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REFLEXIONEMOS
Las normas ISO son documentos que especifican requerimientos que pueden ser empleados en
organizaciones para garantizar que los productos y/o servicios ofrecidos por dichas organizaciones cumplen
con su objetivo. Hasta el momento ISO (International Organization for Standardization), ha publicado
alrededor de 19.500 normas internacionales que se pueden obtener desde la página oficial de ISO
(http://www.iso.org/).
El objetivo perseguido por las normas ISO es asegurar que los productos y/o servicios alcanzan la calidad
deseada. Para las organizaciones son instrumentos que permiten minimizar los costos, ya que hacen
posible la reducción de errores y sobre todo favorecen el incremento de la productividad.
Los estándares internacionales ISO son clave para acceder a mercados nacionales e internacionales y de
este modo, estandarizar el comercio en todos los países favoreciendo a los propios organismos públicos.
Para la sociedad, las normas ISO también son importantes. Existen más de 19.500 normas que ayudan a
casi todos los aspectos del día a día de una persona, como aquellas destinadas a garantizar la seguridad vial
o la seguridad de los juguetes. Si un producto y/o servicio cumple con alguna de estas normativas, la
sociedad puede estar segura que son fiables y que cuentan con la calidad exigida a nivel mundial.
Durante la elaboración de cualquiera de estas normas, ISO considera que es de gran importancia que los
consumidores de estos servicios y/o productos finales formen parte de los comités de expertos
responsables de dicha elaboración.
En los negocios, los estándares ISO hacen posible que se:
- Reduzca los costos: permiten una optimización de las operaciones.
- Incremente la satisfacción del cliente: colaboran a mejorar la calidad de los productos y/o
servicios cumpliendo con las exigencias de los usuarios.
- Abra el acceso a nuevos mercados: reducen las barreras al comercio internacional.
- Incremente la cuota de comercio: aportan una ventaja competitiva.
La primera edición de estas normas se publicó en 1987. Posteriormente ha sido modificada en 1994, 2000 y
2008, versión que está en vigor actualmente.
Las normas ISO nacieron aglutinando los principios que existían en multitud de normas de sistemas de
calidad en distintos países, por lo que desde su primera edición, se pretendió que fueran normas de
aplicación a cualquier tipo de organización independientemente de su tamaño o sector de actividad.
La familia de normas ISO 9000 que está actualmente en vigor, se compone de 3 normas:
1
Fuente: Asociación Española para la Calidad. Normas ISO 9000. Recuperado el 01 de mayo del 2017 de
https://www.aec.es/web/guest/centro-conocimiento/normas-iso-9000
2
Administración de la Operaciones. Normas ISO 14000. Recuperado el 03 de mayo del 2017 de
http://www.unlu.edu.ar/~ope20156/pdf/iso14000
protejan al medio ambiente, minimizando los efectos dañinos que pueden causar las actividades
organizacionales.
Los estándares que promueven las normas ISO 14000 están diseñados para proveer un modelo eficaz de
Sistemas de Gestión Ambiental (SGA), facilitar el desarrollo comercial y económico mediante el
establecimiento de un lenguaje común en lo que se refiere al medio ambiente y promover planes de gestión
ambiental estratégicos en la industria y el gobierno.
Un SGA es un sistema de gestión que identifica políticas, procedimientos y recursos para cumplir y mantener
un gerenciamiento ambiental efectivo, lo que conlleva evaluaciones rutinarias de impactos ambientales y el
compromiso de cumplir con las leyes y regulaciones vigentes en el tema, así como también la oportunidad de
continuar mejorando el comportamiento ambiental.
El Sistema de Gestión Ambiental (ISO 14000-14004) – [SGA], es una descripción de cómo lograr los objetivos
dictados por la política ambiental, así como también las prácticas, procedimientos y recursos necesarios para
implementar la gestión. Este sistema se circunscribe a la serie ISO 14000-14004. ISO 14000 es un conjunto de
varios estándares. La norma ISO 14001 describe los elementos necesarios de un SGA y define los requisitos
para su puesta en marcha, de modo de garantizar la adecuada administración de los aspectos importantes e
impactos significativos de la gestión ambiental, tales como las emisiones a la atmósfera, el volcado de
efluentes, la contaminación del suelo, la generación de residuos y el uso de recursos naturales, entre otros
(efectos ambientales que pueden ser controlados por la organización).
