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FORMA Y ESFUERZOS

ESTRUCTIJRALES

Janæ Cpnwna

CUADERNOS
DEL INSTITUTO
JUAN DE IIERRERA
DE LA Escunr,e DE
AnoUITECTURA
nn M,IDRID
1-48-01
FORMA Y ESFIJERZOS
ESTRI.JCTI.]RALES
por
Janæ Cpnvnne

CUADERNOS
DEL INSTITUTO
JUAN DE HERRERA
DE rt EscuELA DE
AnoUITECTURA
on M¿,DRID
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CUADERNOS
DEL INSTITUTO
JUAN DE HERRERA

0 VARIOS
I ESTRUCTURAS
) CONSTRUCCIÓN
J FÍSICAYMATEMÁTICAS
4 rBonÍe
5 cpouprRia Y DIBUJo
6 PROYECTOS
7 URBANISMO
I n¡sraunecléN

NUEVA Nuvrnn¡ctóN
t Á¡ea
48 Autor
0l Ordinal de cuademo (del autor)

Forma y esfuerzos estructurales


@2002 Jaime Cervera B¡avo
Instituto Juan de Herrera.
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid,
Composición y maquetación: Pablo Vegas González.
CUADERNO 110.02 / l-48-01
ISBN: 84-9728-047-4
Depósito Legal: M-4687 5 -2002
Forma y esfuerzos estru turales
Jaime Cervera, j erveraaq.upm.es v1.6, Mayo 2001.

El objetivo del texto es analizar el omportamiento estru tural desde la perspe tiva de la forma de la estru -
tura, determinando los parámetros de forma espe ialmente relevantes. Esto permitirá omprender los medios
herramientas de transforma ión formal que pueden emplearse para re orrer un amplio abani o tipológi o, on
espe ial énfasis en los tipos de ubierta, omo si de un ontinuo se tratase. En este ontinuo el omportamiento
global será idénti o en todas las estru turas, por más que pueda materializarse lo almente de modo diversi ado
en tipos formalmente diferen iados. Este texto, empezado on motivo de mi interven ión en un urso de do to-
rado promovido en Cádiz por Julio Malo de Molina ( urso 1998-1999), expone on eptos y métodos intuidos y
desarrollados ini ialmente por Ri ardo Aro a en diversos ursos sobre riterios de diseño estru tural, enrique idos
por aporta iones muy diversas, entre las que deben itarse las tesis de José Luis de Miguel y José Luis Fernández
Cabo, dirigidas por el mismo autor.

Índi e General

1 Introdu ión. Signo y sentido estru tural. 2


1.1 Estru tura y forma. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
1.2 Teoría y ríti a estru tural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.3 Con eptos estru turales bási os . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

2 Cantidad de estru tura. Su valor en tipos estru turales bási os 8


2.1 Cantidad de estru tura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
2.2 Cantidad de estru tura de barras omprimidas o tra ionadas. . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
2.3 Cantidad de estru tura en vigas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
2.3.1 Cantidad de estru tura en ordones de vigas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
2.3.2 Cantidad de estru tura en el alma de vigas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
2.3.3 Cantidad de estru tura total en vigas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
2.4 Cantidad de estru tura en ar os funi ulares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
2.5 Cantidad de estru tura en otros tipos estru turales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
2.5.1 Cantidad de estru tura de er has radiales sobre apoyo ir unferen ial. . . . . . . . . . 15
2.5.2 Cantidad de estru tura de "Pla a" ir ular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
2.6 Resumen de valores de antidad de estru tura. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2.7 Esbeltez óptima. Expresión general de la antidad de estru tura. . . . . . . . . . . . . . . . . 18

3 Cantidad de estru tura y peso propio 19


3.1 Al an e o tamaño máximo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
1. Introdu ión. Signo y sentido estru tural. 2

3.2 Carga y peso propio. Fa tor de amplia ión de arga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

4 Cualidades geométri as: parámetros estru turales de la forma. 21

5 Algunas propiedades bási as de la antidad de estru tura 22


5.1 Cantidades de estru tura tra ionada y omprimida. Número de Maxwell . . . . . . . . . . . 23
5.1.1 Constan ia del número de Maxwell . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
5.2 Cantidad de estru tura horizontal y verti al. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
5.2.1 Cambios de forma y estru turas anes. Esbeltez óptima. . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
5.3 Cantidad de estru tura y rigidez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
5.3.1 Dimensionado regido por los requisitos de rigidez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30

6 Tipos estru turales de ubierta 31


6.1 Viga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
6.2 Emparrillado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
6.3 Ar os paralelos. Bóvedas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
6.4 Ar os ruzados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
6.5 Ar os radiales. Anillos y úpulas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
6.6 Cer has radiales. Solu iones híbridas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
6.7 Catenarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

7 Con lusiones 40

1 Introdu ión. Signo y sentido estru tural.

En el viejo dis urso teóri o estru turalista sobre la Arquite tura se ha e referen ia al doble papel de signo
y de signi ado de los elementos que omponen la obra arquite tóni a, y de ésta en su onjunto. Signo, en
tanto que aquello que es per ibido remite a un área de sentido determinado: el ontenido semánti o a que
alude di ho signo. Pero además de signo es asimismo signi ado, en uanto que el objeto per ibido es un
objeto dotado de sentido, al jugar un papel denido en la obra arquite tóni a misma, papel que onstituye
el ontenido semánti o propio de di ho objeto.
La estru tura portante de un edi io tiene un ontenido semánti o in ontrovertido: es la responsable abal de
que la rmitas se haga realidad, pero su papel omo signo puede ser menos evidente en la onfusión del n de
siglo, en la que el úni o valor triunfante, aunque sea en el efímero período de popularidad que nos orresponde
según Warhol, pare e residir en la e a ia mediáti a, en la apa idad de fo alizar la despreo upada aten ión
públi a en torno al propio espe tá ulo, dirigiéndola ha ia los objetivos publi itarios de inten ión omer ial
o políti a a que se destina di ho espe tá ulo. Y así es fá il interpretar la inten ión que subya e tras la
estru tura de edi ios emblema, omo el Guggenheim-Bilbao, en el que no se trata tanto o no sólo de
asegurar la rmeza de la propia obra, uanto de mostrar al mundo la apa idad de la industria vas a para
realizar ualquier objeto por ompli ado que sea y aquí podría re ordar la distin ión entre ompli ado y
1. Introdu ión. Signo y sentido estru tural. 3

omplejo que Saenz de Oiza ha empleado profusamente en su magisterio, y que nos ha enseñado a apre iar
lo omplejo a la par que a tratar de evitar lo ompli ado
Pero al pare er el dis urso teóri o, pese al a elerado ritmo on que destruye los valores a lamados ha e no
tanto tiempo, no renun ia nalmente de modo absoluto a lo que pare ería evidente desde la perplejidad
del no ini iado: el valor arquite tóni o puede estar íntimamente ligado a la apa idad autoreferen ial del
signo arquite tóni o, es de ir, a la apa idad del objeto omo signo de aludir a sí mismo omo signi ado,
o la apa idad de sus omponentes de aludir a sus propias ualidades, valor que un personaje tan po o
próximo al mismo, omo Peter Eisenmann, ha atribuido sin embargo a obras emblemáti as omo el Cristal
Pala e. Y según esta op ión le orrespondería a la estru tura no sólo la apa idad de asegurar la rmitas ,
sino la de signi arla, la de ha erla aparente al observador. La estru tura en tal aso aludiría a su propio
ontenido semánti o, sería signo de di ho sentido, y dado que lo que es per ibido omo signo es su forma,
o las onstri iones que su forma pueda imponer al resto del objeto arquite tóni o, habría de materializar
en di ha forma los omplejos ampos tensodeforma ionales on que se materializan los requisitos de rmeza
que asegura en el edi io.
La forma estru tural, pues, no sólo está en la base de la estabilidad de la obra, sino que alude a di ha
estabilidad, es signo de la misma. Así, la geometría on la que se ha e manifesta ión de estabilidad es
asimismo la que ha de materializar físi amente en sus fuerzas internas di ha estabilidad, si no estamos
o ultando y de orando la forma estru tural empleada. Dadas las restri iones derivadas de uestiones omo
la prote ión frente al fuego, et . ambas op iones son posibles, y su valor dependerá del resto de las op iones
del proye to en su onjunto.
Por ello resulta sugerente explorar tal apa idad autoreferen ial en la estru tura, y apoyar en esta explora ión
un dis urso que ontemple las rela iones entre forma y apa idad o e a ia estru tural, es de ir, que explore
las ualidades geométri as de la forma estru tural que están en la base de su e a ia omo objeto dotado de
sentido.
Di ha reexión no debería suponer una restri ión a la explora ión o innova ión formal arquite tóni a o
estru tural, en el modo que que toda ien ia ja a otando su ampo de aten ión, sino más bien un
a i ate para la explora ión, al fa ilitar a posteriori la apa idad de agrega ión o ombina ión de formas por
un mejor ono imiento de sus omportamientos.
Para esta reexión nos remitimos, pues, al sentido propio de las estru turas, su apa idad portante, y vamos
a emplear omo herramientas teóri as y ríti as las propias de este ampo teóri o-té ni o. Se des riben
ini ialmente en este apartado de forma genéri a las ditintas partes del dis urso que se detalla en apartados
siguientes, para permitir omprender las rela iones entre los mismos. Tras una breve reexión sobre las
rela iones entre forma y estru tura en la onstru ión lási a, y la nueva perspe tiva que el análisis de
estru turas aporta a di has rela iones, se pasa a des ribir las ualidades estru turales requeridas en general
en edi a ión, en la que los edi ios institu ionales onstituyen un aso parti ular. Se muestra la ne esidad
y la posibilidad de un lenguaje que permita omparar tipos estru turales diferen iados, y se eligen las
magnitudes apropiadas para ello. Se exploran posteriormente las impli a iones de tales on eptos en los
tipos estru turales formalmente más diversos, que son los tipos de ubierta.

1.1 Estru tura y forma.

Como hemos visto, la geometría estru tural puede jugar un doble papel. En los tipos onstru tivos lási os las
propiedades de semejanza aso iadas a las ondi iones de estabilidad y resisten ia, han permitido onstituir,
por repeti ión de solu iones orrespondientes a un mismo tipo, la a umula ión de imágenes orrespondientes
1. Introdu ión. Signo y sentido estru tural. 4

a solu iones semejantes. Y di ha a umula ión ha permitido rear una experien ia visual que aso ia la
estabilidad on iertas ongura iones y propor iones. La misma posibilidad de existen ia de las reglas
propor ionales que han sido on ebidas y utilizadas on rigor y on éxito en la onstru ión en la antigüedad
está en la base de la posibilidad de existen ia de una ultura per eptiva apli ada a la apre ia ión de la
estabilidad de las obras realizadas on di hos tipos onstru tivos. Con la apari ión, en el siglo XIX de
los materiales modernos ahora antigüos realmente, en tanto tienen más de un siglo de existen ia en sus
formas de empleo estándard desapare ió di ha rela ión entre forma y ondi ión de estabilidad, puesto que
los nuevos materiales daban origen a rela iones de propor ión radi almente diferentes a las apli ables on
los materiales pre edentes. Pero además on su empleo se ini ió el uso de herramientas matemáti as no
geométri as y de alto grado de abstra ión, poniendo en risis la idea misma de la posibilidad de apli ar
reglas de propor ión en su manipula ión. Y sin embargo, en los tipos estándares es fá il reparar en la
existen ia de propor iones estáti amente a eptables , omo puede omprobarse fá ilmente en la experien ia
per eptiva de las estru turas de piso de hormigón armado y forjados onven ionales.
Sin embargo, el mayor papel de los nuevos materiales puede atribuirse a la rea ión de tipos onstru tivos
y estru turales radi almente nuevos, omo las vigas trianguladas on el a ero, o las láminas en el aso
del hormigón, en los que la idea de propor ión quedó aparentemente erradi ada, reando una diso ia ión
generalizada entre los atributos arquite tóni os de forma y rmeza que habían estado anteriormente ligados.
Y sin embargo hoy es posible re onstruir una aso ia ión exa ta entre forma y estabilidad basta para ello
analizar el umplimiento de los requisitos estru turales de las formas en uestión, lo que puede ha erse para
todas ellas y de esa re onstru ión puede además obtenerse el sub onjunto de parámetros de la forma que
gobiernan di has ondi iones de estabilidad. De tal modo que empleando las apa idades teóri as y ríti as
que el análisis pone a nuestro al an e, pero apli ando nuevamente el énfasis en los atributos de la forma,
podría volver a aso iarse signo y sentido en las estru turas portantes que usamos en la arquite tura.

