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EL GLOBO BLANCO

“El globo blanco” es una película iraní, estrenada en el año de 1995, siendo el primer

largometraje del director Jafar Pahaní, y con un guión de Abbas Kiarostami, la película

recibió elogios y buenas críticas por parte de los espectadores, esto la llevo a ser ganadora

en varios festivales de cine, incluido el premio de la Cámara de Oro del Festival de Cannes

de 1995.

La historia ocurre en la víspera del año nuevo iraní y nos presenta la historia de Razieh, una

niña de siete años junto a su hermano mayor Alí, quienes se ven atrapados dentro de un

problema luego de que Razieh les pidiera dinero a sus padres para poder comprar un pez de

colores y perdiera un billete de 500 tomanes.

Alrededor de esta situación, los niños se embarcarán en una aventura por poder recuperar el

dinero y llevaran al espectador a acompañarlos y a ponerse en el lugar de los niños.

El filme explora una narrativa diferente a la convencional, deja de lado por completo los

temas tales como la violencia o la política para dar paso a otros temas que se pueden

explorar con una mayor profundidad como lo puede ser la realidad social.

La película abarca los elementos del neorrealismo, al mostrarnos la historia desde el punto

de vista de una niña, las situaciones pueden cambiar mucho para el espectador, se presenta

una mayor empatía y sensibilidad con un problema que puede al principio no parecer tan

grave pero que termina transformándose, dentro del mundo del personaje principal, en su

principal preocupación y la motiva a buscar cualquier forma para poder resolverlo.

Las escenas son grabadas en su totalidad en escenarios naturales, lo que consigue crear un

ambiente más realista para el espectador, el poder apreciar una realidad en la que se
encuentran todos los personajes y la vida en la víspera de año nuevo del pueblo Iraní.

Cuenta con planos secuencia, algunos bastantes largos que pueden hacer parecer que la

película transcurra lento pero que ayudan a entender mejor lo que está sucediendo o aportan

un contenido importante a la historia, como por ejemplo la escena de conversación de

Razieh junto con el soldado.

De la misma forma, otro de los elementos que toma Pahaní del neorrealismo, es el uso de

actores no profesionales para trabajar en el film, convirtiendo así a los personajes en uno de

los puntos más fuertes de la película, ya que las actuaciones de los protagonistas principales

se hacen muy creíbles para los espectadores. Exponen la naturalidad del ser niños,

especialmente Razieh, quien llena de inocencia consigue conmover en gran manera al

público, sus gestos, acciones, diálogos y demás, son todas propias de las que tendría una

niña que se encontrara en esa situación, sin embargo también se le suma su determinación

por no querer rendirse y seguir en la búsqueda del billete que había perdido hasta haber

agotado el último recurso.

El argumento de la historia es otro de los puntos clave que hacen de “El globo blanco” una

película diferente al resto, el director retrata la realidad que podría vivir un niño al buscar

ayuda para resolver sus problemas, en la trama no existen personajes que sean buenos ni

personajes que sean malos, todos de alguna u otra forma intervienen de manera directa o

indirecta en la aventura que atraviesa la niña. Algunos intentan ayudarla pero en la medida

que no interfiera con sus actividades, otros simplemente la ignoran o le brindan una

solución que ella no espera.


Cada uno vive en su realidad y mientras eso pase no parece importarles mucho lo que

pueda estar pasando Razieh. Es aquí donde el director termina la película con un mensaje

mucho más profundo del que se esperaba, al incluir a un último personaje que se acaba

convirtiendo en uno de los más importantes en toda la historia, que es el niño afgano

vendedor de globos, quien sin esperar nada a cambio, decide ayudarlos después de ver la

desesperación con la que Alí buscaba el palo para poder sacar el billete del lugar donde se

encontraba. Este último personaje finaliza la historia sentado solo y si vender su globo

luego de haber ayudado a los niños a sacar el billete del sótano. Así, el director da el

mensaje de que muchas veces las buenas acciones pueden no ser correspondidas de vuelta,

el final es positivo para los protagonistas pero deja un espacio de reflexión para la

audiencia con la escena final.

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