa en bar. Además de los
volúmenes elementales para de terminar el de cualquier molécula, se dan ya los valores de establecidos
por regresión de valores de difusividades experimentales, para una serie de moléculas simples, valores más
precisos que los obtenidos mediante la adición de los volúmenes atómicos.

TABLA 9.1. Parámetros para la fórmula de Fuller, Schettler y Giddings.

Volúmenes atómicos < e incrementos estructurales , para usar en la fórmula (9-126)

< de átomos y estructuras

C 16,5 C 19,5
H 1,98 S 17
O 5,48 Anillo aromático -20,2
N 5,69 Anillo heterocíclico -20,2

para moléculas simples

H2 7,07 CO2 26,9


D2 6,7 N2O 35,9
He 2,88 NH3 14,9
N2 17,9 H2O 12,7
O2 16,6 CCl2F2 114,8
Aire 20,1 SF6 69,7
Ne 5,59
Ar 16,1 Cl2 37,7
Kr 22,8 Br2 67,2
Xe 37,9 SO2 41,1
CO 18,9

Los valores de los coeficientes experimentales a una presión y una temperatura dadas, pueden extrapolarse a otra
presión y otra temperatura mediante la expresión deducida de la (9-125):

(9-127)

que se ajusta a la realidad usando, en vez de 1,5, un exponente empírico51 m que depende de las sustancias y que
se puede determinar conocidos los valores a dos temperaturas:

(9-128)

50
Fuller, E.N., P.D. Schettler y J.C. Giddings, “A New Method for Prediction of Binary Gas-Phase Diffusion
Coefficients”, Ind. Eng. Chem., Vol. 58 (1966), p. 19.

51
Mottola, Alex C., “Diffusivities streamline wet scrubber design”, Chem. Eng., Vol 44(1977), nº 24
(December 19), p. 80.
110 Capítulo 9 Transferencia de masa....

Para la difusión en aire se dan algunos valores en la tabla 9.2.

TABLA 9.2. Parámetro m para establecer la difusión en aire en función de la temperatura.

Valores de m, para usar en la fórmula (9-127)

Sustancia m

Metil-etil-cetona 2,53
Acetato de butilo 2,14
Sulfuro de alilo 3,07
Sulfuro de etilo 2,41
Ácido acético 3,66
Acrilonitrilo 3,50
Hexano 1,51
Isopropanol 2,03

La determinación experimental del coeficiente de difusión de un gas A en otro B insoluble en la fase líquida de
A, a una determinada temperatura, se puede efectuar con el método imaginado por J. Stefan, midiendo la
velocidad de descenso del líquido en un tubo transparente vertical, casi lleno de la especie A , sobre el que se
impulsa horizontalmente una corriente importante del componente B, de modo que la concentración de A en la
boca se puede considerar nula, véase la figura 9.5.

Figura 9.5. Difusión de un gas en un medio estacionario. Tubo de Stefan.

La ecuación aplicable será la (9-116b),

(9-129)

pues el sistema es monodimensional y nos hallamos en estado estacionario, en consecuencia NA* y NB* son
constantes. Si el gas B es insoluble en el A, B está estancado y la velocidad de B en el interior del tubo es nula,
NB = 0 y. De este modo la ecuación anterior nos da:
9.4 Balance microscópico de cantidad de movimiento en un fluido multicomponente 111

(9-130)

o sea

(9-131)

con las condiciones de contorno que especifican las concentraciones con el nivel inicial 1 y el final 2, véase la
figura 9.5,

yA(z) = yA1 en z = z1 (Nivel a t = 0) (9-132a)

yA(z) = yA2 en z = z2 (Nivel a t = t) (9-132b)

Como tanto NA como DAB son constantes, la integración de (9-131) nos da

(9-133)

Este flujo responderá al descenso del nivel de líquido en el intervalo de tiempo t, de modo que

(9-134)

con lo que la ecuación (9-133) se transforma en

(9-135)

Separando variables e integrando,

(9-136')

de donde obtenemos el coeficiente de difusión del gas A en el B, en función de la variación de nivel y del tiempo
transcurrido.

(9-136'')

pues yA2 = 0.
112 Capítulo 9 Transferencia de masa....

Ejemplo 9.552
Si en un dispositivo como el de la figura 9.5, con cloroformo (triclorometano) a 25°C y en el seno del aire
a 1 atmósfera, en el instante inicial t = 0, la superficie del cloroformo líquido estaba a 74 mm de la boca del
tubo y al cabo de 10 h. ha descendida hasta hallarse a 78,4 mm, calcúlese el coeficiente de difusión del
cloroformo (A) en el aire (B) a 25°C y 1 atmósfera.

Para mezclas multicomponentes el valor del coeficiente de difusión de un componente a través del resto de la
mezcla, se puede estimar con la relación de Wilke53,

(9-137)

siendo N el número de componente y x', la fracción molar del componente i en la mezcla sin el componente A,
es decir,

(9-138)

9.4-2.2 Líquidos
En el caso de los líquidos la génesis del fenómeno físico no es igual que en los gases, aunque la fórmula (9-106)
es aplicable igualmente, por lo que se considera como empírica.
La teoría fundamental sobre las propiedades de transporte de los líquidos, como ya se ha indicado al tratar
de la conductividad térmica y de la viscosidad dinámica, es todavía inadecuada para predicciones teóricas de valor
práctico. Así existen fórmulas empíricas para mezclas binarias en el caso de un soluto diluido (concentración
inferior al 10%) en agua, el un soluto diluido (concentración inferior al 10%) en un solvente orgánico y el de un
soluto concentrado.
Una fórmula sencilla para estimar el coeficiente de difusión de un soluto líquido 1 en un disolvente 2, es54:

(9-139)

donde N2 es un factor de asociación de disolvente 2, dado por la Tabla 9.3 y V1 el volumen molar del soluto 1 en
su punto de ebullición normal, que se puede estimar mediante la fórmula de Tyn y Calus55, válida para
disoluciones diluidas de no electrolitos:

(9-140)

fórmulas en c.g.s., con vc en cm3/g.

52
Welty, James R., Charles E. Wicks y Robert E. Wilson, Fundamentos de transferencia de momento, calor
y masa, Limusa, México, 1999, p. 631.

53
Wi1ke, C.R. “Diffusional properties of multicomponent gases”, Chem. Eng. Prog. Vol. 46 (1950), pp.
95-104.

54
Wilke, C.R. y Chang, P., AIChEJ., Vol 1 (1955), p. 264.

55
Tyn, M.T. y Calus, W.F. Processing, Vol. 21 (1975), Nº 4, p. 16
9.5 Cálculo de la transferencia de masa por difusión 113

TABLA 9.3. Valor de N en la fórmula de Wilke y Chang

Disolvente 2 N2
Agua 2,23
Metanol 1,9
Etanol 1,5
Propanol 1,2
Benceno, éter, heptano
y disolventes no asociados 1,0

9.4-2.3 Sólidos
Cabe distinguir entre la difusión de gases o líquidos en los poros del sólido y la difusión por desplazamiento de
los átomos o moléculas de los constituyentes de una disolución sólida.
Estos temas son especializados y caen fuera de los objetivos de este texto. Pueden consultarse entre otras, las
obras de Satterfield y de Shewmon56.
En los metales, una fórmula aproximada es la siguiente, del tipo propuesto por Svante August Arrhenius (Vik
1859-Estocolmo1927), que utiliza la aplicación PROPIEDADES2:

(9-141)

donde Do y Q son valores empíricos.

Ejemplo 9.6
Con ayuda de la aplicación PROPIEDADES2:
a) Estímese con el valor del coeficiente de difusión del CO2 en aire a la presión atmosférica y 20°C.
Compárese el valor obtenido con el experimental de (1,42)(10-5) m2/s.
b) Estímese la difusividad del monóxido de carbono a través de una mezcla de oxígeno y nitrógeno, con una
composición expresada en fracciones molares, de: 0,2 de O2; 0,7 de N2 y 0,1 de CO, a 298 K y 2 atmósferas
de presión.
c) Estímese el coeficiente de difusión del etanol líquido en una disolución con agua a 10°C si su viscosidad
es de 1,45 cP. Compárese con el valor experimental de (8,3)(10-10) m2/s.

9.5 Cálculo de la transferencia de masa por difusión


Adoptando la fórmula de Fick, (9-104), la ecuación de la conservación de las especies, (9-109), tanto si es
transitoria como estacionaria, contiene un término que corresponde a la difusión y otro al arrastre. Para mezclas
binarias, cuando el problema es isotermo y se elimina el término correspondiente al arrastre, como en el caso de
difusión en sólidos57, se resuelve con la ecuación (9-111) de la conservación de especies exclusivamente, que se
reduce a

(9-142)

Aunque el sistema sea isotermo, si la ecuación ha de conservar el término correspondiente a el arrastre, caso de
fluidos que no estén en reposo, se precisa también el balance de cantidad de movimiento, aunque éste, si se
considera un fluido con propiedades constantes (líquido perfecto) e independientes de la composición, puede ser

56
Satterfie1d C.N. Mass Transfer in Heterogeneous Cata1ysis, M.I.T. Press, Cambridge, Massachussets,
1970; Shewmon, P.G. Difusion of Solids, Mc Graw Hill Co, New York, 1963.

57
En el caso de líquidos estancados, depende de si hay que considerar convección natural o no.
114 Capítulo 9 Transferencia de masa....

resuelto de forma independiente, como hicimos en el capítulo 7 cuando tratamos el balance de energía. Caso de
que el sistema no sea isotermo, ha simultanear también la del balance de energía, excepto en el caso de sólidos
ideales, en los que, por definición, las difusividades son constantes.

9.5-1 Soluciones analíticas para la difusión


Los sistemas isotermos con dos componentes A y B no reactivos permiten un tratamiento unificado, que
expondremos a continuación, con el de la transferencia de calor.
El caso más simple es el de un medio monodimensional, uniforme y estacionario B, en la superficie límite
del cual existe una concentración constate de un segundo componente A. La transferencia de masa se limita a la
difusión exclusivamente y la ecuación (9-111) se reduce a

(9-143)

Si en la superficie se mantiene una concentración constate del segundo componente B, las condiciones de
contorno son:

• Concentración de A en el instante inicial


Para t = 0
wA(z) = wAI (9-144)
en z > 0

• Concentración a partir de instante inicial

wA(t, 0) = wA o para t > 0, z = 0 (9-145a)

wA = wA(t, z) para t > 0, z $ 0 (9-145b)

donde wo es el valor constante de la concentración del componente A, mantenido en la superficie (frontera).


Con la sustitución de T por wA y " por DAB, esta ecuación y las condiciones inicial y de contorno expuestas,
coinciden con las del problema de conducción analizado en el aparatado 4.3-2.1-1 y, con él, podemos resolver
cuestiones como las planteadas en el ejemplo 9.7.

Ejemplo 9.758
Una plancha de acero contiene un 0,2% de C uniformemente distribuido. En caliente se somete a una
atmósfera carburante, de modo que al cabo de una hora la concentración de carbono en su superficie es del
0,7%. Si, a la temperatura de la chapa, la difusividad del C en el acero es de 10-11 m2/s, ¿cuál será la
concentración de carbono a una profundidad de 0,1 mm, 0,2 mm y 0,4 mm de la superficie?

En un sistema tridimensional, la difusión de A en un medio B estacionario, la ecuación (9-111) se reduce a la (9-


142) que en estado estacionario, a su vez, se reduce a

(9-146)

Las dos últimas ecuaciones formalmente coinciden con la (3-109) y la (3-111), respectivamente, con sustitución
de variable y parámetro, por lo que concluimos que las soluciones obtenidas en capítulo 4 para la conducción en
medios estacionarios (sólidos) serán, con el cambio de las magnitudes correspondientes, válidas para la difusión
con condiciones de contorno equivalentes.

58
Welty, James R., Charles E. Wicks y Robert E. Wilson, Fundamentos de transferencia de momento, calor
y masa, Limusa, México, 1999, p. 681.
9.5 Cálculo de la transferencia de masa por difusión 115

De acuerdo con esto, la correspondencia de las variables adimensionales será la mostrada en la tabla 9.4
siguiente:

Tabla 9.4

Transferencia de calor Transferencia de masa


Temperatura adimensional 1 = T - T4 /TI - T4 Concentración adimensional W = w - w4 /wI - w4
Nº de Fourier Fo = " t / * 2
Nº Fo = DAB t / *2
Nº de Biot BiL = hc * / 8 Nº BiL = kc * / DAB
Nº de Kirpichev Ki = (q/A)o * / 8 Nº Ki = JA */ DAB
0 = x/2 (" t)0,5 0 = z/2 ( DAB t)0,5

Las propiedades son las correspondientes al medio estacionario, excepto la difusividad, definida por la pareja.
Veamos nuevos ejemplos.

Ejemplo 9.859
Una tabla de madera de 12 in. por 12 in. y 1 in. de espesor, con una humedad uniforme del 50% en masa
respecto a la madera sin agua, se somete a una corriente de aire seco, que mantiene en las superficies una
humedad constante de un 15% en masa.
a) Si la placa se sostiene de modo que solamente las dos caras de 12 por 12 in. están en contacto con el aire
seco y al cabo de 10 h con la humedad superficial del 15%, la humedad en el plan medio es del 32% ¿cuál
es el valor efectivo, supuesto constante, del coeficiente de difusión del agua en la madera?
b) ¿Cuánto tiempo habrá de transcurrir para que la humedad del centro de un cubo de la misma madera y de
12 in de lado, pase del 50% al 32%, si el aire actuase sobre la seis caras laterales del mismo?

9.5-2 Aproximaciones numéricas para la difusión


La analogía expuesta hasta ahora se aplica también a los modelos expuestos en el capítulo 6. Veamos un ejemplo.

Ejemplo 9.1060
Una tabla de madera las dimensiones del ejemplo anterior pero con una difusividad para el agua de
(2,246)(10-10) m2/s y un contenido inicial de agua del 35% en masa, se sostiene de modo que solamente las
dos caras de 12 por 12 in. están en contacto con el aire seco, que mantiene la humedad de la superficie de las
dos caras en contacto con el aire, constante e igual al 7%. Determínese la concentración de agua en su plano
medio al cabo de 4 h y 24 minutos.

Se ha de señalar que esta analogía con la temperatura para la difusión puede ser adecuada para sólidos uniformes
como los metales, pero no para productos heterogéneos, como muchos de origen orgánico (maderas, alimentos,
etc.) entre otros61. Una causa corriente de discrepancia es la capilaridad, como muestra la figura 9.6, donde el
tramo horizontal de la curva es incompatible con la “ley” de Fick.

59
Welty, James R., Charles E. Wicks y Robert E. Wilson, Fundamentos de transferencia de momento, calor
y masa, Limusa, México, 1999, p. 684. El enunciado original contiene erratas numéricas. AquIí usamos los
valores empleados en la solución.

60
Welty, James R., Charles E. Wicks y Robert E. Wilson, Fundamentos de transferencia de momento, calor
y masa, Limusa, México, 1999, p. 689.

61
Ceaglske, N.H. y O.A. Houguen, “Drying granular solids”, Ind. Eng. Chem., Vol. 29 (1937), pp. 805-813.
116 Capítulo 9 Transferencia de masa....

Figura 9.6. Valores la fracción de líquido en volumen una torta de arena de 9 cm de espesor, en función de la distancia a la superficie62.

9.6 Transferencia de masa por convección


Se denomina convección másica a la transferencia de componentes entre un flujo de fluido multicomponente y
una superficie de composición distinta o entre dos fluidos multicomponentes poco miscibles; es decir, a la
transferencia de masa entre fases multicomponentes en movimiento relativo. Se llama forzada cuando el flujo es
impuesto y natural cuando es debido a diferencias de densidad.
La difusión por convección se enfoca de dos formas. La más rigurosa, que expondremos más adelante en el
apartado 9.7, es la denominada “Computational Fluid Dynamics” que se aplica a las transferencias en el seno de
una fase63 y, a partir de las ecuaciones fundamentales de balance que hemos establecido, plantea y resuelve un
sistema de ecuaciones que define completamente, para cualquier régimen, los campos de velocidades, presiones,
temperaturas y concentraciones, tanto en estado transitorio como estacionario.
Por otro lado, la tradicional, utilizada para la transferencia interfacial, es la que, basándose en la analogía
entre temperatura y concentración, define unos coeficientes de transferencia superficial entre una fase y una
superficie, y extrapola la “ley” de Newton a la transferencia de masa en un instante64, con la siguiente expresión
del flujo local de transferencia de un componente A en una fase, a partir de una superficie o interfaz65:

(9-147)

o bien

(9-148)

siendo k el coeficiente superficial de transferencia de masa, e indicando los subíndices c y w la forma de expresar
la concentración, y 0 la superficie límite (interfaz) e 4, el seno de la fase a través de la cual progresa la difusión

62
Tiller, Frank M., “Diffusion theory inadequate for drying of solids”, Letters, Chem. Eng. November 7,
1977, p. 5 y p. 112.

63
Entre fases se incorpora en las condiciones de contorno.

64
O en estado estacionario.

65
En rigor deberíamos explicitar el tiempo, pero la usaremos sólo en estado estacionario.
9.6 Transferencia de masa por convección 117

y siendo z la posición de la sección considerada (estación)66, véase la figura 9.7.

Figura 9.7. Difusión de un gas en un medio, en una sección z dada, mostrando el gradiente de concentración en la zona interfaz. La línea
de puntos limita la película.

Caben otras expresiones análogas usando diferencias de fracciones molares para una fase gaseosa67,

(9-149a)

y para una líquida,

(9-149b)

o de presiones

(9-150)

para gases.68
No olvidemos que estas expresiones son válidas tan sólo para un instante o en estado estacionario.
Normalmente, de ahora en adelante, usaremos las (9-149) y prescindiremos del subíndice A, sobrentendiendo que
las fracciones molares corresponden al soluto (componente en menor proporción).
Los coeficientes superficiales kc, etc. aquí introducidos, verifican exactamente las igualdades anteriores si
se determinan directamente a través de medidas experimentales, pero no si se obtienen a través de la analogía
entre temperatura y concentración (limitada a mezlas binarias), pues entonces el flujo másico es el de difusión
J*, aunque, normalmente, las condiciones que comporta la obtención de resultados válidos con la analogía
anterior, hacen que N* • J*. Véase más adelante.
Como ya se señaló,69 en rigor las formulaciones basadas en los coeficientes de convección kc son redundantes
porque, conocida la concentración en función del espacio y del tiempo, el flujo de masa en el caso más general,
queda determinado. Véanse los apartados 9.7 y 9.8.

66
Genéricamente estas expresiones sólo son aplicables en todos los casos a los flujos de difusión J y J*.

67
Para correlaciones y valores de, etc., véanse las secciones 5 y 18 de PERRY, 3ª edición en español.
También en todas las ediciones.

68
Para valores y correlaciones de kc, kg, etc., véase PERRY, Manual del Ingeniero químico, 3ª edición en
español, Secciones 5 y 18, o cualquier otra edición.

69
Apartado 7.1-1.
118 Capítulo 9 Transferencia de masa....

Ejemplo 9.9
Respóndase a la pregunta b del ejemplo 9.8 si se trata de una esfera de 12 in de diámetro con
a) kc es (5)(106) m/s
b) kc es (5)(10-4) m/s.

9.6-1 Soluciones analíticas y experimentales para fluidos bicomponente diluidos

9.6-1.1 Determinación analítica de coeficientes de convección


La determinación del campo de concentraciones requiere la resolución de los balances de cantidad de movimiento
y de especies que, con la suposición de líquidos ideales (propiedades constantes) se puede efectuar para el primero
por separado. Por otro lado, la ecuación (9-142) aplicada al soluto A en estado estacionario, será:

(9-151)

Ecuación que en este caso, coincide formalmente con el balance de energía térmica de un líquido ideal, (7-19),
salvo el cambio de la variable T y del parámetro ", lo que nos indica que, junto al balance de cantidad de
movimiento, (718a, b y c ), podremos utilizar las ecuaciones obtenidas en los apartados 7.3-3.2, 7.3-4.3 y 7.3-4.4,
aunque limitando su aplicación a sistemas diluidos en A, pues la transferencia de masa comporta una cantidad
de movimiento normal a la pared sólida, que las soluciones allí encontradas no tienen en cuenta. Es decir,
estableceremos kc, etc., suponiendo que el flujo total N* es igual al de difusión J*. Véase más adelante.
Para calcular los coeficientes de convección másicos se pueden establecer, basándose en la misma analogía
temperatura-composición, unos números adimensionales definidos por las propiedades y las condiciones de
contorno y con los que se pueden adaptar las soluciones obtenidas en el capítulo 7, para las que se admitió el
concepto de capa límite, o establecer correlaciones con medidas experimentales. La aplicación de esta
metodología está limitada a mezclas de dos componentes, A y B, con pequeñas variaciones de la concentración
de A, por la citada transferencia de masa que comporta la cantidad de movimiento normal a la pared sólida.
A la limitación establecida en el capítulo 7, de propiedades constantes70, añadiremos que además han de ser
independientes de la composición. Notese que las exigencias sobre las características de las propiedades físicas
limitan el posible uso del modelo a, de nuevo, mezclas diluidas gaseosas. De todos modos, mediante esta analogía
con la transferencia de calor, se puede calcular kg para una serie de casos de interés, véase más adelante.
Como modelo vamos a repetir el caso de la placa plana horizontal del apartado 7.2 pero suponiendo el sistema
isotermo. Recordemos que la suponíamos suficientemente fina y lisa para poder considerar que, cuando un fluido
se desplaza paralelamente a la misma, no hay obstrucción y sólo existe, entre ella y el fluido, interacción por
fricción. También supusimos la placa situada en el seno de una corriente laminar paralela a la placa, se desplaza
a una velocidad v4 constante.
Si se trata de un líquido newtoniano, podemos utilizar las ecuaciones de la tabla 7.1 y, suponiendo además
que la placa es muy ancha, trataremos el sistema como bidimensional (sin la variable z), figura 9.8.

70
Con excepción de la dilatación térmica en los procesos controlados por las fuerzas gravitatorias.
9.6 Transferencia de masa por convección 119

Figura. 9.8. Placa plana horizontal de anchura infinita sumergida en una corriente laminar paralela a su superficie, de un fluido cuya
concentración en el componente A difiere de la de la superficie de la placa, manteniéndose ambas constantes (estado estacionario)..

Analizaremos el sistema en estado estacionario, cuando el fluido y la placa se tengan concentraciones distintas
de A, pero constantes, para lo cual deberán estar en contacto con una fuente y un sumidero de matería,
respectivamente. También supondremos que no existen reacciones químicas en el seno del fluido.
Con todas estas premisas, las ecuaciones escalares correspondientes a la simetría del sistema que, con las
condiciones de contorno adecuadas, definen el comportamiento del fluido, son71 (véase la Tabla 7.1):

• Balance de masa, (3-67),

(9-152)

• Balance de cantidad de movimiento (fuerzas).


Componente en la dirección horizontal x, (3-80a),

(9-153a)

Componente en la dirección vertical y, (3-80b),

(9-153b)

• Balance de especies, (9-111),

(9-154)

las incógnitas de las cuales son vx, vy, P y wA (wB = 1 - wA). Estas ecuaciones no suponen la situación, la cual
tendrá que introducirse estableciendo siete condiciones de contorno, pues hay que integrar dos veces las dos
componentes de la velocidad y la concentración, y una vez la presión. Tampoco comportan ninguna simplificación
especial, que introduciremos adoptando el modelo de capa límite (aparatado 7.2) de la velocidad, para la
concentración, lo que nos permite (véase el citado apartado del ) eliminar la ecuación (9-153b), transformar la (9-

71
Recuérdese que suponemos la densidad independiente de la composición.
120 Capítulo 9 Transferencia de masa....

153a) en

(7-155)

y la (9-154) en

(9-156)

De acuerdo con las hipótesis de partida, las ecuaciones (9-152), (9-153a) y (9-153b) de los balances de masa y
de cantidad de movimiento se pueden resolver por separado. Por contra, la ecuación (9-153) del balance de
especies sí que está ligada a las otras dos. Todas ellas serán aplicables mientras zona de la corriente de fluido
perturbada por la placa, continúe gobernada por la difusión molecular y la temperatura del sistema sea constante.
Al establecer que la corriente mantiene su velocidad y concentración constantes en la zona no perturbada, hemos
concretado las condiciones físicas, quedando definido el sistema y, de acuerdo con la nomenclatura de la figura
9.8, la traducción matemática de las condiciones de contorno es la expuesta en el apartado 7.2, excepto las
relaciones (7-143) y (7-144) que se sustituyen por las siguientes:

• Concentración en la zona infinitamente alejada, igual a la no perturbada,

en x = -4, y
wA(x, y) = w4 (9-157)
en y = ±4, x > 0

• Concentración del fluido en contacto con la placa, igual a la de la placa, lo que corresponde a una condición
de contorno de 1ª especie,

wA(x, y) = wo en y = 0, x $ 0 (7-158)

donde w4 y wo son los valores constantes de la concentración del fluido en las zonas del fluido muy alejadas
transversalmente de la placa y sobre la placa, respectivamente. El primero coincidente con el correspondiente
al campo uniforme previo al borde de ataque de la misma.

Nótese que para cumplir las condiciones del modelo de Blasius para la placa plana, a fin de despreciar el
transporte de cantidad de movimiento transversal72 que comporta el de masa y poder aplicar, como aproximación,
la condición (7-140), la transferencia de masa ha de ser pequeña, lo que sólo ocurre si la mezcla es diluida, como
hemos supuesto.
Al suponer propiedades independientes de la composición, si el sistemo no fuese isotermo bastará solucionar
el balance de energía con ayuda de la solución del de cantidad de movimiento, independientemente del de
especies, por lo que no se alteran las concentraciones halladas para el caso isotermo y además la solución para
el campo de temperaturas es la hallada en el apartado 7.2.
Estas ecuaciones se pueden adimensionalizar, como hicimos en el citado apartado 7. 2. Así, tomaremos las
mismas variables adimensionales para las velocidades:

(9-159a y b)

y las longitudes:

72
Y calor si el sistema no fuese isotermo.
9.6 Transferencia de masa por convección 121

(9-159c y d)

introduciendo para la concentración:

(9-160)

donde hemos suprimido el subíndice A correspondiente a la especie, por darlo como implícito.
De esta forma, la ecuación (9-156) se transforma en la ecuación adimensional:

(9-161)

Como la concentración depende del campo de velocidades, en el balance de espacies ha de intervenir ReL; así, si
multiplicamos el factor del 2º miembro de (9-161),

por el número de Reynolds, obtenemos el parámetro adimensional, exclusivo del balance de especies,

(9-162')

cuyo inverso, que se denomina número de Schmidt, Sc, en honor a Ernst Schmidt, también se puede escribir como

(9-162'')

De esta modo, para el sistema de la figura 9.8 y de manera análoga a la que vimos en el apartado 7.2-1, llegamos
a la ecuación adimensional que nos permite calcular la evolución de la concentración másica de un fluido sobre
una superficie plana:

(9-163)

En cuanto a condiciones de contorno, podemos adaptar las del capítulo 7 a las siguientes como características:

• De primera especie

en x $ 0
wA(x, y) = w0 (9-164)
en y = 0

• De segunda especie
a)

(9-165)
122 Capítulo 9 Transferencia de masa....

b)

(9-166)

• De tercera especie

(9-167)

Nótese que con las condiciones de contorno de 1ª, 2ª b) y 3ª especie, vy no se anula, aunque matemáticamente lo
hagamos.
Utilizando las concentraciones, la variable adimensional será:

(9-168)

Como venimos señalando, mientras las condiciones de contorno con la transferencia de cantidad de movimiento
o de energía térmica que utilizamos en el Capítulo 7, coincidían con el fenómeno físico, en el caso de que exista
transferencia de masa, la condición vy = 0 no es real, pues un flujo de masa forzosamente comporta una velocidad
de desplazamiento normal a la superficie. A modo de resumen, diremos que las soluciones para la transferencia
de masa (empíricas o analíticas) obtenidas con la condición de contorno vy = 0, pueden emplearse, con la
substitución de variables correspondiente) si la transferencia de masa (velocidad) es pequeña. Así, sustituyendo
el número de Nusselt por el de Schmidt y el de Prandtl por el de Sherwood, de las ecuaciones para la transferencia
de calor obtenemos unos resultados aplicables a la transferencia de masa cuando esta no es muy grande.
De acuerdo con la analogía con la transferencia de calor, se debería definir el coeficiente superficial de
transferencia de masa como

(9-169)

Es decir, a partir del flujo de difusión (9-48), no del flujo total (9-50), pero en la práctica las condiciones que
comporta el uso de la analogía: pequeño flujo másico normal a la interfaz y bajas concentraciones, hacen que

y, por tanto, si para el balance de especies establecemos una condición de contorno análoga a la de 3ª especie en
la transferencia de calor, la expresión del flujo de masa transferido entre 1 m de anchura de pared y el fluido será,
de forma parecida a la descrita en el apartado 7.2-1,

(9-170)

Tomando los dos últimos miembros de esta relación y pasando a variables adimensionales,

(9-171)

Comprobamos pues que, como en el caso de los límites sólidos en la transferencia de calor, (4-14), la condición
de contorno del tipo 3ª especie, aplicada al balance de especies y adimensionalizada, cuando está referida al lado
fluido, nos da una conductancia específica adimensional, designada como número de Sherwood, ShL en homenaje
9.6 Transferencia de masa por convección 123

a Thomas Kilgore Sherwood (Columbus 1903-Berkeley 1976), donde el subíndice indica la dimensión lineal
representativa del sistema, la misma empleada para definir el número de Reynolds.73 Si Sh = Pr = 1, la solución
es la mostrada en la figura 7.24.
Hay que tener en cuenta que normalmente utilizaremos como coeficientes superficiales ky y ky relacionados
con kc mediante

(9-172)

Como el modelo supone bajas presiones, puede tomarse el factor de compresibilidad zc = 1.


Insistimos en que, para que estos números adimensionales sean correctos y represente la realidad, también
se han de despreciar las alteraciones de las propiedades, lo que exige que las variaciones de temperatura sean
pequeñas y la mezcla fluida, gaseosa, a presión constante y diluida.

Ejemplo 9.1174
Sobre una placa plana horizontal 1 m por 1 m se extiende una lámina de etanol y se impulsa, paralelamente
a la misma una corriente de aire a 289 K y 1 atmósfera de presión. Si la velocidad de la corriente de aire es
de 6 m/s, determínese el caudal específico (moles/m2 s) de etanol que se evapora. Supóngase la placa a una
temperatura próxima a 289 K. A efectos de comparación con la referencia original , tómese la presión de
vapor del metanol en las condiciones de la placa igual a 0,04 bar y la difusividad de etanol en el aire igual
a (1,26)(10-5) m2/ s.

Veamos, para un caso concreto, como es posible corregir los coeficiente de convección másica obtenidos
despreciando el flujo normal a la superficie (vy = 0), para tenerlo en cuenta.
Existen varios modelos para establecer este factor, siendo el más simple el de la película,75 véase la figura
9.7, que muestra una película de líquido, fluyendo sobre una superficie sólida, y evaporándose en una corriente
de gas. De acuerdo con la nomenclatura mostrada en la figura, si consideramos solamente el flujo de difusión a
través de la película de espesor l, es decir, nula la velocidad macroscópica normal a la superficie,76 tendremos con
la ecuación (9-167),

(9-173)

que nos da

(9-174)

Por otro lado, la ecuación (9-133) que nos da, en estado estacionario, el flujo molar absoluto (de difusión más
transporte) desde la pared, teniendo en cuenta las relaciones entre concentraciones y presiones, (9-28) y (9-27b),
se escribe

73
La condición de 2ª especie nos introduce un número análogo al de Kirpichev, véase el problemas para
resolver 7.10.

74
Welty, James R., Charles E. Wicks y Robert E. Wilson, Fundamentos de transferencia de momento, calor
y masa, Limusa, México, 1999, pp. 712-713.

75
Lewis, W.K. y W.G. Withman, “Principles of gas absortion”, Ind. Eng. Chem, Vol. 16 (1924), pp. 1215-
1220.

76
Condición de contorno empleada para la transferencia de calor en el modelo de capa límite del capítulo
7.
124 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-175)

de modo que

(9-176)

Esta fórmula no es general y corresponde sólo a sistemas asimilables al descrito, pero haremos uso de la misma
más adelante.

9.6-1.2 Determinación experimental del coeficiente de convección. Analogía de Chilton-Colburn

Con los números adimensionales que acabamos de introducir, calculados con las propiedades del fluido B,
excepto la difusividad, podemos establecer las correspondencias mostradas en la tabla 9.5 siguiente:

Tabla 9.5

Transferencia de calor Transferencia de masa


Nº de Reynolds ReL = L v D / : Nº de Reynolds ReL = L v D / :
Nº de Prandtl Pr = : cP / 8 = : /" D Nº de Schmidt Sc = : /DAB D = < /DAB
Nº de Nusselt NuL = L hc D / 8 Nº de Sherwood ShL = L kc / DAB
Factor de Colburn jH = hc Pr2/3/ D cP v Factor de Colburn jD = kc Sc2/3/ v
0 = y Rex0,5/x 0 = y Rex0,5/x

de modo que, cuando las condiciones de contorno puedan suponerse equivalentes, podremos adaptar las fórmulas
establecidas, teórica o experimentalmente, para la transferencia de calor a la transferencia de masa, simplemente
sustituyendo cada número adimensional por su correspondiente. Para ello, la mezcla fluida ha de ser diluida, a fin
de que se puedan despreciar la cantidad de movimiento transversal y la variación de las propiedades con la
composición. Normalmente para sistemas aproximadamente isotermos e isobáricos, se pueden admitir que la
mezcla es diluida cuando77

(9-177)

con n = 1/3 cuando Sc es mayor que 0,5 y 0,5 cuando es inferior.

77
Bejan, Adrian, Convection Heat Transfer, 2nd Ed., John Wiley & Sons, New York, 1995, p. 602.
9.6 Transferencia de masa por convección 125

A la relación de la Tabla 9.5 anterior, hay que añadir un número adimensional que no tiene equivalente en
el transporte de energía, el de Lewis78, Le = 8/D cP DAB = " /DAB, en honor de Warren Kendall Lewis (Laurel 1882-
Cambridge (Mass.) 1975). No tiene contrapartida en los manejados en transferencia de calor, por corresponder
a los balances de energía térmica y especies, sin el nexo del de la cantidad de movimiento. Se utiliza para el
estudio de las transferencias de calor y masa simultáneas.
De las correlaciones con soporte experimental justificadas en el capítulo 7, adaptaremos las siguientes como las
más usuales:

• Para una superficie plana, según la ecuación (7-480) (aplicación PLACAPLANA),

(9-178)

• En el exterior de un cilindro, la correlación de Zukauskas (aplicación NUSSELT-ZUKAUSKAS),

• En el exterior de una esfera, de (7-499),

(9-179)

• En el interior de un tubo, de (7-623) (aplicación NUSSELT-GNIELINSKI),

(9-180)

En la misma línea de correspondencia, Chilton y Colburn79 propusieron en 1934, a partir de datos experimentales,
definir un factor jD

(9-181)

de modo que, para superficies que no obstruyesen la corriente,

(9-182)

siendo j el factor de Colburn definido con la fórmula (7-462). Para superficies que obstaculicen la corriente la
relación se reduce a los dos primeros miembros, de modo que

(9-183)

Normalmente se toma la viscosidad a la temperatura global del fluido, Tm, con lo que la relación pasa a ser:

78
Walker, W.H., W.K. Lewis y W.H. Mc Adams, Principles of Chemical Engineering, Mc Graw Hill, New
York, 1923.

79
Chilton, T.H. y A.P. Colburn, “Mass Transfer (Absorption) Coefficients Prediction from Data on Heat
Transfer and Fluid Friction”, Ind. Eng. Chem., Vol. 26 (1934), pp. 1183- 1187.
126 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-184)

(9-185)

En el de caso de los gases, como la variación del Pr con la temperatura es pequeña, el error de estas fórmulas no
es importante.

Ejemplo 9.1280
Un termómetro húmedo tiene cubierto el bulbo con mercurio cubierto con una gasa mojada, sobre la que
circula el aire seco del recinto. En estado estacionario, el termómetro húmedo señala18,5°C ¿Cuál es la
temperatura del aire seco?

9.6-2 Dispositivos de contacto continuo para la transferencia de masa entre dos fases
fluidas
Con las ecuaciones (9-147) a (9-150) se plantea el modelo más extendido para la transferencia entre dos fases
fluidas81, el de las dos resistencias, véase la figura 9.9. Supone que en cada fase se verifican las relaciones
anteriores y que en la interfaz las concentraciones de los componentes son las de equilibrio dinámico entre ambas
fases, recuérdese la figura 7.20, de forma que el flujo molar local instantáneo de A, tomando (9-146) para
concretar, es:

(9-186)

donde x e y son las fracciones molares de A en cada fase y xi e yi, las fracciones molares de A en equilibrio en la
interfaz de las fases, siendo z la posición de la sección.

Figura 9.9. Gradiente de concentración de un soluto A entre dos fases inmiscibles circulando en contacto, en una posición z dada. Caso de
la absorción.

80
Welty, James R., Charles E. Wicks y Robert E. Wilson, Fundamentos de transferencia de momento, calor
y masa, Limusa, México, 1999, p. 727.

81
Propuesto por Whitan, W.G., “Preliminary experimental confirmation of the two-film theory of gas
absortion”, Chem. Metall.. Engr., Vol. 29 (1923), nº 4, pp. 146-148.
9.6 Transferencia de masa por convección 127

9.6-2.1 Planteamiento general


Dada la relación entre las concentraciones de equilibrio del soluto en las dos fases, y = Y(x), denominada línea
de equilibrio, si disponemos de los valores de los coeficientes de película ky y kx podemos calcular las fracciones
molares en i y el flujo másico local instantáneo. En efecto, de (9-186) obtenemos

(9-187)

de donde, con la herramienta Buscar Objetivo de la hoja de cálculo, hallamos el valor de xi y con él, en (9-186),
el flujo másico local correspondiente82. Gráficamente la solución se muestra en la figura 9.10a.
Como modelo de determinación de la relación entre las concentraciones en equilibrio en cada fase en un caso
general, véase el ejemplo siguiente.

Ejemplo 9.13
a) Establézcase la línea y la ecuación de equilibrio líquido-vapor para el benceno, en la mezcla benceno-
tolueno saturada a la presión atmosférica.
b) Hállense las concentraciones de benceno en la interfase de un vapor con una fracción molar de benceno
de 0,677 y en la de un líquido con una fracción molar de 0,500.

Por otro lado, no es posible medir la concentración en la interfaz de cada componente disuelto en el otro y, en
consecuencia tampoco se pueden medir directamente los coeficientes de película ky y kx. Puede obviarse esta
dificultad aplicando, como en la transferencia de calor, un coeficiente superficial global local referido a las
concentraciones de cada fase,

(9-188)

donde x* e y* son las concentraciones de A en equilibrio con la composición de cada fase en la sección estudiada,
es decir, x* = Y-1(y) e y* = Y(x), véase la figura 9.10b. Nótese que prescindimos del subíndice A, lo que de ahora
en adelante haremos normalmente, dándolo por sobrentendido.

Figura 9.10. (a) Fracciones molares de A en equilibrio en la interfase. (b) Fracciones molares en equilibrio con la de cada fase.

Los coeficientes globales están evidentemente relacionados con los de película anteriores. Podemos hallar la
relación escribiendo (9-188) de la forma siguiente:

82
Análogamenta yi.
128 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-189)

donde m es la aproximación por diferencias descendentes, de la tangente a la línea de equilibrio en el punto x*,
y, con una diferencia )x = xi - x, véase la figura 9.10b. Así se puede definir una resistencia al proceso que es la
suma de las resistencias en cada fase, hipótesis fundamental del modelo.
Notese que si la línea de equilibrio es una recta, m coincide con la pendiente de la misma y que si no lo es,
Kx(z) no es constante aunque lo sean kx(z) y kx(z).
Para los valores locales, de ahora en adelante omitiremos la coordenada z las fórmulas, a menos que pueda
haber ambigüedad.

Ejemplo 9.1483
Se establece una cortina descendente de agua frente a una corriente, a la presión atmosférica, de aire con
amoníaco. En una determinada sección transversal la fracción molar del amoníaco en el aire es de 0,08 y la
concentración en el agua de 0,064 moles/m3. Experimentalmente se determina que, a la temperatura de la
sección, el coeficiente global de transferencia de masa referido a la fase gas es Ky = 0,435 mol/m2 s/bar y que
el 85% de la resistencia entre las dos fases se concentra en la fase gaseosa. Por otro lado, constante de
Henry84, a la misma temperatura, es de 0,85 atm/mol/m3.
a) El flujo másico de amoníaco entre el aire y el agua
b) Las concentraciones de amoníaco en la interfaz.

Sin embargo, una dificultad práctica de las expresiones anteriores, es que normalmente no es físicamente posible
medir directamente el área efectiva de la interfaz y, en consecuencia, hallar el flujo total en mol/s. Puede obviárse
este problema de los valores experimentales utilizando coeficientes volumétricos, es decir, referidos a la unidad
de volumen del medio, tales que en mezclas binarias

(9-190)

donde a es el área específica por unidad de volumen del medio a través del cual circulan las corrientes. Así se
pueden determinar experimentalmente, para cada medio de contacto, los coeficientes globales entre dos fases, Ky
a y Kx a, que se utilizan por unidad de volumen. Es posible determinar experimentalmente ky a en los casos en los
que la resistencia de la fase líquida es despreciable, como ocurre en la evaporación de líquidos puros con la
medida de caudales absorbidos de un gas muy soluble (vg. amoníaco en agua), de modo que Ky a • ky a. Por otro
lado, con la medida de la disolución de gases con poca solubilidad, como dióxido de carbono en agua, donde Kl
a • kx a, es posible hallar kx a. Estos coeficientes serán los que utilizaremos de ahora en adelante. Unos valores
típicos se muestran en la tabla 9-685, aunque la fuente general sigue siendo la citada de PERRY.86

83
Welty, James R., Charles E. Wicks y Robert E. Wilson, Fundamentos de transferencia de momento, calor
y masa, México, 1999, pp.756-758.

84
Hougen, O. A., K.M. Watson y R.A. Ragatz. Principios de los procesos químicos. Parte I. Balances de
materia y energía, Versión española de la edición norteamericana de 1955 por Miguel Angel Herráez.
Editorial Reverte, Barcelona, 1964, p.190.

85
Eckert, John S, “No mistery in packed-bed desing”, O&GJ, August 24, 1970, pp. 58-64.

86
Para lechos de relleno son recomendables las fórmulas del caso D y, más simples, las del G, de la tabla
5-28 de la 3ª edición española.
9.6 Transferencia de masa por convección 129

TABLA 9-6. Valores de k ga con relleno de sillas intalox87 de 32 mm.

Soluto (Gas) Disolvente kga, mol/s m3 Pa


HCl H2O 71,3
NH3 H2O 52,9
SH2 H2O 1,78
SO2 H2O 1,41
Cl2 H2O 0,615
CO2 H2O 0,321
O2 H2O 0,0321

A partir de este modelo, se establece uno para el lecho que efectúe la transferencia de un soluto A entre dos
corrientes, L y V, de fases inmiscibles en contacto, circulando paralelamente, en sentido contrario
(contracorriente) o en el mismo (equicorriente), véanse las figuras 9.11a y 9.11b.

Figura 9.11. Lechos verticales88 de contacto continuo para la transferencia de un soluto A entre dos fases fluidas inmiscibles V y L
(absorción o despojado), (a) Contracorriente. (b) Equicorriente ascendente89. (c) Equicorriente descendente90.

Trataremos exclusivamente sistemas con dos fases que, a su vez, sean mezclas binarias, aunque cabe la
posibilidad de que sólo uno de los componentes esté presente en las dos, componente que hemos designado como
soluto y el subíndice A, mientras que el otro componente será distinto en cada fase. Esta operación se denomina,
según el caso, absorción, despojado (striping) o extracción91. La otra posibilidad es que los componentes de las
dos fases sean los mismos, pero con concentraciones distintas en cada una de ellas, en cuyo caso la operación se
denomina destilación. En todos casos consideraremos sólo el estado estacionario. También en todos los casos
consideramos las fases promediadas transversalmente y distribuidas longitudinalmente.
A partir de la figura 9.11a, analizaremos la absorción y el despojado, pero las ecuaciones obtenidas, aunque
se presenten con la nomenclatura correspondiente a una fase gas y otra líquido, son aplicables a la transferencia
de masa a contracorriente de un soluto en dos fases inmiscibles cualesquiera, como en el caso de dos líquidos
inmiscibles. Análogamente para equicorriente.
Para el caso de contracorriente, tendremos los dos balances siguientes, basados en que, en estado
estacionario, lo que pierde una fase lo gana la otra.

87
Véase la nota 345 del capítulo 7, p. 676.

88
Dispositivos incluidos en una torre.

89
Llamado también de inundación.

90
Llamado también de escurrido.

91
Según que se trate de una fase gas y otra líquida pasando el soluto del gas al líquido, del líquido al gas,
o de dos fases líquidas, respectivamente.
130 Capítulo 9 Transferencia de masa....

• Entre la entrada y la salida del lecho,

(9-191)

• Entre la entrada y una sección intermedia z,

(9-192)

Facilita los cálculos cambiar la definición de la concentración del soluto A, pasando a referirla a los disolventes
en vez de a la disolución, pues así los caudales de referencia, al ser los de las corrientes descontando el contenido
de A, serán constantes. Los designaremos como VS y LS e, identificando con mayúsculas las nuevas
concentraciones,

(9-193)

(9-194)

Nótese que estas variables, aunque siempre positivas, ya no tienen la unidad como límite superior, que es infinito.
Cuando se considera un tramo del lecho de relleno (medio que favorece el contacto) en vez de en una sección,
podemos establecer el balance de moles entre las secciones extremas, 1 y 2, y entre la inicial y una cualquiera z,
véase la figura 9.11.
De este modo, el balance de masa se convertirá en

(9-195a)

lugar geométrico de todos los puntos correspondientes a las concentraciones de A en cada fase a lo largo del lecho
y que denominaremos línea de operación. Nótese que es una recta de pendiente LS/VS:

(9-195b)

Véase la figura 9.12.


Análogamente, para la circulación equicorriente obtenemos la ecuación de la línea de operación siguiente:

(9-196)

En cada sección la causa motriz del fenómeno es la diferencia ) de concentraciones de A entre la de una fase, Y,
y la que tendría en equilibrio con la otra, Y*, motivo por el que cuando se trata de aumentar la concentración del
soluto A en la fase L y disminuirla en la V (absorber)92, veáse la figura 9.12, es ) = Y - Y* y, análogamente, en
caso inverso (despojar), Y* - Y = - ).

92
Análogamente ocurre utilizando fracciones molares, con coeficientes globales K, pero no con los
individuales k de una fase..
9.6 Transferencia de masa por convección 131

Figura 9.12. Líneas de equilibrio y de operación, y causa motriz local en un lecho para la transferencia de masa a contracorriente en una
torre de despojado, (a) Contracorriente. (b) Equicorriente.

El hecho de que se deba mantener esta causa motriz ) para impulsar el proceso, hace que la línea de operación no
pueda cortar a la de equilibrio en la longitud Z del lecho (tramo operativo de la torre), pues a partir de la
intersección cambia de signo ) y se invertiría el sentido del flujo de transferencia. Esto significa que para cada
operación de transferencia determinada existe una pendiente, o lo que es lo mismo relación de caudales, límite
(mínima para la transferencia de la fase V a la L, absorción, y máxima para el caso contrario, despojado)
determinada por las concentraciones iniciales en cada fase y las obtenidas resolviendo el sistema formado por las
ecuaciones de la recta de operación (9-149) y la línea de equilibrio Y = Y(X), véase la figura 9.13.

Figura 9.13. Efecto de la variación de la relación de caudales de los disolventes en un lecho de absorción.

Ejemplo 9.1593
a) Se desea reducir la concentración de amoniaco de una corriente de 0,01211 m3/s de aire a 1 atmósfera y
293,3 K, desde el 3,52% en volumen al 1,29%, mediante una torre de relleno, a contracorriente , en cuya
parte superior se introduce un caudal de 0,009450 kg/s de agua. La línea de equilibrio, referida al disolvente
puro, del amoníaco disuelto en agua y aire, en contacto a 293,33 K y una atmósfera, es

Hállese el porcentaje que representa el caudal que hay que utilizar, sobre el mínimo de agua, para que
absorba en toda la longitud del lecho.
b) La misma corriente de aire con amoníaco se hace circular a equicorriente ascendente con un caudal de
agua que es 1,3675 veces el mínimo. Hállense:
1) El caudal de agua utilizado
2) La concentración de amoníaco en el agua a la salida.

93
Welty, James R., Charles E. Wicks y Robert E. Wilson, Fundamentos de transferencia de momento, calor
y masa, Limusa, México, 1999, p. 802.
132 Capítulo 9 Transferencia de masa....

Diferenciando el balance de masa en una sección, ecuación (9-195a), tenemos el caudal interfacial local

(9-197)

donde S es la sección transversal de lecho.


De acuerdo con (9-190) el flujo correspondiente, expresado en función de la causa motriz en la fase V, es

(9-198)

Sustituyendo la expresión del flujo (9-198) multiplicada por S, en la del caudal molar longitudinal (9-197) y
despejando dz, tenemos

(9-199)

Integrando tenemos la longitud necesaria para el lecho que aumenta la concentración de A en la fase L de XI a
XF y la disminuye de YI a YF en la V,

(9-200)

suponiendo un valor constante medio de KY a, lo que sólo es aceptable, recordémoslo, si la linea de equilibrio es
recta. En cualquier caso la integral se resuelve numéricamente y para aumentar la precisión del cálculo va bien
escribirla de la forma siguiente

(9-201)

Como normalmente los coeficientes superficiales disponibles son en función de fracciones molares, nótese que

(9-202)

(9-203)

o sea

(9-204)
9.6 Transferencia de masa por convección 133

siendo Ky a el valor experimental.

Ejemplo 9.1694
Se desea reducir la concentración de amoniaco de una corriente de 0,18406 m3/s de aire a 1 atmósfera y
293,33 K, desde el 8,25% en volumen al 0,3%, mediante una torre de relleno, a contracorriente, en cuya parte
superior se introduce un caudal de 0,1863 kg/s de agua. La línea de equilibrio del amoníaco disuelto en agua
y aire en contacto a 293,33 K y una atmósfera, es la dada en el ejemplo anterior.
La torre tiene un diámetro interior de 154,2 mm, opera a una temperatura prácticamente constante de 293,33
K y el relleno es de anillos Raschig cerámicos de 25 mm, para los cuales el sistema aire-agua-amoníaco en
las condiciones aquí especificadas, KYa es prácticamente constante e igual a 375 mol/s m3.
Hállense:
a) El caudal molar y la concentración de amoniaco en el agua a la salida
b) La longitud necesaria del lecho de anillos.

La integral

(9-205)

se denomina95 Número de Unidades de Transferencia (NTU). Asimismo se denomina Altura de una Unidad de
Transferencia (HTU) a la combinación de caudal específico y coeficiente de transferencia de masa que da una
unidad de transferencia, o sea

(9-206)

De este modo tenemos

(9-207)

Si fijamos la separación deseada, con lo que disponemos (NTU)Og , y tenemos de correlaciones para kya y kxa, que
nos permiten calcular KY a, esta ecuación nos da la altura operativa necesaria para la operación.
En el caso normal de que la línea de equilibrio no sea recta, KY no es constante y es aconsejable utilizar uno
de los coeficientes individuales, por ejemplo kg.
De (9-198) obtenemos:

(9-208)

de donde

94
Welty, James R., Charles E. Wicks y Robert E. Wilson, Fundamentos de transferencia de momento, calor
y masa, Limusa, México, 1999, pp. 816-819.

95
Chilton, T.H. y A.P.Colburn, “Distillation and Absortion in Packed Columns. A Convenient Design and
Correlation Method”, Ind. Eng. Chem., Vol. 27 (1935), pp. 255-260.
134 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-209)

Nótese que con esta formulación la causa motriz no es intuitiva.


Para hallar la altura total Z del lecho, yi se determina numéricamente con (9-187) y con sus valores se integra,
también numéricamente, (9-209).
Lo expuesto hasta ahora supone sistemas isotermos, aproximación que puede ser válida para disoluciones
diluidas. En el caso de no ser admisible se ha de incorporar el balance de entalpia,

(9-210)

donde las entalpías deben obtenerse de diagramas entalpía-concentración96. No trataremos el caso.


En el caso de la destilación, véase la figura 9.14, existe una alimentación intermedia que divide a la torre en
dos partes, cada una con la línea de operación distinta, la superior denominada de enrriquecimiento y la inferior
de agotamiento. Las dos partes se tratan, de la forma que acabamos de ver, cada una por separado.

Figura 9.14. Destilación de un mezcla binaria en un dispositivo (lecho) continuo.

Normalmente, para fluidos no polares, se puede suponer que se cumple la regla de Trouton97 y que, al ser los
calores latentes molares de ambos componentes parecidos, los caudales V y L son constantes, con lo que el flujo
molar de las especies entre ambas fases en cada zona (enrriquecimiento y agotamiento) se puede considerar
equimolar, N*A = - N*B. Por otro lado, no sólo varia la cantidad de soluto a lo largo del dispositivo, sino que
también lo hace la de disolvente, por lo que hay que utilizar las fracciones molares y y x y no las concentraciones
Y y X.
De este modo, el flujo molar en una sección es:

96
Hougen, O. A., K.M. Watson y R.A. Ragatz. Principios de los procesos químicos. Parte II.
Termodinámica, Versión española de la edición norteamericana de 1959 por J. Aguilar Peris. Editorial
Reverte, Barcelona, 1964, pp. 319-321 y 359-362.

97
Hougen, O. A., K.M. Watson y R.A. Ragatz. Principios de los procesos químicos. Parte I. Balances de
materia y energía, Versión española de la edición norteamericana de 1955 por Miguel Angel Herráez.
Editorial Reverte, Barcelona, 1964, p. 285.
9.6 Transferencia de masa por convección 135

(9-211)

que nos da

(9-212)

y análogamente para la longitud Za de la zona de agotamiento. Un ejemplo de cálculo simplificado y su crítica lo


da Waggoner.98
El dimensionado del lecho (interior de la torre) se completa con la determinación de su diámetro a partir del
cálculo de la sección,

(9-213)

que se ajusta a la pérdida de presión99. La caída de presión está relacionada con la sección por la ecuación100

(9-214)

donde la sección está incorporada por

(9-215)

(9-216)

A y B son constantes que dependen de la pérdida de presión unitaria, mm de torre de agua/m de lecho, dadas en
la tabla 9-7 y el F es el factor de relleno de las piezas que constituyen el lecho, dado por la tabla 18-5 de PERRY.
Manual del Ingeniero químico, 3ª edición en español, Tomo II.

98
Waggoner, R.C., “Distillation in packed beds”, Hydrocarbon Processing, Vol. 60 (1981), nº 12, pp. 119-
122.

99
Al tratarse de flujo bifásico no son válidas las relaciones del apartado7.5-2.2.3.

100
Hsu, Shih-liang, “Packing pressure drop estimated”, Hydrocarbon Processing, Vol. 64 (1985), nº 7,
pp.89-90.
136 Capítulo 9 Transferencia de masa....

TABLA 9-7. Constantes para aplicar la fórmula (9-211).

)P, mm de agua/m de relleno A B


Inundación* 0,250 1,30
125 0,165 1,10
83,33 0,125 1,0
41,67 0,073 0,90
16,67 0,034 0,77
8,333 0,017 0,60
4,167 0,007 0,42
*Nota: Véase más adelante y Sigalés, Bartomeu, “Diseño de recipientes para industrias de proceso. Parte I”, Ingenieria Química, Diciembre
1975, pp. 91-97.

Para pérdidas de presión intermedias a las indicadas en la tabla, la interpolación con Y se efectúa con la fórmula
siguiente

(9-217)

La pérdida de presión debe estar situada en el rango de 8 a 125 mm de columna de agua por m de altura de lecho,
para garantizar un empapado adecuado del relleno y evitar la inundación o ahogo del lecho101. Esta zona adecuada
se denomina zona de carga.
El porcentaje que representa el caudal empleado respecto al de inundación interviene, además, en algunas
correlaciones para determinar los coeficientes de transferencia (veáse PERRY).

Ejemplo 9.17102
Se desea reducir la concentración de amoniaco de una corriente de 0,18406 m3/s de aire a 1 atmósfera, desde
el 4% en volumen al 0,3%, mediante una torre de relleno, a contracorriente, en cuya parte superior se
introduce un caudal de 0,2306 kg/s de agua. La torre opera a una temperatura prácticamente constante de
293,33 K y el relleno es de anillos Raschig cerámicos de 25 mm. Hállense:
a) La concentración del amoniaco en el agua a la salida
b) El diámetro del lecho necesario para que la pérdida de presión del gas sea de 200 Pa.
c) El porcentaje del caudal máximo de líquido al que opera el lecho.

9.6-2.2 Mezclas binarias fluidas, diluidas e isotermas


En el caso mezclas fluidas diluidas, es decir, cuando el soluto se presenta en pequeñas proporciones, el tratamiento
de la transferencia de masa y el dimensionado de los dispositivos para llevarla a cabo, permite la linearización de
las ecuaciones y simplificar el cálculo en consecuencia, así como utilizar soluciones obtenidas para la transferencia
de calor, como hemos visto en el apartado 9.6-1.
Para mezclas diluidas, con una fase líquida y otra vapor a una opresión total P, la relación entre las

101
Leva, Max, “Flow Through Packings and Beds”, Chem. Eng., March 1957, p. 264.

102
Welty, James R., Charles E. Wicks y Robert E. Wilson, Fundamentos de transferencia de momento, calor
y masa, Limusa, México, 1999, pp. 823-827.
9.6 Transferencia de masa por convección 137

concentraciones en equilibrio en cada fase se puede ajustar a una recta, o ley de Henry,

(9-218)

donde admitimos también la ley de Dalton.


En el caso de dos líquidos inmiscibles 1 y 2, y un soluto A repartido entre los dos, también la relación de las
concentraciones en equilibrio en cada fase, cuando son bajas, es lineal

(9-219)

siendo K(1-2) el coeficiente de reparto.


Como suponemos mezclas diluidas, se verifica la ley de Henry y en (9-150) tendremos

(9-220 a y b)

entonces, de acuerdo con (9-189),

(9-221)

(9-222)

análogamente se obtiene

(9-223)

de modo que, despreciando la pérdida de presión, si kya y kxa son constantes, Kya y Kxa también lo son.
De este modo, ajustando la línea x-y de equilibrio a la ley de Henry, en un tramo L de un dispositivo de
contacto continuo y suponiendo valores medios, constantes, de los coeficientes superficiales, tendremos que su
pendiente nos determina la concentración en la interfaz, ya que

(7-224)

de donde

(7-225)

siendo m constante si despreciamos la pérdida de presión a lo largo del lecho, lo que no ocurre en el caso general
(9-187), véase la figura 9.10b.
El hecho de que la línea de equilibrio sea una recta simplifica mucho el cálculo de la longitud de los lechos
continuos a contracorriente y equicorriente. Si lo es, usando las composiciones X, Y referidas a los disolventes, de
138 Capítulo 9 Transferencia de masa....

modo que Y = m X, y siendo la causa motriz ) = Y - Y*, tendremos en (9-199),

(9-226)

pero la variación de la causa motriz con la longitud será lineal, pues

(7-227)

por lo que

(7-228)

y en (9-226),

(9-229)

Integrando, considerando KY constante,

(9-230)

Si se verifica la ley de Henry, la línea de equilibrio es103

(9-218)

y se han de utilizar las fracciones molares. Análogamente se obtiene

(9-231)

siendo la causa motriz * = y - y*.


Para mezclas muy diluidas se puede suponer LS • L y VS • V, con lo que la ley de Henry es aplicable con las
concentraciones X e Y referidas al disolvente.

103
Nótese que empleando las concentraciones referidas al disolvente (X, Y) la relación no es lineal.
9.7 Formulación general del comportamiento de un fluido multicomponente 139

Ejemplo 9.18
Resuélvase el ejemplo 9.16 suponiendo que la línea de equilibrio es una recta.

9.7 Formulación general del comportamiento de un fluido multicomponente


La descripción de la forma más general posible del comportamiento de un fluido, es la correspondiente a uno
multicomponente y en régimen turbulento104. En este caso a las ecuaciones vistas en capítulo 7, hay que añadir las
del balance de especies que hemos obtenido aquí, ecuación (9-163). Como los otros balances, esta ecuación es
aplicable local e instantáneamente105 siempre, sea cual sea el régimen. Para el régimen turbulento, suponiendo el
modelo de Reynolds, el valor instantáneo de la concentración másica es igual a un valor medio más una fluctuación,

(9-232)

Si hallamos la media de esta ecuación en un intervalo pequeño de tiempo )t, es decir, aplicamos el operador

, el valor medio temporal de las fluctuaciones vx', vy' y vz' es cero, véase la ecuación (7-429), y el valor medio de las
cantidades medias, continúa siendo el mismo106. En consecuencia, en régimen turbulento la ecuación del
balance de especies, si utilizamos la formulación de Boussinesq, expuesta en el apartado 7.5-3.1, fórmulas (7-659),
(7-669), etc., se reduce a107:

(9-233)

donde designaremos como la difusividad másica turbulenta a

(9-234)

siendo DAB la difusividad molecular de un componente en el otro y ,d una característica de la configuración del flujo,

que absorbe el término del balance promediado, de modo que

(9-235)

La ecuación (9-233) se aplica a cualquier fluido cuyas propiedades físicas no fluctúen y no existan reacciones
químicas, o sea cuando es Ti nulo.
Igualmente, utilizando

(9-236)

104
Pues las correspondientes a un fluido monocomponente o al régimen laminar, se desprenden de las
mismas como casos particulares, obtenidos mediante la eliminación de términos o ecuaciones.

105
Por el principio del equilibrio local.

106
Apartado 7.5-3.

107
Eliminamos de ahora en adelante el sobrelineado cuando no sea esencial para la comprensión de lo
establecido.
140 Capítulo 9 Transferencia de masa....

tenemos la ecuación:

(9-237)

y utilizando

(9-238)

obtenemos la expresión en función de las concentraciones:

(9-239)

El balance global de masa es la suma de todas las ecuaciones correspondientes a las especies y, en consecuencia,
redundante; sin embargo, como el problema general se resuelve por procedimientos numéricos iterativos, el balance
de masa global se utiliza como herramienta para la comprobación de los valores de la velocidades obtenidas en el
cálculo, por lo que no prescindiremos de él.
Incorporadas las ecuaciones de balance de especies, (9-233), etc., completamos el conjunto de ecuaciones que
define el comportamiento general de una mezcla de fluidos, que recopilaremos a continuación y resolveremos, con
las limitaciones de aplicación a una mezcla de líquidos (gases a presión constante) ideales y newtonianos.
Recordemos (apartado 7.1-1) que para establecer, en un fluido en movimiento, la velocidad y la presión en
función de la posición, es preciso efectuar la resolución del sistema de ecuaciones diferenciales correspondientes
a los balances de masa y cantidad de movimiento (que incluye el de momento cinético) con unas determinadas
condiciones de contorno en la sección inicial (o en la final) y en la interfaz superficie-fluido. En el caso transitorio
se han de fijar, además, unas condiciones iniciales de velocidad y presión del fluido. Si, además, existen diferencias
de temperatura, hay que incluir también el balance de energía, con sus condiciones de contorno e inicial; así se
pueden hallar las temperaturas y completar las variables que definen el desplazamiento y el estado del fluido,
incluyendo el flujo de calor. Ahora podemos considerar, además, que el fluido sea multicomponente no homogéneo,
sumando tantas ecuaciones de balance de especies como el total de componentes menos uno, o bien eliminando el
balance de masa global (9-60) y tomando en cuenta todos los de especies, con las correspondientes condiciones
iniciales y de contorno. En este caso el balance de masa sirve para la comprobación
De este modo, el análisis teórico general del comportamiento global de un fluido multicomponente, con las
variables medias definidas en el apartado 7.5-1, requiere resolver las ecuaciones, aplicadas a la unidad de volumen
de fluido, siguientes108:

• Balances de especies (suponiendo Dij = D y ,dij = ,d constantes, gas a presión constante y fuerzas de volumen
por unidad de masa iguales para todas las especies):

(9-240)

• Balance de cantidad de movimiento [generalización de (3-78)]

(9-241)

• Balance de energía térmica (entalpía), suponiendo la presión constante, en la práctica una variación pequeña
frente a la presión absoluta del sistema [generalización de (3-100)]:

108
Expresadas en forma vectorial, la más compacta, y utilizando la formulación de Boussinesq.
9.7 Formulación general del comportamiento de un fluido multicomponente 141

(9-242)

La forma de estas ecuaciones se pueden uniformizar sumando a su primer miembro, el primero del balance de masa:

(9-243)

que vale cero, multiplicado por la variable correspondiente a la ecuación escogida, lo que, evidentemente, no las
altera. Así, para el balance de especies tendremos:

(9-244a)

o sea

(9-244b)

y considerando un sistema bidimensional en coordenadas cartesianas109

(9-245)

donde, en el caso de reacciones químicas, Ti viene dado por la ecuación (9-55).

Para balance de cantidad de movimiento, multiplicaremos

(9-246)

por ux y lo sumaremos la proyección del balance de cantidad de movimiento (escalar) sobre el eje x-x, y por uy para
sumarlo a la proyección sobre el eje y-y, obteniendo así:

(9-247a, b)

y para el balance de energía térmica a presión constante (3-100)110, multiplicaremos por T, obteniendo:

109
Por no presentar dificultades para la visualización, lo que sí ocurre con los sistemas tridimensionales.
Además trabajaremos en coordenadas cartesianas, más simples, pues con cilíndricas el proceso es análogo.

110
Balance de entalpias en un sistema con transferencia de calor sin radiación.
142 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-248)

Si se puede considerar un líquido ideal sin generación interna, queda:

(9-249)

Si existe radiación en el contorno o el sistema es un medio participante, la ecuación (9-248) con un calor específico
medio, pasa a ser

(9-250)

Si queremos tener en cuenta las variaciones de volumen con la presión, hay que añadir la ecuación de estado (9-5),

9.7-1 Uniformidad de las ecuaciones de balance para un fluido

El examen de la ecuación del balance de masa (9-243), junto el de las ecuaciones (9-244), (9-247) y (9-249), nos
conduce a ver que todas ellas se pueden representar de una sola forma, si sustituimos en cada una, según el caso,
1 (factor de D), wi, ux, uy o T, por una variable escalar genérica N y consideramos una difusión generalizada ' = (D)
(difusividad efectiva111) que represente DDef., D<ef., D"ef., para las tres últimas ecuaciones. Así la ecuación genérica,
escrita para la variable dependiente N, será:

(9-251)

ecuación en la que los cuatro términos en el orden mostrado son: el transitorio, el de arrastre, el de difusión y el
fuente y en la que hemos introducido, además del coeficiente de difusión generalizado ', el término fuente S, que
agrupa, a modo de cajón de sastre, lo que no se ajusta a los términos temporal, de arrastre y de difusión. Tanto '
como S son expresiones específicas para cada variable N. Además ', para incluir el efecto de la turbulencia, nos
introduce nuevas incógnitas que deberemos evaluar mediante el proceso que, en el capítulo 7, hemos denominado
cierre de las ecuaciones de turbulencia y que aquí analizaremos en el apartado siguiente.
No sólo es posible establecer una forma de ecuación única para describir los fenómenos de transporte de
cantidad de movimiento, energía térmica y especies, sino que, incluso como veremos, lo es para las difusividades
turbulentas, lo que facilita el cálculo numérico.112 Así, la ecuación (9-212), explicitando las componentes escalares,
es:

111
Molecular más turbulenta.

112
Patankar, Subas V., Numerical Heat Transfer and Flow,Hemisphere Publishing Corp.. Washington,
1980.
9.7 Formulación general del comportamiento de un fluido multicomponente 143

(9-252a)

o también

(9-252b)

El último término S recoge, según la variable, los procesos de generación (positiva o negativa) de calor, de especies
químicas y de energía cinética turbulenta. En el caso del balance de cantidad de movimiento, incluye además, el
gradiente de presión, las fuerzas de volumen y la contribución de las fuerzas viscosas no incluida en la difusión.
Con la ecuación (9-252b) englobamos la ecuación (9-50) para el flujo de materia, al flujo total de una magnitud
N, debido a un efecto de la velocidad del fluido, o arrastre, y a un efecto de gradiente de la propiedad, o difusión,
de modo que las componentes del flujo genérico son:113

(9-253)

Veremos que la ecuación (9-251) se utiliza también para determinar de las difusividades turbulentas en el modelo
que propondremos, al estar basado en la conservación de unas variables: energía cinética turbulenta, k, y disipación
de turbulencia, g, lo que homogeiniza los cálculos. En un sistema tridimensional multicomponente, estas 7 + (n -
1) ecuaciones tienen las mismas incógnitas vx, vy,vz, p, T, k y g que antes, más w1, w2, ......,wn-1, J1, J2, ......,Jn-1, en total
2n + 5, pero presenta la particularidad de que los flujos de las especies químicas no son las variables que originan
el fenómeno, sino las concentraciones de las mismas, por lo que hemos de establecer una relación entre
concentraciones y flujos que nos permita eliminar estos últimos y tener tantas incógnitas como ecuaciones.
Además, independientemente de que sigamos aplicando la hipótesis simplificadora de considerar constantes las
propiedades de las sustancias (líquidos ideales), el conjunto anterior de n + 6 ecuaciones escalares no puede ser un
sistema lineal, pues cP, D, 8 y : son funciones de la composición del sistema, o sea de las wi. Sin embargo, gracias
a suponer líquidos ideales y si prescindimos de las variaciones de las propiedades con la composición, lo que puede
ser aceptable con mezclas gaseosas, las seis primeras ecuaciones114 del conjunto anterior constituyen un sistema que
describe el comportamiento mecánico de un fluido en movimiento, con seis incógnitas (la presión, las tres
componentes de la velocidad, k y g) independientes de la temperatura. Otra ecuación, el balance de energía, con una
incógnita (la temperatura), resuelve la problemática térmica y, finalmente, n - 1 ecuaciones que nos dan los flujos
de los distintos componentes de la mezcla a partir de la composición y de la generación de cada componente (tasa
de aparición o desaparición). Todas estas ecuaciones son subsidiarias de la de cantidad de movimiento, al incluir
la derivada sustancial de la variable correspondiente, que depende de las tres componentes de la velocidad, por lo
que sólo se pueden resolver una vez resuelto el primer sistema; es decir, conocido el campo de velocidades.

113
En la literatura es muy corriente denominar flujo de convección al de arrastre, pero ya justificamos en
el apartado 9.2-2 el motivo de la designación aquí usada.

114
Los balances de masa y de cantidad de movimiento).
144 Capítulo 9 Transferencia de masa....

De todos modos, aun con las drásticas simplificaciones anteriores, el problema sólo se ha resuelto analíticamente
para la placa plana de la figura 9.3, problema que se reduce a la adaptación del tratado en el apartado 7.1-2.
Numéricamente se puede hacer frente a la no linealidad de los términos fuente, tal como se indicó en los apartado
3.4-2 y 6.2-1 y veremos más adelante en esta capítulo.
Finalmente, para la transferencia de masa tendremos la ecuación115 (9-147),

(9-254)

donde Ji es el flujo másico de la especie i normal a la superficie en la estación x dada, y la velocidad de la especie
i normal a la misma superficie.116 Análogamente como antes, en una posición fija, ci(x, y) = ci(y).

9.7-2 Cierre de las ecuaciones de turbulencia

El problema, ya planteado en el apartado 7.5-3, del cierre de las ecuaciones de balance establecidas usando la
descripción de Reynolds de la turbulencia, ecuaciones (7-425), realmente no es de modelado físico sino matemático,
pues lo que pretende es obtener tantas ecuaciones como incógnitas, aunque, a fin de facilitar su validación con
medidas experimentales, se establezcan las relaciones necesarias a partir de principios y magnitudes físicos. Así,
la solución debida a Prandtl, presentada en el capítulo 7, se basa en la constatación experimental de que las
fluctuaciones de Reynolds están correlacionadas, lo que permite que, promediando las ecuaciones de balance
instantáneas durante un intervalo de tiempo, sean nulos los valores medios de las fluctuaciones. A continuación,117
se escogen situaciones particulares (valores locales para las circulaciones externas o perfiles estabilizados para
circulaciones internas) que permiten establecer, teniendo en cuenta las aportaciones en paralelo (suma) debidas a
las fuerzas moleculares, una relación algebraica entre el gradiente de los valores medios de las variables y las medias
temporales de los productos de las fluctuaciones que no se anulan al promediar los balances instantáneos. Así, se
asimila el concepto de escala exterior de la turbulencia118 al recorrido libre medio de las moléculas de un gas
circulando en régimen laminar (longitud de mezcla de Prandtl) y, como se justificó en el apartado 7.5-3.1.1, fórmula
(7-566), se pueden obtener perfiles de velocidades medias de la forma (7-435) para circulaciones internas y la (7-
636) para circulaciones externas. Estos perfiles se ajustan a los experimentales correspondientes a velocidades
locales o estabilizadas en el primer caso y locales en el segundo, de modo que para ellos el modelo da resultados
utilizables en la práctica, apartados 7.5-3.1-1 a 7.5-3.1-4, aunque no se adapta a situaciones distintas de las citadas.
Además presenta otras limitaciones. Una es que se determina localmente, lo que hace que no incorpore la
información del espacio previo, ya recorrido por el fluido, que en perfiles de velocidad no estabilizados, caso de
todas las circulaciones externas, influye. Otra, que afecta a las circulaciones internas, es que las fluctuaciones de
la velocidad deberían ser nulas cuando

de acuerdo con la ecuación (7-543), cosa que, por ejemplo, significa que no debería existir turbulencia en el eje de
un tubo, lo que es físicamente falso.
Por todo ello el modelo de Prandtl es adecuado para flujos en los que se mantenga la capa límite, véanse las
figuras 7.89, 7.90 y 7.99, lo que sólo está garantizado en las circulaciones internas en secciones uniformes. Así,
cuando se produce el desprendimiento de la capa límite, como en las circulaciones externas con gradiente de presión
adverso, recirculación o presencia de obstáculos, no es aplicable. Para cubrir estas lagunas, deberemos, pues,
emplear un nuevo modelo más general, adecuado para las circulaciones externas, modelo que validaremos, como
el de Prandtl, comparando sus resultados con medidas experimentales.
Antes, pero, de plantear el modelo, haremos un inciso para completar la descripción física simplificada de la
turbulencia. Retomando la exposición en el apartado 7.5-1, de escalas de la turbulencia y el concepto de número de
Reynolds, se puede considerar que se establece un transporte de energía, mantenido por aportaciones externas, desde

115
Volvemos a usar x como coordenada, al no prestarse aquí a confusión con el título.

116
Esta forma no presenta la similitud formal con las otras dos ecuaciones de transporte por mecanismos
moleculares de energía mecánica y energía térmica, y, en principio no sugiere una analogía entre estos
fenómenos y la transferencia de masa.

117
En sistemas bidimensionales, de más fácil visualización.

118
Véase el apartado 7.5-1.
9.7 Formulación general del comportamiento de un fluido multicomponente 145

el flujo principal a los grandes torbellinos de la escala exterior, con números de Reynolds elevados, energía que es
del mismo orden que la del flujo principal. Estos torbellinos son fluctuaciones de baja frecuencia, z, y se renuevan
automáticamente. Si calculamos un número de Reynolds intrínseco119 tomando como dimensión el recorrido medio
de los torbellinos de cada escala, vemos que en los torbellinos de la escala exterior Re será grande, lo que indica que
predominan las fuerzas de inercia120, que no comportarán disipación, pues, de acuerdo con las leyes de la mecánica,
las fuerzas de inercia son conservativas121. Así pues, la escala exterior mantiene un balance de la fluctuación de
energía cinética.
Por otro lado, la interacción entre si de los torbellinos conduce a la aparición, en la interfaz de los mismos, de
nuevos torbellinos de dimensión l más reducida y de mayor velocidad angular, y así sucesivamente. Como el proceso
se repite muchas veces, finalmente, al alcanzar dimensiones inferiores a un cierto valor l0, los torbellinos son
suficientemente pequeños para que Re sea mucho menor que para la escala externa, de modo que en ellos
predominarán las fuerzas moleculares (viscosas), con la consiguiente disipación, aunque, debido a que son
consecuencia de sucesivas etapas de su mecanismo de generación, representan tan sólo una pequeña fracción122 de
la energía cinética total de la corriente fluida123. Estas escalas internas disipativas, para l0-, se caracterizan, además,
por ser fluctuaciones de gran frecuencia, de estructura isótropa y, aunque pequeñas, de dimensiones varios órdenes
de magnitud superiores al recorrido libre medio de las moléculas. De este modo, según este esquema, establecido
por Richardson en1922, en el seno del fluido se transfiere una fracción decreciente de energía cinética de los grandes
torbellinos (escala exterior l0+) a los más pequeños (escala interior l0-), hasta que con la energía cinética de éstos, se
creen fuerzas viscosas, cuantificadas por el término del balance instantáneo de energía (3-96), potencia que
se convierten en energía interna (calor) para disiparse en el entorno.
En resumen, la energía cinética de las fluctuaciones de baja frecuencia, perturbaciones de la escala exterior l0+,
se va transfiriendo, en principio sin pérdida apreciable, a fluctuaciones de escala cada vez menor y frecuencia mayor,
hasta llegar a las de pequeña escala, inferior a un cierto valor l0, de gran frecuencia y que disipan la energía mecánica
residual. Esta disipa ción de potencia por unidad de masa del fluido la denominaremos g.
Como sólo se conservan las variables extensivas: masa, cantidad de movimiento, el momento cinético y energía,
para incorporar nuevas variables deberemos basarnos en el balance diferencial de una de ellas y transformarlo, para
incorporarla y relacionarlo con medidas físicas. Además, al ser la turbulencia de génesis fluidodinámica, aunque
afecte al transporte de calor y de materia, se ha de concebir el modelo a partir de campo de velocidades, o sea que
de los balances citados deberemos elegir el de cantidad de movimiento y si mantenemos la descripción de Reynolds
de la turbulencia, las variables básicas a manejar serán las fluctuaciones de la velocidad, de modo que para introducir
nuevas variables conviene utilizar dichas velocidades. Partiremos, por lo tanto, de la ecuación vectorial de Navier-
Stokes generalizada, cuyas componentes en un sistema bidimensional son las ecuaciones (7-528a y b). Por otro lado,
como las fluctuaciones de Reynolds son variables escalares, para tener el mismo número de nuevas ecuaciones, se
deberán combinar dichas las componentes para reducirlas a una ecuación única. La descripción de Reynolds, a pesar
de que no explicita las escalas de turbulencia ni la descripción física anterior, facilita el modelado matemático de
la turbulencia, pues es posible absorber124 las fluctuaciones (v’x, v’y, etc.) usando variables medias calculables a
través de ecuaciones cuyos coeficientes numéricos se determinan con medidas experimentales. Por otro lado, al igual
que en el capítulo 7, asimilaremos los fluidos a líquidos ideales, con la consiguiente independencia del balance de
cantidad de movimiento del de energía125, y efectuaremos el modelado de la turbulencia fluidodinámica de forma
independiente, limitándonos a los balances de masa y de cantidad de movimiento, para, posteriormente, deducir con
analogías sus efectos sobre las transferencias de energía térmica y de especies en los respectivos balances. Con este
esquema se resuelve el inconveniente de introducir variables sin ecuaciones que las respalden, que comporta el
modelo de Reynolds,.
Asimismo, al introducir las nuevas variables a través de una ecuación diferencial, en las condiciones de contorno
podremos incorporar la información de cualquier sección conocida, lo que evita el inconveniente, antes citado, de
usar exclusivamente las condiciones locales, como ocurriría con una relación algebraica.

119
Vease al apartado 7.51.

120
Recordemos el concepto físico de número de Reynolds como relación entre fuerzas de inercia y fuerzas
viscosas (intermoleculares).

121
Mientras que las de fricción, asociadas a las acciones intermoleculares (viscosidad) no lo son.

122
Véase el apartado 7.2-1.

123
Respecto a su orden de magnitud, vease la nota 70 al pie de la página del capítulo 3.

124
Lo mismo que con el modelo de Prandtl,

125
Exceptuando el caso de la convección natural.
146 Capítulo 9 Transferencia de masa....

Por último, siempre para obtener un modelo que permita subsanar las limitaciones del de Prandtl, utilizaremos otra
formulación que para éste, adoptando la de Boussinesq que, aun cuando la diferencia sea puramente formal, permite
usar cualquier expresión para las difusividades turbulentas ,m de cantidad de movimiento, ,h de calor y ,d de masa.
Por otro lado, la formulación de Boussinesq comporta suponer la turbulencia localmente homogénea, lo que hace
que, precisamente, sea adecuada para las corrientes externas, sobretodo en la circulación libre alejada de la pared,
en la que aparecen las limitaciones del modelo Prandtl.
De acuerdo con esta descripción del fenómeno turbulento a través de la evolución de los torbellinos dando las
escalas de turbulencia, la fluctuación la energía cinética de los mismos, que, al depender de las fluctuaciones de
velocidad, puede postularse como variable para cuantificar la turbulencia. La fluctuación media de la energía cinética
de la corriente por unidad de masa, , que designaremos por k, valdrá:

(9-255)

siendo

(9-256)

Si suponemos turbulencia localmente isótropa, o sea

(9-257)

la fluctuación de energía cinética media será

(9-258)

y tendremos una componente media de la fluctuación de la velocidad126, determinada a partir de la fluctuación de


la energía cinética de la corriente, igual a:

(9-259)

que podemos incorporar al balance de cantidad de movimiento. Así, de acuerdo con el modelo de Reynolds y (9-
259), eliminamos las fluctuaciones de velocidad introduciendo como nueva magnitud escalar la fluctuación de
energía cinética k por unidad de masa.127
En una corriente libre (en la prática para y+ > 400), cuando sea localmente homogénea128, la turbulencia se
desarrollará, en forma periódica, en la escala externa, y una pequeña fracción se disipará en la interna, a una razón
media constante g.
De acuerdo con lo que hemos establecido, para hallar la ecuación del balance energía cinética turbulenta media
k, que permite operar con valores medios, partiremos del balance de cantidad de movimiento (ecuación de Navier-

126
Utilizada para establecer la intensidad de turbulencia en corrientes libres, definida como

en nota pie de página del apartado 7.5-2.2.1.

127
Que depende de las fluctuaciones de velocidad, causa de los fenómenos turbulentos.

128
Es decir, localmente isótropa.
9.7 Formulación general del comportamiento de un fluido multicomponente 147

Stokes), pero, como es vectorial y, por lo tanto, requiere dos variables (incognitas) escalares129, para adaptarla a una
única variable escalar, se ha de manipular para obtener una sola ecuación. Para ello multiplicaremos cada proyección
sobre los ejes de la ecuación (3-78) por la componente de la velocidad transitoria correspondiente, la promediaremos
en el tiempo y sumaremos las dos130 ecuaciones obtenidas; de la expresión resultante restaremos la resultante de
sumar las proyecciones sobre los ejes de la ecuación promediada (7-530) multiplicadas por la componente
promediada correspondiente131. Así, reflejamos matemáticamente, de acuerdo con las descripciones de la escala
externa e interna, que la energía cinética turbulenta132 k prácticamente133 se conserva.
El resultado obtenido, para una turbulencia localmente homogénea, despreciando términos de tercer orden y
superior, es

(9-260)

y teniendo en cuenta la definición de k, (9-258),

(9-261)

siendo

(9-261a, b, c)

El primer miembro de (9-261),

(9-261A)

129
Tres en sistemas tridimensionales.

130
Tres en un sistema tridimensional.

131
Admitimos que la ecuación escalar resultante sigue siendo un balance válido de la variable conservativa
(energía cinética por unidad de masa).

132
Introducida a través de la fluctuación de velocidad media v’ dada por (9-259), recordémoslo.

133
La disipación es una pequeña fracción de la energía turbulenta tota..
148 Capítulo 9 Transferencia de masa....

representa el cambio de la energía cinética media k de la turbulencia por variaciones temporales o de arrastre134; los
dos primeros términos del segundo miembro,

(9-261B)

el cambio por difusión; el tercero

(9-261C)

la producción G de la misma, por las tensiones turbulentas de la escala exterior, y el cuarto

(9-261D)

su disipación g, provocada por las tensiones turbulentas en la escala interna.


De acuerdo con la representación de Boussinesq, partiendo de (7-658), válida muy cerca de la pared,

(9-262)

Podemos establecer que la disipación proviene de la creación de tensión de fricción turbulenta, que multiplicada por
la variación de velocidad, localizada en la capa límite, nos dará la potencia disipada. Así, para turbulencia
localmente homogénea,

(9-263)

por unidad de masa.

Ejemplo 9.19135

Mostrar como aparecen términos de tercer orden partiendo de la ecuación de Navier-Stokes al efectuar la
manipulación indicada para reducirla a una única ecuación escalar

Recordando (9-261D) y haciendo

(9-264)

A partir de ahora haremos, para simplificar,

134
Derivada sustancial.

135
Sihi, Thien-Mo, Numerical Heat Transfer, Hemisphere Pub. Corp., Washington, 1984, p. 446.
9.7 Formulación general del comportamiento de un fluido multicomponente 149

y con la fórmula (7-668) tenemos

(9-265)

con lo que llegamos a la ecuación operativa. Nótese que en las zonas plenamente turbulentas y alejadas de la pared,

y la ecuación se puede simplificar en consecuencia.


Para establecer el balance para la disipación g, teóricamente también se puede partir de la ecuación de Navier-
Stokes, pero el proceso es muy artificioso y lo mejor es, dado que g es una fracción de k, adoptar la forma obtenida
para esta última introduciendo unas constantes de corrección empíricas, C1 y C2, en el término fuente. Así, la
ecuación para la tasa de disipación de la energía turbulenta, teniendo en cuenta (9-231), es

(9-266)

Ambos balances adoptan, pues, la forma general de los balances de fluidos, (9-252), y, tanto para la energía
turbulenta media k como la disipación g, en estado estacionario, el flujo de arrastre más el de difusión igualan el
término fuente.
Ahora nos queda establecer una expresión de la difusividad turbulenta cantidad de movimiento, ,m, que no nos
introduzca nuevas variables. En cualquier caso, con turbulencia homogénea la frecuencia media z será proporcional
al número obtenido dividiendo la media de la fluctuación de velocidad, dada por (9-259), por el recorrido medio de
los torbellinos136,

(9-267)

siendo l la escala de la turbulencia, l0 en la frontera entre las escalas externa e interna.


Por otro lado, mediante la expresión de las propiedades de transporte, en concreto la viscosidad, fórmula (7-
129), obtenida con el modelo cinético simplificado del apartado 7.2-4.1, podemos postular una expresión para la
difusividad turbulenta de Boussinesq:

(9-268)

o sea,

(9-269)

136
Pues para un observador fijo cada configuración se repite, aproximadamente, al recorrer el fluido la
distancia media que ocupa un torbellino entre su aparición y desaparición.
150 Capítulo 9 Transferencia de masa....

A su vez, la cascada de energía hace que la disipación sea una fracción de k, por lo que el orden de magnitud de la
misma estará relacionada con las variables características de la escala exterior. De este modo, de acuerdo con (9-
267), podremos escribir

(9-270)

Así tendremos:

(9-271)

Por otro lado, combinando (9-269), (9-271) y considerando

(9-272)

obtenemos finalmente la expresión de la difusividad turbulenta en función de las dos nuevas variables energéticas
introducidas, k y g,

(9-273)

Las otras difusividades turbulentas las hallamos mediante analogías; en principio

(9-274)

De esta forma, incorporando las nuevas variables escalares k y g, tenemos tantas ecuaciones como incógnitas y el
problema matemático queda determinado. Al suponer turbulencia homogénea, el modelo ha de ser más adecuado
para circulaciones externas y chorros libres. También para internas con cambios bruscos de sección (escalones,
pantallas, etc.) y zonas alejadas de la pared. Da buenos resultados si, además de que la turbulencia sea homogénea,
la intensidad de turbulencia Tu (véase la nota 305 pie de página del capítulo 7) de la corriente libre (inicial) no
supera el valor de 0,075 (véase la figura 9.18).
Este modelo, propuesto inicialmente por Harlow y Nakayama137 y desarrollado por Spalding y col 138. Al
sustituir ,m por su valor según (9-273), las ecuaciones de balance de k y g se ajustan a la forma general de los
balances de magnitudes escalares (9-252), lo que facilita la solución del problema.
Los valores típicos recomendados para las constantes son

(9-275)

Validaciones del modelo con medidas experimentales y comparaciones con el de Prandtl (longitud de mezcla) se
muestran en las figuras 9.15, 9.16, 9.17 y 9.18.

137
Harlow, F.H. y P.I. Nakayama,, “Transport of Turbulence Energy Decay Rate”, Los Alamos Scientific
Laboratory Report LA-3854, Los Álamos, New Mexico 1967.

138
Launder, B.E.y D.B. Spalding, “The numerical computation of turbulent flows”, Computer Methods in
Applied Mechanics and Enginering, Vol. 3(1974) pp. 269-289, etc.
9.7 Formulación general del comportamiento de un fluido multicomponente 151

Figura 9.15. Ajuste de los cálculos con el modelo de Prandtl y con el k- g al perfil de velocidades experimental en una placa plana139 (véase
la figura 7.99 en el capítulo 7).

Figura 9.16. Ajuste de los cálculos con el modelo de Prandtl y con el k- g, al coeficiente de fricción en una placa plana con un gradiente de
presión adverso frente a la misma140.

139
Kays, William M. y Crawford, Michael, E. Convective Heat and Mass Transfer, 3rd. Ed., MacGraw Hill,
New York, 1993, p. 213.

140
Kays, William M. y Crawford, Michael, E. Convective Heat and Mass Transfer, 3rd. Ed., MacGraw Hill,
New York, 1993, p. 215.
152 Capítulo 9 Transferencia de masa....

Figura 9.17. Variación de la velocidad del plano medio en un chorro plano (bidimensional) experimental y calculado, con el modelo de
Prandtl y con el k- g 141.

Figura 9.18. Ajuste del modelo k- g a las medidas experimentales de transferencia de calor en una placa plana y efecto de la intensidad de
turbulencia inicial de la corriente libre. En ordenadas se representa el número de Stanton y en abscisas el número de Reynols definido con el
espesor de cantidad de movimiento local,142 *(x).143

Como anticipamos, este modelo es aplicable sin restricciones a flujos libres con intensidades de turbulencia bajas
como muestra la figura 9.18, alejados de la pared, libres de tensiones de fricción con la misma, como en el caso de
chorros. En zonas cercanas a la paredes, donde, al ser viscoso el régimen, k es nula y g muy grande. En este caso,

141
Launder, B.E.y D.B. Spalding, “The numerical computation of turbulent flows”, Computer Methods in
Applied Mechanics and Enginering, Vol. 3(1974) pp. 269-289.

142
Véase el apartado 7.3-3.4.

143
Kays, William M.; Crawford, Michael, E. Convective Heat and Mas Transfer, 3rd. Ed., MacGraw Hill,
New York, 1993, p. 304.
9.7 Formulación general del comportamiento de un fluido multicomponente 153

además, hemos de efectuar la transición entre éste y el turbulento.144 Como ya hicimos, figuras 7.90 y 7.99,
respectivamente, tomaremos una frontera concreta para el inicio del régimen turbulento, en y+ = 11,63 para el interior
de tubos y 10,8 para superficies planas. También consideraremos la zona turbulenta de transición entre este límite
de la laminar e y+# 400, aunque exista recirculación.
En la zona laminar junto a la pared k tiende a 0, pero sólo es nula sobre la pared, por lo se tiene que calcular para
la distancia a la pared, y en flujos horizontales, no nula, con (9-269) reducida a

(9-276)

pues ,m y G se anulan.
El balance de g (9-266) es indeterminado, por lo que hay que hallar una nueva relación entre k y g para cerrar
el sistema. Partiremos de (9-263), fórmula válida muy cerca de la pared, supuesta horizontal,

(9-277)

de modo que, de acuerdo con (9-274),(9-276) y (9-282),

(9-278)

de donde

(9-279)

En la zona de transición, donde se aplica (7-658), de (9-279) obtenemos la tensión de fricción turbulenta

(9-280)

y, despejando k, la energía cinética media:

(9-281)

En la misma zona tendremos, a partir de (7-569),

(9-282)

y sustituyendo (9-273) y (9-282) en (9-277) hallamos la expresión que nos resuelve la cuestión del valor, en función
de k, de la disipación en un punto P cerca de la pared,

144
También se ha propuesto la extrapolación del modelo k-g hasta la pared, véase Launder, B.E. y D.B.
Spalding, “The prediction of laminarization with a two-equation model of turbulence”,Int. J. Heat Mass
Transfer, Vol 15 (1972) pp. 301-314,
154 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-283)

o sea,

(9-284)

con el valor de C: recomendado y siendo K la constante de von Karman: 0,4 para el interior de tubos y 0,41 para
superficies planas.145
Utilizaremos la relación (9-283) para el modelo numérico que se denomina método de la función de pared,
aplicado cerca de la pared, incluyendo los nodos contiguos, a fin de evitar la necesidad de una malla muy fina para
tener en cuenta las subzonas laminar y de transición.
Para establecer la frontera y+ = 400, hasta donde podemos aceptar (9-284), se determina la expresión de la

(9-285)

distancia adimensional en función de k.


La componente normal a la superficie de la velocidad adimensional se considera nula y la paralela nos permite
hallar la tensión de fricción en la pared. En efecto,146 en la zona turbulenta de transición,147 y+ > 11,8,

(9-286)

donde utilizamos el perfil de Nikuradse, (7-635) para la placa plana horizontal.


De esta expresión podemos despejar la tensión en la pared:

(9-287)

y con ella la fuerza, que se introduce en el término fuente.


Para estimar la tensión de fricción en la zona laminar, y+# 11,8, en un punto P a una distancia yP de la pared,148
podemos efectuar la aproximación

145
Véase el capítulo 7.

146
Dr. Reza Mokhtarzadeh, Brunel University, comunicación privada.

147
y+ > 11,63 para tubos.

148
Aquí sub s indica una velocidad muy próxima a la pared.
9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 155

(9-288)

Finalmente, para las variables térmicas en paredes diatérmanas, la temperatura es una variable del balance de energía,
mientras que la aportación (positiva o negativa) de calor se introduce a través del término fuente. Tendremos las
expresiones siguientes:
En la zona de transición, 11,8 < y+ < 400, suponemos
(9-289)

y, de acuerdo con la definición de temperatura adimensional (7-586),

(9-290)

donde el perfil adimensional de temperatura, 1+, se obtiene de

(9-291)

según Jayatillaka.149
Finalmente, para la zona laminar, y+# 11,8, en un punto P contiguo a la pared, a una distancia yP de la pared,

(9-292)

(9-293)

9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance

9.8-1 Planteamiento general


La metodología que vamos a exponer150 corresponde a grupo de herramientas denominado “Computational fluid
Dynamics” (CDF), es originaria del Imperial College of Science and Thechnology de Londres y, aunque no es la única
empleada, sí ha sido ampliamente utilizada y sigue muy intuitivamente el fenómeno físico. En cualquier caso, el
objetivo que perseguimos es mostrar un ejemplo de una solución, fruto de razonamientos brillantes y claros, de un
problema complejo, de modo que el lector se familiarice con el tratamiento de los problemas con fluidos
multicomponente en régimen turbulento y, como mínimo, disponga de criterios para elegir, conociendo sus
limitaciones, entre los modelos que en cada momento estén disponibles en el mercado.
Veamos ahora como transformar la expresión genérica (9-251) en una ecuación de diferencias resoluble. Para
facilitar la visualización, seguiremos considerando un sistema bidimensional en coordenadas cartesianas y, de acuerdo
con el método directo definido en la página 425 , estableceremos una malla de dominios rectangulares, con los nodos

149
Jayatillaka, C.V.L., “The influence of Prandtl number and surface roughness on the resistance of the
laminar sublayer to momentum and heat transfer”, Progress in Heat and Mass Transfer, Vol. 1, Pergamon,
London 1969, p.193.

150
Patankar, Subas V., Numerical Heat Transfer and Fluid Flow, Hemisphere Publishing Corp. Washington,
1980. Esta referencia utiliza una nomenclatura confusa. El mismo autor expone un resumen con un
nomenclatura coherente en Handbook of Numerical Heat Transfer, editado por W.J. Minkowycz, E.M.
Sparrow, G.E. Schneider y R.H. Pletcher, John Wiley&Sons, New York, 1988, Cap. 6.
156 Capítulo 9 Transferencia de masa....

en su centro, como en la figura 6.6, de modo que, en un nodo P, la unión con sus vecinos determina los "conductos"
que lo comunican con los mismos. Sin embargo introduciremos una nueva nomenclatura, de modo que los cuatro
nodos vecinos serán designados por las coordenadas geográficas, E, W, N, y S, y los “conductos” atraviesen los límites
del dominio en los puntos, e, w, n y s, respectivamente151, figura 9.19.

Figura 9.19. Dominios, nodos y malla de conductos en un sistema bidimensional rectangular. Los subíndices B e I significan de contorno e
interior (de “Boundary” e “Inner”), respectivamente.

De acuerdo con la ecuación (9-252b) y esta figura, el sistema de ecuaciones implícitas (valores en el instante n
conocidos) que representará con diferencias finitas un balance general en un sistema bidimensional de N nodos, será:

(9-294)

Multiplicando (9-294) por )x, )y, tenemos, si suponemos, que el término fuente medio se puede aproximar por una
función lineal de N, cosa que incluirán siempre las hipótesis en este capítulo,

(9-295a)

O lo que es lo mismo

(9-295b)

siendo, para un sistema bidimensional, la sección de paso del conducto P-E igual a (1)()y) = Ae y el volumen del
dominio P, (1)()x)()y) = VP. Esta ecuación establece el valor de la variable N en el nodo P en función de los valores

151
Para sistemas tridimensionales se añaden dos nodos: T o t, superior, y B o b, inferior.
9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 157

de los flujos en las fronteras del dominio152 con los vecinos en el mismo instante, es implícita por lo tanto, y aplicada
a todos los dominios, nos da un sistema de N ecuaciones con N incógnitas, si conociésemos estos flujos. Como estos
son también incógnitas, veamos como expresar el flujo de cada magnitud en función de las diferencias de la variable
independiente correspondiente, de modo que, escribiendo la ecuación resultante de sustituir estas expresiones en (9-
295) para los N nodos en los que hemos discretizado el sistema, obtengamos un sistema implícito de tantas ecuaciones
como nodos que, conocido el valor de N en cada nodo P en un instante n, correspondiente a t, nos determine los valores
en el instante n+1, correspondiente a t + )t. Para poder resolver directamente el sistema, vamos pues, a poner cada
ecuación en función de los valores de N en el nodo P y los cuatro vecinos E, W, N y S, tal como hacíamos en el
capítulo 6, eliminando los flujos en las fronteras mediante las relaciones que hallaremos a partir de la ecuación (9-251),
donde Du )y = GeAe es el caudal de arrastre entre el nodo P y el E, etc.
Para hallar la relación entre la variable independiente N y su flujo J en una sección, partiremos de uno de los
conductos entre P y sus vecinos (sistema monodimensional, figura 9.20),

Figura 9.20.

suponiendo un sistema sin generación153 y un intervalo de tiempo suficientemente pequeño para que, en el balance
general (9-295), la variación temporal sea despreciable frente a las espaciales, los otros términos. Así consideramos,
cuando )t tienda a cero154, que

(9-296)

y por ello la ecuación (9-252a) de balance, aplicada monodimensionalmente, se reduce a

(9-297)

En las circunstancias en las que podemos suponer que se verifica (9-296), de la ecuación del balance de masa (9-204)
se desprende que Du = G es constante, o sea que el balance anterior es

(9-298)

que integrado una vez entre el valor 0 y N, y anulando la constante de integración, nos da

152
En coordenadas cartesianas Ae =Aw ; An = As, etc.

153
Es decir, sin término fuente, lo que podemos hacer porque buscamos conductancias, independientes de
los cambios de N.

154
Podemos escoger el intérvalo de tiempo que nos convenga por el mismo motivo.
158 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-299)

o sea, que el balance general en el punto e es equivalente a

(9-300)

Para los balances de cantidad de movimientos y de energía, tenemos

(9-301')

de acuerdo con la definición del número de Peclet155. Análogamente, para el balance de especies,

(9-301'’)

por lo que (9-300) se puede escribir

(9-302)

Eligiendo como extremo el nodo E, figura 9.20, e integrando (9-302) entre el origen, punto P (x = 0), y un punto e a
la distancia x del mismo,

(9-303)

y tomando antilogaritmos,

(9-304)

Si integramos entre P y E, análogamente,

(9-305)

Así pues, restando la unidad a cada miembro, para visualizar la diferencia de N entre secciones, las expresiones (9-304)
y (9-305) anteriores en el punto equivalen a

(9-306)

155
Primer volumen, p. 505.
9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 159

y para el nodo E:

(9-307)

Dividiendo estas dos expresiones y despejando N, obtenemos el valor intermedio entre los nodos E y P en función de
los valores en los extremos del intervalo:156

(9-308)

expresión que verifica que para x = 0, N = NP y para157 x = )x, N = NE, como debe ser.
En un instante, el flujo en un punto frontera del dominio como el e, véase la figura 9.20, es la suma de los flujos
de arrastre y de difusión, o sea que el caudal del conducto P-E será

(9-309)

pero, derivando (9-308),

(9-310)

podemos escribir

(9-311)

pues si NP < NE, dN/dx > 0 y viceversa.


Si hacemos

(9-312)

tendremos en (9-309) una expresión del flujo en la frontera entre dos nodos, en función de los valores de la variable
independiente en ambos,

156
Patankar, Subas V Numerical Heat Transfer and Flow,Hemisphere Publishing Corp., Washington, 1980,
p. 111.

157
Pues las propiedades en e y E son muy parecidas.
160 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-313)

y análogamente para los otros tres circuitos entre el nodo y sus vecinos.
Definiendo ahora

(9-314)

tenemos

(9-315)

Nótese que el número de Peclet es la relación entre la transferencia por arrastre y la conductancia de la difusión, de
modo que un valor del mismo mayor que uno, significa que predomina el arrastre y uno menor, que lo hace la difusión,
mientras que el signo indica el sentido del arrastre.
De este modo, el caudal (9-313) por el conducto P-E será

(9-316)

donde, identificando coeficientes,158

(9-317)

(9-318)

Nótese que

(9-319)

de modo que de (9-316) obtenemos

158
B de “Behind” (detrás) y A de”Ahead“ (delante) referidos a la frontera e.
9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 161

(9-320')

Análogamente, para los conductos restantes:

(9-320'’)

(9-320'’‘)

(9-320IV)

Volviendo al sistema monodimensional, en estado estacionario tendremos

(9-321)

que podemos escribir como

(9-322a)

Identificando y teniendo en cuenta (9-319):

(9-322b, c,d)

Pero existe una particularidad importante que deberá tenerse en cuenta: el hecho de que mientras que la difusión
siempre es en la dirección del gradiente de N, pues ' es positiva, no ocurre lo mismo con el arrastre, que en una
dirección dada puede tener los dos sentidos y puede ser de W a E, positivo, o de E a W, negativo. Esto hace que
Ne pueda ser igual a NE si Fe < 0 o igual a NP si Fe > 0. Veamos como la expresión propuesta cubre estas alternativas.
Si se invierten las coordenadas ()x pasa a - )x), Pe pasa a - Pe y A pasa a B y B a A. Todas estas propiedades las
cumplen los coeficientes dados por (9-317) y (9-318), de manera que

(9-323)

lo que puede sintetizarse en las expresiones159

(9-324)

(9-325)

donde [x, y] significa el mayor de x o y, como la instrucción AMAX1 (A,B) en FORTRAN, pues para los números

159
Patankar, Subas V., Numerical Heat Transfer and Fluid Flow, Hemisphere Publishing Corp.,
Washington, 1980, p. 94.
162 Capítulo 9 Transferencia de masa....

de Peclet positivos (arrastre y difusión en el mismo sentido)

(9-326)

y para los negativos,

(9-327)

como muestran las dos primeras y la 4ª columnas de la tabla 9.8 siguiente.


El término con exponencial de (9-317) y (9-318) es inconveniente informáticamente y presenta la desventaja de
que para Fe = 0 es singular, por ello se ha propuesto la aproximación, denominada160 “Power-law scheme”, pero que
designaremos como “enlace con la potencia 5ª”, siguiente:

(9-328)

La bondad de la aproximación se aprecia en la tabla 9.8, donde mostramos en negrita los valores que corresponden
a los conductos P-W y P-E.

Tabla 9.8. Valores de A y B en función de Pe

Pe A con enlace exponencial A con enlace con potencia 5ª A + Pe = B (exponencial)


-10 10 10 0
-5 5,034 5,032 0,034
-4 4,075 4,078 0,075
-3 3,157 3,168 0,157
-2 2,313 2,328 0,313
-1 1,582 1,59 0,582
-0,5 1,271 1,274 0,771
0 1 1 1
0,5 0,7707 0,7738 1,2707
1 0,582 0,5905 1,582
2 0,313 0,3277 2,313
3 0,1572 0,1681 3,157
4 0,07463 0,07776 4,075
5 0,03392 0,03135 5,034
10 0,00045 0 10

y sustituyendo las relaciones (9-320), teniendo en cuenta las (9-322), en (9-295b):

160
Patankar, Subas V Numerical Heat Transfer and Flow, Hemisphere Publishing Corp., Washington, 1980,
p. 100.
9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 163

(9-329)

o sea que la ecuación en el formato del capítulo 6 buscada, es

(9-330)

que garantiza el sentido correcto del arrastre, pues

(9-331')

de modo que

(9-332)

análogamente,

(9-331'’)

(9-331'’')

(9-331IV)

También

(9-333)

y finalmente
164 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-334)

Nótese que los coeficientes de la ecuación (9-330) no pueden ser negativos, por lo que nos dará soluciones físicamente
coherentes. El término fuente puede utilizarse para garantizar que una variable sea siempre positiva, como ha de
ocurrir con las concentraciones, la energía cinética, etc., e impedir que en el curso de las iteraciones numéricas puedan
tomar valores negativos que inestabilicen los cálculos. Sean S1 y S2 los componentes positivo y negativo de término
fuente (que suponemos siempre linealizado), o sea

(9-335)

Lo mismo se puede escribir

(9-336)

Si en (9-335) hacemos

(9-337a, b)

S será positivo.
Como en cada instante, las propiedades tienen un valor determinado, se puede efectuar por separado el cálculo
de P y v, y una vez conocidas, calcular las otras N escalares (T, ci y las difusividades turbulentas).
Para las proyecciones del balance de cantidad de movimiento, ecuación (9-247) con N igual a u y v (u = ux, v =
uy) y determinar el término fuente, se ha de especificar el campo de presiones en los nodos, por lo que las velocidades
quedan establecidas en las fronteras, de modo que se ha de trabajar con una malla desplazada de nodos para las
velocidades, figura 9.21, a fin de determinar las velocidades en los límites de los dominios en vez de los nodos. De
este modo las velocidades puedan ponerse en función de las diferencias de presión de los nodos, mientras que las
restantes variables se calculan en los nodos establecidos inicialmente. Así las proyecciones del balance de cantidad
de movimiento sobre los ejes son, de acuerdo con (9-271),

(9-338’)

(9-338'’)

e indicando por el subíndice vo los nodos vecinos,

(9-338'’’)

(9-338IV)

donde se ha segregado del término fuente el originado por el gradiente de presión.


9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 165

Figura 9.21. Dominios para la cantidad de movimiento y determinación del campo de velocidades.

Si se supone un campo de presiones P* conocidas, las ecuaciones (9-338) anteriores forman un sistema implícito de
2N ecuaciones para las velocidades, siendo N el número de nodos inicialmente considerados. Una vez resuelto,
obtenemos un campo de velocidades u* y v* que será correcto si las presiones supuestas lo son, por lo se habrá de
comprobar el campo de presiones. Para ello supongamos que el verdadero campo de presiones sea

(9-339)

siendo P’ la corrección de presión necesaria para obtener los valores reales a partir del campo supuesto P*, de modo
que tendríamos, asimismo, que las velocidades corregidas serían

(9-340)

Sustituyendo en las ecuaciones (9-338) u, v y P por u*, v* y P* y restando las ecuaciones correspondientes, se elimina
el término b y quedan las siguientes ecuaciones en las correcciones:

(9-341’)

(9-341'’‘)

(9-341'’‘)

(9-341IV)
166 Capítulo 9 Transferencia de masa....

De nuevo, si los valores con estrella fuesen los reales, las ecuaciones anteriores serían la identidad 0 = 0; para hallar
los valores reales, supongamos que el factor que ajusta la velocidad en la frontera del dominio es el gradiente, o
diferencia, de presiones entre los nodos separados por ella. Es decir , prescindiendo del efecto de las velocidades en
los demás nodos sobre la misma, tenemos:

(9-342’)

(9-342'’)

(9-342'’’)

(9-342IV)

de modo que los ajustes de las componentes de la velocidad serán:

(9-343')

(9-343'’)

(9-343'’’)

(9-343IV)

y las velocidades

(9-344')

etc.
Veamos, ahora que ya tenemos las velocidades en las fronteras en función de las presiones en los nodos, como
podemos plantear una relación entre las presiones. El camino es a través de la ecuación de continuidad o balance de
masa, (9-251) con N = 1, pues relaciona las velocidades en los límites del dominio. La ecuación, expresada en términos
de diferencias, es

(9-345)

Si sustituimos en Gi = (Du)i las velocidades ui por sus expresiones según (2-344),


9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 167

(9-346’)

etc., obtenemos

(9-347)

donde:
(9-348’)

(9-348'’)

(9-348’’)

(9-348IV)

Con

(9-349)

(9-350)

Nótese que no se incluye el efecto de la presión sobre la densidad, por lo que en rigor el método sólo sería aplicable
a líquidos.
Para determinar el campo inicial de presiones P*, podemos calcular un campo de velocidades u* ficticio inicial
con una simplificación de las ecuaciones (9-338), obtenida despreciando el efecto de las diferencias de presión:

(9-351)

donde las velocidades uvo son las velocidades en los nodos vecinos, que se pueden estimar a partir del balance de masa
(9-347).
Con estos valores podemos suponer

(9-352’)

etc., con lo que se puede calcular un campo de presiones:


168 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-353)

con

(9-354)

La ecuación (9-352) es entonces

(9-355)

donde de es Ae/ae. Haciendo lo mismo con los otros nodos de velocidades y sustituyendo en el balance obtenemos

(9-356)

donde los coeficientes vienen dados por las expresiones (9-348) y b es (9-354), o sea la misma ecuación que para el
cálculo de la presión, sustituyendo u* por u+.
Obsérvese que si el campo de velocidades es el correcto, b = 0, pues no es más que la ecuación de continuidad
en diferencias y cambiada de signo, por lo que el valor de b es un índice de la aproximación conseguida en cada una
de las etapas de cálculo. Éstas se estructuran de la forma siguiente:161

1º. Supónganse unos valores racionales para las difusividades turbulentas y las componentes de las velocidades.
2º. Calcúlense los coeficientes de los balances de cantidad de movimiento y, con ellos , las componentes u+ y v+
con ecuaciones como la (9-351)

mediante la sustitución de los valores de las velocidades vecinas en el 2ª miembro de la ecuación.


3º. Calcúlese el término b según la ecuación (9-350)

y con él, resuélvase la ecuación (3-356)

para determinar el campo de presionas P correspondiente.


4º. Tomando estas presiones como P*, resuélvanse las ecuaciones de cantidad de movimiento (9-338)

161
Handbook of Numerical Heat Transfer, editado por W.J. Minkowycz, E.M. Sparrow, G.E. Schneider y
R.H. Pletcher, John Wiley&Sons, New York, 1988, p. 235.
9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 169

...........

para obtener u* y v*.


5º. Con estos valores recalcúlese el término b con la ecuación (9-354)

y con el valor obtenido, calcúlese la corrección de presión con la ecuación (9-347)

6º. Con los valores P’, corríjanse, con la ecuación (9-346), las velocidades u* y v*

7º. Resuélvanse las ecuaciones de diferencias (9-331) de las otras variables N, tales como la temperatura, la
concentración y los parámetros que definen la turbulencia, para actualizar los coeficientes de las ecuaciones.
8º. Vuélvase a la etapa 2ª con el nuevo campo de velocidades.

Comentaremos a continuación el establecimiento de las condiciones de contorno.


Para fijar el valor de la variable en un nodo interior P, usaremos el término fuente linealizado,

(9-357)

y haremos

(9-358a, b, c)

con lo que, sustituyendo y dividiendo por M, la ecuación del término se transforma en

(9-359)

o sea:

(9-360)

Cerca de los límites físicos, las condiciones incluirán las expresiones indicadas en el apartado 9.7-2 para k y g.
En la figura 9.19 mostramos que para los nodos junto a una frontera, como el I (de “inner”), uno de los nodos
vecinos, el E en este caso, no existe y en su lugar tenemos unos puntos fronterizos, blancos en la figura, como el B
(de “boundary”), no incluidos en la malla de nodos establecida. En la zona xI+ < 400 la la disipación valdrá:

según (9-284). El nodo I se halla a una distancia xI = )x/2 de la pared, y para tener en cuenta el efecto de ésta, en
cualquier caso ha de situarse antes de la zona plenamente turbulenta. Utilizaremos pues esta expresión para eliminar
la ecuación de balance de g en el nodo I y tendremos
170 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-361)

Al no existir un nodo E, en el punto I (P) no podemos establecer un flujo procedente de aquel y cada nodo como el
I, la ecuación (9-330)

ha de incorporar el valor en el contorno NB (Ne) en vez de NE. La forma depende de las condiciones de contorno para
las variables escalares, que pueden ser dos, véanse las figuras 9.22a y b.

(a)

(b)

Figura 9.22. a) Condición de contorno de 1ª especie. a) Condición de contorno de 2ª especie.

Si se conoce NBn+1 (condición de contorno de 1ª especie, figura 9.22a) ya se dispone de la información para plantear
el balance del nodo, haciendo:

(9-362)

con

(9-363)
9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 171

de modo que las condiciones de contorno se introducen en la ecuación (9-330) a través de los coeficientes SC y SI del
término fuente.
Si se especifica un flujo JB de Nn+1 (condición de contorno de 2ª especie) en el punto B (e) de la frontera, figura
9.22b, debe establecerse una ecuación adicional para determinar NB, lo que se hace con la fórmula del flujo (9-359)
[(9-320)], expresada en función de NB y NI.. Con esta relación se elimina NB de la ecuación del balance (9-330)
aplicada al nodo I, de forma que las incógnitas del sistema son sólo las correspondientes a los nodos internos. Así
tendremos en la ecuación de balance,

(9-364)

La aportación (o disipación) de calor se introduce a través del término fuente y tendremos las expresiones siguientes.
En la zona de transición, 11,8 < xI+ < 400,
(9-365)

y, de acuerdo con (9-290),

(9-366)

donde 1+ se obtiene del perfil adimensional turbulento, (7-594).


En la zona laminar, xI+# 11,8 y por (9-292),

(9-367)

(9-368)

Cuando se desea TP, se establece mediante un balance de energía, con un flujo de calor en la pared nulo (ae nulo).
Para y+ < 11,8, véase la figura 9.22, ae = 0.
Finalmente, para una variable vectorial como la velocidad, las condiciones de contorno se establecen con las
componentes de la misma, planteando su ecuación en el punto I, véase la figura 9.23.

Figura 9.23.

En coordenadas cartesianas y con el mallado escogido, la componente u normal a la superficie es nula, o sea aE = 0,
y sólo existe la paralela v, que nos permite hallar la fuerza (tensión) de fricción en la pared, dada por (9-287),
172 Capítulo 9 Transferencia de masa....

y con ella la fuerza, de módulo J0 )y, que introduciremos a través del término fuente. Estas fórmulas nos permiten
evitar la necesidad de una malla muy fina para tener en cuenta las subzonas laminar y de transición.
Si la distancia xI = )x/2 del nodo a la pared corresponde a que éste se halle en la zona laminar, x+# 11,8, para
estimar la tensión de fricción en un punto I podemos efectuar la aproximación

(9-369)

Para las condiciones iniciales (contorno al principio del flujo) se han de especificar las distribuciones de las
componentes de la velocidad, la temperatura, k y g, esta última obtenida de la fórmula (9-270). Para las finales se
determina u mediante un balance de masa y se anula el gradiente de velocidad

(9-370)

Para estas condiciones a la salida de la corriente, las expresiones de los coeficientes de la ecuación de balance (9-
334), nos indican que tienden a cero cuando Pe es superior a 10, de modo que si Pe es grande, el valor aguas abajo NB
no afecta a NI, y el coeficiente aB es cero. Para gases Pe suele ser grande, pues ' es pequeño, y, por lo tanto, se puede
tomar aB nulo.

9.8-2 Marcha de cálculo


Una metodología para resolver los sistemas de ecuaciones del tipo del (9-330) es la que se expone a continuación para
sistemas bidimensionales en coordenadas cartesianas..
Se parte de un límite del sistema donde se conoce, o se puede conocer estableciendo el flujo, el valor de N para
una columna (o fila) de nodos y no son conocidos los de la columna (o fila) siguiente, de modo que son las únicas
incógnitas si se dan valores a los de la que viene a continuación, véase la figura 9.24

Figura 9.24

Así, la ecuación (9-330) para el punto P,

(9-371)
9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 173

donde NE y NW son conocidos, se reduce a

(9-372)

donde suprimiendo, por brevedad, la indicación del instante,

(9-373’)

(9-373'’)

(9-373'’’)

(9-373IV)

De este modo, numerando los nodos P desde j = 2 hasta j = N, obtenemos el siguiente sistema de N - 1 ecuaciones;

(9-374)

donde NE y NW son conocidos.


Se puede establecer una fórmula de recurrencia

(9-375)

pues si sustituimos la expresión (9-372) en una de las (9-371), obtenemos

(9-376)

o lo que es lo mismo,

(9-377)

ecuación que coincide con la (9-372) si


174 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-378a y b)

(9-379)

Así se puede hallar las NS de una linea de la forma siguiente:

1º Se determinan las ", $, D y c, para cada punto de acuerdo con las expresiones correspondientes(9-373).
2º Partiendo de que A1 = 0 y c1 = N1, se calculan Aj y c’j para j = 2, ...., N
3º Con las Aj y c’j se calculan las Nj, para J = 2,...N
4º Así se barre todo el sistema de izquierda a derecha, desde i = 2 hasta i = NI - 1, usando los últimos valores
calculados.

De esta manera se resuelven las ecuaciones para las variables energéticas con ecuación escalar: k, g y T. También son
escalares u, v y P, pero están originadas por la ecuación vectorial del balance de cantidad de movimiento. El balance
de masa valora los resultados.

RESUMEN

Hasta este capítulo hemos estudiado la transferencia de energía interna (calor) y mecánica en medios homogéneos, pero
no de forma completa, pues en los que comportan cambio de fase: la condensación y la vaporización, se produce la
transferencia de masa, que no hemos estudiado antes. La transferencia de masa también ocurre sin cambio de fase, en
los sistemas multicomponente, formados por varias especies moleculares. Al analizar esta transferencia, aparece una
nueva característica: la composición, y nuevas variables intensivas: los contenidos específicos de cada especie química,
o concentraciones, por lo que para definir su comportamiento se necesitarán nuevas ecuaciones, una para cada una de
las especies químicas que componen el sistema, aunque una será redundante con la del balance de masa global.
En los sistemas multicomponente el proceso de transferencia de masa sin cambio de fase ocurre a nivel
microscópico, mediante el desplazamiento, denominado difusión, de las moléculas de las distintas sustancias a través
de los medios, cuando existen diferencias de concentración en los sistemas monofásicos o diferencias de potenciales
electroquímicos en los constituidos por fases distintas.
La neutralización de las diferencias de concentración puede ocurre también en las interfases por convección,
fenómeno que ocurre transversalmente al flujo principal, a causa de desplazamiento o turbulencia del fluido y que se
superpone a la difusión. Cuando un fluido multicomponente circula en régimen laminar, la difusión molecular se
complementa con una velocidad ordenada relativa entre las distintas especies, que favorece su segregación, pero como
además la corriente transporta macroscópicamente la masa, se produce la transferencia de masa por arrastre. Si existe
turbulencia, la difusión es superada por el proceso macroscópico y gobierna el arrastre, ya que los torbellinos tienden
a homogenizar la corriente.
La transferencia de masa en sistemas monocomponente sólo ocurre cuando se produce un cambio de fase. Para
la condensación, con la presencia de las fases líquida y gas (vapor) ésta última saturada a Ts y Ps mientras que la
superficie líquida, se hallará a una temperatura Ti inferior a la de saturación, pero superior a la To de la superficie sólida
que soporta al líquido, lo que modifica la figura 7.6 y la condición de contorno (7-92). Si extraemos calor, se produce
la condensación, que corresponde en la interfaz a que la cantidad de moléculas por unidad de superficie y tiempo que
alcanzan la superficie desde el espacio ocupado por la fase gas, sea superior al de las que lo hacen en sentido inverso.
El flujo másico condensado depende del calor eliminado, lo que nos ds la velocidad con la que cambian de fase las
moléculas. De acuerdo con la distribución de velocidades de Maxwell, se establece el flujo de moléculas en el sentido
hacia la interfaz que corrige para tener en cuenta el movimiento desordenado de las moléculas gaseosas, obteniendo
el flujo de vapor que condensa, fórmula (9-20).
Este flujo corresponde a la transferencia en la interfaz vapor-líquido y es en serie con el calculado con fórmula (7-
103), obtenida en el capítulo 7 para una lámina de líquido vertical, con Ti en vez de Ts. Así pues, designando cada flujo
por el número de la fórmula como subíndice, tendremos la expresión detallada (9-21) empleando en la fórmula (7-103)
Ti en vez de Ts. En la práctica, exceptuando los metales líquidos, los valores dados por (9-20) son mucho mayores que
los correspondientes a (7-103), por lo que se toma el valor dado por esta última como el global.
9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 175

El extraordinariamente elevado flujo de calor proporcionado por el mecanismo de transferencia molecular entre
vapor y líquido, al transportar calor latente de condensación, explica los altos flujos de calor (los mayores alcanzables
por convección, Tabla 1.2) obtenidos en la condensación en gotas.
Para cuantificar la presencia de una especie en una mezcla, la variable intensiva que se usa es la concentración que,
al ser una relación entre magnitudes, es de especificación más compleja que las variables intensivas utilizadas hasta
ahora. Es posible definir la concentración de una espacie i de las formas siguientes:

• Concentración másica, Di, o masa mi de i por unidad de volumen de la mezcla, kg/m3, de modo que la suma de las
concentraciones másicas es la densidad del sistema, que, si P o T no varían, es constante.
• Fracción másica wi o masa mi de i dividida por la masa total m; o lo que es lo mismo, concentración másica de i
dividida por la densidad, tanto por uno. Evidentemente su suma es la unidad.
• Concentración molar ci o número de moles ni de i por unidad de volumen de la mezcla, moles/m3.
La suma de las concentraciones molares de todos los componentes se denomina concentración molar total c. En
ausencia de cambios químicos (reacciones) c es constante.
• Fracción molar, xi, número de moles ni de i dividido por el numero total de moles n, tanto por uno. A menudo se
emplea el símbolo yi para gases y xi para líquidos y sólidos.

Debido a las diferentes masas de las moléculas de un fluido multicomponente en movimiento, las distintas especies
se desplazan a velocidades desiguales, las cuales no coinciden con la media de la mezcla global, por lo que son causa
de la segregación de especies en los fluidos.
Mientras no indiquemos lo contrario, las velocidades que aparecen en las ecuaciones será las denominadas
ordenadas según una dirección, o medias, véase la figura 7.14, la fórmula (7-425), etc.
Definimos una velocidad absoluta instantánea (referida a unos ejes fijos) v ± dv, nos permite calcular la velocidad
media absoluta instantánea de las moléculas de la especie i, dada por la fórmula (9-38).
Esta velocidad se denomina velocidad global másica u,

(9-39)

y es la que provoca el arrastre. También se define el vector velocidad global molar.


Con respecto a la velocidad global de la masa, el vector velocidad diferencial se denomina de difusión de cada
especie i. Esta velocidad es la relativa, igual a las absoluta de cada especie i menos la de arrastre común,

(9-41)

Análogamente, tenemos el vector velocidad media molar de difusión.


Se define el flujo másico total o absoluto Ni de una especie molecular i, como un vector que indica el caudal
másico, o molar, de una especie química, que pasa por la unidad de área normal a la dirección de su desplazamiento.
Empleando la velocidad absoluta u, este flujo queda definido respecto a unos ejes fijos en el espacio ,

(9-46)

Asimismo se define el molar absoluto,

(9-47)

En forma coherente con la definición de derivada sustancial, se obtienen los flujos relativos denominados flujos de
difusión:

(9-48)
176 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-49)

De este modo, con valores instantáneos tenemos que el flujo total es la combinación de la difusión y el arrastre:

(9-50)

con valores instantáneos o en estado estacionario. Análogamente para flujos molares.


En un sistema reactivo, en el cual varia la cantidad de cada especie de acuerdo con el desarrollo de una reacción
química, partiendo de la expresión integral del teorema de Reynolds del transporte (3-11), el primer miembro de la
ecuación no será nulo, pues la variación de la masa en el tiempo no lo es, y si Ti kg/m3s es la producción (desaparición)
por unidad de volumen, se obtiene:

(9-59)

Tenemos una ecuación para cada componente, de las cuales sólo N-1 son independientes porque se ha de verificar el
balance de masa global.
Como ocurre con el balance de energía, su cuantificación requiere el conocimiento del campo de velocidades y
exige la solución simultánea, o previa si se trata de un líquido cuyas propiedades no dependen de la composición, del
balance de cantidad de movimiento (7-530).
Si existe un componente predominante estacionario, la ecuación (9-63) para un sistema no reactivo, se transforma
en

(9-65)

y el fenómeno es exclusivamente de difusión. En un sistema binario es análogo a la conducción de calor en sólidos.


Si se opera con moles para mezclas reactivas:

(9-66)

donde

(9-68)

es la derivada sustancial molar, distinta de D/Dt.


En estas ecuaciones la variable que las origina, la composición, no aparece explícita, por lo que necesitamos la
ecuación dinámica que relacione el flujo de la especie con la variación de su concentración.
A partir de una descripción microscópica, hallamos una ecuación de la difusión para gases ideales no reactivos,
que extrapolaremos para fluidos cualesquiera. La ecuación que buscamos es la (9-83) con la condición, de acuerdo con
(9-84). Estas ecuaciones, junto con las correspondientes al balance de especies (9-67) nos dan un sistema de 2n
ecuaciones con 2n incógnitas (xi, Vi), lo que teóricamente resuelve el problema de la transferencia estacionaria de masa
en fluidos isotermos.
Para un proceso isobárico (LPi = 0) o gases con la misma masa molecular (x = wi), no polares, con las fuerzas
unitarias de volumen iguales, fi = fj (por ejemplo considerando solamente el peso) y dos componentes A y B, la
9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 177

ecuación (9-83) se reduce la (9-85)


La ecuación (9-85b) nos indica que, si existen gradientes de concentración de las distintas especies moleculares
en el gas, las velocidades Vi de las mismas son distintas, lo que provoca su desplazamiento relativo y el fenómeno que
hemos denominado difusión. Constituye un proceso microscópico espontáneo de desplazamiento molecular que tiende
a igualar las concentraciones en todo el conjunto. Cuando además existe arrastre, la velocidad es un factor que
interviene.
Aunque sólo lo justificamos el caso de mezclas gaseosas, la difusión molecular en cualquier fase cuyas moléculas
son de masas distintas, siempre es debida a la agitación de las mismas. En las fases líquidas e incluso sólidas se reduce
la velocidad del proceso, que en fases sólidas es muy baja.
Para conocer Lxx1 en función de la velocidad de difusión, se define el coeficiente de difusión relativa DAB, de la
especie molecular A en la B, en la relación (9-88) que enlaza el flujo másico con el gradiente direccional de
concentración correspondiente:

(9-89)

expresión que nos indica que las moléculas de cada especie se desplazan en el sentido de la disminución de su
concentración.
De este modo, el gradiente de fracción molar del componente i, se puede escribir como:

(9-92)

(9-93)

Las expresiones (9-92) se denominan ecuaciones de Stefan-Maxwell y se ha establecido para sistemas multicomponente
monodimensionales, con las condiciones antes indicadas que las idealizan.
Admitiendo estas condiciones puede ponerse en función del flujo másico y Dij tiene un valor constante, igual a D,
la ecuación anterior como flujo de difusión másico,

(9-104)

o “ley” de Fick. También

(9-105)

fórmula en la que el coeficiente de difusión no es único sino el medio del componente i en toda la mezcla, uno para
cada componente.
Operamos con sistemas y difusividades binarios. Para las difusividades se dan fórmulas para su estimación en
mezclas binarias gaseosas, para lar que también se indica un procedimiento de determinación experimental, y líquidas.
Adoptando la fórmula de Fick, (9-104), la ecuación de la conservación de las especies, (9-109), tanto si es
transitoria como estacionaria, contiene un término que corresponde a la difusión y otro al arrastre. Para mezclas
binarias, cuando el problema es isotermo y se elimina el término correspondiente al arrastre, como en el caso de
difusión en sólidos, se resuelve con la ecuación (9-111) de la conservación de especies exclusivamente. Si la ecuación
ha de conservar el término correspondiente a el arrastre, caso de fluidos que no estén en reposo, se precisa también el
balance de cantidad de movimiento, aunque si se considera un fluido con propiedades constantes (líquido perfecto)
e independientes de la composición, puede ser resuelto de forma independiente. Caso de que el sistema no sea isotermo,
en el caso de sólidos ideales, en los que las difusividades son constantes, se prescinde del balance de energía.
Los sistemas isotermos con dos componentes A y B no reactivos permiten un tratamiento unificado con el de la
transferencia de calor. En un medio monodimensional, uniforme y estacionario B, en la superficie límite del cual existe
una concentración constate de un segundo componente A, la transferencia de masa se limita a la difusión
exclusivamente y la ecuación (9-112) se reduce a
178 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-143)

Si en la superficie se mantiene una concentración constate del segundo componente B, con la sustitución de T por wA
y " por DAB, esta ecuación y las condiciones inicial y de contorno correspondientes, coinciden con las del problema
de conducción analizado en el aparatado 4.3-2.1-1.
En un sistema tridimensional, la difusión de A en un medio B estacionario, en estado estacionario, las ecuaciones
para la difusión formalmente coinciden con la (3-109) y la (3-111), con sustitución de variable y parámetro, por lo que
las soluciones obtenidas en capítulo 4 para la conducción en medios estacionarios (sólidos) serán, con el cambio de
las magnitudes correspondientes, válidas para la difusión con condiciones de contorno equivalentes.
La correspondencia de las variables y parámetros adimensionales es la mostrada en la tabla 9.4. Para su
determinación las propiedades son las correspondientes al medio estacionario, excepto la difusividad, definida por la
pareja.
La analogía expuesta hasta ahora es adecuada para sólidos uniformes como los metales, pero no para productos
heterogéneos, como muchos de origen orgánico (maderas, alimentos, etc.) entre otros.
Se denomina convección másica a la transferencia de componentes entre un flujo de fluido multicomponente y una
superficie de composición distinta o entre dos fluidos multicomponente poco miscibles; es decir, a la transferencia de
masa entre fases multicomponente en movimiento relativo. Se llama forzada cuando el flujo es impuesto y natural
cuando es debido a diferencias de densidad.
La difusión por convección se enfoca de dos formas. La más rigurosa se expone en el apartado 9.7 y se incluye
en la denominada “Computational Fluid Dynamics.” Por otro lado la utilizada para la transferencia interfacial, es la
que define unos coeficientes de transferencia superficial entre una fase y una superficie, y extrapola la “ley” de Newton
a la transferencia de masa, con la expresión (9-147) y variantes (9-148) a (9-150).Todas estas expresiones son
instantánea. Normalmente prescindimos del subíndice A, sobrentendiendo que las fracciones molares corresponden
al soluto (componente en menor proporción).
Los coeficientes superficiales kc, etc. así introducidos, verifican exactamente las igualdades anteriores si se
determinan directamente a través de medidas experimentales, pero no si se obtienen a través de la analogía entre
temperatura y concentración, limitada a mezclas binarias, pues entonces el flujo másico es el de difusión J*, aunque,
normalmente, las condiciones que comporta la obtención de resultados válidos con la analogía anterior, hacen que N*
• J*.
La determinación del campo de concentraciones requiere la resolución de los balances de cantidad de movimiento
y de especies que, con la suposición de líquidos ideales (propiedades constantes) se puede efectuar para el primero por
separado. Por otro lado, la ecuación (9-151) coincide formalmente con el balance de energía térmica de un líquido ideal,
(7-19), salvo el cambio de la variable T y del parámetro ", lo que nos indica que podremos utilizar las ecuaciones
obtenidas en los apartados 7.3-3.2, 7.3-4.3 y 7.3-4.4, aunque limitando su aplicación a sistemas diluidos en A, pues la
transferencia de masa comporta una cantidad de movimiento normal a la pared. Para calcular los coeficientes de
convección másicos, basándose en la misma analogía temperatura-composición, se pueden establecer unos números
adimensionales definidos por las propiedades y las condiciones de contorno, con los que se pueden adaptar las
soluciones obtenidas en el capítulo 7 anterior o establecer correlaciones con medidas experimentales. La aplicación
de esta metodología está limitada a mezclas de dos componentes, A y B, con pequeñas variaciones de la concentración
de A, o sea de propiedades constantes, añadiremos que además han de ser independientes de la composición, en la
práctica mezclas diluidas gaseosas. Estas ecuaciones de balance se pueden adimensionalizar. De esta forma, obtenemos
nuevos parámetros adimensionales, exclusivos del balance de especies, número de Schmidt, Sc, y el de Sherwood, Sh,
Las soluciones para la transferencia de masa (empíricas o analíticas) obtenidas con la condición de contorno vy = 0 y,
si la transferencia de masa es pequeña, pueden emplearse, con el cambio de variables correspondiente sustituyendo el
número de Nusselt por el de Schmidt y el de Prandtl por el de Sherwood, en las ecuaciones para la transferencia de
calor obtenemos unos resultados aplicables a la transferencia de masa, cuando esta no es muy grande. Con estos
números adimensionales, calculados con las propiedades del fluido B, excepto la difusividad, tenemos las
correspondencias mostradas en la tabla 9.5, de modo que, cuando las condiciones de contorno puedan suponerse
equivalentes, podremos adaptar las fórmulas establecidas para la transferencia de calor, a la transferencia de masa.
En la práctica las condiciones que comporta el uso de la analogía: pequeño flujo másico normal a la interfaz y bajas
concentraciones, hacen que
9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 179

y, de este modo tenemos una condición de contorno análoga a la de 3ª especie,

(9-171)

que nos da una conductancia específica adimensional, designada como número de Sherwood, ShL. Normalmente
utilizaremos como coeficientes superficiales ky y ky relacionados con kc mediante

(9-172)

Se muestra, para un caso concreto, como es posible corregir los coeficiente de convección másica obtenidos
despreciando el flujo normal a la superficie (vy = 0).
Aparece un número adimensional que no tiene equivalente en el transporte de energía, el de Lewis, Le = 8/D cP
DAB = " /DAB, que corresponder a los balances de energía térmica y especies, que se utiliza para el estudio de las
transferencias de calor y masa simultáneas.
Para la transferencia de masa entre dos fases fluidas se utilizan dispositivos de contacto continuo, que se pueden
dimensionar con un modelo para la transferencia entre dos fases fluidas, el de las dos resistencias, véase la figura 9.9.
Supone que en la interfaz las concentraciones de los componentes son las de equilibrio dinámico entre ambas fases,
de forma que el flujo molar local instantáneo de A, es:

(9-186)

donde x e y son las fracciones molares de A en cada fase y xi e yi, las fracciones molares de A en equilibrio en la
interfaz de las fases, siendo z la posición de la sección.
Dada la relación entre las concentraciones de equilibrio del soluto en las dos fases, y = Y(x), denominada línea de
equilibrio, si disponemos de los valores de los coeficientes de película ky y kx podemos calcular las fracciones molares
en i y el flujo másico local instantáneo. La solución se muestra en la figura 9.10a y los ejemplos 9.13 y 9.14.
No se pueden medir directamente los coeficientes de película ky y kx. Puede obviarse esta dificultad aplicando,
como en la transferencia de calor, un coeficiente superficial global local referido a las concentraciones de cada fase,

(9-188)

donde x* e y* son las concentraciones de A en equilibrio con la composición de cada fase en la sección estudiada, es
decir, x* = Y-1(y) e y* = Y(x), véase la figura 9.10b. El subíndice A se da por sobrentendido.
Los coeficientes globales están relacionados con los de película. Así se puede definir una resistencia al proceso
que es la suma de las resistencias en cada fase.
Normalmente no es posible medir directamente el área efectiva de la interfaz. Puede eliminárse este problema con
los valores experimentales utilizando coeficientes volumétricos tales que en mezclas binarias,

(9-190)

donde a es el área específica por unidad de volumen del medio a través del cual circulan las corrientes. Así se pueden
determinar experimentalmente los coeficientes globales entre dos fases, Ky a y Kx a. También se puede determinar
experimentalmente ky a en los casos en los que la resistencia de la fase líquida es despreciable, de modo que Ky a • ky
a. Por otro lado, con la medida de la disolución de gases con poca solubilidad, es posible hallar kx a. Estos coeficientes
son los que utilizamos.
A partir de este modelo, se establece uno para el lecho que efectúe la transferencia de un soluto A entre dos
corrientes, L y V, de fases inmiscibles en contacto, circulando paralelamente, en sentido contrario (contracorriente) o
en el mismo (equicorriente). Cabe la posibilidad de que sólo uno de los componentes esté presente en las dos,
180 Capítulo 9 Transferencia de masa....

componente que hemos designado como soluto y el subíndice A, mientras que el otro componente será distinto en cada
fase. Esta operación se denomina, según el caso, absorción, despojado (striping) o extracción. La otra posibilidad es
que los componentes de las dos fases sean los mismos, pero con concentraciones distintas en cada una de ellas, en cuyo
caso la operación se denomina destilación.
Para el caso de contracorriente, véase la figura 9.11, el balance de masa se convierte en una recta de pendiente
LS/VS:

(9-195b)

lugar geométrico de todos los puntos correspondientes a las concentraciones de A en cada fase a lo largo del lecho y
que denominaremos línea de operación. Véase la figura 9.12.
Análogamente, para la circulación equicorriente. Para cada operación de transferencia existe una relación de
caudales, límite (mínima para la transferencia de la fase V a la L, absorción, y máxima para el caso contrario,
despojado) determinada por las concentraciones iniciales en cada fase y las obtenidas resolviendo el sistema formado
por las ecuaciones de la recta de operación y la línea de equilibrio Y = Y(X),véase la figura 9.13.
La integral

(9-205)

se denomina Número de Unidades de Transferencia (NTU). Asimismo se denomina Altura de una Unidad de
Transferencia (HTU) a la combinación de caudal específico y coeficiente de transferencia de masa que da una unidad
de transferencia, o sea

(9-206)

De este modo tenemos

(9-207)

Si fijamos la separación deseada, con lo que disponemos (NTU)Og , y tenemos correlaciones para kya y kxa, que nos
permiten calcular KY a, esta ecuación nos da la altura operativa necesaria para la operación.
El dimensionado del lecho se completa con la determinación de su diámetro a partir del cálculo de la sección,
que se ajusta a la pérdida de presión, que relacionamos con la sección mediante la ecuación de Hsu.
Para mezclas diluidas, en el caso de una fase líquida y otra vapor a una opresión total P, la relación entre las
concentraciones en equilibrio en cada fase se puede ajustar a la ley de Henry, (9-218). De este modo se obtiene la
expresión más simplificada,

(9-231)

siendo la causa motriz * = y - y*.


