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Autoética

Versión del texto de Edgar Morin, preparado para el curso de Ética virtual
CUC 2011-2 por Mónica Flórez Crissién
Éticas tradicionales vs la ética de la individualidad

No responden al mundo actual Derivan en:

• Individualismo ético • La ética de la • Modo ético de asumir


• La cultura psíquica comunidad el destino humano
• La ética de la religación • El bucle democrático • Humanismo planetario
• La ética de la • La regeneración moral
comprensión

Autoética Socioética Antropoética

Ligadas por la consciencia y decisión personal


El problema ético central del individuo

Consciencia
de la
exigencia
moral

Superar la
barbarie
interior
Cultura
psíquica
Superar la barbarie interior
• Cuántos infiernos
cotidianos, domésticos,
profesionales, sociales,
microcosmos de
infiernos más vastos
que las relaciones
humanas en el seno de
nuestro planeta.
Para superar esta barbarie la
autoética constituye una verdadera
cultura psíquica, más difícil pero
más necesaria que la cultura física.
La recursión ética nos refuerza
inmunológicamente contra Autoexamen, autocrítica
y gimnasia psíquica
nuestra tendencia a culpabilizar Práctica de
al prójimo, convertirlo en chivo la recursión
expiatorio de nuestras faltas

La moralina juzga y condena en


virtud de criterios exteriores o
superficiales de moralidad. Al
descalificar evita el debate y por
tanto todo esfuerzo de la
inteligencia, alimentando el

