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Antofagasta
Posthumanismo
Nombre:
Dyana Gonzalez Castillo
Asignatura:
Posthhumanismo
Profesor:
Diego Pérez
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La Declosion- Deconstrucción
del cristianismo 1
Jean-Luc Nancy argumenta que el autosobrepensamiento y su disposición de deben a que el
cristianismo ha dejado de ser sustento o más bien servir como sustento, a la experiencia
contemporánea. Dice que el cristianismo ya no es un proveedor de un sentido común como
tampoco de un sentido en si , llamado como el fin delas ideologías .
Jean-luc Nancy no quiere o más bien no busca rechazar una tradición, es por eso que el
propone un deconstrucción, que es afrontar lo que viene a occidente y al cristianismo. Que
esta proyección puede encontrarse en nuestra cultura, encontrándose a veces sin quererlo en
un estado cristiano, el cristianismo es un muy curioso acontecimiento de nuestra historia
que impone por su propia lectura, y en su propia tradición y al mismo tiempo una
integración de toda la herencia anterior, ya que el cristianismo se concibe a sí mismo como
reanudación y relevo del judaísmo, del helenismo. En el fondo el cristianismo niega para
sobrepasarse de la Ley antigua a la Ley nueva, del logos en el Verbo. El cristianismo se
considera a sí mismo como movimiento, donde una fe se descubre tomando como
referencia lo que le precede, referencia que ella renueva y aclara.
La salvación no puede ser separada de la historia. Para el cristianismo no basta con un
misterio y su acceso a él, sino que en el andar como lo dicta en el libro, en la marcha es que
se da la revelación misma. Entonces el sujeto en su andar, que tiene una apertura, la historia
como apertura del sujeto, que sólo es sujeto como sujeto histórico, progresivamente, que no
adviene de un solo golpe, hace que, en opinión de Nancy, el cristianismo sea la religión de
la salida de la religión.
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El Nacimiento de la
Biopolítica:
Michel Foucault se acerca a la realización de una historia del Estado moderno.
De este modo va a plantear que el liberalismo, en este caso más específicamente el
neoliberal alemán y norteamericano, se componen de la racionalidad propia de las formas
de gobierno. En este sentido, la lectura foucaultiana radica en la descripción de una
programación neoliberal que apunta a organizar, intervenir y acondicionar, el medio en el
cual se desenvuelven la población.
Pero esta historia de Michel Foucault del nacimiento de la biopolítica comienza más a
enfocarse en defender la sociedad, tal curso fue dictado en el collage de france en 1976, en
el cual Foucault plantea que empiezan a surgir nuevas técnicas de poder que se concentran
específicamente en el cuerpo individual.
La biopolítica para intervenir al interior de las poblaciones tiene relación con prevenciones,
estimaciones, medidas globales, creando un mecanismo de seguridad en torno todo lo
imprevisto en las poblaciones con el fin de administrar el estado de vida y tomar gestión
de vida con un intento de tener conocimiento profundizado de la noción de la biopolítica.
Desde aquí define su proyecto como historia de la gubernamentalidad que permitirán
realizar una forma de gobierno que tiene como blanco principal la población.
vida. Sin embargo, sólo se cumplirá la primera parte. Todo el cual implicara una cierta
elección de métodos en la que se dejan de lado los objetos universales y primeros tal que
este modo se pueda entender que el estado, aparte de ser un dato muy histórico natural que
tiene su propia dinámica y que un producto de ciertas prácticas como también de ciertos
discursos.
IDEA: Martín Heidegger en esta Carta sobre el humanismo, que escribió después de la
Segunda Guerra Mundial, realiza una gran crítica contra el humanismo, la cual se basa
principalmente en la idea de que los distintos tipos de humanismo o corrientes humanistas
no han podido entrar en el fundamento final de la humanidad, y por esto han perdido el
camino, haciendo deambular al hombre a través de diferentes ideologías.
ENSAYO: En esta carta Heidegger realiza un pequeño análisis acerca de los diferentes
humanismos que se han desplegado a través de la historia, mostrándonos desde su
perspectiva, que Roma (Renacentista) es la cuna del humanismo, pero su concepto es
griego. Luego, Heidegger nos hace reflexionar acerca de los tres tipos de humanismo que él
considero más influyentes durante su época: el marxismo, el existencialismo y el
cristianismo. Y nos dice que cada una de estas corrientes ofrece distintas miradas acerca de
la naturaleza, la historia y el sentido de la vida, sin embargo, ninguna aborda por completo
y de modo adecuado la pregunta por la esencia humana. Explica que el olvido de esta
pregunta tan importante se debe a que el marxismo, como el existencialismo y el
cristianismo tienen su raíz en la metafísica, porque dan una interpretación del ente que no
toma en cuenta previamente la pregunta por el Ser. Ósea que todas estas tres corrientes
olvidan la única pregunta realmente importante para Heidegger, que es la que apunta a la
verdad del ser. Para Heidegger el problema de la metafísica, y por consecuente, del
humanismo, es que piensa la esencia del hombre únicamente desde la dimensión de la
animalidad, ósea analizándolo con lo humano y lo inhumano, entonces entra a reflexionar y
dice que el hombre no puede ser tenido como un ente entre otros, al contrario, tiene una
característica especial que lo hace ser diferente a los demás. Ósea que dice que lo que lo
separa no es una diferencia específica, sino una diferencia de orden ontológico. Heidegger
pensaba que el hombre es el único ser vivo que puede ir más allá de sus necesidades básicas
y sus instintos para preguntarse por el fundamento último de su esencia. Ósea que puede
crearse para sí mismo algo como un mundo que es más que el medio que nos rodea en el
cual están insertos los otros entes.