1.2 Teoría y ríti a estru tural

El objeto de la ríti a es explorar y prede ir la validez de la obra. Para ello analiza los modelos u objetos
que se presentan ante ella. La ríti a estru tural , a diferen ia de gran parte de los pro edimientos ríti os en
otros ámbitos de la arquite tura, goza de un grado de onsenso asi universal entre los espe ialistas en este
ámbito del ono imiento ientí o-té ni o. O lo que es igual, las arma iones que distintos miembros de este
ole tivo de espe ialistas podrían ha er sobre la ade ua ión de una estru tura on reta serían on ordantes
en gran parte de los asos no en todos. Hay múltiples modos de someter a ríti a un objeto desde la
perspe tiva de su omportamiento estru tural. Evidentemente es la experien ia el modo último de valida ión:
todo objeto termina siendo experimentado en la realidad. Pero la existen ia de una teoría que puede ser
onstrastada on la experien ia es la base del ono imiento ientí o, y en el aso de la me áni a estru tural,
se trata de una realidad on varios siglos de existen ia. De modo que la teoría permite prede ir en buena
medida y on muy alta abilidad las presta iones que abe esperar de un objeto ade uadamente representado
y analizado, y por ello es ahora el modo fundamental de ríti a empleado.
Ahora bien, la apa idad de análisis de la teoría sólo puede apli arse a objetos predenidos. Y tanto más
denido debe estar el objeto uanto más pre isión requiramos en la previsión teóri a. De tal modo que
para poder apli ar las apa idades ríti as de la teoría de análisis de estru tura hemos de tener previamente
predenida la estru tura. Cabe de ir que, para esta teoría, no son visibles los objetos estru turales que no
estén su ientemente o ompletamente denidos. De ello resulta que el pro eso de proye to de una estru tura
no puede es apar a las servidumbres de todo proye to, que exigen un pro eso de aproxima ión en i los en
los que las tomas de de isión po o o es asamente motivadas, o adoptadas ini ialmente en base a motiva iones
1. Introdu ión. Signo y sentido estru tural. 5

ajenas a la propia lógi a estru tural, son a menudo un ingrediente impres indible para el avan e. Pues en
mu has o asiones la úni a manera de avanzar es denir más el objeto aun uando las de isiones adoptadas
en di ha deni ión puedan ser erróneas, lo que sólo revelará el análisis posterior, que no puede ser realizado
si no han sido adoptadas di has de isiones. El análisis permitirá validarlas o re hazarlas, dando paso a una
fase de mayor ono imiento sobre el problema planteado.
De este modo el pro eso de análisis es poderoso, pero el pro eso de de isión previo se mantiene relativamente
iego, y lo es ahora en mayor grado que lo fué en la era de la propor ionalidad, al ha erse mu ho más
énfasis en las apa idades y métodos analíti os que en los pro esos de on ep ión previos. Sin embargo, si
se emplean las apa idades que ofre e el análisis a la explora ión de tipos estru turales alternativos y a la
ompara ión entre las respuestas que tales tipos ofre en a los problemas que deben resolver, pueden volver a
reformularse on ierta pre isión las rela iones entre forma y rmeza, que ono idas e interiorizadas permiten
mantener el ontrol sobre las exigen ias estru turales en todas las fases de diseño, in luso las muy tempranas.
Pues en efe to, en las fases ini iales de la on ep ión arquite tóni a, la herramienta entral de explora ión y
modelado es la geometría, de modo que si las exigen ias estru turales quedan des ritas en lave geométri a
pueden ser ontrastadas en las ambigüas des rip iones preliminares de los objetos arquite tóni os, y de sus
omponentes estru turales.
Por lo tanto, mediante el análisis omparado del omportamiento estru tural de elementos de omplejidad
re iente trataremos de estable er on rigor los aspe tos parámetros de la forma de mayor relevan ia en
el omportamiento de la estru tura.
Para ello es impres indible el empleo del on epto de e a ia . En efe to, distintas solu iones estru turales a
un mismo problema habrán de resolver en modo omparable las restri iones estru turales impuestas las
restri iones de resisten ia , rigidez y estabilidad  por lo que abe de ir que desde la perspe tiva propia de
la rmitas habrían de ser idénti as. O de lo ontrario no se trataría de omparar entre distintas solu iones
estru turales omo alternativas posibles a un mismo problema, sino que las solu iones aportadas a di ho
problema serían de muy diferente alidad, de modo que la pura apa idad o in apa idad de respetar los
requisitos estable idos sería la que de antaría la de isión. Si, sin embargo, onsideramos que hay solu iones
posibles alternativas es porque todas ellas son apa es de umplir los requisitos estru turales en igual medida,
on igual seguridad.
Por lo tanto la ompara ión entre éstas debe in orporar un on epto adi ional, que es, omo ya hemos di ho,
el de la e a ia on la que son apa es de umplir tales requisitos. Di ho on epto podrá además integrar
en sí a las estru turas in apa es de respetar los requisitos estru turales, pues bastará asignar a éstas una
e a ia nula, de modo que el análisis omparado puede apli arse a la totalidad de las estru turas on ebibles,
sean o no solu ión al problema planteado. El análisis omparado en términos de e a ia permite sele ionar
de entre las solu iones disponibles las mejor adaptadas para resolver el problema propuesto, y determinar
en ellas, nalmente, los aspe tos de la forma que omparten o que las diferen ian.
Ello permitirá expresar, nalmente, la e a ia en términos de los parámetros de forma que hayamos podido
aislar, lo que permitirá umplir el objetivo propuesto, a saber, ontrolar la inuen ia que las de isiones
formales adoptadas omportan sobre el omportamiento y la idoneidad de la estru tura que se proye ta.
Hay mu has medidas posibles de la e a ia estru tural habiendo sido una de las más empleadas la rela ión
entre la arga soportada y el peso propio. Uno de los problemas bási os de tales medidas está en que los pesos
in orporan las de isiones sobre materiales, de modo que los aspe tos derivados de la forma pura no apare en
totalmente diferen iados de los aso iados a las ualidades de los materiales empleados. Por otro lado en
di ha medida no queda denido de modo explí ito la di ultad intrínse a del problema estru tural, ha iendo
que solu iones de idénti a alidad puedan tener rela iones arga/peso diferentes debido a que los problemas
1. Introdu ión. Signo y sentido estru tural. 6

que a ometen son de magnitud diferente. Por ello se pre isa el empleo de una medida más rigurosa, más
matizada, que detallaremos más adelante. Antes vamos a re ordar, en un rápido repaso, las herramientas
teóri as de que disponemos.

1.3 Con eptos estru turales bási os

Las estru turas se destinan, omo es su ientemente ono ido por lo que no me extenderé en ello, a asegurar
la superviven ia de los edi ios frente a las a iones me áni as derivadas de la gravedad, los meteoros en
el sentido lási o de fenómenos que a onte en en la esfera sublunar las modi a iones de geometría o de las
ualidades de los materiales a orto o largo plazo por razones variadas térmi as, reológi as o higros ópi as,
orrosión, et . El papel de la estru tura en el aspe to me áni o onsiste en one tar las a iones entre
sí, y on las rea iones del terreno, a la vez que dotar al edi io de la apa idad pasiva en general de
soportarlas.
Al estar sometidos a di has a iones, los materiales que forman la estru tura se ven sometidos a esfuerzos
internos y deforma iones. Cada punto o región material que podamos aislar para su análisis estará en
ada instante sometido a un estado de esfuerzo y deforma ión. Tales estados están íntimamente ligados
entre sí mediante lo que denominamos en una transposi ión asi dire ta de su título inglés rela iones
onstitutivas o rela iones materiales. Éstas no son más que la expresión teóri a de las ualidades elasto-
plásti as del material onsiderado, y denen todas las ombina iones de esfuerzo-deforma ión que pueden
onsiderarse posibles en el material.
Puede armarse de una estru tura en la que se des ribe un ampo de estados de esfuerzo-deforma ión que
umple di has rela iones que el estado tensodeforma ional orrespondiente es un estado materialmente
admisible.
Los esfuerzos internos estable en el equilibrio entre argas y rea iones, y onstituyen un ampo en equili-
brio, o estáti amente admisible veri able en ualquier región de la estru tura.
Las deforma iones provo an desplazamientos o movimientos generalizados en todos los puntos de la es-
tru tura, y denen en ella un ampo de desplazamientos ompatible, o inemáti amente admisible.
En la des rip ión del estado ompleto de la estru tura material, estáti o y inemáti o se emplean
usualmente on eptos agregados de esfuerzo o deforma ión útiles en ada tipo de elemento estru tural

 tensores de tensión y de deforma ión para la des rip ión del estado de puntos de la estru tura

 resultantes de esfuerzo normal y de dilata ión unitaria para la des rip ión de se iones rebanadas 
de barras sometidas a fuerzas axiales

 resultantes de momento y urvatura para se iones rebanadas  de barras soli itadas por esfuerzos
de exión

 resultantes de ortadura, y distorsión deben a ompañar a las anteriores

 tensores de esfuerzo normal y tangen ial y deforma iones aso iadas de dilata ión y distorsión, o-
rrespondientes a los estados planos de tensión y deforma ión en ada punto del plano medio de una
super ie estru tural on omportamiento de membrana

 tensores de momento e tor y de urvatura asignados a ada punto del plano medio de una super ie
estru tural on exiones, omo las pla as.
1. Introdu ión. Signo y sentido estru tural. 7

En la lista anterior, que in luye la mayoría de las representa iones de esfuerzos y deforma iones empleadas,
aun uando no es exhaustiva, a ada término de esfuerzo le orresponde su dual de deforma ión, es de ir,
la deforma ión aso iada en el sentido energéti o, la que debe onsiderarse onjuntamente on di ho esfuerzo
en la ontabilidad del trabajo de deforma ión.
Es de gran utilidad en la teoría el empleo de los on eptos de energía poten ial, trabajo me áni o, et .
y entre éstos el de trabajo de deforma ión, obtenido integrando en el pro eso de arga de la estru tura
el trabajo realizado por los esfuerzos internos al deformar la estru tura. Pues en efe to, uno de los teoremas
bási os de la teoría, el prin ipio de los trabajos virtuales, permite omprobar la admisibilidad estáti a
o inemáti a de ualquier estado al estable er que es nulo el trabajo realizado por un estado de argas-
esfuerzos estáti amente admisible en el movimiento denido por un estado de desplazamientos-deforma iones
ompatible o más sintéti amente, al armar que el produ to es alar entre ambos estados se anula
El análisis de estru turas onsiste en determinar los estados de esfuerzo y deforma ión representativos de
aquellos a los que pueden verse sometidos las estru turas analizadas a lo largo de su vida útil, y asegurar que
respetan las limita iones impuestas. Se estudian usualmente, para ada aso de arga posible, los estados
que umplen simultáneamente las tres ondi iones de admisibilidad estáti a, inemáti a, y material. Es
de ir, el análisis determina para ada aso de arga el estado que veri a simultáneamente los tres grupos
de e ua iones denidos por di has ondi iones. Y ello es así inevitablemente en la mayor parte de los
asos, que orresponden a estru turas hiperestáti as, dado que en éstas es sólo el umplimiento de las tres
ondi iones simultáneas el que determina unívo amente el estado de la estru tura, tanto si se analiza ésta
elásti amente análisis elásti o, omo si se trata de determinar la ongura ión y arga de olapso
análisis límite o en las situa iones en las que se analiza la historia de la respuesta elastoplásti a de la
estru tura a las a iones impuestas. Y aunque en estru turas isostáti as basta el onjunto de ondi iones
de equilibrio para determinar unívo amente el estado de la estru tura, sin embargo la informa ión ne esaria
para la a epta ión de di ho estado exige igualmente el ono imiento de sus movimiento así omo el de los
estados tensodeforma ionales de los materiales que la omponen, ono imientos ambos impres indibles para
erti ar la validez de la solu ión obtenida.
Para asegurar la superviven ia de las estru tura, los esfuerzos (o las deforma iones internas) deben estar
limitados  riterio de resisten ia y para asegurar la ompatibilidad on el uso a que se destina, los
movimientos han de estar limitados  riterio de rigidez.
La tarea del proye tista de estru turas es asegurar que se respetan los requisitos estru turales, que
in luyen las anteriores limita iones, y que ello es posible a un oste limitado, lo que puede onsiderarse un
requisito adi ional, aunque de orden muy diferente.
Aunque la generalidad de los anteriores on eptos permite dar uenta de la manera de enfrentarse al análisis
de estru turas muy diversas, pues son apli ables a tipos ualesquiera de estru turas, no son sin embargo
apropiados para la ompara ión de la e a ia estru tural en tipos diversos que umplan los requisitos on
igual grado de exigen ia, por lo que se omprende la ne esidad de emplear nuevos on eptos agregados
apa es de omparar estru turas diferentes que resuelven problemas idénti os o pare idos. Para ello, y omo
ya hemos visto, las magnitudes de volumen o de peso de la estru tura tienen una ierta utilidad, pero
al depender de los materiales empleados no son su ientemente ade uadas. Por las razones ya apuntadas
vamos a emplear una nueva magnitud que des ribimos a ontinua ión, denominada, siguiendo a Ri ardo
Aro a, antidad de estru tura, y que será la que se empleará omo base de ompara ión entre estru turas
distintas.
2. Cantidad de estru tura. Su valor en tipos estru turales bási os 8

2 Cantidad de estru tura. Su valor en tipos estru turales bási os

2.1 Cantidad de estru tura

Se dene di ha magnitud en estru turas formadas por barras sometidas a esfuerzos axiales, de sólo ompresión
o tra ión, por la integral extendida a toda la estru tura del valor absoluto del esfuerzo de la barra por el
elemento diferen ial de longitud
Z
W = jN j dl:

Di ha magnitud es propor ional al volumen y al peso de la estru tura si el uso del material es estri to, es
de ir, si en toda se ión la tensión de trabajo del material es la misma, usualmente la tensión admisible,
dado que en tal aso el esfuerzo normal es propor ional al área, que por las longitudes dará el volumen, que
por el peso espe í o dará el peso total. Se di e en tal aso que se trata de una estru tura estri ta.
Z Z
 
W = A dl =  A dl = V = V = P:
 