La ISO 26000 se ha definido como un estándar universal de RS. Ahora bien, ¿cuáles son las características
más relevantes de esta Guía? A continuación se resumen los rasgos más destacados:
Desde el punto de vista del alcance geográfico, es una norma global, pensada para todo el mundo; se
dirige a todo tipo de organizaciones, sin importar si operan en países desarrollados o en países en
desarrollo.
Es un estándar único, aplicable tanto a empresas comerciales como a instituciones públicas,
sindicatos, partidos políticos, organizaciones sin ánimo de lucro, etc., grandes y pequeñas, públicas y
privadas –de hecho, la ISO 26000 no habla de empresas, sino de organizaciones. De alguna manera,
esto confirma que la responsabilidad social no es solo corporativa o de la empresa, sino de todas las
organizaciones de la sociedad.
Ha sido elaborada por consenso (que no significa unanimidad: ver Anexo). Esto no garantiza una
aceptación total, pero sí, al menos, una oposición moderada.
Como consecuencia de todo lo anterior, ofrece una idea universal de la RS. Aunque esta concepción
ha sido criticada, la idea de que existe una única RS para todo tipo de organizaciones, en todos los
sectores y en todos los países, viene reforzada por esta Guía.
La ISO 26000 no es una norma jurídica, de cumplimiento obligatorio. Es decir, lo que contiene son
orientaciones, no requisitos. Su lenguaje es el de la recomendación (las organizaciones “deberían”
hacer tal o cual cosa), no el de la imposición (las organizaciones “deben” hacer esto o aquello).
3
Argandoña, A. & Isea Silva, R. (2011). ISO 26000, Una Guía para la Responsabilidad Social de las Organizaciones. Universidad
de Navarra: IESE Business School. Recuperado el 03 de mayo de 2017 de
http://www.iese.edu/es/files/catedralacaixa_vol11_final_tcm5-72287.pdf
Es, pues, una norma voluntaria (aunque esta afirmación no aparece con esta claridad en el texto de
la Guía). De alguna manera, se confirma el punto de vista ampliamente mayoritario entre expertos y
empresarios de que va más allá de la ley.
No está elaborada para ser certificada: como no establece especificaciones obligatorias, no puede
afirmarse si una organización cumple o no lo que dice la norma y, por tanto, un auditor externo no
puede certificarlo (véase el Recuadro 3 para una discusión acerca de la certificación).
No es un sistema de gestión, y es compatible con otras normas y/o sistemas de gestión ya existentes
que puedan crearse en el futuro, tanto en el ámbito de la RS como en otros: calidad, salud e higiene
en el trabajo, medio ambiente, derechos humanos, etc.
Trata de hacer operativa la RS. Asiste a las organizaciones en su implementación, mantenimiento y
mejora de los marcos y estructuras.
Ofrece una visión de conjunto de la RS.
Usa un lenguaje fácil de comprender y de usar. De esta forma, su uso no requiere de servicios
especiales de consultoría, auditorías o procesos de formación.
Contiene muchas sugerencias, ideas e indicaciones sobre cómo ponerla en práctica, desde la
elaboración de los grandes objetivos de la organización, la identificación y el compromiso con las
partes interesadas, hasta las últimas etapas de la RS, como la comunicación, la mejora continua y la
credibilidad de los informes y declaraciones de RS.
Preguntas de aplicación:
• ¿Qué sabías sobre las normatividad que busca proteger al medio ambiente?
• ¿Por qué es importante en tu formación desarrollar acciones de responsabilidad
social por el medio ambiente?
• ¿Qué ideas aprendidas anteriormente reforzaste o descartaste sobre la calidad
de vida y el medioambiente?