La descripción más general posible del comportamiento de un fluido es la correspondiente a uno multicomponente
en régimen turbulento. En este caso a las ecuaciones vistas en capítulo 7, hay que añadir las del balance de especies
que hemos obtenido aquí. Como los otros balances, esta ecuación es aplicable local e instantáneamente, sea cual sea
el régimen. En régimen turbulento la ecuación del balance de especies, se reduce a:

(9-233)
9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 181

Análogamente utilizando wA. El balance global de masa es la suma de todas las ecuaciones correspondientes a las
especies y, en consecuencia, redundante.
El análisis teórico general del comportamiento global de un fluido multicomponente, requiere resolver las
ecuaciones, aplicadas a la unidad de volumen de fluido, correspondientes al:
• Balances de especies (suponiendo Dij = D y ,dij = ,d constantes, gas a presión constante y fuerzas de volumen por
unidad de masa iguales para todas las especies)
• Balance de cantidad de movimiento [generalización de (3-78)]
• Balance de energía térmica (entalpía), suponiendo la presión constante, en la práctica una variación pequeña frente
a la presión absoluta del sistema [generalización de (3-100)]
La forma de estas ecuaciones se pueden uniformizar para una variable escalar genérica N, de modo que si la sustituimos
en cada caso por 1 (factor de D), wi, ux, uy o T, y consideramos una difusión generalizada ' = (D) (difusividad efectiva)
que represente DDef., D<ef., D"ef., obtenemos cada una de las ecuaciones de balance. Esta forma uniforme es:

(9-251)

ecuación en la que los cuatro términos en el orden mostrado son: el transitorio, el de arrastre, el de difusión y el fuente
y en la que el término fuente S agrupa, a modo de cajón de sastre, lo que no se ajusta a los términos temporal, de
arrastre y de difusión. Tanto ' como S son expresiones específicas para cada variable N. Además ', para incluir el
efecto de la turbulencia, nos introduce nuevas incógnitas que evaluamos mediante el proceso denominado cierre de las
ecuaciones de turbulencia.La ecuación (9-251) se puede utilizar también para determinar de las difusividades
turbulentas, lo que homogeiniza los cálculos. Como los flujos de las especies químicas no son las variables que originan
el fenómeno, sino las concentraciones de las mismas, hemos establecido una relación entre concentraciones y flujos
que nos ha permitido tener tantas incógnitas como ecuaciones.
Aunque seguimos aplicando la hipótesis simplificadora de considerar constantes las propiedades de las sustancias,
el conjunto de ecuaciones escalares obtenido no puede ser un sistema lineal, pues cP, D, 8 y : son funciones de la
composición del sistema, o sea de las wi. Finalmente, para la transferencia de masa tendremos la ecuación:

(9-254)

donde Ji es el flujo másico de la especie i normal a la superficie en la estación x dada, y la velocidad de la especie i
normal a la misma superficie.
Al ser la turbulencia de génesis fluidodinámica, se ha concebido el modelo de las difusividades turbulentas a partir
de campo de velocidades. La descripción física de la turbulencia parte del concepto de número de Reynolds y del de
escalas de la turbulencia. Consideramos que, para números de Reynolds elevados, se establece un transporte de energía,
mantenido por aportaciones externas, desde el flujo principal a los grandes torbellinos de la escala exterior. Estos
torbellinos se renuevan automáticamente y en los torbellinos de la escala exterior predominan las fuerzas de inercia,
por lo que no comportan disipación y permite establecer un balance de la fluctuación de energía cinética, k. Por otro
lado, la interacción entre si de los torbellinos conduce a la aparición de torbellinos de dimensión l más reducida y de
mayor velocidad angular, y así sucesivamente. Como el proceso se repite muchas veces, para los torbellinos más
pequeños predominan las fuerzas viscosas, con la consiguiente disipación, aunque representan una pequeña fracción
de la energía cinética total de la corriente fluida. Los torbellinos de la escala externa son fluctuaciones de baja
frecuencia, z, y su energía cinética se va transfiriendo, sin pérdida apreciable, a fluctuaciones de escala cada vez menor
y frecuencia mayor, hasta llegar a un cierto valor l0, a partir del cual son de pequeña escala, de gran frecuencia y disipan
energía mecánica convirtiéndola en interna (calor). Esta disipación de potencia por unidad de masa del fluido la
denominamos g.
Exponemos una metodología para la resolución por diferencias de las ecuaciones de balance. Ante todo,
transformamos la expresión genérica (9-251) en una ecuación de diferencias. Para ello hemos considerado un sistema
bidimensional en coordenadas cartesianas y establecemos una malla de dominios rectangulares con los nodos en su
centro, de modo que, en un nodo P, la unión con sus vecinos determina los "conductos" que lo comunican con los
mismos. De acuerdo con la ecuación y esta estructura, el sistema de ecuaciones implícitas que representa con
diferencias finitas un balance general en un sistema bidimensional de N nodos, es el (9-294). Así llegamos a la ecuación
que establece el valor de la variable N en el nodo P en función de los valores de los flujos en las fronteras del dominio
con los vecinos. Para tener un sistema de N ecuaciones con N incógnitas, necesitamos conocer estos flujos. Obtenemos
la relación entre la variable independiente N y su flujo J en una sección, a partir de uno de los conductos entre P y sus
vecinos. Considerando la variación temporal despreciable frente a las espaciales, obtenemos el valor intermedio de N,
entre los nodos E y P en función de los valores en los extremos del intervalo:
182 Capítulo 9 Transferencia de masa....

(9-308)

Definimos

(9-314)

y tenemos

(9-315)

Un valor del número de Peclet mayor que uno, significa que predomina el arrastre y uno menor, que lo hace la difusión,
mientras que el signo indica el sentido del arrastre.
El caudal por el conducto P-E, flujo en un punto frontera del dominio, es:

(9-316)

y análogamente para los otros conductos restantes.


Podemos escribir:

(9-322a)

Identificando:

(9-322b, c,d)

Debe tenerse en cuenta que, mientras que la difusión siempre es en la dirección del gradiente de N, no ocurre lo mismo
con el arrastre, que en una dirección dada puede tener los dos sentidos, positivo o negativo. Así Ne puede ser igual
a NE si Fe < 0 o igual a NP si Fe > 0. La expresión propuesta cubre estas alternativas.
Se propone la aproximación “Power-law scheme”, o “enlace con la potencia 5ª”, siguiente:

(9-328)

La ecuación buscada, es la (9-330),

(9-330)

que garantiza el sentido correcto del arrastre. Los coeficientes de la ecuación (9-330) no pueden ser negativos, por lo
que nos da soluciones físicamente coherentes.
Para las proyecciones del balance de cantidad de movimiento, al especificar el campo de presiones en los nodos,
las velocidades quedan establecidas en las fronteras, de modo que se ha de trabajar con una malla de nodos desplazada
para las velocidades, véase la figura 9.21, mientras que las restantes variables se calculan en los nodos. Si se supone
un campo de presiones P* conocidas, las ecuaciones (9-330) anteriores forman un sistema implícito de 2N ecuaciones
para las velocidades. Así, las ecuaciones (9-330) forman un sistema implícito de 2N ecuaciones para las velocidades,
siendo N el número de nodos considerados. Una vez resuelto, obtenemos un campo de velocidades u* y v*, que será
correcto si las presiones supuestas lo son. Tenemos
9.8 Resolución por diferencias de las ecuaciones de balance 183

(9-344)

con

(9-346)

(9-347)

Para determinar el campo inicial de presiones P*, calculamos un campo de velocidades u* ficticio despreciando el
efecto de las diferencias de presión en la ecuación (9-338),

(9-351)

donde las velocidades uvo son las de los nodos vecinos, estimadas. Si el campo de velocidades es el correcto, b = 0.
Las etapas del cálculo se estructuran de la forma siguiente:

1º. Supónganse unos valores racionales para las difusividades turbulentas y las componentes de las velocidades.
2º. Calcúlense los coeficientes de los balances de cantidad de movimiento y, con ellos , las componentes u+ y v+
con ecuaciones como la (9-351)

mediante la sustitución de los valores de las velocidades vecinas el 2ª miembro de la ecuación.


3º. Calcúlese el término b según la ecuación (9-350)

y con él, resuélvase la ecuación (3-353)

para determinar el campo de presionas P correspondiente.


4º. Tomando estas presiones como P*, resuélvanse las ecuaciones de cantidad de movimiento (9-338)

para obtener u* y v*.


5º. Con estos valores recalcúlese el término b con la ecuación (9-354)
184 Capítulo 9 Transferencia de masa....

y con el valor obtenido, se calcula la corrección de presión con la ecuación (9-347)

6º. Con los valores P’, se corrigen, con la ecuación (9-346), las velocidades u* y v*

7º. Resuélvanse las ecuaciones de diferencias (9-331) de las otras variables N, tales como la temperatura, la
concentración y los parámetros que definen la turbulencia., para actualizar los coeficientes de las ecuaciones.
8º. Vuélvase a la etapa 2ª con el nuevo campo de velocidades.

Queda establecer las condiciones de contorno. Por ejemplo, para y+ > 11,8, el flujo de calor en la pared se introduce
a través del término fuente, con:

(9-366)

donde T+ se obtiene de (7-594), etc.


Finalmente se expone una metodología iterativa para resolver los sistemas de ecuaciones del tipo del (9-216).
Se parte de un límite del sistema, donde se conozca para una columna (o fila) de nodos, el valor de N y la marcha de
cálculo para hallar las NS de una linea es:

1º Se determinan las ", $, D y c, para cada punto de acuerdo con las expresiones correspondientes.
2º Partiendo de que A1 = 0 y c1 = N1, se calculan Aj y c’j para j = 2, ...., N
3º Con las Aj y c’j se calculan las Nj, para J = 2,...N
4º Así se barre todo el sistema de izquierda a derecha, desde i = 2 hasta i = NI - 1, usando los últimos valores
calculados.
© Bartomeu Sigalés

10 Convección gobernada por las fuerzas


gravitatorias (II). Con cambio de fase

Introducción

En el capítulo 7 tratamos la transferencia de calor con cambio de fase, es decir, con transferencia simultánea de
masa, a partir de una descripción fenomenológica, prescindiendo de analizar el mecanismo. Se presentaron
modelos en los que se podía considerar que, al igual que la convección sin cambio de fase, el fenómeno estaba
controlada por las transferencias de cantidad de movimiento y de energía. Así, se resolvieron los problemas con
ayuda tan sólo de las ecuaciones que describen estos mecanismos. En éste capítulo proseguiremos dicho análisis,
pero introduciendo modelos microscópicos que nos ayudarán a comprender mejor la génesis y la evolución del
proceso.
Estudiaremos solamente substancias puras y en equilibrio, de modo que, al existir un solo componente, en las
interfaces planas la presión de vapor del líquido será igual a la de la fase gas. En estas condiciones coexisten las
dos fases, aunque sus proporciones puedan variar, y decimos que el fluido está saturado. Analizaremos los dos
cambios posibles de fases fluidas saturadas: vapor-liquido, denominado condensación y liquido-vapor,
denominado ebullición si es violenta1 y evaporación en caso contrario, véase la figura 10.1, aunque nos
limitaremos a las condiciones en las que el fluido esté alejado del punto crítico. Prescindiremos de los cambios
con fases sólidas.

Figura 10.1. Conjunto de fenómenos térmicos de cambio de fase de un fluido saturado en presencia de una superficie sólida a una
temperatura To distinta de la del fluido, Ts, siendo )Ts = To - Ts.

Todos los fenómenos de transferencia de masa entre fases distintas, conllevan el simultáneo trasvase de energía
con el entorno para efectuar la aportación o la extracción del calor latente correspondiente. La aportación de calor
manteniendo la temperatura constante, al significar un aumento de entropía (dS = *q /T)., desestabiliza la fase
líquida, más ordenada, y estabiliza la vapor, más desordenada, y viceversa la extracción.
Excepto en la zona cercana al punto crítico, la gran diferencia de densidad entre líquido y vapor hacen que la
convección sea mantenida por las variaciones de densidad, siendo por lo tanto siempre natural o mixta. Por este

1
Debido a que se inicia alterando la posición natural de las fases en el campo gravitatorio.

185
186 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

motivo, cuando el fluido global esté en movimiento tenemos que distinguir si la circulación es horizontal o
vertical 2 y, en este último caso, si a favor de la gravedad u opuesta a la misma. Asimismo hemos de tener en
cuenta si las dos fases circulan en el mismo sentido (equicorriente) u opuesto (contracorriente). Además, la
misma diferencia de densidades hace que líquido y vapor tiendan a circular independientemente, especialmente
a bajas velocidades y en tramos verticales. Así pues, cuando exista transferencia de calor, procesos diatérmanos,
consideraremos la convección natural, pudiéndose sumar la provocada por fuerzas externas que propulsen las
masas de fluidos en movimiento, pasando a ser mixta, pero nunca forzada exclusivamente.
La exposición se limitará al estudio del estado estacionario. Asimismo, sólo se considerarán sistemas
monodimensionales, en concreto placas y conductos; en estos últimos tanto la ebullición y la condensación en
la superficie interior como en la exterior. Para los casos con circulación interna consideraremos tan sólo
conductos de sección circular: tubos y tuberías, y para la externa, haces de tubos lisos.
El problema general, por definición de transferencia de calor, trata procesos diatérmanos, pero en la convección
mixta incluiremos, además de éstos, los adiabáticos por la importancia y complejidad de las pérdidas de presión
que provoca su circulación por los conductos. De acuerdo con lo visto antes tratando la convección, nos interesa
el cálculo de las pérdidas de presión en función del caudal en los sistemas adiabáticos con circulación y para los
sistemas diatérmanos, además, la determinación de la transferencia de calor. En concreto:

. Cambio de líquido a vapor, ebullición, incluyendo dos situaciones básicas:


. Cambio de fase con el líquido estancado o en vasija3, convección natural, a su vez desglosada
en configuración discreta (burbujas) y en continua (película) que aparecen en forma secuencial.
. Cambio de fase con circulación forzada o en conducto4, convección mixta, desglosada de la
misma manera.
. Cambio de vapor a líquido, condensación:
. Cambio de fase del vapor estancado, en forma discreta de gotas5, convección natural.
. Cambio de fase en reposo o con circulación, con formación de película continua6, convección
natural o mixta.
En la condensación las configuraciones discreta y continua son independientes y mutuamente
excluyentes, a diferencia de la ebullición.

Como consecuencia de la mayor área de interfaz entre ambas fases, la transferencia de calor en las
configuraciones en las que la nueva fase se mantiene discretizada, es mucho mayor que en las que se forma una
película continua. Por otro lado, la cuantificación de fenómeno requiere más información en el primer caso que
en el segundo.
Desda el punto de vista práctico, el aspecto más importante de la transferencia de calor por convección con
cambio de fase, es que, como se señaló en el primer capítulo (Tabla 1.2), las potencias específicas que se
alcanzan son, al menos, un orden de magnitud superiores a las que se pueden obtener sin cambio de fase.

10.1 Saturación, sobrecalentamiento y sobrenfriamiento. Nucleación

Cuando la presión parcial de una sustancia en fase vapor es igual a la parcial de la misma en el líquido en
equilibrio, decimos que el vapor está a su temperatura de saturación y que se encuentra en su punto de rocío.
Análogamente, cuando la presión parcial de una sustancia en fase líquida es igual a la parcial de la misma en el
vapor en equilibrio, decimos que el líquido está a su temperatura de saturación y que se encuentra en su punto
de burbuja. Cuando se trata de sustancias puras, las proporciones de las dos fases saturadas pueden variar, de

2
Incluyendo las posiciones intermedias.
3
En la literatura anglosajona "pool boiling".
4
En la literatura anglosajona "forced boiling".
5
En la literatura anglosajona "drop condensation".
6
En la literatura anglosajona "film condensation".
10.1 Saturación, sobrecalentamiento y sobrenfriamiento. Nucleación 187

acuerdo con las aportaciones o sustracciones de calor, sin que se alteren ni la temperatura ni la presión del
sistema, mientras que en el caso de mezclas si varían las proporciones de las fases, lo hacen su composición, la
presión y la temperatura, complicando extraordinariamente el problema.
Limitándonos a substancias puras, en un diagrama P-V, figura 10.2b, la zona de coexistencia de las fases líquida
y gas (vapor), es decir, cuando está saturada, es la rayada en la misma figura. En uno T-V, figura 10.2 c, lo mismo
y en uno T-P, figura 10.2 d, la curva indicada.

Figura 10.2. Relaciones presión-temperatura-volumen de una sustancia.

En el diagrama P-V, véase la figura 10.3, las líneas de saturación son la HP para los cambios líquido-gas y la LP
para los gas-líquido y las zonas de líquido estable, líquido sobrecalentado metastable, mezcla líquido-gas
inestable, gas sobrenfriado metastable y gas estable, las indicadas. En la misma figura se muestra una isoterma
cualitativa, ABCEFG, establecida de acuerdo con una ecuación de estado cúbica que tenga en cuenta el volumen
de las moléculas y las fuerzas interactivas entre ellas, es decir. del tipo Van der Waals (Johannes Diderik Van
der Waals, Leiden 1837-Amsterdam 1923). La (7-120b) de Redlich-Kwong, introducida en el apartado 7.2-4,

(10-1)

es de este tipo y presenta dos extremos locales en la zona de coexistencia de ambas fases en equilibrio, como
muestra la figura 10.3. Si, refiriéndonos a la misma figura, partimos de la unidad de masa en fase líquida, punto
A del diagrama , y vamos añadiendo calor sin permitir que varíe la temperatura, efectuaremos una evolución
isotérmica ABCDEFG.
188 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Figura 10.3. Cambios de fase en un diagrama P-V.

Inicialmente tenemos la evolución de A a B, que corresponde a un líquido sobrenfriado que alcanza la saturación
en equilibrio en el punto B y que puede seguir existiendo como fase homogénea (única) en equilibrio metastable,
líquido sobrecalentado, hasta el punto C, pues en el tramo BC se verifica que

(10-2)

o sea que disminuye la presión aumentando el volumen, evolución acorde con el principio de Le Chatelier.
Sin embargo, a partir del punto C la curva comporta

(10-3)

o sea que al disminuir la presión también lo haría el volumen, evolución que contradice el principio de Le
Chatelier y por tato no puede mantenerse, es inestable y la fase homogénea debe descomponerse en dos: gas
(vapor) y líquido, con una discontinuidad del volumen y produciéndose la ebullición. El punto C se denomina
punto espinodal líquido y su lugar geométrico, que termina en el punto crítico P, curva espinodal del líquido.
El tramo siguiente CDE, no responde a la existencia de ninguna de las dos fase puras homogéneas y da un sistema
heterogéneo, hasta que, a partir de las condiciones en E, punto espinodal gas, puede existir una única fase
homogénea gaseosa sobrenfriada, en equilibrio metastable. Al alcanzar el punto E no puede haber más líquido
y la ebullición culmina: tenemos un vapor (gas) saturado homogéneo y a partir de F, gas permanente (vapor
sobrecalentado). El cambio de fase forzoso, linea CDE es una situación inestable, es decir, fuera del equilibrio,
lo que dificulta un análisis correcto, de modo que aquí expondremos un modelo aproximado, con relaciones
basadas en el equilibrio exclusivamente7.
Así pues, un líquido en reposo absoluto y sin partículas contaminantes, al aumentar su temperatura por encima
de la de saturación se debería mantener homogéneo, en equilibrio metastable, hasta el punto espinodal, definido
por

7
Los conceptos de temperatura y presión, y las propiedades como densidad, tensión superficial, etc. son ficticios a escala microscópica.
10.1 Saturación, sobrecalentamiento y sobrenfriamiento. Nucleación 189

(10-4a y b)

límite del sobrecalentamiento estable con una sola fase, también denominado ONB8. Utilizando la ecuación de
Van der Waals9, con variables reducidas

(10-5)

el punto espinodal líquido de una determinada isoterma es un mínimo local, en el que

(10-6a y b)

Derivando la ecuación una vez

(10-7)

y aplicando la condición (10-4a) obtenemos la ordenada reducida de la curva espinodal siguiente

(10-8)

que corresponde a un mínimo, pues volviendo a derivar y teniendo en cuenta (10-4a) y (10-5),

(10-9)

de modo que la derivada segunda es positiva para los puntos de la curva espinodal del líquido (Vr < 1),
confirmando que se trata de un mínimo local y negativa para los puntos de la curva espinodal del vapor (Vr >1),
donde la isoterma pasa por un máximo.
Análogamente, anulando la derivada de la presión con respecto a la temperatura, la condición (10-4b) nos da

(10-10)

Las expresiones anteriores a presión reducida nula (en la práctica del orden de la atmosférica) se convierten en

(10-11a y b)

8
Del inglés “Onset of Nucleate Boiling”.
9
La elegimos por su sencillez de manejo sin alterar la esencia del fenómeno,.
190 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

lo que nos proporciona los valores mostrados en la tabla 10.1, en la que los comparamos con los experimentales
y los teóricos obtenidos con un modelo microscópico.

Tabla 10.1 Temperaturas espinodales de líquidos en su punto de ebullición normal (ONB en la


ebullición homogénea), K

Sustancia Experimental10 Calculada con (10-11) Calculada con (10-45)

n-pentano 419 397 419

n-heptano 484 456 485

isopentano 411 389 410

metanol 453 435 451

eter etílico 420 397 413

ciclopentano 453 432 451

ciclohexano 489 469 492

clorobenceno 523 534 524

agua 537 553 539

Con las fórmula (10-7) y (10-9) obtenemos el gráfico de la figura 10.4, que confirma el comentario anterior.
Usando una ecuación más precisa, como las (7-120a) o (10-1), propuestas en el capítulo 7, los valores calculados
se acercan mucho a los experimentales.

Figura 10.4. Temperatura de sobrecalentamiento líquido, o espinodal (ONB homogéneo), reducida, experimental y calculada con la
11
fórmula de Van de Waals .

Así pues, de acuerdo con la teoría del punto espinodal, un líquido sobrecalentado homogéneamente tiene un
límite máximo de sobrecalentamiento sin generación de burbujas, denominado ONB homogéneo, que corresponde
a la intersección de la isoterma a la temperatura de saturación con la curva espinodal del líquido. Con la ecuación
de Van der Waals se obtiene la curva con temperaturas reducidas mostrada en el gráfico de la figura 10.4, en la
que vemos que el lugar de los puntos ONB corta a la curva de presión de vapor en el punto crítico, como es
lógico. En la práctica, los valores del sobrecalentamiento máximo, sin que aparezcan burbujas, de una serie de

10
Cole, Robert, “Boiling Nucleation”,Advances in Heat Transfer, Academic Press: Vol. 10 (1974).
11
Blander, M. y J.L. Katz. “Bubble Nucleation in Liquids”, AIChE J., Vol. 21 (1975), pp. 833-848.
10.1 Saturación, sobrecalentamiento y sobrenfriamiento. Nucleación 191

fluidos puros homogéneos se han determinado experimentalmente12 y correlacionado con la expresión13:

(10-12)

Precisamente por la hipótesis de homogeneidad absoluta, muy difícil de lograr, esta descripción de la ebullición
es teórica y los valores de sobrecalentamiento indicados son muy superiores a los registrados en instalaciones
industriales, domésticas, etc. Por ejemplo para el agua a la presión atmosférica sobrecalentamientos prácticos son
de 10 a 15°C, frente a los 537 - 373 = 164°C que se desprenden de la Tabla 10.1.
Unas consideraciones análogas se pueden efectuar para la condensación y la curva espinodal del vapor (gas).
La iniciación, a nivel microscópico, de una nueva fase en el seno de una continua14, se denomina nucleación. La
nucleación conduce a la formación de burbujas en el caso de la ebullición y gotas en el de la condensación. Para
definir las condiciones en las que se inicia la formación de esta nueva fase, vapor en el caso de un líquido
saturado y líquido en el caso de un vapor saturado, hay que distinguir entre procesos en el seno del fluido y los
resultantes de la interacción entre el fluido y una superficie sólida real (no perfectamente lisa) o impurezas en
suspensión, pues es fundamental el hecho de que exista o no una tal superficie en contacto con el fluido. Caso
de existir, puede tratarse del tabique contenedor que aporte o extraiga calor del fluido, o directamente el elemento
introducido para aportar o extraer calor. Si no existe la superficie sólida15, denominaremos al proceso nucleación
homogénea y si existe, nucleación heterogénea.
El proceso de nucleación homogénea se inicia con la creación, en el seno de una fase, de enjambres de moléculas
que, cuando produzcan gérmenes elementales de una nueva fase, denominaremos embriones, repartidos en la
fase original lo que provoca, inicialmente, que la nueva fase se halle discretizada, es decir, sea discontinua
mientras la inicial permanece continua. En este caso la transferencia de masa y energía no se produce solo en una
interfaz de las dos fases continuas, sino que aparecen multitud de interfaces, dando una gran superficie de
transferencia y afectando a todo el fluido inicial. Si se aporta calor a un líquido saturado, aparecen burbujas en
el seno del mismo, provocando la ebullición, y si se trata de un vapor saturado y si se extrae calor, aparecen gotas
en su seno, produciéndose la condensación. Cuando la nucleación es heterogénea y el cambio de fase aumenta
su severidad, se produce la aglomeración de la nueva fase y ésta adopta una estructura continua, aunque en la
condensación existen factores que pueden mantener la discretización durante todo el proceso.
En la nucleación heterogénea, partículas de sustancias distintas en la fase inicial o superficies sólidas reducen
las barreras de energía y catalizan el fenómeno, de modo que alteran los estados metastables y el cambio de fase
se desarrolla sin requerir tanto salto térmico ni energía inicial como en la homogénea. Así, de acuerdo con las
observaciones experimentales, los sobrecalentamientos requeridos para lograr la ebullición nucleada espontánea
(ONB en la ebullición heterogénea) son muy inferiores a los indicados por la curva espinodal del líquido.
En cualquier caso, los cambios de fase tienen un origen microscópico, que vamos a tratar a continuación de un
modo resumido, exponiendo una teoría simplificada de la nucleación, que nos conducirá a resultados
concordantes con los macroscópicos que acabamos de describir, justificando los cambios de fase
correspondientes16.

12
Las medidas experimentales para conseguir la nucleación homogénea son complejas, véanse los textos de Robert Cole, Blader y Katz,
etc. citados.
13
Sigalés Pueyo, Bartomeu y Arturo Trujillo Ventura, “Modelado de estallidos de recipientes”, Ingeniería Química, Octubre 1990, pp.
465-473.
14
Normalmente en un proceso diatérmano, aunque se pueden obtener también gotas y burbujas adiabáticamente forzando un fluido a
través de pequeños orificios en el seno de un medio distinto envolvente (pulverizadores, rociadores, atomizadores, etc.).
15
Es decir, está muy alejada.
16
Pueden verse análisis rigurosos de estos fenómenos en varios volúmenes de la serie Advances in Heat Transfer, Academic Press:
Merte, Herman, Jr, “Condensation Heat Transfer”, Vol. 9 (1973), pp. 181-272; Cole, Robert, “Boiling Nucleation”, Vol. 10 (1974), pp. 85-
166; Afgan, N.H., “Boiling Liquid Superheat”, Vol. 11 (1975), pp. 1-49; Springer, George S., “Homogeneous Nucleation”, Vol. 14 (1978),
pp. 281-346; Cooper, M.G. “Heat flow rates in saturated nucleate pool boliling- a wide-ranging examination using reduced properties” Vol.
16, en Orlando, 1984, pp. 157-239.
192 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

10.1-1. Procesos homogéneos

El comportamiento macroscópico descrito por las ecuaciones de estado cúbicas se puede explicar, mediante una
teoría cinética, con el mecanismo de la nucleación homogénea. De acuerdo con la misma, en el seno de las
sustancias en fase gaseosa o líquida, existen fluctuaciones locales de densidad debidas al desplazamiento y
vibración de las moléculas. En un gas estas fluctuaciones pueden agruparse como en un líquido y en un líquido
con estructura de vapor (como huecos). Una fluctuación aumenta o disminuye según que exista aportación o
eliminación de moléculas del embrión. Analizaremos sistemas de un solo componente y en estados alejados del
punto crítico y, para concretar, inicialmente consideraremos la ebullición.
Si en una masa de líquido saturado, a Ts, debida a la agitación y vibración molecular, en un punto la presión local
aumenta por una acumulación en él de moléculas más energéticas, dicho punto pasa a una temperatura mayor
Tv, es decir, se sobrecalienta y pueden formarse embriones cuya presión, al ser mayor que la presión que ejerce
el líquido del entorno, cree una burbujita. Para que la energía superficial sea mínima, la forma a la que tienda la
superficie de la burbujita será la esférica, lo que hará que las moléculas de la fase vapor estén interaccionando
con más moléculas en fase líquida que en el caso de una superficie plana, véase la figura 7.5a. Por ello, con
menos moléculas en la fase gas se consigue equilibrar el flujo de moléculas que escapan del líquido y la presión
de la fase gas (vapor), Pv, será menor que la de saturación P4, que ejercería sobre la interfaz plana del líquido
(presión de saturación medida con los instrumentos) a la misma temperatura Tv del vapor sobrecalentado del
interior de la burbujita, véase la figura 7.5b.

Figura 10.5. Presiones de vapor en un sistema líquido saturado-burbuja de vapor. a) Efecto de la concavidad de la superficie líquida. b)
Curvas presión de vapor-temperatura para una superficie plana y una cóncava.

Esto hace que una burbujita17 cuya superficie líquida estará a Pl e incrustada en la masa líquida saturada a Ps,
pueda estar en equilibrio mecánico, cuando su radio permita neutralizar la fuerza de tensión superficial en una
circunferencia diametral, con las resultantes de las fuerzas provocadas por la diferencia de presiones )P = Pv -
Pl = Pv - Ps, sobre los dos hemisferios definidos por la misma, véase la figura 10.6 (recuérdese la figura 7.10) y
así ascender por el líquido a Ts sin colapsarse. Pero, para que exista equilibrio térmico entre la burbujita y su
entorno, se ha de verificar que en ella las temperaturas Tl y Tv (temperatura de sobrecalentamiento del vapor,
punto B en la figura 10.5b) sean iguales, luego la temperatura Tl del límite líquido de la burbuja es superior a la
de saturación, Ts, correspondiente a su presión de vapor, Pl =Ps, punto A en la misma figura.
A la temperatura de sobrecalentamiento Tv, la presión de vapor del líquido en una interfaz plana (r = 4) sería P4
punto C de la figura 10.5b y valor tabulado a dicha temperatura, por lo tanto conocido si se conoce la
temperatura.

17
Que supondremos en toda la exposición esférica.
10.1 Saturación, sobrecalentamiento y sobrenfriamiento. Nucleación 193

Figura 10.6. Equilibrio mecánico de una burbujita.

Estableciendo el balance de fuerzas correspondiente al equilibrio mecánico de una burbuja esférica, véase la
figura 10.6, tendremos,

(10-13)

lo que permite justificar la siguiente relación, debida a Laplace18, entre la tensión superficial, la diferencia de
presión entre el seno (gas) y la superficie (líquido) de la burbujita, y el radio de la misma:

(10-14)

expresión en la que desconocemos Pv, pues a la temperatura de sobrecalentamiento Tv, la presión tabulada es P4
y no Pv.
Por otro lado, como el proceso de cambio de fase de una sustancia se efectúa en un entorno de temperatura y
presión constantes, el potencial termodinámico a considerar es la exergía19, B = U + PsV - TsS, cuyo primer
cambio para que n molécula de la fase líquido a Ps se agrupen para aumentar su presión hasta la presión Pv
correspondiente al líquido que rodea una burbujita, teniendo en cuenta que la presión es función exclusiva de la
temperatura, será:

(10-15)

pues podemos considerar el líquido prácticamente incompresible. A su vez la fase vapor que ocupa la burbujita,
formada por n moléculas, sufrirá un cambio

18
“Sur la théorie des tubes capilaires” Journal de Physique, nº 62, pp. 120-128, Janvier 1806.
19
También llamada disponibilidad, B, en la literatura norteamericana (Sigalés, B, “Bases de la termodinámica química aplicada. Parte I.
Capítulo 3. Termostática microscópica o clásica”, Ingenieria Química, Agosto 1980, p.88), denominación que adoptaremos aquí..
194 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-16)

siendo k la constante de Boltzmann, igual a R/NA-L.


Finalmente, estas moléculas han de mantener la superficie líquida, para lo que su entalpía libre tiene que
aumentar de acuerdo con el área creada:

(10-17)

En consecuencia el cambio total será la suma de los tres:

(10-18)

Como el número de moléculas será la masa de la burbujita dividida por la de una molécula, tendremos:

(10-19)

Teniendo en cuenta esta expresión podremos escribir la ecuación que nos da la variación de la disponibilidad
debida a la formación de una burbujita a una temperatura de saturación del líquido dada, en función de radio de
la misma (recuérdese que Pl = Ps, véase la figura 10.5b),

(10-20)

Representando, de acuerdo con esta fórmula, la variación de disponibilidad en función de r para cada relación
de presiones Pv/Ps, es decir, grado de sobrecalentamiento del líquido, obtenemos curvas de los dos tipos
mostrados en la figura 10.7.

Figura 10.7. Curvas que dan el cambio de disponibilidad para la formación de una burbujaa en función del radio de la misma, para
diferentes grados de sobresaturación. Curva de trazos para Pv/Ps < 1, líquido sobrenfriado; curva continua para Pv/Ps > 1, líquido
sobrecalentado.
10.1 Saturación, sobrecalentamiento y sobrenfriamiento. Nucleación 195

En esta última figura observamos que para un líquido sobrenfriado, Ps/Pv > 1, la barrera de energía, o sea el
incremento de disponibilidad necesario para la formación de una burbujita, crece indefinidamente al aumentar
el radio de la misma, mientras que para un líquido sobrecalentado, Ps/Pv < 1, existe un radio crítico r* para el que
el incremento de disponibilidad alcanza un máximo y, a partir del cual, la barrera de energía para el crecimiento
de la burbujita, que denominaremos embrión cuando alcance este radio, disminuye hasta prácticamente
desaparecer.
Así pues, esta función presenta un máximo cuando existe sobrecalentamiento del líquido, máximo que
corresponde a la condición de equilibrio de la burbujita y que hallaremos haciendo que la derivada de la variación
de la disponibilidad B, respecto a su radio, se anule:

(10-21)

o sea, en nuestro caso,

(10-22)

que nos da el radio crítico r* para que )B sea máximo, igual a20:

(10-23)

Al desarrollar en serie el logaritmo en esta fórmula y tomar los dos primeros términos, se obtiene como fórmula
aproximada la (10-14), lo que corrobora que la burbujita es mecánicamente estable.
El valor de r* sustituido en (10-20) nos da el valor del máximo21 de )B para una determinada Pv, o sea
sobrecalentamiento:

(10-24)

Estas relaciones nos permiten obtener una ecuación de la variación de la disponibilidad debida a la formación
de una burbujita a una temperatura de saturación dada, en función de radio crítico de la misma. Así, sustituyendo
la expresión (10-23) en (10-20) y simplificando,

(10-25)

Esta fórmula, con r* dado por (10-37), véase más adelante, es la utilizada para construir la figura22 10.8, en la que
se muestran las variaciones de disponibilidad en la fase líquida homogénea, para formar burbujitas de n-butano
(Tc = 152°C) y de propileno (Tc = 92,5°C) a dos temperaturas de saturación (15°C y 62°C), apreciándose como
al aumentar la temperatura, la barrera de potencial disminuye, de tal forma que para el propileno a 62°C, es casi
inexistente, lo que ya indicaba, en la figura 10.4, la convergencia en el punto critico de las curvas de saturación
y de los ONB.

20
Nótese que si Pl/Pv > 1, líquido sobrenfriado, es negativo, imposible.
21
Para este valor, la derivada segunda es negativa.
22
Sigalés Pueyo, Bartomeu y Arturo Trujillo Ventura, “Modelado de estallidos de recipientes”, Ingeniería Química, Octubre 1990, pp.
465-473.
196 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Figura 10.8. Variación de la disponibilidad para la formación de burbujas de n-butano y de propileno, a dos temperaturas.

Por otro lado también averiguaremos cual es la presión de vapor que hay que alcanzar con el sobrecalentamiento
para tener una burbujita con el radio crítico, es decir, estable, a una determinada temperatura de saturación.
Aunque se puede justificar más rigurosamente, efectuaremos la aproximación de tomar Pv/P4 • Pl/Pv, véase la
figura 10.5b, con lo que de (10-23) obtenemos:

(10-26)

Tratando el vapor como un gas perfecto

(10-27)

El argumento de esta exponencial es menor que la unidad para los fluidos normales y, desarrollándola en serie
y tomando los dos primeros términos,

(10-28)

Combinando esta expresión con la (10-14) obtenemos la relación que nos permite obviar Pv.

(10-29)

Para introducir las temperaturas de saturación Ts y de sobrecalentamiento Tv, recurriremos a la ecuación de


Clausius-Clapeyron, que, con la entalpía de vaporización en J/kg, es

(10-30)

Como tratamos el vapor como un gas perfecto, tendremos:


10.1 Saturación, sobrecalentamiento y sobrenfriamiento. Nucleación 197

(10-31)

expresión de la que obtenemos la densidad del gas, que sustituida en (10-30) nos da:

(10-32)

que integrada desde la presión del líquido Pl hasta la de saturación P4 y de la temperatura de saturación Ts, a la
de la burbujita Tl = Tv, véase la figura 10.5b, nos conduce a

(10-33)

con lo que finalmente, sustituyendo la relación de presiones por la expresión (10-29), hallamos el
sobrecalentamiento necesario para alcanzar un determinado radio crítico del embrión,

(10-34)

Podemos simplificar esta fórmula desarrollando el logaritmo en serie y tomando los dos primeros términos,

(10-35)

Si, además consideramos el vapor un gas perfecto,

(10-36)

De estas fórmulas podemos despejar el radio del embrión, la burbujita que corresponde al máximo de variación
de la disponibilidad, barrera de potencial que se debe superar para alcanzar la nucleación homogénea espontánea,

(10-37)

A una temperatura de saturación dada, esta expresión nos da, a partir de medidas experimentales del
sobrecalentamiento homogéneo, Tv - Ts, el valor de r*, que sustituido (10-25) permite construir curvas como las
de la figura 10.8. Asimismo nos reafirma que sin sobrecalentamiento, Tv # Ts, el radio crítico es negativo o
infinito, es decir, la nucleación no puede progresar. También que a medida que aumenta la temperatura de
saturación (nos acercamos al punto crítico) r* disminuye y la nucleación será más fácil, vease la figura 10.8.
Nótese también que el radio crítico es inversamente proporcional al sobrecalentamiento, de modo que cuanto
mayor es el sobrecalentamiento, menor es el radio crítico y de acuerdo con la distribución del tamaño de las
burbujitas que veremos a continuación, más embriones lo superan y provocan el desarrollo del fenómeno, como
refleja la evolución del tramo BC de la figura 7.9.
198 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Si la ecuación de estado y el modelo microscópico fuesen exactos, el sobrecalentamiento máximo antes de


iniciarse la nucleación estable (ONB) y el punto espinodal a la misma temperatura de saturación deberían
coincidir y así lo confirman experimentos de laboratorio, muy cuidadosos, que se aproximan a la nucleación
homogénea. Sin embargo, los valores de sobrecalentamiento así obtenidos son mucho mayores que los que
ocurren en la práctica, porque, repetimos, los líquidos están contaminados y los sistemas son heterogéneos.
Además del análisis termodinámico (energético) podemos efectuar el cinético. Suponiendo que existen burbujitas
de todos los radios posibles, se puede determinar la población para un radio determinado. de acuerdo con la
distribución de Maxwell-Boltzmann (M-B), véase el apéndice E,

(10-38)

donde nT es el número total de moléculas por unidad de volumen, que si lo consideramos fijo constituye la masa
de control, r es el radio de la burbujita, supuesta esférica, nr es la población de burbujitas, también por unidad
de volumen, de dicho tamaño, k es la constante de Boltzmann, T es la temperatura del sistema y )G la diferencia
de entalpía libre necesaria para crearlas. Si aparece un embrión de radio r* de fase vapor en la fase líquido, en
un sistema a presión y temperatura constantes, el cambio de entalpía libre será igual al máximo del la
disponibilidad (10-24),

(10-39)

Suponemos que el proceso de creación de una burbujita de radio r (que corresponde a un número de moléculas
determinado) se produce mediante un proceso de colisiones por etapas, en las que una burbujita, formado por x
moléculas, choca con una molécula con energía superior a la media, para crear un burbujita de radio r + dr y
viceversa, si choca con una menos energética. Los procesos más complejos, como choques múltiples o
descomposición de embriones, no los tendremos en cuenta por considerarlos mucho menos probables. Con esta
hipótesis, la velocidad de formación de embriones con x moléculas alcanza un estado estacionario y es igual a
la población de los mismos, dada por (10-38) afectada por un factor de frecuencia F, que de acuerdo con la teoría
de las velocidades de reacción absolutas23, viene dado por la expresión siguiente:

(10-40)

donde ED es la energía de activación, necesaria para que las moléculas se difundan a través del líquido y puedan
alcanzar un embrión, y h la constante de Planck. De este modo llegamos a la expresión de la velocidad de
nucleación,

(10-41)

Si despreciamos la energía de activación para la difusión de las moléculas frente a la necesaria para formar los
embriones, podemos escribir:

(10-42)

23
Eyring, H. J. Chem Phys., Vol. 3 (1935) p.107. Supone un equilibrio entre las moléculas reactantes y las moléculas con energía
potencial máxima (complejo activado o embrión aquí).
10.1 Saturación, sobrecalentamiento y sobrenfriamiento. Nucleación 199

relación que, si sustituimos r* por su valor calculado con la fórmula (10-37) y los sobrecalentamientos
experimentales, nos permite la determinación numérica de la velocidad de nucleación. Haciéndolo, observamos
que varía extraordinariamente con la temperatura de sobrecalentamiento, véase el ejemplo 10.1 más adelante.
Este gran crecimiento con la temperatura es debido al correspondiente aumento de la tensión superficial y la
presión de vapor, lo que hace que se pueda considerar una estrecha franja fronteriza de temperaturas a partir de
la cual el cambio de la velocidad de nucleación es enorme. A la presión atmosférica, expresada como temperatura
reducida, esta franja se sitúa en valores del orden de Tr = 0,9, lo que concuerda con la temperatura espinodal,
véase la figura 10.4.
Si conocemos la energía de activación para la difusión y suponemos una velocidad de formación de burbujitas
estables determinada, es posible calcular el sobrecalentamiento necesario. Afortunadamente, se comprueba que
los valores de estos parámetros no son críticos dentro de su orden de magnitud24, lo que permite obtener
estimaciones fácilmente. Escogiendo una velocidad de nucleación J de 106 núcleos por m3 y s, y suponiendo la
energía de activación de la difusión mucho menor que la de creación de la burbuja, tendríamos, en c.g.s.,

(10-43)

Podemos eliminar el radio crítico r* despejando su valor de aquí:

(10-44)

y sustituyendo en (10-36), o sea, en unidades c.g.s.,

(10-45)

Con este tipo de fórmulas, obtenemos los valores de la cuarta columna de la tabla 10.1, que confirman
razonablemente la teoría
Una fórmula algo más elaborada para la velocidad de nucleación, es la de Volmer25

(10-46)

expresada en SI con M en kg/kmol y donde m es la masa de una molécula.


Asimismo, con estas fórmulas y los puntos de la curva espinodal experimentales podemos invertir el problema
y calcular las velocidades de nucleación.

24
Cole, Robert, “Boiling Nucleation”,Advances in Heat Transfer, Academic Press: Vol. 10 (1974), p. 92.
25
Volmer, Max, Kinetic der Phasenbildung, Theodor Steinkopff, Dresden, 1939.
200 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Ejemplo 10.1

Determínense para el n-pentano saturado a una atmósfera:


a) El radio critico de los embriones para sobrecalentamientos variando desde 90,78° a 150,78°
b) La relación entre la velocidad de nucleación, J a las mismas temperaturas y la velocidad a 400 K, J400.
Supóngase que el sobrecalentamiento experimental requerido para el ONB homogéneo a una atmósfera,
es de 110,78°

En resumen, el trabajo de nucleación equivale a superar una barrera de energía de modo que, si aumenta el
sobrecalentamiento de líquido, una mayor cantidad de moléculas en fase líquida tendrán bastante energía cinética
para convertirla en energía de activación y superarla, para que los huecos con vapor se hagan mayores. Si
alcanzan el tamaño crítico, a partir del cual el incremento de entalpía libre necesario para la formación de la
burbujita disminuye, el proceso de nucleación pasa a ser espontáneo.
Para el fenómeno de condensación, tendremos que, si en un punto de una masa de vapor saturado, la presión local
aumenta, se pueden formar gotitas esféricas, cuya presión de vapor será mayor que la presión sobre una interfaz
plana (presión de saturación medida con los instrumentos) porque en el equilibrio dinámico, recuérdese la figura
7.20, las moléculas de la superficie de la gota estarán interaccionando con menos moléculas que en una superficie
plana. Así, la fórmula (10-14) correspondiente al equilibrio mecánico pasa a ser:

(10-47)

expresión en la que ignoramos Pv, pues a la temperatura de sobrenfriamiento Tv, solo conocemos la presión sobre
una superficie plana. De esta forma, se puede seguir con las gotitas una marcha paralela a la de la formación de
burbujas, que conduce a las fórmulas de la relación de presiones

(10-48)

y de radio crítico de los embriones (gotitas),

(10-49')

de acuerdo con (10-23). Podemos establecer unas curvas análogas a las de la figura 10.7, para el cambio de
entalpía libre para la formación de una gota en función del radio de la misma, para diferentes grados de
sobresaturación con la deferencia de la curva de trazos será para Pv/P4 < 1, vapor sobrecalentado o saturado y
la continua para Pv/P4 > 1, vapor sobrenfriado.
Se denomina grado de sobresaturación S a la relación entre la presión a la temperatura de sobrecalentamiento
Pv = Pl, correspondiente a una gotita y la presión de saturación de la superficie plana, P4, S = Pl/P4.
De este modo podemos escribir (10-49') como

(10-49'’)

Expresión que nos muestra que cuanto el vapor no alcanza la temperatura (presión) de saturación no existen
valores positivos del radio crítico y que cuando la supera y mayor es la sobresaturación, más pequeño es este
radio; es decir, menor es la barreara de potencial que ha de sobrepasar la gota para crecer espontáneamente.
Sustituyendo la expresión del radio crítico en la del incremento de entalpía libre (10-39) obtenemos el valor
máximo de ésta.
Asimismo, teniendo en cuenta que la presión es función exclusiva de la temperatura y tratando el vapor como
gas ideal,
10.1 Saturación, sobrecalentamiento y sobrenfriamiento. Nucleación 201

(10-50)

En cuanto a la velocidad de nucleación, un modelo con ciertas hipótesis simplificadoras26 parte del equilibrio,
en estado estacionario entre las moléculas que se incorporan al embrión (condensación) y las que lo abandonan
(evaporación). Si ng* es el número de embriones con el número de moléculas correspondientes al radio crítico,
se llega a la fórmula

(10-51)

donde C* es la tasa de moléculas de la fase gaseosa que alcanzan el germen y se adhieren a su superficie,

(10-52)

y .c es el denominado coeficiente de condensación, o fracción que retiene el embrión (condensa) de las que
inciden sobre él, 6

(10-53)

es el llamado factor de desequilibrio.


Estas expresiones conducen a resultados análogos a los de ejemplo 10.1.
En resumen, la conclusión general es que un cambio de fase fluida exige salir del equilibrio a través de los
estados intermedios y que éstos son físicamente posibles, en forma de líquido sobrecalentado, es decir, a
temperaturas en equilibrio estable correspondientes a la fase gas únicamente, y de gas sobrenfriado, a
temperaturas correspondientes a la fase líquido exclusivamente, gracias a la existencia de estados metastables,
que no contradicen el principio de Le Chatelier.

10.1-1.1. Ocurrencia de BLEVE

La nucleación homogénea carece de interés para la ebullición industrial, pues en los sistemas productivos se
opera con la heterogénea y los contaminantes, que catalizan la nucleación, son inevitables, lo que permite lograr
la ebullición con sobrecalentamientos mucho más bajos. Sin embargo, la nucleación homogénea es de gran
interés para la seguridad en los almacenamientos de líquidos27, pues en caso de un incendio que envuelva un
depósito hermético, al aumentar la temperatura de la pared y del contenido del depósito, sube la presión en éste
y se produce un sobrecalentamiento respecto a la temperatura de saturación a una atmósfera. Si la pared del
depósito, debilitada por el aumento de su temperatura28, cede y libera el líquido interior y su sobrecalentamiento
supera el límite (punto espinodal) a dicha presión, al encontrarse el líquido a una temperatura superior a su ONB
(límite de sobrecalentamiento sin vaporización) a la presión exterior, se desencadena la súbita ebullición

26
Frenkel, J. Kinetic Theory of Liquids, Dover, New York, 1955.
27
Sigalés Pueyo, Bartomeu y Arturo Trujillo Ventura, “Modelado de estallidos de recipientes”, Ingeniería Química, Octubre 1990, pp.
465-473.
28
Aparece la fluencia del material y además la resistencia a la rotura cae rápidamente. Por ejemplo, para un acero aleado, la tensión de
rotura en 1.000 h. a 700°C, es el 15% de la correspondiente a 425°C (Marks’ Standard Handbook for Mechanical Engineers, 9th edition,
Mc Graw Hill, New York, 1987, Fig. 6.4.5, p. 6-95).
202 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

homogénea (en masa), que es explosiva y de consecuencias devastadoras, denominada BLEVE29. Si el líquido
es inflamable los efectos del fenómeno se agravan extraordinariamente.30

10.1-1.2. Formación de nieblas

El proceso inverso, la nucleación homogénea de gotas, también tiene interés en, por ejemplo, condensadores para
recuperar restos de vapores valiosos o contaminantes mezclados con gases incondensables. Normalmente se
forma una niebla cuando la transferencia de calor es más activa que la de masa, con gotitas de 1 :m a 10 :m de
diámetro, difíciles de capturar con separadores de gotas31, etc. Sabemos que, para que aparezcan las gotitas, ha
de alcanzar una sobresaturación adecuada, o crítica Scr.. Para gases con vapores bien limpios, se puede hallar la
presión parcial del vapor que produce condensación en un gran recinto, mediante la fórmula32:

(10-54)

derivada de la (10-23).
En la práctica, la existencia de iones, partículas extrañas, etc., hace que la fórmula anterior sea teórica y que
puedan aparecer gotitas incluso con S inferior a la unidad, por lo que si el gas está ionizado, arrastra partículas,
etc., debe tomarse 1 > Scr.> 0,9.
Expondremos a continuación una metodología simple33 para la determinación de la posible formación de nieblas
con mezclas de gases y vapores en dispositivos tubulares, y un ejemplo de su uso. Se parte de que, para una
corriente que circula por un tubo, se ha establecido que la sobresaturación crítica en función de la temperatura
viene dada por la fórmula:

(10-55a)

con el exponente de la relación de temperaturas formado por

(10-55b)

(10-55c)

donde:
. Los subíndices 1 y 2 indican condiciones iniciales del gas y a la temperatura de la pared del tubo,
respectivamente.

29
Siglas de la denominación en inglés “Boiling Liquid Expansion Vapor Explosion”.
30
El 9 de noviembre de 1984, en San Juanico, México, un incendio en una instalación de almacenamiento de GLP (gases licuados de
petróleo) situada en una zona urbana, provocó varios BLEVES, que causaron más de 500 muertos y de 5.000 heridos y daños graves en un
radio que superó los 300 m, con fragmentos de depósito que llegaron a alcanzar más de 1 km de distancia.
31
Sigalés, Bartomeu, “Diseño de recipientes para industrias de proceso. Parte I”, Ingenieria Química, Diciembre 1975, pp. 91-95 y
“Diseño de recipientes para industrias de proceso. Parte II”, Ingenieria Química, Enero 1976, pp.112-117.
32
Perry 4a edición en español (2001), Volumen II, pp. 18-60 y 18-61.
33
Lo Pinto, Lidia, “Fog formation in low-temperature condensers”, Chem. Eng. Vol. 89 (1982), nº 11 (May 17), pp.111-113.
10.1 Saturación, sobrecalentamiento y sobrenfriamiento. Nucleación 203

. P4 es la presión de saturación tabulada34, que para derivar la fórmula se reemplaza por exp(cs - E),
siendo E = )Hvap./R
. cs es el calor específico húmedo del gas, igual a cg + , cv.
. Fn y Fw son les áreas superficiales de los núcleos de condensación y de tubo, respectivamente, por
unidad de longitud de éste. Si no se pulverizan núcleos, por ejemplo mediante una recirculación parcial,
su cociente se considera nulo
. El exponente m vale 0,6 para flujo turbulento y 0,7 para laminar.
. El cociente entrela difusividad del vapor y la conductividad térmica del gas se puede obtener de la
relación35

(10-56)

donde , indica la masa de vapor por unidad de masa del gas, en el caso del vapor de agua, humedad,
y Tw la temperatura de rocío. En la fórmula (10-56) hemos aplicado la analogía de Chilton-Colburn,
expuesta en el apartado
La sobresaturación dada por las fórmulas (10-55) presenta un máximo a una temperatura determinada, dada por

(10-57)

Si esta temperatura se sustituye en (10-55a) obtenemos la sobresaturación máxima, que si és mayor que la unidad
nos indica que seguramente se formará una niebla. El ejemplo siguiente muestra como se desarrolla el cálculo.

Ejemplo 10.2

Un condensador formado por tubos de 1 in. de diámetro interior, por los que circula, a gran velocidad,
una corriente de nitrógeno saturado de benceno, a 1 atmósfera, tiene que separar el 83% del benceno
que contiene la corriente. Las paredes del tubo están a 266,67 K y el gas se introduce a 303,33 K y sale
a 270 K.
a) Dígase si es probable que se forme niebla o no
b) En el caso de formarse niebla, calcúlese la cantidad de benceno que debe recircularse para evitarlo,
si el atomizador produce una gotas de 2,5 :m de diámetro medio y la velocidad del gas es de 10 m/s.

10.1-2. Procesos heterogéneos

Veamos cual es el efecto de que una superficie sólida sobre la nucleación, aun en el caso ideal de que sea
perfectamente lisa, debido a la existencia de la tensión superficial, que provoca la aparición de un ángulo 2 de
contacto, figura 10.9.

34
Sobre una superficie líquida plana.
35
Perry, 4a edición en español (2001), Volumen I, pp. 12-3 y 12-6.
204 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Figura 10.9. El ángulo 2 es el de contacto e indica el grado de mojado del líquido con una superficie lisa plana. En la figura el líquido
no moja (2 > B/2).

Supongamos una burbuja en forma de casquete esférico, como la mostrada en la figura 10.9. Distinguiremos el
área al de contacto del líquido con el sólido, ag del gas con el sólido, y la tensión superficial entre el sólido y cada
una de las fases, Fl y Fg.
El cambio de disponibilidad por la formación de la burbuja será la diferencia entre la correspondiente a la
configuración con burbuja y sin burbuja, es decir

(10-58)

donde

(10-59)

(véase la figura 10.9).


De acuerdo con la misma figura 10.9, en el triángulo rectángulo definido por los radios de la esfera y del
segmento esférico, cos(B - 2) = - cos2 = d/r, y el volumen de la burbuja será

(10-60)

En cuanto a las áreas de contacto del vapor con el sólido y el líquido, véase la misma figura, serán:

(10-61)

(10-62)

Sustituyendo en la ecuación (10-58), denominando F a Fl simplificando y recordando las expresiones del cambio
de disponibilidad )B, (10-16) y (10-17), obtenemos finalmente
10.1 Saturación, sobrecalentamiento y sobrenfriamiento. Nucleación 205

(10-63)

siendo )B, el cambio de disponibilidad en el proceso homogéneo, de acuerdo con (10-20), y N un factor que
depende del ángulo de mojado 2.
Este factor está comprendido entre 0 y 1, y vale 1 para 2 = 0, es decir no hay reducción debida a la superficie
sólida para un líquido que la moja completamente. Por otro lado, para un líquido que no mojase en absoluto la
superficie, 2 = 180°, N = 0 y no se requeriría sobrecalentamiento para crear burbujas. En la práctica 2 < 90° y
el coeficiente de reducción está entre 0,5 y 0,95. Físicamente lo que ocurre es que el sólido reduce la interfaz
líquido-gas, con lo que también reduce la energía necesaria para estabilizar la burbuja.
Sin embargo, los valores de los sobrecalentamientos necesarios en la realidad para la nucleación heterogénea,
indicados en el apartado 10.1, son mucho menores que los establecidos por la fórmula (10-63), por lo que este
efecto superficial no ha de ser el único. El factor adicional es que las superficies perfectamente lisas no existen
y que en todas hay cavidades, figura 10.10, que todavía reducen más la energía requerida por la burbuja para
estabilizarse.

Figura 10.10. Ángulo de contacto efectivo.

Suponiendo una cavidad cónica de ángulo en el vértice $, véase la figura citada, el ángulo efectivo de contacto
con la superficie de la cavidad, 2’ es

(10-64)

con lo que el factor disminuye sensiblemente. Para caracterizarlas cavidades se usa el radio rc de la boca de la
base del cono, con el que se modelan. Esta radio se relaciona con el del embrión r* a través del ángulo 236.
Esta justificación es grosera y, si se desea un análisis más profundo del problema, puede verse el escrito de
Fujita37.
Una conclusión fundamental de la fórmula (10-63) que acabamos de justificar, es que la ebullición nucleada
heterogénea estará afectada por la combinación fluido-sólido de la que se trate, de modo que no será posible
obtener una fórmula que dependa tan sólo de las características del fluido y dé resultados correctos, como hemos

36
Para 2 igual a B/2 ambos radios son iguales.
37
Fujita, Yasunobe, “The state of the art - Nucleate boiling mechanism”, Pool and External Flow Boiling, Editado por V.K. Dhir y A.E.
Bergles, The American Society of Mechanical Engineers, New York, 1992.
206 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

hecho hasta ahora en la convección38. La excepción, introduciendo parámetros específicos, fueron las
fórmulas (7-112) y (7- 115) precisamente para la ebullición nucleada39. En caso de utilizar tan sólo las
variables del fluido, la fórmula comportará un error, más o menos importante, al no tener en cuenta todos los
factores que intervienen en el fenómeno en forma discreta. La fórmula (10-64) establece además otra premisa
básica, que es la intervención decisiva en el inicio y evolución de la ebullición nucleada de la configuración
elemental de la superficie sólida calefactora. 
Unas consideraciones paralelas se pueden hacer para la condensación en gotas, al ser también una forma discreta.

10.2 Convección natural


Con este mecanismo se produce el cambio de fase en los fluidos estancados, pudiendo adoptar la nueva fase una
forma discreta o continua. Cuando la nueva fase se mantiene en forma discretizada, a diferencia de cuando forma
una película continua, la correcta cuantificación del fenómeno requiere la incorporación de características del
sólido y su interacción con el fluido.
Trataremos primero la ebullición y a continuación la condensación, presentando un modelo general para ésta
última, que engloba las convecciones natural y mixta.

10.2-1. Ebullición estancada o en vasija

10.2-1.1. Descripción experimental

En el capítulo 7 dimos una descripción fenomenológica de la ebullición de un líquido saturado, en el interior de


una vasija calentada por el fondo (placa horizontal40). Vimos que la relación, determinado experimentalmente,
entre el flujo de calor y el salto térmico entre la superficie calefactora41 y el líquido saturado, adopta la forma
indicada en la figura 7.9, reproducida en la figura 10.11. Si el caudal de calor es suficiente, la ebullición con
formación de burbujas se inicia en el punto B de la figura 10.11 (ONB) y prosigue hasta el punto C, donde el
flujo de calor alcanza un máximo (CHF42), cesa la formación de burbujas y el mecanismo de formación de vapor
se altera, pasando a producir una fase continua.

Figura 10.11. Flujo de calor en función de la diferencia de temperaturas entre la superficie calefactora y agua estancada saturada a una
atmósfera43, efectuando el calentamiento manteniendo la temperatura de la superficie calefactora. Mecanismo según la zona, AB:
convección natural del líquido; BC: ebullición nucleada; CD: ebullición inestable; DE: ebullición en película; E en adelante: convección
y radiación.

38
Tal cosa no ocurre con la ebullición en película, pero ésta es a evitar y carece de utilidad práctica.
39
No son una excepción las fórmulas del apartado 7.6-2 para superficie rugosas, pues se limitan a tener en cuenta una característica
genérica de los sólidos.
40
Aplicable también cuando la calefacción se efectúa con un elemento cilíndrico horizontal.
41
De un material y características concretos.
42
Del inglés “Critical Heat Flux.”
43
Mc Adams, Addoms, Rinaldo y Day, “Heat transfer from single horizontal wires to boiling water”, Chem. Eng. Prog. vol 44 (1948),
pp. 639-646.
10.2 Convección natural 207

Esta evolución del fenómeno es coherente con la teoría que acabamos de exponer, sobre la aparición en una fase
continua de una fase nueva por nucleación heterogénea, y justifica porque, una vez el líquido alcanza la
temperatura de saturación Ts a la presión del sistema, para producir burbujas estables la temperatura de la
superficie calefactora ha de ser superior a la de saturación del líquido. También se ha comprobado
experimentalmente que, incluso para una pareja determinada superficie sólida-líquido, esta relación entre el
sobrecalentamiento de la superficie calefactora y el flujo de calor correspondiente, depende de como se
suministra éste, de forma que la evolución mostrada en la figura 7.9 no es la única posible. Sólo si se efectúa el
calentamiento controlando la temperatura de la superficie calefactora44, el flujo de calor sigue la variación
mostrada en la figura 10.11 y, aun más, hay que precisar las condiciones del proceso para que la evolución de
los valores se ajuste a la de dicha figura.
Si se realiza la aportación de calor fijando el flujo de calor con un calefactor, por ejemplo eléctrico, que
suministra una potencia estable, el proceso pasa a ser como se indica en la figura 10.12, y se produce una rápida
subida, prácticamente una discontinuidad, de la temperatura de la superficie calefactora, que puede conducir a
su destrucción.

Figura 10.12. Flujo de calor en función de la diferencia de temperaturas entre la superficie calefactora y agua estancada saturada a una
atmósfera efectuando el calentamiento manteniendo el flujo de calor suministrado. Mecanismo según la zona, AB: convección natural
del líquido; BC: ebullición nucleada; CE: discontinuidad de temperatura; E en adelante: ebullición en película y radiación.

En este último caso, cuando el líquido tiene una tensión superficial muy baja45, dando un ángulo 2 de contacto
con la superficie casi nulo, puede resistir un sobrecalentamiento de la pared muy alto sin que se inicie la
nucleación, hasta que se produce un brusco descenso de la temperatura y se inicia la ebullición, véase la figura
10.13, recuperándose el sobrecalentamiento correspondiente a la curva BC de la figura 10.11.

44
Puede hacerse mediante la condensación de un fluido saturado, que mantiene una temperatura de la pared uniforme y estabilizada.
45
Como por ejemplo los perfluorados (R-113, D80, HT110, etc.) empleados para el enfriamiento directo, por ebullición, de los equipos
electrónicos (recuérdese la nota 59 del capítulo 1).
208 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Figura 10.13. Líquido con tensión superficial muy baja. Se muestran los valores obtenidos en sucesivos experimentos aumentando la
aportación de calor (flecha hacia la derecha) y otros reduciendo la aportación (flecha hacia la izquierda) con resistencia eléctrica.

Ademas de estos diferencias en la evolución del proceso, otros factores lo alteran cuantitativamente, como se
muestra cualitativamente en la figura 10.14, en la que se indica el efecto de:
a) aumentar de la rugosidad la superficie calefactora,
b) incrementar la presión del sistema,
c) alterar la orientación de la superficie calefactora,
d) introducir el líquido sobrenfriado,
e) aumentar el sobrecalentamiento la superficie calefactora y
f) imprimir velocidad al líquido (convección mixta).
Cambiando la combinación fluido-superficie o la rugosidad de la superficie, todavía se pueden producir
variaciones adicionales.

Figura 10.14. Caso base: placa lisa en posición horizontal. a) Aumento de la rugosidad. b) Aumento de la presión. c) Placa en posición
vertical. d) Líquido sobrenfriado. e) Mayor temperatura de la placa. f) Convección mixta (“forzada”).

Como sugiere la figura 10.13 que recoge una sucesión de estados estacionarios, el proceso transitorio cíclico de
ebullición por convección natural no es reversible y cuando, en un proceso de este tipo, se reduce gradualmente,
10.2 Convección natural 209

para invertir el proceso, el flujo de calor aplicado, los valores de las temperaturas del fluido y del flujo de calor
no coinciden con los de la fase previa de calentamiento, véase la figura 10.15.

Figura 10.15. Irreversibilidad de los procesos cíclicos de ebullición estancada en un sistema de agua saturada calentada mediante una
superficie de cobre, lisa y limpia, en posición vertical 46.

En el capítulo 7 dimos, para el cálculo de la transferencia de calor en el tramo BC en la figura 10.11, en el que
se desarrolla le ebullición con burbujas, las fórmulas de Rohsenow, ecuaciones47 (7-112) o (7-115'), que
repetimos:

(10-65)

(10-66)

con Cfs dado por la tabla 7.1. Esta formulación refleja cuantitativamente lo visto, en el apartado 10.1-2, de que,
a unas temperaturas de saturación del líquido y de sobrecalentamiento de la superficie calefactora dadas, la
transferencia de calor depende de la naturaleza y la configuración de la superficie sólida, por lo que el conjunto
líquido-superficie calefactora condiciona el fenómeno cuando éste corresponde a la configuración en la que la
nueva fase está discretizada48. Esto lo confirma la figura 10.16, que recoge valores del coeficiente de convección
para agua a la presión atmosférica con ebullición nucleada, en función del flujo de calor, teniendo en cuenta tan
solo las propiedades del fluido, y que muestra una dispersión de los valores experimentales, respecto al ajuste
que minimiza el error, de ± 35%.

46
Bui, T.D. y V.K. Dhir, “Transition Boiling Heat Transfer on a Vertical Surface”, J. Heat Transfer, Vol. 107 (1985), pp. 756-763.
47
Posteriormente revisó el exponente del número de Prandtl para el agua, fijándolo en 1,26.
48
Este principio es general de los cambios de fase entre gas y líquido, por lo que se aplica también a la condensación.
210 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Figura 10.16. Coeficiente de convección, ajustado a partir de valores experimentales de ebullición nucleada para agua a la presión
atmosférica, en función del flujo de calor aplicado49. Los valores experimentales están referenciados en la obra citada.

Vamos a aplicar de nuevo la fórmula (7-115') para establecer el campo de evolución de la ebullición nucleada
al variar la presión de saturación y el flujo de calor aplicado.

Ejemplo 10.3

a) Calcúlese el coeficiente de convección natural nucleada de agua saturada sobre una superficie de Cu
rayado, cuando ésta suministra 200 kW/m2 y la presión de saturación del agua es de 2 atmósferas.
b) Represéntese dicho coeficiente, así como la diferencia de temperaturas requerida entre el Cu y el
agua, para que se produzca la ebullición, en función de la presión de saturación del agua variando de
1 a 50 atmósferas y manteniendo el flujo de potencia de 200 kW/m2.
c) Represéntense también en el caso de que la presión de saturación se mantenga constante e igual a 2
atmósferas, en función del flujo de calor aplicado, variando de 100 a 400 kW/m2.

La fórmula hallada en el ejemplo anterior,

(10-67)

cuantifica la importancia de la naturaleza y características de la superficie calefactora en la ebullición nucleada,


pues permite calcular, gracias al coeficiente Cfs, la variación debida a aquellas de la potencia transferida con un
fluido dado y unas temperaturas de saturación y de la superficie establecidas. Así, para el agua es de más de un
orden de magnitud (16,3 veces) según cual sea la superficie calefactora y de más tres (1.082 veces) para el n-
pentano.

10.2-1.2. Ebullición nucleada

Hemos justificado, mediante una descripción del fenómeno microscópico de formación heterogénea de burbujas,
la aparición de una fase vapor discreta en una fase liquida continua calentada por convección natural, mediante
una superficie sólida. También que, una vez alcanzada la temperatura Ts de saturación por la masa del líquido,
para generar las burbujas en la ebullición homogénea, la temperatura en la zona del líquido donde se producen,

49
Mijeev, M.A. y I.M. Mijeeva, Fundamentos de termotransferencia, traducido del ruso por G. Lozhkin, Editorial Mir, Moscú, 1977, p.
138.
10.2 Convección natural 211

ha de ser superior a la de saturación. Para la heterogénea, por el mismo motivo y también para mantener el flujo
de calor preciso para la ebullición, la temperatura de la superficie ha de ser superior a la de saturación del líquido.
Experimentalmente comprobamos que la relación entre el sobrecalentamiento de la superficie calefactora y el
flujo de calor necesario, sigue la variación mostrada en las figuras 10.11 o 10.12. Veamos como podríamos
determinar el sobrecalentamiento necesario para que aparezcan burbuja en la pared, punto B en las figuras, o de
iniciación de las burbuja s , ONB50. Un modelo intuitivo para su determinación es el de Hsu51, véase la figura
10.17, quien postuló que una burbuja semiesférica, formada en una cavidad, seria estable a partir del momento
en que la temperatura Tl del líquido al nivel de su polo, comprendida entre la de saturación Ts y la de la pared,
To, fuese la correspondiente al ONB homogéneo.

Figura 10.17. Modelo de Hsu para establecer la temperatura necesaria de la pared para iniciar la formación de burbujas.

El gradiente de temperatura en dicha capa se puede establecer suponiendo una variación lineal de la temperatura,
desde la de la pared, To, a la del seno del fluido, que consideramos saturado, a través de un espesor *. Al hallarnos
en estado estacionario, éste se desprende de igualar el flujo de calor por convección con el de conducción a través
de *,

(10-68)

siendo hc el coeficiente de convección natural monofásico para el líquido. De aquí,

(10-69)

De acuerdo con la figura 10.17, si suponemos 2 = B/2 y el polo de la cavidad, situado a una distancia r* de la
pared, está a la temperatura Tl dada por (10-36)52, la nucleación comienza y r* es igual a */2, pues la relación
entre r* y ()T)s es una hipérbola equilátera, véase (10-36). A esta situación corresponde a un determinado flujo
de calor, dado por (10-68), o lo que es lo mismo, por la ecuación

50
Recuérdese el comentario al enunciado de la pregunta a) del ejemplo 7.4 del primer volumen.
51
Hsu, Y.Y., “On the Size of Range of Active Nucleation Cavities on a Heating Surface”. Tans. ASME J. of Heat Transfer, Vol. 84
(1962), p. 207.
52
A nucleación heterogénea disminuye la energía requerida para crear la burbuja, pero no sus dimensiones.
212 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-70)

ya que con 2 =B/2,

(10-71)

Si r* no alcanza el valor */2 necesario para ello, se ha de aumentar el flujo de calor para que exista un rango de
radios críticos y el menor corresponda al valor límite de r*. Cualitativamente este modelo es válido para
cualquier valor de 2.

Ejemplo 10.453

Estímese el sobrecalentamiento del fondo horizontal de una cazuela necesario para iniciar la nucleación,
cuando contiene agua saturada a una atmósfera, si las cavidades que favorecen la nucleación tiene un
diámetro del orificio no superior a los 5 :m.

Este método da valores inferiores a los reales, que para agua a la presión atmosférica son del orden de 10 a 15°C,
pero es una explicación intuitiva de un razonamiento cualitativo que utilizaremos para el caso de convección
mixta.
En cuanto a la reproducción de los valores experimentales del tramo BC de la figura 10.11, un modelo de base
microscópica sencillo54, pero que permite correlacionarlos satisfactoriamente, salvo la consideración de la
interacción fluido-sólido, de la que prescinde55, es el de Labuntsov56. Este modelo de transferencia por convección
nucleada en líquidos saturados, supone que las burbujas se forman sobre una fina película de líquido adherida
a la superficie sólida, película que alimenta de vapor a las burbujas. El espesor efectivo *ef. de esta película será
el preciso para que el flujo de calor calculado con la fórmula de Newton y el coeficiente de convección, coincida
en estado estacionario, con el obtenido por conducción a través de la misma, por lo que aplicaremos la relación
(10-68), pero una vez iniciada la ebullición, de modo que el coeficiente de convección será el de la ebullición
nucleada:

(10-72)

y (10-69) se escribirá *ef. = /hnb.


Por otro lado, el tiempo medio de nucleación de las burbujas, o sea el necesario para que alcancen la dimensión
que les permite ascender, será constante. Además, como el suministro de calor también es constante, el tiempo
medio transcurrido para que se inicie el desarrollo de una nueva burbuja será asimismo constante, de modo que
podemos considerar el proceso de creación y formación de burbujas oscilatorio, con un periodo medio
directamente proporcional al valor del radio de las burbujas que se desprenden. Este radio corresponderá un valor
estacionario de la disponibilidad, d()B)T,P = 0, o sea la dimensión de la burbuja para la que se igualan las fuerzas
que tienden a expandirla con las que tienden a colapsarla. Es el que hemos designado como radio crítico de

53
Collier,J. G. y J.R. Thome, Convective Boiling and Condensation, 3rd. Edition, Clarendon Press. Oxford, 1994, p. 180.
54
Para una exposición de modelos más detallados vigentes puede verse Fujita, Yasunobe, “The state of the art - Nucleate boiling
mechanism”, Pool and External Flow Boiling, Editado por V.K. Dhir y A.E. Bergles, The American Society of Mechanical Engineers, New
York, 1992.
55
Aunque nos dará una valoración del margen de error que puede comportar la no consideración del fluido y sólido concretos que
intervienen.
56
Novedades de la Academia de las Ciencias de la URSS. Energética y transporte (en ruso), 1963, nº 1, pp. 58-71. Resumido en Mijeev,
M.A. y I.M. Mijeeva, Fundamentos de termotransferencia, traducido del ruso por G. Lozhkin, Editorial Mir, Moscú, 1977, pp. 139-142.
10.2 Convección natural 213

nucleación y, de acuerdo con una fórmula como la (10-37) adaptada al calentamiento heterogéneo, vale57:

(10-73)

Asimismo el periodo será inversamente proporcional a la velocidad volumétrica de desprendimiento del vapor,
que depende del suministro de energía, (7-110):

(10-74)

De este modo tendremos:

(10-75)

Para establecer la relación entre este periodo y el espesor efectivo de la película de líquido, podemos observar
que, dimensionalmente, éste será proporcional a la raíz cuadrada de la difusividad de la cantidad de movi-
miento58 molecular (laminar) multiplicada por el periodo, o tiempo que tarda el líquido en vaporizarse para
formar la burbuja. Así tendremos

(10-76)

donde b’ absorbe

(10-77)

Nótese que este espesor crecerá al aumentar la viscosidad cinemática de líquido <l,, mientras que disminuirá al
crecer el sobrecalentamiento y la velocidad de desprendimiento del vapor, cosas lógicas.
Como consecuencia de lo anterior, el coeficiente de convección con ebulición nucleada vendrá dado por

(10-78)

ecuación en la que podemos eliminar la temperatura de la pared, To, elevando al cuadrado y multiplicando y

57
Suponemos (To -Ts)(Dl - Dg) • (Tv - Ts)(Dl + Dg)
58
O velocidad de desplazamiento de la fuerza ascensional.
214 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

dividiendo por el coeficiente de convección,

(10-79)

expresión con la que podemos, finalmente, obtener el coeficiente de convección sin necesidad de conocer la
temperatura de pared,

(10-80)

donde C es función exclusiva de las propiedades del líquido59, que a su vez, por el principio de los estados
correspondientes, lo son de la temperatura y la presión reducidas, y, si el fluido está saturado como en este caso,
de una de ellas tan sólo. Esta expresión se ajusta a la relación experimental entre el coeficiente de convección
con ebullición nucleada hnb y el flujo de calor, tramo BC de la curva de las figuras 10.11 ó 7.9 y es un resultado
fundamental, pues casi todas las ecuaciones prácticas para el cálculo de la transferencia de calor en la ebullición
nucleada se ajustan a la misma60.

Figura 10.18. Parámetro b en la ebullición nucleada de agua en convección natural y mixta, en función de la relación entre las
densidades del vapor y el líquido saturados. Valores experimentales referenciados en la obra citada en la nota 49.

Figura 10.19. Parámetro b en la ebullición nucleada de varias sustancias en convección natural, en función de la relación entre las
densidades del vapor y el líquido saturados. Valores experimentales referenciados en la obra citada en la nota 49.

59
Con lo que comportará un error intrínseco al no tener en cuenta la interacción específica entre el fluido y el sólido.
60
A veces con pequeños ajustes del exponente 2/3.
10.2 Convección natural 215

De acuerdo con las fórmulas anteriores, el coeficiente b ha de ser adimensional y dependerá de la relación entre
las densidades de las fases y de las características de la superficie sólida (gérmenes de nucleación). La
comprobación experimental de esta formulación se muestra en las figuras 10.18, para agua, y 10.19 para otros
fluidos, donde se representa

(10-81)

en función de la relación entre las densidades del vapor y el líquido saturados. Prescindiendo de las características
de la superficie sólida, la curva continúa de dichas figuras se ajusta a la expresión:

(10-82)

Nótese que al acercarnos al punto crítico, como Dl/Dg tiende a 1, la ordenada b tiende a infinito, confirmando que
la transferencia de la fase líquida a la gaseosa no requiere aportación de calor alguna.
En estas figuras se indica una banda de dispersión de los valores experimentales del ± 35%, que, como en la
figura 10.16 aparte de los errores de medida, cabe atribuir a que el modelo prescinde de las características de la
superficie61 e, incluso, de si la convección es sólo natural o bien mixta. Evidentemente la correlación de
Rohsenow [fórmula (7-112) y tabla 7.2] será más precisa, al incorporar más información, pero se limita a los
sistemas para los que disponemos de tal información.
La relación (10-80) se puede aplicar a sustancias específicas. Así para agua saturada entre 1 y 200 bar, se
obtiene la siguiente fórmula, adecuada para la ebullición nucleada estancada (convección natural):

(10-83)

Esta ecuación confirma los resultados del ejemplo 10.3, que mostraron que al aumentar la presión (temperatura)
de saturación, aumenta el coeficiente de transferencia, que al acercarse al punto crítico tiende a infinito62.
Por otro lado, el hecho de que la relación entre el coeficiente de convección y el flujo de calor sea sólo función
de la relación de densidades saturadas, como ésta es una función exclusiva de la presión reducida63, indica que
el coeficiente C en la fórmula (10-80) también lo será. Así se han propuesto fórmulas como la de Mostinski64:

(10-84)

con Pc expresada en bar y que, para su uso, se propone utilizarla en su forma simplificada:

(10-85)

61
Más aun, de las de la pareja fluido-superficie.
62
1 - 0,0045Pc = 1 - (0,0045)(219,4) = 1 - 0,99 • 0.
63
O la temperatura, pero de una nada más.
64
Mostinski, I.L., “Cálculo de la transferencia de calor y los flujos internos de calor en un líquido en ebullición, basado en la ley de los
estados correspondientes” (en ruso), Teploenergetica, Vol. 4 (1963), p. 66. Resumen en inglés en Brit. Chem. Engng., Vol. 8 (1963) p. 580.
Obsérvese que redondea el exponente 2/3 a 0,7.
216 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Cuando la calefacción se efectúa con otro fluido a Tg, con un coeficiente de convección hc, se puede emplear la
forma:

(10-86)

(véase el problema 1.24 y el ejemplo 7.40, del primer volumen). Estas fórmulas son especialmente prácticas a
presiones elevadas porque obvian el uso de las propiedades de los fluidos, de exactitud dudosa en tales
condiciones por las dificultades experimentales.
En esta linea, la fórmula generalmente recomendada para la transferencia convectiva natural de calor por
ebullición nucleada, tramo BC de la curva de la figura 10.11, es la de Cooper65 (véase el enunciado del problema
7.3966):

(10-87)

aplicable a placas y exterior de tubos horizontales únicos, válida para 0,001 < Pr < 0,9; 2 < M < 200, aunque es
especialmente adecuada para agua y gases permanentes. La constante C vale 55 según su autor, aunque se ha
propuesto que pueda variar67 de 35 a 57, y Rp es la rugosidad de la superficie sólida68, en :m, de acuerdo con la
norma UNE 82-301-86, con un valor por defecto igual a 1. Nótese que se redondea 2/3 a 0,67.
Sin embargo, este enfoque no es muy coherente porque, según el principio de los estados correspondientes, la
función de las variables reducidas ha de ser una relación del parámetro de interés con respecto a un valor de
referencia del mismo, veáse el ejemplo 10.7 más adelante. Esto ha sido tenido en cuenta por Stephan y Preusser,
y otros autores69, que han propuesto el método utilizado por el VDI-Wärmeatlas, que no reproducimos por ser
algo engorroso. El coeficiente de referencia se calcula a Pr = 0,03, aproximadamente el 10% de la presión
reducida correspondiente al CHF, veáse más adelante el ejemplo 10.7.
En la misma linea, para líquidos volátiles se ha propuesto la formulación simple siguiente70:

(10-88a)

con el coeficiente de referencia a Pr = 0,10,

(10-88b)

Los autores de esta fórmula aducen que para líquidos volátiles la formula (10-87) de Cooper da valores

65
Cooper, M.G. “Heat flow rates in saturated nucleate pool boliling- a wide-ranging examination using reduced properties” en Advances
in Heat Transfer, Vol. 16, Academic Press, Orlando, 1984, pp. 157-239.
66
Que da una expresión errónea de la ecuación. Veánse las correcciones al volumen 1.
67
Wadekar, Vishwas V., “An alternative model for flow boiling heat transfer”, en Convective Flow Boiling, Editado por J.C. Chen,
Taylor& Francis, Whasington, D.C., 1996, pp.187-192, quien utiliza C = 35 para agua, C = 48 para etanol y C = 57 para R12.
68
Pueden tomarse también los valores de la página 728 del primer volumen.
69
Steiner, Dieter y Taborek, Jerry, “Flow Boiling Heat Transfer in Vertical Tubes Correlated by an Asymptotic Model”, Heat Transfer
Engineering, vol. 13 (1992), nº 2, p. 65.
70
Bier, K. Y M. Lambert, “Heat transfer in nucleate boiling of different low boiling substances”, Rev. Int. Froid, Vol. 13 (1990), pp.
293- 300.
10.2 Convección natural 217

demasiado altos.
Finalmente no se debe olvidar que, como venimos repitiendo y acabamos de señalar, si una correlación para la
ebullición nucleada no incluye las características de la superficie, o mejor, las de la pareja fluido-superficie,
puede presentar discrepancias notables con la realidad. Según la figura 10.19, las discrepancias pueden ser de
hasta el 35% en más o en menos.

Ejemplo 10.5

Calcúlese:
a) Con las fórmulas (10-66), (10-83), (10-84) y (10-87) el coeficiente de convección natural nucleada
de agua saturada sobre una superficie de Cu pulido, cuando ésta suministra 200 kW/m2 y la presión de
saturación del agua es de 2 atmósferas. Compárese el resultado con el obtenido como respuesta a la
pregunta a) del ejemplo 10.3.
b) Con las fórmulas (10-87) y (10-88) el coeficiente de convección natural nucleada del etanol en las
condiciones del ejemplo 7.4.

Para ebullición estancada en el exterior de un cilindro (tubo), se emplean las mismas relaciones, excepto cuando
en vez de un cilindro solitario, se trata de un haz de cilindros. Son de especial interés los haces de tubos
horizontales (véase la figura 7.78), para los que la interacción de los tubos favorece la turbulencia y, en
consecuencia la transmisión de calor, véase la figura 10.20. El coeficiente medio del haz, aplicable a toda la
superficie exterior, parte del valor para un cilindro único, hnb, y viene dado por la fórmula siguiente:

(10-89)

El coeficiente de convección hn adicional refleja la convección monofásica, variable entre 250 W/m2 K para
hidrocarburos y 1.000 W/m2 K para agua.

Figura 10.20. Flujo de calor en función del sobrecalentamiento para un haz de tubos horizontales y para un tubo único en ebullición
estancada71.

El problema de los cálculos en la transferencia de calor por ebullición con las expresiones del coeficiente de
convección mostradas, es el general de la convección gobernada por las fuerzas gravitatorias, consistente en que
el coeficiente de transferencia depende de la diferencia de temperaturas entre la pared y el fluido, en este caso
del sobrecalentamiento de la pared respecto a la temperatura de saturación, mientras que, excepto si se aplica un
flujo de calor constante en la pared del tubo, lo que se conoce, además de la temperatura de saturación, es la
temperatura del fluido calefactor, por lo que hay que eliminar la temperatura de la pared To (véanse los ejemplos

71
Palen, J.V., A. Yarden y J. Taborek, “Characteristics of boiling outside large-scale horizontal multitube bundles”, AIChE Symp. Ser.,
Vol. 69, nº 118, pp. 50-61.
218 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

1.24, 7.19 y 8.15).

Figura 10.21.

Aplicando las relaciones de Peclet (1-30') y (1-31'), conservación del caudal de calor, en una pared plana, figura
10.21, y despreciando la caída de temperatura a través de la pared metálica, supuesta plana, obtenemos

(10-90)

de donde

(10-91)

En el caso de un tubo, con la ebullición por el interior,

(10-92)

sustituyendo hg D2/ D1 por hg D1/ D2 si la evaporación se produce en el exterior de los tubos. Esto nos permite
eliminar el flujo de calor de las ecuaciones (10-85), (10-87), etc.

Ejemplo 10.6

Calculando el coeficiente para un sólo tubo con la fórmula de Cooper, determínese el número de tubos
¾ in BWG 14 de 4,9 m de longitud y acero al carbono (8 = 40 W/K m), que se deberán colocar en
forma de haz un el fondo de un recipiente con ciclohexano, para producir 3,4563 kg/s de vapor de
ciclohexano saturado a 356,7 K, haciendo circular por el interior de los tubos vapor de agua saturado
a 381,7 K, que da un coeficiente de convección interior de 10 kW/m2 K. Tenganse en cuenta unas
resistencias superficiales adicionales, debidas a incrustaciones de productos de corrosión y degradación
de moléculas de ciclohexano, de 0,0001m2 K/W en la superficie del tubo en contacto con el vapor de
agua y 0,00015 m2 K/W en la que está en contacto con el ciclohexano. Supóngase que no se supera al
10.2 Convección natural 219

flujo crítico que produce la ebullición en película en la superficie exterior del haz (véase el ejemplo 10.8
más adelante).

Para el diseño de hervidores de fondo de torres de destilación, que separan mezclas multicomponentes, una
fórmula aproximada para un tubo72, con la presión expresada en bar, es la de Palen73:

(10-93)

Estas fórmulas están incorporadas a la aplicación CALDERO.

10.2-1.3. Crisis de la ebullición nucleada

Para situar el punto del máximo flujo, punto C de la curva de la figura 10.11, a partir del cual la ebullición deja
de ser nucleada y que hemos denominado CHF, se razona que, en una placa horizontal, la inestabilidad del
fenómeno ha de aparecer cuando la producción de vapor de las burbujas sea tan grande y ocupe un espacio de
la superficie calefactora tal, que el caudal de líquido que se incorpora sobre la misma no sea suficiente para
mantenerla. De esta forma se produce una sucesión de masas de líquido y vapor compitiendo por el mismo
espacio, lo que crea una configuración inestable. Este tipo de situaciones corresponden a la denominada
inestabilidad de Taylor y se justifica que evoluciona como un fenómeno periódico, de longitud de onda
monodimensional igual a [recuerdese la formula (7-108)],

(10-94)

y que la velocidad ascendente máxima del vapor formado es

(10-95)

Por otro lado, supuesto el líquido saturado, el flujo máximo de calor posible será:

(10-96)

siendo las áreas Ag y Aq, la sección de una chimenea de vapor y la porción del área calefactora que le suministra
el calor requerido para la vaporización. Zuber74 postuló que estas áreas correspondían, respectivamente, a un
círculo y un cuadrado definido por la longitud de onda (10-94) y cuyo lado es el doble del diámetro del círculo,
de forma que

72
Para usar en la fórmula (10-89).
73
Palen, Joseph W., “Heat Exchangers, Vaporizers, Condensers”, Ch. 67 de Mechanical Engineers’ Handbook, editado por Myer Kutz,
John Wiley&Sons. New York, 1986, p. 1893.
74
Zuber, N., “On the stability of boiling heat transfer”, Trans. ASME, Vol. 80 (1958), p.711.
220 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-97)

y sustituyendo en la relación (10-96),

(10-98)

fórmula ya presentada como (7-116) el apartado 7.2-2.2 del primer volumen, donde se indica, además, la
modificación del coeficiente para adaptarla a cilindros horizontales aislados75.

Ejemplo 10.7

1) Partiendo de la ecuación (7-116):


a) Calcúlese q/A máximo para mantener la ebullición nucleada de agua sobre una placa plana, en
función de la temperatura de saturación y constrúyase la curva correspondiente
b) Localícese su máximo y compruébese que presión reducida corresponde, aproximadamente.
2) Repítanse las mismas preguntas para n-pentano y represéntense, en un mismo gráfico para ambos
fluidos, las curvas ( )crítico en función de Ts y la relación entre el flujo de calor y el flujo de calor
máximo, en función de la presión reducida Pr (dos gráficos).

Para haces de tubos horizontales, también hay que calcular el flujo de calor máximo admisible (CHF), figura
10.20, a fin de evitar la ebullición en película, zona E de la figura 10.11, inestable y que recalienta la pared
excesivamente (convección + radiación). Para el CHF se ha propuesto la fórmula76:

(10-99a)

con Pc en bar y

(10-99b)

siendo A el área del haz y Dhaz

75
Lienhard, J.H. y V.K. Dhir, “Hydrodinamic Prediction of Peak Pool Boiling Heat Fluxes from Finite Bodies”, J. Heat Transfer,
Trans. ASMe, Ser. C, Vol. 95 (1973), pp. 152-158.
76
Palen, Joseph W., “Heat Exchangers, Vaporizers, Condensers”, Ch. 67 de Mechanical Engineers’ Handbook, editado por Myer Kutz,
John Wiley&Sons. New York, 1986.
10.2 Convección natural 221

(10-100)

con n igual al número de tubos, de diámetro exterior Do.


Se aconseja no superar el 70% del valor del flujo máximo así obtenido.

Ejemplo 10.8

Compruébese si el dispositivo del ejemplo 10.6 funciona con ebullición nucleada.

10.2-1.4. Ebullición en película

La curva flujo de calor-sobrecalentamiento de la pared, correspondiente al calentamiento controlando la


temperatura, mostrada en la figura 10.11, presenta, además del máximo en el punto C, CHF, un mínimo en el
punto D, constituyendo un segundo punto crítico. Este punto, que marca el inicio de la ebullición con película
gaseosa estabilizada, se denomina punto de Leidenfrost, en honor de quien fue el primero en documentar la
formación de una capa de vapor entre la superficie calefactora y el líquido77.
Partiendo de la longitud de onda (10-128) y de la dimensión característica de la burbuja (7-108),
Berenson78obtuvo la fórmula siguiente para el punto de Leidenfrost, en el caso de una placa horizontal,

(10-101)

en unidades SI o cualquier sistema coherente, y donde )Hvap.* es la diferencia de entalpías entre el vapor a la
temperatura de sobrecalentamiento y la del agua a la de saturación. Para cilindros horizontales el factor numérico
recomendado es igual a 0,072, véase el comentario a la fórmula (7-108) en el capítulo 7.
Si recordamos la fórmula (10-98)[(7-116)] que da el flujo de calor máximo (CHF), tendremos para una placa
horizontal:

(10-102)

Entre el punto CHF y el de Leidenfrost, la transferencia de calor, con formación de burbujas explosivas, es de
transición inestable, pues

(10-103)

lo que contradice el principio de Le Chatelier.


Una vez superado el flujo mínimo, se forma una capa estable de gas junto al sólido79, que mantiene al líquido

77
Leidenfrost,, J.G., “On the fixation of water in diverse fire”, (Traducción del original en latín de 1756), International Journal of Heat
and Mass Transfer, Vol. 9 (1966), pp.1154-1166.
78
Berenson, P.J., “Film-Boiling Heat Transfer from a Horizontal Surface”, Trans. ASME, Ser. C, J. Heat Transfer, Vol. 83 (1961), pp.
351-358.
79
En esta zona la derivada del flujo de calor respecto al sobrecalentamiento, (10-103), pasa a ser positiva.
222 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

apartado de la misma y donde la transferencia se efectúa por conducción, convección y radiación en paralelo,
aunque interaccionando, de forma que el coeficiente de transferencia superficial resultante se tiene que calcular
con una fórmula implícita, como80:

(10-104)

en la que hr es

(10-105)

y hc el coeficiente de convección , que depende de la configuración geométrica del sistema pero no de la


naturaleza de la superficie.
Para una placa vertical o un cilindro horizontal, el fenómeno convectivo es el inverso de la condensación en una
superficie vertical, desarrollado en el capítulo 7, y, así, se enfoca el problema de la ebullición en película como
Nusselt trató la condensación. De este modo, se obtiene una ecuación formalmente igual a la de la condensación
en película laminar. Para un cilindro de diámetro D > 1 mm, se llega a

(10-106)

con

(10-107)

(10-108)

de donde podemos obtener

(10-109)

que se corresponde con la fórmula (7-101) sustituyendo L por D.


Para una placa horizontal se parte del análisis de Berenson, obteniéndose una fórmula que difiere en el
coeficiente y la longitud característica del sistema, que pasa a ser Dc:

(10-110)

80
Bergles, A.E., J.G. Collier, J.M. Delhaye, G.F. Hewitt y F. Mayinger, Two-Phase Flow and Heat Transfer in the Power and Process
Industries, Hemisphere Pub., Washington, 1981, p.215.
10.2 Convección natural 223

Así se llega a

(10-111)

Con esta expresión podemos determinar el grado de sobrecalentamiento de la placa correspondiente al punto de
Leidenfrost. Igualando el flujo de calor correspondiente al mismo con el calculado con (10-111) tenemos

(10-112)

de donde

(10-113)

Con las ecuaciones (8-143), (10-87), (10-98), (10-112) y (10-113), se ha confeccionado la aplicación
NUKIYAMA que calcula la curva completa de la figura 10.11.
Nótese que en esta configuración de la ebullición, nueva fase en forma continua, no hay que tener en cuenta las
características de la superficie, aunque sí para la radiación.

Ejemplo 10.9

a) Utilizando la aplicación NUKIYAMA calcúlense por puntos y represéntense el flujo de calor a


presión atmosférica en función de la temperatura de la superficie sólida, para las siguientes substancias:
1) Propano
2) Amoniaco
3) Diclorodifluorometano
b) Para el propano determínese el coeficiente superficial de la ebullición en película a la presión
atmosférica, si el elemento calefactor es un cilindro horizontal de Nicromo N06003 de 10 mm de
diámetro, a 365 K.

10.2-2. Condensación. Descripción experimental

El fenómeno de la condensación es el macroscópicamente más complejo en la transmisión del calor, pues al ser
indirecto el contacto entre el vapor y la pared sólida (el condensado se interpone), hay que tener en cuenta la
transferencia de energía (térmica y mecánica) y masa entre las fases líquida y gas, más la transferencia de energía
entre la fase líquida y la pared sólida, mientras que en el caso de la ebullición, al ser el contacto directo, basta
con estudiar esta última. Por otro lado, la condensación interesante en la práctica es la heterogénea en película,
que, al comportar una nueva fase continua, podrá tratarse de una forma más genérica que la ebullición de interés
práctico, la nucleada que discretiza la fase vapor, y permitirá obtener expresiones generales de una precisión
mucho mayor que para esta última. Así, la condensación en película, salvada una corta fase inicial, se desarrolla
en la superficie de la fase líquida, perfectamente definida a escala elemental, al contrario de la superficie sólida
donde se produce la ebullición con la formación de burbujas, compleja y específica de cada caso.
Experimentalmente se constata que el margen de error de las fórmulas que prescinden de la naturaleza y estado
224 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

del sólido es mucho menor para la condensación en película que para la ebullición nucleada, compárense las
figuras 10.16 y 10.22.
La condensación macroscópicas puede ser en el seno del fluido u homogénea81 (formación de nieblas, lluvia) o
heterogénea, sobre una superficie de otra fase, aunque a nivel elemental se efectúa en una interfaz gas-líquido.
La condensación heterogénea puede ser sobre una superficie sólida que soporta al líquido y evacua el calor o
exclusivamente sobre una masa líquida. En el primer caso puede ser con gotas o en película. En la condensación
heterogénea, a diferencia del sobrecalentamiento en la ebullición, el sobrenfriamiento requerido es despreciable
(véase la figura 10.1 y compárense las figuras 10.11 y 10.22).

Figura 10.22. Coeficientes de transferencia superficial experimentales de vapor de agua a la presión atmosférica, sobre una placa
vertical de cobre, según que se produzca en gotas o en película82.

La figura 10.22, que recoge valores experimentales del coeficiente de convección por condensación de vapor de
agua, en gotas o en película, refleja la diferencia sustancial que existe en la condensación heterogénea entre los
valores de los coeficientes de transferencia de calor, según que el mecanismo de la condensación conduzca a una
fase líquida discreta
Para la condensación en película, en la figura 10.23 se muestran los valores del coeficiente de convección por
condensación mixta en el interior de tubos verticales, el hecho, que hemos explotado ampliamente
en el volumen 1 (recuérdese la tabla 1.2), de que el coeficiente de convección por condensación del agua es
mucho más elevado que para otros vapores.

81
No se corresponde con la definición rigurosa de la nucleación microscópica, pues admitimos la presencia en suspensión de
contaminantes que activen el proceso.
82
Welch, J.K. y J.W. Westwater, “Microscopic study of dropwise condensation”, International Developments in Heat Transfer. Proc.
Heat Transfer Conf. Univ. of Colorado 1961, ASME, Part II, 1961, pp. 302-309.
10.2 Convección natural 225

Figura 10.23. Coeficiente superficial medio de transferencia de calor por condensación de vapores circulando por tubos rectos largos83.

La condensación en convección natural se efectúa en superficies verticales (placas o tubos). Por otro lado, en los
tubos horizontales, que trataremos en el apartado 10.3-6, sólo se opera en convección mixta. En ésta, la posición
de la superficie tiene importancia, pues la condensación mixta en tubos verticales es menos efectiva que en los
horizontales, al ir aumentando en aquellos el espesor de la película de líquido a medida que desciende el mismo
y la consiguiente resistencia al paso del calor.

10.2-2.1. Condensación en gotas

La condensación en gotas tiene lugar cuando el líquido no moja a la superficie sólida porque F tiende a 4, es
decir, cuado el ángulo 2 de la figura 10.9 es muy grande (recuérdese que para que un líquido no moje en absoluto,
2 = 180°). El fenómeno se puede descomponer en un ciclo de cuatro procesos: condensación, crecimiento,
coalescencia y barrido, que a su vez se repiten.
Cuando un vapor saturado de un líquido que no moja, se pone en contacto con una superficie cuya temperatura
es inferior a la de saturación del mismo, se forman numerosas gotitas (gotas iniciales) que desprenden su calor
de condensación. Estas gotitas crecen muy rápidamente a causa de la condensación directa del vapor sobre su
superficie, por lo que, debido a la proximidad entre ellas, algunas se unen a sus vecinas (coalescen), formando
gotas mayores con ayuda de las fuerzas de tensión superficial. Al coalescer, las gotas se desplazan, liberando
espacio en la superficie (barrido), que es ocupado por nuevas gotas iniciales, las cuales reinician el proceso.
Debido a que esto incluye una sucesión reiterada de las fases de condensación y coalescencia, se han de tratar
ambas fases conjuntamente, lo que se hace suponiendo un estado cuasiestacionario (estabilizado).
La información cuantificada que sigue está basada fundamentalmente en el comportamiento de la sustancia agua,
aunque puede aplicarse, con reservas, a otras sustancias. Se ha comprobado, experimental y teóricamente, que
cuando el proceso está estabilizado, la distribución instantánea de los radios de las gotas, es decir, el número de
gotas con un radio entre r y r + dr, es prácticamente independiente de los procesos transitorios de condensación

83
Colburn, A.P., “Problems in Design and Research on Condensers of Vapors and Vapor Mixtures”, Procedings of General Discussion
on Heat Transfer, Inst. of M. E. and ASME, 1951, p. 1.
226 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

y coalescencia. Una distribución característica, es84:

(10-114a y b)

con el radio de la gota r en mm. Una expresión para radio máximo de las gotas, supuestas semiesféricas es
[recuérdese la fórmula (7-108)]:

(10-115)

La constante K depende del fluido; para el vapor de agua en placas verticales es igual a 0,4.
Un modelo85 del proceso consiste en partir de un distribución de tamaños de gotas transitoria, teniendo en cuenta
los procesos de crecimiento y de coalescencia, de forma que las gotas por unidad de área de la superficie con un
radio entre r y r + dr, son N(r, t) dr, donde t es el tiempo transcurrido desde que el área de la superficie sólida
fue barrida por la gota que la abandonó. Las gotitas que se formarán en la superficie despejada crecerán a una
velocidad , pero, debido a la coalescencia, la velocidad aparente, , será mayor. Se establece el

flujo de gotas por unidad de área y de tiempo con un balance entre coalescencia y barrido, con un término que
representa la diferencia entre la aportación de gotas con radios menores que r y el abandono de las de radios
mayores que r, otro que refleja el número de gotas formadas por coalescencia, que se sustrae del término anterior,
y, finalmente, un tercer término que tiene en cuenta la reducción del área a considerar, debido al abandono de
la misma por las gotas.

(10-116)

donde

(10-117)

(10-118)

El factor R(r, t; N), dado por la ecuación (10-117), tiene en cuenta que cada gota no puede superponerse a las
otras y rE, según (10-118) es una medida de lo juntas que están las gotas, o diámetro equivalente para que exista
espacio, igual al área sin gotas dividida por la suma de los perímetros de las mismas.
Por último, el crecimiento por coalescencia de una gota de radio r da la ecuación

84
Tanasawa, I., y J. Ochiai, “Experimental study on dropwise condensation”, Bull. JSME, Vol. 16 (1973), p.1184.
85
Tanaka, H., “A theoretical study on dropwise condensation”, J. Heat Transfer, Vol. 97 (1975), p. 72.
10.2 Convección natural 227

(10-119)

Si se conoce y la distribución de tamaños de gotas inicial N(r, 0), las ecuaciones (10-116) a (10-119) se

pueden resolver numéricamente, con la condición de que el diámetro equivalente para el espacio sea igual a la
distancia mínima media entre embriones, D, es decir:

(10-120)

Así se obtiene

(10-121)

que concuerda con medidas experimentales86. De todos modos, los valores de la transferencia de calor oscilan
de acuerdo con la naturaleza, estado y tratamiento superficial del sólido.

Ejemplo 10.10

Se consigue la condensación en forma de gotas de vapor de agua saturado a 1 atm., sobre una placa
vertical a 80°C, de L = 0,5 m de altura y gran anchura, con la superficie tratada con ácido palmítico
(agente promotor de gotas). Calcúlese el flujo de calor transferido y comparese con el valor obtenido
en el ejemplo 7.3, del primer volumen.

Recalcamos que, al igual que ocurre con la ebullición nucleada que conduce a una nueva fase discretizada, la
cuantificación del fenómeno requiere información de la superficie sólida y su relación con el fluido.

10.2-2.2. Condensación en película. Caso de una superficie vertical. Generalización de la teoría de Nusselt

El proceso se describió en el capítulo 7, apartado 7.2-2.2, aunque circunscrito al régimen laminar. Proseguiremos
reconsiderando inicialmente los números adimensionales allí propuestos al cuantificar la transferencia de calor
entre una superficie sólida vertical y el líquido condensado que desciende a lo largo de la misma.
Partiremos de la formula (7-105) e introduciremos el número de Reynolds, establecido a partir del diámetro
hidráulico del líquido condensado. Este nuevo número adimensional permite la generalización de las fórmulas
a superficies horizontales, véase el apartado 10.3-6, donde el número de Grashof carece de sentido físico, lo que
hace que aquel sea el de uso corriente en la literatura.
Para ello tomaremos como referencia el caudal másico '(x) por unidad de anchura de la placa, según muestra
la figura 10.24,

86
Tanasawa, I., J. Ochiai, Y. Utaka y S. Enya, “Estudio experimental sobre la condensación en gotas” (en japones), Trans. JSME, Ser, B
49 (1983), p. 1828.
228 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

.
m

Vapor .

Sólido
Γ= m
b

q
Líquido

Figura 10.24.

Sea cual sea el perfil de velocidades, la velocidad media del líquido que circula en forma de película a lo largo
de una placa de anchura b, en función de '(x), es

(10-122)

y el diámetro hidráulico correspondiente, según (7-469),

(10-123)

Las expresiones de la velocidad y el diámetro hidráulico, aplicando la definición generalizada de número de


Reynolds en un conducto, nos dan:

(10-124)

Para un tubo de diámetro D vale la misma expresión con

(10-125)

En una placa vertical, con el perfil de velocidades laminar de Nusselt, el caudal de condensado por unidad de
longitud en anchura (perímetro transversal) es:

(10-126)

habiendo obtenido el último término despreciando la densidad del vapor frente a la del líquido.
Se define una longitud ficticia87

87
La relación entre una dimensión característica del sistema y L*, elevada al cubo se ha designado como número de Galileo, GaL.
10.2 Convección natural 229

(10-127)

que, como a presiones no muy altas se puede despreciar la densidad del vapor frente a la del líquido, se puede
aproximar por

(10-128)

que será la expresión de L* que usaremos a partir de ahora.


De este modo, para el perfil de velocidades laminar,

(10-129)

(10-130)

con lo que podemos obtener otra forma para el flujo de calor local88, pues según (7-103),

(10-131)

Integrando, desde x = 0 hasta x = L, esta expresión del calor cedido a la placa localmente, calculamos el calor
total para una placa de longitud L y anchura b, obteniendo una fórmula equivalente a la (7-104) pero con el
número de Reynolds. Para plantear la integral correspondiente partiremos del balance de calor diferencial por
m de anchura de la placa (véase el problema para resolver 7.23)

(10-132a)

que también se cumple globalmente, o sea

(10-132b)

Despejando el salto térmico, Ts - To, de ambas expresiones e igualando, tenemos

(10-133)

88
Nótese que hemos hallado el espesor de la capa límite sin despreciar el calor sensible frente al latente (nota 54 del capítulo 7).
230 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

que parando las variables Rex y x, integrando y multiplicando ambos miembros por L*/8l, nos permite
establecer la fórmula general para obtener el número de Nusselt medio de la condensación en película:

(10-134)

de esta forma tendremos, en este caso,

(10-135)

y, finalmente,

(10-136)

A partir de ahora utilizaremos estas formas, aunque la (7-104) tiene la ventaja de que permite el cálculo sin
conocer el caudal condensado, preciso para emplear la (10-136). Por este motivo, normalmente ésta requiere
plantear el balance de energía auxiliar (10-132), véase ejemplo 10.11, a continuación. La fórmula de Nusselt
también es aplicable a placas inclinadas respecta a la vertical un ángulo ", sustituyendo la aceleración de la
gravedad g por g cos", la componente vertical de la misma.
El propio Nusselt89 analizó con su modelo el caso de un cilindro horizontal, lo que requiere la integración de un
elemento circunferencial con el ángulo polar variando de 0 a B y multiplicar por 2. Así obtuvo para el coeficiente
medio una fórmula análoga a la (10-136) pero con un coeficiente, determinado por integración numérica y
corregido posteriormente, de 1,51 en vez de 1,47. Para n tubos en columna, la fórmula es

(10-137)

donde el número de Reynolds se define como el caudal de condensado por unidad de longitud del primer tubo
y se recomienda utilizar promedios de propiedades en vez de propiedades a temperaturas promedio y calcular
la viscosidad del condensado con la fórmula90

(10-138)

La fórmula (10-137) es aplicable para Retub < 800.


Para tubos inclinados, también basta sustituir g por g cos".
La ecuación (10-136) se ajustan a la realidad en el tramo inicial de una placa vertical de longitud x = L, si ReL,
de acuerdo con la fórmula (10-124), es menor que aproximadamente 30, pero a medida que aumenta el recorrido
y el número de Reynolds (al crecer ') el régimen pasa a ser ondulado y para 30 < ReL < 1.800, aproximadamente,
deja de verificarse (7-85) aunque todavía se mantiene el régimen laminar para, finalmente, al superar 1.800,
cambiar la estructura del flujo y convertirse en turbulento. Tanto el régimen laminar ondulado como el turbulento

89
Nusselt, Wilhelm, “Die Oberflachenkondensation des Wasserdampfes”, Z. Ver. deut. ing., Vol 60 (1916), pp. 569-575.
90
Handbook of Heat Transfer, 3rd. Ed., Warren M. Rohsenow, James P. Hartnett y Young I. Cho, editores, Mc Graw-Hill, New York,
1998, p. 17.101.
10.2 Convección natural 231

comportan un aumento del valor y un cambio en la expresión del coeficiente.


El aumento del valor del coeficiente de transferencia del régimen ondulado respecto al estrictamente laminar,
se explica suponiendo una variación sinusoidal del espesor de la lámina líquida, con el mismo caudal medio,

(10-139)

donde consideramos la amplitud a de la oscilación constante y ligeramente inferior al semiespesor de la película.


De este modo tendremos el coeficiente de convección,

(10-140)

o sea que, si consideramos que la amplitud a de la oscilación vale, por ejemplo, el 46% de la mitad del espesor
de la película según Nusselt, el espesor medio, *medio, será el 92% del de Nusselt, *N y

(10-141)

Es decir, la ondulación mejora la transferencia de calor.


Una corrección empírica más precisa para tener incorporar el efecto de las ondulaciones sobre la transferencia,
es el factor de Isachenko y Labuntsov91

(10-142)

que se aplica a la fórmula (10-136) [(7-104).] dando

(10-143)

con buenos resultados para Re < 400. De todos modos, se recomienda92 y aquí adoptaremos, la fórmula obtenida
efectuando la integración de los valores locales

(10-144)

para el régimen ondulado,

(10-145)

91
Kukateladze, S.S. y I.I. Gogonin, “Heat transfer in Film Condensation of Slowly Moving Vapor”, Int. J. Heat Mass Transfer., Vol. 22
(1979), pp. 1593-1599.
92
Chen, S.L., F.M. Germer y C.L. Tien, “General Film Condensation Correlations”, Experimental Heat Transfer, vol. 1 (1987), pp. 93-
107.
232 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

correspondiente a números finales de Reynolds ReL superiores a 30 e inferiores a 1.800.

Ejemplo 10.11

Resuélvase el ejemplo 7.3 empleando las fórmulas con el número de Reynolds.

Un primer refinamiento de este modelo lo efectuó el propio Nusselt, teniendo en cuenta el enfriamiento de la capa
de líquido condensado. A partir del gradiente lineal de temperatura entre el vapor y la placa, sustituyendo (7-95)
en (7-96) obtuvo93 un calor latente equivalente que, utilizado en lugar del real en la expresión del número de
Jakob de las fórmulas anteriores, incorpora el enfriamiento sensible. Una expresión más ajustada, suponiendo
un perfil de temperatura parabólico en vez de lineal obtenido, usando el método integral, por Rohsenow94, es:

(10-146')

aunque para el cálculo es más cómoda

(10-146'’)

ecuación válida para Pr > 0,5 y Ja < 1. De este modo la fórmula (7-104) práctica para ReL < 30, es

(10-147)

etc.
Una situación que se resuelve con un modificación sencilla de la fórmula de Nusselt, es el caso de que el vapor
a condensar se halle sobrecalentado a una temperatura Tg > Ts . Fácilmente se comprueba que basta añadir al calor
latente de condensación, dado por la fórmula (10-146), el sensible que hay que extraer del gas para llevarlo a la
temperatura de saturación, es decir, hacer

(10-148)

con

(10-149)

Caso de utilizar las fórmulas (10-135), (10-136) y (10-137) la entalpía de vaporización (10-146) se utiliza en el
balance de energía auxiliar (10-132).

Ejemplo 10.12

Si Re* es mayor que aproximadamente1.800 y la presión no es alta, el valor medio del número de
Nusselt para toda la placa, según Labuntsov [Teploenergetika (en ruso), Vol. 4 (1957), p. 72], es:

93
Véase problema para resolver 7.12.
94
Rohsenow, W.M., “Heat Transfer and Temperature Distribution in Laminar Film Condensation”, Trans. ASME, Vol. 78 (1956), pp.
1645-1648.
10.2 Convección natural 233

Admitiendo esta fórmula:


a) Calcúlese la longitud de la placa vertical a 80°C que se necesita para condensar 0,16 kg/s por m de
anchura, de vapor saturado a la presión atmosférica.
b) Calcúlense el caudal que condensaría y la potencia transferida por m de anchura, una placa de 4 m
de altura.
c) Compruébense los resultados con la fórmula recomendada (10-205), véase más adelante.

También se han efectuado modificaciones para tener en cuenta la fricción entre el vapor y el líquido, lo que
incorpora la convección mixta. En este caso, el enfoque correcto del problema se debe hacer, como propuso
Dukler95, teniendo en cuenta que la fricción produce una evolución del régimen en sentido transversal, según la
coordenada y, en la película y que, excepto para una pequeña zona inicial, la secuencia longitudinal, según la
coordenada x, de régimen laminar a régimen turbulento, sólo es real cuando la fricción entre corrientes de las dos
fases es despreciable.
El modelo que da resultados más acordes con la experiencia es el de Dukler citado, quien propuso una solución
para el problema de la condensación total en el interior de tubos verticales (aplicable a otras superficies
verticales, como placas) adoptando las hipótesis siguientes:

1. Propiedades independientes de la temperatura,


2. Circulación equicorriente,
3. Flujo anular
4. Lámina de condensado lisa de espesor * muy pequeño, lo que permite despreciar la curvatura de la
superficie sólida,
5. No existe arrastre de gotas96
6. Flujo de calor transversal en la película igual en todas las secciones
7. Difusividades turbulentas de Boussinesq iguales, ,h = ,m
8. En la zona plenamente turbulenta, difusividades moleculares despreciables frente a las turbulentas97
9. Zona plenamente turbulenta para y+ > 20, como la mostrada en la figura 7.6
10. Vapor inicialmente saturado y condensación total del mismo al alcanzar la longitud L final del tubo,
sin ningún sobrenfriamiento de la superficie de la película, es decir, Ts - To = 2s = constante.

Nótese que la hipótesis 8 invalida el modelo para los metales líquidos.

Como Dukler considera las propiedades constantes (hipótesis 1), puede tratar por separado la obtención del perfil
de velocidades, espesor de la película y fricción, de la transferencia de calor.
Si, en una estación, la circulación del líquido descendente es turbulenta, la tensión de fricción a una distancia y
de la pared en la película líquida, se expresará por la relación (7-659):

(10-150)

con ,m dada por un modelo, para el que Dukler propone el de Deisler98,

95
Dukler, A.E., “”Dynamics of vertical film systems”, Chem. Eng. Prog., Vol. 55 (1959), nº 10, pp.62-67 y A.D.I. Document number
6058, Library of Congress, Washington 25, D.C.
96
Esta condición reduce el realismo del modelo a un rango limitado de velocidades .
97
En y+ > 20 nos hallamos en la zona plenamente turbulenta, recuérdese la figura 7.97.
98
Deissler, R.G., NACA Tech Note 3145, (1954), aunque la fórmula (10-151) está ligeramente modificada.
234 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-151)

para la zona de transición, próxima al sólido, y otro para la plenamente turbulenta, más alejada, el de von
Karman99,

(10-152)

Ante todo, halla el perfil de velocidades100, o sea vx+ =vx+(y+), que depende de las tensiones de fricción entre
ambas fases y comporta resolver la ecuación (10-150) con (10-151) y (10-152). Dividiendo (10-150) por J0 y
pasando a variables adimensionales, establece

(10-153)

de forma que determinando el primer miembro, con las expresiones (10-151) y (10-152) de ,m, calcula el perfil
local de velocidades, en forma adimensional, en la película de condensado integrando desde la pared hasta y+ =
20 y de y+ > 20 a la interfaz líquido-gas:

(10-154)

Para hallar la relación de tensiones, Dukler recurre al balance de fuerzas para un anillo de líquido junto a la pared,
en una estación x dada101,

(10-155)

, véase la figura 10.25 siguiente,

99
Von Karma, Th. “The Analogy Between Fluid Friction and Heat Transfer”, Transactions of the ASME, Vol. 61 (1939), pp. 705-710.
100
Siguiendo la secuencia de cálculo clásica, véase el capítulo 7, página 518.
101
Consideró las tensiones longitudinales paralelas, a pesar de la variación de espesor de la película de condensado.
10.2 Convección natural 235

Figura 10.25. Tensiones de fricción a través de la película de condensado con circulación equicorriente.

obteniendo la relación:

(10-156)

que, aplicada en la superficie sólida, le da la tensión J0 en la pared en función de la Ji existente en la interfaz


líquido-gas, es decir,

(10-157)

que, a su vez, le da que, a una distancia y cualquiera de la pared,

(10-158)

y, empleando las coordenadas adimensionales, la relación que buscaba para hallar el perfil de velocidades,

(10-159)

Para condicionar el espesor local *(x) de la película de acuerdo con la fricción, establece que la fricción en la
pared ha de compensar el peso de la corona de líquido y el cilindro de gas menos la diferencia de presiones entre
la estación x y la x + dx, plateando el balance de fuerzas siguiente (véase la figura 10.25 anterior),

(10-160)

que despreciando el espesor de la película frente al radio del tubo (hipótesis 4), le da la tensión local en la pared
del tubo

(10-161)

donde el paréntesis del 2º término del 2º miembro, es la perdida de presión unitaria en un flujo anular vertical
236 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-162)

o tensión en la interfaz líquido-gas, Ji(x). De aquí,y multiplicando y dividiendo el primer miembro por *2 y <l,

(10-163)

con lo que obtiene la ecuación en *,

(10-164)

Para no tener que manejar * y *+ simultáneamente, hace

(10-165)

siendo sigma un pseudoespesor adimensional de la película de condensado.


Con esta variable y absorbiendo la fricción del gas en otra nueva variable Ji* que representa una tensión de
fricción interfacial local adimensional,

(10-166)

y a partir de (10-164), llega a la ecuación

(10-167)

Dukler considera que el rango de interés de Ji* variaba de 0, sin fricción, a 4.000, gran fricción, y de *+entre 7
y 1.000, de modo que el rango de interés del coeficiente del segundo término está comprendido entre 0 y
2.000. Para una serie de pares de valores de los dos parámetros resolvió la ecuación (10-167) y con los
valores de F obtenidos, preparó el gráfico de la figura 10.26.

Figura 10.26. Sigma en función de Ji /*2/3.


10.2 Convección natural 237

Para hallar el perfil de velocidades en la película mediante la integración de (10-154), trata por separado las dos
integrales de la fórmula, para los intervalos y+ < 20 e y+ > 20, e iguala la relación entre las tensiones a una
distancia y de la superficie sólida y la correspondiente a la pared, dada por (10-159), con la obtenida de las
fórmulas (10-151) o (10-152), tomando la expresión para y+ menor o mayor que 20, según corresponda.
Así, para la zona más cercana a la pared, con variables adimensionales,

(10-168)

fórmula que para y+ pequeña, aproxima por:

(10-169)

que le da, para y+< 20, el perfil local de velocidades siguiente,

(10-170)

que depende de la tensión en la interfase gas-líquido a través del parámetro F3 = *3/(*+)2 (L*)3.
Para y+ > 20,

(10-171)

integra una vez

(10-172)

y como

(10-173)

anula la constante de integración C, pues cuando y+ tiende a 0 la derivada de la velocidad tiende a infinito. Integra
la ecuación resultante entre y+ = 20 y *+, y obtiene

(10-174)
238 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

De esta forma determina, con F como parámetro y las relaciones (10-170) y (10-174), los perfiles universales
de velocidad (una curva para cada valor de F3/*+ = (*/*+L*)3 o sea la tensión entre fases, en una estación dada,
figura 10.27.

Figura 10.27. Perfiles universales de velocidades en la película vertical de condensado. El parámetro de las curvas es F3/*+.

A continuación establece la relación del espesor de la película de condensado con el número de Reynolds. De
acuerdo con la definición (10-124),

(10-175)

Para cada serie de valores de Ji y cada valor de F3/*+ = (*/*+L*)3, toma la curva y+- vx+ y calcula *+ mediante la
relación

(10-176)

obtenida de (10-167). Así construyó la tabla 10.3 (mostrada parcialmente), que da valores del espesor de la
película de condensado en función del número de Reynolds para distintos valores del parámetro F3/*+ = (*/*+L*)3,
basado en el espesor adimensional de la película de condensado.

Tabla 10.2. Valores correspondientes de Rex y *+

Ji* 0 1 2 ...... 10

*+ Rex *+ Rex *+ Rex *+ Rex


.....

0,001 1.000 80.637 990 79.890 980 79.000 .... 900 71.890

0,0015 667 51.445 665 51.275 650 49.980 590 43.970


10.2 Convección natural 239

0,002 500 37.190 492 36.519 464 35.900 429 30.040

..... ....... ........ ..... .....

0,015 66,7 3.117 62,6 2.882 58,6 2.654 26 905

0,02 50 2.10o 48,1 2.006 42,6 1.709 15,2 296

0,03 33,3 1.145 30,1 996 26,9 862 -

... .... .....

0,05 20 486 17,2 391 14,6 304

0,06 16,7 351 14,1 273 11,6 200

0,08 12,5 203 10,2 149,0 7,9


97.6

0,1 10,0 131 - -

Para sigma mayor de 30, la relación entre el espesor local adimensional *+ de la película de condensado y el
número de Reynolds correspondiente a la estación considerada, ya no depende prácticamente de */*+L* y es
biunívoca. Finalmente la conversión del espesor adimensional *+ al dimensional * la efectúa mediante la relación
(7-177)

Con la tabla 10.2 y los valores del perfil universal de temperaturas en la película liquida, puede determinar, a
través de Rex, el espesor de película en cada sección transversal, según el valor de la fricción adimensional entre
fases, Ji*, tal como se muestran en la figura 10.28.

Figura 10.28. Espesor adimensional de la película de condensado en función del número de Reynolds local.

Como el espesor de la película * condiciona la transmisión de calor, recuérdese la relación (7-103), una vez
solventado el espesor local de la película, *(x), en función de Rex, abordó la transferencia de calor. Considera que
la capa límite térmica es muy delgada, por lo que el flujo de calor local transversal, a través de la película de
condensado, vendrá dado, aproximadamente, por (7-669),
240 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-178)

utilizando las difusividad turbulenta y de acuerdo con la hipótesis 7, ,h = ,m = ,, la ecuación (10-178) en forma
adimensional es:

(10-179)

donde la temperatura homogénea adimensional102, es

(10-180)

En la zona alejada de la superficie sólida (y+ > 20), tiene en cuenta (10-152), de modo que

(10-181)

De acuerdo con la hipótesis 8, en la zona más alejada de la pared Dukler desprecia la difusividad molecular
(viscosidad cinemática) frente a la turbulenta, con lo que transforma la ecuación (10-179) en

(10-182)

Así dispone de esta ecuación y la (10-170), que escribe,

(10-183)

de forma que, dividiéndolas entre si e integrando, obtiene la ecuación para calcular la temperatura local
adimensional en la zona y+ > 20.

(10-184)

Esta ecuación la integra numéricamente en cada posición con ayuda del perfil de velocidades de la figura 10.27,

102
Introducida en el capítulo 7, fórmula (7-599).
10.2 Convección natural 241

para obtener, con cada valor de la temperatura local y la ecuación (10-185), el número de Nusselt y el coeficiente
de convección locales.

(10-185)

En cuanto a la zona para y+ < 20, donde la difusividad molecular no es despreciable, toma en forma adimensional

(10-186)

Ecuación que con ayuda de la relación y+-vx+ de la figura 10.27, integra numéricamente desde y+ = 0 hasta y+ =
20 para valores de Pr dados, determinando el número de Nusselt local con (10-185) y Ji* como parámetro, tal
como se muestra, para Pr = 1, en la figura 10.29.

Figura 10.29. Número de Nusselt local para la condensación de vapores saturados puros en tubos verticales.

Para hallar los valores medios tenia que integrar el valor local del coeficiente local a lo largo de la longitud total
del tubo, para lo que tuvo que resolver la dificultad de que el cambio de fase, que comporta la condensación, hace
que los caudales de vapor y líquido varíen a lo largo de la superficie, alterando el gradiente de presión, de forma
que Ji* varía, por lo que no podía integrar directamente los valores que había obtenido para los coeficientes
locales, mostrados en la figura 10.29, etc. Entonces, para calcular los valores de Ji* a lo largo del tubo, determinó
la pérdida de presión a lo largo del mismo utilizando las hipótesis de que al principio del tubo el gas está
saturado, que el régimen de la película es turbulento desde el inicio del mismo, dando un régimen bifásico anular,
y que, después de recorrer la longitud L total del tubo, el vapor condensaba totalmente, sin sufrir sobrenfriamiento
alguno (hipótesis

Figura 10.30. Las lineas de trazos representan distintas trayectorias de un fluido puro a lo largo de un tubo vertical, para diversos valoras
del caudal (ReL).
242 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

De la experiencias de Martinelli y del propio Dukler, éste ajusto los valores de pérdida de presión a la ecuación

(10-187)

donde aparece el denominado multiplicador de la fricción bifásica103, relación entre las pérdidas de presión
unitarias correspondientes a las dos fases y a que sólo existiese la fase gas (veáse más adelante el apartado 10.3-
3.1.2)

(10-188)

y el factor de Martinelli, definido como:

(10-189)

relación entre las caídas de presión en régimen turbulento que existirían en el conducto si cada una de las fases
circulase sola por el mismo, con el caudal total.
Para las pérdidas unitarias de presión, véase la fórmula (7-444), Dukler adopta la expresión de Blasius (7-440)
para el coeficiente de fricción, con los coeficientes propuestos por Colburn104. De acuerdo con ello, este último
parámetro viene dado por la expresión aproximada (véase el apartado 10.3-3.1.2):

(10-190)

Sustituyendo estas expresiones en la fórmula (10-187),

(10-191)

103
Factor para convertir la pérdida de presión monofásica en bifásica.
104
Página 636 del primer volumen.
105
Recuérdese que ReD = G D/:.
10.2 Convección natural 243

Así105:

(10-192)

Sustituyendo ahora en la expresión de la tensión de fricción adimensional, (10-166).

(7-193)

donde "’ es un valor numérico que depende de las propiedades del fluido y la dimensión que define la superficie
sólida.
Dado que postuló que la condensación era total, el número de Reynolds del líquido terminal, ReL, verificará la
relación

(10-194)

Sustituyendo esta relación en (10-181) obtiene:

(7-195)

donde define el parámetro adimensional ":

(10-196)

que se mantiene constante a lo largo del tubo en el que se efectúa la condensación total de un vapor saturado que
alcanza un determinado valor del número de Reynolds terminal, de acuerdo con las hipótesis establecidas.
Dukler calculó valores de " para diversos fluidos típicos y los diámetros corrientes de tubos y llegó a la
conclusión de que los valores prácticos de ", con fricción entre las dos fases, están comprendidos entre 10-5 y
(5)(10-4) con el valor 0 para el caso de no existir fricción entre el vapor y el condensado. De esta forma, hallados
el espesor de la película de condensado, el perfil de velocidades y la fricción el problema fluidodinámico queda
resuelto.
Para relacionar el número de Nusselt medio con el número de Reynolds y la fricción, Dukler, de acuerdo con la
hipótesis 10, aplica el balance de calor general de la condensación, (10-132), a la geometría cilíndrica, en forma
diferencial

(10-197)

es decir,

(10-198)

y en forma global, o sea

(10-199)

lo que le conduce a la fórmula (10-134), que hallamos anteriormente, para obtener el número de Nusselt medio
244 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

de la condensación:

(10-200)

Para integrar esta ecuación fija un valor de Pr del líquido y utiliza los valores de los coeficientes locales en
función del número de Reynolds local del líquido de figuras como la 10.30, manteniendo constantes el parámetro
" y el número de Reynolds terminal del líquido, de modo que sigue el proceso del mismo a lo largo del tubo.
Como supone que se introduce en el tubo vapor saturado y que éste condensa totalmente al alcanzar el extremo
del mismo, la relación (10-200) le permite determinar por puntos una serie de trayectorias del fluido a lo largo
del tubo, definidas, para un Pr dado, por " y ReL constantes. Así, para una serie de valores de ", se obtienen
trayectorias como las mostradas en la figura 10.30. Con estas curvas, Dukler preparó , para la serie de valores de
Pr del líquido, unas tablas Rex-h(x), que le permitieron calcular numéricamente, con la expresión (10-200), los
números de Nusselt medios para cada Pr y ReL, que publicó en forma de gráficos para los correspondientes Pr.
Los valores obtenidos son acordes con la experimentación, vease la figura 10.31.