Debe señalarse aquí que la ley lo al de W , su distribu ión a lo largo de la pieza o la esru tura la derivada
de W respe to de la longitud, que no es más que el valor absoluto del esfuerzo axil sigue, si la estru tura
es estri ta, la ley denida por las áreas de la solu ión estru tural, ley a la que podemos llamar ley de
dimensionado , empleando una de las dimensiones omo base del dimensionado de la solu ión. Dada la
estru tura, y el problema estru tural que resuelve, el dimensionado sería di ha dimensión de referen ia, y
la ley de dimensionado , una fun ión de forma que des ribe la propor ión entre la dimensión en ada punto
y di ha dimensión de referen ia, ley de forma que será idénti a para dimensionados propor ionales omo
podrían ser los derivados de argas propor ionales en aso de no alterarse los sobredimensionados por razón
del pandeo en barras omprimidas.
Volviendo a la antidad de estru tura, vemos que siendo propor ional al volumen o al peso de la estru tura,
es sin embargo una magnitud mu ho más ade uada, pues no está ligada a ualidades del material utilizado,
sino sólo a ara terísti as de la solu ión estru tural empleada. La magnitud tiene unidades de trabajo, y
podría interpretarse omo el trabajo que habrían de realizar las argas para trasladarse hasta las posi iones
donde se equilibran on las rea iones, siguiendo las líneas de fuerza que materializa la estru tura, aunque
de he ho no se de físi amente tal traslado. Si el uso del material no es estri to, o más sen illamente si la
estru tura no es estri ta, la antidad de estru tura permite obtener otas inferiores al volumen y al peso de
la estru tura, dado que en las se iones en que la tensión sea menor que la admisible se tendrán se iones
mayores que las estri tas.
En estru turas de omportamiento no uniaxial, puede pensarse en su asimila ión a sus análogas axiales, omo
serían las vigas trianguladas de ordones y diagonales para las vigas de se ión ontinua; la enorme utilidad
de las on lusiones al anzables on el on epto así lo autoriza, extendiendo así el empleo del on epto a estos
tipos estru turales.
Vemos ahora algunas estima iones de las antidades de estru tura en tipos estru turales bási os. Dada la
deni ión de la magnitud, sólo se están onsiderando en la explora ión de los tipos estru turales orrespon-
dientes las ne esidades derivadas del riterio de resisten ia. Es de ir que estaremos hablando de argas, leyes
de momento o ortante pre isas para el equilibrio, et ., sin onsidera ión por el momento de las uestiones
de rigidez o estabilidad, que se tratan más adelante.
2. Cantidad de estru tura. Su valor en tipos estru turales bási os 9

2.2 Cantidad de estru tura de barras omprimidas o tra ionadas.

De la deni ión de la magnitud resulta evidente que ésta es, en barras omprimidas o tra ionadas, igual
al valor absoluto del esfuerzo de tra ión o ompresión por la longitud de la barra a lo largo de la que el
esfuerzo se mantiene onstante.

W = jN jl
La sen illez de la expresión es válida sólo en la medida en que le orresponde una sen illez análoga en el
diseño de la barra, de se ión onstante. No se onsideran aquí las ne esidades de rigidez en el aso de la
ompresión, de ara a ombatir el pandeo, o las pe uliaridades de la realiza ión de los nudos on que se
enlazan las piezas on otras, que pueden suponer restri iones adi ionales omo uando, en iertos asos de
piezas tra ionadas, la unión tiene menor resisten ia que la se ión de base que enlaza.

2.3 Cantidad de estru tura en vigas

Al analizar la antidad de estru tura en vigas debe ha erse men ión al riterio elegido para denir éstas,
entendiendo que, omo primera aproxima ión, onsideraremos bajo esta denomina ión sólo a las piezas de
anto onstante.
Aun on di ha restri ión, el riterio on el que se diseñe la se ión de la viga a lo largo de la dire triz es
bási o en lo que sigue, existiendo en prin ipio tres riterios usuales diferen iados, a saber:

 Diseño espe ializado y separado de ordones y del alma que une éstos. Es el úni o aso en que pueden
obtenerse solu iones estri tas de modo general, onstituyendo, por tanto, el aso paradigmáti o de la
teoría de diseño. Correspondería al aso de piezas trianguladas o, en menor medida, al diseño de vigas
armadas de hapa. Las de isiones de diseño sobre anto, espesor o se ión de las alas, y espesor del
alma son independientes.

 Diseño simultáneo de las alas y el alma, mediante la ele ión de un tipo bási o de se ión en el
que las rela iones entre éstas son jas, aun uando puedan elegirse separadamente las dimensiones
verti al y horizontal  anto y an ho o espesor de la pieza. El aso paradigmáti o es el de las
piezas realizadas on se iones homotéti as, omo las re tangulares, en las que pueden, sin embargo,
sele ionarse separadamente las dos dimensiones del re tángulo. También orrespondería en alguna
medida al diseño on perles laminados en a ero si se onsideran las posibilidades de elegir piezas no
sólo en una de las posibles gamas sino en todas ellas, unido a la posibilidad de adosar lateralmente
varias de esas piezas on igual anto para obtener an huras variables. Las de isiones sobre anto y
espesor son independientes, pero están ligadas las de isiones sobre espesor de las alas y del alma.

 Diseño regido por la sele ión de una se ión de entre una serie monótona de ellas, omo por ejemplo,
al elegir entre se iones propor ionales de ualquier tipo, o en una de las series estandard de perles
onsiderada aisladamente. En este aso la de isión sobre anto está ligada a las de isione sobre espesor
de alas y espesor de alma.

Aunque los tres asos son de interés, en lo que sigue se analiza sólo el primero de ellos, dado que un objetivo
de este texto es al anzar una visión ole tiva de las solu iones alternativas a formas de ubierta, en las que
di ho primer aso es de espe ial relevan ia.
2. Cantidad de estru tura. Su valor en tipos estru turales bási os 10

2.3.1 Cantidad de estru tura en ordones de vigas


Dado que el esfuerzo de ada ordón no es más que el momento e tor partido por el brazo, la antidad
de estru tura dispuesta en los ordones de un elemento de viga será igual a dos ve es el valor del momento
partido por el brazo multipli ado por el elemento de longitud, o lo que es lo mismo, si el brazo es onstante,
la antidad de estru tura en ordones será igual al doble del área de la grá a de momentos resistida por la
viga partido por el brazo. Debemos distinguir entre momento soli ita ión y momento resistido. La antidad
de estru tura estri ta estará aso iada a la grá a de momentos soli ita ión, mientras que el onsumo real de
material de estru tura en la viga estará aso iada a la grá a de momentos resistida efe tivamente por
ada se ión de ésta. Podemos emplear en ambos asos el término de antidad de estru tura orrespondiente
a las solu iones de se ión estri ta o la real, a n de no añadir omplejidad terminológi a. Pero evitaremos la
onfusión entendiendo que el término se apli a en su a ep ión pura y rigurosa ex lusivamente a estru turas
diseñadas de forma estri ta, mientras que en estru turas diseñadas on otros riterios el término se apli a de
modo informal -y sin mayor pretensión teóri a que el de dar una medida que mantenga en rela ión on la
antidad de estru tura estri ta la misma propor ión que la que mantiene el peso de la estru tura onsiderada
on el peso de la orrespondiente estru tura estri ta de igual material- La antidad de estru tura aso iada de
di ho modo informal a una estru tura real orrespondería en puridad a la antidad de estru tura de aquella
que se diseñase para resistir la ley de esfuerzos que resiste di ha estru tura efe tivamente. En todo aso solo
usaremos di ho modo informal de empleo del término en asos de ompara ión on solu iones estri tas, de
modo que el ontexto evitará la onfusión.
Por lo tanto la antidad de estru tura de ordones de vigas es:
Z Z
WM = jN j dl = 2
jM j dl = 2 M~
z z
denotando on M~ al área de la grá a de momentos.

Figura 1: Grá a de momentos y antidad de estru tura en ordones.

Es fá il obtener informa ión relevante de esta magnitud, puesto que el área de la grá a de momentos resistida
por la viga es muy fá ilmente determinable a partir de la luz de la viga, del momento isostáti o para el que
ésta se diseña, y de las ara terísti as de su diseño, omo son fundamentalmente las ondi iones de extremo
y el dimensionado, ya sea onstante o estri to, adoptado para sus ordones. Puede así estable erse el área
en propor ión a la del re tángulo formado por el isostáti o y la luz, onsiderando en lo su esivo este área
re tangular omo área de referen ia. Y por tanto puede evaluarse la antidad de estru tura basándose en el
área de referen ia multipli ada por la fra ión que respe to de la misma supone la resistida por la viga de la
solu ión onsiderada. Tenemos así una propor ión entre la antidad de estru tura de ualquier solu ión, y la
de la viga isostáti a de ordones onstantes de igual momento isostáti o y anto, determinada dire tamente
por la fra ión entre las respe tivas áreas de momento resisitidas por ambas solu iones.
Algunos asos de di ha fra ión para argas puntuales en el entro, uniformemente repartidas, o doblemente
triangulares on valor nulo en el entro y máximo en los apoyos se anotan en la tabla siguiente. Se in luyen
2. Cantidad de estru tura. Su valor en tipos estru turales bási os 11

en ella igualmente los orrespondientes valores de momentos negativos de extremo en los asos empotrados,
en rela ión al isostáti o, M
MI .

Tipo de viga y arga puntual uniforme bitriangular


Fra ión del re tángulo MI l
Viga onstante doblemente apoyada 1 1 1
Viga estri ta doblemente apoyada 0,5 0,666 0,75
Viga onstante doblemente empotrada 0,5 0,666 0,75
Viga estri ta doblemente empotrada 0,25 0,25 0,21875
Fra ión del momento negativo al isostáti o
Viga onstante doblemente empotrada 0,5 0,666 0,75
Viga estri ta doblemente empotrada 0,5 0,75 0,875

Puesto que el área re tangular de referen ia es el momento isostáti o por la luz, vemos que también puede
evaluarse la antidad de estru tura en ordones omo dos ve es el produ to del momento isostáti o por la
esbeltez de la pieza y por la fra ión del área de referen ia que es efe tivamente resistida por la viga.

M~ MI l
WM =2 =2 =2 MI 
z z
La importan ia de esta expresión es que ofre e una posibilidad inmediata de interpreta ión en fun ión de
ualidades del problema y del diseño adoptado, omo son el momento isostáti o la esbeltez y las ondi iones
de extremo y de diseño de los ordones.

2.3.2 Cantidad de estru tura en el alma de vigas


Puede mostrarse on fa ilidad que ésta es igual a dos ve es el área de ortantes efe tivamente resistida por
la viga en los asos de alma llena y triangula iones a 45Æ , multipli ada por un fa tor de ine a ia que es
mayor que 1 en triangula iones on otros ángulos.

Z Z
T 2 T
WT = dl = dl
sin os
sin 2

WT > 2T~

Figura 2: Cantidad de estru tura en triangula ión.

Podemos ver que el área de ortantes en solu iones simétri as es dos ve es el momento isostáti o. Pues en
efe to la integral del ortante entre el punto de ortante nulo y el apoyo en tales solu iones es el momento
isostáti o, al ser la diferen ia de momentos entre vano y apoyo. Di ha integral es también la mitad del área
de ortantes, por lo que resultará que
WT > 4MI
2. Cantidad de estru tura. Su valor en tipos estru turales bási os 12

El signo de desigualdad da uenta del fa tor de ine a ia en tringula iones diferentes de 45Æ así omo del
he ho de que el dimensionado puede no ser estri to. Algunos de estos fa tores de ine a ia son fá iles de
dedu ir, omo los sobre ostes de empleo del dimensionado onstante frente a estri to, sin más que omparar
las respe tivas áreas de ortante efe tivamente resistidas. En el aso de triangula iones no óptimas, o de
ángulos diferentes según familias de diagonales o montantes, basta ha er la suma de ada familia, resultando
los sobre ostes de la tabla siguiente.

Tipo de alma fa tor de sobre oste


Alma ontinua o a 45Æ estri ta 1
Alma onstante ( arga puntual) 1
Alma onstante ( arga uniforme) 2
Alma onstante ( arga bitriangular) 3
Solu iones a 30Æ o 60Æ 1,155
Solu iones a 45Æ y 90Æ (viga pratt) 1,5

Los sobre ostes por ine a ia en el ángulo deben multipli arse por los derivados de sobredimensionar el alma
respe to de la estri tamente ne esaria para la ley de ortantes existente uando se dan simultáneamente
ambas ir unstan ias.

2.3.3 Cantidad de estru tura total en vigas


Si sumamos las antidades de estru tura en ordones y triangula ión tendremos expresiones que agrupan las
áreas de momentos y las de ortantes. La expresión denitiva es del tipo

Wv > 2 MI  + 4 MI

2
Wv > 2MI  1 +


Puede observarse que el término onstante dependiente del ortante puede ser de muy baja importan ia en
los asos de esbelte es usuales en edi a ión. La antidad de estru tura puede es ribirse en términos de la
arga total, y por ejemplo, para arga uniforme, on MI = ql2 =8 = Ql=8, resulta de la forma
 

2
Wv > Ql 1+
4 

2.4 Cantidad de estru tura en ar os funi ulares

Para poder omparar solu iones onsideramos ahora el aso de ar os en los que el empuje se resuelve ati-
rantando, y en los que las argas se sitúan en la línea horizontal denida por el tirante, olgándose del ar o
mediante péndolas verti ales. Suponemos el trazado del ar o igual al antifuni ular de las argas, on apoyo
en la misma ota verti al que éstas. En este aso la antidad de estru tura es la orrespondiente a la suma
de las del tirante las péndolas y el ar o. La del tirante no es más que el empuje por la luz del ar o. La de
las péndolas no es más que la ne esaria para olgar la arga del ar o. Puede demostrarse, y lo veremos más
adelante, que la antidad de estru tura del ar o es idénti a a la suma de las anteriores, tirante más péndolas,
por lo que su valor total sería fá il de uanti ar.
2. Cantidad de estru tura. Su valor en tipos estru turales bási os 13

Vamos a omprobar de todos modos la antidad de estru tura que resulta en el ar o, onsiderando que el
esfuerzo y el elemento de longitud son olineales:
Z Z
Wa = N~  d~s = H dx + T dz )
(

