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Contare mi historia...

Soy Laura y tengo 24 años, soy de México, me describiré un poco para que puedan imaginarme,
mido 1.65m, soy de tez blanca, afortunadamente la genética me dio grandes atributos empezando
por mis pechos, soy talla 36-D de sujetador, y tengo un trasero grande aunque mi orgullo son mis
enormes tetas, mis ojos son color café, y mis labios rojos....

siempre he sido una "chica normal" me gradué de la universidad y estoy comenzando a


independizarme, siempre he tenido muy poco apego a los asuntos familiares y esas cosas, el único
al que siempre note fue a mi primo Oscar, él no es nada parecido a los hombres con los que he
salido antes, él es un hombre de 25 años, alto y delgado con cara de inocencia, su rostro es
afilado, llegando a la feminidad (algo que me fascina ya que soy bisexual), tiene unos ojos intensos
y penetrantes color café como los míos. Nos hemos visto crecer a lo largo del tiempo, siempre en
reuniones familiares viéndonos un par de veces en todo el año, desde pequeños habíamos notado
los cambios que nuestros cuerpos fueron tomando.

En una navidad cuando nuestros cuerpos adolescentes aun no florecían del todo estábamos en
casa de mi abuela, yo estaba en una esquina en mi teléfono como en casi todas las reuniones,
estaba pasando por una decepción amorosa de esas que sientes mortales a tus "maduros" 16
años, llego a sentarse junto a mí y después del ritual de "¿cómo estás?" y eso dijo:

O- Se nota que te estas divirtiendo...

L- Pues ya ves aquí sufriendo mal de amores, estos hombres de hoy en día que no saben valorar lo
que tienen a su lado... agache la cabeza y puse mi mirada en el teléfono que estaba encendido en
una foto de un tipo bien parecido con el que en ese momento salía...

O- Lo se somos unos tontos a veces.... dijo con una mirada graciosa tratando de caerme bien, la
verdad en ese momento no estaba de ánimo y lo que quería era que se fuera.

L- Pues si el problema es que una se entusiasma demasiado y el corazón queda hecho trizas...
levante la mirada y observe sus ojos, una lagrima con delineador corría por mi mejilla - Perdón soy
una ridícula, no sé por qué me pongo así en este momento... dije tratando de desviar la atención
para cambiar el tema.

O- No te preocupes en verdad te entiendo... dijo secándome la lagrima con un pañuelo que traía
en la mano, - Yo tampoco la he pasado bien en esos aspectos así que decidí mantenerme
soltero...- dijo sonriéndome

L- Creo que será la mejor opción de ahora en adelante....


Esa reunión transcurrió rápida, gracias a que lo tuve de compañía, a partir de ahí las cosas
cambiaron, nos mantuvimos en contacto por mensajes de texto, nos volvimos confidentes, le
contaba sobre los tipos con los salía, las experiencias que iba teniendo, mis primeros tatuajes y la
vida en la escuela, nos hicimos amigos cercanos, más que solo familia. A final de cuentas solo era
eso, porque no nos veíamos en persona, su familia vive en otra ciudad así que eso nos alejaba.

Pasaron los años y después de 8 años nos volvimos a ver el pasado fin de semana en la fiesta de
navidad, tenía mucha curiosidad por como seria y cuanto había cambiado...

Llegamos de noche a casa de mi abuela, una casa grande cerca del centro de la ciudad, estaba
esperando con ansias a que llegara, de repente se escuchó el timbre, se abrió la puerta y lo vi, mi
corazón dio un salto y se aceleró, en el marco de la puerta, un poco más alto, ya no era tan flaco,
se veía ejercitado, llevaba una chamarra de piel negra, un pantalón de mezclilla que remarcaba sus
piernas toreadas por el deporte, y unas botas negras que completaban el cuadro de chico malo
que tanto me gustaba, aunque su cara a pesar de estar delineada por una barba seguía siendo tan
inocente y femenina como la recordaba, corrí a abrazarlo, volteo la mirada al escuchar mi voz, me
vio; cabello castaño liso hasta los hombros, vestido color negro ceñido a mis curvas, todos y cada
uno de mis atributos lucia espectacular, pude notar su mirada indiscreta hacia mis tetas cuando
por el movimiento se balanceaban de arriba a abajo. Lo abrace como si no quisiera soltarme
nunca, me regresó el abrazo y de un momento a otro su aroma me intoxicó y sentí un cosquilleo
peculiar.

