Examen de tercer parcial Victor Hugo Lozano Villegas

Mercadotecnia Integral 7/noviembre/2018

Reflexión “El problema de la legitimidad al marketing político”

Las pasadas elecciones en México dan apertura de debate y contrastes sobre los
puntos positivos y negativos en la logística y desarrollo con la que los candidatos
presidenciales llevaron sus campañas desde el comienzo hasta las horas antes de
la votación. Se vieron cambios significativos sobre cómo llevar una campaña política
donde se le dio más peso e interés a las tendencias y redes sociales que en
elecciones pasadas, las nuevas tecnologías evolucionan y a la vez tambien la forma
en la que se desarrolla una campaña política.
Aunque existe un debate en torno a la descripción del marketing político como
disciplina, llegando a debatirse si es una ciencia, un arte, una técnica e incluso una
tecnología, la realidad es que es una disciplina muy joven que aún se encuentra en
la formación de sus teorías y métodos. Como en clase fue planteado, apenas a
principios de los años 2000 era utilizada por el candidato Vicente Fox.
Sin embargo, el marketing se asemeja a lo científico en su capacidad para hacer
investigaciones, responder preguntas y problemas, así como desarrollar
procedimientos eficaces que permitan crear una base lógica de demostración,
experimentando estos conocimientos un proceso de renovación constante.
Si fuese considerado a este tipo de marketing como una tecnología, podemos decir
que tiene un impacto inmenso para la sociedad política, candidatos y el desarrollo
de campañas electorales, pues contribuye en la percepción y persuasión de un
target político. Me atrevo a decir que a diferencia del marketing comercial en que en
que se aspira a un intercambio de objetos, el político reacciona a estímulos
diferentes y se enfoca más bien en la aceptación popular y el posicionamiento de
un candidato.
Pese a lo anterior planteado, hay interrogantes que se pueden plantear con respecto
a la utilización del marketing en una campaña política.
¿Está en riesgo la democracia a causa de la aplicación de los principios y
procedimientos del marketing en la conducción de las campañas electorales de los
partidos y candidatos?, si es así, ¿en qué? y ¿de qué manera? Lo anterior se vuelve
una cuestión personal pues hay quienes defienden el uso de esta técnica en el
ámbito político, los cuales también afirman que ésta no puede ser culpada por su
ambición, pues aseveran que ésta no es buena ni mala. Sin embargo, ¿se puede
sostener todavía dicha aseveración?
La competencia por el poder entre los partidos políticos, así como la presencia de
diversos factores en el sistema político, y en particular la nueva naturaleza de los
medios de comunicación, instituidos como el nuevo espacio público y lugar
privilegiado de la política, son elementos que han sido determinantes en la aparición
del marketing político. La constante competencia entre los principales partidos en
nuestro país ha empujado a los políticos a incursionar en la escena mediática a
través del uso del marketing como respuesta ante la capacidad de influencia de los
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medios sobre el espacio de la comunicación política y del presunto poder de la

