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Cristalización

La operación de cristalización es aquella por media de la cual se separa un componente


de una solución liquida transfiriéndolo a la fase sólida en forma de cristales que precipitan.
Es una operación necesaria para todo producto químico que se presenta comercialmente
en forma de polvos o cristales, ya sea el azúcar o sacarosa, la sal común o cloruro de sodio.

En la cadena de operaciones unitarias de los procesos de fabricación se ubica después de


la evaporación y antes de la operación de secado de los cristales y envasado.

Toda sal o compuesto químico disuelto en algún solvente en fase liquida puede ser
precipitada por cristalización bajo ciertas condiciones de concentración y temperatura que
el ingeniero químico debe establecer dependiendo de las características y propiedades de
la solución, principalmente la solubilidad o concentración de saturación, la viscosidad de
la solución, etc.

Para poder ser transferido a la fase sólida, es decir, cristalizar, un soluto cualquiera debe
eliminar su calor latente o entalpía de fusión, por lo que el estado cristalino además de ser
el más puro, es el de menor nivel energético de los tres estados físicos de la materia, en
el que las moléculas permanecen inmóviles unas respecto a otras, formando estructuras
en el espacio, con la misma geometría, sin importar la dimensión del cristal.

Método de separación de sistemas materiales homogéneos


Permite separar sustancias que forman un sistema material homogéneo, por ejemplo: el
agua potable es una solución formada por agua y sales disueltas en ella. La operación de
cristalización es el proceso por medio del cual se separa un componente de una solución
líquida transfiriéndolo a la fase sólida en forma de cristales que precipitan. Es una
operación necesaria para todo producto químico que se presenta comercialmente en forma
de polvos o cristales, ya sea el azúcar o sacarosa, la sal común o cloruro de sodio.

Enfriamiento de una disolución concentrada


Si se prepara una disolución concentrada a altas temperaturas y se enfría, se forma una
disolución sobresaturada, que es aquella que tiene, momentáneamente, más soluto
disuelto que el admisible por la disolución a esa temperatura en condiciones de equilibrio.
Posteriormente, se puede conseguir que la disolución cristalice mediante un enfriamiento
controlado. Esto se realiza para que los cristales tengan un tamaño medio, ya que si los
cristales son muy pequeños las impurezas quedan depositadas en la superficie de toda la
masa, y si los cristales son muy grandes las impurezas quedan atrapadas dentro de las
redes cristalinas. Esencialmente cristaliza el compuesto principal, y las que se enriquecen
con las impurezas presentes en la mezcla inicial al no alcanzar su límite de solubilidad.2

Sebastián Córdova Meléndez 18160069


Para que se pueda emplear este método de purificación debe haber una variación
importante de la solubilidad con la temperatura, lo que no siempre es el caso. La sal
marina (NaCl), por ejemplo, tiene este efecto.

Cambio de disolvente
Preparando una disolución concentrada de una sustancia en un buen disolvente y
añadiendo un disolvente pero que es miscible con el primero, el principal del sólido
disuelto empieza a precipitar, y las aguas madres se enriquecen relativamente en las
impurezas. Por ejemplo, puede separarse ácido benzoico de una disolución de éste en
acetona agregando agua.

Evaporación del disolvente


De manera análoga, evaporando el disolvente de una disolución se puede conseguir que
empiecen a cristalizar los sólidos que estaban disueltos cuando se alcanzan los límites de
sus solubilidades. Este método ha sido utilizado durante milenios en la fabricación
de sal a partir de salmuera o agua marina, etc.

Sublimación
En algunos compuestos la presión de vapor de un sólido puede llegar a ser lo bastante
elevada como para evaporar cantidades notables de este compuesto sin alcanzar su punto
de fusión(sublimación). Los vapores formados condensan en zonas más frías ofrecidas
por ejemplo en forma de un "dedo frío", pasando habitualmente directamente del estado
gaseoso al sólido, (sublimación regresiva) separándose, de esta manera, de las posibles
impurezas. Siguiendo este procedimiento se pueden obtener sólidos puros de sustancias
que subliman con facilidad como la cafeína, el azufre elemental, el ácido salicílico,
el yodo, etc.

Enfriamiento selectivo de un sólido fundido


Para purificar un sólido cristalino éste puede fundirse. Del líquido obtenido cristaliza, en
primer lugar, el sólido puro, enriqueciéndose, la fase líquida, de las impurezas presentes
en el sólido original. Por ejemplo, este es el método que se utiliza en la obtención de
silicio ultra puro para la fabricación de sustratos u obleas en la industria de
los semiconductores. Al material sólido (silicio sin purificar que se obtiene previamente
en un horno eléctrico de inducción) se le da forma cilíndrica. Luego se lleva a cabo una
fusión por zonas sobre el cilindro. Se comienza fundiendo una franja o sección del
cilindro por un extremo y se desplaza dicha zona a lo largo de este hasta llegar al otro
extremo. Como las impurezas son solubles en el fundido se van separando del sólido y
arrastrándose hacia el otro extremo. Este proceso de fusión zonal puede hacerse varias
veces para asegurarse que el grado de pureza sea el deseado. Finalmente, se corta el
extremo en el que se han acumulado las impurezas y se separa del resto. La ventaja de
este proceso es que controlando adecuadamente la temperatura y la velocidad a la que la
franja de fundido se desplaza por la pieza cilíndrica, se puede obtener un material que es

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un monocristal de silicio que presenta las caras de la red cristalina orientadas en la manera
deseada.