Como la omponente horizontal H es onstante, puede integrarse el primer sumando. Para el segundo
empleamos la integra ión por partes, y el he ho de que la derivada de los ortantes globales son las argas
Z Z
dT
Wa = Hl z dx = Hl + pz dx
dx
En la integra ión por partes se ha empleado el he ho de integrar entre dos puntos que tienen, bien ortante
ero el eje de simetría de la estru tura bien ota verti al ero los apoyos del ar o, de modo que el
resultado onrma la arma ión: la antidad de estru tura del ar o es igual a la del tirante Hl más la de las
péndolas, medida por el segundo sumando.
Veamos pues el valor que resulta para el onjunto ompleto;

 Z   Z   Z 
dT dz
WA = 2 Hl + pz dx =2 Hl + z dx =2 Hl + T dx
dx dx
 Z  Z  2 !
T 1 T dx
WA = 2 Hl + T dx =2 0 Tl +
H T0 l

siendo el o iente T0 =H , es de ir la tangente del ángulo del ar o en su arranque. En la expresión puede


observarse que la antidad de estru tura tiene uatro partes, dos omprimidas, pro edentes del ál ulo del
ar o, y dos tra ionadas, pro edentes de tirante más péndolas. La antidad omprimida total iguala la
tra ionada total. Pero además, tanto la antidad omprimida omo la tra ionada tienen otras dos partes,
que pueden interpretarse omo antidad horizontal la aso iada a la omponente horizontal H del tirante
en éste, o ejer iendo su empuje a lo largo del ar o y verti al la orrespondiente a subir las argas desde
la línea entre apoyos al ar o a través de las péndolas y volver a bajarla a través del ar o Veremos que la
solu ión de mínima antidad de estru tura, la óptima, es la que resulta uando se igualan las antidades de
estru tura horizontal y verti al, quedando igualadas las uatro partes itadas.
Si por ejemplo onsideramos el aso de arga uniformemente repartida, T0 l = 4MI , = 4=, siendo  la
esbeltez del ar o. Asimismo, el multipli ando entre paréntesis de la dere ha, expresado en fun ión de la
esbeltez, resulta igual a (1=4 + 4=(32 )), de modo que para ese aso la antidad de estru tura total puede
expresarse en la forma
 
16
WAu = 2MI  1+

3 2

Un formato interesante para la anterior expresión se obtiene si se onsidera que la esbeltez óptima será aquella
para la que se anule la derivada de W respe to de la esbeltez, lo que es trivial al ser MI independiente de
ésta. Esto su ede en este aso uando o = p43 , on lo que resultará la expresión

 
2o
WA = 2MI  1+
2
2. Cantidad de estru tura. Su valor en tipos estru turales bási os 14

Figura 3: Ar o parabóli o para arga uniforme.

que puede demostrarse es de apli a ión ualquiera que sea la ley de argas onsiderada, y la orrespondiente
forma del ar o trazado. Basta expresar la omponente horizontal y la ota z del ar o en fun ión de la ley de
momentos M , el momento isostáti o MI , y el anto máximo del ar o h:

Z Z
M
WA = 2 dx + 2zp dx
Z
z Z
MI z hM
WA = 2 dx + 2 p dx
zh R
MI
lMp dx
WA = 2MI  + 2
R
MI 
 
lMp dx
WA = 2MI  1 +
MI2 2

on óptimo para qR
lMp dx
o =
MI
lo que prueba la expresión.
El interés de ésta onsiste en que en situa iones de simetría, el momento isostáti o es igual a la rea ión la
mitad de la arga multipli ada por la distan ia de la resultante de la arga en media viga al apoyo, que es
una fra ión  de la luz jada por el tipo de arga, on lo que resulta omo expresión para la antidad de la
estru tura la siguiente:
 
2
WA = Ql 1 + o2


expresión que tiene una altísima expresividad . Re ordemos que  vale 1=2 on argas puntuales, 1=4 on
arga uniforme, y 1=6 on arga bitriangular.

2.5 Cantidad de estru tura en otros tipos estru turales

Puede ha erse un re orrido más extenso por otros tipos estru turales, en parti ular los que orresponden a
solu iones super iales, omo pla as o láminas. Para ello bastará estudiar, omo en los asos anteriores, las
sumas de las antidades de estru tura de sus distintos elementos.
2. Cantidad de estru tura. Su valor en tipos estru turales bási os 15

De entre tales tipos son de interés los que tienen apoyo sobre el perímetro de un re into, omo las pla as o
las familias de vigas ruzadas, o radiales, que frente a las vigas o ar os olo ados paralelamente suponen una
solu ión diferente desde la perspe tiva de las ualidades del apoyo, y podrían igualmente ser onsideradas
diferentes en algunos asos desde la perspe tiva del omportamiento estru tural, al in luir asos de exión
bidire ional frente a la exión unidire ional de las vigas.
A título de ejemplo onsideraremos sólo dos asos parti ulares, a saber, la solu ión de vigas radiales de
anto onstante para resolver la ubierta de un re into de ontorno ir ular, y la solu ión para el mismo
problema mediante un onjunto de vigas radiales y ir unferen iales que puedan onsiderarse equivalentes
a una solu ión de pla a de dimensionado estri to, ha ia donde apunta la solu ión del velódromo de Berlín.
Analizaremos ambos asos para arga uniforme por unidad de super ie.

2.5.1 Cantidad de estru tura de er has radiales sobre apoyo ir unferen ial.
En este tipo, la arga apli ada a ada er ha es la de se tores de ír ulo, de modo que se trata de argas
triangulares de valor nulo en el entro, y máximo en el apoyo. De he ho las expresiones que hemos obtenido
para las vigas en general son de apli a ión sin más que onsiderar el aso de arga apropiado. Si suponemos
dimensionado estri to y triangula ión óptima,

M~
W =2 T
+2~ = 2 MI  + 4MI
z
Si referimos el problema a la unidad de longitud en el ontorno, resulta que la rea ión es la arga lineal
unitaria máxima multipli ada por la luz y dividida por 4; la resultante de la arga está olo ada a una
distan ia del apoyo equivalente a un sexto de la luz, de modo que el máximo momento es ql2 =24 frente al
ql2 =8 de las vigas paralelas on ley de momentos de ter er grado. El fa tor es, pues, 3=4. Por unidad de
longitud del ontorno el ahorro del dimensionado estri to frente al dimensionado onstante de los ordones
es de 1=4. Para el dimensionado de la triangula ión la arga triangular supone una rea ión igual a la arga
lineal máxima multipli ada por un uarto de la luz, y la ley de ortantes parabóli a supone un área estri ta
igual al ter io de la orrespondiente al dimensionado onstante.
Resultan pues, para dimensionado onstante, y llamando Q a la arga total sobre ada er ha:

ql2 1
WM =2  = Ql
24 6
ql
WT = 2 l = Ql
4

Los ahorros sobre estas antidades orrespondientes al dimensionado estri to son de 1/4 en ordones y 2/3
en la triangula ión.
Si onsideramos el onjunto de er has que ubren todo el re into, a umularán en total una arga que ahora
es Q = R2 q que es la que podremos emplear en el ál ulo on las fórmulas pre edentes dado el ará ter
aditivo de la magnitud onsiderada y la igualdad en las expresiones para todas las er has de que se omponga
la estru tura ompleta.

2.5.2 Cantidad de estru tura de "Pla a" ir ular


El aso de la pla a mere e aten ión, pues se trata de una alternativa bidire ional a la red radial de er has.
onsideraremos aquí omo pla a una solu ión bidire ional triangulada, no ne esariamente isótropa (por
2. Cantidad de estru tura. Su valor en tipos estru turales bási os 16

diferen ia de dimensionado en dire iones ortogonales). Dada la simetría axial, se trata más bien de un
emparrillado de vigas radiales y ir unferen iales, en el que, al oin idir las dire iones prin ipales de rigidez
on las dire iones prin ipales de esfuerzos, el omportamiento es de pla a . Pero se trata de un problema
que, desde la perspe tiva del análisis es hiperestáti o, lo que exige para éste un dimensionado detallado.
Ahora bien, desde la perspe tiva del diseño los asos que son hiperestáti os para el análisis no suponen por
el ontrario mayor problema en ninguna de las ir unstan ias en que usualmente se presentan. Pues en
efe to, lo que estable e la teoría es que en las estru turas hiperestáti as deben umplirse simultáneamente
las ondi iones de equilibrio, las de ompatibilidad, y las que expresan las rela iones materiales, y esto puede
estable erse dire tamente en las restri iones del diseño que se adopta.
A tuamos, pues así. Para ello estable emos un sistema de esfuerzos en equilibrio entre sí y on las argas.
Estable emos además un dimensionado de la estru tura que, para este sistema de esfuerzos, haga que las
deforma iones resultantes de las ondi iones que regulan las rela iones entre deforma ión y esfuerzo 
rela iones onstitutivas de los materiales sean dire tamente ompatibles.
Elegimos omo sistema de esfuerzos equilibrados los que resultan de igualar todos los momentos e tores
ir unferen iales es de ir, exa tamente el sistema de esfuerzos que el modelo de pla as en rotura atribuye
a la pla a ir ular. Como rela iones onstitutivas empleamos las que ligan momentos on urvaturas y
ortantes on distorsiones, observando que los ortantes están sólo en las dire iones radiales y que la distor-
sión que les orresponde no afe ta a las longitudes de los ordones. Elegimos nalmente omo deforma ión
ompatible en ordones la que resulta de onsiderar las urvaturas de una deformada esféri a en toda la
super ie, lo que para anto onstante y deforma iones pequeñas provo ará urvaturas onstantes en todo
punto y dire ión, y por lo tanto momentos en las se iones en propor ión dire ta a las dimensiones estable-
idas en los ordones. Con estas ondi iones resultará que basta elegir una ley de momentos equilibrada a ser
resistida por las se iones, y dimensionar estri tamente éstas, para asegurar el equilibrio y la ompatibilidad
respetando las rela iones onstitutivas apli ables.
Resulta enton es que los ortantes son iguales a la arga del se tor esféri o que soportan y los momentos
ir unferen iales son iguales en toda se ión radial a ql2 =24. Los momentos radiales pueden determinarse a
partir de éstos y de los ortantes, resultando una ley parabóli a on máximo en el entro, que, expresada en
fun ión del diámetro  onsiderado queda de la forma
 2 !
ql2 
Mr = 1 :
24 l

Con todo ello podemos pro eder. Tendremos en primer lugar que la antidad de estru tura que resulta en
montantes y diagonales en la solu ión estri ta será la misma que la ya obtenida en el aso anterior, al tratarse
sólo de ortantes en la dire ión radial. En efe to, si el dimensionado es estri to, omo la ley de ortantes es

qr
T =
2

el doble del volumen de ortantes en toda la pla a será


Z
qr R3 1
WT =2 r dr = 2q
2 = Ql
2 3 3

La antidad de estru tura teóri a para dimensionado onstante  uando la densidad de barras del alma es
isótropa e igual a la requerida junto a los apoyos sería:
1
WT =2 R2 Tm = QR = Ql
2
2. Cantidad de estru tura. Su valor en tipos estru turales bási os 17

La antidad de estru tura en ordones resultará de la suma de la de los ordones radiales y la de los
ir unferen iales. Si empleamos la expresión de dos ve es el área de momentos dividida por el anto, extendida
a toda la super ie de la pla a, tendremos omo antidad de estru tura el produ to de dos ve es el volumen de
momentos dividido por el anto. La mejor manera de obtener éste es obtener el valor para momento onstante
para dimensionado onstante en ambas dire iones y restar la parte de volumen que orresponde a la
parte variable del momento radial.
El doble del volumen de ambos momentos dividido por z para dimensionado onstante es:
 
2 ql2 ll
WM = R2 2 = qR2
z 24 z6
1
WM = Ql:
6

El ahorro por dimensionado estri to para los momentos radiales es, en volumen de momentos, y referido al
momento máximo M
Z R  2 Z R   
 r 2 r dr R2
M~ ar = M r dr = MR2
2 2 = M :
0 l 0 R R R 2

Como puede verse equivale a la mitad del volumen orrespondiente a los momentos radiales si se utilizase
dimensionado onstante, y por tanto a la uarta parte del total del volumen de momentos. El ahorro
total respe to del volumen onsiderado on dimensionado onstante es pues de un uarto de la antidad de
estru tura total en ordones.
Puede verse que la solu ión estri ta es idénti a en antidad de estru tura a la de er has radiales, lo que tiene
una fá il expli a ión on on eptos que se muestran más adelante. La diferen ia total entre las solu iones de
er has radiales de dimensionado onstante y la distribuida de pla a, también on dimensionado onstante, es
en este aso debida sólo a la diferen ia de dimensionado en las triangula iones. Lo que su ede en éstas es que
al tratar de mantener las dimensiones onstantes resultan sobredimensionados mayores en el aso radial que
en el distribuido de pla a, pues en la solu ión radial las mismas barras tienen separa iones ir unferen iales
que disminuyen según nos a er amos al entro.

