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Adriano Guerra.

Historiador. Universidad del Atlántico.


Candidato a Maestría U.I.S.

El gaitanismo fue un movimiento


político y social surgido en Co-
lombia entre las décadas de 1930
y 1940 cuyo fin era la transfor-
mación de la política a nivel na-
cional, basándose en la restau-
ración de los valores morales de
la nación. Su surgimiento creó
una condición coyuntural donde la
restauración tanto de los valores,
como de varias facetas de la vida
colombiana tomó primordial im-
portancia. Las formas con que se
comenzó a ver el “status quo” fu-
eron adquiriendo una asimilación
gradual propia de un movimiento
cuyo principio era “la restauración
moral y política de la republica”.

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Esto originó una ambivalencia en vida privada de los ciudadanos para gaitanistas en Barranquilla aparte
las opiniones frente a la sociedad y discutirlos en público,1 es decir co- de atacar y criticar a la llamada
la política, donde la mayor preocu- sas tan elementales como la aliment- oligarquía, buscaron nuevos esce-
pación fue romper con el tradicio- ación, los niveles y calidad de vida. narios en donde consideraban que
nalismo y dar una participación mas En este sentido vemos como las for- la corrupción se presentaba en otra
activa al pueblo para acabar con lo mas de hacer política y de opinar fr- forma, esta vez no tanto en las es-
que ellos llamaron “la oligarquía” o ente a la sociedad, van ampliándose feras gubernamentales, sino en un
mejor “país político”. y tocando factores mas privados espacio más público, la calle. Sus
de la vida social, donde la preocu- ataques a las formas inmorales de la
La concepción de la moral en Jorge pación por el lugar del individuo fr- sociedad y por ende su condición de
Eliécer Gaitán es una visión casi posi- ente a la sociedad van tomando una moralizadores en el nuevo escenario
tivista, influenciada directamente por importancia trascendental. En últi- los llevaron a tomar posiciones y a
el pensamiento de su profesor en Italia mas Gaitán entendía la moral como crearse imaginarios con respecto a
Enrico Ferri, en la cual los valores y la “la más evidente, real y concreta de algunos factores sociales de la ciu-
conducta de los individuos era de vital todas las realidades sociales”2. En dad que habían logrado alcanzar un
importación para acceder al bien so- este sentido la moral primaba en cierto espacio en ella, como la pros-
cial. Es por tal motivo que el compor- todos los valores, la inexistencia de titucion, las cantinas, los sitios de di-
tamiento del nuevo ciudadano pasó a estos “valores morales” en la socie- versión y todo aquello que atentara
ser una constante de discusión y ocupó dad era lo que había mantenido a la contra la higiene y la moral publica.
un lugar preeliminar en la preocupación oligarquía en el poder. Su posición de “restauradores” los
del caudillo liberal. Gaitán vio como colocaba en un plano donde las for-
tras las décadas de hegemonía tanto El presente texto es un intento por mas de sociabilidad del “país nacio-
conservadora como liberal, el pueblo presentar un análisis de la concep- nal” o el pueblo fueron vistos como
se sumió en una condición donde los ción de moral de los gaitanistas bar- núcleos degeneradotes de una socie-
valores morales se habían corroído por ranquilleros, trasladado del campo dad que cambiaba paulatinamente
la situación de analfabetismo en el que político a aspectos sociales como la en las formas de ver la vida.
se le mantuvo. Por consiguiente sus higiene publica, la salud publica, o
practicas cotidianas eran consecuentes en definitiva lo que estos llamaron Barranquilla por ser ciudad puerto,
y no concientes. la “Moral Publica”. Para ello am- entre otros factores, era muy pro-
bientaremos los debates y protestas clive a que los medios y los sitios
Debido a lo anterior vemos como la que presentó tanto la sociedad como de prostitucion fueran comunes.
concepción de “cultura popular” que los políticos gaitanistas respecto a De igual forma las poblaciones
manejaba Gaitán toma matices con- los flagelos que consideraban como ribereñas del magdalena en la pri-
trarios a la idiosincrasia popular, es negativos para el desarrollo de una mera mitad del siglo XX, debido a
decir, que en ocasiones rechazaba al- sociedad pulcra basada en nue- la gran cantidad de navegantes que
gunas prácticas populares tradiciona- vos valores que trajeran consigo la arribaban a ellas, contaban con si-
les, para reemplazarlas por una cul- verdadera restauración moral de la tios destinados a satisfacer el deseo
tura más “civilizada”. Siendo alcalde republica. Las protestas contra el natural y la distensión de los hom-
de Bogotá buscó eliminar el uso de la ambiente público antihigiénico, la bres. Barranquilla por ser el prin-
ruana, pues consideraba que era una contaminación visual y auditiva, y cipal puerto, la concentración de
“prenda mugrosa que ocultaba una la delimitación de las zonas de tol- estos lugares y los problemas de
suciedad aun mayor”. Esto también erancia serán expuestas para com- higiene eran mayores.
es una prueba de que la concepción prender la visión de la sociedad de
de “restauración moral” de Gaitán aquel tiempo y acercarnos hacia La ciudad contaba con varios nú-
muchas veces se refería a aspectos nuestro objetivo de estudio. cleos donde se desarrollaron agru-
mas reales de la vida pública. paciones de establecimientos de
Dado lo anterior, la concepción cantinas y prostitucion. Entre ellos
Herbert Braun argumenta que Gai- gaitanista de la moral avanzó desde podemos destacar: el llamado bar-
tán fue el único político que para su una perspectiva política hasta otro rio chino3 o barrio de tolerancia,
época planteo los problemas de la campo de la vida pública. Los hoy un sector del barrio montes.

