Está en la página 1de 3

FREUD —> EL YO Y EL ELLO

1- CC e ICC: habla de las representaciones latentes (susceptibles de cc), las icc y las cc.
Represión: esfuerzo de desalojo. Lo reprimido es el modelo de lo icc.
Llama Precc a lo latente, que es incc solo descriptivamente, no en el sentido dinámico.
Llama Incc a lo reprimido incc dinámicamente (factor cuantitativo-económico).
Entonces, acá el Incc deja de tener un sentido únicamente descriptivo para sumarse un sentido dinámico. En el sentido
descriptivo hay dos clases de incc (lo insusceptible de cc, lo latente susceptible de cc) y en el sentido dinámico solo una (lo
incc reprimido).
Yo—> organización coherente de los procesos anímicos; de él depende la cc; gobierna los accesos a la motilidad; ejerce
control sobre todos sus procesos parciales; aplica la censura onírica; de él tmb parten las represiones.
En análisis, eso hecho a un lado por la represión se contrapone al yo, y se plantea la tarea de cancelar las resistencias que
el yo exterioriza a ocuparse de lo reprimido.
Luego dice que ha hallado en el YO mismo algo que es tmb Incc, que se comporta como lo reprimido.
Entonces: el yo tiene una parte coherente y una parte reprimida (escindida de él).
INCC—> no coincide con lo reprimido! Todo reprimido es incc pero no todo incc es reprimido.

2- EL YO Y EL ELLO: son cc todas las percepciones (sensoriales) que vienen de afuera y, de adentro lo que llama
sensaciones y sentimientos.
Habla de representaciones-palabra como restos mnémicos que permanecen Pcc y que pueden devenir cc.
Habla de Placer como la disminución de las sensaciones displacenteras y, displacer como una elevación de estas.
YO—> esencia que parte del sistema P y que es primero Prcc
ELLO—> lo otro psíquico en que el yo se continúa y que se comporta como incc.
Entonces, el Yo se asienta y construye sobre la base del Ello. El yo no está tajantemente separado del ello, sino que
confluye con él hacia abajo. Lo reprimido, entonces, puede comunicarse con el yo a través del ello. El yo lleva un casquete
auditivo (figura 1-pág 26)
YO—> es la parte del ello alterada por la influencia directa del mundo exterior, con mediación del P-cc. Se afana por
reemplazar el ppio de placer que rige al ello por el ppio de realidad. Es el representante de la razón y la prudencia, en
oposición al ello que representa las pasiones. El YO es una esencia-cuerpo; la proyección psíquica de una superficie.
Habla del sentimiento incc de culpa: autocrítica y cc moral incc

3- EL YO Y EL SYO (IDEAL DEL YO): habla del syo y el ideal del yo como sinónimos. Es una diferenciación del yo, dentro del
yo. Mantiene un vínculo menos firme con la cc.
Habla de la melancolía: la investidura de obj es relevada por una identificación. Esto contribuye a producir el carácter del
yo.
Las investiduras de obj parten del ello. Entonces, el carácter del yo es una sedimentación de las investiduras de obj
resignadas.
Cuando el yo cobra los rasgos del obj, se impone él mismo al ello como obj de amor (transposición de libido de obj en
libido narcisista). Esto conlleva una resignación de la meta sexual, una desexualizacion y por lo tanto, una suerte de
sublimación.
Los efectos de las primeras id serán universales y duraderas. Esta es la génesis del ideal del yo (syo): primera id con el
padre de la prehistoria personal. Habla del varón y del C de E donde desarrolla una investidura de obj hacia la madre y
una id al padre. La Id padre cobra tonalidad hostil y entonces, la relación se vuelve ambivalente. Salida del C de E: id con
la madre o refuerzo id- padre.
El SYO incluye, entonces, la advertencia “así como el padre debes ser” y “así como el padre no te es lícito ser”. El syo
conservará el carácter del padre, y cuánto más intenso fue el C de E, y más rápido se produjo su represión, tanto más
riguroso devendrá después el imperio del syo como cc moral, quizá tmb como sentimiento incc de culpa, sobre el yo.
Génesis del Syo —> es el resultado de dos factores biológicos: el desvalimiento y dependencia del ser humano durante su
infancia y el CdeE. Entonces, la separación del syo respecto del yo no es algo contingente.
El ideal del yo (syo) es la herencia del CdeE y, así, expresión de las más potentes mociones y los más importantes destinos
libidinales del ello.
Mientras que el yo es esencialmente representante del mundo exterior, de la realidad, el syo se le enfrenta al yo como
abogado del mundo interior, del ello.
Sentimiento de culpa: cc moral, mandatos y prohibiciones.

4- LAS DOS CLASES DE PULSIONES: pulsiones sexuales o Eros y pulsión de muerte.