Figura 10.31. Comparación de la curva teórica del número de Nusselt hallada por Dukler, con valores experimentales de Carpenter para
tricloroetileno106.

Como ya se ha comentado al enunciar las hipótesis, los resultados para valores muy bajos de Pr (metales
líquidos) no son buenos.
Posteriormente y disponiendo de una potencia de cálculo muy superior, la Universidad de California Berkeley107,
reformuló el modelo para sustituir los gráficos por fórmulas, estableciendo fórmulas cerradas para los valores
locales y totales. La extrapolación a fricción gas-líquido nula y ReL muy bajos coincide con los resultados del
modelo de Nusselt.
En la figura 10.32 se muestra los valores locales, calculados con la fórmula

(10-201)

106
Carpenter, F.G., Ph. D. Tesis, Universudad de Delaware, 1948.
107
Chen, S.L., F.M. Gerner y C.L. Tien, “General film condensations correlations”, Experimental Heat Transfer, Vol. 1 (1987), pp. 93-
107.
10.2 Convección natural 245

frente a números de Nusselt locales calculados con medidas experimentales de Blangetti y Schlunder108.

Figura 10.32. Comparación de los resultados de la correlación de Chen, Gerner y Tien para valores locales, con valores experimentales.

De este modo, en el caso de una superficie vertical de altura suficiente para que se alcance el régimen turbulento,
se llega al siguiente valor total de la potencia transferida, incluyendo la zona laminar inicial y teniendo en cuenta
la fricción gas líquido:

(10-202)

siendo el área A igual a 2BrL o Lb, según se trate de un tubo o una placa, y donde

(10-203)

para condensación total, siendo por lo tanto ReL el número de Reynolds correspondiente a un caudal de
condensado igual al inicial el vapor, y " el parámetro adimensional dado para un tubo por (10-196),

(10-204)

La fórmula final

(10-205)

es equivalente a los gráficos de Dukler, pues da valores coincidentes con los obtenidos mediante los mismos.

108
Blangetti, F. y E.O. Schlunder, “Local Heat Transfer Coefficients of Condensation in a Vertical Tube”, Proc. 6th Int. Heat Transfer
Conf., Vol. 2 (1978), pp. 437-442.
246 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

La figura 10.33, muestra la comprobación experimental109 con vapor de agua, en el caso de fricción entre fases
despreciable.

Figura 10.33. Valores experimentales del número de Nusselt medio frente a la correlación propuesta (10-205).

Para una placa plana las mismas fórmulas para fricción entre fases son aplicables, con

(10-206)

En resumen vemos que la potencia global transferida en la condensación por convección natural en una pared,
plana o cilíndrica vertical, responde a la expresión [véanse las fórmulas (10-136), (10-145) y (10-205)]

(10-207)

donde el perímetro transversal b es la anchura de la placa plana o la circunferencia110 del del tubo, BD, según el
caso. y ReL se define mediante la fórmula (10-125). Para régimen plenamente turbulento (Rex > 1.800, la función
del número de Reynolds lo es también del de Prandtl111.
Los problemas en la condensación en general se resuelven con ayuda del balance de calor (10-132),

(10-208)

y la definición (10-124) del número de Reynolds, siendo el número de Nusselt una función del de Reynolds. Los
fundamentales son tres, a saber:

1. Conocidos el caudal a condensar y las temperaturas del vapor saturado y de la superficie sólida, hallar
la longitud (altura) de la placa o tubo necesario, o sea, dado '(L) calcular L, problema de resolución
directa con el balance (10-208).
2. Conocidos las temperaturas del vapor saturado y de la superficie sólida, y la longitud de la placa o
tubo disponible, hallar el caudal que condensará, o sea, dada L determinar '(L), problema que requiere
el empleo la herramienta Buscar objetivo de la hoja de cálculo para la resolución del balance.
3. Conocidos la longitud de la placa o tubo disponible, el caudal condensado y la temperatura del vapor

109
Kutateladze, S.S. e I.I. Gogonin, “Heat Transfer in Film Condensation of Slowly Moving Vapor”, International Journal of Heat and
Mass Transfer, Vol. 22 (1979), pp.1593-1599.
110
Interior o exterior, según la superficie donde ocurra la condensación.
111
No debe olvidarse que a presiones elevadas L* debe calcularse con la fórmula (10-127).
10.2 Convección natural 247

saturado o la de la superficie sólida, hallar la temperatura de la superficie sólida o del vapor saturado,
respectivamente. Es decir, dados L, '(L) y Ts, o To, encontrar To o Ts, respectivamente. Estos problemas
requieren iterar la temperatura desconocida, de la que dependen siempre las propiedades del líquido y,
en el segundo caso, del vapor también.

Las fórmulas (10-205) y (10-208) permiten resolver los problemas globales sin tener en cuenta el régimen
fluidodinámico de la película vertical de condensado, pero no los locales, para los que, según el valor de Rex, debe
escogerse la fórmula (10-136),(10-144) o (10-201) que corresponda.
Veamos un ejemplo a continuación.

Ejemplo 10.13

Para la condensación de vapor de agua saturado a 1 atm sobre una placa vertical a 80°C, de L = 3,2 m de
altura y gran anchura, calcúlense:
a) El caudal de vapor condensado por m de anchura.
b) El espesor de la película de condensado al final de la placa .
c) Represéntese el valor del coeficiente de convección medio en función de la longitud considerada, hasta
alcanzar los 3,2 m.
Prescíndase de la fricción entre el condensado y el vapor.

En realidad, cuando se efectúa la condensación total, en la parte final del tubo el régimen ya no es anular, pasando
a ser de borbotones (veáse el apartado 10.3), pero esta zona difícilmente supera el 5% de la longitud del tubo,
lo que hace que la fórmula anterior sea industrialmente adecuada.
Para el caso del vapor circulando en sentido ascendente la circulación es a contracorriente y la convección es
mixta, pero, debido a que las fuerzas de fricción son, normalmente, muy superiores a las de inercia, los autores
proponen el mismo modelo, con un cambio de signo de la fricción, y la fórmula:

(10-209)

con

(10-210)

En este caso, si el caudal de vapor supera un cierto valor se produce “inundación”112 y el flujo se bloquea
(apartado 10.3-6.1).
Debido asimismo al predominio de la fricción sobre las otras fuerzas, los mismos autores, basándose en esta
correlación, proponen aplicar para condensación con flujo anular en tubos horizontales, condensación mixta, la
fórmula para la circulación vertical descendente.

(10-211)

A la que conduce la (10-202). Véase más adelante el mismo apartado 10.3-6.1.

112
Sigalés, Bartomeu, “Diseño de recipientes para industrias de proceso. Parte I”, Ingenieria Química, Diciembre 1975, pp. 91-97.
248 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

10.3 Convección mixta

En los procesos a flujo, incluso sin transferencia de calor, o adiabáticos, el reparto del espacio ocupado
por cada una de las fases, o configuración del flujo, no solo es distinto según las substancias, las condiciones de
temperatura y presión, y las proporciones de ambas fases, sino que, para los mismos valores de los parámetros
anteriores, difiere en cada una de las posiciones del conducto. En las circulaciones verticales se puede considerar
una simetría axial media (en un tramo de longitud suficiente) todo lo contrario que en las inclinadas y
horizontales, que tienden a la estratificación.

(a) (b) (c) (d) (e)

Figura 10.34. Modelos teóricos de configuración de la circulación ascendente bifásica adiabática en tubos verticales: a) flujo de
burbujas, b) flujo de borbotones, c) flujo revuelto, d) flujo anular y e) flujo de gotas.

En la figura 10.34 se muestran las configuraciones básicas posibles, en la secuencia de aumentar la proporción
de la fase gas, para procesos adiabáticos con circulación vertical ascendente (la descendente es más compleja
y no la comentaremos). Todas las configuraciones se encuentran entre dos estructuras límite y una intermedia
ideales: una extrema es la fase gas dispersa en forma de burbujas (como las bebidas con gas) en una matriz
continua de la corriente de liquido, o flujo de burbujas113, formando una dispersión más o menos homogénea
figura 10.34a, la intermedia es la de dos fases continuas y segregadas, en forma de un cilindro hueco (tubo)
exterior de liquido y un cilindro interior de vapor114: flujo anular115, figura 10.34d y, finalmente, la otra extrema
consiste en la fase liquida en forma de gotas dispersa en una matriz continua de gas, o flujo de gotas116, formando
una suspensión homogénea (como la niebla) figura 10.34e, y que es la que aparece en el inicio de la condensación
homogénea y al final de la ebullición. Las configuraciones reales intermedias son complejas, pero para las
circulaciones verticales es corriente117 adoptar dos modelos intermedios, que son intermitentes, el de
borbotones118 y el revuelto119, mostrados en las figuras 10.34b y 10.34c.

113
“Bubbly flow” en inglés.
114
Aunque en determinadas circunstancias puede producirse la situación inversa (núcleo líquido y película gaseosa), denominándose
entonces flujo anular inverso.
115
“Annular flow” en inglés.
116
“Drop flow” en inglés.
117
Taitel, Yehuda, “Flow Pattern transition in Two Phase Flow”, Heat Transfer 1990. Proceedings of The Ninth International heat
Transfer Conferenco, Jerusalem, Vol. 1, Hemisphere Publising Corp., New York, 1990, pp.237-254.
118
“Slug flow” en inglés.
119
“Churn flow” en inglés.
10.3 Convección mixta 249

Existen criterios para saber que configuración cabe esperar, criterios que permiten confeccionar "mapas"120 que
indican, mediante "zonas", las condiciones en las que aparece cada tipo de configuración. Los mapas son distintos
para circulación en conductos horizontales, inclinados y verticales, pues, repetimos, cada una de ellas presenta
características específicas121. Comentaremos uno propuesto para circulaciones adiabáticas verticales ascendentes
y otro para circulaciones adiabáticas horizontales.

Figura 10.35. Mapa de configuraciones de flujo en tubos verticales con la circulación adiabática ascendente.

Para definir las regiones en los mapas para los diferentes tipos de circulaciones adiabáticas, tanto verticales
ascendentes como horizontales, figuras 10.35 y 10.37, respectivamente, utilizaremos las velocidades
superficiales122 de líquido y del gas,

(10-212a y b)

y la velocidad ficticia

(10-213)

De esta forma, las lineas frontera entre las distintas configuraciones de la figura 10.35, circulaciones verticales
ascendentes, se escriben123:

Curva A

(10-214a)

120
Se debe a Ovid Baker la idea de cuantificar los parámetros que determinan las configraciones de flujo y establecer zonas de
existencia (“Simultaneous Flow of Oil and Gas”, Oil and Gas J., vol 53 (1954), nº 26 (July 26), pp. 185-190).
121
Taitel, Yehuda, “Flow Pattern transition in Two Phase Flow”, Heat Transfer 1990. Proceedings of The Ninth International heat
Transfer Conferenco, Jerusalem, Vol. 1, Hemisphere Publising Corp., New York, 1990, pp.237-254.
122
Véase la p. 677 del primer volumen.
123
Taitel, Y., D. Bornea y A.E., Dukler. “Modelling Flow Pattern Transitions for Steady Upward Gas-Liquid Flow in Vertical tubes”,
AIChE J., Vol. 26 (1980), pp. 345-354.
250 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

válida para diámetros superiores a

(10-214b)

Curva B

(10-215)

Curva C

(10-216)

Curva D

(10-217)

Curva E

(10-218)

La transición entre el flujo de burbujas y el de borbotones, línea A, se debe a la alteración del equilibrio entre
la tendencia de las burbujas a coalescer, al aumentar su tamaño, y las fluctuaciones turbulentas, que tienden
a eliminarlas, lo que requiere un mínimo diámetro del tubo.
La línea B representa la transición entre una fina dispersión de burbujitas y el régimen de burbujas y la C entre
la fina dispersión de burbujitas y los flujos de borbotones y revuelto.
Si la velocidad superficial del gas es baja, se produce la coalescencia de las gotas en función de la relación
L/D, curvas D, y aparecen puentes de líquido, dando lugar a los flujos de borbotones y revuelto.
Cuando, en las condiciones del fluido, la velocidad de la fase gas supera el valor mínimo indicado por la curva
E, es suficiente para arrastrar las gotas de mayor tamaño y se produce la transición de los flujos de borbotones
o revuelto, al anular.
Las configuraciones en conductos horizontales, que se muestran en la figura 10.36, e inclinados, al no ser
simétricas, son más complejas, aunque la configuración característica es la de una lámina líquida con o sin
oleaje, y una capa de vapor encima de ella, flujo estratificado124. El mapa, según determinación teórica125 y
medidas experimentales126, puede verse en la figura 19.37.

124
“Wavy flow” en inglés.
125
Mandhane, J.M., G.A. Gregory y K. Aziz, “Flow Pattern Map for Gas-Liquid Flow in Horizontal Pipes”, Int. J. Multiphase Flow,
Vol. 1 (1974), pp. 537-552.
126
Dukler, A.E., “Modelling Two-Phase Flow and Heat Transfer. Keynote Paper KS-11”, Proc. 6th Int. Heat Transfer Conf., Toronto,
Canada, 1978.
10.3 Convección mixta 251

Figura 10.36. Modelos teóricos de configuración de la circulación bifásica adiabática en tubos horizontales.

Figura 10.37. Modelos teóricos (Dukler, líneas continuas) y comprobación experimental (Mandhane y col., zonas sombreadas) de
configuraciones de la circulación bifásica adiabática en tubos horizontales

En el caso de sistemas con transferencia de calor, o diatérmanos, la situación todavía se complica más, pues
se produce una evolución continua de las configuraciones entre las extremas, con una progresión más o menos
completa según la aportación de calor y la longitud del tubo, desde el flujo de burbujas parcial al de gotas,
pasando por el anular o el anulare inverso, cuando se añade calor, ebullición. Cuando se extrae, condensación,
la evolución ocurre en sentido inverso pero sin llegar a formarse burbujas.
El análisis lo dividiremos pues en el de sistemas adiabáticos en los que coexisten dos fases en una relación
másica dada y sistemas diatérmanos en los que las proporciones de las fases varían además de acuerdo con
252 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

el suministro de calor a la masa de control. Para estos últimos, salvo indicación expresa de lo contrario,
consideraremos tubos verticales y flujo de calor constante en la pared del tubo para la ebullición y tubos
verticales y horizontales con la temperatura de pared constante para la condensación.
En el estudio de la ebullición mixta una variable importante es el título x, o fracción másica de vapor:

(10-219)

También se utiliza el título termodinámico x*, la definición del cual, a partir de la entalpía promediada, es:

(10-220)

que coincide con la del másico si las fases están en equilibrio; es decir, la temperatura es uniforme, lo que
transversalmente a la corriente sólo se aproxima en circunstancias particulares, por lo que en muchos casos
existen discrepancias entre ambos títulos. La definición de título termodinámico permite establecer valores
del título negativos o mayores que la unidad para indicar, respectivamente, un líquido en promedio
sobrenfriado o un vapor en promedio sobrecalentado. Dado que el título termodinámico, por definición está
basado en la descripción promediada, la existencia de un gradiente transversal (radial en un tubo) de
temperatura hace que para definir un fluido saturado este parámetro no sea exacto, ya que con la temperatura
global definida por (7-356) se puede verificar (10-220) estando el fluido junto a la pared sobrecalentado y el
que circula por el eje del tubo sobrenfriado, o viceversa. Precisamente esto da lugar a distintos procesos en la
ebullición de un líquido, como veremos.

10.3-1. Observaciones y valores experimentales de la ebullición en conductos

Las observaciones experimentales indican que tanto la transferencia de cantidad de movimiento, fricción, como
la de calor, se incrementan considerablemente con el flujo bifásico. Así, por ejemplo, las pérdidas de carga
(altura de fluido equivalente a la presión) de una corriente de agua con cantidades crecientes de aire mezclado
con ella, aumentan, respecto a las del agua sola en las mismas condiciones, a medida que aumenta la
proporción de aire, excepto cuando el aire predomina mucho y pasa a ser la fase dispersante, en cuyo caso
disminuye por tender la pérdida a la del aire sólo. Una interpretación intuitiva es que la fase gas dispersa
comprime el liquido contra las paredes, aumentando la fricción.
En cuanto a la transferencia de calor, en la figura 10.38 se muestra para un tubo vertical con una sustancia
(agua) el flujo de calor transferido por convección en función de la diferencia entre la temperatura de la
pared y la media, o global, (7-356), del fluido que circula inicialmente en fase líquida. Se aprecia cómo, al
aumentar el sobrecalentamiento de la pared, aumenta el flujo de calor, según la velocidad del fluido, hasta
que aparece una discontinuidad que provoca un aumento brusco del flujo transferido, flujo que, a
diferencia de lo que ocurría antes, es independiente de la velocidad del fluido y estabiliza la diferencia de
temperatura, lo que indica que aparece un nuevo mecanismo de transferencia de calor, la ebullición
nucleada, más eficaz. Esta convección, que corresponde a la ebullición de un líquido circulando en un
tubo, al superponer, a la convección mantenida por las diferencias de densidad, la provocada por las
fuerzas externas que mantienen los fluidos (líquido y gas) en movimiento, es mixta, aunque se denomina
tradicionalmente ebullición forzada. 
10.3 Convección mixta 253

Figura 10.38. Convección mixta de agua calentada en un tubo vertical con un flujo de calor constante en la pared127.

En la figura 10.39 se muestran, con un tubo transparente, también vertical, de una longitud determinada,
calentado con un flujo de calor constante en su pared, la variación, con la longitud recorrida por el fluido, de
la temperatura de la pared y de la global del fluido, supuesto una sustancia, así como la configuración del flujo.
Se aprecia como ambas temperaturas aumentan hasta alcanzar un máximo cada una. Dado que el flujo de calor
es constante, cabe interpretar el primer máximo, correspondiente a la pared, como la sección donde se produce
un aumento sustancial del coeficiente de transferencia, lo que coincide con la aparición de burbujas junto a
la pared. Como, al coexistir dos fases, la temperatura máxima que alcanza el fluido es la de saturación, y con
la elevación, al ser el tubo vertical y el vapor mucho menos denso que el líquido, la presión disminuye a partir
del máximo, la temperatura del fluido correspondiente a cada nivel desciende suavemente. En el mismo tramo,
la temperatura de la pared se mantiene algo más elevada pero prácticamente paralela a la del fluido, hasta que
sufre un brusco ascenso, que corresponde a la desaparición del líquido junto a la pared, como corrobora la
observación. La temperatura del fluido, a medida que asciende, sigue aumentando después del máximo de la
de la pared, lo que corresponde a que la formación de burbujas se inicie antes de que la temperatura del fluido
alcance la de saturación, como se aprecia en la figura, hasta que la alcanza, dando lugar a un máximo, pues
a continuación la presión disminuye a medida que asciende el fluido. Esto justifica que el máximo de
temperatura esté desplazado respecto al de la pared y que el de la pared preceda al del fluido.

127
Rohsenow, W.H. y J.A. Clarke, “Heat Transfer and pressure drop data for high heat flux densities to water at high sub-critical
pressure”, 1951 Heat Transfer and Fluid Mechanics Institute, Stanford University Press, Stanford.
254 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

DO
F

D
FDB

C
B ONB
To Tm

Ts
A
Tempe ratu ra Líquido sub-
enf riad o

Figura 10.39. Temperatura de la pared de un tubo vertical y la del fluido que circula por si interior cuando se desarrolla la ebullición
de éste.

Aunque hemos descrito una evolución típica de la ebullición mixta a lo largo de un tubo vertical, ésta, como
se aprecia en la figura 10.40, depende de la magnitud del flujo de calor aplicado a la pared que, recordemos,
en cada caso suponemos se mantiene constante a lo largo de la misma. Podemos considerar cuatro niveles
cualitativos: bajo, medio, alto y muy alto, para los que, en el caso normal de introducir un líquido sobrenfriado,
provocan las evoluciones cualitativas de la configuración de flujo y de los mecanismos de transferencia
siguientes:

. Flujo bajo, véase la figura 10.40a.


En este caso, la pared está mojada en toda la longitud del tubo y, prácticamente, la evolución de las
configuraciones se puede describir con sólo dos tipos. La ebullición nucleada aparece cuando el título
termodinámico todavía es negativo y se inicia con la formación de burbujas junto a la pared caliente, en la
estación que denominamos, como en la convección natural, ONB, dando lugar a un flujo con una fase
discretizada (gas), o burbujas, y la otra continua (líquido), ocupando las burbujas progresivamente zonas más
alejadas de la pared a costa del núcleo de líquido homogéneo, hasta estabilizarse a partir de la sección donde
las burbujas generadas en la pared son estables y el vapor producido no condensa, designada como NVG128,
aunque el título termodinámico x sigue siendo inferior a 0 (ebullición sobrenfriada). Así las burbujas llegan
a ocupar toda la sección transversal del tubo, hasta que el título x pasa a positivo (ebullición saturada),
produciéndose la ebullición plenamente desarrollada, FDB129, en la que, además de ocupar las burbujas toda
la sección, el título termodinámico puede ser mayor que la unidad. De este modo, el radio del núcleo líquido
disminuye a medida que el flujo progresa a lo largo del tubo y continua la eliminación de la continuidad del
núcleo de líquido, pasando del flujo de burbujas al de borbotones.

128
Del inglés “Net Vapor Generation”.
129
Del inglés “Fully Developed Boiling”.
10.3 Convección mixta 255

. Flujo medio, véase la figura 10.40b


En este caso la pared del tubo también está mojada en toda la longitud del tubo y se distinguen tres zonas
notables. La ebullición nucleada aparece cuando el título termodinámico todavía es inferior al valor 0+ y se
inicia con la formación de burbujas junto a la pared caliente, ONB, dando lugar a un flujo con la fase gas
discretizada y la líquida continua estables (NVG). Progresivamente, las burbujas, ocupan las zonas más
alejadas de la pared, a costa del núcleo de líquido homogéneo de modo que el radio del núcleo líquido continuo
disminuye a medida que progresa a lo largo del tubo, hasta que desaparece dicho núcleo de líquido (FDB),
pasando la configuración del flujo de la de burbujas a la de borbotones y esta a la revuelta, para transformarse,
finalmente, en un núcleo en fase gas con una película de líquido adherida a la pared del conducto, que se
vaporiza a través de su superficie en contacto con el vapor, con ambas fases continuas (flujo anular).

. Flujo alto, véase la figura 10.40c y la 10.39


Se inicia rápidamente la formación de burbujas junto a la pared caliente, ONB, dando lugar a un flujo mixto,
con la fase gas discretizada, en forma de burbujas, y la líquido continua. Las burbujas ocupan enseguida las
zonas más alejadas de la pared, disminuyendo el radio del núcleo líquido homogéneo, hasta que el titulo
termodinámico x es positivo y el núcleo líquido desaparece, pasando al flujo de borbotones y al revuelto que,
a su vez, provoca un núcleo en fase gas, con una película de líquido adherida a la pared del conducto (flujo
anular) que se vaporiza a través de su superficie, hasta desaparecer el líquido si la longitud es suficiente,
produciéndose el punto de secado, DO130. Así, la elevación brusca de temperatura aparece cuando el líquido
está saturado y el título es relativamente bajo, por desaparición de la película de líquido sobre la pared sólida
en la evaporación nucleada, alcanzándose con el DO el flujo crítico, CHF131, a partir del cual se produce la
convección con un gas y, por último, si la pared resiste, la monofásica.

. Flujo muy alto, véase la figura 10.40d


Se inicia la formación de burbujas junto a la pared caliente, ONB, dando lugar a un flujo mixto, pero éstas
coalescen rápidamente, apareciendo el DNB132 (equivalente al CHF) que provoca un gran aumento de la
temperatura de la pared y se produce por la degeneración de la ebullición nucleada, iniciándose una película
de gas junto a la pared y dando lugar a un flujo anular inverso. Si ésta resiste mecánicamente, finalmente se
vaporiza todo el líquido y se produce la convección monofásica con un gas. Es decir, la elevación brusca de
temperatura se produce cuando el título es mucho mayor y el líquido todavía no está saturado, por desaparición
de la fase líquida sobre la pared sólida, alcanzándose el CHF, a partir del cual se produce la convección en un
gas con gotas en suspensión y, por último, la monofásica gaseosa.
Alternativas análogas, en orden inverso, ocurren con el flujo de calor fijo y valores bajos, medios, altos o muy
altos de la velocidad másica G.

130
Del inglés “Dryout”.
131
Del inglés “Critical Heat Flux”.
132
Del inglés “Departure of Nucleate Boiling”.
256 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Figura 10.40. Distintas configuraciones de flujo observadas en un en un tubo vertical de vidrio, a medida que el flujo de calor en
la pared aumenta manteniendo el caudal másico.

Para la cuantificación de la transferencia de calor en los procesos discretos en las figuras y descripciones
anteriores se considera que existen dos tipos básicos de ebullición forzada:

! Sobrenfriada, denominada así porque el titulo termodinámico, de acuerdo con la fórmula (10-
220), es negativo, ya que, aunque el líquido junto a la pared esté a la temperatura de saturación,
TS, el que circula alejado de la misma, en la zona del eje del tubo, debido al gradiente transversal
de temperatura, no la alcanza. Corresponde a la fase inicial de la ebullición nucleada y aparece a
partir del ONB en las zonas de líquido contiguas a la pared, de modo que la configuración del flujo
en esta ebullición es heterogénea, pues las burbujas se concentran junto a la pared. Por este motivo
también se denomina ebullición parcial, aunque en su fase final, alcanzada la NVG, las burbujas
pueden ocupar la sección transversal del tubo, en la ebullición plenamente desarrollada, FDB.
! Saturada, también denominada ebullición total. Se llama así cuando el título termodinámico
supera el valor nulo y ocurre a partir de la FDB, aunque ello no garantice que en toda la sección
transversal del tubo la temperatura local del líquido no sea inferior a la de saturación, TS. Esta
10.3 Convección mixta 257

denominación no es tan precisa como la anterior, ya que engloba configuraciones tan distintas
como la ebullición nucleada y la anular.

Figura 10.41. Título correspondiente al flujo crítico, según el valor de éste para un tubo dado.

Hemos visto que, variando el flujo aplicado a la pared de un tubo y cuando es muy alto, la elevación brusca
de la temperatura de la pared se produce con valores del título x bajos, e incluso el líquido sobrenfriado, al
producirse el DNB, causado por la degeneración de la ebullición nucleada con la formación de una película
de gas junto al sólido, dando lugar a la ebullición en película y un flujo anular inverso, constituyéndose así
el flujo crítico, CHF. Contrariamente, para flujos más bajos, la elevación de temperatura aparece cuando
el título es mucho mayor y el líquido está saturado, alcanzándose CHF por desaparición, o secado (DO), de
la película de líquido sobre la pared sólida en la evaporación saturada con flujo anular. Con un tubo
transparente, se comprueba que esta distinta ruta hasta el CHF se debe a la aparición de una u otra de las dos
configuraciones descritas conducentes a la pared seca, véanse las figuras 10.40c y d. Estos dos
comportamientos se reflejan en la figura 10.41.

10.3-2. Tratamiento teórico. Aplicación de las leyes fundamentales

Plantearemos unas ecuaciones simplificadas de los balances fundamentales en los problemas con circulación
bifásica133, mediante el modelo mixto de flujo monodimensional visto en el capítulo 3, para lo que es
conveniente establecer una serie de puntualizaciones y definiciones previas. Utilizaremos la letra z para
indicar la coordenada axial según el eje del conducto, a fin de evitar confusiones con la fracción másica de
vapor, o título, x, y la letra u para las velocidades, reservando v, para el volumen específico.
Ante todo se han de cuantificar las proporciones de las fases, para lo que se debe tener en cuenta que, en
general, existe una velocidad relativa entre las mismas.

. Proporciones en el tiempo. En un instante dado una zona puede ser ocupada por liquido y en otro por
vapor. Se definen:
. Fracción de vapor promedio para un tiempo local:

(10-221)

siendo tg un periodo de residencia de la fase vapor.

133
Un planteamiento general riguroso lo presentan Bourè, J.A. y J.M. Delhaye, en el capítulo 1 de Handbook of multiphase systems,
editado por Gad Hetsroni, Mc Graw-Hill, New York, 1982.
258 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

. Fracción de vapor promedio instantáneo en una longitud l: longitud ocupada por el fluido (líquido
+ vapor) en un instante t

. Proporciones en el espacio. En un instante dado, una zona será ocupada una parte por liquido y otra parte
por vapor.
Se define la fracción de huecos " com la fracción de vapor promedio instantáneo de área
transversal (volumen) ocupado por la fase vapor, admitiendo que es igual a la sección (volumen)
ocupado por la fase vapor dividido por la sección transversal (volumen) total.

Las fracciones de vapor promedio para un tiempo local y la de promedio instantáneo en línea, sólo coinciden
en la circulación en estado estacionario, que será al que nos limitaremos. A continuación estableceremos
las relaciones entre las variables de composición y flujo. Para definir la proporción de fases en una sección
transversal usaremos la fracción de huecos ", definir, véase la figura 10.42,

(10-222a, b)

El caudal másico será:

(10-223)

y el caudal volumétrico :

(10-224)

Anteriormente hemos definido el título x, fracción másica de vapor, y el título termodinámico x*, que
permite establecer valores del título negativos o mayores que la unidad, y que coincide con el másico si la
temperatura de la sección transversal es uniforme. También hemos visto como las discrepancias entre ambos
títulos aparecen en la ebullición sobrenfriada, el flujo de niebla, etc.
Se define asimismo la fracción volumétrica de vapor ß:

(10-225a y b)

La velocidad másica o flujo de masa G = uzD, kg/s m2, se define con la velocidad media u = uz, siendo z la
coordenada según el eje del conducto, de modo que

(10-226a y b)

Asimismo

(10-227a y b)

En el capítulo 7 introdujimos la velocidad superficial vS, cociente del caudal volumétrico por la sección total
10.3 Convección mixta 259

del conducto (véase el apartado 7.5-2.2). Con dos fases tenemos (10-212a y b) o sea:

(10-228a, b y c)

de modo que

(10-229a y b)

Finalmente, se denomina relación de deslizamiento K, al cociente entre las velocidades de la fase vapor y
de la fase líquido:

(10-230)

El siguiente ejemplo ayudará a clarificar el significado de algunos de estos parámetros

Ejemplo 10.14

Una tubería de 30 mm. de diámetro interior y 10 m de longitud situada verticalmente transporta


una mezcla de agua y aire, a 11°C con unos caudales de 0.1 kg/s de aire y 0.2 kg/s de agua, siendo
la fracción de huecos " = 0.9767
Estímense:
a) El volumen de tubería ocupado por el aire y por el agua
b) El tiempo de retención medio del agua y del aire
c) La relación de deslizamiento

Los modelos que expondremos para establecer los balances de masa, cantidad de movimiento134 y energía,
tendrán como hipótesis comunes las siguientes:

1. Estado estacionario
2. Conductos de sección circular constante (tubos y tuberías)
3. La sección recta repartida entre las dos fases, de forma que estas son homogéneas y hay una
única interfaz entre ellas.
4. En la interfase aparecen fuerzas, de igual módulo y dirección pero de sentido contrario, que cada
fase ejerce sobre la otra, existiendo además una resultante de las fuerzas de fricción de cada fase
con las paredes del conducto. Al suponer que las fases están en equilibrio mecánico, la presión en
cada sección transversal es única.
5. Para un elemento diferencial de longitud, en todo su espesor la variación de las secciones Sg y
Sl es despreciable y se pueden tomar como constantes.
6. Los flujos son de émbolo (perfil de velocidades plano)
7. La temperatura media de ambas fases es la misma, de modo que la temperatura será única en una
sección transversal
8. La masa y la velocidad de cada fase pueden variar a lo largo de un elemento transversal de
conducto.

En la figura 10.42 se representa este modelo para el caso de un conducto inclinado un ángulo 2 respecto a
la horizontal.

134
Que sintetiza los de fuerzas y de momentos.
260 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Figura. 10.42. Elemento de conducto inclinado con un flujo bifásico.

En el volumen de control diferencial mostrado en la figura 10.42, como admitimos que en el espesor dz ni
las propiedades ni las velocidades de las fases varían, aplicaremos los balances fundamentales promediados
transversalmente en las dos subsecciones l y g que corresponden a cada fase (tendremos la masa y el
volumen de control de la fase coincidiendo con los límites de la misma en el tramo 1-2 de longitud dz).

Balance de masa

En el elemento de conducto solamente podemos establecer la masa de control para la suma se las dos fases,
de modo que los términos de la ecuación (3-15) serán los mostrados en la tabla 10.3:

Tabla 10.3. Términos del balance de masa

MASA DE CONTROL, 1ER VOLUMEN DE CONTROL, 2º MIEMBRO


MIEMBRO

0
10.3 Convección mixta 261

Si sustituimos los valores anteriores en el balance (3-15) tendremos:

(10-231)

de donde

(10-232)

Por otro lado, por definición:

(10-233a)

(10-233b)

o sea,

(10-234a)

(10-234b)

Al circular los fluidos por un conducto de sección S = Sl + Sg constante,

(10-235)

Balances de fuerzas y momentos (cantidad de movimiento)

Como se señaló en el capítulo 3, en el caso de fluidos el balance del momento cinético se reduce a establecer
la simetría del tensor tensión, por lo que nos limitaremos, como para una sola fase, al análisis del balance
de cantidad de movimiento (3-36).
De nuevo, para tratar con una masa de control, hemos de aplicar la ecuación a las dos fases globalmente.
Es decir, en la ecuación:

(10-236)

en cada punto, según sus coordenadas, deberemos utilizar las propiedades y la velocidad del gas o del
líquido, según corresponda. Además para considerar los valores promediados en cada sección, supondremos
que la tensión de fricción en las paredes del conducto Jyz es uniforme en todo el perímetro de la sección
correspondiente, lo que nunca puede ser cierto, pero que admitiremos, denominando al valor medio de la
tensión paralela a la pared del conducto, J0.
Para el límite de cada fase, dA = p dz, y para la sección transversal, dV = S dz, por lo que, en estado
262 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

estacionario y promediando las propiedades transversalmente, tendremos135 las ecuaciones mostradas en la


tabla 10.4:

Tabla 10.4. Términos del balance de cantidad de movimiento

er
MASA DE CONTROL, 1 MIEMBRO VOLUMEN DE CONTROL, 2º MIEMBRO

Sustituyendo en (10-236), teniendo en cuenta que el caudal másico es el producto de la velocidad por la
densidad y por la sección, operando y despreciando diferenciales de 2º orden, (10-236) se convierte en:

(10-237)

o sea:

(10-238)

ecuación de la que ha desaparecido la fricción entre fases, porque globalmente se neutraliza.


Del balance de cantidad de movimiento (10-238) podemos despejar el gradiente de presión estática, dP/dz,
en una sección del conducto,

(10-239)

135
Véase el ejemplo 3.15.
10.3 Convección mixta 263

Nótese que esta expresión es completamente general y que no depende del régimen de circulación, que
puede ser laminar o no, pero en cambio, al prescindir de las ecuaciones constitutivas, requiere disponer de
expresiones para Jog y Jol.

Balance de energía

Con las hipótesis establecidas, el flujo de calor determinará la variación de la temperatura en función de la
posición y su cálculo corresponde a un problema distribuido longitudinalmente. Además, al considerar la
temperatura media, la temperatura es única en cada sección transversal, lo que nos permite aplicar la
ecuación promediada (3-21) en la sección. La transferencia de calor en la pared del tubo puede efectuarse
para cada fase sólo en una fracción del perímetro (la que está en contacto con la fase correspondiente), por
lo que, en rigor, la descripción promediada es inadecuada, pero la admitiremos y trataremos las secciones
transversales considerando las propiedades uniformes.
La ecuación (3-21) también se tendrá que aplicar simultáneamente a las dos fases para tener una masa de
control constante. Así:

(10-240)

donde se incluyen las energías por unidad de volumen interna, cinética y potencial. En esta ecuación *Q y
*Ws son, respectivamente, la energía térmica, en la que incluiremos la transferencia de calor a través de las
paredes del conducto y el ca or generado por fricción, prescindiendo de la conducción axial y la generación
interna, y la energía mecánica, absorbidas por la masa de control del entorno. No aparece, como ya
señalamos en el capítulo 3, *W: , la energía mecánica disipada en forma de calor, pero la explicitaremos al
desglosar *Q.
Haciendo aplicación a cada fase de la ecuación (10-240) en estado estacionario, tendremos las expresiones
mostradas en la tabla 10.5 (masa y volumen de control de la fase coincidiendo con los límites de la misma
en el tramo de longitud dz y ángulo con la horizontal 2 .

Tabla 10.5. Términos del balance de energía

er
MASA DE CONTROL, 1 MIEMBRO VOLUMEN DE CONTROL, 2º MIEMBRO

Para un tubo horizontal con " constante, sustituyendo en (10-240), y teniendo en cuenta (10-233),
264 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-241)

donde hemos despreciado el calentamiento por fricción frente al externo136 y tenido en cuenta que para un
conducto circular,

(10-242)

El cambio de entalpía específica es dHi = cPi dT (i = g o l, según el caso) y suponemos que todo el calor y
la energía mecánica degrada en fricción, se convierten en energía interna de ambas fases, por lo que
tendremos137:

(10-243)

A partir del balance de energía también podemos obtener la pérdida de presión elemental en el caso general
de un tubo inclinado y " variable. Consideraremos ambas fases conjuntamente, el balance promediado (10-
240) en estado estacionario, con el mismo volumen de control y siendo el caudal total. Si en el tramo
considerado no hay transferencia de potencia mecánica, sustituyendo (10-243) en (10-240) y dividiendo por
dz obtenemos

(10-244)

Dividiendo esta relación por y teniendo en cuenta las fórmulas (10-227) y (10-228):

(10-245)

Conocido así el cambio de presión estática unitaria en el sentido de la circulación, z creciente, se puede
hallar la pérdida de presión entre dos estaciones 1 y 2.
De nuevo aparece el gradiente total de presión como la suma de un término de disipación, un término de

136
Véase la página 236 del capítulo 3, en el primer volumen.
137
H (entalpía), U (energía interna) y V son valores específicos.
10.3 Convección mixta 265

aceleración o energía cinética y uno de desnivel o energía potencial. Nótese, sin embargo, que, aun cuando,
engloban los mismos conceptos, las ecuación (10-239 ) y los términos correspondientes de la (10-245)
difieren, pues dW: no incluye solamente la potencia disipada por la fricción con las paredes, dada por (10-
247) sino que engloba también la energía mecánica degradada por la fricción en la interfaz entre las dos
fases, cuando exista una velocidad relativa entre ellas, como en el caso de fases separadas.
Las expresiones para la pérdida de energía por unidad de volumen correspondiente a la aceleración y al
desnivel también difieren. En cuanto a la fricción, en rigor sería más satisfactorio el enfoque basado en el
balance de energía, pues la fricción en la pared puede, con dos fases, ser positiva, negativa o nula. Sin
embargo, normalmente se usa la expresión basada en el balance de fuerzas y así lo haremos aquí.
Teóricamente una ecuación como la (10-245) se puede obtener más rigurosamente planteando el balance
de energía para cada fase, teniendo en cuenta la transferencia de masa entre ellas138, pero el proceso es
complicado al incluir términos para contabilizar las transferencias de calor y masa entre ambas fases, la
potencia transferida de una fase a otra que es recuperable (arrastre) y la disipación de energía en la interfase.

Para aplicar los balances de masa, cantidad de movimiento y energía anteriores, se han propuesto dos tipos
de descripciones del fluido global:

a) Circulación homogénea: Se supone que el flujo es equivalente al de una sola fase ficticia, con
unas pseudopropiedades obtenidas promediando adecuadamente las de cada fase individual. Las
hipótesis de base son:

1. Velocidades del vapor y del líquido iguales, ug = u1


2. Equilibrio entre las fases, Tg = T1, Pg = P1, etc.
3. Es válido el factor de fricción determinado para una única fase, como si solo circulase,
por ejemplo, líquido, con fórmulas como las de Colburn, de Filonenko, etc., si se definen
adecuadamente la densidad y la viscosidad medias.

b) Circulación heterogénea: Se supone que las dos fases están en equilibrio, pero completamente
segregadas e independientes (fases separadas), de forma que se establecen dos conjuntos de
ecuaciones separados. Para poder resolver el balance de cantidad de movimiento se han de
introducir relaciones para conocer la fricción con las paredes del conducto, bien con información
sobre las velocidades de cada fase o de la fracción de la sección de paso que ocupan cada una.

Las hipótesis de los modelos homogéneos se ajustan mejor a las configuraciones de flujo con una fase
continua y la otra uniformemente dispersa en ella (flujos de burbujas o de gotas) lo que corresponde a títulos
muy pequeños o muy grandes, y circulaciones a altas velocidades y presiones. Así sus resultados son
aceptables para velocidades másicas G > 1.000 kg/m2 s y presiones reducidas Pr > 0,7. El primer modelo
para flujo bifásico propuesto fue de este tipo.139
Los modelos de circulaciones separadas se pueden refinar de acuerdo con las configuraciones de flujo, que
permiten detallar el modelo básico con expresiones específicas de la fracción de huecos y la velocidad
relativa de las fases. Se suponen las dos fases según una de las varias configuraciones típicas mostradas en
las figuras 10.34 y 10.36. A cada representación se aplican las ecuaciones básicas, junto con correlaciones
o modelos para conocer la fracción de huecos. Para saber que configuración cabe esperar, se utilizan los
"mapas" para conductos horizontales, inclinados yo verticales, como los indicados en el apartado 10.3.

10.3-3. Pérdida de presión

En el estudio del flujo bifásico se desglosa, tal como ya hemos señalado en el capítulo 3 y detallamos en el

138
Boure, J.A., en el capítulo 9 de Two-Phase Flows and Heat Transfer with Application to Nuclear Reactor Design Problems, editado
por Jean J. Ginoux, Hemisphere Publishing Corp., Washington, 1978.
139
Mc Adams, W.H., W.K. Woods y L.C. Heroman, "Vapourisation inside horizontal tubes, 2: Bencene-Oil Mixturs", Trans ASME,
vol. 64 (1942), pp. 193-200.
266 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

ejemplo 3.15 para flujo monofásico, la pérdida de presión estática en las fracciones debidas a los tres
conceptos de fricción, aceleración y desnivel entre los extremos del conducto. Si, en el elemento de la
figura 10.42, designamos, como en el ejemplo citado, por f, a y z los tantos por uno (f + a + z = 1) de la
pérdida de presión, o la caída de presión unitaria, correspondientes a cada uno de ellos, tendremos, para un
elemento de conducto,

(10-246)

Tal como indicamos en el citado ejemplo 3.15, sólo se puede determinar la pérdida de presión por fricción
en función de parámetros adimensionales, usando medidas en tubos horizontales, pues en los tubos verticales
se suman las pérdidas debidas al desnivel, que, en flujos bifásicos, son específicas de la proporción entre
las fases. Como hemos designado por f el tanto por uno de la caída de presión estática unitaria
correspondientes a la fricción, tendremos que

(10-247)

Nótese que de esta forma, la fricción se define en función de una tensión media Jo, resultante sobre todo el
perímetro del conducto, incluyendo ambas fases, por lo que es fricción bifásica.
Partiremos del balance de cantidad de movimiento e identificaremos estos tres sumandos con los términos
de la pérdida de presión dP/dz según (10-240), así explicitaremos cada aportación a la pérdida de presión.
De este modo, la fracción de la pérdida de presión debida a la fricción será:

(10-248)

También:

(10-249)

(10-250)

Obsérvese que, como aquí el volumen específico de los fluidos varía, la pérdida de presión por aceleración
no es nula, como ocurre en el flujo monofásico de líquidos.
Conocido el cambio de presión estática unitaria en el sentido de la circulación, z creciente, la pérdida de
presión entre dos estaciones 1 y 2 en la secuencia de la progresión del flujo, será:

(10-251)

A partir del balance de energía también podemos obtener la pérdida de presión elemental, pero, como hemos
indicado, no lo utilizaremos. Distinguiremos dos casos: circulaciones adiabáticas, donde el título x
permanece constante a lo largo del conducto y circulaciones diatérmanas, donde el título x aumenta
(ebullición) o disminuye (condensación).
10.3 Convección mixta 267

Para el análisis de los sistemas adiabáticos, de los tres balances fundamentales bastará utilizar el de masa
y el de cantidad de movimiento, prescindiendo del de energía térmica, pues el balance de energía en sistemas
adiabáticos se reduce al balance de potencia mecánica que, al ser igual al producto del balance de cantidad
de movimiento por la velocidad, es redundante con aquel.

l0.3-3.1. Circulaciones adiabáticas

l0.3-3.1.1. Modelos homogéneos

Tal como se ha indicado, en estos modelos se opera con una única fase ficticia (como un aerosol o una
dispersión). Considerando ambas fases conjuntamente, aplicaremos los balances promediados del capítulo
3 en estado estacionario, con el mismo volumen de control y siendo el caudal total. Efectuaremos la
integración de las dos fases en cada sección, con unas propiedades obtenidas por promedio adecuado de las
de cada fase individual, que señalaremos con un sobrelineado.
Las ecuaciones a aplicar serán (recuérdese el ejemplo 3.15):

. Balance de masa, donde u es la velocidad media, la misma para ambas fases, que será:

(10-252)

donde

(10-253)

siendo uS la denominada velocidad superficial, introducida en el apartado 7.5.-2.2.3 del capítulo 7.

. Balance de cantidad de movimiento

. Balance de energía por unidad de masa

(10-254)

donde

(10-255)

Se adopta como densidad de la corriente conjunta, el inverso del promedio de los volúmenes específicos 140,
según sugerencia de Mc Adams:

(10-256)

140
Es corriente en la literatura sobre sistemas bifásicos emplear un doble subíndice para indicar la diferencia entre el valor de la
propiedad para el líquido y el vapor, vg. : vgl = vg - vl , etc., aunque aquí limitaremos el uso de esta notación.
268 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

De este modo la fracción de huecos " y la fracción volumétrica $, coinciden,

(10-257)

La viscosidad media de la mezcla bifásica se puede determinar con la expresión:141

(10-258)

donde "d indica fracción en volumen de la fase dispersa y los subíndices c y d fase continua y fase dispersa,
respectivamente. Esta relación cumple la condición en los límites de que, cuando exista una fase única, el
resulta sea el correspondiente a la misma, es decir, que para un título x igual a 0, la viscosidad sea la del
líquido y para x igual a 1, la del vapor.
Con los modelos homogéneos, la fracción de la pérdida de presión debida a la fricción será:

(10-259)

La fracción debida a la aceleración142:

(10-260)

y la fracción debida al desnivel:

(10-261)

El factor (Cf)TP se determina para el fluido ficticio único, usando una correlación para fluidos monofásicos.
Para ello se usa la viscosidad media definida por (10-258) que está relacionada con la fracción de huecos
y, por tanto, con el titulo.
Normalmente el factor de fricción se aproxima mediante una fórmula para tubos lisos del tipo establecido
por Blasius143,

(10-262)

141
Ishii, M. y N. Zuber, “Drag coefficient and relative velocity in bubbly, droplet or particulate flows”, AIChE J., vol. 25 (1979), pp.
843-855.
142
Recuérdese que el título x es constante.
143
Blasius, H. "Das Ähnlichkeitsgesetz bei Reibung vorgringen in Flüssigkeiten", VDI-Forschung, heft nº 131, 1913. Propuso los
valores n = 0,25, lo que corresponde a C = 0,0791 y es válido para números de Reynolds comprendidos entre 3(5)(10 ) y 4(5)(10 ), véase el
apartado 7.5-2.1.
10.3 Convección mixta 269

en la que C = 16 y n = 1 para régimen laminar y, según la propuesta de Colburn, 0,046 y 0,2,


respectivamente, para el turbulento144. En (10-262), (Cf)co es el factor de fricción calculado como si todo
el caudal fuese de la fase continua (líquido en el flujo de burbujas y gas en el de gotas) de modo que

(10-263)

siendo Nco2 el denominado multiplicador de la fricción bifásica establecido con (10-188). Este multiplicador
permite calcular la pérdida de presión para dos fases a partir de la obtenida suponiendo que solo circula la
fase continua y valdrá:

(10-264)

Si sustituimos (10-259), (10-260) y (10-261) en (10-246) y despejamos el gradiente de presión, tendremos


como expresión de la pérdida de presión por unidad de longitud para un flujo adiabático:

(10-265)

De este modo, la pérdida de presión de un flujo adiabático de burbujas en régimen turbulento, en el rango
104 < ReD < 106 de validez de la fórmula de Blasius con los coeficientes de Colburn, C = 0,046 y n = 0,2,
adoptando la expresión (10-258) para la viscosidad media, se puede calcular con:

(10-266)

y para un flujo adiabático de gotas turbulento:

(10-267)

Obsérvese en estas fórmulas que la pérdida de presión siempre es mayor que para la fase dominante pura,
que aumenta con el título y que el efecto disminuye al crecer la presión, por aumentar el parecido entre las
dos fases, iguales en el punto crítico. La gran importancia de la corrección de la pérdida de presión por

144
Para régimen muy turbulento y conductos rugosos, C = (1,74 ln D/e + 2,28) y n = 0.
270 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

fricción con doble fase queda patente con el valor del factor N2lo, análogo al N24, obtenido en el ejemplo
10.15 (véase más adelante).
Se recomienda el método homogéneo para calcular las pérdidas de presión singulares, con el caudal másico
total de la mezcla. La relación entre la pérdida de presión por accesorios de tuberías con doble fase y la
obtenida como si todo fuese líquido, se determina mediante la expresión145:

(10-268)

El coeficiente C' viene dado por la tabla 10.6 siguiente:

Tabla 10.6. Coeficiente C’ para pérdidas de presión singulares.

Accesorio Rango de presión Rango de título,% C’


reducida

Codo radio corto Pr < 0,015 0-10 1,5

Codo radio corto Pr > 0,1 0-50 4

Codo radio largo Pr > 0,1 0-50 2,2

Te (como codo) Pr > 0,1 0-50 1,6

Válvula de compuerta Pr > 0,1 0-50 1,5

Válvula de globo No debe usarse en


flujo bifásico

Contracción 0,015< Pr < 1 0-50 1,0

Expansión 0,015< Pr < 1 0-50 1,1

Orificio (L/D < 0,5) Pr < 0,1 0-50 0.8

NOTAS:
. Las válvulas de asiento no deben usarse para flujo bifásico.
. Si se está fuera del rango de la tabla, como primera aproximación se puede tomar C' = 1.

10.3-3.1.2. Modelos heterogéneos o de flujos separados

Como se ha dicho ya, estos modelos consideran las dos fases como si fuesen dos corrientes independientes,
con las velocidades distintas. En el caso de velocidades iguales, se reduce al modelo homogéneo, que
acabamos de exponer.
Además de estado estacionario, las hipótesis de base son:

a) Las velocidades medias de las fases líquida y vapor son constantes.


b) Las fases se hallan permanentemente en equilibrio mecánico: Pg = Pl = P
c) Las fases se hallan permanentemente en equilibrio termodinámico: Hl = Hg(P) ; Hg = Hg sat.(P)
d) Es posible establecer correlaciones empíricas para relacionar el factor multiplicador de la
fricción N2, que corrige la pérdida de presión por fricción calculada como si sólo existiese una fase,
y la fracción de huecos ", con las variables independientes: P, T, G y x146.

145
Handbook of Heat transfer Fundamentals, 2nd Edition, editado por Warren M. Rohsenow, James P. Hartnett y Ejup N. Ganic, Mc
Graw Hill, New York, 1985, p. 13-10.
10.3 Convección mixta 271

Estos modelos también se adaptan mejor a la realidad cuando las velocidades y el título son altos, y
corresponden al denominado flujo anular para velocidades másicas G > 750 kg/m2s.
Se supone que las dos fases están completamente segregadas y son independientes, exceptuado presión y
temperatura, de forma que se establecen dos conjuntos de ecuaciones separadas. Así es posible plantear seis
ecuaciones que, si se cuenta con expresiones para (Cf)TP y ", contienen seis variables. Para poder determinar
la pérdida de presión se supone que el título x y la presión P son función de la distancia recorrida, z; el
volumen específico v, de la distancia y la presión; y la fracción de huecos ", del título y la presión. De este
modo para resolver el problema sólo se han de introducir relaciones empíricas, para conocer bien
información sobre las velocidades de cada fase, bien la fracción de huecos (fracción de la sección de paso
que ocupa cada fase), y la fricción con las paredes del conducto.
Partiendo del balance de cantidad de movimiento y las expresiones (10-247), (10-248) y (10-250), podemos
escribirla pérdida de presión adiabática:

(10-269)

donde el primer sumando del 2º miembro, la pérdida de presión por fricción, siguiendo el enfoque propuesto
con la fórmula (10-263), puede ponerse en función de la que se tendría si todo el caudal fuese monofásico,
por ejemplo liquido:

(10-270a)

o, lo que es lo mismo, utilizando el multiplicador de la fricción bifásica, véase (10-188):

(10-270b)

Es decir, calculamos, al igual que en los modelos homogéneos, una pérdida de presión de referencia como
si el caudal total estuviese totalmente en fase líquida. Análogamente se establecer con el caudal total en fase
gaseosa
También se puede establecer un factor corrector para la expresión de la pérdida de presión que
correspondería a la fracción del caudal líquida Nl,

(10-271)

o de gas, Ng, véase (10-188).


Esta segunda opción és la recomendada en el caso de las circulaciones adiabáticas, mientras que la
anterior se aconseja para las diatérmanas.
En cuanto a la derivada del segundo sumando, la pérdida de presión debida a la aceleración, puede
desarrollarse teniendo en cuenta que en las circulaciones adiabáticas el título x es constante y suponiendo
que la fracción de huecos " sólo es función de la presión y ésta de la distancia. Despreciando, como para
el modelo homogéneo, la compresibilidad del liquido, dvl/dP, tenemos:

146
En el flujo adiabático el título termodinámico x* es constante (parámetro) mientras que en el diatérmano se establece a partir del
- 243).
balance de energía aportada o sustraída (10
272 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-272)

respecto al tercer sumando, sigue siendo válida (10-261).


De esta forma el gradiente total de presión estática en el caso más general vendrá dado por la fórmula:

(10-273)

Al ser x constante en las circulaciones adiabáticas, tendremos finalmente,

(10-274)

Para utilizar las fórmulas (10-273) y (10-274) es preciso disponer de la relación de la fracción de huecos147
" con las variables independientes del flujo: x, P y G, para calcular las pérdidas debidas a la aceleración y
al desnivel relación que depende de la configuración del flujo. Las fronteras entre los distintos regímenes
se pueden estimar con las relaciones entre las velocidades superficiales de las fases líquido y gas dadas por
la ecuaciones (10-229a) y (10-229b) y para las distintas configuraciones se han establecido modelos para
", véase Tong y Tang148.
También se han de establecer relaciones entre el multiplicador Nlo2 de la fricción obtenida considerando todo
el fluido como líquido o el Nl2 de la fricción obtenida considerando sólo el líquido, para convertirla en la
bifásica. La primera de estas correlaciones y más importante históricamente, pues todavía se usa, fue la
elaborada por el equipo dirigido por RC. Martinelli149, en la Universidad de California, Berkeley, en
concreto la publicada por Lockhart y Martinelli150, en 1949. Se estableció para flujo isotérmico (adiabático)
y título constante, es decir para procesos adiabáticos, a baja presión en conductos de sección circular
horizontales151. De esta forma toda la pérdida de presión la pudieron atribuir a la fricción exclusivamente,
véanse las ecuaciones (10-246) y (10-250). Además, supusieron que la sección de paso se divide en dos, una

147
Dada la relación (10-8) entre la fracción de huecos y la relación de deslizamiento K, algunos autores prefieren dar correlaciones para
esta última, más asequible experimentalmente.
148
Tong, L.S. y Y.S. Tang, Boiling Heat Transfer and Two-Phase Flow. Second edition, Taylor & Francis, London & Washington D.C.,
1997, pp. 173-183 y 188-202.
149
Martinelli, R.C., M.K. Boelter, J.H.M. Taylor, E.C. Thomsen y E.H. Morrin,. "Isotermal Pressure Drop for Two-phase Two-
Component flow in Horizontal pipe". Trans. ASME, vol 66 (1944), pp. 139-151; Martinelli, R.C., J.A. Putman y, R.W Lockhart, "Two -
phase, Two-Component Flow in the Viscous Region". Trans. AIChE, vol 42 (1946), p. 681; Martinelli, R.C. y D.B. Nelson,. "Prediciton of
Pressure Drop During forced Circulation Boiling of Water". Trans. ASME, vol 70 (1948), p. 695; Lockhart, R.W. y R.C. Martinelli,
"Proposed correlation of data for isothermal two phase two-component flow in pipes". Chem. Eng. Prog., vol. 45 (1949), pp. 39-48, etc.
150
Lockhart, R.W. y R.C. Martinelli, "Proposed Correlation of Data for Isothermal Two phase Two-Component Flow in Pipes". Chem.
Eng. Prog., vol. 45 (1949), pp. 39-48.
151
Las experiencias se realizaron con tubos de vidrio de diámetros comprendidos entre 1,5 y 25,4 mm, ambos inclusive.
10.3 Convección mixta 273

parte para cada fase, y que la componente de la pérdida de presión debida a la aceleración es despreciable.
En consecuencia, al considerar las fases en equilibrio, las caídas de presión por fricción de cada fase en un
tramo determinado, han de ser iguales.
Experimentalmente comprobaron que ocurrían, en cuanto a régimen de circulación, las cuatro posibilidades
teóricas de régimen conjunto, de acuerdo con las correspondientes a cada fase por separado, de modo que
utilizaron los siguientes subíndices según el régimen de cada fase (Liquida-Vapor):

Tabla 10.7.

Turbulento-Turbulento tt

Laminar (viscoso)-Laminar vt

Turbulento-Laminar tv

Laminar-Laminar vv

También de sus observaciones concluyeron que, a pesar de apreciarse distintas configuraciones de flujo
según las condiciones de los ensayos, dentro del error experimental la configuración no afectaba a la pérdida
de presión estática, por lo que no utilizaron dicha información. Postularon y comprobaron que, para cada
una de estas posibilidades, se correlacionaron las pérdidas de presión en forma de factores de corrección
para las caídas de presión calculadas para cada fase como si circulase ella sola por el conducto. De esta
manera se pueden determinar ocho factores de corrección, cuatro para la pérdida calculada suponiendo que
únicamente circula el caudal de la fase líquida, SG(1 - x) y cuatro para corregir la obtenida con el caudal de
gas exclusivamente, SGx.
Los resultados se presentaron en forma gráfica, en función de la relación entre las caídas de presión que
existirían en el conducto si cada una de las fases circularse sola por el mismo, véase (10-189), variable que
se designa por X2, de forma que152

(10-275)

y si admitimos la forma de Blasius (7-440) para expresar el coeficiente de fricción

(10-276)

donde el subíndice ij puede ser tt, tv, vt y vv según el régimen (turbulento o viscoso) de acuerdo con el valor
del número de Reynolds para cada fase. El correspondiente al régimen tt se utiliza como parámetro para
correlaciones con el nombre de parámetro de Martinelli153. Explicitando el número de Reynolds y aplicando
los valores de C y m propuestos por Colburn para el régimen turbulento de las fases gas y líquido,
obtenemos la expresión (10-190) que renumeramos,

(10-277)

152
Nótese que el hecho de ser X la raíz cuadrada de la relación de caídas de presión, es un artificio para reducir la dispersión de los
resultados experimentales.
153
Este parámetro se ha mostrado muy útil para correlacionar fenómenos fluidotérmicos bifásicos.
274 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Obsérvese también que en la fórmula (10-274) se usa el factor de fricción correspondiente a que el caudal
total fuese sólo líquido, Cflo en vez del correspondiente al caudal real de la fase líquida, Cfl. La relación entre
ambos coeficientes se deduce fácilmente, pues, según la forma de Blasius para el coeficiente de fricción,
tendremos que

(10-278)

Por otro lado, igualando las expresiones de definición de a Nlo2 (10-270a) y Nl2 (10-271):

(10-279)

se obtiene la relación entre los multiplicadores de la fricción bifásica referidos a suponer todo el fluido
líquido y a tomar sólo la fracción líquida del mismo:

(10-280)

Combinando (10-278) y (10-280):

(10-281)

con n igual a 1 para el régimen laminar y 0,25, 0,20 o 0 según Blasius, Colburn o ReD muy grande, para el
turbulento.
Por otro lado, como ya hemos señalado, para poder aplicar la fórmula (10-274), es preciso conocer también
", por lo que la correlación incluye asimismo los valores de " y 1- ", en función de las mismas variables
(S, P, T, G y x), en sendas curvas de la parte superior de la misma figura. La curva para 1 - " se ha
correlacionado con la fórmula154:

(10-282)

En cuanto a las N, aunque se trata de una correlación gráfica y las curvas originales presentan varias
pendientes, para adaptarse a las distintas configuraciones de flujo, también se pueden estableces ecuaciones
que se ajustan razonablemente a la correlación y que facilitan la informatización de los cálculos. Así, para
ambas fases turbulentas, configuración tt, Chisholm155 justificó una expresión analítica muy sencilla, de la
correspondiente curva de Lockhart y Martinelli, partiendo de la fórmula promediada de la pérdida unitaria
de presión por fricción,

154
Tong, L.S. y Y.S. Tang, Boiling Heat Transfer and Two-Phase Flow. Second edition, Taylor & Francis, London & Washington D.C.,
1997, p. 158.
155
Chisholm, D. "Pressure gradiente due to friction during the flow of evaporating two-phase mixtures in smooth tubes and channels",
Int. J. Heat Mass Transfer, Vol. 16, p. 348, 1973.
10.3 Convección mixta 275

(10-283)

que poniendo las velocidades en función del título y los volúmenes específicos, se transforma en

(10-284)

Si suponemos un conducto rugoso, el factor de fricción turbulento es independiente del número de Reynolds
y constante para una rugosidad relativa dada, recuérdese la fórmula (7-677). Por esta razón el coeficiente
de fricción seria el mismo para cada una de las fases fluyendo exclusivamente por el conducto, de modo
que

(10-285)

Por otro lado, por definición,

(10-286)

de modo que podremos transformar (10-285) en

(10-287)

Además, según (10-230) y despejando x/(1 - x) de (10-286), la relación de deslizamiento K vale

(10-288)

Despejando " de esta expresión

(10-289)

y sustituyendo en (10-287)
276 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-290)

Chisholm postuló, basándose en las medidas de Lockhart y Martinelli, veáse la figura 10.43, que el factor
de 1/Xtt era igual a una constante C, de forma que una expresión aproximada final de la curva Lockhart y
Martinelli era

(10-291)

con C = 20, valor ligeramente inferior al mostrado en la figura 10.43, pero que fue el propuesto como
definitivo.

Figura 10.4 . Valores de Nlo2 - 1, en función del parámetro X, según medidas de Lockhart y Martinelli.

Se debe señalar que la aproximación no es recomendable a presiones altas, véase el ejemplo 10.15 siguiente.
La simplicidad de la ecuación ha hecho que se haya extrapolado a las otras combinaciones de regímenes,
ajustando un valor de C para cada una de ellas. Así:

Tasla 10.8.

Combinación l-g C

tt 20

vt 12

tv 10

vv 5

Chisholm también determinó una relación sencilla entre " y Xtt, suponiendo un régimen anular, véase la
figura 10.25. De acuerdo con dicha figura, escribiendo z por la coordenada longitudinal x,
10.3 Convección mixta 277

(10-292)

Si fluyese solamente la fase líquida por el tubo, por definición y (10-227),

(10-293)

tensión de fricción que, realmente, será

(10-294)

de modo que

(10-295)

Suponiendo régimen turbulento, el factor de fricción es función del número de Reynolds determinado con
el diámetro hidráulico dado por (10-123), 4*, con lo que

(10-296)

mientras que si fluyese por toda la sección del tubo el líquido con la misma velocidad másica, tendríamos

(10-297)

valor idéntico al anterior, por lo que, como el factor de fricción es función exclusiva del número de
Reynolds, los coeficientes de fricción en ambos casos serán iguales156, es decir: CfTP = Cfl. En consecuencia
(10-295) se transforma en

(10-298)

lo que equivale a

(10-299)

156
Consecuencia de haber supuesto la configuración anular, pues así la fricción corresponde a la líquido-pared, igual que si sólo circula
líquido.
278 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Esta expresión es muy simple, pero da resultados poco ajustados a la curva original, mejor representada por
la (10-282).

10.3-3.2. Pérdida de presión en las circulaciones diatérmanas

En este caso, en rigor hay que incluir también el balance de energía, pero expondremos un tratamiento
simplificado en el que éste se reduce al aumento o disminución, según se trate de ebullición o condensación,
de la fase gas, de acuerdo con la aportación (positiva o negativa) de calor, de modo que la diferencia con
el caso anterior es que el título x y la configuración de flujo varían con la distancia recorrida z, véase (10-
241) y recuérdese la figura 10.39, lo que, en general, exige hacer los cálculos por tramos cortos,
comprobando en cada uno el régimen que le corresponde. Examinaremos por separado las circulaciones
vertical, concentrándonos en la ebullición en este apartado, y horizontal, haciéndolo en ésta en la
condensación en el apartado 10.3-6.1, por tratarse de las aplicaciones de mayor interés industrial.
Recordando la descripción de las observaciones experimentales, en el caso del calentamiento de un líquido
inicialmente sobrenfriado, que asciende por un tubo vertical, de longitud suficiente para vaporizar todo el
líquido, con flujo de calor constante en la pared, figura 10.39, la secuencia de los procesos térmicos desde
el inicio de los mismos, es la mostrada en los cuadros de la figura 10.44.

FLUJO DE CALOR BAJO

Tramo fig. CONFIGURACIÓN DE FLUJO PROCESO TÉRMICO


10.39

AB Monofásico líquido Convección con líquido

BC Burbujas Ebullición sobrenfriada

CD Burbujas/ Intermitente (borbotones, Ebullición saturada nucleada


etc.)

FLUJO DE CALOR MEDIO

Tramo fig. CONFIGURACIÓN DE FLUJO PROCESO TÉRMICO


10.39

AB Monofásico líquido Convección con líquido

BC Burbujas Ebullición sobrenfriada

CD Burbujas/ Intermitente (borbotones, Ebullición saturada nucleada


etc.)

DE Anular Vaporización forzada

EF Gotas Convección bifásica con pared seca

FG Monofásico gas Convección con gas

FLUJO DE CALOR ALTO

Tramo fig. CONFIGURACIÓN DE FLUJO PROCESO TÉRMICO


10.40d

AB Monofásico líquido Convección con líquido

BD Burbujas Ebullición sobrenfriada


10.3 Convección mixta 279

DE Anular inverso Ebullición en película

EF Gotas Convección bifásica con pared seca

FG Monofásico gas Convección con gas

Figura 10.44. Evolución progresiva de la configuración de flujo según la magnitud del flujo de calor aplicado en la pared de un
tubo vertical.

Un análisis de las observaciones experimentales en el caso de temperatura de pared constante muestra que
el comportamiento del fluido todavía es más complejo, por lo que prescindiremos de él.

En cuanto a la condensación en un tubo horizontal, la figura 10.45 describe una configuración típica

Tramo análogo CONFIGURACIÓN DE FLUJO PROCESO TÉRMICO


a la fig. 10.39

FG Monofásico gas Convección con gas

EF Anular Condensación sobrecalentada

CE Estratificado Condensación saturada

BC Intermitente (borbotones, etc.) Convección bifásica

AB Monofásico líquido Convección con líquido

Figura 10.45. Evolución progresiva de la configuración de flujo según la magnitud del flujo de calor en la pared de un
tubo horizontal.

De todos modos daremos un método simplificado, tomando en consideración la variación del título pero
basado en correlaciones que prescinden de la estructura de flujo y que se pueden considerar aceptables para
la mayor parte del tramo. Así, los balances de masa y de cantidad de movimiento no se alteran respecto a
lo que hemos vistos en el apartado anterior, aunque es preciso tener en cuenta el balance de energía.

10.3-3.2.1. Modelo homogéneo

Para calcular la pérdida de presión debida a la fricción, expresaremos J0 en función de un coeficiente de


fricción medio para dos fases157, (Cf)TP,

(10-300)

de acuerdo con la expresión de la pérdida de presión por fricción (10-248)

(10-301)

157
Nomenclaturaa anglosajona, donde TP significa "Two Phases".
280 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

que es la ecuación para la pérdida de presión monofásica, (7-67), si admitimos la existencia de un factor de
fricción uniforme para dos fases en proporciones variables. Para un conducto circular p/S = 4/D y

(10-302)

La contribución de la aceleración a la pérdida de presión, (10-249), será teniendo en cuenta la ecuación (10-
253),

(10-303)

donde, despreciando la compresibilidad de la fase liquida, la derivada del volumen específico respecto al
espacio dvl/dz = 0, y haciendo

(10-304)

tendremos la fracción de la pérdida de presión total, debida a la aceleración, siguiente:

(10-305)

Por último la pérdida de presión debida al desnivel, será:

(10-306)

Sustituyendo en (10-246) los valores de las distintas contribuciones a la pérdida de presión, según (10-303),
(10-305) y (10-306), se obtiene para un conducto circular,

(10-307)

la pérdida de presión de un flujo de burbujas en régimen turbulento, en el rango 104 < ReD < 106, de validez
de la fórmula de Blasius con los coeficientes de Colburn, (7-440), se puede calcular como:
10.3 Convección mixta 281

(10-308a)

y para un flujo de niebla:

(10-308b)

Evidentemente el cálculo se ha de efectuar por un método numérico, aunque no iterativo, dividiendo el


conducto en tramos en los que se puedan suponer Cflo, x, vl, vg y dvg/dP constantes.
Si se parte de líquido saturado y se aplica un flujo de calor constante en la pared del tubo, si en la sección
final el título es xo, se puede tomar un título x = 0,5 xo, constante, y si la variación de presión no es grande,
despreciar la variación de la densidad del vapor, tomando vg constante, con lo que desaparece el
denominador de (10-307), obteniéndose por integración

(10-309)

Por otro lado estas ecuaciones indican que cuando aparece una fase mixta, existe un flujo máximo, o crítico,
que aproximadamente ocurre cuando la caída de presión supera el 30 % de la presión inicial.

10.3-3.2.2. Modelo de flujos separados

Recordando las expresión (10-269), que reproducimos,

(10-310)

tenemos la ecuación de partida, donde el primer sumando del 2º miembro, la pérdida de presión por fricción,
puede ponerse en función de la que se tendría si todo el caudal fuese monofásico, por ejemplo liquido, y se
aplica el factor Nlo2 definido por (10-270):

(10-311)

Así partimos, al igual que en los modelos homogéneos, de la pérdida de presión calculada como si el caudal
total estuviese únicamente en fase líquida.
En cuanto a la derivada del segundo sumando, la pérdida de presión debida a la aceleración, puede
desarrollarse suponiendo que el título x es función de la distancia y de la presión, la fracción de huecos "
282 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

del título y de la presión y, por último, ésta sólo lo es de la distancia.


Despreciando, como para el modelo homogéneo, la compresibilidad del liquido, dvl/dP, tenemos:

(10-312)

Para calcular las pérdidas debidas a la aceleración y al desnivel en estas fórmulas, hay que relacionar la
fracción de huecos158 ", con las variables independientes del flujo: P, G y x159, más la temperatura.
De esta forma el gradiente total de presión estática vendrá dado por la expresión (10-273), que
reproducimos,

(10-313)

Si el título aumenta linealmente con la distancia, la ecuación anterior es integrable fácilmente, exceptuando
las integrales de Nlo2 y la densidad en función del título, que se han de integrar aparte numéricamente.
Se puede efectuar la integración fácilmente si la fracción de huecos es grande y se desprecia la variación
del volumen específico del gas con la longitud, pues entonces el denominador tiende a la unidad y, si se
parte del líquido saturado y se supone que el título aumenta linealmente con la distancia, la ecuación anterior
integrada es:

(10-314)

Esta aproximación es aceptable con flujo constante de calor en la pared y si el fluido está a alta presión, de
forma que la variación relativa de la misma, debida a la pérdida de presión, es pequeña.
Para agua y presiones más elevadas, el grupo de Martinelli preparó la correlación de Nelson-Martinelli, que
da los valores de los dos primeros paréntesis rectos de la fórmula (10-314) y de ", aplicable a la sustancia
agua en el régimen tt, con buenos resultados, como muestra la figura 10.46, y cuya referencia ya hemos dado
antes. Esta correlación se recoge en las figuras 10.47, 10.48 y 10.49.

158
Dada la relación (10-8) entre la fracción de huecos y la relación de deslizamiento K, algunos autores prefieren dar correlaciones para
esta última, más asequible experimentalmente.
159
El título se establece a partir del balance de energía
10.3 Convección mixta 283

Figura 10.46. Comparación de valores experimentales y calculados con las correlaciones de Martinelli160.

Ejemplo 10.15161

Se introducen 108 kg/s de agua a una temperatura Tl = 204°C y una presión de 68,9 bar, en un
tramo de tubo vertical de 10,16 mm de diámetro interior y 3,66 m de longitud. Si se aplica en la
pared del tubo una potencia uniformemente distribuida de 100 kW, calcúlese la presión del agua
al final del tramo
a) Con el modelo homogéneo
b) Con el modelo heterogéneo.

En la práctica industrial existen aplicaciones comerciales que resuelven el problema de las pérdidas de
presión con dos fases con mayor precisión, aunque no son de aplicación universal y, en cada caso, conviene
elegir la más adecuada, de acuerdo con su descripción, para las especificaciones del problema que tratemos
de resolver. Para cálculos aproximados o académicos, dan resultados razonables y son sencillos de utilizar,
como hemos visto en el ejemplo anterior, el modelo de Lockhart-Martinelli (con las ecuaciones aproximadas
que hemos dado) a bajas presiones y el homogéneo a altas presiones (aproximadamente Pr > 0,25).

160
Deev, V.I., YuV Gordeev, A.I. Pridantsev y otros, “Pressure Drpo in a Two-Phase Flow of Helium under Adiabatic Conditions and
with Heat Supply”, Proc. 6th Int. Heat Transfer Conf., Vol. 1, pp.311-314, Toronto.
161
Collier,J. G. y J.R. Thome, Convective Boiling and Condensation, 3rd. Edition, Clarendon Press. Oxford, 1994, p. 361.
284 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Figura 10.47. Valores medios de Nlo2 en función del título x final, para agua saturada a distintas presiones.

Figura 10.48. Fracción de huecos " en función del título x, para agua saturada a distintas presiones.
10.3 Convección mixta 285

Figura 10.49. Factor del 2º miembro del 2º término de la ecuación (10- ) para determinar la pérdida de presión por aceleración
en función del título final x, para agua saturada a distintas presiones.

10.3-4. Transferencia de calor con ebullición mixta interna (“forzada”)

Trataremos el caso de tubos verticales, el más corriente y significativo. En la figura 10.40 mostramos como,
en un tubo vertical en el que se mantiene un flujo de calor constante en la pared, recorrido por el líquido un
tramo inicial, se inicia la formación de burbujas junto a la misma, figura 10.40a, dando lugar al denominado
ONB y, posteriormente, después de varias configuraciones intermedias, figura 10.40b, con el líquido
manteniendo contacto con la pared, figura 10.40c, o directamente, figura 10.40d, según la magnitud del flujo
de calor aplicado, aunque no se haya evaporado todo el líquido desaparece éste junto a la pared162,
provocando la llamada pared seca. Esto origina un aumento brusco de la temperatura de la misma, al ser muy
inferior el coeficiente de convección, entre la pared y la fase gaseosa, al previo con la fase líquida. Por este
aumento de temperatura, la estación en la que aparece la pared seca, se denomina de flujo crítico (CHF). Si
el flujo de calor es muy elevado, el CHF aparece al producirse la ebullición en película directamente, figura
10.40d, en el denominado DNB.
Anotando para distintos flujos de calor el valor del título termodinámico163 cuando se produce el CHF,
obtenemos una curva como la mostrada en la figura 10.41, que presenta una discontinuidad en el punto C.
Esta discontinuidad es la frontera entre los dos mecanismos citados que provocan que el líquido deje de estar
en contacto con la pared. Las dos ramas de la curva de la figura 10.41, a la izquierda y derecha del punto C

162
Lo que se puede constatar un tubo transparente.
163
Calculado mediante un balance de calor.
286 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

de discontinuidad, corresponden, respectivamente, a las situaciones físicas de las figuras 10.40 c y d,


producidas con flujo anular (un anillo líquido envolviendo un cilindro de gas), que degenera en régimen de
niebla, y con ebullición nucleada, que degenera en ebullición en película (un anillo gas envolviendo un
cilindro de líquido) y que, al eliminar el líquido sobre la pared sólida, provocan el aumento brusco de la
temperatura de la pared, que puede comportar daños para la misma.
Así pues, la secuencia de situaciones de un líquido que circula por un tubo, cuando se efectúa una aportación
de calor y, en consecuencia, aumenta su temperatura, es pasar de la convección monofásica con el líquido
sobrenfriado, es decir, siendo todavía la temperatura global inferior a la de saturación, a una convección
bifásica, pues junto a la pared de tubo el líquido alcanza un sobrecalentamiento suficiente (temperatura
superior a la de saturación) para provocar burbujas, dando lugar a la denominada ebullición forzada
sobrenfriada164. Al proseguir la calefacción, el fluido alcanza una temperatura media igual a de saturación
y se produce la ebullición forzada saturada nucleada.
Como conclusión importante, podemos afirmar que existen combinaciones de caudal, flujo de calor y
longitud de tubo que conducen a la pared seca, situación muy inconveniente y que deben evitarse, por lo que
no examinaremos la transferencia de calor en dicha situación y nos limitaremos a evaluar la transferencia
antes de alcanzar la pared seca. Así, sólo indicaremos el cálculo de la transferencia correspondiente a los
casos de las figuras 10.40a y b, y, por su importancia teórica, analizaremos individualmente la ebullición
sobrenfriada, aunque la englobaremos con la saturada en la formulación práctica.

10.3-4.1. Ebullición nucleada sobrenfriada

Para cualquier magnitud del flujo de calor, la ebullición se inicia con la formación de burbujas junto a la
pared caliente (ONB). Como ya hemos indicado, esta fase inicial de la ebullición con formación de burbujas,
tramo BC de la figura 10.39, se denomina ebullición sobrenfriada o parcial, y en ella la temperatura del
núcleo de líquido es inferior a la de saturación, aunque junto a la pared no lo sea. Al proseguir el
calentamiento, se alcanzar la saturación en toda la sección, produciéndose la denominada ebullición saturada
o total, tramo CD de la misma figura.
Para determinar el flujo de calor y la posición del inicio de la ebullición (aparición de burbujas junto a la
pared, ONB165), se puede utilizar un criterio establecido a partir del enfoque de Hsu expuesto, para la
ebullición estancada, en el aparatado 10.2-1.2. Sea Tl, la temperatura mínima del líquido en la superficie de
una burbujita esférica de radio r, que corresponderá al polo de la misma, véase la figura 10.17. Postulamos
que la burbujita se desarrollará, produciéndose la ebullición, si dicha temperatura supera la crítica para la
nucleacción homogénea dada por la fórmula (10-34), que reproducimos,

(10-315)

con

(10-316)

Por lo tanto, para que un núcleo de radio crítico se desarrolle se habrá de verificar que

164
También denominada ebullición forzada nucleada parcial.
165
Hay que señalar que la formación de burbujas depende de tantos factores que no existe ninguna correlación que se ajuste a todas las
situaciones.
10.3 Convección mixta 287

(10-317)

y que la curva que da el radio crítico, situada en un plano diametral de la burbuja, sea tangente a la misma,
véase la misma figura 10.17, es decir, si la tangente es común. Matemáticamente:

(10-318)

De esta forma se pueden plantear las ecuaciones,

(10-319)

(10-320)

Se puede suponer en los casos corrientes que

(10-321)

es mucho menor que la unidad, con lo que (10-319) pasa a ser

(10-322)

donde

(10-323)

(10-324)

Como suponemos que le temperatura Tg se alcanza en y = r, igualando, de acuerdo con la condición (10-318),
los gradientes de temperatura (10-320) y (10-322) obtenemos el radio crítico de la burbuja
288 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-325)

o, si . es mucho más pequeña que la unidad, aproximadamente

(10-326)

Esta expresión, sustituida en el perfil de temperaturas (10-322) de la película de líquido próxima a la pared,
nos permite hallar el sobrecalentamiento To - Ts que se precisa para iniciar la formación de burbujas estables,
ONB.
Las expresiones se simplifican si suponemos . mucho menor que la unidad, entonces

(10-327)

con lo que el flujo de calor necesario en la pared es

(10-328)

Postulando que la temperatura Tg se alcanza a una distancia igual radio multiplicado por el número de Prandtl,
y = r Prl, se obtiene la expresión siguiente166:

(10-329)

con

(10-330)

siendo (hc)l el coeficiente de convección monofásico calculado para el líquido y que podemos determinar con
la aplicación GNIELINSKI. Se ha de señalar que esta aproximación es conservadora y da valores de (To)ONB
en la zona correspondiente a los más bajos obtenidos experimentalmente. Esto es debido a que supone que

166
Frost, W. G.S: Dzakowic, “An Extension of the Method of Predicting Incipient Boiling on Commercially Finished Surfaces”,
ASME Paper 67-HT-61, 1967.
10.3 Convección mixta 289

existe todo el rango posible de dimensiones de cavidades, lo que en la práctica difícilmente ocurre.
La formación de burbujas se inicia cuando el grueso del líquido está sobrenfriado, por lo que aquellas
colapsan rápidamente al integrarse en la corriente que circula por el tubo, pero, a medida que avanza a lo
largo del mismo, la temperatura global aumenta de forma que, a una cierta distancia aguas arriba del ONB,
aunque la temperatura media del fluido todavía sea inferior a la de saturación, las burbujas se mantienen,
desarrollan y desprenden, manteniéndose una producción estable, o neta, de vapor, NVG. Cuando la
velocidad másica G es baja, el fenómeno está controlado térmicamente y se detecta utilizando el número de
Nusselt, mientras que para valores de G altos, el fenómeno se induce hidrodinámicamente y el criterio es el
número de Stanton167.
La posición de la sección donde tal cosa ocurre viene dada por las relaciones168:

. Para Pel = GDcl / 8l # 70.000

(10-331)

. Para Pel = GDcl / 8l > 70.000

(10-332)

con la relación de temperaturas obtenida del balance de calor,

(10-333)

Ejemplo 10.16

Por un tubo vertical de 12,7 mm de diámetro interior, cuya pared se mantiene un flujo de calor
constante, circulan 0,4536 kg/s de nitrógeno, que está a una presión de 1,803 bar y una temperatura
inicial de - 195,37°C. Calcúlense los límites inferiores de:
a) La temperatura de la pared del tubo cuando se inicia la ebullición
b) El (q/A)ONB
c) La longitud que ha de tener el tubo para que las burbujas se desprendan de la pared y se alcance
la NVG.

Posteriormente a esta sección aparece la ebullición saturada169 y, excepto en el caso de un flujo de calor en
la pared muy alto170, inicialmente nucleada y, a continuación, anular. Todas estas ebulliciones se denominan

167
ha, P. y N. Zuber, “Point of net vapour generation and vapour void fraction in subcoled boiling”, Proc. of the 5th. International
Heat Transfer Conference, Tokyo, Paper B4.7.
168
Saha, P. y N. Zuber, “Point of Net Vapor Generation and Vapor Void Fraction in Subcooled Boiling”, Proc. 5th Int. Heat Transfer
Conference, Vol. 4, 1974, pp. 175-179.
169
La relación flujo de calor-temperatura de pared en la zona de enlace entre la NGV y el inicio de la ebullición saturada se puede
construir por puntos, véase Collier,J. G. y J.R. Thome, Convective Boiling and Condensation, 3rd. Edition, Clarendon Press. Oxford, 1994,
pp. 200–201.
170
Véase la figura 10.40d.
290 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

de pared mojada y son para las que daremos ecuaciones para el cálculo de la potencia transferida y la
temperatura de pared.

10.3-4.2 Ebullición saturada

Excepto si el flujo de calor en la pared es muy alto, a partir del ONB, la ebullición evoluciona ocupando
progresivamente las burbujas zonas más alejadas de la pared, con un núcleo de líquido homogéneo, cuyo
radio disminuye a medida que el fluido progresa a lo largo del tubo, hasta que desaparece para transformarse
en flujo de burbujas en toda la sección.
Como la ebullición nucleada engloba la ebullición sobrenfriada y la saturada, esta última con los regímenes
de burbujas, borbotones, etc., la situación normal para la ebullición mixta en tubos es la que se muestra en
la figura 10.50a, con la secuencia de cuatro configuraciones: flujo de burbujas sobrenfriado, burbujas
saturado, anular y de gotas, aunque adoptaremos el modelo simplificado mostrado en la figura 10.50b, que
reduce las configuraciones a tres, considerando toda la ebullición nucleada como saturada, lo que significa
calcular valores por exceso del coeficiente de transferencia, ya que en el tramo ONB-FDB la transferencia
de calor con la ebullición nucleada171 sobrenfriada, es inferior a la lograda con la saturada, véase la figura
10.39.

Figura 10.50.Transferencia de calor bifásica con pared mojada y pared seca en tubos verticales. a) Configuración real. b) Modelo
simplificado para cálculo aproximado.

El modelo divide el tubo en dos tramos esencialmente distintos: pared mojada y pared seca, separados por
el CHF (DO, secado). El primero, definido por la condición de que todo el perímetro del tubo esté mojado,
se divide, a su vez, en tres: convección monofásica hasta el ONB, ebullición nucleada saturada172 del ONB
hasta la aparición de la circulación anular, y ebullición anular desde el fin de la nucleada hasta el CHF.
Para tener en cuenta el subtramo de la ebullición nucleada correspondiente a la ebullición sobrenfriada, lo
que no haremos aquí, se puede usar el método relativamente simple que recogen Collier y Thome173.

171
Cuya incertidumbre es de ± 35%, a menos que se incorpore información sobre el conjunto fluido-superficie calefactora.
172
Realmente sobrenfriada y saturada, como muestra la figura 10.50a.
173
Collier,J. G. y J.R. Thome, Convective Boiling and Condensation, 3rd. Edition, Clarendon Press. Oxford, 1994, p. 264.
10.3 Convección mixta 291

10.3-4.2.1 Ajustes empíricos

Para la transferencia de calor, de acuerdo con el modelo físico de la figura 10.50b, una correlación
recomendable174 para la ebullición con pared mojada es la que se ha establecido mediante un ajuste estadístico
de 21 fluidos, con un error absoluto que no supera el 14,4 %, para cada uno de los dos mecanismos de
ebullición indicados en la figura 10.50: ebullición mixta nucleada (englobando en una fórmula única la
sobrenfriada y la saturada)175 y ebullición mixta anular176, con flujo de calor constante en la pared y cubriendo
los rangos siguientes:

0,61 < P < 196 bar


10 < q/A < (8)(106) W/m2
5,6 < G < 6.240 kg/m2 s
0,47 < D < 74,7 mm

. Para convección mixta con ebullición nucleada se propone177

(10-334a)

(10-334b)

con C’ igual a 5,0354/106 para compuestos fluocarbonados (“freones”); 3,8130/106 para fluidos orgánicos;
2,9063/106 para fluidos criogénicos y 1,6807/106 para agua.

. Para la ebullición anular:

(10-335a)

(10-335b)

En ambas fórmulas

(10-336)

174
Klimenko, V.V., “A generalized correlation for two-phase forced flow heat transfer- second assessment”, Int. J. Heat Mass Transfer,
vol. 33 (1990), nº 10, pp. 2073-2088.
175
Denominación anglosajona “nucleate forced boiling”.
176
Denominación anglosajona “forced convectión vaporization”.
177
Compárese con la ecuación (7-115')

.
292 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

siendo 8o la conductividad del material de la pared.

(10-337)

Para calcular KP y el número de Reynolds se emplea la dimensión característica de las burbujas (7-109)178:

(10-338)

y para el número de Reynolds, la velocidad másica para las dos fases, suponiendo una circulación homogénea
y el título x medio del tramo,

(10-339)

y con esta velocidad másica y la dimensión crítica, se define el número de Reynolds para el líquido desplaza-
do por las burbujas:

(10-340)

Nótese que para la ebullición nucleada no se tiene en cuenta el título, que siempre es muy bajo para dicho
régimen.
Se prescinde de un enlace continuo entre la ebullición nucleada y la evaporación de película (flujo anular)
ya que al corresponder a un cambio de configuración de flujo, forzosamente representan una discontinuidad
en los valores numéricos de los coeficientes energéticos como el de convección o el de fricción. Las fórmulas
de Klimenko están incorporadas a la aplicación VAPORFORZADO.
Aunque para determinar la frontera entre la ebullición nucleada y la anular se podría utilizar la correlación
de Fair, véase más adelante el apartado 10.3-4.3, por su poca precisión, en la práctica no se define con un
parámetro general fijo, sino que el criterio para saber en que zona se encuentra el fluido es calcular el
coeficiente de convección para las dos zonas (ebullición nucleada y ebullición anular) con la ecuación
correspondiente y el mayor de los dos valores obtenidos nos indicará cual es la físicamente existente179.
Al igual que para la convección sin cambio de fase, para agua se han establecido expresiones mucho más
simples, como las siguientes para agua saturada 180:

(10-341a)

(10-341b)

Nótese que estas últimas no incluyen ninguna información referente a las características de la superficie
calefactora.

178
Constante de Laplace dividida por la raíz de 2.
179
De acuerdo con la 2ª ley de la Termodinámica, que exige que predomine el mecanismo que transfiera más energía con la misma
diferencia de potencial (temperatura).
180
Guglielmini, G., E. Nannei, y C. Pisoni, “Survey of heat transfer correlations in forced convection boiling”, Wärme-und Stoffübertr.,
Vol. 13 (1980), pp. 177-185.
10.3 Convección mixta 293

Una vez alcanzada la situación de pared seca, la transferencia se efectúa a una niebla hasta la evaporación
total de las gotas. La transferencia en la zona de niebla se efectúa con deslizamiento de la fase líquida y fuera
del equilibrio termodinámico, pero como no es una zona operativa en condiciones normales, aun cuando
existen correlaciones empíricas para ciertos rangos de las variables181, prescindiremos de su análisis.

10.3-4.2.2 Ecuaciones con fundamento teórico

El primer análisis racionalizado de la relación entre la ebullición natural y la mixta nucleadas lo efectuó
Rohsenow182, a partir de los valores experimentales para la ebullición sobrenfriada mostrados en la figura
10.38 que, cambiando la diferencia de temperaturas entre la pared y el líquido por la diferencia entre la
temperatura de la pared y la de saturación, mostramos en detalle en la figura 10.51.

Figura 10.51. Ebullición mixta de agua a 2.000 psia, circulando por un tubo de 0,18 in de diámetro.

De los valores de flujo total q/A de esta figura, Rohsenow sustrajo los del flujo (q/A)l calculados, para las mismas
condiciones y como si todo el caudal fuese líquido, con la ecuación de Dittus-Boelter (7-451) para convección
forzada monofásica183, corregida para alta presión. Comprobó que los valores obtenidos se ajustaba a la ecuación
(7-112), figura 7.11, como muestra en la figura 10.52, correspondiente a la ebullición estancada nucleada
(convección natural):

181
Collier,J. G. y J.R. Thome, Convective Boiling and Condensation, 3rd. Edition, Clarendon Press. Oxford, 1994, pp. 292–303.
182
Rohsenow, W.M., Heat Transfer, A Symposium 1952, Engrg. Res. Inst., University of Michigan, 1952.
183
Pues la convección forzada con ebullición siempre es turbulenta.
294 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

100

PSIA ft. /
sec.
2.000 30
2.000
“ 20
2.000
“ 10
2.000
“ 1.4
1.500
“ 0,8
1.500 10

10
c
ReD

1
0,005 0,01 0,02 0,03
J a / Pr 1,7
l

Figura 10.52. Correlación de la transferencia de calor diferencial entre la ebullición mixta y la convección forzada monofásica líquida.

De este modo dedujo que

(10-342)

Posteriormente, el propio Rohsenw considero que la convección forzada tenia influencia sobre la nucleación y
para evaluar su efecto, partió de que, dada una diferencia de temperaturas entre la pared y el fluido, al circular el
fluido y pasar la convección en fase líquida de natural a forzada, se constata que para mantener el mismo flujo de
calor se requiere un sobrecalentamiento mayor de la pared. Una explicación intuitiva la efectuó partiendo del
modelo de Hsu para el desarrollo de la nucleación en la ebullición estancada, descrito en el apartado 10.2-1.2. Se
basa en el aumento del coeficiente de convección, o sea del flujo de calor transferido de la pared al líquido, que
se produce al pasar de convección monofásica natural a convección, también monofásica forzada, lo que ha de
comportar un incremento del gradiente de temperatura normal a la superficie, de acuerdo con la 1ª fórmula de
Fourier aplicada a la película de líquido contigua al sólido,

(10-343)

Esto hace que el sobrecalentamiento de una burbuja a una determinada distancia de la pared, disminuya respecto
al caso de la convección natural y, en consecuencia, la presión en su interior que, por lo tanto, deberá crecer más
para vencer la tensión superficial (el empuje crece con el cubo de radio y la tensión superficial sólo es directamente
proporcional al radio) y desprenderse, disminuyendo por tal causa la frecuencia de los desprendimientos de
burbujas y la producción útil de vapor.
Una ampliación del hallazgo de Rohsenow, la efectuó Chen184, quien propuso para la ebullición saturada y tubos
verticales, la combinación siguiente:

184
Chen, John C. “Correlation for Boiling Heat Transfer to Saturatet Fluid in Convective Flow”, I.& E.C. Process Design and
Development, vol. 5 (1963), no 3, pp. 322-329.
10.3 Convección mixta 295

(10-344)

donde seguía sumando los coeficientes correspondientes a la convección monofásica forzada, suponiendo todo el
caudal en fase líquida, y de ebullición nucleada natural, pero afectados de sendos coeficientes correctores, que
presentaba en forma gráfica, para tener en cuenta que por un lado, como acabamos de exponer, la convección
líquida disminuía la transferencia por la formación de burbujas, dando lugar al factor de supresión S, menor que
la unidad, para la aportación de la ebullición y , por otro lado, las burbujas provocaban un efecto hidrodinámico
turbulento que favorecía la convección sin cambio de fase, lo que refleja el factor multiplicador bifásico de la
convección, F, mayor que la unidad.
El coeficiente F que afecta al coeficiente calculado para la convección forzada, tiene en cuenta el caudal de líquido
exclusivamente, refleja el aumento de agitación del líquido por la producción de vapor y tiene expresiones distintas
según el valor de Xt t.
La correlación se ajustó para la ebullición mixta saturada con flujo anular, aunque también se puede aplicar an
parte de la zona de burbujas; es decir, puede ser válida para toda la longitud del conducto con la pared mojada. Se
utilizaron valores experimentales con agua, cubriendo un amplio campo, y también se incluyeron medidas con
sustancias orgánicas a la presión atmosférica. Como la correlación deja de ser aplicable si desaparece el flujo
anular para pasar al de tipo niebla, se ha de prever la longitud de validez con el método de Shah o la regla de Fair
(10-353).
El método de superposición ha sido también modificado, posteriormente a Chen, por Wadekar185, quien ha
propuesto que, aunque la turbulencia provocada por la formación de burbujas favorece la convección del líquido,
factor F, el mismo mecanismo de la ebullición nucleada desplaza al de convección, es decir, la convección del
líquido, al contrarió de lo que postularon Rohsenow y Chen, deja de percibirse, dejando lugar a la ebullición
nucleada, que no se altera. Tampoco se corrige hnb por la variación de área porque las ecuaciones que se utilizan
para su cálculo están referidas al área total, lo que significa que incorporan la eventual parcelación de la superficie
calefactora. De este modo Wadekar ha propuesto la siguiente expresión para el cálculo del coeficiente de
convección mixta para ebullición sobrenfriada y saturada:

(10-345)

donde Anb representa el promedio temporal del área de transferencia de calor por ebullición nucleada186, y

(10-346)

con hl igual al coeficiente correspondiente a la convección monofásica forzada, calculado con la ecuación de
Dittus-Boelter, (7-451) para el caso de líquido calentado, pero teniendo en cuenta el caudal de líquido
exclusivamente:

(10-347)

pues el número de Reynolds para el líquido exclusivamente, se calcula con la expresión:

(10-348)

Esto permite emplear la aplicación CAMBIOISOTERMO para el cálculo de hl, como veremos en el ejemplo 10.17.
En cuanto al factor multiplicador F, viene dado por una expresión distinta de la de Chen, a saber:

185
Wadekar, Vishwas V., “An alternative model for flow boiling heat transfer”, en Convective Flow Boiling, Editado por J.C. Chen,
Taylor& Francis, Whasington, D.C., 1996, pp.187-192.
186
Ocupada por el mecanismo de formación de burbujas y, por lo tanto, no disponible para la convección líquida.
296 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-349)

siendo Xt t el factor de Martinelli (10-275) para ambas fases turbulentas,

que, como ya indicamos, se toma aproximadamente igual a (10-277)187,

El segundo sumando hnb de (10-345) es el coeficiente de convección para la ebullición nucleada estancada según
Cooper188, dado por (10-87), que repetimos,

(10-350)

con C variando entre 35 y 55 K.


En cuanto al promedio temporal de la fracción de área de transferencia de calor no ocupada por la ebullición
nucleada, Anb, se calcula con la fórmula:

(10-351)

siendo C la misma constante de la ecuación (10-350), que toma los valores antes indicados.
Sin embargo la manera más adecuada teóricamente de combinar las expresiones correspondientes a la ebullición
nucleada de una sustancia en convección natural, con la convección forzada de la misma sustancia como líquido
sin cambio de fase, sería la propuesta por Labuntsov:189

(10-352)

con el parámetro n = 2, pero posteriormente se ha propuesto aumentarlo de 2 a 4. De esta forma se ha establecido

187
Resultante de adoptar la expresión de Blasius (7-440) con los coeficientes de Colburn, para el coeficiente de fricción.
188
Cooper, M.G. “Heat flow rates in saturated nucleate pool boliling- a wide-ranging examination using reduced properties” en
Advances in Heat Transfer, Vol. 16, Academic Press, Orlando, 1984, pp. 157-239.
189
Isachenko, V.P., V.A. Osipova y A.S. Sukomel, Transmisión de calor, MARCOMBO, S.A., Barcelona 1973, pp. 415-416.
10.3 Convección mixta 297

la formulación de Steiner y Taborek 190 , recomendada191 , pero que es de utilización compleja, de modo que en
la aplicación VAPORFORZADO usaremos, ju nto a la de Klimenko, ya expuesta, la citada de Wadekar que, de
acuerdo con la experiencia 192 , da resultados satisfactorios.
Veamos el cálculo de un coeficiente local conociendo la temperatura de la pared en la sección correspondiente193,
calculo que efectuaremos manualmente (con hoja de cálculo), aunque lo resuelve directamente la aplicación
VAPORFORZADO.
En el caso de tubos de longitud apreciable, en los que, además del título, va variando la temperatura de saturación,
aquella se descompone en tramos.

Ejemplo 10.17

Calcúlese el coeficiente ce convección en una sección de un tubo vertical de 27 mm de diámetro interior


por la que circulan 0,182323 kg/s de 1-propanol saturado a 100°C, con un título de 5%. La cara interior
de la pared del tubo se mantiene a 114°C condensando vapor saturado en el exterior del mismo.

Ejemplo 10.18

Collier y Thome194 muestran un ejemplo en el que consideran un tubo de 12,7 mm de diámetro interior,
por el que circula un caudal de136 kg/h de agua. Calculan, empleando la ecuación de Chen195, el flujo de
calor en una sección del tubo en la que la temperatura de la pared del mismo supera en 11,1°C la
temperatura de saturación del agua, a una presión de 1,186 bar, obteniendo los resultados siguientes

Título x, % q/A, kW/m2

1 142

5 192

20 342

Recalcúlese la tabla anterior usando las ecuaciones

a) de Wadekar
b) de Klimenko.

Veamos ahora un ejemplo en el que se conozca el flujo de calor aplicado a la pared del tubo, caso de interés para
los generadores de vapor.

Ejemplo 10.19196

Calcúlese la temperatura de pared de un tubo de S30400, diámetros 50 mm exterior y 46 interior, en


posición vertical, por el que circulan 0,83 kg/s de vapor saturado, en una sección donde la presión es

190
Steiner, Dieter y Taborek, Jerry, “Flow Boiling Heat Transfer in Vertical Tubes Correlated by an Asymptotic Model”, Heat Transfer
Engineering, vol. 13 (1992), nº 2, pp. 43-68.
191
Webb, Ralphl L. Y Neelkanth S. Gupte, “A Critical Review of Correlations for Convective Vaporization and Tube Banks”, Heat
Transfer Engineering, Vol. 13 (1992), nº 3, pp. 58-81.
192
Bandelier, Philippe, GRETH, Grenoble. Comunicación privada.
193
La hipótesis de temperatura constante de pared es un buena aproximación para los hervidores calentados con vapor.
194
Collier,J. G. y J.R. Thome, Convective Boiling and Condensation, 3rd. Edition, Clarendon Press. Oxford, 1994, p. 72.
195
Chen, John C. “Correlation for Boiling Heat Transfer to Saturatet Fluid in Convective Flow”, I.& E.C. Process Design and
Development, vol. 5 (1963), no 3, pp. 322-329.
196
Mills, Anthony F., Transferencia de calor, Irwin, México, 1995, p. 690.
298 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

de11,7 bara y el título 0,1 y con una aportación exterior de calor de 150 kW por m de longitud
a) Con la ecuación (10-345) de Wadekar
b) Con la ecuación (10-334/335) de Klimenko
c) Con la ecuación (10-341) específica para el agua.

10.3-4.3 Crisis de la ebullición saturada

Hemos visto que en un tubo, si la longitud es suficiente, finalmente se produce la desaparición del líquido sobre
el sólido, o CHF, fenómeno que hemos denominado pared seca, DO. Aunque recomendaremos la correlación de
Shah197 para establecer cuando se alcanza dicho flujo crítico (CHF) en tubos verticales, daremos también, por su
simplicidad, la condición que estableció Fair198, véase la figura 10.53, para determinar cuando, en tubos verticales,
desaparece el flujo anular y se pasa al de tipo de gotas, o niebla,

(10-353)

donde aparece el factor de Martinelli, que se toma igual a (10-277):

calculado en las condiciones a la salida del tubo.

103
7
5 Flujo de gotas
Velocidad másica total, Gt kg/m2s

Flujo anular
2

102
7 Gentrada = 2.441Xtt
5 Flujo Flujo Do
anular de gotas
1,91 cm
2 3,18 cm
4,45 cm

10
1 2 5 7 10 2 5 7 102 2 3
(1/Xtt) salida

Figura 10.53. Zona de existencia del flujo de gotas (niebla) en tubos verticales, establecida a partir de la ebullición de hidrocarburos
puros, mezclas de hidrocarburos y disoluciones acuosas, según Fair. El gráfico original también incluye la frontera entre la ebullición
nucleada y la anular.

197
Shah, M. M. “Improved General Correlation for Critical Heat Flux During Upflow in Uniformly Heated Vertical Tubes”, Heat and
Fluid Flow. Vol. 8 (1987), nº 4, pp. 326-335.
198
Fair, James R., “Design Steam Distillation Reboilers”, Hydrocarbon Processing & Petroleum Refiner, Vol. 42 (1963) nº 2, p.160.
10.3 Convección mixta 299

De todos modos, para situar el origen del régimen de niebla, la correlación más recomendable199 es la empírica de
Shah, que propone dos criterios para determinar las condiciones que conducen a la aparición del CHF. Uno,
establecido a partir del título termodinámico inicial y la distancia z recorrida por el fluido, denominado UCC
(“Upstream Condition Correlation”) y otro a partir de las condiciones y el título locales del fluido, denominado
LCC (“Local Condition Correlation”).
La elección del criterio aplicable en cada caso se efectúa a través del parámetro Y, igual a:

(10-354)

con

(10-355)

(10-356)

(10-357)

(10-358)

siendo este último el número de Froude, Fr, (William Froude, Devon, noviembre de 1810 – Simonstown, South
Africa, mayo 1879).
Si Y es menor o igual que 106 el criterio aplicable es el correspondiente a las condiciones iniciales y la distancia
recorrida (UCC), mientras que si Y es mayor que 106 se usa el criterio correspondiente a las condiciones locales
(LCC) o el correspondiente a las iniciales (UCC) según cual sea el que dé un menor valor de Bo, excepto si

(10-359)

en cuyo caso se utiliza siempre el UCC, sea cual sea el valor de Y. Véase más adelante para la definición de zefec.
según el caso. El parámetro que se usa en ambos casos es el número de ebullición, Bo, definido como

(10-360)

En el primer caso, UCC, el parámetro que define la condición es

199
Collier,J. G. y J.R. Thome, Convective Boiling and Condensation, 3rd. Edition, Clarendon Press. Oxford, 1994, p. 361.
300 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-361)

donde xi efec. es el título termodinámico efectivo a la entrada. De acuerdo con el valor de x, zefec. se toma:

. Si el líquido está sobrenfriado; es decir xi es negativo o nulo, zefeec. = zcrit., distancia entre la sección inicial
(z = 0) y la sección donde se alcanza el CHF y el xc correspondiente200, y el título inicial efectivo es, en
este caso, xi efec. = xi, título a la entrada.
. Si xi es positivo, zefeec. = zsat., distancia entre la posición donde x = 0 y la sección donde se alcanza el CHF
y el xc correspondiente, xi efec. = 0, con

(10-362)

siendo el caudal másico

(10-363)

. Si el líquido está saturado pero xi es positivo, entonces zefeec. = zsat., distancia entre la sección inicial y la
sección donde se alcanza el CHF y el xc correspondiente.

En cuanto al exponente n, depende del valor de Y. Para Y menor que 104, es nulo, para Y mayor que 104 y menor
que 106, vale

(10-364)

mientras que para Y mayor que 106:

(10-365)

De este modo, conocidos la presión, el título inicial xi y q/A se hallan xc y zefec., y, conocidos la presión, el título
inicial y fijada una zcrit., se hallan xc y q/A.
En el segundo caso, LCC, la condición es el valor del número de ebullición crítico:

(10-366)

donde Boo es el número de ebullición para xc = 0, que se calcula con las tres expresiones siguientes:

(10-367a)

(10-367b)

200
Notación simplificada, la correcta es xc = (x*)CHF.
10.3 Convección mixta 301

(10-367c)

tomándose el mayor de los tres.


El factor por efecto de la entrada FE, sólo se aplica si es mayor que la unidad, calculándose con la fórmula:

(10-368)

y si da un valor menor que 1, no se tiene en cuenta.


En cuanto al factor que depende del título Fx, su expresión depende de Pr y, de acuerdo con su valor, se toma:

. . Si xi es positivo y Pr # 0,6

(10-369a)

. Si xi es positivo pero Pr > 0,6,


(10-369b)

. . Si xi es negativo (es decir, q/A nos da Bo > Boo) y Pr # 0,6


(10-369c)

. Si xi es negativo pero Pr > 0,6,

Si Y # (14)(106)

(10-369d)

Si Y > (14)(106)

(10-369e)

Si F # 4

(10-369f)

Si F > 4
(10-369g)

Ejemplo 10.20201

Calcúlese el CHF y el título correspondiente a dicha sección en el caso de un tubo de diámetro interior
8 mm y longitud 0,5 m, por el que circula agua inicialmente a 204°C y 69 bara, con una velocidad másica
G = 1.500 kg/s m2:

201
Collier,J. G. y J.R. Thome, Convective Boiling and Condensation, 3rd. Edition, Clarendon Press. Oxford, 1994, p. 370.
302 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

a) Con la condición de Fair


b) Con el método de Shah.

Ejemplo 10.21:

Dado el tubo del ejemplo 10.16, estímese la mayor longitud hasta la que puede aplicarse el flujo de calor
establecido en dicho ejemplo sin producir tensiones internas que puedan dañar el tubo metálico.

10.3-5. Transferencia de calor con condensación mixta

Consideraremos placas y la convección interna y externa en tubos.

10.3-5.1 Condensación mixta interna

Es la que se produce en el interior de conductos y la característica esencial de la misma es que el caudal total es
constante, así como el específico G total, igual a

(10-370)

de modo que la potencia transferida en un conducto de perímetro p y longitud L es:

(10-371)

Trataremos el caso de tubos, en los que hay que tener en cuenta la posición y, en los no horizontales, también el
sentido relativo del movimiento de cada fase.
Al tratar el modelo de Duckler en el apartado 10.2-2.2, ya indicamos que las fórmulas allí deducidas con fricción
interfacial eran aplicables a la convección mixta en tubos, pero sólo con la configuración de flujo anular (véase
la figura 10.36).

10.3-5.1.1 Tubos verticales. Inundación

La condensación con el vapor descendente en tubos verticales (gas y líquido equicorriente202), se efectúa
básicamente en régimen anular y corresponde al modelo de Dukler citado y, como allí indicamos, la fórmula (10-
205) es aplicable, reflejándose el efecto de forzado de la circulación en ReL, fórmula (10-203).
En el caso de corriente de vapor ascendente (contracorriente) se puede aplicar la fórmula (10-209) con la (10-210),
pero teniendo en cuenta que existe un límite de validez del modelo si la velocidad del vapor supera un cierto valor,
que provoca oleaje en la parte inferior del tubo, creando oscilaciones, de modo que el condensado (líquido) es
arrastrado hacia arriba por el vapor con la misma intermitencia, expulsándose parte del mismo por el extremo
superior. Este fenómeno se conoce como inundación y debe evitarse a toda costa. Una metodología para establecer
la velocidad de inundación es la de Wallis203, quien propone la fórmula siguiente para el caudal volumétrico límite
del gas en el extremo inferior de tubo, donde alcanzan el valor máximo:

(10-372)

en SI. Se recomienda operar a velocidades muy inferiores a la de inundación, de modo que la tensión interfacial

202
Único caso de interés.
203
Wallis, G.B., “Flooding Velocities for Air and Water in Vertical Tubes”, UKAEA Report AEEW-R123. 1961.
10.3 Convección mixta 303

sea baja, se pueda despreciar y aplicar las fórmulas que no la tienen en cuenta.
También hay que evitar el retorno de condensado, para lo que, según el mismo Wallis, la velocidad superficial
adimensional de la fase gaseosa en el extremo superior del tubo (donde es mínima), debe ser como mínimo,

(10-373)

10.3-5.1.2 Tubos horizontales

Como ocurre con la ebullición, figuras 10.36 y 10.40, al ser un proceso diatérmano continuo, las configuraciones
de flujo evolucionan a lo largo de la longitud del tubo. Teóricamente, las configuraciones secuenciales son las
ilustrada en la figura 10.36, o sea: flujo disperso, flujo anular, flujo estratificado, flujo de oleaje, flujo de
borbotones, flujo intermitente, flujo de burbujas y flujo líquido, aunque se suelen tratar conjuntamente los flujos
disperso y anular así como el de borbotones y el intermitente, quedando como intermedios el estratificado y el de
oleaje, de forma que la evolución típica de las mismas es la mostrada en la figura 10.54, en función del caudal
relativo,

Figura 10.54. Configuraciones de flujo, según el caudal relativo, observadas en un en un tubo horizontal de vidrio, a medida progresa la
condensación a lo largo del mismo.

El mapa de configuraciones diatérmanas más real es el de Tandom y colaboradores204, aun que es a costa de no
considerar el flujo de burbujas. Este mapa considera las coordenadas jg* , definida en (10-373), como ordenadas
y (1 - ")/" como abscisas, siendo " la fracción de huecos, calculada con la fórmula:

(10-374)

Con estas variables se pueden definir las siguientes zonas rectangulares mostradas en la tabla 10.9.

Tabla 10.9. Dominios de existencia de las distintas configuraciones según Tandon y col.

Configuración del flujo Ordenada, jg* Abscisa, (1 - ")/"


Flujo disperso $6 # 0,5

Flujo anular/estratificado 1 < jg*< 6 # 0,5

204
Tandon T.N., H.K. Varma y C.P. Gupta, “A New Flow Regimes Map for Condensation Inside Horizontal Tubes”, Trans. A.S.M.E., J.
Heat Transfer, Vol. 4 (November 1982), pp. 763-768.
304 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Flujo con oleaje #1 # 0,5


Flujo de borbotones 0,01 # jg*# 0,5 > 0,5
Flujo intermitente < 0,01 > 0,5
Flujo indeterminado > 0,5 > 0,5

Figura 10.55. Configuraciones de flujo, situadas en el mapa de Tandon para tubos horizontales, a medida progresa la condensación a lo
largo del mismo.

La figura 10.55 muestra datos experimentales agrupados según estos criterios.


A continuación daremos fórmulas para el cálculo del número de Nusselt local y medio, para cada una de estas
zonas,205 en general dando factores de corrección para el valor de NuD calculado con el caudal de líquido, de modo
que

(10-375)

Recuérdese que el flujo estratificado se produce, como indica la tabla 10.8, cuando el flujo de vapor (gas) es bajo
y el flujo está controlado por la fuerza de la gravedad, mientras que a velocidades altas del vapor, predominan las
fuerzas de fricción, se puede despreciar el peso y el flujo tiende a anular.
Flujo anular
Recomendamos la fórmula de Shah,206 válida para x < 0,999 y títulos altos,

(10-376)

que parte de la ecuación de Dittus-Boelter para el líquido. Esta correlación presenta la ventaja de que permite hallar
un valor medio de NuTP, integrándola entre los valorea final e inicial del título, y, con él, calcular la longitud
necesaria mediante el balance de energía (3-371),

205
Handbook of Heat Transfer, 3rd. Ed., Warren M. Rohsenow, James P. Hartnett y Young I. Cho, editores, Mc Graw-Hill, New York,
1998, p. 17.101.
206
Shah, M. M. “A general correlation for heat transfer during film condensation inside pipes”, Int. J. Heat Mass Tranfer. Vol. 22
(1979), pp. 547-556.
10.3 Convección mixta 305

(10-377)

Un formulación207 muy simple para presiones elevadas, basada en suponer flujo homogéneo (véase el apartado
10.3-3.3.1) y la analogía de Reynolds , o sea:

relaciona el coeficiente de convección para el caudal total en fase líquida en régimen turbulento con el bifásico,
mediante la expresión:

(10-378)

donde la densidad media es la correspondiente al modelo homogéneo, véase la fórmula (10-256). Para un tramo
IF el valor medio es:

(10-379)

En la figura 10.56 se muestra el ajuste de esta correlación usando un factor de Colburn modificado.

Figura 10.56. Comprobación experimental de la relación (10-379). Propiedades a la temperatura de saturación.

Flujo estratificado

El flujo estratificado se produce, como indica la tabla 10.8, cuando el título del vapor es bajo y el flujo está
controlado por la fuerza de la gravedad.

207
Ananiev, E.P., L.D. Boyko y G.N. Kruzhilin, “Heat transfer in the presence of steam condensation in horizontal tubes”, Int. Develop.
in Heat Transfer, Part II, Paper 34, pp. 290-295, International Heat Transfer Conference, en Boulder, Colorado, EE.UU.A, agosto de 1961.
306 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Figura 10.57. Sección transversal de un tubo horizontal con flujo estratificado, indicando el ángulo N que define la posición de la
superficie de la lámina de condensado que transcurre por la parte inferior del tubo..

Se ha comprobado que con flujo estratificado se puede aplicar la fórmula (10-137)208 de Nusselt para el exterior
de cilindros horizontales, a la película descendente por la pared interior lateral del tubo, con un factor de corrección
para tener en cuenta que esta película de escurrimiento no recorre toda la circunferencia, pues finaliza al alcanzar
la superficie de la lámina de condensado en el fondo. Por ser de aplicación más directa, modificaremos la expresión
de dicha fórmula con la ecuación (7-105) adaptada al cilindro horizontal,

(10-380)

El coeficiente para adaptarla al interior del tubo, se denomina S y es función del ángulo N, determinado por el nivel
de la corriente estratificada, véase la figura 10.57, o sea que:

(10-381)

viniendo S dado por la fórmula209

(10-382)

donde el ángulo N se expresa en grados.


Una simplificación de la formulación anterior se basa en que, evidentemente, la fracción " de huecos está
relacionada con el ángulo N,

(10-383)

de modo que se puede establecer una fórmula directa,

(10-384)

con " dada por la fórmula (10-374).

208
Donde Retubo viene dado por la fórmula (10-129).
209
Ajuste facilitado por el profesor L.A. Bonals.
10.3 Convección mixta 307

Se puede despreciar la transferencia de calor a través de la lámina inferior de condensado, pues el valor asintótico
del número de Nusselt correspondiente, con Nlvt dado por (10-291) y la tabla 10.8, es210

(10-385)

fórmula que da valores del orden del 10% inferiores los obtenidos con (10-380).
Para efectuar el cálculo de la transferencia de calor se debe descomponer el tramo de tubo al que corresponda el
régimen estratificado, en tramos parciales en los que se pueda suponer un valor del ángulo N medio para aplicar
en él la fórmula (10-382). Si se usa el método simplificado se consideran valores medios de ".

Flujo con oleaje

El método más práctico para tratar la transferencia de calor en las configuraciones estratificadas, es el de
Dobson,211 quien propone un número de Nusselt combinación del correspondiente a la película descendente por
las paredes, con el debido a la convección forzada de la lámina de condensado que transcurre por la parte inferior
del tubo.

(10-386)

donde (Nu)película viene dado por la fórmula

(10-387)

y (Nu)forzada por

(10-388a)

con

(10-388b)

(10-388c)

210
Rosson, F.L. y J.A. Myers, “Point values of condensing film coefficients inside a horizontal tube” Chem. Eng. Progr. Sym. Ser., Nº
59, Vol. 61 (1965) pp. 190-199.
211
Dobson, M.K., “Heat Transfer and Flow Regimes During Condensation in Horizontal Tubes”, Ph. D. Tesis, University of Illinois,
1994.
308 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

siendo el número de Froude del líquido, véase la ecuación (10-358),

(10-389)

Ejemplo 10.22:

Dado un tubo de 16 mm de diámetro interior cuya pared se mantiene a 353,15 K, se introduce vapor
saturado a una atmósfera y 373,15 K (temperatura de saturación) a 166,42 m/s .
a) Determínese la evolución de la configuración del flujo a medida que disminuye el título a lo largo del
tubo.
b) Calcúlese la longitud del tramo de tubo en el que el título del vapor pasa de 1 a 0,25.
c) ¿Cuál sería la longitud L si tomásemos el coeficiente de convección correspondiente a la configuración
estratificada correspondiente a x = 0,25.
d) Compruébese que este caso el régimen es laminar.

Ejemplo 10.23

En el tubo del ejemplo 10.15, se introduce vapor saturado a 558,15 K y 69 bar, y después de recorrer 3,66
m, el título ha disminuido de 1 a 0,356.
a) Calcúlese el flujo de calor, supuesto uniforme sobre la pared del tubo, que hay que extraer.
b) Calcúlese la temperatura de la cara interior del tubo.

10.3-5.2 Condensación mixta externa

Consideraremos el caso de placas y tubos horizontales.

10.3-5.2.1 Placa

En el caso de placas, cuando la velocidad de la fase gas es muy alta, se puede despreciar el peso y se obtiene un valor
local del número de Nusselt igual a:

(10-390)

cuando la condensación tiende a cero, o sea flujo de calor bajo, y

(10-391)

cuando la condensación tiende a infinito, es decir, flujo alto de calor.


Nótese que introducimos un número de Reynolds mixto:

(10-392)

siendo la velocidad del gas la previa al tubo.


10.3 Convección mixta 309

Interpolando entre los valores extremos del flujo de calor e integrando el cambio total de título en la placa, se obtiene

(10-393a)

con

(10-393b)

10.3-5.2.1 Tubos horizontales y haces

Para un tubo aislado transversal a la corriente de vapor saturado, la fórmula de Nusselt, en sus dos formas, ecuación
(10-379) que reproducimos,

(10-394)

es aplicable si la velocidad suficientemente baja, lo que ocurre cuando el número de Froude del gas:

(10-395)

verifica la relación

(10-396)

Cuando la corriente transversal de vapor saturado tiene una velocidad elevada, que provoca fricción turbulenta y
desprendimiento de la capa límite (véase la figura 7.74), se produce un descenso de la transferencia de calor, pues
en la zona desprendida aumenta el espesor de la lámina de condensado. Por ello, la transferencia de calor es función
del ángulo N de desprendimiento212. Tomando la mínima transferencia (N = 80°) y teniendo en cuenta el peso se
obtiene la siguiente expresión para el número medio mínimo de Nusselt, que incluye el efecto del desprendimiento:

(10-397)

Esta fórmula213 modifica la original de Shekriladze y Gomelauri utilizando la metodología de interpolación de

212
Shekriladze, I.G. y V.I. Gomelauri, “Theoretical Study of laminar film condensation of flowing vapor”. Int. J. Heat Mass Transfer.,
Vol. 9 (1966), pp. 581-591.
213
Butterworth, D., “Developments in the design of shell and tube condensers”, ASME Winter Annual Meeting,Atlanta, ASME Prepri nt
77-WA/HT-24.
310 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Churchil y Usagi214, de forma que es una expresión general que engloba los casos límite de la convección dominada
por la gravedad y la dominada por la fricción.
En los haces de tubos la condensación sobre cada tubo se ve alterada por la interferencia de los vecinos, véase la
figura 7.80, y las salpicaduras de cada tubo. Con una velocidad suficientemente alta para dispersar la lámina de
condensado y que las salpicaduras sean arrastradas por la corriente y no se inunden los tubos, se ha propuesto la
fórmula siguiente, adecuada para circulaciones transversales y descendentes.

(10-398)

y la velocidad vg del gas calculada para una sección de paso por m de anchura de dos tubos contiguos igual a (véase
la figura 7.79)

(10-399)

Un método simple, aunque con errores del orden de más/menos 25%, es el propuesto por McNaught,215 que trata la
condensación en el caso más corriente y complejo: fricción e inundación simultáneas, como la formulación
semiempírica de la convección forzada bifásica y propone para un tubo de la fila N,

(10-400)

donde

(10-401)

con Xtt dada por la fórmula (10-190) y hl por la aplicación ZUKAUSKAS para la fase líquida, y

(10-402)

Esta correlación es aplicable para corrientes descendentes y transversales en los rangos

Paso Cuadrado p/D = 1,25


G kg/m2 s entre 10 y 70
x entre 0,025 y 0,80
Xtt entre 0,008 y 8,8

214
Churchill, S.W. y R.A. Usagi, “A General Expression for the Correlation of Rates of Transfer and other Phenomena”, AIChE J, Vol.
18 (1972) Nº 6, pp. 1121-1128.
215
McNaught, , J.M., “Two-Phase Forced Convection Heat Transfer During Condensation on Horizontal Tube Bundles” Proc. 7th Int.
Heat Transfer Conf., Munich, 1982, Vol. 5, pp. 125-131.
10.3 Convección mixta 311

Ejemplo 10.24.

Calcúlese la potencia por m de longitud que se debe disipar en un cilindro de 20 mm de diámetro, cuya
superficie se halla a 80°C, para condensar vapor de agua saturado a 100°C.
a) Si el vapor que rodea al cilindro está en reposo
b) Si el vapor incida transversalmente a una velocidad de 10 m/s.

Resumen
Tratamos substancias puras alejadas del punto crítico y en equilibrio, de modo que en las interfaces planas la
presión de vapor del líquido es igual a la de la fase gas. En estas condiciones coexisten las dos fases, aunque sus
proporciones puedan variar, y decimos que el fluido está saturado. Analizamos los cambios de fase de los fluidos
saturados, pero prescindimos de los cambios con fases sólidas. La aportación de calor manteniendo la temperatura
constante, al significar un aumento de entropía; dS = *q /T, desestabiliza la fase líquida, más ordenada, y estabiliza
la vapor, más desordenada, y viceversa. Los fenómenos de transferencia de masa entre fases distintas, conllevan el
simultáneo trasvase de energía debido a la aportación o la extracción del calor latente correspondiente. Excepto en
la zona crítica, la gran diferencia de densidad entre líquido y vapor hacen que siempre exista convección mantenida
por las diferencias de densidad. Por este motivo, cuando el fluido global está en movimiento hay que distinguir si
la circulación es horizontal o vertical y, en este último caso, si es a favor de la gravedad u opuesta a la misma.
En concreto estudiamos:

. Cambio de líquido a vapor, ebullición, que incluye:


. Cambio de fase con el líquido estancado, convección natural, a su vez desglosada en
configuración discreta (burbujas) y configuración continua (película), que aparecen en forma
secuencial.
. Cambio de fase con circulación forzada o en conducto, convección mixta, desglosada de la
misma manera.
. Cambio de vapor a líquido, condensación, con:
. Cambio de fase del vapor estancado, en forma discreta de gotas, convección natural.
. Cambio de fase en reposo o con circulación, con formación de película continua, convección
natural o mixta.
En la condensación las configuraciones discreta y continua son independientes y mutuamente excluyentes,
a diferencia de la ebullición.

En las configuraciones en las que la nueva fase se mantiene discretizada, la transferencia de calor es mucho mayor
que en las que se forma una película continua, como consecuencia de la mayor área de interfaz entre ambas fases.
Por otro lado, la cuantificación de fenómeno requiere más información en el primer caso que en el segundo.
En el diagrama P-V de la figura 10.3, mostramos las líneas de saturación para los cambios líquido-gas (vapor) y para
los gas-líquido. Estas lineas separan la zonas correspondientes a líquido en equilibrio estable, líquido sobrecalentado
en equilibrio metastable, líquido y gas en equilibrio inestable, vapor sobrenfriado en equilibrio metastable y vapor
en equilibrio estable (gas). Una isoterma, obtenida con una ecuación de estado que tenga en cuenta el volumen de
las moléculas y las fuerzas interactivas entre ellas, muestra un mínimo y un máximo locales en las fronteras de la
zona de coexistencia de ambas fases, denominados punto espinodal líquido y punto espinodal gas. Un cambio de
fase fluida exige, pues, salir del equilibrio a través de los estados intermedios que son físicamente posibles, en forma
de líquido sobrecalentado y de gas sobrenfriado, gracias a la existencia de estados metastables, que no contradicen
el principio de Le Chatelier.
Los cambios de fase tienen un origen microscópico, que analizamos mediante una teoría simplificada de la
nucleación, que nos conduce a resultados concordantes con las observaciones macroscópicas. La iniciación de una
nueva fase en el seno de una continua, se denomina nucleación, y conduce a la formación de burbujas en el caso de
la ebullición y gotas en el de la condensación. Las condiciones en las que se inicia la formación de una nueva fase
varían entre procesos en el seno del fluido (nucleación homogénea) y los que incluyen la interacción entre el fluido
y una superficie sólida.(nucleación heterogénea).
El proceso de nucleación homogénea es debido al movimiento y vibración de las moléculas, que provocan
fluctuaciones microscópicas de la densidad, dando enjambres de moléculas excitadas que son gérmenes elementales
de la nueva fase. Estos gérmenes, repartidos en la fase original, provocan que inicialmente la nueva fase se halle
discretizada, es decir sea discontinua mientras la otra es continua. La transferencia de masa y energía no se produce
solo en una interfaz continua de las dos fases, sino que aparecen multitud de interfaces, afectando a toda la masa.
Cuando se aporta calor, aparecen burbujas en el seno del líquido y si se extrae calor del vapor mismo, aparecen gotas
en su seno. Si la el cambio de fase prosigue aumentando su severidad, se produce la aglomeración de la nueva fase
y ésta adopta una estructura continua, aunque existen factores que pueden mantener la discretización durante todo
el proceso.
Para un líquido sobrenfriado, Ps/Pv > 1, la barrera de energía que hay que superar para formar una burbujita, crece
312 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

indefinidamente al aumentar el radio de la misma, mientras que para un líquido sobrecalentado, Ps/Pv < 1, existe un
radio crítico r* para el que la barrera de energía que se opone al crecimiento de la burbujita, alcanza máximo, a partir
del cual, disminuye hasta prácticamente desaparecer. Esto ocurre antes a medida que aumentarla temperatura, como
refleja la convergencia en el punto critico de las curvas de saturación y de los ONB.
El sobrecalentamiento necesario para alcanzar el radio crítico del embrión viene dado por la fórmula (10-34), en la
que aparece el radio del embrión que corresponde a la barrera de potencial que se debe superar para lograr la
nucleación homogénea. Así, a partir de medidas experimentales del sobrecalentamiento homogéneo, Tv - Ts,
obtenemos el valor de r*. Asimismo esta expresión nos reafirma que sin sobrecalentamiento, Tv # Ts, el radio crítico
es negativo o infinito, es decir, la nucleación no puede progresar. También que a medida que aumenta la temperatura
de saturación (nos acercamos al punto crítico) r* disminuye y la nucleación es más fácil. Pero, para que exista
equilibrio térmico entre la burbuja y su entorno, se ha de verificar que T = Tl = Tg (temperatura de saturación del
vapor o punto de burbuja, punto B en la figura 10.5), luego la temperatura del líquido que envuelve a la es superior
a la de saturación correspondiente a su presión de vapor, Ts, punto A en la misma figura. Sin embargo, la presión
que miden los instrumentos, P4, es la correspondiente a una interfaz plana (r = 4), valor de las tablas de presión de
vapor a Tl, punto C de la figura 10.5, fijado si se conoce la temperatura de sobrecalentamiento..
Todo lo anterior es coherente con el hecho de que para que se forme una burbuja, la presión interior ha de vencer
la presión exterior más la fuerzas de tensión superficial, que se resisten al aumento del área de la interfaz gas-líquido.
Así pues, para que la burbuja no colapse, el líquido ha de estar a una temperatura mayor a la de saturación, es decir,
sobrecalentado.
Por otro lado, las observaciones experimentales muestran que cuando el sistema no es homogéneo, o sea que existen
las partículas de sustancias distintas en la fase inicial o superficies sólidas, los sobrecalentamientos requeridos para
lograr la ebullición nucleada son inferiores a los indicados por la curva espinodal del líquido. Es decir, en la
nucleación heterogénea se reducen, respecto a la homogénea, las barreras de energía del fenómeno y el cambio de
fase se desarrolla sin requerir tanto salto térmico como la homogénea.
En resumen, el trabajo de nucleación siempre equivale a superar una barrera de energía, de modo que si aumenta
el sobrecalentamiento de líquido, un mayor número de moléculas tienen bastante energía cinética para convertirla
en energía de activación y que los huecos con vapor se hagan mayores. Si alcanzan el tamaño crítico, a partir del
cual el incremento de entalpía libre necesario para la formación de la burbujita disminuye, el proceso de nucleación
pasa a ser espontáneo.
Para el fenómeno de condensación, tendremos que, si en un punto de una masa de vapor saturado, la presión local
aumenta, se pueden formar gotitas esféricas, cuya presión de vapor será mayor que la presión sobre una interfaz
plana (presión de saturación medida con los instrumentos) porque en el equilibrio dinámico las moléculas de la
superficie de la gota estarán interaccionando con menos moléculas que en una superficie plana. Así, se puede seguir
con las gotitas y el radio crítico de los embriones, etc. una marcha paralela a la de la formación de burbujas.
En cuanto a la velocidad de nucleación homogénea para provocar el cambio de fase ebullición, varía
extraordinariamente con la temperatura, debido a la gran variación de la tensión superficial y la presión de vapor
del líquido con la misma, lo que hace que se pueda considerar una temperatura a partir de la cual la rapidez de la
nucleación es enorme, lo que se muestra en el ejemplo 10.1. Es decir, cuanto mayor es el sobrecalentamiento
(sobrenfriamiento), más burbujitas (gotitas) estables se forman, provocando el aumento del fenómeno, pero también
es más rápida la evolución del mismo.
La diferencia entre las nucleaciones homogénea y heterogénea es debida a que una superficie sólida afecta a la
nucleación, incluso en el caso ideal de que sea perfectamente lisa, debido a la existencia de la tensión superficial,
que provoca la aparición de un ángulo 2 de contacto, véase la figura 10.9, de modo que el grado de mojado de la
superficie, reflejado en el valor de 2, determina un factor comprendido entre 0 y 1, fórmula (10-63). Esto indica que
no hay reducción de la barrera energética para un líquido que la moje completamente y que para un líquido que no
la mojase en absoluto, no se requeriría sobrecalentamiento para crear burbujas. Al reducirse la interfaz líquido-gas,
también se reduce la energía necesaria para estabilizar la burbuja. Sin embargo, los valores de los
sobrecalentamientos necesarios en la realidad para la nucleación heterogénea, indicados en el apartado 10.1, son
mucho menores que los establecidos por la fórmula (10-63), lo que se explica porque este efecto genérico de la
superficies no es el único factor. El factor adicional es que las superficies perfectamente lisas no existen y en todas
hay cavidades, que todavía reducen más la energía requerida por la burbuja para estabilizarse, véase la figura 10.10,
con lo que el factor disminuye sensiblemente.
Por este motivo, la ebullición nucleada estará afectada por la combinación fluido-sólido de la que se trate, de modo
que no será posible obtener una fórmula dependa tan sólo de las características del fluido y que de resultados
correctos, como las que obtuvimos en el capítulo 7. Al utilizar tan sólo las variables del fluido, la fórmula
comportará un error, más o menos importante, por no tener en cuenta todos los factores que intervienen en el
fenómeno. La fórmula (10-64) establece además otra premisa básica, que es la intervención decisiva en el inicio
y evolución de la ebullición la configuración elemental de la superficie calefactora.
Unas consideraciones paralelas se pueden hacer para la condensación en gotas, al ser también una forma discreta.
Si en un punto de una masa de vapor saturado la presión local aumenta, se pueden formar pequeñas gotas cuya
presión de vapor será mayor que la presión sobre una interfaz plana (presión de saturación medida con los
instrumentos) porque las moléculas de la superficie no están interaccionando con tantas moléculas como en una
superficie plana, figura 7.20, etc.
10.3 Convección mixta 313

Como la nucleación heterogénea permite lograr la ebullición con sobrecalentamientos mucho más bajos que la
homogénea, ésta carece de interés para la ebullición industrial. Sin embargo es de gran interés para la seguridad en
los almacenamientos de líquidos en caso de un incendio que envuelva un depósito hermético, pues puede
desencadena la súbita ebullición homogénea explosiva, denominada BLEVE. Por otro lado, el proceso inverso, la
nucleación homogénea de gotas, tiene interés en, por ejemplo, condensadores para recuperar restos de vapores
valiosos o contaminantes mezclados con gases incondensables, por lo que incluimos una metodología para la
predicción de su formación (véase el ejemplo 10.2).
Tratamos primero la convección natural, con la ebullición de un líquido saturado en reposo en el interior de una
vasija calentada por el fondo. La relación del flujo de calor y el salto térmico entre la superficie calefactora y el
líquido saturado adopta genéricamente la forma reproducida en la figura 10.11. A medida que aumenta el salto
térmico, la ebullición con formación de burbujas se inicia cuando éste corresponde al ONB, punto B, y prosigue
hasta el CHF, punto C, donde el flujo de calor alcanza un máximo, cesa la formación de burbujas y el mecanismo
de formación de vapor se altera, pasando a producir una fase continua. Se ha comprobado experimentalmente que
esta relación entre el sobrecalentamiento de la superficie calefactora y el flujo de calor correspondiente, depende
de como se suministra éste, de forma que la evolución mostrada en la figura citada no es la única posible, véanse
las figuras 10.12, a 10.14.
Se establece una relación macroscópica entre el flujo de calor y el salto térmico mediante un modelo simple, que
supone la existencia de un espesor de líquido sobre la superficie sólida, que alimenta de vapor las burbujas y cuyo
espesor efectivo de conducción será el necesario para que el flujo de calor calculado con el coeficiente de
convección, coincida con el obtenido por conducción a través de dicho espesor. Se postula que, en estado
estacionario, el tiempo medio de nucleación de las burbujas preciso para que alcancen la dimensión que les permite
ascender, será constante, con lo que, como el suministro de calor también es constante, el tiempo medio transcurrido
para que se inicie y desarrolle una nueva burbuja será asimismo constante, de modo que podemos considerar
oscilatorio el proceso de aparición y formación de burbujas, con un periodo medio directamente proporcional al valor
estacionario del radio crítico de nucleación. Para relacionar estas variables, se establece que el espesor efectivo de
la película de líquido será proporcional a la raíz cuadrada de la difusividad de la cantidad de movimiento <
(velocidad de desplazamiento de la fuerza ascensional) multiplicada por el periodo (tiempo que tarda en
vaporizarse). Este espesor crecerá al aumentar la difusividad de la cantidad de movimiento, o viscosidad cinemática
de líquido <l, y la velocidad de desprendimiento del vapor, mientras que disminuirá al crecer el radio crítico. Así se
justifica que el coeficiente de convección con ebulición nucleada es proporcional el flujo de calor aportado por la
superficie elevado a 2/3 y que el factor de proporcionalidad es función exclusiva de la temperatura y la presión
reducidas. Esta expresión se ajusta a la relación experimental de la figura 10.11 y expresiones empíricas, como la
fórmula (1-26).
La comprobación de esta formulación indica una banda de dispersión de los valores experimentales del ± 35 %, que,
aparte de los errores de medida, cabe atribuir a que el modelo prescinde de las características de la superficie.
Asimismo, la relación entre el coeficiente de convección y el flujo de calor es sólo función de la relación de las
densidades saturadas y, como éstas son una función exclusiva de la presión reducida, el coeficiente C en la fórmula
(10-114) también lo será. Por ello, se han propuesto fórmulas para el cálculo del número de Nusselt el función del
flujo de calor y de la presión reducida, fórmulas muy prácticas a presiones elevadas porque obvian el uso de
propiedades de los fluidos en tales condiciones, de exactitud dudosa.
La fórmula recomendada para la ebullición nucleada, tramo AB de la figua 10.11, es

(10-350)

donde se incluye la rugosidad de la superficie sólida, con un valor por defecto igual a 1 y C es una constante.
El flujo máximo de la curvo de la figura 10.11 corresponde a

(10-98)

y el tramo CD, de ebullición con película, a:

(10-104)
314 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

en la que el coeficiente correspondiente a la radiación, hr, es

(10-105)

Se incluye, para mezclas multicomponente, la fórmula aproximada (10-93).


