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Liquidación y

distribución

Concursos y
quiebras
Liquidación y distribución
La Ley N° 24.522 le dedica la sección primera del capítulo VI (artículos desde el
203 al 217) al tema de la liquidación de los bienes del fallido, y la sección II
(artículos desde el 218 al 224) trata sobre el informe general y el proyecto de
distribución. Finalmente, en el art. 225 y siguientes, se verá la conclusión y la
clausura del procedimiento.

Se dijo que la quiebra tiene por finalidad la conversión de los activos del deudor
fallido en dinero, con el cual se van a intentar cancelar las deudas del fallido. A
su vez, esta cancelación se va a producir por medios típicamente concursales.

Además:
i) la condición de enajenante corresponderá al fallido, pues este nunca se
desprende de su propiedad ni la quiebra produce tal efecto;
ii) al producirse las enajenaciones, se estará ante ventas forzosas de carácter
judicial, no pudiéndose responsabilizar al vendedor por los vicios redhibitorios
u ocultos de la cosa (arts. 1051 y siguientes del Código Civil y Comercial de la
Nación), ni por la evicción (art. 1044 y siguientes del Código Civil y Comercial de
la Nación).
iii) El fallido no podrá cuestionar la forma de liquidación que haya decidido ni
oponerse a la liquidación.

Por su parte, el art. 217 estableció que:

Las enajenaciones previstas en los Artículos 205 a 213 y 214,


parte final, deben ser efectuadas dentro de los CUATRO (4)
meses contados desde la fecha de la quiebra, o desde que ella
queda firme, si se interpuso recurso de reposición. En casos
excepcionales, el juez puede ampliar ese plazo en NOVENTA (90)
días, por resolución fundada. En caso de continuación se aplicará
el plazo establecido en el art. 191, inciso 2.

Sanción. El incumplimiento de los plazos previstos en este


Capítulo para la enajenación de los bienes o cumplimiento de las
diligencias necesarias para ello da lugar a la remoción automática
del síndico y del martillero o la persona designada para la
enajenación. Asimismo, respecto del juez, dicho incumplimiento
podrá ser considerado causal de mal desempeño del cargo1.

Se dijo que este artículo es una expresión de deseos. Es un plazo simplemente


ordenatorio, pero se debe tener en cuenta como directiva fundamental, pues
más allá de la imposibilidad material de cumplir ese plazo, el legislador ha
pretendido una rápida y diligente liquidación patrimonial.

1
Art. 217 – Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.
La Ley N° 26.684 ha exceptuado expresamente de la aplicación de este plazo a
los supuestos en los cuales se ha decidido la continuación empresaria, supuesto
en el que se aplica el art. 191 inc. 2, de la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ).
Este criterio de flexibilización es razonable, pues al estar de por medio la
explotación de la empresa por parte del síndico o de la cooperativa, el aludido
plazo debe respetar el ciclo de producción.

Forma de realización de los bienes


Sujetos
El síndico es quien lleva a cabo la realización de bienes. Lo que hace, en
realidad, es instar el procedimiento para que el sujeto designado como
enajenador cumpla su tarea.

El objeto de la enajenación, como principio general, son todos los bienes


desapoderados al fallido.

Ahora bien, una vez declarada la quiebra del deudor, junto a la orden de
incautación de los bienes del fallido, se fijan distintos plazos para verificar
créditos, para presentar informes individuales y el informe general, etc.

En la práctica, si la incautación diera resultado positivo y existieran bienes


susceptibles de ser liquidados, se designa audiencia para el sorteo de un
enajenador (normalmente martillero). Y a partir de ahí se pueden dar,
paralelamente, estas actividades de verificación de créditos y de liquidación sin
ningún problema, pues esta debe ser inmediata.

Las “excepciones” a esta regla están dadas cuando se interpone recurso de


reposición, se convierte la quiebra en concurso preventivo o en caso de que se
haya resuelto la continuación de la explotación de la empresa, según lo
normado por los arts. 189, 190 y 191.

Esto es lo que dispone el art. 203:

Oportunidad. La realización de los bienes se hace por el síndico y


debe comenzar de inmediato salvo que se haya interpuesto
recurso de reposición contra la sentencia de quiebra, haya sido
admitida por el juez la conversión en los términos del artículo 90,
o se haya resuelto la continuación de la explotación según lo
normado por los artículos 189, 190 y 1912.