2.6 Resumen de valores de antidad de estru tura.

No vamos a seguir on más tipos, pues para omprender las ualidades de las solu iones obtenidas es pre iso
previamente revisar algunas de las propiedades fundamentales de la magnitud que estamos empleando, y las
rela iones que mantiene on otras magnitudes en las estru turas para las que se ha e mínima, que serían las
óptimas desde este punto de vista.
Por otro lado, para enun iar las prin ipales rela iones entre esta magnitud y las ualidades de la forma nos
basta por ahora on los asos anteriores, que habrá todavía que analizar on más detalle desde on eptos
propios de la forma misma.
In luimos en ualquier aso aquí una pequeña tabla resumen de valores obtenidos hasta el momento, y
apli ados ya a la ompara ión de solu iones estru turales. Por ello la tabla se apli a sólo a problemas de
arga omparable: a problemas de arga uniforme por unidad de super ie.
En todos los asos uni amos el formato a expresiones dependientes de la arga total Q, la luz l, y la esbeltez
.
2. Cantidad de estru tura. Su valor en tipos estru turales bási os 18

Tipo estru tural Dimensionado estri to



Dimensionado onstante

Viga doblemente empotrada Ql 12 + 12 Ql 6 + 1
Viga doblemente apoyada Ql 6 + 21  Ql  + 1
4
Ar o parabóli o Ql 4 + 34 
Ar o úbi o (ar os radiales) Ql 6 + 56 
Cer has radiales Ql 8 + 31  Ql 6 + 1 
Pla a ir ular Ql  + 1
8 3 Ql 6 + 21

2.7 Esbeltez óptima. Expresión general de la antidad de estru tura.

Hemos visto en los apartados pre edentes que la antidad de estru tura resultaba ser el produ to de la arga
total por la luz multipli ado por un término que en mu hos asos es igual a la suma de una onstante on
el produ to de la esbeltez por un número. En otros asos, la onstante que se suma está sustituida por el
produ to de un número on el inverso de la esbeltez.
Pueden expresarse todos los asos vistos en el formato
 
W > Ql  + i

siendo i ero o uno.
Si analizamos la expresión desde la perspe tiva del óptimo, omprobamos que el aso de i = 0 es teóri-
amente insatisfa torio: la esbeltez óptima resultaría la menor posible o la estru tura óptima la de anto
mayor posibletendiendo éste, por tanto al innito. Pero on ese anto es irrealizable la triangula ión a
45Æ . Igualmente puede de irse que el alma de la viga de alma llena resultaría de espesor nulo. Para muy
bajas esbelte es el anto debe resultar gravoso para la antidad de estru tura, y podemos onsiderar que el
orrespondiente término suponga ostes propor ionales al anto mismo para una luz dada por ejemplo por
razón de la ne esidad de un espesor mínimo, y por lo tanto inversamente propor ionales a la esbeltez, omo
resulta en el aso de los ar os analizados. En este aso en la forma general debería ser i = 1, de la que puede
dedu irse la siguiente expresión
 
W > Ql 1+
2
Ahora bien, es fá il ver que ésta última puede ser es rita en fun ión de la esbeltez para la que resultaría
óptima la estru tura para la que la antidad de estru tura al anzaría un mínimo, pues si en la antidad
de estru tura suponemos arga y luz onstantes y se varía la esbeltez el mínimo se dará para el aso en que
la derivada respe to de ésta se anule, lo que su ede uando = 2o . De este modo
 
2
W > Ql 1 + o2 = Ql


La última forma de la expresión es de apli a ión, oaun siendo fun ión de , si se onsidera que en los
asos más usuales la esbeltez real será alta en ompara ión on la óptima, y el término que disminuye on
la esbeltez resultará pequeño despre iable in luso a ve es en ompara ión on el otro.
Podría onsiderarse una forma algo más ompleja si se ompleta el polinomio entre paréntesis on el término
del grado que falta, que por suponer onsumo onstante e independiente de la esbeltez no afe taría al
3. Cantidad de estru tura y peso propio 19

óptimo obteniendo la forma más general


 
2o
W > Ql 1+ + = Ql
 2

3 Cantidad de estru tura y peso propio

Vimos que la antidad de estru tura podía ponerse en rela ión on el volumen y on el peso de la estru tura
sin más que onsiderar las propiedades pertinentes del material empleado:


P = W

Además hemos visto que la expresión es del tipo

W = Ql

on onstante en algún aso espe ial por ejemplo si se onsideran sólo los ordones de solu iones de
anto onstante pero en general fun ión de , aunque dependiente sólo muy levemente de ella en los asos
de esbeltez alta.
Consideraremos ahora las rela iones posibles entre la arga total Q y el peso propio P . El aso de referen ia
más sen illo onsiste en suponer que la forma on que ambas argas se distribuyen es análoga, es de ir que
en todo aso la arga total y el peso mantienen a lo largo de la luz de la estru tura la misma propor ión,
por lo que supondremos a partir de aquí que tal analogía de forma es aproximadamente ierta.

3.1 Al an e o tamaño máximo.

Supongamos que tratamos de una solu ión teóri a en la que la totalidad de la arga es peso propio, y
no se admite más arga, por lo que la estru tura está en el límite de resisten ia sometida sólo a su peso
propio trataremos más tarde el problema del límite de rigidez. En este aso tendremos que la antidad
de estru tura determina la arga totalmente. Supongamos para simpli ar, además, que la estru tura es
estri ta, es de ir, que todo el material se emplea en su máxima tensión. En este aso el peso de la estru tura,
que es la arga total, es la antidad de estru tura por el peso espe í o y dividido por la tensión de servi io.


W = P L = W L

por lo que eliminando W y despejando la luz L a la que orresponde di ha situa ión tenemos
1 
L=
 
Cualidad importante de la expresión es que di ho tamaño es independiente de las dimensiones de las se iones
de la pieza: vale para ualquier W o ualquier P es independiente de W y de P , es independiente, por
tanto del propio peso de la estru tura onsiderada y por ende vale ualquiera que sea el área bási a de la
ley de dimensionado elegida. El primer resultado es que el al an e de la estru tura es independiente de su
dimensionado .
3. Cantidad de estru tura y peso propio 20

Es fá il omprender esto, ya que si suponemos que una ierta estru tura dimensionada estri tamente  on
todas sus se iones sometidas a la máxima tensión admisible está en su límite de resisten ia sólo on su peso,
aumentar todas las se iones propor ionalmente manteniendo por tanto la misma ley de dimensionado
ha e aumentar en la misma forma peso y resisten ia, por lo que la estru tura sigue estando en el límite de
resisten ia. De este modo el tamaño máximo que puede al anzar no depende del dimensionado mismo.
Puede omprenderse además que si ambiásemos la resisten ia del material, disminuyéndola por ejemplo a
una fra ión  de la ini ial, la luz al anzable sería sólo esa misma fra ión  de la luz anterior L. Por la
misma razón es fá il ver que la fra ión de la tensión que orresponderá al peso propio en una estru tura
de luz l = L es pre isamente p =  , quedando el resto de la tensión disponible para resistir argas
adi ionales.
De este modo el problema del peso propio puede tratarse geométri amente omo un problema de tamaño.
En di ho problema, al anzado un tamaño límite , o al an e , la tensión del material se destina sólo a soportar
el propio peso, siendo inviable la estru tura para un tamaño mayor. Para tamaños menores al límite, la
tensión empleada en sostener el propio peso es a la resisten ia total diponible omo el tamaño es al al an e .
l p
= =
L 
Es importante señalar aquí que en la expresión del al an e apare en omo parámetros de la geometría de la
estru tura los términos adimensionales y , y que la dimensión la longitud la aporta la longitud del
material, su al an e =.

3.2 Carga y peso propio. Fa tor de amplia ión de arga

Si la estru tura soporta la suma del peso propio más la arga externa adi ional a éste Q = P + R
podemos determinar en base al apartado anterior qué parte de la tensión admisible del material se emplea
para resistir su propio peso, usándose el resto que queda disponible para soportar el resto de la arga. Por
ello, si las argas y los pesos son homólogos en distribu ión a lo largo de la luz, la arga total será a la arga
externa omo  a  p . Puede verse de inmediato que la rela ión entre la arga total y la arga apli ada
ajena al propio peso depende sólo del parámetro .
Q 1
=
R 1 
La expresión puede interpretarse omo un fa tor de amplia ión de la arga externa ajena al propio peso,
amplia ión ne esaria para in orporar di ho peso propio. Es un fa tor de amplia ión no lineal que depende
de la propor ión existente entre el tamaño de la estru tura y el al an e de la solu ión empleada, propor ión
que ha sido denominada talla en alguna o asión.
Nótese, por tanto que tanto el al an e de la estru tura L, omo la talla  son magní os andidatos para
denir la e a ia o e ien ia de la estru tura, en tanto que permite prede ir, para ualesquiera tamaños
del problema, la rela ión entre arga soportada y peso propio que, según vimos, es una de las expresiones
más utilizadas para evaluar la e ien ia relativa de solu iones estru turales. Pues en efe to, dado el tamaño
pretendido para la estru tura, l, y el al an e L, su o iente  (su talla ) permite obtener di ha rela ión de
e a ia, siendo tanto mayor uanto mayor es el al an e
R Q P 1 QP
= = P
P P Q
R 1  1
= = 1
P  
4. Cualidades geométri as: parámetros estru turales de la forma. 21

Sin embargo en la medida del al an e de una estru tura o su talla queda in luida una dimensión pro edente
del material, por lo que para independizar el parámetro de medida de e ien ia de la forma respe to de las
ualidades del material habremos de onsiderar sólo los términos dependientes de la estru tura, a saber, ,
derivado de las propiedades geométri as generales del tipo empleado, y , su esbeltez, siendo la e ien ia
inversamente propor ional al produ to de ambos.
La e ien ia de un tipo estru tural se mide, pues, por el inverso del produ to de los parámetros de forma de
la estru tura que hemos denotado por y .

4 Cualidades geométri as: parámetros estru turales de la forma.

Revisemos nuevamente la expresión:


W = Ql:
Consideremos esta expresión genéri a de la antidad de estru tura deslindando las uestiones derivadas del
problema estru tural que debe ser resuelto de las uestiones aso iadas a la e a ia on que se resuelve.
Podemos ver que dos de los términos, Q y l, orresponden esen ialmente a ara terísti as del problema
planteado, a saber, la luz a ubrir y la arga a soportar. Mientras que los otros dos, y responden a las
de isiones tipológi as y geométri as adoptadas al denir la estru tura, y de las que depende la e a ia de
la estru tura adoptada. Ambos denen realmente la ine a ia estru tural , inversa a la e a ia , tal omo
la hemos onsiderado en el apartado anterior. Resulta alentador la sen illez obtenida, al onstatar que
los resultados a los que llegamos permiten armar on pre isión que la antidad de estru tura invertida es
propor ional tanto al tamaño del problema, omo a la arga apli ada, omo a la ine a ia empleada en la
solu ión, ine a ia que nun a al anzará el valor ero en las obras humanas.
La antidad de estru tura depende por tanto dire tamente de los términos:

Q
La arga total a trasladar a los apoyos en el problema onsiderado. In luye la totalidad del peso
apli ado a la estru tura, in luyendo el propio peso de la misma.

l
La dimensión del problema de exión, entendida omo la luz entre apoyos.


la esbeltez de la pieza.


Término que en su forma más general es dependiente de la esbeltez del o iente entre esbeltez óptima
y esbeltez real y que queda determinado fundamentalmente por la geometría general de la solu ión.
Ésta in luye las ondi iones de forma de la arga y su proximidad relativa al apoyo, las ondi iones de
apoyo, la geometría genéri a de la se ión, et ., ondi iones todas ellas a las que podríamos englobar
en la denomina ión esquema de la solu ión.

De los términos anteriores el término de arga remite, en forma que no abe detallar más ahora, al on epto
o idea de dimensionado o espesor de la estru tura, que ya omentamos en el apartado 2.1 (Cantidad de
estru tura). La razón de ello es sen illamente que, para igual problema, distintas argas supondrán dis-
tintos dimensionados , y que si el resto de las ondi iones son iguales, es de ir que, si esquema, tamaño y
5. Algunas propiedades bási as de la antidad de estru tura 22

propor ión son iguales, la diferen ia de arga entre dos solu iones sólo supondrá diferen ias entre los dimen-
sionados de las se iones que mantendrán igual rela ión de propor ionalidad entre sí que la que mantengan
las argas apli adas en las dos solu iones. Vemos por lo tanto que pueden quedar des ritos ini ialmente omo
parámetros esen iales de la forma estru tural los siguientes:

Tamaño
Dimensión, o luz del problema. La luz de referen ia de la estru tura. Se trata de la la menor distan ia
entre las regiones de apoyo empleadas.

Propor ión
Esbeltez, rela ión luz- anto, propor ión del re uadro re tangular que ir uns ribe la geometría de la
solu ión, vista en alzado.

Esquema
Cara terísti as uasi topológi as del tipo de solu ión adoptado tipo estru tural: in orpora el tipo de
se ión, la forma de la arga, las ondi iones de apoyo. Se ara teriza por un fa tor de forma que
resulta espe ialmente sensible a las ondi iones de ontinuidad de las piezas e tadas, omo hemos
visto en el aso de las vigas. Es igualmente sensible, aunque on menos variabilidad, a las ondi iones
de apoyo disponibles bordes paralelos o ontorno de un re into errado y depende nalmente on
sensibilidad menor aún de otros aspe tos tipológi os, omo el trazado de la estru tura siempre que
éste responda a formas estru turales globalmente orre tas, et .

Dimensionado
o espesor o grosor de la solu ión estru tural. Este término puede pre isarse más, aunque no lo hagamos
ahora rigurosamente, omo la rela ión entre el espa io o upado por la estru tura y el que estaría
disponible para olo arla, una vez jados los parámetros anteriores. Este sería el aso por ejemplo de
la rela ión entre el an ho de una serie de vigas re tangulares paralelas que soportan un forjado dado,
y la separa ión entre las mismas. Deriva dire tamente, una vez jados los anteriores parámetros de
forma, del valor de la arga apli ada a la estru tura, y tiene una relevan ia nula en las uestiones
aso iadas a la ompara ión de la e a ia estru tural de tipos o solu iones alternativas.

