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Marcha de Solidaridad con Panamé, ciudad de México, diciembre de 1989 (A.A.)
Lo mismo podria decirse de esta humani:
dad por lo visto de segunda. Sin la obvia di
fusiOn de lujo y para expertos del posmo-
dernismo, crece la practica, aunque no la
teoria, dela comunicacién popular revolu-
cionaria. Sus obstaculos son:
OLa cultura del tercerismo, determina-
da no sdlo por el proceso constante de
hegemonizacién burguesa, sino por la
incapacidad significativa del internacio-
nalismo proletario. Esto da lugar a que
se privilegie, de Estado a Estado, la co-
municacién y el intercambio de todo
aquello que resulte apreciable en el mer-
cado transnacional dominado por la
burguesia. Al interior de los transitos al
socialismo y de los movimientos de libe-
racién nacional, esto da lugar a institu-
ciones de élite donde se reproduce el in-
dividualismo y un juego de significacio-
nes que atentia y debilita lo revoluciona-
rio en beneficio de la codificacién bur-
guesa. El fantasma del culto a la perso-
nalidad recorre el mundo, dialogante y
negociador. Es mas rentable e intercam-
biable que el radicalismo.
(La incapacidad histérica de los partidos
comunistas para alentar una ideologia re-
volucionaria concretada en signos, simbo-
los, mitos y ritos, es decir, en vida cotidia-
na. S6lo al interior de los trénsitos al
socialismo y de los pueblos en liberacién
nacional hay una comunicacién rica en re-
cursos, capaz de complicar lo tradicional
con lo industrial, la cultura agrafa con la
escrita, la sociedad de masas con su répli-
ca popular revolucionaria. Nada de esto
consigue algo mas que una red de élite, en
contradiceién con las masas socialistas.
La prueba esté en el esplendor de todo lo
que en 1989 profetiz6 Luis Eduardo Auté:
“el casamiento de Lenin con la hambur-
guesa”, “un gran Marxdonald’s en Ode-
sa”, “el catsup de caviar a la Kentucky’,
“Coca-Cola presidiendo la tribuna de la
Plaza Roja”, “La Internacional en tono
de chunga”’. “‘La glasnost marca el paso
cuando Springsteen canta Born in usa”
(“La guerra que vendré”, en Segundos
fuera, Ariola Eurodisc, 1989).
Si los estados socialistas han sucumbi-
do en la era de la concertacién y el didlogo
imperialistas, los partidos comunistas hana a TG
resultado incapaces para construir solida-
ridad cultural internacionalista. Rotas las
correas de transmisién con las masas, no
hay comunicacién socialista oponible a la
imperialista.
GE! individualismo derrota al hombre
nuevo. Star System, culto a la personali-
dad y derecho a la propiedad privada
forman una inevitable tradicién indivi-
dualista. Paradigmas y prototipos impe-
rialistas han sido impuestos como nece-
sidad social aun entre revolucionarios.
Siempre recordaré a un joven sandinista
que aprobaba mis mociones moviendo el
dedo indice derecho de arriba a abajo
mientras decia: “Esta usted en lo cierto,
compafero Hijar”, a la manera de los
loquitos del Chapulin Colorado, o a la
joven dirigente campesina, timida y ca-
llada, que cuando oyé musica travoltia-
na en el convivio de clausura de una
reunion en Managua de la Asociacién de
Trabajadores del Campo, arrancé a bai-
lar como una Olivia Newton John nica.
Tras.todo esto no sdlo esta el mito de la
neutralidad cultural, sino la exaltacién
del individualismo al que ciertamente
hay que calificar de burgués, porque
también hay de la otra clase. La masifi-
cacion, al fin y al cabo, fetichiza, idoliza
la creacién inefable, la genialidad, la
obra tinica por irrepetible. La comunica-
cién estetiza y enajena otras relaciones
sociales, otros modos de apropiacién del
universo por via cientifica y técnica. La
cultura resulta ser el arte y éste, el cen-
troeuropeo. Todo concretado en el pan-
fleto individualista cotidiano: ‘Tu eres
tt, yo soy yo”, dice en La caravana
(programa de Imevisién transmitido por
el Canal 7 estatal), con ironia no com-
prendida por el piiblico, una espléndida
caricatura de predicador yanqui: Jere-
mias.
