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CULTURA: LA NOVELA LA ASESINA DE LADY DI FUE FINALISTA DEL PREMIO CLARIN EN 1999

Vida, pasión y obsesiones de una fanática de Ricky Martin

HINDE POMERANIE

Esperanza vive en Goya, Corrientes, tiene 19 años, algunos kilos de más y una loca obsesión: tener un hijo con Ricky
Martin. No, no se trata de un relato surgido de un talk-show y tampoco es el currículum de una candidata a entrar
a Popstars, el reality show de las émulas de Britney Spears. La historia de Esperanza es pura ficción y es el núcleo
de La asesina de Lady Di, una novela de un autor joven y argentino, Alejandro López.

La novela fue finalista del Premio Clarín de 1999, pero se editó ahora, bajo el sello Adriana Hidalgo. La historia se lee
de un tirón, está escrita en primera persona y somete al lector al vértigo de la protagonista, una adolescente sellada por
la tragedia familiar —su padre y su hermana melliza murieron en un confuso incendio en la propia casa —; perseguida
por su aspecto algo alejado del cánon y confundida con los albores del sexo y las máximas de la religión: el único
hombre/Dios es Ricky, el resto son apenas representantes de lo masculino en la tierra.

Alejandro López es, como Esperanza, correntino, aunque desde los 17 años se mueve por el mundo. Vivió en EE.UU. y
España y hace algunos años finalmente resolvió detenerse en Buenos Aires, donde enseña inglés. La primera vez que
salió de Goya había un futuro de cineasta en su horizonte, destino que se alteró más tarde en algunos talleres de
escritura de Madrid, talleres como el de Clara Obligado, una narradora argentina radicada en España. Así y todo, no se
reconoce en ninguna de las patrias habituales de los escritores —ni en los rituales, ni en los grupos de pertenencia— y
cuenta que la historia de Esperanza se originó en un cuento, también escrito en primera persona.

¿Cómo hace un hombre de 33 años para poder detallar hasta la exasperación las angustias, las pasiones y los desvelos
de una jovencita de finales del siglo XX? López dice que para conocer la parafernalia del estereotipo femenino colmada
de teleteatros, revistas de chismes comoTeleclick y colores de maquillaje Pupa "internó" literalmente a sus amigas.

"Les pregunté todo, pero todo, durante meses. Y consulté mucho a los clubes de fans de Ricky", dijo a Clarín. De ese
gineceo en consulta permanente salió una novela disparatada, en la que se funden las tradiciones de Copi con la de
Manuel Puig, mezcladas con el tono de Almodóvar y Alejandro Amenábar —dos cineastas españoles admirados por
López—, y cuyo resultado es un relato negrísimo, de altas dosis de humor salvaje y un registro de parodia
permanente. La asesina de Lady Di es también el retrato de dos líneas de brujería y superchería, en el que no están
ausentes la telekinesis a lo Carrie y la voluntad de muerte del otro, como ocurría en La Mary, la película de Daniel
Tinayre.

Esperanza es el espejo deformado de una generación huérfana. Es el chillido, no la voz, de una cultura obsesionada por
el poder y la estética. Es también un mapa de la Argentina reciente, la que cambió los chupetines Tatín por el Pop Corn.

Clarín. Sociedad. 11/11/2001

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