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En este sentido, para que Centroamérica avance en la facilitación del comercio de materias

primas, insumos, materiales, bienes de capital y productos terminados, debe contar con una oferta
de servicios logísticos de primer nivel y disponer de una infraestructura logística básica integrada,
tanto en el nivel nacional como regional, que le permita accesibilidad desde los diferentes modos
de transporte hacia el interior de los países.

La adecuada integración de dicha infraestructura es un elemento esencial para la elevación del


desempeño logístico de la región, ya que con ésta se lograrían economías de escala: opciones
modales más eficientes, rentables y con menores externalidades negativas; economías de
alcance: mayor diversificación productiva; y economías de aglomeración: generación de
cadenas de valor y “clusters”; además de conducir a ahorros en inversión y costos operativos y
propiciar niveles homogéneos de servicio, cohesión y conectividad territorial.

Conectar adecuadamente los corredores y rutas de carga con las ciudades y municipios para hacer
posible la distribución zonal y el acceso local

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, “la infraestructura básica y la
provisión eficiente de servicios de infraestructura son vehículos de cohesión territorial, económica
y social porque integran y articulan el territorio, lo hacen accesible desde el exterior y permiten
a sus habitantes conectarse con el entorno, además de dotarlo de servicios fundamentales para la
producción y para el mejoramiento de las condiciones y calidad de vida de las personas”1

Centroamérica se encuentra en una situación muy desventajosa en lo que respecta a su


desempeño logístico, si se le compara con otras regiones del mundo. Se ha calculado que la
velocidad promedio de un vehículo de carga en el corredor logístico centroamericano es de 17
kilómetros por hora y que transportar una tonelada de producto a lo largo de un kilómetro de
la red de carreteras centroamericanas cuesta US$0.17, muy por encima de lo que se paga por este
concepto en otros países (US$ 0.13 Nigeria, US$ 0.11 en Burundi, US$ 0.09 en Ruanda y US$ 0.02 en
los Estados Unidos). Este hecho es sumamente preocupante ya que se ha evidenciado que los costos
de manejo de carga tienen una gran incidencia en la estructura de costos de los bienes (mayor
incluso que la que poseen los derechos arancelarios de importación), afectando negativamente

1
Desarrollo de infraestructura y crecimiento económico: revisión conceptual. Patricio Rozas y Ricardo
Sánchez. Serie Recursos Naturales e Infraestructura. CEPAL. 2004. Página 47
la competitividad de las exportaciones regionales, ya que éstas pueden encarecerse en más de
un 30% debido a los elevados costos de distribución.

Actualmente, los países cuentan con servicios de transporte inadecuados, ofrecidos por
empresas informales que no disponen de equipos modernos ni en condiciones óptimas de
funcionamiento, con rutas que no responden a una planificación adecuada, ni atienden las
demandas del mercado. El parque vehicular es obsoleto y los operadores de las unidades no tienen
el perfil requerido para brindar un servicio de calidad, por lo que los usuarios no gozan de las
condiciones de seguridad mínimas y la sociedad enfrenta elevados costos en términos de
accidentes de tránsito, muertes y daños materiales. No es menor el impacto adverso que
esta situación tiene sobre el medio ambiente, ocasionado por las emisiones de dióxido de
carbono provenientes de los vehículos del transporte público y los consecuentes costos en
atención a las enfermedades respiratorias.

La Comisión Económica para América Latina (Cepal, 2013) indica que debido a la liberalización
comercial y las reducciones arancelarias experimentadas en las últimas décadas en
los países latinoamericanos, los costos logísticos poseen una incidencia más grande en
la competitividad que los aranceles pagados por el comercio. Estimaciones del Banco Mundial
(2010) sugieren que si el desempeño logístico de los países de ingreso bajo aumenta a los niveles
de los países de ingreso medio, el comercio aumentaría en un 15 %; además, de generar
importantes reducciones de precios y mejorar la calidad.

