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Reglas de Seguridad

Desde la maniobra más sencilla hasta la que entraña más riesgo, es preciso
seguir unas reglas básicas para garantizar una circulación más segura, a
saber observar, advertir y ejecutar.

Un automóvil es solamente una máquina que obedece las ordenes que le


transmite, en forma de decisiones y movimientos, el cerebro de su conductor.
Cualquier alteración anímica en un momento determinado, provoca los
errores o aciertos de ambos. La ira, la agresividad, los trastornos transitorios
producidos por el sueño, la fatiga y la ingesta de alcohol, son causas de
perdidas del control que se requiera para conducir con la máxima seguridad
posible, un vehículo que pesa más de una tonelada y avanza a velocidades
superiores a los 100 kilómetros por hora en un tráfico cada día más conflictivo
y saturado. Aquellos conductores a los que, la rutina y el exceso de confianza,
les lleva a olvidar estos factores cuando se sientan ante el volante, no
solamente están en permanente riesgo de sufrir un accidente, sino que,
pueden provocarlo a terceras personas inocentes. Aunque sólo sea durante un
instante, cada día, cada vez que iniciamos la marcha, hagamos un esfuerzo
por recordarlo: nos va en ello la vida.

Observar nuestro entorno: nuestro vehículo está equipado de una serie


de elementos que nos permiten observar la situación antes de realizar
cualquier maniobra y que tenemos que utilizar. Estos elementos son los
espejos retrovisores, los laterales y el interior, por lo que antes de realizar
cualquier maniobra debemos observar a través de los mismos la situación de
la circulación, con el objeto de proceder a realizar la maniobra con total
seguridad y sin obstaculizar al resto de los demás usuarios de la vía.
Advertir la maniobra. La maniobra que pretendemos realizar debemos de
indicarla con suficiente antelación y utilizando los indicadores de dirección, si
vamos a proceder a efectuar un cambio de dirección, u un aparcamiento, o en
su caso señalizándolo con el brazo.

Ejecutar la maniobra. La maniobra debe de ser precisa, sin vacilaciones y


siempre sin obstaculizar, ni poner en peligro al resto de los usuarios,
obligándoles a cambios de dirección o frenazos bruscos.

Adelantamientos
Un adelantamiento es una maniobra que consiste en sobrepasar a otro
vehículo que circula en el mismo sentido que nosotros pero con velocidad
inferior, y delante de nosotros. Los adelantamientos se pueden realizar
utilizando carriles de sentido contrario al nuestro, pero existen vías en las que
hay habilitado un carril adicional para realizar esta maniobra.

La maniobra de adelantamiento es una de las más peligrosas por lo que


debe extremar las medidas de seguridad antes de realizar las mismas.
Aunque cada vez son más las vías con varios carriles de circulación en un
mismo sentido, se tienen que mantener las mismas precauciones. La
maniobra en sí habra de realizarse con rapidez, pero sin brusquedad, y con
suficiente reserva de aceleración, adaptando el régimen de marchas a la
misma. Siempre habrá de efectuarse en los tramos permitidos y con
visibilidad suficiente.

Distancias. Mantenga siempre una distancia adecuada respecto del vehículo


que se pretende adelantar, ni muy cerca ya que un frenazo brusco podría
originar un alcance trasero, ni muy lejos ya que la maniobra requeriría más
tiempo del necesario.

Velocidad. Antes que nada debemos observar los límites genéricos de la vía
por la que circulamos, de forma que incurramos en una infracción por
sobrepasar los mismos. En este apartado es necesario tener en cuenta no sólo
la propia velocidad, pero sobre todo la velocidad del vehículo que se pretende
adelantar. Si restamos ambas velocidades, obtendremos la velocidad real.
Tratándose de vías de doble circulación observaremos si existe algún vehículo
de frente en cuyo caso la distancia que separa a éste y al que al que adelanta
disminuye a una velocidad que es la suma de la de ambos.

