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BIBLIOTECA DE LA PAZ

SERIE DOCUMENTOS PARA LA PAZ

PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA DE COLOMBIA


Oficina del Alto Comisionado para la Paz
Observatorio de la Violencia

El conflicto armado y las


manifestaciones de violencia en las
regiones de Colombia

Trabajo elaborado por:


CAMILO ECHANDIA CASTILLA

Santafé de Bogota, 1998


Oficina del Alto Comisionado para La Paz
Daniel García-Peña Jaramillo
Alto Comisionado para Ls Paz
Patricia Pineda de Castro
Director Fondo de Programas Especiales para La Paz

Coordinación editorial: Alvaro Villarraga Sarmiento


Corrección de textos: Fernando Iriarte Martínez
Asistencia y digitación: Elsa Victoria Alzate Giraldo
© Presidencia de La República
Oficina del Alto Comisionado para La Paz
Calle 7 No. 6-54, Of. 201, 283 22 88 / 282 06 06
FAX. 284 52 75
E-Mail: paz @ presidencia.gov.col
Santafé de Bogotá, D.C.
© Camilo Echandía Castilla
Primera edición, junio de 1998
ISBN:
Diseño y diagramación: Luís Rocca
Impresión:
TABLA DE CONTENIDO

Presentación

Primera Parte: Regiones Geográficas y tipos de desarrollo municipal


1. Regiones geográficas de Colombia
2. Indicadores de desarrollo a nivel urbano y rural según tipos municipales

Segunda parte: Actores de violencia - cultivos ilícitos


3. Geografía de la expansión territorial de la guerrilla.
4. Los paramilitares en Colombia: una aproximación a sus manifestaciones recientes
5. Cultivos ilícitos, economía y violencia

Tercera parte: El conflicto armado y las manifestaciones de violencia


6. Intensidad del conflicto armado en Colombia
7. El secuestro en Colombia: tendencias y geografía
8. El homicidio en Colombia: tendencias y geografía
9. Las manifestaciones de violencia en los municipios colombianos

Cuarta parte: La violencia a nivel regional


10. La violencia en los departamentos de la Costa Caribe
11. La violencia en los departamentos de la Región Andina
12. La violencia en los departamentos del Litoral Pacífico
13. La violencia en los departamentos de la Colonización de Frontera

Anexos

Bibliografía
INDICE
MAPAS, GRAFICOS Y CUADROS

Primera Parte: Regiones Geográficas y tipos de desarrollo municipal.


1. Regiones geográficas de Colombia

Mapa 1.1. Regiones Geográficas de Colombia.

2. Indicadores de desarrollo a nivel urbano y rural según tipos municipales

Mapa 2.1. Minifundio deprimido en la región Andina.


Mapa 2.2. Minifundio estable en la región Andina.
Mapa 2.3. Minifundio del Litoral Caribe.
Mapa 2.4. Latifundio ganadero y agrícola del Litoral Caribe.
Mapa 2.5. Periferia rural marginal.
Mapa 2.6. Colonización de frontera.
Mapa 2.7. Colonización interna.
Mapa 2.8. Campesinado medio no cafetero.
Mapa 2.9. Campesinado medio cafetero.
Mapa 2.10. Agricultura comercial empresarial y alta proporción de población rural.
Mapa 2.11. Agricultura comercial empresarial y concentración de la población en núcleos
urbanos.
Mapa 2.12. Ciudades secundarias, centros de relevo y centros regionales.

Segunda parte: Actores de violencia - cultivos ilícitos


3. Geografía de la expansión territorial de la guerrilla.

Mapa 3.1. Frentes de las FARC creados entre 1964 y 1980.


Mapa 3.2. Frentes de las FARC creados entre 1981 y 1989.
Mapa 3.3. Frentes de las FARC creados entre 1990 y 1995.
Mapa 3.4. Localización de los frentes de las FARC 1995.
Mapa 3.5. Localización de los Bloques de frentes de las FARC 1996.
Mapa 3.6. Frentes del ELN creados entre 1964 y 1983.
Mapa 3.7. Frentes del ELN creados entre 1984 y 1889.
Mapa 3.8. Frentes del ELN creados entre 1990 y 1995.
Mapa 3.9. Localización de los frentes del ELN 1995.
Mapa 3.10. Localización de Los frentes de guerra del ELN 1996.
Mapa 3.11. Localización de Los frentes del EPL.

Gráfico 3.1. Evolución del número de frentes guerrilleros (1978-1996).


Gráfico 3.2. Evolución de la presencia de la guerrilla según estructuras y tipos de desarrollo
municipal (1985-1995).

4. Los paramilitares en Colombia: una aproximación a sus manifestaciones recientes

Mapa 4.1. Municipios con presencia paramilitar.


Mapa 4.2. Municipios donde se ha registrado compra de tierras por narcotraficantes.
Mapa 4.3. Municipios con presencia paramilitar y compra de tierras por narcotraficantes.
Mapa 4.4. Aproximación al dispositivo y área de acción paramilitar (1997).
Mapa 4.5. Intensidad de la acción de los grupos paramilitares (1996-1997).
Gráfico 4.1. Gráfico comparativo de los asesinatos cometidos por la guerrilla y las
organizaciones armadas no guerrilleras (1988-1997).
Gráfico 4.2. Asesinatos atribuidos a los actores organizados de violencia (1988-1997).
Gráfico 4.3. Gráfico comparativo de las víctimas de las masacres y los asesinatos cometidos
por actores organizados de violencia (1988-1997).

5. Cultivos ilícitos, economía y violencia

Mapa 5.1. Aproximación a los municipios donde se han detectado cultivos ilícitos 1990-1995

Gráfico 5.1. Porcentaje de hectáreas detectadas con cultivos ilícitos (1994).


Gráfico 5.2. Número de hectáreas detectadas con cultivos ilícitos por regiones (1994).

Tercera parte: El conflicto armado y las manifestaciones de violencia


6. Intensidad del conflicto armado en Colombia

Mapa 6.1. Municipios con elevada intensidad del conflicto armado (1987-1989).
Mapa 6.2. Municipios con elevada intensidad del conflicto armado (1990-1992).
Mapa 6.3. Municipios con elevada intensidad del conflicto armado (1993-1995).
Mapa 6.4. Intensidad de la actividad de las FARC (1986-1987).
Mapa 6.5. Intensidad de la actividad del ELN (1986-1987).
Mapa 6.6. Intensidad de la actividad del EPL (1986-1987).
Mapa 6.7. Intensidad de la actividad del M-19 (1986-1987).
Mapa 6.8. Intensidad de la actividad del Quintín Lame (1986-1987).
Mapa 6.9. Intensidad de la actividad de la Coordinadora Nacional Guerrillera (1986-1987).
Mapa 6.10. Intensidad de la actividad armada de las FARC (1988-1989).
Mapa 6.11. Intensidad de la actividad armada del ELN (1988-1989).
Mapa 6.12. Intensidad de la actividad armada del EPL (1988-1989).
Mapa 6.13. Intensidad de la actividad armada de la CG-SB (198801989).
Mapa 6.14. Intensidad de la actividad armada del M-19 (1988-1989).
Mapa 6.15. Intensidad de la actividad armada de las FARC (1990-1991).
Mapa 6.16. Intensidad de la actividad armada del ELN (1990-1991).
Mapa 6.17. Intensidad de la actividad armada del EPL (1990-1991).
Mapa 6.18. Intensidad de la actividad armada de la CG-SB (1990-1991).
Mapa 6.19. Intensidad de la actividad armada de las FARC (1992-1993).
Mapa 6.20. Intensidad de la actividad armada del ELN (1992-1993).
Mapa 6.21. Intensidad de la actividad armada del EPL (1992-1993).
Mapa 6.22. Intensidad de la actividad armada de la CG-SB (1992-1993).
Mapa 6.23. Intensidad de la actividad armada de las FARC (1994-1995).
Mapa 6.24. Intensidad de la actividad armada del ELN (1994-1995).
Mapa 6.25. Intensidad de la actividad armada del EPL (1994-1995).
Mapa 6.26. Intensidad de la actividad armada de las FARC (1996-1997).
Mapa 6.27. Intensidad de la actividad armada del ELN (1996-1997).
Mapa 6.28. Intensidad de la actividad armada del EPL (1996-1997).

Gráfico 6.1. Gráfico comparativo de la actividad armada de las guerrillas (1986-1991 y


1992-1997).
Gráfico 6.2. Gráfico comparativo de la intensidad de las acciones más recurrentes en el
conflicto armado (1986-1991 y 1992-1997).
7. El secuestro en Colombia: tendencias y geografía

Mapa 7.1. Municipios con elevada tasa de secuestro (1987-1989).


Mapa 7.2. Municipios con elevada tasa de secuestro (1990-1992).
Mapa 7.3. Municipios con elevada tasa de secuestro (1993-1995).

Gráfico 7.1. Evolución del número y de la tasa de secuestros (1987-1997).


Gráfico 7.2. Evolución de los secuestros realizados por la guerrilla y otros autores (1987-
1997).

8. El homicidio en Colombia: tendencias y geografía

Mapa 8.1. Municipios según tasa promedio de homicidios (1990-1995).


Mapa 8.2. Municipios con elevada tasa de homicidio (1987-1989)
Mapa 8.3. Municipios con elevada tasa de homicidio (1990-1992)
Mapa 8.4. Municipios con elevada tasa de homicidio (1993-1995)
Mapa 8.5. Municipios con elevada tasa de homicidios cometidos por los actores organizados
de violencia (1987-1989)
Mapa 8.6. Municipios con elevada tasa de homicidios cometidos por los actores organizados
de violencia (1990-1992)
Mapa 8.7. Municipios con elevada tasa de homicidios cometidos por los actores organizados
de violencia (1993-1995)

Gráfico 8.1. Evolución del número y de la tasa de homicidios en los últimos diez años.
Gráfico 8.2. Comparación departamental de las tasas promedio de homicidio por cien mil
habitantes (1987-1996).

9. Las manifestaciones de violencia en los municipios colombianos

Mapa 9.1. Municipios con elevados índices de violencia (1987-1989).


Mapa 9.2. Municipios con elevados índices de violencia (1990-1992).
Mapa 9.3. Municipios con elevados índices de violencia (1993-1995).
Mapa 9.4. Presencia de las FARC en municipios afectados por el conflicto armado (1993-
1995).
Mapa 9.5. Presencia del ELN en municipios afectados por el conflicto armado (1993-1995).
Mapa 9.6. Presencia del EPL en municipios afectados por el conflicto armado (1993-1995).
Mapa 9.7. Presencia paramilitar en municipios afectados por el conflicto armado (1993-
1995).
Mapa 9.8. Presencia de las FARC en municipios afectados por el secuestro (1993-1995).
Mapa 9.9. Presencia del ELN en municipios afectados por el secuestro (1993-1995).
Mapa 9.10. Presencia del EPL en municipios afectados por el secuestro (1993-1995).
Mapa 9.11. Presencia paramilitar en municipios afectados por el secuestro (1993-1995).
Mapa 9.12. Presencia de las FARC en municipios con elevado índice de asesinato (1993-
1995).
Mapa 9.13. Presencia del ELN en municipios con elevado índice de asesinato (1993-1995).
Mapa 9.14. Presencia del EPL en municipios con elevado índice de asesinato (1993-1995).
Mapa 9.15. Presencia paramilitar en municipios con elevado índice de asesinato (1993-
1995).

Gráfico 9.1. Evolución del porcentaje de municipios con elevado índice de violencia según
estructuras y tipos de desarrollo (1987-1995).
Cuarta parte: La violencia a nivel regional
10. La violencia en los departamentos de la Costa Caribe.
(Córdoba, Sucre, Bolivar, Cesar, Atlántico, Magdalena y La Guajira)

Mapa 10.1. Geografía de la violencia en los departamentos de La Costa Caribe (1993-1995).

Gráfico 10.1. Evolución del homicidio en los departamentos de La Costa Caribe. (Tasas por
100.000 hbts. 1987-1996).
Gráfico 10.2. Evolución del secuestro en los departamentos de la Costa Caribe. (Tasas por
100.000 hbts. 1987-1996).
Gráfico 10.3. Evolución de la intensidad del conflicto armado en los departamentos de la
Costa Caribe (1987-1995).

11. La violencia en los departamentos de la región Andina.


11.1 Huila, Tolima, Cundinamarca, Boyacá, Santander y Norte de Santander.

Mapa 11.1 Geografía de la violencia en Huila, Tolima, Cundinamarca, Boyacá, Santander y


Norte de Santander.

Gráfico 11.1. Evolución del homicidio (Tasas por 100.000 hbts. 1987-1997).
Gráfico 11.2. Evolución del secuestro (Tasas por 100.000 hbts. 1987-1997).
Gráfico 11.3. Evolución de la intensidad del conflicto armado (1987-1995).

11.2 Antioquia, Caldas, Quindio y Risaralda.

Mapa 11.2 Geografía de la violencia en Antioquia y Viejo Caldas.

Gráfico 11.4. Evolución del homicidio (Tasas por 100.000 hbts. 1987-1997).
Gráfico 11.5. Evolución del secuestro (Tasas por 100.000 hbts. 1987-1997).
Gráfico 11.6. Evolución de la intensidad del conflicto armado (1987-1995).

12. La violencia en los departamentos del Litoral Pacífico


(Nariño, Cauca, Valle y Chocó).

Mapa 12.1. Geografía de la violencia en los departamentos del Litoral Pacífico (1993-1995).

Gráfico 12.1. Evolución del homicidio (Tasas por 100.000 hbts. 1987-1996).
Gráfico 12.2. Evolución del secuestro (Tasas por 100.000 hbts. 1987-1996).
Gráfico 12.3. Evolución de la intensidad del conflicto armado (1987-1995).

13. La violencia en los departamentos de la colonización de frontera


(Arauca, Casanare, Meta, Caquetá, Guaviare y Putumayo).

Mapa 13.1. Geografía de la violencia en los departamentos de la colonización de


frontera.

Gráfico 13.1. Evolución del homicidio (Tasas por 100.000 hbts. 1988-1996).
Gráfico 13.2. Evolución del secuestro (Tasas por 100.000 hbts. 1990-1996).
Gráfico 13.3. Evolución de la intensidad del conflicto armado (1987-1995).
Anexo: Estadísticas de violencia

1. Estadísticas Generales

Intensidad del conflicto armado (1988-1997).

Violencia generada por el conflicto armado en Colombia (1985-1997).

Acciones armadas más recurrentes en el conflicto armado (1985-1997).

Secuestros según responsables y años (1987-1997).

Asesinatos por años y actividad de las víctimas (1988-1997).

2. Estadísticas Departamentales

Variación de la presencia municipal de la guerrilla (1991 y 1995).

Intensidad del conflicto armado a nivel departamental. Total de acciones y promedios anuales
(1987 y 1995).

Homicidios según departamentos (1987-1997).

Tasas de homicidio según departamentos (1987-1997).

Secuestros según departamentos (1987-1997).

Tasas de secuestro según departamentos (1987-1997).

3. Estadísticas Municipales

Municipios con presencia guerrillera según estructuras y grados de desarrollo 1985.

Municipios con presencias guerrillera según estructuras y grados de desarrollo 1995.

Municipios con presencia activa de la guerrilla según estructuras y grados de desarrollo 1987-
1989.

Municipios con presencia activa de la guerrilla según estructuras y grados de desarrollo 1990-
1992.

Municipios con presencia activa de la guerrilla según estructuras y grados de desarrollo 1993-
1995.

Municipios con altas tasas de secuestro según estructuras y grados de desarrollo 1990-1992.

Municipios con altas tasas de secuestro según estructuras y grados de desarrollo 1990-1992.

Municipios con altas tasas de secuestro según Eestructuras y grados de desarrollo 1993-1995.
Municipios con altas tasas de asesinatos según estructuras y grados de desarrollo 1987-1989.

Municipios con altas tasas de asesinato según estructuras y grados de desarrollo 1990-1992.

Municipios con altas tasas de asesinato según estructuras y grados de desarrollo 1993-1995.

Municipios con elevado índice de homicidio según estructuras y tipos de desarrollo (1990-
1995).

Municipios con elevada actividad guerrillera y/o altas tasas de secuestros y/o asesinatos
según estructuras y grados de desarrollo (1987-1989).

Municipios con elevada actividad guerrillera y/o altas tasas de secuestros y/o asesinatos según
estructuras y grados de desarrollo. (1990-1992).

Municipios con elevada actividad guerrillera y/o altas tasas de secuestros y/o asesinatos
según estructuras y grados de desarrollo. (1993-1995).
Presentación
Si bien las manifestaciones de violencia han estado presentes en el país por largos
períodos, la actual existencia de distintos actores, con muy diversas manifestaciones
regionales, hacen imposible decir que exista una sola violencia. Así mismo, hay
manifestaciones de violencia tan variadas y en algunos casos tan íntimamente entrelazadas
que impiden distinguir hasta qué punto actúan unos agentes y cuándo entran en acción
otros.

Las distinciones entre la violencia originada por los actores organizados y los que no lo
están tienen, por otra parte, un alcance limitado. La violencia es, en este momento, una
situación generalizada, en la cual los fenómenos interactúan y se relacionan. En este
sentido, la violencia puesta en práctica por los protagonistas organizados constituye el
marco en el que se desarrolla la violencia desorganizada. No se puede ignorar, de otro lado,
que la violencia desorganizada contribuye a ampliar el campo de la violencia organizada. La
una y la otra se refuerzan mutuamente. De tal suerte, resulta totalmente inapropiado
trazar fronteras claras entre la violencia política y aquella que no lo es.

Dada la elevada correspondencia entre municipios con altos índices de violencia y la


presencia de actores armados ilegales, esta última circunstancia parece ser suficiente para
desencadenar y exacerbar procesos violentos. Existe en el país una relación muy estrecha
entre la expansión de los grupos insurgentes hacia nuevas regiones, el surgimiento de
organizaciones armadas ilegales que se les oponen y el incremento de la violencia, que deja
con poco piso las consideraciones corrientes acerca de la irrelevancia de la violencia
asociada al conflicto armado. En esta dirección, estudios recientes muestran cómo el mejor
predictor de la violencia en un municipio es el numero de homicidios observado allí mismo
en el año anterior. Los patrones que se observan a nivel municipal se entienden a la luz de
los actores armados (guerrillas, paramilitares o los narcotraficantes) que, por diversas
razones, se mueven por el territorio nacional y, al instalarse en una localidad, desatan

situaciones de violencia que posteriormente persisten por unos años. 1

1 Mauricio Rubio, “De las riñas a la guerra. Hacia una reformulación del diagnóstico de la

violencia colombiana” Coyuntura Social de Fedesarrollo, No. 17 de noviembre de 1997.


La información disponible no parecer corroborar la idea común de una violencia
esencialmente ciudadana, que surge y se perpetúa en los municipios. En efecto, cuando se
comparan los municipios afectados por el homicidio en general con los municipios críticos
por el alto índice de muertes causadas por los actores organizados, se descubre una alta
correspondencia en la geografía de ambos fenómenos, lo que a su vez sugiere que los altos
niveles de violencia tienen una relación muy fuerte con la presencia de dichos actores. Esta
evidencia permite controvertir la afirmación corriente en el sentido de que alrededor del
ochenta por ciento de los homicidios en Colombia responde a la violencia cotidiana.2

No obstante el enorme desconocimiento sobre los autores de las muertes en el país, se ha


aceptado, por parte de las autoridades y de los estudiosos del tema, que las violencias que
están cobrando el mayor número de víctimas sobrepasan a las que se generan en los
actores organizados: guerrilla, paramilitares, grupos de justicia privada y organizaciones
armadas al servicio del narcotráfico. De hecho, no es sencillo establecer la asociación
precisa entre la violencia y las organizaciones armadas; más allá de las muertes ejecutadas
directamente por éstas, es necesario tener en cuenta las que, de una u otra forma, ocurren
o se ven facilitadas por la presencia de la guerrilla, de los paramilitares y del narcotráfico.
En este sentido, la información disponible sugiere un efecto no despreciable de las
organizaciones armadas en dos aspectos: en el desempeño de la justicia penal y en la

difusión de la tecnología para matar. 3

Las manifestaciones de violencia, por otra parte, están asociadas a la existencia de una
estructura social heterogénea con grupos enfrentados por fuertes intereses. Sin duda, la
violencia coincide también con profundos desequilibrios sociales propios de regiones con
economías dinámicas que atraen migrantes y donde la distribución del ingreso es
inequitativa. En estas regiones no se ha podido establecer firmemente una base jurídica e
institucional que establezca con claridad las reglas del juego y permita neutralizar la acción
violenta de los diferentes actores en competencia. La actual presencia de la insurgencia y
de las organizaciones, también al margen de la ley, que se le oponen, no son

2El porcentaje se deduce de las víctimas que según las autoridades fueron asesinadas por las

guerrillas y otros grupos organizados (total homicidios menos víctimas de grupos organizados).
3 Ver en: Mauricio Rubio, Op.Cit.
necesariamente resultado de las condiciones socioeconómicas de los pobladores, sino más
bien de las decisiones conscientes que los actores organizados de la violencia toman en
desarrollo de sus estrategias.

Este complejo panorama hace prioritario examinar la distribución espacial de las


manifestaciones de violencia, buscando la correspondencia con los actores que las
promueven.4 En este propósito, La Presidencia de la República hará un aporte al poner a
disposición de la sociedad colombiana este estudio que, desde una perspectiva puramente
descriptiva, presenta las principales tendencias en la evolución reciente de la presencia de
los actores del conflicto armado y de las manifestaciones de violencia en la República de
Colombia. Este trabajo es el resultado de un proceso continuo de recopilación de la
información sobre el tema, realizado por la Consejería para la Reconciliación, Normalización
y Rehabilitación Nacional (1986-1990), la Consejería para la Paz (1990-1994) y la Oficina
del Alto Comisionado para la Paz (1994-1998).

La obra se encuentra divida en cuatro partes y trece secciones. La primera parte, con dos
secciones, se ocupa de presentar las regiones geográficas y la tipología de municipios
urbanos y rurales del DANE, a las que se hará referencia a lo largo de todo el estudio. En la
segunda parte, con tres secciones, se describe la localización geográfica de las guerrillas, de
los grupos paramilitares y de los cultivos ilícitos. La tercera parte, con cuatro secciones, se
ocupa del conflicto armado y de las manifestaciones de violencia. Finalmente, en la cuarta
parte, con cuatro secciones, se presenta una descripción del conflicto y de las
manifestaciones de violencia a nivel regional.

4 Es preciso aclarar que la distribución espacial de las manifestaciones del conflicto armado y

de la violencia que se presenta en este trabajo, enfrenta el problema de que debido a la extensión
tan variada de los municipios los mapas pueden ofrecer en muchos casos una visión exagerada
de los fenómenos que se representan de manera puramente abstracta.
Primera Parte
Regiones Geográficas y tipos de desarrollo municipal

1. Regiones geográficas de Colombia

2. Indicadores de desarrollo a nivel urbano y rural según tipos


municipales
1. Regiones Geográficas de Colombia*
El territorio colombiano tiene una superficie de 1'141.748 Km2, ocupa el cuarto lugar en
extensión entre las naciones suramericanas y posee costas tanto en el océano Pacífico
como en el mar Caribe. El área marítima es de aproximadamente 928.660 Km2, de los
cuales 589.360 Km2 corresponden a la cuenca del mar Caribe y 339.300 Km2 a la del
océano Pacífico.

Para su administración, el país se halla dividido en departamentos y éstos en


municipios, los cuales, a su vez, se subdividen en inspecciones de policía y en
corregimientos. Este sistema administrativo tiene origen en las antiguas divisiones
coloniales, que han evolucionado hasta el sistema actual. Con la Reforma Constitucional
del 5 de julio de 1991, Colombia cuenta hoy con 32 departamentos, 1.050 municipios,
tres de los cuales son distritos; 2.029 corregimientos y 4.040 inspecciones de policía;
cinco áreas metropolitanas, tres distritos especiales y Santafé de Bogotá, D.C., capital
de la República.

Colombia se caracteriza por su diversidad geográfica. Gracias a su situación latitudinal


y a la existencia de su sistema cordillerano andino, posee diferentes pisos climáticos,
gran diversidad de suelos, flora, fauna y paisajes. La mayor parte del territorio se
encuentra situada en el hemisferio Norte y sólo una pequeña área, en el hemisferio Sur.
Cerca del 33% del área es montañosa, debido a la prolongación hacia el norte y
bifurcación de la cordillera de los Andes; el 67% está constituido por valles interandinos,
altiplanicies y llanuras bajas.

El paso de tres grandes ramales de la cordillera de los Andes por el territorio


colombiano, la presencia de algunos sistemas orográficos periféricos y la acción de los
agentes del clima, dieron origen a una variedad geomorfológica muy peculiar en donde
se alternan las montañas, valles, terrazas, altiplanos y llanuras. Los grandes conjuntos
orográficos continentales y su interacción con las características bioclimáticas
conforman seis regiones geográficas, cada una de las cuales presenta características
físicas, humanas, económicas y una organización espacial similar. Cada una de estas
regiones se encuentra dividida en subregiones, a las que nos referiremos a lo largo de

* Regionalización tomada del Diccionario Geográfico de Colombia. Instituto Geografico Aguntín Codazzi. 1996
todo este trabajo. Las regiones geográficas de Colombia son: Caribe, Pacífico, Orinoquia,
Amazonia, Andina y una pequeña región insular, conformada por el archipiélago de San
Andrés y Providencia, en el mar Caribe, así como las islas de Malpelo y Gorgona en el
océano Pacífico. Las diferencias físicas de las regiones están determinadas por la
presencia de la cordillera, la cercanía del mar y la existencia de numerosos y caudalosos
ríos.

LA REGION ANDINA está ubicada en la parte central del país con una extensión de
282.450 km2. Está conformada por las tres cordilleras y los valles de los ríos Cauca y
Magdalena. El territorio de esta región corresponde a los departamentos de Nariño,
Cauca, Valle del Cauca, Chocó, Antioquia, Risaralda, Caldas, Quindío, Tolima, Huila,
Cundinamarca, Boyacá, Santander, Norte de Santander, Meta, Córdoba, Cesar, Arauca,
Casanare, Caquetá y Putumayo. El sistema orográfico, con sus valles longitudinales,
forma en conjunto la gran región natural andina, donde se encuentra establecido el 70%
de la población del país y se concentra la mayor parte de la actividad económica. En
este trabajo hemos dividido la región andina en 24 subregiones, que son:

1. NARIÑO-SIBUNDOY
2. CAUCA CENTRO
3. CAUCA NORTE
4. BOTA CAUCANA
5. SUR-OCCIDENTE DEL CAQUETA
6. NOR-OCCIDENTE DEL CAQUETA
7. ALTO MAGDALENA
8. ALTO SALDAÑA
9. SUR-OCCIDENTE DEL VALLE
10. NORTE DEL VALLE
11. VIEJO CALDAS
12. SUMAPAZ
13. RESTO TOLIMA
14. RESTO CUNDINAMARCA
15. RESTO BOYACA
16. RIO MINERO
17. BAJO CAUCA ANTIOQUEÑO
18. MONTAÑA ANTIOQUEÑA
19. MAGDALENA MEDIO (se incluye el sur de Bolívar, que en estricto sentido, no pertenece a la
Región Andina.)
20. CORDILLERA SUR-SANTANDEREANA
21. SARARE
22. CATATUMBO Y PROVINCIA DE OCAÑA
23. NOR-ORIENTE SANTANDEREANO
24. SUR DE N. DE SANTANDER.

Esta gran región goza de variados climas, y tiene las zonas de mayor temperatura en los
valles de los ríos Magdalena, Cauca, Patía y Catatumbo; la precipitación pluvial varía de
acuerdo con las condiciones topográficas de cada zona, con regiones de poca
pluviosidad, como la parte alta del valle del Magdalena y regiones de intensa
precipitación, como la cuenca del Catatumbo. Los principales centros hidrográficos del
país están situados en esta región, entre ellos el macizo Colombiano, el páramo de
Sumapaz y los nudos de Los Pastos, Paramillo y Santurbán; en estos centros tienen su
origen varios de los más importantes ríos colombianos, como el Magdalena, Cauca,
Caquetá, Patía, Sinú, San Jorge, Putumayo, Sumapaz, Lebrija y Zulia. En esta región se
concentra el mayor número de la población, el que equivale al 73,25% y se sitúan los
principales centros culturales y económicos del país; se destacan por su importancia
Santafé de Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Cúcuta, Manizales, Pereira, Armenia,
Ibagué, Neiva, Popayán, Pasto y Tunja.

LA REGION CARIBE corresponde a la parte norte del país. Su extensión abarca 151.118
km2, desde el golfo de Urabá hasta la península de La Guajira, y desde las costas del
mar Caribe hasta las últimas estribaciones de la cordillera de los Andes. Comprende los
valles de los ríos Sinú, San Jorge, Cesar y bajo Cauca, en territorio de los
departamentos de La Guajira, Atlántico, Bolívar, Magdalena, Cesar, Sucre, Córdoba y
parte de Antioquia y Santander. Se distinguen varias subregiones, con características
más o menos definidas; éstas son:

25. GUAJIRA
26. SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA
27. DELTA DEL MAGDALENA - DEPRESION MOMPOSINA
28. CENTRO Y NORTE DEL CESAR
29. VALLE DEL SINU Y ALTO SAN JORGE
30. LA MOJANA
31. CIENAGAS DE CORDOBA
32. SABANAS DE SUCRE Y CORDOBA
33. URABA

La Guajira, de aspecto plano arenoso y semidesértico, habitada aún por tribus


indígenas; la Sierra Nevada de Santa Marta, que alcanza las mayores alturas del país
(5.775 m) en los picos Simón Bolívar y Cristóbal Colón; la Depresión Momposina,
situada en el área de confluencia de los grandes ríos Magdalena, Cauca, San Jorge, y
Cesar, los cuales, con sus periódicos desbordamientos, alimentan un considerable
número de ciénagas y pantanos comunicados entre sí por una intrincada red de brazos
y caños; la llanura del Magdalena, que se extiende a ambos lados de este río al norte de
la Depresión Momposina, con terrenos planos y fértiles intensamente aprovechados en
agricultura y ganadería; el valle del Sinú, conformado por la hoya hidrográfica de este
río, entre las serranías de Abibe y San Jerónimo, con tierras de gran fertilidad de origen
aluvial; las sabanas de Bolívar, que comprenden el departamento del Atlántico y la parte
norte de Bolívar, con pequeñas elevaciones y tierras semiáridas. En general, toda la
región del Caribe corresponde al piso térmico cálido, con excepción de las partes altas
de la Sierra Nevada de Santa Marta. Varios de los más importantes ríos del país drenan
sus tierras, entre ellos el Magdalena, Cauca, San Jorge, Cesar, Sinú, Ariguaní y
Ranchería. La ganadería y la agricultura son, en esta región, las bases fundamentales
de la economía. Barranquilla y Cartagena constituyen, a su vez, sus principales centros
industriales y comerciales. Entre las más importantes ciudades de la región se destacan
Barranquilla, Cartagena, Santa Marta, Montería, Riohacha, Sincelejo, y Valledupar
donde se concentra el 19,25 % de la población.

LA REGION DEL PACÍFICO se sitúa al occidente del país, tiene un área de 83.170 km2;
se extiende desde el golfo de Urabá y la frontera con la República de Panamá, al norte,
hasta la frontera con la República de Ecuador, al sur; limita al oriente con las
estribaciones de la cordillera Occidental y al occidente con el litoral Pacífico, del cual
deriva su nombre. Comprende parte del territorio de los departamentos de Nariño,
Cauca, Valle del Cauca, Chocó y Antioquia; en ocasiones, esta región se angosta casi
hasta el litoral debido a la prolongación de las estribaciones de la cordillera, que la
invaden profundamente, y a trechos penetra en el territorio formando valles amplios y
pantanosos. Hemos considerado tres subregiones:

34. LLANURA DEL PACIFIC0


35. RESTO CHOCO
36. SERRANIAS DEL CHOCO

La serranía de Baudó interrumpe, hacia el norte, el paisaje casi llano de esta selvática
región. La costa Pacífica presenta dos aspectos diferentes, separados por el cabo
Corrientes: el primero, al norte, es acantilado y rocoso con hermosas bahías y
ensenadas, y el segundo, al sur, está formado por una larga llanura anegadiza con un
"andén aluvial" tupido de manglares y cruzado por un laberinto de esteros. La
precipitación pluvial es de las más altas del mundo, en promedio 4.000 mm anuales;
Quibdó presenta un promedio de 8.262 mm y en algunos otros sitios del Chocó la lluvia
alcanza los 12.000 mm al año. Varios caudalosos ríos cruzan la región en diferentes
direcciones, entre ellos, el Atrato, San Juan, Patía, Baudó, Mira, Iscuandé, Micay,
Telembí, Anchicayá, Naya, Calima, Timbiquí, Dagua y Yurumanguí. El Pacífico cuenta
con abundantes recursos naturales deficientemente explotados. La minería constituye
una notable actividad económica y está basada en la extracción de oro, plata y platino,
pero la actividad fundamental es la explotación forestal. La pesca marítima tiene
importancia; en cambio, la agricultura y ganadería son, en su mayoría, de subsistencia;
el desarrollo industrial es incipiente y sólo se observan algunas manifestaciones en
Buenaventura y Tumaco, los dos únicos puertos colombianos de importancia sobre el
Pacífico; estas ciudades constituyen, junto con Quibdó, los principales centros
económicos y culturales de la región.

LA REGION DE LA ORINOQUIA se encuentra al este del país y tiene una extensión de


310.000 km2, comprendidos entre las estribaciones de la cordillera oriental y la
República de Venezuela. Está conformada por extensas sabanas regadas por las
corrientes que confluyen al río Orinoco y presenta como mayores elevaciones la serranía
de La Macarena y las estribaciones de la cordillera Oriental. El territorio de esta región,
conocido también como Llanos Orientales, corresponde a los departamentos del Meta,
Arauca, Casanare, Guainía, Guaviare y Vichada, en donde se concentra el 2,64% de la
población. Se divide esta región en seis subregiones:
37. LLANOS DE ARAUCA
38. CASANARE
39. VICHADA
40. GUAINIA
41. ARIARI-GUAYABERO
42. RESTO META

El clima en general es cálido semihúmedo y presenta lluvias cenitales. Numerosos e


importantes ríos del país, tributarios del Orinoco, la cruzan en dirección occidente-
oriente; entre ellos se destacan los ríos Arauca, Meta, Casanare, Vichada, Guaviare,
Inírida, Tomo, Cinaruco y Tuparro. Como actividad económica sobresale la ganadería y,
en menor escala, la pesca, la agricultura, la explotación forestal y la minería, en la cual
se destaca la explotación petrolera. La Orinoquia está escasamente poblada y posee
todavía algunos grupos indígenas. Los centros urbanos importantes son Villavicencio,
Arauca, Tame, Puerto Carreño, Puerto López, San Martín, Acacías y Yopal.

LA REGION DE LA AMAZONIA comprende la parte sureste del país y cubre una extensión
de 315.000 km2. Limita al norte con la Orinoquia, al sur con los ríos Putumayo y
Amazonas; al oriente con Brasil y el río Negro; y al occidente con la cordillera Oriental.
La región amazónica está conformada por territorios de extensas selvas de clima cálido-
húmedo, pertenecientes a los departamentos del Caquetá, Putumayo, Vaupés,
Amazonas, Guaviare y Guainía. Hemos subdividido la región como sigue:

43. GUAVIARE
44. VAUPES
45. AMAZONAS
46. RESTO PUTUMAYO
47. BAJO Y MEDIO CAGUAN
48.CAQUETA-HORTEGUAZA

Además de su rica flora, existe una inmensa variedad faunística y los ríos albergan más
de 600 especies ictiológicas. La población de esta región se halla constituida por
pequeños grupos indígenas e inmigrantes provenientes del interior del país. El aspecto
general de la Amazonia es de relieve casi plano y cubierto de selva, con altas
temperaturas y abundante precipitación. Numerosos y caudalosos ríos cruzan el
territorio, dirigiéndose al Amazonas; entre ellos, los más notables son el Caquetá,
Putumayo, Guainía, Negro, Vaupés, Caguán, Apaporis, Orteguaza, Yarí y Caraparaná.
La región cuenta con abundantes recursos naturales. Los yacimientos petrolíferos del
Caquetá y Putumayo son actualmente explotados. Las principales actividades
económicas de sus habitantes son la pesca, la explotación forestal y, en menor escala, la
agricultura y la ganadería. En esta región se concentra el 2% de la población. Las
principales poblaciones de la Amazonia son Florencia, Mocoa, Leticia, Mitú, Puerto
Leguízamo y San José del Guaviare.

LA REGION INSULAR se encuentra integrada por el archipiélago de San Andrés,


Providencia y Santa Catalina, en el mar Caribe, las que conforman un departamento; la
isla Gorgona y el islote de Malpelo en el océano Pacífico. En esta región se agrupa el
0,2% de la población. San Andrés es el principal centro cultural y económico; sin
embargo, para planes socioeconómicos se incluye en la región Caribe.
MAPA 1.1
2 Indicadores de desarrollo a nivel urbano y rural, según tipos
municipales.
Con el propósito de establecer las zonas y actividades económicas mas afectadas por las
principales manifestaciones de violencia, fuera de presentar la información disponible a
lo largo de este trabajo de acuerdo con la regionalización que se presentó en la sección
anterior, se contrastará con la tipología municipal del DANE según estructuras y grados

de desarrollo.5

En primer término, la clasificación distingue entre los municipios pertenecientes a las


estructuras urbana y rural. En segundo lugar, profundiza en la caracterización urbana
y rural a través de catorce diferentes tipos municipales. Esto significa que, dentro de
cada uno de los tipos definidos, existe una cierta en los aspectos relevantes del
desarrollo, mientras se considera que existen diferencias significativas entre municipios
de distinto tipo.

I. ESTRUCTURA RURAL
Minifundio Deprimido en la Región Andina
Las características generales de estos municipios son: los predios menores de 5 Has.
representan la mitad del total de predios; la mayoría de las explotaciones agrícolas se
encuentran en tierras de ladera y baja productividad, especialmente para autoconsumo;
cuatro de cada cinco personas viven en zonas rurales; tres cuartas partes de la
población se encuentran en la pobreza y la mitad presenta condiciones de miseria y
tendencia hacia la descomposición.

5 ."Una tipología de los municipios colombianos, según estructuras y grados de desarrollo". Departamento Administrativo Nacional de
Estadística (DANE), 1991.
MAPA 2.1: Minifundio Deprimido en la Región Andina

Minifundio Estable en la Región Andina


Las características generales son: alta presencia de campesinado pobre, que sin
embargo logra reproducir las condiciones básicas de subsistencia; el 64% de la
población es pobre; el 37% de los propietarios tiene predios menores a 5 Has. y el 36%
de los predios son superiores a las 50 Has; existe una alta presión sobre la tierra; el
20% de la población ocupada es asalariada; los salarios agropecuarios son de los más
bajos a nivel nacional.
MAPA 2.2: Minifundio Estable en la Región Andina

2 Indicadores de desarrollo a nivel urbano y rural, según tipos


municipales.
Con el propósito de establecer las zonas y actividades económicas mas afectadas por las
principales manifestaciones de violencia, fuera de presentar la información disponible a
lo largo de este trabajo de acuerdo con la regionalización que se presentó en la sección
anterior, se contrastará con la tipología municipal del DANE según estructuras y grados

de desarrollo.6

En primer término, la clasificación distingue entre los municipios pertenecientes a las


estructuras urbana y rural. En segundo lugar, profundiza en la caracterización urbana

6 ."Una tipología de los municipios colombianos, según estructuras y grados de desarrollo". Departamento Administrativo Nacional de
Estadística (DANE), 1991.
y rural a través de catorce diferentes tipos municipales. Esto significa que, dentro de
cada uno de los tipos definidos, existe una cierta en los aspectos relevantes del
desarrollo, mientras se considera que existen diferencias significativas entre municipios
de distinto tipo.

I. ESTRUCTURA RURAL
Minifundio Deprimido en la Región Andina
Las características generales de estos municipios son: los predios menores de 5 Has.
representan la mitad del total de predios; la mayoría de las explotaciones agrícolas se
encuentran en tierras de ladera y baja productividad, especialmente para autoconsumo;
cuatro de cada cinco personas viven en zonas rurales; tres cuartas partes de la
población se encuentran en la pobreza y la mitad presenta condiciones de miseria y
tendencia hacia la descomposición.

MAPA 2.1: Minifundio Deprimido en la Región Andina


Minifundio Estable en la Región Andina
Las características generales son: alta presencia de campesinado pobre, que sin
embargo logra reproducir las condiciones básicas de subsistencia; el 64% de la
población es pobre; el 37% de los propietarios tiene predios menores a 5 Has. y el 36%
de los predios son superiores a las 50 Has; existe una alta presión sobre la tierra; el
20% de la población ocupada es asalariada; los salarios agropecuarios son de los más
bajos a nivel nacional.

MAPA 2.2: Minifundio Estable en la Región Andina

Colonización de Frontera
En los municipios de este tipo se registran procesos activos de colonización, desarrollados por
movimientos migratorios generados por la violencia y la descomposición campesina en la región
andina. La carencia de infraestructura vial y de servicios, la poca disponibilidad de suelos para la
actividad agrícola, la baja productividad, la nula integración a los mercados nacionales o
regionales, unida a la precaria presencia del Estado, dificultan la vinculación del colono a la
tierra, conformándose así una economía parcelaria itinerante que, a la vez que ensancha la
frontera agrícola, favorece el establecimiento del latifundio ganadero. Estos municipios registran
altos índices de inmigración y los predios mayores a las 20 Has. representan entre 65% y 89% de
la superficie. El promedio de personas por municipio es menor de 10.000, menos de la tercera
parte de éstas en la cabecera. Tres cuartas partes de la población se encuentran en la pobreza y
40% está en condiciones de miseria. Las regiones corresponden al piedemonte Llanero y zonas de
Caquetá, Guaviare, Putumayo, Meta y Casanare.

MAPA 2.6: Colonización de Frontera

Colonización Interna
En estas poblaciones se registran procesos cerrados de colonización, debido a la
configuración de islas de tierras baldías. Estas zonas presentan algún grado de
desarrollo de la infraestructura vial que da acceso a los mercados, lo cual ha estimulado
rápidos procesos de concentración de la tierra. Tres de cada cuatro personas viven en
zonas rurales. La mitad de los predios son inferiores a las 20 Has; 29% de la superficie
se concentra en predios superiores a las 500 Has. Tres de cada cuatro personas son
pobres y más de la mitad viven en la miseria. Las regiones geográficas corresponden al
magdalena medio, valles de los ríos Sinú y San Jorge, bolsas de frontera interior en los
departamentos de Antioquia, Boyacá, Cundinamarca, Santander, Norte de Santander,
Tolima y Cauca.

MAPA 2.7: Colonización Interna

Campesinado Medio no Cafetero


El predominio del campesinado estable y acomodado es una de las características más
importantes. Las explotaciones agrícolas son de tamaño medio y se las considera zonas
de producción campesina media para el mercado. Cuentan con infraestructura vial con
acceso a los centros de mercado, el 46.1% de las personas tiene necesidades básicas
insatisfechas y una cuarta parte de la población se enfrenta a condiciones de miseria.
Las regiones geográficas corresponden a las cordilleras andinas y los valles
interandinos.

MAPA 2.8: Campesinado Medio no Cafetero

Campesinado Medio Cafetero


Estos municipios, que se habían caracterizado por el predominio de campesinado medio
estable y acomodado, dedicado a las actividades de producción de café, con la crisis
albergan un sector endeudado y desesperado. La presencia de inversiones del Fondo
Nacional del Café ha generado una alta cobertura de servicios básicos. En estas zonas la
cosecha cafetera produce una alta inmigración de trabajadores de regiones más pobres,
ocasionando alta densidad poblacional que no encuentra pleno empleo. En promedio, el
16% de la población se encuentra en la miseria. Corresponde a la zona occidental de las
cordilleras y valles interandinos.

2.9 MAPA: Campesinado Medio Cafetero

Agricultura Comercial Empresarial y Alta proporción de Población Rural.


La característica más importante de estos municipios es el predominio de cultivos
comerciales y las explotaciones agrícolas de tamaño grande; existe alta proporción de
trabajadores asalariados, alta proporción de población rural y presencia de unidades de
producción campesina; buena infraestructura vial y de servicios; municipios integrados
a los principales centros económicos del país; pero el 19% de las personas se halla en la
miseria. La región geográfica corresponde a los altiplanos y valles interandinos, zonas de
los Llanos Orientales y de la Región Caribe.

MAPA 2.10: Agricultura Comercial Empresarial y Alta proporción de Población Rural.

Agricultura Comercial Empresarial y concentración de la población en Núcleos


Urbanos
Estos municipios concentran el sector moderno de propietarios de tierra y capital, que
cuentan con las tecnologías y los recursos públicos para el desarrollo de las empresas
agrícolas que controlan. La población vive principalmente en núcleos urbanos, prima el
trabajo asalariado y se estima en el 18% la población que vive en la miseria. Las
regiones corresponden a los altiplanos y valles interandinos.

MAPA 2.11: Agricultura Comercial Empresarial y concentración de la población en Núcleos


Urbanos

II. ESTRUCTURA URBANA


Ciudades Secundarias
Estas ciudades cumplen la función de ser centros de unidades espaciales socioeconómicas
menores y municipios pertenecientes a las áreas metropolitanas de los grandes centros
regionales.

Centros de Relevo
constituidos por los municipios que cumplen la función de ser centros administrativos,
económicos y financieros con un radio de acción sub-regional. En su mayoría, corresponden a
las capitales de departamento.

Centros Regionales
Corresponden a Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, donde se concentra la
actividad industrial y financiera, a la vez que imprimen funcionalidad, cohesión y dependencia a
amplias zonas geopolíticas.