Criterio para la realización de los bienes

La ley concursal trata la realización de los bienes en la Sección I del Capítulo VI,
que se extiende entre los arts. 203 a 217 de la LCQ.

2
Art. 203. Ley N° 24.522. Op. cit.
El síndico es el responsable de la liquidación de los bienes, pero la tarea
concreta de vender, rematar, o de cualquier forma de enajenar los bienes debe
recaer en funcionarios específicos, sean martilleros, instituciones, agentes de
bolsa, etc.

Por su parte, el art. 204 dispone como regla general, que la realización de los
bienes debe hacerse en la forma más conveniente para la quiebra y es el juez
quien establece la forma de liquidación, cuando tiene en cuenta las
características de los bienes que componen el activo.

El orden que fija el mencionado precepto es un orden preferente, aunque no


imperativo, pues la modalidad liquidatoria depende en definitiva del interés del
concurso, es decir, de las circunstancias especiales que hacen al tipo de bienes
que deben venderse.

(a) enajenación de la empresa, como unidad;


(b) enajenación en conjunto de los bienes que integren el
establecimiento del fallido, en caso de no haberse continuado
con la explotación de la empresa;
(c) enajenación singular de todos o parte de los bienes.
Cuando lo requiera el interés del concurso o circunstancias
especiales, puede recurrirse en el mismo proceso a más de una
de las formas de realización3.

Brevemente, se dirá que la “enajenación de la empresa” puede producirse


como una unidad en su integridad, o bien puede salir a la venta bajo algunas de
las mencionadas formas.

El art. 205 regula la venta, sea de la empresa, o bien de uno de sus


establecimientos, en función de un procedimiento estrictamente reglado.

Así, prevé que el designado para la enajenación debe tasar el proyecto a vender,
en función del valor probable de realización. De dicha tasación se corre vista a
la cooperativa de trabajadores, si existiere, y a la sindicatura.

También, prevé el dispositivo mencionado en el inciso segundo, que “la


cooperativa de trabajo podrá realizar oferta y requerir la adjudicación de la
empresa al valor de tasación”4. Es decir que la cooperativa tiene el mejor
derecho de comprar la empresa al precio de tasación. Así, si ésta paga el precio,
adquiere de manera directa la empresa y el proceso liquidatorio culmina,
siempre que el juez lo estime pertinente.

Ahora bien, si no adquiere la cooperativa, el juez debe resolver la forma de


enajenación, ya sea por subasta pública o licitación.

Si se elige el proceso licitatorio, se requiere como primer paso la tasación del


valor probable de la empresa en marcha, según la realización en el mercado.

3
Art. 204. Ley N° 24.522. Op. cit.
4
Art. 205. Ley N° 24.522. Op. cit.
Este proceso requiere necesariamente proyectar un pliego de condiciones por
parte de la sindicatura, el que debe contener la base del precio, la descripción
de los bienes y demás circunstancias pertinentes para asegurar la modalidad
operativa de realización, de conformidad con el activo desapoderado. Este
pliego debe ser aprobado por el juez en resolución fundada. (Junyent Bas y
Molina Sandoval, 2011).

La base de precio será la de la tasación y la ley prevé que debe abonarse el


precio de contado, lo que para algunos no se ajusta a este tipo de negocios de
transferencia de empresas en marcha o venta de bienes, pues parece un criterio
excesivamente rígido y facilita la alternativa de realización (Junyent Bas y
Molina Sandoval, 2011).

Este medio de enajenación requiere de publicidad, la que se encuentra


dispuesta en el inc. 5 del art. 205 de la LCQ. Así, establece:

Una vez redactado el pliego, se deben publicar edictos por dos


(2) días, en el diario de publicaciones legales y en otro de gran
circulación en jurisdicción del tribunal y, además, en su caso, en
el que tenga iguales características en los lugares donde se
encuentren ubicados los establecimientos.
Los edictos deben indicar sucintamente la ubicación y destino del
establecimiento, base de venta y demás condiciones de la
operación; debe expresarse el plazo dentro del cual pueden
formularse ofertas dirigidas en sobre cerrado al tribunal y el día y
hora en que se procederá a su apertura. El juez puede disponer
una mayor publicidad, en el país o en el extranjero, si lo estima
conveniente5.

