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2018

EFIP I – Examen Final Integrador Presencial

CONSEJOS Y ACLARACIÓN
Voy a darte unos consejos!!

Para comenzar a estudiar el EFIP 1, te recomiendo que seas


ordenado. Una buena planificación es comenzar a estudiar
primero todos los PRIVADOS, luego PROCESALE y por último PENAL y CONSTITUCIONAL.

Cada materia estúdiala de forma ordenada al programa sin ir saltándote los temas.

Mi consejo es que le des una leía a conciencia a todo el material de estudio (entendiendo lo que
lees). A la hora de estudiar tener en cuenta CONCEPTOS, CARACTERES, EFECTOS y CLASIFICACIONES.
Si quieres agregarle más contenidos al tema bienvenido sea, pero tampoco es aconsejable que te
vayas por las ramas. Si el profesor decide ir más allá de los CONCEPTOS, CARACTERES, EFECTOS y
CLASIFICACIONES, no tienes por qué preocuparte ya que al haber leído todo vas a tener
medianamente dominado el tema.

Es importante que sepas que los profesores , en su mayoría, están siempre tratando de ayudarte y
con las intenciones de que puedas aprobar.

Cuando estudies trata de hacerlo en voz alta como si tuvieras al profesor frente a ti. No descuides el
vocabulario jurídico que es muy importante y los profesores lo tienen muy en cuenta.

Recapitulemos y marquemos lo importante:

Primero que nada saber que lo que te van a evaluar en esta instancia, principalmente, es el perfil
profesional y la actitud de abogado. Por lo tanto hay que estudiar pensando en la forma de exponer,
más que en los contenidos mismos. En ese sentido mis consejos, a la hora de rendir, son:
 Mostrar una actitud segura, aunque por dentro el corazón explote de los nervios. Cualquiera
ante un examen de esta naturaleza estará ansioso. Pero también lo está cualquier abogado antes
de realizar un alegato complejo, y ninguno lo demuestra en juicio.
 Evitar expresiones de inseguridad: Jamás, jamás decir: “no sé”, “no me acuerdo”, “no estudié
esa parte”, “discúlpeme porque estoy nervioso”, etc. ¡Nunca! En todo caso, formular la frase de
otro modo, como ser: “no comprendo la pregunta”, “¿a qué se refiere puntualmente?”, etc. Y de
ser posible, tratar de explicar cualquier cosa, siempre con seguridad.
 Siempre hablar con convicción, aunque no estés seguro, y a pesar que las caras de los
profesores indiquen que estás “razonando fuera de recipiente”. Siempre seguro.
 Mirar a los ojos a los profesores, a ambos. Porque muestra convicción, y además las miradas
nos da un indicio cuando vamos por buen camino.
 Utilizar siempre lenguaje técnico o jurídico. Cuando no estés seguro de qué término utilizar,
apelar a términos universales como: “relación jurídica”, “acto jurídico”, “derecho subjetivo”,
“naturaleza jurídica”, “recursos”, medidas”, “principios”, etc. Tengan en cuenta que prácticamente
todos los conceptos que estudiamos son “actos jurídicos”. Casi cualquier concepto puede
empezar: “es un acto jurídico que…”
 Explayarse con la explicación del caso. En realidad el examen oral es presentado como “la
defensa del caso”, por lo tanto la principal función es explicar cómo ha sido resuelto el mismo. Por
ello es aconsejable que en las dos horas de resolución, estudien los conceptos que utilizaron para
resolver el caso y se hagan una idea de lo que van a exponer, de modo que cuando entren al
examen oral puedan explayarse sobre el tema. Cuanto más hables sobre el caso, menos te
preguntarán sobre el programa. Y tenés la oportunidad de lucirte con terminología jurídica recién
leída.
 Los profesores tienen mucho en cuenta el análisis crítico, por lo tanto hay que focalizarse en
comprender globalmente los conceptos. Es más necesario comprender que fijar conceptos.
 Ensayar la exposición oral. Mientras estudies es conveniente repasar explicando conceptos en
voz alta. Si es posible frente a un espejo o hacia otra persona, y mejor aún si podes grabarte y
escucharte. Ahí te darás cuenta qué debes mejorar. En este examen es importantísima la
oratoria.
 Respecto a la resolución del caso: no preocuparse demasiado, tenés que ser sintético y sin
nada rebuscado. Lo más importante es que lo que escribas lo puedas explicar después.
Aprovecha ese tiempo para esclarecer el tema.
 La imagen es importante. Algunos van más o menos informal, pero yo creo que en esta
instancia aporta mucho valor una imagen impecable (de traje y corbata, los hombres). Hay que
evitar la altanería y la soberbia, pero una buena presencia sin dudas agrega valor.

