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Expediente 1902-2013 1

APELACIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENTE 1902-2013
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, veintiséis de febrero de dos mil
catorce.
En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de dieciocho
de marzo de dos mil trece, dictada por la Sala Primera de la Corte de Apelaciones
de Familia, constituida en Tribunal de Amparo, en la acción constitucional de
amparo promovida por Ricardo Castañeda Mora, en ejercicio de la patria potestad
de sus dos hijos menores de edad, contra la Juez Sexta de Primera Instancia de
Familia del departamento de Guatemala. El postulante actuó con el patrocinio del
abogado Oscar Fernando Scheel Morales. Es ponente en el presente caso la
Magistrada Vocal II, Gloria Patricia Porras Escobar, quien expresa el parecer de
este Tribunal.
ANTECEDENTES
I. EL AMPARO
A) Interposición y autoridad: presentado el dieciséis de enero de dos mil trece,
en la Sala Primera de la Corte de Apelaciones de Familia. B) Acto reclamado:
resolución de ocho de enero de dos mil trece (que por remisión conoce la
autoridad cuestionada), por medio de la cual, en prevención, se decretaron
medidas de seguridad a favor de Karla Gabriela Méndez Figueroa -progenitora de
los hijos del accionante-, dentro del proceso de violencia intrafamiliar que esta
promovió contra el ahora amparista. C) Violaciones que denuncia: a los
derechos de protección a la persona, de defensa, de petición y al principio jurídico
del debido proceso. D) Hechos que motivan el amparo: de lo expuesto por el
postulante, del análisis del antecedente y de lo que se describe en el fallo apelado,
se resume: D.1) Producción del acto reclamado: a) el Ministerio Público, por
medio de la Fiscalía de la Mujer y Niñez Víctima, solicitó a la Juez de Turno de
Primera Instancia Penal, de Delitos de Femicidio y otras formas de Violencia
contra la Mujer y Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas del
departamento de Guatemala, que decretara medidas de seguridad a favor de
Karla Gabriela Méndez Figueroa -progenitora de los hijos del postulante-, debido a
que, conforme a la denuncia presentada, es víctima de acoso, agresiones
verbales, físicas y amenazas por parte del amparista; b) mediante resolución de
ocho de enero de dos mil trece -acto reclamado-, la juez aludida, a prevención,
decretó a favor de la denunciante las siguientes medidas: i) suspendió al
postulante en el ejercicio de la patria potestad de sus dos hijos menores de edad;
consecuentemente, ordenó la entrega inmediata de los niños a su progenitora; ii)
le prohibió al presunto agresor que perturbara o intimidara a la denunciante y a
cualquier integrante de su grupo familiar; iii) le vedó el acceso a su domicilio, a su
lugar de trabajo o de estudio; y c) para la prosecución del proceso de mérito, las
actuaciones fueron remitidas al Centro de Servicios Auxiliares de la Administración
de Justicia, órgano que posteriormente designó a la Juez Sexta de Primera
Instancia de Familia del departamento de Guatemala para que conociera del
citado proceso. D.2) Agravios que se reprochan al acto reclamado: el
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postulante considera que al haberse decretado medidas de seguridad a favor de la