Luego, los incs. 6° y 7° del art. 205 establecen la metodología de la


presentación de las ofertas, así como la modalidad de apertura por el Tribunal
y el acta que debe labrarse a tal fin.

De tal modo, las ofertas deben presentarse en sobre cerrado, con los datos del
oferente e indicar el precio que ofrece, y tratándose de sociedades, se debe
adjuntar la documentación que acredite la personería del firmante. Asimismo,
el oferente debe acompañar garantía de mantenimiento de oferta equivalente
al diez por ciento del precio ofrecido.

Presentadas las ofertas, se procederá a la apertura de los sobres por el juez en


presencia del síndico, los oferentes y acreedores. Adquiere la empresa o el
establecimiento la oferta más alta; y el juez tiene facultades para llamar a
mejorar la oferta, para lo cual debe notificar a todos los oferentes, para darle la
transparencia necesaria.

Finalmente se estipula, que dentro de los veinte días de notificada la resolución


que aprueba la adjudicación, el oferente debe abonar el precio y el juez ordenar

5
Art. 205. Ley N° 24.522. Op. cit.
se practiquen las inscripciones pertinentes y se otorgue la posesión. Si el
oferente no paga, pierde su derecho y el juez puede ordenar la adjudicación al
segundo oferente.

Si fracasa la primera licitación, se llamará a una segunda, pero sin base.

Por otro lado, si se elige la subasta pública, el resolutorio deberá contener los
recaudos aludidos para todo tipo de remate judicial; esto es la base, las
condiciones de la venta y demás circunstancias que el tribunal concursal debe
ponderar al dictar la resolución.

Se debe tener en cuenta que la Ley N ° 26.684 incorporó el art. 203 bis que
establece una prerrogativa para los trabajadores.

Artículo 203 bis. Los trabajadores reunidos en cooperativa de


trabajo están habilitados para solicitar la adquisición de
conformidad con el artículo 205, incisos 1) y 2) y podrán hacer
valer en ese procedimiento la compensación con los créditos que
le asisten a los trabajadores de la fallida, de conformidad a los
artículos 241, inciso 2) y 246, inciso 1) de la ley concursal, no
siendo aplicable en este caso la prohibición del artículo 211. El
monto de las indemnizaciones será calculado, a los fines de la
compensación, de conformidad con el artículo 245 de la ley
20.744 (t.o. 1976), los estatutos especiales, convenios colectivos
o contratos individuales, según el que resultare más favorable a
los trabajadores. A tal efecto, podrán utilizarse total o
parcialmente los créditos laborales de los que resulten titulares
trabajadores que voluntariamente los cedan a la cooperativa. La
cesión se materializará en audiencia a celebrarse ante el juez de
la quiebra con intervención de la asociación sindical legitimada.

El plazo del pago del precio podrá estipularse al momento de


efectuarse la venta6.

Por su parte, el art. 206 regula el tema de los bienes gravados afectados a
hipoteca, prenda o privilegio especial dentro de la unidad económica.

Lo natural de las cosas es que los bienes gravados se realicen o liquiden


separadamente del conjunto empresario por las particularidades del derecho al
que acceden. Ahora bien, si se venden junto al conjunto de la empresa como
unidad, estas preferencias se trasladan de pleno derecho al precio obtenido, el
que, en ese caso, no puede ser inferior a la suma de los mencionados créditos,
que el síndico debe hacer constar en una planilla. Si algún acreedor preferente
ha sido omitido de la planilla de créditos, puede requerir su inclusión dentro de
los diez días de publicado el edicto donde se haga conocer la modalidad de la
subasta como unidad empresaria.

6
Art. 203 bis. Ley N° 24.522. Op. cit.
Ahora, si la enajenación de la empresa se realiza mediante licitación sin base, el
síndico practicará un informe en el que haga constar la participación
proporcional que cada uno de los bienes con privilegio especial tuvieron en
relación con el precio obtenido, y el valor probable de realización de los
mismos. De dicho informe se correrá vista a los interesados por cinco días para
que formulen las oposiciones u observaciones que consideren.

Vencido el plazo y agregada la prueba si la hubiere, el juez asignará valor a la


participación de los bienes asiento del privilegio en el precio obtenido; esta
resolución es apelable.