MAPA 2.12: Ciudades Secundarias , Centros de Relevo y Centros Regionales


Segunda parte
Actores de violencia y cultivos ilícitos

3. Geografía de la expansión territorial de la guerrilla.

4. Los paramilitares en Colombia: una aproximación a sus


manifestaciones recientes

5. Cultivos ilícitos, economía y violencia


3. Geografía de la expansión territorial de la guerrilla7
Evolución de la localización de los frentes de las FARC
Los orígenes de las FARC se remontan al periodo 1948-1966 en que se produce la
"resistencia armada comunista". La localización de los grupos de campesinos
desplazados de las zonas afectadas por la violencia partidista se da, en principio, en el
sur del Tolima, sur-occidente de Cundinamarca y posteriormente en la zona del Ariari-
Meta. Las FARC sólo se estructuraron como guerrilla comunista en 1966, articulada con

un proyecto político orientado a la conquista del poder.8

En 1964 se celebró en Marquetalia (Huila) la primera conferencia y se creó el bloque


armado del sur integrado por los "destacamentos de Marquetalia, Riochiquito, Pato,
Guayabero y sureste del Tolima". En 1966 tuvo lugar la segunda conferencia y fue
cuando las denominadas "autodefensas comunistas" se transformaron en las llamadas
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC. En Marzo de 1969 se realiza la
tercera conferencia en la región del Guayabero y se determina la creación de un nuevo
frente en el área general del Magdalena Medio, en límites entre Boyacá y Santander. En
abril de 1971 se celebra la cuarta conferencia, en el Pato, y se ordena abrir un nuevo
frente en el área general del Urabá. En Septiembre de 1974 se realiza en el Pato la
quinta conferencia y se determina reorganizar el Estado Mayor, se crea el secretariado
como organismo permanente y se dictan normas sobre aspectos financieros. La sexta
conferencia se realiza en enero de 1978 en la región del Duda. La localización de los
frentes poco había variado hacia 1980 (ver mapa 3.1).

Entre 1981 y 1982, cuando se llevó a cabo la séptima conferencia, los factores de orden
militar juegan un papel muy importante; la organización pasa a llamarse FARC-EP,
significando que contaba con características asociadas a un ejército del pueblo. La
estructura de la organización sufre modificaciones importantes; se consolidan los
denominados frentes, así como el Estado Mayor y el secretariado.

7 Las principales fuentes consultadas para reconstruir la geografía de la expansión de la guerrilla


fueron los documentos de la Consejería Presidencial para la Paz, elaborados con base en el
monitoreo que se realiza desde 1987.
8Ver la evolución histórica de las Farc en Eduardo Pizarro Leóngomez (1991).
La fuerte expansión es resultado de la adopción de una estrategia de crecimiento basada
en el desdoblamiento de los frentes existentes; se determinó que cada frente sería
ampliado a dos hasta conseguir la creación de un frente por departamento. Aparecen
tres frentes nuevos en la zona del Caquetá y el Meta y otros dos en el Magdalena Medio.
Entre 1982 y 1983, otros diez frentes se añaden a los quince que existían. Se localizan
en Vichada, norte de Huila y occidente del Meta, Córdoba, Sierra Nevada de Santa
Marta, Magdalena Medio Santandereano, noroccidente de Cundinamarca, sur de
Bolívar y centro del Tolima.

En cuanto a los aspectos militares, la importancia que va adquiriendo el Estado Mayor


explica el surgimiento de buena parte de los frentes en el departamento del Meta entre
1983 y 1988. En cuanto a los determinantes financieros, la coca, en la década de los
ochenta, juega un papel decisivo que explica el numero creciente de frentes que se
consolidan en Meta, Guaviare y Caquetá. Así mismo, las FARC se vinculan a esta
actividad en los departamentos de Putumayo, Cauca, Santander y en la Sierra Nevada
de Santa Marta.

A la estrategia de desdoblamiento de los frentes, junto con la disponibilidad de recursos


provenientes de la coca para financiarla, se sumó como circunstancia favorable la firma
de la tregua en la administración Betancur en el mes de marzo de 1984, que
formalmente se extendería hasta el mes de junio de 1987, cuando la administración
Barco la declaró rota a raíz de que las FARC tendieron una emboscada a un patrulla
militar en Puerto Rico- Caquetá con saldo de dos oficiales y veinticuatro soldados
muertos. En la década del ochenta, la acción de la fuerza pública en la lucha contra la
guerrilla también disminuyó en razón de que el narcotráfico se convirtió en el reto
principal para la seguridad interna del país, desplazando a la guerrilla a un segundo
lugar.

Las FARC, cuyos núcleos iniciales de expansión nacieron en zonas de colonización,


sufren modificaciones importantes en la década del ochenta. En efecto, quedan inscritas
también en zonas que experimentaron transformaciones en la ganadería (Meta, Caquetá,
Magdalena Medio, Córdoba), o en la agricultura comercial (zona bananera de Urabá,
zona productora de palma africana en Santander y sur del Cesar) e, incluso, en zonas de
explotación petrolera (Magdalena Medio, Sarare y Putumayo) y de oro (bajo Cauca
Antioqueño y sur de Bolívar). Igualmente, se fueron situando en áreas fronterizas
(Sarare, Norte de Santander, Putumayo, Urabá) y en zonas costeras (Sierra Nevada,
Urabá, occidente del Valle), explicable esto por su vinculación con actividades de
contrabando.

La localización de las FARC en la década del ochenta, que se presenta en el mapa 3.2,
insinúa, en lineas generales, una herradura que parte del golfo de Urabá, pasa por el
sur de Córdoba, bajo Cauca Antioqueño y sur de Bolívar para seguir por el Magdalena
Medio Santandereano y salir al Piedemonte Llanero, de donde se dirige por el sur hacia
la Costa Pacífica, donde concluye la trayectoria luego de atravesar el Huila y Valle.

En la primera mitad de la década del noventa, la mayor concentración de frentes nuevos


se registrará en el centro de la herradura, donde se ubican los centros de poder mas
importantes del país, los nervios de la agricultura moderna y, en general, los sectores
más dinámicos de la economía. En efecto, entre 1990 y 1995, como se puede observar
en el mapa 3.3, en Cundinamarca aparecen cinco frentes; en la región de Urabá dos
nuevos frentes llenan el espacio ocupado antes por el EPL; en el eje cafetero, la creación
de un frente parece responder a la misma lógica de ocupación de territorios con antigua
presencia del EPL. También se crean frentes en la península de la Guajira, en Caquetá,
en Casanare, en Huila y en Tolima. Paralelamente con el incremento de los frentes
rurales, las FARC fortalecen sus milicias urbanas en Bogotá, Cali, Medellín, Pereira,
Barranquilla, Bucaramanga y Barrancabermeja.

La localización de las FARC en 1996, que se presenta en el mapa 3.5, da cuenta de la


existencia de sesenta y dos frentes distribuidos en siete bloques: Oriental (22), Sur (10),

Magdalena Medio (8), Nor-occidental (8), Central (5), Norte (5) y Occidental (4).9

9Se tienen en cuenta 62 frentes de los cuales se conoce su ubicación y actividad armada, a pesar de
que se habla de que en 1996 existen 66. La ubicación y el nivel de acción de los frentes (62,63,64 y
65) se desconoce.
El bloque oriental, que reune el mayor numero de frentes y registra la actividad armada
mas elevada, cubre parte de los departamentos del Meta, Guaviare, Casanare, Arauca,
Boyacá, Cundinamarca, Guainía, Vaupés y Vichada. En el Meta se ubican al menos
nueve frentes 7,17,26,27,31,40,42,43 y 44. En el Guaviare se encuentra el frente 1 y
recibe desplazamientos del frente 7, desde el Meta. En los límites entre Boyacá y
Casanare operan los frentes 28, 38, 39 y 56. En Arauca se asientan los frentes 10 y 45,
este último se desplaza también hacia Boyacá y Norte de Santander, abarcando la
denominada zona del Sarare. El frente 16 opera principalmente en Vichada. En
Cundinamarca, en los últimos cinco años, la vieja presencia del frente 22, se ha
reforzado en el sur-occidente con los frentes 52 y 55, por el sur- oriente con el frente
53, en cercanía a Bogotá por la zona del Guavio, Guasca y La Calera con el frente 54 y
hacia Fómeque, Chipaque y Cáqueza con el frente 51. Con la localización que hoy tiene
sobre la cordillera oriental, la organización logró lo que desde comienzos de la década
del ochenta identificó como eje de su despliegue para aislar el país andino y costero del
amazónico y llanero. Esta zona es igualmente estratégica, por cuanto se constituye en
corredor de acceso al centro del país, permitiendo, de la misma manera, el repliegue de
los grupos armados hacia el interior del país en momentos de ofensivas militares. Así
ocurrió al comienzo de la presente década, cuando el Ejército llegó hasta los
campamentos del Estado Mayor en Uribe-Meta: varios de los frentes lograron
desplazarse rápidamente hacia Cundinamarca y Huila, con lo cual la organización evitó
el enfrentamiento con la fuerza pública y, simultáneamente, comenzó a tender el cerco
sobre el centro del país.

El bloque nor-occidental, que es el segundo en cuanto a la actividad armada que genera,


opera en los departamentos de Antioquia, Chocó y Córdoba. En el Urabá antioqueño y
chocoano tienen presencia los frentes 5, 34, 57 y 58; en la parte norte del Urabá
Antioqueño actúa el frente 58. El frente 18, tradicionalmente con presencia en Córdoba,
actúa en el bajo Cauca Antioqueño. Los frentes 9,36 y 47 tienen presencia en la parte
montañosa de Antioquia y registran desplazamientos hacia el Magdalena Medio.

El bloque del Magdalena Medio, que es el tercero mas activo en términos de las acciones
que propone, tiene presencia en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Cesar,
Santander y Boyacá. Los frentes 12,20,23,24 y 46 actúan en Santander. El frente 20, se
desplaza desde Santander hacia el sur de Cesar. En los limites entre Boyacá y
Santander operan los frentes 11 y 23. El frente 24 se ubica en el sur de Bolívar y
extendiendo su acción hasta Santander. En Antioquia actúa el frente 4.

El bloque sur, que es el cuarto en actividad armada, tiene influencia sobre parte de los
departamentos de Caquetá, Huila, Putumayo y la Bota Caucana. En el oriente del Huila
se encuentra el frente 2; en el sur-occidente del Huila el 3; hacia el sur del
departamento actúa el frente 13, apoyado con la creación reciente del 61. Estos tres
frentes también tiene influencia sobre Caquetá. El frente 17 actúa en el norte del Huila.
En el Caquetá se encuentran, fuera de los ya mencionados, los frentes 14,15,49 y 60.
En Putumayo operan los frentes 32 y 48, que también se desplazan hacia Caquetá.

El bloque occidental, que ocupa el quinto lugar en actividad, opera en parte de los
departamentos de Nariño, Cauca y Valle. En el departamento del Cauca actúan los
frentes 6,8 y 29, que registran desplazamientos hacia los departamentos vecinos y
reciben la influencia del frente 30 desde el Valle, y del 60 desde Caquetá. En el
departamento de Nariño actúa el frente 29 y, desplazándose desde el Cauca, actúa
también el 8. En el Valle opera el frente 30, ya mencionado, y recibe la influencia del 21
desde Tolima.

El bloque central, que opera en los departamentos de Tolima, Quindio, Risaralda,


Caldas y Antioquia, registra baja actividad. En el Departamento del Tolima se
encuentran los frentes 21,25 y 66. En el eje cafetero ha incursionado el frente 50,
buscando aumentar su presencia en esta zona estratégica por cuanto, de manera
obligada, pasan por aquí los intercambios comerciales entre Medellín, Cali y Bogotá.

Finalmente, el bloque norte, que ocupa el séptimo y último lugar en razón de su baja
actividad, tiene presencia principalmente en los departamentos de La Guajira,
Magdalena, Bolívar, Sucre, Cesar y Norte de Santander. El frente 41 opera en el norte de
Cesar, el 19 en la Sierra Nevada de Santa Marta, el 59 en la Guajira, el 37 en Bolívar y
el 35 en Sucre.

Evolución de la localización de los frentes del ELN


Los orígenes del ELN se remontan a mediados de los años sesenta, cuando surge como
un grupo de tipo militar, inscrito en una perspectiva foquista. En el plano militar se
trató de pasar de los grupos de pequeñas guerrillas, que operaban en las zonas de
frontera agrícola, lejos de los polos de desarrollo y de los centros del poder, a columnas
guerrilleras en zonas de mayor actividad económica y población. Esta etapa concluye en
1973 con la derrota de Anorí, que prácticamente dejó desintegrada la organización. El
área de operaciones, en la primera etapa, alcanzó a comprender parte de los
departamentos de Santander, Antioquia y sur de Bolívar. Después, su expansión fue

muy lenta.10

10 Su planteamiento buscaba romper con el esquema alrededor del partido, típico de las FARC,
formando una nueva estructura que permitiera generar, a partir del núcleo guerrillero, una
organización político militar, dentro de una perspectiva de liberación nacional. Ver la evolución
histórica del Eln en: Alejo Vargas (1989), Marta Harnecker (1988) y Carlos Medina Gallego (1996).
Es sólo hasta 1983 que comienza a registrar un crecimiento significativo, debido al
fortalecimiento económico derivado de la extorsión a las compañías extranjeras
encargadas de la construcción del oleoducto Caño Limón- Coveñas, práctica que se
constituye en su principal fuente de financiamiento. En 1983 tuvo lugar la denominada
reunión nacional de héroes y mártires de Anorí, en la que se decidió desdoblar los

frentes existentes11. En ese entonces, como se observa en el mapa 3.6, existían los hoy
denominados frentes de guerra nor-oriental y nor-occidental. El primero contaba con los

"frentes"12 Domingo Laín en la región del Sarare y Camilo Torres, en la parte del
Magdalena Medio de los departamentos de Santander y Cesar. El segundo contaba con
el "frente" José Antonio Galán en Antioquia.

11 En este escrito se asumen las definiciones consignadas por dirigentes del ELN en la entrevista de
Marta Harnecker, (1988). Un "frente" guerrillero es "(...) una instancia político-militar y de masas".
Varios "frentes" guerrilleros y regionales (estructuras urbanas) "conforman un frente de guerra,
cuyas características están dadas por la actividad socioeconómica de la región. (...) Un frente de
guerra es el conjunto de estructuras urbanas y rurales que desarrollan la política de la organización
en una gran región del país y que por sus características exige un diseño estratégico específico."
12 La expresión "frente" no se debe confundir con el frente (sin comillas) que hace referencia a un
conjunto de "frentes" que operan en una región determinada.
En 1984 nace el denominado frente de guerra norte, con el "frente" José Solano
Sepúlveda en el área del Magdalena Medio, que corresponde al sur de Bolívar (Serranía
de San Lucas). Nace, de otra parte, el frente sur-occidental, con la creación del "frente"
Manuel Vásquez Castaño en la Bota Caucana y sur del Huila.

En 1985, el frente de guerra nor-oriental se expande con los "frentes" Efraín Pabón
Pabón, en la parte sur de Norte de Santander y en el norte de Boyacá, y con el Armando
Cacua Guerrero en la región del Catatumbo, en Norte de Santander. De otra parte, el
frente sur-occidental se ve reforzado con el "frente" Luis Carlos Cárdenas Arbelaez, que
comienza a operar en el norte del Valle.

En 1986 el crecimiento continúa. En el frente nor-oriental se crea el "frente" Capitán


Parmenio, con presencia en el área comprendida entre Barrancabermeja y
Bucaramanga, en el departamento de Santander. El frente sur-occidental se ve
reforzado con la creación del "frente" Carlos Alirio Buitrago en la zona del sur-occidente
antioqueño. A partir de este año, el ELN lanzó la Campaña "Despierta Colombia..... nos
están robando el Petróleo" cuyo propósito se orientó a promover la realización de un
debate nacional sobre el manejo de la política petrolera en el país y dar a conocer sus
propuestas en esta materia. Lo que en un principio se presentó como una lucha a favor
de la soberanía Nacional, se ha convertido en su principal arma, como lo expresa uno de
los comandantes de la organización:

"De ahí que nuestros sabotajes estén afectando el eje de la economía y por tanto
el eje de la recuperación económica. Estamos golpeando donde más duele. El
movimiento revolucionario, por su parte, ha comenzado a entender lo que esto
significa para el proceso".13

En 1987 crecen los frentes de guerra norte y nor-occidental. El primero, por medio de la
creación del "frente" Seis de Diciembre en la parte norte del Cesar. El segundo, a través
de los "frentes" Ernesto Che Guevara, en el área del sur-oriente de Antioquia, y Hernán
Jaramillo en el sur-occidente del Chocó.

13Marta Harnecker, “Unidad que multiplica”, Quito, Ediciones Quimera, 1988, tercera edición.
En 1989 ya se encuentran definidos cinco frentes de guerra, con sus respectivos
"frentes" como se observa en el mapa 3.7. El central toma forma con la creación del
"frente" Los Libertadores, que comienza a operar en el sur occidente de Casanare y
oriente de Boyacá. En el frente norte se crean los "frentes" José Manuel Martínez Quiroz,
en la serranía del Perijá, Jaime Bateman Cayón, en límites del norte de Bolívar y el
Cesar, y Astolfo González en el departamento de Córdoba. En este momento, los cinco
frentes de guerra ya cuentan con las denominadas regionales, que operan en los
principales centros urbanos. En el nororiente, con la denominada regional Diego
Cristóbal Uribe, en el norte con la regional Miguel Enríquez, en el noroccidente con la
regional Fernando Giraldo Builes, en el suroccidente con la regional Omaira Montoya
Henao y en el centro, con la Oscar Fernando Serrano Rueda. En el frente sur-occidental
nace, adicionalmente, el núcleo urbano Marta Elena Barón que opera en Pereira,
Armenia y Manizales.

En los dos primeros años de la década del noventa, varios de los frentes de guerra
crecieron. El frente nor-oriental se amplia, en el área de Barrancabermeja y sur de
Cesar, con el "frente" Manuel Gustavo Chacón; en Norte de Santander, en la parte que
limita con Cesar y Santander, con la creación del "frente" Claudia Isabel Escobar Jerez.
En el frente nor-occidental nacen los "frentes" María Cano y Bernardo López Arroyave,
en el Magdalena Medio Antioqueño. En el frente norte va tomando forma el "frente"
Mártires de Urabá. En el frente sur-occidental se crea el comando urbano La Gaitana,
en la capital del Huila.

Entre 1992 y 1995 se registra un fuerte incremento de los "frentes" -como se observa en
el mapa 3.8- y también del número de hombres en armas. En este periodo surgieron
once nuevos "frentes" y el promedio de hombres en armas por "frente" aumentó de 75 a
85. Todos los frentes de guerra ampliaron su presencia a través de nuevos "frentes". En
efecto, el frente norte crea tres nuevos "frentes": el Francisco Javier Castaño, que actúa
en el Magdalena, el Héroes y Mártires de Santa Rosa, con presencia en el sur de Bolívar,
y el Manuel Fernández que actúa en Córdoba. Así mismo, el frente nor-oriental cuenta
con tres nuevos "frentes": Juan Fernando Porras, Resistencia Yariguíes y Guillermo
Vásquez; el primero tiene su área de operaciones en la parte sur de Norte de Santander,
el segundo en la zona urbana de Barrancabermeja y el tercero sobre la cordillera sur
santandereana. Por su parte, el frente sur-occidental registra una fuerte expansión a
través de la creación de tres nuevos "frentes": Bolcheviques del Líbano que como su
nombre lo indica, actúa en el norte del Tolima; Benkos Biohó en el departamento del
Chocó; y Comuneros del sur, en Nariño. El frente central, tiene un nuevo "frente": el
José David Suárez, que opera en los limites de los departamentos de Boyacá y
Casanare. Finalmente surge, en el frente de guerra nor-occidental, el "frente" Capitán
Mauricio con presencia en el nor-oriente antioqueño.

El ELN cuenta en 1996 con cinco frentes de guerra: nor-oriental, norte, nor-occidental,
sur-occidental y central. Como se observa en el mapa 3.10, los cinco frentes de guerra
reunen cuarenta y un "frentes" y ocho regionales que, en general, corresponden a los
núcleos urbanos.

La ubicación del ELN está determinada por factores de diferente orden. Prefieren las
zonas donde se explotan recursos naturales para la exportación y, en esa medida, se
adaptan a las circunstancias políticas existentes. Intentan al mismo tiempo dispersar su
fuerza militar, cubrir zonas rurales y urbanas, evitando ser golpeados por el Ejército.
La ubicación del frente de guerra nor-oriental, que concentra más de la mitad de la
actividad armada de la organización, responde al propósito estratégico de afectar zonas
de exploración, extracción y transporte de petróleo, en la medida en que por allí pasan
las principales arterias de conducción del crudo que confluyen en el centro petrolero de
Barrancabermeja. A través de las acciones de sabotaje afectan la infraestructura
petrolera los "frentes" Domingo Laín en Arauca; Efraín Pabón en el sur de Norte de
Santander; Juan Fernando Porras en el sur de Norte de Santander; Capitán Parmenio,
Manuel Gustavo Chacón, Resistencia Yariguíes y Camilo Torres en Santander y Cesar;
Carlos Armando Cacua Guerrero en la zona del Catatumbo, en Norte de Santander; y
Claudia Isabel Escobar Jerez en la parte sur de Norte de Santander. Adicionalmente, el
frente de guerra nor-oriental tiene presencia sobre un corredor estratégico por donde se
comunica el centro con el norte del país, por carretera y por tren; tiene influencia
también sobre una amplia zona fronteriza. La estructura de este frente de guerra se ha
visto fortalecida recientemente con la creación de los "frentes" Guillermo A. Velázquez en
Santander, hacia la parte sur de la cordillera, y Carlos Velasco Villamizar con centro de
operación en Cúcuta.

El frente de guerra nor-occidental, que concentra la actividad armada de la organización


en más del 20%, opera primordialmente en Antioquia y cuenta con una base de
financiamiento derivada de la explotación de oro en el nor-oriente antioqueño, donde se
ubican los "frentes" Compañero Tomás y José Antonio Galán. Tiene presencia también
en el Magdalena Medio a través de los "frentes" Carlos Alirio Buitrago, María Cano y
Bernardo López Arroyabe. En la Montaña Antioqueña operan los "frentes" Héroes y
Mártires de Anorí, Capitán Mauricio y Ernesto Che Guevara. La regional Luis Fernando
Giraldo concentra su acción en Medellín.

El frente de guerra norte, que es el tercero más activo, a través de los "frentes" Alfredo
Gómez o el Jaime Bateman, logra afectar el recorrido del oleoducto Caño Limón
Coveñas. En el norte de Cesar se localizan los "frentes" José Manuel Martínez Quiroz y
Seis de Diciembre. En la zona bananera del Magdalena se implantó, recientemente, el
"frente" Francisco Javier Castaño. En el sur de Bolívar tienen presencia los "frentes"
José Solano, Héroes de Santa Rosa y Luis Fernando Vásquez Ariza. También
recientemente fueron creados, en la parte norte de Bolívar, el "frente" Compañero
Ricardo y, en Atlántico, la regional Kaled Gómez Pardo. El "frente" Manuel Hernández
actúa en el Urabá antioqueño y chocoano.

El frente de guerra sur-occidental, que tiene una base de financiamiento menos estable,
concentra el 3% de la actividad armada de la organización. Los "frentes" Manuel
Vásquez y Comuneros del Sur pueden incidir también en la explotación y transporte de
petróleo, afectando el oleoducto Transandino en Nariño. Se puede pensar en establecer
una relación entre los "frentes" Manuel Vásquez Castaño, en la Bota caucana y Huila,
Luis Carlos Cárdenas, en el norte del Valle, y Comuneros del Sur, en Nariño, con el
desarrollo de los cultivos ilícitos. En el norte del Tolima opera el "frente" Bolcheviques
del Líbano. No hace mucho fueron creados los "frentes" Cacique Calarcá en Risaralda,
José María Becerra en el Valle y la regional Gilberto Guarín, en Ibagué. Operan núcleos
urbanos en Cali y Neiva.
El frente de guerra central es el más incipiente y, en consecuencia, concentra tan sólo
1.6% de la actividad armada de la organización. Los "frentes" Libertadores y José David
Suárez, con presencia en Casanare, se benefician de las labores de explotación
petrolera. Adscrito a esta estructura opera un núcleo urbano en Bogotá.

Se tiene, entonces, que en el ELN los frentes de guerra más desarrollados son los del
norte del país: nor-oriental, nor-occidental y norte, que derivan importantes recursos de
la explotación petrolera y minera. Así mismo, son los que ostentan mayor capacidad de
acción. Los otros frentes de guerra, que tienen una base de financiamiento menos
estable, cuentan con menor desarrollo y una baja capacidad de acción.

De lo dicho hasta aquí se concluye que las zonas donde la presencia de los bloques de
frentes de las FARC es fuerte y activa: oriente, sur, suroccidente y Urabá, el desarrollo
de los frentes de guerra del ELN es incipiente y su accionar armado ostensiblemente
bajo. De igual modo ocurre quedonde existe mayor desarrollo de los frentes de guerra
del ELN: norte, noroccidente y nororiente, la presencia y acción de las FARC son bajas.
En este sentido se podría afirmar que, sin desconocer la coincidencia de las FARC y el
ELN en muchas regiones, existe una división del espacio que se expresa en los énfasis
diferentes de la presencia y la intensidad del accionar de cada una de las organizaciones
a través de sus estructuras de frentes.

Evolución de la localización de los frentes del EPL


Entre 1967 y 1970 el EPL logra consolidarse como un grupo guerrillero, con influencia
en la región del Alto Sinú y San Jorge, que poco a poco se extiende hacia las regiones

del Bajo Cauca y Urabá en el departamento de Antioquia. 14

La acción de Fuerza Pública incidió permanentemente en el desarrollo del EPL. En 1975


fue muerto Pedro León Arboleda y un número importante de líderes fue detenido. Sólo
hacia 1978 se verá una reactivación de esta guerrilla en el noroeste (Antioquia y
Córdoba). Desde entonces se gesta una ruptura con las tesis maoístas, que se consolida
en abril de 1980 en el XI Congreso del PCML. Dice una de las conclusiones:

14 Alvaro Villarraga y Nelson Plazas. "Para reconstruir los sueños. Una historia del Epl" (1994)
“Los conceptos maoístas sobre guerra popular prolongada, tomando como centro de
gravedad del trabajo las zonas marginadas para cercar desde el campo las ciudades,
implicaba tomar en la práctica, al campo, como el escenario de trabajo y no
precisamente las zonas de mayor desarrollo industrial”. Mas adelante enfatiza en la idea
de “formar un ejército de combatientes profesionales proyectados a convivir y combatir
en los grandes centros agroindustriales e incluso en los grandes centros industriales

urbanos”.15

El EPL, en la década del ochenta, se concentró principalmente en zonas de desarrollo


agroindustrial con énfasis en Urabá; en zonas con capas de campesinos y colonos y de
expansión de nuevos grupos de terratenientes (Urabá y Córdoba); y en la región del Viejo
Caldas. Amplió también su influencia en Antioquia, Putumayo y Norte de Santander,
donde coexisten explotaciones petroleras y zonas de colonización. En los centros
urbanos tuvo alguna tradición desde la década del setenta; en las ciudades,
especialmente en Medellín.

El EPL firmó con el Gobierno de Belisario Betancur un documento de paz el 23 de


Agosto de 1984 que, como en el caso de las FARC, fue hábilmente aprovechado para
expandirse hacia nuevas regiones y aumentar el numero de combatientes y de frentes.
El accionar militar del EPL se reanudó a partir de la segunda mitad de 1985 y aumentó
después de la toma del Palacio de Justicia por parte del M-19 y del asesinato de Oscar
William Calvo.

A partir del segundo semestre de 1990, el EPL comienza a dar los primeros pasos en el
camino que llevaría a su desmovilización y posterior incorporación a la vida civil. El EPL
fue duramente golpeado por las FF.AA. y los grupos paramilitares; los primeros afectan
su estructura militar y los otros sus bases políticas y sociales. En efecto, a partir de
1988 en Córdoba y Urabá se intensificaron los combates contra los frentes más
poderosos y se registraron masacres donde cayeron campesinos, simpatizantes e incluso
algunos de sus comandantes.

15 Fabiola Calvo, Epl. Diez hombres y un ejército. Bogotá, Ecoe 1985


El proceso de paz adelantado con el EPL rápidamente se reflejó en la reducción de la
violencia en algunas de las zonas bajo su influencia (alto Sinú y San Jorge en Córdoba y
el Eje Cafetero). La reducción total de la violencia generada por esta guerrilla no fue
posible debido a que el sector liderado por Francisco Caraballo rompe con el resto de la
organización y se retira del proceso de paz. A partir de este momento se conforma la

disidencia del EPL, liderada por Francisco Caraballo.16 El sector disidente del EPL
cuenta, en 1995, con trece frentes que reunen alrededor de 400 hombres.(ver mapa
3.11)

En el departamento de Antioquia, la presencia más fuerte de la disidencia del EPL se


registra en Urabá (incluyendo la parte nor-occidental de Córdoba) a través del frente
Bernardo Franco, junto con un pequeño reducto denominado Jesús María Alzate; hacia
el sur-oriente de Antioquia opera el frente Elkin González Vásquez; en el Valle de Aburrá
tiene presencia el frente Pedro Hernando Vásquez Rendón; y en los límites con el
departamento de Chocó, se localiza el frente Pedro León Arboleda, que con 240 hombres
se constituye en el que dispone de mayor número de combatientes.

16 Francisco Caraballo fue capturado por las autoridades hacia finales de la administración Gaviria.
En los límites entre la zona cafetera y el sur de Antioquia opera el frente Oscar William
Calvo. En los límites entre Magdalena y Bolívar se localiza el frente Ernesto Rojas, que
reune 80 combatientes, por lo que es el tercer frente de acuerdo con el número de
hombres en armas. En Norte de Santander tiene presencia el frente Libardo Mora Toro.
Entre los departamentos de Santander y Cesar, en la zona del Magdalena Medio, opera
con 40 hombres el frente Ramón Gilberto Barbosa. Con un numero inferior a 30
hombres operan: el frente Aldemar Londoño, entre los departamentos de Cauca y
Nariño; Virgilio Enrique Rodríguez en la Guajira; y el comando urbano Luis Fernando
Lalinde, en Bogotá.

A partir de la captura de Francisco Caraballo y de 14 de sus líderes el grupo disidente


ha venido decayendo. La persecución del ejército y la deserción de muchos de sus
miembros han afectado seriamente la estructura armada. De los 13 frentes
mencionados anteriormente sólo cuatro registraron alguna actividad en 1995: Bernardo
Franco y Pedro León Arboleda en Urabá, Virgilio Enrique Rodríguez en la Guajira y
Libardo Mora Toro en Norte de Santander. El desmoronamiento del grupo de Francisco
Caraballo se hace evidente en 1996, con la deserción masiva de integrantes de los
frentes. El 17 de junio, los miembros del frente Pedro León Arboleda se entregaron a la
organización comandada por Carlos Castaño, en Urabá. Así mismo, entre los meses de
septiembre y octubre, los miembros del frente Bernardo Franco decidieron entregarse a
las autoridades, con lo cual desaparece el EPL del departamento de Antioquia.

Gráfico 3.1

EVOLUCION DEL NUMERO DE FRENTES GUERRILLEROS (1978-1996)

70

60

50

40

30

20

10

0
78 79 80 FARC
81 82 83 ELN
84 85 86
87 88 89 EPL
90 91 92
93 94
95 96

EPL ELN FARC


Evolución de la Presencia Municipal de la Guerrilla.
La guerrilla ha crecido en Colombia en forma vertiginosa en los últimos años. Al
comparar la presencia de las organizaciones armadas en 1985 con la presencia más
reciente, se descubre que 173 municipios registraban en el pasado presencia guerrillera,

mientras que en 1991 llegan a 437 y en 1995 se registran en 622.17

Gráfico 3.2

EVOLUCION DE LA PRESENCIA DE LA GUERRILLA SEGUN


ESTRUCTURAS Y TIPOS DE DESARROLLO MUNICIPAL (1985-1995)

ESTRUCTURA URBANA

Capitales de departamento

Ciudades Secundarias

ESTRUCTURA DE AGRICULTURA COMERCIAL

Con Predominio de Población Urbana

Con Predominio de Población Rural

ESTRUCTURA DE CAMPESINADO ACOMODADO

Campesinado Cafetero

Campesinado no Cafetero

ESTRUCTURA DECOLONIZACION

Colonización Interna

Colonización de Frontera

ESTRUCTURA RURAL ATRASADA

Periferia Rural Marginal

Latifundio Litoral Caribe

Minifundio Litoral Caribe

Minifindio Andino Estable

Minifundio Andino Deprimido

0.00 10.00 20.00 30.00 40.00 50.00 60.00 70.00 80.00 90.00 100.00
1985 1995 PORCENTAJE DE MUNICIPIOS CON PRESENCIA GUERRILLERA EN CADA TIPO DE DESARROLLO

17 La presencia de la guerrilla ha sido determinada en el monitoreo que a nivel municipal realiza la


Consejería Presidencial para la Paz. Esta presencia no revela control territorial, da cuenta má bien
de los municipios donde la guerrilla ha registrado algún tipo de actividad armada. Esta información
tiende a coincidir con los resultados del Censo Nacional de Personerías realizado por la Procuraduría
General de la Nación en el último semestre de 1993, donde la mitad de los municipios colombianos
registran presencia guerrillera. Por otra parte, el censo revela que 138 municipios cuentan con
presencia de grupos paramilitares o de autodefensa.
Los conjuntos municipales, según actividad agropecuaria, donde las organizaciones
guerrilleras han incursionado en proporción mayor, como se observa en el gráfico 3.2,
corresponden a los municipios de campesinado medio cafetero. Allí se registraba, en
1985, presencia de éstas organizaciones en el 2% de los municipios, mientras que en
1995 llegó al 53%; en el latifundio ganadero y agrícola del Litoral Caribe la presencia
guerrillera en 1985 se encontraba en el 8% de los municipios y en 1995 alcanzó el 59%;
en las zonas de agricultura comercial de tipo empresarial y alta población se registraba
presencia guerrillera en el 13% de los municipios y en 1995 se extendió al 71% .

Así mismo, los municipios andinos de minifundio deprimido y estable han


experimentado un ostensible incremento en la presencia de las organizaciones
guerrilleras. En 1985 llegaba al 13% en ambos casos, en tanto que en 1995 alcanzó el
56% y 53% en cada caso. En la estructura rural de campesinado medio no cafetero, la
presencia guerrillera afectaba en 1985 el 15% de los municipios, mientras que en 1995
llegó al 58%

Como se observa en el gráfico 3.2, en los municipios que pertenecen a la estructura


urbana también se ha incrementado la presencia de organizaciones guerrilleras,
aunque, dadas las características de los centros urbanos, la guerrilla ejerce una presión
sobre la población muchísimo menor que en las zonas rurales y apartadas.

La presencia de la guerrilla se ha incrementado a partir de 1985 (aunque en una


proporción menor que en los casos mencionados anteriormente) en los conjuntos:
minifundio de la Costa Atlántica, con 6.5% de los municipios afectados en 1985 se pasó,
en 1995, al 26%; en la periferia rural marginal, con 15% de los municipios en 1985, se
extendió al 49% en 1995; en el conjunto agricultura comercial de tipo empresarial con
una alta población urbana, mientras en 1985 el 25% de los municipios tenía presencia
de grupos guerrilleros, una década más tarde dicha presencia llegó al 56%.

En los municipios de colonización interna y de frontera, donde tradicionalmente la


guerrilla ha tenido una fuerte presencia, también se registra expansión, aunque
proporcionalmente menor que en todos los casos mencionados antes. De hecho, la
guerrilla ejerce gran influencia en las zonas de colonización y es así como la presencia
guerrillera, que en 1985 se registraba en 62% de los municipios de colonización interna
y en 44% de los de colonización de frontera, en 1995 se extendió al 93% de los
municipios de colonización interna y al 81% de los de colonización de frontera.

La presentación de éstas tendencias en la expansión guerrillera, en la última década,18


ha suscitado interpretaciones muy diversas por parte de los estudiosos del tema. Para
algunos, la contrastación de las categorías de desarrollo municipal con la presencia
guerrillera en poco contribuye a explicar la razón de dicha presencia: “El cuadro nos
dice que la guerrilla crece y se asienta en cualquiera de las categorías. Su presencia y
tasa de cambio no están asociadas a las categorías municipales. En el primer período
pesan más aquí que allá y entre los períodos crecen más en unos que en otros, pero lo
esencial es que la guerrilla crece para todos lados (naturalmente las tasas más altas de
crecimiento corresponden a las categorías con menor presencia previa). Los elementos
de enlace que permiten o estimulan que la guerrilla se multiplique no están asociados

con ningún tipo de estructura productiva y grado de desarrollo municipal.”19

Para otros, el ejercicio de contrastación es mas esclarecedor, pues el hecho de que la


guerrilla haya incrementado su presencia en municipios con mayor grado de desarrollo
y el énfasis puesto en los municipios con predominio de agricultura comercial, estaría
indicando todo un propósito estratégico. Lo anterior no significa que haya disminuido su
presencia en áreas tradicionales de asentamiento, en los municipios con predominio de

colonización, sino que la ha diversificado.20 Los municipios en cuyo territorio la


guerrilla se implantó inicialmente vienen siendo “áreas de refugio”, los municipios en
donde adquirió una presencia significativa antes de 1985, aproximadamente, se han
convertido en “áreas para la captación de recursos”-aprovisionamiento logístico-; y los

18Camilo Echandía, "Violencia y Desarrollo en el Municipio Colombiano". Dane Boletín Estadístico


No. 476/noviembre de (1992) y “Expansión territorial de la guerrilla colombiana: geografía, economía
y violencia” Documento de trabajo Paz Pública, Universidad de los Andes.(1997).
19 Fernando Gaitán al referirse a las tendencias de expansión guerrillera entre 1985 y 1991, en:
“Una indagación sobre las causas de violencia en Colombia” en “Dos ensayos especulativos sobre la
violencia en Colombia”. Fonade-Dnp 1995.p 247.
20 Fernando Cubides, Ana Cecilia Olaya y Carlos Miguel Ortiz, "Violencia y Desarrollo Municipal."
Universidad Nacional, Centro de Estudios Sociales. Bogotá, mayo de 1995.
municipios donde busca expandirse y consolidar su influencia se convierten en “áreas

preferentes para la confrontación armada”.21

Por otra parte, el crecimiento de la guerrilla en el nivel urbano a un ritmo mucho mayor
de lo que crece a nivel global, como se ha visto, estaría evidenciando la existencia de un
plan de crecimiento y de consolidación de la influencia política. Dicho plan sobreviene
cuando se han consolidado suficientes “zonas de contención” como para hacer
imperativa la construcción y consolidación de “zonas de expansión”. Este análisis se
basa en el desarrollo de la guerrilla salvadoreña donde ese cambio coincidió con la
especialización del aparato clandestino y a que las actividades económicas predadoras e
intermitentes que caracterizaron a la guerrilla de la primera etapa dan lugar a una
actividad económica continuada: la extorsión, el secuestro y el cobro de un “impuesto

revolucionario”.22

“El crecimiento sostenido y acelerado de la guerrilla ha tenido como elementos


propulsores esenciales unas definiciones estratégicas en lo militar, en lo político y en lo
económico, cuya implementación y articulación ha orientado sus lineas de expansión y,
sin duda, ha contribuido fundamentalmente a lograr los impresionantes avances de la
última década. Es así como en lo militar, la definición de áreas de despliegue estratégico
y el desarrollo de campañas con objetivos específicos; en lo económico, la estructuración
de planes de finanzas, de metas por frentes y, sobre todo, la explotación de las
actividades económicas y las áreas de mayor potencial por medio de una gran
creatividad y flexibilidad para sustraer parte del excedente económico; y finalmente, en
lo político, la apelación metódica y sistemática al recurso del terror combinada con un
cabal aprovechamiento de las inequidades sociales, de los desequilibrios regionales, del
desempleo juvenil rural y de la precariedad del Estado, sobre todo en su potencial

coercitivo y de justicia, para ganar apoyos forzados y voluntarios.” 23

21 Santiago Escobar. “Algunos elementos para el análisis de la estructuración del movimiento


guerrillero en Colombia”. Presidencia de la República, Consejería para la Paz. Bogotá, mazo de 1995.
22 El tipo de racionalidad económica, las formas de financiación características de las diferentes
organizaciones guerrilleras según su estrategia y grado de organización son analizadas por R.T.
Naylor. “ The insurgen economy: Black market operation of guerrilla organizations” en: “Crime, Law
and Social Change” 20. 1993
23Alfredo Rangel,“El poder local: Objetivo actual de la guerrilla“. Ponencia presentada al seminario
Descentralización y Orden Público. Fescol-Milenio, Bogotá, julio de 1996.
La localización de las organizaciones guerrilleras evidencia la existencia de propósitos
estratégicos en el avance de la insurgencia, que a su vez dejan con poco piso las
explicaciones fundamentadas en las "condiciones objetivas" que, de acuerdo con esta
visión, propiciaron su origen y posterior desarrollo en las zonas rurales donde el Estado
no está presente. Si se considera la evolución de la insurgencia desde sus orígenes,
tiende cada vez más a existir mayor claridad en cuanto a que las guerrillas de los años
sesenta en Colombia y América Latina surgieron, ante todo, como resultado de una
decisión subjetiva en un contexto histórico y cultural apropiado. Como afirma el
sociólogo Eduardo Pizarro al realizar un análisis convincente sobre esta materia: "las
interpretaciones esquemáticas que hacen énfasis en la pobreza generalizada, el
cerramiento del sistema político o la ausencia del Estado, como causas de la emergencia

de polos guerrilleros, simplemente no tienen ninguna pertinencia explicativa".24

Como se ha visto, no hay un patrón único que explique la ubicación de las guerrillas.
Estas han variado su condición de guerrillas rurales, con influencia exclusiva en zonas
periféricas, convirtiéndose en organizaciones que pretenden consolidar su influencia en
amplias zonas del territorio nacional, incluso urbanas. Para ello han aplicado una
estrategia que articula circunstancias económicas, políticas y militares. La guerrilla de
hoy ha cambiado su manera de buscar el poder, sus formas de accionar militarmente,
de movilizar sectores sociales y de conseguir las finanzas para subsistir como
organizaciones armadas. La estrategia que ha puesto en práctica, que consiste en haber
transformando buena parte del territorio nacional en teatro de la confrontación armada,
le permite dispersar y disminuir la contundencia en la acción contra-insurgente de las
FF.AA. La nueva geografía del conflicto armado refleja, con claridad, cómo la guerrilla se
extiende de manera cada vez mas evidente hacia las zonas que le representan ventajas
estratégicas en la confrontación.

24Eduardo Pizarro, "Insurgencia sin Revolución (la guerrilla colombiana en una perspectiva
comparada)" Tercer Mundo Editores (1996)
4. Los paramilitares en Colombia: una aproximación a sus
manifestaciones recientes
En Colombia ha hecho carrera la creencia común de que las organizaciones
paramilitares surgen por la demanda de seguridad en las zonas afectadas por la
guerrilla. Sin embargo, al considerar la experiencia de muchas regiones con presencia
paramilitar, cabe preguntarse si su oferta de protección no es mayor a la demanda; si la
protección que ofrece supone el uso real o potencial de la violencia; y si, en lugar de

acabar con una situación de desconfianza, no terminan más bien alimentándola. 25

Se ha visto cómo la naturaleza de autodefensa de estos grupos va mutando hasta


convertirse en organizaciones con un claro carácter ofensivo, que crea violencia y en
muchas oportunidades degenera en bandolerismo. Con el nombre de autodefensas se
presenta una variada gama de organizaciones armadas, que buscan un tratamiento
político por parte del Estado o justifican su existencia en razón del hostigamiento de la
guerrilla, para encubrir en muchos casos sus verdaderos propósitos.