denunciante se pone en riesgo la integridad de sus hijos, debido al historial de
maltrato emocional, físico y psicológico que posee la progenitora de estos, siendo
que, de mantenerse vigentes tales medidas, se causarían daños irreparables a los
infantes. D.3) Pretensión: solicitó que se otorgue el amparo y, como
consecuencia, que se deje sin efecto, en forma definitiva, el acto reclamado. E)
Uso de recursos: ninguno. F) Casos de procedencia: invocó los contenidos en
las literales a), b), d) y h) del artículo 10 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal
y de Constitucionalidad. G) Leyes que estima violadas: citó los artículos 1º, 12,
28 y 44 de la Constitución Política de la República de Guatemala; los Tratados y
Convenios Internacionales ratificados por Guatemala en materia de Derechos
Humanos; la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia, así como
los artículos 16 y 57 de la Ley del Organismo Judicial.
II. TRÁMITE DEL AMPARO
A) Amparo provisional: se otorgó. B) Tercera interesada: Karla Gabriela
Méndez Figueroa. C) Remisión de antecedente: copias certificadas del
expediente que contiene el proceso de violencia intrafamiliar trece guión dos mil
trece (13-2013) del Juzgado Sexto de Primera Instancia de Familia del
departamento de Guatemala. D) Informe circunstanciado: la autoridad
cuestionada informó: a) Karla Gabriela Méndez Figueroa se presentó a la Fiscalía
de la Mujer y Niñez Víctima -que forma parte del Ministerio Público-, a denunciar al
ahora postulante, afirmando que es víctima de maltratos, razón por la cual solicitó
medidas de seguridad para que se le ordenara al denunciado que le entregara a
sus dos hijos menores de edad y que se le otorgara la guarda y custodia definitiva
de los infantes; b) el ocho de enero de dos mil trece, la Juez de Turno de Primera
Instancia de Delitos de Femicidio y otras formas de Violencia contra la Mujer y
Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas, a prevención y por razón de
urgencia, decretó a favor de la denunciante las siguientes medidas: i) suspendió
provisionalmente al presunto agresor de la guarda y custodia de sus hijos; como
consecuencia, le ordenó que entregara a los niños a su progenitora; ii) se le
prohibió que perturbara o intimidara a la denunciante y a cualquier integrante de
su grupo familiar; iii) se le restringió el acceso al domicilio de la denunciante y a su
lugar de trabajo o estudio; c) el once de enero de dos mil trece se recibieron las
actuaciones en ese juzgado, habiéndose emitido la resolución respectiva, a efecto
de que se continuara con el trámite correspondiente; y d) el diecisiete de enero de
ese mismo año, el ahora postulante presentó oposición a las medidas decretadas,
la cual fue admitida para su trámite. E) Medios de comprobación: no se
diligenció. F) Sentencia de primer grado: la Sala Primera de la Corte de
Apelaciones de Familia, constituida en Tribunal de Amparo, consideró: “…a) Para
merecer la protección que el amparo conlleva, es necesario cumplir con
determinados presupuestos procesales, entre ellos está, el de señalar
concretamente el acto reclamado y la autoridad impugnada, en atención a la
relación directa que debe existir entre la violación que se denuncia, el agravio
causado y el acto reclamado, pues del examen obligado que se hace de dicho
acto, se establece que este es agraviante de derecho constitucional, el Tribunal de
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Amparo puede declarar que el mismo no obliga al postulante. Dicho presupuesto


se da en el presente caso, toda vez que se advierte que el postulante sí señaló
correctamente el acto reclamado; y aunque al interponer la acción de amparo, en
el apartado de la autoridad impugnada, se señala a la autoridad que debe
proseguir el procedimiento y no la que dictó la resolución que se reclama, no
obstante, es comprensible y no es determinante del fondo de la petición, la
inexactitud al señalar en su escrito a la autoridad impugnada, que por la
naturaleza del procedimiento de dichas medidas, este se continúa ventilando por
un juez distinto al que tuvo competencia para dictar las medidas de urgencia. Por
lo anterior, en atención a la interpretación extensiva de la legislación aplicable, que
debe procurar la adecuada protección de los derechos humanos y el
funcionamiento eficaz de las garantías y defensas del orden constitucional, por
encima de rigorismos formalistas, la inexacta señalización de la autoridad
impugnada en el apartado respectivo del memorial contentivo, no puede
interpretarse como falta de legitimación pasiva, puesto que dicha inexactitud no
afecta el fondo de la petición, siendo además, que se señaló correctamente el acto
reclamado y la autoridad que la dictó. b) Por su naturaleza extraordinaria y
subsidiaria el amparo procede cuando el acto reclamado reviste la condición
procesal de definitivo cuya observancia es obligatoria para el Tribunal que conoce
de esta acción constitucional. Este Tribunal establece necesario, de manera
preliminar, pronunciarse respecto a dicho alegato. Resulta relevante citar lo
regulado en el artículo 19 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad (…). En ese sentido debe tomarse también en consideración
que el único trámite posterior al otorgamiento de las medidas de seguridad, es el
relativo a la sustanciación de la oposición, el cual, será el de los incidentes
regulado en el artículo 150 Bis del Código Procesal Penal, cuando la causa este
siendo conocida en un órgano jurisdiccional con competencia en materia penal y lo
dispuesto en el artículo 519 del Código Procesal Civil y Mercantil, cuando la causa
no constituya delito o falta. En procedimiento de niñez y adolescencia la oposición
se tramitará conforme a la sustitución de medidas, de conformidad con el artículo
110 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia. En el caso sub
judice, esta Sala constituida en Tribunal de amparo, al hacer el análisis de las
constancias procesales y de lo señalado por los amparistas (sic) como acto
reclamado, se establece que la normativa aplicable no provee de un recurso
impugnativo idóneo para revertir resoluciones de esta clase, en las que pudieran
implicar violación a los derechos constitucionales, únicamente se prevé un
procedimiento de oposición, al cual, tiene derecho el presunto agresor -padre de
los menores-, no así los menores, que son quienes por medio de su progenitor,
solicitan amparo en el presente proceso. De lo anterior, se establece que al no
existir recursos idóneos para impugnar dichas resoluciones, por tales motivos, el
acto que ahora se analiza resulta ser el definitivo. C) Quienes integramos este
Tribunal consideramos oportuno advertir previamente además, que en el trámite y
decisión de fondo de las medidas otorgadas, y que son motivo del presente
amparo, se afecta la guarda y custodia de los menores amparistas, en la cual, en
todo procedimiento judicial, debe prevalecer, no la conveniencia de los padres o
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partes en la litis, sino el interés superior de los niños, garantizado por la