En caso de que resulte conveniente para la mejor realización de los bienes, el


síndico puede proponer que los bienes gravados u otros que determine, se
vendan en subasta, separadamente del conjunto (art. 207) (Junyent Bas y
Molina Sandoval, 2011).

Venta singular. Subasta


También llamada “venta disociada”, la venta singular implica la venta de cada
uno de los bienes que integran el activo del fallido.

Pautas:

1) La venta singular se practica mediante subasta pública.


2) Normalmente, intervendrá un martillero.
3) El art. 208 dispone que “…la venta se ordena sin tasación previa y sin base”7.
Sin embargo, en algunos casos, se fija base para los remates de inmuebles con
fundamento en la normativa local. Para evitar todo tipo de
cuestionamiento, se suele establecer que los bienes saldrán a la venta con una
base y en caso de que esta fracase, saldrá a la venta sin base.
4) El art. 208 establece algunas pautas para la publicidad:

El juez debe mandar publicar edictos en el diario de publicaciones


legales, y otro de gran circulación, durante el lapso de DOS (2) a
CINCO (5) días, si se trata de muebles, y por CINCO (5) a DIEZ (10)
días, si son inmuebles. Puede ordenar publicidad
complementaria, si la estima necesaria8.

5) También se prevé que el juez, en todo lo que estime pertinente, puede


aplicar el procedimiento previsto en el art. 205, ya analizado.
6) Y todos los demás requisitos necesarios para la subasta deberán ser extraídos
de la ley procesal local, del capítulo correspondiente a la ejecución (art. 278).

7
Art. 208. Ley N° 24.522. Op. cit.
8
Art. 208. Ley N° 24.522. Op. cit.
Otras ventas particulares

El art. 214 sobre bienes invendibles indica que:

El juez puede disponer, con vista al síndico y al deudor, la entrega


a asociaciones de bien público, de los bienes que no puedan ser
vendidos, o cuya realización resulta infructuosa. El auto es
apelable por el síndico y el deudor, si hubieren manifestado
oposición expresa y fundada9.

La resolución del juez requiere: vista al síndico y al deudor. Algunos autores


entienden que el consentimiento es imprescindible, pues este dispositivo legal
fue controvertido constitucionalmente.

El art. 215 sobre títulos y otros bienes cotizables, por su parte, reza que:

Los títulos cotizables en mercados de valores y los bienes cuya


venta puede efectuarse por precio determinado por oferta
pública en mercados oficiales o estén sujetos a precios mínimos
de sostén o máximos fijados oficialmente, deben ser vendidos en
las instituciones correspondientes, que el juez determina previa
vista al síndico10.

Venta directa
ARTÍCULO 213.‐ Venta directa. El juez puede disponer la venta
directa de bienes, previa vista al síndico, a la cooperativa de
trabajo para el caso de que ésta sea continuadora de la
explotación, cuando por su naturaleza, su escaso valor o el
fracaso de otra forma de enajenación resultare de utilidad
evidente para el concurso.
En ese caso, determina la forma de enajenación, que puede
confiar al síndico o a un intermediario, institución o mercado
especializado. La venta que realicen requiere aprobación judicial
posterior26.

En este caso, se trata de una modalidad de venta singular que se aparta de los
cánones normales de liquidación, ya sea venta en subasta o mediante licitación,
para facilitar la enajenación, ya sea para abaratar costos o por el poco interés
que despiertan los bienes en el mercado.

9
Art. 214. Ley N° 24.522. Op. cit.
10
Art. 215. Ley N° 24.522. Op. cit.
Procedimiento:

 En primer lugar, se debe “dar vista” a la sindicatura y a la cooperativa


de trabajo en caso de que sea la continuadora de la explotación de
la empresa.
 Autorización judicial del juez.
 Para que proceda esta modalidad, se establecen tres criterios:
“ bienes que según su naturaleza” hagan evidente la utilidad de la
una venta directa; el “escaso valor de los bienes” que no justifiquen
acudir otro medio licitario, ello a los fines de evitar gastos y el “fracaso
anterior de otra forma de adjudicación”, esto es que el sistema de la
licitación o de la subasta pública no hayan permitido la venta del bien.
 Finalmente, efectuada la venta, ésta requiere, a su vez, aprobación del
juez.

