Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1) INTRODUCCIÓN
Se plantea que aproximadamente del 10 a 12 % de los quistes epiteliales del desarrollo son
queratoquistes odontogénicos. Esta lesión puede aparecer a cualquier edad, sin embargo presenta una
mayor incidencia entre la segunda o tercera década de la vida, pudiendo tener un segundo momento de
aparición hacia la quinta década, principalmente en el sexo masculino. Aproximadamente en el 65 % de
los casos afecta la mandíbula, con alta frecuencia en la región de molares y rama.
Signos clínicos:
Algunos autores afirman que, generalmente, los queratoquistes son asintomáticos, siendo
muchas veces descubiertos en exámenes radiográficos de rutina. En los casos en que la lesión
provoca signos clínicos, los más comunes son dolor, aumento de volumen de los tejidos blandos
adyacentes y expansión ósea con consecuente asimetría facial. Este quiste puede alcanzar
grandes dimensiones y presentar alto índice de recidiva. La presencia de múltiples
queratoquistes odontogénicos en un mismo paciente, puede estar relacionada con el síndrome
del carcinoma nevoide de células basales ó también conocido como síndrome de Gorlin-Goltz.
Aspecto radiográfico:
Características histológicas
Basados en los aspectos histológicos, diversos autores reportan diferentes comportamientos clínicos y
pregonan la diferenciación de las variantes histológicas como queratoquiste odontogénico
paraqueratinizado y queratoquiste odontogénico ortoqueratinizado. La variante ortoqueratinizada parece
ser una lesión distinta pues muestra potencial de crecimiento e índice de recidivas menores.
Frecuentemente puede estar asociada a un diente incluso, presentar aspecto radiográfico unilocular y
situarse preferencialmente en la maxila ó región anterior de la mandíbula.
Debido a su comportamiento agresivo y a los altos índices de recurrencia, que oscilan del 25 al 62,5 %,
mucho esfuerzo ha sido empeñado con el objetivo de mejorar las técnicas quirúrgicas utilizadas para
tratar ésta lesión. Para reducir el índice de recidiva es esencial que el componente epitelial del quiste sea
removido completamente, sin embargo, el tratamiento radical está asociado con numerosas
complicaciones estéticas y funcionales, incluyendo deformidad facial, pérdida dental, infecciones y hasta
parálisis facial.
Examen clínico: se observa ausencia de la pieza 3.5, aumento de volumen en la encia del
cuerpo mandibular del lado izquierdo, el color de la mucosa es normal, de consistencia dura y no
dolorosa a la palpación y los dientes adyacentes a la lesión se encuentran aparentemente sanos.
La paciente no refiere antecedentes personales ni familiares de importancia y los exámenes de
laboratorio se encontraron dentro de los niveles normales.
3) DISCUSION
El queratoquiste odontogénico constituye una de las lesiones quísticas odontogénicas del desarrollo
más frecuentes, representando aproximadamente 12 % de esas lesiones.
La mayoría de los queratoquistes odontogénicos relatados en la literatura se relacionan en lo
referente a la prevalencia en el sexo masculino, a su aparición en cualquier edad, frecuentemente en
la tercera década de la vida y compromete generalmente la región posterior de la mandíbula,
principalmente de los terceros molares y eventualmente caninos.
Clínicamente la lesión puede provocar aumento de volumen, dolor y expansión ósea, sin embargo, la
mayoría de los casos son asintomáticos como nuestra paciente cuyo el crecimiento fue además
lento. Estas lesiones son descubiertas generalmente en exámenes radiográficos de rutina, como en
el caso aquí descrito, el cual a pesar de tener grandes dimensiones, no presentó sintomatología
dolorosa. Algunos autores plantean que los queratoquistes odontogénicos pueden presentar grandes
dimensiones y alto índice de recidiva.
El caso aquí relatado no concuerda con los datos de la literatura en lo referente a la predilección por
el sexo masculino y al tamaño de la lesión, pero si a que comprometía la mandíbula en la zona de
premolares, a pesar de que el área más frecuente es la de los terceros molares. Con relación a la
edad, donde hay mayor incidencia es entre la segunda y tercera décadas de la vida.
Algunos autores refieren que los queratoquistes odontogénicos presentan alto índice de recidiva
debido a sus particularidades histológicas y a la actividad proliferativa intensa de su epitelio. Esa
característica llevó a otros investigadores a especular su posible naturaleza neoplásica.Por ello
nuestra paciente fue controlada clínica y radiográficamente cada 6 meses, sin evidenciadas de
recidiva hasta esta fecha.
4) TRATAMIENTO
Después del chequeo preoperatorio y exámenes complementarios y bajo anestesia local mentoniana,
se realizó colgajo vestibular y minucioso curetaje para la enucleación de la lesión. La muestra fue
colocada en formol al 10% y enviada para su respectivo estudio histopatológico.
Después de lavar la cavidad ósea con abundante solución salina estéril se realizó reconstrucción del
defecto óseo con Hidroxiapatita HAP-200 y así evitar que existiera espacio muerto debajo del
periostio. Se suturó con seda negra y se indicó tratamiento con analgésico, antinflamatorio, y
antibióticos por vía oral. A los siete días se retiró la sutura y se citó periódicamente para chequeo
posoperatorio hasta el año de operada. Se observó una excelente cicatrización y ausencia de
recidiva tumoral.
5) CONCLUSION
Una de las primeras conclusiones a las que podemos llegar es que a pesar de que la literatura
asevera que los queratoquistes son más frecuentes en la zona del tercer molar inferior y rama, y
predominantemente en el sexo masculino, cuando encontremos lesiones en el cuerpo mandibular a
nivel de los premolares y en cualquiera de los sexos no podemos descartar la posibilidad de que se
trate de un queratoquiste, pues ya se han reportado casos.