Convención Sobre los Derechos del Niño, que en su artículo 3º, establece (…). En
tal sentido, los tribunales competentes deben orientar las actuaciones de las
partes y de la misma autoridad en atención privilegiada de los principios y
derechos constitucionales de los menores. Resulta por lo tanto relevante
puntualizar que en el caso sub judice, previo al otorgamiento de las medidas de
urgencia, se había sustanciado un proceso, que como medio fundamental para
arbitrar la seguridad jurídica de los titulares de una relación jurídica, ventiló
adecuadamente el otorgamiento de la guarda y custodia de los menores
amparistas, mismo que se desarrolló con suficiente base en la legislación ordinaria
y convencional aceptada por Guatemala para proteger la institución social de la
familia y la niñez, y se cumplió con la preceptiva sustantiva y procesal atinente,
todo ello, como desarrollo de claras orientaciones constitucionales que consagran
a la familia como `génesis primario y fundamental de los valores espirituales y
morales de la sociedad´ (…) la autoridad impugnada ha actuado conforme a las
facultades que la ley le confiere de juzgar, a pesar de no tener conocimiento de los
antecedentes del mismo, y de no contar con datos objetivos de la situación real de
los menores. Quienes juzgamos, consideramos que el acto reclamado no
constituye agravio reparable por medio del amparo, en virtud que la resolución
relacionada se dictó en el cumplimiento de prescripciones legales aplicables al
caso, dado que la Jueza de Turno de Primera Instancia Penal, de Delitos de
Femicidio y otras formas de Violencia contra la Mujer y Violencia Sexual,
Explotación y Trata de Personas, al suspenderle provisionalmente al presunto
agresor, la guarda y custodia de sus hijos, lo hizo en el ejercicio de las facultades
que le confiere el artículo 7, específicamente en el inciso ´f´ de la Ley para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Intrafamiliar, otorgando las medidas
requeridas por la denunciante a través del Ministerio Público, haciendo uso de la
apreciación valorativa que la autoridad jurisdiccional puede realizar de
conformidad con la facultad de juzgar que le otorga el artículo 203 de la
Constitución Política de la República. Con dicha actividad, no ha conculcado las
garantías constitucionales que señalan los postulantes (sic) de la presente acción
de amparo, porque el acto reclamado se encuentra fundado en ley. En tal sentido,
cabe destacar que la Honorable Corte de Constitucionalidad, el más alto tribunal
en materia constitucional, ha sostenido el criterio en diversos fallos, que el amparo
no puede ser utilizado como una instancia revisora, ya que esto sería invadir
esferas que le competen a los tribunales ordinarios, toda vez que de ser así, se
vulnerarían normas constitucionales que separan la jurisdicción ordinaria de la
jurisdicción extraordinaria de amparo. Por tal motivo, deviene improcedente el
amparo y así debe resolverse, haciendo las declaraciones que en derecho
correspondan. El artículo 44 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad establece: (…) y de conformidad con el contenido de las
disposiciones contenidas en los artículos 45 y 46 de la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad, que establecen que la condena en costas será
obligatoria cuando se declare procedente el amparo. Sin embargo, podrá
exonerarse al responsable, cuando a juicio del Tribunal, se haya actuado con
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evidente buena fe. Extremo último que se actualiza en el presente caso, razón por
la cual, no se hace ningún pronunciamiento en cuanto a las costas, sanciones y
multas y así debe resolverse…”. Y resolvió “…I) Deniega el amparo solicitado por
Ricardo Castañeda Mora a favor de sus menores hijos (…); II) Se revoca el
amparo provisional otorgado en resolución de fecha veintidós de febrero de dos
mil trece; III) No se hace especial condena en costas al postulante del amparo ni
se impone multa a los abogados auxiliantes, por lo considerado….”.
III. APELACIÓN
Karla Gabriela Méndez Figueroa, tercera interesada, apeló el numeral romano
III), de la parte resolutiva de la sentencia proferida por el Tribunal a quo,
manifestando que es un hecho notorio que el postulante ha actuado de mala fe;
además, el planteamiento del presente amparo constituye un ardid para dejar sin
efecto legal una resolución que se encuentra ajustada a derecho. De esa cuenta,