Para ebullición estancada en el exterior de los tubos, se emplean las mismas relaciones que para placas, pero para
haces de tubos horizontales, se obtiene un coeficiente superficial medio conjunto para un haz a partir del de un tubo,
con la relación (10-89), recomendándose no superar el 70% del flujo de calor máximo, fórmula (10-98).
Como en los cálculos en la transferencia de calor de la convección gobernada por las fuerzas gravitatorias, con y
sin cambio de fase, el coeficiente de transferencia depende de la diferencia de temperaturas entre la pared y el fluido,
mientras que lo que normalmente se conoce, es la temperatura del fluido calefactor, hay que eliminar la temperatura
To de la pared, lo que se logra aplicando las relaciones de Peclet (1-30') y (1-31').
Prosigue la convección natural con la condensación, cuyo tratamiento introdujimos en el apartado 7.2-2.2 y el
ejemplo 7.3. Para facilitar el drenaje, la condensación con convección externa natural se efectúa en superficies
verticales, placas o cilindros (tubos). La convección interna en tubos puede ser natural o mixta en los verticales, pero
en los horizontales, que trataremos en el apartado 10.3-6, sólo se opera en convección mixta. En ésta, la posición
tiene importancia, pues la condensación en tubos verticales es menos efectiva que en los horizontales, al ir
aumentando en aquellos el espesor de la película de líquido a medida que desciende el mismo y la consiguiente
resistencia al paso del calor.
El fenómeno de la condensación es el macroscópicamente más complejo para la transmisión del calor, al ser
indirecto el contacto entre el vapor y la pared sólida (el condensado se interpone). La condensación interesante en
la práctica es la heterogénea en película, que puede tratarse de una forma más genérica que la ebullición de interés
práctico, la nucleada, y permite obtener expresiones de una precisión mayor que para esta última. Así, la
condensación en película se desarrolla en la superficie homogénea de la fase líquida, al contrario de la superficie
sólida donde se genera la ebullición con la formación de burbujas, específica de cada caso. Experimentalmente se
constata que el margen de precisión de las fórmulas es mucho mejor para la condensación en película que para la
ebullición nucleada.
La condensación puede ser homogénea o heterogénea, sobre una superficie sólida que soporta al líquido y evacua
el calor o exclusivamente sobre una masa líquida. En el primer caso puede ser con gotas o en película.
La figura 10.22, recoge valores experimentales del coeficiente de convección por condensación en gotas o en
película, y refleja la anunciada diferencia sustancial que existe entre los valores de los coeficientes de transferencia
de calor, según que el mecanismo de la condensación conduzca a una fase líquida discreta o continua. Un ejemplo
de cálculo con la condensación en gotas se muestra en el ejemplo 10.10 y en el ejemplo 9.1, se mostro otro. Destaca
que en la condensación heterogénea, a diferencia del sobrecalentamiento en la ebullición, el sobrenfriamiento
requerido es muy pequeño. Esta figura, junto con la 10.16, confirma, como se señaló en el primer capítulo (Tabla
1.2), que las potencias específicas que se alcanzan son, al menos, un orden de magnitud superiores a las que se
pueden obtener sin cambio de fase.
Por otro lado, la figura 10.23 muestra valores del coeficiente de convección por condensación mixta en película, en
el interior de tubos verticales, y confirma (recuérdese la tabla 1.2) que el coeficiente de convección por condensación
del agua es mucho más elevado que para otros vapores.
Para la condensación en película introducimos un número de Reynolds establecido a partir del diámetro hidráulico
del líquido condensado. Este nuevo número adimensional toma como referencia el caudal másico '(x) por unidad
de anchura de la placa o el diámetro para un tubo, según muestra la figura 10.24 y está definido por (10-129),

(10-129)

También se define una longitud ficticia L* con la expresión:

(10-127)

que se puede aproximar por


10.3 Convección mixta 315

(10-128)

De este modo, se obtiene la fórmula (10- 136) eqivalente a la (7-104) para el perfil de velocidades laminar.
El empleo de esta forma del número de Reynolds comporta, frecuentemente, emplear el balance de calor por m de
anchura de la placa, por lo que escribiremos la potencia total transferida en una placa de longitud L y anchura b, de
las dos formas:

De estas formulas, la (10-136) obtenida con el 2º miembro es la más usual, aunque la que adopta el 3º, (7-104), tiene
la ventaja de que permite el cálculo sin conocer el caudal condensado. Por este motivo, la (10-136) requiere plantear
el balance de energía auxiliar (10-132). La fórmula de Nusselt es aplicable a placas inclinadas respecta a la vertical
un ángulo ", sustituyendo la aceleración de la gravedad g por g cos", la componente vertical de la misma.
Nusselt determino también el coeficiente medio para un tubo horizontal, válida para N tubos en columna si el
condensado se escurre de los tubos sucesivos en forme lámina contigua laminar. La fórmula es

(10-137)

Se debe usare un calor latente equivalente en lugar del real, en la expresión del número de Jakob de las fórmulas
anteriores, para incorporar el enfriamiento sensible:

(10-146')

ecuación válida para Pr > 0,5 y Ja < 1. La ecuación (10-136) se ajustan a la realidad en el tramo inicial de una placa
vertical de longitud x = L, si ReL, de acuerdo con la fórmula (10-124), es menor que aproximadamente 30, pero a
medida que aumenta el recorrido y el número de Reynolds (al crecer ') el régimen pasa a ser ondulado para 30 <
ReL < 1.800, aunque todavía se mantiene el régimen laminar para, finalmente, al superar 1.800, cambiar la estructura
del flujo y convertirse en turbulento. Tanto el régimen laminar ondulado como el turbulento comportan un aumento
del valor y un cambio en la expresión del coeficiente.
También se ha planteado un modelo para tener en cuenta la fricción entre el vapor y el líquido, que por ello incorpora
la convección mixta. La fricción produce una evolución del régimen en sentido transversal en la película de modo
que, excepto para una pequeña zona inicial, la secuencia longitudinal, según la coordenada z, de régimen laminar
a régimen turbulento, sólo es real cuando la fricción entre corrientes de las dos fases es despreciable.
El modelo, debido a Dukler, corresponde a la condensación total en el interior de tubos verticales, a partir de las
hipótesis siguientes:

1. Propiedades independientes de la temperatura,


2. Circulación equicorriente,
3. Flujo anular
4. Lámina de condensado lisa de espesor * muy pequeño, lo que permite despreciar la curvatura de la
superficie sólida,
5. No existe arrastre de gotas
6. Flujo de calor transversal en la película igual en todas las secciones
7. Difusividades turbulentas de Boussinesq, iguales, ,h = ,m,
8. En la zona plenamente turbulenta, difusividades moleculares despreciable frente a las turbulentas
9. Zona plenamente turbulenta para y+ > 20 .
10. Vapor inicialmente saturado y condensación total del mismo al alcanzar la longitud L final del tubo,
sin ningún sobrenfriamiento de la superficie de la película.

Nótese que la hipótesis 8 invalida el modelo para los metales líquidos.


Introduce el parámetro adimensional ":
316 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-196)

que se mantiene constante a lo largo del tubo en el que se efectúa la condensación total, dando un determinado valor
del número de Reynolds final. Primero se resuelve el problema fluidodinámico hallando el espesor de la película
de condensado, el perfil de velocidades y la fricción .
A continuación se relaciona el número de Nusselt medio con el número de Reynolds y la fricción, aplicando el
balance de calor general de la condensación, (10-132). Así se calcula, utilizando el Pr del líquido como parámetro,
los números de Nusselt medios para cada Pr y ReL, que se publicaron en forma de gráficos. Se comprueba que, de
acuerdo con las hipótesis enunciadas, los resultados para valores muy bajos de Pr (metales líquidos) no son buenos.
La Universidad de California Berkeley, reformuló el modelo para obtener una fórmula cerrada para valores locales,
(10-201). De este modo, en el caso de una superficie vertical de altura suficiente para que se alcance el régimen
turbulento, se llega a la fórmula (10-202) para el valor total de la potencia transferida, incluyendo la zona laminar
inicial y teniendo en cuenta la fricción gas líquido:

(10-202)

siendo el área A igual a 2BrL o Lb, según se trate de un tubo o una placa, y donde

(10-203)

para condensación total, siendo por lo tanto ReL el número de Reynolds correspondiente a un caudal de condensado
igual al inicial el vapor y " el parámetro adimensional dado para un tubo por (10-196).
Esta formulación es aplicable a la convección mixta en el interior de tubos, tanto verticales como horizontales.
La fórmula para el número de Nusselt medio,

(10-205)

se comprueba que es equivalente a los gráficos de Dukler.


Para una placa plana las mismas fórmulas para fricción entre fases son aplicables, con un coeficiente numérico
distinto para ".
La potencia global transferida en la condensación por convección natural en una pared, plana o cilíndrica vertical,
responde a la expresión [véanse las fórmulas (10-136), (10-144) y (10-205)]

(10-207)

donde el perímetro transversal b es la anchura de la placa plana o la circunferencia del del tubo, BD, según el caso,
y ReL se define mediante la fórmula (10-125). Para régimen plenamente turbulento, Rex > 1.800, la función del
número de Reynolds lo es también del de Prandtl.
Los tipos de problemas en la condensación son tres:

1. Conocidos el caudal a condensar y las temperaturas del vapor saturado y de la superficie sólida, hallar
la longitud (altura) de la placa o tubo necesario, o sea, dado '(L) calcular L, problema de resolución directa
con el balance (10-208).
2. Conocidos las temperaturas del vapor saturado y de la superficie sólida, y la longitud de la placa o tubo
disponible, hallar el caudal que condensará, o sea, dada L determinar '(L), problema que requiere el empleo
la herramienta Buscar objetivo de la hoja de cálculo para la resolución del balance.
3. Conocidos la longitud de la placa o tubo disponible, el caudal condensado y la temperatura del vapor
10.3 Convección mixta 317

saturado o la de la superficie sólida, hallar la temperatura de la superficie sólida o del vapor saturado,
respectivamente. Es decir, dados L, '(L) y Ts, o To, encontrar To o Ts, respectivamente. Estos problemas
requieren iterar la temperatura desconocida, de la que dependen siempre las propiedades del líquido y, en
el segundo caso, del vapor también.

Las fórmulas (10-203) y (10-208) permiten resolver los problemas globales sin tener en cuenta el régimen
fluidodinámico de la película vertical de condensado, pero no los locales, para los que, según el valor de Rex, debe
escogerse la fórmula (10-136),(10-144) o (10-201) que corresponda.
Con el objetivo de hallar la fricción mediante el balance de cantidad de movimiento o el de energía, planteamos los
balances fundamentales de la circulación bifásica, con unas ecuaciones simplificadas. Para definir la proporción de
fases en una sección transversal se usan la fracción de huecos ", el título x y la fracción másica de vapor. También
se utiliza el título termodinámico, que permite establecer valores del título negativos o mayores que la unidad para
indicar, respectivamente, un líquido sobrenfriado o un vapor sobrecalentado y que coincide con la del másico si la
temperatura de la sección es uniforme. Como el título termodinámico está basado en la descripción promediada, la
existencia de un gradiente transversal de temperatura hace que para definir un fluido saturado este parámetro no sea
preciso, ya que con una temperatura global igual a la de saturación, el fluido junto a la pared puede estar
sobrecalentado y el que circula por el eje del tubo sobrenfriado, o viceversa. Se definen también la fracción
volumétrica de vapor ß y la relación de deslizamiento, K, cociente entre las velocidades de la fase vapor y de la fase
líquido.
La diferencia de densidades hace que líquido y vapor tiendan a circular independientemente, especialmente a bajas
velocidades y en tramos verticales, por lo que para el cálculo de las pérdidas de carga según el caudal se consideran
dos modelos: un homogéneo, en el que las fases se desplazan a la misma velocidad, asumible a altas presiones y otro
con deslizamiento entre fases, más general. Para los sistemas diatérmanos con circulación, convección mixta, en el
caso de flujo consta de calor en la pared del tubo, en el que se introduce un líquido saturado (x = 0) que al final del
mismo llega a un título xF, obtenemos a la expresión:

(10-309)

con el modelo homogéneo y

(10-314)

con el de flujos separados.


Para calcular el coeficiente de fricción bifásico a partir de correspondiente a la circulación monofásica del fluido
se introduce el parámetro (con las distintas combinaciones de fases y régimen),

que se toma aproximadamente igual a:


318 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-277)

En los procesos a flujo, incluso los adiabáticos, el reparto espacial del volumen de cada una de las fases
(configuración del flujo), no solo es distinto según las substancias, las condiciones de temperatura y presión, y las
proporciones de ambas fases, sino que, para los mismos valores de los parámetros anteriores, en cada una de las
posiciones del conducto difiere, aunque para cada geometría y condiciones se mantenga. En las circulaciones
verticales se puede considerar una simetría axial media (en un tramo de longitud suficiente) todo lo contrario que
en las inclinadas y horizontales, que tienden a la estratificación.
En las figuras 10.34 y 10.36 se muestran para procesos adiabáticos con circulación vertical ascendente, y horizontal,
respectivamente, las configuraciones en la secuencia de aumentar la proporción de la fase gas. Todas ellas se
encuentran entre tres configuraciones límite ideales: una es la fase gas dispersa en una matriz continua de la corriente
de liquido, o flujo de burbujas, formando una dispersión más o menos homogénea de burbujas, figura 10.34a, otra
es la fase liquida en forma de gotas dispersa en una matriz continua de gas, o flujo de gotas, formando una
suspensión de gotas en una corriente gaseosa (como la niebla) figura 10.34e, que aparece en el inicio de la
condensación homogénea y, finalmente la 3ª, la de dos fases continuas y segregadas, bien formando con cilindro
hueco (tubo) exterior de liquido y un cilindro interior de vapor: flujo anular. Adicionalmente se adoptan dos modelos
intermedios: el de borbotones y el intermitente, figuras 10.34b y 10.34c.
Las configuraciones en conductos horizontales e inclinados de poca inclinación, al no ser simétricas y tender a
estratificarse, se forma en la parte inferior una lámina líquida con o sin oleaje, y una capa de vapor encima de ella.
En el caso de sistemas diatérmanos y cuando se añade calor a una fase inicialmente líquida en concreto, se produce
una evolución continua de las configuraciones entre las extremas, con una progresión más o menos completa según
la longitud del tubo, entre el flujo de burbujas al de niebla, pasando por el anular o el anulare inverso y en sentido
inverso cuando se extrae calor de una fase vapor.
La convección mixta (forzada) con vaporización, ebullición, la expondremos para el interior de tubos verticales,
mientras que para la condensación lo haremos para los verticales y los horizontales.
La figura 10.39 muestra el proceso de ebullición de un líquido circulando en un tubo vertical, con los tipos básicos
de ebullición, que son:
• Sobrenfriada. Se denomina así la fase inicial de la ebullición forzada que aparece en las zonas de líquido próximas
a la pared. La configuración del flujo en esta ebullición es de burbujas heterogénea (concentradas junto a la pared)
y es debida a que, aunque el líquido junto a la pared alcance la temperatura de saturación, la temperatura de
saturación, TS, no alcanza el eje del tubo.
• Saturada. Se denomina así cuando el título termodinámico supera el valor nulo, lo que no garantiza que en toda
la sección transversal del tubo la temperatura local del líquido no sea inferior a la de saturación, TS. Por ello esta
denominación no es precisa, ya que engloba casos en los que parte de líquido está sobrenfriado, por lo que debe
distinguirse entre aquellos en los que el núcleo central no está saturado de aquellos en los que lo está. En la
ebullición en un tubo vertical las secciones transversales, o situaciones del fluido, a destacar son las siguientes:
ONB : inicio de la ebullición
NVG: inicio de la producció neta de vapor
FDN: ebullición en toda la sección, o plenamente desarrollada
CHF: flujo crítico, produciendo la pared seca
DNB agrupación de las burbujas sobre la pared del tubo y formación de una película gaseosa continua
DO: desaparición de la película de líquido sobre la pared del tubo, o secado.
La formación de una película de gas junto al sólido en la ebullición nucleada subenfriada, produce un flujo anular
inverso y la desaparición de la película de líquido sobre la pared sólida en la ebullición saturada con flujo anular,
o sea el secado.
Con la ebullición forzada (mixta) el modelo propuesto divide el tubo en dos tramos esencialmente distintos: pared
mojada y pared seca, separados por el CHF (DO). El primero, definido por la condición de que todo el perímetro
del tubo esté mojado, se divide, a su vez, en tres: convección monofásica hasta el ONB, ebullición nucleada saturada
del ONB hasta la aparición de la circulación anular, y ebullición anular desde el fin de la nucleada hasta el CHF.
Para calcular la potencia transferida mediate la ebullición forzada (mixta) por el interior de un tubo, se proponen dos
metodologías, una basada en un ajuste empírico y otra con una base teórica. En ambos casos se divide el tubo en
dos tramos esencialmente distintos: pared mojada y pared seca, separados por el CHF (DO), véase la figura 10.50b.
El primero, definido por la condición de que todo el perímetro del tubo esté mojado, se divide, a su vez, en tres:
convección monofásica hasta el ONB, ebullición nucleada saturada del ONB hasta la aparición de la circulación y
ebullición anular desde el fin de la nucleada, en el CHF.
La correlación empírica para la ebullición con pared mojada, está establecido con flujo de calor constante en la
pared., mediante un ajuste estadístico para cada uno de los dos mecanismos de ebullición indicados: ebullición mixta
nucleada (englobando en una fórmula única la sobrenfriada y la saturada) y ebullición mixta anular, debida a
Klimenko.
10.3 Convección mixta 319

Además se propone la metodología de Wadekar, con fundamento teórico basada en la superposición de la


transferencia monofásica forzada con la ebullición nucleada estática. El método propone que la formación de
burbujas favorece la convección del líquido, o sea que el mecanismo de la ebullición nucleada desplaza al de
convección, éste calculado con la ecuación de Dittus-Boelter de la aplicación CAMBIOISOTERMO, teniendo en
cuenta el caudal de líquido exclusivamente. El coeficiente de convección así calculado es aplicable a la ebullición
sobrenfriada y a la saturada:
(10-345)

donde hnb, es el coeficiente de convección para la ebullición nucleada estancada, Anb representa el promedio temporal
del área de transferencia de calor por ebullición nucleada, y
(10-346)

con hl igual al coeficiente correspondiente a la convección monofásica forzada, calculado con la ecuación de Dittus-
Boelter, (7-451) teniendo en cuenta el caudal de líquido exclusivamente. En cuanto al factor multiplicador F, viene
dado por la expresión:

(10-349)

siendo Xt t el factor de Martinelli para ambas fases turbulentas, que se calcula aproximadamente con (10-277).
El segundo sumando hnb de (10-345) es el coeficiente de convección para la ebullición nucleada estancada dado por
(10-87), con C variando entre 35 y 55 K2,5.
En cuanto al promedio temporal de la fracción de área de transferencia de calor no ocupada por la ebullición
nucleada, Anb, se calcula con la fórmula:

(10-351)

siendo C la misma constante de la ecuación (10-350), que toma los valores antes indicados.
Aunque podemos recurrir a los mapas de configuraciones de flujo para determinar si la ebullición es nucleada o
anular, lo más sencillo es utilizar la correlación de Fair, véase el apartado 10.3-4.3, que define un parámetro general
fijo, aunque el criterio recomendado para saber en que zona se encuentra el fluido, es calcular el coeficiente de
convección para las dos configuraciones (ebullición nucleada y ebullición anular) y el mayor de los dos valores
obtenidos nos indicará cual es la físicamente existente.
Al igual que para la convección sin cambio de fase, para agua se han establecido expresiones mucho más simples,
aunque no incluyen ninguna información referente a las características de la superficie calefactora.
Una vez alcanzada la situación de pared seca, la transferencia se efectúa a una niebla hasta la evaporación total de
las gotas, pero no es una zona operativa en condiciones normales, prescindimos de su análisis.
La aplicación VAPORFORZADO usa, junto a la formulación de Klimenko, la de Wadekar.
En el ejemplo 10.18 se muestra el cálculo efectuado manualmente (con hoja de cálculo) de un coeficiente local
conociendo la temperatura de la pared en la sección correspondiente, aunque lo que resuelve directamente la
aplicación VAPORFORZADO.
En el caso de tubos verticales de longitud apreciable, en los que, además del título, va variando la temperatura de
saturación, aquella se descompone en tramos.
Para la determinación del CLH, se propone el método de Shah y en el ejemplo 10.20 se muestra su empleo.
En cuanto a la transferencia de calor con condensación mixta, se han considerado las placas y la convección interna
y externa en tubos.
La condensación mixta interna se produce en el interior de conductos y su característica esencial es que el caudal
total es constante, de modo que la potencia transferida viene dada por el balance

(10-371)
320 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

Hay que tener en cuenta la posición y, en los no horizontales, también el sentido relativo del movimiento de cada
fase.
La condensación con el vapor descendente en tubos verticales (gas y líquido equicorriente) corresponde al modelo
de Dukler, de modo que la fórmula (10-202) es aplicable, reflejándose el efecto de forzado de la circulación con J*i,
fórmula (10-203).
En el caso de corriente de vapor ascendente (contracorriente) se puede aplicar la fórmula (10-209) con la (10-210),
pero existe un límite de validez del modelo si la velocidad del vapor supera un cierto valor, dado por la fórmula (10-
372), que provoca inundación.
También hay que evitar el retorno de condensado, para lo que se ha de mantener una mínima velocidad de la fase
gaseosa.
En el caso de tubos horizontales las configuraciones de flujo evolucionan a lo largo de la longitud del tubo,
teóricamente como ilustra la figura 10.36, aunque se suelen tratar conjuntamente los flujos disperso y anular así
como el de borbotones y el intermitente, quedando como intermedios el estratificado y el de oleaje.
Se incluyen en la tabla 10.9, las divisorias de un mapa de configuraciones diatérmanas que no considera el flujo de
burbujas. Este mapa toma como coordenadas para definir los dominios de existencia de las distintas configuraciones,
la velocidad superficial adimensional de la fase gas, jg*,

(10-373)

como ordenadas y (1 - ")/" como abscisas, siendo " la fracción de huecos.


El flujo estratificado se produce cuando el flujo de vapor (gas) es bajo y el flujo está controlado por la fuerza de la
gravedad, mientras que a velocidades altas del vapor, predominan las fuerzas de fricción, se puede despreciar el peso
y el flujo tiende a anular.
Damos fórmulas para el cálculo del número de Nusselt local y medio, para cada una de estas zonas, en general dando
factores de corrección para el valor de NuD calculado con el caudal de líquido.
Para flujo anular recomendamos la fórmula de Shah, válida para x < 0,999 y títulos altos, que parte de la ecuación
de Dittus-Boelter para el líquido. Esta correlación presenta la ventaja de que integrándola entre los valorea final e
inicial del título, permite calcular el valor medio NuTP, y, con él, la longitud necesaria para la condensación deseada,
mediante el balance de energía (3-371).
Un formulación muy simple para presiones elevadas, basada en suponer flujo homogéneo (véase el apartado 10.3-
3.3.1) y la analogía de Reynolds, es la fórmula (10-379), que da el valor medio NuTP, para un tramo.
El flujo estratificado se produce cuando el título del vapor es bajo y el flujo está controlado por la fuerza de la
gravedad. Con él, se puede aplicar a la película descendente por la pared interior lateral del tubo, la fórmula (10-137)
de Nusselt para el exterior de cilindros horizontales, con un factor de corrección para tener en cuenta que la película
de escurrimiento sobre la pared lateral no recorre toda la circunferencia, debido la lámina de condensado en el fondo.
El factor para adaptarla al interior del tubo es función del ángulo N, determinado por el nivel de la corriente
estratificada, véase la figura 10.57. Una simplificación es utilizar la fracción " de huecos en vez del ángulo N,
fórmula (10-384). Además se puede despreciar la transferencia de calor a través de la lámina inferior de condensado.
En cualquier caso, para efectuar el cálculo de la transferencia de calor se debe descomponer el tramo de tubo al que
corresponda el régimen estratificado, en tramos parciales.
Para el flujo estratificada con oleaje, se propone el método Dobson, que establece un número de Nusselt
combinación del correspondiente a la película descendente por las paredes, con el debido a la convección forzada
de la lámina de condensado que transcurre por la parte inferior del tubo, fórmula (10-386), donde (Nu)película viene
dado por la fórmula (10-387) y (Nu)forzada por las (10-388) con el número de Froude de líquido.
En cuanto a la condensación mixta externa, consideraremos el caso de placas y tubos horizontales.
En el caso de placas, cuando la velocidad de la fase gas es muy alta, se puede despreciar el peso y se obtiene un valor
locales del número de Nusselt para un flujo de calor pequeño, condensación tendiendo a cero, y grande,
condensación tendiendo a infinito. La interpolación entre los valores extremos del flujo da

(10-393a)

con
10.3 Convección mixta 321

(10-393b)

donde se introduce un número de Reynolds mixto:

(10-369b)

siendo la velocidad del gas la previa al tubo.

(10-398)

Para el exterior de tubos horizontales y haces, partimos de un tubo aislado transversal a la corriente de vapor
saturado, para el que la fórmula de Nusselt, en sus dos formas, corresponde a la ecuación (10-379), que es aplicable
si la velocidad suficientemente baja, lo que ocurre cuando el número de Froude del gas verifica la relación:

(10-396)

Cuando la corriente transversal de vapor saturado tiene una velocidad elevada, que provoca fricción turbulenta y
desprendimiento de la capa límite (véase la figura 7.74), se produce un descenso de la transferencia de calor, pues
en la zona desprendida aumenta el espesor de la lámina de condensado. Por ello, la transferencia de calor es función
del ángulo N de desprendimiento. Tomando la mínima transferencia (N = 80°) y teniendo en cuenta el peso se
obtiene la siguiente expresión para el número medio mínimo de Nussel de un único tubo, que incluye el efecto del
desprendimiento:

(10-369b)

En los haces de tubos la condensación sobre cada tubo se ve alterada por la interferencia de los vecinos y las
salpicaduras de cada tubo. En el caso de condensadores industriales, el método recomendado, aunque con errores
del orden de más/menos 25%, trata la condensación en el caso más complejo: fricción e inundación simultáneas.
Propone para un tubo de la fila N,

(10-400)

con

(10-401)

y
322 Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerza gravitatorias (II). Con cambio de fase

(10-402)

Esta correlación es aplicable para corrientes descendentes y transversales.


© B. Sigalés

11 Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un


tabique o temporalmente

Introducción

Después del estudio de la transferencia de calor entre una superficie sólida y un fluido, vamos a analizar el
acoplamiento térmico de los caudales de dos fluidos a distinta temperatura, a través de un nexo convectivo-
conductor, consistente en un tabique sólido impermeable, bien interpuesto, que crea un circuito térmico serie
entre ambos, bien común, que transfiere el calor indirectamente1. 
El caso de dos fluidos a temperaturas distintas pero constantes, por lo tanto en estado estacionario, se trató en el
capítulo 1, dando lugar a las relaciones de Peclet, (1-30), (1-31) y (1-32), de las que hicimos aplicación para el
estudio del aislamiento de hornos y de tuberías conduciendo fluidos saturados.
Cuando el dispositivo tiene como objetivo transferir directamente calor entre dos corrientes a distinta
temperatura, o sea cuando circulan simultáneamente por el mismo, pero manteniéndolas segregadas de modo que
conservan su composición y caudal, se denomina recuperador. En este capítulo analizaremos los recuperadores
ideales,2 sin tener en cuenta la pérdida de presión a su través. También supondremos que, al menos, uno de los
dos fluidos no cambia de fase y que operan en estado estacionario. Finalmente, se efectuará la simplificación de
suponer constantes las propiedades de los fluidos y su valor igual al determinado para la temperatura media en
el tramo recorrido por de los mismos. De este modo, los coeficientes de convección se consideran constantes y
uniformes a lo largo de todo el tabique. En el capítulo 12, en el ámbito general de los cambiadores de calor.
abordaremos el estudio de los recuperadores reales y la interacción transferencia de calor-pérdida de carga. La
relación entre la temperatura variable, según la posición, de uno de los fluidos, mientras que el otro mantiene la
temperatura constante,3 se analizó en el capítulo 3, ejemplo 3.17. En esta capítulo introduciremos el caso,
pendiente, de que varíen las temperaturas de ambos fluidos.
También introduciremos la segunda disposición en la que la transferencia de calor es indirecta y el tabique
sólido acumula transitoriamente calor cuando circula una corriente caliente, corriente que posteriormente se
desvía para dar paso a una corriente fría que, también transitoriamente, absorbe el calor acumulado en la fase
anterior y así sucesivamente, es decir, la separación de los fluidos se establece en el tiempo en vez del
espacio. Estos dispositivos se denominan regeneradores y se utilizan fundamentalmente para gases, en ramas
de la industria en que la temperatura de los gases calientes es alta y se necesita un elevado calentamiento de
otro gas, aire en general. 

1
En esta caso la transferencia puede incluir la radiación.
2
Suponen corrientes homogéneas (en cada sección la temperatura de la corriente es única y la aportación térmica, positiva o negativa,
se distribuye uniformemente en toda ella) y que no existen pérdidas o ganancias de calor externas, ni ensuciamiento térmico (depósitos poco
conductores sobre las superficies).
3
Por tratarse de una gran masa, como la atmósfera, el mar, etc. o efectuarse el cambio de fase de una sustancia a su temperatura de
saturación.

323
324 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

11.1 Variación espacial simultánea de las temperaturas y diferencia efectiva de temperaturas

El elemento fundamental para conseguir una variación simultánea de la temperatura de dos fluidos en los equipos
térmicos, es el tabique en forma de conducto, denominado tubo cuando es liso y de sección circular, por lo que
concentraremos el análisis en él y sus combinaciones (un conducto incluido en otro, como 2 tubos concéntricos,
véase la figura 11.1a, y conductos en paralelo incluidos en una envolvente, figura 11.1b, o no, figura 11.1c)
operando en estado estacionario.

Figura 11.1

Aunque las temperaturas de los dos fluidos varíen en el espacio, si consideramos estado estacionario, a nivel
diferencial podemos utilizar la 2ª relación de Peclet, ya que en cada sección transversal las temperaturas han de
mantenerse invariables, independientemente del instante. Consideremos un elemento de un conducto de sección
constante, definida por su área S y sus perímetros (suponemos el perímetro térmico igual al hidráulico) interior
y exterior, pi y po, respectivamente, figura 11.2. Para el fluido que circula por su interior, podemos escribir:

(11-1)

donde

(11-2)
.
11.1 Variación espacial simultánea de las temperaturas 325

Figura 11.2

y en el caso de un tubo

(11-3)

Si se trata de un conducto de longitud L, el calor total transferido será:

(11-4)

Si U es constante4 y recordando (1-43),

(11-5)

siendo pL = A y Ui Ai = Uo Ao = UA.
Es decir, la diferencia efectiva de temperaturas, ()T)m, es igual a

(11-6)

y, por lo tanto, no sólo depende de las temperaturas sino que es también función de la geometría, es decir: de
la configuración, y para cada tipo de disposición fluidos-tabique su valor será distinto. 
Sin embargo, cuando la temperatura de uno de los fluidos permanece constante, existe una excepción, como
anticipamos en el apartado 3.5-1 del capítulo 3. Si uno de los fluidos está saturado, es decir, Th = Ts o Tc = Ts, por
ejemplo, el problema de hallar las prestaciones del sistema fluidos-tabique no depende de la geometría. En efecto,
considerando que no hay fugas de calor y que todo el calor perdido por el fluido caliente lo gana el frío, el calor
transferido es igual al caudal de cada fluido por su calor específico y por su variación de temperatura en el
elemento longitudinal del dispositivo formado por los dos conductos, véase la figura 11.2,

(11-7)

4
Para lo que han de serlo los coeficientes de convección interior y exterior.
326 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

y estableciendo que el calor que atraviesa el tabique es el que gana, al calentarse, el fluido5 que circula por el
conducto interno; o sea, igualando las dos expresiones del calor diferencial (11-1) y (11-7), y separando
variables, obtenemos6:

(11-8)

e integrando entre 0 y L y (Tc)I y (Tc)F,

(11-9)

llegamos a:

(11-10)

resultado ya obtenido en el ejemplo 3.17 y donde hemos tomado la cara interior del conducto interno como
referencia, aunque sería lo mismo tomar la externa, ya que

Con la expresión (11-10) el problema está completamente resuelto, pues nos permita calcular (Tc)F y con ésta
obtener la potencia transferida:

(11-11)

La fórmula (11-10) es de tal utilidad que el CD ROM que acompaña al volumen 1 se incluye la aplicación
CAMBIOSATURADO, que aquí denominaremos CAMBIOISOTERMO, basada en la misma, que incorpora los
fluidos incluidos en la aplicación PROPIEDADES. Recuérdese que la aplicación CAMBIOISOTERMO sólo es
válida para fluidos circulando en convección forzada turbulenta por el interior de un conducto7, incluyendo la
de transición cuando se usa la opción GNIELINSKI, basada en las fórmulas (7-625)8,

(7-625)

y (7-607),

5
O perdiese si se enfriase.
6
Ecuación que se obtiene directamente de la (3-122).
7
La resolución manual de (11-10) es laboriosa porqué el cálculo de los coeficientes de convección cuando un tabique separa dos
fluidos, al ser las fórmulas para fluidos ideales, obliga a emplear factores de corrección que dependen de las temperaturas de los fluidos y de
las de las de las caras de la superficie sólida que, a su vez dependen de las anteriores, obligando, en consecuencia, a iterar.
8
Páginas 710 y 706 del primer volumen.
11.1 Variación espacial simultánea de las temperaturas. 327

(7-607)

corregidas adecuadamente para tener en cuenta el efecto entrada y la variación de las propiedades con la
temperatura en una sección transversal. La aplicación, recordemos, da, además de la temperatura final y la
pérdida de carga (presión) a lo largo del conducto, según la fórmula (7-444)9,

, (11-12)

los coeficientes de convección y de fricción, y la potencia transferida al fluido no saturado10, que se calcula con
la expresión (11-11). Aunque ya vimos como utilizar la aplicación en los ejemplos 7.38, 7.39 y 7.40 del primer
volumen, aquí vamos continuar su explotación.
Nótese que al ser, tanto la potencia transferida (o la temperatura final) como la pérdida de presión, función
exclusiva del diámetro hidráulico y la longitud del conducto (a través de U y Cf) existe una solución matemática
única (conducto de diámetro hidráulico y longitud dados) para transferir una determinada potencia con una
pérdida de presión también dada.

Ejemplo 11.1

Determínese la longitud y el número de tubos de cobre de 3/4 in BWG16, montados en un dispositivo


de un paso como el de la figura 7.78(a) , para que en él se puedan calentar con vapor saturado a 343 K,
4,167 kg/s de 1-butanol, desde 27°C hasta 55°C, con una pérdida de presión del 1-butanol de 0,9 bar.
Tómese un coeficiente de transferencia superficial para el vapor saturado de 12,3 kW/m2 K.

En este ejemplo y los mostrados en el capítulo 7 del volumen 1, efectuamos los cálculos suponiendo un
coeficiente de convección medio uniforme del fluido circulando por el interior de los tubos, válido a lo largo de
todo el dispositivo y calculado con las propiedades constantes determinadas a la temperatura media del líquido,
0,5(TI + TF). Esto comporta un error, apreciable cuando la longitud de los tubos es grande y, especialmente, si
la viscosidad del fluido varía mucho con la temperatura. Veamos un ejemplo.

Ejemplo 11.2

Se desean calentar 320 m3/día de aceite de transformador desde 22°C hasta 70°C, mediante vapor
condensando a la presión atmosférica. La operación se efectúa condensando el vapor por el exterior de
un haz formado con pasos (tuberías en serie por las que circula el aceite, cambiando de sentido en cada
tramo) de 10 tuberías de cobre de ½ in Sch 40 y L = 1,8288 m, de longitud cada uno, lo que nos da un
coeficiente de convección exterior uniforme de 12 kW/m2 K. Si se desprecia el ensuciamiento térmico,
hállese el número de pasos necesario y calcúlense la temperatura final exacta del aceite y la pérdida de
presión a través del aparato.

En la ventana de datos de la aplicación CAMBIOISOTERMO aparecen las líneas coeficiente de ensuciamiento


interior y exterior, que en este capítulo, como en el 7, serán siempre iguales a 0. El concepto de ensuciamiento
térmico se desarrollará en el capítulo 12.
De todos modos veamos, excepcionalmente, el uso de estos parámetros en un caso.

9
Que supone que el fluido se comporta como un líquido.
10
Que será igual a la perdida, o ganada, por el saturado.
328 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

Ejemplo 11.311

Un procedimiento para calentar etilenglicol consiste en hacer circular 2 kg/s de dicha sustancia
inicialmente a 320 K, por un tramo de 15 m de tubería de 2 in Sch 40 de acero del 0,2 de carbono,
situada en el interior de otra de 3 ½ in Sch 40 por la que circula vapor saturado a Ts = 403 K, y
perfectamente calorifugada por el exterior.
a) Calcúlese la temperatura final del etilenglicol, su caída de presión y el vapor que condensará al cabo
de los 15 m.
b) Se forma una capa de incrustaciones en el exterior de la tubería de 2 in, que se puede considerar de
espesor uniforme e igual 0,5 mm. En este caso y las mismas condiciones iniciales que con el sistema
limpio, condensa sólo el 51,95% del vapor que condensaba antes. ¿Cuales serán la nueva temperatura
de salida y la pérdida de presión del etilenglicol, y la conductividad térmica del material que forma el
depósito?

Cuando la aplicación CAMBIOISOTERMO nos da unas coordenadas en la figura 7.50 (mapa de Metais-Eckert)
que indiquen que existe convección mixta, se debe recurrir, como vimos en el capítulo 8, ejemplos 8.13 y 8.14
del apartado 8.6-2, a la aplicación CAMBIOISOTERMOII, que utiliza las fórmulas de corrección para la
convección forzada en tubos verticales allí dadas, que reproducimos12:

. Para flujo ascendente, si Grq/A/(4 ReD3) # 10-4:

(8-275)

y si GrD/ (4 ReD3) # 10-4:

(8-276)

. Para flujo descendente,

(8-277)

todas con

(8-272)

Recordemos que también las propiedades se calculan a la temperatura global media del tramo. Su rango
contrastado es x/D $ 40; ReD comprendido entre 300 y 30.000; Grq/A comprendido entre 50 y 400.000 y Pr
comprendido entre 2 y 6. Como se describe en el mismo apartado del capítulo 8, para tubos horizontales la

11
Basado en un examen propuesto por el profesor Lluis Bonals Muntada.
12
Petukhov, B.S. “Turbulent Heat Transfer in tubes with Variable Fluid Properties” en Heat Exchangers. Design and Theory Source
Book, editado por N. Afgan y U.E. Schlündler, Scripta Book Co, Whasington, 1974, pp. 242-243.
11. 2 Parámetros N, P y R 329

convección turbulenta mixta conduce a una reducción del coeficiente forzado que podemos considerar
porcentualmente constante y que incorpora la aplicación CAMBIOISOTERMOII. Finalmente recordemos que
si la ordenada de Metais-Eckert (ReD) es inferior a 2.300, el régimen en el interior del tubo es laminar y ninguna
de las dos aplicaciones citadas es válida. Estudiaremos el caso laminar en el capítulo 12.

11.2 Parámetros N, P y R. Método general. La aplicación NPR


Con la simplificación adoptada de suponer las propiedades constantes en todo el tramo, el problema general
planteado por la ecuación (11-5) se puede resolver de una forma sencilla y compacta.
Efectuaremos la introducción de las variables adecuadas con el caso tratado hasta ahora, en el que la temperatura
de uno de los fluidos no depende de x, al ser constante por tratarse, por ejemplo, de vapor saturado, Th = Ts =
constante, de aire atmosférico, Tc = T4 = constante, etc., y que nos ha conducido a la ecuación (11-10). Si
denominamos número de unidades de transferencia a13:

(11-13)

con:

(11-14)

dicha ecuación se escribe:

(11-15)

Si además introducimos la eficiencia14:

(11-16)

podemos transformar (11-15) para x = L en:

(11-17)

13
No se debe confundir con el mismo término para la transferencia de masa.
14
Nusselt, W. “Eine neue Formel für den Wärmedurchgang im Kreuzstrom”, Tech. Mechanik und Thermodinamic, Vol. 1 (1930),
pp. 417-422. Nusselt reservó la denominación de eficiencia cuando se aplica la definición al fluido de menor capacidad calorífica, pues entonces
P puede, teóricamente, alcanzar la unidad, al igualar su temperatura final la de entrada del de mayor capacidad calorífica.
330 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

o sea que, para el fluido que no cambia de fase o cuya temperatura varía, tenemos las expresiones
adimensionales:

(11-18a)

(11-18b)

Asimismo15

(11-19)

por lo que igualando una de estas expresiones de la potencia transferida q con la (11-5), y despejando el valor
de ()T)m, tendremos:

(11-20)

Como no hemos impuesto ninguna condición a las temperaturas y normalmente conocemos las iniciales de los
dos fluidos, así queda teóricamente resuelto el problema general de hallar la potencia transferida mediante una
determinada configuración de fluidos y tabique, o que superficie es necesaria caso de querer transferir una
potencia determinada. Para ello bastará hallar los valores de P y N, cuyas expresiones dependerán de la
configuración y deduciremos a continuación para algunos casos corrientes. De acuerdo con sus definiciones (11-
16) y (11-13), conociendo P obtenemos una temperatura final y, con ella, la otra16, y conocidas N y U, hallamos,
la superficie de transferencia.
También se han propuesto alternativas a P, como17:

(11-21)

(análogamente para el fluido caliente) cuyo valor está comprendida entre -1 y 1.

Ejemplo 11.4

a) Una tubería de 1/2 in, Sch 40, de acero del 0,2% de carbono y 1,6 m de longitud, está calentada por
vapor saturado a Ts = 373 K, que condensa en su superficie exterior, en las condiciones del

15
Suponemos las pérdidas externas del fluido caliente o las ganancias externas del frío, despreciables.
16
Mediante el balance de energía (11-19).
17
Wales, Ronald E. “Mean temperature difference in heat exchangers”, Chem. Eng. Vol. 88 (1981) Nº 4, pp. 77-81.
11. 2 Parámetros N, P y R 331

10.6, por lo tomaremos como coeficiente de convección exterior el valor allí obtenido (ho = 9.445 W/m2
K). En función del caudal de agua introducido a 285 K, que puede variar entre 0,2 y 2 l/s, hállese,
con una aplicación para ajustar funciones a series de valores numéricos, las expresiones de:
1. La temperatura de salida del agua. 2. La potencia térmica transferida al agua. 3. La perdida de carga
del agua
b) Para un caudal de 0,5 l/s a 285 K, represéntense gráficamente las mismas magnitudes en función de
la longitud de una tubería, de las mismas características que la anterior, cuya longitud puede variar de
0,3 a 3 m.
Supóngase que la tubería es lisa y que el ensuciamiento térmico es nulo.

La teoría NP que acabamos de ver y que sólo es aplicable cuando se considera constante la temperatura de uno
de los fluidos, ha permitido resolver fácilmente problemas con cualquier combinación de datos o incógnitas. Para
resolver problemas en el caso general, cuando ambos fluidos cambian de temperatura, con el mismo tipo de
metodologia hay que introducir un tercer parámetro, que denominaremos R:

(11-22)

Nótese que:

(11-23)

(11-24)

En el caso tratado anteriormente de que uno de los fluidos se mantenga a temperatura constante, por ejemplo
porqué el caliente cambia de fase, (Th)I = (Th)F = Ts, y el otro no lo hace, (Tc)I … (Tc)F, el valor de R para este
último:

(11-25)

es nulo, mientras que para el que cambia de fase, Rh en este caso, es el inverso, o sea 4.
La diferencia entre las temperaturas finales de los fluidos caliente y frío recibe la denominación de aproximación,
y cuando es un valores negativo, es decir, cuando (Tc)F es mayor que (Th)F, se dice que existe cruce de
temperaturas. Evidentemente un valor negativo de Gc indica lo mismo.
Para conseguir que no exista cruce de temperaturas con la mayor recuperación posible, se ha de verificar que
la temperatura de salida del fluido frío sea igual a la de entrada del caliente, es decir (Th)F = (Tc)F. En esta caso:

(11-26)

que de acuerdo con la definición de Pc, nos da la relación que existe entre P y R cuando se obtiene la máxima
recuperación sin cruce de temperaturas,
332 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(11-27)

Obsérvese que esta condición equivale a que el parámetro Gc dado por (11-21) sea nulo y que no existirá cruce
si Gc es positivo.
Finalmente, se define como acercamiento térmico en un recuperador a la diferencia entre la temperatura
de entrada (inicial) del fluido con mayor caudal de capacidad calorífica y la de salida (final) del de menor
caudal de capacidad calorífica; o sea, la menor diferencia de temperaturas entre ambas corrientes en una
sección transversal extrema del recuperador, diferencia que sólo coincide con la aproximación en una
configuración (los recuperadores equicorriente, véase más adelante). En el capítulo 13 veremos la
importancia y utilidad de este último concepto. 
Las fórmulas que relacionan los parámetros N, P y R correspondientes a las configuraciones más corrientes,
que deduciremos más adelante, así como las (11-23), (11-24) y (11-25) se han utilizado en la aplicación NPR,
que las resuelve conocidos los valores de dos de los parámetros y transforma los resultados en dimensionales
mediante las expresiones (11-22), (11-16) y (11-13), si también se facilitan los datos en esta forma. Debe
señalarse que ha de evitarse la introducción, en la ventana correspondiente, de más datos dimensionales de los
necesarios para utilizar dichas fórmulas, pues si se introduce alguno deducible de los adimensionales, se
producen incongruencias en los resultados dimensionales, debido a las aproximaciones numéricas.
También apuntaremos que, si despreciamos las variaciones del coeficiente global de transferencia U con la
temperatura media de los fluidos, la resolución de los problemas se simplifica extraordinariamente, como
muestra el ejemplo siguiente.

Ejemplo 11.5

Una envolvente con tubos dispuestos en su interior, véase la figura 11.1b, que funciona a
contracorriente, se utiliza para condensar 1 kg/s de vapor saturado de una sustancia orgánica pura a
350 K y enfriar el condensado resultante hasta 320 K, con agua que está inicialmente a 286 K. Se han
calculado unos coeficientes globales de transferencia que son iguales a 1.140 W/m2 K para la zona
de condensación y 310 W/m2 K para la de subenfriamiento, que consideraremos independientes de
las temperaturas de los fluidos, lo que también haremos con las propiedades de los mismos que
tomaremos constantes e iguales a

Sustancia orgánica: )Hvap. = 394.500 J/kg ; cl = 1.758 J/kg K


Agua: cl = 4.186 J/kg K

Calcúlense, considerando el efecto de entrada en los tubos:


a) El área de transferencia del aparato
b) Las temperaturas finales de los fluidos si el caudal de agua se reduce un 20%.

11.2-1 Problemas directo e inverso

Los ejemplos 11.1 y 11.3 , aunque en ellos se considere uno de los fluidos a temperatura constante, constituyen
sendos casos de los dos problemas generales característicos de la transferencia de calor entre fluidos,
problemas que denominaremos directo e inverso. Evidentemente se pueden establecer variantes de los dos,
pero esencialmente todos los de interés corresponden a una de las cuestiones genéricas siguientes:
a) Dada la naturaleza y el caudal de una corriente de la que conocemos sus temperaturas inicial y
final, separada, por un tabique impermeable de configuración geométrica conocida, de la de otro
fluido a temperatura distinta, determinar las dimensiones (superficie) de dicho tabique separador
para que permita la transferencia de calor necesaria, lo que, con las relaciones adimensionales que
hemos
11. 2 Parámetros N, P y R 333

establecido, corresponderá a determinar N, véase (11-13), con la ecuación (11-18b).


Denominaremos a esta determinación, solución del problema directo.
b) Dado un tabique (configuración y dimensiones) en el que se introducen una corriente cuyo
estado inicial es conocido y otra a distinta temperatura, circulando simultáneamente cada una por
un lado del tabique, sin mezclarse, hallar la temperatura final de los fluidos y la potencia
transmitida, lo que, con las relaciones adimensionales que hemos establecido, corresponderá a
determinar P, véase (11-16), con la ecuación (11-18a). Denominaremos a esta determinación,
solución del problema inverso.
Aunque con los actuales recursos informáticos el enfoque racional es simultanear los problemas directo e
inverso con el enfoque expuesto en el ejemplo 11.4; es decir, efectuar un estudio paramétrico en el que se
muestre la variación de los resultados al variar los datos dentro de un determinado rango, vamos a recopilar,
a continuación el enfoque sistemático tradicional para la resolución de las cuestiones genéricas anteriores.
Así mismo, veremos que con los parámetros N, P y R se puede extender las formulaciones de las soluciones
establecidas con (11-18) y (11-19) al caso de que ambos fluidos cambien su temperatura.
En este capítulo nos limitaremos al análisis del problema térmico y en el 12 trataremos el problema global,
incorporando la restricción de la pérdida de presión de los fluidos al circular por el dispositivo, lo que exigen
los casos de interés real.

11.2-1.1 Metodología para la resolución del problema directo

Como hemos dicho se trata de, conocidos los caudales y las temperaturas de entrada de dos fluidos en el
recuperador, hallar las dimensiones del mismo necesarias para que las temperaturas finales alcancen unos
valores determinados; es decir, dados los 5 valores de contorno siguientes:

(11-28)

se debe calcular el área precisa para que se verifiquen simultáneamente. Nótese que una de las temperaturas
finales no puede ser un dato postulado, pues una de las temperaturas extremas no es independiente, ya que
se ha de verificar el balance de energía que, con las hipótesis de los recuperadores ideales, viene dado por
la ecuación (11-7), calor perdido por el fluido caliente = calor ganado por el fluido frío:

(11-29)

lo que hace que la primera operación que debamos realizar sea escoger para cual de los dos fluidos fijamos
las dos temperaturas, con lo que para el otro sólo tomaremos como dato la inicial. Con la temperatura inicial
y la final de un fluido determinamos la temperatura media, que nos servirá para establecer sus propiedades.
Como en (11-28) hemos supuesto que las temperaturas conocidas son las del fluido frío, tendremos

(11-30)

con esta temperatura hallamos c[(Tc)m] y con este valor, la potencia que debe transferir el aparato:

(11-31)

Conocida la potencia q, establecemos la ecuación:


334 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

2(11-32)

que resolvemos iterando el valor de (Th)m, el cual, una vez conocido, nos da la temperatura final correcta del
fluido caliente:

(11-33)

Verificado esto, la marcha sistemática para resolver el problema es la siguiente:

1. Calcúlense los parámetros P y R para el fluido cuyas temperaturas son los datos18 (seguimos suponiendo
el frío).

(11-34)

2. Con estos valores, calcúlese Nc con la fórmula N(P, R) = N correspondiente a la configuración escogida.
Nótese que, al estar fijadas las temperaturas, los valores de Pc, Rc y Nc son fijos y finales.
3. Hállese el coeficiente global de transmisión U:

(11-35)

para lo que utilizaremos19 el paquete NUSSELT, con las aplicaciones GNIELINSKI, ZUKAUSKAS y U. La
aplicación GNIELINSKI, permite calcular el coeficiente del fluido que circula por el interior de los conductos
y el del que circula por el exterior cuando se trata de corrientes paralelas. La aplicación ZUKAUSKAS nos
da el coeficiente del fluido exterior cuando se trata de flujo cruzado y tubos lisos. Finalmente la U, aparte de
determinar el coeficiente global medio, facilita la iteración de las temperaturas (interior y exterior) de pared,
necesarias para obtener el valor de los coeficientes superficiales.
Aunque conozcamos las temperaturas y, en consecuencia, los valores correctos de las propiedades de los
fluidos, siempre es preciso iterar porque los coeficientes de convección son función de les velocidades, que
a su vez dependen de las dimensiones que buscamos (sección de paso, número de pasos). Para efectuar el
primer cálculo empleando el paquete de aplicaciones NUSSELT, se pueden usar la tabla 1.2 para establecer
un valor inicial de U, aunque se debe comprobar que el valor de G en kg/s m2 esté comprendido entre 500
y 4.000 para líquidos y 30 y 400 per a gases.
Para superficies extendidas, la marcha es la misma, salvo que la expresión de la resistencia de la superficie
exterior es

(11-36)

18
Esto no es obligatorio pero reduce la probabilidad de error.

19
Suponemos que ninguno de los dos fluidos cambia de fase ni sufre un cambio de temperatura despreciable.
11. 2 Parámetros N, P y R 335

donde Af es el área de las aletas y Ao' el área exterior libre de aletas, y que hay que utilizar la aplicación
BATERIA en vez de la ZUKAUSKAS, para determinar el coeficiente de transferencia superficial de les aletas,
h'o y la eficiencia de las mismas, ef.
4. Con Nc y Uo ya se puede calcular Ao:

(11-37)

Con aletas es más cómodo hallar Ai.


5. Escogiendo las dimensiones del conducto unitario, el valor de A nos permite calcular el número de conductos
y, en consecuencia, la sección de paso máxima, que estableciendo un valor de G en kg/s m2 esté comprendido
entre 500 y 4.000 para líquidos y 30 y 400 per a gases, nos indica el número de pasos adecuado, con lo que
volvemos a la etapa 2.

Ejemplo 11.6

Se quiere determinar una longitud que no supere 3 m, por limitaciones de espacio, y el mínimo número
de tubos en paralelo de latón del almirantazgo de e in BWG 18, necesarios para calentar 30 t/h de agua
desde 20°C hasta 95 °C, con la condición de que la velocidad del agua no que supere los 2 m/s. Por el
exterior de los tubos condensa vapor de agua saturado a 107 °C, con un coeficiente de convección de
9 kW/m2 K.

11.2-1.2 Metodología para la resolución del problema inverso

Recordemos que el problema consiste en, dado una geometría conocida del recuperador (área de transferencia
de calor y secciones de paso de los fluidos), en la que introducimos caudales conocidos de dos fluidos a una
determinada temperatura cada uno, calcular las temperaturas de salida de los mismos; es decir, conociendo el
dispositivo y parte de los valores de contorno,

(11-38)

determinar los valores de contorno que faltan: (Tc)F y (Th)F.


Para ello efectuaremos las siguientes operaciones:
1. Con las propiedades de los fluidos a su temperatura inicial y la geometría indicada en el enunciado, hallaremos
el coeficiente global de transmisión U, utilizando el paquete NUSSELT. Con la aplicación GNIELINSKI o las
aplicaciones GNIELINSKI y ZUKAUSKAS20, según que el tipo de flujo sea paralelo o cruzado, determinaremos
los coeficientes superficiales interior hi y exterior ho, iterando con la aplicación U las temperaturas de pared. Para
hallar el primer valor del coeficiente global U, tomaremos una única temperatura de pared, igual a la media
aritmética de las temperaturas iniciales de los dos fluidos y prescindimos de la iteración.
2. Con el valor hallado y las propiedades de los fluidos a su temperatura inicial, calculamos los parámetros N y
R

(11-39)

3. Con ellos y con la fórmula P(R,N) = P correspondiente a la configuración dada, calculamos Pc y Ph = PcRc
4. Con las dos eficiencias Pc y Ph calculamos las temperaturas finales:

(11-40)

20
Eventualmente la aplicación BATERIA
336 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

y con ellas, unas temperaturas medias y las propiedades de los dos fluidos a las mismas, con las que volvemos
a la etapa 1, hallamos nuevos valores Nc y Rh, etc. pero ya, para el cálculo de los coeficientes superficiales,
iterando las temperaturas de pared, con ayuda de la aplicación U, hasta que el valor de las temperaturas finales
(11-41)

obtenidas correspondan a los valores utilizados para calcular la U empleada.


5. Finalmente, en la ventana de resultados de la aplicación U correspondiente al valor definitivo, obtenemos
la potencia:
(11-42)

El cálculo también ha de ser iterativo porqué los coeficientes de convección son función de las temperaturas
de salida que buscamos, al utilizar las propiedades a la temperatura media de cada corriente. Para efectuar
el primer cálculo empleando el paquete de aplicaciones NUSSELT, se pueden utilizar las temperaturas
iniciales de los fluidos como si fuesen sus temperaturas medias.
En el capítulo 12 incorporaremos la restricción de la pérdida de presión a través de los circuitos de cada
fluido.

Ejemplo 11.7

Se desea enfriar 0,51 kg/s de anilina cuya temperatura inicial es 67°C con 0,49 kg/s de n-hexano.
Para ello se dispone de una tubería de DN 2 in Sch 40 de 610 mm de longitud que tiene en su
interior otra de DN 1 in Sch 40 de la misma longitud.
a) Si entre la tubería interior y la exterior circula la anilina y por la interior el n-hexano,
inicialmente a 10°C, hállense las temperaturas que alcanzarán ambos líquidos después de atravesar
dispositivo, la potencia transferida por el líquido caliente al frío y la pérdida de carga de cada
líquido a través del dispositivo. Efectúense los cálculos con las propiedades constantes
determinadas a la temperatura media de los líquidos, 0,5(TI + TF).
b) ¿Cuáles serán las temperaturas de salida de ambos fluidos si el hexano se introduce a 14°C?

Veamos ahora como establecer para las configuraciones más corrientes, las relaciones P = P( N, R) y N =
N( P, R) necesarias para aplicar la metodología expuesta.

11.2-2 Tipos de configuraciones

Como sabemos que el resultado depende de la configuración, hemos de elegir ésta ante todo. Existen dos tipos
básicos de configuraciones. La más sencilla constructivamente es la configuración correspondiente a uno o
varios conductos incluidos en otro, mostrada en las figuras 11.1a y 11.1b, con lo que las corrientes son
paralelas. La segunda, constructivamente más compleja pero que mejora la transferencia de calor21, es aquella
en la que los dos fluidos circulan en direcciones perpendiculares entre sí, como se muestra en la figura 11.1c,
denominada de flujos cruzados. Existen también configuraciones intermedias que comentaremos en el
capítulo 1222.

Ejemplo 11.8

Represéntese el valor del coeficiente de convección del metano, a 1 bar y 1°C, cuando una corriente
del mismo a una velocidad de 20 m/s, incide sobre una tubería de DN 12 in Sch 40, cuya superficie
está a 15,5°C, en función del ángulo de incidencia variando desde 90° (corriente normal a la
tubería) hasta 0°, corriente paralela a la tubería.

21
Véase el apartado 7.5-2.2.2, p. 667 del primer volumen. Compárense, también, las figuras 7.49 y 7.76.

22
En el apartado 11.3 introduciremos la más corriente.
11. 2 Parámetros N, P y R 337

11.2-3 Corrientes paralelas23

Como ya hemos señalado, es el caso al que corresponden a las figuras 11.1a y 11.1b, aunque existe una tercera
posibilidad, mostrada en la figura 11.4.

11.2-3.1 Corrientes paralelas sin cambios de sentido 24

La configuración representativa corresponde a un conducto incluido en otro, como en el caso dos tubos
concéntricos25, aunque también se aplica aun haz de tubos cuyo eje coincide con el de la envolvente, menos
frecuente en la práctica. Consideraremos que por el circuito interior circule un fluido a menor temperatura
que el que circula por el exterior, figura 11.2, y al ser las corrientes paralelas, la 2ª relación de Peclet
aplicada en un elemento del sistema nos da la relación (11-1), válida para ambos fluidos.
Sin embargo, todavía existen dos posibilidades de movimiento relativo entre los dos fluidos26; una que se
desplacen en el mismo sentido, o equicorriente, y otra que se desplacen en sentidos opuestos, o contracorriente,
figura 11.3, opciones que, de acuerdo con (11-6), darán distintas diferencias de temperatura efectiva, por la que
se debe precisar cual consideramos para tener realmente definida la configuración.

Figura 11.3. (a) Circulación a contracorriente; (b) Circulación equicorriente. Notación: )T diferencia de temperaturas entre los dos
fluidos en una estación dada. Subíndices: h fluido caliente; c fluido frío; I entrada del fluido; F salida del fluido; 1 extremo derecho del tubo
(recuperador); 2 extremo izquierdo del tubo (recuperador).

Por otro lado, manteniendo la hipótesis de despreciar las pérdidas (o ganancias) del fluido exterior en un elemento
longitudinal de los conductos, el valor absoluto del calor transferido seguirá siendo el mismo para los dos fluidos,
(11-7); o sea (teniendo en cuenta las dos posibilidades de sentidos relativos de circulación):

(11-43)

y, restando las variaciones de temperatura dT de cada fluido, podemos obtener la diferencia de temperaturas entre
los dos fluidos en una estación dada:

23
Véase el texto del que fue profesor de la E.T.S.E.I. de Barcelona, José Mestres Gómez, Calor. Su estudio y aplicaciones
industriales. Imprenta Francisco J. Altés y Alabart, Barcelona, 1905, pp. 119-129, donde demuestra y discute las relaciones (11-55) y (11-57).
24
La solución que expondremos corresponde a la de los problemas 3.83 y 3.84, propuestos en el primer volumen.
25
Disposición denominada doble tubo.
26
Lo que no ocurría cuando uno estaba a temperatura constante.
338 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(11-44)

donde el signo + del último paréntesis corresponde a la configuración en contracorriente. Despejando dq de (11-
44) y e igualándolo con (11-1),

(11-45)

y separando variables,

(11-46)

expresión que integrada entre los extremos del tubo, 1 y 2,

(11-47)

Si fijamos las temperaturas inicial y final de cada corriente esta ecuación nos permite determinar numéricamente
el área del tabique preciso. La potencia transmitida la obtenemos con (11-19).
Como en este capítulo suponemos U, y constantes y teniendo en cuenta que p dx es igual a dA,
la integración de (11-47) nos conduce a

(11-48)

Sacando factor común del paréntesis la capacidad calorífica del fluido frío y de acuerdo con las definiciones de
Rc y Nc,

(11-49)

Correspondiendo contracorriente al signo - en el 2º y 3er miembros:

(11-50)

y equicorriente al signo +:

(11-51)
11. 2 Parámetros N, P y R 339

Con estas fórmulas si, fijadas todas las temperaturas, queremos conocer el área necesaria tenemos el problema
resuelto:

(11-52)

Por contra, si se conoce el área y se desean determinar las temperaturas finales, todavía tenemos dos incógnitas:
(Tc)F y (Th)F. Para eliminar una basta recordar de nuevo el balance de energía (11-19):

(11-53)

pues despejando (Th)F de él y sustituyendo, para contracorriente, en (11-50),

(11-54)

con lo que la única incógnita es (Tc)F.


Ahora, de acuerdo con la definición de Pc, para corrientes paralelas y circulación a contracorriente, de (11-54),
sumando y restando (Tc)I al numerador del primer miembro, se obtiene:

(11-55)

de donde (simétrica para fluido caliente y frío):

(11-56)

y despejando N,

(11-57)

Análogamente para equicorriente se llega a:

(11-58)

(11-59)

Insistimos, estas fórmulas son aplicables tanto al fluido frío como al caliente.
340 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

La potencia transferida viene dada, además de la fórmula (11-11) por la expresión (11-5) donde, en este caso,
la diferencia efectiva de temperatura ()T)m, es igual a la MLDT. Efectivamente, de acuerdo con (11-48) y (11-
19),

(11-60)

englobando los casos de contra y equicorriente. Despejando q:

(11-61)

En ambos casos la máxima recuperación posible, dados unos caudales y unas temperaturas iniciales, se obtendría
si la superficie de transferencia A, o lo que es equivalente, N, fuese infinita. Haciendo tender N a infinito en las
fórmulas (11-54) y (11-56), llegamos a un valor límite máximo de P igual a

(11-62)

(11-63)

respectivamente. En el caso de corrientes paralelas a equicorriente, fórmula (11-63), vemos que la eficiencia,
salvo en el caso de que una corriente cambie de fase, siempre tiene que ser menor que la unidad, mientras que
a contracorriente, fórmula (11-62), ocurre lo mismo si R es mayor que uno, es decir, para el fluido con mayor
capacidad calorífica , mientras que si R es menor que la unidad podríamos alcanzar una eficiencia mayor que
1, cosa físicamente imposible por definición, pero que indica que se puede llegar a la eficiencia máxima posible:
la unidad. Esta particularidad no se consigue con todas las configuraciones, por lo que la disposición más
eficiente, si no es inviable por limitaciones geométricas, es la de corrientes paralelas contracorriente (véase el
ejemplo 11.16 más adelante). Por otro lado, la eficacia energética de la configuración equicorriente es la peor
de todas, como veremos en el ejemplo 11.16 citado, y se desprende de la figura 11.3b, en la que además, se
aprecia una particularidad que, para ciertos procesos, hace que se deba utilizar esta configuración y que
consiste en que garantiza que la temperatura del fluido frío nunca pueda superar la del caliente. 
Una característica muy útil de estas relaciones y de todas las NPR en general, es que se puede suponer que las
variaciones de la temperatura media moderadas no afectan al valor de las propiedades, de modo que, si no varían
los caudales de las corrientes, no varían ni Ni ni Ri, y, por lo tanto, tampoco lo hace Pi27. Así, si varían las
temperaturas de entrada de los fluidos, podemos calcular inmediatamente las nuevas de salida. Asimismo G será
prácticamente constante si no varían los caudales.

27
Excepto para fluidos muy viscosos, esta aproximación es muy aceptable en la realidad, véase por ejemplo Deliquet, A. “Simple
method predicts heat exchanger outlet temperature”, Hydrocarbon Processing, Vol. 58 (1979) nº 4, p. 213.
11. 2 Parámetros N, P y R 341

Ejemplo 11.9

Un haz de 30 tubos de 3/4 in BWG 16 y 2,466 m de longitud, dispuestos al tresbolillo con un paso
regular de Pt = P’l = 15/16 in, que funciona a contra corriente pura y situado dentro de una envolvente
de diámetro interior 0,145 m, se utiliza para enfriar con agua 1 kg/s de benceno que está a 350 K.
Cuando por el interior de los tubos circula 5,3416 kg/s de agua que entra a una temperatura de 286 K,
la temperatura de salida del benceno es de 320 K. ¿Cuales serán las temperaturas de salida del benceno
y del agua si el caudal de ésta se reduce en un 30%?
Prescíndase de la regla de Mc Adams y efectúese la corrección por efecto de entrada para el agua por
los tubos.

Cuando

(11-64)

entonces Rc = Rh = 1 y para contracorriente las fórmulas de P y N son indeterminadas, pero asimismo Th - Tc es


constante e igual a

(Th)I - (Tc)F = ()T)I (11-65)

con lo que

(11-66)

y como

(11-67)

si igualamos las dos expresiones de q y agrupamos los coeficientes de ()T)c,

(11-68)

llegamos a:

(11-69)

(11-70)

que resuelven la indeterminación.

Ejemplo 11.10

Resuélvase aproximadamente la pregunta a) del ejemplo 11.7.

Finalmente señalaremos que en el caso de corrientes paralelas es sencillo considerar un coeficiente global U
342 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

variable mediante el modelo de Colburn,28 que supone una variación lineal del coeficiente con la temperatura de uno
de los fluidos (el más viscoso) que circulan por el aparato,

(11-71)

lo que es una aproximación aceptable si la variación del coeficiente global no es muy grande. Las expresiones
obtenidas son:

. Para contracorriente (simétrica para fluido caliente y frío):

(11-72)

. Para equicorriente

(11-73)

donde el subíndice 1 indica el extremo por el que entra el fluido frío y el 2 por el que lo hace el caliente, tanto
en el caso de contracorriente como el de equicorriente.
Evidentemente no existen las correspondientes expresiones explícitas para P.

Ejemplo 11.11

Resuélvase el ejemplo 11.2 suponiendo que el coeficiente global varía linealmente con la temperatura del
fluido que no cambia de fase.

11.2-3.2 Corrientes paralelas con cambios de sentido en el circuito interior

Como señalamos en el ejemplo 11.2, las disposiciones en las que se descompone la longitud total del haz tubular
en tramos, o pasos, permiten acortar la longitud del recuperador respecto a la circulación en contracorriente y, así,
adaptarla a unas medidas deseadas. Recuérdese que en el caso del ejemplo 11.2, de haber construido el recuperador
a contracorriente pura, suponiendo 0,2 m para cada cabezal, su longitud hubiese sido de (11)(1,8288) + (2)(0,4) =
21 m, en vez de los 1,8288 + 0,0 + 0,2 = 2,23 m del aparato propuesto La multiplicidad de pasos también permite
aumentar la velocidad de fluido que circula por los tubos y así incrementar el coeficiente de convección en la
superficie interior de los mismos. Todo ello, unido a la simplicidad de su construcción, hace que la configuración
de una envolvente (circuito exterior) con varios cambios de sentido en el circuito interior (pasos de tubos) sea
la configuración más frecuente en la práctica. 
La disposición más sencilla, un paso lado envolvente y dos pasos lado tubos29, se representa en las figuras 11.4a y
11.4b. Nótese que con corrientes las paralelas tenemos dos opciones: una en la que el primer paso del lado tubos
circula a equicorriente con el fluido que lo hace por la envolvente, figura 11.4a, y otra en la que dicha circulación

28
Colburn, Allan P., “Mean Temperature Difference and Heat Transfer Coefficient in Liquid Heat Exchanger”, Industrial
Engineering Chemistry, Vol. 25 (1933), pp. 873-877.

29
Que para abreviar denominaremos 1-2.
11. 2 Parámetros N, P y R 343

es a contracorriente, figura 11.4b.

Figura 11.4. a) Disposición 1-2 que evita el cruce de temperaturas. b) Disposición 1-2 que permite el cruce de temperaturas.

Estas dos configuraciones tienen un comportamiento térmico distinto, pues cuando existe un cruce de
temperaturas, la configuración que muestra la figura 11.4b, permite que se produzca una inversión de la
diferencia de temperaturas, es decir, que en el tramo final de los tubos el fluido frío esté a mayor temperatura que
el caliente. Caso de producirse esta inversión de temperaturas se invertirá el sentido del flujo calorífico en dicha
zona. Como vimos en el apartado 11.2, para garantizar que no pueda ocurrir el cruce se ha de verificar la relación
(11-27) o lo que es lo mismo, que el parámetro Gc dado por (11-21) sea positivo.
Sin embargo, constructivamente es más favorable la configuración de la figura 11.4b, que minimiza las tensiones
y deformaciones del haz y distribuye mejor la potencia transferida a lo largo del mismo, por lo que normalmente
se elige la disposición de la figura 11.4b, pero imponiendo la condición (11-27) y estableciendo las envolventes
en serie (véase la figura 11.21 más adelante) correspondientes.
Un modo simple de establecer el número de envolventes en serie es el gráfico30, basado en utilizar la
representación de su funcionamiento en los ejes potencia transferida(calor)-temperatura, figura 11.6, que no
depende de la configuración de recuperador escogida, a diferencia de la representación longitud(área)-
temperatura utilizada hasta ahora, figuras 11.5a y 11.5b.

Figura 11.5. Representación temperatura-longitud de conductos (área). a) Dos pasos lado tubos. b) Un paso lado tubos.

30
Bell, Kenneth J., “Estimate S&T exchanger design fast”, The Oil and Gas Journal, Vol. 76, nº 50 (December 4, 1978), pp 59-68.
344 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

Figura 11.6. Representación temperatura-potencia transferida, válida para cualquier número de pasos31.

En la figura 11.7 mostramos su aplicación para determinar el número de envolventes en serie, basándonos en que
las líneas horizontales unen temperaturas iguales en las 2 corriente, caso de existir ambas a la temperatura en
cuestión. Así, el número de segmentos horizontales entre las lineas representativas de cada fluido es igual al de
envolventes necesarias. En el caso de la figura se obtienen 5 envolventes.

T, ºC
210º
200

1
166,67º
150 c1 = 2,5 2

3 c2 = 3
100
5
4
70
50

0 350

Figura 11.7. Determinación gráfica del número de envolventes enserie para evitar el cruce de temperaturas.

31
Esta representación será básica en el capítulo 13.
11. 2 Parámetros N, P y R 345

Un modelo, el primero propuesto32, correspondiente a un cambio de sentido (configuración 1-2) se basa en


suponer que: 
1- La temperatura de la corriente en el lado envolvente es uniforme en cada sección transversal
2- El área de transferencia es la misma en cada paso
3- Ninguna de las dos corrientes cambia de fase
4- Las capacidades caloríficas de las dos corrientes son constantes
5- El coeficiente global U es uniforme y constante

La primera hipótesis es la más restrictiva y sólo es realmente aceptable para corrientes (interior y exterior a los
tubos) paralelas. Para establecer las relaciones NPR con estas hipótesis partiremos de la configuración con dos
pasos del lado tubos mostrada en la figura 11.4a, que detallamos en la figura 11.8.

(Tc)F Tc,2 Tc,2 + dTc,2

(Th)I Th Th + dTh
(Th)F
(Tc)I Tc,1 Tc,1+ dTc,2

A=0 A A + dA A = AF

Figura 11..8. Volumen de control en la disposición 1-2 que evita el cruce de temperaturas. Suponemos, para concretar la situación, que
el fluido caliente circula por la envolvente, y denominamos Tc,1 y Tc,2 a las temperaturas del fluido que, en una sección transversal dada,
pasa por los tubos del primer y segundo paso, respectivamente.

Estableceremos el balance, de acuerdo con la figura 11.8,

(11-74)

de donde

(11-75)

Sea el área elemental en la posición A, dA, tendremos que, si el fluido de la envolvente varía su temperatura en
dTh,

(11-76)

ecuación que relaciona las tres variables Th, Tc,1 y Tc,2, que teniendo en cuenta la definición de Rc,

32
Underwood, A.J.V., “The Calculation of the Mean Temperature Difference in MultIpass Heat Exchangers”, Journal Inst. Petroleum
Technology, Vol. 20 (1934), pp. 145-158.
346 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(11-77)

se transforma en

(11-78)

Como la temperatura varía con el área de transferencia, si derivamos respecto a A la ecuación anterior, obtenemos

(11-79)

pero simultáneamente se verifica, de acuerdo con el balance de energía del elemento de superficie de cada paso,
que

(11-80)

(11-81)

por lo que, despejando de estas dos últimas relaciones las derivadas de Tc,1 y Tc,2 respecto a A y sustituyendo en
la ecuación (11-78), llegamos a

(11-82)

Si ahora establecemos el balance de energía desde A hasta la entrada del fluido caliente en A = AF, véase la figura
11.8,

(11-83)

obtenemos que

(11-84)

expresión de la temperatura Tc,2 que sustituida en el tercer término de (11-82) y aislando el término independiente,
nos da

(11-85)
11. 2 Parámetros N, P y R 347

ecuación en derivadas totales de coeficientes constantes, del tipo resulto en el apartado 3.5-2 del primer volumen,
por lo que la solución será le de la ecuación característica con el operador D,

(11-86)

más una solución particular. Un solución particular inmediata es Th = (Th)F.


Con las dos soluciones de la ecuación homogénea (11-86), más la solución particular, tenemos la solución general

(11-87)

Si aplicamos esta solución para el área total AF, donde la temperatura será (Th)F, tendremos

(11-88)

y como, por definición, según (11-13),

la relación anterior es equivalente a

(11-89)

lo que ya constituye la solución del problema directo33, salvo las dos constantes c1 y c2. Para determinarlas,
usaremos las condiciones de contorno siguientes, véase la figura 11.8,

A=0 Tc,1 = (Tc)I

A=0 Tc,2 = (Tc)F (11-90)

A=0 Th = (Th)F

Sustituyendo estos valores en la ecuación (11-87),

(11-91)

Por otro lado, derivando (11-87) tendremos:

33
Partimos de que U, y son conocidos.
348 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(11-92)

Multiplicando (11-91) por y restándola de (11-92), podemos eliminar c1 y despejar c2. Así
obtenemos

(11-93)

valor que sustituido en (11-91) nos da c1,

(11-94)

con lo que dividiendo la 2º expresión por la 1ª y recordando la definición de Ph y su relación con Pc,

(11-95)

y sustituyendo en (11-89), obtenemos la solución para el fluido que circula por los tubos, aplicable al problema
directo:

(11-96)

donde el subíndice c indica que hemos supuesto que el fluido que circula por el lado tubos es el frío. Si fuese el
caliente bastaría sustituir el subíndice c por h.
Despejando Pc de (11-96) obtenemos la solución del problema inverso, también para el fluido que circula por los
tubos:

(11-97)

Con la misma salvedad que la anterior en cuanto al subíndice c. Estas fórmulas se pueden usar aproximadamente
para cualquier número par de pasos de tubos (4,6,...) escribiendo simplemente Nc/2, Nc/3, etc., véase el ejemplo
11.6.
Asimismo se ha comprobado que las expresiones (11-96) y (11-97) son aplicables también a la configuración de
la figura 11.4b.
11. 2 Parámetros N, P y R 349

Ejemplo 11.12

Un recuperador de calor está constituido por dos haces A y B iguales, de tubos de 5/8 in BWG 18,
dispuestos en paso cuadrado de Pt = Pl = 13/16 in, conectados en serie y cada uno con un área interior
de los tubos de 30 m2, totalizando 60 m2 entre los dos. La resistencia térmica correspondiente a la pared
de los tubos, referida a la superficie interior, es de 0,000008 m2 K/W. Por el interior de los tubos circula
un líquido de calor específico 3.000 J/kg K. Los dos haces están en una única envolvente (corrientes
paralelas con dos pasos por el circuito interior) por la que circula el líquido caliente, que tiene una
capacidad calorífica de 4.000 J/kg K. Se ha perdido el proyecto, pero en unas notas de trabajo
encontramos que el diseño se efectuó suponiendo que 15 kg/s de líquido frío entran a (TC)I = 100°C
en el haz A y salen a (TC)F = 200°C del B, y que el coeficiente de transferencia calculado con este caudal
para el interior de los tubos de ambos haces es de hi = 2.000 W/m2 K. En cuanto al circuito del fluido
caliente, por el exterior de los tubos, sólo consta que el fluido entra a 300 °C y que el coeficiente
calculado para el exterior a los tubos es de ho = 1.064,6 W/m2 K
a) ¿Cuál era la temperatura calculada de salida del líquido caliente?
b) ¿Cuál era el caudal del líquido caliente?
c) Si manteniendo el caudal del líquido frío, su temperatura inicial pasa a ser de 80°C, ¿cuál sería su
nueva temperatura de salida?
d) Suponiendo que los coeficientes de transferencia superficial son proporcionales al caudal másico
elevado a 0,8 ¿qu caudal de líquido caliente sería preciso para que entrando el líquido frío a 80°C siga
saliendo a 200°C?

A pesar de las limitaciones que comportan las hipótesis de base, las fórmulas (11-96) y (11-97) han sido
aplicadas extensamente34, incluyendo recuperadores con corrientes cruzadas en vez de paralelas y corrientes de
flujo no uniforme (véase el capítulo 12).
Para esta configuración la eficiencia máxima que se alcanzaría con una superficie infinita, obtenida haciendo
tender a infinito Nc en (11-97), sería:

(11-98)

Insistimos, estas fórmulas son aplicables al fluido que circula por los tubos, tanto si es el frío como el caliente.
Para obtener Nc y Pc correspondientes al circuito externo (envolvente) basta recurrir a las fórmulas (11-23) y (11-
24).
Se pueden obtener las fórmulas para un número impar de pasos de tubos35, que, al permitir que haya un tramo
más a contracorriente que equicorriente, tienen una eficacia ligeramente superior a los de un número par, pero
la complejidad de las conexiones hace que en la práctica no se utilicen.
Como con flujos paralelos a contracorriente se obtiene la mayor de las diferencias efectivas de temperatura ()T)m
posibles36 y, como con esta configuración, ()T)m es igual a la MLDT cuando se introducen las corrientes por
extremos opuestos, la relación entre la ()T)m correspondiente a una determinada configuración y la MLDT a
contracorriente, es un índice de la eficacia de la configuración. Esta relación, denominada factor F, está siempre
comprendida entre 0 y 1, y su expresión en función de los parámetros N y P la podemos establecer como sigue.
Por definición y de acuerdo con (11-5) y (11-61):

34
Kern, Donald Q. Procesos de Transferencia de Calor. Traducción del original estadounidense de 1950, por Nicolás Marino
Ambrosi, CECSA, México, 1965.
35
Fischer, K.F., “Mean Temperature Difference Correction in Multipass Exchangers”, Industrial Engineering Chemistry, Vol. 30
(1938), pp. 377-387.
36
Véanse los ejemplos 11.13. Y 11.16.
350 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(11-99)

de donde, de acuerdo con (11-20),

(11-100)

Expresión que sustituyendo las (11-56) y (11-57) confirma que para el recuperador a contracorriente, F = 1.
Dado que aproximadamente las relaciones obtenidas para la configuración 1-2 (un paso externo y dos internos),
son aplicables para un paso externo y cualquier número par de pasos del circuito interno, cubren la mayoría de
los diseños que se utilizan, por lo que tiene especial interés la determinación del factor F = q1-2/qcontrac.en el caso
1-2, para lo que utilizaremos las expresiones (11-96) y (11-97), obteniendo:

(11-101)

Esta relación, sin embargo es mucho más informativa si se expresa en función de la aproximación, (Th)F - (Tc)F,
como propuso Bonals,37 quien estableció los gráficos mostrados en las figuras 11.9 y 11.10, en los que se
comprueba que si la aproximación es negativa, el valor de F cae bruscamente, con la particularidad de que para
una aproximación nula (temperaturas finales de ambos fluidos iguales) F toma el valor de 0,8, lo cual avala la
práctica de evitar construir recuperadores con más de un paso interno si existe cruce de temperaturas entre las
corrientes y en ningún caso si F < 0,8. Así, normalmente lo que se hace es evitar el cruce de temperaturas.

37
Bonals, L.A., Tesis Doctoral, Universitat Politècnica de Catalunya, Barcelona, 1997.
11. 2 Parámetros N, P y R 351

1,0

0,9

500 - 500
300 - 300 DTc = DT h
0,8

FACTOR F - Aproximació n
Factor F

0,7
Recuperador 1 - 2

Rangos iguales DT c = DT h

0,6
50 - 50
200 - 200 100 - 100
200 - 200
0,5
300 - 300
500 - 500
100 - 100 50 - 50

0,4
-50 -40 -30 -20 -10 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Aproximación (º)

Figura 11.9. Factor F en función de la aproximación para corrientes paralelas con dos pasos internos, cuando R = 1.

1,0

0,9

0,8

0,7

FACTOR F - Aproximación
0,6
Recuperador 1 - 2
FACTOR F

Rangos desiguales DTc # DTh


0,5
100 - 50 Rc = 0,5
100 - 100 Rc = 1
2 1 R = 0,5
0,4 100 - 200 Rc = 2

0,3
-40 -30 -20 -10 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

APROXIMACIÓN (º)

Figura 11.10. Factor F en función de la aproximación para corrientes paralelas con dos pasos internos, cuando R es distinto de la unidad.

Se propuso, como solución a esta limitación del diseño con varios pasos internos, procurar aproximarla a la
configuración en contracorriente haciendo, mediante una placa que la divida en dos espacios comunicados por
352 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

uno de sus extremos, que38 exteriormente, en la envolvente, existan pasos. En la figura 11.11 mostramos la
configuración de corrientes paralelas con dos pasos en el circuito envolvente.

Figura 11.11. Disposición de un recuperador 2-4,cuatro pasos lado tubos dos pasos lado envolvente.

Si colocamos una placa por cada dos pasos internos, obtenemos una circulación contracorriente y si lo hacemos
por cada cuatro, obtenemos una serie de recuperadores 1-2, lo que mejora la eficiencia y reduce las posibilidades
de inversión de temperaturas aunque tengamos cruce de las mismas, véase la figura 11.12 a continuación.
Si n embargo esta solución de corrientes paralelas con cambio de dirección en el circuito externo (circuito
envolvente dividido), aunque mejora la transferencia, aproximándola teóricamente a contracorriente,
operativamente no es satisfactoria pues el mantenimiento es costoso y no es factible garantizar la estanqueidad
entre la placa y las paredes de la envolvente a un coste razonable, por lo que, como ya hemos indicado, se adopta
la solución de evitar el cruce de temperaturas con recuperadores en serie.
T.t
TI = 200º
1, 2 pasos envolvente
I, II, III, IV, pasos tubos
tF = 160º
TF = 140º tx
t = Tc
tI = 80º T = Th

L
(a) Recuperador 2 - 4

T.t TI = 200º
I, II, pasos tubos
II
tF = 160º ti t = Tc
TF = 140º
T = Th
tI = 80º I

L
(b) Recuperador 1 - 2

Figura 11.12. Comparación de los perfiles de temperatura para un recuperador 2-4 (dos pasos internos-cuatro pasos internos)
39
y uno 1-2 .

38
Se han publicado fórmulas para N y P en este caso, pero comportan la hipótesis de U constante y uniforme, lo que con pasos
externos es inaceptable.
39
Kern, Donald Q. Procesos de Transferencia de Calor. Traducción del original estadounidense de 1950, por Nicolás Marino
Ambrosi, CECSA, México, 1965.
11. 2 Parámetros N, P y R 353

Ejemplo 11.13

Se quieren calentar 30 t/h de agua desde 20°C hasta 95 °C. Con este objetivo, se propone un dispositivo
consiste en 86 tubos en paralelo de latón del almirantazgo de e in BWG 18 y longitud a determinar, por
el que circula el agua fría, situados en el interior de otro tubo envolvente de 10 in de diámetro interior
cuando el dispositivo funciona a contracorriente, 13,25 in si la configuración es de dos pasos internos
y 19,25 in cuando es de cuatro pasos internos. La envolvente está calorifugada por su exterior y por su
interior (exterior de los tubos) circula agua caliente a presión, inicialmente a 107°C, que sale del aparato
a 87°C. La circulación es paralela pero como ya se ha indicado, se pueden disponer los tubos con 1
(contracorriente), 2 o 4 pasos.

Para otras configuraciones véase el Handbook of Heat Transfer, 3rd Ed. de Rohsenow, Hartnett y Cho, pp. 17-35
a 17-43.

11.2-3.3 Envolventes para haces tubulares

Para los haces de tubos multipaso con envolventes cilíndricas, se han publicado tablas que indican el número de
tubos de determinado diámetro, en disposición rectangular o triangular, con un paso conocido, que caben en una
envolvente de diámetro dado. Un ejemplo son las de las ediciones anteriores a la 7ª en lengua inglesa del Perry,
pero en esta última40 se incluyen fórmulas para estimar el número Nt de tubos de diámetro exterior do, que caben
en una envolvente cilíndrica de diámetro exterior Do con un paso igual a 1,25 do. Son las siguientes:

A Al tresbolillo regular:

(11-102a)

con

(11-102b)

y C comprendido entre -24 y 24.

40
Perry, 4a edición en español (2001), Volumen II, p. 11-53.
354 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

A Paralelo cuadrado:

(11-102c)

con

(11-102d)

y C comprendido entre -24 y 24.


Aunque as fórmulas son menos precisas que las tablas, están justificadas por facilitar la mecanización de los
cálculos
Para estimaciones podemos suponer que la relación entre los diámetros interior y exterior expresados en mm es
Di = Do - 20.
El siguiente ejemplo muestra como establecer una 1ª configuración de recuperador de varios pasos en el lado
tubos para poder efectuar un diseño en el caso del problema directo.

Ejemplo 11.14

Est el número de tubos de latón del almirantazgo de 5/8 in BWG18 y longitud efectiva 189 in,
precisos para construir un haz de un paso en el lado exterior (envolvente) y dos en el interior, que
caliente 15 kg/s de un fluido orgánico viscoso cuyo calor específico en SI es de 3.000, desde 100°C a
200°C, mediante un metal líquido que inicialmente está a 300°C.

11.2-4 Corrientes cruzadas.

En este caso hay que distinguir dos tipos de corrientes, según que la corriente ocupe toda la sección de paso
en la que se encuentra la superficie transmisora del tabique, con lo que la temperatura en cada sección transversal
se considera uniforme, o que se reparta entre varios conductos en paralelo, lo que mantiene un gradiente
transversal de temperatura. Así, diremos que se trata de una corriente mezclada o de una dividida,
respectivamente. De este modo, con flujos perpendiculares entre si, distinguiremos los casos siguientes:

. Corrientes cruzadas, ambas divididas, figura 11.13


. Corrientes cruzadas, ambas mezcladas, figura 11.16
. Corrientes cruzadas, una dividida y la otra mezclada, figura 11.17

La aplicación NPR utiliza las fórmulas correspondientes a los mismos para resolver todos los casos en los que
se puedan conocer dos de los tres parámetros N, P o R. Veamos a continuación la deducción de dichas fórmulas.

11.2-4.1 Corrientes cruzadas, ambas divididas

La figura siguiente reproduce la 11.1c, que muestra esta configuración:


11. 2 Parámetros N, P y R 355

Figura 11.13. Flujos cruzados, ambos divididos.

Continuaremos tratando tan sólo el problema en estado estacionario y sin cambios de


fase. Sea pues, un recuperador como el de la figura anterior, formado por un conjunto
de placas paralelas con canales alternativamente en direcciones perpendiculares entre
placas contiguas, a través de las cuales circulan uno y otro fluido según la dirección.
En la figura 11.14 se muestra el modelo correspondiente, con indicación de los flujos
y los perfiles cualitativos de temperatura, así como los dos sistemas de canales
perpendiculares, de longitud L los correspondientes al fluido caliente y de longitud W
los correspondientes al frío.

Figura 11.14. Temperaturas iniciales y finales con corrientes cruzadas, ambas divididas.

Las placas que forman el recuperador, mostradas en la figura11.15, se consideran


rectangulares, con dos sistemas de canales de la misma longitud que los lados. Unos
espaciados dx, entre placas alternadas de longitud W y de anchura L, con canales
espaciados dx, los otros en una dirección perpendicular a la de los anteriores y de
longitud L y de anchura W, espaciados dy.
356 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(Tc) I
Tc

Tc (Tc) F

y=W (Th) F
fría ( c)
caliente (h)
y + dy
y
y=y Th

y=0 Th, i
x = 0 x = x x + dx x=L
Th
x
Figura 11.15.

Tal como hemos indicado, se supone que el fluido caliente circula por los canales de longitud L (en la dirección
de las x), mientras que el fluido frío lo hace por los canales de longitud W, en la dirección y. Considerando tan
sólo un elemento de recuperador figura 11.15, con sólo una corriente caliente y una fría, A = WL, dA = dx dy y
suponiendo las propiedades de los fluidos y los coeficientes superficiales constantes, tendremos:

(11-103)

(11-104)

(11-105)

Como en estado estacionario dq es constante, de (11-104) y (11-105) obtenemos

(11-106)

y con (11-103)

(11-107)

Podemos eliminar TC entre estas dos relaciones; diferenciando (11-107) y agrupando el primer miembro:
11. 2 Parámetros N, P y R 357

(11-108)

y sustituyendo despejada de (11-106), obtenemos la ecuación diferencial en Th(x, y):

(11-109)

con las condiciones


Tc = (Tc)1 en x=0 (11-110a)

Th = (Th)1 en y=0 (11-110b)

suficientes en número (dos), aunque al corresponder una a Tc, no es directamente utilizable. De todos modos
vemos que, si con la ecuación (11-108), podemos determinar Th(x, y), con ella tendremos la potencia:

(11-111)

Por otro lado, (11-105) nos permitirá hallar Tc(x, y).


En definitiva, hallando el campo de temperaturas para cada fluido resolveremos el problema inverso, pues
obtendremos sus temperaturas finales, o mejor, sus temperaturas medias. En x = L,

(11-112)

y en y = W,

(11-113)

y la potencia transferida q la calculamos a partir de cualquiera de estas dos relaciones.


La solución de la ecuación (11-109) con las condiciones de contorno (11-110a) y (11-110b) supera las
matemáticas previstas para el lector41, por lo que sólo indicaremos que se opera con variables adimensionales,
las coordenadas X = x/L e Y = y/W y las nuevas variables:

(11-114)

41
Véase Jakob, Max, Heat Transfer, Volumen II, John Wiley & Sons, New York,1957 pp. 218-227.
358 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(11-115)

más los parámetros ya conocidos y , llegando al resultado siguiente:

(11-116)

Es decir, y en consecuencia la temperatura final media = (Th)F, es sólo función de Nh y Nc.


42
Para calcular numéricamente, cosa que hizo Nusselt en 1911, se hallan, primero

(11-117)

después

(11-118)

y finalmente,

(11-119)

con lo que se resuelve el problema directo, pues fijadas las temperaturas finales tenemos Nh.
Si se especifican como datos las temperaturas finales medias de los fluidos, es decir, se plantea el problema.
directo, hay que determinar A y los resultados se pueden expresar usando las mismas variables que para la
circulación paralela.
. Para el fluido caliente:

(11-120)

. Para el fluido frío:

42
Nusselt, W., “Der Warmeübergang in Kreuzstrom”, Z.VDI, Vo1.55 (1911) pp, 2021-2024. Un método directo de cálculo numérico
lo dan Stevens R.A., J. Fernandez y J.R. Wolf,, “Mean Temperatura Difference in One, Two and Three Pass Cross Flow Heat Exchangers”, J.
of Heat Transfer, Vo1.79 (1957) p. 287.
11. 2 Parámetros N, P y R 359

(11-121)

Así resolvemos el problema inverso. Con estas fórmulas calculó Nusselt los valores de Ph y Pc, que
normalmente se muestran en forma de gráficos P-N con R como parámetro. La diferencia efectiva de
temperaturas se deduce eliminando q entre (11-118) y (11-5).
43
Sin embargo, se utiliza normalmente una fórmula cerrada aproximada  

(11-122)

Está fórmula da resultados precisos para R < 1 y N < 5 y es la que utiliza la aplicación NPR. No se dispone para
N de una fórmula explícita.
La eficiencia máxima correspondería a N igual a infinito. Admitiendo la fórmula aproximada (11-122), vemos
que para N tendiendo a 4, P tiende a la unidad, en consecuencia con esta disposición se podría lograr que la
temperatura final del fluido con menor capacidad calorífica igualase la temperatura inicial del otro fluido.

11.2-4.2 Corrientes cruzadas ambas mezcladas

La figura 11.16 muestra esta configuración Nótese que constructivamente está limitada a pequeñas dimensiones
o caudales y variaciones de temperatura muy dispares.

Figura 11.16. Flujos cruzados, ambos mezclados.

El problema NPR fue resuelto por D.M. Smith.44 En este caso las caras no tienen los canales de la figura 11.14,
de manera que cada temperatura depende solamente de una coordenada; así Th es independiente de y y la Tc lo
es de x. Manteniendo también la suposición de que las propiedades de los fluidos y los coeficientes superficiales
son constantes, del balance de energía (11-103) obtenemos:

(11-123)

Considerando una franja de longitud L y anchura dy, Tc será constante e integrando a lo largo de la misma,

(11-124)

Definiendo la temperatura caliente final, como el valor medio de la de todas las franjas,

43
Desmond, R.M. y B.K. Karlekar, B.V. Engineering Heat Transfer, West Publishing Co., Saint Paul, 1977.
44
Smíth, D.M. Engineering, Vol. 138 (1934) pp. 606-607.
360 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(11-125

teniendo en cuenta esta definición en (11-122) y separando variables,

(11-126)

Considerando ahora la variación de Tc a lo largo del eje y, integrando, y como para y = 0, Tc(0) = (Tc)I, tendremos
para una y dada,

(11-127)

y si la integración se efectúa hasta el extremo del recuperador, y = W, aparecerá la temperatura final del fluido
frío, Tc(W) = (Tc)F. Despejándola:

(11-128)

pues LW = A para un elemento de recuperador, figura 11.15.


Asimismo, pasando el denominador del primer miembro al segundo, multiplicando (11-127) por dy e integrando
con respecto a y, aparecerá el valor medio de Tc:

(11-129)

De acuerdo con la expresión del valor medio de la temperatura fría,

(11-130)

tendremos

(11-131)

o bien

(11-132)
11. 2 Parámetros N, P y R 361

Realizando una marcha análoga, pero partiendo de una franja de anchura dx, se obtiene:

(11-133)

y finalmente,

(11-134)

Eliminando las temperaturas medias y entre (11-128), (11-132) y (11-134) resolvemos el problema directo
con corrientes cruzadas, ambas mezcladas,

(11-135)

con lo que el problema inverso queda resuelto, pues hallada (Tc)F con Pc, podemos calcular q y con q, hallamos
(Th)F. Análogamente se podría obtener Ph de (11-133), (11-131) y (11-134).
Para el problema directo, N no es explícita, por lo que se resuelve (11-135) numéricamente, por ejemplo con la
herramienta buscar objetivo de la hoja de cálculo.
En cuanta a la máxima eficiencia posible, tenemos, haciendo tender a infinito N en (11-135) que

(11-136)

coincidente con la paralela equicorriente, por lo que esta configuración cruzada también tiene la eficiencia
limitada a un valor inferior a la unidad y garantiza que no se producirá cruce de temperaturas. 

11.2-4.3. Circulación cruzada con una corriente dividida y la otra mezclada

La figura 11.17 muestra una disposición de este tipo, donde la corriente dividida circula por el interior de los
tubos y la mezclada por el exterior.

Figura 11.17.

Supongamos que sea el fluido caliente e1 que circula a Th por el exterior de los tubos, en consecuencia, está
362 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

mezclado. De acuerdo con lo expuesto en los dos casos anteriores, tendremos, para una franja situada en x y de
anchura dx (véase la figura 11.15)

(11-137

relación que integrada entre y = 0 e y = W nos da

(11-138)

donde Tc (x) indica la temperatura en función de la posición de la franja.


La transferencia total de calor de la franja al fluido caliente (mezclado) será

(11-139)

Sustituyendo en esta expresión el valor de Tc(x) despejado de (11-138) e integrando Tc desde x = 0, donde Tc =
(Tc)I, hasta x = L, donde (Th)F, obtendremos una relación en la que aparecerá la temperatura final del fluido
mezclado, (Th)F:

(11-140)

donde el subíndice h indica que la magnitud se refiere al fluido mezclado, que en este caso es el caliente. Esta
fórmula ya nos resuelve el problema de hallar las temperaturas finales y la potencia transmitida en un recuperador
dado (problema inverso).
Para resolver el problema directo hemos de despejar Nh de (11-140) lo que hacemos fácilmente si tomamos
logaritmos en la misma. Así, la fórmula obtenida, en función de los parámetros del fluido mezclado, es,

(11-141)

Para las fórmulas del fluido dividido (subíndice c) basta aplicar las relaciones (11-23) y (11-24). Así obtenemos

(11-142)

y
11. 2 Parámetros N, P y R 363

(11-143)

El valor asintótico de la máxima eficiencia, obtenido para un área de transferencia infinita (Nc = 4) será para el
fluido mezclado

(11-144)

y para el dividido

(11-145)

expresiones en las que los fluidos caliente y frío son intercambiables. Nótese que ambas sólo alcanzan la unidad
cuando la corriente correspondiente cambia de fase.

Ejemplo 11.15

Se desea enfriar 51 kg/s de anilina cuya temperatura inicial es 67°C con 49 kg/s de n-hexano,
inicialmente a 10°C. Para ello se dispone de un conducto rectangular, de sección transversal 0,78 por
0,61 m, que está atravesado perpendicularmente por un haz de tubos de 3/4 in BWG 16 y 0,61 m de
longitud, dispuestos al tresbolillo, con un paso regular (Pt = Pl') de 38 mm. Las filas tienen 20 tubos y
las hileras 10. Si por el exterior de los tubos del haz circula la anilina y por el interior de los tubos de
haz el n-hexano, hallar las temperaturas que alcanzarán ambos líquidos después de atravesar dispositivo,
la potencia transferida por el líquido caliente al frío y la pérdida de carga de los mismos a través del
dispositivo.
Efect los cálculos con las propiedades constantes determinadas a la temperatura media de
líquidos, 0,5(TI + TF).

11.2-5 Casos límite

Si uno de los fluidos se mantiene a temperatura constante, por ejemplo porqué es una sustancia y cambia de fase,
Rc = 0 y Rh = 4 (o viceversa) pues (Th)I = (Th)F, y todas las fórmulas anteriores de P para el fluido que no cambia
de fase se reducen a la (11-18a)

y para N a la (11-18b):

con lo que de nuevo comprobamos que en este caso la configuración no afecta a la diferencia efectiva de
temperaturas. Así hemos podido resolver los ejemplos 11.1, 11.2 11,3 y 11.4 sin recurrir a la aplicación NPR.
Otra situación límite de interés corresponde al aumento indefinido del número de unidades de transferencia, que
ya hemos establecido antes para cada una de las configuraciones estudiadas, haciendo que N tendiese a infinito
en las fórmulas que dan P. De las expresiones anteriores y del ejemplo 11.16, a continuación, se desprende que
dados dos fluidos a temperaturas iniciales distintas, el recuperador de corrientes paralelas a contracorriente y el
364 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

de corrientes cruzadas ambas divididas son los que mejor aprovechan la diferencia de temperaturas, y el
equicorriente y el de corrientes cruzadas ambas mezcladas, los que peor lo hacen, dando las otras
configuraciones eficiencias intermedias.
El ejemplo siguiente, en el que efectuaremos una comparación cuantitativa de las prestaciones de las diferentes
configuraciones que hemos analizado, nos confirmará que las configuraciones a contracorriente y
equicorriente limitan el rango de prestaciones, situándose las demás en prestaciones intermedias.

Ejemplo 11.16

Se desea diseñar un recuperador compacto que enfríe una corriente 150 kg/s de metal líquido con
100 kg/s de aire atmosférico. Las temperaturas iniciales y finales en K y los calores específicos
medios en J/kg K, son:
TI TF cP
Metal 1.090 785 921,32
Aire 590 977 1.089
El coeficiente global medio basado en el área del lado aire se estima en 350 W/m2 K y la
configuración usada tiene 984,25 m2 de área para el aire por m3 de recuperador.
a) ¿Es posible termodinámicamente construir un recuperador que dé estas prestaciones?
b) ¿Cual será el volumen de recuperador necesario si opera a:
1) contracorriente?
2) equicorriente?
3) de flujos cruzados y ambas corrientes sin mezclar (divididas)?
4) de flujos cruzados y con sólo el aire mezclado?
5) de flujos cruzados y con sólo el metal líquido mezclado?
6) de flujos cruzados y ambas corrientes mezcladas?
c) En su caso, indíquese cual es la máxima temperatura a la que se puede calentar el aire
d) Represéntese Nc en función de Pc para cada una de las configuraciones propuestas.

11.3 Tratamiento numérico. Circuitos de corrientes cruzadas en serie

Se puede plantear un modelo numérico que subsana la limitación que significa la hipótesis de corrientes
paralelas en los recuperadores con dos o más pasos en el circuito interior (tubos) y, en consecuencia, aplicable
a diseños más efectivos (que trataremos en el capítulo 12), al transformar la circulación externa en cruzada,
con la consiguiente mejora del coeficiente de convección correspondiente. El esquema del modelo, que
incorpora en la envolvente unos deflectores transversales, se muestra en la figura 11.18, para una disposición
con dos pasos internos y uno externo, y en las 11.19a, b y c, con un sólo paso tanto interno como externo, se
detalla el mismo.

Figura 11.18. Recuperador de corrientes cruzadas con un paso externo (envolvente) y dos internos (tubos).

Para simplificar la escritura simbolizaremos por t la temperatura de la corriente que circula por los tubos45 y
por

45
Como estudiamos el modelo en estado estacionario esta notación no crea ninguna ambigüedad.
11. 3 Tratamiento numérico 365

T la que lo hace por la envolvente y en general con minúsculas los parámetros referidos al lado tubos y con
mayúsculas los correspondientes a la envolvente. Así, será la capacidad calorífica de la corriente que circula
por los tubos y la de la que lo hace por la envolvente, etc. En cada espacio entre deflectores, véase la figura
11.19a, consideraremos unos recuperadores elementales como los mostrados en la figura 11.19b, de modo que
la corriente que cruza las N filas de tubos entre deflectores, se supone que está formada por M subcorrientes
individuales46, que se mezclan al pasar al siguiente espacio entre deflectores. De esta manera se obtiene la malla
de recuperadores elementales mostrada en la figura 11.19c.
Cada recuperador elemental se designa con dos subíndices. El primero i, indica la posición del tubo a partir del
inferior, que se considera el primero. El segundo subíndice j, la subcorriente transversal a partir de la pantalla
izquierda. Calcularemos la transferencia en cada recuperador elemental como si circulasen los fluidos a
temperatura constante, igual a la temperatura media de cada corriente en el recuperador.

Salida del fluido


lado envolvente

Entrada del fluido


lado tubo 1 2 3 Salida del fluido
N corrientes lado tubos

Detalle en Entrada del fluido


figura (b) lado envolvente
M corrientes

Ti, +1, j
Promedio = Temperatura salida envolventeT*2

T4, 1 T4, 2 T4, 3


t3, 1 t3, 2 t3, 3 t3, 4

ti, j ti, j + 1 T3, 1 T3, 2 T3, 3


t2, 1 t2, 2 t2, 3 t2, 4
I Promedio = tF
T2, 1 T2, 2 T2, 3
t1, 1 t1, 2 t1, 3 t1, 4
T1, 2 T1, 2 T1, 3 *
TK
Ti, j J
K = 1, 2, ..., Nº de espacios deflectores, igual a 3.
(b)
(c)

Figura 11.19. Modelo de circulación cruzada mediante pantallas deflectoras, para un paso interno y un paso externo, ambas corrientes
divididas47. a) Disposición general. b) Recuperador elemental. c) Conjunto de recuperadores elementales entre dos deflectores.

De acuerdo con la nomenclatura establecida, la potencia transferida por un recuperador elemental en estado
estacionario será:

46
Nótese que esto corresponde a considerar la corriente dividida, lo que no hace el modelo analítico del apartado 11.2-2.2.
47
En el capítulo 12 se tratará la realización industrial de este tipo de recuperadores.
366 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(11-146)

siendo A el área total de transferencia, B el número de espacios entre pantallas, igual al número de pantallas
menos uno, y suponiendo que el fluido frío sea el que circula por los tubos, o sea t igual a la temperatura del
fluido frío y T a la del caliente.
A partir del tercer y cuarto miembro de (11-146), podemos escribir

(11-147)

lo que significa admitir una variación lineal de la temperatura, pues

(11-148)

Ahora podemos definir la eficiencia p, referida al lado tubos, del recuperador elemental

(11-149)

Con estas relaciones calcularemos las temperaturas de salida, ti, j+1 y Ti+1, j en función de las de entrada, ti, j y Ti, j .
Para ello debemos poner p en función de los parámetros conocidos: U, A, B, M, N y r.
Para lograrlo podemos partir de (11-146), de donde despejaremos, del segundo y el tercer miembros, el
incremento de temperatura del lado tubos

(11-150)

expresión que dividida por Ti, j - ti, j y sumando y restando la unidad al paréntesis del segundo miembro, nos da:

(11-151)
11. 3 Tratamiento numérico 367

Despejando p y simplificando tenemos:

(11-152)

con lo que las temperaturas finales serán

(11-153)

(11-154)

Con estas expresiones se puede establecer la siguiente marcha de cálculo. Si partimos de la temperatura inicial
del fluido por la envolvente, TI = T1* = T1, véase la figura 11.19c y calculamos ti, j+1 y Ti+1, j con las fórmulas (11-
153) y (11-154), tendremos la temperatura de la corriente en la envolvente que entrará en el siguiente espacio
entre pantallas:

(11-155)

y la temperatura final de la corriente del lado tubos, véase la figura 11.19c,

(11-156)

Por el otro extremo del aparato, véase la figura 11.19, tendremos tI = ti, 1 y podremos plantear las relaciones (11-
153), (11-154) y (11-155) que nos darán tF. Como las temperaturas conocidas (datos) tI y TI están en los extremos
opuestos del recuperador, lo más práctico es suponer un perfil de Tk*, siendo Tk,j en cada paso k entre deflectores,
y resolver el problema por aproximaciones sucesivas. Este procedimiento puede emplearse también para el caso
de circulación cruzada, véase las figuras 11.14, etc.
Vamos a concretar un algoritmo para un espacio entre deflectores con cuatro recuperadores elementales, véase
la figura 11.20.
368 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

T2, 0 T2, 1

t1, 0 t1, 1 t1, 2


1
(1, 0) (1, 1)

T1, 0 T1, 1

t0, 0 t0, 1 t0, 2


0
(0, 0) (0, 1)
T0, 0 T0, 1

0 1

Figura 11.20.

Tendremos
N = 1 (dos tubos); M = 1 (2 corrientes en la envolvente)
Partiremos de los datos t0,0 y t1,0, y de los valores supuestos de T2,0 y T2,1, que hemos de comprobar.
Calcularemos T0,0 y T0,1, que han de coincidir con los datos, y t0,2 y t1,2. En caso contrario hay que modificar T2,0
y T2,1.
Las ecuaciones a plantear y los resultados para cada recuperador elemental serán:

Nodo (1, 0)

Resultado: t1,1 y T1,0

Nodo (1, 1)

Resultado: T1,1 y t1,2

Nodo (1, 0)
11.4 369

Resultado: T0,0 y t0,1 (T0,0 ha de coincidir con los datos)

Nodo (0, 1)

Resultado: t0,2 y T0,1 (T0,1 ha de coincidir con los datos)

Con este algoritmo iterativo se ha preparado la aplicación CRUZADAS, incluida en el CD ROM que acompaña
al texto.
Nótese que este método permite considerar un valor del coeficiente de transferencia global U distinto para cada
espacio k entre deflectores. Una aplicación práctica de este modelo ha sido publicada por Prieto, Miranda y
Sigalés48.
Existen otras disposiciones de las corrientes que también se pueden tratar con recuperadores elementales, pero
con el caso mostrado como referencia, pueden concebirse las redes de recuperadores elementales adecuadas para
resolver el problema planteado.

11.4 Combinaciones de envolventes

Las dimensiones de los aparatos utilizados como recuperadores tienen limitaciones prácticas de diámetro y
longitud que impiden que los caudales y potencias transferidas superen ciertos valores para un sólo cuerpo
(envolvente). Si el caudal es muy grande, la limitación de diámetro hace que se deban dividir las corrientes,
disponiendo envolventes en paralelo. Si es la potencia a transferir la que es muy grande, las limitaciones de
longitud y de número de pasos obligan a disponer cuerpos en serie. Esto último debe hacerse también si se
quieren evitar los cruces de temperatura, para garantizar que en los recuperadores de varios pasos en el lado
tubos, no existirán inversiones de diferencias de temperatura (véase el apartado 11.2-3.2).
Para incorporar las limitaciones anteriores, dos combinaciones de envolventes muy corrientes que dan lugar a
expresiones sencillas son las siguientes49.

11.4-1 Recuperadores en serie

La disposición es la de la figura 11.21.


(Th)I

(Tc)I 1 2 n (Tc)F

(Th)F

Figura 11.21. Recuperadores en serie.

De acuerdo con las temperaturas indicadas en la figura

48
Prieto, M.M., J. Miranda y B. Sigalés, “Application of a Stepwise Method for Analyzing Fouling in Shell-and-Tube Exchangers”,
Heat Transfer Engineering, Vol.20 (1999) nº 4, pp. 19-26.
49
Jamin, B., “Exchanger Stages Solved By Graph”, Hydrocarbon Processing, Vol. 49 (1970), nº 7, pp. 137-144.
370 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(11-157)

Por otro lado

(11-158)

(11-159)

De este modo tendremos

(11-160)

o sea
11.4 371

(11-161)

de donde

(11-162)

o bien,

(11-163)

11.4-2 Recuperadores en serie-paralelo

La disposición es la de la figura 11.22.

(Th)I

(Tc)I 1 2 n

(Th)F

Figura 11.22. Recuperadores en serie-paralelo.

Según la expresión (11-158) tendremos para el fluido en serie, el caliente en la figura 11.22,

y, de acuerdo con las temperaturas indicadas en la figura 11.22,


372 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(11-164)

con lo que podemos escribir,

(11-165)

Las fórmulas anteriores no requieren considerar fluidos ideales (líquidos de propiedades constantes), porque
están establecidas exclusivamente a partir de las temperaturas iniciales y finales de los fluidos. Sin embargo
para calcular las temperaturas finales, sí que se ha tener en cuenta la influencia de la temperatura sobre las
propiedades, recurriendo a la aplicación sistemática de la metodología NPR, como muestran los ejemplos
siguientes.

Ejemplo 11.17

Un sistema de recuperación de energía de un proceso de lavado con agua caliente consiste en


encamisar el tubo de retorno, fabricado de cobre y que tiene unos diámetros exterior e interior de 30
mm,40 mm y 27,64 mm, respectivamente, con dos camisas perfectamente calorifugadas, A y B, de la
misma longitud, igual a 5,76 m, que actúan de recuperadores, situadas una a continuación de la otra
y cuyo diámetro interior es de 37,86 mm. Por cada una de las camisa se introduce un caudal de agua
fría a (Tc)I = 20°C de 1,8 m3/h, caudales que, calentados, se unen a la salida para dirigirse al proceso,
y por el tubo interno del recuperador A entra el agua a (Th)I = 80°C, procedente del proceso de lavado,
agua que atraviesa a continuación el recuperador B. El caudal de retorno es el 90 % del caudal másico
total de agua fría. Hállense las temperaturas de salida del agua fría (Tc)F y de la caliente (Th)F, y la
potencia recuperada. Efectúese la corrección por el efecto de entrada prescindiendo de la regla de Mc
Adams y elíjase la adecuada para cada uno de los circuitos de acuerdo con la figura 7.56 y las
consideraciones del apartado 7.5-2 del primer volumen.
11.5 Variación temporal... 373

Ejemplo 11.18

Resuélvase el ejemplo anterior si la recuperación se efectúa conectando las dos camisas A y B, que actúan de
recuperadores, una a continuación de la otra (en serie). Por las camisas circula un caudal de agua fría a (Tc)I
= 20°C de 3,6 m3/h, que, calentado, se dirige al proceso, y por el tubo interno del recuperador A entra el agua
a (Th)I = 80°C, procedente del proceso de lavado, agua que atraviesa a continuación el recuperador B. El caudal
de retorno es el 90 % del caudal másico total de agua fría. Hállense las temperaturas de salida del agua fría (Tc)F
y de la caliente (Th)F, y la potencia recuperada.

11.5. Variación temporal de las temperaturas. Regeneradores

Para transferir calor de un fluido caliente a otro frío, además del procedimiento directo expuesto hasta ahora, se puede
utilizar otro indirecto, en el que la transmisión de calor desde el fluido caliente al frío se efectúa en una sucesión de dos
períodos consecutivos en el transcurso del tiempo. Durante un primer período el fluido caliente circula a través de una
cámara fría, en la que el material sólido de la misma se calienta, acumulando el calor que cede el fluido caliente al
enfriarse. Como durante este período el fluido se enfría y el material acumulador se calienta, lo denominaremos período
caliente. Durante el siguiente período, a través de la cámara ya calentada, circula el fluido frío que absorbe el calor
acumulado en el material sólido de la cámara. En esta operación el fluido, inicialmente frío, se calienta y la masa
acumuladora se enfría, por ello lo llamaremos período frío. De este modo la secuencia se va repitiendo periódicamente
en el tiempo. En la figura 11.23 se muestra la distinta configuración que caracteriza un recuperador y un cuerpo de uno
de estos dispositivos, que hemos denominado regeneradores. En éstos, figura 11.23b, los fluidos frío y caliente circulan,
pues, por el mismo canal y, alternativamente, bañan la misma superficie de calefacción.

Figura 11.23. a) Recuperador a contracorriente. b) Regenerador a contracorriente.

Cuando se produce el calentamiento o el enfriamiento, la temperatura J del sólido acumulador varía a lo largo del espacio
y del tiempo y también la temperatura T del fluido, por lo que el proceso de transmisión de calor no es estacionario,
aunque si se puede alcanzar una situación de régimen, o quasiestacionaria, en la que la variación en cada fase sea
periódica. Es decir, además de la variación todas las temperaturas en el espacio x, a lo largo de la superficie de
374 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

calefacción, en los regeneradores también varían en el tiempo t, produciendo una variación de la diferencia de
temperaturas entre los dos medios en el espacio y el tiempo, lo que complica el cálculo.
Para evitar interrupciones de los flujos de las corrientes y lograr que la instalación opere en continuo, son precisos dos
cuerpos, uno funcionando en periodo caliente mientras el otro lo hace en el frío y viceversa, véase la figura 11.24.

Figura 11.24. Funcionamiento de un recuperador compacto continuo. En blanco válvula abierta, en negro cerrada

Normalmente los regeneradores operan a contracorriente, es decir, que durante el período de calentamiento los gases
calientes entrarán al interior por un extremo del regenerador y el aire frío durante el período de enfriamiento lo hará por
el opuesto. Las figuras 11.23b y 11.24 muestran esta disposición.

11.5-1 Modelado de regeneradores

Modelaremos un regenerador formado por dos cuerpos en paralelo, como el mostrado en la figura 11.24, de dimensiones
limitadas, digamos unos pocos metros de longitud y sin superar el metro y medio de diámetro, que permiten las
aproximaciones que propondremos.
11.5 Variación temporal... 375

Para su estudio nos bastará analizar un único cuerpo del regenerador, como el mostrado en la figura 11.23b, y evaluar
la evolución de las temperaturas en su interior. El modelo, cambiando las condiciones adecuadamente, también nos
permite establecer el funcionamiento del otro cuerpo, pues en él ocurre lo mismo pero en períodos de tiempo alternados,
de modo que cuando uno se caliente el otro se enfríe.
Consideraremos un cuerpo del regenerador como un conducto con un relleno de piezas de material sólido50 (en principio
de cualquier geometría) a través del cual circulan secuencialmente los fluidos que calientan el lecho, o que lo enfrían,
y con la posición definida por una única coordenada x. Supondremos que el regenerador opera a contracorriente y vamos
a definir las ecuaciones que rigen su funcionamiento utilizando el modelo mixto promediado transversalmente-distribuido
longitudinalmente para el fluido y el promediado para el sólido51. Recordemos que designamos con J las temperaturas
del sólido y con T, a las temperaturas del fluido. Por otro lado, designaremos por L la longitud del dispositivo, por As a1
área contacto, o interfaz, del fluido con el sólido acumulador y por Sf a1 área de paso del fluido a través de los canales
de dicho sólido acumulador, véase la figura 11.25.

Figura 11.25. Configuración del sistema para establecer las ecuaciones para dimensionar un regenerador monodimensional a contracorriente.

Consideraremos que el cambio de las propiedades, en concreto el calor específico cf y la densidad Df, del fluido en cada
periodo es despreciable. De este modo, en una “rebanada” (masa y volumen del control) aplicaremos los balances de
energía, el (3-21) al fluido y el (3-27) al sólido. A una distancia x desde la entrada del gas, el calor transferido desde (o
hacia, según cual sea el periodo) la masa acumuladora de calor, entre x y x + dx, en un tiempo dt, se determinará con el
balance mostrado a continuación, siendo v la velocidad intersticial media de paso del fluido a través de una sección del
regenerador. Asimismo, ms/L y As/L son, respectivamente, la masa y el área de transferencia de calor del refractario por
unidad de longitud; cs es su calor específico y h es el coeficiente superficial de transmisión de calor entre el sólido y el
fluido en el correspondiente periodo (frío o caliente).
La distancia x a lo largo de la longitud del regenerador la mediremos desde la entrada del gas y, al tratarse de un estado
transitorio, la temperatura del fluido será T(x, t) y los términos del balance de energía (3-21), siguiendo un procedimiento
paralelo al empleado en el ejemplo 3.16 (véase la figura 1 de dicho ejemplo) serán, para el periodo frío52:

50
Normalmente refractario.
51
Lambertson, T.J., “Performance factors of a Periodic-Flow Heat Exchanger”, Trans. Am. Soc. Mech. Eng. (ASME). A80 (1958),
pp. 586-592.
52
Es decir, cuando la temperatura J del acumulador es mayor que la temperatura del fluido T y, al transcurrir el tiempo, aumenta
la temperatura del fluido T y disminuye la del sólido, J.
376 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

1er MIEMBRO (MASA DE 2O MIEMBRO (VOLUMEN DE CONTROL)


CONTROL)

Por tanto, el balance será,

(11-166)

Obsérvese que, como la temperatura varía en el espacio y el tiempo, aparece su derivada sustancial (3-61')
monodimensional.
Reordenando el balance,

(11-167)

ecuación final que da la evolución de la temperatura del fluido a lo largo del dispositivo.
Por otro lado, aplicando el balance de energía (3-27) al relleno en el volumen de control, obtenemos

(11-168)

y simplificando

(11-169)

que da la evolución de la temperatura del sólido.


La jerarquización de los valores de las temperaturas correspondientes al periodo caliente, T mayor que J, y los del de
enfriamiento. T menor que J, hacen que las ecuaciones anteriores automáticamente adopten los signos adecuados.
En la ecuación (11-167) el coeficiente del primer miembro contiene el número de unidades de transferencia, definido en
el apartado 11.2 y dado por la ecuación (11-13), de modo que, llamando X a x/L, la ecuación puede escribirse como

(11-170)
11.5 Variación temporal... 377

Por otro lado, vemos que el coeficiente de dt en el primer miembro de (11-169) sería el número de unidades de
transferencia si en vez de Cs apareciese , de modo que podemos escribir dicha ecuación como:

(11-171)

Nótese que adoptar la descripción promediada y tomar un único valor de J como temperatura uniforme del sólido en una
sección x, equivale a que el gradiente transversal de temperatura en el mismo sea nulo y, por lo tanto, que la conductancia
térmica en esa dirección sea infinita. Asimismo, al ignorar la conducción de calor en la dirección x, consideramos que
la conductancia en esa dirección es nula. En la práctica estas simplificaciones resultan aceptables para recuperadoras
compactos como el de la figura 11.24 y las dimensiones indicadas al principio de este apartado.
En estas ecuaciones hemos considerado el cambio de calor entre el fluido y el sólido en los canales longitudinales de la
masa acumuladora de calor y que todos los canales actúan de la misma forma, así como que no existe transferencia de
calor a través de los posibles canales transversales.
Para aplicar estas ecuaciones a los sucesivos períodos fríos y calientes de operación del regenerador, hemos de definir
las condiciones iniciales y de contorno. Normalmente supondremos que la temperatura de entrada del gas no varía a lo
largo de cada uno de los periodos frío o caliente, aunque es distinta en cada uno de ellos. Otras condiciones de contorno
serán que la distribución de temperaturas inicial del sólido también es conocida y que al principio de cada período
caliente/frío es la misma que al final del período frío/caliente anterior.

11.5-2 Resolución numérica del modelo. Aplicación SIEMENS

Como reflejan las ecuaciones anteriores, aunque se pueda alcanzar un estado quasiestacionario, se trata de un proceso
en el que hemos de considerar las variaciones en el tiempo además de las espaciales. Así los cambios los estructuraremos
mediante un elemento para cada medio, con un nodo en x y t, mejor, en la posición i y en el instante n, con temperaturas
conocidas53, y uno final, x + )x y t +)t, o posición i + 1 e instante n + 1, con temperaturas desconocidos, como muestra
la figura 11.26.

Figura 11.26. Sistema para establecer las ecuaciones para dimensionar un regenerador a contracorriente.

Así discretizamos la cámara regeneradora, tal y como muestra la figura citada, en una serie de dominios cilíndricos de
poca altura, las rebanadas de la figura 11.25. En ellos tendremos los nodos donde calcularemos las temperaturas del fluido

53
Del fluido y del sólido.
378 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

y del sólido. Para cada rebanada las propiedades y la temperatura, tanto de la masa acumuladora como del fluido, serán
homogéneas y constantes para cada instante de tiempo. Una vez hecha la discretización espacial, cada período de
inversión se divide en intervalos que separan instantes de tiempo, y así un dominio viene caracterizado por su posición
y por el instante en el que se estudia. Debe tenerse en cuenta que los incrementos en el espacio y el tiempo no son
independientes, pues están integrados en la relación cinemática entre espacio y tiempo:

(11-172)

Así, para el problema en general con I nodos (i = 1,2,3,...i,....I) y N intervalos (n= 1,2,3,...n,...N) ha de cumplir con la
condición N = eI, siendo e un entero igual o superior a 1.
De acuerdo con esta discretización del espacio y del tiempo54, las temperaturas a lo largo del proceso se pueden visualizar
como se muestra en la figura 11.27.

Figura 11.27. Temperaturas del gas y del sólido en un regenerador discretizadas en función del tiempo y del espacio. Suponemos un período de N
= eI (e entero $ 1) intervalos de duración, en un regenerador dividido en I dominios e indicamos la continuidad del período cuando e>1. Se
muestran tan sólo las temperaturas T del gas porque la estructura para las J del sólido es idéntica.

Lo que se pretende es establecer una historia de la evolución de las temperaturas del gas y del sólido, que permita el
cálculo del calor transferido durante cada uno de los períodos de calentamiento y de enfriamiento cuando el proceso haya
llegado a un estado periódico estacionario. Con este fin se ha preparado la aplicación SIEMENS55, utilizando el método

54
Para las temperaturas utilizaremos los subíndices y superíndices tal como se estableció en el capítulo 6 del primer volumen.
55
María José Delgado, Proyecto Final de Carrera, ETSEI de Barcelona, 1993.
11.5 Variación temporal... 379

de Hausen56 modificado por Wilmott57, descomponiendo el cambio global en unos parciales en el espació más otro en
el tiempo y viceversa. Se van calculando distribuciones de temperatura sucesivas a lo largo del generador, hasta que la
diferencia entre dos valores consecutivos sea tan pequeña que no merezca la pena continuar, con lo que se considerará
que hemos llegado al estado estacionario. La ventaja que presenta esta metodología es que proporciona la distribución
de temperaturas tanto del sólido como del gas. Además, permite variar las condiciones de operación del regenerador
durante el proceso y calcular lo que ocurrirá.
Veamos como, situados en un instante y posición cualquiera, instante tn, y posición xi, si son conocidas las temperaturas
Jin y Tin, podemos hallar las temperaturas Ji+1n+1 y Ti+1n+1, en la posición xj+1 = xj+)x y el instante tn+1 = tn+) t y, de esta
forma, determinar las temperaturas de ambos medios en todas las posiciones e instantes.
Para ello plantearemos un problema general consistente en un sistema (cuerpo del generador y fluido en su interior) a
una temperatura inicial uniforme, iniciándose el proceso con el cambio brusco (escalón) de la temperatura del fluido en
el primer nodo, cambio que progresa un nodo cada intervalo de tiempo, de acuerdo con la relación (11-172).
El proceso se inicia en la posición x = 0, y el instante t = 0. En el primer instante de tiempo conocemos la temperatura
de las partículas del lecho, uniforme en cada sección de todo el regenerador e igual a la temperatura inicial del sólido y
del fluido a lo largo del cuerpo cilíndrico, o sea Ji>nn = J11 = Ti>nn. Suponemos, además, que para la posición (nodo) inicial
la temperatura del fluido es siempre la misma, T11 = T1n. Así las temperaturas conocidas serán las mostradas con círculos
negros en las figuras 11.28a y b. Una vez el gas ha atravesado por primera vez el lecho en el instante N = I, la temperatura
del mismo en el instante N + 1, es independiente de las del instante anterior y pasa a ser la inicial, es decir T1n+1 = T11
= T 1n .

56
Hausen, Helmuth, Heat Transfer in Counter Flow and Cross Flow, McGraw Hill Co., New York, 1983, (Traducción editada por
A.J. Willmott de la edición alemana de 1976), Capítulo 16.
57
Wilmott A:J:, “Digital Computer Simulation of a Thermal Regenerator”, Int. J. Heat Mass Transfer, Vol. 7 (1964), pp. 1291-1302.
380 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

Figura 11.28. Temperaturas iniciales en el tiempo y el espacio del gas y del sólido conocidas para el modelo discretizado propuesto para un
regenerador (N = I = 10). a) Temperaturas del fluido. b) Temperaturas del sólido. En ambos casos los círculos negros indican las temperaturas
conocidas.
11.5 Variación temporal... 381

Expresaremos la evolución de las temperaturas en el tiempo y el espacio mediante la célula genérica que se muestra en
las figuras 11.29a y b. En ella el cambio se puede efectuar en dos secuencias: primero en el espacio y luego en el tiempo
(secuencia 1-2-4, figura 11. 9 ) o viceversa (secuencia 1-3-4, figura 11.29a).

Figura 11.29. Disposición de las temperaturas para establecer las ecuaciones para dimensionar un regenerador a contracorriente.
a) Temperaturas del fluido. b) Temperaturas del sólido. I y e son enteros $1.

Así, para calcular las temperaturas J4 = Ji+1n+1 y T4 = Ti+1n+1a partir de Jin,y Tin, usaremos las temperaturas intermedias Ji+1n,
Jin+1, Ti+1n, y Tin+1, con las ecuaciones que definen la transferencia de calor en el regenerador: la (11-170) para el fluido
y la (11-171) para el sólido,

Para concretar escogeremos el periodo caliente, es decir, cuando los gases residuales calientes se enfrían al pasar a través
de la matriz sólida fría. Para el sólido se tratará de integrar la ecuación (11-171) en el tiempo, en la posición final, entre
los puntos 2 y 4, figura 11.29b:

(11-173)

y para el fluido de la ecuación (11-170), en el espacio, entre los puntos 3 y 4, en un instante intermedio
entre los mismos.

