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La lubricación

Por definición, la lubricación es el proceso o técnica empleada para reducir el


rozamiento entre dos superficies bajo carga que se encuentran muy próximas y en
movimiento, mediante la aplicación de una película denominada lubricante.
Esta progresiva sofisticación de los lubricantes ha convertido estos productos en
compuestos extraordinarios, capaces de separar componentes móviles bajo
grandes cargas a pesar de estar sometidos a velocidades elevadas, temperaturas
extremas o ambientes con alta humedad.
A causa de este déficit, las condiciones de trabajo de la gran mayoría de los
entornos industriales provocan que las propiedades fisicoquímicas de los
lubricantes actuales no sean del todo aprovechadas, por lo que el beneficio que
estos son capaces de aportar muchas veces es mínimo.
Teniendo en cuenta esta realidad del sector industrial, el reto está en cómo
transformar de manera sistemática el habitual proceso de lubricación, anticuado, en
un sistema innovador, mejorado y actual que aporte todos los beneficios para el que
el lubricante ha sido diseñado.
Entre ellos, la mala selección del lubricante, un almacenamiento inadecuado,
contaminación con polvo o agua, contaminación con otros agentes nocivos u otros
lubricantes, falta de procedimientos de lubricación, un material inadecuado de
transferencia o la falta de un mantenimiento predictivo y proactivo.

Es curioso, no se le da la suficiente importancia a la lubricación y sin embargo es la


principal causa de las averías mecánicas se suelen producir por diversos problemas
de lubricación:

 Falta de lubricación que puede provocar un desgaste de las piezas en contacto.


 Exceso de lubricación que provocar un exceso de temperatura de
funcionamiento.
 Contaminación en el fluido lubricante.
 Utilización de un lubricante inadecuado.
Es decir, para invertir no es importante, pero para echar la culpa por la avería sí.
Incongruente, ¿verdad? Pero desgraciadamente cierto. Analicemos ahora cada uno
de los problemas planteados con casos prácticos.

Pregunta 2
Lubricación con grasa

La velocidad no es muy alta, la temperatura de la máquina y del entorno no es


extrema no siendo importante la refrigeración.
La grasa protege contra la entrada de contaminantes creando una barrera para
evitar la entrada de polvo, etc. Del entorno.

El tiempo de funcionamiento sin mantenimiento es más elevado.

Lubricación con aceite

La velocidad es muy alta y la grasa podría acanalarse provocando mala lubricación


y temperaturas excesivas.

La temperatura es muy elevada pudiendo enfriar el aceite con un intercambiador de


calor.

La suciedad no es muy grande pudiendo utilizar aceite con retenes de lubricación.

Clasificación y características generales


Las substancias lubricantes pueden ser líquidas, sólidas o semisólidas. En todos los
casos su origen es mineral o vegetal (aunque también existen los lubricantes
artificiales o sintéticos; pero eso es harina de otro costal).

Esta clasificación responde a su composición o estado físico. Dado que la función


de los lubricantes es reducir la fricción entre superficies en contacto, la relación entre
las superficies que deben ser lubricadas y la composición o forma del producto
lubricante es esencial.

“El lubricante cumple variadas funciones dentro de una máquina o motor; entre ellas,
disuelve y transporta al filtro las partículas fruto de la combustión y el desgaste,
distribuye la temperatura desde la parte inferior a la superior actuando como un
refrigerante, evita la corrosión por óxido en las partes del motor o máquina, evita la
condensación de vapor de agua y sella actuando como una junta determinados
componentes”.

Grasas
La principal diferencia de las grasas con los aceites es su estado. Dentro de la
clasificación general, las grasas corresponderían a los lubricantes semisólidos. A
temperatura ambiente, las grasas son mucho más espesas y viscosas que los
aceites, y son capaces de mantener su forma durante más tiempo. Es importante
que las grasas formen una película alrededor de las superficies lubricadas para que
la fricción entre ellas sea muy baja.