es evidente que debió condenársele en costas, razón por la que el recurso de
apelación interpuesto debe ser declarado con lugar, a efecto de que se haga el
pronunciamiento respectivo.
IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA
A) El postulante reiteró lo manifestado en el escrito inicial de amparo e indicó que
se opone a la pretensión de la apelante, ya que el Tribunal a quo, de manera
acertada, lo eximió del pago de las costas procesales, por existir evidente buena
fe en el planteamiento del amparo. De esa cuenta, tal decisión no puede
ocasionarle agravios a la impugnante, toda vez que el amparo se promovió contra
la autoridad que emitió el acto señalado como lesivo. Adicionalmente, debe
tenerse presente que la peticionaria no es clara en indicar el número de proceso
que se tramita y no aporta prueba alguna que sustente sus afirmaciones. Solicitó
que se declare sin lugar el recurso de apelación interpuesto. B) Karla Gabriela
Méndez Figueroa, tercera interesada, manifestó que si bien está de acuerdo con
la denegatoria de la protección constitucional instada, puesto que el postulante
incumplió con los presupuestos procesales del amparo, como lo son la falta de
legitimación pasiva y la falta de definitividad, en este caso resulta procedente que
se revoque el numeral romano III) de la parte resolutiva del fallo apelado y,
consecuentemente, que se condene en costas al amparista, en virtud de que no
actuó de buena fe. C) El Ministerio Público manifestó que comparte el criterio
sustentado por el Tribunal a quo, ya que el acto reclamado no le es imputable a la
autoridad cuestionada; de ahí que concurra la falta de legitimación pasiva aducida
por la apelante. Solicitó que se confirme la sentencia apelada y se condene en
costas al amparista.
CONSIDERANDO
-I-
De conformidad con lo establecido en el artículo 44 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad, el Tribunal decidirá sobre las costas e
imposición de las multas o sanciones que resultaren de la tramitación del amparo.
No obstante, al tenor del artículo 45 del referido cuerpo normativo, podrá
exonerarse al responsable cuando, a juicio del Tribunal, se haya actuado con
evidente buena fe.
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-II-
En el presente caso, la Sala Primera de la Corte de Apelaciones de Familia,
constituida en Tribunal de Amparo, profirió sentencia de dieciocho de marzo de
dos mil trece, por medio de la cual denegó la protección constitucional solicitada
por Ricardo Castañeda Mora, por las razones señaladas en las resultas del
presente fallo.
En el apartado respectivo de la sentencia aludida, el Tribunal consideró:
“…El artículo 44 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad
establece: (…) y de conformidad con el contenido de las disposiciones contenidas
en los artículos 45 y 46 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, que establece que la condena en costas será obligatoria
cuando se declare procedente el amparo. Sin embargo, podrá exonerarse al
responsable, cuando a juicio del Tribunal, se haya actuado con evidente buena fe.
Extremo último que se actualiza en el presente caso, razón por la cual, no se hace
ningún pronunciamiento en cuanto a las costas, sanciones y multas, y así debe
resolverse”. De esa cuenta, en el considerando III), de la parte resolutiva del fallo
relacionado, se exoneró al amparista de la carga procesal mencionada.
Esta última decisión fue apelada por Karla Gabriela Méndez Figueroa,
tercera interesada, al estimar que es un hecho notorio que el postulante ha
actuado de mala fe, pues el planteamiento del amparo constituye un ardid para
dejar sin efecto la resolución que constituye el acto reclamado, el cual fue emitido
conforme a derecho. En ese orden de ideas, la apelante considera que debió
condenarse en costas al accionante, por lo que debe acogerse la impugnación
planteada y, consecuentemente, debe hacerse el pronunciamiento
correspondiente.
Habiéndose interpuesto recurso de apelación únicamente por la tercera
interesada, en lo que respecta al numeral precitado, el conocimiento del caso que
en alzada se realiza, esta Corte se circunscribirá únicamente a ese aspecto.
-III-
Con relación a la condena en costas la jurisprudencia de esta Corte ha
sostenido: "La condena en costas que se declara en las resoluciones de los
tribunales tiene el propósito, en general, de resarcir los gastos de justicia a la parte
que en los procesos se ve precisada a contender por demandas o actos impropios