Por otra parte, parece existir un consenso entre estudiosos del tema, sobre la asociación
de los paramilitares, en sus orígenes, con la lucha contra-insurgente. Se implementa, de
acuerdo con estas visiones, un modelo donde sociedad civil y ejército luchan
conjuntamente contra la subversión. Alejandro Reyes argumenta que Colombia ha
experimentado "la política de combatir la subversión con dos tácticas combinadas: las
acciones de control y combate de las fuerzas armadas y las acciones de escuadrones de
paramilitares privados".26 Anota Carlos Medina que "ejércitos privados o grupos
paramilitares" fueron promovidos, respaldados y financiados por fuerzas de distinta
índole.27

25Daniel Pecaut, señala que no hay que conformarse con la lógica de protección a la que todas
las organizaciones armadas acuden para justificar su presencia, como si constituyera una simple
respuesta a una demanda, que lograra establecer un dispositivo de confianza permanente. ver
“De la violencia banalizada al terror: El caso colombiano” en rev. Controversia del Cinep No.171
de 1997.
26 Alejandro Reyes. "Paramilitares en Colombia: Contexto, Aliados y Consecuencias", en Análisis
Político No 12, Enero a Abril de 1991.
27 Carlos Medina, Autodefensas, paramilitares y narcotráfico en Colombia. Origen, desarrollo y
consolidación. El caso de Puerto Boyacá. Ed. Documentos periodísticos. Bogotá. 1990.
Por otra parte, las organizaciones paramilitares creadas a nivel rural por narcotraficantes,
cumplen adicionalmente con otras funciones. En efecto, la compra de tierras por narcotraficantes,
que puede aproximarse a cuatro millones de hectáreas localizadas en 409 municipios, ha sido

amparada por los paramilitares.28 En la mayoría de las zonas ganaderas afectadas por la
presencia guerrillera y donde se registran conflictos agrários, se ha visto cómo los nuevos
propietarios introducen "seguridad" mediante la creación de grupos armados. Los mapas 4.1, 4.2 y
4.3, elaborados por el sociólogo Alejandro Reyes, dan cuenta de estos procesos hacia finales de la
década pasada y comienzos de la presente.29 En esta dirección se puede apreciar una doble
dimensión del impacto del narcotráfico en el sector agropecuario, como lo señala la comisión de
estudios para el sector DNP 1990. Por una parte, la utilización de la violencia ha acelerado un
proceso de "contra-reforma agraria", que obliga al campesino a vender o abandonar sus tierras y
ocasiona un efecto negativo en la economía campesina; de otro lado, se ha inducido un rápido
proceso modernizador, debido a la adopción de nuevas tecnologías que determinan la
transformación del latifundio tradicional en empresa que demanda maquinaria y trabajadores
calificados para el manejo de tecnologías modernas. Todo esto se expresa en la elevación de los
costos generales de la mano de obra calificada, el alquiler de la maquinaria y los precios de la
tierra.30

28 Alejandro Reyes y Ana Lucia Gómez Mejía, "La compra de tierras por narcotraficantes".
(mimeo 1995)
29. Los tres mapas adjuntos se contruyeron a partir de la investigación realizada por Alejandro
Reyes para el Incora "Identificación de municipios para reforma agraria en zonas de
violencia"(mimeo 1992).
30 Ministerio de Agricultura-Departamento Nacional de Planeación, " Efectos del conflicto
armado y el narcotráfico en la producción y la estructura agraria." en misión de estudios del
sector agropecuario. Bogotá, 1990. Vol. I, p.158.
MAPA 4.1: MUNICIPIOS CON PRESENCIA PARAMILITAR

FUENTE: ALEJANDRO REYES, "Identificación de municipios para reforma agraria en zonas de violencia" 1992
MAPA 4.2: MUNICIPIOS DONDE SE HA REGISTRADO COMPRA DE TIERRAS POR NARCOTRAFICANTES

FUENTE: ALEJANDRO REYES, "Identificación de municipios para reforma agraria en zonas de violencia" 1992
MAPA 4.3: MUNICIPIOS CON PRESENCIA PARAMILITAR Y COMPRA DE TIERRAS POR
NARCOTRAFICANTES

FUENTE: ALEJANDRO REYES, "Identificación de municipios para reforma agraria en zonas de violencia" 1992
No hay acuerdo sobre el número de municipios con presencia paramilitar. La
información disponible se origina en las Estadísticas Generales sobre Violencia en
Colombia de la Presidencia de la República (1988-1997); en el Censo Nacional de
Personerías, realizado por la Procuraduría General de la Nación (1993); en los estudios
de Alejandro Reyes 1992 y 1995); y en el Observatorio del Narcotráfico del Instituto de
Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional, (1994). De
acuerdo con estas fuentes, alrededor de doscientos municipios registran presencia de

grupos paramilitares, de autodefensa y de justicia privada. Debido a que muchos de


estos grupos surgen como reacción a la presión ejercida por la guerrilla, sus zonas de
influencia coinciden con las de presencia guerrillera. Al profundizar en el tipo de
desarrollo de los municipios con presencia de estos grupos, se descubre que 25%
pertenecen a la estructura rural con dinámica de colonización; 47% se asocian a la
estructura rural atrasada, particularmente al tipo latifundio ganadero y agrícola; 10% se
encuentran en la estructura rural desarrollada de agricultura de tipo comercial y
empresarial; 13% pertenecen a la estructura rural de campesinado medio acomodado; y
finalmente 5% de los municipios se encuentran en el nivel urbano.

En el uso recurrente de la violencia radica el poder de las organizaciones armadas


ilegales. Entre 1988 y 1997, 23.184 personas fueron asesinadas por los actores
organizados de violencia en el país; de ellas, 3.532 por la guerrilla y 19.652 por

organizaciones armadas no guerrilleras al servicio de diversos intereses.31 Estas

muertes se encuentran asociadas, en las zonas rurales, a las actividades de las


organizaciones paramilitares y guerrilleras, mientras que a nivel urbano se relacionan
con las organizaciones de sicarios al servicio del narcotráfico, a los grupos de justicia
privada que realizan acciones de “limpieza” y a las denominadas milicias de las FARC y
el ELN, que operan contra pequeñas organizaciones delictivas, mendigos, consumidores
de droga, etc. A pesar del enorme subregistro en la cuantificación de las víctimas de la

violencia organizada en el país, la mayor responsabilidad dentro de estas muertes

31 Es preciso aclarar que estas cifras, que tienen origen en el Das, dan cuenta de manera
exclusiva de lo que escasamente se conoce en términos de los homicidios cometidos por los
actores organizados de violencia y no corresponden a las víctimas que realmente producen estas
organizaciones. Existe, en materia de cuantificación de las víctimas de los actores organizados de
violencia, un enorme sub-registro en el país, como se verá en detalle en la sección 8 sobre el
homicidio en Colombia.
parece recaer en las organizaciones paramilitares, de justicia privada y al servicio del
narcotráfico, como lo indica el gráfico 4.1.

Gráfico 4.1

GRAFICO COMPARATIVO DE LOS ASESINATOS COMETIDOS POR LA GUERRILLA


Y LAS ORGANIZACIONES ARMADAS NO GUERRILLERAS (1988-1997)

3500

3000

2500

2000

1500

1000

500

0
1988

1889

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

*GRUPOS PARAMILITARES,
DE JUSTICIA PRIVADA Y AL
SERVICIO DEL
NARCOTRAFICO.
GUERRILLA OTRAS ORGANIZACIONES**

FUENTE: DAS

La serie relativa a asesinatos que se presenta en el gráfico 4.2, tuvo en cuenta las
víctimas que eran dirigentes y militantes de partidos y movimientos políticos y dirigentes
y activistas de organizaciones populares. De otra parte, se consideran también los civiles
asesinados. En cuanto a los asesinatos de dirigentes políticos y populares, se produce
una marcada tendencia hacia la disminución, a partir de los altos niveles registrados en
1988.
Gráfico 4.2

Asesinatos atribuidos a los actores


organizados de violencia (1988-1997)
Escala dirigentes Escala Civiles
400 3500

350 3000

300
2500
250
2000
200
1500
150
1000
100

50 500

0 0
1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

ASESINATOS DIRIGENTES POLITICOS Y POPULARES OTROS ASESINATOS CIVILES

FUENTE: DAS

En 1992 se registra el menor número de asesinatos de miembros de organizaciones


políticas y populares, fuertemente golpeadas por los grupos paramilitares y la guerrilla
en los años anteriores. No obstante la reducción de los asesinatos contra líderes de
organizaciones políticas, entre 1991 y 1995 las víctimas políticas del asesinato
involucran a los dirigentes y militantes del movimiento Esperanza Paz y Libertad, creado
por el EPL desmovilizado. A partir de 1993 las víctimas se incrementan y en 1997
registran su nivel mas alto, coincidiendo con la fuerte intimidación que la guerrilla
ejerció sobre los candidatos a las administraciones locales en los comicios electorales del
mes de octubre. En 1988 se registraron 360 víctimas entre dirigentes políticos y
populares, militantes, activistas y funcionarios del estado, en 1989: 309; en 1990: 267;
en 1991: 220; en 1992: 141; en 1993: 182; en 1994: 159; en 1995: 174; en 1996: 144 y
en 1997: 192..32

Gráfico 4.3

GRAFICO COMPARATIVO DE LAS VICTIMAS DE LAS MASACRES Y LOS


ASESINATOS COMETIDOS POR ACTORES ORGANIZADOS DE
VIOLENCIA (1988-1997)
Escala asesinatos Escala Masacres
3500 800

3000 700

600
2500

500
2000
400
1500
300
1000
200

500 100

0 0
1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

VICTIMAS ASESINATOS VICTIMAS MASACRES

FUENTE: DAS

Una de las modalidades de violencia que revela la participación de paramilitares es el


asesinato colectivo: asesinatos donde se producen, en una misma acción, 4 o más
víctimas. Entre 1988 y 1990 se presentaron en forma sistemática acciones de esta
naturaleza que cobraron un elevado numero de vidas, coincidiendo con la extensión del
modelo paramilitar de Puerto Boyacá a otras regiones del país. Fue así como, luego de
expulsar a la guerrilla de la zona sur del Magdalena Medio, grupos seleccionados de los

32. Ver un análisis detallado de estas cifras a nivel regional en el estudio sobre paramilitares en
Colombia de Adriana Quiñones Giraldo, Oficina del Alto Comisionado para la paz 1998.
paramilitares ayudaron a entrenar a otros semejantes en Córdoba, Urabá, Putumayo y
la región del Ariari en el Meta.33

Aunque en los últimos años han disminuido la frecuencia y el número de víctimas de las
"masacres", esta modalidad de violencia se continúa presentando. La reducción de estos
hechos, más que una desaceleración del ritmo de acción de los actores organizados que
los cometen, parece revelar su desición conciente de no recurrir a prácticas violentas
que atraen la atención de las autoridades y el repudio generalizado. Este
comportamiento parece corroborarse al observar el gráfico 4.3, que muestra cómo
después de 1988, año en que se producen masacres de campesinos que cobran un
elevado numero de víctimas, la disminución de las víctimas de las matanzas va
acompañada del incremento de los asesinatos individuales en los periodos de mayor
actividad paramilitar.

No obstante la tendencia registrada en los primeros años de la década del noventa, que
apuntó a la desintegración de los grupos paramilitares con mayor estructura y
cubrimiento territorial, así como a la reducción de sus manifestaciones de violencia, a
partir de 1995 comienza a actuar en varios departamentos el grupo paramilitar que
lidera Carlos Castaño en Córdoba y Urabá. En efecto, en Cesar, Bolívar, Magdalena,
Sucre y la montaña Antioqueña la actividad paramilitar atribuida a esta organización se
expresa en la realización de matanzas de campesinos que, por sus características,
recuerdan la violencia paramilitar desatada en los últimos años de la década del
ochenta. Estos hechos estarían sugiriendo la vigencia de estructuras armadas no
guerrilleras con cobertura multirregional, con un alto grado de coordinación y un
mando unificado, con una doctrina común de operaciones y con ambición de poder.

De otra parte, a partir de 1997 se presentan hechos de violencia en el sur y oriente del
país, que evidencian el resurgimiento de la actividad paramilitar. En Meta y Guaviare
operan las autodenominadas "Autodefensas Unidas de Colombia"; mientras que en
Casanare y Arauca actúan las "Autodefensas Campesinas", una organización armada
que extiende su acción hasta los límites con Boyacá. En el mes de julio, el municipio de
Mapiripán (Meta) fue escenario de una matanza de campesinos, reivindicada por las

33 Alejandro Reyes. "Paramilitares en Colombia” Op.Cit.


"Autodefensas Unidas de Colombia". En agosto se produjeron, en limites entre Meta y
Guaviare, una serie de combates entre las FARC y los Paramilitares responsables de la
masacre referida, que evidenció la fuerte disputa por el dominio de una zona vital para
la actividad coquera en el oriente colombiano. Posteriormente, en el mes de octubre, una
comisión judicial que realizaba una diligencia de extinción de dominio sobre una
propiedad de un narcotraficante, fue emboscada en San Carlos de Guaroa (Meta) por un
grupo paramilitar; en la acción perdieron la vida un mayor del ejército, cinco soldados,
tres funcionarios de la Fiscalía y dos agentes del DAS. Este hecho pone al descubierto la
función que cumplen éstas organizaciones en defensa de las propiedades del
narcotráfico y, por otro lado, muestra el alto grado de autonomía con que operan los
grupos que se presentan bajo el nombre de "Autodefensas Unidas de Colombia".34 Así
mismo, se evidencia, una vez más, cómo las organizaciones paramilitares en defensa de
sus intereses se enfrentan al Estado, como ocurrió en la masacre de “La Rochela” hacia
finales de la pasada década.

El dispositivo paramilitar que se presenta en el mapa 4.1 tiene una gran semejanza
general con el que estos grupos registran en la actualidad, según se ve en el mapa 4.4.
Esta coincidencia plantea algunos interrogantes en relación con dos circunstancias: si
realmente se produjo a comienzos de la presente década la desintegración de los grupos
paramilitares con mayor estructura y cubrimiento territorial, y si las organizaciones que
operan en el presente son realmente nuevas. En síntesis, si las organizaciones que
muestran actividad elevada a partir de 1995 son las mismas que actuaron en el pasado,
no obstante haber cambiado sus nombres y realizado grandes esfuerzos para
presentarse libres de la influencia de sus antiguos patrocinadores.

34 En el mes de abril de 1997, las autodefensas de Córdoba y Urabá, las del Magdalena
Medio y las de los Llanos Orientales se unieron para integrar “Las autodefensas unidas
MAPA 4.4: APROXIMACION AL DISPOSITIVO Y AREA DE ACCION PARAMILITAR (1997)

FUENTE: POLICIA NACIONAL

En la actualidad, las organizaciones paramilitares -como las guerrillas- se encuentran


empeñadas en la consolidación de amplios territorios y para ello han identificado el
ámbito municipal como el escenario propicio para el incremento de su poder. En la
práctica, las organizaciones armadas han sustituido el propósito de lograr influencia
política a través de candidatos y electorado propios, por las cada vez mas recurrentes
prácticas de intimidación que les permiten manejar los gobiernos locales estableciendo,

de Colombia”.
con su presencia armada, las reglas del juego y los compromisos de los candidatos
impiden así que escapen a su control, escojan sus colaboradores y propongan
alternativas.

En la región Caribe (Bolivar y Sucre), Antioquia (Bajo Cauca y Magdalena Medio) y Meta
los paramilitares están disputándole a la guerrilla el poder que ha logrado a nivel local.
Al presionar la renuncia de los candidatos la guerrilla procuró, en las elecciones de
octubre de 1997, neutralizar el avance paramilitar e impedir que controlen los gobiernos
municipales. De otra parte, el rápido avance paramilitar se expresa en el hecho de que
en las zonas presionadas en el pasado por la guerrilla (Urabá, Córdoba, Magdalena y sur
del Cesar), las elecciones se celebraron sin que los candidatos fueran intimidados por
los alzados en armas. En estas zonas, la intimidación corrió por cuenta de los
paramilitares que, como en el caso de Urabá, impidieron que se presentaran los
candidatos de partidos o movimientos de izquierda.

En definitiva, los paramilitares se han arrogado la doble función de contener la


expansión de la guerrilla y de penetrar las zonas donde la insurgencia cuenta con las
fuentes de financiamiento más estables. Con este comportamiento, los paramilitares
pretenden disputarle a la guerrilla los enormes recursos económicos que han
constituido un factor decisivo en su fortalecimiento. Los cambios sucedidos
recientemente en el conflicto interno hacen preciso reconocer que, no obstante el mayor
alcance que la guerrilla ha logrado en el propósito de ampliar su poder a nivel local, el
avance de los paramilitares se traduce, por una parte, en que los grupos alzados en
armas hayan perdido terreno en el norte del país -donde la acción paramilitar ha sido
muy alta, como se observa en el mapa 4.5- y, por otra, en que hayan tenido que
concentrar mayores esfuerzos en neutralizar el avance de los grupos irregulares que se
les oponen en zonas como el Magdalena Medio, el sur y el oriente del país que, como se
observa, alcanza en muchas localidades niveles elevados de acción con realización de
masacres.
MAPA 4.5: INTENSIDAD DE LA ACCION DE LOS GRUPOS PARAMILITARES (1995-1997)

INTENSIDAD DE ACCION
FUENTE: POLICIA NACIONAL
5. Cultivos Ilícitos, Economía y Violencia.
Las cifras disponibles sobre cultivos ilícitos en 1994, colocan a la amapola entre la coca
y la marihuana. Las plantaciones de coca oscilan entre las 35.000 y 39.000 hectáreas.
Las de marihuana, nuevamente estimuladas, esta vez debido a la represión al cultivo en
Hawai y a la sequía en California, registran a partir del segundo semestre de 1992 un
incremento en el área sembrada, que puede estar entre 6.000 y 8.000 hectáreas. El
crecimiento de la producción de amapola en Colombia, según las cifras reportadas, hace
que el país aumente su participación en la producción mundial de 1% a 8.3%;
superando la de Méjico (3.960 hectáreas) y Guatemala (1.721 hectáreas) Colombia se
constituye así en el país con la mayor superficie cultivada en América Latina. Sin
embargo, el cultivo de amapola en nuestro territorio es relativamente insignificante si se
compara con el principal productor a nivel mundial: Birmania (Myanmar) con 165.800
hectáreas. Colombia se podría ubicar, en el contexto internacional, entre Laos con

26.045 hectáreas y Afganistán con 17.100 hectáreas.35

El comienzo de los años ochenta marca el inicio de la decadencia de la producción de


marihuana y el principio del auge de la cocaína. La herencia aportada por la estructura
productiva y comercial de la marihuana, le da a Colombia una ventaja relativa sobre los
competidores peruanos y bolivianos en el manejo del negocio naciente. La crisis de la
marihuana, como la del tabaco, la quina o el añil en el siglo pasado, obedeció a la
disminución de la demanda internacional y a las prácticas especulativas que se
reflejaron en la adulteración del producto, los descuidos en el mantenimiento de la
calidad y la aparición de nuevas y más eficientes zonas de producción.

35 Programa de Desarrollo Alternativo. Ministerio de Agricultura, Departamento Nacional de Planeación y Dirección Nacional de
Estupefacientes. Santafé de Bogotá, octubre de 1994.
No existe, en el país, acuerdo sobre el número de hectáreas sembradas con cultivos ilícitos. Un estudio reciente, "Drogas ilícitas en
Colombia" Pnud (1997) calcula que para 1994 existían entre 70.000 y 83.000 hectáreas de coca, 20.000 de amapola y 6.000 de
marihuana. De acuerdo con esta información, Colombia sería el segundo productor mundial de hoja de coca después del Perú y habría
sustituido la importación de base de coca con la que se produce a nivel nacional.
Gráfico 5.1

A mediados de 1981, la quiebra de los cultivadores de marihuana era evidente y los


problemas sociales, especialmente en la Costa Atlántica, empezaban a salir a flote. Las
personas que habían obtenido importantes ingresos comenzaron a hacer tránsito hacia
otras actividades que reportaran una alta rentabilidad. De tal suerte, la crisis de la
marihuana prepara el terreno para el auge de la producción y procesamiento de la coca.
A finales de la década del setenta, las propuestas más atractivas para los capitales
surgidos de la bonanza marimbera se encontraban en las actividades especulativas del
sector financiero o en el narcotráfico estimulado por los elevados precios de la cocaína,
en razón del crecimiento desmesurado de la demanda estadounidense.

En este nuevo escenario, la superficie de los cocales crece en forma vertiginosa y los
campesinos sustituyen los cultivos tradicionales. Estas siembras obedecen a la
coyuntura favorable derivada de los altos precios pagados por la hoja de coca que, a
diferencia de la de marihuana, será sometida a un proceso químico para obtener la
pasta de cocaína que posteriormente será refinada en los laboratorios ocultos en la
selva.36 El hecho de que la coca requiera de un proceso de transformación y que este
sea realizado en el país, marca una importante diferencia con respecto a la marihuana y
todas las experiencias anteriores de producción de materias primas sin que mediara
ningún proceso industrial. La cocaína, como producto industrial, contiene mayor valor
agregado y su alto costo, en proporción al volumen y peso, convierte cada envío en
fuente de ingresos muy superiores a los de uno de marihuana. La ventajas para
Colombia en la producción de cocaína no provienen de factores naturales, sino
tecnológicos. En efecto, en el país se crearon las condiciones mas favorables para esta
actividad en términos de la movilidad de los excedentes, instalación de laboratorios,
aeropuertos y destrucción de las restricciones físicas a través del soborno y la
intimidación.

No obstante, los mayores ingresos obtenidos en el negocio de la cocaína, quienes se


quedan con la mayor parte de las ganancias son los agentes de intermediación que
hacen parte de una larga cadena de comercialización que posee uno de sus puntos de
partida en las apartadas zonas de producción. De hecho, esta situación se inicia con la
distribución del valor pagado por el consumidor del producto final: un 5% para los
países productores, con 1% para los campesinos y 4% para los procesadores locales, un
20% para los traficantes internacionales-los carteles de la droga- y un 75% para las

redes de distribución y expendio en los países consumidores37 .

36 Daniel Vidart, "Coca, cocales y coqueros en América Andina". ed Nueva América. Bogotá, 1991.
37 Iban de Rementería, "Economía y drogas" en Colombia Internacional. CEI, Uniandes, No. 20, Bogotá 1992.
Gráfico 5.2

A nivel macroeconómico se comprueba que los efectos de los ingresos del narcotráfico
tienen una dimensión mucho mas limitada de lo que habitualmente se piensa. El
ingreso anual neto en divisas del narcotráfico ha variado en los últimos tres lustros
entre 3.5% y 6.5% del PIB, equivalente a un porcentaje que va de un 25% a un 35% de
las exportaciones legales del país; este ingreso se compromete en la adquisición de
propiedades que no representan una parte importante del acervo de capital de la
economía, al pago de salarios y a la compra de bienes de consumo. De tal suerte que el
efecto final sobre la inversión es muy reducido, hecho que se puede comprobar si se
analizan los bajos niveles de inversión y ahorro en los momento de mayor auge de la
actividad ilegal. Los efectos negativos, sin duda, sobrepasan los supuestos beneficios y
se expresan en la distorsión de los precios relativos de los bienes y servicios en aquellos
sectores donde se han invertido; la revaluación del peso; la concentración de la

propiedad rural; y el favorecimiento del contrabando.38

En la dimensión regional, la bonanza coquera permitió que la colonización avanzara

entre 1978 y 1985 más que en los 25 o 30 años anteriores39. En el caso de la región del
Caguán, como en muchas otras zonas rurales del país, a finales de la década del setenta
y comienzos de la del ochenta, la producción, procesamiento y comercialización de la
coca implicó la afluencia de aventureros, colonos, comerciantes, vendedores ambulantes
y jornaleros, con una población flotante estimada entre un 30% o 40% de la población
total. Esta situación llevó a la fundación de muchos pueblos y hace que la bonanza de la

coca sea considerada hoy como una verdadera “revolución demográfica”.40 La guerrilla
con presencia en las regiones productoras de coca, mediante la intimidación o la
.convicción, logra ejercer un control social en las zonas de cultivo y brinda "seguridad" e
impide la acción de delincuentes comunes, sicarios y delatores; establece la prohibición
del uso del basuco como forma de pago o artículo de consumo, y fija los salarios para
los raspadores. También establece la obligación de cultivar productos diferentes a la
coca para evitar los efectos inflacionarios de la bonanza y, a cambio de sus servicios,
amplía el cobro de un impuesto que es ahora del 10% sobre la producción de coca y del

8% a los comerciantes.41 La intermediación entre productores y comerciantes le


permite, finalmente, obtener importantes recursos que serán invertidos en el
financiamiento de su expansión territorial, el aumento del número de frentes y el
mejoramiento ostensible en su dotación.

De otro lado, la producción de amapola se concentra, principalmente, en los municipios


de la estructura rural con características de minifundio deprimido y estable de la región
Andina con campesinado medio no cafetero y cafetero. Coincide con la más fuerte
incursión de la guerrilla y otras organizaciones armadas en los últimos años. En
muchas de estas localidades se han registrado elevados niveles de violencia, persistentes
conflictos agrarios y la compra acelerada de tierras por parte de narcotraficantes.

38Ver el Informe de la Comisión de Análisis y Recomendaciones sobre las Relaciones entre Colombia y Estados Unidos. Análisis
Político del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales. U.N. julio de 1997.
39 Molano, Alfredo, "Violencia y Colonización". en revista Foro, No. 6, Bogotá, 1988.
40 J. Jaramillo, L. Mora y F. Cubides, "Colonización, Coca y Guerrilla." ed. Universidad Nacional de Colombia Bogotá, 1986.
Si se consideran los 174 municipios donde se ha detectado este cultivo, se descubre que
en 123, que corresponden al 70%, se encuentra presente la guerrilla; los grupos
paramilitares se encuentran en 46, que corresponden al 26%; en 37 municipios, que
corresponden al 25%, se ha registrado la compra intensiva de tierras por parte de
narcotraficantes; en 52 municipios, que representan el 29%, se dan conflictos agrarios,
manifiestados en las diferentes formas de presión sobre la tierra; y finalmente en 69 de
estos municipios, que corresponden al 39%, se registran elevados niveles de violencia,
expresados en la concentración de acciones de la guerrilla y/o altas tasas de homicidios

y/o asesinatos y/o secuestros. 42

La amapola no sólo se ha convertido en fuente de ingresos para la guerrilla, sino que las
organizaciones paramilitares también devengan recursos de este cultivo. En el
departamento del Tolima, para citar un ejemplo, el grupo paramilitar que actúa en el
sur del departamento, participa en el negocio de la amapola y propicia el desplazamiento
de colonos y campesinos de zonas cocaleras para organizarlos en torno a la producción
de amapola y recolección del látex. Esta organización se financia con los ingresos
provenientes de los cultivos ilícitos y tiene como objetivo impedir la incursión guerrillera
y la infiltración de personas cercanas a la guerrilla o que así lo parezcan en las zonas
bajo su influencia. Los grupos de justicia privada, que tienen menor cohesión que la
guerrilla, enfrentan dificultades ante el rápido enriquecimiento de sus miembros, que se
disputan el control del aparato armado con el fin de tener pleno dominio sobre los

cultivos ilícitos43

El “boom” de los cultivos ilícitos ha traído, a nivel regional, efectos deformantes sobre la
estructura social, los patrones de vida tradicionales, los procesos de selección y
distribución de tierras de cultivo, la formación de mercados de trabajo y lleva a la
aparición de intermediarios y comerciantes. Todos estas distorsiones se reflejan en el
desmedido consumo de mercancías entre las que ocupan lugar primordial las armas y el

41 Molano, Alfredo, Op. Cit. p 34.


42 Camilo Echandía, " La Amapola en el marco de las economías de ciclo corto en Colombiana: Producción para la Especulación, Auges
Regionales y Violencia." rev. Análisis Político Nº 27, Universidad Nacional de Colombia, Santafé de Bogotá. 1996.
43Plan Nacional de Rehabilitación, Unidad de justicia, violencia y paz, Observatorio de violencia. "Monografía del departamento de
Tolima". Bogotá 1993.
alcohol, así como en la aparición de personas guiadas por la ambición que asumen
actividades como la prostitución y la delincuencia común. Las organizaciones armadas
ilegales irrumpen en este escenario para desempeñar, en el caso de la guerrilla, una
función justicialista en un contexto donde reina la anarquía, o, en el caso de los grupos
paramilitares, para amparar la expansión territorial del narcotráfico.

Los cultivos ilegales en Colombia guardan una fuerte relación con la presencia de las
organizaciones armadas y con las diferentes manifestaciones del conflicto y la violencia.
Si este solo hecho no da pie para que se establezca una relación mecánica entre los
cultivos ilícitos y la violencia, si es evidente cómo la enorme importancia de estas
actividades en las finanzas de la guerrilla y el narcotráfico hace que los grupos armados,
que han dado muestras de estar poco inclinados a respetar las formas tradicionales de
organización, que les parecen superadas por la historia y manipuladas por las clases
dominantes, toleren aún menos la presencia de movimientos sociales que escapen a su
control, escojan sus socios y propongan otras alternativas.

En conclusión, los más beneficiados con estos auges a nivel local no son las poblaciones
campesinas vinculadas a los cultivos. Los excedentes de la explotación no se queden en
la región, sino que se trasladan a otras localidades o a los centros urbanos. Las
localidades productoras quedan expuestas a un clima especialmente propicio para la
gestación de los conflictos y la violencia. Al finalizar las épocas de bonanzas, no quedan
obras de infraestructura social que sustenten unas mejores condiciones de vida para la
población, abocada ahora a las secuelas de la ruina, el abandono, la soledad y el
aislamiento. La producción de amapola, coca y el reciente resurgimiento de la
marihuana se presentan en escenarios especialmente conflictivos que se tornan más
críticos por cuanto la irrupción de estas actividades conlleva una falsa ilusión de
progreso y una enorme carga de violencia.
MAPA 5.1
Tercera parte
El conflicto armado y las manifestaciones de violencia

6. Intensidad del conflicto armado en Colombia

7. El secuestro en Colombia: tendencias y geografía

8. El homicidio en Colombia: tendencias y geografía

9. Las manifestaciones de violencia en los municipios colombianos


6. Intensidad del Conflicto Armado en Colombia

En esta sección se mostrará que la guerrilla colombiana, no obstante haber


diversificado su presencia y aumentado su poderío militar, mantiene un elevado grado
de concentración de la actividad armada en las zonas periféricas. La elevada
concentración del conflicto en estas zonas, donde la presencia de la guerrilla es
histórica, sugiere que no se encuentra aún en condiciones de desarrollar actividades
sostenidas en las áreas de incursión reciente. En efecto, la expansión de la guerrilla
hacia zonas urbanas con mayor potencial estratégico no se encuentra acompañada de la
capacidad de realizar, en forma sostenida, acciones ofensivas. La mayor capacidad
militar de las guerrillas colombianas continúa estando en las zonas de implantación de
los primeros núcleos guerrilleros.44

Gráfico 6.1

GRAFICO COMPARATIVO DE LA ACTIVIDAD ARMADA DE LAS


GUERRILLAS (1986-1991 Y 1992-1997)

CNG

M-19

GUERRILLA NO IDENTIFICADA

CG-SB

EPL

ELN

FARC

0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000

86-91 92-97

FUENTE: DAS

44 Camilo Echandía.”Indagación sobre el grado de concentración de la actividad armada de la guerrilla colombiana”


Paz Pública, Programa de estudios sobre seguridad, justicia y violencia de la Universidad de los Andes. Documento de
Trabajo No. 12 de 1998.
La información estadística que se presenta en los gráficos 6.1 y 6.2 permite apreciar el
incremento del accionar de la insurgencia y pone al descubierto la mayor capacidad
ofensiva con que cuenta en el presente. Las acciones propias de la confrontación, como
los contactos armados y los hostigamientos, así como los sabotajes a la infraestructura
económica, aumentaron ostensiblemente en el conjunto de acciones armadas, mientras
que las acciones típicas de financiamiento (asaltos a poblaciones, entidades y vehículos
de transporte) disminuyen. Estos cambios expresan la mayor capacidad militar con que
cuentan hoy los grupos guerrilleros, en buena medida por haber logrado diversificar las
prácticas de financiamiento que hoy dependen en alto grado del secuestro, de la
extorsión y de las actividades relacionadas con la producción de drogas.

Gráfico 6.2

GRAFICO COMPARATIVO DE LA INTENSIDAD DE LAS ACCIONES MAS


RECURRENTES EN EL CONFLICTO ARMADO (1986-11991 Y 1992-1997)

ASALTOS A POBLACIONES

ATAQUES A INSTALACIONES

PIRATERIA TERRESTRE

ASALTOS A ENTIDADES

EMBOSCADAS

HOSTIGAMIENTOS

ACTOS DE SABOTAJE

CONTACTOS FF.AA. GUERRILLA

0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500

86-91 92-97

FUENTE: DAS

Las acciones propias de la confrontación armada: contactos, emboscadas,


hostigamientos y ataques a instalaciones militares, representan el 62% de las acciones
registradas entre 1986 y 1997. Se observa, también, que el 26% de las acciones
guerrilleras corresponden a sabotajes contra la infraestructura petrolera, eléctrica y de
comunicaciones, y contra la propiedad privada (fincas, maquinaria y equipo, vehículos,
etc.). El 12% restante se distribuye entre asaltos a entidades públicas y privadas
(bancos, comercio, etc.); acciones de piratería contra el transporte de carga y de
pasajeros y, finalmente, ataques a pequeñas poblaciones.

La distribución de las acciones armadas, a nivel departamental, permite determinar la


concentración de hechos de este tipo en las diferentes circunscripciones. De esta
manera, en los últimos doce años un poco mas del 70% de las acciones armadas se
registra en nueve departamentos: Antioquia 20%; Santander 14%; Norte de Santander
7%; Cesar 7%; Arauca 6%; Meta 5%; Cundinamarca 5%; Cauca 4% y Bolívar 4%. Por
otra parte, Córdoba, Caldas y Risaralda experimentaron importantes reducciones en la
intensidad del conflicto armado hasta 1992, como consecuencia de la desmovilización
del EPL. A partir de 1993, la disminución en el accionar de la guerrilla se mantiene
únicamente en Córdoba. Risaralda y Caldas se encuentran afectados, en el presente, por
la presencia activa de tres frentes de las FARC y un reducto disidente del EPL.

En el resto del país se produce un aumento sostenido en la intensidad del conflicto


armado. Los departamentos donde se observan los mas altos incrementos en la
intensidad del conflicto son: Guajira, Nariño, Guaviare, Quindio, Cundinamarca, Meta y
Casanare. En todos estos departamentos, excepto en el caso de Guaviare, se ha
observado un fuerte avance de los grupos guerrilleros en los últimos cinco años. Las
FARC y el ELN han incrementado su presencia en La Guajira, Nariño, Quindio y
Casanare. Así mismo, las FARC registraron, luego de las operaciones de las FF.AA.
contra los campamentos del secretariado en Uribe (Meta), un fuerte aumento de su
presencia en Cundinamarca.

Otros departamentos donde la intensidad del conflicto armado también ha aumentado


en los últimos años son: Magdalena, Atlántico, Antioquia, Boyacá, Cesar, Tolima,
Caquetá, Santander, Bolívar, Norte de Santander, Huila y Arauca. Se observa un leve
incremento en la intensidad del conflicto en: Cauca, Valle, Sucre y Putumayo.
De otra parte, al observar la evolución de la geografía del conflicto armado en los mapas

6.1, 6.2 y 6.3 45 se infiere que la guerrilla, habiendo operado de manera preponderante
en regiones rurales y aisladas, en la actualidad extiende su acción a los centros político-
administrativos más importantes del país y muestra presencia muy activa en zonas
petroleras, mineras, de cultivos ilícitos, fronterizas y con importante actividad
agropecuaria. Es, pues, así como la geografía del conflicto armado refleja con claridad
cómo la guerrilla avanza de manera cada vez más evidente hacia las zonas que le
proporcionan ventajas estratégicas en la confrontación.

45 Estos mapas dan cuenta de la concentración geográfica de las acciones más recurrentes en el conflicto armado, que
son: contactos armados, hostigamientos, ataques contra instalaciones militares y de policía, acciones de sabotaje,
emboscadas, incursiones a poblaciones y asaltos a entidades. Los municipios destacados en los tres mapas han
registrado, en promedio por año, mas de una de estas acciones.
MAPA 6.1: MUNICIPIOS CON ELEVADA INTENSIDAD DEL CONFLICTO ARMADO (1987-1989)

FUENTE: DAS
MAPA 6.2: MUNICIPIOS CON ELEVADA INTENSIDAD DEL CONFLICTO ARMADO (1990-1992)

FUENTE: DAS
MAPA 6.3: MUNICIPIOS CON ELEVADA INTENSIDAD DEL CONFLICTO ARMADO (1993-1995)

FUENTE: DAS
En los mapas adjuntos se observa cómo en la parte nor-occidental del país se destaca
el Urabá Antioqueño, por la elevada intensidad del conflicto armado. La desmovilización
del EPL incidió en la reducción de los niveles de actividad armada hasta 1992. Entre
1993 y 1995 los municipios que habían experimentado mejoría en el periodo
inmediatamente anterior vuelven a registrar niveles críticos, en razón de la elevada
actividad de los frente Bernardo Franco de la disidencia del EPL y 5 de las FARC. La
Fuerza Pública, por su parte, dirigió su acción, principalmente, contra los frentes 5 y
34. En la zona del Bajo Cauca Antioqueño, los municipios que habían registrado
reducción del conflicto armado entre 1990 y 1992, vuelven a ser críticos entre 1993 y
1995, por los altos niveles de actividad armada del frente José Antonio Galán del ELN y
por la acción del Ejército en contra del frente 18 de las FARC y José Antonio Galán y
Compañero Tomás del ELN. La zona del Magdalena Medio de Antioquia más afectada
por el conflicto armado corresponde al área donde operan los frentes María Cano y
Carlos Alirio Buitrago del ELN, que son también los más combatidos por las FF.AA. en
esta región. En la montaña de Antioquia, el fuerte avance de la guerrilla, a partir de
1990, se traduce en el escalamiento de la intensidad del conflicto en municipios
relativamente cercanos a la capital del departamento; los frentes más activos y a la vez
más combatidos son, de las FARC, el 36 y 47, y del ELN la regional Luis Fernando
Giraldo, que opera en Medellín.

En la región norte del país la incidencia del conflicto armado, en la primera mitad de
la presente década, está bastante localizada en el Magdalena Medio, la Sierra Nevada de
Santa Marta, la Serranía del Perijá y el sur de Córdoba. La región del Magdalena Medio
de Bolívar y Cesar presenta una elevada concentración de municipios críticos por la
actividad bélica que, en lo fundamental, protagonizan los frentes 24 y 37 de las FARC y
José Antonio Galán del ELN. Es claro, también, que en el norte de Cesar, el conflicto
armado es elevado por la acción de los frentes 41 de las FARC y Seis de Diciembre y
José Manuel Martínez del ELN. Las acciones de la guerrilla a nivel urbano se registran
en Valledupar, Cartagena y Barranquilla, a través de las regionales del ELN. En la Sierra
Nevada de Santa Marta el conflicto armado tiene como actor principal al frente 19 de las
FARC.

En el nororiente del país se observa un gran número de municipios afectados por la


actividad armada de la guerrilla, en Santander y Norte de Santander. En Norte de
Santander las regiones más afectadas corresponden al Catatumbo y a la provincia de
Ocaña, donde operan, con elevada intensidad, los frentes Armando Cacua Guerrero del
ELN y 33 de las FARC. En Santander los elevados niveles de actividad armada, entre
1990 y 1995, se registran en municipios que tienden a localizarse cada vez mas hacia el
Magdalena Medio donde operan y son combatidos los frentes 12 y 46 de las FARC y
Capitán Parmenio y Manuel Gustavo Chacón del ELN.

En el centro del país la alteración del orden público es ostensiblemente menor a la que
se presenta en las regiones mencionadas anteriormente. En Cundinamarca, algunos
municipios registran elevada actividad armada por la acción de las FARC,
principalmente realizada por los frentes 22, 52 y 53. El incremento de municipios
afectados por la actividad armada de la guerrilla se produce a partir de la realización de
los operativos militares contra los campamentos de las FARC en Uribe (Meta). En
efecto, aparecen afectados en Cundinamarca, a partir de 1990, nueve municipios, la
mayoría en la zona sur en limites con el Meta, donde la actividad guerrillera no se
registraba en el pasado. En Boyacá se destacan por los altos niveles que adquiere el
conflicto armado, a partir de 1990, algunos municipios que limitan con el departamento
de Casanare y se encuentran afectados por la actividad del frente 38 de las FARC. En
Tolima, cinco municipios registran niveles elevados de actividad guerrillera, ejecutados
por los frentes 21 y 25 de las FARC; a partir de 1993, el norte del departamento
comienza a verse afectado por el frente Bolcheviques del Líbano del ELN.

En la región sur-occidental del país, la situación de Nariño es especialmente crítica, si


se tiene en cuenta que hacia finales de la década pasada ninguno de sus municipios
registraba presencia guerrillera; a partir de 1990, varias localidades son escenario de
continuos contactos armados y acciones de sabotaje, ejecutadas por los frentes 29 de
las FARC y Comuneros del Sur del ELN. En la región del Sibundoy-Putumayo, la
desmovilización del EPL no incidió en la disminución del conflicto armado por cuanto
las FARC, a través de los frentes 32 y 48, a partir de 1991, llenan el espacio que
anteriormente ocupaba el EPL. En el Valle, hasta 1992, los municipios que registran
elevada actividad armada se localizan en el sur del departamento; a partir de 1993 se
observa un avance sobre la parte centro-norte, donde actúan el frente 30 de las FARC y
Luis Carlos Cárdenas del ELN. En Cauca no se registran cambios significativos en los
municipios afectados hasta 1992; entre 1993 y 1995, ocho municipios se encuentran
afectados por los altos niveles de acción de los frentes 6, 8 y 13 de las FARC.
Finalmente, en la región oriental del país se observa cómo, a partir de la realización de
los operativos por parte de las Fuerzas Militares contra el Estado Mayor de las FARC en
Uribe (Meta) en 1990, el conflicto armado se hace más intenso. En Meta, los frentes de
las FARC con mayor iniciativa y a su vez mas combatidos por la Fuerza Pública son el
26, 27, 31 y 40. En Caquetá se observa cómo buena parte de los municipios registran
niveles elevados de actividad armada de las FARC, realizada en lo fundamental por el
frente 15; el Ejército dirige su acción contra éste frente y en menor grado contra el 3 y
14. En Casanare, los municipios con elevada actividad armada colindan con los
municipios afectados en el piedemonte de Boyacá, donde son muy activos los frentes 28
y 38 de las FARC; con menor intensidad opera el ELN a través de los frentes
Libertadores y José David Suarez. Arauca es el departamento más crítico; cuatro de sus
seis municipios registran en forma ininterrumpida elevada actividad armada del frente
Domingo Laín del ELN y 10 de las FARC.

En definitiva, como se ha visto, las zonas mas afectadas por la elevada intensidad del
conflicto armado son, en lo fundamental, donde operan los frentes mas antiguos de las
organizaciones guerrilleras, caracterizadas por ser esencialmente rurales y apartadas de
las actividades económicas más dinámicas y de los centros de poder. En efecto, 57% de
los municipios afectados por la elevada intensidad del conflicto armado, entre 1987
y1995, pertenecen a la estructura rural atrasada y de colonización; 18% son del tipo
campesinado medio; 10% se caracterizan por el predominio de la agricultura comercial;
y 15% pertenecen a la estructura urbana. La expansión reciente de la guerrilla hacia
zonas urbanas y con mayor potencial estratégico no se encuentra acompañada de la
capacidad de realizar, en forma sostenida, acciones ofensivas. La mayor capacidad
militar de las organizaciones alzadas en armas continúa estando en las zonas de
implantación de los primeros núcleos guerrilleros.

Se concluye, de todo lo anterior, que no obstante haber diversificado su presencia, que


ya no es exclusivamente rural y marginal, la guerrilla colombiana mantiene un elevado
grado de concentración de la actividad armada en las zonas periféricas. Las estructuras
de frentes con presencia en zonas de cultivos ilícitos, enclaves agrícolas y explotación
petrolera y minera, son las que cuentan con mayor capacidad de acción armada. La
gran concentración del conflicto en estas zonas donde la presencia de la guerrilla es
histórica, sugiere que no se encuentra aún en condiciones de desarrollar actividades
sostenidas en las áreas de incursión reciente. En las áreas de incursión más nuevas
operan las estructuras de frentes menos desarrolladas y con menor actividad ofensiva
que, en todo caso, representan un riesgo estratégico para las actividades económicas
más dinámicas y los centros urbanos más importantes del país.

A continuación se presenta una serie de veinticinco mapas que da cuenta de las zonas
donde las guerrillas (FARC, ELN, EPL, M-19, QUINTIN LAME, COORDINADORA NACIONAL
GUERRILLERA Y COORDINADORA GUERRILLERA SIMON BOLIVAR) registraron actividad entre 1986
y 1997. Las acciones consideradas son las más recurrentes en el conflicto armado:
contactos armados, hostigamientos, ataques contra instalaciones militares y de policía,
acciones de sabotaje, emboscadas, incursiones a poblaciones y asaltos a entidades. Los
mapas, adicionalmente, representan, a través de tonos de color que van de claro a
oscuro, la intensidad del accionar armado de cada una de las organizaciones a nivel
municipal, que es más alta donde los tonos de color se hacen más oscuros. Estos mapas
tienden a dar una visión un tanto exagerada de la geografía del conflicto en razón de que
se representan todos los municipios donde las guerrillas registraron algún tipo de acción,
a diferencia de los mapas 6.1, 6.2 y 6.3, donde se destacan los municipios en los cuales
la actividad armada ha sido realmente significativa..
MAPA 6.4 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD DE LAS FARC (1986-1987)
MAPA 6.5 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD DEL ELN (1986-1987)
MAPA 6.6 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD DEL EPL (1986-1987)
MAPA 6.10 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DE LAS FARC (1988-1989)
MAPA 6.11 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DEL ELN (1988-1989)
MAPA 6.12 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DEL EPL (1988-1989)
MAPA 6.13 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DE LA CG-SB (1988-1989)
MAPA 6.14 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DEL M-19 (1988-1989)
MAPA 6.15. INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DE LAS FARC (1990-1991)
MAPA 6.16. INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DEL ELN (1990-1991)
MAPA 6.17. INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DEL EPL (1990-1991)
MAPA 6.18. INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DE LA CG-SB (1990-1991)
MAPA 6.19. INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DE LAS FARC (1992-1993)
MAPA 6.20. INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DEL ELN (1992-1993)
MAPA 6.21. INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DEL EPL (1992-1993)
MAPA 6.22. INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DE LA CG-SB (1992-1993)
MAPA 6.23 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DE LAS FARC (1994-1995)
MAPA 6.24 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DEL ELN (1994-1995)
MAPA 6.25 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DEL EPL (1994-1995)
MAPA 6.26 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DE LAS FARC (1996-1997)
MAPA 6.27 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DEL ELN (1996-1997)
MAPA 6.28 INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD ARMADA DEL EPL (1996-1997)
7. El Secuestro en Colombia: tendencias y geografía
Entre 1987 y 1997 se registraron en el país 12.569 secuestros (ver evolución del
secuestro por años en el gráfico 7.1 ).Las estadísticas disponibles muestran cómo, de
lejos, Colombia es el país con el número más elevado de secuestros a nivel mundial. En
la actualidad, alrededor del 45% de los secuestros del planeta se registran en Colombia,
colocándose en el primer lugar en América Latina, seguido por México, Brasil y
Guatemala.
GRAFICO 7.1

EVOLUCION DEL NUMERO Y DE LA TASA DE SECUESTRO


(1987-1997)
Escala Tasa
2000 6

1800
5
1600

1400
4
1200
1000 3
800
2
600

400
1
200
0 0
1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

TOTAL SECUESTROS Tasa x 100.000 hbt.