Por sus características, las grasas suelen usarse en equipos y maquinaria más
sencillos y bastos, sometidos a presiones y condiciones menos extremas, si bien es
verdad que existen muchas grasas especializadas que se salen de esta norma. Es
habitual usar las grasas para la lubricación de levas, guías, cojinetes, correas,
transmisiones y piñones y sistemas abiertos.

Aceites
Los aceites se usan sobre todo en sistemas cerrados como motores y compresores,
mecanismos de transferencia, transformadores, reductores motores y mecánicos o
como fluidos mecánicos. Sin embargo, también podrían funcionar en sistemas que
se lubrican con aceite pero que, por sus condiciones, demandan un lubricante más
resistente o especializado.

Compatibilidad entre fluidos refrigerantes y aceites lubricantes

Para que el sistema de refrigeración funcione de forma adecuada, es importante


verificar la compatibilidad de los fluidos refrigerantes con el aceite lubricante y
con los sellos del sistema, (elastómeros de las juntas y mangueras).

El aceite lubricante debe mezclarse con el fluido refrigerante sin reaccionar


químicamente, proporcionando una circulación eficaz por todo el sistema de
refrigeración. Como el lubricante también posee la función de formar una
película protectora en la tubería, para que la oxidación sea evitada es necesario
que la composición química del aceite esté dentro de las especificaciones, con
el fin de que no haya reacciones químicas de los contaminantes con los sellos.
En caso de dudas para la selección y manipulación correcta del aceite, lo mejor
es consultar con el fabricante del equipo.

El lubricante y refrigerante

Dos mezclas que deben de cumplir su mezcla en cualquier sistema, llámese de


refrigeración media-baja temperatura, o para aire acondicionado, esta
miscibilidad debe ser a cualquier temperatura, ya sea en baja presión o en alta
presión de los equipos. El refrigerante y los lubricantes juegan un papel de
mucha importancia; el lubricante, en sistemas cerrados, debe ser dieléctrico al
estar en contacto con:

1. El embobinado del motor – compresor.


2. Mantener la temperatura en todas las partes de fricción como:
3. Cigüeñal y biela
4. Rotor
5. Estator
6. Pistón
Al seleccionar el lubricante, este debe tener miscibilidad con el refrigerante y las
temperaturas a las que será sometido en todo el sistema.

Los refrigerantes que son libres de cloro como los HidroFluoroCarbonos (HFC)
tienen muy buena miscibilidad con lubricantes sintéticos como el Poliolester
(POE), pero NO con los lubricantes derivados del petróleo (mineral y
alquilbenceno).

Por ejemplo: si se remplaza R-22 de un sistema por Genetron 407C, y si no se


hace un buen barrido del lubricante en el sistema, las consecuencias serán muy
costosa.

Los refrigerantes Hidroclorofluorocarbonos (HCFC) tienen miscibilidad con


lubricantes como mineral y alquilbenceno, aunque el alquilbenceno sería la
mejor opción, pero estos refrigerantes HCFC / CFC sí pueden tener miscibilidad
con lubricantes como los Poliolester; Si se va a reemplazar un sistema que
contenía R12, se puede utilizar el Genetron MP 39 sin hacer cambio de
lubricante.

Por esta razón, siempre que se va a hacer un cambio de refrigerante, se debe


contar con ficha técnica de los lubricantes además de que el fabricante apruebe
el lubricante que se va a utilizar.

https://blogquimobasicos.com/2014/10/23/el-lubricante-y-refrigerante/

https://mantenimiento-mi.es/2016/lubricacion-herramienta-fundamental-de-
mantenimiento
https://www.interempresas.net/Mantenimiento/Articulos/112828-El-potencial-
oculto-de-la-lubricacion-industrial.html
http://automantenimiento.net/mecanica/diferencias-entre-lubricar-con-grasa-o-
lubricar-con-aceite-un-rodamiento/

https://blog.kriptonoil.com/grasas-y-aceites-lubricantes-diferencias/

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