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Bossa Nova
Bossa Nova
Índice
2Orígenes e historia
3Crisis
4Instrumentos
6Referencias
7Bibliografía
8Enlaces externos
El guitarrista y cantautor João Gilberto, uno de los máximos exponentes del bossa nova.
En mayo de 1958, el guitarrista bahiano João Gilberto (considerado el «Papa» del
movimiento bossa nova), participó en el álbum Canção do amor demais, dedicado
exclusivamente a las canciones de la incipiente dupla Tom/Vinicius, e interpretado por la
cantante fluminense Elizeth Cardoso. De acuerdo con el escritor Ruy Castro, en su
libro Chega de saudade (1990), este LP no obtuvo un éxito inmediato en su lanzamiento,
pero se lo puede considerar uno de los inicios de la bossa nova, no solo por presentar
algunas de las más clásicas composiciones del género ―como «Chega de saudade»,
«Estrada branca», «Luciana» y «Outra vez»―, sino también por el célebre tañido de
guitarra de João Gilberto, con sus acordes disonantes inspirados en
el jazz estadounidense.
En agosto de 1958, el mismo Joao Gilberto grabó un sencillo que contenía las canciones
«Chega de saudade» (de Tom Jobim y Vinicius de Moraes) y «Bim bom» (del propio
cantautor). Según los críticos, la bossa nova empezó oficialmente con este disco. [cita requerida]
En 1959 fue lanzado el primer LP de João Gilberto, Chega de saudade. En la
contraportada del álbum Tom Jobim escribió:
João Gilberto es un baiano, bossa-nova, de veintisiete años. En poquísimo tiempo influenció toda
una generación de arreglistas, guitarristas, músicos y cantantes. Nuestra mayor preocupación en
este long-play fue que Joãozinho no fuese atrapado por arreglos que quitasen su libertad, su
agilidad natural, su manera personal e intransferible de ser; en suma, su espontanidad. En los
arreglos contenidos en este long-play Joãozinho participó activamente; su intuición, sus ideas, están
todas ahí. Cuando João Gilberto se acompaña, la guitarra es él. Cuando la orquesta lo acompaña, la
orquesta también es él. João Gilberto no subestima la sensibilidad del pueblo. Él cree que hay
siempre lugar para una cosa nueva, diferente y pura que (aunque a primera vista no parezca) puede
volverse, como dicen en el lenguaje especializado: altamente comercial. Porque el pueblo
comprende el amor, las notas, la simplicidad y la sinceridad. Yo creo en João Gilberto, porque él es
sencillo, sincero y extraordinariamente musical.
PD: Caymmi también lo cree.
Antonio Carlos Jobim
Jobim desarrolló arreglos no convencionales para sus canciones, que los cantantes de la
época no lograban interpretar, porque consideran que la bossa nova de Jobim era
«desafinada». Sylvia Telles fue la primera intérprete que cantó con espontaneidad el estilo
de Jobim.
Hasta la aparición de João Gilberto, Jobim proyectaba sus arreglos con una orquesta, la
percusión a contrarritmo de la batida diferente de la guitarra de Gilberto y el fraseo
espontáneo y sincopado.
En 1959, cuando la canción «Presidente bossa nova» (Juscelino Kubitscheck) del
artista Juca Chaves se volvió un gran éxito en la radio, el término llegó a estar muy de
moda y fue utilizado libremente por cada uno. Para la nueva manera de realizar
el samba surgió el término originalmente llamado samba bossa nova y luego, poco más
tarde, solo bossa nova.
La bossa nova se hizo tremendamente popular en Brasil y en otras partes de
Latinoamérica, aunque su éxito internacional estuvo limitado a pequeños períodos de
tiempo, como por ejemplo tras el estreno de la película Orfeo negro (1959) o con los
lanzamientos de los nuevos trabajos de Stan Getz en los años sesenta.
Gracias a Dorival Caymmi («Saudade de Bahía», 1957) y al descubrimiento que figuras
estadounidenses como Stan Getz o Charlie Byrd hicieron de la bossa nova, se produjo un
importante intercambio cultural entre estos músicos y otros como el precursor Laurindo
Almeida, Antonio Carlos Jobim, João Gilberto o Astrud Gilberto, generando así una nueva
rama de la síncopa que se basó en los esquemas de la música brasilera. Además de los
ya nombrados, artistas como Flora Purim, Edu Lobo, Airto Moreira, Baden
Powell, Paulinho Da Costa, Vinícius de Moraes, Zimbo Trío, Hermeto Pascoal, Dom Um
Romão, Paulinho da Viola o Eliane Elias, han desarrollados trabajos en el ámbito de la
fusión del jazz y la bossa.
Quizás la canción más conocida de la bossa nova es «Garota de Ipanema» de Tom
Jobim y Vinicius de Moraes, conocida a lo largo y ancho del mundo tanto en su versión
original portuguesa como en su traducción al inglés.
Crisis[editar]
A mediados de los años sesenta, el movimento presentó una especie de escisión
ideológica, formada por Marcos Valle, Dori Caymmi, Edu Lobo y Francis Hime, y
estimulada por el Centro Popular de Cultura da UNE (Unión Nacional de los Estudiantes).
Inspirada en una visión popular y nacionalista, este grupo hizo una crítica a las influencias
del jazz estadounidense en la bossa nova y propuso en cambio una reaproximación a los
compositores de morro (más populares), como el sambista Zé Ketti. Uno de los pilares de
la bossa, Carlos Lyra, adhirió a esta corriente; también Nara Leão, que promovió
agruparse con artistas del samba (como Cartola y Nelson Cavaquinho) y del baião y
el xote nordestinos (como João do Vale). En esta fase de relecturas de la bossa
nova, Vinicius de Moraes y el guitarrista y compositor Baden Powell lanzaron en 1966 el
antológico LP Os afro-sambas.
Entre los artistas que se destacaron en esta segunda generación (1962-1966) de la bossa
nova se encuentran Paulo Sérgio Valle, Edu Lobo, Marcos Vasconcelos, Dori
Caymmi, Nelson Motta, Francis Hime y Wilson Simonal, entre otros.
Instrumentos[editar]
En la bossa nova se utiliza normalmente la guitarra acústica con cuerdas de nailon y se
ejecuta con los dedos, es decir, sin púa. En su forma más pura basta con la guitarra sin
acompañamiento y la melodía cantada, como puede escucharse en numerosas
interpretaciones de João Gilberto. Incluso en los arreglos de más envergadura que se
hacían para grandes grupos, casi siempre una guitarra lleva el ritmo principal.
Aunque no sea tan importante como la guitarra, el piano es otro de los instrumentos usado
normalmente en la bossa nova. Jobim escribió e interpretó en él la mayor parte de sus
grabaciones. El piano ha servido también como puente estilístico entre la bossa nova y el
jazz.
Los tambores y la percusión no se consideran una parte esencial de la instrumentación en
la bossa nova (de hecho los creadores tendían a prescindir de ellos). No obstante, la
percusión en bossa nova tiene su personalidad propia con ejecuciones caracterizadas por
corcheas continuas en los timbales, a la forma del pandero del samba, y golpeando
ligeramente el aro, generalmente en un ritmo de dos compases en el que en el primer
compás se golpea a contratiempo y en el segundo a tiempo.