Francisco Iriarte (2000) define a la Globalización desde una reacción de
sentimiento privilegiado del vivir de algunas personas y que en este período de cambios tan profundos es la forma de organizar la vida en el planeta, y alude que “la globalización puede definirse como el crecimiento acelerado de la actividad económica que atraviesa fronteras nacionales e internacionales. Se expresa en el incremento del movimiento de productos y servicios – entre ellos los derechos de propiedad – por el comercio y la inversión, con una constante migración de personas a través de las fronteras, motivada por los actores económicos individuales: compañías, bancos, personas, que buscan beneficios estimulados por las presiones de la competencia”. (IRIARTE, F; 2000:343).
Otro de los investigadores que puede garantizar sobre las diversas
definiciones antagónicas de la globalización es el profesor Fernando Peña Cortes (1999), Dr. en Ciencias Ambientales de la Universidad Católica de Temuco, Chile; el autor cita y recoge a diversas definiciones, por mencionar algunas, como el de Ávila (1997) afirma que significa participación en la solución de las necesidades de los pueblos en vías de desarrollo del planeta para que puedan incorporarse al mercado mundial; además, se entiende como la creación de una gran red de telecomunicaciones y tecnología del todo el globo que permita el intercambio de científicos, investigadores, académicos y otras personas que puedan trabajar en equipo, en proyectos conjuntos multinacionales y cooperativos de investigación y desarrollo. Para el Fondo Monetario Internacional FMI (1997), la globalización es una especie de panacea que permitirá que los frutos materiales del crecimiento se propaguen a todos los habitantes del planeta a través de la completa integración de la economía mundial. Para otros como Aldo Ferrer (1998) se trata de un fenómeno que tiende a beneficiar a los países grandes y ricos a costa de los pequeños y pobres. Manuel Castells (1993) manifiesta por globalización económica al entendimiento de la integración de las relaciones comerciales, de la producción y de las finanzas, a escala mundial, la evolucione de las economías nacionales cada vez estarán más dependientes de los mercados internacionales y menos de las políticas económicas gubernamentales. El fenómeno globalizador tiene como características ser un proceso homogeneizante y aleatorio al sistema de valores y a la sobrevivencia cultural, pueblos y naciones; sobre esto Bonfil (1995) reafirma que subyace la idea de que se han borrado las fronteras nacionales y la vigencia del derecho de los pueblos a ejercer soberanía sobre su patrimonio cultural, entendido este como sus bienes y recursos materiales, territorio, lengua, formas de organización social, conocimientos, creencias, que garantizan que el grupo se mantenga y se reproduzca, quienes, a pesar de todo, asumen la defensa de este sistema de valores son señalados como retrógrados y chauvinistas, opuestos a la modernización y al progreso. PRINCIPALES EFECTOS DE LA GLOBALIZACIÓN: En la economía: La globalización es un proceso principalmente económico que consiste en la creciente integración de las distintas economías nacionales en una única economíamundial. Es decir, es la forma en que los mercados de los diferentes países interactúan y acercan los productos a las personas.Si bien es cierto la globalización abre nuevas posibilidades para el crecimiento y la creación de empleos, a la vez afecta los factores determinantes del empleo y los salarios y necesita regulación para evitar la competencia internacional desleal. En la cultura: La globalización tiene efectos en la dimensión cultural y no son menos significativos que las económicas y las políticas. Las expresiones culturales más simples se relacionan con la extensión gradual de ideas y valores globales en los derechos humanos, el desarrollo social, el género, el respeto por la diversidad y la protección del medio ambiente. Sin embargo, otro conjunto de efectos o manifestaciones es el relacionado con el tránsito desde identidades tradicionales y modernas de base territorial a otras modernas y postmodernas de carácter más bien transterritorial ya sea desterritoriales o reterritoriales; estos conceptos dan cuenta de desarraigos y mantención de identidades. La desterritorialización y la reterritorialización se aplican también a lecturas culturales de los impactos de la globalización. Es la aceptación de pautas de consumo de bienes simbólicos en las culturas periféricas, extendidas desde las culturas dominantes. Su relación con el desarraigo se manifiesta en una ruptura con las raíces culturales locales (Calderón y Szmukler, 1999). Es la presencia simultánea de tradiciones y herencias culturales locales que surge a partir de la necesidad de reapropiación de imaginarios locales y de pertenencia comunitaria (Calderon y Szmukler, 1999). En efecto, es útil seguir el itinerario de un relato que desde hace varias décadas trata de dar cuenta de las interacciones entre las culturas norte y latinoamericanas. Sin negar la inconmensurabilidad ideológica entre los pobladores de ambas regiones, se registra la creciente "americanización" de la cultura en América Latina, y, a la inversa, la latinización y de algunas zonas de Estados Unidos, sobre todo en el sur de este país. “Americanización de los latinos, latinización de Estados Unidos”. Por este motivo, la preocupación por defender la especificidad de cada cultura es tardía, porque América Latina viene americanizándose desde hace muchas décadas y esta americanización ha sido "las más de las veces fallida y epidérmica tal vez, más que americanización, lo que está sucediendo con los latinoamericanos es una chicanización: se adoptan signos ostentarios del american way of life exagerándolos con cierto fervor cursi”. (Monsiváis, 1994). Varios analistas observan que este proceso se ha acentuado con la dependencia tecnológica y económica, pero ello no elimina la conservación de una lengua diferente en América Latina-por más palabras inglesas que se incorporen-, ni la fidelidad a tradiciones religiosas, gastronómicas y formas de organización familiar diferentes de las que existen en Estados Unidos
ASPECTOS POSITIVOS DE LA GLOBALIZACIÓN:
Jorge Boran (1998) en su revista “Tendencias actuales de la juventud” realiza una crítica, desde la Teología, el lado positivo de la globalización que es la unificación mundial de la familia humana, el acceso a informaciones, la facilidad de la comunicación. La globalización no significa necesariamente el enflaquecimiento de las culturas locales. Dos cosas contradictorias están aconteciendo al mismo tiempo. Mientras una cultura global se impone en todo el lugar, al mismo tiempo hay una nueva apreciación de las culturas locales. Esta tendencia aparece como un intento para evitar pérdida de identidad dentro de una cultura más amplia. Hasta cierto punto hay una democratización de la información cualquier organización puede tener su espacio para proponer textos que puedan ser leídos y copiados por personas en cualquier parte del mundo independientemente de su opción ideológica. El movimiento Túpac Amaru de Perú y los zapatistas de México por ejemplo, tienen sus espacios donde un periodista puede consultar para saber sus objetivos y organización. Muchas diócesis y organizaciones de la iglesia tiene su propia página donde las personas pueden buscar informaciones, enviar sugerencias, intercambiar ideas sobre algún asunto. Aunque la globalización es contradictoria y problemática. -No se reduce al neoliberalismo ni mucho menos se expresa solamente en esa ideología-, inaugura un nuevo ciclo histórico. No es posible hacer que el reloj vaya en sentido contrario. Los jóvenes de hoy que en breve asumirán el mando de este complejo inicio de un nuevo milenio, necesitan estar preparados para comprender de manera crítica las cuestiones planteadas por la globalización.