de la otra (…). La ley no señala de manera concreta qué debe entenderse por
buena o mala fe, por lo que es necesario acudir a las conceptualizaciones que de
ellas da la doctrina del Derecho. Según el Diccionario Enciclopédico de Derecho
Usual, hay buena fe en la «confianza, en la certeza o verdad de un acto o hecho
jurídico. Buena intención. Ingenuidad, candor, inocencia. Carencia de recelo». En
cuanto a la mala fe, la concibe como «Conciencia antijurídica al obrar // Convicción
íntima de que no se actúa legítimamente, ya por existir una prohibición legal o una
disposición en contrario; ya por saberse que se lesiona un derecho ajeno o no se
cumple un deber propio». Según el Diccionario de la Academia de la Lengua
Española, la mala fe en su acepción forense, constituye «malicia o temeridad con
que se hace una cosa...»" (sentencias de siete de octubre de mil novecientos
noventa y nueve, veintinueve de julio de dos mil ocho y dos de septiembre de dos
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mil diez, dictadas en los expediente cuatrocientos noventa y dos guión noventa y
nueve [492-99]; un mil setecientos treinta y nueve guión dos mil ocho [1739-2008];
y dos mil trescientos ochenta guión dos mil diez [2380-2010], respectivamente).
Las premisas anteriores fueron las utilizadas por este Tribunal en los casos
que se analizaron por medio de los fallos anteriormente transcritos, para la
calificación sobre si existió o no mala fe en el proceder de las autoridades
reclamadas en dichos casos, y son las mismas que se utilizan nuevamente por
esta Corte para establecer si es o no atendible el argumento de la apelante, en
cuanto a la condena en costas que debió imponérsele al postulante en el fallo que
se examina.
Al respecto, resulta pertinente considerar que, de conformidad con lo
establecido en el artículo 45 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, los Tribunales de Amparo se encuentran facultados para
exonerar al responsable de las costas, cuando la interposición de la citada
garantía constitucional se base en la jurisprudencia previamente sentada, cuando
el derecho aplicable sea de dudosa interpretación y en los casos en los que, a
juicio del tribunal, se haya actuado con evidente buena fe.
De la lectura de la sentencia proferida en primera instancia, se establece
que el Tribunal a quo dispuso denegar la protección constitucional solicitada,
exonerando al peticionario del pago de las costas procesales ocasionadas. Tal
circunstancia motivó la interposición del recurso que ahora se conoce, por lo que
esa decisión encaja en el último presupuesto mencionado; es decir, que el referido
tribunal, a su criterio, estimó que el amparista actuó con evidente buena fe, lo cual
es compartido por esta Corte; asimismo, debe tomarse en cuenta que los
argumentos en los que la apelante funda su impugnación no son contundentes
para revertir esa decisión.
Por tal motivo, es procedente confirmar el numeral romano III) de la parte
resolutiva de la sentencia impugnada y, como consecuencia, exonerar al
postulante de la condena al pago de las costas causadas en el proceso de mérito.
LEYES APLICABLES
Artículos citados, 265, 272 inciso c), de la Constitución Política de la
República de Guatemala; 8º, 10, 42, 44, 45, 46, 47, 49, 50, 51, 52, 54, 55, 56, 57,
58, 59, 149, 163, inciso c), 185 y 186 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y
de Constitucionalidad; 36 Acuerdo 1-2013 de la Corte de Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas,
resuelve: I) Sin lugar el recurso de apelación interpuesto por Karla Gabriela
Méndez Figueroa -tercera interesada- contra la sentencia de dieciocho de marzo
de dos mil trece, proferida por la Sala Primera de la Corte de Apelaciones de
Familia, constituida en Tribunal de Amparo y, como consecuencia, confirma el
numeral romano III) de la parte resolutiva del fallo impugnado, en cuanto a la
exoneración del postulante al pago de las costas procesales ocasionadas. II)
Notifíquese y, con certificación de lo resuelto, devuélvase el antecedente.
Expediente 1902-2013 8

HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA


PRESIDENTE

ROBERTO MOLINA BARRETO GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR


MAGISTRADO MAGISTRADA

ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE MAURO RODERICO CHACÓN CORADO


MAGISTRADO MAGISTRADO

GEOVANI SALGUERO SALVADOR


SECRETARIO GENERAL a.i.

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