FUENTE: POLICIA NACIONAL

En los últimos once años, 5.622 secuestros fueron cometidos por la guerrilla y 6.947
por otros actores que se agrupan bajo la denominación general de bandas de
secuestradores. Las víctimas del secuestro en Colombia son principalmente
comerciantes, menores, ganaderos, ingenieros, extranjeros, agricultores, campesinos,
dirigentes políticos y funcionarios del Estado.
GRAFICO 7.2

EVOLUCION DE LOS SECUESTROS REALIZADOS POR LA


GUERRILLA Y OTROS AUTORES (1987-1997)
1200

1000

800

600

400

200

0
1987

1988

1889

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997
GUERRILLA BANDAS DE SECUESTRADORES

FUENTE: POLICIA NACIONAL

En el gráfico 7.2 se observa cómo, hasta 1988, los secuestros realizados por la guerrilla
superaban los realizados por otros agentes. A partir de 1989, los secuestros de la
guerrilla comienzan a ser inferiores a los que se originan en la delincuencia común, las
organizaciones al servicio del narcotráfico, los grupos de justicia privada y otros. En
1997 los secuestros realizados por la guerrilla vuelven a ser superiores a los que
cometieron los otros actores. La superioridad de los plagios cometidos por la guerrilla se
explica, en este último año, por el incremento de las “retenciones” de funcionarios del
estado, periodistas, candidatos, alcaldes y concejales. De acuerdo con la información de
que dispone el Programa Presidencial de Lucha contra el secuestro, los plagios con fines
políticos, que en 1997 tuvieron fundamentalmente el propósito de sabotear las
elecciones de alcaldes, gobernadores y concejales del 26 de octubre, pasaron de
trescientos; las FARC realizaron 139, mientras que el ELN tuvo a su cargo 173.
La distribución de los secuestros a nivel departamental, permite determinar la concentración de
hechos de este tipo en las diferentes circunscripciones. Entre 1987 y 1997, 80% de los
secuestros cometidos en el país se concentran en 13 departamentos: Antioquia 22%, Valle 8,2%,
Cesar 7,6%, Cundinamarca 7,4%, Santander 7%, Norte de Santander 5,5%, Cauca 4%, Meta
3,8%, Huila 3,3%, Magdalena 3,1%, Bolívar 3,15%, Córdoba 2,7% y Sucre 2,5%. El gráfico 7.3,
desde otra perspectiva, presenta los departamentos ordenados de acuerdo con la tasa promedio
de secuestro entre 1987 y 1997.
Gráfico 7.3

COMPARACION DEPARTAMENTAL DE LAS TASAS DE


SECUESTRO (1987-1997)

ATLANTICO

BOYACA

QUINDIO

CUNDINAMARCA

AMAZONAS

CALDAS

RISARALDA

NARIÑO

CORDOBA

TOLIMA

VALLE

BOLIVAR

GUAINIA

MAGDALENA

HUILA

CHOCO

CAUCA

SANTANDER
DEPARTAMENTOS QUE SUPERAN LA TASA
SUCRE
PROMEDIO NACIONAL
ANTIOQUIA

N.SANTANDER

GUAVIARE

PUTUMAYO

GUAJIRA

META

CAQUETA

CESAR

CASANARE

VICHADA

ARAUCA

0 5 10 15 20 25 30

FUENTE: POLICIA NACIONAL


A la luz de la evidencia disponible, se tiene que en el caso colombiano la teoría
económica del crimen (Becker 1968) resulta pertinente en la explicación del alarmante
crecimiento del secuestro. Es importante aclarar que desde esta perspectiva el crimen se
considera como una "externalidad", que se produce cuando el incremento de la
criminalidad desborda el aparato de justicia, reduciendo la probabilidad de que se
sancione a quienes violan la ley, con lo cual disminuye el costo de cometer un nuevo
delito. Se crea con esto un claro incentivo que da pie al mayor incremento de la
criminalidad (Ehrlich 1989). A la luz de estos enfoques, los actores promotores de la
violencia y de la criminalidad realizan un "cálculo racional de alternativas" que les
permite, después de haber sopesado las ventajas y desventajas de sus actos ilegales,
obtener el máximo beneficio con el mínimo costo en la satisfacción de intereses
particulares. (North 1991)

En efecto, la realización de secuestros en Colombia en buena medida se encuentra


asociada a estructuras organizadas (guerrillas, narcotráfico, paramilitares y grupos de
justicia privada) que recurren de manera consiente a esta práctica, convencidas de su
efectividad en el logro de sus objetivos, sin que existan grandes riesgos que se expresen
como un costo elevado para sus autores. Así mismo, las organizaciones que recurren al
secuestro cuentan con un considerable experiencia que les permite desempeñarse
hábilmente en todas las etapas de un plagio y evadir la acción de las autoridades.

En el caso de la guerrilla, recurre al secuestro en procura del fortalecimiento de sus


finanzas, obtener efectos propagandísticos e intimidar a los dirigentes políticos en el
nivel local. En los últimos años, como se puede observar en el gráfico 7.2, la guerrilla
incrementó los secuestros. Las principales víctimas son ganaderos y agricultores,
seguidos por los comerciantes. Los ingresos de las guerrilla por concepto de secuestro,
que entre 1991 y 1996 suman $788.000 millones, representan el 22% de sus
finanzas.46 Estos ingresos constituyen la segunda fuente de recursos para las FARC y
el ELN, después de lo que la primera obtiene por la protección brindada a la producción
de drogas y la segunda cobra al sector minero. El secuestro, fuera de constituir una de
las principales fuentes de financiamiento a la que acude la guerrilla, también es

46Edgar Trujillo y Martha Elena Badel.”Los costos económicos de la criminalidad y la violencia


en Colombia: 1991-1996” Departamento Nacional de Planeación, Archivos de Macroeconomía
No.76 de marzo de 1998.
utilizado para atemorizar y, de esta forma, abrir paso al cobro regular de la extorsión a
ganaderos, agricultores, comerciantes, empresarios y contratistas en las regiones donde
incursiona por vez primera.

De acuerdo con las estimaciones realizadas por el Departamento Nacional de


Planeación, entre 1991 y 1996 la delincuencia común obtuvo, por concepto de rescates
de personas secuestradas, $322.725 millones. Un monto equivalente al 0.5% del PIB
nacional que, sin duda, constituye un cuantioso botín y un claro incentivo para quienes

recurren a esta práctica.47

Las primeras aproximaciones que, desde la perspectiva de la teoría económica del


crimen, procuran encontrar explicaciones al crecimiento sostenido y acelerado del
secuestro en el país, atribuyen sus causas -fuera de los factores asociados con el
elevado monto de los rescates, que convierten el secuestro en una actividad con una

rentabilidad superior a la de muchas actividades legales- a la ineficacia de la justicia.48


Las fallas en la justicia se expresan en la ínfima probabilidad que representa, para
quienes participan en la realización de un secuestro, ser capturados y posteriormente
condenados; eventualidad que en el país es tan sólo del 2%. Los aterradores niveles de
impunidad que rodean este delito se convierten, de manera clara, en un factor decisivo
que estimula a sus autores. Estos sopesan de manera consciente la obtención de
cuantiosos beneficios económicos frente al mínimo costo que en Colombia representa
infringir la ley mediante el secuestro.

47 Ibid.
48 Olga C. Gómez, “Causas económicas del secuestro en Colombia” Trabajo de grado presentado
al Departamento de economía de la Universidad Javeriana 1995.
MAPA 7.1:
MUNICIPIOS CON ELEVADA TASA DE SECUESTRO (1993-1995)
FUENTE: DAS

Los municipios que registran elevados índices de secuestro49 entre 1987 y 1995, se
encuentran representados en los mapas 7.1, 7.2 y 7.3. Las localidades más afectadas
por el flagelo del secuestro son las que se dedican a la agricultura comercial; las de tipo
colonización interna y, más recientemente, las de colonización de frontera. También han
sido afectados en alto grado los municipios del tipo latifundio ganadero y agrícola y los
de campesinado medio, particularmente los no cafeteros. Estos municipios se agruparán
a nivel regional, como sigue.

En la región nor-occidental del país, en el departamento de Antioquia, se aprecia cómo


el numero de municipios afectados por los altos índices de secuestro va creciendo en las
zonas del Bajo Cauca, Urabá, Valle de Aburrá y la Zona de la Montaña. En la primera de
estas zonas la presencia de la guerrilla se traduce en alto índice se secuestros. En
Urabá, a los elevados niveles de actividad guerrillera a la concentración de muertes
violentas, se suman los secuestros, que en muchas oportunidades se realizan con fines
diferentes al extorsivo. En el Valle de Aburrá los secuestros se originan en las
actividades de las organizaciones armadas al servicio del narcotráfico y la delincuencia
común. En la región de Montaña, donde se comienzan a registrar municipios críticos a
partir de 1990, se observa cómo el avance del secuestro marcha de la mano de la
reciente incursión guerrillera.

En la región norte del país se observa cómo el secuestro afecta a los municipios en
todos los departamentos de la Costa. Los altos niveles de secuestro, especialmente en la
zona del Magdalena Medio del Cesar se relacionan con la elevada presencia de la
guerrilla y de la delincuencia común. Sucre es el departamento más crítico por el
crecido número de municipios afectados en la región. Este departamento proporciona
un ejemplo elocuente de cómo el incremento del secuestro se asocia con la fuerte
incursión de la guerrilla registrada a partir del año 1993. En Bolívar, los municipios
tradicionalmente más afectados por los altos niveles de secuestro se encuentran en el
Magdalena Medio, donde operan varios frentes de la guerrilla. En Magdalena se registra
un incremento de la violencia y la inseguridad que tiene, dentro de sus manifestaciones
más preocupantes, el incremento del secuestro. La Guajira es otro de los departamentos
más afectados, en razón de la relativamente reciente aparición de la guerrilla. En
Córdoba, el número de municipios afectados se incrementó en el periodo 1993 y 1995,
se se lo compara con el inmediatamente anterior.

En la región nor-oriental del país, las organizaciones paramilitares, con base en el


municipio de Puerto Boyacá, que entre 1985 y 1989 extendieron su influencia a buena
parte de los municipios del sur del Magdalena Medio Santandereano, incidieron en la
disminución de los secuestros realizados por las FARC y la delincuencia común. El
debilitamiento de los paramilitares a partir de 1990, hizo posible que la guerrilla
recuperara terreno en esta zona. En Norte de Santander, los municipios más afectados
por el secuestro se localizan principalmente en el norte, en la región del Catatumbo y la
provincia de Ocaña. En todos estos casos la presencia guerrillera es muy fuerte y, como
sucede en Cesar, la guerrilla ha recurrido, fuera del secuestro extorsivo, al de tipo
propagandístico y político. En Arauca, los municipios de Tame, Arauca, Saravena y
Arauquita se consideran entre los mas violentos del país, pues además de estar
afectados por altas tasas de secuestro también son críticos por los elevados índices de
asesinatos y el accionar permanente de los frentes de las FARC y del ELN.

En la región central del país, se aprecia un bajo número de municipios afectados por el
secuestro, aunque con tendencia a aumentar en Cundinamarca y Tolima. En estos
departamentos el aumento del secuestro se relaciona con la aparición de frentes de las
FARC. En los departamentos del eje cafetero se produjo, en los tres últimos años, un
ostensible incremento de municipios con tasas de secuestro que superan el promedio
nacional. El incremento de la inseguridad en el eje cafetero se relaciona con el aumento
de la presión guerrillera, el crecimiento de la delincuencia común en medio de la crisis
cafetera y la existencia de organizaciones de justicia privada, en muchos casos al
servicio del narcotráfico y que recurren al secuestro.

En la región del occidente colombiano, los municipios afectados por el secuestro se


encuentran en el Valle, Cauca y Huila. En Nariño, a partir de 1993 se produce un preocupante

49 Corresponden a los municipios que en promedio por año registraron mas de cuatro
secuestros y/o triplicaron la tasa nacional y registraron en promedio mas de dos secuestros en
los periodos considerados.
aumento de los municipios afectados. En Huila, la responsabilidad de la guerrillera en el
secuestro es alta, pero también es ampliamente conocida la participación de la delincuencia
común. En el Valle, los secuestros realizados por la guerrilla y la delincuencia común se
confunden con los que realizan las organizaciones al servicio del narcotráfico, que recurren a este
tipo de acción con el propósito de dar muerte a sus víctimas, saldar cuentas entre organizaciones
criminales, o ejercer presión para el logro de sus objetivos.

Finalmente en la región oriental del país, prácticamente todos los departamentos registran
incremento en los municipios con altos índices de secuestro. Los departamentos más críticos son
Meta, Casanare, Arauca y Caquetá. En estos departamentos los secuestros tienen estrecha
relación con la fuerte presencia guerrillera en zonas ganaderas y de agricultura comercial. En el
caso de Casanare, el súbito auge del secuestro y los altos niveles registrados en los últimos años
guardan estrecha relación con el incremento de la presencia guerrillera.

De todo lo dicho se concluye que la relación entre la presencia de la guerrilla y los elevados
índices de secuestro es muy estrecha. En efecto, en departamentos como Arauca, Caquetá,
Casanare, Cesar, Cordoba, Bolívar, Norte de Santander y Antioquia las zonas afectadas por la
actividad armada de la guerrilla, mapas 6.1, 6.2 y 6.3 de la sección anterior, coinciden en buena
medida con los mapas 7.1, 7.2 y 7.3 donde aparecen los municipios cuya tasa de secuestro por
cada cien mil habitantes se encuentra por encima del promedio nacional. Así mismo, en los
departamentos donde la insurgencia ha incrementado de manera ostensible su presencia, los
índices de secuestro también aumentaron. Este hecho se corrobora al observar cómo la tasa de
secuestro sufrió incrementos considerables a partir de 1987 y se colocan, en 1997, por encima
del promedio nacional en La Guajira, Cesar, Magdalena, Norte de Santander, Nariño, Cauca,
Tolima, Huila, Casanare y Antioquia. En todos estos departamentos, el aumento del secuestro se
produce de manera paralela con el incremento de la presencia guerrillera, aportando una prueba
más de cómo el avance de un actor organizado de violencia hacia nuevos territorios, rapidamente
se expresa en el incremento de la violencia.
8. El homicidio en Colombia: tendencias y geografía.50

En los últimos once años, como se observa en el gráfico 8.1, se registraron en Colombia
274.434 homicidios comunes. Con guarismo tan grande de muertes violentas, el país
tiene una de las más altas tasas a nivel mundial. Esa tasa, además, ha tendido a crecer
desde de mediados de la década del setenta aunque con intensidades variables en
algunos subperíodos y sin que sea fácil encontrar una explicación, tanto para ese
dramático nivel de violencia como para la tendencia persistente a aumentar.
GRAFICO 8.1

EVOLUCION DEL NUMERO Y DE LA TASA DE HOMICIDIO


(1987-1997)
Escala Tasa
30000 90

80
25000
70

20000 60

50
15000
40

10000 30

20
5000
10

0 0
1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

TOTAL HOMICIDIOS Tasa x 100.000 hbt.

FUENTE: POLICIA NACIONAL

50 En esta sección los homicidios corresponden a las cifras municipales de la Policía Nacional
(1990-1995). Los cálculos de las tasas de homicidios fueron elaborados con base en el censo de
1993 y con las proyecciones de 1985. Las tasas de homicidios resultan de dividir el número de
homicidios de un determinado periodo por el número de habitantes de la nación, departamento o
municipio y ese resultado se multiplica por cien mil; se obtiene de esta manera un índice de
cuántos homicidios hay por cada cien mil habitantes.
De hecho, la tasa promedio se situó, entre 1987 y 1997, en 75.4 homicidios por cada
cien mil habitantes se triplicó a países grandes como Brasil o México, se cuadruplicó a
países con niveles de desarrollo similares, como Venezuela, y se hizo seis veces más alta
que en países con estructura sociales semejantes pero con mayor pobreza relativa, como
Perú y Ecuador. Por supuesto, se superó a cualquier otro país con guerras civiles o
violencia política persistente, como los centroamericanos, llegando a equipararse a los
niveles experimentados en El Salvador durante los años ochenta. Aún cuando América
Latina tiene una tasa de casi 30 asesinatos por cada cien mil personas por año, más del
doble que la de cualquiera otra región del planeta (el Medio Oriente y el Africa, las
regiones que la siguen, tienen una tasa algo menor de diez) y es seis veces mayor que el
promedio de todo el mundo, la tasa de homicidios de Colombia es 2.5 veces mayor que

la de América Latina.51

Al examinar las tasas de homicidio a nivel departamental, presentes en el gráfico 8. 2, se


descubre que circunscripciones consideradas pacíficas, como Chocó o Nariño, superan
el número de homicidios por cien mil habitantes registrado en países que enfrentan
graves problemas de violencia como Brasil y México. El elevado índice de homicidio
registrado en el país entre 1987 y 1997, es superado por el de once departamentos:
Antioquia, Arauca, Risaralda, Meta, Quindio, Caquetá, Caldas, Valle, Guaviare,
Putumayo y Casanare. Desde otra perspectiva, en términos absolutos, el 90% de los
homicidios se concentró durante los últimos once años en dieciséis departamentos:
Antioquia 32.7%, Cundinamarca 14.6%, Valle 12%, Santander 3.6%, Risaralda 3.4%,
Caldas 3.2%, Norte de Santander 2.9%, Tolima 2.3%, Meta 2.2%, Boyacá 2.1%, Cesar
2%, Magdalena 1.98%, Atlántico 1.97%, Cauca 1.94%, Córdoba 1.74% y Quindio 1.54%.

51 La comparación internacional se tomó de: Colombia, inseguridad, violencia y desempeño


GRAFICO 8.2

COMPARACION DEPARTAMENTAL DE LAS TASAS PROMEDIO DE


HOMICIDIO (1987-1997)

AMAZONAS

BOLIVAR

VAUPES

SUCRE

ATLANTICO

NARIÑO

CHOCO

SAN-PROV

CORDOBA

BOYACA

HUILA

TOLIMA

CAUCA

MAGDALENA

CUNDINAMARCA

SANTANDER

VICHADA

CESAR

GUAJIRA

GUAINIA

N.SANTANDER

CASANARE

PUTUMAYO
DEPARTAMENTOS QUE SUPERAN LA TASA
PROMEDIO NACIONAL
VALLE

CALDAS

QUINDIO

META

CAQUETA

GUAVIARE

RISARALDA

ARAUCA

ANTIOQUIA

0 50 100 150 200

FUENTE: POLICIA NACIONAL

A nivel municipal, 297 localidades superaron la tasa promedio nacional entre 1990 y
1995. El 80% de estos municipios se distribuye en diez departamentos: Antioquia (70),
Cundinamarca (31), Valle (28), Boyacá (21), Santander (18), Meta (17), Caquetá (14),
Caldas (13), Risaralda (12) y Quindio (10). De otra parte, 93% de los municipios con
índices críticos de homicidio pertenecen a la estructura rural y 7% a la urbana. Las
zonas rurales más afectadas por la violencia homicida son aquellas donde priman el

económico en áreas rurales. Universidad Externado de Colombia-Fonade. (1997)


campesinado medio cafetero (72% de los municipios de este tipo registran tasas
superiores al promedio nacional) y la colonización de frontera (56% de los municipios de
este tipo registran tasas superiores al promedio nacional). A todas luces, existe una
elevada concentración geográfica de los homicidios, lo que deja con poco piso las
interpretaciones corrientes sobre la violencia como expresión de los problemas en la
convivencia, la intolerancia, etc. Si estas interpretaciones tuvieran algún poder
explicativo, la violencia debería manifestarse de manera más bien uniforme por el
territorio nacional.52

El mapa 8.1, donde se presentan los municipios clasificados según la tasas de


homicidio, también permite observar que los altos niveles de pobreza no se relacionan
en forma automática con la violencia, como tantas veces se ha argumentado en los
enfoques que buscan sus causas en las "condiciones objetivas". Las áreas mas violentas
(destacadas en el mapa con los tonos que van del amarillo hasta el rojo), en general están
asociadas a la existencia de una estructura social heterogénea con organizaciones
armadas enfrentadas en torno a fuertes intereses. Sin duda, la violencia coincide
también con profundos desequilibrios sociales propios de regiones con economías
dinámicas que atraen migrantes y donde la distribución del ingreso es inequitativa. En
estas regiones no se ha podido establecer firmemente una base jurídica e institucional
que establezca con claridad las reglas del juego y permita neutralizar la acción violenta
de los diferentes actores en competencia. De otro lado, los reducidos niveles de violencia
(áreas destacadas en el mapa con tonos azules), en general son más frecuentes en los
municipios más atrasados y con menor actividad económica. A continuación se
presentan, con algún nivel de detalle, las regiones más afectadas por los índices de

homicidio. 53

52 Mauricio Rubio.”Crimen con misterio: Lo que revelan las estadísticas de violencia y


criminalidad en Colombia”. Documento Cede - Paz Pública, Universidad de los Andes 1998.
53 En términos descriptivos sorprende, la coincidencia de las zonas más afectadas entre 1988-
1991 (cifras Dane) con las del periodo 1991-1995 (Cifras Policía).
MAPA 8.1

En la región nor-occidental del país se concentra un crecido número de municipios


afectados por altas tasas de homicidio, en la parte de montaña y el Magdalena Medio de
Antioquia. El gran número de municipios afectados en esta región se asocia con la
presencia activa de la guerrilla y con el control ejercido por las organizaciones armadas
al servicio del narcotráfico, que amparan la compra de tierras por parte de estos
agentes. Así mismo, las organizaciones al servicio del narcotráfico han enfrentado el
avance de la guerrilla sobre la región de montaña, donde la insurgencia recurre a la
intimidación de dirigentes políticos y funcionarios para imponer su dominio. En el
Magdalena Medio, donde convergen guerrillas y paramilitares, las localidades de Argelia,
Caracolí, Puerto Berrio, Puerto Nare y Remedios son las más afectadas.

En Urabá, las tasas de homicidio son especialmente altas en Apartadó, Carepa, Turbo,
Chigorodó, Mutatá, Dabeiba y Necoclí. Los altos índices de homicidio que, de tiempo
atrás, se registran en los municipios del eje bananero, en los últimos tres años afectan
también la parte norte. La presencia de las FARC, de la disidencia del EPL, y de los
grupos paramilitares al servicio de narcotraficantes, se conjugan en un escenario
particularmente conflictivo. La importancia estratégica que la zona representa para los
diferentes actores armados en competencia, ha hecho que, en el afán por consolidar
dominio territorial, la población civil se haya convertido en objetivo militar. Es una
clara muestra de la degradación que ha alcanzado el conflicto.

En la región norte del país, la violencia ha tendido a reducirse en Córdoba, como


resultado del proceso de paz con el EPL y el apaciguamiento de las fuerzas paramilitares
en el departamento. A partir de 1996 comienza a actuar en varios departamentos de la
Costa el grupo paramilitar que lidera Carlos Castaño. En Cesar, Bolívar y Sucre la
actividad paramilitar atribuida a esta organización se expresa en la realización de
matanzas de campesinos que, por sus características, recuerdan la violencia paramilitar
desatada en los últimos años de la década del ochenta. En el Magdalena Medio del
Cesar los municipios afectados por los altos índices de homicidio son: Gamarra, San
Martín, Pailitas, Pelaya, Becerril y Aguachica. Santa Rosa y Simití registran un elevado
índice de homicidio en el Magdalena Medio de Bolívar. La presencia de organizaciones
paramilitares ha contribuido a agravar el conflicto agrario que se vive en la mayoría de
estos municipios. Estas organizaciones armadas ejercen presión para que los
propietarios agobiados por la violencia vendan sus tierras a bajo precio y de esta manera
lideran un proceso de abierta contra-reforma agraria.
En el nor-oriente colombiano, los departamentos de Santander, Norte de Santander y
Arauca, conforman una de las regiones más críticas, como se observa en el mapa
adjunto. En estos tres departamentos, el ELN ha ejercido una fuerte presión sobre
autoridades, candidatos y civiles con el propósito de influir en las administraciones
locales. En el Magdalena Medio de Santander, Barrancabermeja, Cimitarra, El Carmen y
San Vicente de Chucurí, muestran elevados índices de homicidio. La lucha librada entre
la guerrilla y los grupos paramilitares por el control territorial, se expresa en la alta
frecuencia de las muertes violentas. En Arauca, el ELN, las FARC y los grupos
paramilitares constituyen el factor explicativo de las tasas de homicidio, particularmente
en Arauquita, Cravo Norte, Puerto Rondón, Saravena y Tame. Se observan, en Norte de
Santander, siete municipios con alta tasa de homicidio: Bucarasica, Cucutilla, El Zulia,
San Cayetano, Tibú, Villacaro, y Villa del Rosario. En definitiva, la violencia en el
nororiente colombiano está estrechamente ligada con las prácticas de intimidación que
la guerrilla ejerce para influir en las administraciones locales y con los grupos
paramilitares que actúan de manera violenta contra los miembros de organizaciones
populares y sindicales que perciben como apoyos de la guerrilla.

En la región central del país, los municipios con altas tasas de homicidio pertenecen a
la región del Río Minero, en Boyacá: Muzo, Otanche, Briceño, Buenavista, Maripí, Pauna
y Borbur. Los registros de muertes violentas en la zona esmeraldera indican una
reducción en los últimos años, hecho que puede tener relación con los acuerdos de paz
entre grupos enfrentados y con la desaparición de Gonzalo Rodríguez Gacha, quien se
constituyó en uno de los más importantes protagonistas de la violencia en la zona. A
partir de 1990 se presenta en el sur-oriente de Boyacá, en limites con Casanare, una
concentración de municipios con altas tasas de homicidio. Los índices de violencia se
explican aquí por la expansión de las FARC hacia el piedemonte, por las actividades
relacionadas con el procesamiento de coca y la ampliación de los cultivos de amapola en
estos municipios, donde prima el minifundio. Entre Boyacá y Casanare los municipios
afectados han sido blanco de la guerrilla, que busca aumentar su poder y para ello
recurre a la violencia. En Cundinamarca, los municipios críticos tienden a coincidir con
aquellos donde se ha registrado una fuerte incursión guerrillera y el auge de los cultivos
de amapola hacia el suroriente del departamento.
En Quindio, Caldas y Risaralda, la concentración de municipios con tasas de homicidio
que superan el promedio nacional tiene varias causas. Por una parte, la cosecha
cafetera produce inmigración de trabajadores de regiones pobres y ocasiona gran
densidad poblacional, que sin embargo no obtiene pleno empleo. Esta situación es
aprovechada por la guerrilla, que encuentra apoyo en los desocupados. La violencia
parece tener, además una estrecha conexión con las actividades de narcotráfico del
norte del Valle, que desde aquí coordina el acopio y la exportación de cocaína y heroína
producida en el sur del país . De otra parte, en Risaralda y Quindio se ha instituido la
acción de los grupos de justicia privada, ante un fenómeno creciente de delincuencia
que desborda la capacidad de control de las autoridades. Adicionalmente, la expansión
más fuerte de los grupos guerrilleros se ha registrado en los últimos años sobre los
municipios del eje cafetero. Buscan aumentar su presencia en esta zona estratégica por
cuanto, de manera obligada, pasan por aquí los intercambios comerciales entre
Medellín, Cali y Bogotá.

En el oriente colombiano, los municipios críticos corresponden a las zonas de frontera


donde se registran procesos activos de colonización, producto de movimientos
migratorios generados por la violencia y la descomposición campesina en la región
andina. La carencia de infraestructura vial y de servicios, la poca disponibilidad de
suelos para la actividad agrícola, la baja productividad, la nula integración a los
mercados nacionales o regionales, unida a la precaria presencia del Estado, dificultan la
vinculación del colono a la tierra. Se conforma así una economía parcelaria itinerante
que, a la vez que ensancha la frontera agrícola, favorece el establecimiento de cultivos
ilícitos. Las regiones corresponden al piedemonte Llanero y zonas de Caquetá, Guaviare,
Putumayo, Meta y Casanare. En estas poblaciones rurales los altos índices de violencia
se explican por la presencia de la guerrilla y/o los paramilitares, que recurren al
homicidio para sembrar el terror, imponer su influencia y ganar privilegios a nivel local.

En el sur-occidente del país, los municipios caucanos con elevado índice de homicidio
se localizan en las zonas campesinas e indígenas de la Cordillera Central, donde se ha
extendido en forma rápida el cultivo de amapola. Coinciden con la presencia de las
FARC, que se encarga de la "seguridad" y la comercialización del látex. Así mismo, se
han detectado laboratorios para el procesamiento de coca en el norte y centro del
departamento donde, además de la guerrilla, operan grupos paramilitares. Estos grupos
-como el que el 17 diciembre de 1991 realizó una matanza de 20 indígenas en la
hacienda "El Nilo", en jurisdicción de Caloto- actúan al servicio de hacendados,
tradicionales y nuevos, vinculados al narcotráfico. Prentenden contrarrestar en forma
violenta la presión ejercida sobre las tierras por las comunidades indígenas que se han
visto reducidas a la posesión de áreas de refugio en las altas montañas de la Cordillera
Central.

En el Valle, la violencia se relaciona, en gran medida, con las actividades del


narcotráfico y en menor proporción con las de la guerrilla, que cuenta con alguna
presencia en el sur y en el norte del departamento. Los denominados carteles de Cali y
del norte del Valle, dirigen grupos armados, encargados del cuidado y la administración
de los laboratorios para el procesamiento de coca. El incremento de las muertes
violentas en el departamento, particularmente en el norte, indican una relación estrecha
con la presencia de estos mismos agentes.

En el área urbana resulta innegable la alta concentración de las muertes violentas. En


términos absolutos, en las capitales se produjo el 47% de los homicidios del país
durante la primera mitad de la presente década. Medellín con 17.94%; Santafé de
Bogotá con 12.19%; Cali con 6.33%; Barranquilla con 1.57%; Pereira con 1.48% y
Cúcuta con 1.44%, son las seis ciudades con las mayores participaciones en el total de
muertes violentas registradas en Colombia entre 1990 y 1995. El proceso de
urbanización, el crecimiento poblacional y la significativa movilidad geográfica y social
que ha experimentado el país durante las últimas décadas, aunque han sido causa y
efecto de un indiscutible mejoramiento de las condiciones materiales de los
colombianos, también han dado lugar a un dislocamiento de mecanismos tradicionales
de control social. En la medida en que amplios segmentos de la población han
abandonado sus entornos y prácticas de interacción tradicionales; en la medida en que
la proporción de adolescentes y adultos jóvenes ha crecido; en la medida en que se ha
ampliado la brecha entre las aspiraciones y las posibilidades de bienestar, la violencia
urbana ha venido creciendo en Colombia. Esta violencia tiende a ser mayor en los
asentamientos suburbanos (colinas orientales y occidentales de Medellín, nor-oriente de
Cali, barrios del suroriente de Santafé de Bogotá, entre otros) donde se ha observado, en
los últimos años, el escalamiento de la criminalidad común, paralelamente con la
proliferación de actores organizados de violencia: grupos de milicias, pandillas juveniles
y grupos armados al servicio de narcotraficantes que actúan como los paramilitares en
el área rural.

Lo dicho hasta aquí sugiere que la violencia intencional tiene un peso mayor dentro de
los homicidios de lo que tradicionalmente se ha considerado. Según los estimativos que
aún hoy se continuan realizando, alrededor del ochenta por ciento de los homicidios en

Colombia responden a la violencia cotidiana.54 Una interpretación también diferente se


desprende del análisis de las cifras que viene produciendo el Instituto de Medicina Legal
y Ciencias Forenses. Se observa que en las regiones más violentas, donde se registran la
mitad de los homicidios que ocurren en el país, la principal causa reconocida es el
"ajuste de cuentas", mientras que en los departamentos más pacíficos, donde ocurre tan
sólo el 20% de los homicidios, la causa que sobresale son las "riñas", producidas por el

consumo de alcohol, los problemas en la convivencia y la intolerancia. 55

En esta dirección, estudios recientes muestran cómo el mejor predictor de la violencia


en un municipio es el número de homicidios observado allí mismo en el año anterior.
Los patrones que se observan a nivel municipal se entienden a la luz de los actores
armados (guerrillas, paramilitares o los narcotraficantes) que, por diversas razones, se
mueven por el territorio nacional. Al instalarse en una localidad, desatan situaciones de
violencia que posteriormente persisten por unos años. Por el contrario, con la
información disponible no parece corroborarse la idea de una violencia esencialmente
ciudadana que, como por generación espontanea, surge y se perpetúa en los
municipios.56

Es así como, al comparar los municipios afectados por el homicidio en general con los
municipios críticos por el alto índice de muertes causadas por los actores organizados,

54El porcentaje se deduce de las víctimas que según las autoridades fueron asesinadas por las
guerrillas y otros grupos organizados (total homicidios menos víctimas de grupos organizados).
55 Ver el análisis de las cifras de Medicina Legal para 1996 en Paz Pública carta #1, publicación
del Programa de Estudios sobre seguridad, justicia y violencia de la Universidad de los Andes.
Bogotá, julio de 1997.
se descubre una gran correspondencia geográfica, lo que permite insistir en que los
altos niveles de violencia tienen una relación muy fuerte con la presencia de dichos
actores. Esta interpretación se basa en la comparación de los mapas 8.2, 8.3 y 8.4
donde se presentan los municipios que en los periodos 1987-1989, 1990-1992 y 1993-
1995 registraron tasas de homicidio que superan en más del doble la tasa promedio
nacional, con los mapas 8.5, 8.6 y 8.7 donde se presentan los municipios que
registraron durante los mismos periodos tasas de muertes cometidas por actores
organizados, las cuales superaron también en más del doble el promedio nacional. Si
bien no coinciden necesariamente uno a uno los municipios, sí lo hacen en buena
medida las regiones. Se encuentran, en ambos casos, municipios con tasas que superan
-en el doble o más- la media nacional, en: el norte del Valle, el Eje Cafetero, el Urabá,
Medellín y los municipios vecinos, el sur del Cesar, la región del Río Minero en el
occidente de Boyacá, y en el piedemonte de la Cordillera Oriental (municipios dispersos
de Casanare, Arauca, Meta, Caquetá y parte de Putumayo).

El casi total desconocimiento acerca de los responsables de las muertes violentas en el


país se encuentra asociado a las deficiencias del sistema de justicia, que deja sin
investigar dos terceras partes de los casos que se registran y se inclina por aquellos que

tengan, de partida, un incriminado conocido57. Ante esta situación, es de suponer que


las muertes producidas por la violencia organizada serán dejadas de lado, por cuanto su
esclarecimiento requiere mayor esfuerzo investigativo así como enfrentarse al poder de
intimidación con que cuenta este tipo de violencia. En este aspecto, los datos de
Medicina Legal también muestran que el conocimiento acerca de las circunstancias de
los homicidios es inversamente proporcional a la violencia. Por ejemplo, se observa cómo
el incremento de la violencia se da acompañado de un mayor misterio alrededor del
fenómeno. Es así como en los sitios mas pacíficos del país se conocen las causas en un

56 Mauricio Rubio, “De las riñas a la guerra. Hacia una reformulación del diagnóstico de la
violencia colombiana” Coyuntura Social de Fedesarrollo, No. 17 de noviembre de 1997.
57 Mauricio Rubio, “Crimen sin sumario”, Cede, Universidad de los Andes, 1996. Este estudio
muestra, adicionalmente, cómo la probabilidad de que un homicidio sea juzgado, que en los años
sesenta alcanzó a superar el 35%, es en la actualidad ligeramente superior al 6%. Mientras que a
mediados de los sesenta por cada cien homicidios cometidos se capturaban más de 60 presuntos
culpables, actualmente el porcentaje ronda el 20%, que seguramente no incluirá autores
intelectuales. La probabilidad de que un homicidio sea condenado, del 11% en los sesenta
apenas sobrepasa en la actualidad el 4%.
61% de los homicidios, mientras que en los más violentos las causas se saben sólo en el

33% de los casos.58

No obstante el enorme desconocimiento sobre los autores de las muertes en el país, las
autoridades y los estudiosos han aceptado que las violencias que están cobrando el
mayor número de víctimas sobrepasan a las que se generan en los actores organizados:
guerrilla, paramilitares, grupos de justicia privada y organizaciones armadas al servicio
del narcotráfico.

Como se ha visto en las localidades urbanas y rurales aludidas, la presencia de los


actores organizados se asocia estrechamente con las altas tasas de homicidios
indiscriminados; a la vez, también son altos los homicidios selectivos. Adicionalmente,

como lo señala un estudio reciente,59 en las zonas rurales de colonización y los barrios
periféricos de las ciudades en acelerada expansión se observan como factores comunes
una sociedad débil, aunque dinámica y un Estado incapaz de constituirse en mediador
de los conflictos, función que terminan desempeñando las organizaciones armadas
ilegales que se imponen a través de la violencia.

Lo razonable, entonces, es reconocer, como afirma el sociólogo Daniel Pécaut, que en la


violencia actual los fenómenos interactúan y se relacionan de manera que resulta
totalmente inapropiado continuar trazando límites claros entre la violencia política y
aquella que no lo es, y menos aún seguir insistiendo en la supuesta irrelevancia de la
violencia originada en los actores del conflicto armado.

58 Paz Pública, carta #1


59 Fernando Cubides, Ana Cecilia Olaya y Carlos Miguel Ortiz. "Tendencias en la Violencia y
Desarrollo Municipal. " Universidad Nacional, Centro de Estudios Sociales. (1995)
MAPA 8.2: MUNICIPIOS CON ELEVADA TASA DE HOMICIDIO (1987-1989)
MAPA 8.3: MUNICIPIOS CON ELEVADA TASA DE HOMICIDIO (1990-1992)
MAPA 8.4: MUNICIPIOS CON ELEVADA TASA DE HOMICIDIO (1993-1995)
MAPA 8.7: MUNICIPIOS CON ELEVADA TASA DE HOMICIDIOS COMETIDOS POR LOS
ACTORES ORGANIZADOS DE VIOLENCIA (1993-1995)
9. Las manifestaciones de violencia en los municipios colombianos60
En esta sección se realiza un cruce de la información sobre violencia entre 1987 y 1995,
que a nivel municipal se encuentra contenida en los mapas 6.1, 6.2 y 6.3, donde se
muestran los municipios que registraron elevada actividad armada de la guerrilla; los
mapas 7.1, 7.2 y 7.3, donde aparecen los municipios con elevados índices de secuestro; y
los mapas 8.5, 8.6 y 8.7 con los municipios críticos por los altos índices de asesinatos
cometidos por las organizaciones armadas.

Del cruce de indicadores de violencia en el periodo 1987-1989 resulta el mapa 9.1. En


este lapso, 177 municipios registraron altos índices de violencia; 156 pertenecen a la
estructura rural y 21 a la estructura urbana. Como se observa, el mayor número de
municipios afectados pertenece a la estructura rural de colonización. En segundo lugar,
pertenecen a la estructura rural atrasada. En tercer lugar, son municipios de
campesinado medio del tipo no cafetero y cafetero. En cuarto lugar, son de agricultura
comercial de tipo empresarial. Los departamentos donde se concentra el 80% de los
municipios críticos son: Santander (27), Antioquia (24), Norte de Santander (15), Cesar
(12), Meta (11), Cauca (10), Casanare (8), Huila (8), Boyacá (7), Caquetá (7), Córdoba (7) y
Arauca (6).

En el mapa 9.2, se indican, para el periodo 1990-1992, los municipios con altos índices
de violencia, que son 265. El mayor número de municipios críticos ya no pertenece a la
estructura de colonización, como en el periodo anterior. Este hecho se explica por el
fuerte aumento en la participación de los municipios con campesinado medio y, en menor
grado, por los de la estructura rural atrasada y los de agricultura comercial. La
distribución de los municipios con mayores índices de violencia a nivel departamental
indica que en doce de ellos se concentra el 80%: Antioquia (47), Santander (23),
Cundinamarca (20), Cesar (18), Cauca (16), Meta (16), Norte de Santander (16),
Boyacá(15), Valle (14), Córdoba (11), Huila (10) y Bolívar (8). La comparación con los doce
departamentos que en el periodo anterior concentraban el 80% de los municipios más
críticos, muestra cómo Cundinamarca, Valle y Bolívar aparecen en el periodo 1990-1992

60 Esta sección se basa en lo fundamental en dos trabajos: Echandía C. “Violencia y Desarrollo en


el “ Municipio Colombiano". Dane Boletín Estadístico No. 476/noviembre de 1992. y Bejarano,
Echandía, Escobedo y León. “Colombia: inseguridad, violencia y desempeño económico en áreas
rurales.” Universidad Externado de Colombia-Fonade (1997)
con elevado número de municipios críticos, mientras que Arauca, Caquetá y Casanare
salen del grupo de los doce.

En el mapa 9.3 aparecen 342 municipios afectados por las diferentes manifestaciones de
violencia en el período 1993-1995. De estos municipios 306 pertenecen a la estructura
rural y 36 a la estructura urbana. En este período, la participación de los municipios de
colonización continuó descendiendo. No obstante su reducción porcentual, el número de
municipios de colonización afectados aumentó con respecto al período anterior, debido al
incremento de todas las manifestaciones de violencia en Casanare. Por otra parte, la
participación de los municipios de campesinado medio continuó creciendo y reflejando la
mayor incidencia del secuestro en este conjunto, así como de los asesinatos y del conflicto
armado. Los municipios de la estructura rural atrasada aumentaron su participación en
un punto y, tal como en los períodos anteriores, corresponden en su mayoría a
municipios de tipo minifundio andino y latifundio ganadero y agrícola. Los municipios de
la estructura rural desarrollada, con énfasis en agricultura comercial, aumentaron en un
punto su participación en el conjunto de municipios críticos.

Entre 1993 y 1995, en quince departamentos se concentra el 84% de los municipios con
los índices más elevados de violencia: Antioquia (71), Santander (33), Cundinamarca (22),
Cesar (18), Cauca (18), Meta (17), Norte de Santander (17), Tolima (15), Valle (13), Bolívar
(12), Casanare (12), Caquetá (11), Boyacá (10), Huila (10) y Nariño (10). La comparación
de estos departamentos con los dos de los periodos anteriores, muestra el ingreso por
primera vez de Tolima y Nariño; mientras Casanare y Caquetá vuelven a ser parte del
grupo, luego de que salieran en el segundo periodo; Córdoba sale del grupo de
departamentos con mayor numero de municipios crítico.

Los municipios con elevados índices de violencia, como se observa en los tres mapas
adjuntos, no se encuentran dispersos por el territorio, sino que hacen parte de conjuntos
de municipios que, con el paso del tiempo, se van haciendo más grandes conforme las
manifestaciones de violencia se extienden, a la par de los actores que las promueven. La
información que se presenta en seguida no parece corroborar la idea común de una
violencia esencialmente ciudadana, que surge y se perpetúa en los municipios.
En efecto, en el país existe una correspondencia muy significativa entre los altos niveles
de violencia y la presencia de organizaciones armadas ilegales. Si se analizan los 342
municipios que entre 1993 y 1995 registraron las mayores tasas de asesinato y/o de
secuestro y/o elevada intensidad del conflicto armado, se descubre que en 284, es decir,
en el 83% de ellos se encuentra presente la guerrilla.

Es importante precisar que en 99 de los municipios críticos con presencia guerrillera, la


violencia se manifiesta de manera exclusiva en la intensidad del conflicto armado,
mientras que 93, además de encontrarse afectados por la intensa actividad guerrillera,
también presentan elevado índice de secuestros y/o asesinatos. En los restantes 92 con
presencia guerrillera, se registran altas tasas de secuestro y /o asesinato sin que las
acciones propias del conflicto armado sean significativas. Sin presencia guerrillera, 58
municipios se vieron afectados por los elevados indicadores de secuestro y/o asesinato
entre 1993 y 1995.

De acuerdo con la información disponible,61 las organizaciones paramilitares, de justicia


privada y al servicio del narcotráfico, se encuentran presentes en 152 de los 342
municipios que entre 1993 y 1995 registraron altos índices de violencia. La relación más
fuerte se establece con los municipios afectados por la gran intensidad del conflicto
armado guerrillero, de los cuales 112, es decir el 58%, registran presencia paramilitar. En
segundo lugar, 77 de los municipios con elevadas tasa de secuestro, que representan el
50%, cuentan con la presencia de estos actores de violencia. Los municipios críticos por
tener elevado índice de asesinatos y presencia de organizaciones armadas no guerrilleras
son 54, que representan el 40%.

De aquí se podría inferir que, dada la elevada correspondencia entre municipios con altos
índices de violencia y presencia de actores armados, su sola presencia parece ser
suficiente para desencadenar y exacerbar procesos violentos. Sin embargo, como lo ha

venido señalando el investigador Mauricio Rubio62, no es sencillo establecer la asociación

61 Estadísticas Generales sobre violencia en Colombia, Presidencia de la República. (1988-1995);


Censo Nacional de Personerías, realizado por la Procuraduría General de la Nación (1993); y
Alejandro Reyes, " Identificación de municipios para reforma agraria en zonas de violencia" Incora
1992
62 Mauricio Rubio, “De las riñas a la guerra. Hacia una reformulación del diagnóstico de la
violencia en Colombia”. en revista Coyuntura Social de Fedesarrollo No.17 1997.
precisa entre la violencia y las organizaciones armadas; más allá de las muertes
ordenadas o ejecutadas directamente por éstas, es necesario tener en cuenta las que, de
una u otra forma, ocurren o se ven facilitadas por la presencia de la guerrilla, los
paramilitares y el narcotráfico. En tal sentido, la información disponible sugiere un efecto
no despreciable de las organizaciones armadas en dos aspectos: en el desempeño de la

justicia penal y en la difusión de la tecnología para matar.63

En el sur del Tolima, por citar un ejemplo, las FARC operan en todos los municipios,
donde encuentran las condiciones propicia para las operaciones guerrilleras y obtienen
financiamiento proveniente de los cultivos ilícitos. Las organizaciones paramilitares,
particularmente la que se denomina "Rojo Ata", también participa en el negocio de la
amapola y propicia el desplazamiento de colonos y campesinos de zonas cocaleras para
organizarlos en torno a la producción de amapola y recolección del látex. La dinámica que
ha adquirido la violencia en esta zona tiene una estrecha relación con el negocio de la
amapola y la presencia de las organizaciones armadas, que actúan aquí como redes de

poder 64 en la medida en que manejan instrumentos de fuerza y son capaces de imponer


su control sobre la población a través de la intimidación. Reemplazan los lazos de
solidaridad colectiva por la desconfianza mutua, que se manifiesta en la ley del silencio y
en la incomunicación, a partir de lo cual es imposible que opere la justicia, se fortalezca
la comunidad y se construya el desarrollo.