(11-174)

Nótese que el diferencial respecto al tiempo de la ecuación (11-174) es nulo, ya que la integración se hace respecto al
espacio.
Intercambiaremos el orden de los términos e integraremos estas ecuaciones mediante el método del trapecio, que nos da
un valor aproximado para las integrales definidas58. Así, con la ecuación (11-173) hallamos las temperaturas del cambio
2-4,

58
Recuérdese que consideramos todas las propiedades constantes.
382 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(11-175)

y despejando J4,

(11-176a)

con

(11-176b)

De la ecuación (11-174) obtenemos el cambio 3-4,

(11-177)

(11-178a)

con

(11-178b)

Para dejar J4 y T4 explícitas en función de las temperaturas intermedias T2, T3, J2, y J3, sustituiremos en la ecuación (11-
176a) la ecuación (11-178a), con lo que obtenemos:

(11-179)

y haciendo lo mismo con la (11-178a) y la (11-176a)

(11-180)

Para escribir las fórmulas de una forma general, apta para el cálculo informatizado, basta hacer

Inicializaremos el cálculo en el primer y segundo nodos y al transcurrir el instante inicial. Partiremos de las temperaturas
que conocemos, según indicamos en la figura 11.28. En la “rebanada” de espesor )x, que corresponde a la zona por
donde entran los gases en el regenerador, observamos, según la citada figura, que las temperaturas de los dos primeros
nodos del sólido J1 y J2, son iguales, pues partimos del sólido a temperatura uniforme. Por otro lado, las temperaturas
del fluido T1 y T3, en )t, también son conocidas, pues en el primer nodo tendrán siempre el mismo valor que la de entrada
del gas. Así, al transcurrir el primer instante conoceremos J1, J2 y T2, iguales a la temperatura inicial del sólido y T1 y T3,
11.5 Variación temporal... 383

que corresponderán a la temperatura de entrada del gas, por lo que para hallar J4 y T4, incluso en el caso menos concreto59,
sólo tendremos que determinar T2 y J3, o sea calcular los cambios 1-2 para el gas y 1-3 para el sólido. En un caso
corriente, como el que muestra la figura 11.28, vemos que, conocidas las temperaturas indicadas en la misma, sólo hemos
de calcular J3 = J1n>1 con la expresión que estableceremos para que, con las relaciones (11-179) y (11-180), podamos
hallar Ji+1n+1 y Ti+1n+1 y así, sucesivamente, todas las temperaturas (véase el ejemplo 11.19 más adelante).
Para establecer las ecuaciones correspondientes al cambio 1-3, partiremos de la expresión de la energía térmica cedida
por el fluido y absorbida por el sólido en el intervalo )t utilizando la fórmula (7-515), que da la potencia q,

(11-181)

Por otro lado, la energía ganada en el cambio 1-3 por el sólido en el en un intervalo )t, es

(11-182)

Como no consideramos pérdidas, podremos igualar ambas expresiones, con lo que obtenemos:

(11-183)

pero en este caso, como la duración del cambio es )t, podemos establecer el otro balance de energía entre los dos medios

(11-184)

de donde

(11-185)

de modo que (11-183) se transforma en

(11-186)

con lo que

59
En un caso corriente sólo hemos de determinar J3.
384 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(11-187)

Para generalizar la fórmula basta hacer

Si en unas determinadas condiciones de contorno, no se conoce T2, también puede calcularse estableciendo la
transferencia de potencia en una sección del regenerador )x y un instante dado del cambio 1-2. Tendremos

(11-188)

Asimismo, la potencia cedida al sólido en el tramo )x por el fluido en el mismo instante del cambio 1-2 es

(11-189)

Ahora estableceremos el balance entre el calor transferido y el acumulado hasta el punto 2:

(11-190)

de donde

(11-191)

(11-192)

ecuación implícita en T2.

El problema en general con I nodos (i = 1,2,3,...i,....I) y N intervalos (n= 1,2,3,...n = I,...N = eI) se resume en el resultado
final: una serie de valores de TiN y JiN correspondientes a las temperaturas de ambos medios al finalizar el periodo,
invirtiéndose la sección de entrada al terminar éste e iniciarse el siguiente (caliente si el anterior era frío o viceversa).
Análogamente con las JIn, tenemos el perfil de temperaturas del sólido que será el inicial del siguiente periodo, mientras
que fijamos la nueva temperatura inicial del gas. Conocidas las temperaturas, la potencia transferida en cada instante y
la energía acumulada en un lapso de tiempo, se calculan como se muestra en los ejemplos 6.14 y 6.15 del primer
volumen.
11
. 5 Variación temporal
... 385

Ha de tenerse presente que las temperaturas calculadas corresponden a los centros de los dominios: )x/2, 3)x/2, etc.,
con la licencia, en el primer nodo del sistema, de tomar la temperatura del gas igual a la inicial, en rigor
correspondiente a x = 0 (véase la figura 2 del ejemplo siguiente).
Aunque se ha preparado la aplicación SIEMENS citada, que incorpora el acceso a la aplicación PROPIEDADES, se
ha de señalar que se puede utilizar la metodología propuesta con una hoja de cálculo suponiendo propiedades
constantes y si se conoce T2, caso normal, al ser explícita, como muestra el ejemplo siguiente.

Ejemplo 11.19
Un caudal de aire de 1,389 kg/s se introduce a 197°C y 5,8 bar de presión manométrica, en un cuerpo
cilíndrico de 400 mm de diámetro interior y un m de longitud, calorifugado exteriormente y relleno de cubos
de acero suave, de 1/4 in. de lado, todo el conjunto inicialmente a una temperatura uniforme de 27°C.
Suponiendo propiedades independientes de la presión y la temperatura, hállense las temperaturas de los 5
nodos iniciales después de transcurrir los 4 primeros intervalos.
Utilícese la información dada en el ejemplo 7.29 y unas propiedades del acero típicas (véase la aplicación
PROPIEDADES).

11.5-3 - Conductancia entre fases

Para el cálculo de la transferencia de calor, el mecanismo de transmisión que ha de tenerse en cuenta siempre, es la
convección forzada del fluido a través de los huecos que dejan entre si las partículas del relleno. Si éste es un líquido
o un gas no participante es el mecanismo dominante, aunque exista radiación entre las partículas en el caso de los
gases, vease la fórmula (7-523).
Sin radiación el cálculo local e instantáneo se efectúa con valores medios en unos incrementos de tiempo y espacio
pequeños, como se muestra en el ejemplo 7.29, pudiéndose emplear con el mima modelo una de las ecuaciones (7-
520) a (7-522). Un análisis detallado para modelos no discretizados lo dan Dixon y Cresswell.1
En el caso de regeneradores con gases de combustión y aire, durante el período frío, cuando el aire que entra está a
temperatura ambiente y circula a través de los huecos que dejan entre si las esferas, o el relleno que sea, la convección
forzada es prácticamente el único mecanismo de transferencia, aunque aumente su temperatura cuando se calienta
al contacto con el lecho sólido, pues las moléculas diatómicas simétricas no radian y en el aire atmosférico el
contenido de humedad es bajo y no se justifica incorporar el efecto de la radiación. Sin embargo en el caso del periodo
caliente, con los gases de combustión, la humedad es muy grande, la radiación sí es importante y por lo tanto, en el
este perio deberá calcularse un coeficiente de transmisión de calor por radiación, que, al tratarse de mecanismos en
paralelo, se suma al de convección para dar el coeficiente de transmisión de calor total. La aplicación SIEMENS
utiliza este método con emitancias grises.2
Para el caso general de gas participante un artificio laborioso pero adecuado es, partiendo de los valores iniciales
suponer unas temperaturas locales instantáneas del gas y de las partículas, calculando la potencia transferida por
radiación, suponiendo un recinto de dos superficies mediante las aplicaciones HOTTEL y GRISCONGAS y por
convección, fórmula (7-251), sumándolas, para iterar las temperaturas con la potencia global.

Resumen
Estudiada la transferencia de calor entre una superficie sólida y un fluido, analizamos el acoplamiento térmico de los
caudales de dos fluidos a distinta temperatura, a través de un nexo convectivo-conductor, consistente en un tabique
sólido impermeable, bien interpuesto, que crea un circuito térmico serie entre ambos, bien común, que transfiere el
calor indirectamente.
Cuando el dispositivo tiene como objetivo transferir directamente calor entre dos corrientes a distinta temperatura,
o sea cuando circulan simultáneamente por el mismo, pero manteniéndolas segregadas de modo que conservan su

1
Dixon, A.G. y D.L. Cresswell, “Efective Heat Transfer Parameters for Transition Packed-Beds Models”, AIChE j., Vol. 32
(1986) nº 5, pp. 809-819.
2
Blokh, A.G. Heat transfer in steam boiler furnaces ; traducido por G.R. Malyavskaya, N.K. Shreyeva, Zh.D. Klimovich,
Hemisphere, Washington, 1988.
386 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

composición y caudal, se denomina recuperador. supondremos que, al menos, uno de los dos fluidos no cambia de
fase y que operan en estado estacionario. Se efectúa la simplificación de suponer constantes las propiedades de los
fluidos y su valor igual al determinado para la temperatura media en el tramo recorrido por de los mismos. De este
modo, los coeficientes de convección se consideran constantes y uniformes a lo largo de todo el tabique.
Considerando que no hay fugas de calor y que todo el calor perdido por el fluido caliente lo gana el frío, el calor
transferido es igual al caudal de cada fluido por su calor específico y por su variación de temperatura. En el elemento
longitudinal del dispositivo ideal, el calor que atraviesa el tabique es el que gana un fluido y pierde el otro. En
realidad hay pérdidas de calor, pero prescindimos de ellas.
En esta capítulo introducimos el caso, pendiente, de que varíen las temperaturas de ambos fluidos.
También introducimos otra disposición en la que la transferencia de calor es indirecta y en la cual el tabique sólido
acumula transitoriamente calor cuando circula una corriente caliente, corriente que posteriormente se desvía para dar
paso a una corriente fría que, también transitoriamente, absorbe el calor acumulado en la fase anterior y así
sucesivamente. Es decir, la separación de los fluidos se establece en el tiempo en vez del espacio. Estos dispositivos
se denominan regeneradores
El elemento fundamental para conseguir una variación simultánea de la temperatura de dos fluidos en los equipos
térmicos, es el tabique en forma de conducto, denominado tubo cuando es liso y de sección circular, por lo que
concentraremos el análisis en él y sus combinaciones (un conducto incluido en otro, como 2 tubos concéntricos, o
conductos en paralelo incluidos en una envolvente, veáse la figura 11.1. Aunque las temperaturas de los dos fluidos
varíen en el espacio, si consideramos estado estacionario, a nivel diferencial podemos utilizar la 2ª relación de Peclet,
ya que en cada sección transversal las temperaturas han de mantenerse invariables, independientemente del instante.
Tomamos un elemento de un conducto de sección constante, definida por su área S y sus perímetros (suponemos el
perímetro térmico igual al hidráulico) interior y exterior, pi y po, respectivamente, véase la figura 11.2.
En el caso de un tubo:

(11-3)

Si se trata de un conducto de longitud L, el calor total transferido será, si U es constante,

(11-5)

siendo pL = A y Ui Ai = Uo Ao = UA.
Es decir, la diferencia efectiva de temperaturas, ()T)m, es igual a

(11-6)

y, por lo tanto, no sólo depende de las temperaturas sino que es también función de la geometría, es decir: de la
configuración, y para cada tipo de disposición fluidos-conducto la fórmula será distinta.
Cuando la temperatura de uno de los fluidos permanece constante, existe una excepción el problema de hallar las
prestaciones del sistema fluidos-tabique no depende de la geometría, pues llegamos a:

(11-10)

donde hemos tomado la cara interior del conducto interno como referencia Con la expresión (11-10) el problema está
completamente resuelto, pues nos permita calcular (Tc)F y con ésta obtener la potencia transferida:

(11-11)

La fórmula (11-10) la usa la aplicación CAMBIOSATURADO, que aquí denominamos CAMBIOISOTERMO, con
coeficientes de convección corregidos adecuadamente para tener en cuenta el efecto entrada y la variación de las
11.5 Variación temporal... 387

propiedades con la temperatura en una sección transversal. La aplicación, recordemos, da, además de la temperatura
final y la pérdida de carga (presión) a lo largo del conducto,

(11-12)

, facilita los coeficientes de convección y de fricción, y la potencia transferida al fluido no saturado, que se calcula
con la expresión (11-11). Al ser, tanto la potencia transferida (o la temperatura final) como la pérdida de presión,
función exclusiva del diámetro hidráulico y la longitud del conducto (a través de U y Cf) existe una solución
matemática única (conducto de diámetro hidráulico y longitud datos) para transferir una determinada potencia con
una pérdida de presión también dada.
Cuando la aplicación CAMBIOISOTERMO nos de unas coordenadas en la figura 7.50 (mapa de Metais-Eckert) que
indiquen que existe convección mixta, se debe recurrir a la aplicación CAMBIOISOTERMOII, que utiliza las
fórmulas de corrección para la convección forzada en tubos verticales. No se estudia el caso laminar.
Efectuamos la introducción de las variables adecuadas con el caso tratado hasta ahora, en el que la temperatura de
uno de los fluidos no depende de x, al ser constante por tratarse, por ejemplo, de vapor saturado, Th = Ts = constante,
de aire atmosférico, Tc = T4 = constante, etc., y que nos ha conducido a la ecuación (11-10). Denominamos número
de unidades de transferencia(distinto del definido en el capítulo 9) a:

(11-13)

dicha ecuación se escribe:

(11-15)

Si además introducimos la eficiencia:

(11-16)

podemos transformar (11-15) para x = L en:


(11-18a)

y
(11-18b)

Asimismo

(11-20)

Para hallar la potencia transferida mediante una determinada configuración de fluidos y tabique, o que superficie es
necesaria caso de querer transferir una potencia determinada, bastará hallar los valores de P y N, cuyas expresiones
dependerán de la configuración. De acuerdo con sus definiciones (11-16) y (11-13), conociendo P obtenemos una
temperatura final y, con ella, la otra, y conocidas N y U, hallamos, la superficie de transferencia.
La teoría NP sólo es aplicable cuando se considera constante la temperatura de uno de los fluidos. Para resolver
problemas en el caso general, cuando ambos fluidos cambian de temperatura, hay que introducir un tercer parámetro,
que denominaremos R:
388 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

(11-22)

Nótese que:
(11-23)

y
(11-24)

En el caso tratado anteriormente de que uno de los fluidos se mantenga a temperatura constante, el valor de R para
este último es nulo, mientras que para el que cambia de fase es el inverso, o sea 4.
La diferencia entre las temperaturas finales de los fluidos caliente y frío recibe la denominación de aproximación, y
cuando es un valores negativo, es decir, cuando (Tc)F es mayor que (Th)F, se dice que existe cruce de temperaturas.
Para conseguir que no exista cruce de temperaturas con la mayor recuperación posible, se ha de verificar que la
temperatura de salida del fluido frío sea igual a la de entrada del caliente y en esta caso:

(11-27)

Se define como acercamiento térmico en un recuperador a la diferencia entre la temperatura de entrada (inicial) del
fluido con mayor caudal de capacidad calorífica y la de salida (final) del de menor caudal de capacidad calorífica;
o sea, la menor diferencia de temperaturas entre ambas corrientes en una sección transversal del recuperador.
Disponemos de la aplicación NPR, que las resuelve conocidos los valores de dos de los parámetros y transforma los
resultados en dimensionales. Si despreciamos las variaciones del coeficiente global de transferencia U con la
temperatura media de los fluidos, la resolución de los problemas se simplifica extraordinariamente.
Los dos problemas generales característicos de la transferencia de calor entre fluidos, los denominamos directo e
inverso. Se pueden establecer variantes de los dos, pero esencialmente todos los de interés corresponden a una de las
cuestiones genéricas siguientes:
a) Dada la naturaleza y el caudal de una corriente de la que conocemos sus temperaturas inicial y final,
separada, por un tabique impermeable de configuración geométrica conocida, de otro fluido a temperatura
distinta, determinar las dimensiones (superficie) de dicho tabique separador para que permita la
transferencia de calor necesaria, lo que corresponderá a determinar N (problema directo).
b) Dado un tabique (configuración y dimensiones) en el que se introducen una corriente cuyo estado inicial
es conocido y otra a distinta temperatura circulando simultáneamente por uno por cada lado del tabique, sin
mezclarse, hallar la temperatura final de los fluidos y la potencia transmitida, lo que corresponderá a
determinar P (problema inverso).
Para hallar las dimensiones de un recuperador necesarias para que las temperaturas finales alcancen unos valores
determinados; es decir, dados los 5 valores de contorno siguientes:

(11-28)

se debe calcular el área precisa para que se verifiquen simultáneamente. Nótese que una de las temperaturas finales
no puede ser un dato postulado, pues una de las temperaturas extremas no es independiente, ya que calor perdido por
el fluido caliente = calor ganado por el fluido frío.
Conocida la potencia q, establecemos la ecuación:

2(11-32)

que resolvemos iterando el valor de (Th)m, el cual, una vez conocido, nos da la temperatura final correcta del fluido
caliente. La marcha para resolver el problema es:
11.5 Variación temporal... 389

1. Calcúlense los parámetros P y R para el fluido cuyas temperaturas son los datos (seguimos suponiendo
el frío).
2. Con estos valores, calcúlese Nc con la fórmula N(P, R) = N correspondiente a la configuración escogida.
Nótese que, al estar fijadas las temperaturas, los valores de Pc, Rc y Nc son fijos y finales.
3. Hállese el coeficiente global de transmisión U. La aplicación U, aparte de determinar el coeficiente global
medio, facilita la iteración de las temperaturas (interior y exterior) de pared, necesarias para obtener el valor
de los coeficientes superficiales. Aunque conocemos las temperaturas y, en consecuencia, los valores
correctos de las propiedades de los fluidos, siempre es preciso iterar porqué los coeficientes de convección
son función de les velocidades, que a su vez dependen de las dimensiones que buscamos (sección de paso,
número de pasos). Para efectuar el primer cálculo se debe comprobar que el valor de G en kg/s m2 esté
comprendido entre 500 y 4.000 para líquidos y 30 y 400 per a gases.
Para superficies extendidas, la marcha es la misma, salvo que la expresión de la resistencia de la superficie
exterior es
donde Af es el área de las aletas y Ao' el área exterior libre de aletas, y que hay que utilizar la aplicación

(11-36)

BATERIA en vez de la ZUKAUSKAS, para determinar el coeficiente de transferencia superficial de les


aletas, h'o y la eficiencia de las mismas, ef.
4. Con Nc y Uo se calcula Ao:
Con aletas es más cómodo hallar Ai.
5. El valor de A permite, escogiendo las características del conducto unitario, calcular el número de
conductos y, en consecuencia, la sección de paso máxima, que estableciendo un valor de G en kg/s m2 esté
comprendido entre 500 y 4.000 para líquidos y 30 y 400 per a gases, nos indica el número de pasos
adecuado, con lo que volvemos a la etapa 2.

El problema inverso consiste en, dado una geometría conocida del recuperador, calcular las temperaturas de salida
de los mismos; es decir, conociendo el dispositivo y parte de los valores de contorno,
(11-38)

determinar los valores de contorno que faltan: (Tc)F y (Th)F.


Para ello efectuamos las siguientes operaciones:
1. Con las propiedades de los fluidos a su temperatura inicial y la geometría indicada en el enunciado,
hallamos el coeficiente global de transmisión U, utilizando el paquete NUSSELT. Con la aplicación
GNIELINSKI o las aplicaciones GNIELINSKI y ZUKAUSKAS, según que el tipo de flujo sea paralelo o
cruzado, determinamos los coeficientes superficiales interior hi y exterior ho, iterando con la aplicación U
las temperaturas de pared. Para hallar el primer valor del coeficiente global U.
2. Con el valor hallado y las propiedades de los fluidos a su temperatura inicial, calculamos los parámetros
N y R.
3. Con ellos y con la fórmula P(R,N) = P correspondiente a la configuración escogida, calculamos Pc y Ph
= PcRc
4. Con las dos eficiencias Pc y Ph calculamos las temperaturas finales y con ellas, unas temperaturas medias
y las propiedades de los dos fluidos a las mismas, volvemos a la etapa 1, hallamos nuevos valores Nc y Rh,
etc. pero ya, para el cálculo de los coeficientes superficiales, iterando las temperaturas de pared, con ayuda
de la aplicación U, hasta que el valor de las temperaturas finales obtenidas correspondan a los valores
utilizados para calcular la U empleada.
5. En la ventana de resultados de la aplicación U correspondiente al valor definitivo, obtenemos la potencia.
El cálculo también ha de ser iterativo porqué los coeficientes de convección son función de las temperaturas
de salida que buscamos, al utilizar las propiedades a la temperatura media de cada corriente.
Ahora establecemos para las configuraciones más corrientes las relaciones P = P( N, R) y N = N( P, R) necesarias
para aplicar la metodología expuesta.
Existen dos tipos básicos de configuraciones. La más sencilla constructivamente es la configuración correspondiente
a uno o varios conductos incluidos en otro, mostrada en las figuras 11.1a y 11.1b, con lo que las corrientes son
paralelas, La segunda, constructivamente más compleja pero que mejora la transferencia de calor, es aquella en la
que los dos fluidos circulan en direcciones perpendiculares entre sí, como se muestra en la figura 11.1c, denominada
de flujos cruzados. Existen también configuraciones intermedias.
La configuración de corrientes paralelas sin cambios de sentido corresponde a un conducto incluido en otro, como
en el caso dos tubos concéntricos, aunque también se aplica aun haz de tubos cuyo eje coincide con el de la
envolvente. Sin embargo, todavía engloba dos variantes de movimiento relativo entre los dos fluidos; una que se
desplacen en el mismo sentido, o equicorriente, y otra que se desplacen en sentidos opuestos, o contracorriente, figura
11.3, opciones que, de acuerdo con (11-6), darán distintas diferencias de temperatura efectiva
Recordando la hipótesis de despreciar las pérdidas (o ganancias) del fluido exterior en un elemento longitudinal de
los conductos, el valor absoluto del calor transferido seguirá siendo el mismo para los dos fluidos, teniendo en cuenta
390 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

las dos posibilidades de sentidos relativos de circulación.


Restando las variaciones de temperatura dT de cada fluido, podemos obtener la diferencia de temperaturas entre los
dos fluidos en una estación dada, donde el signo + del último paréntesis corresponde a la configuración en
contracorriente. Despejando dq e igualándolo con el balance diferencial, se obtiene la expresión que integrada entre
los extremos del tubo, 1 y 2, nos da la relación global entre temperaturas y superficie del tabique, de modo que si
fijamos las temperaturas inicial y final de cada corriente, nos permite determinar numéricamente el área del tabique
preciso. La potencia transmitida la obtenemos con (11-19).
Como suponemos U, y constantes y teniendo en cuenta que p dx es igual a dA, la integración de (11-
47) nos conduce a

(11-52)

Por contra, si se conoce el área y se desean determinar las temperaturas finales, todavía tenemos dos incógnitas: (Tc)F
y (Th)F. Eliminando una, se obtiene la expresión (simétrica para el fluido caliente y el frío):

(11-57)

Para equicorriente se llega a fórmulas análogas.


En ambos casos la máxima recuperación posible para cada configuración, dados unos caudales y unas temperaturas
iniciales, se obtendría si la superficie de transferencia A, o lo que es equivalente, N, fuese infinita. Así llegamos a un
valor límite máximo de P igual a

(11-62)

(11-63)

respectivamente. En el caso de corrientes paralelas a equicorriente vemos que la eficiencia, salvo en el caso de que
una corriente cambie de fase, siempre tiene que ser menor que la unidad, mientras que a contracorriente ocurre lo
mismo si R es mayor que uno, es decir, para el fluido con mayor capacidad calorífica , mientras que si R es menor
que la unidad podríamos alcanzar una eficiencia mayor que 1, cosa físicamente imposible por definición, pero que
indica que se puede llegar a la eficiencia máxima posible: la unidad. Esta particularidad no se consigue con todas las
configuraciones, por lo que la disposición más eficiente, si no es inviable por limitaciones de espacio, es la de
corrientes paralelas contracorriente (véase el ejemplo 11.16).
Una característica muy útil de estas relaciones y de todas las NPR en general, es que se puede suponer que las
variaciones de la temperatura media moderadas no afectan al valor de las propiedades, de modo que, si no varían los
caudales de las corrientes, no varían ni Ni ni Ri, y, por lo tanto, tampoco lo hace Pi.
Cuando

(11-64)

Rc = Rh = 1 y para contracorriente las fórmulas de P y N son indeterminadas, aunque llegamos a:

(11-69)

que resuelve la indeterminación.


Finalmente señalaremos que en el caso de corrientes paralelas es posible considerar un coeficiente global U con una
variación lineal con la temperatura de uno de los fluidos (el más viscoso),
11.5 Variación temporal... 391

(11-71)

lo que es una aproximación aceptable si la variación del coeficiente global no es muy grande.
La configuración de corrientes paralelas con cambios de sentido en el circuito interior, corresponde a las disposiciones
en las que se descompone la longitud total del haz tubular en tramos, o pasos, permiten acortar la longitud del
recuperador respecto a la circulación en contracorriente y, así, adaptarla a unas medidas deseadas. En el caso del
ejemplo 11.2, de haber construido el recuperador a contracorriente pura, suponiendo 0,2 m para cada cabezal, su
longitud hubiese sido de (11)(1,8288) + (2)(0,4) = 21 m, en vez de los 1,8288 + 0,0 + 0,2 = 2,23 m del aparato
propuesto. La multiplicidad de pasos también permite aumentar la velocidad de fluido que circula por los tubos y así
incrementar el coeficiente de convección en la superficie interior de los tubos. Todo ello, unido a la simplicidad de
su construcción, hace que la configuración de una envolvente (circuito exterior) con varios pasos de tubos (circuito
interior) sea la configuración más frecuente en la práctica.
La disposición más sencilla, un paso lado envolvente y dos pasos lado tubos, se representa en las figuras 11.4a y
11.4b. Nótese que con corrientes las paralelas tenemos dos opciones: una en la que el primer paso del lado tubos
circula a equicorriente con el fluido que lo hace por la envolvente, figura 11.4a, y otra en la que dicha circulación
es a contracorriente, figura 11.4b.
Estas dos configuraciones tienen un comportamiento térmico distinto, pues cuando existe un cruce de temperaturas,
la configuración que muestra la figura 11.4b, permite que se produzca una inversión de la diferencia de temperaturas,
es decir, que en el tramo final de los tubos el fluido frío esté a mayor temperatura que el caliente. Caso de producirse
esta inversión de temperaturas se invertirá el sentido del flujo calorífico en dicha zona. Como vimos en el apartado
11.2, para garantizar que no pueda ocurrir el cruce se ha de verificar la relación (11-27).
Sin embargo, constructivamente es más favorable la configuración de la figura 11.4b, que minimiza las tensiones y
deformaciones del haz y distribuye mejor la potencia transferida a lo largo del mismo, por lo que normalmente se
elige la disposición de la figura 11.4b, pero imponiendo la condición (11-27) y estableciendo las envolventes en serie
(véase la figura 11.21 más adelante) correspondientes.
Un modo simple de establecer el número de envolventes en serie es el gráfico, basado en utilizar la representación
de su funcionamiento en los ejes potencia transferida(calor)-temperatura, figura 11.6, que no depende de la
configuración de recuperador escogida, a diferencia de la representación longitud(área)-temperatura utilizada hasta
ahora, figuras 11.5a y 11.5b. En la figura 11.7 mostramos su aplicación para determinar el número de envolventes
en serie.
Un modelo correspondiente a la configuración 1-2, se basa en suponer que:
1- La temperatura de la corriente en el lado envolvente es uniforme en cada sección transversal
2- El área de transferencia es la misma en cada paso
3- Ninguna de las dos corrientes cambia de fase
4- Las capacidades caloríficas de las dos corrientes son constantes
5- El coeficiente global U es uniforme y constante
La primera hipótesis es la más restrictiva y sólo es realmente aceptable para corrientes (interior y exterior a los tubos)
paralelas. Con estas hipótesis, obtenemos la relación NPR para el fluido que circula por los tubos, aplicable al
problema directo:

(11-96)

donde el subíndice c indica que hemos supuesto que el fluido que circula por el lado tubos es el frío. Si fuese el
caliente bastaría sustituir el subíndice c por h.
Despejando Pc de (11-96) obtenemos la solución del problema inverso, también para el fluido que circula por los
tubos. Con la misma salvedad que la anterior en cuanto al subíndice c. Estas fórmulas se pueden usar
aproximadamente para cualquier número par de pasos de tubos (4,6,...) escribiendo simplemente Nc/2, Nc/3, etc., véase
el ejemplo 11.6.
Para esta configuración la eficiencia máxima que se alcanzaría con una superficie infinita, obtenida haciendo tender
a infinito Nc en (11-97), sería:

(11-98)

Estas fórmulas son aplicables al fluido que circula por los tubos, tanto si es el frío como el caliente. Para obtener Nc
y Pc correspondientes al circuito externo (envolvente) basta recurrir a las fórmulas (11-23) y (11-24).
Se pueden obtener las fórmulas para un número impar de pasos de tubo, que, al permitir que haya un tramo más a
contracorriente que equicorriente, tienen una eficacia ligeramente superior a los de un número par, pero la
complejidad de las conexiones hace que en la práctica no se utilicen.
392 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

Como con flujos paralelos a contracorriente se obtiene la mayor de las diferencias efectivas de temperatura ()T)m
posibles y, como con esta configuración, ()T)m es igual a la MLDT cuando se introducen las corrientes por extremos
opuestos, la relación entre la ()T)m correspondiente a una determinada configuración y la MLDT a contracorriente,
es un índice de la eficacia de dicha configuración. Esta relación, denominada factor F, está siempre comprendida entre
0 y 1, y su expresión en función de los parámetros N y P la podemos establecer. La relación confirma que para el
recuperador a contracorriente, F = 1.
Dado que aproximadamente las relaciones obtenidas para la configuración 1-2 (un paso externo y dos internos), son
técnicamente aplicables para un paso externo y cualquier número par de pasos del circuito interno, cubren la mayoría
de los diseños que se utilizan, por lo que tiene especial interés la determinación del factor F = q1-2/qcontrac.en el caso
1-2, para lo que utilizamos las expresiones (11-96) y (11-97).
Esta relación, sin embargo es mucho más informativa si se expresa en función de la aproximación, (Th)F - (Tc)F, como
establecen los gráficos mostrados en las figuras 11.9 y 11.10, en los que se comprueba que si la aproximación es
negativa, el valor de F cae bruscamente, con la particularidad de que para una aproximación nula (temperaturas
finales de ambos fluidos iguales) F toma el valor de 0,8, lo cual avala la práctica de evitar construir recuperadores
con más de un paso interno si existe cruce de temperaturas entre las corrientes y en ningún caso si F < 0,8, lo que se
soluciona evitaando el cruce de temperaturas.
Se propuso, como solución a esta limitación del diseño con varios pasos internos, procurar aproximarla a la
configuración en contracorriente haciendo, mediante placas que la dividan en espacios comunicados por uno de sus
extremos, que exteriormente, en la envolvente, existan pasos. Así, si colocamos una placa por cada dos pasos internos,
obtenemos una circulación contracorriente y si lo hacemos por cada cuatro, obtenemos una serie de recuperadores
1-2, etc., lo que mejora la eficiencia y reduce las posibilidades de inversión de temperaturas aunque tengamos cruce
de las mismas. Si embargo esta solución de corrientes paralelas con cambio de dirección en el circuito externo
(circuito envolvente dividido), operativamente no es satisfactoria pues el mantenimiento es costoso y no es factible
garantizar la estanqueidad entre la placa y las paredes de la envolvente a un coste razonable y se adopta la solución
de evitar el cruce de temperaturas con recuperadores en serie.
Para los haces de tubos multipaso con envolventes cilíndricas, se han publicado tablas y fórmulas que indican el
número de tubos de determinado diámetro, en disposición rectangular o triangular, con un paso conocido, que caben
en una envolvente de diámetro dado.
En el caso de corrientes cruzadas hay que distinguir dos tipos de corrientes, según que la corriente ocupe toda la
sección de paso en la que se encuentra la superficie transmisora del tabique, con lo que la temperatura en cada sección
transversal se considera uniforme, o que se reparta entre varios conductos en paralelo, lo que mantiene un gradiente
transversal de temperatura. Así, diremos que se trata de una corriente mezclada o de una dividida, respectivamente.
De este modo, con flujos perpendiculares entre si, distinguiremos los casos siguientes:

. Corrientes cruzadas, ambas divididas, figura 11.13


. Corrientes cruzadas, ambas mezcladas, figura 11.16
. Corrientes cruzadas, una dividida y la otra mezclada, figura 11.17

La aplicación NPR utiliza las fórmulas correspondientes a los mismos para resolver todos los casos en los que se
puedan conocer dos de los tres parámetros N, P o R.
Para corrientes cruzadas ambas divididas, tenemos un recuperador como el de la figura 11.13, formado por un
conjunto de placas paralelas con canales alternativamente en direcciones perpendiculares entre placas contiguas, a
través de las cuales circulan uno y otro fluido según la dirección.
En la figura 11.14 se muestra el modelo correspondiente, con indicación de los flujos y los perfiles cualitativos de
temperatura, así como los dos sistemas de canales perpendiculares, de longitud L los correspondientes al fluido
caliente y de longitud W los correspondientes al frío. De forma algo tortuosa se llega a una ecuación para cada una
de las temperaturas medias finales. con lo que se resuelve el problema directo, pues fijadas las temperaturas finales
tenemos Nh. Si se especifican como datos las temperaturas finales medias de los fluidos, es decir, se plantea el
problema directo, hay que determinar A y los resultados se pueden expresar usando las mismas variables que para
la circulación paralela.
Asimismo resolvemos el problema inverso. Sin embargo, se utiliza normalmente una fórmula cerrada aproximada

(11-122)

Está fórmula da resultados precisos para R < 1 y N < 5 y es la que utiliza la aplicación NPR. No se dispone para N
de una fórmula explícita.
Para N tendiendo a 4, P tiende a la unidad, en consecuencia con esta disposición se podría lograr que la temperatura
final del fluido con menor capacidad calorífica igualase la temperatura inicial del otro fluido.
Para corrientes cruzadas ambas mezcladas las caras no tienen los canales de la figura 11.14, véase la figura 11.16.
Constructivamente está limitada a pequeñas dimensiones o caudales y variaciones de temperatura muy dispares.
Para el problema directo, N no es explícita, por lo que se resuelve (11-135) numéricamente, por ejemplo con la
herramienta buscar objetivo de la hoja de cálculo.
En cuanta a la máxima eficiencia posible, tenemos, haciendo tender a infinito N en (11-135) que
11.5 Variación temporal... 393

(11-136)

coincidente con la paralela equicorriente, por lo que esta configuración también tiene la eficiencia limitada a un valor
inferior a la unidad y garantiza que no se producirá cruce de temperaturas.
La figura 11.17 muestra una disposición de circulación cruzada con una corriente dividida y la otra mezclada, donde
la corriente dividida circula por el interior de los tubos y la mezclada por el exterior.
Suponiendo que sea el fluido caliente e1 que circula a Th por el exterior de los tubos, en consecuencia, está mezclado.
el subíndice h indica que la magnitud se refiere al fluido mezclado. La fórmula para resolver el problema directo en
función de los parámetros del fluido mezclado es,

(11-141)

Para las fórmulas del fluido dividido (subíndice c) basta aplicar las relaciones (11-23) y (11-24). Así obtenemos

(11-142)

Si uno de los fluidos se mantiene a temperatura constante, por ejemplo porqué es una sustancia y cambia de fase, Rc
= 0 y Rh = 4 (o viceversa) pues (Th)I = (Th)F, y todas las fórmulas anteriores de P para el fluido que no cambia de fase
se reducen a:

y para N a la (11-18b).
El ejemplo 11.16, en el que efectuamos una comparación cuantitativa de las prestaciones de las diferentes
configuraciones que hemos analizado, nos confirma que las configuraciones a contracorriente y equicorriente limitan
el rango de prestaciones, situándose las demás en prestaciones intermedias.
Para circuitos de corrientes cruzadas en serie se puede plantear un modelo numérico que subsana la limitación que
significa la hipótesis de corrientes paralelas en los recuperadores con dos o más pasos en el circuito interior (tubos).
El diseño que es más efectivo al transformar la circulación externa en cruzada, con la consiguiente mejora del
coeficiente de convección correspondiente, se muestra en la figura 11.18, que reproducimos.

Para simplificar la escritura simbolizamos por t la temperatura de la corriente que circula por los tubos y por T la que
lo hace por la envolvente y en general con minúsculas los parámetros referidos al lado tubos y con mayúsculas los
correspondientes a la envolvente. En cada espacio entre deflectores, véase la figura 11.19a, consideramos unos
recuperadores elementales como los mostrados en la figura 11.19b, de modo que la corriente que cruza las N filas
de tubos entre deflectores, se supone que está formada por M subcorrientes individuales, que se mezclan al pasar al
siguiente espacio entre deflectores. De esta manera se obtiene la malla de recuperadores elementales mostrada en la
figura 11.19c.
Cada recuperador elemental se designa con dos subíndices. El primero i, indica la posición del tubo a partir del
inferior, que se considera el primero. El segundo subíndice j, la subcorriente transversal a partir de la pantalla
izquierda. Calculamos la transferencia en cada recuperador elemental como si circulasen los fluidos a temperatura
constante, igual a la temperatura media de cada corriente en el recuperador.
De acuerdo con la nomenclatura establecida, la potencia transferida por un recuperador elemental en estado
394 Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un tabique ...

estacionario es función de A, área total de transferencia, B número de espacios entre pantallas, igual al número de
pantallas menos uno. Suponiendo que el fluido frío es el que circula por los tubos, o sea t igual a la temperatura del
fluido frío y T a la del caliente. Definimos la eficiencia p, referida al lado tubos, del recuperador elemental y con estas
relaciones calculamos las temperaturas de salida, ti, j+1 y Ti+1, j en función de las de entrada, ti, j y Ti, j, poniendo p en
función de los parámetros conocidos U, A, B, M, N y r. Partimos de (11-146), de donde despejamos el incremento
de temperatura del lado tubo, cuya expresión dividida por Ti, j - ti, j, nos permite despejar p:

(11-152)

con la que hallamos las temperaturas finales.


Con estas expresiones establecemos la marcha de cálculo. Si partimos de la temperatura inicial del fluido por la
envolvente, TI = T1* = T1, véase la figura 11.19c y calculamos ti, j+1 y Ti+1, j con las fórmulas (11-153) y (11-154),
obtenemos la temperatura de la corriente en la envolvente que entrará en el siguiente espacio entre pantallas y la
temperatura final de la corriente del lado tubos, véase la figura 11.19c,
Por el otro extremo del aparato, véase la figura 11.19, tendremos tI = ti, 1 y podremos plantear las relaciones (11-153),
(11-154) y (11-155) que nos darán tF. Como las temperaturas conocidas (datos) tI y TI están en los extremos opuestos
del recuperador, suponemos un perfil de Tk*, siendo Tk,j en cada paso k entre deflectores, y resolvemos el problema
por aproximaciones sucesivas. Este procedimiento puede emplearse también para el caso de circulación cruzada,
véase las figuras 11.14, etc.
Concretamos un algoritmo para un espacio entre deflectores con cuatro recuperadores elementales, véase la figura
11.20. Tenemos N = 1 (dos tubos); M = 1 (2 corrientes en la envolvente) y partimos de los datos t0,0 y t1,0, y de los
valores supuestos de T2,0 y T2,1. Calculamos T0,0 y T0,1, que han de coincidir con los datos, y t0,2 y t1,2. En caso contrario
hay que modificar T2,0 y T2,1.
Este método permite considerar un valor del coeficiente de transferencia global U distinto para cada espacio k entre
deflectores. Pueden concebirse otras redes de recuperadores elementales adecuadas para resolver distintas
configuraciones.
Las dimensiones de los aparatos utilizados como recuperadores tienen limitaciones prácticas de diámetro y longitud
que impiden que los caudales y potencias transferidas superen ciertos valores para un sólo cuerpo (envolvente). Si
el caudal es muy grande, la limitación de diámetro hace que se deban dividir las corrientes, disponiendo envolventes
en paralelo. Si es la potencia a transferir la que es muy grande, las limitaciones de longitud y de número de pasos
obligan a disponer cuerpos en serie. Esto último debe hacerse también si se quieren evitar los cruces de temperatura,
para garantizar que en los recuperadores de varios pasos en el lado tubos, no existirán inversiones de diferencias de
temperatura. Para superar las limitaciones anteriores, tratamos dos combinaciones de envolventes:

. Recuperadores en serie según la disposición de la de la figura 11.21, que da lugar a las fórmulas (11-161),
(11-162) y (11-163).
. Recuperadores en serie-paralelo cuya disposición es la de la figura 11.22 y vda lugar a la fórmula (11-165).

Para calcular las temperaturas finales se ha tener en cuenta la influencia de la temperatura sobre las propiedades,
recurriendo a la aplicación sistemática de la metodología NPR.
Los regeneradores, al comportar la variación temporal de las temperaturas requieren un tratamiento distinto. La
transferencia de calor desde el fluido caliente al frío se efectúa en una sucesión de dos períodos consecutivos en el
transcurso del tiempo. Durante un primer período el fluido caliente circula a través de una cámara fría, en la que el
material sólido de la misma se calienta, acumulando el calor que cede el fluido caliente al enfriarse. Como durante
este período el fluido se enfría y el material acumulador se calienta, lo denominaremos período caliente. Durante el
siguiente período, a través de la cámara ya calentada, circula el fluido frío que absorbe el calor acumulado en el
material sólido de la cámara. En esta operación el fluido, inicialmente frío, se calienta y la masa acumuladora se
enfría, por ello lo llamaremos período frío. De este modo la secuencia se va repitiendo periódicamente en el tiempo.
En la figura 11.23 se muestra la distinta configuración que caracteriza un recuperador y un cuerpo de regenerador.
En estos últimos dispositivos los fluidos frío y caliente circulan por el mismo canal y, alternativamente, bañan la
misma superficie de calefacción. Para evitar interrupciones de los flujos de las corrientes y lograr que la instalación
opere en continuo, son precisos dos cuerpos, uno funcionando en periodo caliente mientras el otro lo hace en el frío
y viceversa, véase la figura 11.23.
Cuando se produce el calentamiento o el enfriamiento, la temperatura J del sólido acumulador varía y también la
temperatura T del fluido (si exceptuamos la temperatura de entrada a la cámara), por lo que en estos dispositivos el
proceso de transmisión de calor no es estacionario, aunque si se puede alcanzar una situación de régimen en la que
la variación en cada fase sea periódica. Además de la variación en el tiempo t, todas las temperaturas en los
regeneradores también varían en el espacio, a lo largo de la superficie de calefacción.
Efectuamos el modelado de un regenerador compacto formado por dos cuerpos en paralelo, como muestra la figura
11.24, de dimensiones limitadas, digamos unos pocos metros de longitud y sin superar el metro y medio de diámetro,
que permiten las aproximaciones que proponemos. Para su estudio basta analizar un cuerpo del regenerador y evaluar
la evolución de temperaturas en su interior. El modelo cambiando las condiciones adecuadamente, nos dará el
funcionamiento del otro cuerpo, pues en él ocurre lo mismo pero en períodos de tiempo alternados.
11.5 Variación temporal... 395

Consideraremos el regenerador como un conducto con un relleno de piezas de material refractario, a través del cual
circulan secuencialmente los fluidos que calientan el lecho o que lo enfrían. Definimos las ecuaciones que rigen su
funcionamiento utilizando el modelo mixto promediado transversalmente-distribuido longitudinalmente para el fluido
y el promediado para el sólido. Designamos con J las temperaturas del sólido y con T, a las temperaturas del fluido,
por L la longitud del dispositivo, por As a1 área contacto, o interfaz, del fluido con el sólido acumulador y por Sf a1
área de paso del fluido a través de los canales. En una rebanada aplicamos los balances de energía, el (3-21) al fluido
y el (3-27) al sólido. El balance del fluido es

(11-167)

Para el relleno obtenemos,

(11-169)

Los valores correspondientes al periodo caliente, T mayor que τ, y los del de enfriamiento, T menor que τ, hacen
que las ecuaciones anteriores automáticamente adopten los signos adecuados. Estas ecuaciones se
adimensionalizan dando las fórmulas (11-170) y (11-171).
Adoptar la descripción promediada y tomar un único valor de τ como temperatura uniforme del sólido en una
sección x, equivale a que el gradiente transversal de temperatura en el mismo sea nulo y, por lo tanto, que la
conductancia térmica en esa dirección sea infinita. Asimismo, al ignorar la conducción de calor en la dirección x,
consideramos que la conductancia en esa dirección es nula. Suponemos también que no existe circulación de
gases a través de los canales transversales del regenerador.
Para aplicar estas ecuaciones a los sucesivos períodos fríos y calientes de operación del regenerador, suponemos
que la temperatura de entrada del gas no varía en ninguno de los periodos frío o caliente a lo largo del proceso.
Otra condición de contorno es que la distribución de temperaturas del sólido en el principio del período
caliente/frío es la misma que al final del período frío/caliente anterior.
Proponemos una resolución numérica del modelo. Lo que se pretende es obtener una historia de la evolución de
las temperaturas del gas y del sólido, y el cálculo del calor transferido durante cada uno de los períodos de
calentamiento y de enfriamiento. Como se trata de un proceso transitorio, hemos de considerar las variaciones en
el tiempo además de las espaciales. Los cambios los estructuramos mediante una célula genérica con un nodo de
partida, con valores conocidos, y uno final con valores desconocidos, descomponiendo el cambio en uno en el
espació más otro en el tiempo y viceversa. Tenemos en cuenta que los incrementos en el espacio y en el tiempo
no son independientes.
La ventaja que presenta esta metodología es que proporciona la distribución de temperaturas tanto del sólido
como del gas.
Con este método, al ser explícito, las temperaturas del fluido y de la masa acumuladora de calor que sean
desconocidas pueden calcularse sin iterar. Nótese para integrar que el diferencial respecto al tiempo de la
ecuación (11-169) es nulo, ya que la integración se hace respecto al espacio.
Finalmente se dejan τ4 y T4 en función de únicamente T1, T2, T3,τ1, τ2, y τ3.
El proceso de cálculo se inicia en la posición x = 0 y el instante t = 0. En el primer instante conocemos la
temperatura uniforme en cada sección e igual a lo largo del lecho, a la temperatura inicial del sólido y del fluido,
temperaturas mostradas con círculos negros en las figuras 11.28a y b. en el instante N = 1. Etc. Véase el ejemplo
11.19.
397

CAPITULO 12. RECUPERADORES DE CALOR

Estructura del análisis del diseño y las prestaciones de los diferentes tipos de recuperadores de calor
INTRODUCCIÓN

12.1. FAMILIAS DE CAMBIADORES DE CALOR CON INDEPENDENCIA TEMPORAL:


RECUPERADORES Y DE CONTACTO
12.1-1. Recuperadores
12.1-1.1. El problema termohidráulico. Corrientes controladas y corrientes fraccionadas
12.1-1.2. Gráfico temperatura-entalpía: número de envolventes
12.1-1.3 El problema del diseño (determinación de superficie y configuración)
12.1-1.4. El problema de la determinación de prestaciones (condiciones finales de los fluidos y
potencia transmitida)
12.1-2. Cambiadores de contacto

12.2. DISEÑO Y ANÁLISIS DE RECUPERADORES PARA FLUIDOS SIN CAMBIO DE FASE


CON CORRIENTES CONTROLADAS
12.2-1 Configuraciones. Corrientes paralelas en el mismo sentido. Corrientes multipaso lado tubos o lado
envolvente. Corrientes cruzadas. Uso del método N P R
12.2-1.1 Combinación en serie o paralelo de envolventes
12.2-1.2 Corrientes en régimen laminar

12.2-2. Corrientes paralelas. Método de las sumas sucesivas


12.2-3. Recuperadores tubulares con deflectores. Método de los cambiadores elementales. Aplicación CAMBIO

12.3. DISEÑO Y PRÁCTICO DE CAMBIADORES DE ENVOLVENTE Y TUBOS CON


CORRIENTES FRACCIONADAS

12.3-1. Recuperadores tubulares con deflectores, reales


12.3-2. Modelo de Tinker y el método Bell-Delaware
12.3-3. La aplicación TEMA.

12.4. CÁLCULO FLUIDOTÉRMICO DE RECUPERADORES CON CAMBIO DE FASE PARA


SUSTANCIAS PURAS

12.4-1. Condensadores verticales u horizontales, por el interior de tubos o por el exterior. Aplicación
CONDENSA
12.4-1.1. Totales para una sustancia saturada en fase vapor. Tipos

12.4-1.2. Totales para mezclas multicomponente, en el punto de rocío

12.4-2. Cambiadores con vaporización de sustancias líquidas saturadas. Tipos


12.4-2.1. De ebullición estancada.
12.4-2.2. De convección natural y de convección mixta. Ventajas, inconvenientes y aplicaciones de
cada tipo. Aplicación EVAPORA
12.4-3. GENERADORES DE VAPOR DE AGUA SIN COMBUSTIÓN AUXILIAR
12.4-3.1. De tubos de humos

12.4.3-2. De tubos de agua


12.4.3-3.Ventajas, inconvenientes y aplicaciones de cada tipo
12.4-4. CONCENTRADORES DE DISOLUCIONES DE SÓLIDOS (EVAPORADORES)

12.5. RECUPERADORES COMPACTOS: DEFINICIÓN DE LA GEOMETRÍA Y CORRELACIONES


12.6. RECUPERADORES ESPECIALES
12.6-1. Aeroenfriadores
398 CAPITULO 12. RECUPERADORES DE CALOR

12.6-1.1. Descripción y tipos

12.6-1.2. Selección y diseño fluidotérmico preliminar


12.6-2. Colectores solares planos. La aplicación PANEL

12.6-3 RECUPERADORES COMPACTOS


12.6-3.1. DEFINICIÓN DE LA GEOMETRÍA Y CORRELACIONES
12.6-3.2. DISEÑO TÉRMICO Y FLUIDODINÁMICO

12.6-3.3. CAMBIADORES DE PLACAS. DISEÑO PRELIMINAR


12.3-3.4. CAMBIADORES ESPIRALES

12.7. CAMBIADORES ESPECIALES


12.7-1. DISEÑO TÉRMICO DE CAMBIADORES CON AGITACIÓN
12.7-2. DISEÑO TÉRMICO DE CAMBIADORES DE CONTACTO

12.7-3. CAMBIADORES DE SÓLIDOS

12.8. ENSUCIAMIENTO TÉRMICO (FOULING) DE CAMBIADORES DE CALOR

12.7-1. Empleo tradicional de los coeficientes de ensuciamiento

12.7-2. Previsión racional de los efectos del ensuciamiento y su incorporación al diseño. Aplicación
INCRUSTACION
12.9 DISEÑO MECANICO DE CAMBIADORES

12.9-1. PROBLEMATICA DEL DISEÑO

12.1.1. Integración del diseño mecánico y fluidotérmico

12.1.2. Normativa
12.9-2. RECUPERADORES DE ENVOLVENTE Y TUBOS: NORMATIVA TEMA
12.9-1. Diseño del tipo AES

12.9-2. Diseño del tipo BEU


12.9.-3. Diseño del tipo BEM

12.10. CRITERIOS PARA ELECCIÓN DE CAMBIADORES


12.10-1. RECUPERADORES O REGENERADORES
12.10-2. RECUPERADORES SIN CAMBIO DE FASE

12.10-3. RECUPERADORES CON CAMBIO DE FASE

RESUMEN

Bibliografia básica
1. General (válida para la mayoria de los apartados)
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400 CAPITULO 12. RECUPERADORES DE CALOR

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Ingenieria Química, año X (1978), Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo y Septiembre.
© B. Sigalés
13 Redes de recuperadores

Introducción

Cuando en una factoría industrial existen corrientes1, en general fluidas, que mediante una serie de aparatos2
se someten a cambios de condiciones y/o composición, como ocurre en las llamadas industrias de proceso:
refinerías de petróleo, fábricas de productos químicos, centrales de producción de energía a partir de
combustibles, etc., se denominan corrientes de proceso. El propósito de este capitulo es presentar la
denominada integración térmica de procesos o utilización de recuperadores para aprovechar entalpía de las
corrientes de proceso más calientes, cediéndola a las más frías, aunque mediante el aumento de la inversión.
Si se trata de sólo de dos corrientes equilibradas, o sea cuyos cambios de entalpia sean iguales y de signo
contrario, da lugar a un recuperador de calor, estudiado en el capítulo 11. Cuando se trata en dos corrientes
desequilibradas o sistemas de más de dos corrientes, con la integración térmica se alcanzan ahorros de energía
externa para calentar y para enfriar.
Para obtener el conjunto de cambiadores que permita alcanzar estos ahorros, seguiremos la metodología
de agrupar las configuraciones de los sistemas de corrientes3 en dos alternativas: con contacto,4 característica
introducida por Linnhoff y colaboradores,5 o con umbral, ésta propuesta por Vives,6 y utilizar el artificio7 de
descomponer el problema en una sucesión de problemas más sencillos (problemas remanentes).
Efectuaremos un análisis de conjuntos de corrientes de proceso mediante las dos primeras leyes de la
Termodinámica, que nos permitirá obtener las mínimas necesidades energéticas externas, así como sus niveles
térmicos, y estableceremos, con ayuda de reglas heurísticas8 o criterios, una sistemática para la generación
de una red de unidades de transferencia de calor (recuperadores, calentadores y enfriadores) que cumpla los
objetivos de minimizar el consumo de energía o el número de equipos. También veremos como determinar
si empleamos una cantidad de energía que supera la estrictamente necesaria, lo que nos obligaría a gastar
además, para neutralizar el exceso, una cantidad superflua de otro tipo de servicio. El análisis distingue entre
configuraciones de sistemas que requieren los dos tipos de energía externa, calentamiento y enfriamiento,

1
Caudales de materia individualizados.
2
Comúnmente denominados equipos en las industrias de proceso.
3
Veánse más adelante las definiciones de sistema y de configuración de corrientes.
4
PINCH en la literatura anglosajona.
5
Linhoff, B. y E. Hindmarsh, "The Pinch desing method for heat exchanger networks", Chemical
Engineering Science, Vol. 38 (1983), Nº 5, pp. 745-763, y The Institution of Chemical Engineers (Linnhoff
et al.), User Guide on PROCESS INTEGRATION for the EFFICIENT USE OF ENERGY, Revised First
Edition, Institution of Chemical Engineers, Rugby, 1994. Unos textos en castellano que sintetizan la
metodología de estos autores son Ollero, P. y J. Galiano, "Diseño óptimo de redes de intercambio de calor.
Parte I", Ingeniería Química Año XVIII, Nº9 (Septiembre 1986), pp. 161-168 y id. Parte II, id., id., Nº10
(Octubre 1986), pp. 135-141, y Jiménez Gutiérrez, Arturo, Diseño de procesos en Ingeniería Química,
Reverté, Barcelona, 2003, Capítulos 9, 10 y 11.
6
Vives, Pablo, Modelo para la realización de redes de intercambio térmico, Proyecto Final de Carrera,
E.T.S.E.I. Barcelona, octubre 1985.También incluiremos mejoras propuestas por López Sánchez, Juan,
Síntesis de redes de recuperación de calor para la integración térmica de procesos, Proyecto Final de
Carrera, E.T.S.E.I. Barcelona, junio 1995.
7
Introducido en este texto en el capítulo 3,.
8
Heuristica: En algunas ciencias, manera de buscar la solución de un problema mediante métodos no
rigurosos (Diccionario Escolar de la Real Academia Española, Espasa, Madrid, 1996).

401
402 Capítulo 13. Redes de recuperadores

que comportan contacto, y las que requieren tan sólo uno de los tipos, enfriamiento o calentamiento, que
comportan umbral. Vives denominó a las primeras restringidas, mientras que a las que tenían umbral loa
denominó no restringidas, por los motivos que veremos.
La sistemática concreta9 para el diseño de redes de recuperación que expondremos es válida tanto para la
generación de nuevas como para reformar las existentes.

13.1. Definiciones y representaciones

Entre las corrientes de proceso de una planta, algunas se calientan, otras se enfrían y otras cambian de fase.
De todas estas corrientes designaremos como corrientes térmicas a las que consistan en un caudal constante
de fluido que, de acuerdo con el proceso, debe cambiar su temperatura o su fase (es decir su entalpía) en un
valor determinado y debido a una acción externa. Es decir, si el cambio se produce por un fenómeno interno,
como un calor de reacción, o su cambio de temperatura es indiferente, no es una corriente térmica.
Consideraremos dos tipos de corrientes térmicas: las que se tengan que enfriar o condensar, corrientes
calientes y a las que se tengan que calentar o evaporar, corrientes frías, independientemente de su nivel
térmico. Ambas las definiremos con su caudal de capacidad calorífica10 , W/K, y sus temperaturas11
inicial o de suministro, TS, y final u objetivo, TT o por la temperatura y la variación de entalpía
correspondientes al cambio de fase12, Ts y )Hvap.. Para definirlas debemos pues, ante todo, establecer las
temperaturas fijadas por el proceso, que serán las de suministro y objetivo de las mismas. Como consecuencia
de ello, una corriente, independientemente de su temperatura, sólo puede ceder entalpía si se clasifica como
caliente, mientras que una corriente clasificada como fría no puede nunca dar calor, teniendo que limitarse a
absorberlo; por ejemplo, una corriente que deba pasar de 1.000 K a 1.100 K es una corriente fría, mientras
que otra que deba hacerlo de 50 K a 30 K, es caliente. Asimismo, si no se recupera la entalpía de una corriente
caliente, hay que enfriarla exteriormente y viceversa con las corrientes frías.
Denominaremos servicios térmicos a los fluidos dedicados genéricamente a ceder calor, o sea calentar,
(como el vapor de agua, los fluidos caloportadores y los gases de combustión), o absorberlo, o sea enfriar,
(como el agua, el aire y los fluidos frigoríficos) distinguiendo los dos tipos: servicios calientes, para calentar,
y servicios fríos, para enfriar. Los servicios térmicos no se consideran corrientes de proceso, aunque se deben
tener en cuenta para establecer las relaciones entre número de aparatos y de corrientes. En adelante, para
abreviar, los designaremos como servicios. Denominaremos sistema de corrientes a un conjunto de corrientes
de proceso cuyas capacidades caloríficas, temperaturas de suministro y objetivo estén fijadas.
Esquematizaremos los procesos empleando para representar los cambiadores de calor (en su acepción más
general) la simbología mostrada en la figura 13.1.

9
Vives, Pablo, Bartomeu Sigalés y Montserrat Rosell, Modelo para la integración térmica de procesos,
Comunicación 6.33, IV Congreso Nacional de Química, La Manga del Mar Menor-Murcia, 17,18 y 19 de
Octubre de1985; Vives, P., B. Sigalés y A. Trujillo, "Optimización de redes de cambiadores para la
integración térmica de procesos", 7ª Conferencia sobre planificación, ahorro y alternativas energéticas,
Feria oficial y nacional de muestras de Zaragoza, 14 a 16 de octubre de 1987.
10
Que, recordemos, en el capítulo 11denominamos capacidad calorífica, denominación que usaremos en
adelante.
11
Esta simbología permite distinguirlas de las temperaturas de entrada, TI, y salida, TF en un recuperador,
que pueden ser intermedias a la inicial y final de la corriente o coincidir con una de ellas.
12
Consideraremos en principio sustancias, aunque el procedimiento es aplicable a mezclas, en cuyo caso
el calor latente se sustituye por un calor específico ficticio.
13.1. Definiciones y representaciones 403

Figura 13.1. Simbología de los equipos la para transferencia de calor13.

Evidentemente podemos calentar las corrientes frías utilizando exclusivamente servicios calientes y enfriar
las calientes utilizando sólo servicios fríos, como muestra la figura 13.2, en la que se ve un proceso, que
trataremos en el ejemplo 13.1, en el que no hay recuperación de calor. Pero también es obvio que puede tener
interés disminuir el consumo de servicios mediante la recuperación de, al menos, parte de la entalpía que se
ha de eliminar de las corrientes calientes, para suministrarla a las frías. Escribimos esto en potencial porque
los recuperadores, sus conexiones, etc. representan inversiones, de modo que el grado óptimo de recuperación
sólo se podrá establecer después de un análisis económico de costes e inversiones.

Figura 13.2. Ejemplo de proceso sin recuperación de calor.

Dado un proceso, el conjunto de los recuperadores, calentadores y enfriadores14 precisos para integrarlo
térmicamente, lo denominaremos red de cambiadores15. En una tal red, definiremos asimismo como unidad
a un recuperador, formado una o más envolventes16, que comporte un cambio continuo de temperatura, o de
fase, de las dos corrientes involucradas.
Adicionalmente a los esquemas de proceso, para el análisis térmico utilizaremos una representación
específica, mostrando cada corriente caliente en la parte superior del esquema, mediante una recta horizontal

13
No consideraremos aquí regeneradores.
14
En rigor todos son recuperadores, pero esta división identificando aquellos en los que una corriente es
un servició, clarifica el proceso de diseño.
15
Designada también como HEN, del inglés "Heat Exchanger Network".
16
Observación importante en cuanto al coste de la unidad.
404 Capítulo 13. Redes de recuperadores

con una flecha en su extremo, en el sentido de derecha a izquierda, desde la temperatura de suministro TS, a
la temperatura objetivo TT, escribiendo dichas temperaturas en los extremos correspondientes17. En el lado
derecho indicaremos su capacidad calorífica y su cambio de entalpía18,

(13-1)

y en el izquierdo su designación. Para las corrientes frías se invierten el sentido, de modo que las temperaturas
más bajas siguen quedando a la izquierda del esquema, mientras que las capacidades caloríficas y el cambio
de entalpía, siempre los situaremos en el lado derecho. Las unidades las representaremos mediante dos
círculos, uno en cada una de las corrientes entre las que se efectúa la transferencia de calor, unidos por un
trazo vertical, indicando en el interior del superior el número de identificación de la unidad y debajo del
inferior la potencia transferida. Este tipo de representación19 se denomina en parrilla y en ella se indican,
además, todas las temperaturas de interés, como las de entrada y salida de los recuperadores, etc. Tiene la
ventaja de que se pueden situar los recuperadores sin necesidad de volver a dibujar el sistema ni desplazar
corrientes, como ocurre en los esquemas de proceso, como el mostrado en la figura 13.2 utilizando la
presentación convencional de la figura 13.1. Veamos un ejemplo al respecto.

Ejemplo 13.1

a) Identifíquense las temperaturas de proceso y defínanse las corrientes térmicas en el proceso esquemati-
zado en la figura 1, correspondiente al de la figura 13.2 pero efectuando la recuperación del calor de la
corriente de salida del reactor R-1, para precalentar la corriente de entrada al mismo, la de salida del
separador D-1 y la de alimentación a la unidad, mediante los recuperadores E-3, E-6 y E-1, respectivamen-
te.
b) Efectúese la representación en parrilla del sistema de corrientes y de la red de cambiadores más general
correspondiente.

Figura 1 ejemplo 13.1.

17
Normalmente en la literatura se usa el sentido inverso, pero la representación adoptada es coherente con
la que utilizaremos más adelante, en la que las temperaturas crecientes van de izquierda a derecha.
18
Se puede considerar general esta expresión incorporando los cambios de fase admitiendo para ellos una
capacidad calorífica igual a infinito.
19
Linnhoff, B. y J.R. Flower,"Synthesis of heat exchanger networks", “I. Systematic Generation of Energy
Optimal Networks” y “II. Evolutionery Generation of Networks with Various Criteria of Optimality", AIChE
J., Vol. 24 (1978), Nº4, pp. 633-642 y 642-654 y Linnhoff, B. y E. Hindmarsh, "The Pinch desing method
for heat exchanger networks", Chemical Engineering Science, Vol. 38 (1983), Nº 5, pp. 745-763.
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 405

La red de cambiadores óptima será aquella que corresponda a los costes anuales mínimos, teniendo en cuenta:
C Inversión (en base anual, como amortización).
C Consumo de servicios térmicos calientes y fríos.
C Energía para bombeo.
C Otros costes de operación (mano de obra, aditivos, etc.).
C Mantenimiento.
Algunos de estos criterios son contradictorios, por lo que optimizar simultáneamente todas estas partidas no
es posible, pero se pueden obtener redes de cambiadores de integración térmica que corresponden a óptimos
parciales, suficientes en muchos casos. Normalmente el óptimo económico se establece considerando
solamente la inversión (amortización) y los consumos energéticos térmicos (servicios térmicos), por ser, en
general, las partidas más importantes de la relación anterior.20
Los objetivos extremos concretos energéticos y de inversión de una red de cambiadores para un conjunto
determinado de corrientes térmicas, son:
C Relacionados con las necesidades energéticas de procesos:
< Cantidad mínima de servicios térmicos.
< Nivel térmico más ajustado para dichos servicios (temperatura mínima requerida para servicios
calientes y temperatura máxima permisible para los fríos).
C Relacionados con la inversión en la red de cambiadores:
< Número de cuerpos de recuperador (envolventes) mínimo.
< Área de transferencia mínima.
< Menor potencia de los equipos de impulsión (bombas y compresores).
< Menor complejidad y longitud de las interconexiones.
Todos estos objetivos tampoco son alcanzables simultáneamente pero, como veremos, se pueden obtener por
separado, como soluciones primarias, y considerarlos como vértices de un polígono envolvente de soluciones,
la mejor de las cuales se debe elegir después de un estudio económico, análisis de operatividad, criterios de
seguridad, etc.
Partiremos de un análisis del sistema de corrientes térmicas mediante las dos primeras leyes de la
Termodinámica, que nos permitirá obtener las mínimas necesidades energéticas externas, así como sus niveles
térmicos, y, siguiendo a Vives, estableceremos, con ayuda de criterios, una sistemática para la generación de
una red de unidades de transferencia de calor (recuperadores, calentadores y enfriadores) apropiada para
cumplir los objetivos anteriores.
Así, en la primera fase, hallaremos la red con la máxima recuperación, o el mínimo consumo de servicios,
y posteriormente la haremos evolucionar hasta la que requiera la utilización de servicios al nivel térmico más
adecuado y el menor número de cuerpos de los recuperadores.
Se han publicado multitud de procedimientos matemáticos para tratar el problema, entre las que cabe
destacar las metodologías basadas en la programación no lineal entera,21 utilizando un acercamiento térmico
mínimo22 variable, pero que presentan el inconveniente de que la solución sale de una caja negra y el
diseñador difícilmente puede introducir factores circunstanciales, mientras que la metodología aquí expuesta
ofrece la posibilidad de intervención y reajuste por parte del diseñador a lo largo de todo el proyecto.

13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía

Aunque se efectúe una integración térmica, en general se requerirán servicios térmicos calientes qh y fríos qc,
por lo que, además de recuperadores, serán precisos calentadores y enfriadores. Suponiendo establecidas las

20
Ganapathy, V., “How to evaluate heat-exchanger bids”, Oil & Gas Journal, Nov. 30, 1981, p. 77.
21
Véase por ejemplo Zamora, Juan M. e Ignacio M. Grossman, “A comprehensive global optimization
approach for the synthesis of heat exchanger networks with no stream splits”, Computers Chem. Eng., Vol.
21 (1997), Suppl. pp. S65-S70.
22
Concepto definido en el capítulo 11 y que desarrollaremos más adelante.
406 Capítulo 13. Redes de recuperadores

corrientes térmicas del proceso cuya integración térmica se pretende, la diferencia entre la aportación externa
de calor (servicios térmicos calientes) y la extracción del mismo (servicios térmicos fríos) la podremos
establecer sumando algebraicamente la entalpia que deban perder las corrientes calientes y la que deban ganar
las frías; es decir, efectuando el balance global de energía (13-2a):

(13-2a)

El resultado es una constante y en función del signo de la misma denominaremos a un sistema de corrientes
térmicas sistema caliente, si globalmente requiere enfriamiento externo, o frío, si precisa calentamiento. En
el caso de que

0 (13-2b)

tenemos un sistema térmicamente equilibrado. Sin embargo, la suma qh de los consumos de servicios térmicos
calientes y la de los fríos, qc, no han de ser constantes por separado y varían según el grado de recuperación,
aunque su diferencia deba ser para cada sistema siempre la misma, de acuerdo con (13-2a). Esto indica que
si empleamos una cantidad superior a la estrictamente necesaria de un tipo de servicio, ello nos obligará a
gastar, además, para compensar el exceso, una cantidad adicional superflua equivalente del otro tipo de
servicio.
Para el estudio de la integración térmica, supondremos los recuperadores a contracorriente y de varios
pasos por el lado tubos o de flujo cruzado.23 Asimismo, mientras no se indique lo contrario específicamente,
no consideraremos cambios de fase de las corrientes.
En cuanto a la representación gráfica del funcionamiento de los recuperadores, recordemos que en el
capítulo 11, al plantear como limitar los cruces de temperatura en el diseño de recuperadores con varios pasos,
vimos que, a diferencia de la representación área-temperatura, como muestran las figuras 13.3a y b, la
representación potencia transferida(calor)-temperatura, véase la figura 13.4, no depende de la geometría del
recuperador escogido24. Por ello la representación gráfica del proceso térmico en recuperadores de la figura
13.4, es la conveniente cuando se plantean balances de energía previos a la elección del tipo de recuperador
o hay que relacionar varios de ellos25.

Figura 13.3. Representación temperatura-longitud de conductos (área). b) Un paso lado tubos. a) Dos pasos lado tubos.

23
Como vimos en el capítulo 11, los equicorriente son de uso muy particular.
24
Además de permitir la determinación gráfica del número de envolventes en serie precisos para evitar
cruces de temperatura (véase el apartado 11.2-2.2).
25
Recordemos que en el eje q se representan entalpías relativas, con origen el de cada corriente individual.
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 407

Figura 13.4. Representación temperatura-potencia transferida para los recuperadores mostrados en la figura 13.3, con cualquier
número de pasos. Una línea vertical indica cuales son las temperaturas enfrentadas en una sección transversal determinada.

En la representación de la figura 13.4, la curva superior, correspondiente al fluido caliente, cuantifica el


cambio de entalpía que debe transferirse para pasar de la temperatura inicial a la final y la inferior,
representativa del fluido frío, el que debe absorberse para que lo haga el mismo.

13.2-1. Sistemas de dos corrientes. Diferencias de temperatura umbral y sección de contacto

La determinación del dispositivo para efectuar la transferencia de calor en un sistema de dos corrientes, una
fría y otra caliente, depende de que sea térmicamente equilibrado, es decir que las dos corrientes comporten
la misma variación de entalpía pero de signo contrario, o no. El primer caso conduce al problema directo en
el diseño de un recuperador de calor, que expusimos en el capítulo 11, con las disposiciones que se muestran
las figuras 13.3 y 13.4 y las temperaturas iniciales y finales del recuperador iguales a las de suministro y
objetivo del sistema. Con la representación q-T, las posibilidades de los recuperadores son las mostradas en
las figuras 13.5 a, b y c. En los casos a y b, las capacidades caloríficas , W/K, de las dos corrientes son
distintas y observamos que la variación de las temperaturas de cada corriente, para un mismo cambio de
entalpía, es diferente. Esto se debe a que las pendientes de los elementos de curva de la representación
temperatura-cambio de entalpía (potencia), son inversamente proporcionales a la capacidad calorífica de la
corriente correspondiente,

(13-3')

de modo que serán tanto más suaves cuanto mayor sea dicha capacidad, así como constantes si tomamos un
valor medio del calor específico,

(13-3'’)

De esta forma, si, en los recuperadores de las figuras 13.5a y b, vamos aumentando la potencia transferida
alcanzaremos un límite finito para ésta, cuando en la sección correspondiente la diferencia de temperaturas
408 Capítulo 13. Redes de recuperadores

entre las dos corrientes alcance un valor nulo.26 En la práctica el valor máximo ocurriría en el extremo del
recuperador donde se halle el acercamiento térmico27 ()T)a, exceptuando si las capacidades caloríficas son
iguales, en cuyo caso el acercamiento es independiente de la sección.
Notese que la potencia a transferir por el recuperador depende exclusivamente de las temperaturas inicial
(suministro) y final (objetivo) de una de las corrientes, al estar solapadas las proyecciones sobre el eje q, véase
la figura 13.5.

Figura 13.5. Recuperador: a) Corriente fría con mayor capacidad calorífica. b) Corriente caliente con mayor capacidad calorífica. c)
Corrientes caliente y fría con la misma capacidad calorífica.

Si se trata de un sistema de dos corrientes equilibrado, pero que se corten entre si, se trata como un sistema
no equilibrado, caso que comentaremos a continuación.
En el caso de un sistema desequilibrado de dos corrientes con capacidades caloríficas distintas, podemos
establecer un recuperador parcial, que, en principio, corresponderá al tramo de entalpía solapado de ambas
corrientes, por lo que cuanto mayor sea el solapamiento, mayor será la potencia transmitida, o sea recuperada.
Como en este caso a medida que se transfiere calor se consume el salto térmico, al aumentar la recuperación
disminuye el acercamiento térmico y puede ser que éste llegue a un valor ()T)a límite práctico prefijado,28
antes de haber transferido el tramo de entalpía común completo, véase la figura 13.6. En este caso la entalpía
que sobre o falte, debe extraerse o añadirse con una fuente exterior, fría si la corriente excedentaria es caliente,
o caliente si la corriente es fría. Por contra, si en un recuperador las dos corrientes tienen la misma capacidad
calorífica = , no varia el salto térmico a lo largo del recuperador y se puede transferir la totalidad
del tramo solapado.

26
Lo que comportaría un área infinita.
27
Definido, en el apartado 11.2, del capítulo 11, como la menor diferencia de temperaturas entre ambas
corrientes en una misma sección del recuperador, que será la diferencia entre la temperatura de entrada
(inicial) del fluido con mayor caudal de capacidad calorífica y la de salida (final) del de menor caudal de
capacidad calorífica, figuras 13.5 (a) y 13.5 (b).
28
Véase más adelante.
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 409

Figura 13.6.

El establecimiento de un tope o límite no nulo de la diferencia de temperaturas a lo largo de un recuperador,


o sea de la aproximación mínima, es debido a que, a pesar de ir disminuyendo monótonamente el salto térmico
Th - Tc en las sucesivas secciones transversales, no puede llegar a cero, pues para un incremento marginal de
área tenemos:

(13-4)

lo que indica que, al reducirse monótonamente la potencia transferida por unidad de área, siempre tendremos
que fijar económicamente el tope antes señalado, que limitará el acercamiento. A este límite del salto térmico,
o acercamiento mínimo utilizable, lo designaremos, para abreviar, ()T)amin.. Si suponemos ()T)amin. nulo,
denominaremos al recuperador correspondiente recuperador perfecto y a pesar de no ser real, pues no es
posible construirlo del área infinita que requiere, realizaremos el análisis que sigue utilizándolo, pues facilitará
el establecer las particularidades útiles de los sistemas de corrientes en general. Dado un sistema de corrientes,
si fijamos un valor del acercamiento mínimo diremos que tenemos una configuración.
En un sistema de dos corrientes, el acercamiento mínimo fija el recuperador que permite la máxima
recuperación, dando, para él, la temperatura final de la corriente con menor capacidad calorífica, que en la
misma sección corresponde a la temperatura inicial de la corriente con mayor capacidad calorífica.
Vemos, pues, que para un sistema de dos corrientes cuyos cambios de entalpia están desequilibrados, en
principio deberemos emplear, además del recuperador,29 un enfriador o un calentador, según se trate de un
sistema caliente o frío. Nótese que podemos desplazar horizontalmente entre si las lineas correspondientes a
los cambios establecidos para los fluidos sin cambiar el sistema de corrientes, ya que mantenemos las
respectivas temperaturas de suministro y objetivo. Sin embargo, la existencia del límite para la aproximación,
hace que necesidad de un enfriador (o de un calentador), o, lo que no es tan evidente, de ambos, depende del
solapamiento de las corrientes en el diagrama T-q cuando se alcance la aproximación límite; es decir, de cuales
son las temperaturas inicial y final (distintas de la de suministro y la objetivo) de cada corriente en el
recuperador.30 Mediante el desplazamiento señalado antes podemos ajustar el solapamiento entre las dos
corrientes, o sea el acercamiento térmico, y así variar la potencia del recuperador, es decir, la recuperación,
igual al cambio de abscisa entre los dos extremos del mismo. Si el acercamiento es superior al límite, ()T)amin.,
la recuperación no será la máxima posible.

29
Caracterizado porque de sus temperaturas de entrada y salida, al menos una no coincide con alguna de
las de suministro y objetivo.
30
El cambio total de entalpía para cada corriente individual, mostrado en el eje de abscisas, es
independiente de su posición en el gráfico, al contrario de las temperaturas de suministro y objetivo en
ordenadas, cuya posición relativa indica en el eje de ordenadas cuales son las temperaturas inicial y final de
las corrientes en cada extremo del recuperador.
410 Capítulo 13. Redes de recuperadores

Por ejemplo, para el sistema de dos corrientes caliente, que mostramos en la figura 13.7, l a configuración
(a) corresponde al caso sin recuperación, mientras que si desplazamos hacia la izquierda31 la curva de la
corriente fría, hasta alcanzar el acercamiento mínimo, supuesto de 20°C, el recuperador de mayor potencia
que podremos construir será el de la figura 13.7b, pues con él alcanzamos un cambio de entalpía que no
podemos superar sin reducir el salto térmico en un extremo a un valor inferior al acercamiento mínimo,
()T)amin., opción no válida por definición.

Figura 13.7. Configuraciones extremas de un sistema de dos corrientes desequilibradas. a) Sin recuperación. a) Con recuperación
máxima.

Con este recuperador que, recordemos da la máxima recuperación, para poder alcanzar las temperaturas
objetivo deseadas, deberemos enfriar de forma independiente del sistema la corriente caliente desde 120°C
hasta los 70°C objetivo. Asimismo, deberemos calentar, de forma también independiente, la corriente fría
desde 125°C, salida del recuperador (véase más adelante), hasta los 137,5°C objetivo, a pesar de tratarse de
un sistema caliente.
Si queremos enfocar el problema mediante un análisis sistemático, observemos que las posibles
configuraciones para equilibrar un sistema de dos corrientes desequilibrados, dependerán de:
C Si el sistema es caliente o frío (2 posibilidades)
C La relación entre las capacidades caloríficas caliente y fría (3 posibilidades: mayor, menor, iguales)
C La secuencia de los valores de las temperaturas de suministro y objetivo de las corriente (6
posibilidades: casos a, b, c, d, e, f de la tabla 13.1 siguiente).

Tabla 13.1. Jerarquías posibles de las temperaturas de suministro y objetivo.

Opción a b c d e f

(Th)S (Th)S (Th)S (Tc)T (Tc)T (Tc)T

(Th)T (Tc)T (Tc)T (Th)S (Th)S (Tc)S

(Tc)T (Th)T (Tc)S (Th)T (Tc)S (Th)S

(Tc)S (Tc)S (Th)T (Tc)S (Th)T (Th)T

Así para cada acercamiento mínimo tenemos 6 casos, véase la misma figura, de los cuales el f imposibilita
la recuperación, pues las temperaturas frías son superiores a las calientes.
C El acercamiento mínimo, con los 6 ( 5 efectivos) casos anteriores para cada uno, posibilidades ilimitadas.

31
Del observador.
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 411

En tabla 13.1 podemos fijar la jerarquía de las temperaturas, por ejemplo el caso c: (Th)S > (Tc)T > ..., etc. y
variar ()T)amin.. Otra posibilidad de análisis es fijar ()T)amin. y variar la jerarquía de las temperaturas.
Para ver un ejemplo, en la figura 13.8 se muestra la evolución de las configuraciones de un sistema caliente
de dos corrientes en los que < y todos los puntos de la corriente caliente tienen una temperatura
superior a los de la fría, opción a de la tabla 13.1, al ir aumentando el acercamiento térmico mínimo, o sea
desplazando la línea que representa la variación de la entalpía de la corriente caliente hacia la izquierda. Las
situaciones que comportan las distintas configuraciones mostradas en la figura 13.8, donde en se aprecia la
evolución de las distintas configuraciones de un sistema cuando se reduce la diferencia media de temperaturas
en el recuperador, son las siguientes:

a) Temperatura de entrada de la corriente caliente en el recuperador (Th)I, igual a su temperatura objetivo


(Th)T. Se requieren calentamiento y enfriamiento exteriores máximos, pues la potencia del recuperador es
nula y comporta la diferencia media de temperaturas32 ()T)m límite33 para la existencia del recuperador, con
lo que requieren los calentamiento y enfriamiento totalmente exteriores.

b) Temperaturas de salida de ambas corrientes en el recuperador (Th)F y (Tc)F, iguales a las temperaturas
objetivo correspondientes, (Th)T y (Tc)T. Potencia del recuperador no nula y comporta una ()T)m mayor34.

c) Temperatura de entrada de la corriente fría (Tc)I igual a la de suministro, (Tc)S, y temperatura de salida
de la caliente (Th)F igual a la objetivo (Th)T. Sólo es preciso enfriamiento y la potencia del recuperador
(recuperación) es máxima, igual a )Hc (al ser el sistema caliente) y el consumo de servicios es el mínimo
absoluto35. El acercamiento ()T)a es el valor mínimo para tener la recuperación máxima y precisar sólo
enfriamiento.

d) Temperaturas de entrada y salida de la corriente fría, (Tc)I y (Tc)F iguales a las de suministro (Tc)S y
objetivo (Tc)T, respectivamente, y de salida la corriente caliente (T h)I superior a la de suministro (Th)S.
Potencia del recuperador máxima y comporta una ()T)m intermedia.

e) Temperatura de entrada de la corriente caliente (Th)I igual a su temperatura de suministro (T h)S y


temperatura de salida de la fría (Th)F igual a la objetivo (Th)T. Recuperación máxima y límite máximo de
()T)a para tener la recuperación máxima y precisar sólo enfriamiento.

f) Temperatura de entrada de la corriente caliente (Th)I igual a la de suministro (Th)S y temperatura de salida
de la fría (Tc)F inferior a la objetivo (Tc)T. Precisa enfriamiento y calentamiento y ()T)m es grande.

g) Temperaturas de entrada de la corriente caliente (T h)I y de entrada de la corriente fría (T c)I, iguales a
las respectivas de suministro (T h)S y (T c)S. Recuperación nula y ()T)m es máxima, ()T)amin. límite para la
existencia física del recuperador. El calentamiento y el enfriamiento se han de efectuar exclusivamente con
los servicios correspondientes.

32
Véase el pie de la figura 13.8.
33
Máxima.
34
El comportamiento cualitativo de ()T)m y ()T)a es idéntico, pero citaremos una u otra según sea más
apropiada al concepto que queremos destacar.
35
Se recupera todo el cambio entálpico de la corriente fría (ya no queda más) y, en consecuencia, se
requiere el enfriamiento exterior mínimo.
412 Capítulo 13. Redes de recuperadores

Figura 13.8. Evolución del recuperador en un sistema de dos corrientes caliente en el que > , cuando las temperaturas del
36
fluido caliente siempre son superiores a las del frío , al ir aumentando el acercamiento térmico, (Th)F - (Tc)I = ()T)a, a partir de su
valor más pequeño, aumentando asimismo la diferencia media de temperaturas ()T)m • (Th)m - (Tc)m.

Así pues, en un sistema de dos corrientes desequilibrado, con las condiciones:


C Sistema caliente
C >

36
Temperatura objetivo de la corriente caliente superior a la objetivo de la fría.
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 413

C Temperatura de suministro de la corriente caliente mayor que todas la demás37,

a medida que aumenta el valor elegido para el ()T)a, tenemos:

C Figuras 13.8a y b: Consumo de los dos tipos de servicios: caliente a baja temperatura y frío a alta.
C Figuras 13.8c: Consumo de un único tipo de servicio: frío, a un sólo nivel térmico, el superior
C Figuras 13.8d y cualquier ()T)a comprendido entre los correspondientes a c y e (excluidas): Consumo
de un único tipo de servicio: frío, a dos niveles térmicos
C Figuras 13.8e: Consumo de un tipo de servicio a un sólo nivel térmico: frío al nivel térmico inferior.
C Figuras 13.8f y g: Consumo de los dos tipos de servicios: caliente a alta temperatura y frío a baja.

De las figuras c, d y e, deducimos, asimismo, que sólo es posible la recuperación máxima de entalpía, igual al
cambio de la corriente que lo tiene menor, cuando se consume un sólo tipo de servicio, frío en este caso al ser
el sistema caliente.
En la práctica pueden haber limitaciones para la existencia de todas las configuraciones de la figura 13.8,
al tener que ser el acercamiento térmico mínimo, ()T)amin., superior a un valor límite. Así, en el caso concreto
de la figura 13.8, de todas las configuraciones mostradas, algunas puedan no ser aplicables; por ejemplo, si el
acercamiento indicado en la figura 13.8d es el mínimo menor de todos, las configuraciones 13.8 a, b y c, no
son aceptables, véase la figura 13.9.

Figura 13.9. Limitación de configuraciones aceptables al variar el acercamiento mínimo (T)amin. a partir de un valor más bajo que la
diferencia de temperaturas umbral inferior, establecido. Hasta que nos se alcanza el umbral superior ()T)th superior, se consume sólo
enfriamiento a dos niveles y a partir de éste, estamos en la situación de contacto, con consumo de los dos tipos de servicios..

El análisis sistemático que hemos esbozado no es abordable de forma simple, por lo que buscaremos criterios
que nos permitan acotar alternativas y hacer más asequible el análisis de los sistemas de corrientes. La
existencia de dos acercamientos, uno más pequeño38 y otro mayor para los que en el recuperador las
temperaturas de suministro de una corriente y objetivo de la otra coincidan en una sección extrema39, hacen que
haya configuraciones que permitan consumir un único tipo de servicio, figuras 13.8c, d y e. Las dos

37
La representación y discusión de las otras variantes de acuerdo con la figura 13.8 y sistemas fríos o
calientes, se propone como problema para resolver 13.8.
38
Igual o mayor que el acercamiento mínimo, establecido independientemente por motivos económicos.
39
Es decir, las dos temperaturas estén en la misma vertical en el diagrama q-T.
414 Capítulo 13. Redes de recuperadores

configuraciones extremas que lo hagan se denominan con acercamiento umbral inferior, figura 13.8c, y con
acercamiento umbral superior, figura 13.8e, respectivamente. Para abreviar diremos que existe acercamiento
umbral a secas, )Tth, cuando tengamos el superior.40 A las temperaturas correspondientes de las corrientes fría
y caliente las designaremos como temperaturas umbral fría y caliente, respectivamente. Nótese que estas
temperaturas corresponden a la temperatura de suministro o a la objetivo de una corriente.
La configuración con acercamiento umbral superior es importante porqué además de comportar el mayor
acercamiento que nos permite usar un solo tipo de servicios y obtener la máxima recuperación posible41, de
acuerdo con la ecuación (13-2), lo hace con la mínima área.42 Por otro lado, si existe el acercamiento umbral
inferior, que también nos da la máxima recuperación, figura 13.8c, al ser el acercamiento más pequeño para
conseguirlo, lo hace con la máxima área, o sea la máxima inversión, aunque comporta un consumo de servicios
a un nivel térmico más bajo, o sea más económico. 43 Para requerir solamente se un tipo de servicio, aunque
sea a dos niveles térmicos distintos, nos hemos de halla entre los dos umbrales y efectuamos toda la
recuperación de calor posible, de modo que el consumo global de servicios es fijo y sólo puede variarse si se
alteran las temperaturas de suministro y objetivo (cambia el sistema). En las configuraciones entre los dos
umbrales, se puede ajustar el reparto entre los dos niveles térmicos del servicio (frío o caliente, según el caso)
sin variar el consumo global, mediante la variación del acercamiento mínimo.44
Cuando el acercamiento está fuera del rango limitado por los dos casos umbrales, la configuración requiere
siempre los dos tipos de servicios, fríos y calientes. En este caso, si la aproximación en el recuperador es igual
a ()T)amín., la recuperación será la mayor factible, aunque no la máxima, pues será una fracción del cambio de
entalpía de la corriente que lo tenga menor. Es la mayor factible porque la recuperación es la variación de
entalpía sobre el eje de abscisas en el intervalo en el que las corrientes caliente y fría se solapan, y, si la
aproximación es la mínima, la recuperación no puede aumentarse sin violar el límite de aproximación admitido,
véase la figura 13.6b. La sección transversal donde se encuentra el acercamiento térmico mínimo ()T)amin . se
denomina zona, o sección, de contacto45 y a las correspondientes temperaturas fría y caliente, temperatura de
contacto fría y temperatura de contacto caliente. Esta zona corresponde a los puntos de mayor proximidad de
las dos líneas que representan las corrientes en el gráfico T-q, véase la figura 13.6, por lo que cuando
consideramos recuperadores perfectos, ()T)amin. = 0, las dos tienen un punto común, motivo de la anterior
denominación contacto, véase la figura 13.10.
Nótese que tanto en el contacto como los umbrales, las temperaturas coinciden con una de suministro u
objetivo de las corrientes.
La importancia de esta agrupación en los sistemas de corrientes es tal, que el análisis de las redes de
recuperadores tiene dos vertientes, según se trate de configuraciones con umbral o con contacto.
Utilizando recuperadores perfectos es muy fácil reconocer cuando un recuperador agota el salto térmico
y alcanza su transferencia límite. Por este motivo, para efectuar el análisis de los sistemas de corrientes
desplazaremos todas las temperaturas reales de la curva caliente46 de ()T)amin., restándoles el acercamiento
mínimo ()T)amín de modo que en el contacto el acercamiento será nulo. Con esta operación evidentemente
transmitiremos el mismo calor (potencia) que considerando las temperaturas de la curva caliente originales
cuando respetamos la aproximación mínima en el recuperador, pues lo que cuenta es la diferencia de
temperaturas. Así:

40
El subíndice th proviene del ingles “threshold”.
41
El cambio de entalpía del fluido que lo tenga menor.
42
Recuérdese que A = q/(U)()T)m.
43
Cuanto más elevada (dentro de límites razonables) sea la temperatura de un servicio frío, más económico
será y viceversa para un servicio caliente.
44
Desplazando una de las curvas )H (q)-T.
45
En la literatura anglosajona pinch, término introducido por Bodo Linnhoff (B. Linnhoff y E.
Hindmarsh,"The Pinch Design Method for Heat Exchanger Networks", Chem. Eng. Sci., Vol. 38 (1983), Nº5,
pp. 745-763.
46
Análogamente se podría hacer desplazando las temperaturas frías.
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 415

(13-5)

De este modo, modificando en la figura 13.7b las temperaturas de la corriente caliente para tener las corregidas,
T’, la máxima potencia que se puede transferir vendrá dada por la intersección de la nueva curva caliente con
la fría, punto L' en la figura 13.10.

Figura 13.10. Configuración con recuperador perfecto.

Potencia que coincide con la de la figura original al mantenerse en ambas la misma diferencia de temperaturas
efectiva.
En la figura 13.11 se muestran gráficamente las opciones para un sistema caliente, con un recuperador
perfecto en el contacto [()T)amín. = 0]. De la figura se desprende que, en este caso, no es posible la recuperación
con la opción d, pues no existen sistemas calientes de estas características. Tampoco se puede lograr la
recuperación total, configuraciones a y c de la figura, es decir, no existe umbral, cuando las temperaturas de
suministro y objetivo de la corriente caliente no sean superiores o engloben a las de la corriente fría. En la
misma figura se observa que las opciones b y e; es decir, cuando la temperatura de suministro o la objetivo de
la corriente caliente, está comprendida entre la de suministro y la objetivo de la fría, siempre exigen el consumo
de dos clases de servicios y, por lo tanto, existe un contacto, mientras que las opciones a y c, limitan un
intervalo dentro del cual solo se consume una única clase de servicio, frío al tratarse de un sistema caliente en
este caso. Para las restantes opciones (sistema caliente con > , sistema frío con < y
sistema frío con > ) se deducen reglas análogas.
Para ()T)th. inferior # ()T)amín. # ()T)th. superior , el umbral y el contacto coinciden en los límites del intervalo de
acercamientos y en dichos límites no usaremos la denominación de contacto sino la de umbral.
416 Capítulo 13. Redes de recuperadores

T T T
(Th)S (Th)S (Th)S (Th)S (Th)S

-q -q -q

(Tc)T ( T c) T
(Th)T = (Tc)T (Tc)T (Tc)T
(Th)T
(Tc)S (Tc)S ( T c) S
+q (Th)T
Hmáx H -q Hmáx
q q q

(a) (b) (c)

T T T
(Th)S = (Tc)T (Tc)T (Tc)T
(Th)S
+q
+q +q
(Tc)S

(Th)T
(Th)T = (Tc)S -q
Incompatible con (Th)T
un sistema caliente -q
H
q q q

(d) (e) (f)

Figura 13.11. Configuraciones con un recuperador perfecto (()T)amin. = 0) por lo que la sección de contacto se reduce a un punto
[excepto la opción (a) que no la admite],en de un sistema caliente, con < y según la secuencia de las temperaturas de
suministro y objetivo de cada corriente, mostrada en la tabla 13.1.

Hemos visto que la integración de un sistema puede lograrse de varias maneras, incluso calentando y enfriando
simultáneamente, según que valor se elija para el acercamiento mínimo, o sea, en el caso de la figura, las
temperaturas de entrada de la corriente caliente y de salida de la fría en el recuperador.
Como los cambios de entalpía totales para cada corriente, )Hh y )Hc, son fijos y el calor transferido por
el recuperador es variable, igual a la proyección común de ambas curvas sobre el eje de abscisas, el calor
extraído para enfriar y el añadido para calentar exteriores, dependerán del ()T)amín. elegido , aunque la
diferencia entre ellos, o saldo térmico, será siempre será el mismo, de acuerdo con la fórmula (13-2a). Así pues,
en un sistema de corrientes, una vez establecida la configuración con la aproximación mínima ()T)amin., la
estructura queda fijada como una de las alternativas de la figura 13.8, con contacto o umbral, según
corresponda.
Asimismo, como que la existencia de umbral o de contacto en uno de los extremos del recuperador, depende
del ()T)amin. escogido, su existencia no es universal para todos los sistemas de corrientes y son mutuamente
excluyentes.
En las configuraciones con umbral, al recuperarse la totalidad de la variación de la corriente fría en los
sistemas calientas y viceversa en los fríos, el consumo de servicios, fríos en el primer caso, o calientes en el
segundo, es constante de modo que si el suministro del servicios incluye una aportación del otro tipo de servicio,
ha de ser compensado, para mantener la temperatura objetivo, suministrando también la cantidad equivalente
del servicio original (la misma potencia cambiada de signo). Nótese que este exceso y su neutralización han
de efectuarse con medios externos al sistema, para estar a una temperatura que dé el salto térmico adecuado.
Para configuraciones con contacto, fijada una ()T)amin, la máxima recuperación y el mínimo consumo de
servicios, se logran cuando ()T)a = ()T)amin y la diferencia entre los consumos de servicios fríos y calientes
también es constante pero, mientras se mantenga la diferencia entre ellos, el consumo de servicios no está
acotado superiormente.
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 417

Finalmente, según la situación del contacto, el nivel térmico del enfriamiento puede ser superior al del
calentamiento o viceversa.
Para completar este análisis, veamos, utilizando recuperadores perfectos, que ocurre cuando en un sistemas
de dos corrientes, frío o caliente, varía el escalonamiento de las temperaturas inicial y final de las mismas, es
decir, en las seis opciones mostradas en la figura 13.11.

Ejemplo 13.2

a) Represéntese, de la forma mostrada en la figura 13.11, la evolución de un sistema frío al variar la


secuencia de las temperaturas de suministro y objetivo con > cuando ()T)amin. = 0.
b) Señálense las temperaturas de contacto y umbral, en su caso.

Más adelante veremos como se pueden calcular las temperatura de contacto y las umbral.

13.2-2. Gráfico de disponibilidad y demanda de calor. Punto de contacto.

Vamos a efectuar un análisis más cuantitativo prosiguiendo con un recuperador perfecto, o sea ()T)amin. = 0.
Primero plantearemos un caso numérico que facilitará el análisis posterior de los motivos del comportamiento
de los sistemas de corrientes térmicas.

Ejemplo 13.3

Supongamos un sistema formado por una corriente caliente de capacidad calorífica 5 kW/°C que debe pasar
de 180°C a 50°C y otra fría de capacidad 16 kW/°C y que deba alcanzar 137,5°C partiendo de 100°C. Con
este sistema supondremos un recuperador perfecto, o sea que pueda tener la superficie tan grande como sea
preciso para que el acercamiento sea cero.
a) Dígase si el sistema de corrientes es caliente o frío
b) Determínese la potencia recuperable, si es la máxima y que aportaciones externas son necesarias.
c) Justifíquense las respuestas a b)
d) Dibújense los esquemas de parrilla y convencional de la red de cambiadores que se establece para obtener
la máxima recuperación.

Para proseguir el análisis de las razones de las limitaciones en la recuperación expuestas en el ejemplo anterior,
seguiremos suponiendo aproximación mínima nula, ()T)amin. = 0, y estableceremos, de acuerdo con la relación
(13-3), el proceso que sigue el calor transferible por una corriente caliente en un intervalo de temperaturas dT,
que es:

(13-6')

A fin de que la diferencia de temperaturas entre las dos corrientes no se invierta y esta transferencia se mantenga
espontáneamente, es necesario que el tercer miembro sea negativo.
Podemos escribir la misma expresión como:

(13-6'’)

debiendo ser, en esta caso, el segundo miembro positivo para que sea transferible por la corriente caliente. Si
es negativo indica que el nivel térmico de la corriente fría es superior al de al de la caliente en el intervalo y,
por lo tanto, que el cambio no es espontáneo y que, para producirse, el sistema de corrientes debe recibir o ceder
una aportación o una extracción de calor externas, pues para transferirla requiere temperaturas superiores a las
de la corriente caliente o inferiores a las de la fría. Cuando una de las capacidades caloríficas es nula, si dq es
418 Capítulo 13. Redes de recuperadores

positivo puede recuperarse en un intervalo a temperaturas inferiores y si es negativo debe compensarse con una
aportación equivalente.
En el ejemplo 13.3, cuya solución reproducimos en la figura 13.10, introdujimos el uso de los intervalos de
temperaturas, Ti. - Ti-1, a partir de la secuencia de temperaturas de suministro y objetivo ordenadas de forma
jerárquica47 dando los tres intervalos: 180°C - 137,5°C; 137,5°C - 100°C y, finalmente, 100°C - 50°C.
Indicaremos estas temperaturas como TLI (Temperatura Límite de Intervalo) y, aunque se hizo en un sistema
de dos corrientes, el concepto es generalizable a sistemas de más corrientes. Además en el ejemplo anticipamos
la fórmula (13-6'’) y el concepto de capacidad calorífica neta del sistema en el intervalo, = - ,
véase la figura 13.10, nos da:

en el primer intervalo, 180°C - 137,5°C,

en el segundo, 137,5°C - 100°C, y en el tercero, 100°C - 50°C,

Cualquier recuperador como los a) o b) de la figura 13.5 puede descomponerse, de acuerdo con la fórmula (13-
5), sin variar la potencia en un cambiador como el c) de la misma figura, con una capacidad calorífica igual a
la menor de las dos corrientes y que no consume salto térmico ni transmite, más48 uno perfecto con la capacidad
calorífica neta que transfiere toda la potencia. Así, el calor transferible hasta agotar el salto térmico útil49 en un
intervalo, será

(13-6'’‘)

con la capacidad caloríficas neta de la configuración en el intervalo variando tan sólo al cambiar de intervalo50.
Con estas definiciones introduciremos el concepto de calor disponible,51 o sea entalpía consumidora de salto
térmico, en cada intervalo de temperatura y estableceremos la denominada cascada de calor52 usando el
ejemplo 13.3.
En el mismo ejemplo, para la transferencia de calor53 en el primer intervalo de temperaturas, 180°C -
137,5°C, no existe contrapartida fría (sumidero), de modo que el cambio de entalpía de la corriente caliente:

47
Las temperaturas del fluido caliente corregidas, es decir, restándoles la aproximación mínima )T)tamín.,
en este caso cero.
48
Pues actúan en paralelo.
49
Positivo si hay que enfriar y negativo en el caso contrario.
50
Considerando constante la capacidad calorífica de las corrientes.
51
Este concepto fue introducido por Linnhoff, B y J.R. Flower,"Synthesis of heat exchanger networks", I
y II", AIChE Journal, Vol. 24 (1978), Nº4, pp. 633-654.
52
Linnhoff, B y J.R. Flower,"Synthesis of heat exchanger networks", I y II", AIChE Journal, Vol. 24 (1978),
Nº4, pp. 633-654.
53
Cambio de entalpía.
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 419

está libre y puede incorporarse al segundo tramo, 137,5°C - 100°C, aunque es inferior a la que se necesita para
que las corrientes fría y caliente alcancen el cambio de temperatura deseado, según (13-6'’‘):

Sólo con la entalpía consumible, para no violar la 2ª ley de la termostática, la anchura del segundo intervalo
debería ser

de donde se desprende que la temperatura límite inferior para el mismo intervalo, tendría que ser:

La corriente fría consume, pues, la entalpía de la corriente caliente con un cambio de temperatura inferior al que
realiza ésta al cederla, por lo que el recuperador se "come" la diferencia de temperaturas entre la corriente
caliente y la fría, antes de que ésta haya alcanzado su temperatura objetivo. Como ésta es 100°C, quiere decir
que hay un déficit de

El proceso termodinámico se visualiza en la figura 13.12, donde las alturas de los rectángulos son las
capacidades caloríficas netas en cada tramo, en kW/K, su anchura el salto entre las temperaturas límite del
intervalo (TLI) y las áreas los cambios de entalpia por unidad de tiempo, en kW, permitidos por los gradientes
de temperatura en el intervalo correspondiente.

Figura 13.12.

Para visualizar el proceso anterior representaremos la potencia transferida internamente (área de los rectángulos
mostrados en la figura 13.12a) como ordenadas en función de las temperaturas de suministro y objetivo de las
corrientes frías y calientes, éstas corregidas, o TLI, siendo el primer tramo el que se inicia en la temperatura más
alta del sistema de corrientes. En la figura l3.13 se muestra, en correspondencia con la figura 13.12, el proceso,
imposible físicamente por comportar saltos de temperatura negativos, de construcción de un gráfico que
relacione temperaturas y cambios de entalpía (calor) en el caso del mismo ejemplo. En este gráfico, al
representar las temperaturas que definen los intervalos (TLI) en sentido creciente a partir del origen de abscisas,
aparece con pendiente negativa la recta en el intervalo en el que se produce un aumento del calor disponible y
420 Capítulo 13. Redes de recuperadores

con pendiente positiva cuando en el intervalo disminuye el calor disponible.54

Figura 13.13.

Así, en el gráfico de la figura 13.13b, la línea bc correspondiente a la transferencia con una diferencia de
temperaturas positiva entre ambos fluidos, se anula a 118,182°C, antes de alcanzar la temperatura de 100°C,
límite del intervalo. De este modo las temperaturas inferiores de la corriente caliente estarían por debajo de las
de la fría, lo que imposibilita la transmisión del calor en la parte final del intervalo, cd. Así, partiendo de la
derecha del gráfico (la TLI más elevada) en el mismo vemos que primero tenemos 212,5 kW de entalpia
compensada (pendientes opuestas en tramos que alcanzan la misma ordenada) correspondiente al tramo abcd,
permitiendo un recuperador, que llevará la corriente caliente de 180 a 100°C, pero en el tramo cd, para llegar
a 100°C, se requieren 200 kW externos55 ya que en el gráfico aparecen como negativos, es decir, sin una
diferencia de temperatura que permita su transferencia.
Para llevar la corriente fría a su temperatura objetivo de 137,5°C, precisamos un suministro adicional de 200
kW de potencia, lo que podemos hacer con un calentador que haga ascender la curva 200 kW, de modo que el
mínimo de entalpía a 100°C corresponda exactamente a un calor transferible igual a cero, porque es el último
punto hasta el que podemos mantener un gradiente de temperatura favorable. En el tercer intervalo no
disponemos de corriente fría, aunque existe una diferencia entre el cambio de entalpía de la corriente caliente
y el de la fría. Para poder enfriar la corriente caliente, deberemos poner un enfriador, de nuevo externo al
requerir una temperatura menor que las de la corriente caliente. El gráfico nos confirma que la corriente caliente,
tramo df, no tiene contrapartida fría, por lo que necesitamos un enfriador para que pase a la temperatura final
deseada. Con esta disposición recuperamos de la corriente caliente el máximo calor posible.
Para obtener la representación del proceso real hay que incluir en el gráfico las aportaciones y extracciones
externas que, al ser las estrictamente necesarias, han de reducir el menor salto térmico a un valor nulo (último
valor no negativo). Gráficamente lo ponemos de manifiesto desplazando verticalmente la curva físicamente
imposible obtenida en la figura 13.14a hasta que ningún punto de la misma corresponda a una potencia
negativa; o sea, hasta que el punto correspondiente al mayor déficit se halle sobre el eje de las temperaturas, q
= 0. Esto se logra mediante la aportación externa de calor indicada, que aumenta la entalpía disponible en la
misma cantidad. Cuando el déficit desde el punto de corte que antes hemos determinado, es igual a 200 kW,
obtenemos el gráfico final, mostrado en la figura 13.14b. La curva (Th)corregida-qdisponible, 56 la denominaremos
gráfico de disponibilidad y demanda de calor; abreviadamente el GDD57.

54
O sea, una variación positiva del salto de temperatura consumible en el primer caso y negativa en el
segundo.
55
Suministrados con un calentador.
56
En adelante escrita T-q.
57
Tradicionalmente se representan las temperaturas en ordenadas (Itho J., K. Shiroko y T.Umeda.,
"Extensive aplications of the T-Q diagram to heat integrated system synthesis", Proc. PACHEC'82, 1982,
pp. 92-99.), pero dado el interés, como veremos, de los mínimos de q, las representaremos en abscisas.
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 421

Figura 13.14. Gráfico de disponibilidad y demanda de calor (GDD) para el ejemplo 13.3.

El punto en el que se agota exactamente el salto térmico disponible para transferir calor de la corriente caliente
a la fría, es el definido antes como contacto. En dicho punto las temperaturas de las corrientes (la caliente
corregida) son iguales y no pueden variar espontáneamente con cargo a su entalpía (la corriente fría no puede
aumentar su temperatura ni la caliente disminuirla) pues la diferencia de temperaturas es igual a la aproximación
mínima, particularidad del contacto.
De acuerdo con esto el contacto es una frontera, pues las dos subconfiguraciones en las que divide a la
inicial, la derecha o caliente y la izquierda o fría, son configuraciones completamente equilibradas con
enfriamiento o calentamiento externo, respectivamente. Cada una es un configuración con umbral, que
consume un único tipo de servicio en una cantidad fija, igual a la mínima requerida para alcanzar las
temperaturas deseadas. Así lo muestra el gráfico de disponibilidad y demanda de calor que incorpora las
aportaciones externas, figura 13.12b, pues en cada una se parte de q igual a cero y se llega otra vez a q igual a
cero. Si suministramos a una subconfiguración servicios del otro tipo, además de ser servicios superfluos, será
necesario compensarlos con servicios del tipo original. Como consecuencia, para conseguir los consumos
mínimos de servicios las corrientes frías se deben calentar externamente únicamente a temperaturas superiores
a la fría de contacto y las corrientes calientes, se deben enfriar sólo a temperaturas inferiores a la caliente
de contacto.
Resumiendo, la potencia transferida a través de la sección de contacto ha de ser nula si se quieren evitar
consumos de energía externa no necesarios. Si la potencia transferida no es nula, debe añadirse (o sustraerse)
una potencia igual pero de signo contrario añadiendo un cambiador al otro lado del contacto, de modo que el
contacto es un conducto a modo de vasos comunicantes: si efectuamos un calentamiento excesivo en la primera
subconfiguración permite compensarlo con un enfriamiento equivalente en la segunda y viceversa. Esta es la
base de los denominados senderos térmicos, que permiten ajustar el acercamiento en un recuperador variado
la potencia de calentadores y enfriadores. Cuando tratemos las redes para sistemas de más de dos corrientes
utilizaremos esta propiedad del contacto. Por ejemplo, si en la subconfiguración fría de la figura 13.14b,
colocamos un enfriador para extraer parte de los 250 kW que debemos eliminar exteriormente de la corriente
caliente, por ejemplo 100 kW a 160°C (temperatura superior a la de contacto), véase la figura 13.15a, para
alcanzar los 50°C al final del proceso, no deberemos extraer 250 - 100 = 150 kW sino 250 + 100 = 350 kW.
Esto es debido a que la potencia retirada ha hecho descender las ordenadas de la curva, creando nuevos saltos
térmicos negativos que exigen, para reponer las ordenadas, un calentamiento adicional del mismo valor
absoluto. En este caso, como reducimos la recuperación, véase la figura 13.15a, hay menos calor disponible y
el incremento de temperatura será menor, por lo que deberemos aumentar el calentamiento externo las corrientes
frías y, aunque lo hagamos a temperaturas superiores a la fría de contacto, tendremos ampliar en igual cantidad
la substracción de calor (invirtiendo el signo) para enfriar la corriente caliente hasta los 50°C deseados, véase
la figura 13.15b. Obsérvese, por otro lado, que si hacemos esto, disminuirán las dimensiones del recuperador
y, en consecuencia, la inversión.
Siguiendo con la misma figura, si queremos mantener todas las temperaturas, deberemos añadir de nuevo
los 100 kW a una temperatura superior a la de contacto, para que así sólo tengamos que eliminar 250 kW al
final, véase la figura 13.14b.
422 Capítulo 13. Redes de recuperadores

Figura 13.15. Gráfico de disponibilidad y demanda de calor con un enfriamiento en la zona fría a la derecha del contacto
(temperaturas superiores a la de contacto).

Obsérvese, en el caso de la figura 13.15b, que al calentar externamente la corrientes fría a una temperatura
superior a la fría de contacto58, el segundo calentamiento no comporta penalización.

Figura 13.16. Calentamiento a la derecha del contacto en el Gráfico de disponibilidad y demanda de calor. Sendero térmico o de calor.

Vemos, pues, que mediante un sendero de calor, o circuito a través del contacto, el incremento equilibrado del
calentamiento y del enfriamiento externos, se pueden reducir las dimensiones del recuperador.59
Finalmente, la figura 13.16 nos indica que, en el caso del ejemplo 13.3, podemos calentar el fluido con un
servicio caliente comprendido entre 180 + ()T)amin.= 180°C y 119,318 + ()T)amin.= 119,318°C, lo que nos
permite, si lo deseamos, elegir entre varias opciones para el fluido enfriador, aunque ello comporta una
alteración de la de la red necesaria. El desplazamiento de la temperatura de aportación (o extracción) del calor
externo provoca la aparición de un nuevo punto intermedio de contacto con el eje de abscisas, o sea un mínimo
como el que hemos denominado contacto, que denominaremos contacto de servicios y que, en este caso, ocurre
para una temperatura fría de 119,318°C. La aparición de este nuevo mínimo absoluto altera la disposición de
los recuperadores correspondiente al caso a un punto de contacto único. En la pregunta d) del ejemplo 13.8,
resolveremos una cuestión de este tipo.

58
A la derecha o por encima del contacto.
59
Aumentando la aproximación ()T)a).
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 423

13.2-3 Algoritmos de cálculo de las temperaturas de contacto y umbral. Aplicación RECUPERA

Cuando existe el contacto, de acuerdo con la figura 13.8 ha de coincidir con la aparición o desaparición de una
de las corrientes, pues corresponde a la aproximación del recuperador que alcanza la mínima (véase la figura
13.5). Es decir, coincidirá con las temperaturas (caliente y fría) que definen uno de los intervalos de
temperatura, en concreto aquel donde la aproximación sea ()T)amin.. Por ejemplo en la configuración de la figura
13.7b la temperatura de contacto caliente es 120°C y la fría 100°C. Basándose en estos principios, se establece
la cascada de calor, entre los intervalos de temperatura jerarquizados y se aprovechan las propiedades de los
sistemas con recuperadores perfectos (aproximación nula).
La construcción del gráfico de disponibilidad y demanda de calor, GDD, para una configuración de
corrientes se efectúa con el algoritmo propuesto por Linnhoff y Flower60, que denominaremos Tabla Síntesis
del Problema (TSP)61 y consiste, incluyendo corrientes con cambio de fase de sustancias puras, en:

1. Restar ()T)amin. de las temperaturas de suministro y objetivo de la(s) corriente(s) caliente(s)62


2. Dadas las temperaturas así obtenidas, ordenar en forma decreciente las temperaturas de suministro y
objetivo de las dos (todas las) corrientes, suprimiendo las repetidas excepto si se produce un cambio de fase
de una sustancia
3. En cada intervalo de temperaturas definido por dos temperaturas sucesivas, multiplicar el rango del
intervalo, Ti. - Ti-1, por la diferencia entre (las sumas de) la(s) capacidad(es) calorífica(s) de la(s) corriente(s)
caliente(s) y la(s) de la(s) fría(s), excepto cuando se produce un cambio de fase de una sustancia, para la que
se pone el producto del caudal por el calor latente, en vez del producto del intervalo de temperaturas por la
capacidad calorífica.
4. Sumar algebraicamente los calores netos de cada intervalo poniendo el resultado acumulado en cada uno
de ellos.
5. De las sumas parciales que den un valor negativo, escoger la de mayor módulo y sumarla (con valor
positivo) al inicio del primer intervalo, de forma que en el intervalo donde tengamos el valor más negativo
la suma pase a ser nula
6. Las temperaturas que definen el intervalo donde la suma es nula son las de contacto y el valor de la
potencia que se ha colocado al inicio de la secuencia de intervalos, es el consumo de servicios calientes
mientras la que resulta al final de la secuencia, es el consumo de servicios fríos. Caso de que la temperatura
se anule en un extremo tenemos una configuración con umbral.
Además, los valores de las potencias parciales en cada intervalo de temperaturas (cascada de calor) son las
ordenadas en cada temperatura definidora de los intervalos indicada en el eje de abscisas del GDD.
La aplicación de este algoritmo a un configuraciomulticorriente con umbral, se muestra en la figura 13.19b,
en su forma general para incluir corrientes con cambio de fase (calor latente). Véase también el ejemplo 13.5
para una configuración con umbral.
Obsérvese que este algoritmo confirma que si enfriamos a temperaturas más bajas que la de contacto, en éste
tendremos un valor negativo de la potencia, que sólo podremos anular, para cumplir el balance de energía (13-
2a), sumando en cualquier intervalo por encima de él, una cantidad de calor positiva igual, es decir, calentando
adicionalmente. Por otro lado, si calentamos cuando nos encontramos a temperaturas inferiores a la de contacto,
el calor adicional llegará al sumidero y se sumará al que se tenía que eliminar inicialmente.
Este algoritmo es, asimismo, la base del utilizado para determinar la diferencia de temperatura umbral. En
efecto, de acuerdo con la figura 13.8, la temperatura umbral superior (e igual para la inferior) es un caso
particular de la de contacto y ha de coincidir con la aparición o desaparición de una de las corrientes, o sea con
una de las temperaturas que definen los intervalos de temperatura. Además corresponderá a la aproximación
del recuperador. Si además tenemos en cuenta que cuando se consume un único tipo de servicio estamos en el
intervalo entre los umbrales de la configuración de corrientes y que cuando se requieren ambos tipos, estamos

60
Linnhoff, B y J.R. Flower,"Synthesis of heat exchanger networks", I y II", AIChE Journal, Vol. 24 (1978),
Nº4, pp. 633-654.
61
Designado también por las siglas PTA (del inglés "Problem Table Algorithm").
62
Entre paréntesis indicamos la forma general para sistemas de más de dos corrientes.
424 Capítulo 13. Redes de recuperadores

fuera del mismo y hay contacto, se podrán calcular las temperaturas umbrales mediante la utilización repetida
del algoritmo TSP. Si una configuración de corrientes, para un determinado valor de la aproximación térmica
mínima, tiene contacto, variando ()T)amin. podemos examinar si existe una aproximación térmica menor para
la cual el configuraciode corrientes consuma un único tipo de servicios, configuraciones como las d y e de la
figura 13.8, y la mayor ()T)amin. que cumpla esta condición será igual al umbral superior.63 Debemos tener en
cuenta que el umbral, en principio, es posible en los sistemas calientes siempre que la mayor temperatura de
suministro de las corrientes calientes no sea inferior a la mayor de las temperaturas objetivo de las frías, véase
la figura 13.8, mientras que para una configuración fría, tal posibilidad existe cuando la menor temperatura de
suministro de las corrientes frías no supera a ninguna de las objetivo de las calientes. Téngase presente que, aun
variando la aproximación mínima, existen sistemas que nunca presentarán umbral.
De este modo el umbral superior se podrá determinar con el procedimiento que describiremos a
continuación, para un sistema de dos corrientes.
Tenemos las temperaturas extremas siguientes:
. Thmáx: es la temperatura de suministro de la corriente caliente.
. Thmín: es la temperatura objetivo de la corriente caliente.
. Tcmáx: es la temperatura objetivo de la corriente fría
. Tcmín: es la temperatura de suministro de la corriente fría
La diferencia mínima de temperaturas entre las corrientes caliente y fría será:

(13-7)

que si es negativa, casos b, c, d y e de la figura 13.11, consideraremos que es nula, pues las curvas de entalpía
no pueden cruzarse.
Si para el valor de ()T)amín igual al de )Tmín obtenido con (13-7), se necesitan ambos tipos de servicios y el
sistema de corrientes tendrá contacto para cualquier ()T)amín. que se considere. De acuerdo con la figura 13.8,
si )Tmín es negativo, lo consideraremos nulo y el sistema siempre tiene sección de contacto. Un sistema frío, por
ejemplo, en el que se hallen las temperaturas de suministro y objetivo de la corriente fría por debajo de las
objetivo y de suministro, respectivamente, de la caliente,si )Tmín es positivo, la configuración tiene umbral y
sólo consumirá servicios de calentamiento.
Cuando la configuración de corrientes consume un sólo tipo de servicios y se representan las curvas entalpía-
temperatura de cada corriente para ()T)amín. = )Tmín, el punto donde éstas estén más próximas entre si es el
umbral, que coincide con el contacto pues ()T)amin.= )Tth.
Por otro lado la diferencia máxima de temperaturas entre las corrientes caliente y fría es:
(13-8)

y forzosamente la ()T)th estará comprendida entre DTmín y DTmáx. El intervalo que definen DT mín. como límite
inferior y DT máx.. como límite superior incluye todas las aproximaciones posibles por lo que la aproximación
umbral superior )Tth estará comprendida entre DTmín y DTmáx, y como el umbral superior coincide con el
contacto cuando se consume un único tipo de servicios, el siguiente algoritmo nos dará la diferencia y las
temperaturas umbrales (recuérdese la figura 13.8):

1. Se consideran las variables DT1 y DT2 , inicializándolas a DT1 = DTmín y DT2 = DTmáx., de modo que DT1
será el límite inferior del intervalo que contiene a ()T)th y DT2 será el límite superior.
2. Se hace DT = (0,5) ( DT1 + DT2 ).
3. Se aplica el TSP para )Tmín = DT y se hallan los servicios mínimos.
4. Si existen ambos tipos de servicios el problema tiene contacto y el nuevo intervalo de solución es (DT1,
DT) pues la aproximación de contacto ha de ser menor. Se hace DT2 = DT y se vuelve al paso 2.
5. Si sólo existe un tipo de servicio el problema tiene umbral y, como la aproximación umbral superior será
mayor o igual, el nuevo intervalo de solución será (DT, DT2). Se hace DT1 = DT y se salta al paso 6.

63
Si esto ocurre al aumentar la aproximación térmica, hallaremos el umbral inferior.
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 425

6. Si la diferencia entre DT2 y DT1 es suficientemente pequeña, se considera que se tiene la solución
correcta y, entonces, )Tth = DT. Las temperaturas del umbral coinciden con las del contacto para ()T)th=
()T)amín. Si la diferencia entre DT2 y DT1 es excesiva, se vuelve al paso 2.

La determinación de la aproximación umbral inferior se puede efectuar con un algoritmo análogo


intercambiando DTmín y DTmáx entre si.
El algoritmo que acabamos de presentar así como la determinación del contacto y de la diferencias de
temperaturas umbral, lo implementa la aplicación RECUPERA que acompaña al texto y con la que a partir de
ahora resolveremos todos los ejemplos.

Ejemplo 13.4

a) Sea una corriente caliente de capacidad calorífica 5 kW/°C, que debe pasar de 200 a 70°C, y otra fría de
capacidad 16 kW/°C. Si suponemos una acercamiento mínimo )Tam = 20°C en el recuperador que podamos
construir, establézcase la Tabla Síntesis del Problema (TSP) y dibújese el gráfico de disponibilidad y
demanda de calor T-qdisponible (DDC) correspondientes a las siguientes temperaturas de suministro y objetivo
de la corriente fría, indicando, asimismo, los recuperadores adecuados en cada caso y que cantidad y a que
temperatura máxima, se podría generar vapor con una presión relativa positiva, si es posible.
1) 100°C y 137,5°C
2) 50°C y 87,5°C
3) 37,5° y 75°C.
b) Dibújense también los esquemas convencional y en parrilla de la red de cambiadores resultante en los tres
casos.
c) Determínense las temperaturas caliente y fría umbral superior e inferior y las consiguientes diferencias
de temperatura umbral en los tres casos.
Resuélvase el problema manualmente y con la aplicación RECUPERA.

13.2-4. Sistemas de más de dos corrientes. Casicontactos.

Si tenemos un sistema de corrientes del mismo tipo, por ejemplo frías, nos interesan las potencias qi transferidas
al pasar de la temperatura de suministro a la objetivo. Como que estas potencias son iguales a los cambios de
entalpía64, en el plano H-T hemos de representar cada una de ellas uniendo las temperaturas de suministro y
objetivo, que podemos situar en cualquier posición con referencia al eje de abscisas65, figura 13.17a. Si
agrupamos los cambios de entalpia de las corrientes en cada intervalo de temperatura, obtenemos la
pseudocorriente fría o corriente compuesta fría, línea quebrada66 entre la temperatura de suministro más baja
y la objetivo más alta, como se muestra en la figura 13.17b. De la misma forma obtendremos una corriente
compuesta caliente de características contrarias. La pendiente de las curvas entalpía (potencia)-temperatura en
cada intervalo de temperaturas, será inversamente proporcional a la suma de las capacidades caloríficas en el
intervalo de las corrientes correspondientes (frías o calientes) y cada cambio de pendiente indicará la aparición
en el intervalo de una corriente, si la pendiente disminuye, o la desaparición si aumenta.

64
Es decir, los orígenes de las entalpías son los puntos correspondientes a las temperatura iniciales de cada
corriente.
65
Representación publicada por 1ª vez por Whistler, A.M., "Heat Exchangers as Money Makers",
Petroleum Refiner, Vol. 27(1947), Nº 1, pp. 83-86, aunque se utilizaba desde mucho antes; ver por ejemplo
Burgess, C.G. "Heat Balance Applied to Exchanger Calculations", Petroleum Engineering Handbook,
Second Edition, Palmer Publications, Los Angeles, 1931, pp. 337-341.
66
A diferencia de los sistemas de dos corrientes.
426 Capítulo 13. Redes de recuperadores

Figura 13.17. (a) Sistema de corrientes frías. (b) Curva o corriente fría compuesta.

Así, en cualquier sistema de corrientes, podemos agrupar los cambios de entalpia de las corrientes calientes y
los de las frías en dos corrientes compuestas, una fría y otra caliente, figura 13.18. De este modo pasamos al
problema anterior de dos corrientes y podremos aplicar los principios establecidos para el mismo, aunque con
algunas particularidades, pues ahora las líneas son quebradas en vez de rectas como en el caso de dos corrientes
genuinas. En los sistemas multicorriente, cada cambio en el número de corrientes frías del sistema inicia un
intervalo de temperaturas y comporta un cambio de la pendiente de la corriente compuesta fría en el mismo y
análogamente para las calientes.

Figura 13.17.Construcción de las corrientes compuestas en sistemas de corrientes térmicas. (a) Sin cambio de fase. (b) Incluyendo una
con cambio de fase de una substancia. Nótese que un aumento de la pendiente significa la desaparición de una corriente y una
disminución una incorporación.

En la figura 13.18 vemos que con corrientes compuestas, análogamente al caso de sólo dos corrientes, si en un
sistema caliente la mayor de las temperaturas del sistema es una de suministro caliente, podemos tener
configuraciones con contacto, umbral y contacto, al ir aumentando ()T)amin., que será el mínimo de los
acercamientos de los recuperadores de la red, aunque es este caso pueden aparecer mínimos parciales que
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 427

comentaremos más adelante. Nótese que a diferencia de los sistemas de dos corrientes donde el contacto está
en uno de los extremos de las mismas (suministro u objetivo) en un sistema multicorriente el contacto se halla
en una zona intermedia de las curvas compuestas. Restando ahora los cambios de entalpía de las corrientes
globales caliente y fría de la figura 13.18, a la temperatura final de cada intervalo, obtenemos el saldo en calor
neto al final del mismo, que, suponiendo capacidades caloríficas constantes o cambios de fase de productos
puros, se puede interpolar linealmente con el valor al inicio del intervalo para obtener el saldo neto a cualquier
temperatura intermedia. Así pues, con las curvas compuestas y los intervalos de temperatura podemos construir
el GDD con ayuda del algoritmo TSP, como antes hemos indicado para dos corrientes.

Figura 13.18. Configuraciones, en el plano T -q, de un sistema de corrientes térmicas compuestas. a) Con contacto. b) Umbral
inferior. c) Umbral superior. d) Con contacto.

Es decir, en un sistema de más de dos corrientes, representado por las corrientes compuestas, también existe
contacto cuando hay configuraciones que requieren ambos servicios lo que, como acabamos de señalar, coincide
con un cambio de población al cambiar de intervalo. Asimismo, cuando solo se requiere un sólo tipo de servicio
se trata de una configuración con umbral, figura 13.18b y c67, que también coincide con una alteración de la
población de corrientes de una de las curvas compuestas. Nótese que las configuraciones a y d de la figura
13.18, corresponden la primera a la situación en la que se enfría con un medio a baja temperatura y se calienta
con uno a alta y la segunda al caso, menos convencional, en el que se invierten los niveles térmicos.
En la figura 3.19a mostramos una configuración de 10 corrientes con umbral, con tres corrientes que son
substancias cambiando de fase, y en la 13.19b, el desarrollo numérico del algoritmo TSP correspondiente. En
el ejemplo 13.5 tratamos otro caso.

Corriente Temperatura de Temperatura Caudal de cap. Potencia


suministro, °F objetivo, °F calorif. Btu/h °F mBtu/h
nº Tipo

1 Caliente 320 200 16,67 2000

2 Caliente 480 280 20 4000

67
Recuérdese que nos interesa el umbral superior.
428 Capítulo 13. Redes de recuperadores

3 Caliente 440 150 28 8120

4 Caliente 520 300 23,8 5236

5 Caliente 390 390 --- 8064

6 Fría 140 140 ----- 2601

7 Fría 240 431 11,53 2202

8 Fría 100 430 16 5280

9 Fría 180 180 - 5569,2

10 Fría 200 400 26,35 5270

()T)amin. 10 °F

(a)

TLI, °F ECh ECc EHh EHc EHh -EHc

510 0

23 0 952 0 952

470 952

43 0 1702 0 1708,2

431 2660,2

43 11 43 11 32

430 2692,47

71 27 2154 825 1328

400 4020,57

71 53 1436 1077 358

380 4378,97

- - 8064 0 8064

380 12442,97

71 5388 5026 3771 1254

310 13697,37

88 5388 1769 1077 691,8

290 14389,17

64 53 1293 1077 215

270 14604,97

44 53 1304,1 1616 -276

240 14328,67

44 42 1786 1694 92

200 14421,47

44 16 446 160 286

190 14708,17
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 429

28 16 280 160 120

180 14828,17

- - 0 5569 -5569

180 9258,97

28 16 1120 640 480

140 9738

- - 0 2601 -2601

140 7137

0 16 0 640 -640

100 6497

(b)

Figura 13.19 (a) Ejemplo de sistema de diez corrientes con tres que son substancias cambiando de fase. (b) TSP del mismo, que
muestra que se necesitan 6.497 MBtu/hr de calefacción..

Ejemplo 13.5

Sea el esquema de procesos, con dos líneas de producción en paralelo que pueden integrarse térmicamente,
siguiente68:

Figura 1, ejemplo 13.5.

a) Identifíquense las corrientes térmicas, agrupándolas por tipo, los intervalos de temperatura y dibújese la
parrilla de corrientes correspondiente.
b) Dibújense las corrientes compuestas caliente y fría en los ejes q-T, e indíquense cuales son los consumos
mínimos de servicios caliente y de fríos para una aproximación mínima de 20°C
c) Dígase si se trata de una configuración con umbral o con contacto.

Al igual que en los sistemas de dos corrientes, existirán configuraciones con contacto cuando el acercamiento

68
Renedo Estébanez, C.J. y P. Fernandez Diéz, “Tecnología pinch para el diseño de redes de
intercambiadores (I)”, Ingeniería Química, Año XXVII (2003), Nº 205 (mayo), p.113.
430 Capítulo 13. Redes de recuperadores

mínimo sea mayor que el acercamiento umbral superior o más pequeño que el inferior, lo que comporta el
consumo de servicios calientes y fríos, los primeros a alta temperatura y los segundos a baja, o viceversa,
dependiendo de que el acercamiento mínimo ()T)am. elegido sea mayor o menor que las aproximaciones umbral
superior o inferior. Asimismo la suma de los valores absolutos de ambos servicios será siempre superior al
consumo en los casos con umbral, en los que, además de alcanzar el valor mínimo absoluto, se requiere un sólo
tipo de servicios.
Sin embargo, como consecuencia de que ahora las curvas caliente y fría que representan el sistema son
quebradas, en vez de rectas como en el caso de dos corrientes individuales, pueden aparecer mínimos locales
en el GDD, además del absoluto correspondiente al contacto, mínimos que denominaremos casicontactos,69 que
representaremos en la parrilla con una doble línea vertical de trazos, para distinguirlo del contacto, y
analizaremos más adelante.
Recordemos que los costes básicos a tener en cuenta, son los consumos de energía externa y la inversión
requerida para los recuperadores, enfriadores y calentadores de la red de recuperación70. Con las conclusiones
que hasta ahora hemos alcanzado sobre los sistemas de corrientes térmicas, fruto del TSP y del GDD (T-
qdisponible), hemos podido determinar:
- los consumos mínimos de servicios,
- en que intervalos de temperaturas podemos usar recuperadores
- en cuales son precisos calentadores o enfriadores,
pero no sabemos cuál es el número mínimo de recuperadores necesario, ni cual de las combinaciones de los
mismos es más adecuada.
Vamos a ver que herramientas adicionales podemos establecer, aunque algunas sean de tipo heurístico, para
obtener la información pendiente.

13.3. Metodología general para la síntesis de redes de cambiadores

13.3-1. Recuperadores colmados y juego de corrientes. Empleo de lazos y senderos térmicos

Es evidente que, en principio, interesará determinar una red con el menor número de unidades
posible71, de lo que se desprende que una regla general para el diseño de redes de integración térmica,
será lograr que cada recuperador tenga la mayor capacidad factible. Para estas situaciones,
utilizaremos la terminología de decir que agotamos una corriente cuando la llevemos a su
temperatura objetivo TT, en cuyo caso colmamos el recuperador. Esta regla constituye el primer
criterio para la síntesis de la red de recuperación y la denominaremos de agotamiento de corrientes,
aplicable a cualquier configuración de corrientes térmicas
y que expresaremos de la forma siguiente:

Para tener el mínimo número de unidades en una configuración de corrientes, cada enlace
entre corrientes (unidad) debe tratar de agotar al menos una de ellas, de modo que entre dos
corrientes determinadas sólo exista un recuperador.

Partiendo de esta premisa, veamos cual sería la red que utilizando el menor número de cambiadores
recupera todo el calor posible en una configuración de corrientes térmicas. Comprobemos también si cualquier
configuración de corrientes lo permite. Como acabamos de indicar, si pretendemos determinar una red con el

69
Vives, Pablo, Modelo para la realización de redes de intercambio térmico, Proyecto Final de Carrera,
E.T.S.E.I.Barcelona, octubre 1985.
70
Incluyendo bombas, valvulería, instrumentación, etc.
71
En rigor de envolventes, pero por métodos directos simples sólo es posible minimizar el número de
unidades.
13.3. Metodología general para la síntesis de redes de cambiadores 431

menor número de unidades posible, estableceremos los enlaces tratando de agotar al menos una corriente72 y
colmar la unidad correspondiente. Denominaremos a la configuración de corrientes cuya red de unidades
cumpla esta condición, juego de corrientes y será una configuración de corrientes de proceso más, en general,
dos servicios (uno caliente y otro frío), tal que desde un servicio a otro exista una serie de recuperadores
colmados; es decir, en los que cada corriente agote a la anterior en un recuperador y sea agotada por la siguiente
en otro recuperador, véase la figura 13.20. Nótese que la configuración de juego de corrientes confirma el
primer criterio para la síntesis de la red de recuperación, planteado al iniciar este apartado.

Figura 13.20. Juego de corrientes. (a) Esquema de procesos. ( b) Representación en parrilla.73

Como cada unidad relaciona dos corrientes y agota una corriente, cada corriente se agota con dos unidades
(una que agota la corriente anterior y otra que la agota a ella), por lo que en la HEN para configuraciones con
contacto habrá tantas unidades como corrientes, exceptuando al inicio y al final, donde el agotamiento de las
corrientes lo producirán los dos servicios. Por lo tanto, habrá un recuperador menos que corrientes porque los
tramos finales caliente y frío no se integran en un recuperador, sino que se agotan en sendos calentador y
enfriador. Así, el número de unidades74 con tal disposición sería:

(13-9)

72
Nótese que para agotar una corriente ha de enlazar con otra del otro tipo cuyo cambio global de entalpía
sea igual o mayor que el suyo.
73
Los recuperadores colmados los señalaremos sombreando el círculo sobre la corriente agotada.
74
Es decir, recuperadores, cuando una corriente no es un servicio, constando de una o más envolventes.
432 Capítulo 13. Redes de recuperadores

pues, por definición, un recuperador siempre relaciona dos corrientes de proceso o una corriente de proceso y
un servicio. Evidentemente, un juego de corrientes es una configuración de corrientes que permite la red de
integración térmica total con el número mínimo de unidades, NMU. En el caso de las configuraciones con
umbral seutilizará un sólo tipo de servicios y tendremos:

(13-10)

Por último, caso de no consumirse servicios (integración completa):

(13-11)

Esta configuración desaparece, es decir, la configuración deja de formar un juego de corrientes, si no colmamos
los recuperadores y entre dos corrientes hay más de un recuperador, lo que puede ocurrir en una configuración
con contacto si una corriente caliente y una fría cruzan el mismo porque no se agotan en la subconfiguración
correspondiente y puede existir un recuperador entre las mismas a cada lado del contacto; cuando existen
intervalos de temperatura con un sólo tipo de corrientes, etc. Cuando existen recuperadores en serie entre dos
corrientes dadas, o circuito calor cerrado entre recuperadores, decimos que aparece un lazo térmico. La
presencia de un lazo entre dos corrientes determinadas provoca que sea posible desplazar una carga de calor
de un recuperador a otro e, incluso, la eliminación de uno de ellos, véase la figura 13.21.

Figura 13.21. Absorción de un recuperador en un lazo térmico. a) Representación en parrilla. b) Representación de proceso.