Llegó el momento de cenar, se sentó a mi lado en la mesa, típica cena navideña, pavo, pastas y
todo el buffet, estábamos comiendo cuando todo comenzó...

O- Se ve que te lo comes todo....

L- Que? de que hablas.... mis ojos se pusieron como platos al oír tal frase, estaba... tratando de
coquetear? yo espero que no, el vino comenzaba a hacer efectos en mí y nunca he confiado en mi
juicio con alcohol en mi sistema.

O- La comida relájate..... Su mano se posó en mi pierna izquierda, me miro con un brillo peculiar
en sus ojos, y aun que sus palabras no dejaban nada en claro, al morderse el labio inferior estaba
mandándome una señal y era momento de seguirle el juego....

L- Claro que me la como toda... mi mano recorrió su pierna derecha, bajé la mirada, y woow su
entrepierna mostraba un paquete detrás de esos pantalones que hizo que los colores se me
subieran al rostro, no sabía si era el efecto de las bebidas o la excitación que me estaba
provocando ver a mi primo con otra perspectiva. - Necesito tomar aire... dije tartamudeando... me
paré y fui hacia la cocina, al girar mi cabeza pude ver que venía detrás de mí, los nervios me
estaban consumiendo, era una mezcla de sensaciones que me llenaban de excitación.
Entramos a la cocina, tras una puerta va y viene, me recargue en una barra de madera que estaba
llena de los postres que se iban a servir a continuación, mis respiraciones estaban aumentando y
el calor estaba al máximo, me abrazo y me susurro al oído - esta es mi oportunidad...- Que!? Toda
mi familia estaba del otro lado de a puerta y nosotros estábamos empezando a calentarnos, nos
separamos y mis ojos dijeron " ven y tómame" ambos sabíamos lo que pasaría y llevábamos años
deseando esto.

Se acercó a mí, y me dio un beso que todo mi cuerpo sintió, mi corazón se aceleró de nuevo y mis
brazos se aferraron a su cintura, su lengua empezó a buscar la mía hasta que por fin la encontró,
fue un beso que dejo salir toda la pasión que tanto habíamos guardado, sentí una excitación
recorrer cada rincón de mi cuerpo, mi piel se erizaba, mis pezones se endurecían, y mi vagina
comenzaba a lubricar, tenía que sacar todo ese fuego que habitaba dentro de mí y que solo él
podía controlar, en ese momento, mis manos comenzaron a recorrer su espalda, subían y bajaban,
pasé mi mano derecha hacia adelante, para poder tocar la gloriosa erección que mi abdomen ya
había podido sentir, su pene estaba hacia la derecha, lo recorrí todo y mi mente solo podía pensar
en liberarlo de esa prisión de tela así que me hinque frente a él...

