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La violencia de género es una práctica que viene desde los primeros años de la
humanidad. Los regímenes de convivencia antiguos ya establecían claras diferencias entre
hombres y mujeres. La violencia de género es un tipo de violencia física o psicológica
ejercida contra una persona sobre la base de su sexo o género, tiene que ver con “la
violencia que se ejerce hacia las mujeres por el hecho de serlo”. Impacta de manera
negativa su identidad y bienestar social, físico y/o psicológico e Incluye tanto malos tratos
de la pareja, como agresiones físicas o sexuales de extraños, infanticidios femeninos, etc.
Tipos de violencia.
· Física. La violencia física es aquella que puede ser percibida objetivamente por otros,
que más habitualmente deja huellas externas. Se refiere a empujones, mordiscos,
patadas, puñetazos, etc, causados con las manos o algún objeto o arma. Es la más visible,
y por tanto facilita la toma de conciencia de la víctima, pero también ha supuesto que sea
la más comúnmente reconocida social y jurídicamente, en relación fundamentalmente
con la violencia psicológica.
· Psicológica. La violencia psíquica aparece inevitablemente siempre que hay otro tipo de
violencia. Supone amenazas, insultos, humillaciones, desprecio hacia la propia mujer,
desvalorizando su trabajo, sus opiniones. Implica una manipulación en la que incluso la
indiferencia o el silencio provocan en ella sentimientos de culpa e indefensión,
incrementando el control y la dominación del agresor sobre la víctima, que es el objetivo
último de la violencia de género.
Dentro de esta categoría podrían incluirse otros tipos de violencia que llevan aparejado
sufrimiento psicológico para la víctima, y utilizan las coacciones, amenazas y
manipulaciones para lograr sus fines:
El síndrome de la mujer maltratada, definido por Walker y Dutton se define como una
adaptación a la situación aversiva caracterizada por el incremento de la habilidad de la
persona para afrontar los estímulos adversos y minimizar el dolor, además de presentar
distorsiones cognitivas, como la minimización, negación o disociación; por el cambio en la
Enrique Echeburúa y Paz del Corral equiparan estos efectos al trastorno de estrés
postraumático, cuyos síntomas y características, sin duda, aparecen en algunas de estas
mujeres: re-experimentación del suceso traumático, evitación de situaciones asociadas al
maltrato y aumento de la activación. Estas mujeres tienen dificultades para dormir con
pesadillas en las que reviven lo pasado, están continuamente alerta, hipervigilantes,
irritables y con problemas de concentración.
Además, el alto nivel de ansiedad genera problemas de salud y alteraciones
psicosomáticas, y pueden aparecer problemas depresivos importantes.
Marie-France Hirigoyen diferencia entre dos fases en las consecuencias, las que se
producen en la fase de dominio y a largo plazo.
Durante las últimas cuatro décadas, el Estado nacional argentino ha ratificado los
convenios y tratados internacionales adoptados sobre violencia contra las mujeres. Cabe
mencionar los siguientes:
En el ámbito internacional
• La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las
Mujeres (CEDAW, por sus siglas en inglés), adoptada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas en 1979 y ratificada por el Estado argentino en 1985. Sus consideraciones
fueron incorporadas a la Constitución de la Nación Argentina (ley n° 24.430/1994)10.
• La Recomendación nº 19 de la CEDAW, adoptada por el Comité para la Eliminación de la
Discriminación contra las Mujeres11 durante el período de sesiones del año 1992, en la
que se reconoce que la violencia contra la mujer es una de las formas que adopta la
discriminación, que impide que las mujeres puedan gozar de sus derechos y libertades en
una relación de igualdad con el hombre12.
• La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra
las Mujeres, aprobada en 1994 en Belém do Pará, Brasil, por la Asamblea General de la
Organización de los Estados Americanos (OEA) e incorporada en el derecho nacional
mediante la ley 24.632/199613.
• El Estatuto de Roma, adoptado en 1998 por la Corte Penal Internacional de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), aprobado en la Argentina de acuerdo con la
ley nacional 25.390/200114.
En el ámbito nacional
La “Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las
mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”, fue
promulgada en nuestro país el 1 de abril de 2009 y reglamentada mediante el
Decreto 1011/10.
Esta ley garantiza todos los derechos reconocidos por la Convención para la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, la
Convención sobre los Derechos de los Niños y la Ley 26.061 de Protección Integral de los
derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes y, en especial, los referidos a:
a. Una vida sin violencia y sin discriminaciones;
b. La salud, la educación y la seguridad personal;
c. La integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial;
d. El respeto a su dignidad;
e. Decidir sobre la vida reproductiva, número de embarazos y cuándo tenerlos, de
conformidad con la Ley 25.673 de Creación del Programa Nacional de Salud Sexual y
Procreación Responsable;
f. La intimidad, la libertad de creencias y de pensamiento;
g. Recibir información y asesoramiento adecuado;
h. Las medidas integrales de asistencia, protección y seguridad;
Programas implementados
La ley 26485 créa el Observatorio de la Violencia contra las Mujeres en el ámbito del
Consejo Nacional de la Mujer, destinado al monitoreo, recolección, producción, registro y
sistematización de datos e información sobre la violencia contra las mujeres.