Resistencia
al sacrificio
cultura Oposición a
autoengaño

la moralina
del prójimo
psíquica

Ética de la responsabilidad.
No se puede hablar de responsabilidad
Si la noción de sujeto es ilusoria. Pero
Además necesita ser irrigada por el Resistencia a
Sentimiento de solidaridad, es decir, la estructura La ética del honor: forma de
mental del ennoblecer el egocentrismo.
De pertenencia de una comunidad.
talión
Salvaguarda de una imagen de sí, sin
tacha
La autoética es en primer lugar
una ética del sí a sí,
que desemboca naturalmente
en una ética para el prójimo
La ética de sí a sí comporta:
• Autoexamen
• Autocrítica
• Honor
• Tolerancia
• Práctica de la recursión ética
• Lucha contra la moralina
• Resistencia al talión y al sacrificio del prójimo
• Un hacerse cargo responsable
El autoexamen (pensarse bien)
• El ejercicio permanente
de la autoobservación
suscita una nueva
consciencia de sí que nos
permite descentrarnos en
relación a nosotros
mismos, por tanto
reconocer nuestro
egocentrismo y tomar la
medida de nuestras
carencias, nuestras
lagunas, nuestras
debilidades
• Para ello, se hace necesario
rehabilitar la introspección,
largo trabajo de aprendizaje
y enraizamiento de la
reflexibilidad, despreciada
tanto por las psicologías
objetivistas cuanto por las
psicologías de las
profundidades, para las que
solo el psicoterapeuta está
cualificado para sondear las
mentes
El trabajo de
introspección es
extremadamente
difícil, pues
encuentra
innumerables
trampas
• La introspección no podría
ser insular. Necesita ser
completada con el examen
del prójimo, es decir, una
extraspección, y le hace
falta combinar el examen
del prójimo y el propio en
un auto-hetero-examen.
Debe confrontarse a la
mirada amiga y a la mirada
inamistosa. Por ello, la
autocrítica no es sustituida
por la crítica procedente del
prójimo, la invita.
• El autoexamen, practicado
permanentemente, puede y
debe ser concebido como
estado de vigilia sobre sí
mismo. El autoexamen es
una exigencia primera de la
cultura psíquica; debería
ser enseñado desde la
primaria, para convertirse
en una práctica tan habitual
como la cultura física.
Autocrítica
• El autoexamen no puede
efectuarse sino con una
mirada capaz de
autocrítica. La autocrítica
es el mejor auxiliar contra
la ilusión egocéntrica y
para la apertura del
prójimo, que nos permite
reconocer las trampas del
autoengaño y la
autojustificación.
• Por todas partes y sin
cesar funciona la
máquina cerebral de
declararse inocente,
legitimarse,
autoerigirse una
estatua.
• Solo la autocrítica puede
darnos consciencia de
nuestras insuficiencias y
de nuestra suficiencia. La
autocrítica conduce a una
modestia, en ocasiones a
una humildad, por el
reconocimiento de
nuestras faltas y nuestras
carencias.
• La autocrítica se
convierte así en una
cultura psíquica
cotidiana más necesaria
que la cultura física, una
higiene existencial que
mantiene una
consciencia en
vigilancia permanente.
• La cultura psíquica es
una necesidad
permanente de
autocorrección contra
el autoengaño y la
autojustificación. Nos
recuerda sin cesar que
no estamos en el centro
del mundo, que no
somos jueces de todas
las cosas.
• Nos anima a no ceder a
delirios e histerias, y a
comprenderlos en el
prójimo. Nos
acostumbra a no ceder
a la intimidación, a
asumir nuestro propio
pensamiento (decir lo
que se tiene que decir y
no lo que hay que
decir).
• Nos conduce a unir los
secretos de la
adolescencia (sus
aspiraciones profundas)
con los secretos de la
madurez (la adquisición
de la reflexión), y a
luchar contra la
imperfección de la edad
adulta que es la
adulteración.
• Nos invita a hacer
dialogar nuestras
múltiples
personalidades que se
ignoran entre sí. Nos
adiestra para dialogar
con nuestros mitos y
nuestras ideas y a no
dejarnos poseer por
ellos sin recurso.
• Nos recuerda que la
interpretación está siempre
presente en lo que nos
parece objetivo y/o
evidente: nos enseña a
desconfiar de nuestros ojos,
a desconfiar de aquello en
que tenemos confianza, y
también a desconfiar de la
desconfianza, sabiendo que
la confianza es una apuesta
necesaria para la buena
relación con el prójimo
Recapitulemos…
• La ética para sí, puede
ser definida como
resistencia a nuestra
propia barbarie interior.
• L a civilización
occidental ha
descuidado el interior
para volcarse al exterior
• En este sentido, la
cultura psíquica es a la
vez una exigencia
antropológica y una
exigencia histórica de
nuestro tiempo. La
cultura psíquica nos
enseña a vivir en la
incertidumbre y nos
ayuda a soportar la
inquietud.
• Nos enseña a soportar el
horror y nos ayuda a
afrontar la crueldad del
mundo, sin enmascararlo
ni edulcorarla. No nos
salva de la angustia, pero
nos enseña a vivir con ella
y a suscitar sus antídotos
que son el amor a vivir y
el vivir de amor.
• Propia de una civilización
de la autonomía
individual, suscitada por
la aptitud reflexiva para el
autoexamen y por la
aptitud autocrítica, la
autoética necesita sin
cesar volver a las fuentes
del principio altruista
incluido en la subjetividad
humana y del principio de
solidaridad que implica
una comunidad.
• La autoética necesita
regenerarse
permanentemente.
Solidaridad,
responsabilidad,
autoética. Los tres
términos resultan hoy
casi inseparables.
Por tanto:
• La barbarie de nuestras
almas, de nuestras
mentes, de nuestras vidas
sometidas a la
incomprensión y a la
posesividad, al
egocentrismo y al
autoengaño, a la
indigencia moral y a las
carencias psíquicas, nos
hace evidente la
necesidad de autoética
• Se podría resumir la
autoética en dos
mandamientos:
• Disciplinar el
egocentrismo (principio
de exclusión)
• Desarrollar el altruismo
(principio de inclusión)
Bibliografía

MORIN, Edgar. El método 6:


Ética. Madrid: Cátedra,
2006. p. 99-111. (Teorema).

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