Crecimiento cristalino
Para obtener cristales grandes de productos poco solubles se han desarrollado otras
técnicas. Por ejemplo, se puede hacer difundir dos compuestos de partida en una matriz
gelatinosa. Así el compuesto se forma lentamente dando lugar a cristales mayores. Sin
embargo, por lo general, cuanto más lento es el proceso de cristalización tanto mejor suele
ser el resultado con respecto a la limpieza de los productos de partida y tanto mayor suelen
ser los cristales formados. La forma y el tamaño de los cristales pueden ser influenciados
a aparte por condicionantes como el disolvente o la concentración de los compuestos,
añadiendo trazas de otros componentes como proteínas (esta es la manera con que
los moluscos, las diatomeas, los corales, etc., consiguen depositar sus conchas o
esqueletos de calcita o cuarzo en la forma deseada.)
La teoría más aceptada para este fenómeno es que el crecimiento cristalino se realiza
formando capas monomoleculares alrededor de germen de cristalización o de un cristalito
inicial. Nuevas moléculas se adhieren preferentemente en la cara donde
su adhesión libera más energía. Las diferencias energéticas suelen ser pequeñas y pueden
ser modificadas por la presencia de dichas impurezas o cambiando las condiciones de
cristalización.
En multitud de aplicaciones se puede necesitar la obtención de cristales con una
determinada forma y/o tamaño como: la determinación de la estructura química
mediante difracción de rayos X, la nanotecnología, la obtención de películas
especialmente sensibles constituidas por cristales de sales de plata planos orientados
perpendicularmente a la luz de incidencia, la preparación de los principios activos de
los fármacos, etc…

Recristalización
Se repite el proceso de cristalización en una disolución que ya se había hecho dicho
proceso. Las aguas que quedan aún contienen soluto disuelto que puede cristalizarse. Para
un proceso de cristalización más rápido, aplicar un núcleo de cristalización.

Tipo de cristales
Un cristal puede ser definido como un sólido compuesto de átomos arreglados en orden,
en un modelo de tipo repetitivo. La distancia interatómica en un cristal de cualquier
material definido es constante y es una característica del material. Debido a que el patrón
o arreglo de los átomos es repetido en todas direcciones, existen restricciones definidas
en el tipo de simetría que el cristal posee.

Sebastián Córdova Meléndez 18160069


La forma geométrica de los cristales es una de las características de cada sal pura o
compuesto químico, por lo que la ciencia que estudia los cristales en general, la
cristalografía, los ha clasificado en siete sistemas universales de cristalización:

Sistema Cúbico
Las sustancias que cristalizan bajo este sistema forman cristales de forma cúbica, los
cuales se pueden definir como cuerpos en el espacio que manifiestan tres ejes en ángulo
recto, con “segmentos”, “látices”, ó aristas” de igual magnitud, que forman seis caras o
lados del cubo. A esta familia pertenecen los cristales de oro, plata, diamante, cloruro de
sodio, etc.

Sistema Tetragonal
Estos cristales forman cuerpos con tres ejes en el espacio en ángulo recto, con dos de sus
segmentos de igual magnitud, hexaedros con cuatro caras iguales, representados por los
cristales de oxido de estaño.

Sistema Ortorrómbico
Presentan tres ejes en ángulo recto pero ninguno de sus lados o segmentos son iguales,
formando hexaedros con tres pares de caras iguales pero diferentes entre par y par,
representados por los cristales de azufre, nitrato de potasio, sulfato de bario, etc.

Sistema Monoclínico
Presentan tres ejes en el espacio, pero sólo dos en ángulo recto, con ningún segmento
igual, como es el caso del bórax y de la sacarosa.

Sistema Triclínico
Presentan tres ejes en el espacio, ninguno en ángulo recto, con ningún segmento igual,
formando cristales ahusados como agujas, como es el caso de la cafeína.

Sistema Hexagonal
Presentan cuatro ejes en el espacio, tres de los cuales son coplanares en ángulo de 60°,
formando un hexágono bencénico y el cuarto en ángulo recto, como son los cristales de
zinc, cuarzo, magnesio, cadmio, etc.

Sistema Romboédrico
Presentan tres ejes de similar ángulo entre si, pero ninguno es recto, y segmentos iguales,
como son los cristales de arsénico, bismuto y carbonato de calcio y mármol.