El Observatorio tendrá por misión el desarrollo de un sistema de información permanente
que brinde insumos para el diseño, implementación y gestión de políticas públicas
tendientes a la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres.
Funciones. Serán funciones del Observatorio de la Violencia contra las Mujeres:
a) Recolectar, procesar, registrar, analizar, publicar y difundir información periódica y
sistemática y comparable diacrónica y sincrónicamente sobre violencia contra las mujeres;
b) Impulsar el desarrollo de estudios e investigaciones sobre la evolución, prevalencia,
tipos y modalidades de violencia contra las mujeres, sus consecuencias y efectos,
identificando aquellos factores sociales, culturales, económicos y políticos que de alguna
manera estén asociados o puedan constituir causal de violencia;
c) Incorporar los resultados de sus investigaciones y estudios en los informes que el Estado
nacional eleve a los organismos regionales e internacionales en materia de violencia
contra las mujeres;
d) Celebrar convenios de cooperación con organismos públicos o privados, nacionales o
internacionales, con la finalidad de articular interdisciplinariamente el desarrollo de
estudios e investigaciones;
e) Crear una red de información y difundir a la ciudadanía los datos relevados, estudios y
actividades del Observatorio, mediante una página web propia o vinculada al portal del
Consejo Nacional de la Mujer. Crear y mantener una base documental actualizada
permanentemente y abierta a la ciudadanía;
f) Examinar las buenas prácticas en materia de prevención y erradicación de la violencia
contra las mujeres y las experiencias innovadoras en la materia y difundirlas a los fines de
ser adoptadas por aquellos organismos e instituciones nacionales, provinciales o
municipales que lo consideren;
g) Articular acciones con organismos gubernamentales con competencia en materia de
derechos humanos de las mujeres a los fines de monitorear la implementación de políticas
de prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres, para evaluar su impacto y
elaborar propuestas de actuaciones o reformas;
h) Fomentar y promover la organización y celebración periódica de debates públicos, con
participación de centros de investigación, instituciones académicas, organizaciones de la
Linea 144
Las operadoras de la Línea 144 están las 24 horas los 365 días del año recibiendo llamadas
de mujeres víctimas de violencia de género. Fue lanzada a partir de la Ley 26.485 de
violencia de género, que planteó la creación de una línea gratuita y de tres dígitos de
alcance nacional.
“El promedio de llamadas que recibe la línea ronda las 5.000 mensuales”, destaca la
Coordinadora de la Línea 144, Cristina Marrón. La línea es gratuita, confidencial y nacional,
y ofrece información, contención y asesoramiento.
Frente a determinados acontecimientos públicos como las movilizaciones del colectivo Ni
una menos, el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer y el Día internacional
de la Mujer, las llamadas se duplican o triplican.
Las operadoras que trabajan en la Línea 144 son profesionales que pertenecen a la
abogacía, a la psicología o al trabajo social. De ellas se busca un perfil que tenga
perspectiva de género y se realiza una capacitación enfocada en una atención telefónica -
que no es lo mismo que una atención personalizada-, donde la escucha, la orientación y la
evaluación de riesgo deben darse en pocos minutos.
Una vez que ingresa una llamada, se genera una situación empática con la mujer y en base
a ese relato se hace una valoración del riesgo (inminente o no) que pueda estar corriendo
la víctima, para elaborar una estrategia de intervención. Las llamadas por protocolo no
duran más de 20 minutos.
Si bien ofrece contención y asesoramiento, no es una línea para dejar asentada una
denuncia
Botón antipánico
El dispositivo es asignado por orden del Poder Judicial en los casos que cree necesario y a
través de la División de Monitoreo de Alarmas Fijas y Móviles de la policía se encargan de
entregar el aparato y controlar su funcionamiento.
Tobillera electrónica
Perimetral
Hogares y refugios
Son unidades convivenciales para mujeres y sus hijas/os que sufren o hayan sufrido alguna
situación de violencia y que no cuentan con un alojamiento seguro, ni redes sociales de
contención, y se encuentran en una situación de alta vulnerabilidad social. En CABA se
encuentran:
Hogar Eva Duarte
Casas de Medio Camino Juana Manso y Margarita Barrientos
Refugio Mariquita Sánchez
Refugio Tita Merello
Son espacios donde las mujeres pueden acudir para obtener información y asesoramiento
sobre sus derechos, como así también las herramientas necesarias para hacer frente a
situaciones de violencia y lograr su empoderamiento.
Su objetivo es continuar promoviendo los derechos de las mujeres y las políticas de
igualdad de género de la Ciudad, de manera de poder construir una sociedad con igualdad
de oportunidades y sin violencia.
