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Papeles de Población

Universidad Autónoma del Estado de México


Centro de Investigación y Estudios avanzados de la Población
cieap@uaemex.mx
ISSN 1405-7425
MÉXICO

2001
Manuel Castells Castells
LA CIUDAD DE LA NUEVA ECONOMÍA.
Papeles de Población, enero-marzo, número 27
Universidad Autónoma del Estado de México
Toluca, México
pp. 207-221.

Red de Revistas Científicas de América Latina y El Caribe


Ciencias Sociales y Humanidades
http://redalyc.uaemex.mx
La ciudad de la nueva economía*

Manuel Castells

Universidad de Berkeley

Resumen Abstract
En el proceso de cambio histórico que In the historic process that we live, which is
vivimos, definido como “era de la known as the “information era”, the author
información”, el artículo sitúa la importancia pointed out the principal rol of the cities,
de las ciudades, refiriéndose a las condiciones regards the conditions under development “the
en que se desarrolla “la nueva economía”, new economics” who focus in technological
centrada a partir de las transformaciones and organizational transformations. In this
tecnológica y organizativa. Tras sintetizar paper, he summarized what is this
cuáles son estas transformaciones y transformation and to describe as knowledge
caracterizarlas como una economía del economics which is global and organized in
conocimiento, global y organizada en red, se network. He also reviews the relationships
analiza la relación entre esta nueva economía y between the new economics and the different
los distintos procesos sociales e kind of social and institutional process. In this
institucionales. Al respecto, se argumenta la sense, he assumed that cities are key both to
tesis de que las ciudades son claves tanto como produce wealth and to adjust the negative
productoras de los procesos de generación de effects from an economy without social values.
riqueza como de la capacidad de corregir los
efectos negativos de una economía sin ninguna
referencia a valores sociales amplios no
medibles en el mercado, como la conservación
de la naturaleza o la identidad cultural.

Introducción

E
n este ensayo intentaré situar la importancia que están cobrando las
ciudades en el proceso de cambio histórico que vivimos, el cual se
caracteriza, de forma descriptiva más que analítica, bajo el término de
“era de la información”. Para tratar de concretar más esta problemática, que
puede ser excesivamente vaga, incluso ideológica, me voy a referir muy
específicamente a las condiciones en que se desarrolla lo que se ha dado en

*
Conferencia pronunciada en el Salón de Ciento del ayuntamiento de Barcelona, el 21 de febrero de
2000.
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llamar “la nueva economía”, centrada a partir de la transformación tecnológica


y organizativa, y, tras sintetizar cuáles son estas transformaciones, trataré de
analizar más específicamente cuál es el papel de las ciudades en aquélla y, aún
más, en la relación, problemática, que se establece entre esta nueva economía
y los procesos sociales e institucionales que están en la base de nuestra
convivencia y de nuestra vida.
En primer lugar, déjenme resumir qué entendemos por “la nueva economía”.
Éste es un término consagrado a los medios de comunicación y, por tanto, más
que intentar redefinirlo o cambiar las palabras y decir “no, no es la nueva
economía”, es otro tipo de economía, prefiero, en general, ir con lo que se
comunica, ir con la comunicación, pero dándole un contenido preciso y
analítico.
¿Qué es concretamente la nueva economía? Para empezar, la nueva economía
es la nuestra, es en la que estamos ya. No es el futuro, no es California, no es
América, es la nueva economía que se desarrolla de forma desigual y
contradictoria en todas las áreas del mundo.

La economía del conocimiento

Se caracteriza fundamentalmente por tres grandes rasgos interrelacionados: es


una economía que está centrada en el conocimiento y en la información como
bases de producción, como bases de la productividad y bases de la competitividad,
tanto para empresas como para regiones, ciudades y países. Esto se dice pronto,
pero tiene grandes consecuencias, porque tratar cómo se genera productividad
quiere decir cómo generamos riqueza, que en el fondo es la base material para
lo que luego podamos hacer. Por ejemplo, reforzar el Estado de bienestar y
ampliar la protección social en lugar de desmantelarlo. Esto que parece un
problema difícil de resolver en una época de crecientes problemas sociales. En
el momento en que ha habido más abundancia no hemos resuelto los problemas,
porque más recursos se pueden utilizar para hacer la guerra que para hacer el
amor, pero, por otro lado, sin los recursos, todos los problemas se hacen
extremadamente más angustiosos. Por consiguiente, generar fuentes de
productividad es un tema absolutamente esencial y, en este sentido, la nueva
economía está, por fin, permitiendo prever la posibilidad de un salto histórico
en la relación entre forma de actividad económica y la generación de riqueza.
Hablando claro, lo que se esperaba desde hace tiempo, que ya había
analizado junto con otros economistas y sociólogos desde hace cinco o seis años