5 Algunas propiedades bási as de la antidad de estru tura

Hemos analizado la rela ión entre antidad de estru tura y peso propio, y hemos ara terizado la e a ia de
la estru tura en base a los parámetros que gobiernan ambas magnitudes. Hasta el momento hemos tratado
uestiones bási amente aso iadas al requisito de resisten ia, dado que la rela ión entre antidad de estru tura
y peso remite a la uestión de la tensión admisible o tensión de trabajo. Sin embargo existen igualmente
rela iones de gran interés aso iadas al riterio de rigidez, que vamos a tratar de elu idar igualmente. Para
ello analizamos previamente algunas uestiones teóri as ligadas a la antidad de estru tura, uestiones que
podríamos haber onsiderado en abstra to al prin ipio del texto, pues son de una gran generalidad, pero que
ahora, a la vista del interés de la magnitud que estamos manejando, revelan toda su importan ia.
5. Algunas propiedades bási as de la antidad de estru tura 23

5.1 Cantidades de estru tura tra ionada y omprimida. Número de Maxwell

Para ara terizar algunas propiedades importantes de la antidad de estru tura es de gran utilidad el uso de
un valor próximo desde el punto de vista teóri o, al que llamamos número de Maxwell , y denido omo
Z
M = N dl:

Ahora no se trata del valor absoluto de los esfuerzos N , omo en W , sino que la tra ión suma on signo
positivo en la magnitud onsiderada mientras que la ompresión lo ha e on signo negativo.
Es fá il omprender que si llamamos W + a la antidad de estru tura de tra ión, o tra ionada, la ontenida
en las barras tra ionadas y W a la de ompresión, o antidad de estru tura omprimida, la antidad de
estru tura total es

W = W+ + W
y el número de Maxwell es

M = W+ W

5.1.1 Constan ia del número de Maxwell


La primera propiedad de interés es que, para estru turas que solu ionan el mismo problema las mismas
argas y las mismas rea iones en valor y posi ión por muy diferentes que sean en forma o on epto, el
número de Maxwell es el mismo.
La demostra ión es fá il, además de aportar un método para hallar di ho número independientemente de
la estru tura. Considérese el espa io en que se en uentra el problema  argas y rea iones en equilibrio
y sométasele a una expansión uniforme en torno a un punto jo. Todas las dimensiones del espa io re en
igualmente en di ha expansión en un fa tor 1 +  En di ha expansión las argas y rea iones F~ se desplazan
lo que los extremos de sus ve tores posi ión X ~ y se mueven por tanto según X~ , realizando un trabajo
exterior igual a F~  X ~ . En di ha expansión todas y ada una de las estru turas on ebibles para
equilibrar tales argas realizarían un trabajo interno igual a di ho valor por tanto igual en todas ellas.
Pues en efe to, si las estru turas tienen esfuerzos que orresponden a un estado de equilibrio on las argas,
onstituirán situa iones estáti amente admisibles. Puesto que la expansión uniforme genera un ampo de
movmientos y deforma iones inemáti amente admisible sin rupturas es de apli a ión el prin ipio de
los trabajos virtuales, y en virtud de di ho prin ipio el trabajo interno y el externo obtenido por argas
y esfuerzos en ada una de las estru turas en di ho movimiento serán iguales. El trabajo externo de las
argas, igual al interno, sería pues en ada estru tura igual a la integral del esfuerzo interno por la dilata ión
R R
impuesta, es de ir N dl o lo que es igual  N dl.
Por lo tanto resulta
Z
 N dl = F~  X:
~
Z
M= N dl = F~  X:
~

Di ho valor es igual sea ual sea la estru tura, y es independiente de ual sea el punto de referen ia on-
siderado, dado que ambiar de referen ia no supone más que onsiderar un movimiento rígido entre ambas
referen ias, y para tal movimiento el trabajo externo es nulo al estar argas y rea iones en equilibrio.
5. Algunas propiedades bási as de la antidad de estru tura 24

La importan ia del anterior aserto, también denominado Teorema de Maxwell, se en uentra en la ompa-
ra ión entre estru turas, puesto que el número de Maxwell es igual a la diferen ia onstante entre la antidad
de estru tura tra ionada y la omprimida en todas las estru turas que solu ionan un mismo problema.
Z Z + Z
M= N ds = N ds + N ds = W + W :

De ello se dedu e que redu ir la antidad de estru tura de una de las partes, por ejemplo la parte tra ionada,
impli a de inmediato redu ir la de la otra, la omprimida, de modo que minimizar una de las dos partes
es minimizar la antidad de estru tura total. Se deriva de ello que ualquier estru tura sólo omprimida o
sólo tra ionada es mínima, siendo además idénti a a ualquier otra solu ión on sólo tra ión o ompresión.
Esto permite justi ar una de las reglas de transforma ión formal más importantes en la explora ión de
estru turas espa iales, que queda denida por la gura 4.

Figura 4: Solu iones alternativas idénti as a un problema de tra ión: anillo, red de radios, o malla.

La identi a ión del número de Maxwell permite además ara terizar los problemas estru turales omo pro-
blemas de exión uando M = 0 problemas de traslado transversal de argas, de tra ión predominante
si M > 0, o de ompresión predominante si M <0. En estos dos últimos asos, salvo que se trate de problemas
on solu iones sólo tra ionadas o omprimidas se tratará de problemas ombinados de exión, en los que el
o iente entre M y W permite dar una idea de la importan ia relativa entre las partes transversal y longitu-
dinal del traslado de las argas. En el aso parti ular de los problemas de exión M = 0, omo en el aso
de argas y rea iones ortogonales a una re ta o dire triz dada, las antidades de estru tura en tra ión y
ompresión serán ne esariamente iguales, resultado que hemos onstatado en el apartado 2.4 (Cantidad de
estru tura en ar os funi ulares). Cabe añadir, nalmente, que son los problemas de traslado transversal de
argas los que tienen mayor in iden ia formal, puesto que a diferen ia de los de traslado longitudinal, a los
que bastaría esen ialmente una dimensión en la forma estru tural que los resuelve, a saber, la de la línea o
dire triz que materializa di ho traslado, los traslados transversales de arga requieren una dimensión más,
pues no basta on la dire triz, se requiere el anto ineludiblemente, y la forma de materializar di ho anto
es entral en la aparien ia de la estru tura.
5. Algunas propiedades bási as de la antidad de estru tura 25

5.2 Cantidad de estru tura horizontal y verti al.

Hemos visto en los apartados anteriores una primera división de la antidad de estru tura en dos partes,
tra ionada y omprimida. Re ordando el aso de los ar os tiene sentido onsiderar una nueva división de
nuevo tipo, a saber, la antidad de estru tura que puede ontabilizarse en traslados horizontales de arga,
y la ontenida en traslados verti ales de arga. Suponemos estru turas planas o tridimensionales, realizadas
mediante barras sometidas a esfuerzos axiles, en las que las barras pueden tener orienta iones variadas en el
espa io. La antidad de estru tura puede medirse on
Z Z Z Z
W = jN j dl = jN~  dl~ j = jNx dx + Ny dy + Nz dz j) =
( jNx j dx + jNy j dy + jNz j dz ):
(

lo que es admisible dado que los esfuerzos N y las longitudes dl de las barras están alineadas, por lo que los
signos de sus tres omponentes son simultáneamente iguales si la barra está tra ionada, o ontrarios si está
omprimida.
Llamamos antidad de estru tura verti al W " a la parte verti al de di ha expresión
Z
W" = jNz j dz
y antidad de estru tura horizontal W = a la parte horizontal de la misma
Z Z
W= = jNxj dx + jNy j dy
Si la estru tura es de barras de dimensión nita, las expresiones serán sumas:
X
W" = jNiz jliz
X X
W= = jNix jlix + jNiy jliy

5.2.1 Cambios de forma y estru turas anes. Esbeltez óptima.


Podemos analizar las transforma iones de forma más sen illas, a saber, las transforma iones anes, y analizar
tanto las ondi iones de equilibrio omo de onsumo en antidad de estru tura derivadas de tales transfor-
ma iones. No vamos a ha erlo de forma sistemáti a y total, dado que la transforma ión que tratamos de
entender es fundamentalmente la derivada del ambio de anto de la estru tura manteniendo los demás
parámetros de forma inmutables. Respe to del problema general, baste aquí re ordar que ualquier trans-
forma ión afín que modique simultáneamente fuerzas (a iones, esfuerzos axiales y rea iones) y longitudes
apli ada a una estru tura en equilibrio produ irá una nueva estru tura que estará igualmente en equilibrio.
Consideramos la transforma ión de las omponentes verti ales de fuerzas y longitudes al afe tarlas por un
fa tor : si el fa tor es menor que 1 se tratará de una redu ión de anto, y si es mayor, de un aumento de
anto. Es ribimos las e ua iones de equilibrio onsiderando las fuerzas que a túan sobre ualquier región de
la estru tura, in luyendo las argas P y las omponentes ejer idas por los esfuerzos N sobre los ortes que
aislan di ha se ión. Las omponentes horizontales de fuerzas y dimensiones se mantienen sin altera ión.
El equilibrio de fuerzas horizontales de la estru tura original se mantiene pues en la transformada. Las
omponentes o distan ias horizontales no ambian, por lo que los equilibrios de momentos respe to a un eje
verti al se mantienen igualmente.
5. Algunas propiedades bási as de la antidad de estru tura 26

X X
Pix + Nix = 0
X X
Piy + Niy = 0
X X X X
yi Pix xi Piy + yi Nix xi Niy = 0

En el aso de las fuerzas verti ales totales que a túan, in luyendo las omponentes verti ales de los esfuerzos
ejer idos en los ortes realizados, así omo en el de los momentos orrespondientes a equilibrios respe to de
los ejes horizontales OX, OY, se alteran los equilibrios ini iales

X X
Piz + Niz = 0
X X X X
zi Pix xi Piz + zi Nix xi Niz = 0
X X X X
yi Piz zi Piy + yi Niz zi Niy = 0

a los nuevos equilibrios resultantes del ambio afín:


X X
Piz + Njz = 0
X X X X
zi Pix xi Piz + zi Nix xi Niz = 0
X X X X
yi Piz zi Piy + yi Niz zi Niy = 0

Ahora bien, en di ho ambio se han alterado las argas, al ambiar sus omponentes verti ales, por lo que
la nueva estru tura no resuelve el mismo problema que la anterior.
Debemos remediar la situa ión volviendo a restaurar a su valor ini ial a las omponentes verti ales de las
argas, que ahora son Piz , para lo que bastaría dividirlas por . Sin embargo esto alteraría el equilibrio de
fuerzas verti ales, a la vez que los equilibrios de momentos respe to de los ejes horizontales, por lo que la
altera ión requiere ajustes adi ionales.
Para mantener el equilibrio de fuerzas verti ales se requerirá que las omponentes verti ales de los esfuerzos
se alteren en igual modo, restaurándolas a su valor original:
X Piz X Njz
+ =0

Esto exige además, para mantener la alinea ión de los esfuerzos on las barras, que las omponentes hori-
zontales de tales esfuerzos se alteren en igual medida, al igual que las omponentes horizontales de las argas
y las rea iones. De modo que la altera ión de las dimensiones verti ales al multipli arlas por un fa tor
sin ambio en las omponentes verti ales de las fuerzas impli a, para que se mantenga el equilibrio, un
5. Algunas propiedades bási as de la antidad de estru tura 27

ambio inverso en las omponentes horizontales de fuerzas y esfuerzos (que se multipli arán por 1 ). En estas
ondi iones las e ua iones de equilibrio vuelven a umplirse, omo vemos a ontinua ión:
X1 X1
Pix + N =0
ix
X1 X1
Piy + N =0
iy
X X
Piz + Niz = 0
X X 1 X X
yi Piz zi Piy + yi Niz zi Niy = 0

X 1 X X 1 X
zi Pix xi Piz + zi Nix xi Niz = 0

X 1 X 1 X 1 X 1
yi Pix xi Piy + yi Nix xi Niy = 0

Por tanto una redu ión de anto impli a un aumento de las fuerzas y esfuerzos horizontales en un fa tor
inverso para que se mantenga el equilibrio. Si onsideramos argas gravitatorias verti ales el ajuste de
esfuerzos y de rea iones en aso de tener omponentes horizontales, omo en el aso de los empujes de
ar os supondrá una altera ión en la antidad de estru tura que ahora podemos analizar. Las antidades
de estru tura ini iales, horizontal y verti al se alterarán de forma fá ilmente prede ible a partir de los valores
originales:
X
W " = jNiz j liz = W "
X 1 X 1
W = = j Nix jlix + j Niy jliy = 1 W =

Se observa que ambas omponentes se modi an de forma inversa, mientras una de re e la otra re e, de
modo que podemos armar que su produ to se mantiene onstante. Dado que la antidad de estru tura
total es la suma de ambas partes, el óptimo se obtendrá uando éstas sumen el valor mínimo. Ahora bien,
el mínimo de la suma de dos antidades uyo produ to es onstante se produ e uando ambas son iguales,
omo puede omprenderse si se onsidera la suma omo el semiperímetro de un re tángulo y el produ to
omo el área del mismo. A igualdad de área el perímetro mínimo es el del uadrado.
De modo que los valores óptimos de la antidad de estru tura verti al y horizontal son la media geométri a
de las originales p
Wo" = Wo= = W " W =
El orrespondiente fa tor de altera ión en las dimensiones verti ales resulta ser igual al o iente entre la
antidad de estru tura verti al óptima y la original
Wo"
o =
W"
El anto óptimo de la estru tura se alterará en propor ión a di ho valor, y por ende la esbeltez óptima,
que es igual al o iente entre el tamaño (invariable) y el anto óptimo, resultará de multipli ar la esbeltez
original por el inverso de di ho valor,resultando
p
W" W "W =
o = p " = = 
W W W=
5. Algunas propiedades bási as de la antidad de estru tura 28

