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4 Consejos para Enseñar Tu Profesión
4 Consejos para Enseñar Tu Profesión
Esto es genial. Y no creo que sea una moda, sino un síntoma de lo cambiante que es
el mundo actual y cómo nos arreglamos -en todas las profesiones- para seguir
aprendiendo.
Pero también pasa que vamos a uno de estos cursos y salimos decepcionados. ¿Cómo es
posible?
Como alumna frecuente que soy, preparé cuatro consejos sobre lo que para mí, debe
tener una clase para que resulte realmente valiosa. Si estás pensando en enseñar tu
profesión, dar un curso o charla, te pueden servir.
Últimamente me pasa, y también escucho a otra gente quejarse, que los cursos,
seminarios o charlas son siempre más de lo mismo. Todo muy amplio, a grandes
rasgos. Temas que la gente ya conoce bastante (porque es de su área) y terminan
yéndose con muy poco descubrimiento.
Honrar a los puntuales iniciando la clase en el horario pactado, es algo que muchos
lo vamos a apreciar. Hará que la clase sea más ordenada y créeme que para la
siguiente, la mayoría de los que llegaron tarde ya van a saber cómo viene la cosa.
Para tampoco matar la clase a aquellos que llegan tarde, podés planificarla a modo
que esos primeros minutos sean sobre cuestiones no tan trascendentes.
Sí, dar una clase para enseñar tu profesión es como salir al escenario a
representar una obra ¡No deberías improvisar! La clase debe estar estudiada y
cronometrada de principio a fin. Debés conocer cada punto fuerte y débil de la
misma. Tener a mano ciertos trucos para capturar, mantener o retomar la atención
del público. Es como salir a dar un stand-up. El público cree que al cómico se le
están ocurriendo los chistes naturalmente uno al lado del otro, sin embargo cada
tono de voz está estudiado. Así también debería ser tu clase.
4. Invitar a hacer
Irónicamente la gran problemática con la que todos nos topamos en esta era, la de
la información, es que encontramos muchísimo disponible en internet: Ideas, paso a
paso, tutoriales. Todo está ahí. Sólo nos toca hacer. Pero no lo hacemos, lo
postergamos quién sabe por qué.
Cuando vamos a un curso presencial, es una excelente oportunidad para que las cosas
sucedan. Cuando asistí al curso de redacción creativa en La Guapa, con Santi
Morello, él nos dio una introducción con un breve entrenamiento sobre el proceso de
escritura, herramientas y luego nos dijo: “Bueno, ahora escriban un cuento. Tienen
30 minutos.” ¡Qué horror! Enfrentarse a la hoja en blanco, hacer andar las ideas,
empezar a usar las nuevas herramientas que acabábamos de conocer. Eso es lo que nos
hace salir de la zona de confort. Pero para eso vamos a un curso, para aprender. Y
para enseñar tu profesión no hay mejor manera que invitar a tus alumnos a hacer.
Hacé de tu clase una experiencia vivencial. Ya sea que esta dure unas horas o (con
más razón aún) semanas. Mostrá tu fórmula, proponé ejercicios, armá grupos, incluso
competencias internas y esto la va a enriquecer muchísimo. Se van a generar
contactos profesionales y descubrir talentos escondidos.
Vivimos en medio oportunidades todos los días, pero al mismo tiempo e irónicamente,
rodeados de mediocridad. Para ser un poquito “pro” sólo hay que ponerle un poco de
garra y ya salen cosas buenas. ¡Aprovechá!