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—la idea de que la revolución tecnológico-informacional, de un determinado


momento y a partir de una cierta transformación organizativa de empresas y
cultural de sociedades, podría empezar a proporcionar el dividendo de
productividad— se está observando estadísticamente, pese a la debilidad de
nuestras categorías estadísticas procedentes de la sociedad industrial. Pero en
estos momentos podemos medirla, sobre todo en Estados Unidos, porque han
habido unos pequeños cambios de categorización estadística que han permitido
ya, sólo con estos pequeños cambios, medir algo mejor lo que se estaba
produciendo. En Estados Unidos, en 1999, la productividad creció, en promedio,
a 2.9 por ciento. En los últimos seis meses de ese año ha crecido a 5 por ciento.
Un incremento de 5 por ciento de productividad, sobre tasa anualizada, es
realmente espectacular; es más del doble de lo que se produjo en los años
gloriosos de crecimiento económico de la década de los sesenta. En Europa, en
cambio, la productividad se está manteniendo, en los últimos dos años, en torno
a una tasa media de crecimiento de 1.9 por ciento.
Simplemente pasando al promedio anual estadunidense, creo que puede ser
más alto: un punto más que en los próximos 10 años quiere decir que cambia
todo y que, por ejemplo, en Estados Unidos, hoy en día, cuando hace cinco o seis
años la discusión era si se quebraba la seguridad social o no, la discusión es para
qué se utilizan los billones de 12 ceros de dólares, si para pagar la deuda
nacional, cosa que nunca se había planteado en ningún país en la historia, o para
garantizar la seguridad social en los próximos 30 años. Eso no impide que 45
millones de estadunidenses no tengan seguro de salud y que uno de cada cinco
niños viva en la pobreza.
Pero aquí entramos al problema de la redistribución social, de la desigualdad
y de la competitividad individual salvaje. Ahora, más que nunca, es una
sociedad injusta, la sociedad estadunidense, porque precisamente en estos
momentos hay capacidad, puede haber capacidad de desarrollo de la
productividad. Este es un tema central para todo el mundo.

Una economía global

En segundo lugar, esta economía basada en la productividad generada por


conocimiento e información es una economía global. Global no quiere decir que
todo esté globalizado, sino que las actividades económicas dominantes están
articuladas globalmente y funcionan como una unidad en tiempo real,
fundamentalmente en torno a dos sistemas de globalización económica: la de

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los mercados financieros interconectados, en todas partes, por medios electrónicos


y, por otro lado, la de la organización a nivel planetario de la producción de
bienes y servicios y de la gestión de estos bienes y servicios.
La internacionalización del comercio es, en realidad, una función de la
internacionalización de la producción, o sea, más que exportar lo que se está
haciendo es producir internacionalmente.
Las 53 000 empresas multinacionales y sus 415 000 subsidiarias organizan,
en estos momentos, 25 por ciento del producto bruto mundial en términos de
producción y representan, más o menos, 75 por ciento del comercio internacional,
incluyendo 40 por ciento del comercio mundial que se realiza al interior de
firmas y de sus empresas subsidiarias. Por tanto, cuando estamos haciendo
grandes batallas sobre el comercio internacional, lo que realmente ha ocurrido
es que hemos internacionalizado la producción, y es a través de estos circuitos
donde se está generando la articulación económica planetaria. Por eso, el
proteccionismo tiene cada vez menos sentido, porque ya están las empresas
funcionando de forma transnacional, y mucho más, obviamente, en sistemas
como la Unión Europea.
La tercer característica, indispensablemente ligada a las otras dos, es el
hecho de que es una economía que funciona en redes, en redes descentralizadas
dentro de la empresa, en redes entre empresas y en redes entre las empresas y
sus redes de pequeñas y medias empresas subsidiarias. Es esta economía en red
la que permite una extraordinaria flexibilidad y adaptabilidad. Es, por tanto, una
economía informacional, es una economía global y organizada en red, y
ninguno de esos factores puede funcionar sin el otro. Por tanto, no es sólo una
economía del conocimiento, es una economía algo más compleja y eso es lo que
se llama la nueva economía.