Observar previamente. Cuando hemos decidido realizar la maniobra


debemos observar nuestro entorno, con la ayuda de los espejos
retrovisores, de forma que podamos realizarla sin peligro alguno, ya que
pueden circular vehículos detrás nuestro que hayan decidido hacerlo con
anterioridad y se encuentren realizando ya la maniobra, o circulen vehículos
en sentido contrario que no permitan realizar la misma.
Señalizar. Es necesario informar al resto de los conductores de nuestra
intención de maniobra, por lo que utilizaremos los indicadores de dirección, y
en algunas ocasiones podremos realizar ráfagas cortas. Debemos fijarnos
bien de que el vehículo que nos precede no tiene intención alguna de realizar
algún desplazamiento lateral a su vez o realizar un cambio de dirección, ya
que podríamos incurrir en un accidente.
Regresar a la posición en la vía. Una vez hemos rebasado el vehículo debemos
regresar a nuestra posición inicial, pero antes habrá que comprobar que se
puede hacer con seguridad, utilizando para ello el espejo retrovisor y
haciéndolo gradualmente, comprobando que existe espacio suficiente
respecto del vehículo adelantado.

Los demás vehículos deberán facilitar la maniobra, no aumentando la


maniobra o incluso disminuyéndola si la situación presenta algún riesgo de
colisión, o realizando un desplazamiento lateral ocupando para ello si fuera
necesario el arcén.
Para realizar un adelantamiento se tienen que cumplir siempre las siguientes
normas:

 Se debe efectuar por la izquierda del vehículo que queremos adelantar.


 Sólo se puede adelantar por la derecha con las máximas precauciones
posibles, en las siguientes situaciones:
1. Cuando el vehículo al que queremos adelantar nos esta indicando
que quiere cambiar de dirección hacia la izquierda o desea parar
a ese lado de la calzada.
2. Cuando se quiere adelantar a los tranvías que circulan por la
calzada central siempre que estemos en una vía con dos sentidos
y dentro de los poblados.

Preferencias
En las intersecciones no reguladas por señales o semáforos, los conductores
tienen la obligación de ceder el paso a todos aquellos vehículos que se
aproximen por su derecha. Sin embargo el Reglamento General de Circulación
establece ciertas excepciones al principio general, como son:

Tendrán preferencia de paso los vehículos que circulen por superficie


asfaltado sobre los que circulen por una que no lo esté.
En las glorietas tendrán preferencia de paso los vehículos que circulen por su
interior respecto de los que se incorporen.

Los que circulen por una autopista o autovía sobre los que vayan a
incorporarse a la misma y circulen por un carril de aceleración.
Los que circulen por una vía de carácter público sobre los que accedan de una
vía de uso privado.

En una cuesta ¿quién tiene preferencia, el que sube o el que baja?


Según el Código de circulación, en una cuesta, siempre que esta sea estrecha
e impida el paso de dos vehículos al mismo tiempo por su debido carril, la
preferencia la tiene el vehículo que sube, debiendo de ceder el paso el que
baja, aminorando la marcha para evitar cualquier accidente.

Distancia de Seguridad
La norma establece que todo vehículo que circule detrás de otro habrá de
hacerlo a una distancia que le permita detenerse en caso de frenazo brusco,
sin colisionar con él, teniendo en cuenta especialmente la velocidad, las
condiciones de frenado y adherencia. De igual modo la distancia que les
separe en caso de adelantamiento, deberá ser tal que permita al que a su vez
le siga adelantar con total seguridad.

La apreciación de la distancia resulta a veces difícil de establecer, si bien una


sencilla operación nos puede dar una idea de la distancia a guardar, como es
calcular aproximadamente 0,5 metros por cada kilometro/hora de velocidad,
con lo que si circulamos a 120 km/h la separación que debemos guardar será
de 60 metros.

En cualquier caso la distancia de seguridad deberá adecuarse a las


condiciones de la vía y a las condiciones climatológicas, las cuales
determinaran la distancia aconsejable para circular con total seguridad.
De forma práctica, para el cálculo de la "distancia de seguridad" en calzadas
secas, podemos aplicar la Regla del Cuadrado, que engloba las distancias por
tiempo de percepción y reacción a una velocidad determinada.