En Colombia existe suficiente evidencia que permite poner en duda la lógica de protección
a la que todas las organizaciones armadas apelan para justificar su presencia, como si
constituyera una simple respuesta a una demanda de seguridad que lograra establecer

un dispositivo de confianza permanente. 65 Al observar la experiencia de muchas


regiones con presencia de actores armados, se descubre que la oferta de protección es
mayor a la demanda, que esa oferta supone el uso real de la violencia y, lo que es más

63 Mauricio Rubio, “La justicia en una sociedad violenta: Los agentes armados y la justicia penal
en Colombia. Documento de trabajo Paz Pública, Universidad de los Andes.(1997)
64 Daniel Pécaut. "Presente, pasado y futuro de la violencia". rev. Análisis Político de la
Universidad Nacional de Colombia, No. 30 enero-abril de 1997.
65Daniel Pécaut. “De la violencia banalizada al terror: El caso colombiano” en rev. Controversia
del Cinep No.171 de 1997.
importante, que en cambio de acabar con una situación de desconfianza, los grupos
terminan alimentándola.

En efecto, la presencia de la guerrilla y de los paramilitares es claramente ambivalente,


como lo señala uno de los mas recientes estudios sobre el tema: promueven algunas
formas de organización y de solidaridad bajo su férula, pero impiden cualquier brote de
organización cuando es civil y autónoma; atacan al Estado, pero ejercen hasta cierto
punto funciones que son de índole estatal, como las de policía y justicia; pretenden
disminuir los homicidios "banales" pero aumentan los asesinatos selectivos y, con el
tiempo, crecen los propios homicidios, como efecto de las querellas de poder y del
"rebusque" pelechado al abrigo de sus causas revolucionarias o conservatizantes, según
sean de un bando o de otro; arraigan en las poblaciones por sus ofertas de seguridad
(tanto las guerrillas como las milicias urbanas como los paramilitares) pero terminan
practicando delitos (secuestro, extorsiones) que exasperan a las poblaciones y auspician

la necesidad de armarse contra ellos, igualmente por vía de justicia privada.66

De otra parte, son ya varios los trabajos que desvirtúan, para Colombia, las supuestas

relaciones de causalidad entre pobreza y violencia67; sin que tenga mayor sentido la

hipótesis diametralmente opuesta, que parecen defender algunos autores68 en el sentido


de que la violencia estaría asociada, más bien, a las rápidas transformaciones económicas
y a las zonas de salario rural elevado. Según esta hipótesis, existiría una correlación entre
el grado económico del departamento y el grado relativo de violencia, incurriendo en una

66Fernando Cubides, Ana Cecilia Olaya y Carlos Miguel Ortiz. "Violencia y Desarrollo Municipal.
Universidad Nacional, Centro de Estudios Sociales. Bogotá (1995).
67 Mauricio Cárdenas, "Crecimiento y convergencia en Colombia: 1950-1989", rev. Planeación y
Desarrollo, Vol. XXIV, DNP (1993)
Malcom Deas y Fernando Gaitán,. "Dos ensayos especulativos sobre la violencia en Colombia"
Fonade (1995)
Armando Montenegro y Carlos Esteban Posada, "Criminalidad en Colombia". Coyuntura
Económica, marzo de (1995).
Camilo Echandía, "Colombie: dimension économique de la violence et de la criminalité ". Problèmes
d´Amérique Latine. Trimestriel Nº 16 nouvelle série, Paris, janvier-mars (1995).
Diana Cardona, "El Homicidio en Colombia: Una visión económica", trabajo de grado
Departamento de Economía-Universidad Javeriana (1995).
Juan Luis Londoño, "Violencia, Psychis y Capital Social- Notas sobre América Latina y Colombia",
Segunda Conferencia Latinoamericana sobre Desarrollo Económico. Bogotá (1996)
Mauricio Rubio, "Homicidios, justicia, mafias y capital Social (otro ensayo sobre la violencia en
Colombia)" Cede Uniandes (1996).
simplificación no menos considerable. Sobre todo, el grado de desarrollo aparece como un
indicador muy vago. Pues estas zonas prósperas presentan otras tres características que
deben tenerse en cuenta: 1)Atraen numerosos migrantes y la distribución de ingresos es
muy desigual, 2) La brutalidad de las bonanzas locales conduce a inversiones anárquicas;
3)Como las otras zonas pioneras, estas se escapan a las instituciones estatales y tienen
infraestructuras insuficientes. De tal suerte que “Más que la ‘riqueza’, la desorganización

social que resulta de estos tres rasgos explica la intensidad de la violencia”.69

Al comparar las características socioeconómicas de los municipios con los más altos
índices de violencia y los lugares donde las organizaciones armadas tienen presencia, se
descubre que si bien la pobreza puede contribuir a la gestación de los fenómenos

violentos, no es por sí sola una causa suficiente.70 En efecto, como se observa en el


gráfico 9.1, en los municipios rurales con actividades de agricultura comercial con
concentración de la población en centros urbanos y bajas tasa de pobreza, el porcentaje
de municipios violentos es más elevado que los que se registran en la estructura rural
atrasada donde existen las más altas tasas de pobreza a nivel nacional.

68 Armando Montenegro y Fernando Gaitán. “Justicia y Desarrollo” DNP, 1995.


69Pécaut, Daniel. "Presente, pasado y futuro de la violencia".
70 Bejarano, Echandía, Escobedo y León. Op.Cit.
Gráfico 9.1

EVOLUCION DEL PORCENTAJE DE MUNICIPIOS CON ELEVADO


INDICE DE VIOLENCIA SEGUN ESTRUCTURAS Y TIPOS DE
DESARROLLO (1987-1995)
ESTRUCTURA URBANA
Capitales de departamento

Ciudades Secundarias

ESTRUCTURA DE AGRICULTURA COMERCIAL

Con Predominio de Población Urbana

Con Predominio de Población Rural

ESTRUCTURA DE CAMPESINADO ACOMODADO

Campesinado Cafetero

Campesinado no Cafetero

ESTRUCTURA DE COLONIZACION

Colonización Interna

Colonización de Frontera

ESTRUCTURA RURAL ATRASADA

Periferia Rural Marginal

Latifundio Litoral Caribe

Minifundio Litoral Caribe

Minifindio Andino Estable

Minifundio Andino Deprimido

0.00 10.00 20.00 30.00 40.00 50.00 60.00 70.00 80.00 90.00
PORCENTAJE DE MUNICIPIOS CON ELEVADOS INDICES DE VIOLENCIA EN CADA TIPO DE DESARROLLO

1987-1989 1990-1992 1993-1995

Es así como en la estructura de agricultura comercial con concentración de la población


en el área urbana, el porcentaje de municipios críticos ha sido de los más elevados de la
estructura rural desde 1987; con 47% de sus municipios afectados entre 1993 y 1995,
supera el porcentajes de los de tipo latifundio ganadero y agrícola del Litoral Caribe,
donde el 34% enfrenta altos índices de violencia. Así mismo, los municipios donde prima
la agricultura comercial con gran proporción de población rural, el 31% muestra elevados
índices de violencia, superando los porcentajes de municipios críticos de los tipos
minifundio deprimido y estable de la región andina, que representan el 24% y 22%
respectivamente.
En el conjunto campesinado medio acomodado, que reúne, a partir de 1990, el mayor
número de municipios críticos del país -incluso superando los de colonización interna y
de frontera- el porcentaje de localidades muy violentas ha sido mayor que en la estructura
rural atrasada, donde se presentan los mayores niveles de pobreza. Esto no quiere decir
que, en los municipios rurales donde las tasas de pobreza son menores, no existan
conflictos sociales que tengan relación directa con las manifestaciones de violencia. Es así
como, por ejemplo, en el caso de las estructuras de campesinado medio acomodado, la
prosperidad genera procesos migratorios desde regiones más pobres, lo que eleva los
niveles de subempleo de la región próspera. Este tipo de desequilibrios, como se ha visto
en los municipios cafeteros, acrecientan la delincuencia común, generan expresiones de
justicia privada para controlarla y son aprovechados por los grupos armados ilegales para
legitimarse ante la población.

La violencia organizada en áreas rurales remite a los tipos de conflicto generados por los
procesos de ruptura social y económica en aquellas estructuras agrarias que empiezan a
integrarse productivamente a la economía nacional. Los tradicionalmente altos
porcentajes de municipios de los tipos colonización interna y de frontera, afectados por la
violencia, 66 y 57% respectivamente en los tres últimos años, se explican en la medida en
que integran las zonas donde nacieron las guerrillas, en la medida en que son propicias a
la logística guerrillera (selvática montañosa, sin estructura vial, etc.) y allí conservan
arraigo en la población que, en general, es muy pobre. Estos municipios se han visto muy
afectados por el conflicto armado y la acción de los grupos paramilitares, enfrentados con
la guerrilla por el control de zonas con un enorme potencial productivo y donde
permanentemente se registran bonanzas económicas.

De otro lado, los reducidos niveles de violencia e inseguridad son más frecuentas en los
municipios más atrasados y con menor actividad económica. Son los casos de los tipos
periferia rural marginal y minifundio del litoral caribe, donde el número de municipios
críticos, así como el porcentaje que estos representan en cada conjunto, 13 y 16%
respectivamente, corresponden a los más bajos.

De esta forma, el ejercicio de contrastación de los municipios más afectados por la


violencia entre 1987 y 1995 con la tipología de desarrollo municipal del DANE, permite
confirmar que los altos niveles de pobreza no generan en forma automática situaciones de
conflicto social y violencia, como tantas veces se ha argumentado en los enfoques que
ponen el énfasis de la explicación en las "causas objetivas". Las manifestaciones de
violencia, como se ha visto, están más bien asociadas a la existencia de una estructura
social heterogénea con grupos enfrentados por fuertes intereses. Sin duda, la violencia
coincide también con profundos desequilibrios sociales propios de regiones con
economías dinámicas que atraen migrantes y donde la distribución del ingreso es
inequitativa. En estas regiones no se ha podido establecer firmemente una base jurídica e
institucional que fije con claridad las reglas del juego y permita neutralizar la acción
violenta de los diferentes actores en competencia.

En conclusión, la actual presencia de los actores organizados y de las manifestaciones de


violencia, no son resultado de las condiciones socioeconómicas, sino más bien de las
decisiones conscientes que los actores de violencia toman para el logro de sus objetivos.
Los patrones que se observan en la evolución de la geografía de la violencia a nivel
municipal, en los mapas 9.1, 9.2 y 9.3, se explican en buena medida a la luz de los
actores armados que, en el desarrollo de sus planes estratégicos, se mueven por el
territorio nacional y, al instalarse en una localidad, desatan situaciones de violencia que
posteriormente persisten por unos años.
MAPA 9.4: PRESENCIA DE LAS FARC EN MUNICIPIOS AFECTADOS POR EL CONFLICTO
ARMADO (1993-1995)
MAPA 9.5: PRESENCIA DEL ELN EN MUNICIPIOS AFECTADOS POR EL CONFLICTO
ARMADO (1993-1995)
MAPA 9.6: PRESENCIA DEL EPL EN MUNICIPIOS AFECTADOS POR EL CONFLICTO
ARMADO (1993-1995)
MAPA 9.7: PRESENCIA PARAMILITAR EN MUNICIPIOS AFECTADOS POR EL CONFLICTO
ARMADO (1993-1995)
MAPA 9.8: PRESENCIA DE LAS FARC EN MUNICIPIOS AFECTADOS POR EL
SECUESTRO (1993-1995)
MAPA 9.9: PRESENCIA DEL ELN EN MUNICIPIOS AFECTADOS POR EL SECUESTRO
(1993-1995)
MAPA 9.10: PRESENCIA DEL EPL EN MUNICIPIOS AFECTADOS POR EL SECUESTRO
(1993-1995)
MAPA 9.11: PRESENCIA PARAMILITAR EN MUNICIPIOS AFECTADOS POR EL
SECUESTRO
(1993-1995)
MAPA 9.12: PRESENCIA DE LAS FARC EN MUNICIPIOS CON ELEVADO INDICE DE
ASESINATO (1993-1995)
MAPA 9.13: PRESENCIA DEL ELN EN MUNICIPIOS CON ELEVADO INDICE DE
ASESINATO (1993-1995)
MAPA 9.14: PRESENCIA DEL EPL EN MUNICIPIOS CON ELEVADO INDICE DE
ASESINATO (1993-1995)
MAPA 9.15: PRESENCIA PARAMILITAR EN MUNICIPIOS CON ELEVADO INDICE DE
ASESINATO (1993-1995)
Cuarta parte
La violencia a nivel regional

10. La violencia en los departamentos de la Costa Caribe

11. La violencia en los departamentos de la Región Andina

12. La violencia en los departamentos del Litoral Pacífico

13. La violencia en los departamentos de la Colonización de Frontera


10. La Violencia en los departamentos de la Costa Caribe
(Magdalena, Cesar, Guajira, Atlántico, Córdoba, Bolívar y Sucre)

Los departamentos de la Costa Caribe se caracterizaron, durante las dos grandes


escaladas de violencia político-partidista de la primera mitad del siglo (guerra de los Mil
Días y "La Violencia"), por casi no participar de esa dinámica, excepción hecha de uno
que otro municipio. En el intervalo que va de 1959 a comienzos de la presente

década71, Sucre y Bolívar prolongan esa tradición (en Bolívar, se exceptúan municipios
del sur como Achí, Morales, San Pablo, Simití, Santa Rosa del Sur, que alteran muy
poco los totales departamentales); Cesar y Guajira se pueden considerar relativamente
violentos en todo el intervalo, pero especialmente durante la bonanza de la marihuana;
Atlántico, que ha sido relativamente pacífico, ve interrumpida esa trayectoria durante
los años de la marihuana; igualmente el actual Magdalena, con El Cesar secesionado de
su territorio, ha sido poco violento salvo recientemente y en los años de la marihuana;
Córdoba, pese a la aguda violencia protagonizada por el EPL y los grupos paramilitares,
ha tenido índices más bien bajos de violencia general.

En el período más reciente, 1987-1997, que se presenta en el gráfico 10.1, se observa


cómo en todos los departamentos de la Costa, excepto en La Guajira y Córdoba, se
registra una tendencia hacia el incremento de los homicidios hasta 1996, para luego
disminuir en 1997. El incremento de la violencia homicida se produce a partir de 1993 y
1994 en Sucre, Bolívar y Atlántico, que habían registrado tradicionalmente los más
bajos índices; la tasa de homicidio de Cesar, que venía creciendo desde 1994, se coloca
por encima del promedio nacional en 1996; en Magdalena, los índices de homicidio
aumentan en 1996, luego de que en 1995 registraron una disminución; La Guajira y
Córdoba se apartan de la tendencia dominante en la Costa Caribe, la tasa de homicidio
que venía aumentando en 1996 permanece en 1997.

71Este periodo fue estudiado por: Fernando Cubides, Ana Cecilia Olaya y Carlos Miguel Ortiz. "Tendencias en la Violencia y
Desarrollo Municipal." Universidad Nacional, Centro de Estudios Sociales. Investigación realizada para la Presidencia de la
Gráfico 10.1

EVOLUCION DEL HOMICIDIO (Tasas por 100.000 hbts. 1987-1997)

100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997
GUAJIRA CESAR MAGDALENA
CORDOBA ATLANTICO SUCRE
BOLIVAR PROMEDIO NACIONAL

FUENTE: POLICIA NACIONAL

Como se infiere de la comparación de los gráficos 10.1 y 10.2, no necesariamente los


departamentos con elevado índice de secuestro registran altas tasas de homicidio.
Excepto en los casos de Atlántico, Bolívar y Córdoba, los departamentos de la Costa
superan entre 1987 y 1997 la tasa promedio de secuestro a nivel nacional. Cesar triplica
la tasa promedio del país y ostenta uno de los índices mas elevados. Sucre, Magdalena y
La Guajira, en promedio por año, también superan la tasa nacional. En 1997 todos los
departamentos de la Costa, excepto Atlántico y Córdoba, superan la tasa de secuestro
del país. Cesar, La Guajira y Sucre están dentro de los departamentos más críticos a
nivel nacional por los elevados índices de secuestro.

República (1995)
Gráfico 10.2

EVOLUCION DEL SECUESTRO (Tasa por 100.000 hbts. 1987-1997)

25

20

15

10

0
1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997
CESAR GUAJIRA SUCRE
MAGDALENA BOLIVAR CORDOBA
ATLANTICO PROMEDIO NACIONAL

FUENTE: POLICIA NACIONAL

En lo que se refiere a la presencia guerrillera en la Costa Caribe, las FARC cuentan con
seis frentes que tienen presencia principalmente en La Guajira, Magdalena, Bolívar,
Sucre y Cesar. El frente 41 se localiza en el norte de Cesar, el 19 en la Sierra Nevada de
Santa Marta, el 59 en la Guajira, el 37 en Bolívar y el 35 y el 18 en Sucre. El ELN tiene
presencia a través de siete frentes. En Cesar operan el José Manuel Martínez Quiroz, el
Camilo Torres y el Seis de Diciembre, en Magdalena se implantó el frente Francisco
Javier Castaño; en Sucre se encuentran los frentes Alfredo Gómez y Jaime Bateman;
hacia el sur de Bolívar operan los frentes José Solano y Héroes y Mártires de Santa
Rosa; en Atlántico ha comenzado a operar recientemente, el frente urbano Kaled Gómez
Padrón. De la disidencia del EPL, el frente Virgilio Rodríguez continua operando en La
Guajira.

La presencia de la guerrilla se concentra principalmente en las áreas donde predomina


el latifundio ganadero y agrícola en los departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar
Magdalena y Cesar. Coincide también con la explotación del carbón en el departamento
de Cesar y con los cultivos de coca, amapola y marihuana en la Serranía de Perijá y en
la Sierra Nevada de Santa Marta. En el sur del departamento de Bolívar, la guerrilla ha
fijado el pago de un impuesto a los productores de oro; en esta región, adicionalmente,
supervisa a las compañías de transporte fluvial.

En Cesar, Bolívar y Sucre la reciente intensificación de la actividad paramilitar se


expresa en la realización de matanzas de campesinos. En Córdoba, las FARC han sido
en buena medida desplazadas por la fuerte presión de los grupos paramilitares;
situación que ha incidido en el aumento de la presencia de las FARC en Sucre. La zona
bananera de Magdalena registra un fuerte incremento de la presencia de las FARC y del
ELN, como también de los grupos de justicia privada financiados por narcotraficantes
con intereses en la zona. En La Guajira tienen hoy presencia todos los grupos
guerrilleros, incluido un frente de la disidencia del EPL que permanece activo.

Como se observa en el gráfico 10.3, Cesar registra los niveles mas elevados del conflicto

armado de la región Caribe.72 Bolívar es el segundo departamento más afectado.


Excepto el caso de Córdoba, donde el conflicto ha disminuido de manera ostensible, en
el resto de los departamentos la tendencia que se observa describe una clara
intensificación. En este sentido, La Guajira proporciona el mejor ejemplo: en el periodo
87-89 fue el departamento con la más baja actividad armada de la región, mientras que
entre el 93 y el 95 supera los niveles registrados en Sucre y Atlántico.

72A escala nacional, Cesar se coloca en el cuarto lugar después de Antioquia, Santander y Norte de Santander.
Gráfico 10.3

EVOLUCION DE LA INTENS IDAD DEL CONFLICTO ARMADO EN LOS


DEPARTAMENTOS DE LA COS TA CARIBE. (1987-1995)

250

200

150

100

50

0
CESAR BOLIVAR CORDOBA MAGDALENA SUCRE GUAJIRA ATLANTICO

1987-1989 1990-1992 1993-1995

FUENTE: OBSERVATORIO DE LA VIOLENCIA

A continuación se presentan, para los siete departamentos de la Costa Caribe, algunos


indicadores de violencia desagregados en el nivel municipal. Estos son: las acciones
armadas, los secuestros y los asesinatos cometidos por actores organizados de violencia.
En lineas generales, estos indicadores se tomaron entre 1987 y 1995, y reflejan un
contexto de violencia bastante complejo en el que actúan variados grupos al margen de
la ley. Tenemos la confrontación entre las guerrillas y la Fuerza pública (acciones
armadas) ; la acción de las guerrillas que recae en los grupos económicos y otros grupos
sociales (secuestros y asesinatos); la acción de los grupos paramilitares que recae en las
redes de apoyo de la guerrilla (asesinatos).

En Cesar, la violencia afecta de manera intensa el sur del departamento, como se


observa en el mapa adjunto. Con el 26% de la población del departamento, concentró
sin embargo el 41% de las acciones, entre 1987 y 1995, ejecutadas por las guerrillas y
otras organizaciones armadas; siendo especialmente afectados Aguachica, Pailitas, San
Alberto y Pelaya. La actividad armada de los grupos al margen de la ley en el centro y el
norte del Cesar ha sido menos intensa que en el sur, en términos relativos, pero ha
venido en aumento desde 1991. Con aproximadamente el 74% de la población del
departamento, concentró casi el 60% de las acciones llevadas a cabo en el Cesar en los
últimos diez años, especialmente en los municipios de Valledupar, El Copey, Curumaní
y Codazzi. En el sur del Cesar la práctica del secuestro afecta notablemente las
actividades de la ganadería y la palma africana en San Alberto, Pailitas, San Martín,
Gamarra, Aguachica y La Gloria. En el centro y el Norte del departamento, los
municipios más perjudicados fueron El Copey, San Diego, Curumaní, La Paz, Astrea, El
Paso, Becerril, La Jagua, Bosconia, Chiriguaná, Codazzi y Chimichagua. En Valledupar
ocurrió el mayor número de secuestros en todo el departamento. Los asesinatos también
tuvieron una particular incidencia en el sur del Cesar, especialmente en San Alberto,
San Martín, Pailitas, Río de Oro, Gamarra y Aguachica. En la región del centro y el norte
los municipios críticos fueron Becerril y El Paso. Los asesinatos están asociados a la
presión que ejercen las guerrillas en los grupos económicos y políticos; igualmente
reflejan las actividades de los paramilitares orientadas a golpear las redes de apoyo de
las guerrillas. La confrontación entre estos grupos, cuyos efectos se reflejan en la
población civil, son escalofriantes. En el sur se contabilizaron no menos de treinta
masacres y en el norte diez y seis, entre 1988 y 1995.

En Bolívar, la región del sur ha registrado tradicionalmente altos niveles de violencia


asociados con la presencia de la guerrilla. Las organizaciones de paramilitares tienen en
la actualidad una importante presencia en los municipios de la zona del Magdalena
Medio. Así mismo, se ha podido detectar la compra de tierras por parte de
narcotraficantes. Los cultivos ilícitos, sobre todo de coca, se encuentran en casi la
totalidad de estos municipios. En el sur de Bolívar se concentra algo más del 70% de los
municipios críticos del departamento por nivel de violencia. Los municipios de San
Pablo, Morales, Achí y Simití son los más evidentes pues, fuera de tener notoria
actividad guerrillera, al igual que en Barranco de Loba y Pinillos, se registran altas tasas
de secuestro. Adicionalmente, en San Pablo y Simití se ha registrado en los últimos años
la compra de tierras por parte de narcotraficantes y la implantación de grupos armados
a su servicio, situación que viene a agravar los conflictos agrarios que se presentan en el
sur del departamento. Finalmente, cabe destacar que los homicidios en el sur de
Bolívar, en los municipios de Santa Rosa del Sur y Simití, han tendido a aumentar en
los tiempos recientes. La violencia en estos municipios se explica por las actividades
relacionadas con los cultivos ilícitos, la presencia guerrillera y la acción de los grupos
paramilitares.

En Sucre, la guerrilla, que en el pasado había sido pasiva en razón de que el


departamento servía de lugar de descanso para los frentes de las FARC que operaban en
el departamento de Córdoba, en la actualidad es permanente y muy activa. Así mismo,
es ostensible la actividad paramilitar que ampara la compra de tierras por parte de
narcotraficantes, en medio de los tradicionales conflictos de tierras; lo que da paso a un
proceso de concentración de la propiedad. En la región de la Mojana, que comprende los
municipios del sur-oriente del departamento, Guaranda también presenta un elevado
índice de secuestro. En la región de las Sabanas de Sucre y Montes de María, se
concentra el mayor numero de municipios afectados por estre delito. Sincelejo,
Buenavista, Colosó, Morroa, Los Palmitos y Toluviejo, en el centro del departamento,
registraron entre 1993 y 1995 índices de secuestro superiores al promedio nacional. Por
otra parte, Ovejas, en los Montes de María (serranía de San Jacinto), fuera de tener un
índice crítico de secuestro, registra también altos niveles de actividad armada de la
guerrilla. En los Montes de María se han registrado hostilidades contra reinsertados, en
Chengue, Don Gabriel, Los Palmitos y Chalán.

En Córdoba, la reducción de la violencia está en relación directa con la desmovilización


del EPL en 1991 y el apaciguamiento de la violencia generado por las organizaciones
paramilitares. No obstante el clima de distensión que se creó en el departamento a
partir de 1991, actualmente están operando en la zona del alto Sinú y San Jorge focos
paramilitares que detentan un gigantesco poder político, económico y también militar, el
cual utilizan para impedir que las zonas de antigua presencia del EPL sean ocupadas
por las FARC y el ELN. La disminución de la violencia en este departamento se expresa
en la reducción del número de municipios afectados. No obstante, Montelibano,
Planeta Rica, Tierralta y Valencia registran, entre 1993 y 1995, notoria actividad
guerrillera. En Valencia también incide un elevado número de asesinatos. Montería,
Puerto Libertador, Tierralta y Valencia superan la tasa promedio de secuestros del país.

En Magdalena, se registra un incremento de la inseguridad que tiene, dentro de sus


manifestaciones más preocupantes, el aumento del secuestro. Los municipios de Santa
Marta, Ciénaga, Fundación y El Banco muestran, a partir de 1990, tasas que superan el
promedio nacional. La violencia en la zona bananera del Magdalena se relaciona con la
presencia del frente 19 de las FARC y la implantación del "frente" Francisco Javier
Castaño del ELN y de los grupos paramilitares que se oponen a los primeros. Santa
Marta, Ciénaga y Fundación han registrado, sin tregua, notorios niveles de actividad de
la guerrilla desde 1987.

En La Guajira, la violencia tiene, a partir de 1993, un incremento sorprendente. Hasta


1989 ninguno de los municipios del departamento presentaba índices críticos de
violencia. Entre 1990 y 1992, Riohacha y Villanueva superan la tasa promedio de
secuestro a nivel nacional. Entre 1993 y 1995, Riohacha y San Juan del Cesar indican
gran actividad armada de la guerrilla; Barrancas, Manaure y Villanueva se encuentran
afectados por los índices de asesinato; y Riohacha, Barrancas, Urumita y Villanueva
superan la tasa promedio de secuestros del país. El incremento de la violencia coincide
con la aparición de tres nuevos frentes guerrilleros en el departamento: el 59 de las
FARC, el Virgilio Rodríguez del EPL y el Luciano Ariza del ELN.

Finalmente, Atlántico, que después del “boom” de la marihuana había registrado los
menores índices de violencia en la región Caribe, entre 1993 y 1995 presenta brotes de
violencia en el centro del departamento; en el municipio de Sabanalarga, con un alto
índice de secuestro, y en Ponedera, con una tasa de asesinato superior al promedio
nacional. Barranquilla, desde 1987, ha mostrado actividad armada de la guerrilla y
notorio índice de secuestros. En la capital de departamento han actuado las FARC, a
través de las Milicias Bolivarianas, y el ELN, a través del frente urbano Kaled Gómez
Padrón. En el área rural del departamento han comenzado a operar los frentes 35 y 37
de las FARC que se desplazan desde Sucre y Bolívar, respectivamente. Se conoce
también de alguna actividad paramilitar en el departamento; en todo caso, de menor
intensidad que en los demás departamentos de la Costa Caribe
La evidencia que hemos presentado sobre la violencia en la Costa Caribe indica una
clara tendencia al incremento. Esta situación se relaciona, en buena medida, con la
disputa que en la actualidad libran los actores armados ilegales por el dominio
territorial. En ese propósito, guerrillas y paramilitares recurren a la violencia para
imponer su control y así se expresa en los indicadores que hemos examinado. En efecto,
en departamentos como Sucre y Bolívar, que habían registrado tradicionalmente bajos
índices, a partir de comienzos de la presente década experimentan incrementos
significativos. En el caso de Cesar, que cuenta con los indicadores más elevados a nivel
regional, la tasa de homicidio que venía creciendo desde 1994, se coloca por encima del
promedio nacional en 1996. La Guajira y Magdalena, que registraron alguna mejoría
después del auge de la violencia que acompañó el “boom” de la marihuana, en el
presente vuelven a verse afectados.
MAPA 10.1

11. La violencia en los departamentos de la Región Andina

11.1. Huila, Tolima, Cundinamarca, Boyacá, Santander y Norte de Santander


Los departamentos agrupados convencionalmente en este conglomerado tienen de
común, además de la proximidad - y generalmente la cointegración- entre sus curvas de
tasas de violencia general y la curva del país, el hecho de que en los primeros años del
intervalo estuvieron por encima de las tasas nacionales, algunos ligeramente, otros con
diferencias pronunciadas; y que las muertes violentas contabilizadas en ellos durante
esos primeros años estaban muy asociadas a los grupos armados irregulares

provenientes de "La Violencia", identificados bajo rótulos político-partidistas.73

El departamento más cointegrado en la curva del país, como se observa en el gráfico


11.1, es Norte de Santander, que a partir de 1996 supera la tasa promedio nacional. En
el caso de Santander llama la atención que, pese a la activa presencia de las FARC, el
ELN y los grupos paramilitares, su tasa general de muertes violentas esté por debajo de
la tasa nacional, aunque ascienda cointegradamente con ella hasta 1993. Tolima es el
otro departamento con tasas considerablemente altas durante los años de “La
Violencia”, que en la gran escalada nacional, desde 1984, observa un comportamiento
discreto, pero asciende hasta 1993 acercándose al valor de la tasa nacional.
Cundinamarca, con Bogotá incluida, en 1993 se aproxima a la tasa nacional; a partir de
este año comienza a descender, conservando el segundo lugar en cuanto al número de
muertos por cien mil habitantes después de Norte de Santander. Huila y Boyacá, con
dinámicas parecidas en sus curvas de tasas, registran los valores más bajos dentro de
este conjunto, caracterizado por la proximidad con la curva de tasas nacionales.

En Bogotá, la violencia tiene múltiples expresiones y motivaciones, asociadas a


condiciones comunes a las grandes ciudades del mundo, que podrían caracterizar el
"Síndrome de gran ciudad". Aquí se concentra una gruesa población y gran parte de las
actividades económicas del país, situaciones que facilitan la organización criminal, el
anonimato, la corrupción, el auge de la economía informal, el delito y su encubrimiento;
la proliferación de armas; así como la oferta y consumo de bebidas embriagantes y
droga, coadyuvantes de conductas antisociales.

73 Los principales aspectos sobre la evolución de la violencia homicida fueron tomados del estudio
titulado "Tendencias en el Desarrollo Municipal y Violencia en Colombia", realizado para la
Presidencia de la República por Fernando Cubides, Ana Cecilia Olaya y Carlos Miguel Ortiz del
Centro de Estudios Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, Santafé de Bogotá, 1995.
Gráfico 11.1

EVOLUCION DEL HOMICIDIO


(Tasas por 100.000 hbts. 1987-1997)

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0
1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997
N.SANTANDER SANTANDER TOLIMA
CUNDINAMARCA HUILA BOYACA
PROMEDIO NACIONAL

FUENTE: POLICIA NACIONAL

Las tasas de homicidio en Bogotá muestran que hasta 1988 este delito disminuía año
tras año; sin embargo, 1988 marca un incremento inusitado que sigue aumentando. En
efecto, Bogotá no desciende sino que sus tasas crecen, acercándose ya en 1993 a los
niveles del país. No obstante la reducción de la tasa de homicidio que se presenta en los
últimos años, es fundada la preocupación por los altos índices de la inseguridad, si a las
estadísticas de homicidios se agregan, además, las de otros delitos, bien sea contra la
integridad física o bien contra el patrimonio. Pero no se trata solamente de la muerte de
jóvenes y de lesiones violentas, sino de actividades y conductas que encarecen y
enturbian la cotidianidad de la ciudadanía, como las dramáticas expresiones de
maltrato infantil y violencia intrafamiliar, la mal llamada "limpieza social" y la
delincuencia común. Por otra parte, en 1997 fueron identificadas por la Fiscalía 165
bandas juveniles que operan en la ciudad, y se pudo establecer que las mayores tasa de
homicidio tienden a registrarse en las localidades con fuerte presencia de estas

organizaciones.74

Resulta incuestionable que en el crecimiento de la violencia y la delincuencia tiene que


ver la crisis, no superada, de la justicia; con su carga de morosidad e impunidad,
sustituida por las vías de hecho. Lo anterior permite afirmar que en Santafé de Bogotá,
la violencia es el resultado del progresivo aumento de la delincuencia cada vez mas
organizada y del ejercicio de la "justicia" por mano propia, producto de la impunidad y la
intolerancia.

En el gráfico 11.2, que muestra la evolución del secuestro, se destacan tres


departamentos, Norte de Santander, Santander y Huila, con tasas que entre 1987 y
1997 superan el promedio del país. A diferencia de lo que ocurre en los santanderes,
donde los secuestros registran un índice muy alto en 1997, la tasa en Huila, después de
caer por debajo del promedio nacional en 1993, sólo vuelve a estar levemente por
encima en 1995. Las curvas más bajas corresponden a las de Boyacá y Cundinamarca.
La curva de Tolima tiene una posición intermedia en el conjunto de departamentos y
está altamente cointegrada con la nacional. La relación entre los elevados índices de
secuestro y la presencia guerrillera es estrecha. En efecto, en los tres departamentos
donde la tasa de secuestro es particularmente elevada la presencia guerrillera es
también alta; en Santander y Huila la población rural bajo presión de la guerrilla es del
50% y en Norte de Santander está por encima del 30%. En Boyacá, Cundinamarca y
Tolima, donde la tasa es menor, la población bajo presión de la guerrilla en ningún caso
alcanza el 20%.

74 Alonso Salazar, conferencia sobre bandas en Santafé de Bogotá. Paz Pública-Universidad de los
Gráfico 11.2

EVOLUCION DEL SECUESTRO


(Tasa por 100.000 hbts. 1987-1997)

12

10

0
1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997
N.SANTANDER SANTANDER HUILA
TOLIMA CUNDINAMARCA BOYACA
PROMEDIO NACIONAL

FUENTE: POLICIA NACIONAL

La presencia de las FARC se manifiesta en estos departamentos de la siguiente manera:


en el oriente del Huila, a través del frente 2; en el suroccidente del Huila, el frente 3;
hacia el sur del departamento, el frente 13 apoyado por la creación reciente del 61. El
frente 17 actúa en el norte del Huila. En Tolima se encuentran los frentes 21,25 y 66.
En Cundinamarca, en los últimos años, la vieja presencia del frente 22, se ha reforzado
con la creación -en el suroccidente- de los frentes 52 y 55; en el suroriente, con la del
frente 53, en cercanías de Bogotá -por la zona del Guavio, Guasca y La Calera- con la
del frente 54 y hacia Fómeque, Chipaque y Cáqueza con la del frente 51. Los frentes
12,20,23,24 y 46 actúan en Santander. En los limites entre Boyacá y Santander operan
los frentes 11 y 23. En Norte de Santander opera el frente 33.

Andes, marzo de 1998.


Por su parte, el ELN tiene presencia en estos departamentos a través de los frentes
Efraín Pabón en el sur de Norte de Santander; Juan Fernando Porras también en el sur
de Norte de Santander; Capitán Parmenio, Manuel Gustavo Chacón, y Resistencia
Yariguíes en Santander; Carlos Armando Cacua Guerrero en la zona del Catatumbo, en
Norte de Santander; y Claudia Isabel Escobar Jerez en la parte sur de Norte de
Santander. Recientemente se crearon los "frentes" Guillermo A. Velázquez en Santander,
hacia la parte sur de la cordillera, y Carlos Velasco Villamizar, con centro de operación
en Cúcuta. En Huila operan el frente Manuel Vásquez Castaño y el núcleo urbano La
Gaitana. En el norte del Tolima tienen presencia el "frente" Bolcheviques del Líbano y la
regional Gilberto Guarín, que opera en Ibagué.

Desde otra perspectiva, se tiene que en Huila y Tolima se registra la presencia de las
FARC en los municipios de minifundio de la región Andina y en los de campesinado
acomodado no cafetero. En el departamento de Huila existe gran coincidencia entre la
presencia guerrillera y los cultivos de amapola. En el sur del departamento del Tolima
también coinciden la guerrilla y los cultivos de amapola y coca, a lo que se añade una
alta convergencia con los grupos paramilitares. La producción de amapola, como se ha
visto, se concentra primordialmente en los municipios de la estructura rural con
características de minifundio deprimido y estable en la región Andina y campesinado
medio no cafetero y cafetero, en coincidencia con la fuerte expansión de la guerrilla
hacia estas zonas en los últimos años. Paralelamente con estos fenómenos, en muchas
de estas localidades se han registrado elevados niveles de violencia, persistentes
conflictos agrarios y la compra acelerada de tierras por parte de narcotraficantes.

En Cundinamarca y Boyacá, la presencia guerrillera es, en lo fundamental, de las FARC.


Los frentes guerrilleros se ubican en los municipios de minifundio y campesinado
acomodado no cafetero. Las FARC ejercen también una fuerte influencia en la zona
limítrofe entre los departamentos de Boyacá y Casanare. En la región del Magdalena
Medio de Cundinamarca y Boyacá, junto con el occidente de este último departamento,
se produce la presencia convergente de las FARC y grupos paramilitares, siendo más
fuerte en la región del Río Minero, donde se disputan el control sobre la rica zona
productora de esmeraldas. La zona oriental del piedemonte cundinamarqués,
recientemente ha experimentado la incursión de grupos paramilitares que se desplazan
desde Casanare y mediante homicidios selectivos, siembran el terror para imponer su

autoridad en municipios donde de tiempo atrás las FARC han tenido influencia.75 La
zona del Sumapaz, así como el suroriente de Cundinamarca, han experimentado un
fuerte aumento de la presencia de las FARC a partir de 1990. Esta presencia en
municipios cercanos a Bogotá confronta la tesis generalizada de que la guerrilla crece
por inasistencia estatal en áreas alejadas del centro del país. Muestra, más bien, que
las FARC han cambiado su dinámica de crecimiento, alejándose de las reivindicaciones
campesinas y relacionándose ahora con el proceso de urbanización que experimenta el

país. 76

En los santanderes, la presencia de las FARC y del ELN coincide con los municipios de
colonización del Magdalena Medio, en Santander, y en la región del Catatumbo, en Norte
de Santander. En los municipios del sur de Santander, donde predominan los de
minifundio, colonización y campesinado acomodado, se encuentran las FARC. En los
municipios de minifundio andino, en los límites entre Santander y Norte de Santander,
la presencia es exclusivamente del ELN. En el Magdalena Medio Santandereano se
presenta una alta convergencia entre la presencia guerrillera y los grupos paramilitares,
y hacia el sur de Santander la presencia exclusiva de las FARC se ve acompañada por
cultivos de amapola. En los últimos años, los frentes que actúan en el sur de Norte de
Santander han incursionado con fuerza en municipios del norte de Boyacá.

75 Adriana Quiñones. “ Informe de visita a Paratebueno” Oficina del Alto Comisionado para la Paz,
marzo de 1998.
76 El trabajo de Carina Peña examina estos cambios en el crecimiento de las FARC, a través del
caso del frente 22 en Cundinamarca. “La guerrilla reviste muchas miradas” en Análisis Político No.
32, Iepri- Universidad Nacional 1997.
Gráfio 11. 3

EVOLUCION DE LA INTENSIDAD DEL CONFLICTO ARMADO


(1987-1995)

450

400

350

300

250

200

150

100

50

0
SANTANDER N. SANTANDERCUND/MARCA HUILA BOYACA TOLIMA

1987-1989 1990-1992 1993-1995

FUENTE: OBSERVATORIO DE LA VIOLENCIA

El gráfico 11.3 muestra la evolución de la intensidad del conflicto armado a nivel


departamental entre 1987 y 1995. Santander cuenta con los más elevados niveles de
intensidad del conflicto armado dentro del conjunto estudiado y es el segundo
departamento más critico a nivel nacional, después de Antioquia. En Norte de
Santander, el conflicto se ha ido escalando y a nivel nacional el departamento es el
tercero más critico después de Antioquia y Santander. Como se observa, la actividad
guerrillera en Cundinamarca sufre un brusco incremento a partir de 1990, luego de la
realización de la ofensiva militar sobre los campamentos del secretariado de las FARC en
el Meta, que produjo el desplazamiento de frentes del oriente hacia el interior del país.
Se aprecia también cómo los niveles de intensidad del conflicto son similares en Huila,
Boyacá y Tolima, particularmente en el período más reciente: 1993- 1995. La intensidad
del conflicto armado es baja en estos tres departamentos, si se compara con los niveles
que alcanza en los santanderes.

Una aproximación a la dimensión municipal de los actores y manifestaciones de


violencia en el Huila permite identificar la presencia de paramilitares, que se traduce en
algún tipo de actividad en Neiva, Colombia, Palestina y Pitalito. Por otra parte, Neiva,
Algeciras, Baraya, Isnos, Pitalito, Salado Blanco y Tello registran elevada intensidad del
conflicto armado, como se observa en el mapa 11.1. Los altos índices de secuestro
responden a acciones de la delincuencia común y de la guerrilla, que alcanzan niveles
críticos en Neiva, Campoalegre y San Agustín. A nivel de los asesinatos cometidos por
los actores organizados de violencia, hasta 1989, aparecían como municipios muy
críticos Palestina, Agrado y Nátaga; a partir de 1990, el municipio con mayor tasa de
asesinato es Hobo; entre 1993 y 1995 ningún municipio presenta niveles críticos de
asesinato. Finalmente, cabe anotar que en la región del Valle del Alto Magdalena, en el
centro y sur del Huila donde crece la amapola, se ha registrado adicionalmente un
persistente conflicto de tierras entre las grandes haciendas y los colonos y campesinos
sin tierras.

En Tolima, la dinámica que ha adquirido la violencia en el sur del departamento (sub-


región del Alto Saldaña) parece tener una explicación en la irrupción del negocio de la
amapola. En todos los municipios del sur del departamento, con excepción de
Chaparral, se aprecia una alta relación entre el aumento del tráfico de armas, el
incremento de los homicidios y la disminución de las lesiones personales. Los
municipios con cultivos de amapola presentan un fenómeno de colonización de
vertiente, presencia de una población trashumante, atraída por las bonanzas ofrecidas
por los cultivos ilícitos, una agricultura campesina deprimida, comunidades indígenas
con conflictos de tierras no resueltos, incremento de la delincuencia común y la
presencia muy activa de las FARC. Las organizaciones paramilitares, particularmente la
que se denomina "Rojo Ata", en los municipios de Rioblanco, Planadas y Ataco, también
participa en el negocio de la amapola y propicia el desplazamiento de colonos y
campesinos de zonas cocaleras para organizarlos en torno a la producción de amapola y
recolección del látex. Por otra parte, la zona indígena del sur del Tolima ha registrado los
niveles más altos de conflicto agrario, coincidiendo con los municipios productores de
amapola en Ortega, Chaparral y Ataco. En estos municipios, el conflicto agrario ha
tenido la interferencia de la guerrilla y de los grupos paramilitares, que han imprimido
una carga mayor de violencia a un conflicto con raíces muy profundas. Los municipios
críticos por los elevados índices de violencia entre 1993 y 1995 se pueden apreciar en el
mapa adjunto. Cajamarca, Chaparral, Libano, Natagaima, Planadas, Rioblanco, Rovira y
Villarrica presentan elevada intensidad del conflicto armado. Con alto índice de
asesinato aparecen Anzoateguí, Coyaima, Icononzo y Santa Isabel. El secuestro registra
índices superiores al promedio del país en Coyaima y Guamo.

