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Resumen: Energía.

Cuando se habla de energía, se abarca un tema muy amplio, lo importante de esto es identificar a
hoy, en qué momento de la historia está situada, a dónde nos lleva el descubrimiento de las
fuentes de Energía. Revisar Cómo ha sido la Evolución de la Energía, nos permitirá entender el por
qué la civilización no se cansa de buscar e investigar por más fuentes. Cualquier tipo de energía
que utilice la humanidad siempre es para generar un propósito: Que la civilización misma avance,
llegue cada vez más lejos; para eso debe utilizar fuentes de energía de donde sea para cumplir con
ese requerimiento. Transportarse, alimentarse, educarse, en fin, muchos aspectos de la vida
cotidiana requieren de diferentes fuentes de energía para cumplir los objetivos.

El hombre primitivo podía encontrar la energía necesaria para sus procesos vitales en los
alimentos que consumía y, por otro lado, dependía del sol como fuente de calor. Posteriormente
descubrió el fuego, que aprendió a utilizar con múltiples fines. Pero fue a partir de finales del siglo
XVIII, con el comienzo de la Revolución Industrial, cuando se produjo el gran cambio en la pautas
de consumo energético de la civilización. El progreso puso en marcha maquinarias nuevas para la
manufacturación de innumerables productos industriales, fabricadas masivamente. Se le suma a
esto la revolución en el transporte que consume impensables cantidades de energía. Durante la
segunda parte del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, tuvo lugar un periodo que quedó en la
historia con el nombre de revolución industrial. Se trató de una época de
grandes transformaciones en el ámbito tecnológico, económico, social y cultural, que tuvo su
epicentro en Inglaterra, la sociedad atraviesa etapas en las que el cambio y el avance tecnológico
son las características principales. Aparece la energía eléctrica, los automóviles, los aviones, los
motores de combustión interna, la industria química y la industria metalúrgica. El primer paso de
la revolución industrial fue la mecanización de las actividades textiles y la industrialización en la
producción de hierro. El surgimiento del ferrocarril y la creación de las máquinas de vapor fueron
otros cambios decisivos, ya que facilitaron el transporte de mercancías e incrementaron la
capacidad productiva. Se da lugar así a la segunda fase de la revolución industrial, donde los
combustibles fósiles (especialmente el carbón) aportaban la energía primaria, sin siquiera
sospecharse el grave daño que más adelante ocasionarían.

La nueva sociedad que nació de la Revolución Industrial trajo también nuevas demandas de
energía. Con la máquina de vapor aparecieron inventos revolucionarios que mejoraron los medios
de transporte, como la locomotora que George Stephenson construyó en 1825.

Sin embargo, a pesar de que este sistema de locomoción era seguro y eficaz, consumía grandes
cantidades de carbón para convertir la energía calorífica en mecánica; el rendimiento que
producía era inferior a un 1%. Aún hoy día se consume gran cantidad de energía para producir un
rendimiento muy inferior; por ejemplo, una central eléctrica que utilice carbón o petróleo rinde
menos del 40%, y en el caso de un motor de combustión interna incluso menos del 20%.Esta
pérdida de rendimiento es a causa de las leyes físicas; la energía que no utilizamos (o no somos
capaces de aprovechar) no se pierde sino que se transforma; en los casos de combustión interna,
por ejemplo, el resto de energía que no aprovechamos se disipa en forma de calor. Por ello, una
lucha tecnológica constante es la de mejorar el rendimiento de las máquinas para aprovechar al
máximo la energía.
Entre los tipos de energía podemos mencionar: Energía eléctrica, radiante, térmica, nuclear,
química, solar, mecánica, cinética, potencial, eólica, hidráulica, acústica, luminosa, fotovoltaica,
iónica, geotérmica, mareomotriz, electromagnética, metabólica, hidroeléctrica, magnética,
Biomasa, entre otras.

La energía solar es la que nos llega a la tierra en forma de luz, calor y rayos ultravioleta y que se
produce debido a las fusiones nucleares ocasionadas en el sol. Esta energía entra dentro del grupo
de la energía radiante que hemos visto anteriormente, porque son rayos de luz, calor y rayos UV
que se propagan por el vacío sin necesidad de un sistema artificial. Los generadores eólicos de
electricidad impulsados por el viento dependen de la energía solar. Los vientos se originan como
consecuencia del desigual calentamiento de las tierras y los mares, Por eso, al aprovechar la
energía eólica también se utiliza, en forma indirecta, energía solar.

Las energías renovables son aquellas fuentes de energía que pueden regenerarse en un periodo de
tiempo menor al año y medio. Las energías no renovables o energías convencionales' son aquellas
fuentes de energía que se encuentran en la naturaleza en cantidades limitadas, las cuales, una vez
consumidas en su totalidad, no pueden sustituirse, ya que no existe sistema de producción o de
extracción económicamente viable.

El hidrógeno, el gas más abundante del universo, cuya combustión produce energía térmica. El
hidrogeno puede convertirse en la fuente de energía del futuro.

El malgasto de energía tiene siempre consecuencias para el planeta. Es muy importante conocer
qué actuaciones pueden tener efectos nocivos para el medio ambiente y así evitarlas siempre que
podamos. Entre las consecuencias del malgasto de la energía en el planeta tenemos por ejemplo el
agotamiento de las energías no renovables, el consumo de las energías de origen fósil plantea
grandes problemas como el agotamiento de reservas, dependencia energética, dificultad de
abastecimiento y contaminación ambiental. Impacto en el medio ambiente. El uso del vehículo
privado, la calefacción e incluso nuestro consumo eléctrico (en las centrales térmicas donde se
genera la electricidad) emiten CO2 a la atmósfera; el efecto invernadero. La Tierra absorbe la
radiación solar, emitiendo posteriormente energía al espacio, la radiación solar penetra en la
atmósfera terrestre. Algunos gases como el CO2 impiden que esta energía escape, lo que aumenta
la temperatura de la superficie terrestre: es el efecto invernadero. Reducir y ser más eficientes en
el uso de la energía es necesario que todos comencemos a consumir menos energía. El desarrollo
de nuestra sociedad puede mantenerse aun reduciendo la cantidad de energía que utilizamos para
nuestras actividades. Para poder lograrlo es necesario evitar los derroches de energía en los
hogares, en la escuela, en las fábricas, en los comercios, etc. Evitando así la evidente
autodestrucción de la humanidad o por lo menos obteniendo una reducción de esta posibilidad.

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