Ejemplos de "distancia de seguridad" en calzadas secas:

 A velocidad de 50 km/h: Distancia de Seguridad = Regla del Cuadrado


= 52 = 25 metros.
 A velocidad de 90 km/h: Distancia de Seguridad = Regla del Cuadrado
= 92 = 81 metros.
 A velocidad de 100 km/h: Distancia de Seguridad = Regla del Cuadrado
= 102 = 100 metros.
 A velocidad de 120 km/h: Distancia de Seguridad = Regla del Cuadrado
= 122 = 144 metros.

La "distancia de seguridad" en calzadas mojadas será el doble que en las de


calzadas secas.
Ejemplos de 'distancia de seguridad' en calzadas mojadas:

 A velocidad de 50 km/h: Distancia de Seguridad en calzadas mojadas =


2x52 = 50 metros.
 A velocidad de 90 km/h: Distancia de Seguridad en calzadas mojadas =
2x92 = 162 metros.
 A velocidad de 100 km/h: Distancia de Seguridad en calzadas mojadas
= 2x102 = 200 metros.
 A velocidad de 120 km/h: Distancia de Seguridad en calzadas mojadas
= 2x122 = 288 metros.

Mantener una distancia de tres segundos, el tiempo que se utiliza para


realizar una frenada de emergencia, es la recomendada por la Dirección
General de Tráfico para prevenir accidentes en la carretera. Si un vehículo
circula a 120 kilómetros por hora, en tres segundos recorrerá algo más de
100 metros, la equivalente a la longitud de un campo de fútbol, y por lo tanto
esa puede ser la referencia para calcular la distancia de seguridad necesaria.

Reacción
La distancia de reacción es el tiempo que pasa desde que el conductor
percibe una situación en la que debe frenar hasta que pisa el pedal del
freno. Ese tiempo depende del estado de conductor, de sus reflejos, del nivel
de alerta, del cansancio o de si ha bebido alcohol.

Es normal que el tiempo de reacción esté sobre los 0,75 segundos, durante los
cuales se recorrerá un espacio que dependerá de la velocidad a que se circule.
Esta distancia no depende del vehículo ni de la habilidad, sino del estado
físico del conductor, según recuerda Tráfico.
Velocidad
La velocidad es considerada comúnmente como uno de los factores más
determinantes en los accidentes con víctimas. En más de uno de cada
tres accidentes, hay una velocidad inadecuada, lo que hace que el número de
muertos aumente el 50 por 100.
La relación entre la velocidad y la inseguridad de la circulación tiene varios
aspectos principales:

1. Con la velocidad aumenta la distancia recorrida por un vehículo


mientras su conductor reacciona ante cualquier información
relacionada con su tarea de conducir (percepción de un obstáculo y la
decisión de esquivarlo o frenar).
2. Con el aumento de la velocidad disminuyen las posibilidades de
recuperación del control de un vehículo.
3. Cuanto mayor sea la velocidad de aproximación a una curva mayor es la
inseguridad potencial de ésta.
4. En una intersección, la posibilidad de maniobras evasivas de urgencia,
son mayores si la velocidad es menor.
5. La gravedad de un accidente, aumenta con la velocidad con que se
produce el impacto del vehículo contra un obstáculo fijo o móvil, o con
el suelo en caso de vuelco. Las primeras consecuencias mortales
aparecen a partir de una velocidad final de unos 25 km/h para los
ocupantes de un vehículo no provistos de cinturón de seguridad y los
peatones, y de unos 40 km/h para los ocupantes provistos de cinturón
de seguridad; la probabilidad de muerte alcanza un 50% a unos 50-55
km/h para el primer grupo, y a 65 km/h para el segundo. Un choque a
120/h equivale a una caída vertical de 54 metros.