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Un segundo núcleo estaba ubicado Como se ve el surgimiento de es- En Julio de 1946 se resaltaba la
en el sector del boliche4. Y otro tos sitios comenzó a inquietar a los gestión de un inspector de la policía
en la carrera “pica-pica”, hoy car- dirigentes locales, quienes veían en por “contener el avance clandestino
rera 41B, frente al mercado público. ellos un motivo de preocupación de la prostitucion que se desarrolla
Además de estos existían sitios en por la forma en que estos “focos en casas de asistencia, hoteles de
otras partes de la ciudad, pero sin de corrupción” podían afectar a la dudosa moralidad, hospedajes y
duda alguna en estos tres se hallaba sociedad. Aun que estas quejas se fondas ubicadas en las principales
una gran concentración. El primer habían dado también desde princip- calles de Barraquilla” colocando
sector se encontraba en una zona ios del siglo XX, para este periodo sanciones y “haciendo conducir al
donde por la lejanía del centro de la el movimiento gaitanista lo vio por dispensario respectivo a las mujeres
ciudad, lo convertía en un lugar ale- medio de la óptica de la moral de que en forma oculta atentan contra
jado y propicio para un ambiente de Gaitán y en este sentido comenzó a la salud publica”9. El semanario
lujuria. Los dos últimos núcleos se hablar de lo que ellos consideraban también tomaba posturas negati-
erigían en sectores de gran impor- como “la moral publica”, que no era vas en cuanto a las “fritangas” y a
tancia para la urbe, pues en sus al- más que una concepción moraliza- la ubicación de “casas de mujeres
rededores se desarrollaba el comer- dora, con un toque Altruista, para publicas” en barrios residenciales,
cio. La carrera “pica-pica”, debido impedir las conductas y las formas además se quejaba de la calle “pica-
a su ubicación más central, fue el de diversión que fuesen “dañinas” pica”, “primero, por que el vocabu-
foco de los ataques de la opinión para el orden social. lario de las meseras es sumamente
publicada gaitanista, por medio de inmoral, y en segundo lugar, el rui-
su órgano de mayor difusión: el se- La visión de este sector gaitanista al- do de las pianolas le da a la carrera
manario “La Tribuna”. gunas veces se tornaba reacio hacia ya dicha, forma de ser un lupanar
las practicas del “vulgo”, condenado de la peor clase”10. Sin embargo
Hacia mediados de la década del el lenguaje y los modales. Ejemplo rechazaban comúnmente la gestión
cuarenta, el concejo municipal de de ello es que en la carrera “pica-pi- de otros inspectores, que tomaban
Barranquilla llamaba la atención ca”, decía un escritor en el semanar- actitudes al parecer desentendidas
de las autoridades locales por la io “la tribuna”, existían treinta can- para los propósitos gaitanistas.
consolidación que había tenido la tinas con una pianola cada una, las No obstante estos imaginarios de
carrera “pica-pica”, según los con- cuales funcionan desde las seis de la una sociedad culta llevaban a hac-
cejales esta era “origen de alarma mañana hasta las doce de la noche erse apelativos para la búsqueda de
social y bochornosa para la ciudad y cada establecimiento había “dos o la “alta sociedad” y desaprobaban
de Barranquilla”. El comunicado tres mujeres de vida licenciosa que cualquier polarización vulgar que se
pretendía denunciar desde el volu- escandalizan la moral con sus pa- diera fuera del barrio de tolerancia,
men de los “aparatos musicales lla- labras obscenas y con sus modales por ejemplo, al quejarse de sitios
mados traga-níquel” hasta el vocab- vulgares”7. Además se buscaba que fuera del barrio chino decían: “las
ulario de las meseras que tenían una la alcaldía dictara restricciones con damas que tienen por allí el lugar
“conducta inmoral”. Este lugar era respecto al radio de funcionamiento de sus citas y de sus caricias, han
frecuentado por amas de casa que y multas para el ruido con el “fin de establecido una especie de sucursal
hacían sus mercados y estudiantes moralizar el ambiente y proteger a del barrio de tolerancia, con la agra-
que se desplazaban para comprar la sociedad que se siente lastimada vante que la policía pasa por allí de
útiles escolares en varias librerías con la corrupción que avanza en vez en cuando y no presta el servi-
del sector5. Sin embargo, decían forma desabrochada, vertiginosa”8. cio que debiera con las damas que
los concejales, que el alto volumen en continuas parrandas llenan los
y “las meseras que atienden estas De igual forma la gestión de las au- hogares”11. La visión permonizada
cantinas, quienes, ante los ojos del toridades oficiales era comentada de esta pequeña prensa consistía
público (…) aparecen en funciones constantemente, algunas veces con también en ubicarlos “antros de
deshonestas, descaradas, colmadas “aplausos” y en otras ocasiones con corrupción”, como eran llamados,
de embriaguez y actitudes y len- duras críticas y alusiones sarcásti- dentro de un perímetro establecido
guajes inmorales”6, hacían impo- cas en cuanto a la actitud de los em- y alejado con el fin de no perjudi-
sible esta tarea. pleados públicos y la policía. car la vida social.

