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Capítulo 3.

De la población del Mitú y sus problemas sociales

El municipio de Mitú cuenta con una población de 16.480 habitantes de la cual el

15,206 son población indígena (Dane, 2012). La comunidad indígena representa la

mayoría de la población, no sólo en el municipio sino en el departamento en

general, su organización territorial se comprende de la siguiente forma:

“Más del 98 % del suelo del municipio está cubierto de bosques tropicales, que

hacen parte de la Reserva Forestal de la Amazonía, mediante la Ley 2ª de 1959,

por lo tanto, sus usos se encuentran condicionados a usos de protección y

producción. Esta área igualmente es Resguardo Indígena mediante el Acuerdo

086 de 1982 del INCORA, determinando que es un territorio colectivo de los

indígenas que es compatible con la Reserva Forestal. Existe un 1.5% del uso

del suelo del Municipio, conocido como área de colonización, enmarcado en un

Km a lado y lado de la carretera Mitú-Monforth que tiene una extensión

proyectada de 105 Km aproximadamente”. (Alcaldía de Mitú, 2016, p.1).

Áreas protegidas y ecosistemas estratégicos

Gaviria, S. (2015). Diálogo Nacional Para la Construcción del Plan de


Desarrollo 2014-2018. [mapa]. Recuperado de
https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Prensa
/Presentaciones/Encuentro%20Regional%20Mitú%20270115.pdf
Por lo anterior cabe resaltar la importancia de los cambios constitucionales de

1991, donde la población indígena es incluida y reconocida como sujetos de

derechos constitucionales.

La constitución política de 1991 trajo cambios significativos para la organización

social y política del país. Las comunidades indígenas fueron reconocidas como

sujetos de derechos gracias a la participación del extinto Movimiento Armado

Quintín Lame en la construcción de la carta magna. Los cambios más

significativos en materia de derechos para las comunidades indígenas son:

● Reconocimiento y protección a la diversidad étnica. (art. 7)

● El derecho a mantener y respetar su formación étnica (art. 68)

● El derecho a la propiedad de tierra comunitaria; (art. 63,329 y 330)

● Crear y mantener su propia jurisdicción dentro de sus territorios, siempre y

cuando no sea contrario a la Constitución y las leyes del Estado. (art. 246)

● Circunscripciones especiales para la participación política. (art 171 y 176)

● El derecho a la participación en decisiones y medidas que pudiesen afectar

a las comunidades indígenas, en particular relacionadas con la extracción

de recursos naturales en sus territorios según el artículo 6.15 de la ley no.

21 de 1991, artículo 330 de la CP (“Consulta previa”)

Estos cambios sumados a la creación de la corte constitucional y la ratificación del

convenio 169 de 1989 de la OIT sobre los pueblos indígenas, convenio que luego

fue ratificado en la ley 21 de 1991, fueron herramientas indispensables para

brindar garantías sobre los derechos de los pueblos indígenas, pero a pesar del

blindaje constitucional, en su ejecución presentaron fallas, pues varias veces las

comunidades indígenas recurrieron a la corte constitucional para pedir claridad


sobre los artículos de la constitución (como el art 7 que fue definido en la

Sentencia SU-510/98) y también para defender sus derechos (SCC no T-606/01).

La mayor controversia se ha presentado con los resguardos y su diferencia con las

entidades territoriales indígenas, pues los resguardos concebidos en la constitución

son:

Artículo 63. Los bienes de uso público, los parques naturales, las tierras

comunales de grupos étnicos, las tierras de resguardo, el patrimonio

arqueológico de la Nación y los demás bienes que determine la ley, son

inalienables, imprescriptibles e inembargables. (Constitución Política de

Colombia, 1991, p. 63)

Aunque dejan claro la propiedad sobre la tierra esto no es suficiente para

garantizar el libre desarrollo de los pueblos. Es por lo anterior que se genera

controversia por determinar qué tanta autonomía tienen las comunidades indígenas

para conservar su identidad étnica, por lo cual según la corte constitucional en las

dicta:

Los resguardos permiten la calificación de “ámbito territorial”. Este “ámbito

territorial” tiene un efecto inmediato: limitar, por mandato constitucional,

algunas competencias propias dentro del territorio del país donde se halla el

“ámbito territorial”. En este contexto tiene sentido y aplicación el artículo

246 de la C.P. (SSC T.606/01, 2001, p.24)

según lo anterior se puede denotar la limitación en su autonomía, pues el

hecho de poder ejercer su propia jurisdicción y ser reconocidos como parte

de la población no basta para realmente comprender que Colombia se

compone de una multiplicidad cultural; Las etnias indígenas pueden

desarrollarse fuera de los proyectos capitalistas. Las políticas de


ordenamiento territorial deben estar enfocadas en comprender la variedad

de grupos que existen en la población civil y no en tratar de incluir a todos

a la fuerza. A pesar de que la constitución reconozca que las comunidades

indígenas puedan desarrollar mayor autonomía dentro de las “Entidades

Territoriales Indígenas” la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial -Ley

1454 del 2011- no desarrolló la regulación de las Entidades territoriales

indígenas donde estos podrán funcionar según lo estipulado en los artículos

286 y 287 de la Constitución Política.

Como se mencionó anteriormente el Mitú cuenta con una población

mayoritariamente indígena, en el municipio habitan 27 etnias, el 98% del

territorio está protegido como reserva natural y como lo estipula el

Esquema de Ordenamiento Territorial el área de reserva natural se

comparte con el área de resguardo a excepción de ciertas zonas (EOT,

2005, p.21). El tema de la autonomía se convierte en un choque de trenes,

pues el gran resguardo del Vaupés que tiene un área de 3.354.097 de

hectáreas está adscrito a la jurisdicción territorial del Mitú (DNP, 2004,

p.1), facultando principalmente a la Alcaldía y otras entidades

gubernamentales para ejercer funciones sobre el resguardo. La población

indígenas es incluida en las veedurías, en la votación de los presupuestos

participativos y en los demás mecanismos de participación ciudadana

estipulados en la Ley, pero no en la construcción de las políticas, a lo cual

el Consejo Regional del Vaupés (CRIVA) se opone pues le recalca al

gobierno que la Ley 21 de 1991, obliga a los gobiernos a realizar la

Consulta Previa a las autoridades indígenas sobre todas las decisiones


legislativas, administrativas, realización de proyectos y actividades dentro

de sus territorios y en referencia a sus pueblos.

Las prioridades en la destinación de los recursos siempre será

inconveniente para las entidades del territorio, tanto indígenas como

estatales, pues el Estado reconoce la autonomía de las comunidades en

temas específicos, sin embargo la administración del territorio recae

legítimamente sobre las instituciones del Estado las cuales definen la

agendas y los planes de gobierno en el municipio, aunque para las

comunidades indígenas las prioridades del Estado no siempre son

incluyentes con las comunidades. La seguridad es una prioridad en el

territorio, las constantes amenazas que viven las comunidades al lidiar con

los grupos guerrilleros y los narcotraficantes se ha vuelto un problema para

libre desarrollo de los pueblos porque los grupos ilegales buscan lucrarse

de la mano de obra de los indígenas, despojarlos de sus territorio y reclutar

a los jóvenes para que pertenezcan a las Farc (El Tiempo, 2000, p.1).Ha

falta de una inclusión real, las comunidades siguen a la espera de que la

Ley 1454 del 2011 desarrolle el apartado de las ETI para poder adquirir

con mayor autonomía económica y política.

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