Hay que precisar que los servicios de cada tipo se consideran una corriente única, por lo que un lazo se cierra
también si dos corrientes unidas por un recuperador ajustan su temperatura objetivo mediante un mismo tipo
de servicio. Nótese que, de acuerdo con el primer criterio (colmar recuperadores) sólo podemos tener lazos
cuando los recuperadores se hallan a un lado distinto del contacto. La utilidad de estos conceptos la veremos
más adelante.
Se ha de señalar que el juego de corrientes, aunque es la configuración básica que permite obtener el mínimo
número de unidades o recuperadores, no es la única que lo hace, pues si tenemos un sistema con dos corrientes
equilibradas ya hemos visto que un único recuperador bastará, de modo que, en tales circunstancias, el número
de recuperadores será igual al de corrientes dividido por 2. Esto puede ocurrir parcialmente en un sistema y lo
que debe hacerse para establecer la red en estos casos, es eliminar del análisis las corrientes equilibradas y tratar
el resto de la configuración como recomendamos en este capítulo, reagrupándolas todas posteriormente.
Si cumplimos el criterio del agotamiento de corrientes en cada uno de los subsistemas definidos por el
contacto, no pueden existir lazos térmicos por separado en cada uno de ellos.
Nótese que en lo sistemas con contacto, el juego de corrientes puede ser incompatible con el mínimo
consumo de energía externa y, a su vez, éste con el juego de corrientes (número mínimo de unidades). Caso de
haber desdoblado corrientes o existir contactos de servicios, no es posible alcanzar el MNU.
13.3. Metodología general para la síntesis de redes de cambiadores 433

Finalmente se ha de tener en cuenta que, como ya hemos señalado, económicamente lo que cuenta es el
número de envolventes y que una unidad puede tener más de una.

Ejemplo 13.6

En las soluciones del ejemplo 13.4:


a) Compruébese con las fórmulas correspondientes en que el número de unidades obtenido en cada caso es
el menor posible.
b) Indíquese el número de envolventes requerido en cada uno de los casos.

En el ejemplo anterior hemos determinado el número de envolventes de cada unidad gráficamente, método
simple y rápido, apto también para hoja de cálculo, y el cálculo del cual se puede informatizar del modo
sugerido por López,75 siguiente. En el capítulo 11 vimos que en un cambiador a contracorriente con una
envolvente

(11-63)

de manera que todo cambiador con P inferior o igual a este valor tendrá una única envolvente, por contra si es
superior se necesitará más de una. Si suponemos que debemos disponer K envolventes en serie, las variaciones
de temperatura de cada corriente en una de ellas j (j = 1,2,...K) serán, en primera aproximación,

(13-12)

y las temperaturas de entrada y salida de cada corriente en una envolvente j cualquiera,

(13-13)

Con las temperaturas así obtenidas tendremos, para cada envolvente j,

(11-14)

El valor medio de las Pj será:

(11-15)

75
López Sánchez, Juan, Síntesis de redes de recuperación de calor para la integración térmica de
procesos, Proyecto Final de Carrera, E.T.S.E.I.Barcelona, junio 1995.
434 Capítulo 13. Redes de recuperadores

Si ahora corregimos los cambios de temperatura por las desviaciones de las Pj anteriores,

(13-16)

Con estas variaciones de temperatura en cada envolvente j, mediante (13-13) calculamos las temperaturas de
entrada y salida de las dos corrientes en cada envolvente j, con ellos los valores de las Pj, etc.
El cálculo se inicia con K = 2 y caso de que alguna de las Pj, sea superior a Pmáxima, se reinicia el cálculo con K
= 3, etc.
De acuerdo con lo ya comentado, para una configuración de corrientes térmicas nos fijaremos dos objetivos
básicos, uno topológico: mínimo número de unidades y otro energético: mínimo consumo de servicios, lo que
caso de existir umbral, incluye la mejor de las soluciones: la necesidad de un único tipo de servicios y la
recuperación más grande posible (mínimo consumo de energía). Trataremos a continuación de la obtención de
estos dos objetivos básicos, u óptimos parciales, y comprobaremos que son mutuamente excluyentes.
Sabemos que:

C Cuando existe contacto, es decir, si el acercamiento mínimo es menor que el acercamientos umbral inferior
o mayor que el superior, se consumen los dos tipos de servicios. El mínimo de los mismos varía según la
aproximación mínima y corresponde a la situación en la que sólo se calientan externamente las corrientes
frías a temperaturas más altas que la de contacto fría y enfrían las corrientes calientas a temperaturas
inferiores a la caliente de contacto.
C Cuando el acercamiento mínimo de una configuración de corrientes está comprendido entre los dos
acercamientos umbral o coincide con uno de ellos, obtenemos la máxima recuperación posible y se requiere
un único tipo de servicio térmico, cuyo consumo total es constante e igual al mínimo, dado por la ecuación
(13-2a).

La cuestión que se plantea ahora es ¿como enfocamos el problema y que secuencia seguimos para poder definir
los recuperadores de la red? El criterio de agotamiento de corrientes, o colmar recuperadores, es claro y fácil
de utilizar, pero es muy inconcreto y, con varias corrientes, su aplicación sistemática puede ser una tarea
interminable por las múltiples variantes posibles. Sin embargo, la regla de que no debe cruzar calor la sección
de contacto sí que concreta valores. Primero nos indica las temperaturas inicial y final en los recuperadores en
los que forzosamente no se han de superar (en más o en menos, según se trate de corrientes frías o calientes)
las temperaturas del contacto y después que debe existir al menos un recuperador en cada zona (la caliente y
la fría) las temperaturas de uno de cuyos extremos coincida con las de contacto.
Caso de tratarse de una configuración con umbral, el tratamiento ha de ser análogo: establecer los primeros
recuperadores, lo que tendremos que efectuar con otras reglas.

13.3-2 Síntesis de redes para lograr el consumo mínimo de servicios térmicos y el mínimo número de
unidades correspondiente

Debido a los criterios que nos da exclusivamente la existencia de contacto, que permiten la inmediata elección
de los primeros recuperadores,76 para efectuar la síntesis de redes distinguiremos entre configuraciones con
contacto y sin contacto, e iniciaremos la exposición con las configuraciones que lo presentan.

13.3-2.1 Sistemas con contacto. División de corrientes.

76
Esta sistemática fue introducida por Linnhoff, B y E. Hindmarsh, "The Pinch desing method for heat
exchanger networks", Chemical Engineering Science, Vol. 38 (1983), Nº 5, pp. 745-763.
13.3. Metodología general para la síntesis de redes de cambiadores 435

Como hemos visto, en una configuración de corrientes con contacto, éste la divide en dos subconfiguraciones
con umbral, por lo tanto térmicamente compensadas cada una de ellas con la aportación exclusiva del tipo de
servicio que le corresponda. Una, la subconfiguración fría, situada a la derecha del contacto, donde se hallan
las temperaturas superiores a las de contacto que, para cerrar el balance, ha requerido una aportación de calor
y otra, la subconfiguración caliente, donde se hallan las temperaturas inferiores a las de contacto y en la que
para cerrarla, hemos de efectuar una eliminación de calor. Al ser equilibradas, estas subconfiguraciones son
independientes y podremos analizar por separado los enlaces térmicos en cada una de ellas. Para destacar el
contacto en la representación en parrilla, lo indicaremos mediante una doble linea vertical.
En las corrientes que alcancen la sección de contacto, que denominaremos corrientes de contacto, la mínima
diferencia de temperaturas entre las calientes y las frías es exactamente igual a ()T)a min. y más adelante ya no
es posible proseguir la recuperación (es el punto de agotamiento del salto térmico disponible). Así, la
temperatura de una corriente caliente a la que se haya restado ()T)a min., o sea corregida T’, en el contacto será
el extremo de un recuperador perfecto, donde coincide con la temperatura de una fría. Además, en el contacto
se incorpora a la subconfiguración caliente una corriente caliente o desaparece una fría y viceversa en la
subconfiguración fría. Una corriente que no se agote al cruza el contacto desde la zona fría a la caliente o
viceversa, ya no debe seguir con la misma pareja y ha de efectuar la recuperación con otra,77 para evitar lazos.
De este modo, aplicando el primer criterio y utilizando los denominados enlaces de contacto (recuperadores
de contacto), podremos lograr que se transfiera internamente el máximo de entalpia; es decir, alcanzar el mínimo
consumo de servicios (energías externas). Estos enlaces son, tanto en la subconfiguración fría como en la
caliente, todos los efectuados entre las corrientes que tengan el acercamiento térmico mínimo ()T)amin.. en, por
lo menos uno de sus extremos, que se encontrará en el contacto. De este modo podremos establecer tantos
recuperadores como parejas de corrientes de contacto calientes y frías existan.
En la figura 13.22b se muestran dos enlaces entre corrientes de la subconfiguración fría en la sección del
contacto78. El recuperador 1 es un enlace de contacto, pues la temperatura final de la corriente caliente es igual
a la temperatura inicial de la corriente fría más el acercamiento mínimo. El recuperador 2, en cambio, no es un
recuperador contacto, ya que la temperatura final de la corriente caliente es superior a la correspondiente en el
contacto. En la figura 13.22a se muestra otro caso de la sección de contacto en una subconfiguración caliente,
donde los recuperadores 1 y 2 son recuperadores contacto, pero el 3 no lo es.

Figura 13.22. (a) Enlaces entre corrientes en la subconfiguración caliente (a la izquierda del contacto). ( b) Enlaces entre corrientes
en la subconfiguración fría, a la derecha del contacto. Los enlaces marcados con línea continua son enlaces contacto, mientras que los

77
Una fría con una caliente de menor capacidad calorífica y viceversa, como discutiremos a continuación.
78
Usaremos indistintamente las denominaciones de configuración a la izquierda o configuración debajo
del contacto por subconfiguración caliente y de configuración a la derecha o configuración encima del
contacto por subconfiguración fría.
436 Capítulo 13. Redes de recuperadores

Una vez determinados los recuperadores de contacto correspondientes a cada subconfiguración, quedará una
configuración de corrientes en la que los sucesivos enlaces irán generando configuraciones remanentes con
menos corrientes o menores rangos de entalpía cada vez, en definitiva más simples.
A pesar de los nuevos conceptos que hemos establecido, seguimos teniendo muchas alternativas para
establecer los enlaces siguientes a los de contacto. Para encontrar nuevos criterios tendremos presente que sólo
cuando el calor exterior se suministra a las corrientes frías a temperaturas superiores a la de contacto fría, o sea
a la derecha del contacto en el GDD, y se elimina de las corrientes calientes a la izquierda del mismo, los
consumos de cada tipo de servicio son los mínimos80 (objetivo básico del diseño).
El segundo criterio para poder establecer recuperadores con todas las corrientes que alcancen el contacto
y garantizar el mínimo consumo de energía externa requerida en cada subconfiguración, hace referencia a la
población de corrientes en las secciones de contacto de las mismas. El número de corrientes calientes y frías
en cada subconfiguración debe ser tal que permita establecer recuperadores compatibles con el cierre del
balance térmico de la misma (fría, o caliente, según el caso); es decir, consumir solamente servicios para
calentar a temperaturas superiores a la fría de contacto, a la derecha en el GDD, y enfriará exclusivamente a
la izquierda del contacto, en la subconfiguración caliente. De lo contrario, tendríamos un servicio de
enfriamiento a la derecha del contacto que provocaría una transferencia de calor, a través del mismo, a la zona
izquierda, aumentando consumo de servicios y viceversa un calentamiento a la izquierda, véase la figura 13.1.
Por lo tanto, la población de corrientes existente en la sección de contacto fría situada a la derecha del
contacto, sólo podrá alcanzar el consumo mínimo de servicios si se puede enfriar totalmente con
recuperadores; es decir, cuando cada corriente caliente existente inmediatamente a la derecha del contacto
llegue a la temperatura caliente del contacto únicamente mediante transferencia con corrientes frías de proceso.
Por ello en la sección de contacto fría, como no deben instalarse enfriadores, es preciso encontrar un enlace
de contacto para cada corriente caliente, a fin de establecer un recuperador. De este modo, el número de
corrientes de cada tipo en ella debe cumplir la siguiente desigualdad:

(13-17)

donde Nh es el número de corrientes calientes y Nc el de corrientes frías existentes inmediatamente a la derecha


del contacto.
Si la ecuación (13-17) no se cumpliese, se deberían emplear enfriadores en vez de recuperadores, con lo
que estaríamos enfriando a temperaturas inferiores a la de contacto caliente en la sección de contacto fría lo
que aumentaría, en una cantidad equivalente, el consumo de servicios calientes81, recuérdese la figura 13.16.
Para evitarlo será necesario crear, mediante división de las corrientes frías, corrientes frías adicionales para
conseguir que el número de éstas iguale, como mínimo, al de las calientes.

79
Linnhoff, B y E. Hindmarsh, "The Pinch desing method for heat exchanger networks", Chemical
Engineering Science, Vol. 38 (1983), Nº 5, pp. 745-763.
80
Los estrictamente necesarios para impedir que se violen las leyes de la Termodinámica.
81
Al hallarnos sobre un sendero térmico, que están en línea de trazos no lo son79.
13.3. Metodología general para la síntesis de redes de cambiadores 437

Figura. 13.23. Subconfiguración fría. En (a) no se puede conseguir llevar a la corriente h1 hasta la temperatura caliente de contacto
mediante transferencia a una de las corrientes frías por haberse agotado éstas. Para lograr enfriar la corriente h1 es necesario dividir
una corriente fría, tal como se muestra en (b).

En la figura 13.23 a se muestra un caso en el que, inmediatamente a la derecha del contacto, existen 3 corrientes
calientes y 2 frías. Si se realizan los emparejamientos h2-c1 y h3-c2, la corriente h1 no se puede emparejar con
ninguna de las frías sin violar la diferencia de temperatura mínima, sean cuales sean las potencias que se quiera
transferir en los emparejamientos propuestos. Para eliminar esta restricción, se debe efectuar una división de
corrientes, por ejemplo, como se muestra en la figura 13.23b.
En la subconfiguración caliente, a la izquierda del contacto en el GDD, se produce la situación contraria.
Es decir, se debe asegurar que las corrientes frías alcancen la temperatura de contacto únicamente con
recuperadores, o sea, mediante transferencia de calor con corrientes de proceso calientes. No se deben
introducir servicios de calentamiento en la subconfiguración caliente ni instalarse calentadores y la condición
que tienen que cumplir las corrientes que están en la sección de contacto de la subconfiguración caliente, es:

(13-18)

siendo Nh y Nc, respectivamente el número de corrientes, o ramificaciones, calientes y frías que existen en la
sección de contacto, inmediatamente a la izquierda del mismo. Si no se cumple la ecuación (13-18), para
consumir el mínimo de servicios, se deben dividir las corrientes calientes de dicha zona hasta alcanzar un
número al menos igual al de las frías. Con corrientes que comporten cambio de fase de sustancias, este criterio,
que se refiere únicamente a la población de corrientes existente en las dos zonas de contacto (de la
subconfiguración fría y de la caliente), es exactamente el mismo, debiendo verificarse las mismas inecuaciones.
Las relaciones (13-17) y (13-18), con la división de corrientes en su caso, constituyen el segundo criterio.

Ejemplo 13.7

Dado el sistema de corrientes del ejemplo 13.5:


a) Con ayuda de la aplicación RECUPERA hállese el correspondiente gráfico de disponibilidad y demanda
de calor y los consumos mínimos de servicios, así como el número mínimo de unidades correspondiente,
cuando ()T)amin.= 20°C.
b) Calcúlese potencia de las unidades de recuperación, calentamiento y enfriamiento necesarias para
requerir el mínimo consumo de energía externa, de acuerdo con los objetivos del problema obtenidos
cuando ()T)amin.= 20°C
438 Capítulo 13. Redes de recuperadores

Las dificultades que nos hemos encontrado para establecer los enlaces en el ejemplo anterior, se deben a que
no hemos aplicado todos los criterios que se desprenden de completar el análisis termodinámico, pues la
identificación total de las opciones de enlace adecuadas entre los posibles recuperadores nos conduce a cuatro
criterios generales. Dos ya vistos: el de colmar recuperadores y el de equilibrar corrientes, y dos nuevos,
consecuencia de los conceptos de capacidad calorífica y punto de contacto, que se exponen a continuación.
El tercer criterio, también de aplicación al emparejamiento de corrientes en el contacto, vela para que se
mantenga una diferencia de temperaturas adecuada en todas las secciones de recuperador, evitando las
dificultades que aparecieron en el ejemplo 13.7. Como en un enlace de contacto en el extremo correspondiente
del recuperador, las temperaturas de las corrientes son las de contacto, la diferencia de temperaturas entre las
corrientes caliente y fría es igual a la aproximación mínima admisible, ()T)am. y la diferencia de temperaturas
entre las dos corrientes a lo largo del recuperador, no puede ser menor; en el lado caliente inmediatamente a
la derecha del contacto la condición que debe cumplir un enlace, para ser viable, es que la pendiente de la
corriente caliente sea igual o mayor que la de la fría. Esta conclusión coincide con la que llegamos en la
solución de la pregunta b) del ejemplo 13.7, véase la figura 13.24a. Evidentemente, inmediatamente a la
izquierda del contacto, la condición es la contraria: la pendiente de la corriente caliente debe ser igual o menor
que la de la fría, véase la figura 13.24b.
En la figura 13.24a se muestra el caso de un enlace de contacto en la zona fría de éste; el enlace h2-c es
factible, en cambio, el h1-c no lo es. En la 13.24b se representa un caso análogo en la sección del contacto fría,
donde el enlace no factible es el h2-c.

Figura. 13.24. (a) Tercera condición de viabilidad de un enlace de contacto en la sección de contacto caliente. (b) Id. id. el la fría.

Las expresiones matemáticas de estas condiciones, basadas en las capacidades caloríficas de las corrientes
involucradas en cada enlace de las zonas de contacto caliente y fría, son las siguientes, véase la figura 13.24:

C En la zona fría, es decir, a temperaturas superiores a la de contacto o a la derecha del contacto en el GDD:

(13-19)

C En la zona caliente, es decir, a temperaturas inferiores a la de contacto o a la izquierda del contacto en el


GDD:
(13-20)

que expresan numéricamente el tercer criterio.


13.3. Metodología general para la síntesis de redes de cambiadores 439

Ejemplo 13.8

Sea el esquema de proceso de la figura 1:

Figura 1, ejemplo 13.8 . Temperaturas en grados Celsius y capacidades caloríficas en kW/K.

a) Para el sistema de corrientes correspondiente y con ayuda de la aplicación RECUPERA, hállese el


gráfico de disponibilidad y demanda de calor, señalando en la parrilla de corrientes las temperaturas
frontera entre las zonas térmicamente equilibradas, cuando ()T)amin.= 20°C.
b) Estímese potencia de las unidades de recuperación, calentamiento y enfriamiento mínimas necesarias
para el mínimo consumo de energía externa de acuerdo con los objetivos del problema obtenidos en a).
c) Indíquese la posible generación de vapor, y señálese su nivel térmico.
d) Establézcase la red en el caso de la generación de vapor.

Ejemplo 13.9

a) Repítanse las preguntas b) y c) del ejemplo 13.8 si en el mismo proceso ()T)a mín. = 100°C.
b) Compárense las redes obtenidas en éste y en el ejemplo anterior, teniendo presentes las envolventes
precisas y las correspondientes conductancias de los cambiadores. Supóngase disponible agua a una
temperatura adecuada y vapor saturado de un fluido térmico eutéctico para tener enfriadores y calentadores
de una sola envolvente, relajando para ellos la aproximación mínima, si es preciso.

Ejemplo 13.10

Dado el esquema de proceso de la columna de la figura 1:


440 Capítulo 13. Redes de recuperadores

Figura 1, ejemplo 13.10 . Temperaturas en grados Celsius y capacidades caloríficas en kW/K.

a) Establézcase el sistema de corrientes térmicas.


b) Hállense los Objetivos del Problema y la curva del GDD cuando la aproximación mínima es ()T)amín. =
10°C.
c) Diséñese la red de recuperación con el menor consumo de servicios y que tenga el número mínimo de
unidades compatible con aquel.
d) Dígase si la HEN hallada en c) para esta configuración es la más económica posible y prepárese para
poder efectuar la comparación con otras alternativas.

Si no es posible una configuración en la que todos los enlaces (unidades) de contacto cumplan las ecuaciones
anteriores, se deben cambiar los valores de las capacidades caloríficas de las corrientes, lo que de nuevo se
consigue mediante división de las mismas. Así, para la subconfiguración caliente:

(13-21)

Veamos las condiciones para que cada enlace de contacto realizado no impida la posibilidad de un nuevo enlace
de contacto, es decir, indiquen si, además del enlace que se está efectuando, será posible realizar más enlaces
de contacto con las corrientes restantes. Para ello convendrá consumir en cada enlace la menor diferencia
favorable de capacidades caloríficas posible, de modo que la entalpía transferible no desaparezca. Por
ejemplo, si en la subconfiguración caliente tenemos dos corrientes calientes con unas capacidades caloríficas
iguales a 9 y 5 MW/K, respectivamente y dos frías de capacidades 6 y 3 MW/K, realizamos el emparejamiento
de la primera corriente caliente con la primera fría, (9 - 6 > 0), podremos emparejar también las segundas, pues
5 - 3 > 0; pero si emparejamos la primera caliente con la segunda fría, cosa posible pues 9 - 3 > 0, no podremos
luego emparejar las dos restantes, ya que 5 - 6 < 0. Ahora podemos interpretar lo que nos ocurrió en la
configuración de la figura 11 del ejemplo 13.7. En el primer enlace de la subconfiguración caliente, entre las
corrientes nº 5 y nº 2, la diferencia entre las capacidades caloríficas es 2 MW/K y en el segundo,
correspondiente a las corrientes nº 1 y nº 4, de 0,5 MW/K, menor e inviable, por el despilfarro del salto térmico
efectuado en el primer enlace. Cuando el primer enlace es entre las corrientes nº 1 y nº 5, la diferencia entre
13.3. Metodología general para la síntesis de redes de cambiadores 441

las capacidades caloríficas es 0,5 MW/K y el segundo corresponde a las corrientes nº 2 y nº 4, 1 MW/K, con
lo que la solución es viable.
Para establecer matemáticamente este principio, definiremos las diferencias globales de caudales de
capacidad calorífica caliente y fría, como la diferencia de las capacidad calorífica de todas las corrientes frías
y calientes, y calientes y frías, respectivamente, existentes en la sección del contacto:

(13-22)

(13-23)

Para poder seguir estableciendo enlaces entre las corrientes remanentes existentes en dicha sección de contacto,
después de asignar un enlace contacto, estas diferencias globales deben satisfacer las condiciones que
cuantifican lo anterior:

C En la zona inmediata al contacto en la subconfiguración fría, es decir, la derecha del contacto en el


GDD,

(13-24)

C En la zona inmediata al contacto en la subconfiguración caliente, es decir, la izquierda del contacto


en el GDD,

(13-25)

Es decir, la diferencia de flujos de capacidad calorífica entre las corrientes en cada enlace de contacto debe ser
menor que la diferencia global de flujos de capacidad calorífica entre corrientes presentes en la zona de
contacto, lo que constituye el cuarto criterio.
Si esta condición no se cumple se producirá un desplazamiento o una eliminación del contacto. En efecto,
si inmediatamente a la derecha del contacto se asigna un enlace que incumple la ecuación (13-24), la
consecuencia inmediata es que para las corrientes remanentes existentes en la sección del contacto fría, la
diferencia global de capacidades caloríficas será negativa. Es decir, la jerarquización de las pendientes se
invertirá y dichas corrientes se ajustarán a la condición exigida para permitir enlaces de contacto en la
subconfiguración caliente y no en la fría, por lo que se habrá desplazado el contacto. Veámoslo numéricamente
con el siguiente ejemplo.

Ejemplo 13.11

Dado el siguiente sistema de corrientes:


442 Capítulo 13. Redes de recuperadores

Corriente TS, °C TT, °C MW/K

1 167,5 130 2

2 130 100 10

3 211 60 5

4 50 180 6

5 80 160 3

6 83 120 2

cuando ()T)amin.= 10°C:


a) Determínense la sección de contacto y los consumos mínimos de servicios.
b) Lo mismo para la configuración resultante de efectuar en la subconfiguración fría el enlace de contacto
entre las corrientes 1 y 4, colmando el recuperador, y compruébese si se verifica el cuarto criterio.
c) Reálicese el diseño de la red con el menor número de unidades para conseguir el mínimo consumo de
servicios con los enlaces realizados de acuerdo con la metodología recomendada en este apartado.
d) Dígase si con la red resultante se podría generar vapor con presión relativa positiva.
e) Diséñese la red de recuperación para generar vapor.

En este ejemplo comprobamos que, si cada vez que se efectúa un enlace de contacto, se verifican las
condiciones (13-24) y (13-25) las diferencias de capacidades caloríficas de las corrientes restantes en la misma
sección de contacto, siguen siendo adecuadas, el contacto sigue estando en la misma posición y se pueden
seguir estableciendo enlaces de contacto con las corrientes remanentes existentes en dicha sección, mientras
que si no se respetan, el problema degenera y no se pueden alcanzar los Objetivos del Problema que nos indica
la aplicación RECUPERA.
Cuando una configuración tiene corrientes que sean sustancias y ocurra un cambio de fase, lo que
matemáticamente equivale a considerar la capacidad calorífica infinita82 y, además, se produzca en una sección
de contacto (de la subconfiguración fría o caliente), se deduce de las fórmulas (13-19) y (13-20) que para lograr
una red que tenga el mínimo consumo de servicios, las corrientes calientes que cambien de fase (condensen)
en la sección de contacto, o sea a la temperatura fría de contacto más )Tamin., únicamente pueden existir en la
subconfiguración caliente (a la izquierda del contacto en el GDD) y si se trata de corrientes frías (que se
vaporicen), sólo pueden existir en la subconfiguración fría (a la derecha del contacto en el GDD). Así
conseguimos que se verifique el tercer criterio en los recuperadores que involucren a dichas corrientes, véase
la figura 13.25.
Nótese sin embargo que, aun cuando siempre el mayor calor específico correspondería a la corriente que
cambia de fase, en las fórmulas (13-19) y (13-20) que establecen el cuarto criterio, se obtiene el mismo
resultado cualitativo suponiendo nulo el calor específico de la misma.

82
En la práctica lo que sigue se puede generalizar a los cambios de fase de mezclas para las que, aunque
no se mantenga la temperatura constante, la capacidad calorífica equivalente es muy grande.
13.3. Metodología general para la síntesis de redes de cambiadores 443

Figura 13.25. Representación temperatura-potencia transferida con una corriente cambiando de fase. (a) Caso de una corriente
caliente. (b) Caso de una corriente fría. Obsérvese como si se invirtiese su posición respecto al contacto se violaría la ()T)amin..

Por ello, para aplicar al cuarto criterio a un enlace que implique a una corriente de una sustancia pura con
cambio de fase, se supone que su capacidad calorífica es nula, aunque sea infinita en realidad. Se utiliza este
artificio matemático para que, si se asigna un enlace de contacto que tenga una corriente con cambio de fase
y ésta se agota, el problema remanente pueda cumplir el cuarto criterio, aunque no tenga corrientes con cambio
de fase, y asegurar que con las corrientes remanentes seguirán existiendo opciones de emparejamiento para
las que la diferencia global de flujos de capacidad calorífica caliente y fría verifique (13-24) o (13-25),
respectivamente.

Ejemplo 13.12

Dado el siguiente sistema de corrientes:

Corriente TS, °C TT, , MW/K )H, MW

1 130 130 - 100

2 120 100 10 200

3 211 60 5 350

4 50 120 6 420

5 80 120 3 120

6 83 120 2 74

a) Determínense la sección de contacto y los consumos mínimos de servicios cuando la aproximación


mínima sea de 10°C.
b) Véase que ocurre al efectuar el enlace de contacto entre las corrientes 1 y 5 colmando el recuperador,
y compruébese si se verifica el cuarto criterio
c) Lo mismo para la configuración resultante de suprimir la corriente 2 y absorber su cambio de entalpia
con la 1
d) Reálicese el diseño de la red con el menor número de unidades para conseguir el mínimo consumo de
servicios.

Todas las condiciones que se han dado referentes a emparejamientos en el contacto pueden ser también válidas
para los mínimos parciales de potencia disponible con una diferencia de temperaturas favorable, o sea los
444 Capítulo 13. Redes de recuperadores

casicontactos, aunque debe tenerse en cuenta que para ellos la diferencia de temperatura más pequeña no es
()T)amin., sino la existente entre la corriente compuesta caliente y la fría en el casicontacto, figura 13.15. Según
el grado de estrangulamiento que represente, el casicontacto puede afectar al número de envolventes o puede
afectar al consumo de energía y al número de unidades, comportándose como un contacto. Para estos casos
establecemos el quinto criterio :

Si existe un casicontacto se debe comprobar si éste no actúa como contacto y dejan de cumplirse los
objetivos del problema83, pues en tal caso se debe seguir la metodología de los sistemas con contacto.

Vease la figura 14 del ejemplo 13.13 siguiente.

Ejemplo 13.13

Sea el esquema de proceso mostrado en la figura 1 siguiente:

Figura 1 del ejemplo 13.13.Temperaturas en grados Celsius y capacidades caloríficas en kW/K.

a) Establézcanse el sistema de corrientes térmicas correspondiente, dibújese el GDD y calcúlese la máxima


recuperación de energía y el mínimo consumo de servicios calientes y fríos, ()T)a mín. = 20°C
b) Diséñese la red de cambiadores con el mínimo consumo de servicios y el menor número posible de
unidades:
1. Estableciendo los recuperadores de contacto sin tener en cuenta el casicontacto y prosiguiendo el
diseño con la configuración remanente.
2. Teniendo en cuenta simultáneamente el contacto y el casicontacto.
c) Compárese el número de envolventes correspondientes a ambos casos con el mínimo consumo de
servicios.

Ejemplo 13.14

Sea el esquema de proceso mostrado en la figura 1 siguiente:

83
Obtenidos con la aplicación RECUPERA.
13.3. Metodología general para la síntesis de redes de cambiadores 445

Figura 1 del ejemplo 13.14.Temperaturas en grados Celsius y capacidades caloríficas en kW/K.

a) Establézcase el sistema de corrientes térmicas correspondiente


b) Con la aplicación RECUPERA y para ()T)a mín. = 10°C, hállense los Objetivos del Problema y el gráfico
de disponibilidad y demanda de calor (GDD)
c) Calcúlese la máxima recuperación de energía y el mínimo consumo de servicios calientes y fríos
correspondiente
d) Diséñese la red de cambiadores con el mínimo consumo de servicios y el menor número posible de
unidades:
1. Estableciendo los recuperadores de contacto sin tener en cuenta el de una de las curvas compuestas
casicontacto y prosiguiendo el diseño con la configuración remanente.
2. Teniendo en cuenta simultáneamente el contacto y el casicontacto. Examínense las alternativas de
la división de corrientes en la zona fría y critíquense

Una vez completados los enlaces en la sección de contacto (recurriendo a la división de corrientes si es
necesario) pueden quedar corrientes sin agotar, que constituirán la configuración remanente. Si en la zona fría
sólo nos sobran corrientes frías, lo único que cabe hacer es añadir los calentadores precisos y comprobar que
la suma de sus potencias se ajusta a las necesidades mínimas de calor calculadas con el algoritmo TPA
(aplicación RECUPERA). Si además sobran calientes, tenemos una configuración remanente que, en principio,
tendrá umbral pues precisa único tipo de servicios.
Por otro lado, en los ejemplos que hemos visto hasta ahora notamos que cuando existe contacto, el número
de unidades necesario supera el número calculado para un juego de corrientes, que hemos justificado que es
el mínimo. A continuación analizaremos esta cuestión.

13.3-3. Número mínimo absoluto de unidades y consumo correspondiente de energías externas. Ajuste
del numero de unidades y de los acercamientos térmicos de los recuperadores en sistemas con contacto

En el apartado anterior hemos determinado la red con el mínimo consumo de energías externas (servicios) y
el mínimo número de unidades compatible con el mismo, pero otro extremo de interés es la red con el mínimo
número posible de unidades (juego de corrientes) y el mínimo consumo de energía compatible con él.
Para determinar este segundo caso, nos basaremos en el hecho de que, en los sistemas con contacto, pueden
existir parejas de corrientes que no sean agotadas por los recuperadores de una zona, con lo que aquellas
atravesarán el contacto y en el otro lado del mismo se pueda establecer un recuperador con las mismas
446 Capítulo 13. Redes de recuperadores

corrientes. En este caso tendremos dos recuperadores en serie entre dos corrientes dadas, como muestra la
figura 13.26, extraída del ejemplo 13.8, donde los recuperadores 1 y 4 forman un circuito cerrado de calor, lo
que hemos denominado, en el apartado 13.3-1, lazo térmico.

Figura 13.26. Lazo térmico (sombreados los recuperadores y en trazo grueso el circuito) obtenido en la solución del ejemplo 13.8
cuando ()T)a mín. es igual a 20°C (temperaturas de contacto 260° y 240°, respectivamente).

Como ya indicamos, la presencia de un lazo entre dos corrientes determinadas provoca que sea posible
desplazar una carga de calor de un recuperador a otro e, incluso, la eliminación de uno de ellos, recuérdese
la figura 13.21. En el caso de la figura 13.26 citada, la eliminación del recuperador de menos potencia, el 4,
se muestra en la figura 13.27, donde se aprecia que, al hacerlo, se infringe la limitación de la aproximación
mínima, que se ve reducida de 20°C a 10°C (240°C- 230°C).

Figura 13.27. Eliminación del recuperador 4 en el caso de la figura 13.25.

Podemos recuperar la aproximación mínima igual a 20° si aprovechamos el sendero térmico entre los dos
servicios, como muestra la figura 13.28, reduciendo la temperatura de salida del recuperados nº 1 de 10° y
bajando su potencia en 10/1 = 10 MW, que deberá suministrar el calentador H.
13.3. Metodología general para la síntesis de redes de cambiadores 447

Figura 13.28. Corrección del ()T)a mín., para que sea igual a 20°C, en el caso de la figura 13.26, mediante un sendero térmico (en trazo
grueso el circuito).

La mecánica general es la mostrada en estas figuras: se suma una potencia a un calentador que se sustrae del
recuperador previo, se añade al siguiente y así sucesivamente hasta sumarse al enfriador correspondiente. Es
decir, se pueden eliminar recuperadores en las corrientes que cruzan el contacto y recuperadores en serie,
aunque ello comporta un mayor consumo de servicios. Téngase presente que un servicio de un mismo tipo se
consideran una única corriente, por lo que pueden existir lazos como el mostrado en la figura 13.29.

Figura 13.29. Lazo térmico (en trazo rojo) obtenido en la resolución del ejemplo 13.13 cuando ()T)a mín. es igual a 20°C.

Todo esto lo resumimos en el sexto criterio:

En las configuraciones con contacto existe un lazo térmico cuando una corriente lo cruza, participando
en varias unidades: recuperadores, calentadores o enfriadores. Se puede eliminar un recuperador
absorbiéndolo con otro de los restantes de mayor potencia. En tal caso, la aproximación se ha de reajustar
al valor mínimo mediante un sendero a través del contacto y el consiguiente aumento del consumo de
servicios.
448 Capítulo 13. Redes de recuperadores

Por lo tanto, si queremos reducir el número de unidades en una configuración con el mínimo consumo de
servicios, violamos las condiciones del contacto cuya recuperación comporta una penalización energéti ca,
recuérdese la figura 13.28. También que cuando un enlace entre corrientes se establece a través del contacto
(criterios 2º, 3º y 4º) el flujo de calor que atraviesa a éste a lo largo del sendero térmico coincide con el
incremento del consumo de ambos servicios (véanse las figuras 13.15 y 13.27). Nótese también que, si
cumplimos el criterio del agotamiento de corrientes (colmamos los recuperadores) en cada una de las dos
subconfiguraciones definidas por el contacto, no existirán lazos térmicos en ellas.
Recordemos que en las configuraciones de corrientes con contacto, el mínimo consumo de servicios exige
que, una vez efectuadas las aportaciones externas, el saldo de entalpía transferible en cada una de las dos
subconfiguraciones resultantes de dividir la inicial por el contacto, sea nulo, es decir, que ambas estén
equilibradas térmicamente. Por esto al destruir lazos las desequilibramos y aumentan las necesidades de
servicios externos.
Debido a la facilidad con la que se deshacen los lazos térmicos y la simplicidad para ajustar, con los
senderos, la potencia y la aproximación de recuperadores, la recomendación para determinar los enlaces que
conducen al número mínimo absoluto de unidades es seguir un camino indirecto, en vez de buscar el juego de
corrientes usando sólo el primer criterio, el de agotamiento, pues el método no es viable, por laborioso, en la
práctica. Así, desarrollaremos la solución hallando la red que consume el mínimo de servicios y, a
continuación, eliminaremos los lazos térmicos, ajustando las aproximaciones de los recuperadores resultantes
mediante senderos térmicos. Véase el ejemplo 13.15.
Evidentemente, para decidir cual de las soluciones conviene adoptar se ha de efectuar la valoración
económica correspondiente.
Finalmente añadiremos que se puede cambiar el nivel térmico de los servicios para un sistema, ajustando
la configuración variando ()T)amin., pues si el acercamiento mínimo es menor que el acercamientos umbral
inferior, se calienta a bajas temperaturas y se enfría a altas, y viceversa si el acercamiento es mayor que el
correspondiente al umbral superior, recuérdese la figura 13.8.

Ejemplo 13.15

a) Dado el proceso del problema 13.13, diséñese la red de cambiadores con el mínimo absoluto de unidades
b) Para la red establecida en el ejemplo 13.13 y la hallada aquí, hállese el número de envolventes precisas
en total.

Ejemplo 13.16

Sea el esquema de proceso mostrado en la figura 1 siguiente:

Figura 1 del ejemplo 13.16. Temperaturas en grados Celsius y capacidades caloríficas en kW/K

a) Establézcase el sistema de corrientes térmicas correspondiente


b) Establézcanse los intervalos de temperaturas para ()T)a mín. = 15°C y dibújese el GDD
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 449

c) Diséñese la red de recuperadores con el mínimo consumo de servicios y el menor número posible de
unidades compatible con dicho consumo.
d) Diséñese la red de cambiadores con el mínimo absoluto de unidades y mínimo consumo de servicios
compatible con dicho número de unidades.

Ejemplo 13.17

Sea la configuración de corrientes térmicas del ejemplo 13.14


a) Diséñese la red de recuperación que tengo el número mínimo de unidades y hállese el menor consumo
de servicios compatible con ella.
b) Indíquese cual seria el número de envolventes para la red de mínimo consumo de servicios y la de mínimo
número de unidades.
c) Si los coeficientes de convección de cada corriente se pueden considerar independientes de la temperatura
e iguales a:

Corriente, TS - TT Coeficiente de convección hc, W/m2 K

180-130 1000

130-100 800

280-60 500

50-180 700

80-160 1200

83-155 450

255-275 300

y los costes anuales son:

. Para cada envolvente de recuperador: 8.660 + A0,83, euros/año (A en m2)


. Para calentamiento 63.600 euros/ MWaño
. Para enfriamiento 4.000 euros/MW año
compárense los costes anuales de la red con el mínimo consumo de servicios y de la que utiliza el mínimo
número de unidades.

Como sin contacto no tenemos, hasta ahora, criterios de emparejamiento, veamos a continuación una propuesta
de nuevos criterios y de sistemática.

13.3-3.3. Sistemas sin contacto. Heurístico del enlace umbral.

En los sistemas de dos corrientes las temperaturas umbral coinciden con una objetivo o suministro y otra sin
connotación especial (véase la figura 13.8). En los sistemas multicorriente también ocurre así y una de las
temperaturas umbral ha de coincidir con la aparición o desaparición de una corriente y corresponder a la
aproximación del recuperador. Es decir, coincidirá con una de las temperaturas que definen los intervalos de
temperatura (TLI). Si tenemos en cuenta que cuando se consume un único tipo de servicio, pero a dos niveles,
estamos en el intervalo entre los umbrales del sistema de corrientes y que cuando se requieren ambos tipos,
estamos fuera del mismo y hay contacto, se podrán calcular los parámetros umbrales mediante la utilización
repetida del algoritmo TSP para localizar el contacto, pues si éste se halla en un extremo de las curvas
compuestas, se consume un sólo tipo de servicios y se trata de un umbral. Este consumo permanece constante
en su cantidad global para )(T)a min. mayores que la aproximación umbral inferior o menores que la superior,
450 Capítulo 13. Redes de recuperadores

desglosándose entonces en dos nivelas térmicos (véase la figura 13.8).


Aunque no todas las configuraciones iniciales consuman un sólo tipo de servicios y tengan umbral, las
configuración con umbral aparece siempre como remanente una vez establecidos los enlaces en la sección de
contacto,84 por lo que su presencia, como inicial o como residual, es inevitable en la síntesis de redes y los
criterios que estableceremos a continuación son de utilidad general.
El caso trivial en el que un sistema contiene exclusivamente corrientes frías o calientes se resuelve con los
calentadores y enfriadores correspondientes. Cuando una configuración contiene corrientes frías y calientes,
pero consume un sólo tipo de servicios, será directamente con umbral.
Aunque las subconfiguraciones con umbral pueden contener casicontactos, éstos sólo separan
configuraciones parciales con energías de distinto nivel térmico, pero del mismo tipo. De todos modos, para los
casicontactos se aplicará el quinto criterio.

Ejemplo 13.18

Dado el sistema de corrientes del ejemplo 13.13:


a) Con ayuda de la aplicación RECUPERA hallese el correspondiente gráfico de disponibilidad y demanda
de calor y los Objetivos del Problema cuando ()T)amin.= 10°C.
b) Calcúlese potencia de las unidades de recuperación, calentamiento y enfriamiento mínimas necesarias
para el mínimo consumo de energía externa de acuerdo con los objetivos del problema obtenidos, cuando
()T)amin.= 10°C
c) Estímese el número de envolventes necesario en este caso.

La generalización del algoritmo expuesto antes para localizar el umbral superior en los sistemas de dos
corrientes a sistemas de más de dos corrientes, es inmediata. Para facilitar su adaptación estableceremos lo
siguiente:
Las temperaturas extremas de un sistema de más de dos corrientes serán:
. Thmáx: la máxima de las temperaturas de suministro de las corrientes calientes.
. Thmín: la mínima de las temperaturas de objetivo de las corrientes calientes.
. Tcmáx: la máxima de las temperaturas objetivo de las corrientes frías
. Tcmín: la mínima de las temperaturas de suministro de las corrientes frías

y la diferencia mínima de temperaturas entre las corrientes calientes y frías:

que si es negativa la consideraremos nula, pues las curvas compuestas no pueden cruzarse. La diferencia
máxima de temperaturas entre las corrientes calientes y frías será:

y la )Tth estará comprendida entre DTmín y DTmáx.


Si para DTmín se calculan los servicios mínimos y se necesita de ambos, el problema presenta contacto para
cualquier ∆Tmín que se considere.
Si la configuración consume un único tipo de servicios y se establecen las curvas compuestas para (∆T)amín
= DTmín, el punto donde éstas estén más próximas entre sí, es el umbral y al mismo tiempo el contacto. Como
la DTth estará comprendida entre DTmín y DTmáx, se pueden calcular los parámetros umbrales mediante el
siguiente algoritmo:

84
Lo mismo es aplicable a un casicontacto, etc.
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 451

1. Se consideran las variables DT1 y DT2 , inicializándolas a DT1 = DTmín y DT2 = DTmáx. DT1 será en todo
momento el límite inferior del intervalo que contiene a ∆Tth y DT2 será el límite superior.
2. Se hace DT = (0,5) ( DT1 + DT2 ).
3. Se aplica el TSP para ∆Tmín = DT y se calculan los servicios mínimos.
4. Si existen ambos tipos de servicios el problema presenta contacto y el nuevo intervalo de solución es
(DT1 ,DT). Se hace DT2 = DT y se salta al paso 6.
5. Si sólo existe un tipo de servicio el problema no presenta contacto y se sabe seguro que el nuevo
intervalo de solución es (DT,DT2). Se hace DT1 = DT.
6. Si la diferencia entre DT2 y DT1 es suficientemente pequeña, se considera que entonces, ∆Tth = DT. Las
temperaturas del umbral superior coinciden con las del contacto para ∆Tth= ∆Tmín. Si la diferencia entre
DT2 y DT1 no es satisfactoria, se vuelve al paso 2.

Vives85 introdujo una regla, a la que denominó heurístico del enlace umbral, que, basándose en las propiedades
del umbral superior, maximiza los gradientes térmicos existentes, es decir, minimiza el área de los
recuperadores, en una configuración de corrientes que requiere un único tipo de servicios (sin contacto). Dicha
regla fue revisado por López86 y en su versión final se desglosa en los tres criterios siguientes.
Séptimo criterio:

Para una configuración de corrientes sin contacto o casicontacto, remanente o no, el primer enlace que
se debe establecer es el enlace próximo al umbral, que será aquél que implique a la temperatura umbral
en uno de sus extremos y una diferencia de temperatura Th - Tc en ese extremo, comprendida entre ()T)amín
y ()T)th.

Como el umbral es el punto en el que la curva compuesta caliente y la fría están más próximas en el enlace,
recuérdese la figura 13.19, al aplicar el criterio del enlace umbral en el extremo del recuperador situado en su
sección, la diferencia de temperaturas entre las corrientes caliente y fría será la menor.
Para evitar que el séptimo criterio pueda llevarnos a escoger corrientes muy calientes o muy frías y que
queden pendientes posteriormente otras corrientes porque no encuentren otras lo suficientemente calientes o
frías para alcanzar sus temperaturas objetivo, se establece el octavo criterio:

Se ha de restringir el número de enlaces umbral a escoger, a aquellos que en el extremo alejado del
umbral, tengan una diferencia de temperaturas inferior a la umbral y, entre ellos, se elige el que tenga
mayor MLDT. Si todas las diferencias de temperatura son superiores a la umbral, se escoge la menor entre
ellas.

Si no se encuentra ningún enlace de este tipo se elige aquél que tenga menor diferencia de temperaturas en dicho
extremo, a fin de colmar el mayor recuperador entre los posibles.
Cuando existan dos corrientes, una caliente y otra fría, que tengan la temperatura de suministro y la objetivo,
o viceversa, a la temperatura caliente o a la fría del umbral, los posibles enlaces dependerán de cuál de las dos
corrientes se tome para establecer el enlace umbral. Para evitar dicha ambigüedad, se establece el noveno
criterio:

Cuando las temperaturas de suministro y objetivo de dos corrientes, sean iguales a las umbral, se ha de
eligir el enlace entre esas dos corrientes.

Es decir, cuando entre todos los enlaces posibles exista uno que, en el extremo umbral, tenga exactamente la

85
Vives, Pablo, Modelo para la realización de redes de intercambio térmico, Proyecto Final de Carrera,
E.T.S.E.I.Barcelona, octubre 1985.
86
López Sánchez, Juan, Síntesis de redes de recuperación de calor para la integración térmica de
procesos, Proyecto Final de Carrera, E.T.S.E.I.Barcelona, junio 1995.
452 Capítulo 13. Redes de recuperadores

diferencia de temperaturas umbral, se escogerá dicho enlace87.


Por último tenemos el décimo criterio:

En las configuraciones con umbral, una vez elegida la corriente que tiene la temperatura umbral de
suministro o como objetivo, se debe comprobar si las alternativas de enlace serán agotadas por la primera
o no. Caso de no ser agotadas, todas las candidatas que cumplan el criterio séptimo son válidas pero en
el caso contrario sólo son candidatas válidas aquellas cuya temperatura final no sea superior a la
temperatura de suministro umbral menos la aproximación mínima, si la temperatura umbral es caliente,
o inferior a la temperatura umbral más la aproximación mínima, si es fría.

Véase si estos criterios modifican las redes finales obtenidas en los ejemplo 13.13, etc. El hecho de que los
sistemas con umbral no presentan limitaciones como las impuestas por los criterios 2ª, 3ª o 4ª, aplicables a los
sistemas con contacto, hizo que Vives denominase a estos últimos sistemas restringidos y a los sistemas con
umbral sistemas no restringidos.

Ejemplo 13.19

a) Hállese la red con el mínimo consumo de servicios y de unidades compatible con el mismo, para el
sistema de corrientes del ejemplo 3.13 cuando ()T)amín. = 5°C.
b) Estímese el número de envolventes correspondiente

Ejemplo 13.20

Sea el sistema de corrientes de la figura 1:

Figura 1, ejemplo 13.20. Temperaturas en °C y capacidades caloríficas en kW/K.

a) Con ayuda de la aplicación RECUPERA hallese el correspondiente gráfico de disponibilidad y demanda


de calor cuando ()T)amin.= 20°C.
b) Calcúlese potencia total de las unidades de recuperación, de las de calentamiento y de las de enfriamiento
necesarias para tener el mínimo consumo de energía externa y el número total de unidades para la
configuración correspondiente a ()T)amin.= 20°C y compárese con la de la figura 2 siguiente:88

87
Este criterio justifica el recuperador 3 de la figura 12 del ejemplo 13.13.
88
Lee, K.F., A.H. Masso y D.F. Rudd, “Branch and Bound Synthesis of Integrated Process Design”, Ind.
Eng. Chem. Fundamentals, Vol. 9 (1970) nº 1, pp. 48-58.
13.2. Análisis termodinámico de la recuperación de energía 453

Figura 2, ejemplo 13.20. Red “óptima” propuesta por Lee, Masso y Rudd: 5 recuperadores y 3 enfriadormes.

c) Estímese el número de envolventes necesario para las HENs correspondientes y compárense.

Ejemplo 13.21

Sea el esquema de proceso siguiente:

Figura 1, ejemplo 13.21.

a) Con ayuda de la aplicación RECUPERA hallese el correspondiente gráfico de disponibilidad y demanda


de calor cuando ()T)amin.= 20°C.
b) Calcúlese potencia de las unidades de recuperación, calentamiento y enfriamiento mínimas necesarias
para el mínimo consumo de energía externa de acuerdo con los objetivos del problema obtenidos, cuando
()T)amin.= 20°C

Recordemos que, como vimos en la figura 13.8, dado un sistema toda configuración con umbral del mismo
puede pasar a ser con contacto si aumentamos la aproximación térmica mínima a partir de un cierto valor, que
denominamos aproximación térmica umbral superior, o la disminuimos a partir de una aproximación térmica
menor, denominada umbral inferior. Por otro lado, para cualquier aproximación, )Ta considerada y que esté
454 Capítulo 13. Redes de recuperadores

comprendida entre ()T)th. sup. y ()T)th. Inf., el consumo de servicios sigue siendo constante y de un único tipo (frío
o caliente), lo que permite aumentar la diferencia de temperaturas en los recuperadores para reducir sus
dimensiones, aunque se debe aplicar, como mínimo, a dos niveles térmicos.

13.4 Modificación de redes existentes

En el caso de una red de cambiadores existente, las técnicas aquí expuestas permite analizar su posible mejora
y como llevarla a cabo. Una propuesta de Tjoe y Linnhoff89, consiste en determinar el punto de contacto y los
consumos mínimos de los dos tipos de servicios de la configuración de corrientes existente90. Caso de no tener
contacto y haber umbral, se determinan las temperaturas umbral y el consumo del servicio correspondiente. A
partir de esta información, se eliminan las unidades (recuperadores) que crucen el contacto, o no se ajusten al
heurístico del enlace umbral y a continuación se trata de reconstruir una red que se ajuste a los criterios
establecidos en esta capítulo, procurando utilizar unidades existentes. Por último, mediante la eliminación lazos
térmicos y empleando senderos, se adapta la red para utilizar la mayor cantidad posible de unidades existentes,
ajustando su área en caso necesario. Veamos el ejemplo práctico propuesto por Tjoe y Linnhoff.

Ejemplo 13.22

Dado el proceso de la figura 1:

Figura 1 del ejemplo 13.22.

Y la información siguiente:

89
Tjoe, Tjaan N. y Bodo Linnhoff, “Using pinch technology for process retrofit”, Chem. Eng. Vol. 93
(1986), nª 8 (April 28), pp. 47-60.
90
Se puede variar la aproximación mínima conservando el sistema de corrientes.
13.4 Modificación de redes existentes 455

Corriente, TS - TT, °C , kW/K Coeficiente de


convección hc, W/m2 K

159-77 228,5 400

267-88 20,4 300

343-90 53,8 250

26-127 93,3 150

118-265 196,1 500

con los costes anuales:


. Para cada envolvente de recuperador: 8.660 + 600 A0,83, euros/año (A en m2)
. Para calentamiento 63.600 euros/ MWaño
. Para enfriamiento 4.000 euros/MW año

Conservando la aproximación mínima, establézcase una red más económica que la propuesta.

Resumen

Designamos como corriente térmica a un caudal constante de fluido que debe cambiar su temperatura o su fase
mediante una acción externa. Las que se tengan que enfriar o condensar, son corrientes calientes y a las que se
tengan que calentar o evaporar, corrientes frías. Quedan definidas por su caudal de capacidad calorífica
, W/K, y sus temperaturas de suministro, TS, y objetivo, TT o por la temperatura y la variación de
entalpía correspondientes al cambio de fase cuando éste ocurre. Denominanos servicios térmicos a los fluidos
dedicados a ceder calor o absorberlo, servicios calientes y fríos, respectivamente.
La integración térmica de procesos es la utilización de recuperadores para aprovechar entalpía de las
corrientes calientes, cediéndola a las frías, con los consiguientes ahorro de servicios calientes y fríos, y aumento
de la inversión. Los objetivos extremos energéticos y de inversión de una red de cambiadores para un conjunto
determinado de corrientes térmicas, son:
C Relacionados con las necesidades energéticas de procesos:
< Cantidad mínima de servicios térmicos.
< Nivel térmico más ajustado para dichos servicios (temperatura mínima requerida para servicios
calientes y temperatura máxima permisible para los fríos).
C Relacionados con la inversión en la red de cambiadores:
< Número de cuerpos de recuperador (envolventes) mínimo.
< Área de transferencia mínima.
< Potencia de los equipos de impulsión (bombas y compresores).
< Menor complejidad y longitud de las interconexiones.
Sumando algebraicamente la entalpia que deban perder las corrientes calientes y la que deban ganar las frías,
denominaremos a un sistema de corrientes térmicas sistema caliente si globalmente requiere enfriamiento
externo, frío si precisa calentamiento y equilibrado si no requiere intervención externa. La suma qh de los
consumos de servicios térmicos calientes y la de los fríos, qc, no han de ser constantes por separado para que
su diferencia sea constante.
En el caso de un sistema de dos corrientes desequilibrado, con distinta capacidad calorífica podemos
establecer un recuperador que a medida que se transfiere calor consumirá el salto térmico y cuando éste llegue
a un determinado valor prefijado antes de alcanzar la temperatura objetivo, la entalpía que sobra es intransferible
y debe extraerse con una fuente exterior, fría si la corriente excedentaria es caliente y viceversa si es fría. Por
contra, si en un recuperador las dos corrientes tienen la misma capacidad calorífica = , no variará el
salto térmico a lo largo del recuperador sea cual sea su área, no existiendo otro límite que la temperatura
objetivo. En todos los casos la potencia a transferir por el recuperador depende exclusivamente de las
456 Capítulo 13. Redes de recuperadores

temperaturas inicial (suministro) y final (objetivo) de una de las corrientes, al estar solapadas las proyecciones
sobre el eje q.
El salto térmico en cada sección transversal, Th - Tc, el valor más pequeño del cual denominamos
acercamiento térmico, ha de ser distinto de cero, lo que, al reducir monótonamente la diferencia de temperaturas
y, con ello, la potencia transferida por unidad de área, limita económicamente el acercamiento. A este límite del
salto térmico utilizable lo designamos como acercamiento mínimo, ()T)amin.. Si suponemos ()T)amin. nulo,
denominamos al recuperador correspondiente recuperador perfecto. Dado un sistema de corrientes, si fijamos
un valor del acercamiento mínimo diremos que tenemos una configuración.
Las dos configuraciones con acercamiento mínimo, uno más pequeño y otro mayor, para las que en el
recuperador las temperaturas de suministro de una corriente y objetivo de la otra coincidan en una sección
extrema, consumen un único tipo de servicio. Las dos configuraciones extremas que lo hacen se denominan con
acercamiento umbral inferior, figura 13.8c, y acercamiento umbral superior, figura 13.8e, respectivamente.
Decimos que existe acercamiento umbral a secas, )Tth, cuando tenemos el superior. La configuración con
acercamiento umbral superior comporta el mayor acercamiento que nos permite usar un solo tipo de servicios
y obtener la máxima recuperación posible con la mínima área. El acercamiento umbral inferior, da la máxima
recuperación con la máxima área, lo que comporta un consumo de servicios a un nivel térmico más bajo. Si se
requieren sólo un tipo de servicio a dos niveles térmicos distintos, nos hallamos entre los dos umbrales.
Cuando el acercamiento está fuera del rango limitado por los dos casos umbrales, la configuración requiere
siempre los dos tipos de servicios, fríos y calientes y si la aproximación en el recuperador es igual a ()T)amín.,
la recuperación será la mayor factible, porque la recuperación no puede aumentarse sin violar el límite de
aproximación admitido. La sección transversal donde se encuentra el acercamiento térmico mínimo ()T)amin .
se denomina zona, o sección, de contacto91 y a las correspondientes temperaturas fría y caliente, temperatura
de contacto fría y temperatura de contacto caliente. Esta zona corresponde a los puntos de mayor proximidad
de las dos líneas que representan las corrientes en el gráfico T-q, por lo que cuando consideramos recuperadores
perfectos, las dos tienen un punto común, el contacto. Tanto en el contacto como los umbrales, las temperaturas
coinciden con una de suministro u objetivo de las corrientes.
La potencia transferida a través de la sección de contacto ha de ser nula si se quieren evitar consumos de
energía externa no necesarios. Si la potencia transferida no es nula, debe añadirse (o sustraerse) una potencia
igual pero de signo contrario añadiendo un cambiador al otro lado del contacto, que se comporta como un
conducto a modo de vasos comunicantes: si efectuamos un calentamiento excesivo en la primera
subconfiguración permite compensarlo con un enfriamiento equivalente en la segunda y viceversa. Esta es la
base de los denominados senderos térmicos, que permiten ajustar el acercamiento en un recuperador variado
la potencia de calentadores y enfriadores.
Para visualizar el proceso interno de recuperación de calor en una configuración dada, representaremos la
potencia transferida (área de los rectángulos mostrados en la figura 13.12a) como ordenadas en función de las
distintas temperaturas de suministro y objetivo de todas la corrientes, entre las que estarán las inicial y final de
un tramo en el que se ha de transferir calor. Cuando formamos recuperadores con dos corrientes de contacto,
una temperatura final o inicial de la corriente caliente, según que nos hallemos en la sección de contacto frío
o caliente, coincide con la temperatura de contacto más el acercamiento mínimo y la temperatura de la corriente
fría con la de contacto. En la figura l3.13 se muestra el gráfico obtenido con las temperaturas que definen los
intervalos (TLI) en sentido creciente a partir del origen de abscisas, y se aprecia que si aparece con pendiente
negativa la recta calor-temperatura muestra que en el intervalo, se produce un aumento del calor disponible y
con pendiente positiva cuando en el intervalo disminuye el calor disponible para la demanda. Para obtener la
representación del proceso que no contradiga la 2ª ley de la Termostática, hay que incluir las aportaciones y
extracciones externas que, si son las estrictamente necesarias, han de reducir el menor salto térmico a un valor
nulo (último valor no negativo) hasta que ningún punto de la misma corresponda a una potencia negativa. Así,
obtenemos el gráfico final o curva (Th)corregida-qdisponible, que denominamos gráfico de disponibilidad y demanda
de calor; abreviadamente el GDD. La curva (Th)corregida-qdisponible así obtenida, la denominaremos gráfico de
disponibilidad y demanda de calor; abreviadamente el GDD.
La construcción del gráfico de disponibilidad y demanda de calor, GDD, para una configuración de
corrientes se efectúa con el algoritmo denominado Tabla Síntesis del Problema (TSP), en el cual los valores

91
En la literatura anglosajona pinch.
Resumen 457

de las potencias parciales en cada intervalo de temperaturas (cascada de calor) son las ordenadas en cada
temperatura definidora de los intervalos indicada en el eje de abscisas del GDD.
La problemática general se estudia con un sistema de dos corrientes desequilibrado, generalizando después
a los sistemas multicorriente los conceptos de umbral y de contacto.
En los sistemas de más de dos corrientes, el GDD puede mostrar mínimos relativos que se denominan
casicontactos. A las temperaturas de las corrientes fría y caliente correspondientes al contacto se las designa
como temperaturas de contacto fría y caliente, respectivamente. Las corrientes que alcanzan o cruzan el contacto
se denominan corrientes de contacto y los recuperadores en uno de cuyos extremos la aproximación es igual a
la mínima, se dice que se encuentran en la sección o zona de contacto. Para no consumir servicios superfluos,
sólo se deben calentar externamente las corrientes frías a temperaturas superiores a la fría de contacto y enfriar
corrientes calientes, a temperatura inferiores a la caliente de contacto.
El mayor acercamiento que hace que se consuma un único tipo de servicio, figura 13.8e, se denomina
diferencia de temperatura umbral superior, para abreviar acercamiento umbral, )Tth. A las temperaturas
correspondientes de las corrientes fría y caliente, se las designa como temperaturas umbral fría y caliente,
respectivamente. El acercamiento umbral superior es el acercamiento mínimo que nos permite usar un solo tipo
de servicios y obtener la máxima recuperación posible con la mínima área. Si existe contacto se consumen los
dos tipos de servicios y, por tanto, no se puede alcanzar la recuperación máxima, ya que ésta sólo es posible si
se consume un único tipo de servicios, es decir, cuando el acercamiento térmico )Ta está comprendido entre
las aproximaciones umbral inferior y superior.
Si tenemos un sistema de corrientes del mismo tipo, por ejemplo frías, en el plano H-T podemos de
representar cada una de ellas uniendo las temperaturas de suministro y objetivo, en cualquier posición con
referencia al eje de abscisas, figura 13.17a. Si agrupamos los cambios de entalpia de las corrientes en cada
intervalo de temperatura, obtenemos la pseudocorriente fría o corriente compuesta fría, línea quebrada entre
la temperatura de suministro más baja y la objetivo más alta, como se muestra en la figura 13.17b. De la misma
forma obtendremos una corriente compuesta caliente de características contrarias. Un cambio de pendiente de
las curvas entalpía (potencia)-temperatura en cada intervalo de temperaturas indicará la aparición en el intervalo
de una corriente, si la pendiente disminuye, o la desaparición si aumenta.
En cualquier sistema de corrientes, podemos agrupar los cambios de entalpía de las corrientes calientes y
los de las frías en dos corrientes compuestas, una fría y otra caliente. De este modo pasamos al problema de dos
corrientes y podremos aplicar los principios establecidos para el mismo, aunque las líneas son quebradas en vez
de rectas como en el caso de dos corrientes genuinas. En los sistemas multicorriente, cada cambio en el número
de corrientes frías del sistema inicia un intervalo de temperaturas y comporta un cambio de la pendiente de la
corriente compuesta fría en el mismo y análogamente para las calientes.
Cuando la configuración requiere servicios fríos y calientes, se denomina contacto a la sección transversal
donde se encuentra el acercamiento térmico mínimo ()T)am., que corresponde a los puntos de mayor proximidad
de las dos líneas T-q. Si se transforman los recuperadores en perfectos, corrigiendo las temperaturas de las
corrientes calientes restandoles la aproximación mínima, en el GDD el contacto coincide con el punto donde
se anula el calor con diferencia de temperaturas favorable (mínimo absoluto de la curva).
Si el acercamiento mínimo es menor que el acercamientos umbral inferior, se calienta a bajas temperaturas
y se enfría a altas, y viceversa si el acercamiento es mayor que el correspondiente al umbral superior. Esto
permite ajustar el nivel térmico de los servicios en un sistema de corrientes.
Cuando el acercamiento mínimo de una configuración de corrientes está comprendido entre los dos
acercamientos umbral o coincide con uno de ellos, obtenemos la máxima recuperación posible y se requiere un
único tipo de servicio térmico, cuyo consumo total es constante e igual al mínimo posible, dado por la ecuación
(13-2a).
La metodología de diseño de redes de recuperación propuesta es válida tanto para la generación de nuevas
redes de recuperación como para reformar redes existentes y se asienta en las propiedades de las secciones de
contacto y de umbral (mutuamente excluyentes) y el principio de descomponer el problema en una sucesión de
problemas más sencillos (problemas remanentes). Utiliza un conjunto de criterios o reglas heurísticas que se
aplican secuencialmente a la configuración inicial y a las remanentes. Como todas las configuraciones de un
sistema tienen contacto o umbral, la metodología se basa en la siguiente serie de criterios para cada una de estas
posibilidades o comunes a ambas, que permitan establecer secuencialmente los enlaces entre corrientes
458 Capítulo 13. Redes de recuperadores

(recuperadores) y cambiadores de servicios. El primer criterio, el quinto y el sexto son generales, los segundo,
tercero y cuarto para las configuraciones con contacto y los séptimo, octavo, noveno y décimo para las que
presentan umbral.

Primer criterio:
Para tener el mínimo número de unidades en una configuración de corrientes, cada enlace entre
corrientes (unidad) debe tratar de agotar al menos una de ellas, de modo que, si es posible, entre dos
corrientes determinadas sólo exista un recuperador
Segundo criterio:
No se debe enfriar en la zona de contacto de la subconfiguración fría, situada inmediatamente a la derecha
del contacto en el GDD, por lo que para poder establecer la totalidad de los recuperadores posibles, el
número de corrientes calientes existente en dicha zona no puede ser superior al de corrientes frías existentes
en la misma zona. Caso contrario, es necesario dividir las corrientes frías, para conseguir que el número de
éstas iguale como mínimo al de las calientes. En la zona caliente, a la izquierda del contacto en el GDD, no
se debe calentar y se produce la situación contraria, de modo que el número de corrientes calientes no puede
ser inferior al de frías que existen en la zona, debiendo dividirse las corrientes calientes hasta igualar el
número de cada tipo.
Tercer criterio:
Para ser viable el emparejamiento de corrientes en el contacto en la subconfiguración fría, inmediatamente
a la derecha del contacto, la condición que debe cumplir un enlace es que la capacidad calorífica de la
corriente caliente sea menor o igual que la de la fría. Inmediatamente a la izquierda del contacto, la
condición es la contraria; la capacidad calorífica de la corriente caliente debe ser mayor o igual que la de
la fría. Caso de que no se cumpla la relación de capacidades caloríficas es necesario dividir una de las dos
corrientes.
Cuarto criterio:
Para que cada enlace de contacto realizado no impida la posibilidad de realizar nuevos enlaces de contacto
con las corrientes restantes, se deben satisfacer las siguientes condiciones en la zona fría, a la derecha del
contacto en el GDD,

(13-19)

y en la zona fría, es decir, la izquierda del contacto,

(13-20)

O lo que es lo mismo, la diferencia de flujos de capacidad calorífica entre las corrientes en cada enlace
contacto debe ser menor que la diferencia global de flujos de capacidad calorífica entre corrientes presentes
en la zona.
Quinto criterio:
Cuando existe un casicontacto debe comprobarse que éste no constituye un estrangulamiento a la
transferencia de calor, estableciendo la red sin tenerlo en cuenta y comprobando si se cumplen los Objetivos
del Problema obtenidos con la aplicación RECUPERA. Si tal cosa no ocurre, debe tratarse como un
contacto.
Sexto criterio:
En las configuraciones con contacto existe un lazo térmico cuando una corriente cruza el contacto y
participa en tres o cuatro unidades: recuperadores, calentadores y enfriadores. Se elimina una de estas
unidades absorbiéndola con otra de las restantes de mayor potencia, ajustando la aproximación al valor
mínimo mediante un sendero a través del contacto, con el consiguiente aumento del consumo de servicios.
Séptimo criterio:
Resumen 459

Para una configuración de corrientes con umbral, el primer enlace que se debe establecer es el enlace
próximo al umbral, que será aquél que implique a una de las temperaturas umbral en uno de sus extremos
y una diferencia de temperatura Th - Tc en ese extremo, comprendida entre )Tamín y )Tth.
Octavo criterio:
Se ha de restringir el número de posibles enlaces umbral a aquellos que, en el extremo alejado del umbral,
tengan una diferencia de temperaturas inferior a la umbral y entre ellos se ha de elegir al que tenga mayor
MLDT. Si todas las diferencias de temperatura son superiores, se escogerá la menor entre ellas.
Noveno criterio:
Cuando las temperaturas de suministro u objetivo de dos corrientes sean iguales a las umbral, se ha de eligir
el enlace entre esas dos corrientes.
Décimo criterio:
En las configuraciones con umbral, una vez elegida la corriente que tiene la temperatura umbral de
suministro o como objetivo, se debe comprobar si las alternativas de enlace serán agotadas por la primera
o no. Caso de no ser agotadas, todas las candidatas que cumplan el criterio séptimo son válidas pero en el
caso contrario sólo son candidatas válidas aquellas cuya temperatura final no sea superior a la temperatura
de suministro umbral menos la aproximación mínima, si la temperatura umbral es caliente, o inferior a la
temperatura umbral más la aproximación mínima, si es fría.

El diseño de una HEN para una determinada configuración de corrientes se inicia estableciendo la existencia
o no de contacto. Caso de existir éste, se establecen los enlaces de contacto de acuerdo con los criterios
correspondientes y a continuación en el sistema remanente se completan los enlaces con la metodología del
umbral, para determinar la red con el mínimo consumo de servicios.
Cuando existe contacto, es decir, si el acercamiento mínimo es menor que el acercamientos umbral inferior
o mayor que el superior, se consumen los dos tipos de servicios. El mínimo de los mismos corresponde a la
situación en la que sólo se calientan externamente las corrientes frías a temperaturas más altas que la fría de
contacto y enfrían las corrientes calientas a temperaturas inferiores a la caliente de contacto. La solución puede
comportar un número total de unidades superior al mínimo.
Si el número de unidades es igual al de corrientes más uno, la red es también la de menor número de unidades.
Caso de que no sea así, para hallar los enlaces que conducen al número mínimo absoluto de unidades (MNU),
una vez hallada la red que consume el mínimo de servicios, se eliminan los lazos térmicos, ajustando las
aproximaciones de los recuperadores resultantes mediante senderos térmicos. Caso de haber desdoblado
corrientes o existir contactos de servicios, no es posible alcanzar el MNU.
Caso de no existir contacto el desarrollo se efectúa con la metodología del heurístico del enlace umbral.
Para decidir cual de las soluciones conviene adoptar se ha de efectuar la valoración económica
correspondiente, teniendo en cuenta el número de envolventes y la implantación.
© B. Sigalés

14 Radiación (II): Hornos. Las ecuaciones para el estudio


de la transmisión de la radiación a través de medios
gaseosos participantes

INTRODUCCIÓN

En esta capítulo se hará una exposición del predimensionado de hornos, equipos utilizados para calentar materiales
a alta temperatura con el fin de que sufran determinadas transformaciones fisicoquímicas, que pueden llegar, incluso,
a su destrucción (incineradoras). Cuando el calentamiento se produce mediante combustión, el proceso comporta
la transferencia radiante a través de un medio participante.
En la primera parte del Capítulo, se darán las herramientas para y se resolverá el diseño de los hornos de una manera
simplificada, con un modelo general gris.
En la segunda parte se hará un análisis más detallado de la absorción y emisión en un medio participante,
prescindiendo de la dispersión, y se establecerá la ecuación de transferencia a partir de la existencia del equilibrio
termodinámico y de la posibilidad de definir la temperatura. Se describirán los procesos de absorción y emisión a
partir de los coeficientes de Einstein, para llegar a la evaluación de la absorción y emisión de gases, a través de los
espectros de rotación y vibración moleculares, prosiguiendo con la descripción de los modelos de absorción y
emisión de bandas.
Finalmente se expondrá la teoría estadística de la radiación y la aplicación del método MONTECARLO al
intercambio radiante con medio participante interpuesto.

14.1 Herramientas para generalizar el cálculo radiante gris de recintos


14.1-1 Emitancia gris de los planos equivalentes a haces de cilindros radiantes

Cuado se utilizan fluidos para calentar hornos, o en un horno se calientan fluidos, éstos circulan a través de haces
de tubos apoyados sobre una superficie refractaria. Las superficies resultantes no se adaptan al cálculo de recintos
radiantes establecido en el capítulo 2, que supone superficies planas, por lo que interesa sustituírlas por unas
superficies planas equivalentes. Lo mismo ocurre si se emplean resistencias eléctricas cilíndricas.
Para resolver este problema primero analizaremos la transferencia radiante entre dos superficies grises que formen
un recinto con una tercera rerradiante. Sea inicialmente un recinto de dos superficies lambertianas 1 y 2, el caudal
neto de calor radiante (potencia) a través de la superficie 1 será la diferencia entre la radiación que llega y la que
sale de la misma, o sea, por definición de flujo geométrico y de radiosidad:

(14-1)

pero, por el principio de reciprocidad, (2-179),

(14-2)

(14-3)

relación absolutamente general para superficies lambertianas.

Farmer, J.T. y J.R. Howell, “Comparison of Montecarlo Strategies for Radiative Transfer in Participating Media”, Advances in Heat
Transfer, Vol. 31(April 1998), Academic Press, New York.

461
462 Capítulo 14. Hornos. Las ecuaciones para el estudio de la tranamisión de la radiación.....

Supongamos ahora que estas superficies son planas1 y que formamos un nuevo recinto añadiendo una tercera
superficie r perfectamente calorifugada, por lo que será rerradiante2 y Gr - Jr = 0. Tendremos:

(14-4)

y en la superficie rerradiante:

(14-5)

con
(14-6)

pues G1-1 = 0, al ser plana la superficie 1, y

(14-7)

Teniendo en cuenta estas dos relaciones, despejando Jr de (14-5),

(14-8)

y sustituyendo en (14-4),

(14-9)

expresión que, comparada con la (14-3), nos muestra que el efecto de la superficie rerradiante es aumentar la
transferencia entre las dos superficies grises, lo que es lógico, pues una superficie rerradiante es aislante.
Por analogía con (14-2),

(14-10)

de forma que para las tres superficies, si una de ellas es rerradiante, podemos escribir una fórmula análoga a la (14-
3) que dimos para dos superficies lambertianas:

1
Fi-i = 0.

2
14.1 Herramientas para generalizar el cálculo radiante gris de recintos. 463

(14-11)

Cuando el comportamiento radiante de las superficies 1 y 2 se pueda aproximar por K bandas grises tendremos:

(14-12)

Se puede interpretar como la potencia total que procedente de una superficie i alcanza otra j, por unidad

de diferencia de radiosidades (W/m2) de ambas superficies y en presencia de una superficie rerradiante3. Para este
factor se verifica, como justifica (14-10), la relación de reciprocidad:

(14-13)

Veamos como podemos expresar la potencia neta (14-11) en función de las temperaturas de las superficies 1 y 2,
en el caso que estas sean grises. Sabemos que, conocidas las Ji, con la ecuación (2-147) se obtienen las potencias
radiantes netas a través de las distintas superficies que forman un recinto gris en estado estacionario. Si el recinto
está formado por dos superficies grises y una tercera rerradiante, para las dos primeras tendremos:

(14-14)

(14-15)

pero al tener una tercera superficie rerradiante, por (14-11), también,

lo que, por la conservación de la energía, nos permite establecer, al hallarnos en estado estacionario,

(14-16)

o bien,

3
Obsérvese que es mayor que G1-2, confirmando que la presencia de la superficie rerradiante aumenta la potencia transferida entre

las dos superficies iniciales. Asimismo se ve que la fórmula (14-11) es lógica, ya que la superficie rerradiante no aporta energía al sistema.
464 Capítulo 14. Hornos. Las ecuaciones para el estudio de la tranamisión de la radiación.....

(14-17)

Sumando antecedentes y consecuentes, eliminamos las radiosidades Ji y obtenemos:

(14-18)

fórmula que escribiremos4:

(14-19)

siendo

(14-20)

el factor de transferencia de Hottel, citado en el capítulo 2 y Aiöi-j = Gi-j, un flujo geométrico que podemos definir,
de forma análoga a como hicimos con Gi-j, como la fracción de la diferencia de poderes emisivos negros que se
transfiere en el caso de que las superficies sean grises. Con öi-j y Gi-j. también se verifica la relación de
reciprocidad.

Ejemplo 14.15

Suponiendo materiales adecuados para resistir las temperaturas indicadas, sea un tubo de diámetro exterior
0,25 m y emitancia gris igual a 0,6, que pasa por una cámara refractaria cúbica de dimensión interior 0,5
m de arista, cuyas paredes se mantienen calientes a 2.260 K, con lo que en estado estacionario la pared del
tubo está a 1.460 K. Calcúlese la potencia absorbida por el tubo.

Prosiguiendo con la búsqueda del artificio para asimilar las superficies de tubo situados en un plana a un plano liso,
ahora consideraremos un haz de tubos grises t frente a una pared r de una cámara, con un plano imaginario i que los
cubra6, figura 14.1,

4
Compárese también con la fórmula (2-273).

5
Rohsenow, W.M. y H.Y. Choi, Heat, Mass and Momentum Transfer, Prentice-Hall, Englewood Cliffs, 1961, pp. 349-350.

6
Recuérdese el ejemplo 2.23 del primer volumen.
14.1 Herramientas para generalizar el cálculo radiante gris de recintos. 465

Figura 14.1. a) Recinto interno ideal (longitud y anchura infinitas) formado por la pared refractaria de respaldo r, los tubos t y el plano
imaginario i, donde Ai = Ar. b) Recinto externo con el plano imaginario i, que representa el conjunto refractario-tubos y el resto de la
cámara.

El plano i, cuya cara externa sustituye al haz t, en su cara interna se comporta como una cavidad frente a los tubos,
a la misma temperatura que estos, con lo que gi = g1= 1 y, según (14-14),

(14-21)

y, al tratarse el recinto interior de uno de tres superficies (i, t y r), una de ellas rerradiante (la r), la potencia que
enviarán los tubos t al plano i será:

(14-22)

pero en el recinto exterior el plano i, considerado gris, enviaría una potencia, igual a la que recibe al hallarnos en
estado estacionario, dada por la fórmula:

(14-23)

Igualando ambas expresiones vemos que el haz de tubos es equivalente a un plano gris a la misma temperatura que
los tubos, de área Ai y emitancia7

(14-24)

Si el haz es de una sola fila

(14-25)

y si es de dos,

7
Recuérdese que gi = 1.
466 Capítulo 14. Hornos. Las ecuaciones para el estudio de la tranamisión de la radiación.....

(14-26)

Como las superficies i, r, y t de la figura 14.1a forman un recinto, de (14-10) se desprende que vale

(14-27)

pues si las dimensiones del haz son muy grandes,

(14-28)

y etc.

De este modo (14-25) y (14-26) se sintetizan en la fórmula:

(14-29)

El factor de visión Fi-t, entre el resto de la cámara de combustión, representada por el plano i, y los tubos t, se puede
calcular mediante la aplicación VISION (véase el ejemplo siguiente).

Ejemplo 14.28

Se calienta una cámara de horno de forma de paralelepípedo rectangular de base 8 por 10 ft y altura 6 ft,
mediante la combustión de gas dentro de tubos radiantes verticales que cubren las paredes laterales de 10 ft
de ancho por 6 ft de altura. Los tubos tienen 0,127 m (5 in) de diámetro exterior sobre centros de 0,305 m (12
in). El material a calentar (carga) forma un plano continuo sobre la solera, de 5 ft de anchura y 10 de longitud
dejando libres 1,5 ft a cada lado. El techo y las paredes de los extremos son de material refractario.
Los tubos radiantes y el material de la carga son cuerpo calor s grises que tienen unas emitancias de 0,8 y 0,9,
respectivamente ¿Cuál es la potencia neta (calor) transferida a la carga por radiación, cuando la temperatura
media de la superficie del tubo es de 816 ºC (1500ºF) y la de la superficie del material 649ºC (1200 ºF)?

Dado que la longitud normal de los haces es muy grande respecto al diámetro de los tubos, se puede hallar

8
Manual del Ingeniero Químico, (7ª edición, cuarta en español) Mc GraW-Hill, Madrid 2001, Volumen I, Ejemplo 5, p. 5-39.
14.1 Herramientas para generalizar el cálculo radiante gris de recintos. 467

analíticamente una expresión aproximada9 para Ft-t con el método de los hilos tensos de Hottel, fórmula (2-184):

lo que, al suponer la longitud de los tubos infinita, da valores por exceso del factor de visión. A su vez, con el
álgebra del factor de visión se puede calcular Fi-t (véase el ejemplo 14.3).

Ejemplo 14.3:

El cálculo analítico del factor de visión entre tubos contiguos de un haz plano de dimensiones ilimitadas
se propone en el problema para resolver 2.31 a).
a) Resuélvase aquí y aplíquese a los tubos del ejemplo 14.2
b) Calcúlese el valor de Ft-t con la aplicación VISION y los datos del ejemplo 14.2
c) Analícese el efecto de la longitud del haz sobre su valor
d) Calcúlese con el valor analítico de Ft-t la emitancia de la superficie con tubos del ejemplo 14.2 y
compárese con los obtenidos numéricamente.

El montaje que acabamos de ver, haz respaldado por una superficie rerradiante, figura 14.2a, permite obtener la
mayor transferencia con unas dimensiones dadas de cámara, pero crea un gradiente de temperatura circunferencial
importante en los tubos, con un máximo en el arista frontal frente a la cámara y un mínimo en la dorsal frente a la
pared refractaria, lo que es perjudicial para el material de los tubos. Si se quiere minimizar este efecto, se colocan
los tubos en el plano medio de la cámara, figura 14.2b, con lo que la temperatura es mucho más uniforme
circunferencialmente. Por otro lado, para aumentar la eficiencia del haz, también se utilizan haces de doble fila, al
tresbolillo, aunque esto agrava el problema de los gradientes de temperatura, por lo que no se usan más de dos filas.
Así, para los haces en cámaras de combustión existen las cuatro disposiciones corrientes mostradas en la figura 14.2.

Figura 14.2. Configuraciones corrientes de haces de tubos en cámaras refractarias.El plano i es de área (N - 1)PL + DL.

a) Plano r superficie refractaria rerradiante. Este caso corresponde a la fórmula (14-25),

9
Exacta para el haz de la figura 14.1a.
468 Capítulo 14. Hornos. Las ecuaciones para el estudio de la tranamisión de la radiación.....

b) Haz de tubos solitario en el centro de la cámara, supuesta una cavidad isoterma con una emitancia del plano
equivalente:

(14-30)

Esta expresión se deduce inmediatamente de la fórmula (14-25) teniendo en cuenta que al ser Ar = 0, de (14-27) se
desprende que . También se obtiene de la (2-273) del capítulo 2, haciendo coincidir la superficie 1 de la

misma con el plano i y la 2 con la sección media del haz de tubos.


c) La misma situación que en a) pero con dos filas de tubos situadas al tresbolillo con un paso triangular regular.
Se aplica (14-26),

con Fi-t obtenido con la aplicación VISION.


d) La misma situación que en el caso b) pero con dos filas de tubos situadas al tres bolillo con un paso triangular
regular. Observando que el plano medio del haz lo es de simetria y, por tanto, aislante el caso lo resolveremos
mediante la fórmula (14-32) y el valor de Ft-t obtenido en el caso a).
Aunque se han dado fórmulas analíticas10 y gráficos11 para resolver todos estos casos, estos valores los obtendremos
numéricamente con la aplicación VISION, como ya hemos visto en los ejemplos 14.3 y 14.2.

Ejemplo 14.4:

a) Compruébense con la aplicación VISION los valores del factor de visión, Fi-t, entre el plano imaginario
i, situado frente a un haz t de dos filas de tubos de 48 mm de diámetro dispuestos al tresbolillo con un paso
de 120 mm y las restantes dimensiones infinitas, y los tubos del haz, para los tubos de la primera fila, los
de la segunda y la totalidad del haz, dados por el catálogo de factores de visión de Howell12.
b) Cálculese la emitancia efectiva del plano imaginario i que sustituye al haz de tubos de 5 in. de diámetro
exterior del ejemplo 14.2, si están dispuestos en doble fila al tresbolillo con el mismo paso (12 in.) y
compárese con el valor para una sola fila hallado en el citado ejemplo.

10
Hottel, Hoyt C., “Flux Distribution around Tubes in the Radiant Section of Processing Furnaces”, Ind. Eng. Chem. Fundam., Vol. 22
(1983), pp. 153-163.

11
Manual del Ingeniero Químico, (7ª edición, cuarta en español) Mc GraW-Hill, Madrid 2001, Volumen I, Figura 5.17, p. 5-37.

12
Howell, John R.: Catalog of Radiation Configuration Factors, Mc Graw Hill, New York, 1982, caso C-68, p. 151.
14.1 Herramientas para generalizar el cálculo radiante gris de recintos. 469

14.1-2 Recinto gris con un gas gris participante. Aplicaciones HOTTEL y GRISCONGAS

Sea en un recinto una superficie radiante gris i (lambertiana, isoterma y opaca), rodeada de otras también grises,
a distintas temperaturas y con un gas homogéneo participante, gris13 e isotermo14, interpuesto entre ellas. La
irradiación que recibirá cada superficie i será la suma de las fracciones de la radiosidad que las restantes superficies
le envían, menos las fracciones de dichas radiosidades absorbidas por el gas interpuesto, más la emisión del mismo.
Determinaremos pues, la irradiación Gi, teniendo en cuenta que la radiosidad que le llega de las otras superficies
ha sido parcialmente absorbida por el gas y que la emisión de este último15 dirigida hacia Ai, la repartimos
proporcionalmente a la que manda cada superficie, lo que equivale a suponer que se efectúa por la capa de gas
enfrentada a la misma superficie, véase la figura 14.3.

Figura 14.3. Recinto con un gas participante homogéneo.

De este modo, cada m2 de Ai, se corresponde a uno de la interfaz con el gas adjudicado a la superficie y la irradiación
provocada por el gas es igual a su poder emisivo. Así tendremos:

(14-31)

pues Ggj es un valor único. Con esta expresión, a partir de (2-127) podremos escribir:

(14-32)

13
La hipótesis de gas gris és muy inexacta peró veremos como con el método propuesto su imprecisión se neutraliza.

14
Con lo que no existiré autoabsorción neta.

15
Recuérdese que las características de la radiación corresponden exclusivamente a las del origen.
470 Capítulo 14. Hornos. Las ecuaciones para el estudio de la tranamisión de la radiación.....

siendo "gj la absorbancia de la radiación emitida a Tj y absorbida a Tg, y gg le emitancia del gas gris a Tg.
Por otro lado sabemos que se verifica también la relación(2-147):

Con un razonamiento paralelo podemos calcular el calor neto absorbido por el gas:

(14-33)

Si las paredes de la cámara están a temperaturas parecidas y suponemos que "gj = "g, es sólo función de la
temperatura del gas, las ecuaciones se simplifican:

(14-34)

(14-35)

Para el cálculo de la emitancia y las absorbancias grises (medias) que aparecen el las fórmulas anteriores,
emplearemos el método aproximado de Hottel,16 que expondremos a continuación. De este modo, la metodología se
aplica con las propiedades radiantes del gas basadas exclusivamente en medidas experimentales y por ello, a pesar
ignorar la forma real de la radiación gaseosa, véase más adelante, da resultados utilizables en la práctica.
Hottel, con sus alumnos del Massachusetts Institute of Technology, recopilo y efectuó medidas experimentales de
la potencia radiante transferida entre un gas (CO2 y H2O) isotermo, a Tg, contenido en una semiesfera y una superficie
negra elemental, a una temperatura Ts distinta, situado en el centro de la misma. Con estas medidas pudo definir la
emitancia gris del gas como

(14-36)

y su absorbancia

16
Hottel, H.C., en el Capítulo 4 de Mc Adams, William H. Transmisión de Calor, 3ª Edición, Mc Graw Hill Book Co-Ediciones Castillo,
New York-Madrid, 1964, pp. 85-93.
14.1 Herramientas para generalizar el cálculo radiante gris de recintos. 471

(14-37)

Estos valores fueron correlacionados en función del producto de la presión parcial del gas por el radio de la
semiesfera y la temperatura y la presión total de la fase gaseosa. Análogamente correlacionó las absorbancias,
incluyendo la temperatura de la superficie negra. Hottel demostró que para las condiciones corrientes en técnica, estos
resultados eran utilizables para otras geometrías, calculando para las mismas una distancia, L, tal que toda la masa
gaseosa del volumen considerado, situada a la misma, produjese la misma potencia radiante sobre la superficie, que
se puede calcular efectuando la suma de todas las emisiones volumétricas elementales por el factor de visión de cada
uno de ellos respecto a la superficie considerada17. Los valores de las emitancias y absorbancias obtenidos mediante
el procedimiento de Hottel, son los que utilizaremos en las ecuaciones (14-32) y (14-33) o (14-34) y (14-35) para la
obtención de valores numéricos.
Veamos la determinación aproximada de longitud media del haz radiante. Dada la fórmula (2-31) del capítulo 2, que
da el valor medio de la potencia transportada por un haz de rayos monocromático, en un intervalo de tiempo:

(14-38)

la relación entre la potencia en un punto origen y la misma después de recorrer, en el seno de un medio que no emita
ni disperse, una distancia x, o sea, la transmitancia espectral J8 de una capa de espesor x, del medio en cuestión, será:

(14-39)

siendo Ka8 el coeficiente de absorción volumétrico espectral, en 1/m. Si consideramos un gas participante diluido en
otro no participante18, admitiremos que la autoemisión y la dispersión son despreciables, con lo que podremos aplicar
el balance de energía espectral usando la expresión (14-39):

(14-40)

de acuerdo con el cuarto teorema de Kirchhoff.


Si el argumento de la exponencial es pequeño, desarrollándola en serie y tomando dos términos, tendremos
aproximadamente,

(14-41)

Dado un volumen gaseoso envuelto por una superficie definida por una dimensión característica D, sea dV en el
citado medio, la fracción de radiación monocromática que lo abandona y alcanza un elemento dA de la superficie,
en contacto con el gas, véase la figura 14.4 y el apartado 2.3-7.1 del capítulo 2, es

(14-42)

17
Schmidt, E. “Die Berechnnung der Strahlung von Gasräumen”, Z. Ver. Deut. Ingr., Vol. 77 (1933), pp. 1162-1164.

18
Esto corresponde cuantitativamente a PLm6 0, véase más adelante.
472 Capítulo 14. Hornos. Las ecuaciones para el estudio de la tranamisión de la radiación.....

Figura 14.4. Superficie A que envuelve un volumen V.

pero, de acuerdo con (14-40),

(14-43)

y como la intensidad de una superficie negra es difusa,

(14-44)

pero multiplicando y dividiendo por x2 y dado que el volumen del elemento es igual a la sección (x2 dS) por la
longitud (dx), tendremos

(14-45)

siendo dS’ = dA/x2, el ángulo sólido desde el que dV ve a dA.


Ahora debemos integrar desde dA en todas las direcciones para cubrir el volumen total,

(14-46)

y después volver a integrar todos los elementos de volumen envueltos por la superficie A. Así se obtiene

(14-47)

La potencia anterior también se puede calcular en función de una emitancia media:

(14-48)
14.1 Herramientas para generalizar el cálculo radiante gris de recintos. 473

Igualando ahora (14-47) y (14-48), vemos que ha de ser

(14-49)

Si ahora definimos una distancia media Lm, tal que toda la masa gaseosa situada a la misma, produjese la misma
irradiación sobre la superficie que la suma de todas las emisiones volumétricas elementales por el factor de visión
de cada uno de ellos respecto a la superficie considerada, de acuerdo con (14-43) la emitancia media sería:

(14-50)

y, comparando con (14-49), deducimos que dicha distancia media valdrá:

(14-51)

siendo V el volumen ocupado por el gas y A el área de la superficie que lo envuelve, véase la figura 14.4.
Aunque la deducción se haya realizado en términos espectrales, al ser geométrica, es válida para valores medios, o
grises.
El tratamiento más riguroso de Schmidt citado, basado en la metodología para calcular los factores de visión difusos
expuesta en el apartado 2.3-7.1, conduce a los resultados mostrados en la tabla 14.1 para algunas configuraciones
simples. De todos modos, en los casos no cubiertos por la tabla, para determinar L se puede utilizar (14-51) con un
coeficiente de corrección entre 0,8 y 0,95 (para cámaras aproximadamente paralelepipédicas se recomienda 0,88).
La aplicación HOTTEL efectúa el cálculo de las emitancias y absorbancias del vapor de agua y del dióxido de
carbono, tanto en su forma pura como en mezcla como gas de combustión, de acuerdo con los gráficos de Hottel,
aproximados con fórmulas.19 La aplicación utiliza como unidades bar para las presiones, kelvins para las temperaturas
y metros para el parámetro Lm, dado por la tabla 14.1. Para la opción "Gases de combustión" no se considera el efecto
de la presión y los resultados son tan sólo válidos para la presión atmosférica.
Para la opción “emitancias y absorbancias puras” la variable T corresponde a la elección entre dos fórmulas, según
que la temperatura del gas o de la superficie sea menor que 700 K o mayor que 750.
El balance de energía correspondiente a recintos definidos por las ecuaciones anteriores lo resuelve, considerando
las superficies como planos lisos con las emitancias ficticias que hemos expuesto, la aplicación GRISCONGAS.

Ejemplo 14.520

Calcúlense la emitancia y la absorbancia de unos gases de combustión que contienen un 6% de dióxido de


carbono y un 11% de vapor de agua y que circulan a través de un haz de tubos de 4 in de diámetro exterior,
dispuestos al tresbolillo con un paso regular de 8 in, si en una sección el gas está a 964 K y una atmósfera,
y los tubos a 686 K.

Ejemplo 14.621

Un gas que se desplaza a poca velocidad por un conducto de paredes negras que están a 800 K. El gas está
a 1.600 K y 3 atm., de modo que su emitancia, en estas condiciones, es de 0,194 y su absorbancia de 0,353,
¿cuál es el flujo de radiación sobre las paredes de conducto?

19
Leckner, B., “Espetral and Total Emissivity of Water Vapor and Carbon Dioxide”, Combustion and Flame, Vol. 19 (1972), pp. 33-48.

20
Manual del Ingeniero Químico, (7ª edición, cuarta en español) Mc GraW-Hill, Madrid 2001, Volumen I, Ejemplo 6, p. 5-43.
21
Mills, Anthony F. Transferencia de Calor, Versión castellanoa de Sergio de Régules Ruiz-Funes, Eduardo Muñoz Tomás y Victor Hugo
Del Valle Muñoz, IRWIN, México 1994, p. 596.
474 Capítulo 14. Hornos. Las ecuaciones para el estudio de la tranamisión de la radiación.....

Ejemplo 14.722

Dos placas planas paralelas, de grandes dimensiones, encierran un gas gris de emitancia, igual a la
absorbancia, igual a 0,4. Si una placa, de emitancia 0,8, está a 1.200 K y la otra, de emitancia 0,7, a 800 K,
¿qué cambio en el flujo de calor radiante entre las dos placas respecto al vacío, provoca el gas interpuesto?

Ejemplo 14.8

Si, para evitar la oxidación de la carga, en el interior del horno del ejemplo 14.2 se mantiene a 1 bara un gas
que contiene un 25% de dióxido de carbono, siendo el resto nitrógeno y algo de oxígeno ¿a qué temperatura
media deberán estar las superficies de los tubos para que se suministre la misma potencia que cuando en el
interior había aire, a la carga, manteniéndose la temperatura de ésta (922 K)?

Ejemplo 14.9 23

Los productos de la combustión de octano (C8H18) con 150% del aire estequiométrico se introducen a
1.366,7 K y 1, 2 atmósferas en un tubo 76,2 mm de diámetro y paredes negras, a 505,6 K.
¿Cuánto valen:
a) la emitancia y la absorbancia de los gases de combustión
b) el flujo de calor radiante en la pared del tubo?

TABLA 14.1. Longitud media del haz para la radiación emitida por un gas24 [Lm = (factor)(D)].

nº Forma Dimensión D Factor por el que hay que multiplicar D

Geometría D PG L m = 0 PG L m medio

1 Esfera Diámetro 0,67 0,63

2 Cilindro Diámetro 1 0,94

3 Semicilindro, radiando Diámetro 1 0,9


al centro de la base

4 Semicilindro, radiando Diámetro 0,81 0,65


a la superficie completa

5 Prisma cilíndrico, H = D Diámetro 0,76 0,71


radiando
al centro de la base

6 Prisma cilíndrico, H = D Diámetro 0,67 0,6


radiando
a la superficie completa

22
Mills, Anthony F. Transferencia de Calor, Versión castellanoa de Sergio de Régules Ruiz-Funes, Eduardo Muñoz Tomás y Victor Hugo
Del Valle Muñoz, IRWIN, México 1994, pp. 598-600.

23
Welty, James R. Transferencia de calor aplicada a la ingeniería, traducción de Sergio Fernández Everest, revisión de Gerardo Hiriarte
Le Bert y José Luís Fernández Zayas, Editorial Limusa, Mexico, 1978, Ejemplo 6.15, p. 391.

24
Manual del Ingeniero Químico, (7ª edición, cuarta en español) Mc GraW-Hill, Madrid 2001, Volumen I, Tabla 5.7, p. 5-41.
14.1 Herramientas para generalizar el cálculo radiante gris de recintos. 475

7 Prisma cilíndrico, H = D/2 Diámetro 0,47 0,43


radiando
al extremo

8 Prisma cilíndrico, H = D/2 ra- Diámetro 0,52 0,46


diando a la superficie lateral

9 Prisma cilíndrico, H = D/2 Diámetro 0,5 0,45


radiando a toda la superficie

10 Prisma cilíndrico, H = 2 D Diámetro 0,73 0,6


radiando al extremo

11 Prisma cilíndrico, H = 2 D radian- Diámetro 0,82 0,76


do a la superficie lateral

12 Prisma cilíndrico, H = 2 D radian- Diámetro 0,8 0,73


do a toda la superficie

13 Semicilindro con la cara plana Diámetro 1,26


conteniendo el eje, radiando
a un punto sobre la cara plana

14 Cubo Arista 0,67 0,6

15 Prisma paralelepipédico 1:1:4 Menor arista 0,9 0,82


radiando sobre la cara (1)(4)

16 Prisma paralelepipédico 1:1:4 Menor arista 0,86 0,71


radiando sobre la cara (1)(1)

17 Prisma paralelepipédico 1:1:4 Menor arista 0,9 0,81


radiando sobre toda la superficie

18 Prisma paralelepipédico 1:2:6 Menor arista 0,86 0,71


radiando sobre la cara (2)(6)

19 Prisma paralelepipédico 1:2:6 Menor arista 0,89 0,81


radiando sobre la cara (1)(6)

20 Prisma paralelepipédico 1:2:6 Menor arista 1,18


radiando sobre la cara (1)(2)

21 Prisma paralelepipédico 1:2:6 Menor arista 1,2


radiando sobre toda la superficie

22 Planos paralelos Separación 2 1,76

23 Exterior de los tubos de un haz Separación 3,4 2,8


de paso triangular equilátero P-D
con 2D= P

24 Exterior de los tubos de un haz Separación 4,45 3,8


de paso triangular equilátero P-D
con 1,5D = P

25 Exterior de los tubos de un haz Separación 4,1 3,5


de paso cuadrado P-D
con 2D= P
476 Capítulo 14. Hornos. Las ecuaciones para el estudio de la tranamisión de la radiación.....

14.2 Hornos

Se puede definir un horno como un espacio aislado térmicamente, en el cual se trasfiere calor de una fuente caliente
a un sumidero denominado carga. Al recinto interior definido por los límites del espacio, lo denominaremos hogar
o cámara del horno.
La carga puede ser sólida o líquida y cambiar de fase o no. Cuando se trate de un líquido que cambia de
fase totalmente, lo denominaremos generador de vapor del fluido que se trate, normalmente agua.
La estructura de las cámaras de hornos se componen básicamente de:
- Superficies calientes o calefactoras (en general una)
- Superficies frías receptoras o carga (en general una)
- Superficies refractarias aislantes
Estas últimas se pueden suponer rerradiantes porque las pérdidas por transferencia al exterior suelen ser parecidas
a la transferencia por convección en el interior de la cámara, véase la figura 14.5.

Figura 14.5

Además, las cámaras de hornos se pueden dividir en los dos tipos siguientes:
- Gas interior no participante, lo que corresponde a cámaras sin combustión y que exige siempre la
existencia de los tres tipos de superficies, ejemplos 2.22, 2.24, 2.34 y 2.35. Pueden ser de calefacción
directa, eléctrica por ejemplo, o indirecta, con una superficie radiante mantenida a alta temperatura por
gases calientes, por ejemplo.
- Gas interior participante, lo que en general corresponde a cámaras con combustión, en cuyo caso puede
no existir la superficie calefactora, aunque también puede darse esta características en los hornos de
atmósfera controlada
Una clasificación más concreta de los hornos es complicada y no hay unanimidad de criterios25. Se pueden clasificar
por:
. Su función: generadores de vapor, de fusión; para reducción de óxidos metálicos; de cocción; de temple;
de carburación; de revenido; de forja; de laminación;...; de esmaltado;...; de incineración, etc.
. El mecanismo de transferencia de calor dominante: mufla; tubos radiantes; baño líquido; recirculación;
convección forzada;..; resistencias; efecto dieléctrico, inducción; arco voltaico.
. El método u orientación del calentamiento: calentamiento directo; calentamiento superior; calentamiento
inferior;...; calentamiento indirecto (mufla): calentamiento configurado, o por chorros;...
. El método de circulación de la carga: por lotes, o discontinuos, continuos; rotativos, ....
. La fuente térmica: eléctricos; de gas; de combustible líquido; de carbón; de madera (biomasa);..; el
material en proceso (incineración).
Etc.
Esta relación ya indica la dificultad y los riesgos de una clasificación detallada, por lo que prescindiremos de la
misma y nos limitaremos a exponer algunos métodos de cálculo para hornos típicos, según el criterio de gas no
participante y de gas participante que hemos expuesto, prescindiendo además de los de calentamiento eléctrico por
inducción, por efecto dieléctrico o por arco.
14.2-1 Cálculo simplificado
La cámara de un horno se dimensiona mediante el balance de energía térmica:

Calor cedido por las fuentes calientes = calor absorbido por la carga + pérdidas
Considerando la cámara del horno en estado estacionario, el cálculo del balance anterior se puede efectuar de una
manera suficientemente aproximada para los estudios de prediseño, tratándola como un recinto de superficies grises
y una atmósfera participante o no, homogénea.

25
Se ha de añadir que son los dispositivos térmicos, junto con el parasol, más antiguos. Por ejemplo en el antiguo Testamento, Génesis,
11,3, dice: “vamos a hacer ladrillos y cocerlos al fuego”.
14.2 Hornos 477

La suposición de que la cámara es homogénea permite considerar los gases a una única temperatura media, pero
impide tratar aceptablemente los hornos en los que el gradiente de temperatura longitudinal sea apreciable, como
hogares de generadores de tubos de humos, estufas túnel, hornos de recalentamiento de metales, etc.
La aproximación de superficies grises es relativamente buena debido a que los hornos operan a alta temperatura y
a que, como se justifica en el apartado 2.4-1, el espectro total de la emisión de una superficie cubre únicamente la
banda 1 < 8 T (mm K) < 30, lo que reduce los valores absolutos de la banda de longitudes de onda operativas a
medida que aumenta la temperatura, concentrándose además la potencia de acuerdo con la ley de Wien26. Asimismo
esta aproximación es coherente con el uso de emitancias y absorbancias globales para los gases (gases grises), lo
que sí es una aproximación pobre, aunque debido a que se basa en trabajos experimentales muy cuidadosos27 y a que
la alternativa son cálculos muy laboriosos y de exactitud dudosa, se usa extensamente y será la que aquí
expondremos.
Por lo tanto estudiaremos la cámara de un horno como un recinto gris de 3 superficies como mínimo, lo que
resuelven automáticamente las aplicaciones GRIS y GRISCONGAS, según el gas en la cámara sea no participante
o participante.
El cálculo teóricamente más laborioso y necesario en todos los casos, es la determinación de los factores de visión,
aunque la aplicación VISION lo resuelve de forma cómoda si las superficies calefactora y receptora pueden tratarse
como planas. Si consisten en un haz de tubos, solitario o sobre las paredes con un respaldo de refractario, se
aproximan a un plano mediante el uso de una emitancia ficticia, como hemos vista antes. Así, supuesto el resto de
la cámara una cavidad isoterma, el haz equivale a un plano, cuya área depende del caso, con una emitancia que le
da las mismas características radiantes que el haz. Recordemos que para utilizar la aplicación VISION lo primero
es situar las superficies en el espacio y orientar adecuadamente sus caras, lo que se hace definiendo la dirección y
sentido de la normal a través del sentido de recorrido de los vértices.
Normalmente se especifica la temperatura de la carga, por lo que la potencia absorbida por la misma indica la
cantidad producida. Por contra en la superficie calefactora lo que se establece es la potencia suministrada, a partir
de la potencia calorífica del combustible y consumo del mismo (teniendo en cuenta las pérdidas, el exceso de aire,
etc., o la intensidad de corriente y el voltaje), con alguna excepción como en el caso de los tubos radiantes. Se
descuenta el calor transferido por convección, que no acostumbra a superar el 5% del total y en los hornos de
resistencias o de tubos radiantes es nulo, y se efectúa el cálculo mediante los balances que siguen que comportan
un balance radiante con una de las aplicaciones citadas.
El balance de energía de la cámara será
(14-52, 53, 54)

y, desglosando las pérdidas en las que comporta la eliminación de los gases (humos) a una temperatura superior a
la ambiente y las fugas de calor, o pérdidas propiamente dicha, también
(14-55, 56)

La potencia que ha de absorber la carga se conoce de modo que las incógnitas son qcomb. = q y qg y se han de efectuar
aproximaciones sucesivas con la condición 1,05 qr = 1,1 qc + qg y variando Tg. Un valor inicial de la potencia
absorbida por los humos puede ser qg = 0,2 qcomb..
Se pueden repetir los cálculos teniendo en cuenta el calor realmente transferido por convección.
En los hornos sin gas participante, el diseño se efectúa según los métodos desarrollados en el Capítulo 2 del primer
volumen, como hemos mostrado en el ejemplo 14.2 y vemos de nuevo en el ejemplo siguiente.
Ejemplo 14.10

Dado el horno de mufla del problema 2.107 y suponiendo todas las superficies grises con emitancias
iguales a la media ponderada, con ayuda de la aplicación BANDA, de las indicadas para cada banda en
dicho problema, exceptuando la parrilla, cuya emitancia espectral pasa a ser de 0,95 para longitudes de
onda inferiores 6 :m y de 0,60 para 6 :m y longitudes de onda mayores.
Considerense las 8 superficies (2 de 2 caras) correspondientes a los dos paralelepípedos cuyas bases son
la parrilla y la carga, respectivamente.
a) ¿Cuánto valen las emitancias grises de las superficies? (Para iniciar el cálculo pártase de los resultados
del problema 2.107)
b) Para la potencia consumida por la parrilla igual a 1,5 MW y si se quema carbón español bituminoso de
bajos volátiles, represéntense las temperaturas de cada una de las 6 superficies de refractario para mantener
la carga a 1.000 K. Indíquese también la emitancia y las absorbancias del gas, así como cuál será el
consumo de carbón y si la parrilla tiene dimensiones suficientes. Supóngase el aire seco.
d) Dígase que debemos hacer si el refractario aislante sólo resiste temperaturas de operación inferiores a
1.500 K

26
Por ejemplo a 2.000 K, toda la radiación térmica se halla en el rango entre 0,5 y 15 :m y el máximo corresponde a 1,5 :m.

27
Hottel, H.C., en el Capítulo 4 de Mc Adams, William H. Transmisión de Calor, 3ª Edición, traducido del inglés por Jaime Moneva
Moneva y F. Aguilar Bartolomé, Mc Graw Hill Book Co-Ediciones Castillo, New York-Madrid, 1964, pp. 85-103.
478 Capítulo 14. Hornos. Las ecuaciones para el estudio de la tranamisión de la radiación.....

La sistemática de diseño recomendada para hornos con combustión de cámara homogénea, véase la figura 14.5,
depende de que el combustible sea sólido o fluido y parte siempre de los balances de masa de la combustión28.
Normalmente se efectúan para 100 kg de combustible, de modo que fijada la producción requerida,29 se establece
el consumo total de combustible.

14.2-1.1 Marcha de diseño para combustibles sólidos


Para combustible sólido, es la siguiente:
1. Establézcanse las proporciones de la cámara a partir de la potencia suministrada y el tipo de combustible. Así, para
hulla se recomienda una potencia disipada por la parrilla que no supere 1,1 MW/m2 cuando no existen separadores
de polvo (cenizas volantes), pudiéndose llegar hasta 2,5 MW/m2 con separador. Para lignitos o madera30 los valores
correspondientes son de 1,4 MW/m2 hasta 3 MW/m2. La tabla siguiente detalla los valores.

Tabla 14.2. Potencias máximas para combustión de sólidos31

TIPO DE TIPO DE PARRILLA


ALIMENTADOR COMBUSTIBLE Potencia disipada

MW/m2

Inferior:
Retorta Carbón 1
Doble retorta Carbón 1
Retorta múltiple Carbón 1
Superior:
En masa Vibratorio enfriado agua Carbón 1
Cadena móvil Carbón 1
Alternativa Residuos urbanos 0
Repartidor Vibratorio 2
Enfriado por aire Carbón 2
Madera 3
Enfriado por agua Madera 3
Móvil Carbón 2
Madera 3
Derivado residuos urbanos 2

Nota: Con separador de partículas se puede aumentar la potencia en 2 MW/m2.

Por otro lado, para carbones conviene una aportación de combustible que no supere 1 kg/s por m de anchura de la

28
El balance de energía de la combustión se efectúa con el de la cámara, que nos da el calor neto qg que absorben los gases.

29
Neta mas autoconsumos y pérdidas, en su caso.

30
Todos estos valores se pueden aumentar hasta un 60% si se instalan filtros de polvo para las cenizas volantes.

31
Babcock&Wilcox, Steam its generation and use, 40th. Edition, (Editores Steven . Stultz y John B. Kitto) Babcock&Wilcox Co.,
Barberton, 1992, p.15-2.
14.2 Hornos 479

parrilla, a fin de que el lecho de combustible no sea demasiado grueso, lo que permite establecer las dimensiones
preliminares de la parrilla. En cuanto a las dimensiones de la cámara, unos criterios son la liberación de calor, o
potencia por unidad de volumen, que no debe superar para carbón32 0,2 MW/m3 y la aportación de calor, o flujo de
calor sobre las superficies de la cámara distintas de la parrilla, que ha de ser inferior a 0,8 MW/m2. También conviene
limitar la velocidad másica de los gases a menos de 20 kg/s m2.
Resumiendo, en unidades SI,
PARRILLA

Anchura Área Longitud

combustible

CÁMARA DE COMBUSTIÓN

Sección transversal Altura

2. Fijadas unas dimensiones mínimas de la cámara de combustión, se establecer las superficies de la parrilla, la carga
y de refractario, utilizando caras planas. Se ignoran las posibles pequeñas aberturas; de ser importantes, se incorporan
como superficies negras.
3. Se calculan con la aplicación VISION los factores de visión correspondientes al recinto así establecido.
4. Se adjudica a la superficie representativa de la parrilla la potencia que debe suministrar por radiación, en principio,
el 97% de la potencia total. A las superficies de la carga se adjudican unas temperaturas de acuerdo con el propósito
del proceso, uniformes en cada superficie pero sin limitación del número de superficies. Finalmente se definen las
superficies rerradiantes, con potencia nula, para verificar sus límites de temperatura.
5. Se supone una temperatura media de los gases de combustión y con las temperaturas de las superficies (para la
parrilla y las refractarias, supuestas) se calculan la emitancia y las absorbancias del gas de combustión de acuerdo
con sus porcentajes de vapor de agua y de dióxido de carbono.
6. Con los valores que se han establecido en las etapas 4 y 5 se ejecuta la aplicación GRISCONGAS. Si los
resultados obtenidos concuerdan con la potencia que debe absorber la carga, los datos empleados se dan por buenos.
En caso contrario, las temperaturas obtenidas se utilizan como nuevos datos para calcular la emitancia y las
absorbancias de los gases de combustión, prosiguiendo el proceso hasta alcanzar una convergencia aceptable.
7. Finalmente, con la potencia qg absorbida por los gases, calculada en la etapa 6, se comprueba la temperatura final
de los mismos, mediante el balance de energía de los gases de la combustión, véase la figura 14.6(b):

(14-57)

donde TI es la temperatura inicial (ambiente, por ejemplo) de combustible y comburente, qg la potencia neta absorbida
por los gases, de acuerdo con el cálculo en la etapa 6, y cg el calor específico de los gases de combustión calculado
con la aplicación PROPIEDADES (opción mezclas) a la temperatura media de los mismos, aproximadamente igual
a (0,5)(TI + TF). Se comprueba esta temperatura, véase la figura 14.6(b), con la fórmula (14-57). También puede
emplearse la fórmula

(14-58)

32
Este valor también es válido para los hornos de incineración.
480 Capítulo 14. Hornos. Las ecuaciones para el estudio de la tranamisión de la radiación.....

donde TI’ es la temperatura calculada para la parrilla, q la potencia absorbida por la carga más las pérdidas y c’g el
calor específico calculado a la temperatura media de los gases, Tg, es decir, los resultados de la etapa 6.

Figura 14.6. Cámara de combustión homogénea. (a) Perfil de temperaturas de acuerdo con el calor neto absorbido por los gases. (b) Perfil de
temperaturas real de los gases.

Según cual sea el valor de TF, se ha de considerar, cosa que no detallaremos aquí, la posible recuperación de calor
de los humos efectuando el precalentamiento del agua de alimentación y/o del aire de combustión. Esta recuperación
viene, además, limitada poe el riesgo de corrosión, como comentaremos más adelante.

14.2-1.2 Marcha de diseño para combustibles fluidos

Cuando el combustible es fluido (líquido o gas) se utilizan quemadores, que van incrustados en una pared (lateral
o el piso) y que ocupan un volumen prismático cilíndrico de profundidad D, que a efectos prácticos se asimila a un
prisma de longitud función de la llama y una sección cuadrada de lado E, véase la figura 14.7.

Figura 14.7. Datos dimensionales quemadores de líquido y gas en un catálogo comercial (FANMIX® de
COPPUS Eng. Corp., Catalog 500C).

El uso de quemadores altera el dimensionamiento inicial de la cámara respecto a los hogares para combustibles
sólidos, con parrilla. Para los fluidos es necesario elegir el tipo y modelo de quemadores, partir del consumo y tipo
de combustible establecidos, de modo que la suma de las potencias máximas de los quemadores33 supere la potencia
necesaria. La marcha es la siguiente:
1. Se selecciona el quemador individual y la cantidad que se va a colocar.

33
Se debe utilizar un mínimo de dos quemadores para evitar la interrupción brusca del proceso en caso de avería de uno.
14.2 Hornos 481

Figura 14.8. Sección transversal mínima para un hogar con 2 quemadores de líquido o gas

2. Tómese del catálogo del suministrador, además del lado E del bastidor para la fijación del quemador en la pared
del horno, el diámetro y la longitud de la llama (asimilada a un prisma cilíndrico). Se establece que cada quemador,
tiene que tener a su alrededor un espacio de anchura E, como mínimo, y así, se determina la mínima sección
transversal (perpendicular al eje de la llama) como indicada la figura 14.7 para un hogar con dos quemadores. Por
otro lado, si los quemadores sólo están en una pared, la longitud de la cámara según el eje de los mismos debe ser
de 1,5 a 3 veces la longitud de la llama34. Si los quemadores se sitúan en paredes enfrentadas, la separación entre las
mismas debe ser el doble de la longitud de una llama más 2 m, como mínimo.
3. Finalmente se deben mantener una liberación de calor volumétrica que no supere 0,5 MW/m3 y una aportación
de calor superficial inferior a 0,6 MW/m2.
4. La velocidad másica máxima de los gases (humos) debe estar comprendida entre unos 10 y 30 kg/s m3.

A continuación mostramos las fases para el predimensionado de un generador de tubos de agua, usando combustible
líquido.

Ejemplo 14.11

Hágase aplicación de los criterios descritos en este capítulo y el 10, para el predimensionado de un generador de
tubos de agua que produzca 20 t/h netas de vapor de agua saturado a 9 barm, consumiendo un fueloil de las
características siguientes:

T, °F 60 100 210
<, m2/s 0,00037 0,000065
D, kg/m3 977
S, % masa 2
agua, % masa 0,6
sólidos, % masa 0,4

Utilícense quemadores FANMIX® de COPPUS Eng. Corp., Catálogo 500C (véanse las figuras 1a y 1b). La
temperatura ambiente es de 30°C con una humedad relativa del 60%.. Las cenizas se retiran a 300°C. El agua se
precalienta a 50°C y el aire a 60°C. El fuel-oil y el agua se precalientan con vapor y el aire con los humos.
a) Determínense la composición y las propiedades del combustible
b) Efectúese el balance de masa de la combustión
c) Dimensiónese la cámara de combustión
d) Compruébese la capacidad de transferir la potencia establecida
d.1 Balance radiante de la cámara
d.2 Cálculo de la convección
d.3 Comprobación de la superficie de transmisión de los tubos

34
Convienen mayores dimensiones para los combustibles líquidos que para los gaseosos.
482 Capítulo 14. Hornos. Las ecuaciones para el estudio de la tranamisión de la radiación.....

e) Analícense los dos tramos del haz de tubos: en el que se calienta la mezcla del agua de retorno con la aportación
de sustitución y el tramo a lo largo del cual se vaporiza agua saturada.
Quemadores quemando sólo fuel-oil

Tipo y tamaño Potencia, 106 kcal/h Dimensiones de la llama: longitud x diámetro, mm


DGS-11 2 1.220 x 700
DGS-13 3,8 1.520 x 760
DGS-15 5 1.830 x 820
DGS-18 7,1 2.140 x 890
DGS-21 10,6 2.440 x 1.010
DGS-26 14,6 2.740 x 1.160

Figura 1a, ejemplo 14.11.

Tipo y tamaño Penetración D, mm Dimensión E, mm


DGS-11 419 698
DGS-13 425 762
DGS-15 457 825
DGS-18 457 889
DGS-21 469 1016
DGS-26 482 1143

Figura 1b, ejemplo 14.11.

En todos los casos la temperatura final de los gases debe ser suficientemente elevada para evitar condensaciones en
las conducciones de humos, que causarían corrosión. La figura 14.8 muestra los valores del punto de rocío en función
del contenido de azufre del FO, para este combustible, valores que se deben superar al menos en 15°C.

Figura 14.8. Punto de rocío de los humos de combustión de fuel-oil, con excesos de aire industriales, en función del contenido en azufre del
mismo.
14.2 Hornos 483

Teóricamente se han establecido35 también ecuaciones para los ácidos sulfuroso, sulfúrico y clorhídrico (producido
en la combustión de polímeros como el PVC, etc.) como las siguientes, donde las presiones se expresan en mm de
Hg y las temperaturas en K:

(14-59)

(14-60)

(14-61)

Si el resultado no es satisfactorio, deben modificarse las dimensiones de la cámara36 y repetir el proceso.


Ejemplo 14.12.
En un hogar que quema fue-loil con un 3% de azufre en masa, se producen 50.000 kg/h de humos a 1 bar
y 180°C, con un punto de rocío de 150°C (véase la figura 14.8).
a) ¿Se producirá corrosión en la chimenea y a partir de qué altura, cuando sople un viento de 25 km/h y la
temperatura ambiente sea de -5°C, si la chimenea es de acero al carbono, con un diámetro interior de 1.200
mm, un espesor de l0 mm y tiene 24 m de altura? Como emitancia del acero se puede tomar 0,9.
b) ¿Qué pasaría si la chimenea se revistiese exteriormente con un espesor de 50 mm de lana mineral y un
recubrimiento de g . 0,9?
Resuélvase la pregunta a) dos veces, primero tomando para los humos unes propiedades iguales a las del
aire a les mismas condiciones y después calculando las propiedades si la composición real, en % en
volumen, es: CO2,10; H2O, 20; O2, 1; SO2 0,15, con el complemento a 100, nitrógeno.
Una vez dimensionada la cámara, la etapa siguiente es la determinación del aislamiento térmico adecuado, que ha
de partir de las paredes de refractario que constituyen la estructura portante del horno. Para ello emplearemos la
aplicación CALORIFUGA, tal como se muestra en el ejemplo 1.20 de primer volumen.
Asimismo la temperatura de los humos debe ser suficiente para mantener el caudal producido a lo largo de la
chimenea, cuya sección se establece para tener una velocidad de los mismos no inferir a 20 m/s, mientras que su
longitud (altura) se calcula para que el penacho se pueda dispersar los contaminantes (partículas, óxidos de azufre,
etc.) de forma que garantice una concentración de los mismos a nivel del suelo inocua, cuyos valores establece la
Administración.
La estimación de la disminución de las concentraciones nocivas elevando respecto al suelo el foco de emisión, se
efectúa con la metodología expuesta en el apartado 9.8, teniendo en cuenta el viento y el gradiente vertical de la
temperatura atmosférica, que dependen de la insolación y las condiciones locales.37 Sin embargo, se simplifica el
modelo tomando tan solo el balance de especies (9-154), suponiendo que los componentes distintos del aire están
muy diluidos y que, por lo tanto se pueden despreciar las diferencias de masas moleculares. Se complementa con
modelos estadísticos de la difusividad atmosférica que consideran sendas distribuciones normales de los perfiles
transversales de concentraciones. Esta denominada dispersión neutra se corrige para tener en cuenta fenómenos como
sobre-elevación de la nube debida a la temperatura y dirección del vertido, agotamiento del contaminante, debido
a la deposición, efecto de la topografía, etc. Una aplicación informática típica para calcular dispersiones es la GOYA,
disponible a través de los profesores Antonio Senye y Carlos Tapia, del Departamento de Energía Nuclear de la
Universidad Politécnica de Catalunya.

35
Yen-Hsiung Kiang, “Predicting dewpoints of acid gases”, Chem Eng., Vol. 81 (1981), nº 3 (February 9), p. 127.

36
Si el calor absorbido por el gas es insuficiente deben aumentarse las dimensiones (refractario) de la cámara y viceversa.

37
Seinfeld, John H., Atmospheric Chemistry and Physics of Air Pollution, Wiley&Sons, New York, 1986.
Apéndice B. (Continuación)
B.20. William Froude (Devon, 1810 – Simonstown, 1879).

Ingeniero. Nació el 28 de noviembre de 1810 en Dartintong (Devon) y murió durante unas vacaciones en África del
Sur, en Simonstown, el 4 de mayo 1879, donde fue enterrado.
Era hijo del Archidiacono de Totnes y se educó en la Westminster School y el Oriel College, Oxford, graduándose
en 1832, con la más alta calificación en matemáticas. Su primer empleo fue como topógrafo en los ferrocarriles
“South Eastern Railway”, donde destacó y, en 1837, indujo al famoso ingeniero I. K. Brunel a adjudicarle la
responsabilidad de construir una sección del ferrocarril Bristol-Exeter. En este trabajo desarrolló un método empírico
para establecer el trazado de curvas de enlace e introdujo un diseño alternativo al arco oblicuo de un puente
helicoidal en el enlace entre Rewe y Cowley , cerca de Exeter. Siguiendo las indicaciones de Brunel, Froude se
dedicó al estudio de la estabilidad de los buques navegando y fruto del mismo, escribió un trabajo que en1861 envió
a la “Institution of Naval Architects” y que influyó en el posterior diseño de buques. Este trabajo provocó que le
encargasen un método para establecer la forma más eficiente del casco de los buques, que el resolvió refiriéndose
a modelos a escala y estableciendo un a formula (incluyendo el actualmente conocido como ”número de Froude”)
mediante la cual se pueden utilizar los resultados de ensayos a pequeña escala para predecir el comportamiento de
cascos de medidas reales. Construyó una secuencia de modelos de 3, 6 y 12 pies a escala y los empleó para
determinar, mediate medidas tomadas remolcándolos en una piscina, leyes de semejanza para la resistencia al
avance. Unas conclusiones de este trabajo fueron que la proa afilada de “Raven” se ajustaba a la teoría de la “línea
de la ola” de John Scott Russell, pero que el perfil romo de “Swan” ofrecía menor resistencia. Sus experimentos
fueron confirmados por ensayos a escala natural que llevo a cabo con el Almirantazgo británico y condujeron a la
construcción del primer tanque para ensayo de buques, pagado por el gobierno, en su residencia de Torquay. Con
él consiguió combinar sus conocimientos matemáticos con la experimentación, con tan buenos resultados que sus
métodos todavía se utilizan.
En 1877, recibió el encargo del Almirantazgo de construir una máquina capaz de absorber y medir la potencia de
grandes motores marinos. Inventó y construyó el primer dinamómetro hidráulico del mundo y fundó, para su
explotación, la sociedad Heenan & Froude Ltd, en Birmingham. Cuando murió era huésped oficial de la Royal Navy
en Suráfrica, y fue enterado con honores militares. Hermanos suyos fueron James Anthony Froude, historiador, y
Hurrell Froude, escritor y eclesiástico. Estaba casado con Catherine Henrietta Elizabeth Holdsworth, hija del
gobernador de Dartmouth, magnate mercantil y miembro del Parlamento, Arthur Howe Holdsworth.

B. 21. Warren K. Lewis (Laurel, 1882 - Cambridge 1975 )

Ingeniero. Nació en Laurel, Delaware, el 21 de agosto de 1882 y estudió ingeniería en el MIT. Eligió la opción de
Ingenieria química en el Departmento de Química y fue a realizar los estudios de doctorado, sobre fisicoquímica,
a Breslau en Alemania, donde alcanzó el DSc en 1908. En 1910 se reincorporó al “Chemical Engineering
Department” del MIT como Profesor Asistente y fue promocionado a Catedrático en 1914. Poco después publicó
un trabajo sobre The Theory of Fractional Distillation, que fue la base para subsecuentes métodos de cálculo para
la ingeniería química (registró 19 patentes sobre destilación). Dejo el MIT, pero después de un corto periodo
trabajando como químico en la industria, volvió y en 1920 se convirtió en el primer Jefe del recientemente formado
Departamento de Ingeniería Química del MIT, puesto que mantuvo durante 13 años, antes de volver a la enseñanza
y la investigación. Lewis fue nombrado profesor emérito in 1948 y continuó asociado con el Departamento y el MIT
hasta su muerte, el 9 de marzo de 1975, a los 92 años.
En noviembre de 1942, Lewis fue designado para presidir un comité de supervisión de la fabricación de la 1ª bomba
nuclear, “Manhattan Project”, y supervisar todos los aspectos de la investigación y desarrollo de la misma, para
resolver las dudas de la empresa du Pont acerca del proceso de obtención del plutonio. Su informe del 4 de diciembre
apoyó el proyecto de la vía del plutonio y recomendó concentrarse en el proceso de difusión gaseosa para enriquecer
el uranio y para la alternativa construir tan solo una pequeña planta electromagnética. Sin embargo, el director del
“National Defense Research Committee”, James B.Conant, apoyó la construcción de una gran planta
electromagnética, porque el general Kenneth D. Nichols, responsable de las plantas de producción de uranio y de
plutonio, afirmaba que ésta era esencial para poder lanzar la bomba en agosto de 1945. El comite presidido por
Lewis también propuso una organización industrial para le proyecto, que general Leslie K. Groves, director del
mismo, adoptó en su mayor parte. En abril–mayo de 1944, otro comite encabezado por Lewis recomendó la
construcción de la planta S-50 de the difusión térmica, desarrollada por Philip Abelson, de la US Navy.
El impacto de Lewis sobre la enseñanza y la práctica de la Ingeniería Química ha sido permanente y trascendental.
Revolucionó el diseño de los equipos para proceso a través del concepto de operaciones unitarias (“Unit
Operations”), paradigma fundamental de la Ingeniería Química. Como inventor, contribuyó mucho a los campos
de la estequiometria y la química industrial, con más de 80 patentes otorgadas y fue precursor en el empleo de lechos
de sólidos fluidificados que culminó con el proceso de craqueo catalítico para la producción de gasolinas a partir
de fracciones petrolíferas pesadas. Además, Lewis fue un educador extraordinario. Su texto Principles of Chemical

485
486 Apéndices

Engineering, publicado conjuntamente con Walker y McAdams en 1923, definió la disciplina en forma pionera. Sus
clases magistrales son legendarias, por su combinación magistral de material perfectamente organizado con un
diálogo socrático con los alumnos.
Recibió numerosos premios por sus trabajos de investigación y por su labor docente y educativa, incluyendo la
“President's Medal of Science”, la “President's Medal of Merit”, la “John Fritz Medal”, la “Perkin Medal of the
Society of Chemical Industry” (1936), la “Lamme Medal of the American Society of Engineering Education” (1947)
y la “Priestley Medal of the American Chemical Society” (1947), de la que fue el primer ingeniero químico que la
obtuvo. Se le commemora con el “Warren K. Lewis Award for Chemical Engineering Education” de la AIChE y
la cátedra “Warren K. Lewis” en el MIT.

B.22. Ernst Schmidt (Vögelsen 1892-Munich 1975)

Ingeniero. Nació el 11 de febrero de 1892 en Vögelsen, cerca de Luneburg, Alemania. Fue un pionero en el campo
de las bases de la Ingeniería Termodinámica, sobre todo en Transferencia de calor y masa. Estudio ingeniería en
las especialidades Civil y Eléctrica, en Dresden y Munich, incorporándose luego al Laboratorio de Física aplicada
de la Universidad Técnica de Munich (que entonces estaba dirigido por Oscar Knoblauch) en 1919. Uno de sus
primeros trabajos de investigación fue la medida cuidadosa de las propiedades radiantes de los sólidos, lo que le
permitió proponer y desarrollar el uso de la hoja de aluminio como un escudo efectivo de la radiación.
In 1925, recibió el encargo de ocupar el puesto de Catedrático y Director del Laboratorio de Ingeniería de la
Universidad Técnica de Danzig (actual Gdansk). En ella publicó trabajos sobre técnicas actualmente muy difundidas,
el método de diferencias para el cálculo de la conducción y difusión transitorias y el método interferométrico
(“Schlieren and Shadow Method”) para visualizar fronteras térmicas y obtener coeficientes de transferencia de calor
locales. Fue el primero en medir los campos de velocidades y temperaturas en la capa límite en convección libre
sobre una placa vertical y los elevadísimos coeficientes de convección obtenidos en la condensación en gotas. En
un artículo en el que describía la analogía entre la transferencia de masa y la de calor, propuso el grupo adimensional
conocido actualmente como "Número de Schmidt". En 1937 fue nombrado Director del Instituto para la Propulsión,
recién fundado, en el complejo para la investigación Aeronáutica de Braunschweig, y catedrático de Universidad
de la ciudad. En 1952, paso a ocupar la Cátedra de Termodinámica en la Universidad Técnica de Munich,
reemplazando a Nusselt, que se jubilaba. Estuvo muy involucrad en el desarrollo de las “International Steam Tables”
y continuó su actividad científica después de su jubilación, en 1961, hasta su muerte en 1975.
En reconocimiento se su labor, recibió numerosos honores y premios, incluyendo el anillo Ludwig Prandtl, el premio
Max Jakob y la medalla conmemorativa de Grashof.

B.23. Thomas Kilgore Sherwood (Columbus, 1903-Cambridge 1976)

Ingeniero. Aunque nació en 1903 en el estado de Ohio, paso su juventud en Canada, obteniendo su B.S. en la
universidad de McGil en de Montreal. Llegó al “Massachusetts Institute of Technology” en 1923 para realizar su
trabajo de posgrado en el Departamento de Ingeniería Química, donde fue ayudante de Willam H. Mc Adams,
trabajando en destilación y transferencia de calor, pero realizó su tesis doctoral sobre el mecanismo del secado de
sólidos, en 1929, bajo la dirección de Warren K. Lewis. De 1930 a 1969 fue catedrático en el M.I.T. siendo Dean
de la Escuela de Ingeniería, Profesor Du Pont de Ingeniería Química y, a partir de 1969, profesor emérito. Además
fue profesor visitante de la Universidad de Berkeley en California. Como profesor del M.I.T. contribuyó
decisivamente al logro de los nivelas de excelencia de esta institución. El área principal de la investigación de
Sherwood fue la transferencia de masa y su interacción con los procesos de transferencia de cantidad de movimiento
y calor, encontrados en las reacciones químicas y las operaciones industriales donde dichas operaciones juegan un
papel crucial. De esta forma se convirtió en uno de los ingenieros químicos más importantes que han tenido los
EE.UU.A. Su energía, investigaciones y logros en ingeniería aplicada, así como en la enseñanza de la ingeniería
química, fueron prodigiosos. Su rápido ascenso a autoridad mundial en el campo de la Transferencia de masa se
vio favorecida por la aparición de su obra Absorption and Extraction, publicada en 1937, al ser el primer texto
significativo en el área. La obra fue actualizada por Pigford y Wilke en 1974 con le título Mass Transfer y ejerció
una enorme influencia, provocando el uso del "Numero de Sherwood", como reconocimiento a su labor. Escribió,
en colaboración, 4 textos más de difusión mundial sobre ingeniería química y más de 120 artículos sobre el tema.
Su carrera docente tuvo un lapso durante la 2ª Guerra Mundial, ya que durate los primeros años de la misma se
dedicó a buscar, por cuenta del gobierno, ingenieros químicos competentes para realizar investigación militar en el
ámbito de la ingeniería química. Hacia el final de las guerra se traslado a Europa, para evaluar técnicas y procesos
confiscados a los alemanes.
Formó parte del comité de asesoramiento de las revistas I&EC y I&EC Fundamentals. Ingresó en 1924 en la “ACS”,
siendo miembro emérito de la misma. También fue miembro de la “National Academy of Sciences”, de la “American
Apéndice B. (Continuación) 487

Academy of Arts and Sciences” y fundador de la “National Academy of Engineering”.


La lista de premios que recibió, incluyendo tres doctorados honorarios, es la siguiente:
1941 William H. Walker Award, AIChE
1947 Doctor in Engineering, Northwestern University
1948 The U.S. Medal for Merit
1951 Doctor of Science, McGil University
1963 Founders Award, AIChE
1972 Warren K. Lewis Award, AIChE
1972 E.V. Murphree Award, AIChE
1974 Doctor of Science, Technical University of Denmark.

Murió el 14 de enero de 1976.