EJES AXIALES

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Estos ejes no tienen siempre que ser perpendiculares entre sí (cartesianos), sino que hay
otras relaciones angulares más acordes con las diferentes formas cristalinas existentes. Se
denomina alfa al ángulo que forman los ejes b y c, beta al que forman a y c, y gamma al
que forman a y b.

De hecho, se consideran siete sistemas de ejes de referencia o siete cruces axiales,


caracterizados por unas relaciones angulares y de longitud específicas. Estas diferentes
cruces constituyen los siete sistemas cristalinos que se describen a continuación:

 Triclínico

a distinto de b distinto de c y alfa distinto de beta distinto de gamma y distintos de 90


grados.

 Monoclínico

a distinto de b distinto de c y alfa igual gamma igual a 90 grados y beta distinto de 90


grados.

 Ortorrómbico o rómbico

a distinto de b distinto de c y alfa igual beta igual gamma igual a 90 grados.

 Tetragonal

a igual b distinto de c y alfa igual beta igual gamma igual a 90 grados.

 Cúbico, isométrico o regular

a igual b igual c y alfa igual beta igual gamma igual a 90 grados.

 Hexagonal

a igual b distinto de c y alfa igual beta igual a 90 grados y gamma igual a 120 grados.

 Trigonal o romboédrico

a igual b igual c y alfa igual beta igual gamma distintos de 90 grados.

Los cristales siempre van a pertenecer a alguno de estos sistemas. Para elegir la cruz más
adecuada a un determinado poliedro cristalino, se pueden seguir tres vías (dependiendo
del caso):

1ª Tomarla paralela a aristas reales o posibles, que se corten en un vértice también real o
posible (una arista posible sería una arista biselada y un vértice posible sería un vértice
truncado).

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2ª Tomarla paralela a las perpendiculares a las caras mejor desarrolladas.

3ª Hacerla coincidir con sus elementos de simetría más importantes: cada uno de estos
sistemas, además de estas relaciones angulares y de longitud, se caracterizan por una
simetría específica.

Finalmente, para orientar correctamente el poliedro que vamos a estudiar, se toma el eje c
vertical frente a nosotros, la parte positiva hacia arriba y la negativa hacia abajo, el eje b
horizontal frente a nosotros, la parte positiva a nuestra derecha y la negativa a nuestra
izquierda y el eje a apuntando directamente a nosotros, la parte positiva hacia nosotros y
la negativa en la dirección opuesta. Y con respecto a los ángulos, el ángulo alfa (definido
por b y c) es el que se opone al eje a, el ángulo beta (definido por a y c) es el que se opone
al eje b y el ángulo gamma (definido por a y b) es el que se opone al eje c.

Particularidades del sistema hexagonal

Para facilitar el trabajo y los cálculos que se realizan con el sistema hexagonal, se suele
utilizar un cuarto eje, denominado i (latina y minúscula). Este eje i es coplanario con a y
b y forma un ángulo de 120 grados con cada uno de ellos. Es decir, la cruz axial hexagonal
quedaría ligeramente modificada: a igual b igual i distinto de c y alfa igual beta igual
a 90 grados y gamma igual a 120 grados.

Al orientar una cruz hexagonal frente a nosotros debemos tener en cuenta que el
eje i tendrá su parte negativa apuntando hacia nosotros (situada entre a y b positivos) y
su parte positiva en la dirección opuesta.

Por último, debes saber que esta cruz hexagonal, se suele utilizar también para trabajar
con el sistema Trigonal o Romboédrico, porque resulta mucho más operativa que la suya
propia.

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Recomendaciones: Para recordar el nombre y las características de cada sistema, es muy
útil conocer su etimología y significado:

 Clino. Inclinado.

Triclínico: "triplemente inclinado".


Monoclínico: un ángulo no es recto.

 Orto. Cualidad de recto, perpendicular.

Ortorrómbico: Se refiere a un "prisma recto de sección rómbica". Un prisma recto se


podrá mantener perpendicular sobre una superficie plana. Los paralelepípedos
ortorrómbicos se mantienen así sobre una superficie plana. Por el contrario, los
monoclínicos parecen inclinarse hacia atrás (o hacia delante) y los triclínicos además, se
inclinan hacia un lado.

 Gono. Ángulo.

Tetragonal: "cuatro ángulos".


Hexagonal : "seis ángulos".
Trigonal: "tres ángulos".

 Edron. Cara.

Romboédrico: Es otra denominación del sistema trigonal. Se refiere a la forma más


característica del sistema, el "romboedro", que es un poliedro que tiene todas sus caras en
forma de rombo.

 Cubicus. Cúbico.

Se refiere a la forma más característica del sistema, el "cubo", que es uno de los cinco
"sólidos platónicos".

 Iso-métricus. Igual medida

El sistema isométrico (cúbico y regular) se caracteriza por tres ejes de la misma longitud.

 Regularis. regular.

Se refiere a un poliedro cuyas caras y ángulos sólidos son iguales. El cubo (cúbico e
isométrico) es un gran ejemplo de poliedro "regular".

Sebastián Córdova Meléndez 18160069

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