6) RECOMENDACIONES
El quiste del Conducto Tirogloso es una malformación frecuente y constituye el 40% de las anomalías
congénitas cervicales. Aunque por su origen congénito, el quiste tirogloso, que está presente desde el
nacimiento, puede manifestarse a cualquier edad, apareciendo generalmente antes de la segunda
década de vida; es poco frecuente su manifestación en el lactante, pudiendo incluso ser un hallazgo
casual durante una exploración rutinaria.
Se origina por la falla del cierre del Conducto Tirogloso durante el descenso del tiroides en la 6ta.
semana de gestación. Clásicamente, se detecta cuando por su progresivo crecimiento se hace visible y
palpable en el cuello o, lo que es más frecuente, cuando supura, generalmente, después de una infección
respiratoria.
Durante su evolución, en forma espontánea o como consecuencia de uno o más procesos infecciosos, el
quiste puede abrirse a la piel y transformase en una fístula tiroglosa que se caracteriza por la expulsión
continua de un material mucoso o seropurulento.
Su tamaño rara vez rebasa los 4 cm de diámetro, generalmente es asintomático aunque hay reportes de
presentación aguda; se describen quistes tiroglosos infectados causando abscesos en la región
sublingual.
Signos clínicos: Clínicamente, es una tumoración quística, en la línea media del cuello a nivel
de la membrana tiroidea, de pequeño tamaño que oscila desde el de una nuez, de superficie lisa,
de consistencia blanda, no adherida a la piel, pero si al hueso hioides, indolora a la palpación y
que se desplaza con los movimientos deglutorios y al sacar la lengua. Son asintomáticos
excepto cuando se infectan, eventualidad que suele ocurrir en más del 50% de casos.
En cuanto a los estudios complementarios para el diagnóstico del quiste tirogloso, algunos autores
sugieren la punción aspiración con aguja fina, pero esto no suele ser necesario y puede aumentar el
riesgo de infección del quiste. Lo que se recomienda en algunos casos es realizar una gammagrafía
cervical tiroidea con anterioridad al tratamiento quirúrgico, sobre todo si se sospecha compromiso de la
glándula tiroidea. Se puede realizar de igual forma una ecografía de la región anterior del cuello o una
tomografía aunque esta última no se realiza de rutina.
2) CASO CLÍNICO
Paciente femenina de 41 años de edad que llega a la consulta con historia de notar una masa en la linea
media del cuello de varios años de evolución.
Clinicamente: se observa una lesion bien delimitada, de pequeño tamaño que oscila desde el
de una nuez, de superficie lisa, de consistencia blanda, indolora a la palpación y que se desplaza
con los movimientos deglutorios y al sacar la lengua.
Examen imageneologico : Se realiza tomografia cervical con medio de contraste,
encontrandose lesión bien delimitada con imagen hipodensa, sugestiva de contenido liquido,
delante de la laringe y en intima relacion del hueso hioides.
3) DISCUSION
El quiste del conducto tirogloso es una patología frecuente en niños, pero no es raro su hallazgo en
adultos, como en el caso presentado.
La mayoría de los quistes se situan por debajo del nivel del hioides, en la membrana tirohioidea. Dicha
localización varia debido al desarrollo embriológico de la glandula tiroides. Las lesiones por encima del
cartílago tiroides suelen estar en la línea media, mientras que las situadas a nivel del cartílago tienden a
encontrarse fuera de la línea media. En el caso anterior, la lesión se encontraba a nivel de la línea media.
La complicación más frecuente del quiste del conducto tirogloso es la infección recurrente, pudiendo
aparecer fistulas de forma espontánea por extravasación del quiste o secundaria a la propia infección.
Algunos diagnosticos diferenciales de aumentos de volumen a nivel cervical son: lipoma, quiste sebáceo,
quiste dermoide, linfadenopatia, quistes de arcos branquiales, tumores de glándulas salivales, hipertrofia
de ganglios linfáticos, tuberculosis y linfomas.
4) TRATAMIENTO
El tratamiento debe ser quirúrgico, mediante la técnica descrita por Sistrunk, en la cual debido a la íntima
relación embriológica del conducto tirogloso con el hueso hioides, esto debe resecarse en su parte
central, y continuar la disección por los músculos suprahioideos hasta el foramen caecum en la base de la
lengua.
Paciente bajo anestesia general inhalatoria, se coloca la cabeza en hiperextension, se realiza asepsia y
antisepsia de la region cervical, tercio inferior facial y parte superior de torax. Se realiza una incision
tranversal cervical anterior (de Kocher), la cual se marca con azul de metileno siguiendo uno de los
pliegues del cuello. Se realiza diseccion (cortante y roma) por planos: tejido celular subcutaneo, platisma,
aponeurosis cervical.
Segun la técnica descrita por Sistrunk, en la cual debido a la íntima relación embriológica del conducto
tirogloso con el hueso hioides, esto debe resecarse en su parte central, y continuar la disección por los
músculos suprahioideos hasta el foramen caecum en la base de la lengua.
Antibioticoterapia: Claritromicina 500 mg V.O. c/8 horas por 7-10 dias. Levofloxacina 500 mg c/24 horas
por 7 dias.
5) CONCLUSION
6) RECOMENDACIONES
La infección del quiste, previa a la cirugía, puede dificultar su extirpación y aumentar las
probabilidades de reaparición.
Después de la operación se recomienda evaluar la función tiroidea, así como imágenes de la
tiroides para demostrar la apropiada función de los tejidos tiroideos.