Las primeras comprenden la pulsión sexual no inhibida, genuina, y las mociones pulsionales sublimadas y de meta
inhibida. Tmb la pulsión de auto conservación.
La pulsión de muertes es la encargada de reconducir al ser vivo orgánico al estado inerte.
Habla de una posible des mezcla de estas pulsiones en el sadismo.
Supuesto: como si en la vida anímica hubiera (ya sea en el yo o el ello) una energía desplazable, en sí indiferente, que
pudiera agregarse a una moción erótica o a una destructiva cualitativamente diferenciadas, y elevar su investidura total.
Parece que esa energía desplazable proviene de del acopio libidinal narcisista y sea, por ende, Eros desexualizado. Esta
libido desplazable parece ser del orden de las pulsiones eróticas y trabaja al servicio del ppio del placer a fin de facilitar
descargas.
Libido desexualizada—> sublimada. Posibilidad de que esta se produzca por mediación del yo.
El narcisismo del yo es secundario, sustraído de los objetos.
Las pulsiones de muerte son mudas.

5- LOS VASALLAJES DEL YO: el yo se somete al imperativo categórico del syo; este (syo) además de descender de las
primeras investiduras de obj del ello, y por tanto del CdeE, tmb es la reencarnación de anteriores formaciones yoicas que
han dejado sus sedimentos en el ello. Por eso el syo mantiene afinidad con el ello, y puede sustituirlo frente al yo.
Habla de la reacción terapéutica negativa: refuerzo momentáneo del padecer; dice que se trata de un factor moral, de un
sentimiento de culpa que halla su satisfacción en la enfermedad y no quiere renunciar al castigo de padecer. El
sentimiento de culpa normal, cc, no ofrece dificultades a la interpretación; descansa en la tensión entre el yo y el ideal del
yo (syo). Habla de la ns obs y la melancolía (sentimiento de culpa cc). Acá, en la ns obs hay formación reactiva.
Luego, habla de la histeria para decir que el sentimiento de culpa es incc. Acá hay represión.
El yo suele emprender las represiones al servicio y por encargo del syo.
Agrega que gran parte del sentimiento de culpa tiene que ser normalmente incc, porque la génesis de la cc moral de
enlaza con el CdeE, que pertenece al incc.
Respecto del delincuente dice: un incremento de este sentimiento de culpa incc puede convertir al ser humano en
delincuente. Entonces, ese sentimiento es el motivo de la delincuencia y no su consecuencia; como si se hubiera sentido
un alivio al poder enlazar ese sentimiento incc de culpa con algo real y actual.
El syo no puede desmentir que proviene tmb de lo oído, es sin duda una parte del yo y permanece accesible a la cc desde
las representaciones-palabra, pero la energía de investidura la aportan las fuentes del ello.
Las peligrosas pulsiones de muerte son tratadas por el individuo de diversas maneras: en parte se las torna inofensivas
por mezclarlas con componentes eróticos, en parte se desvían hacia afuera como agresión, pero en buena parte
prosiguen su trabajo interior sin ser obstaculizadas.
El ello es totalmente amoral, el yo se empeña por ser moral, y el syo puede ser hipermoral, y entonces volverse tan cruel
como solo el ello puede ser.
Mientras más limita su agresión hacia afuera, más severo se torna en su ideal del yo.
Hay dos caminos por los cuales el contenido del ello puede penetrar en el yo: uno es el directo, el otro pasa a través del
ideal del yo (syo)
El PSA es un instrumento destinado a posibilitar al yo la conquista progresiva del ello.
Yo sometido a tres servidumbres: 1-mundo exterior; 2- libido del ello; y 3- severidad del syo. Tres variedades de angustia
corresponden a estos tres peligros, pues la angustia es la expresión de una retirada frente al peligro.
Entonces, el yo no solo es el auxiliador del ello, sino tmb es su siervo sumiso, que corteja el amor del su amo.
El yo es el genuino almacigo de la angustia. Amenazado por las tres clases de peligro, el yo desarrolla el reflejo de huida
retirando su propia investidura de la percepción amenazadora, o del proceso del ello estimado amenazador, y emitiendo
aquella como angustia. Es su avasallamiento o aniquilación lo que provoca miedo al yo.
El yo obedece a la puesta en guardia del ppio del placer. En cambio, lo que se oculta tras la angustia del yo frente al syo es
la angustia de cc moral. Del ser superior que devino ideal del yo pendió una vez la amenaza de castración, y esta angustia
de castración es probablemente el núcleo en torno al cual se depositó la posterior angustia de la cc moral; ella es la que
continúa como angustia de cc moral.
Tres tipos de angustia: de muerte; de objeto y libidinal. La de muerte se juega entre el yo y el syo. Esta se anoticia en la
reacción frente a un peligro exterior y en la melancolía. Lo relaciona con la angustia de nacimiento y de separación.
Entonces, la angustia de muerte puede ser concebida como angustia de castración.
El ello no puede decir lo que ello quiere; no ha consumado ninguna voluntad unitaria. Eros y pulsión de muerte luchan en
el ello. Parece que el ello estuviera bajo el imperio de las mudas pulsiones de muerte.

También podría gustarte