DEI discreto encanto del desaliento”
(Fernando Calderén, ‘‘América Latina:
identidad y tiempos mixtos 0 cémo tra-
tar de pensar la modernidad sin dejar de
ser indios’’, en David y Goliath, op.
cit.). Desaliento semejante a aquel que
descubriera Lukdcs como asalto a la ra-
z6n, cuando ascendia el nazismo y los
intelectuales y artistas no atinaban a ex-
plicarse su propia debacle sino atribu-
yéndola al sinsentido de la vida y a la
esencia humana defectuosa. Ahora, en
la crisis, ya no son los rentistas descritos
por el filésofo hungaro los promotores
de la cultura del fin de la historia y las
ideologias, sino la pequefia burguesia
depauperada que dia con dia se encuer
tra sin espacio ni tiempo para comuni
car, agobiada por cargas fiscales, ante
un mundo donde los media proclaman
minuto a minuto el eco (nombre del no-
ticiario internacional de Televisa) de las
derrotas socialistas y de las elecciones
perdidas. Comunicar el desaliento es la
consigna del dia, aunque no tanto como
para no confiar en las concertaciones,
los didlogos y las negociaciones de los
gobiernos burgueses, unicos firmes al
parecer.
(CIEI arte ha muerto, jviva la comunica-
cién! Asumir a América como territorio
del pastiche, del collage, del kitsch y de
la esquizofrenia cultural que vive el ra-
cionalismo ilustrado y positivista entre
los escombros de las naciones burguesas
fracasadas, es la tinica linea aparente de
conciliacién entre la omnipresente pre-
modernidad, la modernidad atorada y la
posmodernidad apenas encarnada en los
sabios universitarios y sus revistas. Esto
¢s todo lo comunicable en esta regién sin
esperanza, reino, cuando mis, de lo real
maravilloso.
Pero la historia la hacen las masas y
no los intelectuales y artistas. La dia-
léctica histérica da lugar, a pesar de to-
do, al encuentro entre la urgencia de los
trabajadores por comunicar sus luchas y
de los intelectuales y artistas con los re-
+ cursos técnicos para significarlas. NadaMarcha de Solidaridad con Panamé, ciudad de México,
diciembre de 1989 (A.A.)
tiene que ver esto con la retroalimenta-
cién siempre mecdnica, sino con una ne-
cesidad arraigada en la lucha de clases.
Es la réplica de los explotados, sujetos
desarmados del didlogo y la negocia-
cién, la que descubre la necesidad de
significar espacios y tiempos nuevos,
distintos a los del neorracionalismo re-
presivo que decreta el fin de la historia y
de las vanguardias, cuando es urgente
descubrirlas, circularlas, valorarlas, cri-
ticarlas, como proyectos incumplidos,
como dice Habermas.
OiCiertamente, no més confusiones en-
tre realidad y significacion. Ni artepuris-
mo ni izquierdismo que proclama la plu-
ma o el pincel iguales al fusil. A la
experiencia practica del realismo critico
y el realismo socialista, los antiguos y los.
construibles, la acompafia la semitica,
con sus precisiones més alla de sofistica-
ciones teoricistas.
En el Frente Mexicano de Trabajadores
de la Cultura probamos fuerzas. El TAI hizo
cadenita a Nicaragua, con Rini Templeton
incluida. Ahora ha conseguido construir
con CLETA la Escuela de Cultura Popular
Revolucionaria ‘‘Martires del °68”’, todavia
reducida a la cultura simbolo, al espectéculo
redundante, pero en camino de construir
una comunicacion impulsada por cuadros
culturales orgdnicos, en constante proceso |
de cumplir la consigna de vincular, articular
y fusionar en la lucha popular. Ahora sabe-
mos qué tan importantes fueron las leccio-
nes del Taller de Integracién Plastica, rele-
vado ahora por el TAI en la relacion con la
Unién de Comuneros “Emiliano Zapata’;
las del Taller de Grafica Monumental, he-
redero del Germinal, tan valioso para la
Cruzada de Alfabetizacién de Nicaragua,
que produjo no sdlo mantas y carteles co-
mo bellos murales transportables, sino ma-
nuales de comunicacién popular revolucio-
naria, en todo opuestos al secreto genial,
celosamente guardado por los artistas, que
(Studien zur romanischen Sprachwissenschaft und interkulturellen Kommunikation) Carmen Llamas Sanz, Concepción Martínez Pasamar, Manuel Casado Velarde (eds.) - Léxico y argumentación en el discurso pú.pdf