Internet es una forma de organización

Esta economía tiene una base tecnológica de información y comunicación


microelectrónicas y tiene una forma central de organización cada vez mayor:
internet, que no es una tecnología, sino una forma de organización de la
actividad. El equivalente de internet en la era industrial es la fábrica: lo que era
la fábrica en la gran organización en la era industrial, lo es internet en la era de
la información.
La nueva economía no son las empresas que hacen internet, no son las
empresas electrónicas, son las empresas que funcionan con y a través de

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internet. Les pongo un ejemplo, porque si no parece demasiado abstracto.


Podría poner ejemplos más, digamos, cercanos a la realidad catalana o europea,
pero prefiero ilustrar las ideas. Quiero tomar un ejemplo de una empresa
concreta. Lo mismo que en la forma de organización de la era industrial se tomó
como ejemplo, como símbolo en cierto modo, la organización de la producción
en la empresa Ford, hasta el punto que ciertos economistas acuñaron el término
fordismo y post-fordismo, etc. No estuve muy de acuerdo con esta terminología,
es demasiada gloria para Ford. En todo caso la hubiera llamado ford-leninismo,
porque Lenin admiraba profundamente el sistema de Henry Ford y organizó la
producción soviética en torno al mismo modelo.
Pero si tratamos de hacer el mismo sistema, el mismo ejemplo, hoy en día
encontraremos una empresa que se llama Cisco Systems. Es una empresa de
Silicon Valley, en California, que produce los commutadores y los reuters,
sistemas de dirección de los flujos de internet. Para entendernos, es, un poco,
la fontanería de internet, son los equipamientos de fontanería de internet.
Venden 80 por ciento de estos equipamientos en el mundo. Cisco Systems
funciona de la forma siguiente: tiene un webside en que hay una serie de ofertas
tecnológicas de productos y de soluciones de ingeniería a estos productos. Las
empresas que quieren instalar sus sistemas de internet se van a este webside y
expresan, a partir de lo que hay ahí, sus necesidades, las necesidades de lo que
quieren comprar, que no tiene que ser uno de los productos o la combinación de
ellos, sino dicen: éste es el tipo de producto que queremos, con estas características
y estas necesidades, y esa información pasa a los proveedores de Cisco Systems.
Cisco es una empresa industrial, manufacturera; fabrica, pero no tiene
fábricas. Tiene, en realidad, una fábrica y 29 fábricas, privilegiadas, que no
forman parte de Cisco Systems. Estas fábricas van, también, al webside y miran
qué está pidiéndose en ese día y en esa hora, y con qué características técnicas.
Y, entonces, ofrecen productos que se adaptan a la especificación técnica de
Cisco Systems, a lo que esas fábricas pueden producir, indicando en qué tiempo
y con qué costo resultará lo que los clientes están pidiendo, a partir de ahí se
realiza la transacción. 85 por ciento de las operaciones de Cisco Systems pasan
por el webside y 50 por ciento de las ventas se realizan sin ninguna intervención
de los ingenieros de Cisco Systems. Entonces, ¿qué vende Cisco Systems?
Vende conocimiento, pero no sólo conocimiento tecnológico, sino conocimiento
de aplicación de ingeniería y conocimiento de qué tipo de proveedores existen
en el mundo. El webside se actualiza cada día y a veces cada hora. O sea,
capacidad de adaptación con base en conocimiento e información.

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La empresa Cisco Systems parece una empresa que, en términos de empleo,