Lo anterior implica que existe una correlación negativa entre crecimiento económico y costos
logísticos. Mayores costos logísticos conducen a mayores costos de producción, lo que significa
menor competitividad a nivel internacional; esto deteriora la participación del sector exportador
en mercados externos y, en consecuencia, limita el crecimiento económico de las economías.

El costo logístico tiene una incidencia mayor que los aranceles en el precio final del producto.

Se debe resaltar que los costos logísticos tienen una mayor incidencia sobre aquellos
productores que no tienen la capacidad suficiente de alcanzar economías de escala; es decir,
micro y pequeños productores. Reducir los costos logísticos tendría un impacto significativo
en la productividad sobre todas las empresas, pero especialmente sobre aquellas de menor
tamaño (BID, 2015).

Es importante recordar que el crecimiento económico no es un fin en sí mismo, sino el medio


por el cual se pretende alcanzar un mayor nivel de desarrollo y bienestar humano. Un buen
desempeño logístico, además de acarrear buenos resultados en los indicadores económicos,
también está relacionado de manera positiva con el desarrollo humano de la población.
PAG. 48 – PDF AAA

Desde el punto de vista económico, para Ballou [1999], el desarrollo de sistemas de transportes
eficientes y baratos permiten, en gran medida, ampliar o reducir la brecha existente entre las
naciones en desarrollo y las desarrolladas, en los siguientes aspectos:

1. Aumento de la competitividad en los mercados. El transporte de bajo costo favorece la


competencia directa y estimula de forma indirecta la competencia puesto que pone a
disposición de un mercado productos que normalmente no podían soportar los costos de
transporte.

2. Aumento de las economías de escala en la producción. Un sistema de transporte eficiente


permite separar los mercados de los lugares de producción lo que les brinda a las empresas
cierto grado de libertad a la hora de elegir las zonas donde ubicar los puntos de fabricación,
escogiendo aquellos que presenten más ventajas geográficas.

3. Disminución de los precios de los productos. El transporte es un componente del costo


que va parejo con los costos de producción, ventas y otros costos de distribución que
conforman el costo total del producto.

PAG 50 - PDF AAA

Desde el punto de vista logístico, el transporte actúa como elemento integrador entre empresas,
ciudades, regiones y países, por ser el medio de enlace de los diferentes sectores de la economía,
del cual depende, en gran medida, que el producto se entregue, «...en el lugar correcto, a la hora
correcta y en las condiciones deseadas obteniendo la mayor contribución económica a la
empresa...» [Ballou ,1999]. En este sentido, Hay [1994], Coyle et.al., [1996] y Stock et.al., [2001],
resaltan la importancia del transporte por su impacto en las variables de tiempo y de lugar, pues un
producto carece de valor a menos que sea útil; es decir, a menos que pueda satisfacer las
necesidades para las cuales fue fabricado. Es aquí donde el transporte surge como un factor que
determina cuán rápido y consistentes se mueven los productos de un punto a otro

PAG 18 – PDF BBB

En este sentido, para que Centroamérica avance en la facilitación del comercio de materias
primas, insumos, materiales, bienes de capital y productos terminados, debe contar con una oferta
de servicios logísticos de primer nivel y disponer de una infraestructura logística básica integrada,
tanto en el nivel nacional como regional, que le permita accesibilidad desde los diferentes modos
de transporte hacia el interior de los países.

La adecuada integración de dicha infraestructura es un elemento esencial para la elevación del


desempeño logístico de la región, ya que con ésta se lograrían economías de escala: opciones
modales más eficientes, rentables y con menores externalidades negativas; economías de
alcance: mayor diversificación productiva; y economías de aglomeración: generación de
cadenas de valor y “clusters”; además de conducir a ahorros en inversión y costos operativos y
propiciar niveles homogéneos de servicio, cohesión y conectividad territorial.

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