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Con esta información resulta obvio que no se debe utilizar esta arena arcillosa para rellenar
la zanja si se usa equipo liviano de compactación. Ante la imposibilidad de usar un equipo
más pesado por razones de espacio, entonces, una de las alternativas de solución sería
rellenar la zanja con un material de mejor calidad, por ejemplo, una grava limosa cuya curva
de diseño se muestra en la Figura 4. Con este material bastaría compactar el suelo al 93%
del Proctor Modificado para que la estructura de pavimentos en la zanja sea solvente; que
es algo que está en el rango del alcance de un compactador liviano.
Para un lector muy observador, como seguro eres, es sencillo especular que es muy difícil
para cualquier suelo susceptible de hidratación (suelos con cohesión) desarrollar una
resistencia moderada (como por ejemplo CBR de 20%) para grados de saturación tan
importantes como 80%, si son compactados a bajos grados de compactación. De allí que
las fallas por hundimiento en las zanjas y en los accesos a puentes sean sumamente
recurrentes.
Como regla general, si se usa equipo liviano de compactación se debe cambiar a un suelo
de mucha mayor calidad y, sobre todo, se debe verificar su resistencia a través de diseños
típicos del Nivel 3 de la Pirámide de Diseño. Otra alternativa a considerar ante esta dificultad
es la estabilización del suelo.
No nos engañemos, en el Nivel 1 de la Pirámide de Diseño no hay ingeniería, solo recetas.