imagen sobre el discurso racional. En este sentido, el uso del marketing político se
puede pensar como una consecuencia relacionada con el poder de los medios
El problema con la credibilidad es que esta se da en torno a un orden vigente en su
conjunto y no sólo en torno a un gobierno. De hecho, el gobierno podría carecer de
legitimidad y credibilidad; sin embargo, los fundamentos del orden social seguirían
vigentes siempre y cuando se justifiquen como el producto de una amplia idea de
bienestar compartido.
La democracia está siendo reducida a unos procesos electorales competidos, pero
con un escaso o nulo debate de ideas y propuestas políticas, en los que los partidos
y candidatos sustentan las campañas políticas no tanto en sus propuestas y
planteamientos ideológicos, sino en torno a las características carismáticas de los
candidatos y procurando seguir casi siempre las pautas del mercado político. Es un
fenómeno que se puede advertir en los mensajes o temas insertos en la publicidad
política la cual está apoyada en los estudios de marketing político transmitida a
través de los medios, en donde los políticos, más que exponer al público sus
programas de gobierno e ideas, son ellos el postulamiento para solucionar los
conflictos sociales. De esta manera, el uso de la publicidad política en los medios
sobresale no tanto por informar, sino por persuadir, por valerse de las emociones,
seducir, y si presenta alguna información, es sólo aquella que sirve para apoyar la
idea central del mensaje: el candidato y no los programas de gobierno
Así, la disminución del debate de ideas en la democracia trae consigo un peligro
para el sostenimiento del sistema democrático, pues la democracia liberal está
fundamentada, entre otros aspectos, en el debate racional de los asuntos de interés
general.
El contenido actual de las campañas electorales se ve reducido a las características
del candidato, que vienen a ser lo que en “sustancia” se propone; cuestión que,
además, se puede ajustar de acuerdo a las pautas del mercado electoral y que no
precisamente revelan la personalidad del político; antes bien, éste es instruido a
“actuar” frente a la cámara, a lucir increíble, honesto, presidenciable, más que a
formular un programa político. Últimamente pasando a ser más como estrella de
cine que político. Procurando mantener sus índices de popularidad ante el
electorado permanente y ser objeto de noticia por parte de los medios.
Y es que el problema del marketing político en México es que, a pesar de ser una
técnica que pretende promover la ideología, las prácticas políticas nos muestran
una versión contraria a lo que la teoría del marketing político señala; así, en lugar
de promoverse ideas, se promueven candidatos como soluciones a los problemas
públicos. Los consultores políticos, más que buscar un rasgo ideológico distintivo
del actor político, trabajan en una característica personal para promoverla Lo que
importa entonces es la persona y no sus proyectos de gobierno. Así, mientras la
propaganda política se caracterizaba por tener un fuerte contenido ideológico el
marketing político no alude a otro principio ideológico que no sea el mercado.
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Mercadotecnia Integral 7/noviembre/2018

Concluiré diciendo que la democracia involucra una competencia entre las diversas
fuerzas políticas que se disputan no sólo la obtención de los cargos públicos, sino
la dirección o influencia sobre la trayectoria de la entidad política, supone la
manifestación y debate público de las propuestas políticas, de la elección por parte
de los ciudadanos de la “mejor” oferta que dirigirá los intereses de una colectividad
y presume, consecuentemente, los ganadores de la contienda deben procurar
cumplir lo antes expresado en sus promesas de campaña.
Pues bien, el marketing político entendido como la técnica que busca la promoción
y legitimación de ideologías y propuestas políticas que posibilitan la obtención y
mantenimiento del poder de un actor o agrupación política, para así procurar
satisfacer las necesidades o deseos de los ciudadanos o de una parte de éstos,
afecta a la democracia en la medida que los partidos propicien la elección de
candidatos legitimados con base en un perfil carismático y no por sus propuestas
políticas , ya que el uso del marketing en el ámbito político no promueve propuestas
de gobierno o alguna ideología, sino que promueve personas y, cuanto más, su
imagen; expresado en mejores términos, la principal afectación que ha tenido el uso
de esta técnica en la política está en la desaparición de planteamientos ideológicos,
en el contenido de las campañas electorales.
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Reflexión “Marketing social ¿Un engaño especializado para la sociedad?”