489

Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna

E.1 Estructura de la materia

La teoría más importante sobre la estructura de la materia, o aspecto tangible de la naturaleza, es la


teoría atómica, formulada de manera coherente a finales del siglo XVIII 1 y principios del XIX 2 e
intuida desde la antigüedad (Epicuro, Demócrito, Descartes, Hooke, Bernoulli, etc,) teoría que hoy
podemos considerar como un hecho y enunciar de la forma siguiente: Todas las sustancias son
discontinuas y están formadas por partículas denominadas moléculas, formadas a su vez por uno o
más átomos. Estos átomos conservan su identidad en los cambios físicos3 y químicos y de ellos sólo
existe un número limitado de clases diferentes. Todas estas partículas se hallan en continuo
movimiento desordenado de vaivén, atrayéndose entre si cuando se hallan cerca, pero repeliéndose
cuando se aproximan demasiado.
La descomposición grosera de los átomos en núcleo, que determina el valor de la masa, y electrones,
que lo hacen del volumen, nos permite interpretar comportamientos fundamentales de la materia en
los cambios físicos y químicos, en los que intervienen los electrones, por lo que el volumen no se
conserva, mientras que el núcleo no participa, conservándose la masa (1ª ley de la Termostática).
Esta teoría responde a una característica básica de la materia: su cuantificación o composición de
unidades discretas, en concreto la cuantificación de la masa. A principios del siglo XIX, la teoría
cuántica de Planck, 1901, completa este aspecto básico de la materia, estableciendo la cuantificación
de la energía (en rigor de la acción, energía por tiempo).

E.1-1 Modelo molecular de la materia

Los átomos no son las partículas elementales de la materia, sino que existen otras subpartículas, y
aunque no todas son conocidas, la cuantificación de la materia no se discute y siempre podemos tratar
la materia a partir de partículas constituyentes.
Toda partícula presenta características de masa y oscilación u onda, por lo que sus características
observables pueden describirse a partir de la denominada función de onda. Esta función de onda
permite agrupar a las partículas en dos clases, según sean simétricas o antisimétricas, lo que hace que
cualquier cantidad de ellas pueda tener el mismo juego de números cuánticos o números que definen
los valores discretos (valores propios4) de la energía de la partícula, o que sólo pueda haber una por
estado energético o juego de números cuánticos, respectivamente.
Las partículas con función de onda simétrica, como los fotones, se denominan bosones y las de
función antisimétrica, como los electrones, fermiones. Todas las partículas microscópicas, es decir,
aquellas cuyas magnitudes son comparables a la constante de Planck [h=(6.625)( 10-34) J s] son
indistinguibles por el hombre y sus instrumentos,5 por lo que la función de ondaQ que las describe está
relacionada con la probabilidad de que la partícula se halle situada en una cierta zona del espacio. Esta

1
Foronda, Valentin de, Lecciones ligeras de Química puestas en diálogo, en las que se trata del calórico, de los fluidos
elásticos, de las afinidades, o atracciones, de la nueva nomenclatura química, de las sustancias simples, de los álcalis, de los
ácidos, & C. En la Imprenta de González, Madrid 1791.
2
Dalton, John, New System of Chemical Philosophy, Volume I, Manchester, 1808.
3
Consideraremos los nucleares, de ingeniería especializada, aparte.
4
Véase el capítulo 4 del texto.
5
Heisenberg, Werner. Die physikalischen principien der Quantentheorie. Hirzel, Lepzig, 1930.
490 Apéndices

función de onda viene dada por las funciones propias o soluciones de la llamada ecuación de onda6,
en un campo de potencial V,

(E-1)

En rigor, esta ecuación es aplicable a cualquier sistema, aunque debido a la pequeñez de la constante
de Planck, en los sistemas macroscópicos carece de sentido, como muestra el ejemplo siguiente.

Ejemplo E.1

Hállense los saltos entre los niveles de energía del émbolo, que pesa 1 kg y cuya velocidad
lineal media es de 2 m/s, de un compresor alternativo que trabaja a 300 r.p.m. y compárese
con el de un electrón en un átomo en su estado fundamental y el de un mol de He en C.N. y
su menor nivel de energía.

Solución:7

La frecuencia de la oscilación del émbolo es v = 300/60 = 5 s y sus "cuantos" de energía,


según la fórmula de Planck serán de:

Cantidad completamente inapreciable frente al nivel de energía del émbolo, que es:

Por otro lado, el electrón se puede aproximar a una partícula en una caja (pozo de potencial)
de arista a, de manera que el menor cuanto de energía, a partir de su estado fundamental,
tendrá una energía8:

(E-2')

lo que, suponiendo a = 0,3 nm, da:

1015 veces mayor que para el émbolo. La importancia de este valor se aprecia viendo lo que
significa por mol (vg. 2 g de H2)

6
Schrödinger, Collected Papers on Wawe Mechanics, Blakie&Sons, London and Glasgow. 1928.
7
Por su brevedad, excepcionalmente, incluiremos la solución de los ejemplos en el texto,
8
Barrow, Gordon M., Química Físico, 4ª edición, Reverté, Barcelona 1985.
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 491

cantidad extraordinariamente grande, que justifica la dificultad para excitar los electrones en
los átomos.
Finalmente, para el primer estado cuántico (n = 1) de un mol de He, tendremos:

lo que nos vuelve a demostrar la pequeñez de los intervalos de energía para los sistemas
microscópicos.

Para un sistema formado por partículas que interaccionan entre sí, es decir, con energía potencial
variable con su posición relativa (energía configuracional), como por ejemplo en una molécula, se
establece una ecuación de onda con tantos términos como coordenadas son necesarias para definir los
átomos componentes, obteniéndose una función de onda molecular9 (OM). Este concepto se puede
extender a sistemas macroscópicos (cuya magnitud no es comparable a la constante de Planck), pero
que estarán compuestas por moléculas (que sí lo son) interactivas. Como ya hemos dicho, por ser
indistinguibles las partículas microscópicas, la información que nos da la función de onda es de
carácter probabilístico y de cualquier característica o propiedad de las partículas sólo poseemos una
distribución probabilística o estadística, con un valor representativo (medio) y una dispersión
(desviación tipo F),10 figura E.1.

Figura E.1

Señalaremos que lo probabilístico sin remedio es nuestra información, pues la partícula tiene sus
buenas razones para estar donde está y desplazarse como se desplaza. En consecuencia, las
propiedades de los sistemas macroscópicos no son más que la manifestación estadística de los valores
medios en el tiempo, de una propiedad mecánica microscópica de las partículas constituyentes del

9
Coulson, C.A. Valence, Second Edition, Oxford University Press, London 1961.
10
Mothes, J. y J. Torrens Ibern, Estadística aplicada a la ingeniería, 3ª edición, Ariel, Barceona,1970
492 Apéndices

sistema. La existencia de estados de equilibrio11 demuestra experimentalmente la existencia de estos


valores medios en el tiempo. Los sistemas corrientes son muestras tan importantes que por la ley de
los grandes números12 su valor medio coincide con el de la población; así las propiedades de sistemas
de partículas del mismo tipo en las mismas condiciones, son siempre idénticas. Más adelante se
justificará esta afirmación.

Ejemplo E.2

Hállense:
a) Para un mol de He, ¿cuántos términos tendrá la ecuación de Schrrödinger que de sus
funciones de onda propias?
b) ¿Cuántas veces el diámetro de la tierra expresado en milímetros sería igual al número de
moléculas contenidas en un mm3 de gas en C.N?

Solución:

a) Cada molécula necesitara 6 valores para estar definida posicional y energéticamente, o sea
que será necesarios (6,023)(1023)/6 = (10)(1023) términos.
moléculas)
b) Un mm cúbico contiene:

o sea 2,5 millones de veces el diámetro terrestre, (1,2)(1010) mm..

E.2 Teoría cinética de los gases

Por la claridad e importancia de las consecuencias cualitativas que permite, vamos a considerar el
modelo más simple de materia: el gas perfecto, compuesto de N partículas esféricas, rígidas y
perfectamente elásticas en continua agitación, pero sin que posean energía potencial o configuracional.
Es decir, partículas sin ninguna fuerza atractiva o repulsiva mutua, sin otra interacción que los
continuos choques elásticos. Este modelo tan simple, es en el que se basan ecuaciones de amplio uso
en ingeniería, por lo que el análisis que sigue nos mostrará las limitaciones que comportan dichas
ecuaciones. Para las condiciones corrientes, podemos aproximar la distribución de cualquier propiedad
microscópica (es decir, de las moléculas) a una distribución continua, como más adelante
justificaremos. Consideremos las velocidades moleculares, de componentes u, v y w, y sea la cantidad
de moléculas con componente de velocidad comprendida entre u y u + du, dnu con una función de
distribución f(u) tal que:

(E-3')

con

11
Puede verse al respecto Sigalés, Bartomeu, "Bases de la Termodinámica Quimica Aplicada. Capítulo 3", Ingeniería Química,
Año XI, nº 147, agosto 1980, pp. 69-88.
12
Mothes, J. y J. Torrens Ibern, Estadística aplicada a la ingeniería, 3ª edición, Ariel, Barceona,1970.
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 493

(E-3'’)

Considerando un elemento A de superficie del recipiente, véase la figura E.2, el volumen ocupado por
todas las moléculas con componente de velocidad u que en, un intervalo de tiempo dt, chocarán con
dicho elemento, será:

(E-4)

Figura E.2

Como las moléculas por unidad de volumen, con velocidad entre u y u + du son:

(E-5)

el número de choques con A de las moléculas con velocidad u, en el intervalo dt, será:

(E-6)

y para todas las velocidades en un intervalo t1 - t0,

(E-7)

El cambio de la componente según u, de la cantidad de movimiento de una molécula, por choque será:

(E-8)

Definiendo como presión la fuerza normal a la superficie por unidad de la misma:

(E-11)
494 Apéndices

luego para un mol,

(E-12)

o sea,

(E-13)

Si tenemos en cuenta las tres componentes de la velocidad y que, con nuestras hipótesis, todas las
direcciones son igualmente probables,

(E-12a)

(E-12b)

Es decir, la presión a volumen constante, es proporcional a la energía media de las moléculas. Nótese
que, a pesar de haber considerado que existía una función de distribución, ésta no aparece
explícitamente, al quedar englobada en el valor medio, lo cual, si éste coincide con las medidas
macroscópicas, nos ha de permitir determinar los parámetros de la misma.
Es importante notar el modelo extraordinariamente simple que supone el gas perfecto y, en
consecuencia, ser consciente de las limitaciones que ha de presentar la aplicación de las leyes
deducidas con el mismo.
Para un sistema aislado, como los choques son elásticos, (E-12b) equivale a la ley de Boyle-Mariotte:

(E-13)

Para mezclas de gases existen dos leyes de interés en ingeniería:


a) Se parte de gases ocupando volúmenes iguales a presiones cualesquiera y se mezclan en el mismo
volumen que uno solo:

(E-14a)

(E-14b)
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 495

por ser los choques elásticos. Luego, como:

(E-15)

tendremos

(E-16)

es decir, la ley de Dalton.


b) Se parte de gases a la misma presión, ocupando volúmenes cualesquiera y se mezclan a dicha
presión:

(E-17)

es decir,

(E-18)

la ley de Amagat.
Estas dos leyes, aparentemente equivalentes, no lo son al considerar gases con energía configuracional
(fluidos reales) pues, como veremos en el capítulo 5, en este caso las propiedades dependen de la
presión, por lo que, en general y especialmente a altas presiones, será menos aproximada a la realidad
la generalización de ley de Dalton que la de Amagat, ya que en este último caso la presión de los
componentes no varía al efectuar la mezcla. El ejemplo siguiente muestra estas discrepancias.

Ejemplo E-3

Dados 250 litros de una mezcla de nitrógeno e hidrógeno, cuya fracción molar en nitrógeno
es y = 0,25, a una presión de 1 atm. y 10°C, se comprimen hasta ocupar el volumen de 1 litro.
Si la temperatura después de la compresión es de 50°C, calcúlese la presión final de la
mezcla. El valor experimental es de 348 atm.

Solución:

Tomaremos como base un mol de mezcla, para lo que calcularemos primero el número de
moles que tenemos. Como en las condiciones iniciales, la mezcla se puede considerar gas
ideal:

con lo que el volumen molar final será:


496 Apéndices

a) La generalización de la ley de Amagat, será:

luego debemos tantear la presión final para que la suma de los volúmenes específicos
parciales correspondientes a cada componente, sea 0,0929. Haciéndolo utilizando la
aplicación PROPIEDADES llegamos a que a 323,15 K y 345 atm., los volúmenes específicos
correspondientes son:

y, por tanto, los molares:

o sea que la presión supuesta (345 atm.) es correcta y prácticamente coincide con el valor
experimental (348 atm.).

b) Si generalizamos la ley de Dalton:

con

Es decir: hemos de hallar las presiones parciales que nos den los moles que, sumados, nos
den 10,77 mol/l, y cuya suma será la presión total. Suponiendo13:

con 323,15 K, obtenemos

13
Para iniciar la iteración partimos de unas presiones parciales iguales a (0,75)(348) atm. para el hidrógeno y (0,25)(348) para
el nitrógeno.
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 497

con lo que

aproximadamente igual a 10,77, por lo que las presiones parciales las podemos tomar como
buenas. De este modo, la presión total de la mezcla sería: P = 235 + 73,7 = 308,7 atm.,
resultando mucho menos ajustado al valor experimental que el anterior.

Empíricamente se estableció (Boyle, Gray-Lussac, Charles, Mariotte, principios del siglo XIX) que
para los gases a bajas presiones (aproximadamente perfectos):

(E-19)

siendo T la temperatura absoluta, cuyo origen quedaba definido con un termómetro de gas
extrapolando a presión cero el coeficiente de expansión de los gases o la temperatura de un
determinado volumen de gas (figura E.3),

Figura E.3

La ecuación anterior también responde a este modelo, pues las dos expresiones (E-1) y (E-4), (para
un mol de gas):

(E-20)

Asimismo, la energía interna para un mol será:

(E-21)
498 Apéndices

pues solo tiene energía de traslación, o también:

(E-22')

donde k (constante de Boltzman) se puede considerar la constante de los gases para una molécula (sólo
matemáticamente, pues físicamente las propiedades intensivas P y T, sólo tienen sentido estadístico,
es decir, macroscópico).
Estas relaciones nos dan el significado físico de la temperatura como una energía: en los gases
perfectos la energía cinética cuadrática media de las moléculas, con lo que completamos la
interpretación de las propiedades intensivas de los sistemas macroscópicos simples, como valores
medios de las propiedades mecánicas (masa y velocidad, reflejadas como cantidad de movimiento y
energía cinética, respectivamente) de las moléculas. Es decir, estas propiedades macroscópicas sólo
tienen sentido como valores estadísticos y en consecuencia, sólo son significativos para sistemas
suficientemente poblados para que las medias de la muestra y la población coincidan14 y aparezcan
invariables en el tiempo. Estos conceptos son independientes del tipo de distribución, precisamente por
basarse en valores medios.
También según este modelo simplificado, vemos por (E-22') que a una misma temperatura, la energía
cinética media (cuadrática media) de las moléculas es la misma para cualquier gas, lo que nos indica
que los gases con mayor masa molecular tendrán velocidades moleculares menores que los más ligeros,
y nos justifica la ley de Graham de la difusión. Obsérvese asimismo que en cualquier caso, las
velocidades medias de las moléculas gaseosas, dadas por la relación (7-131), son muy grandes. Véase
el ejemplo siguiente.
Como en las hipótesis usadas no existen direcciones preferenciales, la relación (E-22') nos indica la
energía media asociada a cada grado de libertad de traslación de una molécula es:

(E-22'’)

Podemos ahora comprobar mediante el ejemplo siguiente, que la aproximación de continuidad de la


distribución para los sistemas normales es correcta.

Ejemplo E.3

a) Calcúlense a 25/C, las velocidades medias moleculares de los siguientes gases: hidrógeno,
vapor de agua, nitrógeno y cloro
b) Estímese el salto de energía entre niveles cuánticos sucesivos para un átomo de He en una
caja cúbica de 1 litro a 27/C.

Solución:
a) La ecuación (7-131) del capítulo 7, nos da la velocidad media molecular:

Sustituyendo valores

14
Mothes, J. y J. Torrens Ibern, Estadística aplicada a la ingeniería, 3ª edición, Ariel, Barceona,1970.
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 499

o 6.390 km/h.
Análogamente obtenemos 2.120 km/h para el H2O, 1.580 km/h para el O2 y 1.080 km/h para
el Cl2.

b) Como sabemos15 los niveles de energía de una partícula en una caja cúbica vienen dados
por (E-4'):

(E-2'')

Siendo nx, ny, y nz, los números cuánticos. A 27/C la energía cinética media según un eje, será
según (E-22'’):

y para He a 27/C en un cubo de 1 litro (arista 0,1 m).

Luego, para un cambio de nx de una unidad, el salto energético sería:

varios ordenes de magnitud menor que la energía cinética correspondiente a las velocidades
halladas en a), lo que justifica plenamente la aproximación de continuidad.

Los sistemas se pueden analizar por medio de la masa de control o del volumen de control
(Introducción del capítulo 3) pero, para lo que sigue, introduciremos un caso particular de la masa de
control, que es aquel en la que tiene una energía constante16 y que calificaremos de aislada.

E.2 Mecánica estadística

Con la teoría cinética se ha visto que las propiedades macroscópicas de un sistema, que son las que
observamos, medimos y utilizamos, e pueden considerar promedios en el tiempo de un hipotético
desplazamiento de las partículas integrantes del sistema en un espacio de 6 N dimensiones (3 ordenadas
para la posición y 3 para la cantidad de movimientode cada molécula). En consecuencia, la
determinación de las propiedades de un sistema a partir de las de sus partículas constituyentes, es un

15
Barrow, Gordon M., Química Físico, 4ª edición, Reverté, Barcelona 1985.
16
Su superficie de control es, además de impermeable, adiabática y su energía interna no depende de las posiciones relativas
de las partícula que lo forman (sin energía configuracional).
500 Apéndices

proceso de promediar y aunque los valores de dichas propiedades varíen de acuerdo con la distribución
correspondiente, es decir, existan fluctuaciones, por la ley de los grandes números17 éstas serán
despreciables, pues la desviación relativa es proporcional al número de configuraciones y para los
intervalos de tiempo que podemos apreciar, el número de configuraciones es enorme, véase el ejemplo
siguiente. Por esto los valores medidos con nuestros instrumentos serán constantes.
Por otro lado, el número de partículas que corrientemente intervienen en los sistemas es tan grande,
del orden de 1020 a 1030, y su interacción puede ser tan compleja, que el cálculo de los promedios que
nos puedan interesar es irrealizable, como indica el ejemplo siguiente..

Ejemplo E.5

a) Calcúlese el número de choques por s y m3, para el Ar a 20/C y 1 atm, (menor que el de
configuraciones) según la teoría cinética, es18:

(9-23')

donde F es el diámetro molecular y la velocidad media es la dada por (7-131).

(9-23'’)

b) Cuántos años tardaría la impresión de las coordenadas instantáneas de las moléculas de un


mol de He, a la velocidad de 100 mil de ellas por segundo.

Solución:

a)

b) El número de moléculas dividido por la velocidad de escritura, será:

Unas 10 veces la edad estimada del universo, (1,37)(1010) años.

En consecuencia, aunque el cálculo de los promedios sería extraordinariamente interesante, ya que a


partir de un modelo podríamos predecir las propiedades de un sistema en el caso de que no sea factible
su medida o, caso de serlo, con el ahorro consiguiente del coste de las medidas experimentales, se nos
presenta problemático, pues, como nos indican los resultados del ejemplo anterior, por poco realista

17
Mothes, J. y J. Torrens Ibern, Estadística aplicada a la ingeniería, 3ª edición, Ariel, Barceona,1970
18
Barrow, Gordon M., Química Físico, 4ª edición, Reverté, Barcelona 1985.
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 501

que sea el modelo los cálculos parecen inabordables.


Hasta hoy19, la circunvalación de este problema se ha enfocado de dos maneras, una debida a
Boltzmann20 y otra debida a Gibbs21, ambas basadas en el hecho de que nuestra información sobre el
mundo microscópico es estadística.

E.2-1 Enfoque de Boltzmann

La primera solución, debida a Boltzmann, considera todas las configuraciones posibles (compatibles
con las condiciones del sistema) de las partículas de la mismo, denominándolas microestados,
agrupando todas las que producen (o se manifiestan con) las mismas propiedades macroscópicas del
sistema en un macroestado, de forma que cada macroestado comprende muchos microestados y el
conjunto de los macroestados representa todas las fluctuaciones macroscópicas (apreciables más o
menos, según la precisión de nuestros instrumentos) del sistema. La figura E.4 muestra, para un sistema
de una sola propiedad, qué sería un microestado o estado instantáneo, qué sería un macroestado y qué
significado microscópico tiene un estado macroscópico.

Figura E.4

Se podría decir también que los microestados son los estados moleculares y los macroestados los
termostáticos, de manera que los primeros requieren 6 n variables para ser definidos y los segundos
unas pocas variables macroscópicas (dos, según la ecuación fundamental,22 U = U(V, S), para las masas
de control simples).
Con estas definiciones, Boltzmann supuso masas de control y que en ellas todos los microestados son
igualmente probables (cosa lógica recordando que la energía está relacionada con la capacidad de
cambio) de forma que en el transcurso del tiempo irán apareciendo todos. Por último hizo la
suposición, justificada por la observación, de que la dispersión de las distribuciones, es decir las
fluctuaciones, era muy pequeña, por lo que el macroestado más probable (MODA) prácticamente
coincidía con el promedio en el tiempo de todos los microestados (MEDIA), véanse las figuras E.1 y
E.5 y el siguiente ejemplo.

19
A la espera de los logros de la nanotecnología.
20
Boltzmann, Ludwig "Vorlesungen über Gastheorie" Barth, Leipzig, 1898.
21
Gibbs, Joshua Willard. "Elementary Principies in Statistical Mechanics, developed with special reference to the rational
foundation of.thermodynamícs". Yale University Press, New Haven, 1902. Reimpresión S 707 de Dover, N.Y.
22
Sigalés, Bartomeu, "Bases de la Termodinámica Quimica Aplicada. Capítulo 3", Ingeniería Química, Año XI, nº 147, agosto
1980, pp. 69-88.
502 Apéndices

Figura E.5

Ejemplo E.6

Dado un sistema con 1010 macroestados, tal que el más probable agrupe 10 40 microestados
y los otros 1025 ¿Cuál es la probabilidad de obtener el macroestado más probable?

Solución:

Esta suposición de que la media coincide con la moda en los sistemas corrientes, justificada en el
ejemplo anterior, simplifica extraordinariamente el problema matemático, al transformar el cálculo,
mediante una suma discreta, de un promedio, en el cálculo de un máximo, o ecuación diferencial.
El método consiste en determinar la expresión que da el número de microestados de cada macroestado,
identificando el estado de la masa de control (media) con el macroestado con mayor número de
microestados (moda). Entonces la condición de máximo nos da la ecuación diferencial, aunque sólo
podemos hallar la distribución de las partículas componentes entre los distintos niveles de energía
estableciendo ecuaciones de condición, que son las limitaciones de masa (masa de control) y de energía
(masa de control aislada).
Este método está circunscrito al estudio de masas de control en las que las partículas sean
independientes, sin energía configuracional. Es decir, aquellas en los que la energía del sistema sea la
suma de la de las partículas individuales, sea cual sea la configuración y se puedan considerar todos
los microestados con la misma energía e igualmente probables, en definitiva, solo permite considerar
partículas débilmente interactivas o gases ideales, véase más adelante.
Apliquemos el tratamiento de Boltzmann a una masa de control compuesta de partículas con función
de onda antisimétrica (Fermiones), es decir, en el que sólo puede haber una partícula, como máximo
con la misma función de onda (combinación de números cuánticos) gi en cada nivel de energía ei
(supuesto de degeneración gi. El número de configuraciones que podrán existir para cada nivel de
energía ei será igual al de maneras como se pueden colocar Ni partículas (usamos N en vez de n
excepcionalmente) de una en una en gi funciones de onda, es decir, las COMBINACIONES de gi
elementos tomadas de Ni en Ni, o sea:

(E-24')

Para todos los niveles ei de un macroestado, el número de configuraciones, o microestados será el


Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 503

producto de cada una por todas las demás:

(E-24'’)

(FD por Fermi-Dirac, creadores de este modelo), y el número de microestados posibles para todo el
sistema será la suma de los que tienen todos los macroestados, o sea:

(E-25)

pero, como partimos de una distribución con muy poca dispersión y la probabilidad de observar un
microestado correspondiente al macroestado más probable es muy grande (véase el ejemplo E.6),
supondremos que en vez de todos los microestados, observamos sólo los correspondientes al estado
más probable (es decir, que observamos la moda en vez de la media, figura E.5) por lo que
prácticamente, es como si:

(E-26)

Tomaremos pues, la moda en vez de la media e identificaremos todos los microestados del masa de
control con los de su macroestado más probable y, aunque no se especifique, así se sobreentenderá
siempre.
Como la función ln x es biunívoca y creciente con x y el problema sólo tiene sentido para masas de
control con muchas partículas, es mejor trabajar con el logaritmo, que permite para x muy grande
utilizar la aproximación de Stirling:

(E-27)

y eliminar los factoriales, matemáticamente inmanejables. Tomando logaritmos en (E-26):

(E-28)

Consideremos un masa de control compuesto de partículas con función de onda simétrica (Bosones)
es decir, que puede existir cualquier número de partículas con la misma función de onda (combinación
de números cuánticos) hasta gi en cada nivel de energía ei cuya degeneración sea gi. El número de
configuraciones (microestados) que podrán existir para cada nivel de energía ei, será igual al de
maneras como se pueden colocar Ni partículas sin limitación, en las gi funciones de onda, es decir, las
COMBINACIONES CON REPETICIÓN de gi elementos tomados de Ni en Ni:
504 Apéndices

(E-29')

Para todos los niveles ei del macroestado más probable, el número de configuraciones será:

(E-29'’)

(B-E por Bose-Einstein, creadores del modelo).


Operando en manera análoga a como se ha hecho para F-D:

(E-30)

Obsérvese que la expresión para ln SBE, (E-30) es la misma para que la SFD ,(E-28), cambiando el signo
+ (BE) por - (FD).
Ahora bien, en la naturaleza se produce un hecho que simplifica el tratamiento matemático de estos
problemas, consistente en que, para los sistemas corrientemente utilizados, el número de partículas es
mucho menor que el de funciones de onda asequibles, es decir:

(E-31)

Podemos comprobar esta afirmación mediante el ejemplo siguiente.

Ejemplo E.7

Estimar el número de funciones de ondas disponibles por molécula en un litro de He a 27°C


y 1 atm.

Solución:

El número de funciones de onda o estados cuánticos de una partícula en un pozo de potencial


(caja) viene dado por el volumen de un octante esférico de radio23:

(E-2'’‘)

El número total de moléculas de He de la masa de control es, sin duda, superior al parcial de
moléculas con energía igual o inferior a la media:

23
Barrow, Gordon M., Química Físico, 4ª edición, Reverté, Barcelona 1985.
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 505

Veamos cuántos estados cuánticos hay disponibles hasta el nivel energético 3/2 k T.
El radio del octante será:

y el volumen, o número de función de onda:

por otro lado, el número de moléculas es:

es decir, para cada molécula existen como mínimo del orden de 109 funciones de onda
disponibles.

Para el modelo de F-D, con la hipótesis (E-31), el número de microestados por nivel e¡ en un macro
estado (funciones de onda asimétricas) será:

(E-32)

para el de B-E (funciones de onda simétrica):

(E-33)

o sea que, para los sistemas diluidos manejados corrientemente, la distribución de las partículas en los
distintos niveles es independiente de la naturaleza de la función de onda, cosa lógica, pues hay tantas
gi por partícula, que es muy improbable que dos partículas coincidan en un mismo nivel gi, de manera
que no se nota si hay o no compatibilidad. Esta distribución se denomina de Maxwell-Boltzmann
corregida, siendo el número de microestados por macroestado igual a:

(E-34)
506 Apéndices

Para las aplicaciones, de ahora en adelante consideraremos sólo esta distribución de M-B, la única de
interés para la ingeniería convencional.
Para un macroestado determinado, tomando el logaritmo del número de microestados y derivando,
tendremos:

(E-35)

y para el más probable:

(E-36)

Sin ninguna condición, esta ecuación da:

(E-37)

Solución absurda por (E-31), que define la distribución de M-B; luego hay que imponer algunas
restricciones físicas que definan el sistema. Las condiciones que podemos imponer son mantener
constantes la masa : masa de control y la energía: masa de control aislada24, es decir:

(E-38a y b)

Admitiendo que el valor estacionario es un máximo, podemos aplicar el método de Lagrange para
hallarlo:

(E-39)

o sea que para cualquier valor de *Ni,

(E-40')

(E-40'’)

24
Sin energía configuracional, no lo olvidemos.
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 507

Es decir, la población de cualquier nivel en equilibrio, es proporcional a la degeneración del nivel y


varía exponencialmente en forma inversa con la energía del nivel.
Así, exp(") se determina mediante la condición de masa de control:

(E-41')

(E-41'’)

luego:

(E-42)

Por lado, al ser masa de control aislada:

(E-43a)

de donde teóricamente se podría despejar $.


La suma:

(E-43b)

se denomina función de partición molecular, Z (de Zustandsumme, nombre dado por Boltzmann). La
denominación proviene de que el valor de esta función prevé con la máxima probabilidad cómo estarán
repartidas las partículas, o moléculas, entre los distintos niveles de energía ei:

(E-44)

La determinación de $ se puede realizar a partir de la relación de Boltzmann25, véase más adelante la


justificación, que establece que la entropía de la masa de control es proporcional al logaritmo del
número de microestados de la masa de control y, muy aproximadamente, al del macroestado más
probable, o sea:

25
Que figura como epitafio en su tumba.
508 Apéndices

(E-45)

Es decir, al ser la propiedad entropía26 proporcional al logaritmo del número de configuraciones


microscópicas con la misma energía, nos indica que el estado con mayor entropía será, entre los de la
misma energía, el más probable microscópicamente, o sea el observable por nosotros y, por lo tanto,
el denominado de equilibrio macroscópico. Esta expresión es coherente con el modelo molecular y el
enunciado de Planck de la 3ª ley, véase más adelante, pues a 0 K el movimiento molecular es
nulo(desaparecen la translación, la rotación y la vibración) con lo que existe una única configuración
y

Ejemplo E.8

Justifíquese la aproximación (E-45) para un mol de oxígeno a 250°C, suponiendo que el


número de microestados del macroestado más probable es 10- 100 del total.

Solución:
Tenemos:

o sea:

(1)

En un manual27 encontramos para el O2 a 298 K, S = 204,8 J/mol K, luego:

o sea,

(2)

En consecuencia, según (1) y (2):

de acuerdo con (E-45).

26
Sigalés, Bartomeu, "Bases de la Termodinámica Quimica Aplicada. Capítulo 3", Ingeniería Química, Año XI, nº 147, agosto
1980, pp. 69-88.
27
Hougen, O. A., K.M. Watson y R.A. Ragatz. Principios de los procesos químicos. Parte II. Termodinámica, versión española
de la edición norteamericana de 1959, por J. Aguilar Peris, Editorial Reverté, Barcelona, 1964, Tabla 68.
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 509

Teniendo en cuenta que para el gas sin energía configuracional:

(E-46)

de la ecuación (E-45) y de la relación entre las propiedades macroscópicas,28

(E-47)

se puede despejar:

(E-48)

Esta ecuación es básica, por relacionar la temperatura con la distribución de las energías de las
moléculas, como ya nos indicó la teoría cinética para la de traslación. Con ella vemos claramente el
significado de temperatura absoluta, pues a medida que disminuye ésta, según (E-44) las moléculas
tienden a agruparse en los estados de menor energía, hasta que para T = 0, todas las moléculas de un
gas perfecto estarían agrupadas en un solo nivel de energía ei = 0.

E.2-2 Enfoque de Gibbs

Gibbs propuso una segunda solución al problema de relacionar los modelos microscópicos con las
propiedades de los sistemas macroscópicos, solución que permite hallar las propiedades, promedio o
de equilibrio, sin las limitaciones que tuvo que imponer Boltzmann de considerar las partículas sin
interacción mutua y masas de control aisladas.
Como para transformar las sumas en ecuaciones diferenciales las herramientas matemáticas disponibles
eran las mismas, Gibbs siguió considerando los valores medios coincidentes con los máximos, pero
para aplicar las condiciones generales que se pueden establecer, que como antes se han de limitar a la
masa y la energía, sacó la evaluación del sistema del tiempo e introdujo el concepto de masa de control
conjunta , o supermasa de control, de modo que siempre se puede considerar una masa de control
aislada, aunque los sistemas que lo compongan no lo sean. Así, denominó conjunto a una colección de
muchos microestados sucesivos correspondientes a un masa de control en un estado determinado
(figura E.6) y supuso que el promedio, en el transcurso del tiempo, de una propiedad de los
microestados (figura E.4), es decir, la manifestación que percibimos, es igual al promedio para todos
los microestados del conjunto durante dicho intervalo, suponiendo que se produjesen simultáneamente
en un instante dado (Fig. 2-6), y aquél, al igual que Boltzmann, a la moda, fácilmente calculable por
ser un máximo y, en consecuencia, dar una ecuación diferencial.

28
Puede verse al respecto Sigalés, Bartomeu, "Bases de la Termodinámica Quimica Aplicada. Capítulo 3", Ingeniería Química,
Año XI, nº 147, agosto 1980, pp. 69-88.
510 Apéndices

Figura E.6

Con este método eliminó las moléculas y el problema de la interacción molecular, que pueda haber
dentro de cada sistema individual, y que no es más que una propiedad del mismo. Además, al poder
hacer el número de microestados componentes tan grande como se quiera, permitiendo usar límites en
todos los casos, simplificó las manipulaciones matemáticas.
Si los microestados fuesen masas de control aisladas, tendríamos el caso ya estudiado por el método
de Boltzmann. Si eliminando una restricción y consideramos masas de control solamente, podemos
construir mentalmente un conjunto de microestados (masa de control) de volumen V (figura E-6).
Si suponemos que todos los microestados están separados por paredes diatérmicas (perfectamente
conductoras) e impermeables, que la envolvente de la supermasa de control es adiabática
(perfectamente aislante) además de impermeable, y partimos de todas lss masas de control a una misma
temperatura T, (microestados sucesivos de un proceso isotermo), uno de ellos en concreto, se
mantendrá isotermo, pues el resto forma una fuente térmica tan grande como se quiera, a temperatura
constante. La condición de isotérmicos hará que aunque la energía total E del supermasa de control sea
constante, la energía de los distintos microestados pueda ser distinta (por ejemplo por variar la energía
potencial de las distintas configuraciones) y, en consecuencia, ya no serán igualmente probables.
Supongamos que hay n1 microestados con energía E1, n2 con energía E2, etc., de manera que por ser
el conjunto un masa de control aislada con energía total E,

(E-49)

y por ser determinado el número de microestados del conjunto:

(E-50)

El número de configuraciones del conjunto en la que n1 microestados tengan energía E1, n2 energía E2,
etc., será el de PERMUTACIONES CON REPETICION de microestados en Ei niveles de energía
con ni microestados en cada nivel, o sea:

(E-51')

La distribución de microestados propuesta:

n1 con energía E1
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 511

n2 con energía E2
........

será un microestado de la supermasa de control, cuyos microestados serán todos igualmente probables
por ser él cerrado, de modo que si el número total de configuracíones (o microestados de la supermasa
de control) que pueden obtener del conjunto, es C, la probabilidad de tener dicha distribución será:

(E-51'’)

o tomando logaritmos y aplicando la fórmula de Stirlíng:

(E-52)

La distribución más probable de microestados en la supermasa de control, la obtendremos hallando el


máximo de ln P, con las condiciones para el conjunto de ser aislado además de cerrado. Aplicando el
método de Lagrange y, de forma análoga a la empleada para el método de Boltzmann, se obtiene que
el número de microestados con energía Ei que tiene la máxima probabilidad, ha de ser proporcional a
exp (- $ E) o, lo que es lo mismo, la máxima probabilidad de que una masa de control tenga energía
Ei es:

(E-53')

donde, de acuerdo con (E-41'’)29,

(E-53'’)

Donde Q, que se denomina función de partición canónica, es la suma, para todas las energías posibles
de la masa de control, de los números proporcionales a la cantidad de microestados con una
determinada energía. El parámetro $ se determinará relacionando las propiedades macroscópicas,
mediante relaciones termostáticas, con los valores de las mismas obtenidos a partir de la función de
partición.
En este caso vamos a comprobar que el extremo de la probabilidad corresponde a un máximo lo que,
al mismo tiempo, servirá para justificar la utilización de la configuración de microestados más probable
como la media de los microestados,
Si denominamos P’ a la probabilidad de obtener una distribución de energías tal que el número de
masas de control con energía Ei sea ni + *ni, siendo ni el número para la probabilidad extrema Pmáx.,
podremos escribir a partir de (E-51):

(E-54)

restando de ésta la expresión de ln Pmáx.:

29
Equivale a N.
512 Apéndices

(E-55)

pues por ser la supermasa de control aislada:

(E-56)

Ahora, diferenciando el ln de:

(E-57)

tenemos:

(E-58)

en donde por (E-14) y (E-49), justificamos que todos los términos son nulos excepto el (E-56), que
habrá de serlo también. Como siempre, se puede hacer *ni/ni menor que la unidad, es factible desarrollar
en serie el logarítmo de (P'/Pmáx.) en función de *ni/ni

(E-59)

El ln (P'/Pmáx.) es siempre menor que 1, sea cual sea el signo de *ni , luego Pmáx. es mayor que cualquier
valor de su entorno, es decir, se trata de un máximo. Este mismo desarrollo nos permite comprobar, con
el ejemplo siguiente, la pequeñísima dispersión de este tipo de distribuciones

Ejemplo E.9

Hállese para un sistema compuesto de 1020 microestados, la probabilidad de obtener una


configuración que difiera de 1 ppm en el número de microestados respecto a la configuración
más probable.

Solución:

Si suponemos que la desviación relativa *ni/ni = * es la misma para todas las masas de control,
podremos escribir con (E-58):
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 513

Para n = 1020 y un cambio de 1 ppm en el número de masas de control con laz misma energía.

es decir, es inexistente la probabilidad de una fluctuación, incluso tan pequeña como una
millonésima.

Evidentemente pues, la moda (valor más probable) y la media (valor representativo) están confundidas
para las masas de control corrientes (n del orden de 1020 -30), tal como supusieron Boltzmann y Gibbs.

E.2-3 Aplicación de las funciones de partición

Considerando microvolúmenes de control, es decir, sistemas con superficies de control diatermanas y


permeables, es posible imaginar, como en el caso anterior, una supermasa de control aislada e isoterma,
comprendiendo masas de control (microestados) de V, T y : (potencial electroquímico) constantes. La
expresión de la probabilidad de una determinada configuración de microestados será, como antes, la
dada por (E-50):

y las ecuaciones de condición siendo Ní el número de partículas en cada microestado y N el total en el


conjunto,

G ni = n (microestados del conjunto)


G ni Ei = E (conjunto aislado)
G ni Ni = N (conjunto cerrado)

Por un método análogo al anterior, se obtiene el número de volúmenes de control correspondiente a


cada valor de la energía y número de partículas, en la distribución más probable:

(E-60)

con lo que, eliminando " con la condición de que el número de microestados es fijo, la probabilidad de
que un volumen de control tenga energía Ei y contenga Ni partículas es:
514 Apéndices

(E-61)

siendo 2 la gran función de partición y pudiéndose determinar $ y ( estableciendo el enlace con la


ecuación fundamental de la termostática30 para volúmenes de control.
Aparte de la determinación de propiedades, que veremos más adelante, las funciones de partición
pueden emplearse directamente, como muestra el ejemplo siguiente.

Ejemplo E.10

Un pozo de gas natural de 1.500 m de profundidad contiene helio y metano. Si la presión en


la superficie es de 2 bar, la composición 50/50 en volumen y suponemos que la temperatura
del gas es constante en todo el pozo e igual a 37/C, ¿cuál es la composición en el fondo del
pozo?

Solución:

Las moléculas de cada gas son masas de control, la distribución de la energía para las cuales,
debida prácticamente sólo al campo de fuerzas gravitatorias, se ajustará a la de M-B canónica.
La energía es:

luego para cada uno de los gases, el número de moléculas a una determinada profundidad z,
será:

siendo NA-L el número de Avogrado-Loschmidt.


Como a la presión en la superficie y temperatura indicadas, podemos considerar los gases
ideales, el número de moléculas será proporcional a la presión parcial de cada gas, es decir,
recordando que k = R/NA-L, será:

o sea que a dos profundidades, la relación de las presiones parciales, será:

30
U = U(V, S, N1, N2,...), véase Sigalés, Bartomeu, "Bases de la Termodinámica Quimica Aplicada. Capítulo 3", Ingeniería
Química, Año XI, nº 147, agosto 1980, pp. 69-88.
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 515

de modo que la presión parcial del helio en el fondo será:

y la del metano,

luego el porcentaje en volumen de helio en el fondo será:

y el de metano:

E.3 Tercera ley de la termostática

Si de un gas, que para simplificar podemos suponer perfecto, deseamos conocer el cambio de
propiedades extensivas al variar las intensivas, de un estado definido por V1, P1 y T1, hasta otro definido
por el mismo volumen, V1, y distintas presión y temperatura, P2 y T2, basándonos en las
correspondientes definiciones, tendremos:

(E-62a,b,c)
516 Apéndices

(E-62d,e)

Análogamente. para un cambio de una extensiva y otra intensiva, a la misma presión, P1, y distintos
volumen y temperatura, V2 y T2, las expresiones de )U y )H serán idénticas. variando tan sólo las de:
Aparentemente, pues, los cambios de propiedades se pueden obtener para una sustancia conociendo los
calores específicos hallados experimentalmente, pues las expresiones obtenidas resuelven el problema
en ambos casos, pero, sin embargo, para su aplicación numérica presentan una dificultad insalvable con
las dos primeras leyes de la Termostática, pues aparece el valor absoluto de la entropía, que hay que
calcular a partir de información calorimétrica, según:

(E-64)

donde aparece un valor absoluto, S0, imposible de conocer tal como se introduce con la 2ª ley. Se ha de
tener en cuenta que si hay variaciones alotrópicas, se han de incluir los calores latentes y sensibles
correspondientes.
Por lo tanto, para obtener entropía que aparece en las fórmulas (E-62) Y (E-63) anteriores, es necesario
establecer su valor absoluto S0 a 0 K; es decir, además de los aspectos tangibles de los núcleos atómicos
y los electrones (masa y volumen) es precisa una medida de cómo se pueden organizar y repartir la
energía molecular (número de configuraciones posibles). Esto se corresponde con que la entropía sea
una propiedad. Recuérdese la ecuación fundamental de la termostática31, U = U(V, S), para masas de
control simples,32 cuyas otras variables, U y V, tienen como origen, 0, y, por tanto, ha de existir un valor
inicial de S.
O sea que, aunque sólo manejemos los cambios de potenciales termostáticos (energías), no es factible
desarrollar todas sus aplicaciones considerando tan sólo la 1ª y la 2ª leyes y éstas deben ser
completadas. Planck33 resolvió esta cuestión enunciando la denominada 3ª ley, de la forma siguiente:
"Para un cristal monoatómico perfecto de una sustancia pura a 0 K, se puede tomar S0 = 0".
La entropía establecida de acuerdo con este enunciado se denomina de la 3ª Ley o práctica y, en
cualquier caso, exige cristales ideales, excluyendo líquidos subenfriados o cristales con moléculas
asimétricas (que dan origen a entropía configuracional, véase más adelante).

E.4 Determinación analítica de propiedades

Vemos, pues, que esta ley nos permite determinar los valores de los cambios de cualquier propiedad
a partir de medidas calorimétricas y las relaciones (E-61), (E-62) y (E-63) aunque, para temperaturas
muy bajas (menores de 15 K) a causa de las dificultades experimentales, se debe recurrir a fórmulas
basadas en la mecánica estadística.

31
Puede verse al respecto Sigalés, Bartomeu, "Bases de la Termodinámica Quimica Aplicada. Capítulo 3", Ingeniería Química,
Año XI, nº 147, agosto 1980, pp. 69-88.
32
De un solo componente.
33
Planck, Max, Termodinámica, traducción de la 6ª edición alemana (1921) por Julio Palacios, Calpe, Barcelona, 1922.
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 517

La 3ª ley puede enunciarse de otras formas, así su descubridor Nernst34, estableció que al tender T a
cero, )H y )G a temperatura constante tienden a confundirse y tener una tangente común, véase la
figura E.6.

Figura E.6

es decir:

(E-65')

o lo que es lo mismo:

(E-65'’)

de donde se desprende que la variación isotérmica de la entropía, tiende a anularse cuando la


temperatura tiende a cero.
Según esto, el enunciado general de la 3ª ley es que a 0 K la entropía de un masa de control será la
misma en cualquiera de sus formas, afirmación equivalente a establecer que no se puede alcanzar el cero
absoluto mediante transformaciones de una sustancia de una forma en otra, por ejemplo.
magnéticamente.
Para proseguir, volvemos a la mecánica estadística que, hemos visto, nos permite hallar:

• En una masa de control, formada por partículas no interactivas, como un gas ideal, la
distribución más probable de las mismas entre los nivelas de energía de la misma..
• La probabilidad máxima (Pi)máx. de que una masa de control dada, tenga una energía Ei.
• La probabilidad máxima (Pi)máx. de que un volumen de control, tenga Ni moléculas y energía
Ei.

34
Nerst, Walther, The New Heat Theorem. Its foundations, Traducción de la 2ªedición alemana por Guy Barr, Dover, New
York, 1969.
518 Apéndices

Considerando en concreto una masa de control, vimos que siendo:

ni = el número de microestados con igual energía


= el número total de microestados del sistema,

la probabilidad máxima de que el sistema tenga energía Ei viene dada por (E-53):

(E-66)

Antes de utilizar estos conceptos para el cálculo de propiedades de una masa de control, vamos a
determinar cuál ha de ser el valor de $ en la expresión anterior.
En el apartado E.1, se justificó que la energía macroscópica U del masa de control, es decir, el promedio
en el tiempo de las energías de los microestados del mismo se puede considerar equivalente a la energía
media de los microestados que forman el conjunto, véase la figura E.5, lo que, considerando este valor
medio de la energía igual a su valor más probable (Ejemplo E.8), nos permite escribir:

(E-67)

Por otro lado, macroscópicamente tenemos que para cambios cuasi estáticos, de acuerdo con la ecuación
fundamental, U = U(V, S), la presión es:

(E-68')

y como E coincide con U, para cada estado instantáneo (microestado) también podemos escribir:

(E-68'’)

Si, análogamente como antes con la energía, igualamos la presión promedio del conjunto (o su
equivalente, la correspondiente al estado de máxima probabilidad) con la presión macroscópica, P,
tendremos que:

(E-69)

Dado que, al tratarse de una masa de control isoterma, E, propiedad extensiva, sólo puede variar con
V y la variación de energía interna, obtenida diferenciando (E-66), será:

(E-70)
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 519

y como

sustituyendo en (E-70) y de acuerdo con la forma diferencial de la ecuación fundamental, podemos


establecer que:

(E-71)

Identificando los primeros términos, pues coincide con P,

(E-72)

Como dS es un diferencial perfecto, debe ser función de B, de manera que:

(E-73')

o lo que es lo mismo:

(E-73'’)

La constante sólo depende de (número de microestados) y es independiente de $, T, Ei, etc., pero


como = constante, se puede fijar; hagámosla igual a cero, de acuerdo con Planck:

(E-73''’)

Para poder hallar S(B), teniendo en cuenta que interviene la temperatura, haremos uso de la propiedad
básica de la temperatura empírica: el equilibrio térmico, para lo que tendremos que trabajar con tres
masas de control,', " y la resultante de unirlas, suponiendo las tres en equilibrio. Al ser la entropía una
propiedad extensiva, tendremos también la relación:

(E-74)

La energía más probable de la masa de control compuesta, vendrá dada por el producto de las
probabilidades máximas (probabilidad compuesta) de las masas de control componentes, cuyas
correspondientes energías son E’i y E’‘i:
520 Apéndices

(E-75)

luego, si las masas de control tienen la misma temperatura, $ es la misma para todos ellas.
Además por (E-71) y al tratarse de probabilidades compuestas:

(E-76)

en consecuencia:

(E-77)

es decir, U(B) es una función cuyo valor para una variable suma de las variables, es la suma de las
funciones para dichas variables. Planteando la ecuación diferencial correspondiente, se deduce que:

(E-78)

siendo k una constante.


Así:

(E-79)

(E-80)

por lo tanto:

(E-81)

El valor de k no lo conocemos, pero hemos visto que para una masa de control en equilibrio térmico,
T y $ han de tener los mismos valores, independientemente de la naturaleza del sistema, luego k
también pero, al ser constante, tendrá que ser una constante universal; es decir, bastará determinarla
para un caso y valdrá para todos. Haciéndolo para una masa de control aislada (gas perfecto) se obtiene
que k coincide con la constante de Boltzmann:

La ecuación (E-79) es una generalización de la igualdad de Boltzmann (E-45), que se obtiene de


aplicarla a masas de control aisladas, como justificaremos al tratar éstas.
Veamos ahora un ejemplo usando la igualdad (E-79) que muestra su coherencia con la termostática
macroscópica.
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 521

Ejemplo E.11

Partiendo de la forma generalizada de la igualdad de Boltzmann (E-79), demostrar que en el


calentamiento cuasiestático de una masa de control a volumen y presión constantes,

Solución:

Diferenciando (E-79):

Por otro lado, a volumen constante, (E-70) da:

pues

De ambas expresiones se obtiene:

o sea, por (E-81):

Por la 1ª ley,

luego

como se quería demostrar.

Conocido el valor de $, ya se puede expresar en función de parámetros conocidos la probabilidad


máxima de que una masa de control tenga energía Ei,,

(E-82)
522 Apéndices

Ahora disponemos de todos los elementos para calcular las propiedades de la masa de control, a partir
del modelo de distribución de energía, pues combinando(E-81) y (E-82) tendremos:

(E-83)

de donde deducimos que:

(E-84)

Vemos pues que la energía libre, o función de Helmholtz, A, está directamente relacionada con la
función de partición canónica Q, cosa lógica por tratarse del potencial termostático adaptado a V y T
constantes, condiciones de equilibrio de la masa de control. Recordando la forma diferencial de la
ecuación fundamental dA = S d T - P d V,

(E-85)

(E-86)

(E-87)

(E-88)

etc.
Es decir, para determinar las propiedades de una masa de control, se ha de hallar, a partir de los
microestados energéticos, Q que, a través de A, nos permitirá hallar el resto de las propiedades. De este
modo, para masas de control, hemos reducido el problema de la determinación de propiedades
macroscópicas a partir de modelos microscópicos, al cálculo de la función de partición Q. Veamos
cómo para masas de control aisladas y volúmenes de control, es posible hacer lo mismo que para una
masa de control. La aislada se tratar como un caso particular de la masa de control, para la que, como
vimos, todos los microestados con los que formamos la masa total, son igualmente probables, luego,
si su número es S*:

(E-89a)
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 523

(E-89b)

con lo que justificamos la ecuación de Boltzmann (E-45).


En consecuencia, para le masa de control aislada, la sistemática para el cálculo de propiedades sería
determinar primero

(E-90a)

(E-90b)

y35

(E-91a, b, c, ...)

De una manera análoga, igualando promedios del conjunto de valores máximos, y estos a medios en
el tiempo, correspondientes a las medidas macroscópicas, y recordando que la probabilidad pi de que
el sistema tenga un número ni de partículas y una energía Ei, viene dada por (E-60, se pueden establecer
las expresiones de las propiedades para un volumen de control.
En, efecto, para un volumen de control simple (de un componente solamente) una forma diferencial de
la ecuación fundamental es:

(E-92)

lo que permite escribir, siguiendo una marcha parecida,

(E-93a,b)

Como, véase (E-89),

(E-94)

35
Sigalés, Bartomeu, "Bases de la Termodinámica Quimica Aplicada. Capítulo 4", Ingeniería Química, Año XI, nº 149, octubre
1980, pp. 131-148.
524 Apéndices

(E-95)

luego:

(E-96')

con

(E-96'’)

pero también36:

(E-97)

o sea que:

(E-98)

Nótese que PV es precisamente la transformada de Legendre37 de la ecuación fundamental, (resultante


de cambiar N por : (compruébese), luego es un potencial termostático y (E-98) una ecuación
fundamental, que en forma diferencial para un masa de control de un componente, será:

(E-99)

con lo cual:

(E-100)

36
Puede verse al respecto Sigalés, Bartomeu, "Bases de la Termodinámica Quimica Aplicada. Capítulo 3", Ingeniería Química,
Año XI, nº 147, agosto 1980, p. 76.
37
Sigalés, Bartomeu, "Bases de la Termodinámica Quimica Aplicada. Capítulo 3", Ingeniería Química, Año XI, nº 147, agosto
1980, p. 85.
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 525

(E-101)

(E-102)

En consecuencia, para un volumen de control las propiedades termostáticas también se pueden obtener
a partir de la gran función de partición 2, corroborando la afirmación de que el conocimiento de las
funciones de partición permite calcular, para cualquier sistema, las propiedades macroscópicas
correspondientes, siendo los resultados función del modelo microscópico considerado (definido por la
distribución).

E.4.1 Utilidad de las funciones de partición

Conocida la función de partición (Q o 2) es posible calcular con las ecuaciones (E-84), (E-100), etc.,
las propiedades termostáticas (macroscópicas) del sistema, con lo que el problema de hallar dichas
propiedades mediante cálculo, se reduce al de determinar una función de partición (es decir, la
distribución de las energías de la masa de control o las de las energías y las partículas del volumen de
control) que al sustituirla de las ecuaciones citadas, dé unos valores acordes con las medidas
macroscópicas. Evidentemente las funciones de partición y los resultados, dependerán del modelo
microscópico adoptado para evaluar las energías.

E.4.2 Modelos para la materia: masa de control sin y con energía configuracional

Para encontrar una expresión matemática de la función de partición, es preciso establecer un modelo
para las energías microscópicas de la materia. Un modelo realista ha de corresponder a sistemas con
energía configuracional (es decir, en los cuales las moléculas interaccionan entre sí), con variación del
estado de agregación al variar la presión y la temperatura (aparición de las fases reales: gaseosa, líquida
y cristalina). Estos modelos, al cubrir estados de agregación susceptibles de tratamiento experimental,
parecen de un valor teórico, pero sin embargo su interés práctico para el estudio de las disoluciones (que
jamás podrán abarcarse experimentalmente en cantidad suficiente) es enorme. Desgraciadamente, su
manejo se complica extraordinariamente, razón por la que previamente se ha considerado otro tipo de
modelos: el de los idealizados, correspondientes a masas de control sin energía configuracional y, en
consecuencia, sin variación del estado de agregación con las condiciones de presión y temperatura. A
pesar de las simplificaciones que comportan, estos modelos son de una gran importancia, porque
permiten colmar la laguna de medidas para propiedades (por ejemplo la determinación de capacidades
caloríficas) en cristales a muy baja temperatura y gases a muy alta, de gran dificultad experimental.
Se utilizan dos modelos idealizados: el gas ideal y el cristal perfecto. El modelo microscópico de gas
ideal se basa en la teoría atómica y supone que las moléculas, además de desplazarse en un movimiento
desordenado de traslación, están constituidas por masas puntuales unidas por enlaces no rígidos, que
permiten la oscilación y rotación de dichas masas según los ejes de unión de los átomos, manteniendo
éstos una cierta configuración espacial, véase la figura E.8.
526 Apéndices

Figura E.8

Las moléculas pueden, pues, almacenar energía mecánica bajo las formas de traslación, rotación y
vibración. A estas energías moleculares hay que añadir las energías almacenadas internamente por los
átomos constituyentes: la electrónica y la nuclear.
El modelo de cristal perfecto supone al cristal formado por tantos osciladores tridimensionales
armónicos como moléculas, que vibran alrededor de un punto fijo de la red cristalina, véase la figura
E.9. Es aplicable estrictamente a los cristales de los elementos monoatómicos y puede tener en cuenta
las energías internas de los átomos.

Figura E.9

El conjunto de energías que acabamos de citar, depende exclusivamente de la molécula considerada


individualmente y, si sólo se tienen en cuenta las mismas, el modelo es ideal porque no puede considerar
líquidos ni cambios de estado de agregación.
Apéndice E. Modelado microscópico de la energía interna 527

Si cuando tenemos un conjunto de moléculas añadimos a las energías anteriores, la energía


configuracional, o energía potencial del conjunto de moléculas debida a las interacciones entre ellas,
podemos modelar que las moléculas se atraigan y repelan entre si38 y tener en cuenta los cambios de
estado de agregación (sublimación, fusión, vaporización, cambios alotrópicos) así como la existencia
de fases líquidas y sólidas. Estas interacciones son debidas a las cargas eléctricas de la materia ya que,
aun cuando también existen fuerzas de naturaleza gravitatoria, éstas son de un orden de magnitud
inferior.
De una forma general, para un conjunto de moléculas podemos agrupar, de la forma mostrada en la
figura E.10, las energías almacenadas en él, en energías correspondientes al conjunto de la molécula o
externas y energías intramoleculares o internas.

Figura E.6

Esta agrupación, además de facilitar el análisis, es coherente con el comportamiento macroscópico de


la materia, pues las energías externas son las que condicionan el comportamiento p-T-V de las
sustancias, que es un tipo de información necesaria para resolver problemas de índole mecánica,
mientras que el otro tipo de información que se requiere para los cambios de energía interna (calorífica),
depende de las energías internas.
Si estos modos de almacenar energía fuesen independientes entre si, las energías y, en consecuencia,
las funciones de partición (distribuciones de la energía) serían separables. Esto nunca es así, pues las
energías rotacional y vibratoria, especialmente, (figura E.8) interfieren entre si y las energías rotacional
y nuclear también, debido al spin nuclear. Sin embargo, se adopta esta hipótesis aproximada pues
tratarlas separadamente facilita extraordinariamente los cálculos. Así, para un masa de control, por
ejemplo, tendremos:

(E-103)

análogamente:

(E-104)

38
Si no existiesen fuerzas atractivas, ni los gases condensarían ni los líquidos cristalizarían; por otro lado, si no las hubiese de
repulsión, la materia no ofrecería resistencia a la compresión. Las características configuracionales de la materia son, pues,
compromisos entre estas fuerzas.
528 Apéndices

(E-105)

o sea, recordando (E-84):

(E-106)

Así que analizando cada contribución por separado, podremos determinar todas las propiedades
macroscópicas, razón por la que la hipótesis de la independencia de los distintos modos de almacenar
energía molecular se mantiene mientras sea posible.
Asimismo, en estado de equilibrio macroscópico o régimen permanente, si prescindimos de la energía
configuracional (sistemas idealizados), todas las restantes energías las podemos considerar suma de las
de cada molécula individual tomada independientemente. De este modo, para una forma de energía
determinada X, tendremos, siendo Z la función de partición molecular,

(E-107)

y agrupando los términos correspondientes a los niveles de energía degenerados:

(E-108)

Es decir, para las energías que permiten considerar las moléculas (partículas) independientes, el
problema de un masa de control de n partículas se reduce a n problemas de una partícula. Si las n
partículas son iguales:

(E-109)

para las energías externas pues, debido a que las moléculas son indistinguibles (principio de Heisenberg),
hay n! combinaciones repetidas y

(E-110)

para las energías internas. Obsérvese que de acuerdo con la definición de masa de control ideal, estas
expresiones confirman que las propiedades de la masa de control ideal serán función de la cantidad
de moléculas (masa) y de las mismas variables que las propiedades de las moléculas individuales.
Admitiendo pues que la energía configuracional tampoco influye en las otras formas de energía
molecular y de acuerdo con (E-103), (E-104) y (E-105), se pueden estudiar por separado las distintas
formas de almacenar energía las moléculas39.
Finalmente, un comentario es que las energías nucleares no se alteran en los cambios normales, por lo
que, al considerar las variaciones de energía, se puede prescindir de ellas. Asimismo, las energías
electrónicas, a pesar de ser de un orden inferior a 104 de las nucleares, sólo se ven afectadas a
temperaturas muy altas (del orden de 2 a 5 mil K), a las cuales ya es inestable la molécula.

39
Puede verse al respecto Sigalés, Bartomeu, "Bases de la Termodinámica Quimica Aplicada. Capítulo 5", Ingeniería Química,
Año XII, nº 150, septiembre 1981, pp. 137-144; nº 151, octubre 1981, pp.123-133; nº 152, noviembre 1981, pp. 101-108; Año
XIV, nº 161, septiembre 1982, pp. 69-83; nº 163, octubre 1982, pp. 167-171; nº 164, noviembre 1982, pp. 157-167 y nº 165,
diciembre 1982, pp. 121-131.
© B. Sigalés

Apéndice Q. Combustibles y combustión

Q.1 Combustibles

Describiremos sucintamente los tipos y las características de interés, como fuentes de calor, de los
combustibles.

Q.1.1 INTRODUCCIÓN

Los combustibles son las materias empleadas para generar calor a partir de su oxidación rápida, o
combustión. Los combustibles más generalizados son compuestos hidrocarbonados que, según su
origen, pueden clasificarse en naturales y artificiales o sintéticos. A su vez, los naturales pueden ser
fósiles o biológicos (biomasa). La figura Q.1 muestra la relación carbono e hidrógeno de los
combustibles industriales más corrientes 1.

Figura Q.1. Relación hidrógeno/carbono en combustibles fósiles y sintéticos.

Cuando los combustibles se utilizan directamente en los motores que propulsan vehículos terrestres,
marinos o aéreos, se denominan carburantes. A partir de ahora la denominación combustible se
referirá exclusivamente a los usados en hogares (instalaciones fijas).
Los combustibles pueden clasificarse básicamente en tres grandes grupos:
Gaseosos
Líquidos
Sólidos

1
Kutz, Myer (Editor) Mechanical Engineers’ Handbook, Wiley & Sons, New York, 1986, p. 1682.

529
530 Apéndices

Cada uno de estos grupos tiene unas características particulares de composición y de manejo.

Q.1.2 INFORM ACIÓN NECESARIA PARA UTILIZAR LOS COM BUSTIBLES

La combustión requiere un comburente, normalmente aire (también se puede emplear oxígeno puro
o mezclas gaseosas conteniendo oxígeno) y genera una determinada cantidad de gases denominados
humos, pudiendo también, si no son gaseosos, dejar un residuo sólido, o cenizas.
Para el dimensionado y la operación del equipo donde se efectúa la combustión es preciso conocer la
cantidad de combustible, la cantidad de aire necesario para su correcta combustión, el volumen de
humos generados, las condiciones de presión y temperatura de cada una de estas corrientes y
propiedades tales como calor específico, densidad, viscosidad, etc. En definitiva, los balances de masa
y energía de la combustión y las propiedades físicas del combustible, el comburente y los humos
producto de la misma. Para los combustibles sólidos el cálculo de las cenizas también es importante.
La figura Q.2 resume la información manejada para los cálculos de procesos de calentamiento por
combustión.

Balance de energía ------- Potencia calorífica útil + Pérdidas = Potencia necesaria


Caudal de combustible = (Potencia necesaria)/(Poder calorífico del combustible)
Además del caudal de combustible se necesitan su composición (C, H, etc.) y la del comburente

PARA DIMENSIONAR: SE NECESITAN TEMPERATURA, CAUDAL Y COMPOSICIÓN


DE:

Ventiladores y conductos Humos y comburente


Transferencia de calor Producto
Recuperación de calor Humos y comburente
Separadores Humos
Chimenea Humos

Figura Q.2
Apéndice Q. Combustibles y combustión 531

La cantidad de combustible se determina a partir de las exigencias térmicas, o carga, y del calor de
combustión, o poder calorífico 2, del mismo. Para combustibles que contienen hidrógeno se distinguen
dos: poder calorífico superior, P S, que es igual a la entalpia de combustión 3 cambiada de signo, a
partir del combustible y el comburente a 25°C (298 K) y los productos en su fase estable a 25°C, es
decir con el agua producto de la combustión en fase líquida, y poder calorífico inferior, P I, igual al
valor anterior al que se ha sustraído la entalpía de vaporización del agua a 25°C, de forma que supone
que, en los productos, ésta se mantiene en fase de vapor.
Para combustibles con agua o humedad libre, también se distingue entre poderes caloríficos húmedos
o brutos, P SH y P IH, más comúnmente denominados poder calorífico útil, y poderes caloríficos netos,
sin humedad ni cenizas, P SS y P IS.

Q.1.3. CARACTERÍSTICAS Y DETERM INACIÓN DE LAS M ISM AS PARA LOS TIPOS


BÁSICOS DE COM BUSTIBLES

Q.1.3-1 Combustibles gaseosos

Los combustibles gaseosos son siempre mezclas de un número relativamente pequeño gases, en
general hidrocarburos, lo que permite la fácil determinación de su composición. El análisis se realiza
por cromatografía de gases y, conocida la composición, puede calcularse teóricamente la potencia
calorífica (entalpia de combustión) por suma directa, en las proporciones de la mezcla, de las potencias
caloríficas de sus componentes, así como la estequiometria de la combustión y las propiedades, tanto
del combustible como de los productos de su combustión.
Esto hace que los cálculos necesarios para el diseño de los equipos de combustión y la operación de
los mismos puedan efectuarse de forma simple y exacta.
También es posible la determinación experimental de la potencia calorífica, sin conocer su
composición, mediante un calorímetro a flujo (proceso estacionario a presión constante) que describe
Crosby 4.
Si no se opera adecuadamente, la combustión de los gases puede ser inestable, básicamente debido a
la existencia de un límite inferior del caudal de combustible, para evitar el retorno de llama, y uno
superior, para que no se produzca el desprendimiento de la misma. También puede ser incompleta, lo
que refleja la composición de los humos (relación CO/CO 2>0,01, por ejemplo). Para evitar estos
problemas hay que relacionar el gas con el quemador. El gas se tipifica mediante parámetros como el
índice de Wobbe 5, W:

donde P s es el poder calorífico superior y d la densidad relativa respecto al aire, y funciones de la


composición, como la denominada potencial de combustión C, por ejemplo:

2
También denominada potencia calorífica.
3
Una metodología simple para la estimación de entalpías de combustión de sustancias orgánicas (gaseosas, líquidas o sólidas)
la da R. L. Cardozo en “Prediction of the Enthalpy of Combustion of organic Compounds”, AIChE Journal, Vol. 32 (1986),
nº 5, pp. 844-847.
4
Crosby, E:J: Experiments in Transport Phenomena, Wiley & Sons, New York, 1961.
5
Wobbe, C., “La definizione della qualita dei gas”, L’Industria del gas e degli aquedotti, Noviembre 1926.
532 Apéndices

determinado a partir de la composición centesimal en volumen del gas (C nH m indica los hidrocarburos
distintos del metano). Dado un quemador y una serie de gases combustibles, se determina los valores
de los dos parámetros cuando la combustión es incompleta, los que provocan retorno de llama y los
correspondientes a desprendimiento de llama, con lo que se obtienen tres curvas en plano C-W que
permiten definir un área donde un gas, cuyo punto representativo esté en su interior, quema
adecuadamente y es sustituible por todos los combustibles gaseosos que den valores de los dos
parámetros que definan un punto situado en la misma área. Para detalles y otras expresiones de los
índices y de las funciones de la composición, véase Interchangeabilité des gaz, Société du Journal des
usines a Gaz, Paris, 1971, publicación de la Association Technique de l’Industrie du Gaz en France.
La práctica totalidad de los gases utilizados como combustibles, solos o mezclados, están incorporados
al banco de datos de la aplicación PROPIEDADES, aunque ésta no incluye los calores de combustión 6.
Los gases combustibles, debido a su extraordinaria facilidad para difundirse en el aire, pueden causar
deflagraciones incontroladas en caso de escape, siempre que la mezcla con el aire tenga una
composición comprendida entre unas determinadas concentraciones, denominadas límite inferior de
inflamabilidad y límite superior de inflamabilidad.
Finalmente, para resumir las características fundamentales, podemos decir que los combustibles
gaseosos son los más fáciles y económicos de transportar y utilizar, y los menos contaminantes pero,
por contra, son los más peligrosos de manejar, precisamente por su fácil combustibilidad

Q.1.3-2 Combustibles líquidos

Los combustibles líquidos provinentes de petroleo, que constituyen la mayor parte de los combustibles
líquidos actuales, son mezclas de un número muy grande, en muchos casos superior al centenar, de
hidrocarburos y pequeñas cantidades (a nivel de impureza) de otras moléculas, en general orgánicas,
conteniendo azufre, oxígeno, nitrógeno, etc., así como metales pesados: vanadio, hierro, níquel, etc.
También pueden contener en emulsión, agua con sales disueltas y partículas sólidas.
Los procedentes de la biomasa son mezclas mucho menos complejas, especialmente los oxigenados
(alcoholes).
Esto conduce a que la determinación de la composición química de los derivados del petróleo y aún,
la simple relación carbono e hidrógeno, necesaria para establecer el balance de masa de la combustión,
sea compleja y costosa. Asimismo, la deducción a partir de fórmulas fisicoquímicas, de su entalpía de
combustión y sus propiedades, es laboriosa y poco precisa. Por este motivo se establecieron, a
principios del siglo pasado, métodos empíricos, basados en la estadística, para estimar con precisión
suficiente, a partir de ensayos normalizados, simples y económicos, las propiedades necesarias para
el dimensionado y operación de las instalaciones de combustión.

6
Excepto para destilados y residuos petrolíferos.
Apéndice Q. Combustibles y combustión 533

No obstante, el análisis elemental de combustibles líquidos (y sólidos) se puede realizar actualmente


de forma automática, mediante aparatos que efectúan una combustión completa y analizan los humos.
El inconveniente es el alto precio de dichos aparatos. El poder calorífico se determina, de forma
económica, directamente, mediante una combustión controlada a volumen constante (ensayo
calorimétrico) efectuada en un sistema cerrado, o bomba de combustible, descrita en la publicación
ASTM 7, Book of ASTM Standards, Part 23, D-240.
Existen dos clases de combustibles líquidos derivados del petróleo: los destilados y los residuos. Para
ambos la característica fundamental es la densidad, que, para evitar el uso de valores muy próximos,
frecuentemente se expresa en grados API 8, que verifican la relación: densidad relativa 60°F/60°F =
141,5/(°API + 131,5). La segunda característica fundamental para los destilados es la curva de
destilación (relación temperatura tanto por ciento destilado)9 obtenida en un alambique normalizado,
corrientemente según normas ASTM, y para los residuos la viscosidad. Fundamentalmente la densidad
está relacionada con la potencia calorífica del combustible, la curva de destilación de un destilado
refleja su pureza y la viscosidad de los residuos condiciona el coste de utilización, pues los mecheros
requieren que la viscosidad del combustible no supere un valor límite, típicamente 30 cSk (mm 2/s),
lo que normalmente exige un precalentamiento del combustible, tanto mayor cuanto mayor sea la
viscosidad del mismo.
A diferencia de los combustibles sólidos, que sufren una manipulación somera, los líquidos derivados
del petróleo son productos elaborados y permiten que existan unas normas de calidad, o
especificaciones, en todos los países, bien establecidas por la administración, bien por las empresas
productoras y consensuadas por los usuarios, revisándose de acuerdo con la evolución de la industria
extractora y refinadora de petróleo y, en especial, de las exigencias de la sociedad para la reducción
de la contaminación. En la Unión Europea, desde 1995, existen Directivas comunitarias que establecen
las fundamentales, que en España se transcriben y publican en el B.O.E., como por ejemplo el Real
Decreto 318/1996 de 1 de marzo, etc.
El objeto de las especificaciones es garantizar, en cada caso:
. La naturaleza del producto, su pureza y la estabilidad de la calidad correspondiente, para
evitar el fraude.
. La seguridad de su manejo.
. Unas prestaciones adecuadas, teniendo en cuenta las condiciones climáticas.
. Una limitación de la contaminación.
Para los combustibles, a los que aquí nos limitamos, que son los gasoils 10 y los fuel-oils, las principales
especificaciones son:

7
Siglas de American Society for Testing and Materials, 1916 Race Street, Philadelphia, Pa, 19103, EE.UU.A.
8
Siglas de American Petroleum Institute, 1801 K. Street N.Y., Washington D.C 20006, EE.UU. A. Esta escala tuvo su origen
en un error en el primer densimétro BEAUME que fue adquirido por los EE.UU.A. a principios del siglo XIX.
9
Que se efectúa en un aparato Engler normalizado, con el que, según la norma ASTMD-86, se determinan las temperaturas
a las que se inicia la destilación (IBP), a las que destilan el 10, 30, 50 y 90% en volumen y el punto en que se agota el
líquido(EP).
10
Se utilizan mayoritariamente como carburantes, de mayor precio.
534 Apéndices

Propiedad Norma ASTM


De garantía de naturaleza y pureza
Densidad D-1298
Destilación D-86
11
Color D-156
Contenido en agua y sedimentos D-1796

Las de seguridad
Puntos de destello (“flash point”) D-93

Las de prestaciones adecuadas:


Poder calorífico D-240
Viscosidad D-445
Punto de enturbiamiento D-97
(“cloud point”)
Punto de fluidez (“pour point”) D-97, D-2500
Residuo de carbón D-189, D-524
12
Azufre D-1266, D-1552
13
Vanadio D-3605

Las de limitación de la contaminación:


Azufre D-1266, D-1552
Metales pesados D-3605
Oxígeno 14

Tal como indica la relación anterior, para los ensayos que permiten determinar estas características,
internacionalmente se utiliza la normativa ASTM, complementada con la publicada por el IP 15 en
Standard Methods for Testing Petroleum and its Poducts. En España, el Instituto Nacional de Técnica
Aeroespacial Esteban Terradas (INTA) tradujo y adaptó muchas de estas normas, al igual que muchos
otros países como Francia, etc.
Como muestra de unas especificaciones típicas, en las tablas Q-1 a Q-3 se recogen especificaciones
de CAM PSA 16 (hoy CLH) para los combustibles líquidos comercializados en España, aunque
actualmente, como ya se ha señalado, la CEE ha unificado, con las salvedades climatológicas en su
caso, la normativa a nivel europeo.
.

11
Sin colorante, que se añade para facilitar la identificación y la distribución comercial.
12
Por la corrosión que provoca al producirse condensaciones, si desciende excesivamente la temperatura.
13
Sus óxidos corroen las partes metálicas a alta temperatura, como los quemadores.
14
Reduce los inquemados en la combustión.
15
Institute of Petroleum, del Reino Unido de la Gran Bretaña.
16
BOE de 19 septiembre 1975, pág. 19861, rectificación BOE de 21 octubre 1975, pág. 22103.
Apéndice Q. Combustibles y combustión 535

TABLA Q.1. Especificaciones del gasóleo clase C

Características Unidades Mínimo Máximo Normas Normas


INTA ASTM

a-Color azul1

b-Densidad a 15°C kg/l 0,83 0,88 150213 D-287

c-Destilación 150227D D-86

65% recogido °C 250 -

80% recogido °C - 370

Punto final °C Se anota 2

d-Viscosidad cSt - 5,5 150216A D-445


cinemática a
37,8°C

e-Azufre 3 % en masa - 0,5 150532A D-1552

d-Punto de °C 65 150234B D-93


inflamación

d-Punto de 150265C D-97


congelación

noviembre a marzo °C -3

abril a octubre °C -0

h-Agua y % en vol. - 0,1 - D-2709


sedimentos

i-Residuo % en masa - 0,35 150467A D-524


carbonoso
Ramsbottom, en el
10% residual de la
destilación

j-Corrosión a la tira - - 3 150442 D-130


de cobre

k-Agentes
trazadores 1

l-Potencia kcal/kg. 10.300 - D-240


calorífica superior
1. El tipo y cantidad de colorantes y trazadores debe ser aprobado por el Ministerio de Industria.
2. El 20% final de la destilación estará también constituido por productos destilados, no admitiéndose la incorporación de
fracciones residuales.
536 Apéndices

3. Se pueden utilizar también los métodos INTA 150439B y 150441, correspondientes a ASTM D-129 y D-1551,
respectivamente.

TABLA Q.2. Especificaciones del fuel-oil pesado nº 1

Característica Unidades Mínimo Máximo Normas Normas


s INTA ASTM

a-Color negro

b-Viscosi- °Engler 7 14 150218 -


1
dad a 50°C

c-Azufre % en masa - 2,5 150441 D-1551


150532 D-1552

d-Punto de °C 70 - 150234B D-93


inflamación

e-Agua y % en vol. - 1 150462C D-1796


sedimentos

f-Agua % en vol. - 0,75 150456A D-95


150439B D-129

g-Potencia
calorífica

Superior kcal/kg 10.200 - D -240

Inferior kcal/kg
. 9.700 - D-240
1. Se pueden utilizar también los métodos INTA 150216A y 150217A, correspondientes a ASTM D-445 y D-88,
respectivamente.

TABLA Q.3. Especificaciones del fuel-oil pesado nº 2

Característica Unidades Mínimo Máximo Normas Normas


s INTA ASTM

a-Color negro

b-Viscosi- °Engler - 50 150218 -


1
dad a 50°C 150439B D-129

c-Azufre % en masa - 2,5 150441 D-1551


150532A D-1552

d-Punto de °C 70 - 150234B D-93


inflamación
Apéndice Q. Combustibles y combustión 537

e-Agua y % en vol. - 1,75 150412C D-1796


sedimentos

f-Agua % en vol. - 1,5 150456A D-95

g-Potencia
calorífica

Superior kcal/kg 10.200 - D-240

Inferior kcal/kg. 9.500 - D-240


1. Se pueden utilizar también los métodos INTA 150216A y 150217A, correspondientes a ASTM D-445 y D-88,
respectivamente.

Con la destilación ASTM se establecen para las fracciones petrolíferas tres puntos de ebullición
medios: en volumen, molar y promedio. Así, el punto de ebullición medio en volumen, T V, para los
destilados, se define como:

El subíndice indica el porcentaje de líquido destilado a la temperatura en cuestión. A partir de él puede


determinarse el punto de ebullición promedio T P en BF (que es el más útil), mediante la corrección:

Entre los parámetros empíricos, el más informativo es el denominado factor de caracterización de


W atson o K UOP, definido como 17:

donde el punto de ebullición promedio se expresa en °F y la densidad relativa se determina a 60°F


(15,56°C). Este parámetro, según su valor, indica si predominan las parafinas, los naftenos o los
aromáticos en la composición del producto petrolífero 18, como se aprecia en la figura Q.3 para
hidrocarburos puros. Para más información se puede consultar el texto de Hougen, W atson y Ragatz 19

17
UOP son las siglas de la empresa de ingeniería que lo introdujo: Universal Oil Products.
18
Cuestión de gran interés para su uso como carburante, como materia prima petrolquímica y para el control ambiental.
19
Hougen, O. A., K.M. Watson y R.A. Ragatz. Principios de los procesos químicos. Parte I. Balances de materia y energía,
versión española de de la edición norteamericana de 1959 por J. Aguilar Peris. Editorial Reverté, Barcelona, 1964, Capítulo
11.
538 Apéndices

Figura Q.3

Una particularidad de estas propiedades empíricas normalizadas es que, conocidas dos de ellas, se
pueden calcular las demás 20, así en el pasado se establecieron ábacos como el de alineación de W inn 21,
que se muestra en la figura Q.4, y que da, en función de dos propiedades de destilados, normalmente
la densidad relativa 60/60°F (15,5/15,5°C), d 60/60, y del punto de ebullición promedio, otras seis
propiedades, o el de M apstone 22 aplicable a residuos.
Posteriormente se han establecido correlaciones numéricas como las que emplean las opciones
DESTILADOS y RESIDUOS de la aplicación PROPIEDADES 23. La información de partida para usar
la aplicación para los destilados, es el valor de la densidad y una curva de destilación, normalmente
ASTM, y para los residuos, la densidad, los contenidos en azufre, agua y sedimentos, y las
viscosidades a dos temperaturas, normalmente a 100°F (37,8°C) y 210°F (98,9C°).

20
Sigalés, B., Refino. Primera parte. Introducción a la evaluación de los crudos del petróleo. Instituto de Petrolquímica
Aplicada, Barcelona 1976.
21
Winn, F.W. “Physical Properties by Nomogram”, Petroleum Refiner, p. 157-159, February 1957.
22
Mapstone, G.E. “Get Characterization Factor by Nomogram”, Hydrocarbon Processing&Petroleum Refiner, p. 149-153,
June 1963.
23
Véase el apartado 7.2-4.8 del primer volumen.
.
Apéndice Q. Combustibles y combustión 539

Figura Q.4. Ábaco de Winn. (Ejemplo: una densidad de 0,83 y un punto de ebullición promedio de 450°F, unidos por una recta,
nos proporcionan una relación C/H de 6,4, un poder calorífico superior de 19.600 Btu/lb, un factor de caracterización de11,65,
un punto de anilina de 140°F, una presión pseudocrítica de 313 psia, una entalpía de vaporización normal de 107 Btu/lb y una
masa molecular de 185).

La relación carbono/hidrógeno que da la aplicación PROPIEDADES, es para el combustible


compuesto exclusivamente de carbono e hidrógeno, mientras que los poderes caloríficos superior e
inferior ya están corregidos para tener en cuenta el azufre y los no combustibles (agua y sedimentos).
Sea por ejemplo un fuel-oil de densidad 977 kg/m 3 a 15,5°C, viscosidad cinemática (3,7)(10 -4) m 2/s
a 37,78°C y (6,5)(10 -5) m 2/s a 98,89°C, 2% de azufre, un 0,4% de sedimentos y un 0,6% de agua.
Introduciendo estos datos en la ventana correspondiente a RESIDUOS de la aplicación
PROPIEDADES, obtenemos los resultados mostrados en la figura Q.5.
540 Apéndices

Figura Q.5

Así, para totalidad del combustible tendremos los porcentajes siguientes:

Finalmente, como características fundamentales podemos decir que los combustibles líquidos son el
mejor compromiso entre facilidad de transporte y de utilización, y seguridad (el fuel-oil es el
combustible menos peligroso) aunque son contaminantes.

Q.1.3-3 Combustibles sólidos

El principal tipo de combustibles sólidos son los carbones, consistentes en materia combustible de
origen vegetal alterada por la descomposición anaerobia a altas presiones y temperaturas en el seno
de la corteza del globo terráqueo.
Los carbones contienen siempre materia no combustible, constituida por materia inorgánica de los
vegetales originales o cenizas inherentes, así denominadas por ser prácticamente inseparables de la
materia combustible. También se encuentran en los carbones inclusiones minerales (arcillas, piritas,
etc.) incorporadas durante la formación de las vetas, que son las llamadas materia mineral, o cenizas
separables, pues pueden ser eliminadas parcialmente mediante un .
Los combustibles sólidos contienen siempre humedad. En el caso de los carbones se distingue la
denominada humedad libre, que incluye la que ha sido absorbida en el yacimiento, extracción
transporte y almacenamiento, y que puede eliminarse dejando secar el carbón en un ambiente
Apéndice Q. Combustibles y combustión 541

ventilado, hasta quedar aproximadamente en equilibrio con la humedad atmosférica, con lo que todavía
contiene humedad, y la denominada humedad inherente, que solo puede eliminarse secando el carbón
en una estufa en condiciones controladas.
La materia combustible del carbón, es decir libre de la humedad total y de materia mineral, se
descompone a efectos prácticos, mediante un análisis empírico, denominado próximo o mediato,
simple y normalizado, en cenizas (que se asimilan a la materia mineral), materia volátil y carbono fijo,
sin que éste último corresponda al elemento carbono. La figura Q.6 resume estos conceptos.

Figura Q.6. La materia mineral y las cenizas son alternativas, aunque el análisis mediato las considere iguales24.

La madera o biomasa puede también considerarse con una composición empírica C/H, una vez
realizado el análisis inmediato y determinados los porcentajes de humedad, volátiles y cenizas.
En la figura Q.7 se muestra un gráfico 25 para estimar el poder calorífico superior seco y sin cenizas
(o neto) para combustibles sólidos naturales (carbones26 y biomasa) en función del porcentaje en masa
de volátiles obtenido en el análisis inmediato, excluyendo humedad y cenizas, es decir, la proporción
de materia volátil en la materia combustible, y los porcentajes totales en masa de H y C. Sin embargo,
esta figura se utiliza normalmente para, conocido el poder calorífico superior seco (o neto ) y el
porcentaje de volátiles en la materia combustible exclusivamente, calcular aproximadamente los de
los elementos carbono e hidrógeno27, lo que permite establecer los balances de masa y energía de la

24
Para tener en cuenta que la materia mineral se altera en el análisis, existen fórmulas como la de Parr para carbones
norteamericanos: Materia mineral = 1,08 (cenizas) + 0,55 (azufre).
25
Tideström, S.H:son, Manuel de base de l’ingénieur, Tome II, Dunod, Paris, 1961, p. 201.
26
Centroeuropeos, agrupados según la clasificación, todavía vigente comercialmente, propuesta por Gruner, M.L. Traité de
métallurgie, París, 1875.
27
La diferencia a 100 se puede considerar oxígeno.
542 Apéndices

combustión. De todos modos, la determinación experimental del poder calorífico, junto con el análisis
mediato, se puede efectuar con facilidad y rapidez con el instrumental de laboratorio moderno.

Figura Q.7. Composición y poder calorífico aproximados de los combustibles sólidos naturales.

En la tabla Q.4, se muestran una serie de análisis inmediatos típicos de carbones españoles.28

Tabla Q.4. Composiciones típica de carbones españoles

Antracita Bituminos Bituminos Sub- Sub- Turba


o bajo en o alto en bituminoso bituminoso
volátiles volátiles

Recibido
Cenizas% 31,9 13,2 49,0 12,4 30,9 18,8
Humedad% 3,1 8,7 6,2 25.0 21,5 47,7

Sin humedad
ni cenizas
Volátiles% 10,9 20,9 36,8 48,7 48,1 53,1
C% 87,2 - 77,8 70,1 67,2 62,4
H% 2,5 - 4,9 5,0 4,8 5,6
O% 8,0 - 15,6 15,3 16,2 28,4

28
Singer, J. E. (Editor): Combustion Fossil Power Systems, Third Edition, Combustion Engineering, Windsor, 1981.
Apéndice Q. Combustibles y combustión 543

N% 0,9 - 0,8 0,7 0,7 1,5

S% 1,4 2,0 0,9 8,9 11,1 2,1

P ss, MJ/kg 32,8 34,9 30,7 29,4 27,6 21,2

Temp. de
fusión en
atm. reduc
tora, °C

Deformaci ón 1.182 1.249 1.480 + 1.131 1.116 1.160


inicial

Ablandamien 1.327 1.299 1.480 +


to (H=W )

Fluido 1.449 1.377 1.480 + 1.266 1.393 1.460

Composición
de las
cenizas%

SiO 2 59,0 40,5 53,6 32,3 54,2 54,7

Al2O 3 20,5 22,5 29,2 22,4 21,1 21,8

Fe 2O 3 7,5 14,8 6,1 16,8 15,7 7,3

CaO 3,5 6,3 1,2 11,0 3,5 5,2

MgO 1,9 1,1 1,1 1,9 0,8 1,0

Na 2O 0,8 0,5 0,4 0,3 0,1 0,2

K 2O 4,0 3,2 4,6 1,2 1,3 0,5

TiO 2 1,3 - 0,7 0,3 0,8 1,1

P 2O 5 - - 1,4 0,2 - -

SO 3 2,0 8,2 1,2 13,2 3,2 5,3

Relación 0,22 0,41 0,16 0,57 0,28 0,18


Ácido/base

Índice de 54 81 - 83 - -
pulverización
Hardgrove

Sea por ejemplo el carbón bituminoso bajo en volátiles mostrado en la tabla Q.4, que tiene un 2% de
azufre, un 13,2% de cenizas, un 8,7% de humedad y no contiene nitrógeno. En la figura Q.7 vemos
que para un poder calorífico PSS= 34,9 MJ/kg y un 20,9 % de volátiles, valores indicados en la tabla Q-4,
la fracción combustible contiene un 4,5% de H y un 86% de C, de modo que para la totalidad del
544 Apéndices

combustible tendremos los porcentajes siguientes:

En cuanto a las maderas, sus características dependen evidentemente de su origen, pero se puede
considerar que la madera en el árbol contiene del orden del 50% de humedad y que, secada al aire en
un ambiente seco, puede reducirse hasta un 15%, pero no a valores menores. Para una madera secada
en la estufa a 140°C, con lo que la humedad se sitúa alrededor del 8%, se puede tomar como típica la
siguiente composición elemental (% en masa ): C 50%, H 6%, O 42%, N 1%, Cenizas 1 %, total 100.
Finalmente, como síntesis, podemos decir que los combustibles sólidos son los más económicos en
origen, pero difíciles y caros de transportar y utilizar. Son mucho más seguros que los gaseosos,
aunque pueden sufrir autoignición almacenados y su polvo formar mezclas explosivas. También son
los más contaminantes.

Q.2 Cálculo simplificado de la combustión

Describiremos una metodología general que supone reacciones completas,

el nitrógeno inerte y no tiene en cuenta los equilibrios químicos. Se considera el aire seco una mezcla
del 20,95% de oxígeno y 79,05 de nitrógeno, con una masa molecular, en consecuencia, de 28,8538
kg/kmol. Utilizaremos una hoja de cálculo, una vez establecida la composición centesimal como
hemos indicado antes para cada grupo de combustibles. Si se parte del consumo de combustible, los
cálculos se realizan a partir del caudal del mismo, kg de combustible/h, mientra que si se parte de la
producción, kg/h de producto, se basan en 100 kg de combustible
Debido a que el contacto a nivel molecular entre combustible y comburente dista mucho de ser total,
es preciso un exceso de comburente para alcanzar una combustión satisfactoria, exceso que depende
del combustible y del dispositivo empleado para lograr la combustión. La tabla Q.5 indica los excesos
de aire típicos para una serie de distintos combustibles y equipos.
Apéndice Q. Combustibles y combustión 545

Tabla Q.5 Excesos de aire típicos para distintos combustibles y equipos de combustión 29

Combustible Hogar/Mechero Exceso de aire, %


en masa

Carbón pulverizado Hogar completamente enfriado por agua, 15-20


con extracción seca de cenizas

Carbón pulverizado Hogar parcialmente enfriado por agua, 15-40


con extracción seca de cenizas

Carbón molido Horno de ciclón, a presión o succión 13-20

Carbón molido Hogar de lecho fluido 15-20

Carbón Parrilla con alimentación esparcida 25-35

Carbón Parrilla vibratoria enfriada por agua 25-35

Carbón Parrillas de cadenas y móviles 25-35

Carbón Parrilla de alimentación inferior 25-40

Fueloil Mecheros monocombustible de registro 3-15

Fueloil Mecheros de llama cónica o plana, con 10-20


atomización por vapor

Residuos ácidos Mecheros multicombustible de llama 10-15


plana

Gas natural, de gasógeno y de Mecheros multicombustible de llama 3-10


refinería plana

Gas natural, de gasógeno y de Mecheros multicombustible 15-30


refinería

Gas de alto horno Mecheros de registro 15-18

Madera/Cortezas Parrilla móvil enfriada con agua 20-25

Madera/Cortezas Hogar de lecho fluido 5-15

Melazas Cualquier tipo de hogar 25-35

Basuras urbanas Hogar revestido de refractario, enfriada 80-100


con agua, con parrilla oscilante

Desperdicios Hogar enfriado con agua, con parrilla 40-60


oscilante

Licor negro Hornos de recuperación en procesos de 15-20


pasta de papel kraft y de sosa

29
S.C. Stultz y J.B. Kitto (editores) Steam. Its Generation and Use, 40th edition, Backob Wilcox, Barberton, 1992, p. 9-14.
546 Apéndices

Q.2.1 Balance de masa de una combustión a partir del consumo horario de combustible

El planteamiento general es para combustibles que contengan cenizas y agua. Para combustibles sin
cenizas ni humedad (gaseosos o líquidos), w y r (véase la tabla siguiente) son nulos y el cálculo se
simplifica en consecuencia.
Las operaciones, a efectuar con hoja de cálculo, se puede estructurar en 5 hojas o tablas como las que
siguen.
Tabla Q.2-1. Cálculo de oxígeno estequiométrico necesario,30 a partir de la composición total del combustible y de su consumo mf.

Componente Composic Tanto por 1 real kg/h M, Productos kmol/h kmol O 2/h
ión kg/kmol

Oxidables C c (c)(1 - w - r) = c’ (c’)(mf) 12,01 CO 2 (c’)(mf)/(12,01) = nc nc

H h (h)(1 - w - r) = h’ (h’)(mf) 1,008 H 2O (h’)(mf)/(2)(1,008) = (0,5)(nh)


nh
Apéndice Q. Combustibles y combustión

S s (s)(1 - w - r) = s’ (s’)(mf) 32,06 SO 2 (s’)(mf)/(32,06) = ns ns

O o (o)(1 - w - r) = o’ (o’)(mf) 16 O2 - (o’)(mf)/(2)(16) = - - no


no

N n (n)(1 - w - r) = n’ (n’)(mf) 14,01 N2 (n’)(mf)/(14,01) 0

Total 1

No oxidables Humedad w w (w)(mf) 18,016 H 2O (w)(mf)/(18,016) = 0


nw

Cenizas r r (r)(mf) ------ Cenizas ----- 0

Total w+r kmol O 2/h G = no’‘

Total combus- 1 kg O 2/h (32)(no’‘) =


tible mf mo’‘

30
Correspondiente a la combustión sin exceso de aire, o neutra.
547
548

Tabla Q.2-2. Cálculo de los gases no quemados y consumo de aire, ma.

Con la aplicación PROPIEDADES hallamos la presión de saturación P s, en atmósferas, del agua a la temperatura a la hemos determinado su humedad relativa H r.
El exceso de aire e lo definimos como (aire consumido - aire estequiométrico)/aire consumido

kmol/h exceso aire Consumo Total (kmol/h) M (kg/kmol) kg/h

O2 no’‘ (e)(no’‘) - no’’ (e)(no’‘) 32 (32)(e)(no’’)

N 2 = (O 2)(0,7905/0,2095) nn (e)(nn) 0 (1 + e)(nn) 28,02 (28,02)(1 + e)(nn)

H 2O • (O 2 + N 2)(H r)(P s/(1 - H r P s)) nh’ (e)(nh’) 0 (1 + e)(nh’) 18,01 (18,01)(1 + e)(nh’)

Total no G = mg
quemados

O 2, estequiom. mo’‘

Total aire mg + mo’‘ = ma


Apéndices
Apéndice Q. Combustibles y combustión 549

Tabla Q.2-3. Cálculo de los gases producidos por la oxidación del combustible.

CO 2 H 2O SO 2 O2 N2 Total,
kmol/h

C nc nc

H nh nh

S ns ns

O 0 0

N 0 0

Humedad nw nh’‘

Cenizas 0

Total nc nh + nw ns 0 0 nc + nh +
(1+ e) nh’ +
nw

M, 44,01 18,016 64,06 32 28,02 ----


kg/kmol

Total kg/h (44,01)(n (18,016)(nh (64,06)(ns 0 0 G = gc


c) + nw) )

Con estaos valores ya podemos comprobar el balance de masa, que ha de cerrar exactamente.

Entradas kg/h Salidas kg/h

Combustible mf Cenizas (r)(mf)

Aire ma Gases producto de gc


combustión

Gases no quemados mg

Total mf + ma Total (r)(mf) + gc + mg

Finalmente hemos de establecer la composición molar de los humos, que nos da las presiones parciales
de los componentes, necesarias para calcular la emitancia y absorbancia de los humos.

kmol/h % en volumen

CO 2 nc 100 nc /3

H 2O (combustión + humedad h + nw + (1 + e) nh’ 100 [h + nw + (1 + e) nh’]/3


comb. + hume- dad aire)

O2 eno’‘ 100 eno’‘/3

SO 2 ns 100 ns /3

N2 (1 + e) nn’ 100 (1 + e) nn’ /3

Total 3 100
550

Tabla 2.2-1. Cálculo de oxígeno estequiométrico necesario para 100 kg de combustible.

Componente Composición, % real, kg M, Productos kmol/100 kg kmol O 2/100 kg


% kg/kmol

Oxidables C c (c)(100 - w - r) = 12,01 CO 2 (c’)/(12,01) = nc nc


c’

H h (h)(100 - w - r) = 1,008 H 2O (h’)/(2)(1,008) = nh (0,5)(nh)


h’

S s (s)(100 - w - r) = s’ 32,06 SO 2 (s’)/(32,06) = ns ns

O o (o)(100 - w - r) = 16 O2 - (o’)/(2)(16) = - no’ - no’


o’

N n (n)(100 - w - r) = 14,01 N2 (n’)/(14,01) 0


n’

Total 100

No oxidables Humedad w w 18,016 H 2O (w)/(18,016) 0

Cenizas r r ------ Cenizas ----- 0


Q.2.2-2 Balance de masa de una combustión para 100 kg de combustible

molar de los humos, que son idénticas a las mostradas en el apartado anterior.

Total w+r kmol O 2/100 kg G = no’

Total 100 kg O 2/100 kg (32)(no’) = mo’


combustible
El cálculo se puede estructurar igualmente en 5 tablas, incluyendo el balance global y la composición
Apéndices
Apéndice Q. Combustibles y combustión 551

Las tablas siguientes siguen el modelo expuesto antes, con la salvedad de referirse a 100 kg de
combustible en vez de a su caudal.
Se comprueba el balance de masa y se establece la composición molar de los humos como en el
cálculo la anterior.

Q.3 Ejercicios
1. Dado el carbón bituminoso bajo en volátiles de la tabla Q-4:
a) Determínese la potencia calorífica inferior referida al combustible sin agua ni cenizas
b) Calcúlense los kg/h necesarios para suministrar una potencia total (útil + pérdidas) de 1.456,555
kW, a un horno
c) Efectúese el balance de masa de la combustión con un 50% de exceso de aire a 10°C y un 5% de
humedad.
Resultados: a) 33,89 MW/kg: b) 198,11 kg/h; c) Aire: 2.592,04 kg/h, Humos: 2.764,0 kg/h,
Composición de los humos, vol. %: CO2, 11,93; H2O, 4,83; SO2, 0,11; O2, 6,75; N2, 76,40.

2. Efectúese el balance de masa de la combustión de 100 kg/h del fuel-oil de la figura Q.5, con un 20%
de exceso de aire a 30°C y un 60% de humedad.
Resultados: Por 100 kg de combustible. Aire: 1.649,69 kg, Humos: 1.749,29 kg, Composición de los
humos, vol. %: CO2, 11,9846; H2O, 10,8753; SO2, 0,1035; O2, 3,2580; N2, 73,7779.

3. Dada la siguiente composición de unos humos secos, vol. %: CO2, 12,5; CO, 0,3; O2, 3,1; N2, 84,1,
hállese, suponiendo que el combustible es un hidrocarburo:
a) La composición del combustible
b) El exceso de aire utilizado31.
Resultados: a) C12,8H26,4; b) 15%.

4. Dado un G.N. de composición volumétrica, en %, 85 de metano, 10 de etano, 3 de nitrógeno y 2 de


agua:
a) Efectúese el balance de masa de la combustión de 1 m3 en C.N., con un exceso del 3% de aire a
30°C y un 50% de humedad.
b) Hállense el índice de Wobbe y el potencial de combustión del gas.

5. Efectúese el balance de masa de la combustión de 125 kg/h del gasoil de densidad a15°C y
destilación ASTM:
% recogido °F
IBP 345
10 387
30 404
50 419
70 433
90 459
FBP 483
con un exceso dei 12% de aire a 20°C y un 40% de humedad. El contenido de azufre del gasoil es
despreciable.

6. Dado un destilado de densidad relativa igual a 0.83 del que se conocen las temperaturas de la
destilación ASTM correspondientes al 10% (405°F), al 50% (453°F) y al 90% (490°F), calcúlense
todas las propiedades disponibles con la aplicación PROPIEDADES y compárense con los resultados
dados por la figura Q.4.

31
Si se emplea este cálculo para regular el exceso de aire, las variaciones producidas por las composiciones reales medidas,
que no esta en equilibio, pueden conducir a errores apreciables, véase Heenan, William y Charles Dalto, “Set burner air by
stack analysis”, Hydrocarbon Processing, Vol. 56 (1977) , nº 2, pp. 85-88.
553

TRANSFERENCIA DE CALOR TÉCNICA. Volumen II.


Ejercicios para resolver
Capítulo 8. Convección gobernada por las fuerzas gravitatorias (I): Sin
cambio de fase
8a. Preguntas de test

Indíquese cuáles de las siguientes afirmaciones son ciertas y cuáles falsas:


1. El mecanismo espontáneo provocado por la existencia de zonas a distinta temperatura lo denominamos convección
natural y es un caso particular de la convección libre, debida a fuerzas de volumen cualesquiera: centrífugas,
electromagnéticas o por variación de composición.
2. Si además se efectúa una aportación externa de energía mecánica para desplazar al fluido, aparece la convección
mixta (combinación de natural y forzada).
3. Cuando el fluido no cambia de fase, en la convección mixta existen situaciones en las que la convección forzada
predomina de tal modo que en apariencia actúa exclusivamente.
4. En el caso de la convección natural sin cambio de fase, siempre debe considerarse la aportación, también en
paralelo, de la difusión del calor (conducción) a través del fluido.
5. A la transmisión de energía térmica en la interfaz sólido-fluido por causas mecánicas, o convección, hay que
añadir el intercambio radiante de la superficie con el entorno para obtener la potencia total transferida.
6. En este capítulo se exponen tan sólo los casos de superficies isotermas en contacto con un medio a temperatura
uniforme constante o sometidas a un flujo constante de calor.
7. En la convección natural, al tener que considerar las variaciones del peso, consustanciales con la misma, en el
balance de cantidad de movimiento ya no podemos considerar en todos sus términos la densidad constante.
8. En un fluido inicialmente en reposo, cuando aparecen diferencias de temperatura entre distintas zonas del mismo,
las ecuaciones diferenciales correspondientes a los balances de cantidad de movimiento y de energía térmica deben
resolverse simultáneamente, porque siempre se ha de incorporar el cambio de la densidad con la temperatura.
9. El coeficiente de convección laminar es independiente de la distancia x al borde de ataque.
10. Al haber considerado, aunque sea parcialmente, la influencia de la temperatura sobre la densidad, las dos
ecuaciones adimensionales en f(0) y 1 están ligadas y deben resolverse simultáneamente.
11. Tanto para las velocidades como para las temperaturas, los resultados del modelo analítico serán haces de curvas
con Pr como parámetro, como en la convección forzada.
12. En la convección natural el espesor de la capa límite fluidodinámica es mayor que él de la térmica
13. La hipótesis de temperatura uniforme del sólido no es plausible para envolventes metálicas de equipos
consumidores de potencia, de pequeñas dimensiones y es más adecuada la condición de contorno de flujo uniforme
de calor; sin embargo, cuando las dimensiones son grandes y el material no es metálico, sí es válida la hipótesis de
la superficie isoterma.
14. Al emplear un modelo numérico, la aplicación LORENTZ no utiliza las hipótesis de la capa límite de Prandtl
15. Independientemente del régimen, debemos distinguir entre la convección externa y la interna, como se hizo con
la convección forzada.
16. Las diferencias entre las configuraciones de flujo externa e interna, nos indican que, además, debemos introducir
un caso particular de las circulaciones internas, que es el de las cavidades.
17. Si ignoramos la parte inicial laminar el coeficiente de convección local no depende de la posición y es igual al
medio.
18. Con cualquier geometría, el hecho de suponer constantes las propiedades del fluido, excepto la densidad de
acuerdo con las hipótesis de Oberbeck-Boussinesq, no comporta errores apreciables.
19. Si GrL es pequeño, como el espesor de las capas limite varia en el mismo sentido que (x/Grx)0,25, es despreciable
el espesor de las mismas frente a la longitud de la placa.
20. GrL es pequeño puede deberse a que la diferencia de temperaturas sea muy baja, la viscosidad muy grande o la
distancia considerada desde el borde inferior muy pequeña.
21. Los grandes valores de Pr GrL se deben normalmente a los valores de GrL, lo que nos indica que las fuerzas
viscosas son muy superiores al producto de las de inercia y de empuje de Arquímedes, provocando la inestabilidad
y desordenando al fluido, con la consiguiente aparición de turbulencias.
22. Los grandes valores de Pr GrL ocurren con grandes diferencias de temperatura entre la placa y el fluido, con
fluidos muy poco viscosos y con placas de gran longitud; es decir, cuando la "causa motriz" es importante, la
consistencia baja, o la perturbación muy prolongada.
23. Cuando se utilizan las hipótesis de capa límite, los resultados teóricos están por debajo de los reales, mientras
que los calculados numéricamente sin las simplificaciones de la capa límite, se ajustan perfectamente a los valores
experimentales, excepto cuando aparece la turbulencia y el consiguiente aumento de la transferencia.
24. Para la convección externa, las propiedades se determinan a Tf, excepto ß para los gases, que se calcula a T4.
25. Las soluciones para el número de Nusselt obtenidas reduciendo el balance de cantidad de movimiento a una
554 Ejercicios para resolver

única ecuación, de acuerdo con el modelo de Prandtl de la capa límite, se denominan soluciones de capa delgada,
lo que indicaremos con el superíndice T, y constituyen la primera fase del método propuesto.
26. Para mejorar el ajuste a la realidad, se asimila la convección a una conducción, utilizando el concepto de espesor
de conducción, *4(x).
27. La curvatura del perfil, al aumentar la distancia a la superficie sólida, comporta un aumento de la sección de paso
al calor y, en consecuencia, una resistencia superior a la de una pared de caras paralelas del mismo espesor medio.
28. También hay que añadir el efecto de la variación de la orientación de la superficie respecto a la vertical.
29. La orientación de la superficie para referirla a la dirección y sentido de la fuerza de empuje local, se define
mediante el ángulo N, establecido por el sentido de las fuerzas de flotabilidad y del peso.
30. Obtenemos soluciones para superficies convexas a partir de la solución para la placa vertical, si la corregimos
por el factor G, cociente de dos integrales que dependen de la geometría del sistema y de las condiciones de
contorno. 31. Para el cálculo de G se debe distinguir entre los sistemas bidimensionales, tridimensionales con
simetría axial y tridimensionales sin ejes de simetría.
32. Para sistemas bidimensionales, o con simetría axial, las dimensiones característica para el cálculo de Grl, son
las indicadas en las figuras 8.15 a y 8.18. La única coordenada x se mide a partir del borde inicial, que será el punto
más bajo o el más alto, según que la temperatura de la superficie sea menor o mayor que la del fluido,
respectivamente, y donde las líneas de corriente se definen como líneas tangentes a la superficie a partir de x = 0,
con la pendiente ascensional máxima.
33. El valor medio del NuL, siendo L la dimensión característica, para cuerpos convexos se puede corre1acionar bien
con la expresión

variando m según el número de Prandtl.


34. La formulación general para calcular le transferencia de calor por convección natural en superficies convexas
es:
1º. Se calcula NuT para la geometría correspondiente,
2º. Con él y la corrección por conducción o variación de sección, se halla Nul para la misma geometría;
3º. A continuación se calcula el Nut correspondiente
4º. Finalmente se combinan utilizando la expresión de la pregunta 33 con el exponente m adecuado.
5º. Se halla la potencia transferida.
35. En las cavidades se considera una capa de conducción inmediata a las paredes rodeando un núcleo de fluido a
una temperatura crítica, que depende de las configuraciones geométrica y térmica. Esto hace que, con la base
calentada horizontal, si el producto GrL Pr es menor que un cierto valor crítico, NuL =1.
36. Para cavidades horizontales de gran anchura y longitud, calentadas por su parte inferior (2 = 0), el valor crítico
del producto GrLPr es 1.708, de modo que para valores inferiores al mismo solo hay conducción y para los
superiores hay convección.
37. Como los mecanismos operan en paralelo, para tener un coeficiente total en la fórmula de Newton aplicada a
gases, debe sumarse un coeficiente hr, correspondiente al flujo por radiación y otro hcd. por la conducción, al de
convección.
38. Para situaciones de gran compromiso o configuraciones geométricas intrincadas, no es necesario usar la CFD
y normalmente se recurre a los métodos indicados en el apartado 5.1, empleando las aplicaciones NELSON, o a
sumar, a los valores obtenidos con las fórmulas de este capítulo, los obtenidos con la aplicación DOSSUPERFICIES
39. Es más sencillo resolver el problema en estado estacionario cuado se conoce la temperatura de la superficie.
40. La convección forzada incluye siempre, aunque pueda no advertirse, convección natural.
41. En algunos casos las dos formas de convección, forzada y natural, son del mismo orden de magnitud y ninguna
de ellas se puede despreciar.
42. Se debe distinguir entre las configuraciones en las que los dos mecanismos se refuerzan, como un tubo vertical
con el fluido circulando hacia arriba y con las paredes más calientes que el mismo, o una placa rectangular vertical
más fría que el fluido y éste circulando en sentido descendente, y aquellas en las que se neutralizan, como la misma
placa en el caso de una circulación en sentido ascendente del fluido, etc.
43. Tomando el mayor de los valores de hc de los obtenidos para la convección natural y para la forzada,
normalmente el error no supera el 25%, aunque sean muy parecidos.
44. Se puede obtener el NuD correspondiente a la convección exterior mixta cuando la corriente es transversal a un
cilindro horizontal, mediate un factor de corrección aplicado al numero de Nusselt determinado con la aplicación
ZUKAUSKAS.
45. En el interior de tubos horizontales, el efecto de la convección natural es hacer que el flujo axial en la pared del
tubo deje de ser uniforme.
46. A causa de la convección mixta, en un tubo calentado, en régimen de transición y turbulento, el flujo de calor
correspondiente a la generatriz inferior aumenta del orden de un 20% mientras que, en la misma sección, el
correspondiente a la superior disminuye y tiene un valor del orden del 40% del correspondiente a la convección
forzada, de modo que el medio circunferencial disminuye menos del 15% respecto al mismo.
47. Las fórmulas expuestas en los apartados 8.5.1 y 8.5.2, son evidentemente aplicables a gases, pero no debe
olvidarse que en este caso, la transferencia por convección es sólo parte de la total.
48. El mapa de Metais-Eckert indica las condiciones en las que se debe considerar la convección mixta, apreciándose
Ejercicios para resolver 555

que para el régimen turbulento plenamente desarrollado, ReD superior a 104, es previsible un efecto apreciable de
la convección natural.
49. En régimen turbulento, cuando, tanto si se trata de gases como de líquidos, los valores del número de Nusselt
calculados con temperatura constante de la pared y con flujo constante de calor, coinciden, salvo la corrección por
la variación de las propiedades con la temperatura, mientras que en régimen laminar, para los gases los valores son
distintos.
50. Para fluidos circulando en sentido ascendente con el flujo estabilizado, el número de Nusselt en la zona de
régimen laminar aumenta con el número de Reynolds, hasta alcanzar un máximo local, disminuyendo al superar éste,
manteniéndose inferior a los valores correspondientes a la convección forzada pura en la zona de transición, para
alcanzar un mínimo cuando éste llega a un cierto valor del orden de (1)(104).
51. Inicialmente, en la zona laminar las corrientes establecidas por las diferencias de densidad hacen que aparezca
turbulencia, mientras que cuando el régimen inicia ésta, aquellas tienden a neutralizarla, disminuyendo, en
consecuencia, la intensidad de la transferencia de calor, hasta desaparecer cuando la turbulencia genuina se impone.
52. En tubos con circulación descendente, el aumento del número de Nusselt, sobre el valor correspondiente a la
convección forzada, es continuo hasta que, para un Reynolds de aproximadamente (2)(104), su efecto deja de notarse.
53. Cuando el número de Grashof alcanza valores suficientes, la convección natural provoca turbulencia.
54. Para tubos con flujo de calor y temperatura constantes en la pared, se puede correlacionar como muestra la figura
8.32, la relación entre los números de Nusselt real y el calculado suponiendo convección forzada exclusivamente.
55.La relación entre los números de Nusselt real y el calculado para la convección forzada, inicialmente disminuye
al aumentar el parámetro A, hasta que éste alcanza un determinado valor, aumentado la relación a partir de esta valor.
56. Con flujo descendente, inicialmente las diferencias de densidad tienden a neutralizar la turbulencia,
disminuyendo en consecuencia la intensidad de la transferencia de calor, hasta que las corrientes de convección
natural se imponen y disminuye la duración media de los torbellinos.
57. En el caso del flujo ascendente, la relación entre los números de Nusselt real y el calculado suponiendo
convección forzada exclusivamente, se mantiene prácticamente igual a la unidad hasta que, a partir de un cierto valor
de A, la convección natural incrementa la mezcla del líquido, favoreciendo la transferencia de calor.

8b. Indíquese cual de las respuestas propuestas es correcta


1. En una placa sumergida en un hidrocarburo aromático en reposo, se calcula que GrL vale 2.000 y Pr 60, se mide
la transferencia de calor inicial y resulta ser el 20% superior a la calculada con la fórmula NuL = a (GrL Pr)0,25. Esto
es debido a
a) La radiación actúa en paralelo con la convección
b) La radiación y la conducción actúan en paralelo con la convección
c) La conducción actúa en paralelo con la convección.
2. Las relaciones vectoriales:
a.

b.

c.

comportan la resolución en un sistema bidimensional de


a) tres ecuaciones escalares
b) cuatro ecuaciones escalares
c) seis ecuaciones escalares.
3. El espesor perturbado de la capa límite laminar está relacionado con la posición por
a)
556 Ejercicios para resolver

b)

c)

4. El coeficiente de convección local turbulento no depende de la posición si


a) Ignoramos la parte inicial laminar
b) Tenemos en cuentala parte inicial laminar
c) Siempre.
5. No es despreciable el espesor de la capa límite cuando
a) La diferencia de temperaturas es muy grande
b) La viscosidad es muy grande
c) La distancia considerada desde el borde inferior es muy pequeña.
6. Entre las placas verticales y las superficies convexas, la fórmula del Nusselt es la misma si
a) No existe desprendimiento de capa límite
b) Nunca
c) El régimen es laminar
7. En el caso del fluido circulando en sentido ascendente, el número de Nusselt:
a) En la zona de régimen laminar aumenta con el número de Reynolds, hasta alcanzar un máximo local para
un determinado Reynolds, manteniéndose constante al superar éste.
b) Inicialmente, en la zona laminar las corrientes establecidas por las diferencias de densidad hacen que
aparezca turbulencia, mientras que cuando el régimen inicia ésta, aquellas tienden a neutralizarla,
disminuyendo, en consecuencia, la intensidad de la transferencia de calor.
c) Se mantiene inferior a los valores correspondientes a la convección forzada pura en la zona de transición,
para alcanzar un mínimo cuando éste llega a un valor que minimiza el efecto de la convección natural.
8. En el caso de tubos con circulación mixta descendente, el aumento del número de Nusselt sobre el valor
correspondiente a la convección forzada al aumentar el Reynolds
a) Es continuo hasta que, para un Reynolds límite, su efecto deja de notarse
b) No aparece hasta que no se alcanza un Reynolds límite
c) Es independiente del Reynolds y sólo depende del Grashof.
9. Determinados Nul y Nut, se establece el valor medio del NuL, siendo L la dimensión característica, para cuerpos
convexos, mediante la expresión
a)

b)

c)

10. Si se compara con medidas experimentales la fórmula establecida para la placa con el modelo analítico, se
comprueba que:
a) Suponer constantes las propiedades, excepto la densidad, no presenta inconvenientes y se aprecia
una buena correlaci6n para 106 < Pr GrL< 108 con discrepancias en los dos extremos
b) Las discrepancias aumento a medida que nos alejamos de los extremos
Ejercicios para resolver 557

c) Las razones de ello para los valores bajos de Pr GrL, son las mismas que para los altos, la principal la
transmisión de calor por conducción.
11. Los grandes valores de Pr GrL se deben a:
a) Los valores altos de GrL, lo que nos indica que las fuerzas viscosas son muy inferiores al producto de
las de inercia y de empuje de Arquímedes
b) Si las fuerzas viscosas predominan, aparece inestabilidad, que desordena al fluido y provoca la aparición
de turbulencias
c) La turbulencia ocurre con grandes diferencias de temperatura entre la placa y el fluido, fluidos muy poco
viscosos y placas de gran longitud
d) Por c), el valor de GrL es el criterio cuantitativo para determinar el paso a la convección turbulenta.
12. El método de corrección de la capa de conducción:
a) Se usa especialmente para la convección interna y es adecuado para cuerpos convexos que no tengan
superficies planas horizontales con temperaturas que no favorezcan la convección
b) Parte del resultado obtenidos con el modelo de capa delgada para la placa rectangular isoterma vertical
en convección laminar, aplicándole correcciones para tener en cuenta la orientación local de la superficie
con respecto a la vertical (curvatura), el espesor de la capa límite y la conducción en paralelo.
c) La orientación de la superficie para referirla a la dirección y sentido de la fuerza de flotabilidad (empuje)
se define mediante un ángulo N, establecido por el sentido de las fuerzas de flotabilidad y del peso. La
fuerza de empuje es vertical y siempre dirigida hacia arriba.
13. Con la solución para la placa vertical se obtienen soluciones para superficies convexas:
a) Si la corregimos por el factor G, determinado a través el ángulo N como cociente de dos integrales
b) Se tiene en cuenta que las integrales para calcular N dependen de la geometría del sistema
c) Para el cálculo de G hay que distinguir entre los sistemas bidimensionales y tridimensionales, y en éstos,
con eje de simetría y sin ejes de simetría.
14. Como aparece la convección natural cuando en el fluido existen gradientes de densidad, tendremos que:
a) Ocurrirá cada vez que haya gradientes de temperatura
b) La convección forzada incluye siempre convección natural y las dos formas de convección, forzada y
libre, son del mismo orden de magnitud, por lo que ninguna de ellas se puede despreciar.
c) Existen fórmulas para la corrección de los resultados obtenidos suponiendo convección forzada
d) Tomando el mayor de los valores de hc obtenidos para la convección natural y para la forzada,
normalmente el error no supera el 25%.
15. Las correlaciones mostradas en las figuras 8.32a y b
a) corresponden, con una aproximación de ±10%, a las ecuaciones que se indican.
b) las propiedades se calculan a la temperatura de película local, aunque se puede tomar la media de un
tramo no muy largo.
c) Para tubos con la pared a temperatura constante se pueden usar las ecuaciones anteriores efectuando una
aproximación de TF.

8c. Problemas sin resultados


Problema 8.1. Utilizando las aplicaciones adecuadas, calcúlense y compárense los coeficientes de convección para
una placa vertical de gran anchura y 1 m de altura, que se halla a 370 K y se cuelga por un borde en aire seco a 270
K y 1 atmósfera, si el aire:
a) Está en reposo
b) Circula paralelamente a la superficie, a 5 m/s
c) Incide normalmente a la placa con una velocidad de 5 m/s.
Problema 8.2. Se introduce una placa delgada, de 1 m x1 m y de acero al carbono, a 371 K, en agua a 275 K. Dígase
cuál será el coeficiente medio de convección inicial si:
a) Se coloca verticalmente en agua en reposo
b) Se coloca horizontalmente en agua que circula paralela a un m/s.
Problema 8.3. Construyase por puntos, en los dos casos del problema anterior, la curva de la temperatura de la placa
y del coeficiente instantáneos cada 3 minutos durante un cuarto de hora, si el espesor de la placa es de 0,3 mm..
Problema 8.4. Una banda de vidrio de 300 mm de anchura se retira de un horno de recocido a 370 K y se cuelga
por un borde, en aire seco a 270 K, 1 atmósfera. Calcúlense, en el primer instante, utilizando el método integral:
a) La potencia disipada por enfriamiento por convección y radiación, y que fracción representa cada una.
b) La temperatura del aire a 10 mm frente a la placa.
c) La velocidad ascendente del aire a esa misma distancia.
Problema 8.5. Calcúlese la temperatura de la superficie de un cilindro horizontal de 20 mm de diámetro y un m de
longitud, sumergido en agua en estado estacionario cuando suministra 500 W si el agua está:
a) A 290 K
b) Saturada a una atmósfera.
Problema8.6. Hállese la temperatura superficial de un cilindro calefactor, de 20 mm de diámetro y 300 mm de
longitud, que en estado estacionario suministra 1.000 W a un baño de agua a 330 K
si:
a) El cilindro está vertical
b) El cilindro está horizontal
558 Ejercicios para resolver

c) Con el cilindro horizontal, el baño es de:


1. Etilenglicol a 300 K
2. Tolueno líquido a 380 K.
Problema 8.7. Para el tubo del ejemplo 8.12, suministrando una potencia de 6 kW, constrúyase la curva que da la
temperatura de su superficie, en función del diámetro variando de 1 mm a 30 mm.
Problema 8.8. Dadas dos placas paralelas de grandes dimensiones, la inferior a 400 K y la superior a 350 K, hállese
el flujo de calor transferido en función de la separación entre las mismas, variando entre 3 y 30 mm.
Problema 8.9 Calculese la temperatura instantánea del fondo de una marmita cilíndrica de 250 mm de diámetro, si
a su través se suministran 400 W cuando la temperatura del agua es de 310 K.
Problema 8.10. Un tabique vertical de grandes dimensiones, compuesto de chapa de acero suave de 3 mm y una
capa de magnesia 85%, de 50 mm, separa dos cámaras, una del lado del acero con vapor saturado a 394 K y otra del
lado del aislante, con agua en reposo a Ta K. Calcúlese la pérdida de potencia térmica del vapor, por m2 de tabique
y la temperatura de la cara del aislante en contacto con el agua para Ta variando entre 274 y 374 K.
Ejemplo 8.11. Sea un tanque con agua en reposo, bidestilada recalentada a 390 K, temperatura que se mantiene con
una varilla horizontal de cromoniquel C95300, con una caída de tensión de 9 V. La varilla no puede superar los 600
K de temperatura máxima en ningún punto (despreciando el efecto peculiar en el conductor) y su resistividad
eléctrica constante es de 100 µS cm. Si en estado estacionario el tanque disipa una potencia de 2,5 kW, calcúlense:
a) El valor del coeficiente de transmisión superficial hc.
b) La temperatura de la superficie del conductor.
c) Cuáles son las dimensiones mínimas del alambre para que se verifique lo anterior.
d) Indiquése las condiciones para mantener el agua líquida.
Ejemplo 8.12. Dado el haz descrito en el ejemplo 7.26, colocado horizontalmente y a través del cual circula
verticalmente aire, de modo que si la temperatura inicial del aire es de 286 K. la temperatura media de la pared de
los tubos es de 699,8 K cuando el caudal de aire a su través es de 5.412 kg/ m2 K, de forma que dicha temperatura
aumenta inversamente proporcional a la disminución del caudal de aire, mantenido por la diferencia de densidades
entre el aire ambiente y la del que sale del haz. Utilizando la aplicación BATERIA, hállese la potencia transferida
cuando el caudal de aire 286 K se ajusta al mantenido por el desnivel hidrostático mantenido por la diferencia de
temperaturas (densidades) entre el aire a 286 K y el que abandona el haz por su sección superior.
Ejemplo 8.13. Unas tuecas de acero al 0,5% de carbono, hexagonales con una distancia entre caras opuesta de 4 mm
para tornillos de 2 mm de diámetro, inicialmente a 520°C y se sumerge en aceite SAE50, que se mantiene a 40°C.
Represéntense la variación temporal de la temperatura media de las tuercas durante 15 minutos la de la potencia
disipada por el aceite.
Ejemplo 8.14. Una placa de yeso de a mm de espesor separa dos recintos, uno con aire seco a 300 K Y el otro
contiene vapor saturado a 473 K. Se pinta el yeso por fuera (aire) con pintura de aluminio oxidado. Si el recinto y
el tabique se pueden considerar de grandes dimensiones, se pide representar, en función de a variando de 3 a 90:
a) La potencia térmica perdida por e1 vapor por m2 de superficie.
b) El porcentaje que representa cada mecanismo.
Problema 8.15. Efectúese el cálculo de los perfiles de velocidades y temperaturas adimensionales para una malla
con i = j = 10 y Pr = 0.733 [representados asimismo en las figuras 7.5 (a), (b) y (c) del primer volumen] y lapso de
tiempo t que ha sido necesario para llegar al régimen permanente y
a) Compárense con los resultados correspondiente a la solución analítica [ecuaciones (8-46) y (8-47)].
b) Repítase el problema con una malla de 10 por l0 con una malla de 39 por 39 y verifíquese si los
resultados analíticos y numéricos coinciden.
Problema 8.16. Se hace circular aire seco inicialmente a 300 K y 1 atmósfera por un tubo de acero, horizontal de
1 in BWG 12 y 1 m de longitud, cuya pared se mantiene a 400 K. En estado estacionario ¿cuál será la temperatura
de salida del aire y qué potencia habrá absorbido si
a) su velocidad inicial es de 30 mm/s?
b) si es de 3 m/s?
c) si es de 30 m/s?
Problema 8.17. Se extrae de un horno de destensado una lámina delgada de vidrio cal-sosa de 30 mm de anchura,
a 367 K y se cuelga verticalmente de modo que su altura es de 30 mm, en aire de un ambiente que puede variar 277
K a 327 K. Represéntese la perdida inicial de calor de la placa por m de anchura en función de la temperatura del
ambiente y la fracción de la misma debida a la convección natural.

Capítulo 9. Transferencia de masa y balances generalizados

9a. Preguntas de test

Indíquese cuáles de las siguientes afirmaciones son ciertas y cuáles falsas:


1. En los sistemas multicomponente el proceso de transferencia de masa ocurre a nivel microscópico, mediante la
denominada difusión, con las moléculas de las distintas sustancias cuando existen diferencias de concentración en
Ejercicios para resolver 559

los sistemas monofásicos o diferencias de potenciales electroquímicos en los constituidos por fases distintas.
2. La neutralización de las diferencias de concentración puede ocurre también en las interfases por convección,
fenómeno que ocurre transversalmente al flujo principal, y que se superpone a la difusión.
3. Cuando un fluido multicomponente circula en régimen laminar, la difusión molecular se complementa con una
velocidad ordenada relativa entre las distintas especies, que favorece su segregación, de modo que, como además
la corriente transporta macroscópicamente la masa, se produce la transferencia de masa por arrastre,
4. Tenemos la transferencia de masa:
a) Con un componente en la condensación, extrapolable a la evaporación y la sublimación,
b) Con dos componentes en una fase, como la difusión, sin y con reacción química, y el secado
c) Con dos o tres componentes entre dos fases, en concreto, cuando éstas son una gas y otra líquido, en la
destilación, con dos de los componentes transferidos entre fases y la absorción o el despojado (stripping),
con sólo uno transferido.
5. Lo expuesto en este capítulo es aplicable tan sólo a sistemas no polares, a temperaturas no criogénicas y presiones
elevadas (pr > 0,3) para los gases y disoluciones diluidas. Fuera de estos rangos se deben utilizar actividades en vez
de concentraciones.
6.La transferencia de masa en sistemas monocomponente sólo ocurre cuando se produce un cambio de fase.
7. En un fluido multicomponente se produce un proceso microscópico espontáneo de desplazamiento molecular, que
tiende a igualar las concentraciones en todo el conjunto. Cuando además existe convección, la velocidad también
interviene.
8. El flujo másico condensado se determina a partir del calor eliminado, de acuerdo con la relación basada en el
balance de energía que da la velocidad con la que cambian de fase las moléculas que ha de ajustarse a la velocidad
media molecular, de acuerdo con la distribución de velocidades de Maxwell.
9. El flujo másico así calculado sería correcto si no existiese el movimiento desordenado de las moléculas gaseosas,
motivo por el que se debe corregir mediante un factor.
10. De las moléculas que alcanzan la superficie de líquido sólo una parte que retenida en el mismo, por lo que se
definir un coeficiente de condensación .c menor que la unidad, pero no podemos definir un coeficiente análogo para
el paso de la fase líquido a la gas.
11.En el entorno del equilibrio el flujo que corresponderá a .v = .c, será mínimo, de acuerdo con el principio de Le
Chatelier
12. Dado que la heterogeneidad de un sistema multicomponente es debida a la variación de la distribución de cada
especie molecular, debemos determinar como cuantificar la presencia de una especie en una mezcla.
13. Exceptuando los metales líquidos, los valores dados por (9-20) son mucho menores que los correspondientes a
(7-103), por lo que se toma el valor dado por esta última como el global.
14. La variable intensiva densidad másica, al ser una relación entre magnitudes, es de especificación más compleja
que las variables intensivas que hemos utilizado hasta ahora (T, P, etc.).
15. Es posible definir la concentración de i en una mezcla con la fracción molar, xi, número de moles ni de i dividido
por el numero total de moles n, tanto por uno. A menudo se emplea el símbolo yi para gases y xi para líquidos y
sólidos.
16. Debido a las diferentes masas de las moléculas de un fluido multicomponente en movimiento, las distintas
especies se desplazan a velocidades desiguales, las cuales no coinciden con la media de la mezcla global, por lo que
son causa de la segregación de especies en los fluidos.
17. La velocidad media ordenada del fluido = u, Es un vector que corresponde al caudal másico total dividido
por la sección del conducto y se denomina velocidad global másica u, siendo la que provoca el arrastre.
18. Aunque la fase conjunta está en reposo, la velocidad global molar, u*, no es nula cuando la fase conjunta está
en reposo.
19. Se denomina velocidad de difusión de cada especie i a la absoluta de cada especie i menos la de arrastre común,

20. La velocidad media molar de difusión es:

21. El flujo másico total o absoluto Ni de una especie molecular i, respecto a unos ejes fijos en el espacio es,

y el molar absoluto,
560 Ejercicios para resolver

22. Los flujos denominados flujos de difusión son mayores que los totales, al incluir el arrastre.
23. El objeto de la transferencia de masa es determinar el del campo de concentraciones y de los flujos másicos de
cada componente.
24.A diferencia de los balances de cantidad de movimiento y calor en un sistema monocomponente, para la
descripción completa de los sistemas multicomponente no homogéneos, hemos de tener en cuenta, además de
velocidades, presiones y temperaturas, las concentraciones.
25. El balance de especies para mezclas reactivas es:

26. La ecuación del balance de especies, al ser global, suma el arrastre y la difusión. Por ello, su cuantificación
requiere el conocimiento del campo de velocidades y exige la solución simultánea del balance de cantidad de
movimiento.
27. A fin de poder obtener ecuaciones que nos den directamente los valores de la concentración en el espacio y en
el tiempo, necesitamos la ecuación dinámica, análoga a las (7-5) y (7-6), que relacione el flujo de la especie con la
variación de su concentración.
28. La ecuación que obtenemos despejando el gradiente de fracción molar (concentración), junto con las
correspondientes al balance de especies nos da un sistema de 2n ecuaciones con 2n incógnitas (xi, Vi).
29. El sistema anterior teóricamente resuelve el problema de la transferencia estacionaria de masa en fluidos
isotermos.
30. Para un proceso isobárico (LPi = 0) o gases con la misma masa molecular (x = wi), no polares, con las fuerzas
unitarias de volumen iguales, fi = fj (por ejemplo considerando solamente el peso) y dos componentes A y B, la
ecuación el balance de especies se simplifica apreciablemente.
31. Si existen gradientes de concentración de las distintas especies moleculares en un gas, las velocidades Vi de las
mismas son distintas, lo que provoca un desplazamiento molecular relativo y el fenómeno de la difusión.
32.En cualquier caso, la transferencia de masa se ajusta a la tendencia de que se ha de igualar el potencial
electroquímico correspondiente a cada componente y fase, para alcanzar la máxima energía interna y la mínima
entropía compatibles entre sí y con el entorno.
33. La difusión molecular en cualquier fase cuyas moléculas son de masas distintas, es debida a la agitación de las
moléculas. En las fases líquidas y sólidas se reduce la velocidad del proceso, que en fases sólidas es muy alta.
34. Se define el coeficiente de difusión relativa DAB, de la especie molecular A en la B, y mediante él se enlaza el
flujo másico con el gradiente direccional de concentración:
35. La expresión del flujo de difusión indica que las moléculas de cada especie se desplazan en el sentido del

aumento de su concentración.
36. Si existe un medio predominante estacionario, se puede considerar u = 0 y el balance de especies se transforma
en

de modo que incondicionalmente el fenómeno es análogo a la conducción de calor en sólidos.


37. Para el caso de contracorriente, tenemos los dos balances siguientes,

- Entre la entrada y la salida del lecho,

- Entre la entrada y una sección intermedia z,


Ejercicios para resolver 561

38. La definición de la concentración del soluto A, pasando a referirla a los disolventes en vez de a la disolución,
facilita los cálculos, aunque los caudales de referencia no serán constantes. Los designaremos como VS y LS e,
identificando con mayúsculas las nuevas concentraciones,

39. Estas variables son siempre positivas y tienen la unidad como límite superior.
40 En un tramo del lecho de relleno en vez de en una sección, podemos establecer el balance de moles entre las
secciones extremas, 1 y 2, y entre la inicial y una cualquiera z, de este modo el balance de masa se convertirá en el
lugar geométrico de todos los puntos correspondientes a las concentraciones de A en cada fase a lo largo del lecho,
que denominamos línea de operación, pues no es una recta.
41. En cada sección la causa motriz del fenómeno es la diferencia ) de concentraciones de A entre la de una fase,
Y, y la que tendría en equilibrio con la otra, Y*, motivo por el que cuando se trata de aumentar la concentración del
soluto A en la fase L y disminuirla en la V (absorber), es ) = Y - Y* y, análogamente, en caso inverso (despojar),
Y* - Y = - ).
42. El hecho de que se deba mantener esta causa motriz ) para impulsar el proceso, hace que la línea de operación
no pueda cortar a la de equilibrio en la longitud Z del lecho (tramo operativo de la torre), pues a partir de la
intersección cambia de signo ).
43. Para cada operación de transferencia determinada existe una relación de caudales, límite (mínima para la
transferencia de la fase V a la L, absorción, y máxima para el caso contrario, despojado).
44. Esta relación, determinada por las concentraciones finales en cada fase y las obtenidas resolviendo el sistema
formado por las ecuaciones de la recta de operación y la línea de equilibrio.
45. El flujo molar de A, expresado en función de la causa motriz en la fase V, es

Sustituyendo esta expresión del flujo multiplicada por S, en la del caudal molar longitudinal y despejando dz,
obtenemos

que integrada da la longitud Z necesaria para el lecho que aumenta la concentración de A en la fase L de XI a XF y
la disminuye de YI a YF en la V.
46. Suponiendo que la linea de equilibrio es recta. En cualquier caso la integral se resuelve numéricamente y para
aumentar la precisión del cálculo va bien escribirla de la forma siguiente
47. Normalmente los coeficientes superficiales disponibles son en función de fracciones molares,

y
562 Ejercicios para resolver

o sea

siendo Ky a el valor experimental.