no es tan grande, sólo tiene 25 000 empleados, la mitad en California, pero cabe
subrayar que vende 80 por ciento del equipamiento de base de internet y que la
capitalización de Cisco Systems, que es una empresa que empezó hace 14 años
con dos millones de dólares de capital inicial, es en estos momentos de 310 000
millones de dólares en cotización de la semana pasada; para darnos una idea, es
cinco veces el valor de mercado de General Motors, si quieren, en otra
estimación, seis veces el valor de mercado de Boeing.
Se puede decir: “sí, pero están sobrevaluados”. Están en sobrevaluación,
pero con su valor se han comprado 20 empresas en el último año, entonces, la
sobre evaluación se convierte en patrimonio real.
Les pongo este ejemplo porque estoy intentando pasar del modelo Ford al
modelo Cisco. Ford, como saben ustedes, el mes pasado distribuyó créditos a
sus empleados, les regaló ordenadores personales, tiempo de internet y cursos
de formación para trabajar en internet. Ford ahora adopta el modelo Cisco, que
es el que se está desarrollando en todas las actividades. El señor Martí Parellada
nos contaba sobre el lanzamiento de un nuevo sitio en internet:
“todoelmarisco.com”. Perdonen por la publicidad.
Ustedes organizan su mariscada y ellos se la traen a casa. Obviamente, es
seguro que ellos no producen marisco, como la gente que maneja Amazon no
han leído un libro en su vida, probablemente porque estaban demasiado
ocupados en construir el webside de internet. Tengo alguna base empírica para
poder decir esto.
Permítanme ahora fijar algunas ideas: este tipo de actividad y de trabajo es
generalizado, es de toda la economía y son todas las empresas que están
evolucionando en esta dirección. No se trata solamente de que todas utilicen
internet, sino de que se organizan en torno a la red de relaciones que está
electrónicamente conectada y basada en la información.
¿Por qué esa nueva economía es y será mundial y no simplemente
estadunidense? Muy sencillo, porque por competencia global, las empresas que
no funcionen así serán eliminadas. La comparación con la era industrial es
producir con electricidad o sin ella.
Acabo de llegar de Lisboa, de una reunión de la presidencia portuguesa de
la Unión Europea y las conclusiones fueron las siguientes: que Europa entra de
lleno en la nueva economía y que el gran desafío, el gran reto, es cómo las
instituciones europeas y el modelo social europeo se adaptan, no para servir a
la nueva economía, sino para que la nueva economía sirva al modelo social y
político europeo. Creo que es el gran reto.

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La nueva economía es global, pero no todas las instituciones tienen que ser
como Silicon Valley y no todas las sociedades tienen que ser como California,
afortunadamente.

El papel de las ciudades

En ese sentido, ¿qué papel tienen las ciudades en medio de esta transformación?,
que me parece absolutamente histórica, no en términos ideológicos, sino en
términos de lo que estamos observando. Creo que, de entrada, las ciudades van
a tener un doble papel que trataré de detallar.
Esa nueva economía es, por un lado, una economía de extraordinaria
capacidad de generación de riqueza, pero es una economía centrada, en estos
momentos, en el desarrollo de redes entre individuos y empresas extremadamente
competitivas sin ninguna referencia al interés público, al bien común, a lo que
sean valores que no puedan ser capitalizados en el mercado. Entonces, mi tesis
general, que ahora voy a tratar de analizar en concreto, es que las ciudades son
claves tanto como productoras de los procesos de generación de riqueza en el
nuevo tipo de economía como de la capacidad social de corregir los efectos
desintegradores y destructores de una economía de redes sin ninguna referencia
a valores sociales más amplios, más colectivos o no medibles en el mercado,
como, por ejemplo, la conservación de la naturaleza o la identidad cultural.
En concreto, ¿qué quiere decir esto? En primer lugar, las ciudades son,
empíricamente, los medios de innovación tecnológica y empresarial más
importantes. A principios de los años noventa, junto con otro colega, recorrimos
el mundo (una paliza, y no crean que tan agradable, porque en esos casos lo único
que se ven son empresas tecnológicas, aviones y trenes de alta velocidad) y
observamos cuáles eran, dónde estaban realmente los medios de innovación
tecnológica, que, casi sin excepción, son grandes áreas metropolitanas con
ciudades potentes impulsando esas áreas metropolitanas, empíricamente
hablando. No encontramos ningún caso de un medio de innovación tecnológica
o empresarial que se hubiera desarrollado de forma nueva, en pleno desierto, en
relación con un proyecto voluntarista de gobierno: simplemente no existen. Hay
algunos parques tecnológicos con éxito, pero no medios de innovación realmente
generadores de riqueza.
Desde entonces dos de los lugares observados como embriones posibles se
han desarrollado con mayor nivel de innovación. Uno es Cambridge, en el Reino
Unido, y otro es el parque de Hsin-chu, relativamente cercano a Taipei. En

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realidad, Hsin-chu está a 70 kilómetros de Taipei y es parte del área metropolitana