Se brinda atención gratuita a mujeres víctimas de violencia de género a través de un
abordaje integral que incluye asistencia psicológica y social, orientación y patrocinio
jurídico:
Las mujeres se comunican con los CIM telefónicamente, vía correo electrónico o
personalmente. Luego, se pautan entrevistas -ya sea con turnos programados o
por demanda espontánea cuando las mujeres llegan al Centro sin turno-. Los
encuentros se realizan en presencia de una trabajadora social, una psicóloga y una
abogada en los casos en que sea necesario.
Allí, se acuerda el acompañamiento y asesoramiento que cada mujer necesite.
Algunos ejemplos son: terapia individual, grupos de ayuda mutua, redes de apoyo
a través de instituciones (escuelas, centros de salud, espacios de fortalecimiento
laboral y económico, entre otros), patrocinio jurídico, etc.
También se conforman grupos para generar redes de apoyo, dirigido a familiares,
amigos o cualquier persona significativa para la mujer que se evalúe confiable y
positiva. Estos espacios son coordinados por una psicóloga y una trabajadora
social. Su objetivo es brindar información sobre las características propias de la
problemática, su dinámica y los efectos a nivel psicológico y social de las mujeres
que han sufrido violencia, así como también fortalecer su rol de apoyo y
acompañamiento de la mujer.
Por otro lado, se construye un espacio de empoderamiento con el fin de favorecer
el proceso de recuperación emocional de la mujer, y así superar la disociación
generada por la violencia entre el cuerpo, el pensamiento y las emociones. Se
proponen diferentes técnicas vivenciales, ejercicios de relajación, respiración,
expresión corporal, yoga y recursos audiovisuales.
Consigna:
1. Ubicar la elección dentro del marco teórico.
La violencia de género es una condición que afecta al sexo femenino no solo por
parte de hombres con los cuales tienen una vinculación amorosa o familiar sino
también por extraños que desprecian a la mujer. El hecho de que esta condición
se visibilice lleva a que los hombres violentos reaccionen adversamente a los
cambios que favorecen la protección de la mujer y la justicia. La condición a la
que hacemos referencia es el conjunto de actos violentos, en sus diferentes
formas, que la mujer soporta por el desprecio al género femenino.
Es considerada indeseable no solo para las mujeres sino para toda persona que
respete a los seres humanos sin distinción de sexo. Se necesita prevención y
acompañamiento para que quienes lo sufren puedan librarse de la violencia y
justicia para los casos que no pudieron prevenirse.
Mediante la acción colectiva se puede solucionar este problema reconociendo
que la mujer no tiene un rol insignificante, no es solo un acompañamiento del
hombre y no debe ser perjudicada por el sexo que posee. Es posible atender este
problema y generar políticas publicas eficaces.
Todas las personas deben tener las mismas oportunidades de ser libres y de tomar las
decisiones que deseen sin que ello sea motivo de maltratos tanto físicos como
psicológicos.
Se comprende que la violencia no es un problema que debe permanecer en la esfera
privada sin brindar ningun tipo de resolucion, las mujeres mueren por soportar el
maltrato. El silencio en estos hace que la situacion empeore cada vez mas y pueda
desencadenar tragedias irreparables. Durante mucho tiempo la violencia de genero fue
tomada como un hecho normal en nuestra sociedad, para las victimas era muy dificil
expresarlo no solo por la represalia que podria tomar su agresor sino por la condena social
y la falta de ayuda por parte de la justicia. El estado como representante del pueblo debe
escuchar las peticiones de programas y politicas eficaces.
En cuanto a la violencia de genero se creó el crecimiento de la consciencia colectiva, las
personas se unieron para defender los derechos de la mujer, los estandares son exigentes
porque ya no se ven con buenos ojos la violencia y no se naturaliza. Durante muchos años
hacer una denuncia por violencia de genero era sumirse en un camino de vergüenza y
soledad, desde las esferas mas alta de la sociedad se veia como algo normal y las personas
con capacidad de cambiar el destino de estas mujeres no lo hacian.
Los programas son partes esenciales para el logro de las politicas publicas porque ellos
definen las acciones a realizar, por lo que una mala implementacion de los mismos no
resuelve el problema social e incluso puede empeorarlo.
Los programas sociales lanzados son para la solución de la violencia de género luego de
que se manifiesta pero no se enfocan en la prevención.
Mientras que se destine una porcion infima del presupuesto publico a resolver la violencia
contra la mujer no se lograra profundizar en su prevencion y erradicacion.
El principal camino para acabar con la violencia de género es la prevención. Esto incluye,
por supuesto, un cambio global en la forma de ver las relaciones entre mujeres y
hombres, un cuestionamiento de los roles sociales y estereotipos, del lenguaje, etc. Estos
cambios deben partir de las personas adultas con el objetivo de que se transmitan
eficazmente a niños y niñas.
El problema social de violencia de genero necesita politicas publicas que puedan lograr la
educacion de los niños y que se los contenga, en caso de convivir con la violencia, para
que no la ejerzan de adultos. Sugerimos seguir avanzando con nuevos programas que
extiendan las proteccion de la mujer que es violentada a todo el pais y fomentar talleres
educativos en los niveles escolares para que los niños tengan los valores que necesitan
para no ejercer la violencia.