Hay que ha er notar aquí que la ondi ión geométri a empleada para la transforma ión se umple en piezas
trianguladas a osta de un ambio en los ángulos de la triangula ión. Por la misma razón, las transforma iones
de anto de piezas de alma llena no pueden ser onsideradas en rigor in luidas entre éstas, dado que los
ambios de anto no alteran la optimidad en los ángulos implí itos en el material del alma, que sigue
trabajando omo dos familias tra ionada y omprimida a 45.
Se dedu e una interesante onse uen ia de la pre edente propiedad al analizar el problema de los ar os on
péndolas estudiado en el apartado 2.4 (Cantidad de estru tura en ar os funi ulares).
Veíamos que en di ho problema las solu iones óptimas onsisten en un ar o trazado según el antifuni ular
de las argas, que uelgan de él mediante péndolas, y on tirante entre los apoyos, uando la antidad de
estru tura en péndolas verti al tra ionada iguala la antidad de estru tura en tirante horizontal
tra ionada y su suma iguala la antidad de estru tura del ar o que ontiene omponentes iguales en
antidad de estru tura horizontal y verti al omprimidas
En este aso, pues, la antidad de estru tura puede medirse por 4 ve es la de ualquiera de di has partes,
que podemos emplear omo unidad. Si por ejemplo elegimos la tra ionada horizontal, el tirante, tendremos
1= W +=
W +" = W += = W "
W ==1
=

W = W + + W = W +" + W += + W "
+W
=
=4

W =W =2
" =

La ondi ión de óptimo queda omprobada al ser las antidades horizontal y verti al iguales, y siendo nulo
en este problema el número de Maxwell son también iguales las antidades tra ionada y omprimida.
Vamos a a ometer una nueva transforma ión de geometría. Supongamos que desdoblamos la estru tura en
dos partes idénti as de arga mitad ada una mediante un orte plano verti al. Tendremos ahora o ho partes
idénti as en la antidad de estru tura. Supongamos que invertimos una de las dos mitades: las péndolas y
tirante en tra ión se onvertirán en ella en montantes y ordón omprimido, mientras que el ar o omprimido
pasa a ser un hilo tra ionado. El anto total se dupli a, por lo que la esbeltez total pasa a ser la mitad
(t = 2 ). Las aporta iones a las omponentes horizontal y verti al de la estru tura se mantienen en todas
las piezas tras la inversión propuesta.
Ahora bien, si unimos ahora ambas mitades, resultará que las dos piezas horizontales tirante del ar o más
ordón omprimido del hilo dejan de ser ne esarias, puesto que en ada apoyo el empuje del ar o pasa a
equilibrarse on la omponente horizontal del an laje del hilo. El tirante y ordón horizontal omprimido, al
superponerse, se transforman en línea neutra sin esfuerzo. De este modo eliminamos la estru tura que antes
orrespondía al tirante, es de ir, la mitad de la estru tura horizontal, on lo que las antidades de estru tura
de la estru tura transformada pasan a ser Wt= = 1, Wt" = 2, Wt = 3. Evidentemente no se trata de un
óptimo aunque haya disminuido la antidad original en un 25%. Por ello podemos determinar el ambio
afín en el anto que optimiza la solu ión.
Se logrará el óptimo on
q p
Wto" = Wto= = Wt" Wt= = 2
p
Wpto = 2 2
W"
o = to" = = p
2 1
Wt 2 2
W "
o = tp " = = tp = p
2 1

W W 2 2
5. Algunas propiedades bási as de la antidad de estru tura 29

p p
Es de ir que, aumentando el anto original en 2 (redu iendo la esbeltez en 2) la antidad de estru tura
total se redu e en el mismo fa tor. El he ho de tener urvatura en ambos ordones, es de ir el poder apoyar
arga transversal en ambos, mejora la e a ia de la estru tura. La simetría respe to de la horizontal aumenta
la e a ia de la forma ini ial.

5.3 Cantidad de estru tura y rigidez.

La ter era propiedad de extremo interés es la rela ión inmediata y dire ta que existe entre onsumo estru tu-
ral  antidad de estru tura y deformabilidad. rela ión Puede enun iarse on laridad y rigor omparando
propiedades entre dos estru turas realizadas on igual empleo de las propiedades del material de que se om-
ponen.
La propiedad onsiste en que, siendo igual el aprove hamiento del material, dos estru turas distintas para el
mismo problema tendrán deformabilidades propor ionales a su antidad de estru tura, de modo que la de
más onsumo será también la más deformable.
Para medir la deformabilidad de estru turas en ompeten ia de una forma totalmente general podemos medir
la pérdida de energía poten ial de las argas apli adas a la misma, que para deforma iones homotéti as entre
sí es propor ional a ualquiera de los desplazamientos de referen ia que queramos onsiderar. Tenemos,
por el prin ipio de los trabajos virtuales y onsiderando el sistema equilibrado y ompatible que onstituye
la estru tura, que di ha pérdida de energía es igual al trabajo interno total energía de deforma ión más
energía omplementaria:
X Z
U = Pi Æi =  dV

lo que lo ha e inmediatamente propor ional a la deforma ión unitaria media del material y a la antidad de
estru tura empleada.
X Z Z Z
Pi Æi =  dV = A dl = jm j jjA dl = jm jW:

Puede omprenderse el sentido de la expresión, también denominada Teorema de la rigidez, y que a


primera vista pare ería antiintuitiva, onsiderando que si se emplea el material on iguales deforma iones
unitarias en todas partes, toda la estru tura de más que se añade al alterar y empeorar una solu ión
on reta sólo sirve estru turalmente en la medida en que añade la orrespondiente deforma ión de la parte
de estru tura añadida. De este modo aumentar la antidad de estru tura sólo puede suponer aumentar la
deforma ión nal de la estru tura. La arma ión se ha e evidente si omparamos, por ejemplo, la antidad
de material y las orrespondientes deformabilidades de vigas de distinto anto para el mismo problema.
De este modo la e a ia estru tural lograda mediante formas ade uadas se tradu e no sólo en menos estru -
tura, sino por igual razón en menos deforma ión global. La estru tura más e az es siempre también la más
rígida. Toda estru tura que se disponga de más supondrá inevitablemente deforma ión adi ional.
La importan ia de la arma ión se ha e evidente desde mu hos puntos de vista. Considerando en primer
lugar la rela ión en el sentido que dedu e la deformabilidad de la antidad de estru tura, aso iamos buenas
estru turas desde el punto de vista del onsumo on buenas estru turas desde la perspe tiva de la rigidez,
ligando dire tamente el peso propio de solu iones alternativas on su deformabilidad respe tiva. Esta pers-
pe tiva permite omprender las limita iones de uso de los materiales estru turales en edi a ión aso iadas
a su deforma ión unitaria en servi io.
5. Algunas propiedades bási as de la antidad de estru tura 30

Sin embargo la mayor poten ia de la expresión está en la rela ión opuesta, que dedu e la antidad de
estru tura de la deformabilidad. Podemos dedu ir aquélla de ésta, de modo que tenemos una posibilidad de
estimar la antidad de estru tura dire tamente a partir de imágenes de las deformabilidades respe tivas de
solu iones alternativas en pugna. Un ejemplo de la poten ia de esta aso ia ión está en la ompara ión entre
solu iones alternativas a las ondi iones de apoyo de estru turas que en lo demás sean omparables, omo
en la siguiente gura.

Figura 5: Solu iones alternativas de diferente e a ia en un problema de exión: apoyo en dos lados o en el
ontorno.

Pues en efe to, si onsideramos dos solu iones alternativas realizadas on vigas para ubrir un re into ua-
drado, en las que la de isión sobre anto sea idénti a, y on igual empleo del material, que ha emos estri to
en ambos asos resultará que las urvaturas derivadas de di ho uso del material y di ho anto resultarán
ilíndri as de un ierto radio de urvatura en el aso de las vigas apoyadas en dos extremos, y esféri as
on el mismo radio de urvatura para el entro del uadrado, siendo de urvatura anti lásti a de radios de
igual valor y signo ontrario en los o tavos orrespondientes a las uatro esquinas del uadrado uando las
vigas se apoyan en todo el ontorno. De este modo, la rela ión entre las antidades de estru tura empleadas
en ambas solu iones sería la misma, para arga uniforme, que la rela ión entre los volúmenes que o upa la
grá a de las deformadas, por lo que queda en eviden ia la ventaja del apoyo en todo el re into, y puede
in luso estimarse on mu ha rapidez el valor que di ha ventaja supone.
Considerando la rela ión anterior es ahora evidente la identidad que hemos podido onstatar entre las
antidades de estru turas de los dos sistemas estru turales en exión destinados a sostener argas uniformes
apli adas a una super ie ir ular que se apoya en la ir unferen ia que la en ierra. Pues en efe to, para
igual aprove hamiento del material e igual anto todas las solu iones han de tener igual urvatura lo al en
las dire iones en que estén olo adas las vigas, lo que orresponde omo aproxima ión de primer orden,
a una urvatura esféri a en todos los asos. Es exa tamente esféri a en los asos radiales, y es igual en
la aproxima ión de primer orden en los asos de mallas ortogonales o de vigas paralelas apoyadas en la
ir unferen ia. De modo que la ventaja de las solu iones bidire ionales se revela en este aso on laridad
omo una ventaja derivada ex lusivamente del mejor aprove hamiento del apoyo, y no omo una ventaja
que pudiera atribuirse al omportamiento bidire ional en sí, pues en efe to, vigas paralelas trabajando
unidire ionalmente resuelven este problema parti ular on idénti a e a ia que ualquiera de las solu iones
bidire ionales.

5.3.1 Dimensionado regido por los requisitos de rigidez.


Como hemos visto, la antidad de estru tura determina la exibilidad de la estru tura, puesto que
6. Tipos estru turales de ubierta 31

X X Æ
Pi Æi = Ær Pi i = jm jW:
Ær

expresión en la que empleamos ahora un desplazamiento de referen ia prejado, denominado Ær para medir
la exibilidad.
Como ya se ha armado más arriba, si las solu iones alternativas que se onsideran tienen deforma iones
homotéti as, lo que es el aso uando las alternativas sólo se reeren a ondi iones geométri as limitadas,
resultará que la pérdida de energía poten ial de las argas es propor ional en todas ellas a di ho desplaza-
miento. Si di ho desplazamiento superase las limita iones impuestas por la ondi ión de rigidez, debería ser
redu ido para poder umplir éstas, y si la redu ión debe ha erse sin ambio en los parámetros prin ipales
de la forma, esquema, tamaño, propor ión  tendrá que lograrse on base a un aumento del dimensionado
de las se iones de la estru tura al objeto de redu ir sus tensiones y las orrespondientes deforma iones
unitarias máximas y medias. De modo que la inversión en material responderá a idénti as ne esidades que
las que representaría el empleo de otro material de menor deforma ión unitaria admisible.
En parti ular, y onsiderando que a menudo las limita iones de rigidez son limita iones de deforma ión
relativa a la luz tendremos

X Æ
Ær Pi i = Ær O = jm jW = jmj lQ
Ær
Ær
=
jm jQ 
l O
Como Q y O son propor ionales, y su o iente es onstante en todas las solu iones de deformada homotéti a,
es fá il ver que el umplimiento de las limita iones de rigidez exigirá un sobredimensionado que puede
determinarse de inmediato para redu ir jm j o, alternativamente, una modi a ión de la solu ión estru tural
que reduz a o  para lograr valores que permitan respetar el límite impuesto.
La expresión anterior nos lleva por tanto rápidamente al on epto de esbeltez límite. Pues al ser la defor-
ma ión fun ión monótona re iente on la esbeltez re ordando que en las regiones de diseño en que el
problema es de rigidez el término es bastante estable e independiente de , además prá t amente propor-
ional a ella y al ser los demás términos invariantes para ondi iones omparables en los diseños, resulta de
inmediato que existe una esbeltez para la que el diseño estri tamente ne esario por resisten ia se en uentra
igualmente en el límite de deforma ión admitida. Diseños de menor esbeltez son siempre admisibles desde la
perspe tiva del riterio de rigidez, y diseños de esbeltez mayor que la límite requieren redu ir las deforma-
iones en propor ión que será igual (levemente mayor) a la rela ión entre la esbeltez real y la esbeltez límite.
De este modo la inversión en material en estru turas dimensionadas por riterios de rigidez por realizarse
on esbeltez mayor a la límite se deriva del produ to entre la antidad de estru tura y la rela ión de esbel-
tez a esbeltez límite, lo que en denitiva la ha e linealmente dependiente del tamaño, y uadráti amente
dependiente de la esbeltez, omo puede omprobarse fá ilmente en los diseños de vigas.

6 Tipos estru turales de ubierta

La enorme diversidad de tipos que puede usarse en ubiertas, en ontraste on la es asa diponibilidad en los
problemas de estru turas de pisos paralelos deriva de las propias ara terísti as del problema arquite tóni o a
6. Tipos estru turales de ubierta 32

resolver: basta asegurar que la proye ión de la forma ubre la planta, junto on algunos po os requisitos más
que no suponen grandes restri iones formales usualmente, omo son la posibilidad de eva ua ión de aguas,
la ilumina ión del re into, et . Pero además, y omo hemos visto en los apartados anteriores e ilustraremos
en las guras que siguen, las distintas op iones formales, onsideradas y resueltas rigurosamente, no tienen
por qué suponer muy distintas e a ias en su omportamiento, por lo que son bási amente inter ambiables
entre sí. De este modo las ubiertas han dado origen a un extenso repertorio de solu iones, que pueden
emplearse en sus múltiples variantes para materializar formas e imágenes muy diversas.
Hay que onsiderar además que la in iden ia espa ial de las formas ne esarias para ubrir espa ios es pro-
por ional al espa io ubierto. Más aún, si para espa ios grandes se trata de limitar la inversión estru tural
requerida, por su mayor peso en la inversiónnal, se in rementa más aún la in iden ia espa ial al ne esitarse
limitar la esbeltez. De este modo el ontenido simbóli o aso iado a las distintas edi a iones utilizadas por
el poder terrenal o elestial puede transferirse de inmediato a la forma que lo ubre.
La ubierta puede así ongurarse omo uno de los elementos simbóli os privilegiados en la arquite tura. La
op ión por una u otra ongura ión no es sólo una op ión intrínse a que deriva de los requisitos internos de la
propia edi a ión y sus leyes físi as propias, sino que al ser las solu iones posibles bastante inter ambiables,
admite en sí la adi ión de elementos de signi a ión ajenos a su propias ualidades portantes, ajenos por
tanto a su propio valor semánti o omo elemento arquite tóni o impli ado en el estable imiento de la rmitas
de la obra.
Esta ualidad simbóli a de las grandes ubiertas ha sido una onstante de la arquite tura, aun uando la
extrema diversidad de solu iones formales sea sólo una realidad re iente, puesto que requiere del uso de ma-
teriales e a es tanto en tra ión omo en ompresión para al anzar toda su virtualidad. En las edi a iones
del pasado di ha diversidad quedaba par ialmente limitada al quedar restringida por las apa idades de los
materiales ompresibles fábri as, o a las posibilidades de ensamblaje de la madera.
Para ha er el re orrido formal onsideraremos omo referen ia uno de los dos problemas lási os de resisten ia
de materiales desde Galileo: el ru e de un vano on solu iones biapoyadas. (El otro es el voladizo). Se
onsideran su esivamente diferentes versiones de la forma apoyada en dos extemos del re into, sus variantes
uando el apoyo se lleva al ontorno ompleto del re into, y las alternativas que se dedu en de la regla de
transforma ión anillo-radios-malla en planta o la transforma ión de viga en ar o en alzado.