de Taipei, y Cambridge, por mucho que digan que no, es parte de Londres. Con
lo cual, en buena medida, son áreas tecnológicas desarrolladas y ligadas a
grandes áreas metropolitanas, como Silicon Valley, que es un área metropolitana
separada de San Francisco, pero ligada a San José, que es más grande que San
Francisco. San José tiene 1 100 000 habitantes y San Francisco, 700 000.
El primer elemento es que estos medios de innovación metropolitanos son
esenciales porque a través de la sinergia que generan, de las redes de empresas,
de innovaciones, de capital, atraen continuamente los dos elementos claves del
sistema, que son la capacidad de innovación, es decir, talento, personas con
conocimiento e ideas, y capital, sobre todo capital de riesgo, que es el que
permite la innovación.
Por ejemplo, ¿por qué Silicon Valley sigue siendo la punta de la innovación
mundial? No es por las cosas que hacía en los años ochenta, sino porque en los
noventa se ha vuelto a renovar. ¿Cómo se ha vuelto a renovar, cuando ya había
agotado toda la capacidad de innovación que existía en California? Silicon
Valley está importando cientos de miles de ingenieros y técnicos avanzados de
China, India, Rusia, Taiwan, etc. El estudio que hicimos en nuestro departamento
el año pasado muestra que de las nuevas empresas creadas en Silicon Valley en
los años noventa, 30 por ciento fueron creadas y dirigidas por chinos o indios.
Capital que apuesta sobre el talento que llega desde donde sea.
Esto es un medio de innovación, y un medio de innovación es un centro de
atracción, con lo cual observamos que esta economía global tiene nodos, tiene
concentración territorial. Estos medios de innovación están territorialmente
concentrados. Para hacer algo hoy en día en tecnología hace falta esta capacidad
en tecnología y en innovación empresarial; hace falta estar en ciertos medios de
innovación que después se articulan a través de redes de telecomunicaciones en
el conjunto del mundo.
Hace tres semanas, Newsweek sacó un número especial sobre el desarrollo
de la nueva economía en Europa y señaló 14 puntos que son grandes áreas de
innovación, que están convirtiéndose en los centros motores de la nueva
economía en Europa. Todas grandes áreas metropolitanas; Barcelona ocupa el
noveno lugar. Madrid no está en la lista. Barcelona, sí: como economía
dinámica y uno de los más rápidos desarrollos de empresas de internet en
Europa. Lo digo para señalar la verificación empírica de que son los medios de
innovación territorialmente concentrados en torno a ciudades dinámicas los que
constituyen las fuentes de riqueza en la nueva economía.

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La ciudad de la nueva economía /M. Castells

El conocimiento está en las personas

Ahondaremos un poco más en por qué es así. Creo que, por un lado, está la idea
de que lo que llamamos conocimiento, información, no es abstracto, está
depositado materialmente en cerebros que, generalmente, suelen ir unidos a
personas. Por consiguiente, son trabajadores de alta cualificación. Son
innovadores capaces de tener ideas y aplicarlas los que constituyen, realmente,
la materia prima de esta nueva economía. Pero desarrollemos la idea. Si lo que
importa son personas de alta capacidad intelectual y de conocimiento, ¿cómo
se producen estas personas? No se generan por razones genéticas, ¿cierto?
Fundamentalmente, hay tres elementos. El primero es la educación, pero la
educación no es solamente el poner al niño en la escuela o que haya buenas
escuelas. La educación, en primer lugar, es que a partir de un desarrollo del
sistema educativo sea capaz de producir gente con autonomía de pensamiento
y con capacidad de autoprogramación y de adquisición de conocimientos el
resto de su vida. Pero es más, es algo que en Barcelona han desarrollado ya desde
hace tiempo y que es el concepto de ciudad educativa: no es solamente la escuela
como elemento de educación, sino es la idea del conjunto de una sociedad local,
a través de una serie de interacciones, incluyendo actividades culturales,
relaciones con los medios de comunicación y elementos de animación ciudadana.
Es el conjunto del sistema de relaciones sociales locales que produce un sistema
de información interactiva, que desarrolla la capacidad educativa en un sentido
amplio y no simplemente de adquisición de conocimientos.
Un segundo elemento se refiere a que los servicios públicos funcionen.
Michael Cohen señala que por mucho internet que se desarrolle y mucha
inversión que haya en las ciudades, si luego los transportes no funcionan o hay
inundaciones, internet no resuelve estos problemas. Por consiguiente, la calidad
de los servicios públicos, y, en concreto, de los servicios públicos municipales,
es absolutamente decisiva para que todo lo demás funcione.
En el famoso Silicon Valley acaba de hacerse una encuesta que indica que
80 por ciento de la gente está entusiasmada con su trabajo, con su dinero, con
todo esto. Pero 80 por ciento de la gente dice que no soporta la vida en Silicon
Valley, porque tienen que pasarse tres horas y media al día en los embotellamientos
del tráfico, porque no pueden respirar, porque están aislados, porque es el
individualismo feroz, porque la familia se hunde. Es decir, una total insatisfacción
con todo lo que no es el trabajo y el dinero. Trabajan cada vez más y viven
encerrados en su trabajo y comiendo comida china que les traen por internet.