48. La integral:

se denomina Número de Unidades de Transferencia (NTU). Asimismo se denomina Altura de una Unidad de
Transferencia (HTU) a la combinación de caudal específico y coeficiente de transferencia de masa que da una unidad
de transferencia, o sea:

49. Con estas definiciones tenemos la ecuación nos da la altura operativa necesaria para la transferencia deseada:

50. Para aplicar la ecuación anterior hemos de fijar la separación deseada y necesitamos correlaciones para kya y kxa,
que nos permitan calcular KY a.
51. El balance de especies es aplicable local e instantáneamente, sea cual sea el régimen. En régimen turbulento se
reduce a:

52. El balance global de masa es la suma de todas las ecuaciones correspondientes a las especies y, en consecuencia,
redundante.
53. El análisis teórico general del comportamiento global de un fluido multicomponente, requiere resolver las
ecuaciones, aplicadas a la unidad de volumen de fluido, correspondientes al:
• Balances de especies (suponiendo Dij = D y ,dij = ,d constantes, gas a presión constante y fuerzas de
volumen por unidad de masa iguales para todas las especies)
• Balance de cantidad de movimiento [generalización de (3-78)]
• Balance de energía térmica (entalpía), suponiendo la presión constante, en la práctica una variación
pequeña frente a la presión absoluta del sistema [generalización de (3-100)]
54. La forma de estas ecuaciones se pueden uniformizar de modo que si sustituimos en cada una, la variable
correspondiente según el caso, por una variable escalar genérica N y consideramos una difusión generalizada, con
' = (D) difusividad efectiva, para las ecuaciones de balance:

ecuación en la que los cuatro términos en el orden mostrado son: el transitorio, el de arrastre, el de difusión y el
fuente.
55. El término fuente S agrupa lo que no se ajusta a los términos temporal, de arrastre y de difusión.
56. Tanto ' como S son expresiones específicas para cada variable N.
57. Para incluir el efecto de la turbulencia, hemos de introducir nuevas incógnitas, que evaluamos mediante el
proceso denominado cierre de las ecuaciones de turbulencia.
58. La ecuación se puede utilizar también para determinar de las difusividades turbulentas, lo que homogeiniza los
cálculos.
Ejercicios para resolver 563

59. Aplicando la hipótesis simplificadora de considerar constantes las propiedades de las sustancias, el conjunto de
ecuaciones escalares obtenido es un sistema lineal.
60. Para la transferencia de masa es válida la ecuación:

donde Ji es el flujo másico de la especie i normal a la superficie en la estación x dada, y la velocidad de la especie
i normal a la misma superficie.
61. Para efectuar la descripción física simplificada de la turbulencia consideramos que, para números de Reynolds
elevados, se establece un transporte de energía, mantenido por aportaciones externas, desde el flujo principal a los
grandes torbellinos de la escala exterior.
62. La interacción entre si de los torbellinos conduce a la aparición de torbellinos de dimensión l más reducida y
de mayor velocidad angular, y así sucesivamente. Como el proceso se repite muchas veces, para los torbellinos más
pequeños predominan las fuerzas viscosas, con la consiguiente disipación, aunque representan una pequeña fracción
de la energía cinética total de la corriente fluida.
63. Los torbellinos de la escala externa son fluctuaciones de baja frecuencia, z, y su energía cinética se va
transfiriendo a fluctuaciones de escala cada vez menor y frecuencia mayor, hasta llegar a un cierto valor por debajo
del cual son de pequeña escala, de gran frecuencia y disipan energía mecánica convirtiéndola en interna (calor).
64. La disipa ción de potencia por unidad de masa del fluido la denominamos g.
65. Para la resolución numérica de las ecuaciones de balance, transformamos la expresión genérica en una ecuación
de diferencias resoluble.
66. Partimos de un sistema bidimensional y establecemos una malla de dominios rectangulares con los nodos en su
centro, de modo que en un nodo P, la unión con sus vecinos determina los "conductos" que lo comunican con los
mismos. De acuerdo con la ecuación básica y esta disposición, obtenemos un sistema de ecuaciones implícitas que
representa el balance general en un sistema bidimensional de N nodos.
67. Llegamos a la ecuación que establece el valor de la variable N en el nodo P en función de los valores de los flujos
en las fronteras del dominio con los vecinos con lo que ya tenemos un sistema de N ecuaciones con N incógnitas.
68. Obtenemos la relación entre la variable independiente N y su flujo J en una sección, a partir de uno de los
conductos entre P y sus vecinos, considerando la variación temporal despreciable frente a las espaciales.
69. Entre los nodos E y P, la variable generalizada en función de los valores en los extremos del intervalo es:

70. El caudal por el conducto P-E, flujo en un punto frontera del dominio, es:

y análogamente para los otros conductos restantes.


71. Podemos escribir la ecuación buscada como
(9-330)

con

(9-346)

(9-347)
564 Ejercicios para resolver

72. Los coeficientes de la ecuación anterior no pueden ser negativos, por lo que garantiza el sentido correcto del
arrastre y nos da soluciones físicamente coherentes.
73. Para las proyecciones del balance de cantidad de movimiento, al especificar el campo de presiones en los nodos,
las velocidades quedan establecidas en las fronteras, de modo que se ha de trabajar con una malla desplazada de
nodos para las velocidades, mientras que las restantes variables se calculan en los nodos originales.
74. Las etapas de cálculo se estructuran de la forma siguiente:
1º. Supónganse unos valores racionales para las difusividades turbulentas y las componentes de las
velocidades.
2º. Calcúlense los coeficientes de los balances de cantidad de movimiento y, con ellos , las componentes
u+ y v+ con ecuaciones como

mediante la sustitución de los valores de las velocidades vecinas el 2ª miembro de la ecuación.


3º. Calcúlese el término b según la ecuación

y con él, resuélvase la ecuación

para determinar el campo de presionas P correspondiente.


4º. Tomando estas presiones como P*, resuélvase la ecuación de cantidad de movimiento

para obtener u* y v*.


5º. Con estos valores se recalcula el término b con la ecuación

y con el valor obtenido, se calcula la corrección de presión con la ecuación

6º. Con los valores P’, se corrigen, con la ecuación (9-341), las velocidades u* y v*

7º. Resuélvanse las ecuaciones de diferencias de las otras variables N, tales como la temperatura, la
concentración y los parámetros que definen la turbulencia., para actualizar los coeficientes de las
ecuaciones.
8º. Vuélvase a la etapa 2ª con el nuevo campo de velocidades.

75. El flujo de calor para y+ > 11,8, se introduce a través del término fuente, con:

(9-365)
Ejercicios para resolver 565

76. Un valor del número de Peclet mayor que uno, significa que predomina la difusión y uno menor, que lo hace el
arrastre, mientras que el signo indica el sentido del arrastre.
77. Los torbellinos se renuevan automáticamente y en los de la escala exterior predominan las fuerzas de inercia,
por lo que comportan disipación.
78. Al ser la turbulencia de génesis fluidodinámica, se ha concebido el modelo de las difusividades turbulentas a
partir de campo de velocidades. La descripción física de la turbulencia parte del concepto de número de Reynolds
y del de escalas de la turbulencia. Consideramos que, para números de Reynolds elevados, se establece un transporte
de energía, mantenido por aportaciones externas, desde el flujo principal a los grandes torbellinos de la escala
exterior.
78. La longitud Z necesaria para el lecho que aumenta la concentración de A en la fase L de XI a XF y la disminuye
de YI a YF en la V, es
a)

b)

a)

9b. Indíquese cual de las respuestas propuestas es correcta


1. El flujo de calor que comporta la condensación es

Este flujo corresponde a la transferencia en la interfaz vapor-líquido y es


a) en serie con el calculado con fórmula obtenida en el capítulo 7 para una lámina de líquido vertical, con
Ti en vez de Ts.
b) en paralelo con el calculado con fórmula obtenida en el capítulo 7 para una lámina de líquido vertical,
con Ti en vez de Ts.
c) en paralelo con el calculado con fórmula obtenida en el capítulo 7 para una lámina de líquido horizontal,
con Ti en vez de Ts.
2. En estado estacionario, tenemos:
a)
566 Ejercicios para resolver

b)

c)

3. Se admite que, para los fenómenos de transporte a nivel microscópico, entre otras condiciones, que
a) las colisiones entre moléculas son elásticas
b) es posible definir una función de energía potencial molecular, N, el gradiente de la cual la fuerza entre
dos moléculas que interaccionan.
c) es posible definir una función de energía potencial molecular, N, el gradiente de la cual cambiado de
signo es la fuerza entre dos moléculas que interaccionan.
4. La forma uniformizada para las ecuaciones de balance es:
a)

ecuación en la que los cuatro términos en el orden mostrado son: el transitorio, el de arrastre, el de difusión y el
fuente.
b)

ecuación en la que los cuatro términos en el orden mostrado son: el transitorio, el de arrastre, el de difusión y el
fuente.
c)

ecuación en la que los cuatro términos en el orden mostrado son: el transitorio, el de arrastre, el de difusión y el
fuente.
5. En la condensación en el caso de una sustancia, con la presencia de las fases líquida y gas, ésta saturada a Ts y
Ps a) la superficie líquida se halla a una temperatura Ti superior a la de saturación, pero inferior a la To de
la superficie sólida.
b) la superficie líquida se halla a una temperatura Ti inferior a la de saturación, pero superior a la To de la
superficie sólida.
c) la superficie líquida se halla a una temperatura Ti inferior a la de saturación, pero igual a la To de la
superficie sólida.
6. La ecuación de la linea de operación es
a) Para la circulación a contracorriente:
Ejercicios para resolver 567

b) Para la circulación equicorriente:

c) Ninguna de las dos

9c. Problemas sin resultados


Problema 9.1. En una sección transversal de un sistema monodimensional circula una mezcla del 25% de hidr'geno,
40% de oxígeno y el 35% de vapor de agua siendo la presión total 1,4 bara y la temperatura 300 K. Calcúlense:
a) Las velocidades másica y molar medias
b) Los cuatro flujos que hemos definido, para el oxígeno
Problema 9.2. Un depósito cilíndrico vertical de 1 m de diámetro carece de tapa superior y contiene agua que
alcanza un nivel 1 m inferior al borde superior y se establece una corriente de aire transversal al depósito, seco a 330
K.
a) ¿Cuál es el caudal de agua evaporada en g/s?
b) Se añade una cubierta (chimenea)troncocónica sin bases, de altura 1 m y diámetros 1 m y 0'5 m ¿Cuál será el
nuevo caudal de agua evaporada?
Problema 9.3. Se establece una cortina descendente de agua frente a una corriente, a la presión atmosférica, de aire
con amoníaco. En una determinada sección transversal la fracción molar del amoníaco en el aire es de 0,16 y la
concentración en el agua de 0,09 moles/m3. Experimentalmente se determina que, a la temperatura de la sección, el
coeficiente global de transferencia de masa referido a la fase gas es Ky = 0,45 mol/m2 s/bar y que el 8% de la
resistencia entre las dos fases se concentra en la fase gaseosa. Por otro lado, constante de Henry, a la misma
temperatura, es de 0,9 atm/mol/m3. Calcúlense:
a) El flujo másico de amoníaco entre el aire y el agua en dicha sección
b) Las concentraciones de amoníaco en la interfaz.
Problema 9.4. Se desea reducir la concentración de amoniaco de una corriente de 0,014 m3/s de aire a 1 atmósfera
y 295 K, desde el 3,6% en volumen al 1,8%, mediante una torre de relleno, a contracorriente , en cuya parte superior
se introduce un caudal de 0,01 kg/s de agua. La línea de equilibrio, referida al disolvente puro, del amoníaco disuelto
en agua y aire, en contacto a 295 K y una atmósfera, se puede considerar la misma que en el ejemplo 9.15. Hállense
la longitud y el diámetro del lecho de anillos Raschig cerámicos de 20 mm, que hay que utilizar.
Problema 9.5. Se desea reducir la concentración de dióxido de azufre de una corriente de 0,09 m3/s de aire a 2
atmósferas y 300 K, desde el 20% en volumen al 0,5%, mediante una torre rellena con de anillos Raschig cerámicos
de 25 mm, introduciéndola por la parte inferior de la misma, mientras que por su parte superior se introduce un
caudal a determinar de agua, en función del valor mínimo1. La línea de equilibrio del dióxido disuelto en agua y aire
en contacto a 300 K y una atmósfera, viene dada por los valores:

xSO2 0,002 0,006 0,01 0,014


ySO2 0,085 0,245 0,450 0,630

La torre opera a una temperatura prácticamente constante de 300 K. Disponemos de la información adicional
siguiente:

Hállense la longitud y el diámetro necesarios del lecho de anillos.


Problema 9.6. Un cilindro de un material poroso se satura de alcohol, de modo que su concentración inicial es
uniforme. Se sumerge en un tanque con agua corriente de modo que inmediatamente la concentración de alcohol en
la superficie se estabiliza en el 1 %. Si en 11 horas la concentración de alcohol en el centro del cilindro pasa del 30%
al 20%, ¿cuál será la concentración en el centro al cabo de 22 horas?
Problema 9.7. Resuélvase el problema 9.4 suponiendo las lineas de equilibrio y de operación rectas.

1
Tómese un múltiplo razonable del mínimo.
568 Ejercicios para resolver

Capítulo 10. Convección gobernada por las fuerzas gravitatorias (II): con
cambio de fase

10a. Preguntas de test

Indíquese cuáles de las siguientes afirmaciones son ciertas y cuáles falsas:

1. Para las sustancias puras y en equilibrio, en las interfaces planas la presión de vapor del líquido es igual a la de
la fase gas.
2. En la saturación coexisten las dos fases, aunque sus proporciones puedan variar.
3. Los cambios posibles de fases fluidas saturadas son: vapor-liquido, denominado condensación y liquido-vapor,
denominado ebullición si es violenta y evaporación en caso contrario
4. El problema general trata procesos diatérmanos, pero en la convección mixta incluiremos, además de éstos, los
adiabáticos por la importancia y complejidad de las pérdidas de presión que provoca su circulación por los
conductos. 5. Los casos a considerar en los cambios de fase fluidas son:
. Cambio de líquido a vapor, ebullición, incluyendo dos situaciones básicas:
. Cambio de fase con el líquido estancado o en vasija, convección natural, a su vez desglosada en configuración
discreta (burbujas) y en continua (película) que aparecen en forma secuencial.
. Cambio de fase con circulación forzada o en conducto, convección mixta, desglosada de la misma manera.
. Cambio de vapor a líquido, condensación:
. Cambio de fase del vapor estancado, en forma discreta de gotas, convección natural.
. Cambio de fase en reposo o con circulación, con formación de película continua, convección natural o
mixta.
6. En la condensación las configuraciones discreta y continua son independientes y mutuamente excluyentes, a
diferencia de la ebullición.
7. La transferencia de calor en las configuraciones en las que la nueva fase se mantiene discretizada, es mucho mayor
que en las que se forma una película continua.
8. La cuantificación de los fenómenos de transferencia de la pregunta 7, requiere más información en el primer caso
que en el segundo.
9. Desda el punto de vista práctico, un aspecto importante de la transferencia de calor por convección con cambio
de fase es que los coeficientes de convección son proporcionales a los correspondientes sin cambio de fase.
10. Cuando la presión parcial de una sustancia en fase vapor es igual a la parcial de la misma en el líquido en
equilibrio, decimos que el vapor está a su temperatura de saturación y que se encuentra en su punto de rocío.
11. Cuando la presión parcial de una sustancia en fase líquida es igual a la parcial de la misma en el vapor en
equilibrio, decimos que el líquido está a su temperatura de saturación y que se encuentra en su punto de burbuja.
12. Cuando se trata de sustancias puras, las proporciones de las dos fases saturadas pueden variar, de acuerdo con
las aportaciones o sustracciones de calor, sin que se alteren ni la temperatura ni la presión del sistema, mientras que
en el caso de mezclas si varían las proporciones de las fases, lo hacen su composición, la presión y la temperatura.
13. En el diagrama P-V las líneas de saturación para los cambios líquido-gas y la correspondiente a los gas-líquido
separan las zonas de líquido estable, líquido sobrecalentado metastable, mezcla líquido-gas inestable, gas
sobrenfriado metastable y gas estable
14. Si al disminuir la presión también lo hace el volumen, la evolución contradice el principio de Le Chatelier y por
tato no puede mantenerse, es inestable y la fase homogénea debe descomponerse en dos: gas (vapor) y líquido.
15. La ebullición produce una discontinuidad del volumen.
16. Antes del punto espinodal un líquido en reposo absoluto y sin partículas contaminantes, aunque aumente su
temperatura por encima de la de saturación se mantiene homogéneo, en equilibrio metastable, hasta alcanzar dicho
punto espinodal,
17. Un líquido sobrecalentado homogéneamente tiene un límite máximo de sobrecalentamiento sin generación de
burbujas, denominado ONB homogéneo, que corresponde a la intersección de la isoterma a la temperatura de
saturación con la curva espinodal del vapor.
18. Cuando se producen embriones, repartidos en la fase original, provocan, inicialmente, que la nueva fase se halle
discretizada, mientras la inicial permanece continua.
19. En este caso la transferencia de masa y energía no se produce solo en una interfaz de las dos fases continuas, sino
que aparecen multitud de interfaces, disminuyendo la superficie de transferencia.
20. Si se extrae calor a un líquido saturado, aparecen burbujas en el seno del mismo, provocando la ebullición, y si
se trata de un vapor saturado y si se aporta, aparecen gotas en su seno, produciéndose la condensación.
21. En la condensación existen factores que pueden mantener la discretización de la nueva fase durante todo el
proceso.
22. Para que la energía superficial sea máxima, la forma a la que tienda la superficie de la burbujita será la esférica,
lo que hará que las moléculas de la fase vapor estén interaccionando con más moléculas en fase líquida que en el
caso de una superficie plana.
23. En el interior de la burbujita, con menos moléculas en la fase gas se consigue equilibrar el flujo de moléculas
que escapan del líquido y la presión de la fase gas (vapor), Pv, es menor que la de saturación P4 del líquido a la
Ejercicios para resolver 569

misma temperatura Tv del vapor sobrecalentado del interior de la burbujita.


24. En un líquido sobrenfriado, Ps/Pv < 1, la barrera de energía para la formación de una burbujita, crece
indefinidamente al aumentar el radio de la misma.
25. Para un líquido sobrecalentado, Ps/Pv > 1, existe un radio crítico r* para el que el incremento de disponibilidad
alcanza un máximo, a partir del cual la barrera de energía para el crecimiento de la burbujita, disminuye.
26. A medida que aumenta la temperatura de saturación, r* disminuye y la nucleación es más fácil.
27. El radio crítico es inversamente proporcional al sobrecalentamiento, de modo que cuanto mayor es el
sobrecalentamiento, menor es el radio crítico y, de acuerdo con la distribución del tamaño de las burbujitas, más
embriones lo superan y provocan el desarrollo del fenómeno.
28. El trabajo de nucleación equivale a superar una barrera de energía, de modo que si aumenta el sobrecalentamiento
de líquido, una mayor cantidad de moléculas en fase líquida tendrán bastante energía cinética para convertirla en
energía de activación, para que los huecos con vapor se hagan mayores.
29. Si las burbujitas alcanzan el tamaño crítico, a partir del cual el incremento de entalpía libre necesario para la
formación de la burbujita disminuye, el proceso de nucleación pasa a ser espontáneo.
30. Un cambio de fase fluida permite salir del equilibrio a través de estados intermedios, físicamente posibles en
forma de líquido sobrecalentado, a temperaturas en equilibrio estable correspondientes a la fase gas únicamente, y
de gas sobrenfriado, a temperaturas correspondientes a la fase líquido exclusivamente, estados metastables que no
contradicen el principio de Le Chatelier.
31. La nucleación homogénea afecta a la seguridad en los almacenamientos de líquidos, en el caso de un incendio
que envuelva un depósito hermético.
32. El factor debido al ángulo de contacto líquido- sólido, está comprendido entre 0 y 1, y vale 1 para 2 = 180°, es
decir no hay reducción debida a la superficie sólida para un líquido que la moja completamente. Por otro lado, para
un líquido que no mojase en absoluto la superficie, 2 = 0, N = 0 y no se requeriría sobrecalentamiento para crear
burbujas.
33. Lo que ocurre es que el sólido reduce la interfaz líquido-gas, con lo que también reduce la energía necesaria para
estabilizar la burbuja.
34. Los valores de los sobrecalentamientos necesarios en la realidad para la nucleación heterogénea, son mucho
menores que los establecidos por la fórmula del factor debido a 2, porque este efecto superficial no es el único. El
factor adicional es que las superficies perfectamente lisas no existen y que en todas hay cavidades, que reducen más
la energía requerida por la burbuja para estabilizarse.
35. Suponiendo una cavidad cónica de ángulo en el vértice $, véase la figura citada, el ángulo efectivo de contacto
con la superficie de la cavidad, 2’ es menor que 2, con lo que el factor disminuye sensiblemente.
36. La ebullición nucleada está afectada por la combinación fluido-sólido de la que se trate, de modo que no es
posible obtener una fórmula dependa tan sólo de las características del fluido y que de resultados correctos.
37. ¿Por qué las fórmulas (7-112) y (7-115), para la ebullición nucleada, introducen parámetros específicos?
38. En caso de utilizar tan sólo las variables genéricas del fluido, la fórmula para la ebullición de cualquier tipo
comportará un error, al no tener en cuenta todos los factores que intervienen en el fenómeno.
39. La fórmula (10-64) establece la intervención decisiva en el inicio y evolución de la ebullición en forma discreta,
de la configuración de la superficie sólida calefactora.
40. Para una pareja determinada superficie sólida-líquido, la relación entre el sobrecalentamiento de la superficie
calefactora y el flujo de calor correspondiente, depende de como se suministra éste, de forma que la evolución
mostrada en la figura 7.9 no es la única posible.
41. El coeficiente de convección para la ebullición nucleada, en función del flujo de calor teniendo en cuenta tan solo
las propiedades del fluido, comporta un error de hasta ± 35%.
42. Una expresión del coeficiente de convección por ebullición nucleada es

donde C es función exclusiva de la temperatura o la presión reducidas.


43. Las fórmulas de la forma anterior son especialmente prácticas a bajas presiones, porque obvian el uso de las
propiedades de los fluidos.
44. Aunque una correlación para la ebullición nucleada no incluya las características de la pareja fluido-superficie,
puede no presentar discrepancias notables con la realidad.
45. El problema de los cálculos en la transferencia de calor por ebullición, es el general de la convección gobernada
por las fuerzas gravitatorias, consistente en que el coeficiente de transferencia depende de la diferencia de
temperaturas entre la pared y el fluido, en este caso del sobrecalentamiento de la pared respecto a la temperatura de
saturación.
46. Si se aplica un flujo de calor constante en la pared del tubo, se conoce, además de la temperatura de saturación,
la temperatura del medio calefactor, por lo que para calcular la transferencia no hay que eliminar la temperatura de
la pared, To.
47. El punto, que marca el fin de la ebullición con película gaseosa estabilizada, se denomina punto de Leidenfrost.
48. Una vez superado el flujo de calor mínimo en la ebullición natural, se forma una capa estable de gas junto al
sólido, que mantiene al líquido apartado de la misma y donde la transferencia se efectúa por conducción, convección
y radiación en paralelo.
49. El fenómeno de la condensación es el macroscópicamente más complejo en la transmisión del calor, pues al ser
570 Ejercicios para resolver

indirecto el contacto entre el vapor y la pared sólida (el condensado se interpone), hay que tener en cuenta la
transferencia de energía (térmica y mecánica) y masa entre las fases líquida y gas, más la transferencia de energía
entre la fase líquida y la pared sólida.
50 En el caso de la ebullición nucleada, al ser el contacto directo, basta con estudiar la transferencia de energía entre
la fase líquida y la pared sólida.
51. La condensación interesante en la práctica es la heterogénea en película, que, al comportar una nueva fase
continua, puede tratarse de una forma más genérica que la ebullición de interés práctico, la nucleada, que discretiza
la fase vapor.
52. La condensación en película, salvada una corta fase inicial, se desarrolla en la superficie de la fase líquida,
perfectamente definida a escala elemental, al contrario de la superficie sólida donde se produce la ebullición con la
formación de burbujas, compleja y específica de cada caso, por lo que permite obtener expresiones de una precisión
mucho mayor que para esta última.
53. Experimentalmente se constata que el margen de error de las fórmulas que prescinden de la naturaleza y estado
del sólido es mucho mayor para la condensación en película que para la ebullición nucleada.
54. El coeficiente de convección por condensación del agua es mucho más elevado que para otros vapores.
55. La condensación en gotas tiene lugar cuando el líquido no moja a la superficie sólida porque F tiende a 4, es
decir, cuando el ángulo 2 de contacto es muy grande (recuérdese que para que un líquido no moje en absoluto, 2 =
180°).
56. Para la condensación natural, el número de Reynolds se establece a partir del diámetro hidráulico del líquido
condensado.
57. En las superficies horizontales el número de Grashof carece de sentido físico.
58. Para los problemas de condensación, simplifica las fórmulas el uso de la longitud ficticia

59. Se mejora la precisión de la fórmula de Nusselt usando un calor de condensación igual a

60. La potencia global transferida en la condensación por convección natural en una pared, plana o cilíndrica, vertical
responde a la expresión

y también

de modo que los problemas de la condensación en general se resuelven aplicando ambas simultáneamente.
61. Los problemas fundamentales de la condensación en película son dos:
1. Conocidos las temperaturas del vapor saturado y de la superficie sólida, y la longitud de la placa o tubo
disponible, hallar el caudal que condensará, o sea, dada L determinar '(L), problema que requiere el empleo
la herramienta Buscar objetivo de la hoja de cálculo para la resolución del balance.
2. Conocidos la longitud de la placa o tubo disponible, el caudal condensado y la temperatura del vapor
saturado o la de la superficie sólida, hallar la temperatura de la superficie sólida o del vapor saturado,
respectivamente. Es decir, dados L, '(L) y Ts, o To, encontrar To o Ts, respectivamente.
62. Estos problemas requieren iterar la temperatura desconocida, de la que dependen siempre las propiedades del
líquido y en el segundo caso, del vapor además.
63. En los procesos a flujo, incluso sin transferencia de calor, o adiabáticos, el reparto del espacio ocupado por cada
una de las fases, o configuración del flujo, varía sólo en función de las substancias, las condiciones de temperatura
y presión, y las proporciones de ambas fases.
64. Las configuraciones de flujo se encuentran entre dos estructuras límite y una intermedia ideales: una extrema
es la fase gas dispersa en forma de burbujas en una matriz continua de la corriente de liquido, la intermedia es la de
dos fases continuas y segregadas, en forma de un cilindro hueco exterior de liquido y un cilindro interior de vapor,
Ejercicios para resolver 571

aunque puede producirse la situación inversa (núcleo líquido y película gaseosa, y la otra extrema consiste en la fase
liquida en forma de gotas dispersa en una matriz continua de gas.
65. La definición de título termodinámico permite establecer valores del título negativos o mayores que la unidad
para indicar, respectivamente, un vapor en promedio sobrecalentado o un líquido en promedio sobrenfriado.
66. El flujo de calor transferido por convección en función de la diferencia entre la temperatura de la pared de un
tubo y la global del fluido que circula inicialmente en fase líquida, al aumentar el sobrecalentamiento de la pared
aumenta el flujo de calor, según la velocidad del fluido, hasta que aparece una discontinuidad que provoca un
aumento brusco del flujo transferido, que es independiente de la velocidad del fluido y estabiliza la diferencia de
temperatura, lo que indica que aparece un nuevo mecanismo de transferencia de calor menos eficaz.
67. La ebullición nucleada aparece cuando el título termodinámico todavía es negativo y se inicia con la formación
de burbujas junto a la pared caliente, en la estación que denominamos ONB, hasta llegar a la sección donde las
burbujas generadas en la pared son estables, designada como NVG, aunque el título termodinámico x sigue siendo
inferior a 0 (ebullición sobrenfriada) prosiguiendo hasta que el título x pasa a positivo, produciéndose la ebullición
plenamente desarrollada, FDB, en la que, además de ocupar las burbujas toda la sección, el título termodinámico
puede ser mayor que la unidad.
68. El DO y el DNB son las configuraciones correspondientes al CHF.
69. Cuando el flujo aplicado a la pared de un tubo es muy alto, la elevación brusca de la temperatura de la pared se
produce con valores del título x altos, al producirse el DNB. Contrariamente, para flujos bajos, la elevación de
temperatura aparece cuando el título es mucho menor y el líquido está saturado, alcanzándose el CHF por DO.
70. Los modelos para establecer los balances de masa, cantidad de movimiento y energía, comportan como hipótesis
comunes las siguientes:
1. Estado estacionario
2. Conductos de sección circular constante
3. La sección recta repartida entre las dos fases, de forma que estas son homogéneas y hay una única interfaz
entre ellas.
4. En la interfase aparecen fuerzas, de igual módulo y dirección pero de sentido contrario, que cada fase ejerce
sobre la otra, existiendo además una resultante de las fuerzas de fricción de cada fase con las paredes del conducto.
5. La presión en cada sección transversal es única.
6. Para un elemento diferencial de longitud, en todo su espesor la variación de las secciones Sg y Sl es
despreciable y se pueden tomar como constantes.
7. Los flujos son de émbolo (perfil de velocidades plano)
8. La temperatura media de ambas fases la misma, de modo que la temperatura será única en una sección
transversal
9. La masa y la velocidad de cada fase pueden variar a lo largo de un elemento transversal de conducto.
71. Las hipótesis de los modelos homogéneos se ajustan mejor a las configuraciones de flujo con una fase continua
y la otra uniformemente dispersa en ella (flujos de burbujas o de gotas) lo que corresponde a títulos muy pequeños
o muy grandes y circulaciones a altas velocidades y presiones.
72. La condensación mixta interna se produce en el interior de conductos y su característica esencial es que el caudal
total es constante, de modo que la potencia transferida viene dada por el balance de energía.
73 En los tubos hay que tener en cuenta la posición y, en los no horizontales, también el sentido relativo del
movimiento de cada fase.
74. La condensación con el vapor descendente en tubos verticales (gas y líquido equicorriente) corresponde al
modelo de Dukler, de modo que la fórmula (10-202) es aplicable, reflejándose el efecto de forzado de la circulación
con J*i, fórmula (10-203).
75. En el caso de corriente de vapor ascendente existe un límite de validez del modelo si la velocidad del vapor
supera un cierto valor que provoca inundación.
76. También hay que evitar el retorno de condensado, por lo que no se puede superar una máxima velocidad de la
fase gaseosa.
77. En el caso de tubos horizontales las configuraciones de flujo evolucionan a lo largo de la longitud del tubo,
aunque se suelen tratar conjuntamente los flujos disperso y anular así como el de borbotones y el intermitente,
quedando como intermedios el estratificado y el de oleaje.
78. El mapa de configuraciones diatérmanas recomendado, para definir los dominios de existencia de las distintas
configuraciones, toma la velocidad superficial adimensional de la fase gas, jg*,

como ordenadas y "/(1 - ") como abscisas, siendo " la fracción de huecos.
79. El flujo estratificado se produce cuando el flujo de vapor (gas) es bajo y el flujo está controlado por la fuerza de
la gravedad, mientras que a velocidades altas del vapor, predominan las fuerzas de fricción, se puede despreciar el
peso y el flujo tiende a anular.
80. Para el cálculo del número de Nusselt local y medio en cada una de estas zonas, damos factores de corrección
para el valor de NuD calculado con el caudal de vapor.
81. Para flujo anular recomendamos la fórmula de Shah, válida para x < 0,999 y títulos altos, que parte de la ecuación
572 Ejercicios para resolver

para el líquido. Esta correlación, permite calcular el valor medio NuTP, y, con él, la longitud necesaria para la
condensación deseada, mediante el balance de energía (3-371).
82. El flujo estratificado se produce cuando el título del vapor es bajo y el flujo está controlado por la fuerza de la
gravedad.
83. El factor para adaptarla al interior del tubo es aproximadamente función de la fracción " de huecos.
84. Para efectuar el cálculo de la transferencia de calor se debe descomponer el tramo de tubo al que corresponda
el régimen estratificado, en tramos parciales.
85. Para el flujo estratificada con oleaje, se establece un número de Nusselt combinación del correspondiente a la
película descendente por las paredes, con el debido a la convección forzada de la lámina de condensado que
transcurre por la parte inferior del tubo
86. El número de Froude de un fluido es la relación entre el cuadrado de su velocidad volumétrica específica y una
velocidad derivada de la longitud característica de contacto fluido-sólido al combinarla con g.
87. En el caso de placas, cuando la velocidad de la fase gas es muy alta, se puede despreciar el peso y se obtiene un
valor locales del número de Nusselt para un flujo de calor pequeño, condensación tendiendo a cero, y grande,
condensación tendiendo a infinito. La interpolación entre los valores extremos del flujo da el valor medio del número
de Nusselt .
88. Para el exterior de tubos horizontales y haces, partimos de un tubo aislado transversal a la corriente de vapor
saturado, para el que la fórmula de Nusselt es aplicable si la velocidad suficientemente baja, lo que ocurre cuando
el número de Froude del gas verifica una determinada relación.
89. Cuando la corriente transversal de vapor saturado tiene una velocidad elevada, que provoca fricción turbulenta
y desprendimiento de la capa límite, se produce un aumento de la transferencia de calor, pues en la zona desprendida
aumenta el espesor de la lámina de condensado.
90. La transferencia de calor es independiente del ángulo N de desprendimiento.
91. En los haces de tubos la condensación real es la suma de casos simples y el caso de un tubo se ve alterado por
la interferencia de los vecinos y las salpicaduras de los otros tubos. En el caso de condensadores industriales, el
método recomendado trata la condensación en el caso más simple, aunque con errores del orden de más/menos 25%.
92. Con el flujo estratificado se puede aplicar a la película descendente por la pared interior lateral del tubo la
fórmula de Nusselt para el exterior de cilindros horizontales, con un factor de corrección para tener en cuenta que
la película de escurrimiento sobre la pared lateral recorre toda la circunferencia.

10b. Indíquese cual de las respuestas propuestas es correcta


1. Cuando la nucleación es heterogénea y el cambio de fase aumenta su severidad,
a) se produce la aglomeración de la nueva fase y ésta adopta una estructura continua.
b) se produce la dispersión de la nueva fase y ésta adopta una estructura heterogénea
c) ambas fases se aglomeran.
2. El fenómeno de la condensación es el macroscópicamente más complejo en la transmisión del calor, pues
a) al ser indirecto el contacto entre el vapor y la pared sólida, hay que tener en cuenta la transferencia de energía
(térmica y mecánica) y masa entre las fases líquida y gas, más la transferencia de energía entre la fase líquida y la
pared sólida.
a) al ser directo el contacto entre el vapor y la pared sólida, hay que tener en cuenta la transferencia de energía
(térmica y mecánica) y masa entre ambas, más la transferencia de energía entre la fase líquida y la gaseosa.
b) al ser indirecto el contacto entre el vapor y el líquido, hay que tener en cuenta la transferencia de energía
(térmica y mecánica) y masa entre las fases líquida y gas, más la transferencia de energía entre la fase líquida y la
pared sólida.
c) al ser indirecto el contacto entre el vapor y la pared sólida, hay que tener en cuenta la transferencia de energía
(térmica y mecánica) y masa entre las fases líquida y gas, más la transferencia de energía entre la fase líquida y la
pared sólida.
3. En el caso de la ebullición nucleada,
a) al ser el contacto directo entre el vapor y el sólido, basta con estudiar la transferencia de energía entre la fase
líquida y la pared sólida.
b) la transferencia global es entre la fase líquida y la gaseosa más la transferencia de energía entre la fase líquida
y la pared sólida.
c) al ser el contacto directo entre el vapor y el líquido, basta con estudiar la transferencia de energía entre las
fases líquida y la gaseosa.
4. La condensación interesante en la práctica es:
a) la heterogénea en película
b) la homogénea en película
c) la heterogénea en gotas
5. La ebullición que que comporta una nueva fase continua, puede tratarse de una forma más genérica que
a) la convección gaseosa
b) la condensación
c) la que comporta una nueva fase hererogénea.
6. La ebullición nucleada
a) discretiza la fase líquida
b) discretiza la fase vapor
Ejercicios para resolver 573

c) mantiene las fases homogéneas.


7. a) La condensación en película, salvada una corta fase inicial, se desarrolla en la superficie de la fase líquida,
perfectamente definida a escala elemental, lo que permita hallar fórmulas función única de las propiedades del fluido.
b) La ebullición con la formación de burbujas se produce sobre la superficie sólida, compleja y específica de cada
caso, por lo que permite obtener expresiones de una precisión mucho mayor que para la condensación en película.
c) La condensación en gotas se produce sobre la superficie sólida, compleja y específica de cada caso, por lo que
permite obtener expresiones de una precisión mucho mayor que para la en película.
8. Experimentalmente se constata que el margen de error de las fórmulas que prescinden de la naturaleza y estado
del sólido es mucho menor para
a) la condensación en película que para la ebullición nucleada.
b) la condensación en película que para la ebullición en película
c) la condensación en gotas que para la ebullición nucleada.

10c. Problemas sin resultados

Problema 10.1 (Problema 7.30). Una resistencia de níquel cilíndrica, de 25,4 mm de diámetro y 127 mm de
longitud, calentado eléctricamente, suministra a W y está sumergida en agua saturada a 100°C. Represéntese su
temperatura en función de la potencia suministrada, variando de 100 a 10.000 W, comprobando si se puede suponer
ebullición nucleada en todo el rango de potencias.
Problema 10.2 (Problema 7.31). Un alambre de níquel, de 0,5 mm de diámetro y 60 mm de longitud, calentado
eléctricamente, suministra a W y está sumergida en agua saturada a 115°C.
a) Represéntese su temperatura en función de la potencia suministrada, variando de 50 a 500 W.
b) Compruébese si se puede suponer ebullición nucleada en todo el rango de potencias.
c) ¿Qué ocurre si el agua está saturada a 100°C y el alambre está a 115°C?
Problema 10.3 (Problema 7.27). Se condensa vapor de agua saturado a 2,5 bar sobre una superficie vertical de 2
m de altura, que está a 123°C:
a) Represéntese el espesor de la película, el valor del coeficiente de convección local y la potencia total transferida
por m de anchura, en función de la distancia recorrida por el condensado a partir del borde superior.
b) Repítanse los cálculos si la presión de saturación es 0,04 bar y la superficie está a 25°C, y compárense los
resultados.
c) Lo mismo si la temperatura de la placa varía de 123°C a 127,4°C.
Problema 10.4. Calcúlese la temperatura de pared de un tubo de S30400, diámetros 50 mm exterior y 46 interior,
en posición vertical, por el que circulan 0,415 kg/s de vapor saturado, en una sección donde la presión es de11,7 bara
y el título 0,1 y con una aportación exterior de calor de 75 kW por m de longitud
a) Con la ecuación (10-89)
b) Con la ecuación (10-94)
c) Con la ecuación (10-100)
Problema 10.5. Repitase el caso c) del problema anterior si por el exterior circula un fluido a 710 K con un
coeficiente de convección de 4.152 W/m2 K
Problema 10.6. Dada una tubería de 1/2 in, Sch 40, de acero del 0,2% de carbono y 1,6 m de longitud, en posición
horizontal,
a) Demuéstrese que la fórmula (10-137) para un único cilindro horizontal equivale a

b) Calcúlese el coeficiente de transferencia de calor exterior para la tubería si está a 341,5 K cuando se transfieren
19.813 W y a 302 cuando son 44.040 W, en el seno de vapor saturado a Ts = 373 K, y hállese el valor medio del
coeficiente con un peso, para tener en cuenta la no linealidad del proceso, del 40,45% del 1ª y el 59,55% del 2ª.
Problema 10.7. Calcúlese la temperatura de pared de un tubo de acero al C, diámetros 50 mm exterior y 46 interior,
en posición vertical, por el que circulan 0,6 kg/s de vapor saturado a 473,15 K y con una aportación exterior de calor
de q/A = 184 kW/m2, en una sección donde el título es igual a 0,2.
Problema 10.8 (Problema 7.33). Dada una placa de cobre pulido a 116,85°C:
a) Represéntese la temperatura a la que se ha de hallar el agua saturada que hierve con ebullición nucleada sobre en
función de la cantidad de agua evaporada por m2, variando de 500 a 2.000 kg/m2h. (PISTA: supónganse las
temperaturas en vez de los caudales).
b) Indíquese si los límites indicados son posibles con ebullición nucleada.
Problema 10.9 Repítase el problema 10.6 si sobre la tubería incide una corriente a 3 m/s de vapor saturado a Ts =
373 K, que condensa en su superficie exterior.
Problema 10.10. Dada una tubería de 1/2 in, Sch 40, de acero del 0,2% de carbono y 1,6 m de longitud, en posición
horizontal,
574 Ejercicios para resolver

a) Demuéstrese que la fórmula (10-137) para un único cilindro horizontal equivale a


b) Calcúlese el coeficiente de transferencia de calor exterior para la tubería si está a 223 K y sobre ella incide una
corriente a 3 m/s de vapor saturado a Ts = 373,15 K, que condensa en su superficie exterior.
Problema 10.11. Demuéstrese que si en un depósito de fondo plano y paredes verticales aisladas, se introduce un
vapor saturado y se enfría el fondo a una temperatura inferior a la de saturación, el nivel de condensado varía
temporalmente según

Capítulo 11. Transferencia de calor entre dos fluidos separados por un


tabique o temporalmente

11a. Preguntas de test


Indíquese cuáles de las siguientes afirmaciones son ciertas y cuáles falsas:
1. El acoplamiento térmico de los caudales de dos fluidos a distinta temperatura puede efectuárse de dos modos
básicos:
-A través de un nexo convectivo-conductor, consistente en un tabique sólido impermeable interpuesto, que crea
un circuito térmico serie entre ambos.
-Cara del tabique común, que transfiere el calor indirectamente, que puede incluir la radiación, es decir, la
separación de los fluidos se establece en el espacio en vez del tiempo.
2. El caso de dos fluidos a temperaturas distintas pero constantes el acoplamiento da lugar a las relaciones de Peclet,
(1-30), (1-31) y (1-32).
3.Cuando el dispositivo tiene como objetivo transferir directamente calor entre dos corrientes a distinta temperatura,
o sea cuando circulan simultáneamente por el mismo, pero manteniéndolas segregadas de modo que conservan su
composición y caudal, se denomina recuperador.
4. Suponemos que, al menos, uno de los dos fluidos no cambia de fase y que operan en estado estacionario.
5. Se efectuará la simplificación de suponer constantes las propiedades de los fluidos y su valor igual al determinado
para la temperatura media en el tramo recorrido por los mismos. De este modo, los coeficientes de convección se
consideran constantes y uniformes a lo largo de todo el tabique.
6. La relación entre la temperatura variable, según la posición, de uno de los fluidos, mientras que el otro mantiene
la temperatura constante se analizó en el capítulo 3. En este capítulo introducimos el caso de que varíen las
temperaturas de ambos fluidos.
7. En la disposición en la que la transferencia de calor es indirecta, el tabique sólido acumula transitoriamente calor
cuando circula una corriente caliente, corriente que posteriormente se desvía para dar paso a una corriente fría que,
también transitoriamente, absorbe el calor acumulado en la fase anterior y así sucesivamente.
8. Estos dispositivos se denominan regeneradores y se utilizan fundamentalmente para gases, en ramas de la industria
en que la temperatura de los gases calientes es alta y se necesita un elevado calentamiento de otro gas, aire en
general.
9. Cuando existe una variación espacial simultánea de las temperaturas y diferencia efectiva de temperaturas
10. El elemento fundamental para conseguir una variación simultánea de la temperatura de dos fluidos en los
equipos térmicos, es el tabique en forma de conducto y sus combinaciones: un conducto incluido en otro: 2 tubos
concéntricos etc, y conductos en paralelo incluidos en una envolvente, etc.
11. Operando en estado estacionario, si las temperaturas de los dos fluidos varían en el espacio, a nivel diferencial
no podemos utilizar la 2ª relación de Peclet, ya que en cada sección transversal las temperaturas han de mantenerse
invariables, independientemente del instante.
12. Consideremos un elemento de un conducto de sección constante, definida por su área S y su perímetro térmico
igual al hidráulico, interior y exterior, pi y po. Para el fluido que circula por su interior podemos escribir:

13. Si se trata de un conducto de longitud L, el calor total transferido será:


Ejercicios para resolver 575

Si U es constante y recordando,

, la diferencia efectiva de temperaturas, ()T)m, es igual a

y es también función de la geometría y para cada tipo de disposición fluidos-conducto la fórmula será distinta.
14. Sin embargo, si la temperatura de uno de los fluidos permanece constante, la diferencia efectiva de temperaturas
del sistema fluidos-tabique, no depende de la geometría pues llegamos a:

15. Con la expresión anterior el problema está completamente resuelto, pues nos permita calcular (Tc)F y con ésta
obtener la potencia transferida:

16. La aplicación CAMBIOSATURADO, que aquí denominaremos CAMBIOISOTERMO, en la fórmula (11-10)


estrictamente sólo es válida para fluidos circulando en convección forzada turbulenta por el interior de un conducto,
incluyendo la de transición cuando se usa la opción GNIELINSKI, basada en las fórmulas, corregidas para tener en
cuenta el efecto entrada y la variación de las propiedades con la temperatura en una sección transversal. La
aplicación da la temperatura final paro no la pérdida de carga (presión) a lo largo del conducto.
17. Al ser, tanto la potencia transferida (o la temperatura final) como la pérdida de presión, función exclusiva del
diámetro hidráulico y la longitud del conducto (a través de U y Cf) existe una solución matemática única (conducto
de diámetro hidráulico y longitud datos) para transferir una determinada potencia con una pérdida de presión también
dada.
18. Efectuamos los cálculos suponiendo un coeficiente de convección medio uniforme del fluido circulando por el
interior de los tubos, válido a lo largo de todo el dispositivo y calculado con las propiedades constantes determinadas
a la temperatura media del líquido, 0,5(TI + TF).
19. Cuando la aplicación CAMBIOISOTERMO nos da unas coordenadas en el mapa de Metais-Eckert que indiquen
que existe convección mixta, se debe recurrir, a la aplicación CAMBIOISOTERMOII, que utiliza las fórmulas de
corrección para las de convección forzada en tubos verticales.
20. Si la ordenada de Metais-Eckert (ReD) es inferior a 2.300, el régimen en el interior del tubo es laminar y ninguna
de las dos aplicaciones citadas es válida.
21. Con la simplificación de suponer las propiedades constantes en todo el tramo, se pueden definir los parámetros
N, P y R que dan un método general para determinar las prestaciones de un recuperador.
22. Denominamos número de unidades de transferencia a:

y eficiencia:

23. Para el fluido caliente o frío, que no cambia de fase y su temperatura varía, obtenemos las expresiones
adimensionales:
576 Ejercicios para resolver

24. Asimismo

25. También:

26. Como normalmente conocemos las temperaturas iniciales de los dos fluidos, así queda resuelto el problema
general de hallar la potencia transferida mediante una determinada configuración de fluidos y tabique, o que
superficie es necesaria caso de querer transferir una potencia determinada. Para ello bastará hallar los valores de P
y N, cuyas expresiones dependerán de la configuración.
27. De acuerdo con sus definiciones, calculando P obtenemos una temperatura final y, con ella, la otra, y conocidas
N y U, hallamos la superficie de transferencia.
28. La teoría NP sólo es aplicable cuando se considera constante la temperatura de uno de los fluidos, pero permite
resolver fácilmente problemas con cualquier combinación de datos o incógnitas.
29. Para resolver problemas cuando ambos fluidos cambian de temperatura hay que introducir un tercer parámetro,
que denominaremos R:

30.

31. En el caso de que uno de los fluidos se mantenga a temperatura constante, por ejemplo porqué el caliente cambia
de fase, (Th)I = (Th)F = Ts, y el otro no lo hace, (Tc)I … (Tc)F, el valor de R para este último es nulo, mientras que para
el que cambia de fas es el inverso, o sea 4.
32. La diferencia entre las temperaturas finales de los fluidos caliente y frío recibe la denominación de aproximación,
y cuando es un valores negativo, es decir, cuando (Tc)F es mayor que (Th)F, se dice que existe cruce de temperaturas.
33. Cuando sólo uno de los fluidos circula en régimen laminar se debe utilizar la aplicación CAMBIOISOTERMOII,
para dicho fluido, mientras que para el otro la CAMBIOISOTERMO es adecuada.
34. La mayor recuperación posible sin que exista cruce de temperaturas se consigue cuando se verificar que la
temperatura de salida del fluido frío es igual a la de entrada del caliente y en esta caso:
Ejercicios para resolver 577

35. Se define como acercamiento térmico en un recuperador a la diferencia entre la temperatura de entrada (inicial)
del fluido con mayor caudal de capacidad calorífica y la de salida (final) del de menor caudal de capacidad calorífica;
o sea, la menor diferencia de temperaturas entre ambas corrientes en una sección transversal del recuperador.
36. La aplicación NPR resuelve las tres ecuaciones conocidos los valores de dos de los parámetros y transforma los
resultados en dimensionales.
37.Si despreciamos las variaciones del coeficiente global de transferencia U con la temperatura media de los fluidos,
la resolución de los problemas se simplifica extraordinariamente.
38. Los dos problemas generales característicos de la transferencia de calor entre fluidos, problemas que
denominaremos directo e inverso, corresponden a una de las cuestiones genéricas siguientes:
a) Dada la naturaleza y el caudal de una corriente de la que conocemos sus temperaturas inicial y final,
separada, por un tabique impermeable de configuración geométrica conocida, de otro fluido a temperatura
distinta, determinar las dimensiones (superficie) de dicho tabique separador para que permita la
transferencia de calor necesaria, lo que corresponderá a determinar N. Denominaremos a esta
determinación, solución del problema directo
b) Dado un tabique (configuración y dimensiones) en el que se introducen una corriente cuyo estado inicial
es conocido y otra a distinta temperatura circulando simultáneamente por uno por cada lado del tabique,
sin mezclarse, hallar la temperatura final de los fluidos y la potencia transmitida, lo que corresponderá a
determinar P. Denominaremos a esta determinación, solución del problema inverso.
39. Conocidos los caudales y las temperaturas de entrada de dos fluidos en el recuperador, para hallar las
dimensiones del mismo necesarias para que las temperaturas finales alcancen unos valores determinados; es decir,
dados los 5 valores de contorno siguientes:

se debe calcular el área precisa para que se verifiquen simultáneamente. Conocida la potencia q, establecemos la
ecuación:

que resolvemos iterando el valor de (Th)m, el cual, una vez conocido, nos da la temperatura final correcta del fluido
caliente.
40. Los 3 primeros pasos de la marcha sistemática para resolver el problema directo son los siguientes:

1. Calcúlense los parámetros P y R para el fluido cuyas temperaturas son los datos (seguimos suponiendo
el frío).
2. Con estos valores, calcúlese Nc con la fórmula N(P, R) = N correspondiente a la configuración escogida.
Nótese que, al estar fijadas las temperaturas, los valores de Pc, Rc y Nc son fijos y finales.
3. Hállese el coeficiente global de transmisión U, etc.

41. Aunque conozcamos las temperaturas inicial y final siempre es preciso iterar porqué los coeficientes de
convección son función de les velocidades, que a su vez dependen de las dimensiones que buscamos (sección de
paso, número de pasos).
42. Para efectuar el primer cálculo se debe comprobar que el valor de G en kg/s m2 esté comprendido entre 500 y
4.000 para gases y 30 y 400 para líquidos.
43. Para superficies extendidas, la marcha es la misma, salvo que la expresión de la resistencia de la superficie
exterior es

donde Af es el área de las aletas y Ao' el área exterior libre de aletas, y que hay que utilizar la aplicación BATERIA
en vez de la ZUKAUSKAS, para determinar el coeficiente de transferencia superficial de les aletas, h'o y la eficiencia
de las mismas, ef.
44. Conocidas Nc y Uo ya se puede calcular Ao. Con aletas es más cómodo hallar Ai.
45. El valor de A nos permite calcular el número de conductos y, en consecuencia, la sección de paso máxima, que
estableciendo un valor de G en kg/s m2, nos indica el número de pasos adecuado, con lo que tenemos la velocidad.
46. Dada una geometría conocida del recuperador (área de transferencia de calor y secciones de paso de los fluidos),
en la que introducimos caudales conocidos de dos fluidos a una determinada temperatura cada uno, para calcular las
temperaturas de salida de los mismos; es decir, conociendo el dispositivo y parte de los valores de contorno,
578 Ejercicios para resolver

determinar los valores de contorno que faltan: (Tc)F y (Th)F, efectuaremos las siguientes operaciones:
1. Con las propiedades de los fluidos a su temperatura inicial y la geometría indicada en el enunciado,
hallaremos el coeficiente global de transmisión U, utilizando el paquete NUSSELT. Con la aplicación
GNIELINSKI o las aplicaciones GNIELINSKI y ZUKAUSKAS, según que el tipo de flujo sea paralelo
o cruzado, determinaremos los coeficientes superficiales interior hi y exterior ho, iterando con la aplicación
U las temperaturas de pared.
2. Con el valor hallado y las propiedades de los fluidos a su temperatura inicial, calculamos los parámetros
NyR
3. Con ellos y con la fórmula P(R,N) = P correspondiente a la configuración dada, calculamos Pc y Ph
4. Con las dos eficiencias Pc y Ph calculamos las temperaturas finales y con ellas, unas temperaturas medias
y las propiedades de los dos fluidos a las mismas, con las que, hallamos nuevos valores Nc y Rh, etc. pero
ya, para el cálculo de los coeficientes superficiales, iterando las temperaturas de pared, con ayuda de la
aplicación U, hasta que el valor de las temperaturas finales obtenidas correspondan a los valores utilizados
para calcular la U empleada.
5. En la ventana de resultados de la aplicación U correspondiente al valor definitivo, obtenemos la potencia.
47. El cálculo ha de ser iterativo porqué los coeficientes de convección son función de las temperaturas de salida.
48. Existen dos tipos básicos de configuraciones. La más sencilla constructivamente es la configuración
correspondiente a uno o varios conductos incluidos en otro, con lo que las corrientes son paralelas, La segunda es
aquella en la que los dos fluidos circulan en direcciones perpendiculares entre sí, denominada de flujos cruzados.
49. La configuración de corrientes paralelas sin cambios de sentido corresponde a un conducto incluido en otro,
como en el caso dos tubos concéntricos, aunque también se aplica aun haz de tubos cuyo eje coincide con el de la
envolvente. Sin embargo, esta configuración no es unívoca y todavía existen dos posibilidades de movimiento
relativo entre los dos fluidos; una que se desplacen en el mismo sentido, o equicorriente, y otra que se desplacen en
sentidos opuestos, o contracorriente.
50. Estas opciones que si la longitud es la misma, de acuerdo con (11-6), darán la misma diferencia de temperatura
efectiva.
51. Manteniendo la hipótesis de despreciar las pérdidas (o ganancias) del fluido exterior en un elemento longitudinal
de los conductos, el valor absoluto del calor transferido seguirá siendo el mismo para los dos fluidos.
52. Si fijamos las temperaturas inicial y final de cada corriente, la ecuación nos siguiente permite determinar
numéricamente el área del tabique preciso:

53. Si se conoce el área y se desean determinar las temperaturas finales, todavía tenemos dos incógnitas: (Tc)F y (Th)F.
Eliminando una, se obtiene la expresión:

válida para contra y equicorriente.


54. En ambos casos la máxima recuperación posible, dados unos caudales y unas temperaturas iniciales, se obtendría
si la superficie de transferencia A, o lo que es equivalente, N, fuese infinita. Así llegamos a un valor límite máximo
de P igual a

55. En el caso de corrientes paralelas a equicorriente vemos que la eficiencia, salvo en el caso de que una corriente
cambie de fase, siempre tiene que ser menor que la unidad, mientras que a contracorriente ocurre lo mismo si R es
mayor que uno, es decir, para el fluido con mayor capacidad calorífica , mientras que si R es menor que la unidad
podríamos alcanzar una eficiencia mayor que 1.
56. Con la circulación contracorriente se puede llegar a la eficiencia máxima posible. Esta particularidad no se
consigue con todas las configuraciones, por lo que la disposición más eficiente, si no es inviable por limitaciones
geométricas, es la de corrientes paralelas contracorriente.
57. Se puede suponer que las variaciones moderadas de la temperatura media no afectan al valor de las propiedades,
de modo que, si no varían los caudales de las corrientes, no varían ni Ni ni Ri, y, por lo tanto, tampoco lo hace Pi. .
58. Si varían las temperaturas de entrada de los fluidos, con el método NPR podemos calcular inmediatamente las
nuevas de salida exactas.
Ejercicios para resolver 579

59. Cuando

llegamos a:

60. En el caso de corrientes paralelas es sencillo considerar un coeficiente global U variable mediante el modelo que
supone una variación lineal del coeficiente con la temperatura de uno de los fluidos (el más viscoso) que circulan
por el aparato,

(11-71)

pues es una aproximación aceptable si la variación del coeficiente global no es muy grande.
61. Las disposiciones en las que se descompone la longitud total del haz tubular en tramos, o pasos, permiten acortar
la longitud del recuperador respecto a la circulación en contracorriente y, así, adaptarla a unas medidas deseadas.
Recuérdese que en el caso del ejemplo 11.2, de haber construido el recuperador a contracorriente pura, suponiendo
0,2 m para cada cabezal, su longitud hubiese sido de (11)(1,8288) + (2)(0,4) = 21 m, en vez de los 1,8288 + 0,0 +
0,2 = 2,23 m del aparato propuesto.
62. La multiplicidad de pasos también permite aumentar la velocidad de fluido que circula por los tubos y así
incrementar el coeficiente de convección en la superficie interior de los tubos. Todo ello, unido a la simplicidad de
su construcción, hace que la configuración de una envolvente (circuito exterior) con varios pasos de tubos (circuito
interior) sea la configuración más frecuente en la práctica.
63. Para tratar el caso de corrientes paralelas con cambios de sentido en el circuito interior corresponde tomamos
la disposición más sencilla: un paso lado envolvente y dos pasos lado tubos.
64. Con corrientes las paralelas tenemos dos opciones adicionales: una en la que el primer paso del lado tubos circula
a equicorriente con el fluido que lo hace por la envolvente y otra en la que dicha circulación es a contracorriente.
65. La representación del funcionamiento de un recuperador en los ejes potencia transferida(calor)-temperatura, no
depende de la configuración de recuperador escogida, a diferencia de la representación longitud(área)-temperatura.
66. La representación del funcionamiento de un recuperador en los ejes potencia transferida(calor)-temperatura, se
puede utilizar para determinar el número de envolventes en serie.
67. El modelo propuesto para la configuración 1-2, se basa en suponer que:
1- La temperatura de la corriente en el lado envolvente es uniforme en cada sección transversal
2- El área de transferencia es la misma en cada paso
3- Ninguna de las dos corrientes cambia de fase
4- Las capacidades caloríficas de las dos corrientes son constantes
5- El coeficiente global U es uniforme y constante
La quinta hipótesis es la más restrictiva y sólo es realmente aceptable para corrientes (interior y exterior a los tubos)
paralelas.
68. Con estas hipótesis, obtenemos la relación NPR para el fluido que circula por la envolvente, aplicable al
problema directo:

donde el subíndice c indica que hemos supuesto que el fluido que circula por el lado envolvente es el frío. Si fuese
el caliente bastaría cambiar el signo.
69. Las fórmulas con dos pasos lado tubos son aplicables al fluido que circula por el circuito externo (envolvente),
tanto si es el frío como el caliente. Para obtener Nc y Pc correspondientes a los tubos basta recurrir a las fórmulas
(11-23) y (11-24).
70. Un número impar de pasos de tubos, al permitir que haya un tramo más a contracorriente que equicorriente,
tienen una eficacia ligeramente superior a los de un número par, por lo que en la práctica se utilizan preferentemente.
71. Como con flujos paralelos a contracorriente se obtiene la mayor de las diferencias efectivas de temperatura ()T)m
posibles y, como con esta configuración, ()T)m es igual a la MLDT cuando se introducen las corrientes por extremos
opuestos, la relación entre la ()T)m correspondiente a una determinada configuración y la MLDT a contracorriente,
es un índice de la eficacia de la configuración.
580 Ejercicios para resolver

72. La relación denominada factor F, está siempre mayor que 1 y podemos establecer su expresión en función de
los parámetros N y P.
73. Normalmente se evita el cruce de temperaturas.
74. Como solución a las limitaciones del diseño con varios pasos internos, se aproxima a la configuración en
contracorriente haciendo, mediante una placa que la divida en dos espacios comunicados por uno de sus extremos,
que exteriormente, en la envolvente, existan pasos.
75. Si colocamos una placa por cada dos pasos internos, obtenemos una circulación contracorriente y si lo hacemos
por cada cuatro, obtenemos una serie de recuperadores 1-2, lo que mejora la eficiencia y reduce las posibilidades
de inversión de temperaturas aunque tengamos cruce de las mismas.
76. La solución de corrientes paralelas con cambio de dirección en el circuito externo (circuito envolvente dividido),
aunque mejora la transferencia, aproximándola teóricamente a contracorriente, operativamente no es satisfactoria
pues el mantenimiento es costoso y no es factible garantizar la estanqueidad entre la placa y las paredes de la
envolvente a un coste razonable.
77. Para los haces de tubos multipaso con envolventes cilíndricas, se han publicado tablas y fórmulas que permiten
dimensionar la envolvente, indicando el número de tubos de determinado diámetro, en disposición rectangular o
triangular, con un paso conocido, que caben en una envolvente de diámetro dado.
78. En el caso de corrientes cruzadas hay que distinguir dos tipos de corrientes, según que una corriente ocupe toda
la sección de paso en la que se encuentra la superficie transmisora del tabique, con lo que la temperatura en cada
sección transversal se considera uniforme, o que se reparta entre varios conductos en paralelo, lo que mantiene un
gradiente transversal de temperatura. Así, diremos que se trata de una corriente mezclada o de una dividida,
respectivamente.
79. Con flujos perpendiculares entre si, distinguiremos los casos siguientes:
. Corrientes cruzadas, ambas divididas
. Corrientes cruzadas, ambas mezcladas
. Corrientes cruzadas, una dividida y la otra mezclada
. Corrientes cruzadas, una mezclada y la otra dividida
80. La aplicación NPR utiliza las fórmulas correspondientes a los mismos para resolver todos los casos en los que
se puedan conocer dos de los tres parámetros N, P o R.
81. Para corrientes cruzadas, ambas divididas tenemos un recuperador formado por un conjunto de placas paralelas
con canales alternativamente en direcciones perpendiculares entre placas contiguas, a través de las cuales circulan
uno y otro fluido según la dirección. En la figura 11.14 se muestra el modelo correspondiente, con indicación de los
flujos y los perfiles cualitativos de temperatura, así como los dos sistemas de canales perpendiculares, de longitud
L los correspondientes al fluido caliente y de longitud W los correspondientes al frío.
82. Unas ecuaciones para cada una de las temperaturas medias finales son:

, donde se calcula numéricamente, y con lo que se resuelve el problema inverso, pues fijadas las temperaturas
finales tenemos Nh.
83. Si se especifican como datos las temperaturas finales medias de los fluidos, hay que determinar A y los
resultados se pueden expresar usando las mismas variables que para la circulación paralela.
. Para el fluido caliente:

. Para el fluido frío:


Ejercicios para resolver 581

Así resolvemos el problema inverso.


84. La diferencia efectiva de temperaturas se deduce eliminando q entre (11-118) y (11-5). Sin embargo, se utiliza
normalmente una fórmula cerrada aproximada

85. Está fórmula es la que utiliza la aplicación NPR, junto con la fórmula explícita correspondiente.
86, La eficiencia máxima correspondería a N igual a infinito. Para N tendiendo a 4, P tiende a la unidad, en
consecuencia con esta disposición se podría lograr que la temperatura final del fluido con menor capacidad calorífica
igualase la temperatura inicial del otro fluido.
87. La configuración de corrientes cruzadas ambas mezcladas, no tiene canales entre las caras y constructivamente
está limitada a pequeñas dimensiones o caudales y variaciones de temperatura muy dispares.
88.Eliminando las temperaturas medias y entre (11-128), (11-132) y (11-134) el problema inverso queda
resuelto, pues hallada (Tc)F con Pc, podemos calcular q y con q, hallamos (Th)F. Análogamente se podría obtener Ph
de (11-133), (11-131) y (11-134).
89. Para el problema directo, N no es explícita, por lo que se resuelve (11-135) numéricamente, por ejemplo con la
herramienta buscar objetivo de la hoja de cálculo.
90. La máxima eficiencia posible de la configuración de corrientes cruzadas ambas mezcladas, se obtiene haciendo
tender a infinito N en (11-135), lo que da

coincidente con la configuración paralela equicorriente, por lo que la configuración también tiene la eficiencia
limitada a un valor inferior a la unidad y garantiza que no se producirá cruce de temperaturas.
91. La figura 11.17 muestra una disposición de circulación cruzada con una corriente dividida y la otra mezclada,
donde la corriente dividida circula por el interior de los tubos y la mezclada por el exterior.
92. Para resolver el problema directo hemos de despejar Nh de (11-140) lo que hacemos tomando logaritmos en la
misma. La fórmula obtenida, para el fluido mezclado, es,

93. Para las fórmulas del fluido dividido (subíndice c) basta aplicar las relaciones (11-23) y (11-24). Así obtenemos

94. Si uno de los fluidos se mantiene a temperatura constante, por ejemplo porqué es una sustancia y cambia de fase,
Rc = 0 y Rh = 4 (o viceversa) pues (Th)I = (Th)F, todas las fórmulas anteriores de P para el fluido que no cambia de
fase se reducen a

95. El ejemplo 11.16, en el que efectuamos una comparación cuantitativa de las prestaciones de las diferentes
configuraciones que hemos analizado, nos confirma que las configuraciones a contracorriente y equicorriente limitan
el rango de prestaciones, situándose las demás en prestaciones intermedias.
96. Se obtiene circuitos de corrientes cruzadas en serie incorporando a la envolvente unos deflectores transversales,
lo que subsana la limitación que significa la configuración de corrientes paralelas en los recuperadores con dos o más
pasos en el circuito interior (tubos) y transforma la circulación externa en cruzada, con la consiguiente mejora del
coeficiente de convección correspondiente.
97. Para simplificar la escritura con el modelo de la figura 11.8, simbolizaremos por t la temperatura de la corriente
que circula por los tubos y por T la que lo hace por la envolvente y en general con minúsculas los parámetros
referidos al lado tubos y con mayúsculas los correspondientes a la envolvente. Así, será la capacidad calorífica
582 Ejercicios para resolver

de la corriente que circula por los tubos y la de la que lo hace por la envolvente, etc.
98. Hallada la eficiencia p, referida al lado tubos, del recuperador elemental de la figura 11.19, calculamos las
temperaturas de salida, ti, j+1 y Ti+1, j en función de las de entrada, ti, j y Ti, j, poniendo p en función de los parámetros
conocidos: U, A, B, M, N y r.
99. Con las expresiones establecidas en el texto se puede establecer la siguiente marcha de cálculo. Partimos de la
temperatura inicial del fluido por la envolvente, TI = T1* = T1, véase la figura 11.19c y calculamos ti, j+1 y Ti+1, j con
las fórmulas (11-153) y (11-154), tendremos la temperatura de la corriente en la envolvente que entrará en el
siguiente espacio entre pantallas y la temperatura final de la corriente del lado tubos, véase la figura 11.19c. Por el
otro extremo del aparato, véase la figura 11.19, tendremos tI = ti, 1 y podremos plantear las relaciones (11-153), (11-
154) y (11-155) que nos darán tF. Como las temperaturas conocidas (datos) tI y TI están en los extremos opuestos del
recuperador, se supone un perfil de Tk*, siendo Tk,j en cada paso k entre deflectores, y resolver el problema por
aproximaciones sucesivas.
100. El algoritmo para un espacio entre deflectores con cuatro recuperadores elementales de la figura 11.20, permite
considerar un valor del coeficiente de transferencia global U distinto para cada espacio k entre deflectores.
101 Las dimensiones de los aparatos utilizados como recuperadores tienen limitaciones prácticas de diámetro y
longitud que impiden que los caudales y potencias transferidas superen ciertos valores para un sólo cuerpo
(envolvente). Si el caudal es muy grande, la limitación de diámetro hace que se deban dividir las corrientes,
disponiendo envolventes en paralelo. Si es la potencia a transferir la que es muy grande, las limitaciones de longitud
y de número de pasos obligan a disponer cuerpos en serie.
102. La disposición de recuperadores en paralelo debe hacerse también si se quieren evitar los cruces de temperatura,
para garantizar que en los recuperadores de varios pasos en el lado tubos, no existirán inversiones de diferencias de
temperatura
103. Para calcular las temperaturas finales en las combinaciones de envolventes, se ha tener en cuenta la influencia
de la temperatura sobre las propiedades, recurriendo a la aplicación sistemática de la metodología NPR.
104. Los regeneradores, al comportar la variación temporal de las temperaturas requieren un tratamiento radicalmente
distinto de los recuperadores.
105. Para transferir calor desde el fluido caliente al frío se efectúa en una sucesión de dos períodos consecutivos en
el transcurso del tiempo. Durante un primer período el fluido caliente circula a través de una cámara fría, en la que
el material sólido de la misma se calienta, acumulando el calor que cede el fluido caliente al enfriarse. Como durante
este período el fluido se enfría y el material acumulador se calienta, lo denominaremos período caliente. Durante el
siguiente período, a través de la cámara ya calentada, circula el fluido frío que absorbe el calor acumulado en el
material sólido de la cámara. En esta operación el fluido, inicialmente frío, se calienta y la masa acumuladora se
enfría, por ello lo llamaremos período frío.
106. La secuencia anterior se va repitiendo periódicamente en el tiempo hasta alcanzar el estado estacionario.
107. En un cuerpo de regenerador los fluidos frío y caliente circulan por el mismo canal y, alternativamente, bañan
la misma superficie de calefacción. Para evitar interrupciones de los flujos de las corrientes y lograr que la instalación
opere en continuo, son precisos dos cuerpos, uno funcionando en periodo caliente mientras el otro lo hace en el frío
y viceversa.
108. Cuando se produce el calentamiento o el enfriamiento, la temperatura J del sólido acumulador varía y también
la temperatura T del fluido (si exceptuamos la temperatura de entrada a la cámara), por lo que en estos dispositivos
el proceso de transmisión de calor es estacionario.
109. Además de la variación en el tiempo t, todas las temperaturas en los regeneradores también varían en el espacio,
a lo largo de la superficie de calefacción.
110. El modelado de un regenerador compacto formado por dos cuerpos en paralelo, es aplicable a cuerpos de
dimensiones limitadas, digamos unos pocos metros de longitud y sin superar el metro y medio de diámetro, que
permiten las aproximaciones que proponemos.
111. Para el estudio de los regeneradores hay que analizar los dos cuerpos y evaluar la evolución de cada cuerpo
calculando las temperaturas en su interior, cuando uno se calienta el otro se enfría.
112. Consideraremos el regenerador como un conducto relleno de piezas de material refractario, a través del cual
circulan secuencialmente los fluidos que calientan el lecho o que lo enfrían. Definimos las ecuaciones que rigen su
funcionamiento utilizando el modelo mixto promediado transversalmente-distribuido longitudinalmente para el fluido
y el promediado para el sólido.
113. Designamos con J las temperaturas del sólido y con T, a las temperaturas del fluido, por L la longitud del
dispositivo, por As a1 área contacto, o interfaz, del fluido con el sólido acumulador y por Sf a1 área de paso del fluido
a través de los canales. Con estas variables en una rebanada aplicamos los balances de energía al fluido y al sólido.
114. El balance del fluido,

da la evolución de su temperatura.
115. Para el relleno obtenemos el balance
Ejercicios para resolver 583

116. Los valores correspondientes al periodo caliente, T mayor que J, y los del de enfriamiento. T menor que J,
hacen que las dos ecuaciones anteriores (114 y 115) se hayan de establecer en cada periodo los signos adecuados.
117. Al adoptar la descripción promediada y tomar un único valor de J como temperatura uniforme del sólido en una
sección x, el gradiente transversal de temperatura en el mismo sea nulo y, por lo tanto, que la conductancia térmica
en esa dirección infinita.
118. Al ignorar la conducción de calor en la dirección x, consideramos que la conductancia en esa dirección es nula.
119. Hay que tener en cuenta que existe circulación de gases a través de los canales transversales del regenerador.
120. Para aplicar estas ecuaciones a los sucesivos períodos fríos y calientes de operación del regenerador, suponemos
que la temperatura de entrada del gas no varía en ninguno de los periodos frío o caliente a lo largo del proceso, sin
embargo la distribución de temperaturas del sólido en el principio del período caliente/frío no es la misma que al final
del período frío/caliente anterior.
121. Como se trata de un proceso transitorio, hemos de considerar las variaciones en el tiempo además de las
espaciales. Los cambios los estructuramos mediante una célula genérica con un nodo de partida en x y t, en la
posición i y en el instante n, valores conocidos, y uno final, x + ) x y t +) t, o i + 1 y n + 1, con valores
desconocidos, descomponiendo el cambio en uno en el espació más otro en el tiempo y viceversa.
122. Se ha de tener en cuenta que los incrementos en el espacio y en el tiempo son dependientes.
123. Lo que se pretende es obtener una historia de la evolución de las temperaturas del gas y del sólido, y el cálculo
del calor transferido durante cada uno de los períodos de calentamiento y de enfriamiento cuando el proceso ha
llegado a un estado periódico estacionario. Se van realizando iteraciones y calculando distribuciones de temperatura
hasta que el error cometido entre dos iteraciones sucesivas sea tan pequeño que no merezca la pena continuar, con
lo que se considerara que hemos llegado al estado estacionario.
124. La ventaja que presenta esta metodología es que proporciona la distribución de temperaturas tanto del sólido
como del gas.
125. Con este método, al ser explícito, las temperaturas del fluido y de la masa acumuladora de calor que sean
desconocidas pueden calcularse sin iterar.
126. Expresaremos las temperaturas en función del tiempo y del espacio, y las progresiones en el espacio y el tiempo
se efectúan en dos secuencias: primero en el espacio y luego en el tiempo (secuencia 1-2-4) o viceversa (secuencia
1-3-4).
127. Suponemos conocidas las temperaturas del sólido, J1n, y J2n y las del f luido,T1n, y T2n , en el instante inicial tp.
Así, en el instante tp+)tp sólo son conocidas las temperaturas J1n, y T2n , en la posición x y se trata de hallar las
temperaturas J2n+1, y T2 n+1, en la posición xj+)x en el instante tp+) tp.
128. Para calcular las temperaturas Ji+1n+1 y Ti+1n+1, partimos de las ecuaciones (11-169) y (11-170). Para el sólido
se tratará de integrar la ecuación (11-170) en el tiempo, en la posición final, entre los puntos 2 y 4, y para el fluido
de la ecuación (11-169), en el espació, entre los puntos 3 y 4, en un instante intermedio. Para integrar que el
diferencial respecto al tiempo de la ecuación (11-169) es nulo, ya que la integración se hace respecto al espacio.
129. El proceso de cálculo se inicia en la posición x = 0 y el instante t = 0. En el primer instante conocemos la
temperatura uniforme en cada sección e igual a lo largo del lecho, a la temperatura inicial del sólido y del fluido,
temperaturas mostradas con círculos negros en las figuras 11.28a y b en el instante N = 1.

11b. Indíquese cual de las respuestas propuestas es correcta


1.
a)

b)

c)

2. La mayor recuperación posible sin que exista cruce de temperaturas se consigue cuando
a)
584 Ejercicios para resolver

b)

c)

3. El primer paso para resolver el problema directo es:


a) Calcúlense los parámetros P y N para el fluido cuyas temperaturas son los datos
b) Calcúlense los parámetros P y R para el fluido cuyas temperaturas son los datos
c) Calcúlense los parámetros N y R para el fluido cuyas temperaturas son los datos
4. Las fórmulas para la configuración 1-2 (un paso externo y dos internos) se pueden usar aproximadamente para
cualquier número par de pasos de tubos (4,6,...)
a) escribiendo simplemente Nc/2, Nc/3, etc.
b) escribiendo simplemente Nc, Nc, etc.
c) sin cambio alguno.
5. Aproximadamente las relaciones obtenidas para la configuración 1-2 (un paso externo y dos internos), son
aplicables para un paso externo y cualquier número par de pasos del circuito interno, tiene especial interés la
determinación del factor F = q1-2/qcontrac.en el caso 1-2. Esta relación es mucho más informativa si se expresa en
función de la aproximación, (Th)F - (Tc)F, como muestran los gráficos de las figuras 11.9 y 11.10, en los que se
comprueba que a) si F supera el valor de 0,8, baja la recuperación
b) la limitación de F avala la práctica de evitar construir recuperadores con más de un paso interno si existe
cruce de temperaturas entre las corrientes.
c) si F es inferior al valor de 0,8 se deben utilizar recuperadores con más de un paso interno.
6. La máxima eficiencia posible de la configuración de corrientes cruzadas ambas mezcladas, es

7. La configuración paralela equicorriente:


a) tiene la eficiencia limitada a un valor inferior a la unidad
b) no garantiza que no se producirá cruce de temperaturas
c) tiene un eficiencia superior a la equicorriente.
8.

9. Para preparar las ecuaciones de un regenerador para la resolución hemos de


a) dejar J3 y T3 en función de únicamente T1, T2, T4,J1, J2, y J4.
b) dejar J4 y T4 en función de únicamente T1, T2, T3,J1, J2, y J3.
c) dejar J4 y T4 en función de únicamente T2, T3,J1, y J3.
10. En el planteamiento general analizamos el acoplamiento térmico de los caudales de dos fluidos a distinta
temperatura:
a) a través de un nexo convectivo-conductor, consistente en un tabique sólido impermeable interpuesto, que
crea un circuito térmico serie entre ambos, caso que engloba recuperadores y regeneradores.
b) a través de un nexo convectivo-conductor y eventualmente radiante, consistente en un tabique sólido
impermeable interpuesto, que crea un circuito térmico secuencial entre ambos, caso que corresponde a los
regeneradores.
c) a través de un nexo convectivo, consistente en un tabique sólido impermeable interpuesto, que crea un
Ejercicios para resolver 585

circuito térmico serie entre ambos, caso que corresponde a los recuperadores.
11. El esquema para el modelo numérico que se muestra en la figura 11.18, es para una disposición
a) con un paso interno y uno externo.
a) con dos pasos internos y uno externo.
a) con dos pasos internos y dos externos.
12. Para el modelo numérico de un recuperador en la figura 11.19 (véase)
a) En cada espacio entre deflectores consideramos unos recuperadores elementales como los mostrados en
la figura, de modo que la corriente que cruza las N filas de tubos entre deflectores, se supone que está
formada por M subcorrientes individuales, que se mantienen al pasar al siguiente espacio entre deflectores.
b) Cada recuperador elemental se designa con dos subíndices. El primer subíndice i, indica la posición del
tubo a partir del inferior, que se considera el primero. El segundo subíndice j, la subcorriente transversal
a partir de la pantalla izquierda.
c) Calculamos la transferencia en cada recuperador elemental como si circulasen los fluidos a temperatura
constante, igual a la temperatura media de cada corriente en el recuperador.
13. El método propuesto para el cálculo de regeneradores
a) al ser explícito, las temperaturas del fluido y de la masa acumuladora de calor que sean desconocidas
pueden calcularse sin iterar.
b) al ser implícito, las temperaturas del fluido y de la masa acumuladora de calor que sean desconocidas
han de calcularse iterando.
a) al ser mixto, las temperaturas del fluido y de la masa acumuladora de calor que sean desconocidas
pueden calcularse directamente.
14. Cuando un fluido mantiene su temperatura constante en un recuperador, la diferencia efectiva de temperaturas
vale
a)

b)

c)

15. Existen
a) Tres tipos básicos de configuraciones. 1. La configuración correspondiente a uno o varios conductos
incluidos en otro, con las corrientes paralelas en el mismo sentido. 2. La configuración correspondiente a
uno o varios conductos incluidos en otro, con las corrientes paralelas en sentidos opuestos 3.Aquella en la
que los dos fluidos circulan en direcciones perpendiculares entre sí, o sea flujos cruzados.
b) Dos tipos básicos de configuraciones. La primera es la configuración correspondiente a uno o varios
conductos incluidos en otro, con lo que las corrientes son paralelas. La segunda es aquella en la que los dos
fluidos circulan en direcciones perpendiculares entre sí, denominada de flujos cruzados.
c) Cuatro tipos de configuraciones. 1. La configuración correspondiente a uno o varios conductos incluidos
en otro, con las corrientes paralelas en el mismo sentido. 2. La configuración correspondiente a uno o varios
conductos incluidos en otro, con las corrientes paralelas en sentidos opuestos 3. Aquella en la que los dos
fluidos circulan en direcciones perpendiculares entre sí con las dos corrientes sin dividir. 4. es aquella en
la que los dos fluidos circulan en direcciones perpendiculares entre sí, con las dos corrientes divididas.

11c. Problemas sin resultados


Problema 11.1. Con el dispositivo de doble tubo del ejemplo 11.7, efectuar todas las combinaciones de los
siguientes valores:
el n-hexano y anilina, pueden ser el líquido frío (a 10°C) o caliente (a 67°C) y pasar por el tubo interior o por la
corona exterior, y comentar la influencia de los distintos parámetros en cada alternativa.
Problema 11.2. Con el dispositivo de haz en conducto del ejemplo 11.15, efectuar todas las combinaciones de los
586 Ejercicios para resolver

siguientes valores: el n-hexano y anilina, pueden ser el líquido frío (a 10°C) o caliente (a 67°C) y pasar por el interior
o por el exterior de los tubos de haz, y comentar la influencia de los distintos parámetros en cada alternativa.
Problema 11.3. Con el dispositivo de haz conducto del ejemplo 11.15 y los fluidos en las condiciones allí indicadas,
efectuar todas las combinaciones de los siguientes valores: paso transversal de 38 y 32,91 mm (ajustando la altura
del conducto) igual al longitudinal y los dos distintos iguales cada uno a estos valores, y comentar la influencia de
los distintos parámetros.
Problema 11.4. Calcúlese el perfil longitudinal de temperaturas en el recuperador del ejemplo 11.19, cuando el gas
alcance la salida del mismo.
Problema11.5. Resuélvanse los 7.92 y 7.93. Véase el Vol. 1
Problema11.6. Sea un doble conducto dado de S30400, aislado exteriormente y formado por una tubería de 3 in Sch
40 en cuyo interior y coaxialmente, hay un conducto de sección cuadrada de 50 mm de lado exterior y 3 mm de
espesor. Por el circuito interior circula hexano a 1 m/s, en una sección donde su temperatura es de 300 K y por el
exterior, en la misma sección, agua a presión, a 400 K y la misma velocidad pero en sentido contrario.
a) ¿Qué temperatura alcanzará el hexano a una distancia de 2 m de la sección indicada?
b) Si en una sección el hexano está a 325 K, ¿a qué distancia de la 1ª se halla?

Capítulo 13. Redes de recuperadores

13a. Preguntas de test

Indíquese cuáles de las siguientes afirmaciones son ciertas y cuáles falsas:


1. Designamos como corriente térmica a un caudal constante de fluido que debe cambiar su temperatura o su fase
mediante una acción externa.
2. Las corrientes que se tengan que enfriar o condensar, son corrientes frías y a las que se tengan que calentar o
evaporar, corrientes calientes.
3. Las corrientes están definidas por su caudal de capacidad calorífica , W/K, y sus temperaturas de
suministro, TS, y objetivo, TT o por la temperatura y la variación de entalpía correspondientes al cambio de fase
cuando éste ocurre.
4. Denominanos servicios térmicos a los fluidos dedicados a ceder calor o absorberlo, servicios calientes y fríos,
respectivamente.
5. Entendemos por sistema de corrientes un conjunto de corrientes con las temperaturas de suministro y objetivo
fijadas.
6. La integración térmica de procesos consiste en la utilización de recuperadores para aprovechar entalpía de las
corrientes calientes, cediéndola a las frías, con los consiguientes ahorro de servicios calientes y fríos, y aumento de
la inversión.
7. Los objetivos extremos energéticos de una red de cambiadores para un conjunto determinado de corrientes
térmicas relacionados con las necesidades energéticas del proceso, son: santidad mínima de servicios térmicos y nivel
térmico más ajustado para dichos servicios (temperatura máxima requerida para servicios calientes y temperatura
mínima permisible para los fríos).
8. Los objetivos extremos relacionados con la inversión en la red de cambiadores son: número de cuerpos de
recuperador (envolventes) mínimo, área de transferencia máxima, potencia de los equipos de impulsión (bombas y
compresores) máxima y menor complejidad y longitud de las interconexiones.
9. Denominamos a un sistema de corrientes térmicas sistema caliente si globalmente requiere enfriamiento externo,
frío si precisa calentamiento y equilibrado si no requiere intervención externa.
10. La suma qh de los consumos de servicios térmicos calientes y la de los fríos, qc, han de ser constantes por
separado para que su diferencia sea constante.
11. En un sistema de dos corrientes desequilibrado, con distinta capacidad calorífica cada una de ellas, un
recuperador a medida que se transfiere calor consumirá el salto térmico y cuando éste llegue a un determinado valor
prefijado antes de alcanzar la temperatura objetivo, la entalpía que sobra es intransferible
12. Si en un recuperador las dos corrientes tienen la misma capacidad calorífica = , no variará el salto
térmico a lo largo del recuperador sea cual sea su área, no existiendo otro límite que la temperatura de suministro.
13. La potencia a transferir por el recuperador depende exclusivamente de las temperaturas inicial (suministro) y final
(objetivo) de una de las corrientes, aunque no estén solapadas las proyecciones sobre el eje q.
14. El acercamiento térmico ha de ser distinto de cero, lo que, al reducir monótonamente la diferencia de
temperaturas y, con ello, la potencia transferida por unidad de área, lo limita económicamente.
15- Al límite del salto térmico utilizable lo designamos como acercamiento mínimo, ()T)amin..
16. Dado un sistema de corrientes, si fijamos un valor del acercamiento mínimo diremos que tenemos una
configuración.
17. Las dos configuraciones con acercamiento mínimo para el que en el recuperador las temperaturas de suministro
de una corriente y objetivo de la otra coincidan en una sección extrema, consumen un único tipo de servicio.
18. Las dos configuraciones extremas que lo hacen se denominan acercamiento umbral inferior, figura 13.8c, y
Ejercicios para resolver 587

acercamiento umbral superior, figura 13.8e, respectivamente.


19. Decimos que existe acercamiento umbral a secas, )Tth, cuando tratamos el superior.
20. La configuración con acercamiento umbral superior comporta el mayor acercamiento que nos permite usar un
solo tipo de servicios y obtener la máxima recuperación posible con la mínima área.
21. El acercamiento umbral inferior, da la máxima recuperación con la máxima área, lo que comporta un consumo
de servicios a un nivel térmico más bajo.
22. Si se requieren sólo un tipo de servicio a dos niveles térmicos distintos, nos hallamos entre estos dos umbrales.
23. Cuando el acercamiento está fuera del rango limitado por los dos casos umbrales, la configuración requiere
siempre los dos tipos de servicios, fríos y calientes.
24 Si la aproximación en el recuperador es igual a ()T)amín., la recuperación será la mayor factible, porque la
recuperación no puede aumentarse sin violar el límite de aproximación admitido.
25. La sección transversal donde se encuentra el acercamiento térmico mínimo ()T)amin . se denomina zona, o sección,
de contacto (pinch) y a las correspondientes temperaturas fría y caliente, temperatura de contacto fría y temperatura
de contacto caliente.
26. La zona de contacto corresponde a los puntos de mayor proximidad de las dos líneas que representan las
corrientes en el gráfico T-q, por lo que cuando consideramos recuperadores perfectos, las dos tienen un punto común.
27. Para decidir cual de las soluciones conviene adoptar (incluyendo las distintas configuraciones consecuencia de
variar ()T)amin . en el rango admisible) se ha de efectuar la valoración económica, incluyendo el número de
envolventes y la implantación.
28. La potencia transferida a través de la sección de contacto ha de ser máxima si se quieren evitar consumos de
energía externa no necesarios.
29. Si la potencia transferida no es nula, debe añadirse (o sustraerse) una potencia igual pero de signo contrario
añadiendo un cambiador al otro lado del contacto, que se comporta como una especie de conducto que enlaza vasos
comunicantes.
30. El contacto permite los denominados senderos térmicos, que permiten ajustar el acercamiento en un recuperador
variado la potencia de calentadores y enfriadores.
31. Para visualizar el proceso interno de recuperación de calor en una configuración dada, representaremos la
potencia transferida como ordenadas en función de las distintas temperaturas de suministro y objetivo de todas la
corrientes, entre las que estarán las inicial y final de un tramo en el que se ha de transferir calor.
32 Cuando formamos recuperadores con dos corrientes de contacto, una temperatura final o inicial de la corriente
caliente, según que nos hallemos en la sección de contacto frío o caliente, coincide con la temperatura de contacto
más el acercamiento mínimo y la temperatura de la corriente fría con la de contacto.
33. El gráfico obtenido con las temperaturas, las calientes corregidas restándoles ()T)amin ., que definen los intervalos
(TLI) en sentido creciente a partir del origen de abscisas, muestra que si aparece con pendiente negativa la recta
calor-temperatura, se produce un aumento del calor disponible.
34. Para obtener la representación del proceso que no contradiga la 2ª ley de la Termostática, hay que incluir las
aportaciones y extracciones externas que, si son las estrictamente necesarias, han de reducir el menor salto térmico
hasta que ningún punto de la misma corresponda a una potencia negativa.
35. La curva (Th)corregida-qdisponible se denomina gráfico de disponibilidad y demanda de calor; abreviadamente el GDD.
36. La construcción del gráfico de disponibilidad y demanda de calor, GDD, para una configuración de corrientes
se efectúa con el algoritmo denominado Tabla Síntesis del Problema (TSP), en el cual los valores de las potencias
parciales en cada intervalo de temperaturas (cascada de calor) son las ordenadas en cada temperatura definidora de
los intervalos en el eje de abscisas.
37. En los sistemas de más de dos corrientes, el GDD puede mostrar mínimos relativos que se denominan
casicontactos.
38. Las corrientes que alcanzan o cruzan el contacto se denominan corrientes de contacto y los recuperadores en uno
de cuyos extremos la aproximación es igual a la mínima, se dice que se encuentran en la sección o zona de contacto.
39. Para no consumir servicios superfluos, sólo se deben calentar externamente las corrientes frías a temperaturas
superiores a la fría de contacto y enfriar corrientes calientes, a temperatura inferiores a la caliente de contacto.
40. El mayor acercamiento que hace que se consuma un único tipo de servicio se denomina diferencia de temperatura
umbral superior.
41. El acercamiento umbral superior es el acercamiento mínimo que nos permite usar un solo tipo de servicios y
obtener la máxima recuperación posible con la mínima área.
42. Si existe contacto se consumen los dos tipos de servicios y, por tanto, no se puede alcanzar la recuperación
máxima posible.
43. El mínimo consumo de servicios sólo es posible si se consume un único tipo de servicios, es decir, cuando el
acercamiento térmico )Ta está comprendido entre las aproximaciones umbral inferior y superior.
44. Si tenemos un sistema de corrientes del mismo tipo, por ejemplo frías, en el plano H-T podemos de representar
cada una de ellas uniendo las temperaturas de suministro y objetivo, en cualquier posición con referencia al eje de
abscisas.
45. Si agrupamos los cambios de entalpia de las corrientes en cada intervalo de temperatura, obtenemos la corriente
compuesta fría, línea quebrada entre la temperatura de suministro más baja y la objetivo más alta. De la misma forma
obtendremos una corriente compuesta caliente de características contrarias.
46. Un cambio de pendiente de las curvas entalpía (potencia)-temperatura al cambiar de intervalo de temperaturas
indicará la aparición en el intervalo de una corriente, si la pendiente disminuye, o la desaparición si aumenta.
47. En cualquier sistema de corrientes, podemos agrupar los cambios de entalpía de las corrientes calientes y los
de las frías en dos corrientes compuestas, una fría y otra caliente.
588 Ejercicios para resolver

48. En los sistemas multicorriente, cada cambio en el número de corrientes frías del sistema inicia un intervalo de
temperaturas y comporta un cambio de la pendiente de la corriente compuesta fría en el mismo. Análogamente para
la caliente.
49. Cuando la configuración requiere servicios fríos y calientes, se denomina contacto a la sección transversal donde
se encuentra el acercamiento térmico mínimo ()T)am., que corresponde a los puntos de mayor proximidad de las
líneas T-q caliente y fría.
50. En el GDD el contacto coincide con el punto donde se anula el calor con diferencia de temperaturas favorable
(mínimo absoluto de la curva).
51. Si el acercamiento mínimo es menor que el acercamientos umbral inferior, se enfría a bajas temperaturas y se
calienta a altas, y viceversa si el acercamiento es mayor que el correspondiente al umbral superior.
52. Cuando el acercamiento mínimo de una configuración de corrientes está comprendido entre los dos
acercamientos umbral o coincide con uno de ellos, obtenemos la máxima recuperación posible y se requiere un único
tipo de servicio térmico, cuyo consumo total es constante e igual al mínimo posible.
53. Si es admisible variar ()T)amin., es posible obtener un valor óptimo que nos de la configuración más económica
(mínimo de amortización + consumos).
54. La metodología de diseño de redes de recuperación propuesta es válida tanto para la generación de nuevas redes
de recuperación como para reformar redes existentes y se asienta en las propiedades de las secciones de contacto y
de umbral (mutuamente excluyentes) y el principio de descomponer el problema en una sucesión de problemas más
sencillos (problemas remanentes).
55. La metodología utiliza un conjunto de criterios o reglas heurísticas que se aplican secuencialmente a la
configuración inicial y a las remanentes. Como todas las configuraciones de un sistema tienen contacto o umbral,
la metodología se basa en una serie de criterios para cada una de estas posibilidades o comunes a ambas, que
permitan establecer secuencialmente los enlaces entre corrientes (recuperadores) y cambiadores de servicios.
56. Primer criterio:
Para tener el mínimo número de unidades en una configuración de corrientes, cada enlace entre
corrientes (unidad) debe tratar de agotar al menos una de ellas, de modo que, si es posible, entre
dos corrientes determinadas sólo exista un recuperador
57. No se debe calentar en la zona de contacto de la subconfiguración fría, situada inmediatamente a la derecha
del contacto en el GDD, por lo que para poder establecer la totalidad de los recuperadores posibles, el
número de corrientes calientes en dicha zona no puede ser superior al de corrientes frías existentes en la
misma zona. Caso contrario, es necesario dividir las corrientes calientes, para conseguir que el número de
éstas iguale como mínimo al de las frías. En la zona caliente, a la izquierda del contacto en el GDD, no se
debe enfriar y se produce la situación contraria, de modo que el número de corrientes frías no puede ser
inferior al de calientes que existen en la zona, debiendo dividirse las corrientes frías hasta igualar el número
de cada tipo.
58.Tercer criterio:
Para ser viable el emparejamiento de corrientes en el contacto en la subconfiguración fría, inmediatamente
a la derecha del contacto, la condición que debe cumplir un enlace es que la capacidad calorífica de la
corriente caliente sea menor o igual que la de la fría. Inmediatamente a la izquierda del contacto, la
condición es la contraria; la capacidad calorífica de la corriente caliente debe ser mayor o igual que la de
la fría. Caso de que no se cumpla la relación de capacidades caloríficas es necesario dividir una de las dos
corrientes.
59. Cuarto criterio:
Para que cada enlace de contacto realizado no impida la posibilidad de realizar nuevos enlaces de contacto
con las corrientes restantes, se deben satisfacer las siguientes condiciones en la zona fría, a la derecha del
contacto en el GDD,

y en la zona fría, es decir, la izquierda del contacto,

O lo que es lo mismo, la diferencia de flujos de capacidad calorífica entre las corrientes en cada enlace
contacto debe ser menor que la diferencia global de flujos de capacidad calorífica entre corrientes presentes
en la zona.
60. Quinto criterio:
Cuando existe un casicontacto debe comprobarse que éste no constituye un estrangulamiento a la
transferencia de calor, estableciendo la red sin tenerlo en cuenta y comprobando si se cumplen los Objetivos
Ejercicios para resolver 589

del Problema obtenidos con la aplicación RECUPERA. Si tal cosa no ocurre, debe tratarse como un
contacto.
61. Sexto criterio:
En las configuraciones con contacto existe un lazo térmico cuando una corriente cruza el contacto y
participa en tres o cuatro unidades: recuperadores, calentadores y enfriadores. Se elimina una de estas
unidades absorbiéndola con otra de las restantes de mayor potencia, ajustando la aproximación al valor
mínimo mediante un sendero a través del contacto, con el consiguiente aumento del consumo de servicios.
62. Séptimo criterio:
Para una configuración de corrientes con umbral, el primer enlace que se debe establecer es el enlace
próximo al umbral, que será aquél que implique a una de las temperaturas umbral en uno de sus extremos
y una diferencia de temperatura Th - Tc en ese extremo, comprendida entre )Tamín y )Tth.
63. Octavo criterio:
Se ha de restringir el número de posibles enlaces umbral a aquellos que, en el extremo alejado del umbral,
tengan una diferencia de temperaturas inferior a la umbral y entre ellos se ha de elegir al que tenga mayor
MLDT. Si todas las diferencias de temperatura son superiores, se escogerá la menor entre ellas.
64. Noveno criterio:
Cuando las temperaturas de suministro u objetivo de dos corrientes sean iguales a las umbral, se ha de eligir
el enlace entre esas dos corrientes.
65. Décimo criterio:
En las configuraciones con umbral, una vez elegida la corriente que tiene la temperatura umbral de
suministro o como objetivo, se debe comprobar si las alternativas de enlace serán agotadas por la primera
o no. Caso de no ser agotadas, todas las candidatas que cumplan el criterio séptimo son válidas pero en el
caso contrario sólo son candidatas válidas aquellas cuya temperatura final no sea superior a la temperatura
de suministro umbral menos la aproximación mínima, si la temperatura umbral es caliente, o inferior a la
temperatura umbral más la aproximación mínima, si es fría.
66. El primer criterio, el quinto y el sexto son generales, los segundo, tercero y cuarto para las configuraciones con
contacto y los séptimo, octavo, noveno y décimo para las que presentan umbral.
67. El diseño de una HEN para una determinada configuración de corrientes se inicia estableciendo la existencia o
no de contacto. Caso de existir éste, se establecen los enlaces de contacto de acuerdo con los criterios
correspondientes y a continuación en el sistema remanente se completan los enlaces con la metodología del umbral,
con lo que se determina la red óptima.
68. Cuando existe contacto, es decir, si el acercamiento mínimo es menor que el acercamientos umbral inferior o
mayor que el superior, se consumen los dos tipos de servicios. El mínimo de los mismos corresponde a la situación
en la que sólo se calientan externamente las corrientes frías a temperaturas más altas que la fría de contacto y enfrían
las corrientes calientas a temperaturas inferiores a la caliente de contacto. La solución puede comportar un número
total de unidades superior al mínimo.
69. Si el número de unidades es igual al de corrientes más uno, la red es también la de menor número de unidades.
Caso de que no sea así, para hallar los enlaces que conducen al número mínimo absoluto de unidades (MNU), una
vez hallada la red que consume el mínimo de servicios, se eliminan los lazos térmicos, ajustando las aproximaciones
de los recuperadores resultantes mediante senderos térmicos.
70. Caso de haber desdoblado corrientes o existir contactos de servicios, no es posible alcanzar el MNU.
71. Caso de no existir contacto el desarrollo se efectúa con la metodología del heurístico del enlace umbral.
72. Tanto en el contacto como los umbrales, las temperaturas coinciden con una de suministro u objetivo de las
corrientes.

13b. Indíquese cual de las respuestas propuestas es correcta

1.Se ha de restringir el número de posibles enlaces umbral a aquellos que, en el extremo alejado del umbral, tengan
una diferencia de temperaturas inferior a la umbral y entre ellos se ha de elegir
a) al que tenga mayor MLDT.
b) Si todas las diferencias de temperatura son superiores, la menor entre ellas.
c) Si todas las diferencias de temperatura son superiores, la mayor entre ellas.
2. El acercamiento mínimo no nulo, ()T)amin. existe por
a) razones termodinámicas
a) razones económicas
a) voluntad del diseñador.
3. Para tener el mínimo número de unidades en una configuración de corrientes,
a) cada enlace entre corrientes (unidad) debe tratar de agotar al menos una de ellas, de modo que entre dos
corrientes determinadas sólo existan recuperadores
b) cada enlace entre corrientes (unidad) debe tratar de agotar al menos una de ellas, de modo que, si es
posible, entre dos corrientes determinadas sólo exista un recuperador
c) cada enlace entre corrientes (unidad) debe tratar de agotarlas, de modo que, si es posible, entre dos
corrientes determinadas sólo exista un recuperador
4. No se debe calentar en la zona de contacto
a) de la subconfiguración fría, situada inmediatamente a la derecha del contacto en el GDD
b) por ello el número de corrientes calientes en dicha zona no puede ser inferior al de corrientes frías
590 Ejercicios para resolver

existentes en la misma zona


c) Caso contrario, es necesario reconsiderar la aproximación mínima.
5. Para ser viable el emparejamiento de corrientes
a) en el contacto en la subconfiguración fría, inmediatamente a la derecha del contacto, la capacidad
calorífica de la corriente caliente sea mayor o igual que la de la fría.
b) Inmediatamente a la izquierda del contacto, la capacidad calorífica de la corriente caliente debe ser
mayor o igual que la de la fría.
c) Caso de que no se cumpla la relación de capacidades caloríficas es necesario dividir una de las dos
corrientes.
6. Para que cada enlace de contacto realizado no impida la posibilidad de realizar nuevos enlaces de contacto con
las corrientes restantes, se deben satisfacer las siguientes condiciones en la zona fría, a la derecha del contacto en
el GDD,
a)

b)

a)

7. En las configuraciones con contacto:


a) Existe un lazo térmico cuando una corriente cruza el contacto y participa en tres o cuatro unidades:
recuperadores, calentadores y enfriadores.
b) Se elimina una de estas unidades absorbiéndola con otra de las restantes de menor potencia,
c) Para disminuir el consumo de servicios hay que ajustar la aproximación al valor mínimo mediante un
sendero a través del contacto.
8. Para una configuración de corrientes con umbral,
a) el primer enlace que se debe establecer es el enlace próximo al umbral
b) el enlace que implique a una de las temperaturas umbral en uno de sus extremos
c) la diferencia de temperatura Th - Tc en los extremos del enlace (recuperador) ha de estar comprendida
entre )Tamín y )Tth.

13c. Problemas sin resultados


Problema 13.1. Dado el proceso del problema 13.8, si la temperatura de entrada al primer recipiente C-1, es de
290°C.
a) Dibújese el GDD
b) Calcúlese la máxima recuperación de energía y el mínimo consumo de servicios calientes y fríos correspondiente
c)Diséñese la red de recuperadores con el mínimo consumo de servicios y el menor número posible de unidades
d) Diséñese la red de cambiadores con el mínimo absoluto de unidades
e) Para ambas redes, hállese el número de envolventes precisas para cada unidad
f) Indíquese la posible generación de vapor, y señálese su nivel térmico
Problema 13.2. Con el sistema de corrientes del ejemplo 13.14:
a) Justifíquese que es posible obtener el mínimo consumo de servicios y el mínimo absoluto de unidades, no
respetando el casicontacto y relajando la condición de ()T)amin. = 10°C en el problema remanente.
b) Hállese la red con el mínimo número de unidades y dígase cuál es la penalización energética que comporta.
Problema 13.3. Con la configuración de corrientes del ejemplo 13.10, resuélvase el problema teniendo en cuenta
el casicontacto, pero efectuando la división de la corriente nº 3 en vez de la nº 2.
Problema 13.4. Resuélvase el ejemplo 13.9 para los tres valores de la aproximación mínima siguientes ()T)amin. =
10°C,()T)amin. = 20°C y ()T)amin. = 30°C, determinando cuál de las tres opciones es más favorable económicamente
si:
Ejercicios para resolver 591

Corriente nº Corriente, TS - TT, °C , W/K Coeficiente de convección hc, W/m2 K

1 180-75 30 150
2 240-60 40 100
3 40-230 35 200
4 120-300 20 100
Agua 24-40 500
Vapor sat. 325 2000

y los costes anuales son:


. Para cada envolvente de recuperador: 8.660 + A0,83, euros/año (A en m2)
. Para el vapor 110 euros/ kWaño
. Para el agua 10 euros/kW año
efectuando el cálculo de los costes anuales de la red con el mínimo consumo de servicios y de la que utiliza el
mínimo número de unidades.
Problema 13.5. Con el sistema de corrientes del ejemplo 13.17, hállense los consumos de servicios, indicando su
temperatura máxima para los de enfriamiento y su temperatura mínima para los de calentamiento, con los siguientes
valores de ()T)amin.: 1°C, 10°C, 20°C, 30°C, 50°C, 65,249°C, 70°C y 100°C. Analícense los resultados.
Problema 13.6. Dadas las configuraciones de corrientes térmicas de los ejemplos 13.8 y 13.9, dígase cual tiene
menor número de envolvente y cuantas son.
Problema 13.7. Identifíquense los lazos en la disposición de cambiadores de la figura 10 del ejemplo 13.10 y
establézcase la HEN con el mínimo absoluto de unidades.
Problema 13.8. Dado el proceso del problema 13.8, si la temperatura de entrada al primer recipiente C-1, es de
290°C.
1. Dibújese el GDD
2. Calcúlese la máxima recuperación de energía y el mínimo consumo de servicios calientes y fríos
correspondiente
3.Diséñese la red de recuperadores con el mínimo consumo de servicios y el menor número posible de
unidades
4. Diséñese la red de cambiadores con el mínimo absoluto de unidades
5. Para ambas redes, hállese el número de envolventes precisas para cada unidad
6. Indíquese la posible generación de vapor, y señálese su nivel térmico
Problema 13.9. Con el sistema de corrientes del ejemplo 13.14, compruébese que es posible obtener el mínimo
consumo de servicios y el mínimo absoluto de unidades, no respetando el casicontacto y relajando la condición de
()T)amin. = 10°C en el problema remanente.
Problema 13.10. Con el sistema de corrientes del ejemplo 13.13, resuélvase el problema con una aproximación
mínima ()T)amin. = 15°C para hallar la red con el mínimo consumo de energía y la red con el mínimo número de
unidades.
Problema 13.11. Con el sistema de corrientes del ejemplo 13.17, hállense los consumos de servicios, indicando su
temperatura máxima para los de enfriamiento y su temperatura mínima para los de calentamiento, con los siguientes
valores de ()T)amin.: 1°C, 10°C, 20°C, 30°C, 50°C, 65,249°C, 70°C y 100°C. Analícense los resultados.
Problema 13.12. Revísese la red obtenida en los subsistemas resultantes de la división por el contacto mediante los
criterios establecidos con el heurístico del enlace umbral para los ejemplos 13.11 y 13.14.
Problema 13.13. Justifíquese que la red mostrada a continuación corresponde a la eliminación de un recuperador
en la de la de la figura 14 del ejemplo 13.8 y dígase cuales son las penalizaciones en las que incurre en cuanto al
consumo de servicios y la producción de vapor.
592 Ejercicios para resolver

Constrúyase la red eliminando un recuperador más.


Problema 13.14. Sea el la configuración de corrientes térmicas del ejemplo 13.10:
a) Diséñese la red de recuperación que tengo el número mínimo de unidades y hállese el menor consumo
de servicios compatible con ella.
b) Indíquese cual seria el número de envolventes para la red de mínimo consumo de servicios, hallada en
el ejemplo 13.10, y la de mínimo número de unidades, hallada en este ejemplo. Supóngase que se dispone
de agua a 25°C que se puede calentar hasta 40°C y de vapor de agua saturado2 a 120,69 bar,
Problema 13.15. Dadas las corrientes de proceso, en unidades coherentes,
T objetivo C punto
T suministro
85 220 1,5
60 120 1
50 3
180
Con un acercamiento térmico mínimo igual a 10:
a) Dibújese en parrilla la red de recuperación que consuma el mínimo de energía, indicando las temperaturas
intermedias y las potencias de los equipos
b)¿Cuántas envolventes son necesarias
c)¿Es posible la reducción del número de unidades? En caso afirmativo hágase
d) ¿Cuál será el consumo de servicios en la red obtenida en b?
e) ¿Es razonable generar vapor? ¿En qué condiciones?
Problema 13.16. Sea el esquema de proceso de la figura 1 del ejemplo 13.13:
a) Hállese el correspondiente gráfico de disponibilidad y demanda de calor con la configuración para ()T)amin.= 10°C.
b) Calcúlese potencia de las unidades de recuperación, calentamiento y enfriamiento cundo son las mínimas
necesarias y compárense el consumo de energía externa con los objetivos del problema obtenidos para ()T)amin.=
10°C.
c) Compárese el número de envolventes necesario en este caso y el b.2 del ejemplo 13.13.
d) Dígase si se puede generar vapor y en que condiciones en su caso.
Problema 13.17 Resuélvase el ejemplo 13.14 si ()T)amin. es el doble del valor original. Id. cuatro veces.

Capítulo 14. Radiación (II): Hornos. Las ecuaciones para el estudio de


la transmisión de la radiación a través de medios gaseosos participantes

14a. Preguntas de test

Indíquese cuáles de las siguientes afirmaciones son ciertas y cuáles falsas:

2
Normalmente no se usa vapor para este nivel de temperaturas, pero aquí lo suponemos para simplificar
el cálculo.
Ejercicios para resolver 593

1.Cuado se utilizan fluidos para calentar hornos, o en un horno se calientan fluidos, éstos circulan a través de haces
de tubos apoyados sobre una superficie refractaria. Las superficies resultantes no se adaptan al cálculo de recintos
radiantes establecido en el capítulo 2, por lo que interesa sustituírlas por unas superficies planas equivalentes.
2. El factor de transferencia de Hottel, Aiöi-j = Gi-j, es un flujo geométrico que podemos definir como hicimos con
Gi-j, como la fracción de la diferencia de poderes emisivos negros que se transfiere en el caso de que las superficies
sean grises. Con öi-j y Gi-j. se verifica la relación de reciprocidad.
3. La aproximación que permite asimilar superficies recubiertas de tubos a superficies planas se sintetiza en una
fórmula para una emitancia efectiva:
4.El factor de visión Fi-t, entre el resto de la cámara de combustión, representada por el plano i, y los tubos t, se puede
calcular mediante una fórmula aproximada o la aplicación VISION.
5. En un recinto, una superficie radiante gris i (lambertiana, isoterma y opaca), rodeada de otras también grises, a
distintas temperaturas y con un gas homogéneo participante, gris e isotermo, interpuesto entre ellas, la irradiación
que recibirá será la suma de las fracciones de la radiosidad que las restantes superficies le envían, menos las
fracciones de dichas radiosidades absorbidas por el gas interpuesto, menos la emisión del mismo.
6. La hipótesis de gas gris és inexacta pero con el método propuesto su imprecisión se neutraliza.
7. Determinamos la irradiación Gi, teniendo en cuenta que la radiosidad que le llega de las otras superficies ha sido
parcialmente absorbida por el gas y que la emisión de este último dirigida hacia Ai, la se reparte proporcionalmente
a la que manda cada superficie.
8. El balance que adoptamos para recintos con un medio participante es:

siendo "gj la absorbancia de la radiación emitida a Tj y absorbida a Tg, y gg le emitancia del gas gris a Tg.
9. Ll calor absorbido por el gas es:

10. Si las paredes de la cámara están a temperaturas parecidas podemos suponer que "gj = "g, es sólo función de la
temperatura del gas.
11. Para el cálculo de la emitancia y las absorbancias grises (medias) que aparecen el las fórmulas anteriores,
empleamos propiedades radiantes del gas basadas exclusivamente en medidas experimentales y por ello dan
resultados utilizables en la práctica.
12. Si definimos una distancia media Lm, tal que toda la masa gaseosa situada a la misma, produjese la misma
irradiación sobre la superficie que la suma de todas las emisiones volumétricas elementales por el factor de visión
de cada uno de ellos respecto a la superficie considerada, dicha distancia media vale:

siendo V el volumen ocupado por el gas y A el área de la superficie que lo envuelve.


13 Se puede definir un horno como un espacio aislado térmicamente, en el cual se trasfiere calor de una fuente
caliente a un sumidero denominado carga. Al recinto interior definido por los límites del espacio, lo denominaremos
hogar o cámara del horno.
14. La carga puede ser sólida o líquida y cambiar de fase o no. Cuando se trate de un líquido que cambia de fase
totalmente, lo denominaremos generador de vapor del fluido que se trate.
15. La estructura de las cámaras de hornos se componen básicamente de:
- Superficies calientes o calefactoras (en general una)
- Superficies frías receptoras o carga (en general una)
- Superficies refractarias rerradiantes.
594 Ejercicios para resolver

16. Las pérdidas por transferencia al exterior suelen ser parecidas a la transferencia por convección en el interior de
la cámara
17. Las cámaras de hornos se pueden dividir en los dos tipos siguientes:
- Gas interior no participante, lo que corresponde a cámaras sin combustión y que exige siempre la
existencia de los tres tipos de superficies.
- Gas interior participante, lo que en general corresponde a cámaras con combustión, en cuyo caso puede
no existir la superficie calefactora.
18. Los hornos s pueden clasificar por:
. Su función: generadores de vapor, de fusión; para reducción de óxidos metálicos; de cocción; de temple;
de carburación; de revenido; de forja; de laminación;...; de esmaltado;...; de incineración, etc.
. El mecanismo de transferencia de calor dominante: mufla; tubos radiantes; baño líquido; recirculación;
convección forzada;..; resistencias; efecto dieléctrico, inducción; arco voltaico.
. El método u orientación del calentamiento: calentamiento directo; calentamiento superior; calentamiento
inferior;...; calentamiento indirecto (mufla): calentamiento configurado, por chorros;...
. El método de circulación de la carga: por lotes, o discontinuos, continuos; rotativos, ....
. La fuente térmica: eléctricos; de gas; de combustible líquido; de carbón; de madera (biomasa);..; el
material en proceso (incineración).
Etc.
19. La cámara de un horno se dimensiona mediante el balance de energía térmica:
Calor cedido por las fuentes calientes = calor absorbido por la carga - pérdidas
El cálculo simplificado se efectúa considerando la cámara del horno en estado estacionario, tratándola como un
recinto de superficies grises y una atmósfera participante homogénea.
20. La suposición de que la cámara es homogénea permite considerar los gases a una única temperatura media, pero
impide tratar aceptablemente los hornos en los que el gradiente de temperatura longitudinal sea apreciable, como
hogares de generadores de tubos de humos, estufas túnel, hornos de recalentamiento de metales, etc.
21. La aproximación de superficies grises es relativamente buena debido a que los hornos operan a alta temperatura
ya que reduce los valores absolutos de la banda de longitudes de onda operativas a medida que aumenta la
temperatura, concentrándose además la potencia de acuerdo con la ley de Wien.
22. La cámara de un horno se puede estudiar como un recinto gris de 3 superficies como mínimo, lo que resuelven
automáticamente las aplicaciones GRIS y GRISCONGAS, según el gas en la cámara sea no participante o
participante.
23. El cálculo de los factores de visión lo resuelve la aplicación VISION si las superficies calefactora y receptora
pueden considerarse aproximadamente planas.
24. Supuesto el resto de la cámara una cavidad isoterma, el haz de tubos se sustituye por un plano, mediante una
emitancia efectiva, que le da las mismas características radiantes que el haz.
25. Para utilizar la aplicación VISION lo primero es situar las superficies en el espacio y orientar adecuadamente
sus caras, lo que se hace definiendo la dirección y sentido de la normal a través del sentido de recorrido de los
vértices.
26. Normalmente se especifica la temperatura de la carga, por lo que la potencia absorbida por la misma no depende
de la cantidad producida. Por contra en la superficie calefactora lo que se establece es la potencia suministrada, a
partir de la potencia calorífica del combustible y consumo del mismo (teniendo en cuenta las pérdidas).
27.A 2.000 K, para la radiación térmica el máximo corresponde a 1,5 :m.
28. El calor transferido por convección, no acostumbra a superar el 5% del total, aunque en los hornos de resistencias
o de tubos radiantes puede ser mayor.
29. En los hornos sin gas participante, el diseño se efectúa según los métodos desarrollados en el Capítulo 2 del
primer volumen.
30. La sistemática de diseño recomendada para hornos con combustión de cámara homogénea es independiente de
que el combustible sea sólido o fluido.
31. Para combustibles sólidos se establecen las proporciones de la cámara a partir de la potencia suministrada y el
tipo de combustible. Se recomienda que la potencia específica, MW/m2, disipada por la parrilla no supere un cierto
valor, que depende el tipo de combustible.
32. Los valores de carga específica dependen de la existencia o no de separadores de polvo (cenizas volantes).
33. Para carbones conviene una aportación de combustible que no supere 1 kg/s por m de anchura de la parrilla, a
fin de que el lecho de combustible no sea demasiado delgado, lo que permite establecer las dimensiones preliminares
de la parrilla.
34. En cuanto a las dimensiones de la cámara de combustión, unos criterios son la liberación de calor, o potencia por
unidad de volumen, que no debe superar un cierto valor de MW/m3 y la aportación de calor, o flujo de calor sobre
las superficies de la cámara distintas de la parrilla, que ha de ser inferior a unos determinados MW/m2.
35. También conviene limitar la velocidad másica de los gases, kg/s m2.
36. Cuando el combustible es fluido (líquido o gas) se emplean quemadores, que van incrustados en una pared
(lateral o el piso) y que producen una llama que inutiliza un volumen prismático de profundidad D y sección
cilíndrica, que a efectos prácticos se asimila a una cuadrada de lado E.
37. En función de la dimensión E, se determina la mínima sección transversal (perpendicular al eje de la llama).
38. Fijadas las proporciones de la cámara, se establecen las superficies de la parrilla, la carga y el refractario,
utilizando caras planas y calculan con la aplicación VISION los factores de visión correspondientes al recinto.
Ejercicios para resolver 595

39. Se adjudica a la superficie representativa de la parrilla la potencia que debe suministrar por radiación, en
principio, el 79% de la potencia total. A las superficies de la carga se adjudican unas temperaturas de acuerdo con
el propósito del proceso, uniformes en cada superficie. Finalmente se definen las superficies rerradiantes que se
consideren adecuadas, para verificar sus límites de temperatura.
40. Se supone una temperatura media de los gases de combustión y con las temperaturas de las superficies se
calculan la emitancia y las absorbancias del gas de combustión de acuerdo con sus porcentajes de vapor de agua, de
dióxido de carbono y de oxígeno.
41. Con los valores que se han establecido en las etapas previas, se ejecuta la aplicación GRISCONGAS. Si los
resultados obtenidos concuerdan con la potencia que debe absorber la carga, los datos empleados se dan por buenos.
En caso contrario, las temperaturas obtenidas se utilizan como nuevos datos para calcular la emitancia y las
absorbancias de los gases de combustión, prosiguiendo el proceso hasta alcanzar una convergencia aceptable.
42. Finalmente, con la potencia qg absorbida por los gases se comprueba la temperatura final de los mismos, mediante
el balance de energía de los gases de la combustión.
43.Se comprueba la temperatura final con la temperatura calculada para la parrilla, la potencia absorbida por la carga
más las pérdidas y el calor específico de los gases calculado a la temperatura media.
44. La temperatura final de los gases de combustión debe ser suficientemente elevada para evitar condensaciones
en las conducciones de humos, que causarían corrosión.
45.Los valores del punto de rocío de los humos de combustión se deben superar a lo más en 15°C.
46. Si el resultado no es satisfactorio, deben modificarse las dimensiones de la cámara y repetir el proceso.
47. La temperatura debe ser suficiente para mantener el caudal de los humos producidos, a lo largo de la chimenea,
cuya sección se establece para tener una velocidad de los mismos no superior a 20 m/s, mientras que la longitud se
calcula para que permita un penacho que facilite una dispersión de los contaminantes (partículas, óxidos de azufre,
etc.) que garantice unas concentraciones de los mismos a nivel del suelo inocuas, valores que establece la
Administración.
48. La determinación de la disminución de las concentraciones nocivas mediante la dispersión de los humos, se
efectúa con la metodología expuesta en el apartado 9.8 teniendo en cuenta el viento y el gradiente de temperatura
atmosférico en función de la altura, que dependen de la insolación y las condiciones locales
49. Suponiendo la emisión de una nube de un gas, distinto del aire pero diluido de modo que la concentración en el
penacho sea lo suficientemente baja como para poder despreciar las diferencias de masa molecular, se obtiene la
llamada dispersión neutra, que ademas supone:
- Masa molecular de todas las especies químicas igual (la del aire)
- Las difusividades turbulentas en las direcciones de los ejes coordenados independientes de la coordenada
vertical z
- Perfil de velocidades del fluido difusor (la atmósfera) plano, u uniforme y constante, y v = w = 0
- Difusión en la dirección x del viento, despreciable
- Reflexión de la pluma en el suelo
- Inexistencia de reacciones químicas, T = 0
- Estado estacionario, o sea las derivadas respecta al tiempo nulas,
con modelos estadísticos de la difusividad atmosférica que consideran una distribución normal del perfil transversal
de concentraciones.
50. Los resultados para la dispersión neutra se pueden modificar para efectuar las correcciones necesarias para tener
en cuenta fenómenos como:
- Sobre-elevación de la nube, debida a su flotabilidad en la atmósfera que la rodea.
- Agotamiento de la nube, debido a la deposición del gas que la forma, bien sea a través de reacciones con
el terreno o la vegetación que lo cubre (deposición seca), bien sea por lavado mediante agua (deposición
húmeda).
- Efecto de la topografía, natural o artificial del entorno del punto de emisión, que, aparte de constituir una
barrera producen notables aumentos de la turbulencia.
Etc.
51. Los combustibles son las materias empleadas para generar calor a partir de su oxidación rápida, o combustión.
Los combustibles más generalizados son compuestos hidrocarbonados que, según su origen, pueden clasificarse en
naturales y artificiales o sintéticos. A su vez, los naturales pueden ser fósiles o biológicos (biomasa).
52. Para combustibles que contienen hidrógeno se distinguen dos calores de combustión, o poderes caloríficos: El
poder calorífico superior, PS, igual a la entalpia de combustión cambiada de signo, a partir del combustible y el
comburente a 25°C (298 K) y los productos en su fase estable a 25°C, es decir con el agua producto de la combustión
en fase líquida, y el poder calorífico inferior, PI, igual al valor anterior al que se ha sustraído la entalpía de
vaporización del agua a 25°C, de forma que supone que, en los productos, ésta se mantiene en fase de vapor.
53. Para combustibles con agua o humedad libre, se distingue entre poder calorífico húmedo o bruto, PSH y PIH, más
comúnmente denominado poder calorífico útil, y poder calorífico neto, sin humedad ni cenizas, PSS y PIS,.
54. Los líquidos derivados del petróleo son productos elaborados y existen unas normas de calidad, o
especificaciones, bien establecidas por la administración, o por las empresas productoras y consensuadas por los
usuarios, revisándose de acuerdo con la evolución de la industria extractora y refinadora de petróleo y, en especial,
de las exigencias de la sociedad para la reducción de la contaminación.
55. El objeto de las especificaciones es garantizar:
. La naturaleza del producto, su pureza y la estabilidad de la calidad correspondiente, para evitar el fraude.
. La seguridad de su manejo.
. Unas prestaciones adecuadas, teniendo en cuenta las condiciones climáticas.
. Una limitación de la contaminación.
596 Ejercicios para resolver

56. Una particularidad de las propiedades empíricas establecidas por las especificaciones es que, conocidas dos de
ellas, se pueden calcular las demás. Normalmente en función la densidad relativa 60/60°F (15,5/15,5°C), d60/60, y del
punto de ebullición promedio, se hallan las otras propiedades.
57. Los combustibles sólidos son los más económicos en origen, pero difíciles y caros de transportar y utilizar. Son
mucho más seguros que los gaseosos, aunque pueden sufrir autoignición almacenados y su polvo formar mezclas
explosivas, también son los menos contaminantes. Los líquidos ocupan el lugar intermedio en estas características.
58. La distinción entre combustibles y carburantes es de naturaleza química y sus diferencias son intrínsecas.
59. Cuado se utilizan fluidos para calentar hornos, o en un horno se calientan fluidos, éstos circulan a través de haces
de tubos apoyados sobre una superficie refractaria por lo que las superficies resultantes no se adaptan al cálculo de
recintos radiantes establecido en el capítulo 2.
60. En el modelo aquí propuesto las superficies recubiertas de tubos se sustituyen por superficies planas equivalentes.
61. El factor de transferencia de Hottel, Aiöi-j = Gi-j, es un flujo geométrico que no verifica la relación de
reciprocidad.
62. La emitancia efectiva de un haz de tubos respaldado por una pared refractaria vale:

63. La aplicación GRISCONGAS es utilizable para una superficie radiante gris i (lambertiana, isoterma y opaca),
rodeada de otras también grises, a distintas temperaturas y con un gas homogéneo participante, gris e isotermo,
interpuesto entre ellas.
64. La ecuación balance radiante en un recinto

(14-34)

comporta las hipótesis de que "gj = "g es sólo función de la temperatura del gas y que las superficies son
lambertianas.
65. Las medidas experimentales de la potencia radiante transferida entre un gas contenido en una semiesfera y una
superficie negra elemental situado en el centro de la misma permiten definir la emitancia y la absorbancia grises del
gas.
66. Estas emitancias y absorbancias son utilizables para otras geometrías, calculando para las mismas una distancia
L, tal que toda la masa gaseosa del volumen considerado, situada a la misma, produjese la misma potencia radiante
sobre la superficie. Se puede calcular efectuando la suma de todas las emisiones volumétricas elementales por el
factor de visión de cada uno de ellos respecto a la superficie considerada.
67. El balance de energía correspondiente a recintos considerando las superficies como planos lisos con las
emitancias ficticias, lo resuelvela aplicación GRISCONGAS.
68. Si no se opera adecuadamente, la combustión de los gases puede ser incompleta e inestable, básicamente debido
a la existencia de un límite inferior del caudal de combustible, para evitar el retorno de llama, uno superior, para que
no se produzca el desprendimiento de la misma y unas condiciones para lograr la combustión completa (relación
CO/CO2<0,01, por ejemplo) y para evitarlos hay que relacionar el gas con el quemador.

14b. Indíquese cual de las respuestas propuestas es correcta


1. La cámara de un horno se dimensiona mediante el balance de energía térmica:
a)
Calor cedido por las fuentes calientes = calor absorbido por la carga
a)
Calor cedido por las fuentes calientes = calor absorbido por la carga - pérdidas

a)
Calor cedido por las fuentes calientes = calor absorbido por la carga + pérdidas

2. El cálculo simplificado de cámaras de combustión se efectúa:


a) considerando la cámara en estado estacionario
Ejercicios para resolver 597

b) tratándola como un recinto de superficies grises


c) considerando una atmósfera no participante homogénea.
3. La suposición de que la cámara es homogénea:
a) Permite considerar los gases a una única temperatura media
b) Impide tratar aceptablemente los hornos en los que el gradiente de temperatura longitudinal sea
apreciable
c) Es adecuado para hogares de generadores de tubos de humos, estufas túnel, hornos de recalentamiento
de metales, etc.
4. La aproximación de superficies grises es relativamente buena debido a que:
a) los hornos operan a alta temperatura
b) aumenta los valores absolutos de la banda de longitudes de onda operativas a medida que aumenta la
temperatura
c) se concentra la potencia de acuerdo con la ley de Kirchhoff.
5. La cámara de un horno se puede estudiar como un recinto gris de
a) 2 superficies como mínimo.
a) 3 superficies como mínimo.
a) 4 superficies como mínimo.
6. El cálculo de los factores de visión lo resuelve la aplicación VISION si
a) las superficies calefactora y receptora son planas
a) las superficies calefactora y receptora son aproximadamente planas
a) las superficie calefactora es planas.
7. Para utilizar la aplicación VISION lo primero es situar las superficies en el espacio y orientar adecuadamente sus
caras lo que se hace
a) definiendo la dirección de la normal a través del sentido de recorrido de los vértices.
a) definiendo la dirección y sentido de la normal a través del sentido de recorrido de los vértices.
a) a través del número de vértices.
8. El calor transferido por convección, no acostumbra a superar el
a) 1% del total
a) 5% del total
a) 25% del total
9. En los hornos sin gas participante, el diseño se efectúa:
a) según los métodos desarrollados en el Capítulo 2 del primer volumen, con la aplicación GRISCONGAS
b) según los métodos desarrollados en el Capítulo 2 del primer volumen, con la aplicación VISION
c) según los métodos desarrollados en el Capítulo 2 del primer volumen, con la aplicación
DOSSUPERFICIES.
10. Para combustibles sólidos se establecen las proporciones de la cámara a partir de la potencia suministrada y el
tipo de combustible
a) Se recomienda que la potencia específica, MW/m2, disipada por la parrilla no supere un cierto valor,
independientemente del tipo de carbón.
b) Los valores de carga específica dependen exclusivamente de la existencia o no de separadores de polvo
(cenizas volantes).
c) Conviene una aportación de combustible que no supere 1 kg/s por m de anchura de la parrilla, fin de que
el lecho de combustible no sea demasiado grueso.
11. Las dimensiones de la cámara de combustión vienen condicionadas por
a) La liberación de calor, o potencia por unidad de volumen, que debe superar un cierto valor de MW/m3
b) La aportación de calor, o flujo de calor sobre las superficies de la cámara distintas de la parrilla, que ha
de ser superior a unos determinados MW/m2.
c) La velocidad másica de los gases, kg/s m2 no debe superar un cierto valor.
12. Cuando el combustible es fluido (líquido o gas) se emplean:
a) quemadores
b) tolvas
c) inyectores
13. Fijadas las proporciones de la cámara
a) se establecen las superficies de la parrilla, la carga y el refractario, utilizando caras planas, y calculan
con la aplicación VISION los factores de visión correspondientes.
a) se establecen las superficies de la parrilla, la carga y el refractario, utilizando caras planas, y calculan
con la aplicación GRIS los factores de visión correspondientes.
a) se establecen las superficies de la parrilla, la carga y el refractario, utilizando caras planas y calculan con
la aplicación GRISCONGAS los factores de visión correspondientes.
14. Se adjudica a la superficie
a) representativa de la parrilla la potencia que debe suministrar por radiación, en principio, un % de la
potencia total
b) de la carga se adjudican unas temperaturas uniformes en cada superficie.
c) rerradiantes que se consideren, para verificar la potencia.
15. La temperatura final de los gases de combustión debe ser suficientemente
a) elevada para evitar condensaciones en las conducciones de humos, que causarían corrosión.
a) baja para evitar condensaciones en las conducciones de humos, que causarían corrosión.
598 Ejercicios para resolver

a) elevada para reducir pérdidas.


16. La chimenea debe satisfacer las condiciones:
a) La chimenea con la altura escogida ha de mantener el caudal de humos producido
b) La sección de la chimenea a permitir una velocidad de los humos no inferior a 20 m/s
c) La chimenea ha de permitir un penacho que facilite una dispersión de los contaminantes hasta unas
concentraciones de los mismos a nivel del suelo iguales a los valores establecidos por un estudio
económico.

14c. Problemas sin resultados


Problema 14.1. En el caso de haces de tubos negros (emitancia = 1) sobre superficies aislantes, demuéstrese sin
utilizar el álgebra de factores de visión que:
a) Para haces de una fila

b) Para haces de dos filas

Problema 14.2. Constrúyase un gráfico que muestre la variación de la emitacia efectiva del plano equivalente a un
haz de una fila de tubos de 5 in. de diámetro exterior, respaldada por una pared aislante, cuando el paso varía de
10,25 in. a 15 in.
Problema 14.3. Repítase el ejemplo 14.8 si el haz tubular es de dos filas al tresbolillo.
Problema 14.4. Se quiere aislar el horno del ejemplo 14.2 con la condición de que las paredes no puedan superar
los 1,5 m de espesor y estén recubiertos exteriormente con chapa delgada de hierro galvanizado nuevo, limitándose
la temperatura de la superficie externa a 60°C. Para ello se dispone de ladrillo poroso (densidad 2.100 kg/m3) que
puede alcanzar hasta 1.268 K y que forma la pared resistente de 0,2 m de espesor, que vale, ya colocado, 0,33
euros/kg; de ladrillo aislante (densidad 2.100 kg/m3), que resiste hasta1.010 K y vale 0,25 euros/kg y de lana de roca
(densidad 100 kg/m3), que no se quiere que supere su temperatura límite menos 100° y que vale 0,45 euros/kg. El
ambiente se mantiene a 25°C, con una corriente de aire a 0,5 m/s.
a) Si las pérdidas no deben superar los 450 W/m2, determinese el aislamiento más económico con un coste
del combustible de 0,6 euros/MJ.
b) ¿Cuánto valen las pérdidas con respecto a la potencia útil, en%?
c) Si la temperatura de la pared interior del horno pasa a ser de 1.082,285 K y no podemos cambiar los
materiales ¿qué podemos hacer?
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Soluciones problemas escogidos


Solución problema 10.6:

b) La fórmula que debemos aplicar es la correspondiente a un tubo horizontal en reposo, (10-137), y utilizando
promedios de propiedades en vez de propiedades a temperaturas promedio, las propiedades necesarias, en SI,
serán:

Temperatura Ts = 373 To = 341,5 To = 302

8l 0,6806 0,6610 0,6167

:l 2,794 e-4 4,098 e-4 8,173 e-4

Dl 958,23 978,64 996,1

) Hl 2.257.272

8,77741 19,51028

' 5,485881 12,193925

8l fórmula 0,6708 0,64865

:l fórmula 3,772 e-4 6,8282 e-4

Dl fórmula 968,435 977,165

L* 2,491406 e-5 3,678467 e-5

Retub 25,0 71,433

Con los valores de la 3ª columna y n = 1 tendremos en la fórmula (10-137),

y con los de la 4ª,

de modo que el promedio pedido será:

NOTA: El empleo de un coeficiente único promedio en el ejemplo 11.4, sólo es a efectos de simplificar los
cálculos paramétricos. Para efectuar correctamente dichos cálculos, se debe simultanear la resolución del
problema 10.6 con la del ejemplo 11.4, determinando, por aproximaciones sucesivas, cada vez el coeficiente
exterior, como aquí se ha indicado, para que la temperatura de la pared corresponda a la potencia transferida
al fluido que circula por el conducto.

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