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tantes de su propio movimiento. La
La construcción imaginaria y legal búsqueda de la depuración social no
de este perímetro, se dio hacia me- se desarrollaba simplemente contra
diados de la década del treinta por los dirigentes y gestores del viejo
parte del concejo municipal, que orden sino también contra los “res-
reglamentaba la existencia del bar- tauradores” que dieran un paso atrás
rio de tolerancia o barrio chino y en el objetivo de moralizar la socie-
prohibía contundentemente el fun- dad. Así lo hacían al quejarse de la
cionamiento de estos sitios en bar- actitud de un magistrado gaitanista,
rios como: El prado, Boston, El rec- Carlos Stacey Insignares, al hundir
reo y las delicias.12 Para 1944, el un acuerdo municipal por el cual se
concejo estableció impuestos cinco prohibían los cabaret, en su opinión
veces mayores para las cantinas, este debía “dar una explicación de su
salones de bailes y cabarets que se conducta, ya que haciendo parte del
encontraran fuera del perímetro del movimiento restaurador que dirige
barrio de tolerancia.13 Estas medi- el doctor Gaitán contra los vicios
das tenían como fin la restricción a que aquejan al pueblo colombiano,
la proliferación de estos lugares por su actuación de ahora lo coloca en
toda la ciudad. Pese a lo anterior un punto muy difícil dentro de las
esta concepción presentaba choques filas liberales que orienta el jefe del
imperceptibles con la idiosincrasia liberalismo colombiano.”15
común de la ciudad puerto, pues la
población desviaba apoyos incon- El entendimiento de esta prob-
scientes y extendía el surgimiento lemática también lo trasladaban a
de estos lugares. instancias más materiales como la
higiene y la salud pública. Los es-
Los editores planteaban ejemplos a critores opinaban sobre la situación
seguir donde la salvación del bien de higiene en Barranquilla la cual
social primara. Se abogaba algunas era un tanto delicada. Colocaban
veces por que el concejo munici- como causas las condiciones mate-
pal tomara posiciones como las de riales de la ciudad, donde las “aguas
su homologo en Bogotá, quienes sucias” y “los hogares antihigiéni-
habían prohibido la prostitucion cos” eran comunes, tomaban como
en todo el perímetro urbano. Los ejemplos “un prostíbulo de gran
gaitanistas de la ciudad considera- renombre en la carrera cuartel, en-
ban que “Barranquilla es victima tre las calles San Blas y paseo Bolí-
de la carrera desenfrenada de la var.* Los sanitarios pasan por allí
prostitucion. En todos los lugares [refiriéndose a los funcionarios del
centrales, en las calles y carreras gobierno]. Transitan por ese lugar
donde existen planteles educativos el director y el secretario y esos
y donde viven familias honorables, funcionarios no han sido capaz de
los establecimientos de cantinas y clausurar el centro de corrupción
las casas de citas se dan a mano que se ha establecido en pleno ri-
una con otra”.14 Por lo tanto creían ñón de Barranquilla”.16 La higiene
necesaria esta medida. pública era una concepción que
el mismo Gaitán había manejado
Pero la visión de guardianes res- desde su alcaldía en Bogotá hacia el
tauradores y críticos de cualquier año de 1936, cuando inicio una
acción dudosa, los llevaba al igual
que Gaitán, a criticar incluso a mili-

