Varón de 21 años, soltero, convive en las últimas semanas con
un amigo, ya que tiene orden de alejamiento de tres meses de su familia de origen. Estudios primarios, trabajos eventuales cortos, en la actualidad está en paro.
Motivo de consulta
Derivado desde la fundación Jiménez Díaz donde ha estado
ingresado 48 horas con un diagnóstico de psicosis no especificada y abuso de cannabis continuo. Tratamiento al alta: Risperdal 3 mg (1-0-2).
Enfermedad actual
Acude al Centro de Atención de Drogodependientes acompañado
de un amigo refiriendo que le han dicho que los “porros le sientan mal”. Consume 7-8 porros / día y hace 10 días tras viajar a Pam- plona y quedarse sin dinero suspende el consumo de hachis y a los 4 días comienza a pensar “que la gente habla mal de mí... me querían hacer daño todos...”, describe también alucinaciones au- ditivas fugaces, simples, hiperestesias auditivas, labilidad e in- congruencia afectiva y sensaciones hipocondríacas extrañas que vive con gran angustia. Todo ello le hace irse de Pamplona y acu- dir a urgencias hospitalarias.
Antecedentes personales somáticos
Sin interés. 142 R MOLINA
Antecedentes familiares
Padre biológico con probable T. Antisocial de la personalidad y
abuso de múltiples tóxicos.
Antecedentes personales psiquiátricos
- Patrón de conductas desadaptativo, con problemas de inte-
gración y de aceptación de normas sociales, así como con- ductas oposicionistas, desafiantes e incluso heteroagresivas desde inicio de la adolescencia. No contacto con Salud Men- tal previo. - Historia toxicológica: fumador de hachis en grandes canti- dades desde los 16-17 años (más de 15 porros/día). Con- sumo de drogas de diseño y cocaína a los 18 años de forma esporádica y abstinente desde los 20 años. No intentos pre- vios de deshabituación.
Evolución
Cuando llega al centro se encuentra orientado globalmente, co-
laborador, discurso empobrecido aunque coherente y bien es- tructurado, existe enlentecimiento psicomotor, escasa sintonía afectiva, rigidez postural e hipomimia, todo ello de probable ori- gen farmacógeno. No aparece sintomatología delirante estructu- rada ni autorreferencial, tampoco auto ni heteroagresividad, que sí habían existido a la vuelta de Pamplona, sobretodo con la fa- milia. Su queja fundamental son temores hipocondríacos extra- ños con carácter delirante, no permeables a la explicación racio- nal y que describe como “presión de pecho que le sube por el cuello y no le deja respirar o le llega a la cabeza y teme que le suceda algo en la vasculatura cerebral”. Se encuentra abstinente a cannabis desde la salida del hospital (THC negativo en orina). A los 15 días ha desaparecido toda sintomatología, mante- niéndose exclusivamente los efectos secundarios de los neuro- lépticos y ciertos temores hipocondríacos sobrevalorados ya sin características delirantes. Existe nula conciencia de enfer- medad, en cuanto a sintomatología psicótica y al consumo de cannabis. Todo ello lleva a la escasa adherencia al tratamiento psicofarmacológico y al centro que presenta tomándose la me- dicación cuando acude a cita exclusivamente. Debido a ello se CASO CLÍNICO 6 143
decide suprimir la medicación que se hace paulatinamente,
suspendiéndose en su totalidad a las 3 semanas de inicio del cuadro y manteniéndose un seguimiento a través de un pro- grama de reinserción sociolaboral, único interés que presenta- ba el paciente. En el seguimiento al año, se comprueba que el paciente no ha vuelto a presentar síntomas psicóticos, ha retomado el consumo de cannabis en dosis de un “porro”/diario para dormir y esporá- dicamente cuando está con los amigos. No existe deterioro cog- nitivo. Pero se mantienen las dificultades de adaptación social, de aceptación de límites y figuras de autoridad que le suponen conflictos frecuentes.
Juicio clínico
-Trastornos mentales y del comportamiento debidos al consu-
mo de cannabis. -Trastorno psicótico inducido por cannabis. -Probable trastorno disocial de la personalidad.
Comentarios
La sintomatología nos ayuda poco para poder hacer un buen
diagnóstico diferencial entre un primer brote esquizofrénico y un episodio psicótico inducido. Los síntomas y edades son si- milares y en este caso existe incluso un trastorno de personali- dad de base, que para algunos autores favorecería la posible aparición de una esquizofrenia. Quizá la larga historia de abu- so, su inicio en la adolescencia, la rápida desaparición de la sintomatología (aunque siempre superior a los dos días que señalan los textos) y la alta impregnación neuroléptica incluso a dosis bajas nos haría pensar en un trastorno inducido. El diagnóstico definitivo nos lo dará la evolución. Nos queda pensar si existe o no la psicosis cannábica, diagnós- tico controvertido, que ha ido variando según épocas y autores; o si simplemente el cannabis es un desencadenante de la es- quizofrenia en personas vulnerables, como ocurre a lo largo de siguientes descompensaciones y donde ya es imposible dife- renciarlo de una esquizofrenia si se mantiene el consumo de cannabis.