Concurso especial

ARTÍCULO 209.‐ Concurso especial. Los acreedores titulares de


créditos con garantía real pueden requerir la venta a que se
refiere el Artículo 126, segunda parte, mediante petición en el
concurso, que tramita por expediente separado.

Con vista al síndico se examina el instrumento con que se deduce


la petición, y se ordena la subasta de los bienes objeto de la
garantía. Reservadas las sumas necesarias para atender a los
acreedores preferentes al peticionario, se liquida y paga el
crédito hasta donde concurren el privilegio y remanente líquido,
previa fianzas en su caso11.

Hay una serie de créditos respecto de los cuales se dijo que permanecen casi al
margen del proceso concursal, pues salvo algunos efectos (por ejemplo:
verificar sus créditos), el acuerdo se dirige a los quirografarios. Además, los
créditos con garantía real poseen ius preferendi, lo que implica que tienen el
“derecho de pago anticipado” y separado del concurso general.

Es una vía rápida de cobro. Ahora bien, también se debe tener presente que en
caso de que no se liquide en el concurso especial, el bien será subastado en el
concurso general, respetándose, por supuesto, el privilegio del acreedor con
garantía real. Tanto en uno como en otro caso, el acreedor deberá contribuir al
concurso general conforme el art. 244 de la Ley de Concursos y Quiebras.

El art. 126 incluye el derecho de pago anticipado a los siguientes créditos:


1) hipotecarios;
2) prendarios;
3) originado en warrant;
4) los titulares de debentures y obligaciones negociables con garantía especial;
5) hipoteca naval.

11
Art. 209. Ley N° 24.522. Op. cit.
Trámite: presentado el pedido de formación de concurso especial por parte del
acreedor con garantía real, se corre vista a la sindicatura. Se dice que el análisis
del síndico realiza un estudio formal del título que contiene el derecho con
garantía real. Aquí no se analiza la causa, sino que ello se efectúa en la
verificación del crédito que debe realizar el acreedor. El acreedor no está
exceptuado de su carga de verificar el crédito, lo que supone una ventaja, pues
lo decidido en la verificación se encuentra amparado por los efectos de la cosa
juzgada formal.

Luego se procede al dictado de la resolución judicial sobre el derecho del


acreedor, la que debe contener la orden de subasta, lugar, fecha y hora, etc.
Aunque el concurso especial no es estrictamente un incidente, igualmente se
aplican las normas contenidas en el art. 285 y la resolución deviene apelable,
tanto por el acreedor en caso de rechazo, como por el síndico, si tuviera
motivos fundados de oposición.

Precio. Compensación: el principio general es que ningún adquirente de los


bienes enajenados puede compensar el monto de su crédito con el precio de
adquisición; salvo el acreedor con garantía real sobre el mismo bien que
adquiriese.

Esta es una facultad excepcional y extraordinaria que sólo permite la


compensación del precio de subasta con el crédito con garantía real, hasta el
límite de su acreencia, siempre después que se hayan pagado los gastos de la
ejecución. También se requiere que preste fianza de acreedor de mejor derecho
antes de la transferencia del bien.

ARTICULO 211.‐ Precio: compensación. No puede alegar


compensación el adquirente que sea acreedor, salvo que su
crédito tenga garantía real sobre el bien que adquiere. En este
caso, debe prestar fianza de acreedor de mejor derecho, antes
de la transferencia de propiedad12.

Por otro lado, advertimos que el art. 210 de la LCQ, prevé “Ejecución por
remate no judicial: remisión. En los juicios de quiebra es aplicable el Artículo
24”13.

La doctrina se divide en orden a entender a qué artículo remite el precepto


mencionado. Así, para algunos, remite al art. 24 y por ende, el juez
concursal puede suspender la subasta ordenada en el concurso especial. Para
otros, el legislador incurrió en un error y la remisión es al art. 23, lo que
supone que la venta extrajudicial autorizada a los acreedores por las leyes
especiales es conservada en la quiebra, y se impone la rendición de cuentas en
los términos del art. 23. Respecto de estos créditos, la doctrina expresa que
esta rendición sirve, a su vez, como verificación de créditos.