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campaña en pos de la
presentación personal
y la higiene, insta-
lando baños en plena
vía pública, incluso
en la plaza de Bolívar,
además de varias corre-
durías en tiempos de la
“UNIR” que la critica
llamo “la campaña del
jabón”. Esta ideología
de algún modo se
trasladó a la conciencia
de los críticos gaitanis-
tas en la ciudad que ar-
remetían incluso contra
las enfermedades que
se propagaban en los
sitios de prostitución,
como se puede ver en
lo siguiente donde la
dirección de higiene
había clausurado lo
que ellos llamaban “un
antro de asquerosidad”.
Su cierre se debió a “la
censura de la gente de
bien que por esa vía
tienen sus almacenes de algunas cantinas. Esta vez los au-
y del público que presenciaba el Por su parte, el concejo de Barran- tores del semanario creían que den-
escándalo permanente de mujerzu- quilla, emitía comunicaciones para tro de las resoluciones que regían el
prohibir el uso de la marihuana e
elas taradas por la sífilis que estaban funcionamiento de estos sitios de-
contagiando a media población”.17 imponía “las penas máximas” a bía existir también un artículo que
Los editores veían el problema los sitios que expendieran dro- regularan sus nombres. En especial
como una cuestión primordial de gas. Para los concejales este vicio se referían a una cantina ubicada
“higiene pública” y acusaban a las afectaba directamente a las “clases en la carrera “pica-pica” la cual se
autoridades locales de recibir chan-trabajadoras”.18 El flagelo de las llamaba < siga-ron >, que tildaban
tajes de los dueños de los locales enfermedades venéreas y los vi- de ser “el vocablo o el decir que
con el fin de permitir su funciona- cios a las drogas comenzaban se estila entre la gentuza que vive
miento dañino. a aparecer en una sociedad que de los que ejercen el oficio de me-
veía paulatinamente asomarse a la seros en hoteles y restaurantes”.19
Las enfermedades, los vicios, in- modernidad, pero ya no tanto en Al mismo tiempo se pedía su cierre
cluso la contaminación visual eran un desarrollo material sino en la pues “peca contra la decencia y la
temas que comenzaban a preocu- degradación del individuo. moral pública”.20
par a las autoridades y editores de
estos periódicos. Este era un rec- La contaminación visual también Pero el tema era tan delicado e in-
hazo tanto en el modelo político era atacada desde “La Tribuna” y la moral para estos editores que inclu-
como en el desarrollo social y ur- gestión moralizadora se extendía en so lo tomaban como ataque para sus
banístico que la sociedad comenzó varios francos, es así como vemos adversarios, en especial los comuni-
a experimentar. protestas incluso contra los nombres stas. Desde el semanario gaitani

