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El departamento de Lambayeque posee flora y fauna variadas, sobre todo en la zona andina.

El mar lambayecano tiene una gran riqueza ictiológica, tal como el resto de la costa peruana.
Ello se debe a la abundancia de plancton gracias a la Corriente de Humboldt. Estos constituyen
la base de la cadena alimenticia marina, pues de ellos se alimentan pequeños peces como la
anchoveta, los cuales, a su vez, son alimento de peces más grandes.

En cuanto a la costa del departamento, en ella predomina el desierto, ambiente hostil al cual se
han adaptado algunas especies de plantas y animales como los cactus, escorpiones y algunas
serpientes. La aridez del desierto es cortada por tramos por los ríos que descienden de la
sierra. Estos, a pesar de su escaso caudal y régimen irregular, irrigan fértiles valles, cobijando
a una fauna más variada. Algunas especies de árboles, como el algarrobo y el zapote, han
logrado adaptarse a las difíciles condiciones de la sierra lambayecana formando extensos
bosques. Lamentablemente, la sobreexplotación humana los ha reducido a una fracción de lo
que solían ser. Estos bosques están habitados por especies de aves como el huerequeque y la
pava aliblanca; mamíferos como el zorro gris, y muchas otras clases de animales. Hacia el
este, ha mayor altura, la fauna y flora cambian, apareciendo especies como la taya y el
huaylulo, ambos árboles propios de la Cordillera de los Andes.

Flora
La vegetación en la zona costeña es escasa, debido principalmente a las grandes extensiones
desérticas del departamento; no obstante, hay tres tipos de bosques, entre los que destaca la
presencia de una variedad de algarrobo (Prosopis limensis) y de zapote (Capparis longifolia).
Estos bosques son normalmente ralos, pero se hacen más densos y vigorosos conforme se
acercan a la parte continental. En la actualidad, la explotación irracional e intensiva de los
bosques de algarrobo, para la elaboración de carbón y usos del sector construcción, ha
causado el avance de los desiertos. Por ello en esta región existen dos zonas reservadas
(Laquipampa y Batán Grande), para proteger fundamentalmente los bosques de algarrobo aún
existentes y sus ecosistemas.
En Poma y en la quebrada de Jaguay, también existen importantes bosques de algarrobo. En
determinadas zonas de Olmos, los algarrobales crecen asociados a plantas herbáceas y
gramíneas.
En las laderas fuertes y poco accesibles de la costa y a cierta altitud, se forma el bosque seco
semidenso, donde aparecen especies forestales como el guayacán (Tecoma sp.), palosanto y
hualtaco (Loxopterygium huasango). Debajo de los 400 metros sobre el nivel del mar aparecen
formaciones boscosas tipo sabana, con una vegetación de baja densidad debido a la
explotación irracional, la tala indiscriminada y el sobrepastoreo.
Las especies forestales más importantes de este ecosistema son el algarrobo, el zapote, el
overo y el vichayo. A menor altitud, en las partes bajas de la costa, se desarrolla el bosque
seco tipo chaparral, en el cual las especies forestales son las mismas que en el bosque seco
tipo sabana, pero con asociaciones forestales de tipo arbustiva y con malezas desérticas
tropicales.
Otras especies de flora costera lambayecana son: guarango, palo negro, chopa, concuno,
sauce, pasallo, quiebra olla, hierba santa, pájaro bobo, chilco macho, chilco hembra, ambulón,
lengua de vaca, galán de noche, micania, san juan, caña brava, carrizo e hinea.
En el piso inferior de la región andina (500 a 1 000 msnm) se desarrollan árboles como el ceibo
(Bombax dicolor), la taya (Celsal pinia spinosa) y el huaylulo (Erythrina sp.), que se ubican
mayormente en la zona norte del departamento. Destacan también las especies trepadoras y
herbáceas. Otras especies de flora que se encuentran a esta altura son: tunsho, barba de viejo,
choloque, catagua, huasimo, higuerón y maochil.
En el piso medio (1 000 a 2 000 msnm) habitan especies leñosas como la chirimoya (Annona
cherimolia) y la flor del inca (Cantua
quercifalia), además de otras especies como la taya, el lalush y el cactus alucinógeno
sampedro.
En el piso superior (2 000 a casi 4 000 msnm) habitan especies como el gigantón, el cacto de
gorra, la chumacera y la pitajaya.