6.1 Viga

La solu ión de viga, en el aso de ubiertas, puede ser de se ión ma iza  aso de la madera o aligerada,
por triangula ión o refuerzo, y en dimensiones pequeñas y medias es insustituible. La viga debe desdoblarse
para redu ir la dimensión transversal, y las separa iones entre vigas tratan en general de minimizar los ostes
de las siguientes familias, situándose en un rango difuso entre 1/3 de la luz y 2 metros más 1/8 de la luz.
Las solu iones de viga pueden aprove har la ontinuidad, redu iendo el área de momentos si es posible olo ar
soportes en el interior, lo que debe ha erse siempre que el uso lo permita.

6.2 Emparrillado

El desdoblamiento de las vigas y su ambio de dire ión da lugar al emparrillado que, a igualdad de otras
ara terísti as, tiene un oste teóri o levemente menor dado que la proximidad de las argas al apoyo
mejora. La redu ión se aso ia al fa tor de di ha mejora, que pasa a ser er ano a 1/6, frente al 1/4 de
6. Tipos estru turales de ubierta 33

Figura 6: Problema de ubierta ... resuelto on vigas ...

Figura 7: Vigas separadas ... y trianguladas.

la solu ión pre edente, a ambio de mayor omplejidad y di ultad onstru tiva, en parti ular en lo que se
reere a la ne esaria ontinuidad de los ordones tra ionados.
Hay ventaja adi ional en la redu ión del problema de pandeo del ordón omprimido, y las solu iones que
resuelven el erramiento de la super ie mediante elementos uadrados on uerdan razonablemente on el
tipo, ade uado por tanto para soportar paños de vidrio.
La solu ión triangulada es sin ex ep ión la malla estérea de pirámides uadradas al objetode redu ir los tipos
de nudos distintos del entramado.
El omportamiento de emparrillado podría ha erse más omplejo: pasando a la malla de tetraedros tendría-
mos omportamiento de pla a, es de ir, on rigidez a torsión. Sin embargo este ambio no aporta mejora
prá ti a alguna frente al emparrillado, exigiendo a ambio una omplejidad en los nudos muy superior, por
lo que no se trata de una solu ión usual.
En todo aso, abe añadir que, tanto la viga omo el emparrillado se emplean on regularidad omo elementos
estru turales de segundo nivel en mu has solu iones que globalmente son de otro tipo, omo elementos de
rigidiza ión (malla de pirámides uadradas para produ ir la doble apa en bóvedas y úpulas o vigas omo
6. Tipos estru turales de ubierta 34

Figura 8: Desdoblando vigas ... para obtener emparrillados.

Figura 9: La sen illez exige triangular en malla de pirámides.

segunda o ter era familia estru tural en solu iones de todo tipo).

6.3 Ar os paralelos. Bóvedas

La alternativa de dar anto variable a las vigas nos traslada a las solu iones en ar o, tras pasar por las piezas
de anto variable pero de forma no funi ular, es de ir, las er has. En la medida en que la forma se a er a a
la antifuni ular de las argas dominantes, las ne esidades de resistir exiones, bien en la forma global, bien
mediante exión lo al en el ordón argado, se redu en.
De todos modos, tanto las alternan ias de arga en el ordón argado, omo las ne esidades de rigidez en el
ordón omprimido exigen rigidez, que puede obtenerse on se iones aligeradas, o trianguladas.
Las diferen ias entre los ostes globales de una y otra solu ión pueden entenderse onsiderando, al igual que
en asos anteriores, que las mejoras que pueden produ irse siempre para esbelte es bajas, pues en aso
de esbelte es altas siempre serán más e a es las solu iones pre edentes exigen a ambio una omplejidad
onstru tiva mayor, si bien ahora la estru tura pasa a suponer una obstru ión espa ial mu ho menor.
6. Tipos estru turales de ubierta 35

Figura 10: Malla de tetraedros ... on empleo de anillos para abrir hue os

Figura 11: Cer has ... on ordón superior rigidizado si es pre iso.

Las solu iones de ar os paralelos sea uales sean las se iones on que éstos se resuelven, in luyendo a las
bóvedas, orresponden a una misma familia, on las solas diferen ias en las formas de se ión empleada y en
las separa iones entre ar os.
Las solu iones de ar o, invertidas, dan lugar a las atenarias, on la di ultad de haber subido el punto de
arranque de la estru tura y ne esitar estable er el ordón omprimido que soporta el empuje por en ima de
la super ie argada, o, alternativamente, requiriendo disponer de elementos verti ales u obli uos sometidos
a fuertes argas horizontales.

6.4 Ar os ruzados.

El paso al omportamiento bidire ional, en la misma forma en que se lograba en vigas, puede a ometerse
on anto variable, en ar os, pero ahora la restri ión de mantener los ordones a la misma ota en los puntos
de ru e obliga a modi ar el ontorno del apoyo, pasando a formas poligonales o urvas, en las que la más
sen illa será la ir unferen ia para ubrir super ies ir ulares.
6. Tipos estru turales de ubierta 36

Figura 12: Ar os.

Figura 13: Ar os ruzados: la malla de tirantes se transforma en anillo.

Ahora bien, a partir de esta solu ión, la malla de tirantes puede ser sustituida por un anillo, que será en gran
medida equivalente a la malla pre edente para las argas predominantes, si bien deberá soportar las exiones
derivadas, en los asos de arga alternante, de las diferen ias de regularidad en los empujes radiales que
resultan. Igualmente a los asos anteriores, la rigidez del ar o puede exigir se iones que onvenga aligerar
mediante una triangula ión lo al.
Pero además ahora puede onsiderarse la posibilidad de invertir las dos familias de ar os para rear una
malla de ables argada ontra un anillo en ompresión, solu ión de es asa rigidez, o invertir sólo una de
ellas y rear una familia de ar os ompartiendo arga on una familia de atenarias. Si además onsideramos
el empleo de materiales de alta resisten ia en tra ión, la solu ión deriva rápidamente a otra en la que la
familia de atenarias se responsabilizará de soportar toda la arga gravitatoria, y la familia que ini ialmente
era de ar os se empleará para tensar a la anterior, sosteniendo adi ionalmente las argas invertidas, por
su ión de viento, que pudiesen superar el efe to de las gravitatorias.
El anillo exterior se transforma así en un ar o in linado sometido a argas en la dire ión de la super ie
de erramiento, transversales en la lave, y progresivamente a er ándose a la tangente a su dire triz en las
6. Tipos estru turales de ubierta 37

otas inferiores, ar o que, en general tendrá puntos de apoyo o tirantes en su proye ión verti al, pero que
lleva parte bási a de su arga a sus puntos de apoyo, on variantes diversas, y on una importante menor
e a ia general, al haberse alejado seriamente las argas de los puntos nales de apoyo en la imenta ión.

Figura 14: Ar os ruzados

6.5 Ar os radiales. Anillos y úpulas.

En el apartado 5.1.1 (Constan ia del número de Maxwell) hemos he ho men ión de las poderosas reglas de
transforma ión formal que el teorema de Maxwell permite emplear, y que hemos apli ado en el apartado
anterior para eliminar los tirantes ruzados y sustituirlos por un anillo. Si apli amos tales reglas al ordón
omprimido de la estru tura generamos familias estru turales nuevas: basta pensar en sustituir los ar os
ruzados por ar os radiales, para, on la misma e a ia, obtener una solu ión que onstru tivamente es más
regular, salvo en el punto singular en que se ruzan tales ar os. Di hos ar os pueden requerir igualmente su
rigidiza ión lo al, lo que ompli a aún más el en uentro en el punto úni o de ru e que ongura la lave.
Di ho punto singular, de imposible fa tura, se resuelve sustituyendo lo almente los ar os onvergentes por
un anillo de ompresión la solu ión lási a en las onstru iones históri as de piedra onsiste en un ma izo
que fun iona omo dis o omprimido biaxialmentede modo que se resuelve el en uentro de los n medios
ar os por n en uentros iguales al anillo entral, que puede ser de las dimensiones requeridas para fa ilitar la
unión.
Pero ese anillo puede igualmente ser sustituido por una malla super ial, y una vez ini iado ese amino,
pro eder a extender la malla a toda la super ie que ubre la solu ión, dando origen a las úpulas.
Las úpulas aportan ahora una variante de altísima importan ia, al añadir anillos a lo largo de toda la altura:
ahora la forma puede ser rígida si lo es la forma del apoyo, de modo que se ne esitan dimensiones mayores
para forzar el salto de omplejidad que supondría desdoblar las barras individuales en piezas ompuestas,
siendo usual que el siguiente salto en omplejidad venga denido por la ne esidad de rigidez onjunta de
regiones amplias de la super ie envolvente, lo que exigirá pasar a solu iones de doble (en asos extremos
de triple) apa. En este aso las dos apas son en la mayor parte de los asos las aras de una solu ión que
lo almente es análoga a los emparrillados o mallas de pirámide uadrada.
6. Tipos estru turales de ubierta 38

Figura 15: Ar os radiales.

Figura 16: Ar os radiales: transi ión a la úpula

6.6 Cer has radiales. Solu iones híbridas.

Al igual que hemos transformado las mallas de ar os en ar os radiales, podemos tranformar las mallas de
vigas, los emparrillados, en vigas radiales, que resolverán el problema del punto singular en el entro mediante
un ilindro que ombina los anillos de ompresión y tra ión de los ordones sustituidos en di ho punto, más
el alma que los one ta apaz de transferir arga en los asos de no simetría de éstas. Cabe añadir que los
ordones en ada anillo requieren rigidez a exión en su plano para iertos asos de asimetría.
Pueden sustituirse, sin pérdida de e a ia, parte de los esfuerzos radiales de los ordones omprimido y
tra ionado por esfuerzos en anillos intermedios, dando lugar a solu iones on mayor número de piezas y de
e a ia análoga, pero más ade uadas por su mayor densidad a las situa iones que requieren dimensionados
mayores, apli ables por tanto a las solu iones on anto limitado.
6. Tipos estru turales de ubierta 39

Figura 17: Vigas radiales.

Figura 18: Transforma iones posibles de las vigas radiales.

6.7 Catenarias

La otra alternativa de forma es ambiar la forma de los ordones. Puesto que ya vimos el aso de los ordones
omprimidos urvos, los ar os radiales, urvamos el ordón tra ionado y tenemos las solu iones de atenaria
radial, en las que muy a menudo el anillo entral interior es de gran tamaño, dejando abierta una fra ión
muy importante de la super ie ubierta.
Si unimos, nalmente, ar os y atenarias, tendremos el origen de las solu iones lenti ulares, en las que, nue-
vamente, podríamos onsiderar que el empleo de materiales de alta resisten ia en tra ión permite trasladar
la totalidad de la arga a las atenarias, transformando la familia de ar os en una estru tura destinada a
tensar a la anterior, que por tanto invierte su sentido de trabajo y pasa a estar también tra ionada a ex-
pensas de mayores esfuerzos en el anillo de ompresión. Ahora el elemento de onexión entre las dos familias
puede ser un uido si se logra un espa io estan o entre ambas familias, on lo que llegamos a las solu iones
lenti ulares hin hadas.
7. Con lusiones 40

Figura 19: Catenarias radiales, ... mejor on anillo.

Figura 20: Los anillos en ompresión se rigidizan.

7 Con lusiones

Los on eptos estable ido en el re orrido realizado, aun on las limita iones on que han sido apli ados aquí,
han mostrado su interés, y su elevado poten ial para fa ilitar la reexión en profundidad sobre las op iones
diponibles a la hora de diseñar.
En di ho re orrido hemos omprobado además que las solu iones formales de las estru turas de ubierta
son muy variadas, on e a ias omparables siempre que pueda re urrirse a materiales resistentes tanto en
tra ión omo en ompresión. Por ello la atribu ión de sentido estru tural a la forma no requiere ya de un
repertorio limitado de éstas omo su edía en el pasado. Sólo exige a otar en márgenes ( iertamente amplios)
a un pequeño número de parámetros abstra tos de la forma. Forma y e a ia resistente dejan, pues, de tener
aso ia iones per eptivas simples ha iendo inevitable la diso ia ión, en el terreno de la estabilidad, entre el
papel semánti o y el simbóli o de las formas. Podrán ahora atribuirse referentes simbóli os ualesquiera a
formas muy diversas. En tanto no se limiten las alternativas disponibles por requisitsos originados en otros
ampos a ondi ionamiento, industrializa ión los dis ursos basados en la fragmenta ión, la diversidad,
la autoría, et . estarán, pues, justi ados aunque sin legitimidad para operar arbitrariamente.
NOTAS

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