12
Art. 211. Ley N° 24.522. Op. cit.
13
Art. 210. Ley N° 24.522. Op. cit.
Informe final y proyecto de distribución
La ley concursal tiene como idea fuerza que la liquidación se produzca con la
mayor celeridad posible y se distribuya mediante un solo acto. Por ello, la
presentación debe efectuarse a los 10 días de finalizada la última liquidación de
bienes, en doble ejemplar.

El informe final comprende la rendición de cuentas de las operaciones


efectuadas, el detalle de las enajenaciones, la enumeración de los bienes
liquidados y los que se encuentran pendientes de resolución.

Contenido

1) rendición de cuentas de las operaciones efectuadas,


acompañando los comprobantes.
2) resultado de la realización de los bienes, con detalle del
producido de cada uno.
3) enumeración de los bienes que no se hayan podido enajenar,
de los créditos no cobrados y de los que se encuentran
pendientes de demanda judicial, con explicación sucinta de sus
causas.
4) el proyecto de distribución final, con arreglo a la verificación y
graduación de los créditos, previendo las reservas necesarias14.

El proyecto de distribución

Por su parte, este proyecto determina cómo participa cada acreedor sobre los
fondos existentes en el concurso, luego de que fueron liquidados los bienes y
satisfechos los gastos prededucibles (art. 240).

Esto se satisface con la atribución de un porcentaje obtenido en función de la


participación que cada acreedor posee respecto a la totalidad de los montos del
pasivo. Debe ser el reflejo aritmético de la verificación y graduación de los
créditos. Es provisorio y, por ende, sujeto a modificaciones.

Una vez presentado el proyecto, el juez regula los honorarios. El proyecto ya


suele tener una reserva sobre este rubro.

También se tienen en cuenta las reservas destinadas a cubrir los créditos sujetos
a condición suspensiva y los pendientes de resolución judicial o administrativa
(art. 220).

Luego de presentado el informe, se regulan los honorarios, y tal como se verá,


aunque no existiere recurso de apelación a dicha regulación, igualmente se
eleva el expediente a la Cámara a los fines de que confirme o modifique las
resoluciones efectuadas, de conformidad lo dispone el art. 272.

14
Art. 218. Ley N° 24.522. Op. cit.
Luego de ello, firmes los honorarios, se publica el proyecto de distribución por
dos días en el diario de publicaciones legales. Puede sustituirse por cédula de
notificación, o bien personal (art. 219).

El fallido y los acreedores pueden formular observaciones dentro los diez (10)
días siguientes, en cuyo caso, deben acompañar tres ejemplares, y son
admisibles solo las quejas referidas a omisiones, errores o falsedades del
informe, en cualquiera de sus puntos.

Si el juez lo estima necesario, puede convocar a audiencia a los intervinientes


en la articulación y al síndico, para que comparezcan ante él, con toda la prueba
de la que intenten valerse.

Formuladas las observaciones o realizada la audiencia, el juez resolverá en un


plazo máximo de diez días a partir de que queden firmes las regulaciones de
honorarios. La resolución que se dicte causa ejecutoria, salvo que se refiera a la
preferencia que se asigne al impugnante o a errores materiales de cálculo.

La distribución final se modificará proporcionalmente y a prorrata de las


acreencias. Así, se incorporará el incremento registrado en los fondos en
concepto de acrecidos y se deducirá proporcionalmente y a prorrata, el importe
correspondiente a las regulaciones de honorarios firmes.

Pago del dividendo concursal. Caducidad


El art. 221 prevé que, luego de aprobado definitivamente el estado de
distribución, se procede al pago del dividendo que corresponda a cada
acreedor, directamente por el banco de depósitos judiciales o por planilla que
el juez remita con los datos pertinentes; también se puede disponer que se
realicen mediante transferencias a cuentas bancarias que indiquen los
acreedores, con gastos a costa de estos. Si el crédito constara en títulos‐valores,
el acreedor debe presentar el documento en el cual el secretario anota el pago.

Acreedores dormidos

El art. 223 regula la situación de los acreedores que comparecen luego de


presentado el proyecto de distribución, a los que se suele llamar acreedores
dormidos.

Los acreedores que comparezcan en el concurso, reclamando


verificación de créditos o preferencias, después de haberse
presentado el proyecto de distribución final, sólo tienen derecho
a participar de los dividendos de las futuras distribuciones
complementarias, en la proporción que corresponda al crédito
total no percibido15.