Cundinamarca, como ya se dijo, presenta a partir de 1990 un incremento de los


municipios afectados por la actividad armada de la guerrilla. En los municipios de la
estructura rural desarrollada con predominio de población urbana, como los de la
Sabana de Bogotá, la guerrilla está lejos de contar con influencia sobre los gobiernos
municipales, a diferencia de lo que ocurre en algunos de los municipios de campesinado

medio de la provincia de Rionegro o en la provincia del Tequendama.77 Entre 1993 y


1995, los municipios que registran elevada actividad armada son: Fusagasugá, Bojacá,
Choachí, Gutierrez, Medina, Junín, La Peña, San Juan de Río Seco y Pasca. Por otra
parte, se aprecia un bajo número de municipios afectados por el secuestro. Bogotá
registra alta tasa de secuestro desde 1987, mientras que Chaguaní, Guayabetal y
Paratebueno son críticos a partir de 1993. Los municipios afectados por los altos índices
de asesinato son: Albán, La Vega, Medina, Mosquera, Nocaima, Paratebueno, San Juan
de Rioseco, Sutatausa, Topaipí y Yacopí. A partir de 1990, el incremento de los
municipios críticos en Cundinamarca, coincide con la fuerte expansión guerrillera y la
presencia de los grupos de autodefensa en la zona del Magdalena Medio; recientemente,
en la zona del piedemonte. A partir de 1992 los municipios de La Palma, Fusagasugá,
Fómeque y Quetame han sufrido un intenso hostigamiento de la guerrilla que, buscando
ampliar su poder, recurre al asesinato y a la intimidación permanente de la población y
sus dirigentes.

En el departamento de Boyacá que, como se ha visto, es de los menos afectados por el


conflicto armado, los municipios que se destacan por la elevada actividad guerrillera a
partir de 1993 son: Aquitania, Briceño, Cubará, Labranzagrande, Pajarito y Pauna. Por

77 Ibid.
otra parte, se observa cómo en el occidente de Boyacá, donde la violencia
tradicionalmente ha sido alta a partir de 1993, excepto Pauna y San Pablo de Borbur,
los municipios muestran en los últimos años una tendencia a la reducción. Este hecho
puede estar asociado a los convenios de paz firmados entre grupos enfrentados en la
zona y a la desaparición de Gonzalo Rodríguez Gacha, quien se constituyó en uno de los
más importantes protagonistas de la violencia en la región. En el oriente de Boyacá la
violencia, que es muy intensa en Socha, se explica por la presencia cada vez mayor de
las FARC en la zona de piedemonte, en los límites con Casanare, por actividades
relacionadas con el procesamiento de coca y por la expansión de los cultivos de amapola
en municipios donde la estructura minifundista predomina.

En La zona Nor-oriental del país, como se ha visto, la actividad armada de la guerrilla en


Norte de Santander es muy elevada. En este departamento, los municipios de Abrego,
Cáchira, Convención, Ocaña, Pamplona, Tibú, Teorama y San Calixto, sin tregua
registran elevados niveles de actividad armada de la guerrilla desde 1987. Sardinata, El
Zulia y Arboledas comienzan a ser críticos desde 1990. Entre 1993 y 1995 comienzan a
verse afectados El Carmen, Hacarí, Villa del Rosario y Salazar. Los municipios con
índices de secuestro que superan el promedio nacional se localizan, principalmente, al
norte del departamento, en la región del Catatumbo y enla provincia de Ocaña. Entre
1987 y 1989 los municipios críticos fueron Tibú, Ocaña y Cúcuta. A partir de 1990 y
hasta 1992 los secuestros alcanzan índices elevados en Teorama, Hacarí y Sardinata. A
partir de 1993, fuera de Cúcuta y Ocaña, Convención, El Zulia y Salazar se encuentran
muy afectados. En todos estos municipios la guerrilla es muy activa y recurre al
secuestro con fines extorsivos, propagandísticos y políticos. En Norte de Santander la
guerrilla ha ejercido una fuerte presión sobre alcaldes, candidatos y civiles con el
propósito de influir en las administraciones locales; presiones que, en muchos casos, se
traducen en asesinatos. Los municipios con mayor índice de asesinato a partir de 1993
son: Abrego, Cachira, Convención, Cucutilla, El Carmen, El Zulia y Tibú.

En Santander se aprecia cómo los niveles de acción armada son muy elevados entre
1987 y 1995, en municipios situados en la parte norte del departamento:
Barrancabermeja, Sabana de Torres, Puerto Wilches, El Playón, Suratá, Río Negro y San
Vicente de Chucurí. Hacia el sur han registrado permanente actividad armada La Paz y
Piedecuesta. A partir de 1993, Carcasi, Concepción, Charta, El Guacamayo, Girón,
Oiba, Puente Nacional y Tona también registran elevada actividad guerrillera. Por otra
parte, los altos índices de secuestro afectaron entre 1993 y 1995 la zona noroccidental,
sin que dejen de aparecer localidades con índices críticos en la zona sur y del Magdalena
Medio. Bucaramanga, Barbosa, Barrancabermeja, Lebrija, Rionegro, Sabana de Torres,
San Vicente de Chucurí, Simacota, Girón, Guavatá, Oiba, Puente Nacional, Puerto Parra
y Tona, superan la tasa promedio del país. Entre 1993 y 1995, como se ve en el mapa
adjunto, los municipios críticos por los elevados índices de asesinato son los del
nororiente del departamento coincidencia con la fuerte presencia guerrillera en la zona.
Los municipios afectados en este último trienio son: Aguadas, Aratoca,
Barrancabermeja, Guapotá, La Paz, Matanza, Puerto Wilches, Sabana de Torres, San
Vicente de Chucurí, Santa Barbara, Tona y Vélez.

De todo lo anterior se concluye que los departamentos de Santander y Norte de


Santander, donde convergen las guerrilla y los grupos paramilitares, las manifestaciones
de violencia son claramente más intensas que en el resto de los departamentos
observados. En las circunscripciones donde la tasa de secuestro es particularmente
elevada, la presencia guerrillera también lo es. En efecto, en los santanderes, donde el
secuestro es elevado, la población rural bajo presión de la guerrilla está por encima del
30%, mientras que en Boyacá, Cundinamarca y Tolima, donde la tasa es menor, la
población bajo presión de la guerrilla en ningún caso alcanza el 20%. De otra parte, a
partir de 1990 se produce un fuerte incremento de los municipios afectados por la
actividad armada de la guerrilla en Cundinamarca y, en particular, en las localidades
cercanas a Bogotá, lo que muestra un cambio en la estrategia de expansión guerrillera
que ahora considera los centros administrativos y políticos mas importantes del país.
Sin embargo, en los municipios de la estructura rural desarrollada con predominio de
población urbana de la Sabana de Bogotá, la guerrilla está lejos de contar con influencia
sobre los gobiernos municipales, a diferencia de lo que ocurre en algunos de los
municipios examinados en la región del Catatumbo o en el sur del Tolima, donde la
presencia de la guerrilla es histórica y las condiciones le son favorables para ampliar su
incidencia en las administraciones locales.
11.2 Antioquia y Viejo Caldas
Desde los años 80 la violencia organizada ha estado presente y ha sido muy intensa en
zonas del departamento de Antioquia como Urabá,78 Bajo Cauca, Nordeste Minero,
Magdalena Medio y, más recientemente, Medellín, con el fenómeno de los "milicianos".
Sobre el resto de violencia, el peso de Medellín y de los municipios del área
metropolitana es mayor, así como el de núcleos urbanos que han crecido
aceleradamente; esto sin desconocer la cuota que invariablemente ha aportado a la
violencia total el número de homicidios y asesinatos cometidos diariamente, y
particularmente las vísperas de días festivos, en los muchos núcleos rurales a lo largo y
ancho del departamento. Muertes violentas que, estadísticamente, nutrieron una curva
cercana a la curva nacional de tasas, después de menguada la violencia política de los

50 y antes de que se consolidara el narcotráfico. 79

Lo primero que salta a la vista en el gráfico 11.4, es la alta pendiente de la curva de


Antioquia desde 1987, sin precedentes en ningún otro departamento dentro del
intervalo estudiado 1987-1997; ninguno otro alcanza tan elevada tasa de muertes
violentas como la que alcanzó en 1991. La supremacía de Antioquia en la violencia
homicida no ha sido permanente ni inherente al departamento, sino que tiene un claro
punto de inflexión con respecto a una curva que se mantuvo por años muy cercana a la
curva de las tasas nacionales, incluso ligeramente por debajo de ellas hasta 1966. Es
decir, fue un producto histórico, y es preciso explicar sus procesos constitutivos; quizá
el narcotráfico juegue en ello un papel especial, a juzgar por la coincidencia de años
entre el “boom” de la cocaína, sus alzas y bajas de precios, y las alzas y bajas de tasas
de muertes violentas alrededor de la tendencia central de la curva, ya anotada, que es
de ascenso a partir del 80. Como es obvio, la cantidad de muertes violentas no deben
haber sido causadas directamente por el narcotráfico, sino a través de modalidades de
acción indirecta y de estímulo a la generalización del uso de la muerte como recurso

78 En sentido geográfico es claro que Urabá, como se vio en la sección 1, hace parte de la región
Caribe y no de la región Andina, sin embargo en este trabajo se consideró dentro del conjunto de
Antioquia para poder realizar comparaciones con la violencia en otras sub-regiones del
departamento.
79 Los principales aspectos sobre la evolución de la violencia homicida fueron tomados del estudio
titulado "Tendencias en el Desarrollo Municipal y Violencia en Colombia", realizado para la
Presidencia de la República por Fernando Cubides, Ana Cecilia Olaya y Carlos Miguel Ortiz del
Centro de Estudios Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, Santafé de Bogotá, 1995.
banal. El sicariato, en su doble connotación de homicidio a sueldo y de homicidio
ejecutado por menores de edad, fue profesionalizado y promovido por la organización de
la cocaína en Medellín, pero pronto la desbordó, y no pudo controlar sino una parte..

ESTADISTICAS DE HOMICIDIO EN ANTIOQUIA


(1988-1997)

HOMICIDIOS URABA MEDELLINANTIOQUIA TOTAL

1988 738 3627 2371 6736


1989 692 4443 2584 7719
1990 791 5851 2882 9524
1991 620 8954 1668 11242
1992 750 7807 1550 10107
1993 852 5400 1576 7828
1994 423 5284 1627 7334
1995 1062 5285 1377 7724
1996 1372 5257 1548 8177
1997 1001 4478 1628 7107
FUENTE: POLICIA NACIONAL

Los dos puntos de más fuerte subida de la curva en Medellín (1984 y 1988), coinciden
con la cronología de las guerras del Estado con el narcotráfico, en el gobierno Betancur
y en el gobierno Barco, respectivamente. El homicidio alcanza en 1991 el punto máximo.
Comparada con las ciudades del mundo de más alta tasa de homicidio, Medellín las
sobrepasa en mucho. Existen elementos para trabajar la hipótesis de que la
proliferación del homicidio en Medellín desde 1979, muy intensificada desde 1984, tiene
que ver con un actor violento organizado: el narcotráfico. Nunca antes actor organizado
alguno había mostrado tanta capacidad de inducir procesos de expansión y
generalización del homicidio común, es decir, de producir efectos sobre la violencia
inorgánica.

Es obvio que del elevado número de muertos por año en Medellín, sólo una pequeña
parte depende directamente de la organización narcotraficante, en forma de homicidios
selectivos ("asesinatos"), de víctimas del terrorismo y, un poco más numerosos, de los
ajustes de cuentas y “vendettas” internas. Pero muchísimos más son los homicidios que
tienen relación indirecta con el narcotráfico, bien sea por el impulso que dio a la
organización y proliferación de las bandas de sicarios (sólo una parte de las cuales
dependía del narcotráfico), por la circulación de armas que promovió y la mentalidad
armamentista con la corrupción de agentes del Estado que acentuó o por la
organización que transplantó a otras modalidades delictivas, también usuarias de la
violencia.

GRAFICO 11.4

EVOLUCION DEL HOMICIDIO


(Tasas por 100.000 hbts. 1987-1997)
300

250

200

150

100

50

0
1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

ANTIOQUIA RISARALDA QUINDIO CALDAS PROMEDIO NACIONAL

FUENTE: POLICIA NACIONAL

Para poder entender los altos índices de violencia en la región de Urabá es necesario
agregar a la presencia histórica de la guerrilla, la mas reciente de los paramilitares.
Estos surgieron cuando ya las guerrillas ejercían un control en la región, y cuando ya
habían consolidado los mecanismos de extracción de recursos de la economía bananera.
Para combatir las guerrillas, su principal arma ha sido apuntar a los simpatizantes de la
izquierda (sindicalistas, dirigentes políticos y populares, y bases de apoyo de las
guerrillas). Es así como entre 1988 y 1997 se contabilizaron miles de asesinatos, entre
ellos más de 130 masacres , ocurridos en el eje bananero y el norte de Urabá. Si bien los
hechos de 1988 y 1989 fueron atribuidos a las denominadas autodefensas del
Magdalena Medio, desde entonces el grupo más activo ha sido el comandado por los
hermanos Fidel y Carlos Castaño, con importante influencia en el departamento de
Córdoba y en el norte de Urabá. El aumento alarmante de los homicidios en Urabá, a
partir de 1995, evidencia el elevado nivel de acción de los paramilitares y la fuerte lucha
que libran con la guerrilla por el control de la zona.

En el Viejo Caldas, entre 1987 y 1997, las tasas de homicidio bordean o sobrepasan la
cifra de 100. Ahora bien, examinando en particular la curva de Risaralda con respecto al
conjunto del Viejo Caldas, se infiere que Risaralda es, de los tres departamentos que lo
componen, el que más incide en las tasas del conjunto. Desde 1974, sobre todo, la
diferencia de Risaralda por encima de la tasa nacional de muertes violentas, es bastante
grande; a partir de 1987, Risaralda sobrepasa en mucho la, de por sí, alta tasa de 100
del conjunto del Viejo Caldas. No parece, ni por indicios cuantitativos ni por elementos
cualitativos de análisis, que el gran aumento de la violencia general en Risaralda desde
1984 provenga de móviles políticos; está por estudiar qué factores históricos la explican
y el narcotráfico podría ser uno de ellos. Aunque un poco menos que Risaralda, las
tasas de violencia general en el Quindío son también bastante altas. Entre 1990 y 1992
el incremento de homicidios es sorprendente, alcanzando este último año una tasa de
134, apenas comparable a la de Risaralda; singular, pues 1992 es año de descenso de la
tasa en el conjunto del país y en casi todos los departamentos, incluido Risaralda. De
los tres departamentos del Viejo Caldas, Caldas es el de menores tasas de muertes
violentas, aunque desde 1981 siempre esté por encima de las tasas nacionales y alcance
el valor de alrededor de cien en 1989, 1991 y 1994. Sin embargo, se sabe que en la zona
de La Dorada y alrededores, Caldas participa de la situación común a todo el Magdalena
Medio: presencia grupos paramilitares.
GRAFICO 11.5

EVOLUCION DEL SECUESTRO


(Tasas por 100.000 hbts. 1987-1997)

0
1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997
ANTIOQUIA RISARALDA CALDAS QUINDIO PROMEDIO NACIONAL

FUENTE: POLICIA NACIONAL

Una mirada a la evolución reciente de los secuestros desde la perspectiva


departamental, permite determinar la elevada incidencia de esta manifestación de
violencia en el departamento de Antioquia. Durante el período considerado (1987 - 1997)
se produjo en el departamento el 22% de los secuestros del país y, como se observa en el
gráfico 11.5, desde 1988 la tasa se encuentra por encima del promedio nacional. Por
debajo de la tasa promedio nacional se colocan los departamentos del Viejo Caldas, en el
periodo analizado. Risaralda presenta el índice más elevado del conjunto de
departamentos cafeteros. En 1989, el número de secuestros por cada cien mil
habitantes superó la tasa nacional; posteriormente, en 1996, el índice se acerca -por
debajo- al del país. Caldas tiene un índice intermedio y Quindio se encuentra en el
último lugar. Entre 1992 y 1994 se produce un incremento de los secuestro en los tres
departamentos del eje cafetero, que podría evidenciar una mayor presencia de actores de
violencia que recurren a esta práctica para financiarse. En 1997, en contravía de la
tendencia registrada a nivel nacional, el secuestro disminuyó en Antioquia y Risaralda.
La guerrilla en Antioquia y el Viejo Caldas se expresa, en el caso de las FARC, a través
del bloque nor-occidental, que opera principalmente en Antioquia. Hasta 1996 actúan
en el Urabá Antioqueño y chocoano los frentes 5, 34, 57 y 58. El frente 18 muy activo en
Córdoba, opera en el Bajo Cauca Antioqueño. Los frentes 9,36 y 47 se mueven en la
parte de montaña del departamento de Antioquia y registran desplazamientos hacia el
Magdalena Medio. El bloque central, localizado en los departamentos de Quindio,
Risaralda, Caldas y Antioquia, registra baja actividad; allí, la acción de las FF.AA.
supera la iniciativa de la guerrilla. En el eje cafetero ha incursionado el frente 50,
buscando aumentar la presencia de las FARC en esta zona del país. Por su parte, el ELN
actúa a través del frente de guerra nor-occidental, operando primordialmente en
Antioquia. Esta estructura cuenta con una base de financiamiento derivada de la
explotación de oro en el nor-oriente antioqueño, donde se ubican los "frentes"
Compañero Tomás y José Antonio Galán. Tiene presencia también en el Magdalena
Medio mediante de los "frentes" Carlos Alirio Buitrago, María Cano y Bernardo López
Arroyabe. En la Montaña Antioqueña muestran actividad los "frentes" Héroes y Mártires
de Anorí, Capitán Mauricio y Ernesto Che Guevara. La regional Luis Fernando Giraldo
concentra su acción en Medellín.

Vista la presencia guerrillera desde otra perspectiva, las FARC se concentra en


Antioquia en los municipios de colonización de la zona del Bajo Cauca; en municipios de
minifundio y campesinado acomodado en la región de montaña; en municipios de
campesinado acomodado en el Magdalena Medio; y en los municipios de colonización,
campesinado medio y periferia rural de Urabá. El ELN, por su parte, tiende a tener
mayor presencia en la zona de campesinado medio cafetero en el sur de Antioquia y en
los municipios de campesinado medio acomodado del nordeste. Existe una alta
coincidencia entre guerrilleros y grupos paramilitares en la región de Urabá, Bajo Cauca
y Magdalena Medio de Antioqueño. En los últimos años, la presión de la guerrilla sobre
la zona del Bajo Cauca ha disminuido, como resultado del agotamiento de la producción
de oro en la región. Los frentes que han salido de la zona aurífera se desplazan hacia la
costa y zonas de montaña y del valle del Río Cauca en Antioquia, donde compiten por el
dominio territorial con organizaciones armadas al servicio del narcotráfico que
adelantan un acelerado proceso de compra de tierras. En el Viejo Caldas, caracterizado
hoy por un campesinado endeudado y golpeado por la caída de los precios
internacionales del grano, las FARC como el ELN buscan aumentar su actividad, por ser
zona estratégica por donde pasan, de manera obligada, los intercambios comerciales
entre Medellín Cali y Bogotá.

GRAFICO 11.6

EVOLUCION DE LA INTENSIDAD DEL


CONFLICTO ARMADO (1987-1995)

800

700

600

500

400

300

200

100

0
ANTIOQUIA CALDAS RISARALDA QUINDIO

1987-1989 1990-1992 1993-1995

FUENTE: OBSERVATORIO DE LA VIOLENCIA

En el gráfico 11.6 se muestra una aproximación, desde la perspectiva departamental, a


la evolución del conflicto armado entre 1987 y 1995 Antioquia es el departamento donde
el conflicto armado es más intenso a nivel nacional y donde ha ido escalándose, con el
paso del tiempo, como lo indica la evidencia disponible. Caldas y Risaralda
experimentaron una reducción en la intensidad del conflicto armado hasta 1992, como
consecuencia de la desmovilización del EPL. El incremento de la actividad armada en los
últimos tres años se explica en la medida en que ambos departamentos se encuentran
afectados, en el presente, por la presencia activa de tres frentes de las FARC y un
reducto disidente del EPL. Las FARC y el ELN han incrementado su presencia en
Quindio, pero aun no se expresa en mucha actividad armada; el departamento registra
los mas bajos niveles de intensidad del conflicto a nivel nacional.

En el mapa adjunto podemos ver un acercamiento a la geografía de la violencia en los


departamentos aquí considerados. En Antioquia, los municipios del Urabá que habían
experimentado una disminución en la intensidad de conflicto, como efecto de la
desmovilización del EPL, vuelven a registrar niveles críticos entre 1993 y 1995. La
actividad guerrillera se concentra en los municipios de Apartadó, Arboletes, Carepa,
Chigorodó, Dabeiba, Mutatá, Necoclí, San Pedro de Urabá y Turbo. En Urabá, los
elevados niveles de actividad guerrillera se ven acompañados de altos índices de
secuestro a nivel municipal. Los plagios, en muchos casos, se realizan con fines
diferentes al extorsivo; campesinos, trabajadores, administradores de fincas bananeras
y dirigentes políticos han sido privados de la libertad para luego ser asesinados. Los
municipios que superan la tasa promedio nacional de secuestro son todos los
mencionados anteriormente excepto Chigorodó, Mutatá y Dabeiba. De otra parte, la
disputa entre paramilitares y guerrilla por el dominio sobre el territorio, se conjuga en
un escenario tradicionalmente conflictivo. La importancia estratégica que la zona
representa para los actores armados en competencia ha hecho que, en el afán por
consolidar su dominio territorial, la población civil haya sido convertida en objetivo
militar, clara muestra del nivel de degradación que ha alcanzado el conflicto en la
actualidad. En los últimos años, los paramilitares han actuado con fuerza en el norte de
Urabá con el objetivo de desplazar el frente 58 de las FARC, -como es ya un hecho-
hacia las estribaciones de la serranía de Abibe. También han arremetido contra la
disidencia del EPL que, finalmente, por efecto de la presión, acabó entregando sus
armas. Los paramilitares actuaron con especial rigor en Necoclí, Arboletes, San Pedro de
Urabá y San Juan de Urabá; los resultados fueron importantes desplazamientos de
población. La acción paramilitar, como vemos, se ha hecho sentir desde 1995 en los
municipios del eje bananero con un elevado número de asesinatos y desapariciones. Los
municipios críticos por los índices de asesinato son todos los que se encuentran
afectados por el conflicto armado, excepto Mutatá y Dabeiba.

En la zona del Bajo Cauca Antioqueño, Cáceres, Caucasia, El Bagre, Ituango, Nechí,
Segovia, Tarazá, Valdivia y Zaragoza, que en su mayoría habían registrado reducción en
la intensidad del conflicto armado entre 1990 y 1992, vuelven a ser críticos entre 1993 y
1995. En esta zona como se aprecia en el mapa, la presencia de la guerrilla se traduce
también en notorios índices de secuestro. Cáceres y Valdivia son los municipios mas
afectados de la sub-región; fuera de registrar elevada intensidad del conflicto armado y
altos índices de secuestro, tienen tasas de asesinatos muy superiores al promedio del
país.

En el Magdalena Medio Antioqueño, región contigua a la anterior, por el oriente, están


afectados los municipios de Cocorná, San Carlos, San Francisco, San Luis, Remedios y
Yondó. Puerto Berrio y Puerto Nare, que hasta 1992 registraban elevada actividad
armada de la guerrilla, experimentan en los últimos tres años una disminución en la
intensidad del conflicto pero las muertes violentas se incrementan. Así mismo, el índice
de asesinato es especialmente alto en Cocorná, Argelia, Caracolí y Maceo. Con niveles
críticos de secuestro aparecen Cocorná y Puerto Triunfo.

En la región de la montaña antioqueña, la fuerte incursión de la guerrilla a partir de


1990 y la más reciente, producida por el repliegue de la insurgencia en la región de
Urabá, se traducen en el escalamiento del conflicto en municipios relativamente
cercanos a la capital del departamento, como vemos en el mapa adjunto. Entre 1993 y
1995, Barbosa, Bello, Cañasgordas, Itagüí, La Unión, San Roque, Santa Rosa, Urrao y
Yarumal registran elevada intensidad del conflicto armado. En el Valle de Aburrá, los
secuestros se originan en las actividades de las organizaciones armadas al servicio del
narcotráfico y la delincuencia común. En el conjunto de la región de la montaña, donde
se comienzan a registrar municipios con elevado índice de secuestro a partir de 1990,
ésta manifestación de violencia aparece ligada a la expansión guerrillera. Se ha
producido también un impresionante incremento de los asesinatos en los municipios de
Abriaquí, Angelópolis, Don Matías, Entrerrios, Granada, Guarne, Heliconia, La Unión y
Retiro, entre otros. El incremento de los municipios con elevado numero de muertes
violentas, se podría explicar por la mayor presencia de la guerrilla y de los grupos
paramilitares. Estas últimas han enfrentado el avance de la insurgencia sobre la región
de montaña, aplicando métodos violentos sobre la población para impedir que se creen
los apoyos necesarios en el proceso de implantación de la insurgencia.
Finalmente, la geografía de la violencia en los departamentos del Viejo Caldas muestra
cómo, entre 1993 y 1995, el conflicto armado comienza a ser muy intenso en Belén de
Umbría, Quinchía y Santa Rosa de Cabal, en Risaralda; Génova, en Quindío y Riosucio,
en Caldas. Los índices de secuestro son especialmente altos en Filadelfia, en Caldas;
Salento, en Quindio; y Pereira y Pueblo Rico en Risaralda. El aumento de la presión de
la guerrilla, el crecimiento de la delincuencia común en medio de la crisis cafetera y la
existencia de organizaciones de justicia privada, pueden explicar la cada vez mayor
frecuencia del secuestro en la región cafetera. La violencia homicida que afecta en alto
grado a diez de los doce municipios de Quindio, a doce de los catorce municipios de
Risaralda y a trece de los veinticinco municipios de Caldas, parece tener una estrecha
conexión con las actividades del narcotráfico del norte del Valle. Por otra parte, en los
tres departamentos se ha instituido la acción de los de grupos de justicia privada ante
un fenómeno creciente de delincuencia, que desborda la capacidad de control de las
autoridades.

En conclusión: por una parte, se pueden establecer diferencias claras entre los
indicadores de violencia de Antioquia y los departamentos del Viejo Caldas, sobre todo
en lo que tiene que ver con el conflicto armado: mientras en Antioquia se vive una
confrontación aguda, que cubre buena parte del territorio, en el viejo Caldas apenas se
comienza a registrar un proceso lento de penetración guerrillera. Por otra parte, el
narcotráfico, en ambos casos, parece tener mucho peso en la explicación de los altos
índices de muertes violentas, así la mayoría de los homicidios tengan una relación
indirecta con este fenómeno. El modelo cultural que ha impuesto el narcotráfico, a
través del cual promueve la justicia privada, el armamentismo y la corrupción, son
puntos que, no por ser menos cuantificables en estadísticas, son menos decisivos para
explicar las propias cifras.
12. La violencia en los departamentos del Litoral Pacífico.
(Nariño, Cauca, Valle y Chocó)

Es importante señalar que las manifestaciones de violencia en los cuatro departamentos


que geográficamente se localizan sobre el litoral pacífico, se presentan -principalmente-
en los municipios sobre el Macizo Colombiano (Nariño), la Cordillera Central (Cauca) y el
Valle del Cauca. Las zonas propiamente de la región del Pacífico, las serranías del Chocó
y las llanuras del Pacífico (Nariño, Cauca y Valle), se caracterizan por tener índices muy
bajos de violencia.

El departamento del Valle registra desde “la violencia” una tasa de homicidio por encima
de la nacional. En esos años su tasa se equipara con las del Meta, Norte de Santander y
Tolima. No hay duda, se trata de los departamentos en donde fue más fuerte este
fenómeno en su etapa tardía, o sea, en la época del Frente Nacional. Entre todas, la tasa
de muertes violentas del Valle sería, en esa época, la más alta (101), sobrepasada por el
mismo departamento sólo en 1994 (136.13) Más recientemente, en los años 1992 y
1994, mientras el país descendía ligeramente, el Valle ascendió hasta alcanzar el punto
máximo de la curva. En los dos últimos años, la tasa de homicidios del Valle desciende
mientras la del país se incrementa; igual comportamiento se registra en Cali.

Para cuando la Comisión de Estudios sobre la Violencia en Colombia analiza el


problema, en 1987, la capital del Valle mostraba ya un rasgo singular, atípico, en el
comportamiento de las cifras de criminalidad: mientras la cifra general de delitos se
mantenía estable -pese al crecimiento de la población- el peso específico de los
homicidios, se incrementaba significativamente. Un análisis minucioso, hecho por
Alvaro Guzmán en 1993, corrobora la pérdida de dicha singularidad: la violencia
organizada gana en importancia en Cali. Aun cuando, sobre la base de una comparación
con otras áreas del Valle del Cauca, particularmente el norte y el centro, que incluyen
polos de violencia como Trujillo, el Dovio y Cartago, respecto a homicidio, la posición del
área metropolitana de Cali desciende a tercer lugar en el período estudiado. Se trata de
un espejismo si se tiene en cuenta el auge de la violencia organizada que dispone de
instrumentos de mayor calibre y sofisticación 80. En conjunto, la estadística disponible
obliga a poner puntos suspensivos a la percepción corriente según la cual las
organizaciones delictivas que actúan en Cali y su área metropolitana, particularmente
las del narcotráfico, promueven y practican menos la violencia que sus homólogas de
ciudades como Medellín. Obliga también a abandonar algunas de las apreciaciones -
derivadas de un contraste entre estas dos ciudades- que durante coyunturas anteriores
hacían énfasis en la escasa asociación entre el delito general y el delito violento como

una singularidad de Cali. 81

Como también se observa en el gráfico 12.1, Cauca, dentro del conjunto, presenta una
tasa intermedia. Nariño y Chocó, con dinámicas parecidas en sus curvas de tasas de
muertes violentas, registran los valores más bajos. Chocó muestra desde 1996 un
fuerte incremento de la violencia, que en 1997 se expresa en que el número de muertes
por cien mil habitantes supera el de Nariño y Cauca.

Los índices de homicidio en el Cauca, superiores con respecto a Nariño y Chocó hasta
1996, se explican por la elevada intensidad del conflicto armado en este departamento y
por la actividad de las organizaciones paramilitares que operan en la parte norte. Así
mismo, el impacto más fuerte del “boom” amapolero ha recaído en lo social y cultural;
las regiones amapoleras del Cauca han soportado la violencia y el alcoholismo como
efecto directo del incremento de los ingresos. Los comerciantes pagaron a los indígenas
recolectores de látex con armas y motos; en pleno auge amapolero, los cadáveres

baleados comenzaron a aparecer en las carreteras y en el fondo de los abismos.82 Las


crónicas periodísticas narran cómo en un solo día la policía decomisó a los indígenas, en
Jambaló, 28 motos de alto cilindraje; todas habían sido robadas en ciudades del Cauca
y Valle y cambiadas por uno o dos kilos de látex. El día domingo era el más crítico,
hasta el punto de que la ambulancia tenía que hacer entre tres y cuatro viajes, con uno
o dos heridos cada vez, hasta el hospital de Silvia. Al final, las autoridades decidieron
esperar a que se llenara el cupo y hacer un solo viaje.

80 Gusmán Alvaro,"Violencia urbana y seguridad ciudadana en Cali". en: Revista FORO No. 22, Noviembre de 1993.
81Cubides Fernando, Ana Cecilia Olaya y Carlos Miguel Ortiz. "Tendencias en la Violencia y Desarrollo Municipal." Universidad
Nacional, Centro de Estudios Sociales. (1995)
Gráfico 12.1

EVOLUCION DEL HOMICIDIO


(Tasas por 100.000 hbts. 1987-1997)

140

120

100

80

60

40

20

0
1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997
VALLE CAUCA CHOCO NARIÑO PROMEDIO NACIONAL

FUENTE: POLICIA NACIONAL

Por el surgimiento de una amplia gama de formas de violencias, la relativa paz de Nariño
comienza a verse alterada. La amapola -como en el Cauca- ha tenido efectos negativos a
nivel social, particularmente en la estructura agraria, debido a que muchos campesinos
pobres y sin perspectivas económicas han vendido sus tierras a personas que llegan a
sembrar amapola (es probable que se trate de narcotraficantes interesados en invertir
en tierras en el departamento). De hecho, el incremento de la criminalidad en Pasto
estaría reflejando la difícil situación que atraviesan las personas que salieron del campo
y ahora se instalan en la ciudad y agravan los problemas de desempleo y delincuencia.

El incremento del índice de homicidio a partir de 1996 en Chocó expresa la agudización


del conflicto armado en la región del Urabá y la mayor actividad paramilitar, que en

82 José R. Navia, "El regreso de la flor maldita" El Tiempo, 26 de agosto de 1993.


1997 llegar a su nivel más alto con la realización de matanzas en los límites con
Antioquia. Guerrilla y paramilitares se trenzan en una fuerte contienda por el dominio
de la zona.

Gráfico 12.2

EVOLUCION DEL SECUESTRO


(Tasas por 100.000 hbts. 1987-1997)

12

10

0
1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997
CAUCA CHOCO VALLE NARIÑO TASA PROM

FUENTE: POLICIA NACIONAL

La evolución reciente del secuestro, presente en el gráfico 12.2, muestra cómo la


agudización del conflicto armado en el Chocó se manifiesta en el escalamiento de los
plagios, que a comienzos de 1997 incluyó entre las víctimas a diez infantes de marina,
retenidos por las FARC en desarrollo de un contacto armado en Juradó. Así mismo, la
fuerte presencia guerrillera en el departamento del Cauca y su insistencia en la práctica
del secuestro se traduce en una tasa superior al promedio de la nacional en el periodo
1987-1997. Valle se coloca, en el período, ligeramente por debajo de la tasa del país, con
la excepción registrada en el año 1991, cuando la superó. El deterioro de la seguridad
en Nariño se evidencia también en el aumento del secuestro que, en términos del
numero de víctimas por cien mil habitantes, en 1997 se aproxima al índice del país. En
este último departamento, como en Cauca, los secuestros de la guerrilla que recayeron
sobre candidatos, alcaldes y concejales, explican en buena medida el incremento de la
tasa en 1997.

En cuanto a la presencia de las organizaciones alzadas en armas en los departamentos


del litoral pacífico, las FARC actúan a través del bloque occidental, que ocupa el quinto
lugar en actividad armada a nivel de toda la organización. El área de influencia
comprende zonas de los departamentos de Nariño, Cauca y Valle. En el departamento
del Cauca actúan los frentes 6,8 y 29, que registran desplazamientos hacia los
departamentos vecinos y recibe la influencia del frente 30 desde el Valle, y del 60 desde
Caquetá. En el departamento de Nariño actúa el frente 29 y, desplazándose desde el
Cauca, actúa también el 8. En el Valle opera el frente 30, ya mencionado, y recibe la
influencia del 21 desde Tolima. En el Urabá Chocoano opera el frente 57, que pertenece
a la estructura del Bloque noroccidental.

Por su parte, el ELN opera a través del frente de guerra sur-occidental, que tiene una
base de financiamiento menos estable que las demás estructuras de la organización y
realiza tan sólo el 3% de la actividad armada. Los "frentes" Manuel Vásquez y
Comuneros del Sur inciden en la explotación y transporte de petróleo, afectando el
Oleoducto Transandino en Nariño. Recientemente, la presencia del frente Luis Carlos
Cárdenas que opera en el Valle ha sido reforzada con la creación del frente José María
Becerra.

La guerrilla ha jugado un papel importante en el auge de la amapola; está presente


práctimente en todos los municipios donde se han descubierto cultivos. Además de las
FARC, que a través de los frentes 6, 8 y 29 han ejercido un fuerte control sobre la
producción y comercialización del látex, también los frentes Manuel Vásquez Castaño
del ELN y Pedro León Arboleda de la disidencia del EPL se encuentran en zonas
amapoleras. Esta presencia se expresa también en los altos niveles de conflicto con las
comunidades indígenas. En efecto, la relación de las comunidades indígenas con las
FARC ha sido especialmente conflictiva, situación que se ha expresado en forma
bastante violenta. Las FARC han llegado a asesinar a líderes indígenas que no se
someten a su dominio y en otros casos se han aliado con terratenientes locales
interesados en frenar las luchas de los indígenas por la tierra. Estos buscaron una
salida negociada a su conflicto con las FARC cuando, en 1985, las comunidades
agrupadas en el CRIC, mediante la resolución de Vitoncó, lograron someter el accionar
de la guerrilla en los resguardos controlados por las autoridades tradicionales.

En cuanto a la intensidad del conflicto armado, en el gráfico 12.3 se observa cómo el


departamento más crítico es Cauca, seguido por el Valle y Nariño. Chocó registra los
niveles más bajos pero, como ya se dijo, el conflicto tiende a escalarse por efecto de la
mayor actividad de las FARC en el Urabá y la fuerte arremetida paramilitar registrada a
partir de 1996. La situación de Nariño es especialmente preocupante, si se tiene en
cuenta que hacia finales de la década pasada ninguno de sus municipios registraba
presencia guerrillera; a partir de 1990, varias localidades son escenario de continuos
contactos armados. El conflicto armado se ha agudizado en la medida en que el frente
29 de las FARC, en los últimos tres años, registra un elevado número de acciones
armadas, especialmente voladuras del Oleoducto Transandino entre Orito y Tumaco. En
Cauca, la rápida incursión de las FARC en el territorio indígena que en el pasado
ocupaba el Quintín Lame y donde hoy se extienden los cultivos de amapola así como el
incremento del accionar de los grupos paramilitares en la Bota Caucana, en la zona
central y en los municipios de Argelia, Mercaderes, El Tambo y Bolívar, hacen prever
una agudización del conflicto entre la organización indígena y los grupos armados
guerrilleros y paramilitares.

La geografía de la violencia de los departamentos del Litoral Pacífico, que vemos en el


mapa adjunto para el periodo 1993-1995, muestra cómo en Nariño los municipios con
elevado accionar de la guerrilla son cuatro: Pasto, Leiva, Mallama y Samaniego. En el
Valle, hasta 1992, los municipios que registran elevada actividad armada se localizan en
el sur del departamento; a partir de 1993 se observa un avance sobre la parte centro-
norte; las localidades mas afectadas son: Buga, Jamundí, Riofrío y Tulua. En el Cauca,
ocho municipios se encuentran afectados por los altos niveles del conflicto armado:
Balboa, Bolívar, Buenos Aires, Cajibio, Corinto, Piendamó, Santander de Quilichao y
Toribío. Como notamos en el mapa, la elevada intensidad del conflicto se presenta ante
todo en el norte del departamento, en limites con el Valle.
En otra dimensión, la región del occidente colombiano presenta un aumento
sorprendente de los municipios afectados por el secuestro a partir de 1990. En Cauca,
los municipios con elevado índice de secuestro son ocho: Popayán, Argelia, Cajibío,
Caloto, Corinto, Miranda, Santander de Quilichao y Sotará. En Nariño, a partir de 1993,
también se produce un preocupante aumento de los municipios afectados: Pasto, El
Tambo, Iles, La Cruz, Samaniego y Taminango superan la tasa promedio del país. En el
Valle, los secuestros realizados por la guerrilla y la delincuencia común se confunden
con los que realizan las organizaciones al servicio del narcotráfico, que recurren a este
tipo de acción con el propósito de dar muerte a sus víctimas, saldar cuentas entre
organizaciones criminales o ejercer presión para el logro de sus objetivos. Los
municipios que superan la tasa promedio de secuestro del país son nueve: Cali,
Buenaventura, Bugalagrande, Florida, Jamundí, La Cumbre, Palmira y Yotoco. En
Chocó, los municipios de Quibdó y Tadó aparecen en el periodo 1993-1995 con elevado
índice de secuestro.

Finalmente, los municipios con mayor índice de asesinato en Nariño son: Consacá y
Sandoná. En Cauca son siete: Cajibio, El Tambo, Jambaló, Puracé, Santander de
Quilichao, Sotará y Timbio. Estos municipios se localizan en las zonas campesinas e
indígenas de la Cordillera Central donde se ha extendido en forma rápida el cultivo de
amapola, en coincidencia con actividad guerrillera. Así mismo, los grupos paramilitares
tienen presencia en la gran mayoría de los municipios críticos. Es claro que existe una
ofensiva para la adquisición de tierras por parte de narcotraficantes del Valle,
especialmente en el norte del Cauca. La introducción de la violencia como forma de
enfrentar la presión por la tierra se pudo constatar en el caso de la masacre de
indígenas de Caloto a finales de 1991. Estos factores se suman a la de por si compleja
problemática agraria del Cauca que con el auge de la amapola fortalece la tendencia
marcada a resolver los conflictos por medio de la violencia. En el Valle, las muertes
violentas se relacionan en gran medida con las actividades del narcotráfico y en menor
proporción con las de la guerrilla, que cuenta con alguna presencia en el sur y en el
norte del departamento. En el Valle veintinueve de sus cuarenta y dos municipios
superaron, entre 1990 y 1995, la tasa promedio de homicidio del país. La concentración
de las muertes violentas en los municipios del norte del departamento sugiere una
relación con la presencia de actores organizados de violencia. Los municipios más
afectados, entre 1993 y 1995, por los homicidios que las autoridades atribuyen
directamente a los actores organizados de violencia, son cuatro: Bolívar, El Cairo,
Restrepo y Riofrío.

En conclusión, se ha visto cómo la estadística disponible lleva a discutir la percepción


corriente según la cual las organizaciones delictivas que actúan en Cali y en el Valle,
particularmente las del narcotráfico, promueven y practican menos la violencia que sus
homólogas en otras regiones del país. De otra parte, el incremento de la violencia
detectado a partir de 1996 en Chocó, antecede a la agudización del conflicto entre la
guerrilla y los paramilitares que hoy se vive, con especial crudeza, hacia la región de
Urabá. En Nariño y Cauca, la guerrilla ha jugado un papel importante en el auge de la
amapola y está presente en casi todos los municipios donde se han descubierto cultivos.
Esta presencia en zonas de cultivo amapolero se expresa también en los altos niveles de
conflicto armado. Con el ataque de la FARC al puesto militar de Patascoy en diciembre
de 1997, acción en la que perdieron la vida diez miembros del Ejército y dieciocho más
fueron secuestrados, se evidencia con claridad que Nariño se transformó en teatro de un
conflicto que tiende a ser cada vez más intenso.
MAPA 12.1
13. La violencia los departamentos de Colonizacion de Frontera
(Arauca, Casanare, Meta, Guaviare, Caquetá y Putumayo)

En estos departamentos, como característica predominante es necesario registrar los


procesos activos de colonización, mediante movimientos migratorios generados por la
violencia y la descomposición campesina en la región andina. La carencia de
infraestructura vial y de servicios, la poca disponibilidad de suelos para la actividad
agrícola, la baja productividad, la nula integración a los mercados nacionales o
regionales, unida a la precaria presencia del Estado, dificultan la vinculación del colono
a la tierra. Se origina así una economía parcelaria itinerante que, a la vez que ensancha
la frontera agrícola, favorece el establecimiento del latifundio ganadero. Los índices de
inmigración son altos, los predios mayores a las 20 Has. representan entre 65% y 89%
de la superficie. El promedio de personas por municipio es menor de 10.000 y menos de
la tercera parte vive en la cabecera. Tres cuartas partes de la población se encuentran
en la pobreza y 40% está en condiciones de miseria. Las regiones corresponden al
piedemonte llanero y zonas de Caquetá, Guaviare, Putumayo, Meta y Casanare.

Es muy probable que dentro del heterogéneo conglomerado, que de manera general
hemos llamado áreas de colonización de frontera, algunas entidades territoriales
hubiesen alcanzado en el pasado tasas de homicidio inusitadas con respecto a los
departamentos andinos. Sin embargo, esto no se puede comprobar. En buena medida,
estos departamentos corresponden a los antiguos “Territorios Nacionales”, y sus
registros estadísticos se presentan de forma agregada sin que se puedan realizar
consideraciones particulares. En los años en que, por ejemplo, se tienen datos
diferenciados de Arauca, las tasas están muy por encima de las de Antioquia, que son
las más altas de las observadas sistemáticamente. En el periodo 1988-1997 se observan
tendencias en las tasas de homicidio a nivel departamental que describen la gran
intensidad de la violencia en toda esta región. Explicable, en buena medida, por la
presencia de la guerrilla y/o los paramilitares que recurren al homicidio para sembrar el
terror, imponer su influencia y ganar privilegios a nivel local.
Gráfico 13.1

EVOLUCION DEL HOMICIDIO


(Tasas por 100.000 hbts. 1988-1997)

300

250

200

150

100

50

0
1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997
ARAUCA GUAVIARE CAQUETA
META PUTUMAYO CASANARE
PROMEDIO NACIONAL

FUENTE: POLICIA NACIONAL

El gráfico 13.1 muestra el impacto e intensidad variada del homicidio en los seis
departamentos considerados, de los cuales Arauca es, sin ninguna duda, el más crítico.
En todos los departamentos las tasas promedio de homicidio de los últimos once años
superan el promedio del país. En los Casos de Caquetá y Casanare se registran
incrementos sostenidos en la tasa de homicidio de los últimos años. En Guaviare, la
tasa descendió hasta 1992 pero a partir de este momento aumenta, al punto de alcanzar
la de Arauca en 1996.

Entre 1988 y 1990 se presentaron en forma sistemática hechos de violencia que


cobraron un elevado numero de vidas, en coincidencia con la expansión del modelo
paramilitar de Puerto Boyacá a otras regiones del país. Fue así como, luego de expulsar
a la guerrilla de la zona sur del Magdalena Medio, grupos seleccionados de los
paramilitares ayudaron a entrenar a otros semejantes en Putumayo y en la región del
Ariari-Guayabero. A partir de 1987, Gonzalo Rodríguez Gacha estableció una importante
base de operaciones paramilitares en El Azul (Putumayo), encargada tanto de custodiar
grandes laboratorios para el procesamiento de coca como de la eliminación de activistas
de la UP y dirigentes populares. Con la derrota militar que sufrieron “Los Masetos” por
parte de las FARC en 1990, los grupos paramilitares se desplazaron a Puerto Asís y
posteriormente salieron del departamento. Gonzalo Rodríguez Gacha jugó, sin duda, un
papel central en la violencia de las zonas de colonización de frontera. Recreó el
autoritarismo propio de las sociedades dominadas por grandes propietarios rurales,
encubierto en un discurso anticomunista, retaliatorio y antidemocrático. El
debilitamiento de las estructuras armadas al servicio del "Mejicano" se produce con su
muerte en 1989, hecho que incide de manera inmediata en la reducción de la violencia.