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sta “La Suegra” se acostumbraba a las cantinas donde se reúnen las
atacar a los “camaradas”21 quienes mujeres de vida licenciosa, en el
contornados respondían algunas barrio de la tolerancia, gozan de
veces desde su semanario “Noticias la presencia de numerosos agentes
de la costa” así “no acostumbra- de la policía nacional y municipal.
mos a ir a los prostíbulos como si ¿Será un privilegio?”.25
lo hace el director de “la suegra”,
hombre que no se preocupa de mor- A pesar de todos los ataques de estos
alizar sino de propagar la degener- semanarios, el “gremio” de cantin-
ación de las relaciones familiares y as, bares y cabarets se defendía uti-
en la sociedad”.22 Como se ve el lizando avisos publicitarios donde
señalamiento entre uno y otro bando primaban las buenas condiciones
mostraba facetas donde la asisten- higiénicas de los establecimientos y
cia de hombres cultos a estos sitios la asistencia de “personas de bien”,
los presentaba frente a la sociedad ya que según estos, los administra-
como degeneradotes de la moral. dores no permitían “gentes de mala
presencia y menos escandalosos
La asistencia masiva a estos lugares empedernidos”26. Además otro avi-
se daba, entre otros, por parte de so puntualizaba lo siguiente: “quien
menores de edad, empleados, obre- visita una vez el cabaret <el gabi> lo
ros y algunos policías. A mediados visita siempre”.27 Esto como para
de los años treinta se hablaba ya de hacer consideraciones de los gustos
la asistencia de “menores que con del “pueblo” barranquillero.
libertad de libres, acudían a las
academias, a los bares y a los res- En todo caso la visión moralizadora
taurantes, a fumar, a beber, a bailar de estos gaitanistas, dejaron testi-
y a gastar en francachelas lo que monios para comprender las condi-
ellos no trabajan todavía”.23 Es- ciones de una Barranquilla, que a
tos “menores de pantalones largos” pesar del desarrollo económico y
constituían un considerable público urbanístico que tuvo a principios
en los lugares de diversión, pero el del siglo XX, mostraba las facetas
grupo mas fuerte de asistentes lo de una vida social más común y
generaban los empleados y obreros generalizada que se efectuaba diari-
quienes según los editores de “La amente entre sus calles más popu-
Tribuna”, “dejaban íntegramente el lares. Para concluir podemos pun-
fruto de su trabajo”.24 Lo anterior a tualizar, como se ha demostrado y
mas de inquietante, consistía sobre muy poco estudiado, que la concep-
todo en un factor de la vida privada ción de la restauración moral de la
del obrero, que en líneas de estos república en los gaitanistas no es
semanario se hacia publico. A parte sólo una mirada a la transformación
de la asistencia de los empleados de la instituciones políticas que se
y obreros, algunas veces aparecían necesitaba, sino que era una visión
artículos en esta “pequeña prensa” más compleja que abarcaba los as-
que irónicamente hacían alusiones pectos más públicos de la sociedad
sobre la visita de policías a estos lu- que buscaban trasformar. El con-
gares, como se ve en lo siguiente: cepto de restauración moral neces-
“saber que los barrios donde habi- ita más estudios, bien en el campo
tan las gentes honradas no cuentan político, pero indudablemente tam-
con vigilancia policiva, para prote- bién en el campo social.
gerlos de los maleantes, y ver que