15
Art. 223. Ley N° 24.522. Op. cit.
Así, si el acreedor reclama verificación luego de la presentación del informe
final, sólo tiene derecho a participar de las futuras distribuciones
complementarias en proporción al crédito total no percibido.

Caducidad del dividendo

A su turno, el art. 224 prevé un plazo de caducidad, por lo que, si el acreedor


incluido en el proyecto de distribución no concurre dentro del año siguiente
desde la fecha de su aprobación, pierde el derecho al cobro del crédito y se
destina al fomento de la educación común:

El derecho de los acreedores a percibir los importes que les


correspondan en la distribución caduca al año contado desde la
fecha de su aprobación.

La caducidad se produce de pleno derecho, y es declarada de


oficio, destinándose los importes no cobrados al patrimonio
estatal, para el fomento de la educación común16.

Las críticas respecto de la constitucionalidad del precepto tienen dos fuentes


principales: la primera sostiene que al no satisfacer la quiebra la totalidad de las
acreencias, ese monto caduco debería destinarse a los mismos acreedores, en
una suerte de redistribución. Otros, sostienen que tal dividendo sería de
propiedad del fallido.

La Corte Suprema de Justicia en oportunidad de expedirse al respecto, dijo:

La ley de concursos, en su artículo 224, ha establecido un plazo


de prescripción o caducidad (cuya eventual irrazonabilidad sólo
podría invocarse por el acreedor afectado) para que los
acreedores titulares del derecho hagan efectivo el crédito
reconocido y asignado mediante el cobro respectivo en el trámite
del juicio universal y ha previsto que vencido el lapso para el
ejercicio de la pretensión, corresponde su asignación al Estado
Nacional, por tratarse de un bien vacante (art. 2342 ) a los
fines de satisfacer un interés general de la sociedad civil, es decir
la de todos, incluidos los acreedores aquí pretensores, cual es la
de contribuir al fomento de la educación común. Ello descarta la
inexistencia de la supuesta violación a la igualdad de trato,
porque la asignación al Estado del crédito no cobrado no
proviene de otorgarle un privilegio o preferencia respecto de
similares pretensiones sobre algo que comparte con otros
reclamantes (en el caso el activo del deudor como garantía y
prenda común para la cancelación de las obligaciones de sus
acreedores) sino de la disposición de la ley sobre bienes vacantes

16
Art. 224. Ley N° 24.522. Op. cit.
o que se han perdido para el dueño -el crédito del acreedor- para
satisfacción de intereses generales a través de los fines públicos
que persigue. Es decir que no se trata más de un bien de la masa,
sino de uno particular del acreedor del que prescribió su cobro y
sobre el que carecen de todo derecho el resto de los acreedores
que no son, frente a su contenido, otra cosa que terceros
totalmente ajenos sin potestades de ninguna índole” (CSJN,
“Carbometal S.A.I.C. s/quiebra s/concurso preventivo”, sentencia
del 14/11/2006, C. 3935. XXXVIII).

Distribuciones complementarias
Finalmente, deben considerarse las distribuciones complementarias:

El producto de bienes no realizados, a la fecha de presentación


del informe final, como también los provenientes de
desafectación de reservas o de los ingresados con posterioridad
al activo del concurso debe distribuirse, directamente, sin
necesidad de trámite previo, según propuesta del síndico,
aprobada por el juez17.

Se sostiene que el trámite de aprobación de las distribuciones complementarias


es más sencillo y que basta con la propuesta del síndico y la aprobación del
juez. Eso sí, la doctrina coincide en la necesidad de publicitar esta distribución,
ante la grave sanción del art. 224.

17
Art. 222. Ley N° 24.522. Op. cit.
Referencias
Corte Suprema de Justicia de la Nación, “Carbometal S.A.I.C. s/quiebra s/concurso
preventivo”, sentencia del 14/11/2006, C. 3935. XXXVIII.

Junyent Bas, F., y Molina Sandoval, C. A. (2011). Ley de Concursos y Quiebras


Comentada. Buenos Aires: Abeledo Perrot.

Ley N° 24.522 (1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación.

Ley N° 26.684. (2011). Modificación de la Ley 24.522. Honorable Congreso de la


Nación.

Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la


Nación.

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