La velocidad engaña, ya que en la percepción de la misma influyen muchas


circunstancias: el vehículo, la hora del día, los factores climatológicos, la vía
por la que se circula ...
Factores que afectan a la velocidad.

El comportamiento del conductor.

El conductor es el que decide sobre la velocidad que lleva el vehículo. Esta


decisión está influida por diversos factores, ambientales, características de la
vía y del vehículo; pero también y sobre todo por la personalidad, la actitud, y
los motivos del conductor. Así sabemos que:

 En general, los conductores jóvenes conducen más deprisa que la


media.
 Los conductores que llevan pasajeros circulan más despacio que los
que conducen solos, sobre todo si son jóvenes.
 Los conductores que realizan un desplazamiento largo tienden a
conducir más deprisa que los que lo efectúan corto.
 Algunos estudios sugieren que la velocidad depende en gran manera de
la familiaridad del conductor con la carretera.
Las características de la vía.

La mayoría de los estudios han demostrado que la velocidad aumenta con la


calidad de ésta, tanto en lo relativo al trazado como a la regularidad
superficial de su pavimento y al ruido que perciben. El factor que más limita la
velocidad es la curvatura en planta, por la sensación de aceleración centrífuga
no compensada por el peralte que provoca en el conductor. Sin embargo, una
merma de la visibilidad no suele provocar una disminución de la velocidad, los
conductores asumen más riesgo.

Las características del vehículo.

El tipo y las características del vehículo influyen en la velocidad, pero no


demasiado, a no ser que se combinen con otros factores relacionados con el
trazado, especialmente en alzado.

Las condiciones meteorológicas.

La niebla reduce la visibilidad disponible en términos inciertos, y provoca


unas reducciones de la velocidad a veces excesivas.
La lluvia reduce el rozamiento disponible entre el neumático y el pavimento,
necesitándose una mayor distancia para detenerse.

Situaciones más peligrosas.

Según determinados estudios el riesgo de sufrir un accidente cuando se toma


una curva a una velocidad incorrecta se triplica. La configuración del terreno,
la nocturnidad, el humo la vegetación, deslumbramientos ..., unidos todos
ellos a una velocidad excesiva incrementa en cerca de un 150% el riego de
sufrir un accidente.

Distancia de detención.

Si convertimos los kilómetros por hora a metros por segundo, tendremos una
idea aproximada de la distancia que recorre un coche en un segundo, que es
el tiempo aproximado que transcurre desde que el cerebro percibe un peligro,
envía una orden al pie, y éste empieza a pisar el pedal del freno. Este tramo,
se denomina distancia de reacción, y depende de la rapidez de reflejos del
conductor y de la velocidad a la que circula.

La distancia de frenado supone el espacio en el que debe detenerse el


vehículo, y éste depende de la velocidad a la que se circula, el tipo de calzada,
las condiciones de adherencia del suelo, el estado de los frenos del vehículo,
amortiguadores, ... La suma de la distancia de reacción y de la distancia de
frenado es lo que se denomina distancia de detención.
La velocidad y la gravedad de los accidentes.

La gran mayoría de los estudios realizados sugieren la velocidad inadecuada


en la accidentalidad y en la gravedad de los daños. La proporción de
accidentes mortales es 1,6 veces superior cuando hay una velocidad
inadecuada.

Algunos consejos sobre la velocidad.

 Si circula de noche con luz de cruce no rebase los 90 km/h.


 Con lluvia de intensidad media reduzca su velocidad de 10 a 20 km/h.
 En curva, si circula con luz de cruce, reduzca en un 10% la velocidad
señalada; si llueve un 30%, y si existe peligro de hielo un 60%.
 No es aconsejable circular por carreteras heladas, pero si no tiene más
remedio que hacerlo reduzca su velocidad en un 60%.

Ahorro de energía

Mientras se circula, si se reduce la velocidad de 120 Km/h a 90 Km/h se


ahorraría un 25% de ahorro de combustible, con lo que una disminución de la
velocidad en carretera traería un ahorro económico y una bajada de la
contaminación que provoca el coche.

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