En 1997 se presentan hechos de violencia que evidencian el resurgimiento de la


actividad paramilitar. En Meta y Guaviare operan las autodenominadas "Autodefensas
Unidas de Colombia"; mientras en Casanare y Arauca, con el nombre de "Autodefensas
Campesinas", una organización armada extiende su acción hasta los límites con Boyacá.
En el mes de julio, el municipio de Mapiripán (Meta) fue el escenario de realización de
una matanza de campesinos reivindicada por las "Autodefensas Unidas de Colombia".
En agosto se produjo, en limites entre Meta y Guaviare, una serie de combates entre las
FARC y los Paramilitares responsables de la masacre referida, evidencia de la fuerte
disputa por el dominio de una zona vital para la actividad coquera en el oriente
colombiano. Posteriormente, en el mes de octubre, una comisión judicial que realizaba
una diligencia de extinción de dominio sobre una propiedad de un narcotraficante, fue
emboscada en San Carlos de Guaroa (Meta) por un grupo paramilitar; en la acción
perdieron la vida un mayor del Ejército, cinco soldados, tres funcionarios de la Fiscalía y
dos agentes del DAS.
Gráfico 13.2

EVOLUCION DEL SECUESTRO


(Tasas por 100.000 hbts. 1990-1997)
40

35

30

25

20

15

10

0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997
ARAUCA CASANARE CAQUETA META
PUTUMAYO GUAVIARE TASA PROM

FUENTE: POLICIA NACIONAL

Al considerar los secuestros a nivel departamental entre 1990 y 1997, en el gráfico 13.2
se observa cómo todos los departamentos considerados superan la tasa promedio
nacional, estimada en 3 secuestros por cada cien mil habitantes en este periodo. Arauca
vuelve a ser el departamento más crítico, seguido por Casanare. En Putumayo se
registra, a partir de 1996, un incremento en los secuestros al punto de que en 1997 el
departamento tiene la tercera tasa más elevada del conjunto estudiado. En todos los
departamentos, los secuestros están estrechamente relacionados con la fuerte presencia
guerrillera que tiene, en su práctica recurrente, una de sus principales fuentes de
financiamiento. La relación entre presencia de la guerrilla y elevado índice de secuestro
es evidente en departamentos como Arauca, Caquetá, Meta y Casanare, donde la
población rural bajo presión armada supera el 50% y las tasas de secuestro
corresponden a las más elevadas a nivel nacional.
Gráfico 13.3

EVOLUCION DE LA INTENS IDAD DEL CONFLICTO ARMADO . (1987-1995)

200

180

160

140

120

100

80

60

40

20

0
ARAUCA M ETA CAQUETA CASANARE P UTUM AYO GUAVI ARE

1987-1989 1990-1992 1993-1995

FUENTE: OBSERVATORIO DE LA VIOLENCIA

La presencia de la guerrilla en áreas de colonización de frontera es histórica y quizá la


más fuerte que existe sobre el territorio nacional. El bloque oriental de las FARC, que
reúne el mayor numero de frentes de la organización y registra la actividad armada más
elevada a nivel nacional, cubre parte de los departamentos del Meta, Guaviare,
Casanare, Arauca, Guainía, Vaupés y Vichada. En el Meta se ubican al menos nueve
frentes 7,17,26,27,31,40,42,43 y 44. En el Guaviare se encuentra el frente 1 y recibe
desplazamientos del frente 7, desde el Meta. En los límites entre Boyacá y Casanare
operan los frentes 28, 38, 39 y 56. En Arauca se asientan los frentes 10 y 45, este
último se desplaza también hacia Boyacá y Norte de Santander, abarcando la
denominada zona del Sarare. El frente 16 opera principalmente en Vichada. Con la
localización que hoy tiene sobre la Cordillera Oriental, la organización logró lo que,
desde comienzos de la década del ochenta, identificó como eje de su despliegue para
aislar el país andino y costero del amazónico y llanero. Esta zona es igualmente
estratégica por cuanto se constituye en corredor de acceso al centro del país y permite el
repliegue de los grupos armados hacia el interior en momentos de ofensivas militares.
Así ocurrió al comienzo de la presente década, cuando el Ejército llegó hasta los
campamentos del Estado Mayor en Uribe (Meta): varios de los frentes lograron
desplazarse rápidamente hacia Cundinamarca y Huila, con lo cual la organización evitó
el enfrentamiento con la fuerza pública y simultáneamente comenzó a tender un cerco
sobre el centro del país. El bloque sur, que ocupa el cuarto lugar en términos de la
actividad armada de las FARC, tiene influencia sobre parte de los departamentos de
Caquetá y Putumayo. En el Caquetá operan los frentes 2,3,13,14,15,49 y 60. En
Putumayo operan los frentes 32 y 48, que también se desplazan hacia Caquetá. Por su
parte, el ELN tiene presencia en las áreas de colonización de frontera a través del frente
Domingo Lain que, de manera individual, es uno de los mas beligerantes de toda la
organización y concentra su acción en Arauca y -recientemente- en Casanare. Así
mismo, en Casanare operan los "frentes" Libertadores y José David Suárez, los cuales
buscan beneficiarse de la explotación petrolera. El frente de guerra central, que agrupa
a los mencionados, es el más incipiente de la organización y, en consecuencia, cuenta
con una baja capacidad operativa.

La gran intensidad del conflicto armado, que tradicionalmente se ha registrado en las


áreas de colonización de frontera debido a la fuerte presencia guerrillera, en los últimos
años ha tendido ha incrementarse, como se observa en el gráfico 13.3. En Putumayo, la
desmovilización del EPL parece incidir en la disminución del conflicto armado, sin que
se pierda de vista que las FARC, a partir de 1991, llenan el espacio que anteriormente
ocupaba esta guerrilla desmovilizada.

En el escalamiento del conflicto han incidido hechos inherentes a su desarrollo, que


explican la agudización de la confrontación en estos departamentos. Algunos de estos
hechos se describen en seguida. En el mes de junio de 1987, las FARC tendieron una
emboscada a una patrulla militar en Puerto Rico (Caquetá), con saldo de dos oficiales y
veinticuatro soldados muertos. Ante la gravedad de la acción, la administración Barco
declaró rota la tregua que con esta organización se había pactado en la Uribe en el
gobierno de Belisario Betancur. Durante la administración Gaviria, en noviembre de
1992, se decreta el Estado de Conmoción Interior a raíz de que las FARC dieron muerte
a 26 policías que resguardaban unas instalaciones petroleras en Orito (Putumayo). En
agosto de 1996, en momentos cuando se realizaban las marchas contra la fumigación de
cultivos ilícitos en Putumayo, Caquetá y Guaviare, las FARC atacaron la base militar de
las Delicias, en Putumayo. Murieron 34 militares, 17 fueron heridos y 60 más
terminaron secuestrados por el grupo insurgente. En desarrollo de la ofensiva
guerrillera que acompañó las movilizaciones de población en el sur del país, 24 militares
más resultaron muertos en el mes de septiembre, en un ataque a la base militar de La
Carpa en Guaviare. En los últimos meses de 1997, las FF.AA. inician en Caquetá una
ofensiva contra los frentes del bloque sur que operan en la región de los Llanos del Yarí.
En el mes de marzo de 1998, el Ejército. sufre un duro revés en el propósito debilitar la
retaguardia estratégica del bloque sur de las FARC: la guerrilla logra tomar por sorpresa
a las tropas de la Brigada Móvil No.3 en la vereda El Billar, de Cartagena del Chairá, y le
ocasiona un número de bajas que pasa del medio centenar de soldados profesionales.

Quizá el hecho que más ha incidido en el escalamiento del conflicto en toda la región
oriental del país se produjo en 1990, cuando el Ejército se propuso retomar la iniciativa
contra la guerrilla en el departamento del Meta. En desarrollo de este propósito, en el
mes de noviembre culminó la primera etapa de la operación Centauro, con la toma los
campamentos del Estado Mayor del Bloque Oriental (EMBO). En la segunda etapa, el 9
de diciembre, se ejecutó una ofensiva contra los campamentos del Estado Mayor de las
FARC en Uribe (Meta). A partir de este momento, se observa cómo un número mayor de
municipios resulta afectado por el conflicto. En efecto, el incremento de los municipios
implicados, del conjunto colonización de frontera, se produce como resultado de la
fuerte incursión guerrillera sobre el departamento de Casanare y por la agudización de
las operaciones militares en los departamentos del Meta y Caquetá.

El cambio cualitativo registrado por la guerrilla en el propósito de aumentar su poder


local, que en los comicios electorales de octubre de 1997 se expresó en el incremento de
la intimidación para que renunciaran los candidatos a los concejos y alcaldías, tuvo
como epicentro a los departamentos de Caquetá, Putumayo, Guaviare y Meta. La mayor
presión de la guerrilla se ejerció en Caquetá y Putumayo, donde llevaron al retiro, de
candidatos en todos los municipios. En Meta y Guaviare, la intimidación hizo que en
cinco municipios del primer departamento dimitiera parte de los candidatos, mientras
que en Guaviare se registró igual comportamiento en dos municipios.

La geografía de la violencia muestra cómo en Putumayo, Caquetá, Meta y Guaviare -


que conforman las zonas con mayor producción de coca e infraestructura para su
procesamiento-, la coincidencia con la presencia de las FARC es muy alta. En el
departamento del Meta, la guerrilla y los paramilitares coinciden en los municipios
donde prima la agricultura comercial y la ganadería. En el departamento de Casanare,
el incremento de la presencia de las FARC y del ELN, propiciado por el “boom” petrolero,
la actividad agroindustrial y ganadera, se ve acompañado por el surgimiento de grupos
paramilitares que se les oponen. Los altos índices de violencia en el piedemonte se
explican por la presencia cada vez mayor de las FARC, por las actividades relacionadas
con el procesamiento de coca y por la expansión de los cultivos de amapola. En los
limites entre Casanare y Boyacá se presenta un elevado número de municipios que han
sido blanco de la guerrilla, la cual busca aumentar su poder y, para ello, intimida a
dirigentes políticos y funcionarios locales.

La situación más grave como se puede observar en el mapa adjunto, es la de Arauca.


Los municipios de Tame, Arauca, Saravena y Arauquita son de los más críticos a nivel
nacional. Además de estar afectados por altas tasas de secuestro, es elevado el número
de muertes violentas y permanente el accionar de los frentes de las FARC y del ELN que
operan en el departamento. La guerrilla y los grupos paramilitares constituyen el factor
explicativo del gran porcentaje de asesinatos que también afectan a Puerto Rondón y
Cravo Norte.

En Casanare, prácticamente todos los municipios se encuentran afectados por una o


varias de las manifestaciones de violencia. Sácama, Támara y Tauramena registran
elevada intensidad del conflicto armado. Recetor, Chámeza y Maní, superan la tasa
nacional de asesinato. Orocué es crítico por el número de secuestros. En Trinidad se
combinan las altas tasa de asesinato con las de secuestro. El elevado nivel de actividad
armada y un porcentaje de secuestro superior al de la nación se manifiestan en Paz de
Ariporo. En Yopal y Aguazul el conflicto armado, los secuestros y asesinatos son
particularmente altos.
En Meta, el secuestro afecta principalmente al sector de los ganaderos en los
municipios de Cumaral, Villavicencio, Fuente de Oro, San Martín, Puerto Gaitán y
Puerto López. Los notorios índices de secuestro se ven acompañados por una elevada
actividad de la guerrilla en Puerto Lleras, San Juan de Arama y Acacías. San Juanito y
Cubarral registran asesinatos cometidos por las organizaciones armadas que superan el
promedio nacional. El conflicto armado es especialmente intenso en Vista Hermosa,
Puerto Rico, El Castillo y El Calvario. En Uribe y Mesetas la actividad armada que, como
se señaló, ha sido especialmente elevada, se ve acompañada por índices críticos de
asesinatos.

En Caquetá, la gran frecuencia de muertes violentas originadas en los actores


organizados afectan a los municipios del suroccidente del departamento: San José de
Fragua, Valparaiso y Belén de los Andaquies. La actividad armada de la guerrilla es
particularmente intensa en Puerto Rico, El Doncello, La Montañita y Milán. Los altos
niveles del conflicto armado se conjugan con notorias tasas de secuestro en San Vicente
del Caguán, Cartagena del Chairá y Florencia.

En Putumayo, donde la desmovilización del EPL y la desarticulación de los grupos


paramilitares han incidido en la disminución de los asesinatos a partir de 1991, la
mejoría del orden público es relativa si se tiene en cuenta que las FARC han sustituido
al EPL y a los paramilitares. El conflicto armado es muy intenso en Puerto Asís, Valle
del Guamuez y Villa Garzón; Santiago registra una tasa de secuestro superior al
promedio nacional y en Mocoa se conjugan los altos niveles del conflicto armado con
gran número de secuestros.

Por último, en Guaviare se mantiene la elevada intensidad del conflicto armado que ha
caracterizado por largo tiempo a este departamento. En los últimos tres años, el número
de secuestros por cien mil habitantes en San José del Guaviare sobrepasa al que se
registra a nivel nacional.

Hacia el inmediato futuro se puede prever la agudización del conflicto armado en los
departamentos considerados. La reactivación de los paramilitares, la mayor presión de
las FARC sobre las administraciones locales para aumentar su influencia y la iniciativa
creciente de las FF.AA contra la insurgencia y la producción de coca, son algunos de los
factores que agudizarán el conflicto en las regiones de colonización de frontera y
contribuirán al incremento de todas las manifestaciones de violencia.

MAPA 13.1

FUENTE: OBSERVATORIO DE LA VIOLENCIA


Anexos

Cronología del conflicto armado y los procesos de paz


INTENSIDAD DEL CONFLICTO ARMADO
(SEGÚN AÑOS 1988-1998)

1600

1400

1200

1000

800

600

400

200

0
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998

TOTAL ACCIONES ARMADAS

INTENSIDAD DEL CONFLICTO ARMADO


(SEGÚN MESES 1988-1998)
300

250 17
31

200 37
22
51 62
59
16 18 29
36 38
150 49
3 28
19
32 34 71
41 52 60 6668
100 20 43 45 54 64
35 46 55 58 74
25 33
10 27 48 56
8 15 30 70
26 39 57 65
1 2 5 11 13 42 47 72
14 44 53 63 67
7 40 75
50 21 24
4 6 23 50
9 12
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
0

INTENSIDAD DEL CONFLICTO ARMADO (1988-1998)


CRONOLOGIA DE LA EVOLUCION DEL CONFLICTO ARMADO
Y DEL PROCESO DE PAZ

(1988-1998)83

1988
1. El M-19 secuestra en Bogotá a Alvaro Gómez Hurtado. (may.29)
Se registran los más bajos niveles de acción en los meses de febrero y marzo,
debido a la inactividad de las FARC en la época previa a la realización de la
elección popular de alcaldes.
2. El gobierno del presidente Barco presenta la Iniciativa para la Paz. (sep.1)
3. El punto más elevado de perturbación del orden público ocurre en el momento
del paro nacional del 27 de octubre.
4. Declaratoria de las FARC de una tregua unilateral con motivo de la época
navideña.

1989
5. Se produce la primera declaración conjunta entre el M-19 y el Gobierno, donde
se convoca a todos los grupos alzados en armas y a toda la nación a un diálogo
para acordar una solución política al conflicto armado. (ene.10)
6. Se conforma la Comisión de Notables, hecho que incide en la reducción de las
acciones de las FARC, que declaran el cese al fuego. (feb.28)
7. El M-19 comienza a concentrarse en la población de Santo Domingo (Cauca)
en cumplimiento de los procedimientos acordados con el Gobierno, que llevarán a
su desmovilización. (mar 3)
8. La Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar hace saber, en comunicado enviado
a la Comisión de Notables, la decisión de sus miembros de establecer un diálogo
directo con el Gobierno. (jul. 8)

83 Los gráficos que acompañan la cronología, muestran la intensidad del conflicto armado.
Se considera la actividad armada de las guerrillas (hostigamientos, ataques contra
instalaciones militares y de policía, acciones de sabotaje, emboscadas, incursiones a
poblaciones, asaltos a entidades) y los contactos armados que se producen por iniciativa de
las Fuerza armada. para combatir a la insurgencia. La cronología se construyó a partir de la
prensa nacional y la revista Síntesis del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones
Internacionales de la Universidad Nacional. Los números que aparecen en el segundo
gráfico corresponden a los puntos de la cronología.
9. El Gobierno da a conocer dos comunicados a través de los cuales manifiesta
que no están dadas las condiciones para iniciar conversaciones por cuanto, no
obstante haber disminuido sus acciones armadas, las FARC y el EPL continúan
hostigando a la población civil, mediante secuestros y extorsiones en sus zonas
de influencia. El Gobierno manifiesta también preocupación por la realización de
una emboscada a una patrulla militar el 20 de agosto, en el municipio de
Colombia (Huila), en la que perdieron la vida siete miembros de la institución.
(ag. 5 y sep. 6)

1990
10. Las FARC declaran una tregua, con el propósito de facilitar la realización de
los comicios electorales y como señal de buena voluntad, según lo manifestaron
sus voceros. (feb. 18)
11. César Gaviria es elegido Presidente de la República. (may. 27)
12. El EPL, el PRT y el grupo Quintín Lame anuncian el inicio de negociaciones
con el gobierno del presidente César Gaviria y su apoyo al plebiscito para
reformar la Constitución en las elecciones del 27 de mayo. (jun.4)
13. La intensificación de la violencia guerrillera se produce en septiembre, luego
de la realización de la quinta cumbre de la Coordinadora Guerrillera Simón
Bolívar, donde sus miembros acordaron la ejecución de acciones contra las
fuerzas armadas. y la infraestructura económica del país.
14. En el mes de noviembre culmina la primera etapa de la operación Centauro,
emprendida a partir de marzo por la VII Brigada, con el objetivo de tomar los
campamentos del Estado Mayor del Bloque Oriental (EMBO).
15. En diciembre se ejecuta la segunda fase de la Operación Centauro,
permitiendo la ocupación, por parte unidades de la IV División del ejército, de los
campamentos del Secretariado Nacional de las FARC en la Uribe (Meta). La
operación más importante se lleva a cabo en coincidencia con las elecciones de
los setenta miembros que integrarán la Asamblea Nacional Constituyente. (dic.9)

1991
16. En el caserío Don Gabriel, jurisdicción de Ovejas (Sucre), el PRT firma la paz
con el Gobierno y hace su dejación de armas. (ene.26)
17. El Gobierno nacional, a través del ministro de Gobierno, Humberto de la
Calle, propone a la CGSB, un diálogo directo y expedito. (feb. 8)
Posteriormente, se firma en Bogotá el acuerdo de paz con el EPL. (feb.15)
18. Las FARC y el ELN aceptan entablar el diálogo directo y expedito propuesto
por el Gobierno nacional. (marzo )
19. Hacia finales del mes de abril, un comando de la CGSB se toma la embajada
de Venezuela en Bogotá, para presionar al Gobierno a iniciar el diálogo. El
Gobierno, a partir de este momento, designa una comisión integrada por el
viceministro de Gobierno y un asesor de la Consejería para la Paz, con el objetivo
de realizar una reunión exploratoria con voceros de la guerrilla. (abr. 30)
20. Se lleva a cabo en el municipio de Cravo Norte (Arauca), un encuentro entre
representantes del Gobierno y la guerrilla para acordar el lugar donde se
desarrollarán los diálogos de paz. (may. 15)
Hacia finales del mes de mayo se firma el acuerdo de paz con el movimiento
indígena Quintín Lame. (may. 27)
21. Se da inicio a los diálogos entre el Gobierno y la CGSB en Caracas
(Venezuela). (jun. 3)
La primera ronda de conversaciones finaliza el 15 de junio.
22. La Asamblea Nacional Constituyente proclama la nueva carta política. (jul. 4)
En la ciudad de Caracas finaliza la segunda ronda de conversaciones entre el
Gobierno y los representantes de la guerrilla. (jul.15)
23. La tercera ronda de conversaciones se inicia el día 4 de septiembre, en el
momento de más baja intensidad del conflicto armado del año 1991. Las
conversaciones fueron suspendidas por el Gobierno, debido al atentado de las
FARC contra el parlamentario Aurelio Iragorri, en el departamento del Cauca el
30 de septiembre.
24.Finalizan las conversaciones de Caracas y se da a conocer un acta de
evaluación del proceso. (nov. 10)

1992
25. La CGSB, dirige una carta al Congreso con doce propuestas para la paz.
(ene.25)
En Ocaña es secuestrado, por miembros de la disidencia del EPL, el ex ministro
conservador Argelino Durán Quintero. (ene.28)
26. En la región del Magdalena Medio del departamento del Cesar, en una nueva
acción protagonizada por la disidencia del EPL, es secuestrado el ex presidente de
la Cámara de Representantes, Norberto Morales. (mar.26)
La muerte de Argelino Durán Quintero lleva a que el Gobierno suspenda los
diálogos con la guerrilla, que se habían reanudado el 10 de marzo en Tlaxcala
(Méjico). (mar. 22)
27. El Padre Nel Beltrán viaja a Méjico para explorar la actitud de la CGSB sobre
la posibilidad de continuar los diálogos, al finalizar su gestión invita a las partes
a reanudar las negociaciones. (abr. 14)
28. La CGSB pide, en la mesa de negociaciones en Tlaxcala, un receso de varios
meses para hacer una evaluación del proceso de paz. (may. 4)
29. El ELN difunde un comunicado en el que declara una “ofensiva contra la
apertura económica y la privatización”, y señala como objetivos militares a las
multinacionales, a los medios de comunicación y al Gobierno. (jun )
30. La posibilidad de reanudar los diálogos con la CGSB antes del 31 de octubre, como se

había acordado en Tlaxcala, se ve obstaculizada debido al incremento de las acciones

contra la población civil (secuestros y asesinatos). La posición del Gobierno es revelada el

12 de septiembre: descarta la posibilidad de reactivar los diálogos.

31. El Gobierno decreta el estado de conmoción interior , a raíz del ataque del
Frente XXXII de las FARC a instalaciones petroleras en Orito (Putumayo); en la
acción pierden la vida veintiséis policías. (nov.8)

1993
32. El ministro de Defensa Rafael Pardo Rueda, afirma que, luego de dieciocho
meses, el Gobierno volverá a la mesa de negociaciones con una guerrilla
substancialmente golpeada por la acción decidida de la fuerza pública. (mar.14)
33. Se firma el acuerdo político inicial con la Corriente de Renovación Socialista
del ELN, la cual se localiza en Flor del Monte (municipio de Ovejas (Sucre). El
proceso de paz con la CRS atraviesa por una aguda crisis en el mes de
septiembre, al ser asesinados dos negociadores en el municipio de Turbo, cuando
adelantaban la concentración de militantes para trasladarlos a Flor del Monte.
(dic.12)

1994
34. Se llevan a cabo las elecciones para Congreso de la República. (mar. 9)
35. Se firma acuerdo final con la CRS, que lleva a la desmovilización de
trescientos cincuenta combatientes. (abril 9)
36. Se realizan las elecciones para presidente de la República. (may)
Hacia finales de la administración Gaviria se firman dos acuerdos más: el
primero en Medellín, el 26 de mayo, con las “Milicias Populares del Pueblo y para
el Pueblo”, las “Milicias independientes del Valle de Aburrá” y las “Milicias
Metropolitanas”; el segundo se produce el 30 de junio, en Cañaveral, jurisdicción
del municipio de Turbaco (Bolívar), con el Frente Francisco Garnica Narváez,
disidencia del la fracción del EPL comandada por Francisco Caraballo.
37. A partir de la segunda mitad del mes julio y hasta la primera mitad de agosto,
las FARC y el ELN ponen en marcha la realización de acciones dirigidas
principalmente contra la fuerza pública (emboscadas, ataques a instalaciones
militares y hostigamientos), con el propósito de "despedir al presidente Gaviria" y
hacer demostraciones de fuerza ante el nuevo gobierno.
38. El presidente Samper anuncia la política de paz del nuevo gobierno y se
producen las primeras manifestaciones de los grupos alzados en armas en el
sentido de acoger la iniciativa. (ago. 7)
39. En Popayán, el Alto Comisionado para la Paz rinde el primer informe sobre el
estado del proceso de paz; en este momento las FARC cesan por completo las
hostilidades y el ELN registra uno de los niveles más bajos de actividad armada.
(nov.17)

1995
40. El repunte en la actividad armada de la guerrilla coincide con la intensificación de los operativos de las fuerzas militares en el
departamento del Meta, particularmente en el municipio de Uribe. Muchas de las acciones que las FARC realizan en el mes de febrero
parecen responder a los operativos militares en la zona propuesta como escenario de un primer encuentro entre los representantes del
Gobierno y de la guerrilla para dar inicio a los diálogos de paz.
41. En mayo se produce un nuevo repunte en la intensidad del accionar armado
de la guerrilla, luego de que el Gobierno presenta en Bucaramanga el segundo
informe sobre el estado del proceso de paz. El incremento en la actividad
guerrillera está dirigido a conmemorar el aniversario 31 de las FARC. (may. 18)
42. Carlos Holmes Trujillo presenta renuncia a su cargo de Alto Comisionado
para la paz en el mes de julio y se crea la Comisión de Conciliación Nacional,
para mantener vigente la búsqueda de una solución de paz negociada con la
guerrilla. Las comunicaciones entre las FARC y el Gobierno se interrumpen
después del ofrecimiento presidencial de realizar los primeros contactos para
propiciar los diálogos directos de paz en el municipio de Uribe y de la difusión de
un memorando interno del ejército en el que se hacen objeciones al respecto.
43. A partir del segundo semestre de 1995 los asesinatos de dirigentes y
simpatizantes de Esperanza Paz y Libertad se incrementan dramáticamente,
debido a la violencia de que ha sido objeto este movimiento político en la región
de Urabá. El Gobierno, ante los graves hechos de violencia registrados en Urabá y
la ofensiva de la guerrilla contra la población civil, que llevó a que se atentara
contra un avión de la Cruz Roja en Miraflores (Guaviare), declara el estado de
conmoción interior , con el propósito de dictar medidas excepcionales
encaminadas a combatir los factores de violencia en el país. (ago.18)
44. Se inicia un proceso de paz con el movimiento Jaime Bateman Cayón. (oct.
11)
45. El Gobierno acude nuevamente a la declaratoria de estado de conmoción
interior , tras el fallo de inexequibilidad del decreto de agosto 18 y después de que
el dirigente conservador Alvaro Gómez Hurtado fuera asesinado el 2 de
noviembre.

1996
46. En la zona de distensión ubicada en el municipio de Miranda, se inician las
negociaciones entre el grupo Jaime Bateman Cayón y el Gobierno nacional.
(enero 11)
La Corte Constitucional avala la declaratoria de conmoción interior declarada tras
la crisis que generó el asesinato de Alvaro Gómez Hurtado. (enero 29)
Las autodefensas campesinas de Córdoba y Urabá reiteran su voluntad de paz.
Sin embargo, el Ministro del Interior, afirma que la política de diálogo no es
extensiva a quienes hayan cometido delitos atroces. (enero 24)
47. Entra en vigencia el Protocolo II adicional a los convenios de Ginebra, a través
del cual se protege a la población civil no combatiente y a todos los que quedan al
margen de las hostilidades en el conflicto armado interno. (febrero 16)
Las autodefensas de Córdoba y Urabá envían una carta al presidente Samper en
la que expresan su decisión de no dialogar con el Gobierno nacional. (febrero 14)
48. Guerrilleros de las FARC y personal del ejército nacional se enfrentan en la
zona de distensión creada para facilitar las negociaciones entre el grupo Jaime
Bateman Cayón y el Gobierno nacional.( marzo 28)
El Presidente anuncia la propuesta oficial del Gobierno nacional para lograr la
desmovilización y desarme de los grupos paramilitares, mediante políticas de
sometimiento a la justicia. La propuesta no cobija a los autores de crímenes
atroces. (marzo19)
En medio de una fuerte escalada de acciones ofensivas de la guerrilla en
desarrollo del "paro armado", el grupo Jaime Bateman Cayón rompe los diálogos
de paz con el Gobierno nacional. (marzo 19)
El Gobierno nacional formaliza la reglamentación de las zonas especiales de
orden público, que incluyen restricciones al derecho de circulación y residencia, y
facultades para suspender los salvoconductos de armas y controlar el comercio
de productos de primera necesidad por parte de las autoridades. (marzo 18)
La Corte Constitucional respalda la prolongación del decreto de conmoción
interior por noventa días. El Congreso aprueba el decreto que prorroga la
conmoción interior.(marzo 18)
49. En el mes de julio se registran los más bajos niveles de actividad guerrillera
en muchos años. Paralelamente, en Guaviare, campesinos realizan marchas
contra la fumigación de cultivos ilícitos. En desarrollo de estas manifestaciones
de protesta se producen choques con el ejército nacional. Igual situación se
produce en Putumayo donde las protestas se dirigen contra la fumigación de
cultivos y contra lo considerado como incumplimiento de los acuerdos hechos
con el Gobierno nacional en enero de 1995. En Caquetá, campesinos de la zona
del Orteguaza también marchan para oponerse a la fumigación de cultivos de
coca. A las protestas en estos tres departamentos se suman las de otras regiones
con cultivos ilícitos.
Guerrilleros de la disidencia del EPL se entregan a las Autodefensas de Córdoba y
Urabá. (julio18)
La Corte Constitucional avala la segunda prórroga de la conmoción interior.(julio
25)
50. En agosto, los paros y protestas en las zonas cocaleras son acompañados por
una nueva escalada de la actividad ofensiva de la guerrilla.
El Gobierno nacional y los cultivadores de coca firman acuerdos para la
erradicación y sustitución voluntaria de los cultivos ilícitos en Putumayo (agosto
11 y 20).
Las FARC atacan la base militar de las Delicias en Putumayo, donde murieron cincuenta y

cuatro militares, diecisiete son heridos y sesenta más son secuestrados por los guerrilleros.

(agosto 30)

51. En septiembre se multiplican las marchas campesinas que se adelantaban


desde el mes de julio como protesta por la precaria situación económica y la
ausencia de alternativas de producción que padecen los productores del campo.
Mediante amenazas y quemas de vehículos, las FARC afectan el transporte en
más de quince departamentos, generando, entre otros, serios problemas de
abastecimiento.
En desarrollo de la más fuerte ofensiva guerrillera de todo el año, diecinueve
militares resultan muertos en el ataque a la base de La Carpa, en el Guaviare.
(sep.7)
52. A partir de octubre, el accionar de la guerrilla disminuye. La entrega de
guerrilleros de la disidencia del EPL continúa, con lo cual esta guerrilla deja de
operar en Antioquia y Córdoba. (oct.1)

1997
53. El Presidente de la República descarta la posibilidad de desmilitarizar
Remolinos del Caguán, zona exigida por las FARC para la liberación de los
sesenta soldados secuestrados en la base militar de Las Delicias. (ene. 3)
En una nueva acción realizada por las FARC en el Chocó, el Frente 57 secuestra
diez infantes de marina. (ene. 17)
54. La Comisión de Conciliación prepara una propuesta de paz, que será
divulgada cuando las FARC liberen a los soldados secuestrados en Las Delicias.
(feb.2)
Se libran intensos combates entre el ejército y las FARC, en San Juanito (Meta),
en los límites con Cundinamarca. (feb.4)
En el Huila es secuestrado por las FARC el representante a la cámara Julio
Bahamón Vanegas. (feb.9)
55. Las FARC insisten en el despeje de Remolinos del Chaguán como requisito
para la liberación de los soldados secuestrados en Las Delicias. (mar.13)
Las Autodefensas de Córdoba y Urabá condicionan un cese al fuego, promovido
por la Comisión Facilitadora de Paz, al logro de acuerdos mediante diálogos con
representantes de la subversión.(mar.21)
56. Las FARC, a través de Raúl Reyes, descartan la posibilidad de entablar
diálogos con el Gobierno.(abr.13)
Las Autodefensas de Córdoba y Urabá, las del Magdalena Medio y las de los
Llanos Orientales se unen para integrar las “Autodefensas Unidas de Colombia”.
No obstante, determinan actuar autónomamente en sus regiones.(abr.21)
Las FARC dan a conocer un comunicado en el cual anuncian que impedirán que
los políticos hagan proselitismo en las áreas de influencia de su
organización.(abr.25)
La cumbre por la paz que realizaron Gobierno, gremios, sindicatos y ONG, expide
una declaración en la que le pide a la guerrilla posibilitar el inicio de un proceso
de negociación.(abr.11)
La Comisión de Conciliación Nacional entrega al Presidente de la República su
propuesta de paz. (abr. 29)
57. Luego de permanecer veintidós meses secuestrado por las FARC, el
representante a la Cámara Rodrigo Turbay Cote perece ahogado en el río
Caguán.(may.4)
El presidente Samper ordena el despeje militar, desde el 23 de mayo y durante
treinta y dos días, de la región del bajo y medio Caguán, con el objetivo de la
liberación de los soldados secuestrados.(may.20)
58. Representantes del Gobierno y de las FARC acuerdan, en Remolinos del
Caguán, que la liberación de los soldados se realizará el 15 de junio en el casco
urbano de Cartagena del Chairá. (jun.3)
Los setenta militares secuestrados por las FARC son liberados en Cartagena del
Chairá en presencia de testigos internacionales, delegados de la Cruz Roja, la
Comisión de Conciliación y funcionarios del Gobierno. (jun.15)
59. En desarrollo de una escalada de acciones ofensivas de la guerrilla en
Arauca, las FARC derriban un helicóptero de la empresa Helicol, en el que
murieren veinte militares y un civil.(jul.6)
Luego de una incursión paramilitar al municipio de Mapiripán (Meta), en la que
un número indeterminado de sus habitantes es asesinado, cerca de doscientos
personas abandonan la población. (jul.21)
60. Doce personas mueren en enfrentamientos entre las FARC y los paramilitares
en Mapiripán (Meta). (ago. 13)
61. Los delegados de paz D. García-Peña y J.N. Ríos se reúnen en Urabá con los
principales jefes paramilitares, para definir el papel que cumplirían en un
eventual proceso de paz. (sep.1)
62. En medio de la más fuerte escalada guerrillera producida en la administración Samper y

del sabotaje al proceso electoral del 26 de octubre, ciento sesenta y dos municipios se ven

afectados por la renuncia de candidatos a los concejos y a las alcaldías por efecto de las

amenazas de la guerrilla.

Once miembros de una comisión de la Fiscalía, el ejército y el DAS, son


asesinados por paramilitares en la zona rural de San Carlos de Guaroa (Meta).
(oct.3)
Dos observadores de la OEA para el proceso electoral del 26 de octubre son
secuestrados por el ELN en Antioquia. (oct. 23)
63. La Corte Constitucional declara exequibles las Convivir. (nov.7)
Costa Rica, España, y Venezuela instan a la guerrilla colombiana para que
reconozcan el mandato por la paz, y se ofrecen como facilitadores de un proceso
de acercamiento entre las partes en conflicto. (nov.9)
64. Las FARC dan muerte a diez soldados y secuestran a dieciocho en un ataque
a una estación de comunicaciones en el cerro de Patascoy, Nariño. (dic.21)

1998
65. El presidente Samper sancionó la ley por medio de la cual se crea el Consejo
Nacional de Paz. (feb. 3)
El presidente Samper avaló oficialmente los diálogos regionales de paz, pero
mantuvo la prohibición de adelantar cualquier tipo de negociación sin contar con
el gobierno central. (feb. 18)

66. El ataque de las FARC a la Brigada Nº 3 en el Caguán terminó con un saldo


de cincuenta y ocho militares muertos, veintiséis secuestrados y veintinueve
desaparecidos. (mar. 3)
Marcos Calarcá, vocero internacional de las FARC fue capturado en La Paz
(Bolivia) y devuelto a México, al no operar la extradición para delitos políticos.
(mar. 26)
El Gobierno nacional y el ELN suscribieron un preacuerdo el 9 de febrero en la
capital española para la convocatoria de una convención nacional de paz en el
mes de junio. Posteriormente el Comando Central del ELN suspendió las
negociaciones de paz debido a la filtración que los medios de comunicación
hicieron del preacuerdo y a su presunta utilización política. (mar. 31)
67. Con la presencia del presidente de Guatemala, Alvaro Arzú, ministros,
embajadores, organismos de control, Iglesia y personalidades de la vida social, se
dio apertura a las sesiones de trabajo del Consejo Nacional de Paz. (abr. 2)
En un comunicado expedido por el ELN se da conocer la muerte de Manuel Pérez,
comandante de esa organización, hecho ocurrido el 14 de febrero. (abr.7)
El Gobierno y el ELN acordaron descongelar el preacuerdo de Viana y empezar la
concertación para aplicar las normas internacionales del derecho humanitario.
(abr. 18)
68.El Gobierno calificó de inaceptable la propuesta de las FARC en el sentido de
entregar los soldados y policías secuestrados a cambio de que sean liberados los
guerrilleros que se encuentran en prisión. (may. 10)
Cerca de once millones de electores escogieron por una apretada ventaja al
candidato liberal, Horacio Serpa, y al candidato suprapartidista, Andrés
Pastrana, para disputar la segunda vuelta. (may. 31)
69. El Consejo Nacional de Paz pidió al presidente Samper desmilitarizar uno de
los cinco municipios que exigen las FARC para iniciar negociaciones. La guerrilla
reclama el despeje de los municipios de San Vicente del Caguán (Caquetá), Uribe,
Mesetas, La Macarena y Vista Hermosa (Meta). (jun. 11)
Víctor G. Ricardo, miembro de la campaña presidencial de Andrés Pastrana,
sostuvo una reunión con los líderes de las FARC para posibilitar un acercamiento
en el tema de la paz. (jun. 13)
El candidato de la Gran Alianza por el Cambio, Andrés Pastrana, fue elegido
presidente de Colombia. (jun. 21)
Dirigentes del ELN y miembros del Comité Nacional por la Paz firmaron un
acuerdo en Alemania para iniciar conversaciones entre el grupo subversivo y
distintos sectores de la sociedad. (jun. 28)
70. Antonio García, segundo al mando del ELN y jefe militar de esa organización,
reveló haber sostenido varias reuniones con miembros del secretariado de las
FARC con el fin de coordinar un frente de negociación. (jul.6)
El presidente electo se reunió con el comandante de las FARC, Manuel
Marulanda Vélez, para tratar los temas relacionados con el inicio de un proceso
de paz. (jul. 9)
El encuentro en la ciudad alemana de Mainz, entre representantes de los
gremios, sindicatos y la Iglesia con delegados del ELN finalizó después de tres
días de conversaciones. El ELN se comprometió a cesar el secuestro de niños,
mujeres embarazadas, ancianos y a suspender la voladura de oleoductos si se
convoca a un consejo nacional petrolero. (jul. 15)
El acatamiento al derecho internacional humanitario y la posibilidad de una
agenda de negociación con el Gobierno y la sociedad, son los ejes de la
Declaración de Córdoba, expedida por las Autodefensas Unidas de Colombia. (jul.
27)
Con la participación de distintos sectores de la sociedad, se instaló en Bogotá la
Asamblea por la Paz con carácter permanente para formular propuestas que
busquen humanizar el conflicto e impulsar una solución negociada. (jul. 30)
71. El ELN decidió suspender la reunión preparatoria de la convención nacional y
cuestionó al Consejo Nacional de Paz y al Gobierno por el acuerdo con las
Autodefensas Unidas de Colombia. (ago. 2)
En cerca de catorce departamentos se presentaron violentas acciones de la
guerrilla que causaron sesenta y nueve muertos, sesenta de ellos en las fuerzas
armadas y nueve civiles. (ago. 3)
La escalada guerrillera continúa. Las FARC atacaron la base antinarcóticos de
Miraflores (Guaviare). Con los combates en Uribe y Pavarandó, la escalada dejó
setenta y cuatro muertos militares, setenta y cinco heridos y ciento veinticuatro
secuestrados. (ago. 5)
Andrés Pastrana Arango asumió la jefatura del Estado (ago. 7)
Más de sesenta muertos entre militares y guerrilleros de las FARC dejaron los
combates registrados en los límites de los departamentos del Chocó y de
Antioquia. (ago. 17)
Manuel Marulanda Vélez pidió al Congreso una ley de canje que permita cambiar
soldados retenidos por guerrilleros encarcelados. (ago. 22)
El nuevo Alto Comisionado de Paz, Víctor G. Ricardo, tendrá asiento tanto en el
Consejo de Ministros como en el Consejo de Política Económica y Social (Conpes).
(ago.10)
El presidente Pastrana anunció el despeje en noventa días de los cinco
municipios exigidos por las FARC para iniciar una negociación de paz. (ago. 11)
72. El despeje militar será total en los cinco municipios propuestos por las FARC
para iniciar diálogos, pero allí permanecerán las autoridades civiles y judiciales.
Así lo determinó el presidente Pastrana luego de una reunión con el comité de
despeje integrado por el Comisionado de Paz, los ministros del Interior, Justicia,
Defensa, el Vicefiscal y el Procurador. (sep. 10)
73. El Alto Comisionado para la Paz se reunió con miembros del Comando
Central del ELN, para establecer las condiciones en un eventual proceso de paz.
(oct. 8)
El presidente Pastrana y los ministros del Interior y Justicia firmaron las
resoluciones para abrir el diálogo con el ELN, reconocer su carácter político y
autorizar la salida y el traslado temporal de los jefes guerrilleros Francisco Galán
y Felipe Torres, recluidos en la cárcel de Itagüí, para que asistan a la reunión con
la sociedad civil. (oct. 10)
El ELN aceptó negociar las condiciones de la humanización de la guerra mientras
los representantes de la sociedad civil se comprometieron a impulsar una
convención nacional en febrero de 1999. (oct. 13)
Una explosión perpetrada por el ELN en el oleoducto central de Colombia dejó un
saldo de cincuenta y seis personas muertas y numerosos heridos en el caserío de
Machuca, jurisdicción de Segovia (Antioquia). (oct. 18)
74. Las FARC atacaron por cerca de setenta y dos horas Mitú capital del
departamento del Vaupés, dejando un saldo de treinta y cinco personas muertas
entre civiles y policías. (nov. 4)
Miembros de la Cruz Roja Internacional, de la Comisión de Acompañamiento y de
las FARC comenzaron la verificación del despeje militar de la zona de 42.000
kilómetros cuadrados al suroriente del país para iniciar diálogos de paz. (nov. 7)
Cerca de cuarenta asesinatos y más de cien casas incineradas dejaron las
acciones paramilitares en los departamentos de Bolívar, Antioquia, Meta y
Vichada. (nov. 10)
Nicolás Rodríguez Bautista, a. “Gabino” jefe máximo del ELN, admitió
públicamente la responsabilidad de su organización en la muerte de setenta
personas en Machuca. (nov. 11)
Delegados del Congreso, del Ejecutivo y de la Corte Constitucional fueron
convocados por el jefe de las FARC, Manuel Marulanda, a una reunión para el 23
de noviembre de 1998, en el sitio de Caquetania, para tratar el tema del canje de
soldados y policías por guerrilleros. (nov. 15).
El Presidente solicitó a las partes involucradas en el conflicto armado
comprometerse con un cese de hostilidades como muestra de voluntad para una
solución negociada. (nov. 25)
Las FARC aceptaron que el tema del canje no será condición obligatoria para
iniciar conversaciones de paz con el Gobierno. (nov. 27)
75. El Alto Comisionado para la Paz anunció el retiro de los militares del Batallón
Cazadores y la reanudación formal de los diálogos con las FARC el 7 de enero de
1999. (dic. 14)
Según el vocero del grupo guerrillero, Raúl Reyes, en las conversaciones secretas
en Costa Rica con funcionarios del gobierno de E.U., se trató el tema de la
erradicación de los cultivos ilícitos y se inició una aproximación a la agenda de
los diálogos en la zona del despeje. (dic. 23)
Independientemente de la presencia o no del jefe máximo de las FARC, Manuel
Marulanda Vélez, el Presidente anunció su asistencia a la instalación de la mesa
de negociación con esa organización insurgente el 7 de enero de 1999. (dic. 26)
Guerrilleros de las FARC irrumpieron en el cuartel general de Carlos Castaño en
el Nudo de Paramillo. Días antes las autodefensas habían anunciado una tregua
durante la navidad. (dic.29)
Estadísticas de violencia

1. Estadísticas Generales
VIOLENCIA GENERADA POR EL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA (1985-1998)

ACCIONES 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998

CONTACTOS FF.AA. 94 147 188 254 222 216 298 552 632 592 546 584 576 342
GUERRILLA
EMBOSCADAS 100 143 155 91 57 89 154 136 73 91 75 97 87 60
ACTOS DE SABOTAJE 98 80 95 271 155 190 566 490 175 325 189 340 386 375
ASALTOS A POBLACIONES 96 78 52 35 12 19 51 34 15 22 13 25 24 40
ATAQUES A INSTALACIONES 50 46 62 56 20 24 44 65 8 34 28 35 30 17
ASALTOS A ENTIDADES 49 44 52 74 54 48 50 49 31 18 13 15 7 20
PIRATERIA TERRESTRE 59 54 48 41 32 29 54 63 34 50 26 16 19 46
HOSTIGAMIENTOS _ 19 17 44 60 75 124 161 107 242 137 140 229 202
TOTAL ACCIONES ARMADAS 546 611 669 866 612 690 1341 1550 1075 1374 1027 1252 1358 1102

SECUESTROS DE CIVILES 286 188 145 346 332 502 601 433 374 456 503 687 1127 1385
ASESINATOS DE CIVILES 426 491 421 498 440 314 392 292 365 282 354 277 398 352
MIEMBROS FF.AA. MUERTOS 237 219 285 265 205 375 552 539 367 469 409 478 550 525
GUERRILLEROS MUERTOS 644 335 457 449 464 602 639 939 934 774 696 740 722 693

Fuente: Oficina de paz de la Presidencia de la Rep´Ublica- Observatorio de la Violencia

ACCIONES ARMADAS MAS RECURRENTES EN EL CONFLICTO ARMADO


1985-1998

GRUPOS 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Total

FARC 152 173 266 184 146 228 698 752 567 758 518 646 751 609 6448
ELN 131 171 209 350 322 365 330 586 391 521 438 504 493 355 5166
EPL 92 93 111 147 80 47 15 60 75 45 45 42 27 28 907
CG-SB 27 15 27 258 125 15 9 5 6 18 5 510
GUERRILLA NO 81 42 17 30 19 18 31 14 47 69 105 473
IDENTIFICADA
M-19 91 147 78 62 7 4 4 393
CNG 80 27 5 15 6 10 8 9 10 3 3 176

TOTAL 546 611 669 866 612 690 1341 1550 1075 1374 1027 1252 1358 1102 1407
3
ACCIONES 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Total

CONTACTOS FF.AA. 94 147 188 254 222 216 298 552 632 592 546 584 576 342 5243
GUERRILLA
ACCIONES DE SABOTAJE 98 80 95 271 155 190 566 490 175 325 189 340 386 375 3735
HOSTIGAMIENTOS 19 17 44 60 75 124 161 107 242 137 140 229 202 1557
EMBOSCADAS 100 143 155 91 57 89 154 136 73 91 75 97 87 60 1408
PIRATERIA TERRESTRE 59 54 48 41 32 29 54 63 34 50 26 16 19 46 571
ASALTOS A ENTIDADES 49 44 52 74 54 48 50 49 31 18 13 15 7 20 524
ATAQUES A 50 46 62 56 20 24 44 65 8 34 28 35 30 17 519
INSTALACIONES
ASALTOS A 96 78 52 35 12 19 51 34 15 22 13 25 24 40 516
POBLACIONES

TOTAL 546 611 669 866 612 690 1341 1550 1075 1374 1027 1252 1358 1102 1407
3
Fuente: Observatorio de Violencia Oficina Alto
Comisionado para la Paz

SECUESTROS SEGUN RESPONSABLES Y AÑOS


(1987-1998)

RESPONSABLES 1987 1988 1889 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 TOTAL

FARC 63 97 53 132 299 208 149 261 265 343 532 667 3069

ELN 49 117 180 286 222 152 150 270 227 271 535 566 3025

EPL 29 98 74 73 66 64 61 27 30 32 35 109 698

M-19 3 29 23 3 5 1 6 13 16 99

OTROS 1 5 2 8 9 6 9 5 22 27 94

MILICIAS 3 4 6 9 22

BANDAS 82 294 384 689 806 887 652 723 614 957 859 981 7928

TOTAL 227 640 716 1191 1407 1320 1026 1293 1158 1608 1983 2366 14935

RESPONSABLES 1987 1988 1889 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 TOTAL

GUERRILLA 145 346 332 502 601 433 374 570 544 651 1124 1385 7007

BANDAS 82 294 384 689 806 887 652 723 614 957 859 981 7928

TOTAL 227 640 716 1191 1407 1320 1026 1293 1158 1608 1983 2366 14935

FUENTE: DAS/PONAL
ASESINATOS DE DIRIGENTES POLITICOS Y POPULARES Y
CIVILES
SEGUN RESPONSABLES Y ACTIVIDAD DE LAS (1988-1998)
VICTIMAS

DIRIGENTES 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Total

Concejales 77 57 58 40 39 38 33 32 43 43 23 483
Militantes/Activistas 62 38 42 40 20 53 22 81 43 13 1 415
Dirigentes Políticos Locales 56 50 17 22 18 12 13 18 5 11 22 244
Inspectores de Policía 46 36 32 42 1 0 6 10 15 7 13 208
Dirigentes Populares 30 31 14 24 13 14 13 6 8 15 23 191
Funcionarios del Estado 31 57 48 15 3 2 7 2 5 4 9 183
Dirigentes Sindicales 28 19 17 9 11 21 11 6 7 16 10 155
Alcaldes 6 4 11 10 11 10 7 8 10 9 10 96
Dirigentes Politicos 6 4 3 10 10 13 9 10 4 9 7 85
Departamentales.
Candidatos Concejo 10 0 5 0 5 0 11 0 0 35 0 66
Candidato a la Alcaldía 8 1 2 0 3 1 15 1 0 21 1 53
Diputados-Consejeros 5 2 5 6 3 0 1 1 1 3 3 30
Parlamentarios 1 2 4 0 0 3 1 1 0 2 0 14
Dirigente Político Nacional 0 6 3 0 1 0 0 1 0 0 1 12
Otros Candidatos 1 1 3 0 1 0 2 0 0 1 0 9
ASESINATOS 367 308 264 218 139 167 151 177 141 189 123 2244
DIREGENTES

CIVILES 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Total

Otros Actividad no 696 1268 1811 1760 540 692 605 662 715 1214 865 10828
Identificada
Otros actividad identificada 412 549 397 597 475 291 234 171 164 313 471 4074
Masacres 774 526 649 605 488 398 338 287 209 125 445 4844
Campesinos/Trabajadores 250 264 104 75 45 58 87 62 97 125 94 1261
Comerciante/Ganadero 194 346 227 128 147 55 95 53 65 119 73 1502
CIVILES 2326 2953 3188 3163 1695 1494 1359 1235 1250 1896 1948 22507

RESPONSABLES 1988 1889 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 TOTA
L
GUERRILLA 498 440 314 392 292 365 282 354 277 318 352 3884
OTRAS 2195 2821 3138 2989 1542 1296 1228 1058 1114 1767 1719 20867
ORGANIZACIONES*
TOTAL ASESINATOS 2693 3261 3452 3381 1834 1661 1510 1412 1391 2085 2071 24751
* SE REFIERE A LOS GRUPOS DE AUTODEFENSA, LOS GRUPOS DE JUSTICIA PRIVADA Y LAS ORGANIZACIONES AL
SERVICIO DEL NARCOTRAFICO.