40 EDICIÓN 5
1 BRAUN, Herbert. Jorge Eliécer Gaitán y la mod- 16La Tribuna, 29 de agosto de 1946, año xiv, nº 610,
ernidad, en: Revista Credencial Historia, edición 96, p. 1, col 1, “La higiene en Barranquilla”.
Bogotá diciembre 1997, pp. 12-15.
17 La Tribuna, 18 de septiembre de 1948, año xvi, nº
2 GAITÁN, Jorge Eliécer. Obras selectas, Colección 703, p. 4, col.1. “Un ejemplo que debe ser imitado”.
pensadores políticos Colombianos, Cámara de repre-
sentantes, Bogotá 1979, p. 174. 18 En, Archivo del Concejo Municipal de Barranquil-
la, libros varios 1946. (sin foliar)
3 ver GÓMEZ FONTALVO Gilberto, PONCE VEGA
Eugenio, MANTILLA Álvaro. Barrio Chino, Barran- 19 La Tribuna, 21 de julio de 1948, año XVI, nº 695,
quilla nov. 1996, Archivo Histórico del Atlántico. p. 1 col. 2. “El inspector nº 10”
20Ibíd.
4 Ver STEVENSON Adlai. El boliche en su juego fi-
nal, en Revista “Vía cuarenta”, Nº 4, Barranquilla nov. 21 El ataque de los gaitanistas al sector comunista se
De 1999, pp. 56-59. debió principalmente al apoyo que los últimos le brin-
daron a la candidatura de Gabriel Turbay. Vease, “La
5 “La carrera <pica-pica> origen de alarma social Suegra” 20 de abril de 1946, nº 101.
y bochornosa para la ciudad de Barranquilla”. En,
Archivo del Concejo Municipal de Barranquilla, libro 22 Noticias de la Costa, Barraquilla 22 de junio de
Acuerdos-Actas 1945, tomo 6, Fol. 1130. 1946, año 1, nº 10, p. 4, col. 4. “En la brecha”.
6 Ibíd.
23 Letras, Barranquilla, 15 de junio de 1935, nº 534, p.
7 La Tribuna, Barranquilla, 10 de marzo de 1948, año 1, col. 1. “Los frutos de una campaña”.
xv, nº 678, p. 1, col. 4, “La corrupción desabrochada”.
8 Ibíd. p. 4, col. 3. 24 La Tribuna, 3 de diciembre de 1946, año XIV, nº
621, p. 1 col. 3, “Por la moral social”.
9 La Tribuna, Barranquilla, 10 de Julio de 1946, año
xiii, nº 604, p. 1, col. 2. 25 Letras, 8 de diciembre de 1945, edit. Nº 1051, p. 3,
10 Ibíd. p. 1, col. 3. col. 4, “Cosas que chocan”.

11 La Tribuna, 24 de febrero de 1947, año xiv, nº 629, 26 La Tribuna, 25 de julio de 1947, año XV, nº 652, p.
p. 2, col. 1. el sector del que se quejaban era el com- 4, col. 2, “La bombonera”
prendido entre la calle San Roque, carreras providen-
cia e independencia. ( muy cerca al barrio chino) hoy 27 La Tribuna, 15 de marzo de 1947, año XIV, nº 635,
calle 31 entre carreras 24 y 25. p. 6, col 1-2.

12 GÓMEZ Gilberto, PONCE Eugenio, MANTILLA


Álvaro. Op. Cit. p. 41.

13 Archivo Concejo Municipal de Barranquilla, Fólder


de Acuerdos 1944. ( sin foliar)

14 La Tribuna, 18 de septiembre de 1948, año xvi, nº


703, p. 1, col 1.

151La Tribuna, 11 de julio de 1947, año xv, nº 650, p.


1, col 3.

* Carrera cuartel (Cr. 44), calle San Blas (Cl. 35),


paseo Bolívar ( Cl. 34 ).

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