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Pero, fundamentalmente, el deterioro de todo lo que es colectivo acaba


impactando la productividad del trabajo.
En tercer lugar, en términos más amplios, no son los servicios públicos, sino
la calidad de vida, en el sentido amplio. Hay una serie de investigaciones que
muestran cómo la calidad de vida hace dos cosas en los medios de innovación.
Por un lado, atrae gente a los medios de innovación, es decir, aquellos que
ofrecen poca calidad de vida no son capaces de atraer, respecto a otros, el nuevo
talento que es necesario; por otro, una vez que se está en un lugar, hay que retener
ese talento y, además, hacer posible que ese talento sea capaz de aplicaciones
tecnológicas y empresariales no totalmente destructivas y no totalmente
neuróticas, que tienen, en buen sentido, una relación directa con la calidad de
vida. En términos sintéticos, existe un efecto retroactivo de calidad de vida
sobre productividad y de productividad sobre calidad de vida. Es un efecto
virtuoso: calidad de vida urbana y metropolitana y su efecto sobre la productividad
y la creación de riqueza.

Ciudad y universidad

Otro elemento que es fundamental en la nueva economía, en este sentido, es la


relación entre ciudad y universidad. Parece obvio que las universidades son un
motor de crecimiento económico, tecnológico y empresarial, pero, también, son
un factor de creación de ciudad. Hoy en día, la universidad es un elemento
esencial de la dinamización del tejido urbano y de la producción de mano de
obra calificada y de personas con ideas nuevas. Esta nueva economía no es
simplemente de gente que hace electrónica, es de gente que aprende a pensar o
enfocar las cosa de forma nueva, esto depende de la calidad del sistema de
educación universitaria. Por cierto que, en este sentido, se está imponiendo cada
vez más la idea de la importancia de los campus urbanos como elementos, a la
vez, de dinamización y de absorción de ideas de un tejido social más amplio que
el de la propia universidad.
La idea de universidades con facultades distribuidas en el conjunto de la
ciudad no parece eficaz. Históricamente se produce así en muchas ciudades y
se puede tener una buena universidad en esos términos, pero la dispersión hace
que el trabajo interdisciplinario, la fusión de enseñanzas de distinto tipo, tenga
mucha mayor dificultad. Es mucho más difícil para los estudiantes tomar
materias de distintas facultades, que es un elemento fundamental de la nueva
universidad. Es mucho más difícil para los colegas articularse entre ellos.

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La ciudad de la nueva economía /M. Castells

Por tanto, la noción de campus sigue siendo productiva en términos culturales


y de innovación, pero, al mismo tiempo, la integración de ese campus en tejidos
urbanos densos parece que también es el elemento que se está señalando como
de mayor productividad cultural y, a la vez, urbana.
La cuestión de cómo estimular territorialmente esos medios de innovación
a los que me he referido antes parece ir en sentido contrario a los llamados
parques tecnológicos. Quiero explicarles, porque es un tema que he trabajado
bastante, en particular, en España.
En primer lugar, la mayor parte de parques tecnológicos tienen poco de
tecnológicos, pues son, generalmente, o bien viejas operaciones de tipo zonas
industriales o, en la mayor parte de los casos, operaciones inmobiliarias con un
añadido de prestigio ideológico. Pero, más aún, diría que es una crítica que ya
se ha hecho muchas veces; sin embargo, hay algo más, la problemática de los
parques tecnológicos de los años ochenta no es aplicable en el año 2000, incluso,
ya en los últimos años de los noventa, porque en este momento no se trata tanto
de hacer hard como de hacer soft. La idea no es poner más fábricas de
microelectrónica. No tiene ningún sentido añadirlas a las que ya existen en los
lugares que ya se han especializado en microelectrónica. Dejemos, en cierto
modo, que los japoneses hagan microelectrónica o que las grandes empresas
multinacionales trabajen en microelectrónica en el sudeste de Asia, lo que hoy
en día cuenta es la capacidad de acción tecnológica sobre aplicaciones, sobre
sistemas de software avanzado y sobre tecnologías de redes de todo tipo, sobre
todo de tecnologías de telecomunicaciones. La gran frontera, a la que ya se ha
llegado, es el internet móvil, es decir, los temas de telecomunicaciones y de
transmisión y procesamiento electrónico en tecnología móvil.
Este tipo de acción no se soluciona con parques tecnológicos donde se
encuentren grandes instalaciones industriales, pues los medios de innovación
son intensivos en inteligencia más que en edificios. La cuestión consiste en
buscar las formas de articulación entre el territorio y estos mecanismos de
innovación, mucho más sutiles, mucho más ligados a la dinámica propia de la
innovación, en particular, de la innovación de pequeñas y medias empresas.
Para fijar las ideas expongo dos ejemplos, uno negativo y otro positivo: el
mayor fracaso de desarrollo tecnológico territorial de los últimos cinco años es
el llamado “corredor multimedia” de Kuala Lumpur, en Malasia, donde se han
gastado miles de millones de dólares en crear una megaestructura absolutamente
futurista para atraer grandes fábricas. Con todos los nombres de la electrónica
han creado un consejo consultivo presidido por Bill Gates, en el cual está la IBM
y todas las grandes empresas de la microelectrónica.