A comparación de cualquier otro tipo de marketing, yo considero al marketing social
como una causa noble, siendo la aplicación de las técnicas de la mercadotecnia
para el análisis, planteamiento, ejecución y evaluación de programas diseñados
para promover la aceptación, modificación, rechazo o abandono del
comportamiento voluntario de las personas a fin de ayudarles a mejorar su propio
bienestar y el de su sociedad.
Desafortunadamente, es perceptible que hay cosas de trasfondo que se quieren
hacer al lanzar campañas sociales, normalmente hay intereses políticos o
comerciales de por medio.
Últimamente Por presión o decisión propia, muchas empresas han implementado
políticas en beneficio de su fuerza laboral y del medio ambiente
El debate sobre la "responsabilidad social" de las empresas cobra fuerza, mientras
compañías en América Latina financian cursos sobre derecho humanitario,
proyectos educativos o de cómo hacer que la gente deje de usar popotes.
Sin embargo, muchos señalan que muchas de esas actividades "maquillan"
problemas de fondo, como daños al medio ambiente, falta de respeto al derecho
laboral y desinterés en el desarrollo de las comunidades.
No está de más decir que pese a los intereses terceros de estas campañas, se
agradece la iniciativa de muchas empresas por mejorar la calidad de vida y la
calidad del mundo en el que vivimos.
Considero que uno de los principales problemas respecto a la utilización de este
tipo de estrategias es que la gente percibe que hay intereses de terceros de por
medio, se ha visto en varias ocasiones, hay en México campañas llevadas a cabo
por grandes empresas nacionales, así como internacionales que han incurrido en
proactivas como esta.
En caso como Apple con su campaña de iPhone Red es un claro ejemplo, esta
empresa al terminar este año es la mejor en cuestión de telefonía, en este año se
mantiene como la empresa líder en ganancia por dispositivos, contraste por no ser
la marca con mayores índices de venta que se Samsung.
Se vi que la campaña de iPhone red, aunque tenía motivos bastante altruistas no
era más que marketing comercial con el fin de darle a las personas un teléfono con
Caracteristicas que destacaran para denotar que las mismas personas apoyaban a
una causa haciendo uso de este dispositivo, la verdad recae en que el precio de un
iPhone Red es de miles de pesos y que solo un porcentaje mínimo del costo de ese
teléfono fue a la campaña prometida.
Ahí recae el problema de las grandes compañías con respecto a el mal uso de este
marketing, maquillando sus intereses.
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Si las empresas grandes como Apple usaran realmente sus estrategias para lo que
dicen destinarlas los índices de venta serían mejores, comprar un iPhone así por el
ego de tenerlo y distinguir con respecto a un equipo normal cae en lo banal dando
cuenta que el porcentaje del dinero que invertiste para su adquisición pudo haber
sido mejor una de las mejores donaciones a la misma campaña si hubiese ido
integra a las manos de la organización que se pretende ayudar.

Prácticas como esta hacen creer a la sociedad que no pueden sentirse parte de una
causa altruista, los términos en letras pequeñas de campañas así terminan por
decepcionar la buena intención de los usuarios al ver que es mínima su aportación.
Otros casos así se pueden ver vinculando el marketing político, ejemplo claro como
el comunicado del que en su momento fue candidato a la presidencia de México de
2018, Andrés Manuel López Obrador, donde anuncia la utilización de los recursos
de campaña para el apoyo a víctimas del terremoto del 19 de septiembre de 2017.
Aunque se quiera ver como una buena acción, es claro que las intenciones tenían
de por medio tambien la atracción de votantes por medio de la empatía con la causa.
No está mal querer ayudar, menos en situaciones tan desafortunadas como las que
se vivieron hace un año, pero es abuso considerando que eso servía como un
vuelco a favor de este candidato, pero aun, y para desgracia de muchos, el sismo
le quedó de maravilla para promocionarse de manera eficiente y que a final de
cuentas pudo contribuir a que en este año su victoria fuese contundente.
Para concluir quisiera añadir que no estoy en contra del marketing social, en el fondo
tiene nobleza y sigue buenas causas, hay grandes campañas como la de danone
que por años ha ayudado a niños con cáncer o las nuevas tendencias que quieren
acabar con productos plásticos para así ayudar a reducir la contaminación, este es
el verdadero marketing social, el que vale la pena seguir, el que si quiere cambiar
la realidad de las personas sin importar los beneficios que pueda generar.

Así que, para que estas campañas no sean tomadas como fraudulentas, con
intereses debajo del agua, se deben mantener siempre la transparencia y la
objetividad de las mismas, no incluir o trabajar con gente que se sabe de antemano
quiere beneficiarse con este tipo de campañas.
Pero principalmente, se deben de tener en claro un objetivo, que sea la bandera
que todos se pongan al llevar a cabo una causa.
En México somos un pueblo grande y unido, considero que podemos hacer grandes
cosas si se proponen, así que no debe perderse la acción de este tipo de marketing,
sino encaminarla correctamente para ayudar a cambiar el rumbo de nuestro país.