Fauna marina
La fauna marina, al igual que en todo nuestro litoral, es abundante. A partir de la isla Lobos de
Tierra se encuentran, en el mar de Lambayeque, pescados como el bonito (Sarda sarda
chilensis), la caballa (Pneuma-tophorus peruanus) y el pejerrey (Austromenidia regia). Además,
es común encontrar especies de todo nuestro litoral, como el lenguado (Paralechtys adspersus)
y el atún (Thunnus magropterus), así como también especies norteñas como la liza (género
Mugil) y el mero (género Alphestes, familia Serranidae). Hay también una gran variedad de
moluscos, entre ellos los más populares son el choro (Aulacomya atra) y la concha de abanico
(Pecten purpuratus). Entre los cefalópodos se encuentra la jibia o calamar grande
(Ommastrophes gigas) y el pulpo (Polypus fontaineaus). El langostino, entre los crustáceos,
habita también en esta región.

Fauna continental
Debido a la destrucción de los bosques, la fauna terrestre es poco significativa en comparación
con la marina. Entre las aves guaneras destaca el guanay (Phalacrocorax bougainvillii), primer
productor de guano de isla, que habita desde la lambayecana isla de Lobos de Tierra hasta la
isla Mocha, en Chile. De color totalmente negro, salvo en la parte ventral del cuerpo y la
garganta, que son blancas, el guanay se encuentra en las islas de Lambayeque, donde anida,
junto con otras especies, como el pingüino de Humboldt o pájaro niño (Spheniscus humboldti).
Entre las aves continentales es posible ver garzas, gaviotas (Larus modestus), cuculíes
(Zenaida asiática meloda), palomas, peches, perdices, flamencos rosados, gallaretas, putillas,
cucaracheras, chiscos, atrapamoscas, chichirres, gorriones, chilalalas, pirinches, golondrinas,
pericos, gallinazos, gavilanes, águilas, pavas aliblancas y huerequeques.
Hasta hace dos décadas, la pava aliblanca se consideraba extinta, pero llegaron a encontrarse
algunos ejemplares en los extensos algarrobales de Olmos —lugar donde anida la pava—, y
actualmente se reproducen en cautiverio. Esta ave, oriunda del bosque seco de Lambayeque,
presenta un plumaje negro y las puntas de sus alas blancas (de ahí proviene su nombre).
Macho y hembra son de formas iguales y suelen volar en parejas.
En estado silvestre se alimentan de los frutos de algarrobo, faique, higuerón y otras especies
propias del bosque, además del overo, sheguicho y otras hierbas y brotes.
El huerequeque es el ave representativa del pueblo lambayecano. Incluso existe una copla que
por tradición se ha conservado, que expresa el orgullo e identificación de Lambayeque con
respecto a este animal:

De Lambayeque a Chiclayo mataron a un huerequeque y del buche le sacaron un cholo de


Lambayeque.

Los mamíferos más comunes que habitan este departamento son el zorro gris (Canis sechurae,
de menor tamaño que el zorro de los Andes y de hábitos nocturnos), la ardilla de los
algarrobales (Sciurus satramineus), el venado cola blanca, el oso negro, el zorrillo, el oso
hormiguero, la iguana, la boa macanche, el puma, la muca y el hurón.

Áreas naturales protegidas


Lambayeque cuenta con dos zonas reservadas que buscan proteger, fundamentalmente, los
bosques de algarrobo y los ecosistemas asociados:

Laquipampa Creada el 5 de octubre de 1982, se ubica en el distrito de Incahuasi, provincia de


Ferreñafe, sobre una extensión de 11 346,9 hectáreas.
Batán Grande Creada el 16 de octubre de 1991, tiene 13 400 hectáreas de extensión. Aquí se
encuentran los mayores bosques de algarrobo de la costa y numerosos restos arqueológicos
de la cultura Lambayeque o Sicán, entre los que se observa un buen número de pirámides
truncas hechas de adobe.

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