FUENTE: DAS
2. Estadísticas Departamentales

COMPARATIVO DEL NUMERO DE MUNICIPIOS CON ACTIVIDAD


ARMADA DE LA GUERRILLA
SEGÚN DEPARTAMENTOS Y GRUPOS
(1987-1989) Y (1996-1998)

NUMERO DE NUMERO DE
MUNICIPIOS MUNICIPIOS
(1987-1989) (1996-1998)
DEPARTAMENTOS FARC ELN EPL TOTAL FARC ELN EPL TOTAL VARIACION

GUAJIRA 0 2 1 3 7 -
NARIÑO 0 1 2 -
GUAINIA 0 1 1 -
VAUPES 0 1 1 -
VICHADA 0 2 2 -
CUNDINAMARCA 1 1 9 9 800%
SUCRE 1 4 6 500%
CASANARE 2 2 8 2 10 400%
META 5 5 17 17 240%
TOLIMA 4 4 10 3 13 225%
VALLE 1 2 4 3 6 200%
GUAVIARE 1 1 3 3 200%
BOYACA 1 2 2 4 1 5 150%
CHOCO 1 2 4 1 5 150%
MAGDALENA 1 2 5 2 5 150%
ANTIOQUIA 5 9 10 20 21 26 3 49 145%
BOLIVAR 2 5 1 5 6 7 10 100%
RISARALDA 1 1 1 2 100%
CAUCA 8 1 8 12 1 14 75%
PUTUMAYO 3 3 5 5 67%
CALDAS 2 2 1 3 50%
CESAR 11 11 5 11 14 27%
N.SANTANDER 11 12 15 1 15 25%
ARAUCA 2 4 4 5 4 5 25%
ATLANTICO 1 1 1 1 0%
HUILA 3 2 6 5 1 5 -17%
SANTANDER 9 9 16 5 10 2 13 -19%
CAQUETA 5 5 4 4 -20%
CORDOBA 1 6 7 2 2 -71%
QUINDIO 0 0 -
TOTAL 50 57 23 123 147 89 9 234 90%

FUENTE: DAS
LOS MUNICIPIOS CON ACTIVIDAD ARMADA SE DETERMINARON SIGUIENDO EL CRITERIO DE QUE EN PROMEDIO POR AÑO REGISTRARAN MAS
DE UNA DE LAS ACCIONES MAS RECURRENTES EN EL CONFLICTO: CONTACTOS ARMADOS,EMBOSCADAS, HOSTIGAMIENTOS, ATAQUES A
INSTALACIONES MILITARES Y DE POLICIA, INCURSIONES A POBLACIONES, ASALTOS A ENTIDADES Y ACTOS DE SABOTAJE.

INTENSIDAD DEL CONFLICTO ARMADO A NIVEL DEPARTAMENTAL.


TOTAL DE ACCIONES Y PROMEDIOS ANUALES (1987 Y 1998 )

DEPARTAMENTOS 1987-1989 1990-1992 1993-1995 1996-1998 (1987-1998)


TOTAL PROM TOTAL PROM TOTAL PROM TOTAL PROM TOTAL PROM
ANTIOQUIA 365 122 450 150 785 262 823 274 2423 202
SANTANDER 233 78 450 150 395 132 321 107 1399 117
N. SANTANDER 136 45 189 63 217 72 235 78 777 65
CESAR 113 38 197 66 210 70 192 64 712 59
ARAUCA 109 36 134 45 193 64 239 80 675 56
META 56 19 160 53 164 55 198 66 578 48
CUNDINAMARCA 43 14 131 44 199 66 163 54 536 45
CAUCA 97 32 118 39 122 41 153 51 490 41
BOLIVAR 57 19 118 39 110 37 129 43 414 35
HUILA 71 24 98 33 101 34 72 24 342 29
TOLIMA 52 17 58 19 88 29 123 41 321 27
VALLE 54 18 77 26 65 22 111 37 307 26
CASANARE 33 11 46 15 103 34 121 40 303 25
CAQUETA 59 20 56 19 101 34 79 26 295 25
BOYACA 43 14 86 29 93 31 60 20 282 24
MAGDALENA 20 7 56 19 58 19 98 33 232 19
CORDOBA 100 33 60 20 46 15 24 8 230 19
PUTUMAYO 37 12 62 21 43 14 66 22 208 17
GUAVIARE 16 5 36 12 86 29 69 23 207 17
NARIÑO 8 3 49 16 52 17 43 14 152 13
CHOCO 18 6 23 8 18 6 76 25 135 11
SUCRE 22 7 22 7 28 9 49 16 121 10
GUAJIRA 1 0.33 10 3 33 11 60 20 104 9
CALDAS 24 8 10 3 24 8 38 13 96 8
RISARALDA 22 7 5 2 21 7 35 12 83 7
ATLANTICO 9 3 17 6 17 6 8 3 51 4
QUINDIO 2 1 4 1 10 3 12 4 28 2

TOTAL NACIONAL 1800 600 2722 907 3382 1127 3597 1199 11501 958

FUENTE: DAS
LOS DEPARTAMENTOS SE ENCUENTRAN ORGANIZADOS DEACUERDO CON EL NUMERO DE ACCIONES ARMADAS
REGISTRADAS ENTRE 1987 Y 1998.
SE CONSIDERARON LAS ACCIONES MAS RECURRENTES EN EL CONFLICTO: CONTACTOS ARMADOS,EMBOSCADAS, HOSTIGAMIENTOS, ATAQUES
A INSTALACIONES MILITARES Y DE POLICIA, INCURSIONES A POBLACIONES, ASALTOS A ENTIDADES Y ACTOS DE SABOTAJE.

HOMICIDIOS SUGUN DEPARTAMENTOS Y


AÑOS
(1987-1998)

DEPARTAMEN 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
TOS
AMAZONAS 4 3 11 3 7 18 12 137 6 13
ANTIOQUIA 5164 6736 7719 9524 11242 10107 7828 7334 7724
5825 8237 7108
ARAUCA 137 191 93 210 93 200 141 170
201 197 264
ATLANTICO 205 407 339 465 494 442 573 644 612
640 729 643
BOLIVAR 188 282 258 238 314 354 288 313 342
352 418 478
BOYACA 571 533 782 563 609 676 625 386 373
298 332 270
CALDAS 570 811 882 718 950 898 798 947 832
825 755 793
CAQUETA 297 234 205 275 356 371 368 392
449 403 433
CASANARE 92 97 93 124 120 178 170 187
318 224 237
CAUCA 415 504 566 498 590 422 441 495 443
425 462 429
CESAR 465 441 482 536 485 522 505 504 573
443 698 713
CHOCO 64 78 137 101 97 83 88 91 68
167 151 240
CORDOBA 311 596 470 590 429 401 398 299 381
300 455 327
CUNDINAMARCA 2207 2431 3136 3072 3548 4062 5252 4555 4149
3283 4032 3637
GUAINIA 3 1 14 3 1 16 24 8 2 24
GUAJIRA 257 221 255 189 226 212 327 256
225 178
248 221
GUAVIARE 66 100 15 21 12 50 14982 72
131 165
HUILA 240 383 303 328 389 395 374 309
288 298
427 434
MAGDALENA 338 363 387 408 539 671 645 565
559 454
537 713
META 409 906 686 680 627 555 455 465
426 417
417 486
N.SANTANDER 485 672 608 696 735 778 831 769
916 756
875 873
NARIÑO 247 594 351 301 371 347 298 366
384 333
346 403
PUTUMAYO 180 252 198 195 205 132 159
144 197
343 270
QUINDIO 296 299 318 371 426 556 415 425
364 368
319 393
RISARALDA 696 852 945 891 986 956 882 761
839 668
942 883
SAN-PROV 13 12 8 7 9 39 2 19 225 4
SANTANDER 803 983 972 800 961 1044 1242 824
649 724
837 860
SUCRE 85 126 116 117 132 151 161 182
291 209
210 265
TOLIMA 464 510 516 462 602 677 786 623
620 594
637 637
VALLE 2055 1984 2308 2073 2662 3022 3751 4684
3678 3821
3051 3154
VAUPES 1 7 1 33 2 27 8 30 3
VICHADA 4 8 20
8 7 21 8 29 1237 6
DTO. PACIFICO 206
TOTAL 16535 21509 23441 24279 28260 28141 28021 26828 25398 26643 25379 23133
HOMICIDIOS

CIUDADES 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
MEDELLIN 2736 3627 4443 5851 8954 7807 5400 5284 5285 5257 4478 4124
BOGOTA 1653 1853 2419 2258 2698 3231 4378 3664 3385 3296 2810 2478
CALI 1089 1051 1223 1102 1420 1654 1702 2226 2079 2000 1627 1847
FUENTE:
PONAL
TASAS DE HOMICIDIO POR CADA CIEN MIL HABITANTES

SEGUN DEPARTAMENTOS Y
AÑOS
(1987-1998)

DEPARTAME 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
NTOS
AMAZONAS _ 8.16 6.12 22.44 5.89 13.24 32.76 21.01 21.89 9.72 10.90 10.5
ANTIOQUIA 125.5 159.3 178.17 219.67 255.42 226.21 172.6 159.3 165.31 173.69 121.03 119.2
ARAUCA _ 144.34 201.23 97.98 218.88 95.9 204.07 142.37 169.9 194.87 196.80 194.8
ATLANTICO 13.34 25.56 20.82 28.49 29.62 25.94 32.91 36.19 33.66 39.23 33.71 33.0
BOLIVAR 15.02 22.05 19.77 17.88 23.15 25.62 20.48 20.77 22.28 26.74 22.11 21.7
BOYACA 49.79 45.52 65.45 46.22 49.06 53.48 48.59 29.71 28.44 25.08 22.30 22.1
CALDAS 66.27 93.21 100.22 79.9 105.05 98.7 87.18 102.86 89.87 81.11 88.14 87.7
CAQUETA _ 100.72 79.35 69.52 91.03 115.02 116.99 113.25 117.74 118.13 128.45 125.4
CASANARE _ 48.04 50.65 55.49 72.03 67.86 98.01 91.15 97.65 113.92 157.51 153.4
CAUCA 49.3 58.29 63.76 54.83 64.07 45.2 46.59 51.58 45.21 46.18 41.60 40.7
CESAR 67.32 61.89 65.6 69.93 61.94 65.26 61.81 60.41 67.28 80.28 49.91 48.9
CHOCO 23.6 27.28 45.49 31.89 29.16 23.78 24.06 24.88 18.37 40.32 44.06 43.5
CORDOBA 32.14 59.9 45.98 56.22 39.84 36.31 35.17 26 32.64 38.39 24.94 24.6
CUNDINAMARCA 36.71 38.9 49.84 48.62 55.02 61.73 78.21 66.46 59.32 56.50 45.08 44.2
GUAINIA _ 23.28 7.76 108.65 23.1 7.64 121.27 180.53 59.75 0.00 14.73 14.6
GUAJIRA 92.66 76.55 84.93 60.58 69.77 63.08 93.85 70.45 47.9 59.20 63.81 62.4
GUAVIARE _ 112.56 170.55 25.58 34.31 18.78 74.99 117.85 99.18 196.74 165.80 158.9
HUILA 35.22 54.87 42.4 44.86 52.04 51.71 47.94 38.34 36.33 34.51 50.29 49.4
MAGDALENA 36.73 39.02 41.16 42.94 55.86 68.49 64.83 55.93 44.27 53.69 50.80 50.0
META 90.41 191.5 138.79 131.81 116.55 99.03 77.99 78.28 68.47 68.23 65.15 63.5
N.SANTANDER 51.28 70.31 62.95 71.29 74.14 77.27 81.25 74.01 71.49 85.12 79.89 78.5
NARIÑO 23.01 53.97 31.13 26.53 32.29 29.83 25.3 30.69 27.57 31.39 27.93 27.6
PUTUMAYO _ 87 121.8 95.7 91.02 92.4 57.44 66.8 80.22 56.84 131.24 127.2
QUINDIO 75.99 75.7 79.47 91.59 103.97 134.26 99.22 100.68 86.43 84.75 73.63 73.0
RISARALDA 105.83 126.48 137.05 126.32 136.74 129.77 117.25 99.74 85.98 106.06 116.95 114.9
SAN-PROV _ 32.54 30.04 20.03 17.17 21.64 91.96 43.93 49.9 4.45 10.91 10.7
SANTANDER 53.66 64.47 62.61 50.65 59.85 63.99 74.97 48.81 42.21 37.23 47.25 46.5
SUCRE 15.55 22.71 20.61 20.52 22.86 25.84 27.24 28.95 32.79 45.04 32.06 31.6
TOLIMA 42.67 46.18 46.05 40.66 52.3 58.09 66.67 51.38 48.62 50.36 51.35 51.0
VALLE 68.4 64.35 73 63.98 80.22 88.97 109.21 136.13 109.38 103.71 84.73 83.5
VAUPES _ 3.13 21.94 3.13 0 0 92.18 72.5 20.64 4.96 71.45 68.7
VICHADA _ 20.86 41.72 104.29 41.51 36.14 107.85 148.16 61 40.46 186.17 185.2

TASA PROM 59.33 73.58 74.85 75.17 86.05 84.28 82.53 77.72 72.36 74.66 63.75 62.7

CIUDADES 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
MEDELLIN 176.1 233.45 285.97 376.6 571.2 493.69 338.56 328.53 325.96 321.66 271.82 250.3
BOGOTA 36.661 40.484 52.061 47.871 61.3 72.316 96.529 79.585 72.444 69.504 58.386 51.5
CALI 69.688 67.256 78.263 70.52 89.118 101.82 102.8 131.93 120.95 114.22 91.212 103.5
FUENTE: PONAL
DANE:CENSO 85
SECUESTROS SEGÚN DEPARTAMENTOS Y AÑOS
(1987-1998)

DEPARTAMENTOS 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998

AMAZONAS 2 5
ANTIOQUIA 28 165 146 284 285 294 242 284 282 383 380 474
ARAUCA 20 4 18 12 15 35 27 18 30 31 30 32
ATLANTICO 4 4 14 8 11 17 11 20 19 35 27 18
BOLIVAR 13 34 25 37 39 40 36 39 20 38 100 71
BOYACA 4 4 7 39 12 7 24 18 10 13 31
CALDAS 1 11 10 28 6 16 11 19 12 17 20 20
CAQUETA 22 21 8 24 35 22 20 18 27 25 30 99
CASANARE 8 4 5 11 9 37 18 21 24 24 40 53
CAUCA 7 22 31 78 77 34 24 50 35 27 82 64
CESAR 22 40 58 93 138 99 70 79 89 184 193 211
CHOCO 10 5 11 1 13 20 20 36 42 11
CORDOBA 8 18 44 43 34 18 25 24 29 24 27 5
CUNDINAMARCA 6 75 64 74 85 92 61 105 106 136 115 206
GUAINIA 2 1
GUAJIRA 11 21 16 18 10 26 37 66 75
GUAVIARE 6 _ _ 6 4 7 3 5 1 1 5 5
HUILA 1 17 34 55 59 62 20 18 32 25 33 43
MAGDALENA 3 4 13 38 41 44 42 51 48 43 73 75
META 17 45 20 36 57 38 40 52 39 61 56 94
N. SANTANDER 12 33 66 65 81 116 38 42 44 67 107 195
NARIÑO 6 1 8 23 21 24 42 29 45 60 56
PUTUMAYO 4 4 12 16 15 12 17 14 3 12 27 19
QUINDIO 1 2 2 3 7 5 9 12 5 2 3 4
RISARALDA 1 7 19 16 12 9 14 19 13 30 20 20
SAN-PROV 6
SANTANDER 17 47 54 68 82 107 79 132 46 55 171 230
SUCRE 6 17 9 19 31 38 42 45 18 44 89 25
TOLIMA 4 11 17 23 39 32 23 25 42 46 58 77
VALLE 16 35 37 117 160 95 91 98 94 108 106 136
VICHADA 2 1 4 3 7 2 5 11
TOTAL SECUESTROS 227 640 716 1191 1407 1320 1026 1293 1158 1608 1984 2366

CIUDADES 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
MEDELLIN 8 53 65 127 131 121 124 77 116 104 79 50
BOGOTA 18 62 51 56 56 40 36 52 71 93 66 71
CALI 9 14 15 48 73 58 38 44 49 49 53 41

FUENTE:
PONAL
TASAS DE SECUESTRO POR CADA CIEN MIL HABITANTES
SEGUN DEPARTAMENTOS Y AÑOS
(1987-1998)

DEPARTAMENTOS 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998

AMAZONAS 0 0 0 0 0 0 0 3.5 0 0.00 7.79 0.00


ANTIOQUIA 0.68 3.9 3.37 6.55 6.48 6.58 5.34 6.17 6.04 8.08 7.90 9.70
ARAUCA 0 0 0 12.64 15.63 36.09 27.55 18.17 29.98 30.67 29.37 31.01
ATLANTICO 0.26 0.25 0.86 0.49 0.66 1 0.63 1.12 1.04 1.88 1.42 0.93
BOLIVAR 1.04 2.66 1.92 2.78 2.88 2.9 2.56 2.59 1.3 2.43 6.28 4.38
BOYACA 0 0.34 0.33 0.57 3.14 0.95 0.54 1.85 1.37 0.76 0.97 2.30
CALDAS 0.12 1.26 1.14 3.12 0.66 1.76 1.2 2.06 1.3 1.83 2.14 2.12
CAQUETA 0 0 0 8.14 11.59 7.11 6.31 5.54 8.11 7.33 8.58 27.64
CASANARE 0 0 0 6.56 5.23 20.92 9.91 11.26 12.53 12.21 19.81 25.57
CAUCA 0.83 2.54 3.49 8.59 8.36 3.64 2.54 5.21 3.57 2.70 8.03 6.14
CESAR 3.19 5.61 7.89 12.13 17.62 12.38 8.57 9.47 10.45 21.16 21.74 23.28
CHOCO 0 3.5 1.66 3.47 0 0.29 3.55 5.47 5.4 9.61 11.08 2.87
CORDOBA 0.83 1.81 4.3 4.1 3.16 1.63 2.21 2.09 2.48 2.03 2.24 0.41
CUNDINAMARCA 0.1 1.2 1.02 1.17 1.32 1.4 0.91 1.53 1.52 1.91 1.58 2.77
GUAINIA 0 0 0 0 0 0 0 15.04 0 0.00 7.36 0.00
GUAJIRA 0 0 0 3.53 6.48 4.76 5.17 2.75 7 9.74 16.98 18.87
GUAVIARE 0 0 0 10.23 6.54 10.96 5.17 7.19 1.38 1.32 6.33 6.07
HUILA 0.15 2.44 4.76 7.52 7.89 8.12 2.56 2.23 3.9 3.00 3.89 4.98
MAGDALENA 0.33 0.43 1.38 4 4.25 4.49 4.22 5.05 4.68 4.13 6.91 6.99
META 3.76 9.51 4.05 6.98 10.6 6.78 6.86 8.75 6.4 9.77 8.75 14.33
N.SANTANDER 1.27 3.45 6.83 6.66 8.17 11.52 3.72 4.04 4.16 6.23 9.77 17.50
NARIÑO 0 0.55 0.09 0.71 2 1.8 2.04 3.52 2.4 3.68 4.84 4.46
PUTUMAYO 0 0 0 7.73 7 5.41 7.4 5.88 1.22 4.74 10.33 7.05
QUINDIO 0.26 0.51 0.5 0.74 1.71 1.21 2.15 2.84 1.17 0.47 0.69 0.92
RISARALDA 0.15 1.04 2.76 2.27 1.66 1.22 1.86 2.49 1.67 3.79 2.48 2.44
SAN-PROV 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0.00 0.00 12.85
SANTANDER 1.14 3.08 3.48 4.31 5.11 6.56 4.77 7.82 2.68 3.16 9.65 12.78
SUCRE 1.1 3.06 1.6 3.33 5.37 6.5 7.11 7.16 2.82 6.81 13.59 3.77
TOLIMA 0.37 1 1.52 2.02 3.39 2.75 1.95 2.06 3.44 3.74 4.68 6.16
VALLE 0.53 1.14 1.17 3.61 4.82 2.8 2.65 2.85 2.69 3.05 2.94 3.72
VICHADA 0 0 0 0 10.38 5.16 20.54 15.33 35.58 10.11 25.16 55.07
TASA PROM 0.81 2.19 2.29 3.69 4.28 3.95 3.02 3.75 3.3 4.51 5.47 6.41

CIUDADES 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
MEDELLIN 0.528 3.467 4.218 8.174 8.357 7.652 7.774 4.787 7.155 6.363 4.795 3.04
BOGOTA 0.399 1.355 1.098 1.187 1.272 0.895 0.794 1.129 1.52 1.961 1.371 1.48
CALI 0.61 0.93 0.978 3.072 4.581 3.571 2.295 2.608 2.851 2.798 2.971 2.30

FUENTE: PONAL
DANE:CENSO 85
3. Estadísticas Municipales
MUNICIPIOS CON PRESENCIA GUERRILLERA SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROLLO
###
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 4 1 1 2 2 6 6 2 3
HUILA 1 4 2 10 2 1
SANTANDER 6 9 2 1 1
CAUCA 3 5 1 3 2 1
TOLIMA 2 2 3 4 1 1
CAQUETA 11 1
META 9 1 1
BOYACA 5 1 3
NORTE SANTAN. 4 2 3
PUTUMAYO 2 5 1
CORDOBA 3 3
ARAUCA 4 1
CESAR 3 1
CUNDINAMARCA 1 3
CHOCO 2 1
CALDAS 1 1
BOLIVAR 2
SUCRE 1 1
GUAVIARE 1
CASANARE 1

A.TOTAL MUN. 26 18 2 9 6 32 36 26 1 6 8 1 2
% 15% ## 1% 5% 3% ### ### 15% 1% 3% 5% 1% 1%
B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21
%(A/B) 13% ## 6% 8% ### ### ### 15% 2% 13% 25% 3% ###
MUNICIPIOS CON PRESENCIA GUERRILLERA SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROLLO
###
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 13 4 3 2 3 9 26 10 7 5 4
SANTANDER 23 9 10 10 5 1 2 1
CUNDINAMARCA 17 16 2 11 3 2 3
BOYACA 25 9 7 3 1 1
HUILA 2 10 13 2 2 1
TOLIMA 3 6 3 10 2 5 2 1
NORTE SANTAN. 9 4 8 3 3 1
CAUCA 6 11 1 1 3 5 1 1 1
VALLE 9 3 3 4 4 1
CESAR 18 2 1 1 1
META 1 2 2 13 1 2 1 1
NARIÑO 11 4 2 2 1 2 1
CASANARE 1 1 14
CAQUETA 14 1
BOLIVAR 1 7 5 2
SUCRE 2 15 1
CALDAS 1 1 2 8 2 1 1
CHOCO 12 1 1
MAGDALENA 9 1 1 1
CORDOBA 6 3 1
ARAUCA 5 1
RISARALDA 2 3 1 1
QUINDIO 2 3 1
GUAJIRA 5 1 1
PUTUMAYO 4 1
ATLANTICO 2 1 2
VICHADA 3
GUAVIARE 1
VAUPES 1
A.TOTAL MUN. 111 76 8 63 19 58 54 100 32 32 18 26 20
% 18% ## 1% 10% 3% 9% 9% 16% 5% 5% 3% 4% 3%
B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21
%(A/B) 56% ## ## 59% ### ### ### 58% 53% 71% 56% 84% ###
MUNICIPIOS CON PRESENCIA ACTIVA DE LA GUERRILLA SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROL
1987-
1989
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 1 2 2 1 4 4 2 1 2
ARAUCA 3 1
ATLANTICO
BOLIVAR 1 4
BOYACA 1 1
CALDAS 1 1
CAQUETA 3 1
CASANARE 2
CAUCA 3 3 1 1
CESAR 7 1 1 1 1
CHOCO 1 1
CORDOBA 4 2 1
CUNDINAMARCA
GUAVIARE 1
HUILA 1 1 2 1 1
MAGDALENA 1 1
META 4 1
NORTE SANTAN. 2 1 5 1 2 1
PUTUMAYO 2 1
RISARALDA 1
SANTANDER 3 1 5 2 2 1 1
SUCRE 1
TOLIMA 1 1 1 1
VALLE 1 1

A.TOTAL MUN. 7 7 2 15 2 15 25 14 3 5 8 5 10
% 6% 6% 2% 12% 2% ### ### 11% 2% 4% 7% 4% 8%
B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21
%(A/B) 4% 5% 6% 14% 5% ### ### 8% 5% 11% 25% 16% ###
MUNICIPIOS CON PRESENCIA ACTIVA DE LA GUERRILLA SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROL
1990-
1992
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 6 1 2 5 5 1 2 3
ARAUCA 3 1
ATLANTICO
BOLIVAR 2 4 1
BOYACA 2 1 2
CAQUETA 2 1
CASANARE 1 2
CAUCA 3 1 1 3 1 1
CESAR 10 1 1 1 1
CHOCO 1 1
CORDOBA 5 3
CUNDINAMARCA 3 2 3
GUAVIARE 1
HUILA 1 2 1 1
MAGDALENA 1 1 1 1
META 1 4 2 1
NARIÑO 1 1 1 1
NORTE SANTAN. 3 1 6 1 2 1
PUTUMAYO 4 1
SANTANDER 2 6 3 2 1 2
TOLIMA 1 1
VALLE 1 2 1

A.TOTAL MUN. 21 8 0 18 4 17 28 21 1 8 10 6 10
% 13% 5% 0% 11% 3% ### ### 13% 1% 5% 6% 4% 6%
B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21
%(A/B) 11% 6% 0% 17% ### ### ### 12% 2% 18% 31% 19% ###
MUNICIPIOS CON PRESENCIA ACTIVA DE LA GUERRILLA SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROL
1993-
1995
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 4 2 2 2 2 7 9 3 3 2
ARAUCA 3 1
ATLANTICO
BOLIVAR 3 5 1
BOYACA 1 3 1
CALDAS 1
CAQUETA 6 1
CASANARE 6
CAUCA 3 1 1 2 1
CESAR 9 1 1 1 1
CORDOBA 2 2
CUNDINAMARCA 3 1 4 1
GUAJIRA 1 1
GUAVIARE 1
HUILA 2 4 1 1
MAGDALENA 1 1 1
META 1 6 2 1
NARIÑO 2 1 1
NORTE SANTAN. 2 2 8 3 1
PUTUMAYO 3 1
QUINDIO 1
RISARALDA 2 1
SANTANDER 5 1 3 4 1 1 2
SUCRE 1
TOLIMA 1 2 3 2 1
VALLE 1 1 2
A.TOTAL MUN. 21 10 2 18 2 25 31 32 3 7 13 12 9
% 11% 5% 1% 9% 1% ### ### 17% 2% 4% 7% 6% 5%
B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21
%(A/B) 11% 7% 6% 17% 5% ### ### 18% 5% 16% 41% 39% ###
MUNICIPIOS CON ALTAS TASAS DE SECUESTRO SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROLLO
1990-
1992
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 3 1 1

ARAUCA 1 1

ATLANTICO

BOLIVAR 1 2

CALDAS 1 1

CAQUETA 1 1

CAUCA 1 1

CESAR 2 1 1

CORDOBA 1 1 1

CUNDINAMARCA

HUILA 1

META 1 1 1

NORTE SANTAN. 1 1 1 1

PUTUMAYO 1

RISARALDA 1

SANTANDER 2 1 1 1

VALLE 1

A.TOTAL MUN. 2 0 0 4 1 3 7 7 1 3 2 4 5

5% 0% 0% 9% 2% 7% ### 16% 2% 7% 5% 9% ###


B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21

%(A/B) 1% 0% 0% 4% 3% 4% ### 4% 2% 7% 6% 13% ###


MUNICIPIOS CON ALTAS TASAS DE SECUESTRO SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROLLO
1990-
1992
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 1 3 2 3 2
ARAUCA 2 1
ATLANTICO
BOLIVAR 2 2
BOYACA 1 1
CAQUETA 1 1
CAUCA 1 2 2 1 1
CESAR 1 8 1 1
CHOCO 1
CORDOBA 1 1
CUNDINAMARCA
GUAJIRA 1 1
HUILA 1 1 1 1 2 1
MAGDALENA 1 1 1
META 1 3 1 1
NARIÑO 1
NORTE SANTAN. 4 1 1
PUTUMAYO 1
RISARALDA 1
SANTANDER 2 2 1 1
SUCRE 1 1
TOLIMA 1
VALLE 1 1 2 1
VAUPES 1
A.TOTAL MUN. 3 3 1 10 3 6 12 9 0 6 9 8 15
% 3% 3% 1% 11% 3% 7% ### 10% 0% 7% 10% 9% ###
B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21
%(A/B) 2% 2% 3% 9% 8% 8% ### 5% 0% 13% 28% 26% ###
MUNICIPIOS CON ALTAS TASAS DE SECUESTRO SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROLLO
1993-
1995
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 3 2 2 2 1 2 9 2 4
ARAUCA 3 1
ATLANTICO 1
BOLIVAR 2 4 1
BOYACA 1
CALDAS 1
CAQUETA 2 1
CASANARE 5
CAUCA 1 2 1 1 1 1 1
CESAR 5 1 1 1 1
CHOCO 1 1
CORDOBA 3 1
CUNDINAMARCA 4
GUAJIRA 3 1
GUAINIA 1
HUILA 1 1 1
MAGDALENA 1 1 1 1
META 1 5 2 1 1
NARIÑO 1 1 3 1
NORTE SANTAN. 1 1 2 1 1
PUTUMAYO 1 1
QUINDIO 1
RISARALDA 1 1
SANTANDER 2 3 4 2 2
SUCRE 1 7 1
TOLIMA 1 1 1
VALLE 2 1 2 2 1
VICHADA 1
A.TOTAL MUN. 9 10 3 21 4 17 17 24 1 10 10 7 16
% 6% 6% 2% 14% 3% ### ### 16% 1% 6% 6% 5% ###
B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21
%(A/B) 5% 7% ## 20% ### ### ### 14% 2% 22% 31% 23% ###
MUNICIPIOS CON ALTAS TASAS DE ASESINATO SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROLLO
1987-
1989
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 1 1 3 3 1 1 1

ARAUCA 5 1

BOYACA 4 2

CAQUETA 4

CASANARE 1 5

CAUCA 1 1

CESAR 1 1

CHOCO 1

CORDOBA 2

CUNDINAMARCA 3 1 1

HUILA 1 2

META 6 3 1

NORTE SANTAN. 1 1 2

RISARALDA 2

SANTANDER 8 1 6 1 3 1

SUCRE 1

VALLE 1

A.TOTAL MUN. 18 6 0 5 8 17 14 6 4 6 1 1 0

% 21% 7% 0% 6% 9% ### ### 7% 5% 7% 1% 1% 0%


B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21

%(A/B) 9% 4% 0% 5% ### ### ### 3% 7% 13% 3% 3% 0%


MUNICIPIOS CON ALTAS TASAS DE ASESINATO SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROLLO
1990-
1992
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 6 1 1 12 1 2 1
ARAUCA 4
BOYACA 7 2
CAQUETA 2
CASANARE 4

CAUCA 5 1
CESAR 2 1
CHOCO 1

CORDOBA 2 2
CUNDINAMARCA 6 3 3
HUILA 1

META 1 8 1 1 1
NORTE SANTAN. 1 1
PUTUMAYO 1

RISARALDA 1 1 1
SANTANDER 3 1 3 1
SUCRE 1
TOLIMA 1 1
VALLE 4 2 1

A.TOTAL MUN. 23 11 0 6 2 19 7 25 4 4 4 1 0
% 21% ## 0% 6% 2% ### 7% 23% 4% 4% 4% 1% 0%
B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21
%(A/B) 12% 8% 0% 6% 5% ### ### 14% 7% 9% 13% 3% 0%
MUNICIPIOS CON ALTAS TASAS DE ASESINATO SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROLLO
1993-
1995
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 8 1 3 1 2 18 4 2 2 1
ARAUCA 5 1
ATLANTICO 1
BOLIVAR 1
BOYACA 4 2

CALDAS 1
CAQUETA 3
CASANARE 1 6
CAUCA 2 3 1 1
CESAR 5 1 1
CORDOBA 1
CUNDINAMARCA 4 2 1 3
GUAJIRA 1 2
META 1 2
NARIÑO 1 1
NORTE SANTAN. 2 1 4 1
QUINDIO 1 1
SANTANDER 4 3 4 1 1 1
TOLIMA 1 1 1
VALLE 4

A.TOTAL MUN. 26 15 4 10 0 16 12 31 6 4 3 4 0
% 20% ## 3% 8% 0% ### 9% 23% 5% 3% 2% 3% 0%
B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21
%(A/B) 13% ## ## 9% 0% ### ### 18% 10% 9% 9% 13% 0%
MUNICIPIOS CON ELEVADO INDICE DE HOMICIDIO SEGUN ESTRUCTURAS Y TIPOS DE DESARROLLO (1990-1995)

ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN


CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 13 3 1 1 1 4 20 12 5 5 4
CUNDINAMARCA 11 9 1 6 2 1 1
VALLE 11 8 4 1 2 2
BOYACA 14 1 4 1 1
SANTANDER 4 3 2 4 3 1 1
META 2 11 1 1 1 1
CAQUETA 13 1
CALDAS 1 1 2 7 2
RISARALDA 2 1 7 1 1
QUINDIO 3 7
NORTE SANTAN. 2 2 3 1 1
CESAR 6 1
TOLIMA 2 1 2 1 1
CASANARE 1 5
CAUCA 1 3 2
ARAUCA 5
HUILA 4 1
PUTUMAYO 4 1
MAGDALENA 1 1 1
BOLIVAR 1 1
CORDOBA 2
GUAJIRA 1 1
CHOCO 1
NARIÑO 1
VAUPES 1
VICHADA 1
A.TOTAL MUNUN. 46 29 2 9 4 40 21 55 43 17 11 12 7
% 15% ## 1% 3% 1% ### 7% 19% 14% 6% 4% 4% 2%
B.TOTAL NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21
%(A/B) 23% ## 6% 8% ### ### ### 32% 72% 38% 34% 39% ###
DEPARTAMENTOS ORDENADOS DE ACUERDO CON EL NUMERO DE MUNICIPIOS AFECTADOS.
MUNICIPIOS CON ELEVADA ACTIVIDAD GUERRILLERA Y/O ALTAS TASAS DE SECUESTROS Y/O ASESIN
SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROLLO. (1987-1989)
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

SANTANDER 9 2 8 2 3 1 1
ANTIOQUIA 2 2 2 1 5 4 3 1 2 1
NORTE SANTAN. 3 2 6 1 2 1
CESAR 8 2 1 1
META 2 8 1
CAUCA 1 3 3 1 1 1
CASANARE 1 7
HUILA 2 2 2 1 1
BOYACA 4 3
CAQUETA 6 1
CORDOBA 4 2 1
ARAUCA 5 1
CUNDINAMARCA 3 1 1
BOLIVAR 1 4
TOLIMA 1 1 1 1
VALLE 1 1 1
PUTUMAYO 2 1
RISARALDA 2 1
CALDAS 1 1
CHOCO 1 1
MAGDALENA 1 1
SUCRE 2
ATLANTICO
GUAVIARE 1
A.TOTAL MUN. 24 10 2 17 5 29 32 17 7 6 7 6 10
% 14% 6% 1% 10% 3% ### ### 10% 4% 3% 4% 3% 6%
B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21
%(A/B) 12% 7% 6% 16% ### ### ### 10% 12% 13% 22% 19% ###
MUNICIPIOS CON ELEVADA ACTIVIDAD GUERRILLERA Y/O ALTAS TASAS DE SECUESTROS Y/O ASESIN
SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROLLO. (1990-1992)
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 10 1 1 2 6 15 2 3 4 2
ARAUCA 5 1
ATLANTICO
BOLIVAR 2 4 2
BOYACA 9 1 4 1
CAQUETA 5 1
CASANARE 1 5
CAUCA 3 6 2 3 1 1
CESAR 1 13 2 1 1
CORDOBA 7 3 1
CUNDINAMARCA 9 4 6
CHOCO 2 1
GUAJIRA 1 1
GUAVIARE 1
HUILA 1 2 3 1 2 1
MAGDALENA 1 1 1 1
META 1 10 1 2 1 1
NARIÑO 1 1 1 1 1
NORTE SANTAN. 4 1 7 1 2 1
PUTUMAYO 4 1
RISARALDA 1 1 1 1
SANTANDER 5 6 5 3 1 2
SUCRE 2 1
TOLIMA 1 1 1 1 1
VALLE 5 2 1 2 2 1
A.TOTAL MUN. 43 17 1 27 5 31 34 45 5 12 13 10 17
% 16% 6% 0% 10% 2% ### ### 17% 2% 5% 5% 4% 6%
B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21
%(A/B) 22% ## 3% 25% ### ### ### 26% 8% 27% 41% 32% ###
MUNICIPIOS CON ELEVADA ACTIVIDAD GUERRILLERA Y/O ALTAS TASAS DE SECUESTROS Y/O ASESIN
SEGUN ESTRUCTURAS Y GRADOS DE DESARROLLO. (1993-1995)
ESTRUCTURAS ESTRUCTURA RURAL ESTRUCTURA URBAN
CAMPESINADO AGRICULTURA
TIPOS MINIFUNDIO LATIFUNDIO PERIFERIA COLONIZACION MEDIO COMERCIAL CIUDADES
NO
DEPRIMIDO ESTABLE CARIBE CARIBE MARGINAL INTERNA FRONTERA CAFETERO CAFETERO RURAL URBANO SECUNDARIAS REGIONALES

ANTIOQUIA 12 4 2 2 2 7 23 5 5 5 3
SANTANDER 10 4 7 6 2 1 2
CUNDINAMARCA 7 6 1 5 1 1
CESAR 14 2 1 1
CAUCA 5 5 2 3 1 1 1
META 1 1 1 10 2 1 1
NORTE SANTAN. 3 2 8 3 1
TOLIMA 1 3 2 6 2 1
VALLE 5 1 2 3 1
BOLIVAR 6 5 1
CASANARE 1 11
CAQUETA 10 1
BOYACA 4 2 2 1 1
NARIÑO 3 2 4 1
HUILA 2 5 1 1 1
SUCRE 2 5 1
ARAUCA 5 1
CORDOBA 2 3 1
GUAJIRA 1 4 1
PUTUMAYO 1 3 1
RISARALDA 1 2 1 1
MAGDALENA 1 1 1 1
ATLANTICO 2
QUINDIO 1 2
CALDAS 3
CHOCO 1 1
GUAVIARE 1
VICHADA 1
A.TOTAL MUN. 47 31 5 36 5 41 38 62 12 14 15 15 16
% 14% 9% 1% 11% 1% ### ### 18% 4% 4% 4% 4% 5%
B.TOTAL
NACIONAL 200 ## 31 107 39 72 58 173 60 45 32 31 21
%(A/B) 24% ## ## 34% ### ### ### 36% 20% 31% 47% 48% ###
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Si bien la violencia se ha hecho presente en el país por largos
períodos, la actual existencia de distintos actores, con muy
diversas manifestaciones regionales, hace imposible referirse a
una sola violencia. En el incremento de este fenómeno en el
país se evidencia una relación estrecha entre la expansión de
los grupos insurgentes hacia nuevas regiones y el surgimiento
de organizaciones armadas ilegales que se les oponen; dejando
con poco piso las consideraciones corrientes acerca de la
irrelevancia de las manifestaciones asociadas al conflicto
armado. Las expresiones del conflicto armado, por otra parte,
están asociadas a la existencia de una estructura social
heterogénea con grupos enfrentados en torno a fuertes fuertes
intereses y no son necesariamente resultado de las condiciones
objetivas, sino más bien de las decisiones conscientes que los
actores toman en desarrollo de sus estrategias. Sin duda, la
violencia coincide también con profundos desequilibrios sociales
propios de regiones con economías dinámicas que atraen
migrantes y donde la distribución del ingreso es inequitativa.
Este complejo panorama se aborda en el presente trabajo,
teniendo por objetivo examinar la distribución regional del
conflicto armado y de las manifestaciones violencia, buscando
la correspondencia con los actores que las promueven.

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