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Las estrategias exitosas no provienen de un análisis riguroso, sino de un estado mental que

denomina la mente del estratega, donde la percepción y la consecuente determinación para su


cumplimiento son equivalentes en un sentido de misión, que alimentan un proceso mental
básicamente creativo e intuitivo, más que racional.

Los estrategas solo utilizan el análisis para estimular el proceso creativo..

El objetivo de una estrategia consiste en aproximarse a las condiciones favorables para nuestro
bando, juzgando con precisión el momento de atacar o retirarse y evaluando los límites del
compromiso.

El análisis es el punto de partida: al enfrentarse a problemas o situaciones que parecen constituir


un todo ármonico, el pensador estratégico debe dividirlos en sus aprtes constitutivas, y después
de descubrir el significado de dichos componenetes, los vuelve a ensamblar para maximizar sus
ventajas. La mente del estratega se caracteriza por la elasticidad y flexibilidad intelectual, que le
permite encontrar respuestas realistas a situaciones cambiantes.

La mejor solución posible proviene de una combinación de análisis racional que se basa en la
verdadera naturaleza de las cosas, y una reintegración imaginativa de las diferentes porciones en
el nuevo modelo, mediante el empleo del poder cerebral no lineal.

La primera etapa del pensamiento estratégico consiste en determinar con precisión el punto
critico de la situación. Es de vital importancia la correcta formulación de las preguntas, ya que al
no detectar asuntos críticos, muchos gerentes de primer nivel actualmente se sobrecargan con
altas dosis de ansiedad y preocupación, las cuales transmiten a sus subordinados, cuyos esfuerzos
terminan en fracasos y frustración.

Para determinar el punto crítico los estrategas utilizan distintos métodos:

Proceso de abstracción

Es el empleo de medios –como lluvia de ideas, encuestas de opinión- para poder establecer los
aspectos en los que la compañía se encuentra en desventaja en comparación a sus competidores;
posteriormente, estos aspectos se clasifican en grupos de acuerdo a sus factores comunes, y se
examina cada grupo de acuerdo a sus factores comunes, y se examina cada grupo como una
unidad, cuestionando cual es el asunto critico que plantea cada unidad, ya que la fuente del
problema debe comprenderse antes de proponer cualquier solución real. Una vez realizado,
resolver cual es el enfoque correcto para encontrar la solución y elaborar el plan de acción
detallado.

El problema debe subdividirse en dos o mas subasuntos, hasta llegar al punto en que los
subasuntos puedan manejarse de forma individual.

El pensamiento estratégico depende de la intuición y del análisis fragmentario


Secreto de la visión estratégica.

Las armas del estratega son el pensamiento táctico, la consistencia y la coherencia.

El pensamiento estratégico debe estar respaldado por el uso diario de la imaginación y por un
constante entrenamiento en los procesos lógicos del pensamiento. Desarrollar la costumbre de
pensar estratégicamente, y hacerlo en forma natural.

El pensamiento estratégico se practica con mayor éxito teniendo en cuenta los siguientes factores:

Pensamiento flexible: el verdadero estratega intelectual puede responder con flexibilidad a los
cambios que sufra la empresa.

Cuando se esta desarrollando una estrategia debe empezarse por pensar cuales son las cosas que
puedo hacer y luego cuestionar que no se puede.

El pensador estratégico puede generar una conciencia de lo que podría ser un estado ideal de los
negocios – aun cuando parezca inalcanzable- y de esta manera puede ver las limitaciones como
obstáculos que si pueden salvarse para llegar al a solución ideal.

Un cambio de actitud en quienes enfrentan el problema puede hacer maravillas. El secreto, que
las personas piensen ¿Qué podemos hacer? En lugar de ¿ que no podemos hacer? Y luego
esforzarse por eliminar sus limitantes.

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