Mi vestido se levantaba un poco, pero era lo de menos en ese momento, con mis manos abrí su
pantalón, llevaba una ropa interior play boy color negro, su pantalón cayó hasta las rodillas, baje
su ropa interior y mis ojos no podían creer lo que veían, su pene era tan perfecto, rosa, brillante,
palpitante al ritmo de su acelerado corazón, estaba muy caliente, mis manos estaban juntas sobre
él y aun sobresalía su cabeza, media unos 18 cms y era ancho tal y como me gustaba, pase mi
lengua desde sus testículos hasta la punta, me detuve en el tronco un poco, lo mordí suavemente
y esto hizo que llevara sus manos a mi cabeza, sus dedos jugaban con mi cabello y me acercaban
aún más, en ese momento no sabía si todo me iba a caber en la boca, abrí lo más que pude y sin
avisar lo comenzó a meter, tenía un sabor ligeramente salado y su precum estaba un poco dulce,
era una combinación deliciosa que me hacía mojarme aún más, mi mano derecha lo masturbaba
vigorosamente mientras mi boca lo atendía en la punta, para solo por unos instantes recorrer cual
paleta todo el tronco, la excitación me estaba consumiendo así que lleve mi mano izquierda hacia
la tanga negra que tenía puesta, subí a mi abdomen el vestido que traía, pude notar la tela
empapada de mis fluidos, mis dedos se escaparon debajo de ella y pude empezar a acariciar mi
clítoris, estaba tan hinchado que el solo rose de la tela ya me estaba poniendo a mil...

En este punto el alcohol ya había hecho su trabajo, sumándose a la excitación que yo ya tenía, me
estaba convirtiendo en esa puta que nunca me atrevía a dejar salir, mis palabras se volvían más
salvajes con forme pasaba el tiempo...
Él me levanto y me sentó en una barra de un brinco, diciendo - ahora es mi turno- lo vi de frente y
los tirantes de mi vestido cayeron como mi juicio, mis enormes tetas saltaron a la vista, parecía
que nunca había visto unas así, se aferró a ellas con ambas manos, las juntó poniendo su cara en
medio para poder olerlas, mis pezones estaban totalmente erguidos y tomaron ese color rosa
oscuro que tanto me gusta, él los chupaba y mordía con una suavidad pero a la vez un salvajismo
que nunca habían experimentado, yo tomé su cabeza y comencé a bajarla lentamente, él iba
besado todo a su paso, sabia a donde lo quería llevar y él con toda la sed del mundo estaba
dispuesto a beberme por completo...

Su lengua cual espada empezó a clavarse en mi vagina, una corriente eléctrica recorrió mi espalda,
agarre su cabello dramáticamente y acerque su cara a mi entrepierna, nadie me la había comido
nunca así, pasaba su lengua de arriba a abajo y mi clítoris quería explotar, comenzó a hacer
movimientos circulares con su lengua, mis muslos se contraían y mis piernas encerraban su cabeza
apretándola aún más contra mí, tuve que morderme los labios para no gritar y alertar a todos del
magnífico encuentro que estábamos teniendo, de repente, una marea de fluidos empezó a brotar
y él no se apartó un instante y no dejo de lamer a pesar de las contracciones que estaba teniendo,
el cansancio era máximo...

Me volteo y me puso de espaldas a él, mis nalgas quedaron a su merced, y una nalgada me hizo
abrir los ojos y recobrar las fuerzas, sentí su verga en mi entrada y comenzó a hacer presión, hice
resistencia hacia atrás y fue entrando... cual vampiro sus dientes mordían mi cuello, su mano
izquierda agarraba la mayor cantidad de cabello posible y comenzaba a estirar, con un jalón su
verga entro hasta el fondo, pude sentirla por completo, cual roca hirviente, mi boca solo alcanzo a
gemir, con su mano derecha tapó mi boca y diciéndome al oído -silencio nos escucharan- comenzó
unas embestidas brutales, mis piernas dejaron de reaccionar, él gemía en mi oído solo para mí,
bruscamente me giro y me puso de frente a él, me hinco de golpe, con su mano izquierda tomaba
mi cara y con la derecha se masturbaba frente a mí, sabía que venía la mejor parte, ansiaba tomar
esa leche que tanto había imaginado, su cara era de excitación total y sus ojos estaban en blanco,
acelero el movimiento de su mano cuando de repente brotaron 4 chorros de semen que caían en
mi cara, y mis tetas...

Volteamos a vernos con una mirada picara, el silencio inundo la habitación, escuchamos el
rechinido de la puerta y al mirar estaba mi papa, con una mirada de enojo y excitación... Pero esa
es otra historia

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