Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Significa esto que el norte no es un único norte? ¿Significa que existen varios tipos de
norte? En efecto, existen varios tipos de norte, según el criterio elegido para su
establecimiento.
En cualquier punto de la superficie terrestre si sostenemos una brújula nos dará una
dirección de la orientación de su norte. Ese norte es el norte magnético y está
determinado por el campo magnético terrestre que hace que la aguja imantada o el
limbo imantado que contiene la brújula se alineen con él. Sin embargo, el norte
magnético no coincide con el norte verdadero (también llamado norte geográfico), que
es el punto donde el eje de rotación sobre el que gira la tierra intercepta la superficie
terrestre. Como hemos dicho anteriormente, esa diferencia angular entre norte
geográfico y norte magnético es lo que conocemos como declinación magnética. Pero
esto no es todo. Como la declinación magnética es cambiante en el tiempo, el norte
magnético es distinto para cada fecha y varía históricamente. Eso implica que para un
mismo punto, tenemos múltiples nortes magnéticos en función de la fecha de medición
elegida. Por eso es muy importante que cuando hablamos de declinación magnética o de
mapas magnéticos conozcamos muy bien la fecha de referencia de la medición o
mediciones.
Junto al norte magnético y el norte geográfico, tenemos también otro tipo de norte: el
norte de cuadrícula, que se corresponde con la dirección del eje de ordenadas del
sistema de coordenadas empleado por el mapa que estemos utilizando. Generalmente
este norte de cuadrícula no coincide con el norte geográfico, y a la diferencia de
magnitud angular entre ambos nortes la conocemos como convergencia de cuadrícula o
convergencia de meridianos. Técnicamente podemos definir la convergencia de
cuadrícula como el ángulo formado en un punto por la transformada del meridiano que
pasa por él (y que apunta al norte geográfico), con el norte de cuadrícula. Dicha
convergencia es distinta para cada punto de la superficie terrestre y para cada
proyección, por lo que para su cálculo empleamos las fórmulas del sistema cartográfico
de representación que estemos utilizando.
En resumen, tenemos tres tipos de norte para un mismo lugar, y uno de ellos es
cambiante en el tiempo (el norte magnético):
A la declinación magnética se la suele denominar con la letra griega delta, a la
convergencia de cuadrícula con la letra omega (o con la theta), y a la diferencia entre el
norte magnético y la convergencia de cuadrícula se la suele denominar delta prima.
Pero existe otra aplicación más importante aún. Muchas de las mediciones que se
realizaron en la antigüedad y que son base de documentos con validez jurídica actual,
tales como deslindes municipales, deslindes de montes comunales, deslindes de
propiedades, etc. fueron realizadas utilizando una brújula para medir ángulos y una
cuerda o cinta para medir distancias. Para determinar tales deslindes hay que utilizar
esos documentos, que todavía tienen validez, y adaptarnos a las condiciones de medida
originales, utilizando la brújula como sistema de medida. En esos casos, es preciso
declinarla para corregir las diferencias observadas con el norte geográfico. En otros
casos, estos documentos históricos ni siquiera fueron realizados con brújula declinada,
sino que sus observaciones son directamente con respecto al norte magnético de su
fecha (rumbos) y por lo tanto necesitamos conocer en estos casos la declinación
magnética del momento en que se realizaron las medidas.
Ampliar
Siendo Xo, Yo las coordenadas del punto de estación (lo que antes llamábamos Xe, Ye) y
la serie X1, Y1; X2, Y2; ... ; Xn, Yn los pares de coordenadas de los vértices de
coordenadas conocidas hacia los que visamos.
Estos ángulos los podemos considerar como una aproximación al acimut o ángulo
formado con el norte geográfico, aunque no son tal. La diferencia entre el norte de
cuadrícula y el norte geográfico suele ser muy pequeña, pero si queremos tener el
acimut verdadero deberíamos calcular la convergencia de cuadrícula en el punto
considerado y restársela o sumársela, según proceda, a los ángulos obtenidos
anteriormente. Supongamos que pasamos por alto la convergencia de cuadrícula, y
prosigamos con el cálculo de la declinación magnética.
El siguiente paso sería realizar las mediciones con brújula de los rumbos de cada
visual, es decir, mirar con la brújula qué diferencia angular con respecto al norte
magnético presenta la alineación del punto de observación con el vértice 1, con el
vértice 2, etc. de la forma:
Estos rumbos, a los que llamaremos R1, R2, R3, etc. los sacamos mirando apuntando
con cierta precisión la brújula a cada alineación. Hay que tener en cuenta que para este
tipo de trabajos se utilizan brújulas profesionales dotadas de anteojo, mira y
frecuentemente de un armazón con soporte que permite realizar un estacionamiento
rudimentario del apartato. No se pueden utilizar para estos trabajos brújulas de
excursionismo. Una vez obtenidos los rumbos, ya podemos extraer la declinación, con
la siguiente composición:
Algunos científicos piensan que pronto se producirá un cambio de polaridad que llevará
a un enrrarecimiento del campo magnético terrestre que durará probablemente uno o
varios milenios hasta que concluya el intercambio de polos. Ello está justificado por el
debilitamiento constante del campo magnético que se viene produciendo desde que
tenemos observaciones geomagnéticas. Se supone que durante el tiempo que dura la
inversión de polaridad, el debilitamiento del campo será manifiesto, con una intensidad
aproximada de un décimo de la actual y un modelo magnético constituido por varios
polos positivos y varios negativos, pero parece haber acuerdo entre la comunidad
científica de que este debilitamiento y desorden geomagnético no supondrá ningún
problema serio para la vida en la tierra. Quizá algunas especies de aves migratorias
sufran alguna desorientación, y en nosotros mismos quizá aumenten en un porcentaje
muy bajo el número de cánceres de piel. Sin embargo, la atmósfera es nuestra verdadera
protección de las agresiones del espacio, equivalente a tener encima una capa de
hormigón de 3 ó 3.5 m de grosor. De hecho, todos los días se producen auroras boreales
en distintos lugares de la tierra, que no son sino la manifestación de la "debilidad" del
campo magnético en las zonas polares, por donde es más fácil penetrar a las partículas
de alta energía del sol y reaccionar con la alta atmósfera produciendo las imágenes que
todos tenemos en mente.
© GabrielOrtiz.com