En segundo lugar, a la hora de estudiar, creo que es conveniente prestar atención a algunos puntos
que en general no se les da la debida importancia, como ser:
 Comprender profundamente las clasificaciones. Esto permite deducir todo lo demás. Por
ejemplo, comprendiendo las clasificaciones de los contratos, luego podrás deducir fácilmente los
caracteres de cada uno. O, por ejemplo, comprendiendo la clasificación de de los “hechos” podrás
armar un concepto de acto jurídico: “es un hecho jurídico, humano, voluntario, lícito que tiene la
finalidad de generar efectos… etc”.
 Hacerse una idea general de la ubicación teórica de cada concepto. Teniendo en cuenta la
clasificación de los hechos jurídicos y de los derechos, podrás comprender la ubicación teórica de
cualquier concepto. Casi todos los conceptos son actos jurídicos o derechos subjetivos. Por
ejemplo, un contrato es un acto jurídico, y una obligación es un derecho subjetivo. Los actos
jurídicos en general tienen “causa fin” porque generan efectos, los derechos en general tienen
“causa fuente”, porque suelen ser consecuencia de un acto. Hay que apelar mucho al criterio.
 Prestar atención a información prescindible. Hay que estudiar lo central y fundamental, pero
los datos menores a veces marcan una gran diferencia de calidad en el examen oral. Por ejemplo,
son tantos los artículos, que directamente no memorizamos ningún número. Pero es muy útil,
para generar convicción, recordar algunos artículos importantes (el art. 22 capacidad de derecho,
por ejemplo), porque si justo te preguntan ese tema y citas un artículo específico, demostrarás un
conocimiento más profundo del que realmente tenes. Del mismo modo es útil conocer el índice
del Código Civil; es corto y saber, por ejemplo, en cual sección de cual libro se ubican los
contratos, es facilísimo y aporta mucho al examen. También algo muy útil es saber al menos
algunas locuciones latinas, esas que en general no se las tiene en cuenta. No es lo mismo decir:
“es retroactivo”, que decir: “tiene efecto ex tunc”. Algo tan simple cambia el tono de la exposición
y trasmite una imagen de sabiduría que los profesores valoran mucho.

 Presta especial atención las clasificaciones. Miralas muchas veces hasta que te hagas una
idea global de la ubicación teórica. Especialmente las “medidas de tutela preventiva”, que son un
lío. No estudiarlas hasta no entender bien la clasificación.
 No tengas miedo de las preguntas difíciles, porque es verdad que a veces preguntan cosas
muy profundas y fuera de programa; pero según lo veo yo, hay tres tipos de preguntas que hacen:
1) básicas generales (que se repiten con mucha frecuencia), 2) normales (cualquier punto
específico del programa) y 3) complicadas (de reflexión o fuera de programa). Las primeras son
imprescindibles para aprobar. Las segundas van marcando la nota, 6, 7, 8… Y las terceras más
que nada son para ver si con una pregunta difícil compensan falencias anteriores, o, si se ha
realizado un buen examen, para ver si te mereces 9 o 10. Pero en resumen, con las los temas
básicos bien claros, y habiendo estudiado todo el programa, aprobarás seguro.

Bueno, en términos generales eso es todo. Quizás leyendo esto te provoque más miedo aún, porque
parece demasiado y complejo; pero no te preocupes que es todo lo contrario. Los nervios no se van a
ir de ninguna forma, lo mejor es manejar esa ansiedad, saber que todos están igual (aunque algunos
disimulen mejor) y tener en cuenta todos estos consejos.

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