Y nos decía que esta relación con el Ser implica que habita y está en el mundo de un modo
particular, lo que le confiere un carácter especial a su existencia, ósea que el simple hecho
de ser humano, implica para Heidegger la pre-comprensión del Ser. En esta carta sobre el
humanismo Heidegger concluye o nos da a entender, que el verdadero humanismo (que
para él es aquel que tiene como fundamento; la humanidad del hombre depende de su
dependencia con el Ser)
Heidegger tiene sus reservas sobre la pregunta misma. Realmente, ¿hay que devolverle a la
palabra “humanismo” un sentido?, ¿es ese todo el problema?, ¿todo lo que Europa y el
mundo en general esperan de los intelectuales, de los filósofos, es eso? Y si así fuera,
¿Cómo hacerlo?, ¿se trata de algo que hay que hacer antes de responder estrictamente a la
pregunta, Heidegger se detiene en un disquisición sobre que es hacer algo, que es actuar y
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cuantas son sus formas, que ya había desplegado en la conferencia de 1930”de la esencia de
la verdad”.
El sentido más obvio del termino hacer es producir un efecto, y el del termino actuar,
ejecutar una acción concreta. Pero hay un sentido más amplio que estos de hacer y de
actuar, que se refieren a efectos muy determinados y concretos, y que es el de realizar
plenamente, dar cumplimiento, culminar, y que Heidegger recoge en los términos “llevar a
cabo” y “producere”, que en latín significa conducir hacia adelante. Obviamente, ser
plenamente sí mismo es más amplio que realizar una acción y que hacer algo. Y esa es la
respuesta que Heidegger da a la pregunta de Beaufret. Ser plenamente sí mismo es realizar
la esencia de uno mismo, o de aquella realidad que se desee realizar, pero para eso hay que
conocer y amar mucho aquello que quiera realizarse, hay que estar muy abierto a su ser y
dejar que ese ser suyo se exprese y manifieste sin estrechamientos ni manipulaciones (dejar
ser al ser). A eso es a lo que Heidegger llama “pensar” y esa es según él la vocación y el
destino del hombre y la vocación y el destino del ser.
para atajar los reproches de idealismo y subjetivismo que desde la publicación de ser y
tiempo se le hacen, y que estarán especialmente presentes en la crítica de los años cincuenta
y sesenta, Heidegger declara, ya en la primera página, que “el pensar lleva a cabo la
relación del ser con la esencia del hombre”, y que ese llevar a cabo consiste en que “en el
pensar el ser llega al lenguaje”, pues “el lenguaje es la casa del ser” y “en su morada habita
el hombre”.
Heidegger sitúa, pues, el tema de la plena realización de la esencia humana, el tema del
humanismo, como clave y eje del tema del lenguaje, y a su vez va a establecer el tema del
lenguaje como eje y clave del humanismo, como ha hecho siempre la tradición del
pensamiento occidental. Pero lo hace de una manera particularmente radical, sin aceptar ni
dar por supuesta la ontología del lenguaje y del hombre implícitas en esas tradiciones.
No desarrolla una investigación sobre esas tradiciones, como harían años después Gadamer
y Apel, sino que abre una nueva ontología del ser humano y del lenguaje, o, más bien,
articula la ontología que elaboro en “ser y tiempo”, con la ontología general que despliega a
partir de ahora.
La relación entre pensar y ser, de la que Heidegger ha venido hablando, se caracteriza
ahora como “eros”. Esa es la más primitiva manera en que platón caracterizo la filosofía,
como “eros” de Sofía. A su vez Kierkegaard había rebautizado “eros” platónico con el
nombre de existencia. Pero ahora tal caracterización no está formulada en términos
imaginativo-mitológicos, como en platón, ni en términos afectivo-existenciales como en
Kierkegaard, sino en términos ontológicos abstractos y por eso resulta más difícil de
entender.
En términos imaginativo-mitológicos podría decirse que el pensar es Urano (o el varón) y
que el ser es Gea (la hembra). En términos afectivo-existenciales podría decirse que el
pensar es Dante o Romeo y que el ser es Beatriz o Julieta. Describir la relación que hay
entre ellos en términos ontológicos es el procedimiento que Heidegger sigue para poner en
claro lo que es el pensar y el ser, y como esa relación es lo que se suele llamar amor,
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Una vez que el ser ha caído en el olvido y el pensar ha quedado exiliado de su elemento, el
lenguaje queda también convertido en ente, en cosa, en herramienta, con la que
efectivamente se maneja y se tramita la vida ordinaria, y todo lo que tiene curso legal en
ella. Bajo los principios de la organización conjunta del ser y del saber, a tenor de la
estructura de la realidad según la subjetividad que Aristóteles diseñara en su metafísica, el
lenguaje puede verse como un conjunto de entes ya dados (significantes en correspondencia
con significados) sin mayor preocupación sobre su origen y la relación con el ser.
“Bajo el dominio de la metafísica moderna de la subjetividad, va cayendo de modo casi
irrefrenable fuera de su elemento. El lenguaje también nos hurta su esencia: ser la casa de la
verdad del ser. El lenguaje se abandona a nuestro mero querer y hacer a modo de
instrumento de dominación sobre lo ente.