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¿Qué han puesto ahí? Fábricas de segundo orden, que no necesiten en otros
lugares, con muy poco valor añadido, relativamente poca creación de empleo,
pero, sobre todo, nula capacidad de innovación, pues es aplicación de la
innovación que ya existía; sin embargo, lo que sí se ha conseguido es una
operación publicitaria de que el gobierno de Malasia va a ser casi tan importante
como el de Singapur, que, por su cuenta, ya había desarrollado esta operación,
con mucho más éxito, cuando había que desarrollarla, hace 15 años.
El ejemplo positivo es muy polémico; sin embargo, quiero explicar que, en
mi opinión, es positivo porque ha generado una extraordinaria innovación: el
desarrollo de lo que se llama “el barrio multimedia” en San Francisco. San
Francisco y Nueva York, más o menos al mismo nivel, son hoy los dos centros
de diseño real de multimedia. El mercado que han desarrollado en el último año
oscila en torno a los 35 000 millones de dólares, porque son los que hacen las
cosas que luego Hollywood pone en funcionamiento. Pero la tecnología y la
concepción están ahí. No es que a mí me guste mucho, pero, por ejemplo, todos
los efectos especiales de la última serie de La guerra de las galaxias fueron
desarrollados ahí. No es alta creación cultural, pero La guerra de las galaxias
generó en publicidad, no en ingresos, 2 500 millones de dólares. En publicidad,
simplemente, para poner marcas dentro de la película. Fuera o no un éxito la
película, era lo que esas empresas querían introducir como publicidad indirecta
en el texto de la película.

El caso de San Francisco

Este barrio multimedia en San Francisco surgió, en los últimos 10 años, en la


zona más deteriorada de la ciudad, una vieja zona industrial bastante destruida
que estaba ocupada, fundamentalmente, por dos subculturas: la de los
sadomasoquistas y la de los artistas pobres, que no eran los mismos. Los
sadomasoquistas eran más ricos, mientras que los artistas realmente estaban ahí
porque necesitaban mucho espacio para hacer sus obras y usaban las viejas
naves industriales. Estos artistas, un buen día, fueron contactados por empresas
de Silicon Valley que querían entrar a fondo en el multimedia, pues necesitaban
mentes enfebrecidas, no tecnológicas, sino capaces de imaginar cosas rarísimas
que impactaran a la gente, con lo cual se hizo la conexión entre la capacidad
artística de creación y la tecnología electrónica más avanzada. De ahí salieron
las empresas multimedia. Pero, entonces, ¿qué ocurre? Estos artistas vivían en
sus casas en una zona residencial que previamente había sido industrial y luego

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La ciudad de la nueva economía /M. Castells

cambió su calificación a la de residencial para que pudiera vivir ahí esta gente,
más o menos marginada, pero respetada por el municipio. ¿En qué medida el
municipio ha contribuido, en los últimos cinco años, al desarrollo de esta zona?
Han cambiado la ordenanza municipal y han creado una ordenanza mixta de
trabajo y residencia en el mismo local, que, en el fondo, reconstruye el principio
de la era industrial y, por tanto, lo que era la actividad industrial de esa zona hace
110 o 120 años, al principio de la historia de San Francisco. Esa recalificación
ha permitido que las nuevas actividades industriales y la residencia se desarrollen
en esa área conjuntamente con las residenciales.
Permiten que se recalifiquen los usos pero no que especuladores inmobiliarios
entren, compren y echen a estas empresas. Por consiguiente, se aumentan los
usos pero se prohibe el utilizar esa recalificación de usos del suelo para un
proceso de transformación en viviendas de lujo para los que sean más ricos de
estas empresas.
En torno a esto se permitió la ampliación de usos a locales comerciales, a
bares, restaurantes, por lo que se ha generado una extraordinaria actividad
urbana en la que, junto al trabajo de innovación, se desarrolla el tejido social a
través de bares, restaurantes, encuentros en la calle, etc., que da vida a este lugar.
En este momento se está convirtiendo después de la industria financiera, en la
segunda industria más dinámica de la ciudad de San Francisco.
Quiero tratar un último tema de la relación entre política ciudadana y
desarrollo de la nueva economía y de las nuevas tecnologías de información: es
la idea de mercados locales de tecnología con base en políticas ciudadanas y
ambientales que sean intensivas en información y en tratamientos avanzados de
información, desde la modernización de servicios públicos, a partir de la
introducción inteligente y gradual de internet, hasta la creación de sistemas de
participación ciudadana en que, junto a los sistemas tradicionales de tejido
social de base, se articulen formas de participación ciudadana interactiva a
través de internet, como, por ejemplo, la experiencia de la ciudad digital en
Amsterdam, y políticas ecológicas y de medio ambiente, ya que las políticas
ecológicas bien realizadas requieren sistemas de información avanzados. Esto
no solamente genera una mejora de la gestión local, sino que, además, crea
mercados locales que pueden ser el punto de partida para pequeñas y medianas
empresas innovadoras locales, y que, a su vez, pueden ser la base del desarrollo
futuro.

219 enero/marzo 2001


Papeles de POBLACIÓN No. 27 CIEAP/UAEM

Una tecnología que se transforma con su uso

Concluyo con un tema que me parece, quizá, el más prospectivo: las tecnologías
de información y comunicación interactiva no son tecnologías tradicionales; no
es lo mismo que la ingeniería tradicional, son tecnologías que se transforman
con su uso. Les doy un ejemplo para ilustrar, también, lo que quiero decir: el
internet que se pensó originalmente no es el que tenemos hoy en día.
Se habla del origen militar de internet para defender las comunicaciones ante
la posibilidad de un ataque a los centros de comunicaciones. La forma que se
ideó para defenderlas fue mediante la creación de una red. Así es como los
científicos estadunidenses que trabajaban para el Pentágono la propusieron,
pero el Pentágono nunca los tomó en serio. Ésta es la parte de la historia que se
conoce menos. El Pentágono nunca los tomó en serio y ellos nunca quisieron
hacer esta cosa militar que les aburría muchísimo. Pero lo que los científicos sí
querían hacer era utilizar los siete superordenadores que había en el país.
Entonces inventaron un sistema de relación entre estos superordenadores, que
era el sistema internet, para compartir tiempo de superordenador. Ése era el
objetivo real que tenían, pero ocurrió que cuando ya tuvieron la posibilidad de
compartir tiempo real en los superordenadores que había en Estados Unidos, se
dieron cuenta que no necesitaban tanto, que, realmente, no tenían nada que hacer
con tanto tiempo de ordenador. Entretanto, al intentar montar el sistema,
descubrieron una aplicación que se convirtió en la base de su trabajo en el futuro
y en la base de nuestra vida actual: el correo electrónico, que fue el primer gran
producto que salió del programa internet.
De la misma forma se podrían multiplicar los ejemplos de cómo la utilización,
la apropiación de internet por sus usuarios a muchos niveles, ha sido lo que
realmente genera nuevos tipos de tecnología y no sólo de usos de esa tecnología.
¿ Esto, qué quiere decir? Que la utilización, a fondo, en una ciudad con políticas
innovadoras en términos de servicios públicos, de ecología, de participación
ciudadana, de difusión de la educación, puede llevar a un desarrollo de nuevas
aplicaciones y, por tanto, de nuevos usos y de nuevas tecnologías de comunicación
que amplían la gama de utilización de internet, de los usos propiamente
comerciales, en los que está basado, en estos momentos, el desarrollo de internet
a usos y aplicaciones de un espectro mucho más amplio que, además de generar
mercados importantes, también permitirán una utilización de la revolución
tecnológica en aras de una mayor calidad de vida. En ese sentido, el papel de las
ciudades en la era de la información es ser medios productores de innovación

220
La ciudad de la nueva economía /M. Castells

y de riqueza, y, además, ser medios capaces de integrar la tecnología, la sociedad


y la calidad de vida en un sistema interactivo, en un sistema que produzca un
círculo virtuoso de mejora, no sólo de la economía y de la tecnología, sino de
la sociedad y la cultura.

221 enero/marzo 2001

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